Área de Derecho de la Empresa

Derecho Comercial I 1
Material de clase

NOTA TÉCNICA N° 031

1. EL EMPRESARIO INDIVIDUAL

El Código de Comercio se refiere al ejercicio profesional de una actividad económica, en la

que deben incluirse no solamente la estrictamente comercial, sino también la industrial y la
de servicios. Por tanto sería más correcta sustituir el vocablo comerciante por el de
empresario, aunque el hecho de que el Código de Comercio esté en vigor sigamos
aludiendo a la expresión comerciante como equivalente a la de empresario.

3.1. CONCEPTO

Conviene distinguir, respecto al comerciante, el concepto económico y el concepto

jurídico:

- Desde el punto de vista económico, se denominará comerciante a quien

realiza la actividad comercial como profesión, bien sea porque dirige un
establecimiento mercantil, o porque presta servicios como empleado de un
comerciante individual, como apoderado, director o gerente de una sociedad
mercantil.

- Desde el punto de vista jurídica, el concepto es más restringido, porque se

entiende que es comerciante sólo quien actúa para sí y no para otros en la
actividad mercantil,, adquiriendo los derecho y obligaciones que de ella
derivan.

Nuestro código de comercio, define al comerciante, atribuyéndole unos requisitos

indispensables, a fin que se encuentren sujetos a sus disposiciones:

Artículo 1º.-
Son comerciantes, para los efectos de este Código:
1. Los que, teniendo capacidad legal para ejercer el comercio, se dedican a él
habitualmente.
2. Las compañías mercantiles o industriales que se constituyeren con arreglo a
este Código.

En referencia, a esta definición dada por nuestro Código de Comercio, vemos que señala
dos notas configurativas: una, LA CAPACIDAD, elemento tomado del derecho civil; y
otra, la realización de una serie de actos comerciales practicados en forma HABITUAL, es
decir, deber ser repetidos y constantes, no en forma esporádica.

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Material elaborado exclusivamente para el desarrollo del la asignatura de pre grado Derecho
Comercial I. No constituye un manual, sino una recopilación de las clases que necesariamente debe ser
complementado con la bibliografía recomendada.

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El código no establece diferencias en cuanto a la significación económica o al volumen de

las actividades que se ejercen, incluyendo en este concepto, tanto al comerciante individual,
como a una sociedad mercantil. Imponiéndoles en principio, las mismas obligaciones y
derechos, salvo las excepciones previstas por la legislación.

Debemos considerar asimismo, que la definición dada por el C. de C. Resulta insuficiente,

porque, hay personas que teniendo capacidad legal para ejercer el comercio, y realizando
ésta actividad habitualmente, no pueden ser llamados Comerciantes (así tenemos al auxiliar
del comerciante, el dependiente, el apoderado, los directores o gerentes de una sociedad).
Estas personas no ejercen el comercio a nombre propio, sino que lo hacen a nombre del
comerciante individual o colectivo.

Tenemos entonces que el C. de C. ha omitido agregar como nota configurativa de

comerciante, que el ejercicio del comercio sea EN NOMBRE PROPIO.

Entonces, tomando en cuenta las notas características atribuidas al comerciante,

elaboraremos nuestro concepto de empresario individual:

El empresario es la persona que profesionalmente y en nombre propio

ejercita la actividad de organizar los elementos precisos para la producción o
distribución de bienes o servicios para el mercado.

3.2. NOTAS CARACTERISTICAS DEL EMPRESARIO

1. Tiene una actividad organizativa y directiva en cuento a todos los elementos que se
integran a una empresa.

2. El empresario cuando ejercita esa actividad lo hace con ánimo de lucro (para
obtener beneficios).

3. Debe actuar en nombre propio.

4. Toma sus decisiones independientemente.

5. Tiene un estatus mercantil: un estatus jurídico especial, que supone, por ejemplo,
que va a tener obligaciones legales, que tendrá distintos regímenes jurídicos para los
supuestos de insolvencia, entre otras.

6. Dirige sus acciones al mercado

3.3. REQUISITOS DEL EMPRESARIO INDIVIDUAL

3.3.1. Capacidad

La capacidad legal hace referencia a la capacidad establecido por el Código Civil:

Art. 42°

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Tienen plena capacidad de ejercicio de sus derechos civiles las personas que hayan
cumplido dieciocho años de edad, salvo lo dispuesto en los Art. 43° y 44°

Sin embargo, debemos tomar en cuenta las tres situaciones señaladas por el C. de C.:
ser mayor de edad, ser legalmente emancipado y tener la libre disposición de los
bienes.

La mayoría de edad se adquiere a los dieciocho años (42° C.C.), y un menor tiene
capacidad relativa a partir de los dieciséis (44° C.C.).

La libre disposición de los bienes, supone la posibilidad de realizar respecto de ellos

todos los actos permitidos por la ley, puesto que en el ejercicio de la actividad
comercial puede comprometerse el destino de los bienes.

Incapacidad para el ejercicio de la actividad mercantil

Para el tema de la incapacidad para ejercer la actividad mercantil, hacemos referencia

nuevamente a las normas contenidas en el Código Civil, que distingue entre
incapacidad absoluta y relativa.

Respecto a la incapacidad absoluta; no podrán ejercer el comercio, los menores de

dieciséis años (salvo para aquellos actos determinados por la ley), los que se
encuentren privados de discernimiento, los sordomudos, los ciegosordos y los
ciegomudos que no pueden expresar su voluntad de manera indubitable.

Asimismo, son incapaces quienes se encuentren cumpliendo una condena por una
sentencia de interdicción civil, hasta el término de la pena o hasta que sean
amnistiados o indultados.

Ejercicio del comercio por persona casada.

En la actualidad, no existe ningún impedimento para el ejercicio del comercio, tanto

por el marido como por la mujer, el problema que se plantea es el de la
responsabilidad de los bienes del cónyuge no comerciante, como consecuencia del
ejercicio del comercio y en este caso hay que distinguir varios supuestos:

1. En el régimen de separación de bienes: no hay problemas porque solo se puede

disponer de los bienes del cónyuge comerciante, y lo del otro si este quiere.

2. En el régimen gananciales: quedarán afectos;

- Los bienes propios del cónyuge comerciante, si la obligación es adquirida

antes del establecimiento del régimen de gananciales.
- Los bienes propios de uno de los cónyuges no responden por las deudas
personales del otro, salvo que éstas se hayan adquirido en provecho de la
familia.

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- Los bienes sociales (comunes) y por insuficiencia de éstos, los bienes

propios de cada cónyuge, responden por las deudas que sonde cargo de la
sociedad de gananciales.

Prohibiciones para ejercer el comercio

La prohibición supone que una persona es capaz, pero que, por desempeñar
funciones que la ley considera incompatibles con la actividad comercial, no puede
ejercer el comercio, entre éstos, el C.de C. Señala:

- Los magistrados, jueces y funcionarios del Poder Judicial y Ministerio Público.

- Los jefes políticos o militares.
- Los empleados en la recaudación y administración de fondos del Estado
nombrados por l Gobierno.
- Los que por leyes y disposiciones especiales no puedan comerciar en
determinado territorio.

3.3.2. Habitualidad

Según art. 1° del C.de C. para ser comerciante o empresario se necesita tener
capacidad y dedicarse a él habitualmente.

Así, el C.de C. establece una presunción legal para determinar la habitualidad del
ejercicio del comercio, señalando que se considerará el carácter habitual: desde que la
persona que se proponga ejercerlo anunciare por circulares, periódicos, carteles,
rótulos expuestos al público, o de otro modo cualquiera, un establecimiento que
tenga por objeto alguna operación mercantil.

La habitualidad es un concepto pragmático que tienen un contenido socioeconómico

y vendrá dado por las siguientes, características:

- Por la práctica constante.

- Por la profesionalidad.
- Por el ánimo de dedicarse al comercio.

3.3.3. Ejercicio en nombre propio

La nota distintiva, para calificar a una persona como empresario individual, radica,
aparte de la capacidad y la habitualidad, en el ejercicio del comercio a nombre propio,
es decir, para su propio beneficio, y asumiendo personalmente las obligaciones y
ejerciendo los derecho que de ésta condición emanan.

En este sentido, no puede adquirirse la condición de comerciante a mérito de una

sucesión contractual o hereditaria. La sola adquisición de un negocio en tales
supuestos no confiere el carácter de comerciante.

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El ejercicio del comercio en nombre propio también implica que se puede encargar a
otro el ejercicio del comercio, siempre y cuando, sea a nombre del comerciante, y en
beneficio de éste. Atendiendo, al fin lucrativo que supone un acto de comercio.

3.4. EL COMERCIANTE EXTRANJERO

La constitución, reconoce como una de las garantías de la libertad económica, el que no

hayan restricciones ni distinciones entre peruanos y extranjeros para el ejercicio del
comercio, con las salvedades establecidas en las leyes e razón de los intereses del Estado.

Sólo se plantean excepciones en cuanto a la propiedad, dada por el Art. 71° de la

Constitución.

Artículo 71º: Igualdad de trato a la propiedad de extranjeros.

En cuanto a la propiedad, los extranjeros, sean personas naturales o jurídicas,
están en la misma condición que los peruanos, sin que, en caso alguno, puedan invocar
excepción ni protección diplomática. Sin embargo, dentro de cincuenta kilómetros de las
fronteras, los extranjeros no pueden adquirir ni poseer por título alguno, minas,
tierras, bosques, aguas, combustibles ni fuentes de energía, directa ni indirectamente,
individualmente ni en sociedad, bajo pena de perder, en beneficio del Estado, el derecho
así adquirido. Se exceptúa el caso de necesidad pública expresamente declarada por
decreto supremo aprobado por el Consejo de Ministros conforme a ley.

Asimismo, hay determinadas actividades mercantiles que se reserva legalmente a los

peruanos, como el caso de los capitanes de buques, entre otros.

Para que el comerciante individual extranjero, pueda ejercer el comercio en el Perú, debe
tener capacidad para contratar, conforme a las leyes de su país, y además, se aplicarían las
reglas de capacidad establecidas en el código de comercio peruano. Y quedaría sometido a
la legislación nacional, en concordancia con el principio de igualdad declarado.

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