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EN EL ACTO SEXUAL
1. FANTASÍAS SEXUALES
1.1. Definición
La definición aportada por Ellis y Symons (1990) destaca que la
fantasía sexual es autodefinida por la persona. De forma similar,
Leitenberg y Henning (1995) las definen como “pensamientos que
posean algún significado erótico o sexual para la persona” (p. 470). Sin
embargo, otras definiciones han resaltado la deseabilidad y la
excitación sexual como elementos de la fantasía sexual. De este modo,
Crepault y Couture (1980) definen las definen como “representaciones
mentales de los deseos eróticos” (p. 565) y, por su parte, Plaud y
Bigwood (1997) las describen como una “experiencia privada en que la
imaginación de una actividad sexual deseable con una pareja es
sexualmente excitante para el individuo” (p. 222). Otros autores
destacan en sus definiciones el momento en que se experimentan.
Ejemplo de ello es la definición propuesta por McCauley y Swann
(1978) según la cual, las fantasías sexuales son “pensamientos o ideas
durante la actividad sexual” (p. 78). Para Wilson (1978), las fantasías
pueden ocurrir durante la actividad sexual, las actividades autoeróticas
o durante la actividad sexual con otra pareja. Esta falta de consenso ha
dado lugar a la ausencia de definiciones claras y precisas en
numerosos estudios de fantasías sexuales, en los que se prescinde de
dar una definición a las personas que forman parte de un estudio,
limitándose a preguntar cuestiones como “¿Con qué frecuencia tiene
fantasías o pensamientos sobre sexo?”.
1.2. Factores asociados a su producción
Las fantasías sexuales han gozado de gran interés por parte de la
Psicología evolutiva, al considerarse éstas una experiencia privada que
podría dar información sobre la naturaleza del ser humano. Desde esta
perspectiva, diversos factores que podrían influir en su creación y
producción han sido analizados. En concreto, los rasgos de
personalidad han sido en diversas ocasiones relacionados con
diferentes aspectos de la sexualidad, por considerarse éstos
importantes estrategias adaptivas para la resolución de problemas
sociales (Buss, 2009). Otros aspectos de carácter sociodemográfico
como el sexo, la edad o la religión se han asociado con las fantasías,
demostrándose en general que los hombres tienen más fantasías
sexuales, que la edad está asociada negativamente con la frecuencia
de fantasías, y que quienes se identifican con la religión cristiana suelen
inhibir sus fantasías, reflejándose generalmente en una menor
frecuencia de éstas y una menor frecuencia en determinadas conductas
sexuales, siendo así en diversas culturas y países como Estados
Unidos (Ahrold, Farmer, Trapnell, & Meston, 2011), y países de
Latinoamérica (Cañón et al., 2011) Sin embargo, aún existen dudas
sobre la relación que estos elementos mantienen no sólo con la
frecuencia general de fantasías, sino también con su contenido
específico.
2. MASTURBACIÓN
2.1. Definición
Mc Cary define la masturbación como todo acto autoestimulatorio que
tiende a producir o incrementar la satisfacción sexual.
Las raíces evolutivas de la masturbación provienen de la tendencia
biológica normal y adaptativa a examinar, manipular, limpiar e
incidentalmente a estimular los órganos sexuales externos.
La autoestimulación genital es un hecho generalizado entre los
mamíferos. En el ser humano, producto de su capacidad de simbolizar,
el significado sexual de la masturbación está ligado a la fantasía.
2.2. Mitos
Para el médico Tissot (1758) y sus seguidores, la masturbación
producía: melancolía, crisis histéricas, ceguera, impotencia, esterilidad,
oligofrenias, demencias, cardiopatías (llegó a describirse un corazón del
masturbador), adelgazamiento, tuberculosis y calvicie.
Durante años, han existido mitos y fantasías acerca de la masturbación
como los siguientes:
– Es un acto que se realiza sólo en la adolescencia.
– Las mujeres no se masturban.
– El que se masturba se envicia.
– Si se tiene pareja estable, es anormal masturbarse.
– Produce daño mental y debilidad física.
– Produce daños en la personalidad.
– La persona que se masturba es perversa.
– Hace salir pelos en la palma de la mano.
– Causa malformaciones físicas en la zona genital (se caen los
testículos, crece el clítoris)
– Causa disfunciones sexuales (eyaculación retardada, frigidez)
– Hace aparecer pecas en la cara y acné.
– Produce ojeras.