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FACULTAD DE EDUCACIÓN
MEDELLÍN
2016
2
Asesor
ESCUELA
FACULTAD DE EDUCACIÓN
PROGRAMA DE MAESTRÍA
MEDELLÍN
2016
3
(Noviembre de 2015)
“Declaro que esta tesis (o trabajo de grado) no ha sido presentada para optar a un título, ya sea en
igual forma o con variaciones, en esta o cualquier otra universidad” Art. 82 Régimen Discente de
Formación Avanzada.
Firma
4
Lina María Álvarez Uribe, mayor de edad, vecino del municipio de Copacabana e
nombre propio y en su calidad de titular(es) de los derechos de autor sobre la obra titulada
denominarán el(los) LICENCIANTE(S), por medio del presente acto unilateral concede(n)
en adelante el LICENCIATARIO, autorizándola para que, de acuerdo con los fines propios de su
siguientes
CLÁUSULAS
PRIMERA. Objeto. A través del presente acto unilateral, el(los) LICENCIANTE(S) concede(n)
usar y explotar la obra ya descrita, por cualquier medio, soporte o procedimiento, según lo
(entendida como adaptación y ajuste de formatos) y la distribución de tal creación intelectual, así
como para el ejercicio de todos los derechos patrimoniales de autor sobre la misma.
trabajo original suyo y que fue lealmente creada sin hacer uso ilegítimo de los derechos de
propiedad intelectual de terceros, por lo que se hace(n) responsable(s) por cualquier reclamación
que se haga por estos conceptos y se obliga(n) al saneamiento. Así mismo, declara(n) que tienen la
titularidad de los derechos de autor sobre tal obra y que, en esa condición, está(n) facultado(s)
hace con el consentimiento de todos los que patrocinaron o participaron en la creación de la obra
disposición contractual.
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lugar del mundo y por el tiempo de protección correspondiente a la obra objeto de esta licencia.
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cualquier retribución por los usos autorizados que, en virtud de este acto, haga el
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explotar, usar y autorizar el uso de la obra licenciada en cualquier momento y a través de otros
actos de disposición de sus derechos, siempre que no se vulneren los intereses del
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sublicenciar todos los derechos adquiridos en virtud del presente acto a otras personas y
SÉPTIMA. Usos de los usuarios del Repositorio Institucional. Los usuarios del Repositorio
los términos de la Ley de Derechos de Autor (Ley 23 de 1982 y demás normas que la
autorizados de la obra que realicen los usuarios del Repositorio Institucional, por fuera de los
Propiedad Intelectual de esta institución. De igual forma, acepta(n) que cualquier cambio
En señal de asentimiento y para constancia, el presente acto unilateral se firma en dos ejemplares
del mismo tenor, por parte de él (los) LICENCIANTE(S), en la ciudad de Medellín, al primer (1)
Firma:
Teléfono: 2746706
Correo electrónico:lina_leer@hotmail.com
Dedicatoria
A mi madre Luz Marina Uribe Agudelo, quien sin haber estudiado entendió la
importancia de educar a sus 2 hijas a partir de las vivencias crueles que le dejó una época
machista. A mi hija Angie Marcela Franco Álvarez, que se ha convertido en mi razón de ser. A
ella deseo inspirar para que también sea por ella y para ella.
A Guillermo Antonio Franco Correa quien con inmensa generosidad apoyó mis estudios
mucho que aportar en el campo educativo, literario, investigativo y feminista en este país.
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Agradecimientos
El deseo de escribir una tesis sobre la obra de Elisa Mújica Velásquez nació de las
pensamiento feminista". Las lecturas seleccionadas de manera exquisita por la profesora María
alguna manera esa insatisfacción con la que vivimos algunas mujeres en este país. Para mí, el
Curso tuvo un tiempo muy corto, sin embargo me deleité con cada uno de los textos trabajados y
cuando pasaba de uno a otro, no podía dejar de maravillarme por el aporte que han hecho tantas
colombianas que han sido excluidas del canon colombiano como Helena Araújo, Marvel Moreno
y Elisa Mújica porque de alguna manera, la historia de ellas se perpetúa en esta época, ya que la
encuentro que propició con las obras de Elisa Mújica. Tomaron para mí un especial significado
la escritora con sus obras Catalina, Los dos tiempos y Bogotá de las nubes.
servicio.
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Contenido
Introducción…………………………………………………………………………………..13
1.1 Conclusiones…………………………………………………………………………....48
autobiografía y la ficción……………………………………………………………….......50
2.4 Conclusiones……………………………………………………………………...........120
3. 1 Destino..........................................................................................................................138
3. 2 Exclusión.......................................................................................................................151
3.3 Condena…………………………………………………………………………….....159
3.4 Conclusiones...................................................................................................................176
Obras citadas……………………………………………………………………….…….....180
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Resumen
2003) confluyen dos líneas narrativas que identificamos como el discurso y la re-escritura de la
representación, desde las que abordamos los estereotipos femeninos: destino, exclusión y
condena. Estas dos líneas actúan como hilos conductores interdependientes de una historia que
tanto, una nueva representación de la mujer que rompe con una tradición literaria en Colombia
de novelas sobre mujeres escritas por hombres. En contravía de esto, Mújica propone un
personaje que por medio de su monólogo interior se ve, se representa y se narra a sí misma.
Esta tesis pretende abordar la novela Catalina desde un marco teórico feminista (Woolf,
Cixous, de Beauvoir, Perrot, Gilbert y Gubar)1 para que nos permita entender por qué hay en
dicha novela una ruptura en el sentido de las representaciones de mujeres y de qué manera
propone unas estrategias narrativas que nos permiten ubicarla como una novela moderna que
hace parte de la variante del modernismo anglosajón, donde la experimentación formal abre un
nuevo terreno para la novela mediante el empleo de técnicas como el monólogo interior y la
1
Nuestro aparato teórico incluye muchos otros nombres, pero estos aquí mencionados en el Resumen/Abstract serán
la base fundamental de nuestro dispositivo teórico.
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Abstract
In the novel Catalina (1963) by the Colombian writer Elisa Mújica (Santander, 1918-
2003), there are two narrative lines that we can identify as: discourse and re-writing of
representation, from which we are able to address the feminine stereotypes: destiny, exclusion
and condemnation. These two lines act as interdependent unifying threads of a story that brings
to light the critique made by Mújica to the women imprisonment, secular taming and exclusion
of her writing that has historically prevented women to narrate themselves. Therefore, Catalina
is a new woman representation which sets aside a literary tradition in Colombia built upon a
corpus of novels about women written by men. On the contrary, Mújica proposes a character that
This dissertation pretends to study the novel Catalina from a feminist theoretical frame
(Woolf, Cixous, de Beauvoir, Perrot, Gilbert y Gubar) in order to understand why there is in this
novel a rupture with the most traditional representation about women and in what way brings
new narrative strategies that let us to place it rather as a modern novel which is part of the
Anglo-saxon modernism, where the formal experimentation leads to a new field for the novel by
means of the use of techniques as self-stream voice and the double temporality that enable them
to overcome the comedy of manner and romantic representations particular to XIX century.
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Introducción
las que abordamos los estereotipos femeninos: destino, exclusión y condena. Estas dos líneas
actúan como hilos conductores de escritoras que han superado el ideal de la clase burguesa con el
idóneos para las mujeres decentes en el marco de un ideal secular que viene desde la Colonia
hasta nuestros días). Algunas escritoras como Mújica han evadido el encierro y la exclusión a
través de una escritura que habla de la monotonía, la condición femenina biológica, mítica e
propia historia.
La presente tesis busca entender entonces por qué se hace la representación del personaje
Catalina en el marco de una sociedad en tránsito hacia la modernidad. Catalina es una mujer, de
hecho, más cercana a valores modernos que a viejas representaciones de la mujer sumisa que ha
aceptado un destino elegido por otros. Ella es en este sentido un punto de ruptura entre las
representaciones literarias seculares toda vez que ella misma anuncia nuevas voces,
escribiendo sobre mujeres en Colombia. Mújica a través de su historia nos presenta a una mujer
14
que con su discurso expresivo2, con su monólogo interior descubre que no se viene al mundo
para cumplir con un papel porque se puede elegir. La autora de esa manera plasma en sus
los elementos que constituyen una estructura conceptual en las novelas en Colombia; ya que
Mújica nos brinda un nuevo método estilístico, una narrativa capaz de deconstruir lo que hasta
el momento había sido contado por los hombres. Miremos por ejemplo cómo Mújica muestra en
sus obras que es una mujer que habla sobre mujeres, y cómo a través de ellas aborda la condición
de sometimiento en el que vivían. Un episodio que hace alusión a lo anterior es cuando la vieja
ser empoderada y pasar de objeto a sujeto: “Catalina, tú me dijiste una vez que uno nacía para
representar un papel, sin poder cambiarlo nunca. Sin embargo, existe un medio, el único. Si lo
ensayas verás que todo se transforma, aunque siga igual en apariencia” (Mújica, 1963, p.163).
En este sentido, esta tesis demuestra por qué Catalina supera los ideales de una época a
pesar del estado de angustia en el que se encuentra al final de la obra por las consecuencias que
tienen los hechos. Ella decide rezar para aplacar la frustración, luego la cólera y al final el miedo
que le generó su destino, la exclusión y la condena a la que fue sometida. Podríamos decir como
Héléne Cixous (2001, p. 29), en el texto Sa(v)er que Catalina decidió erradicar la miopía de su
Hoy moría su hermana la cólera. Pronto la miopía, “la otra” la malvenida, se develó: la
otra no era otra más que su amiga, su modesta compañera de nacimiento. Su amado
2
Según Laura Pimentel, en Occidente tenemos dos modos de enunciación de relatos: discurso narrativo y discurso
expresivo. El monólogo interior hace parte del discurso expresivo. Ambos hablan de la experiencia temporal y
construyen esos mundos de ficción, ese universo narrativo, ese pastel de mil hojas.
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Al explorar la presencia, la figura del personaje en Catalina (1963), qué representa ella en
términos de ruptura, en qué contexto se desarrolla la historia, nos permite también traer a
colación Los dos tiempos (1949) y Bogotá de las nubes (1984) porque con estas dos novelas
podemos referenciar o comparar algunos sucesos. Las tres hacen parte de una trilogía narrativa
en cuanto a novela se refiere, porque en ellas hay una forma de escribir que se replica y que se
encuentra con los postulados que argumenta el marco feminista, ya que la autora voluntaria o
involuntariamente hace referencia en sus otras dos novelas a un trasfondo que se devela por
medio de muchos sucesos históricos: evolución de Bogotá como ciudad, la guerra de los mil
época. En su trilogía narrativa Mújica con su voz, con su palabra, con su talento recrea la época
de manera excepcional.
Tiempo por ejemplo, publicó más de doscientos artículos de la autora, pero nuestro interés se
centra en la obra Catalina como ya lo mencionamos porque en ella desde el plano académico e
una Colombia anacrónicamente feudal y en tránsito hacia la formación de las grandes urbes
modernas. Dado que éste es el contexto histórico de la novela, de manera breve en esta
introducción, por ejemplo, podemos hacer referencia a Bogotá de las nubes para mostrar cómo la
autora de manera detallada describe la diferencia de esa Bogotá entre una obra y otra, ya que
Mújica nos muestra una ciudad que ha avanzado mucho en sus construcciones. Se hace alusión a
que las plantas y árboles frutales empiezan a ser citados en las crónicas nostálgicas de los
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suplementos literarios porque las moles de cemento los han reemplazado, que las influencias del
extranjero para construir las casas son muy notables, se menciona a California como uno de los
lugares que más han imitado para darle forma a las casas. Las casas de primer piso, sencillas y
En Los dos tiempos no vemos esta influencia tan marcada porque la obra inicia
describiendo un lugar lleno de montañas, una tierra arrugada trabajada por campesinos que da
tabaco y cacao, caña de azúcar y piña. Se destacan en la tierra de Bucaramanga los bejucos que
se enlazan de rama en rama, el suelo sin pavimentar, las casas de teja, los grupos aislados de
árboles, matorrales y enredaderas de flores rojas y amarillas, a la entrada del valle (Mújica,
1949).
En Catalina, Mújica también menciona las casas de tejas en lugar de la paja, de calles
empedradas, con bordes de yerba. Describe un lugar con ambiente de pueblo, montañas y fincas;
tocado por los orígenes de la historia y por las guerras de la independencia que se materializaron
Paula Santander (federalista5) en Bucaramanga. Estos dos próceres deseaban estar al tanto de lo
3
En la obra, Mújica menciona la participación de Bolívar y Santander en la Convención de Ocaña. También hacen
alusión a que el abuelo de Catalina el teniente Tomás Aguirre lo conocía y había participado con él y el general
Uribe en guerras como la de Palonegro (pág. 86). Bolívar tuvo una relación cercana con este personaje y lo
aconsejó sobre su relación amorosa con María Corazón, abuela de Catalina.
También se menciona la muerte del libertador, la separación de Panamá de Colombia etc. La obra recrea varios
episodios de la historia relacionados con las guerras anteriores a la independencia.
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El centralismo es un modelo de gobierno en el que las decisiones políticas se toman desde el gobierno central sin
dejar ninguna competencia a poderes periféricos o locales. Durante el siglo XXI ha estado en declive esta forma de
gobierno sobreviviendo sólo en Francia y en varios países iberoamericanos. La guerra civil entre federalistas y
centralistas fue una sucesión de enfrentamientos armados entre los independentistas de la Nueva Granada (actual
Colombia), entre los años 1812 y 1814. Debido a este conflicto es que dicho período de la historia colombiana es
denominado por la historiografía tradicional como la Patria Boba.
5
El federalismo es un sistema político en el cual las funciones del gobierno están repartidas entre un grupo de
Estados asociados, primeramente, que luego delegan competencias a un Estado federal central.
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república. En otros pequeños apartados vemos también como Catalina desea estar en esas
ciudades desarrolladas a las que ha ido su tía política Catalina Torres y que en Bogotá de las
nubes ya señalan como ciudades más avanzadas que son inspiración para las nuevas
novela Catalina desde el enfoque feminista para entender por qué sigue siendo tan difícil para la
Elisa Mújica es una escritora desconocida en el contexto escolar y universitario, pero sus
obras han sido estudiadas por un número considerable de expertos en literatura, de escritores y
de estudiosos del bello arte de la palabra como (Amaya 2001; Araújo 1967; Ordoñez 2007;
Jaramillo 2007; España 2001; Nadhezda 1988; Ojeda 2007; Cobo 1988; Hernández 1988; Vieira
1988; Carranza 1949; Téllez 1964; Volkening 1988; Rodríguez 1988; Mendoza 1988; Osorio
2007; Orozco 2007; Pinilla 2007; Rocha 2007; Sierra 2007; Ochoa 2007; Berg 2007; Berg 2000;
Forero 2007 y 1994; Kavoura 2007; Agosín 1990; Niño 1988; Mejía 1988; Arcila 1996;
Camacho 1978; Gaitán 1949; Guzmán 1984; Herrera 1949; Cárdenas et.al; 1998; Quiroz 2013;
Aristizábal 2005; Carranza 2008; Ayala 1984; González 2006; Orozco 2003; Luque 1954 ) entre
otros.
El estado del arte sobre los aportes de la crítica a la obra de Mújica permitirá establecer algunas
discusiones en los capítulos uno, dos y tres; pues hemos encontrado algunas imprecisiones
acerca de la vida y obra de Mújica; pero también acertados análisis que enriquecerán este
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ejercicio. Estas discusiones girarán alrededor de lo ya dicho por la crítica y permitirá entender
Gilbert y Gubar)6 entre otros teóricos, pero estos aquí mencionados serán la base fundamental de
nuestro dispositivo feminista para que nos permita entender, de un lado porqué hay en dicha
novela una ruptura en el sentido de las representaciones de mujeres que hasta el momento habían
hecho los escritores en sus obras. El marco teórico, de otro lado, también nos permitirá ver de
qué manera esta breve novela propone unas estrategias narrativas que nos permiten ubicarla más
como una novela moderna que ha superado el cuadro de costumbre; en términos del subgénero
propio del costumbrismo o literatura costumbrista que describe los tipos representativos de la
sociedad, comportamientos, valores y hábitos comunes a una profesión, región o clase. En esta
realismo literario. Catalina también supera las representaciones románticas propias de finales del
siglo XIX. Para ello también traeremos a colación de manera muy breve la historia de mujeres
como Elisa Mújica, Helena Araújo, Soledad Acosta, y Bertilda Samper por ser mujeres que
también cambiaron su historia desde su lucha por la equidad en todos los ámbitos especialmente
que nos dejó el Curso: teoría literaria-"Introducción al pensamiento feminista". Las lecturas
seleccionadas por la profesora María Clemencia Sánchez Hernández, PhD “revolcaron ese
espíritu inconforme” en algunos de los estudiantes por nombrar de alguna manera, esa
insatisfacción con la que vivimos algunas mujeres en este país. El curso tuvo un tiempo muy
corto y no dejó de maravillarnos el aporte que han hecho tantas mujeres a la escritura, a la
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literatura. Conocimos la historia de escritoras colombianas que han sido excluidas del canon
colombiano como Helena Araújo, Marvel Moreno, Elisa Mújica y quisimos conocer más sobre
Mújica y su obra Catalina, al enterarnos que había participado con ella en el concurso Esso7; y
aunque no ganó su trabajo fue reconocido por los jurados: “El jurado calificador recomendó, la
impresión de la novela Catalina […] como tributo de admiración a la mujer colombiana y con el
fin de estimular aún más a todos los escritores colombianos” (Mújica, 1965, p.2 ). Ninguno de
Los textos base de consulta fueron Catalina, Los dos tiempo y Bogotá de las nubes de Elisa
Mújica; Elisa Mújica en sus escritos de Sonia Nadhezda; Dos novelas de dos mujeres de Helena
Araujo; Santander tiene con qué de Gonzalo España; Tres Etapas de la Historia Intelectual de
Colombia de Jaime Jaramillo; Ensayos críticos sobre la obra narrativa de Elisa por Monserrat
Ordoñez, et al.; Poesía Colombiana del Siglo XX escrita por Mujeres-Tomo 1 de Alfredo
Ocampo, Las mujeres en la historia de Colombia de Magdala Velásquez Toro, Catalina, Reyes
Héléne Cixous; Velos de Hélene Cixos, & Jacques Derrida; Historia de las mujeres de Michelle
Perrot & Duby Georges; Cultura: el patrimonio común de los europeos. Las mujeres y las
novelas de Donald Sassoon; Una habitación propia de Virginia Woolf; “Helena Araujo, el
7
El premio fue otorgado a la novela Detrás del rostro, del escritor colombiano Manuel Zapata Olivella. Mújica
manifiesta no estar de acuerdo con la decisión del jurado porque los concursantes no cumplieron parámetros
relacionados con los diálogos, la categoría literaria, la prohibición de copia de otras partes pues estos libros no son
verdaderamente representativos y no reflejan ningún arraigo expresado en un libro por medio de personajes
vivientes en nuestra tierra. Para ella fue un premio de consolación porque los jurados debieron insistir en la categoría
literaria y en la originalidad, que no fueran copias de otros lugares.
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Elisa Mújica: verdadera vocación por la escritura de Nelly Rocío Amaya Méndez entre otros.
Inicialmente nos acercaremos al marco teórico feminista definiendo las dos líneas
ejemplarizarán con algunas escritoras que vivieron en los años 1700, 1800, 1900 hasta nuestros
días. Mientras se va desarrollando el discurso, se irán abordando las historias de mujeres que
pertenecieron a distintos tiempos, pues este breve ejercicio pretende hacer comparaciones entre
las mujeres según las épocas en que vivieron como en una especie de anacronía8 porque nos
interesa sobre todo demostrar cómo el marco feminista aunque se consolida en un tiempo muy
reciente existió desde mucho antes por la grandeza de esas mujeres que lucharon de manera
la literatura en Colombia desde los siglos XIX y XX, y trataremos de darle respuesta a la
pregunta ¿Quién es Elisa Mújica en el canon colombiano? En este mismo capítulo haremos un
acercamiento a la obra Los dos tiempos a través del personaje principal Celina Ríos bajo título El
anuncio de un nuevo amanecer literario, después haremos el análisis de la obra Catalina con el
título Catalina y las nuevas representaciones de la mujer y, finalmente en este capítulo dos
mujer nueva. Aunque nuestro objeto de estudio es Catalina, el análisis se hace siguiendo el
8
En literatura es la alteración del orden cronológico de los sucesos. Hay una discordancia entre el orden de la
historia y el orden del relato. El concepto es desarrollado por Gérard Genette.
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Por último, en el capítulo tres, abordaremos los conceptos destino, exclusión y condena en
Catalina de Elisa Mújica como elementos que integran esa re-escritura de la representación.
Destino en el sentido de por qué la historia de la mujer en Colombia hace una construcción
discursiva que le ha endilgado un destino atado al hogar, por qué Catalina rompe con los
modelos de esa sociedad colombiana que sigue atando el destino de la mujer al hogar y cómo
devolveremos al siglo XIX, tal vez esto nos permita acercarnos a las respuestas de preguntas
como: ¿por qué Catalina reconsidera todas las representaciones de la mujer sumisa?, ¿qué es lo
que rompe en términos de la tradición, la representación de Catalina? y ¿por qué Elisa Mujica
escribe sobre una mujer en una época en que los hombres tenían más valor literario? Estamos
hablando de los años 60 cuando aparece el boom con escritores como García Márquez y Vargas
Llosa y la revista Mito. Dado ese contexto queremos indagar por qué esa escritura de algunas
mujeres aparece ahí, pero solo alcanza un reconocimiento más o menos reciente.
coincidieron con el año 1963. Una pregunta obligatoria en este análisis es ¿por qué se condena a
Catalina?, y para ello debemos entender históricamente qué es Colombia en los años 60, cuál es
el rol de la mujer en ese momento, por qué la condena, por qué Colombia es esencialmente un
Capítulo 1
“El duelo del ojo que se convierte en otro ojo: “¡Nunca más seré miope!”
Y el suplemento de agilidad para pasar en lo visible sin tener que empujar la
puerta a cada instante. La alegría del ojo liberado físicamente: una sensación
deliciosa de grapas removidas: porque la miopía tiene pequeños agarres, mantiene
el ojo bajo un velo ajustado, atornillamiento de las pupilas, insistencias, vanos
esfuerzos para pasar el velo y ver, frente fruncida” (Cixous, 2001, p. 29).
Con el paso del tiempo la humanidad ha hecho esfuerzos enormes para evolucionar no
obstante las fuerzas reaccionarias que cada sociedad y cada época ha tenido como contrapeso a
ese deseo de evolución. A través de múltiples acciones a lo largo de la historia el ser humano se
ha hecho consciente de los parámetros que la sociedad ha establecido procurando el bien para
algunos y las situaciones en desventaja para otros. A la mujer le ha tocado un camino muy largo
y pedregoso para merecer un trato justo y unas condiciones sociales equitativas. Hemos trabajado
para cambiar esa condición de desventaja a la que hemos estado atadas, pero aún falta
demasiado, pues la mujer sigue amilanada desde muchos aspectos. Esa condición de desventaja
fomenta procesos sociales como la discriminación que cada vez crea brechas de género y de
violencia contra las féminas, que se evidencia, además, en la poca participación de mujeres en
política y espacios donde se toman las decisiones más importantes de la sociedad y el Estado. Es
por esto que queremos abordar la Re-escritura de la representación como línea narrativa de Elisa
Mújica en su obra Catalina que es nuestro objeto de estudio y desde otras autoras que han hecho
escritura femenina como Santa Teresa de Jesús9, la madre Francisca Josefa de Castillo10, Sor
Juana Inés de la Cruz11, la beata Edith Stein12, Soledad Acosta de Samper13, la madre Petronila14,
entre otras locas del desván que fueron tan fuertes como Nausícaa15.
mujer que la refleja a ella misma, y a sus personajes; ya que escribe sobre la condición de las
mujeres de la época, las representa de manera distinta y consolida esta representación a partir de
la experiencia de la reescritura que las actualiza y las libera de los límites dados por los escritores
del momento, quienes las describían desde dos extremos: sumisas y románticas o mujerzuelas y
locas. Esa liberación la obtiene Mújica como escritora y se las otorga a sus protagonistas a través
9
En el ensayo Monjas y escritoras de 1991, Mújica Presenta a Santa Teresa de Jesús siglo (1515-1582, España)
como una mujer dotada, natural y soberbiamente de las condiciones exigidas por el arte de escribir. A los 12 años
con ayuda de su hermano Rodrigo escribió una novela de caballería. Fundadora de las carmelitas descalzas.
10
En el ensayo Monjas y escritoras de 1991, Mújica publica una biografía sobre Francisca Josefa del Castillo (1671-
1742, Tunja), nuestra monja clarisa considerada la primera escritora colombiana. En este semblante de su vida, el
interés de Mújica se dirige a mostrarnos una mujer de una voluntad lectora excepcional en medio de unas
condiciones adversas y por momentos deplorables
11
En el ensayo Monjas y escritoras de 1991, Mújica Presenta a Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695, México)
como una de las poetisas más excelsas de todos los tiempos y lenguas. Sus inquietudes literarias sobrepasaron la del
común.
12
En el ensayo Monjas y escritoras de 1991, Mújica Presenta a la beata Edith Stein (1891-1942, Alemania) como
una monja carmelita entronizada en los altares por Juan Pablo II. De precocidad intelectual. Prestó servicios en la
Cruz Roja y fue condecorada, obtuvo el doctorado en filosofía a los 24 años. Pionera del movimiento feminista
europeo. A los 15 años fue atea.
13
Nace en (1833 -1913, Bogotá). Fue una de las escritoras más prolíficas del siglo XIX en Colombia. Fue novelista,
cuentista, periodista, historiadora y editora, escribió 21 novelas, 48 cuentos, 4 obras de teatro, 43 estudios sociales y
literarios, y 21 tratados de historia; fundó y dirigió cinco periódicos, además hizo numerosas traducciones.
14
Fue una de las primeras alumnas del colegio La Enseñanza creado por Clemencia Caicedo en la época de 1770
para la mujer neogranadina. Realmente se llamó Rosa de Jesús Cuéllar de Timaná. Su padre don Salvador Cuéllar
terrateniente de Guacallo. Fray Josef de Montealegre trabajó mucho para dar a conocer su obra y la Biblioteca de la
Presidencia de Colombia incluyó en una colección la obra de don Manuel del Socorro Rodríguez titulada
“Fundación del Monasterio de la Enseñanza” (volumen 44) que permanece inédita y que constituye una fuente de
primer orden para la historia del más antiguo plantel de educación femenina en Santafé de Bogotá. Datos tomados
del estudio realizado bajo el título “Una educadora colonial olvidada Sor Petronila de Cuéllar” por don Sergio Elías
Ortiz. Artículo N.19 de 1963, Boletín Cultural y Bibliográfico de la Biblioteca Luis Ángel Arango.
15
Según el profesor Oscar Hincapié Grisales es un personaje de la Odisea. Es hija de Alcínoo, rey de los feacios, y
de la reina Arete. Robert de Greiff hace una novela basada en la Odisea en la que aparece una mujer: Nausícaa;
efectivamente el personaje está en la de Homero pero en la de este autor se presenta como la narradora de la obra y
como la que verdaderamente escribió la Odisea en un acto total de imaginación. Una mujer audaz, valiente, que no
pide perdón por lo que siente, es ella, no le pide permiso a los hombres, les dice que los quiere y punto. Es de los
personajes femeninos más valerosos. En el canto 6 de la Odisea aparece manejando su propio carruaje de mulas.
Lleva unos tejidos a unas fuentes de agua fresca para limpiarlas. En la novela de Robert hace cosas parecidas pero
con un carácter muy potente, un personaje muy construido.
24
de ese discurso femenino, de ese monólogo interior, de esa “reactualización del discurso” que las
ayuda a liberarse a partir de la reflexión, de la autoconfesión. Si, esa reflexión las acerca a los
libros, a su interés por estudiar, por participar en tertulias como lo veremos más adelante en el
capítulo dos cuando analicemos cada uno de los personajes de su trilogía narrativa,
con respecto a la obra de Helena Araújo: “Lo que Araújo logra, por lo tanto, es la reactualización
de los discursos de la mujer que no se pudo expresar ni pudo contar su pequeña historia, su
pequeña epopeya feminista en el camino hacia su libertad” (p. 203). Así como los personajes
femeninos de Araújo, las protagonistas de las obras de Mújica también pasan de la sumisión, el
Según Sánchez hay una reconstrucción del papel de las mujeres durante la colonia a
través de la escritura y la re-escritura, y lo demuestra por medio de las féminas de algunas obras
de Araújo, por ejemplo, en el texto Las cuitas de Carlota, Sánchez menciona que ya Araújo
comienza a tejer varias líneas de interpretación en donde converge por un lado, el elemento del
género literario que complejiza el nivel discursivo, y de otro, el elemento de la representación del
personaje femenino teniendo como referencia el quiebre temporal de “esos años” que también
vemos en los personajes de Mújica: Celina, Catalina y Mirza pues frecuentemente regresan al
pasado (infancia, juventud, edad madura), para cuestionar ese destino que les han endilgado y
así sus discursos también adquieren en ciertos momentos un aire confesional, miremos como lo
autobiográfica y del modo epistolar nos muestra una simetría: el personaje femenino está
dispersos que parecen no tener nada que ver con el personaje; no obstante, es en la
directo porque en él, el personaje habla por su propia cuenta; sin que nadie lo cuente a él. El
monólogo interior por cierto participa de esta forma de enunciación dramática, habla en primera
Por lo demás, de las palabras de mamá se desprendía que el papel de las esposas se
hallaba previsto hasta en los menores detalles. No cabía ninguna alarma. Y, en fin,
después de todo, cada día mi marido se marcharía a sus ocupaciones y yo quedaría sola,
como el de la cita anterior, difíciles por cierto; unos giran en torno a la relación inadecuada que
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lleva con su madre, quien era autoritaria y orgullosa; los otros están relacionados con su esposo
Samuel. De éste siente temor todo el tiempo, y guarda silencio sin protestar ante sus
matrimonio, un significado que ni siquiera a su amiga Domitila le había dicho, y que cuando ella
le habla de felicidad, Catalina solo recuerda su infancia. Veamos como lo narra Mújica:
Mi amiga nunca sabría por mí que en los primeros días de la luna de miel me repetía con
una especie de orgullo herido: “¿De modo que el matrimonio es esto?” Mi ira y un poco
no de una vez, sino lentamente, y conducía mi cuerpo, lo mismo que si le fuera abriendo
Estar sola por largas horas en la casa, esperando el anochecer para que un hombre la haga
sentir tan miserable, la hace desear una forma para esa voz interna que la habita, que la
desorienta, que la sorprende, que la recupera. Esa voz es llamada “reprise” por Pimentel:
Esta especie de reprise narrativo tiene como efecto no sólo la sorpresa sino la
vastedad de los tiempos evocados, el tiempo exterior no ha transcurrido; que toda una
vida se ha ido en un instante, en el intervalo entre la puerta que se cierra y el camino que
El descubrimiento que tiene Catalina de su realidad a partir de ese “reprise” del que nos
trabajado ya desde Sánchez, pero que ahora ampliaremos desde el modelo de representación de
27
la conciencia identificado como “memoria recategorial” según el autor Gerald Edelman (1989)
describen la actividad del cerebro como un proceso de selección y mapeo neuronal que
siendo estas últimas la base de una “memoria recategorial” que permite interpretar y
hacer consciente el dato perceptual, al punto de que “recuerdos previos y actividades del
momento interactúan”.
Estas técnicas narrativas que construyen estos procesos de conciencia que van desde el
interior de memoria19 son las diversas variantes de complejas formas de mediación narrativa y de
convergencia de voces que constituyen el monólogo narrado. En este punto nos queda claro que
la obra está escrita en primera persona, que todo el tiempo Catalina recuerda, reflexiona, analiza
y cuenta en presente también algunos hechos. Nos deja cierta insatisfacción que la escritora
Mary Berg, en el texto Las novelas de Mújica afirme: “La Catalina Aguirre de la escritora
colombiana es una mujer que no tiene derecho a una voz propia dentro del ambiente masculino
que habita […] Luego, la protagonista cuenta su historia en primera persona, como indagadora
aturdida de sí misma” (2007, p. 40). Parece errar en su apreciación porque al leer detenidamente
16
Participa de la forma de enunciación dramática. Es directa y habla en primera persona. Expresa y su punto de
partida no es narrativo. En el discurso expresivo todo está en el aquí y el ahora del que habla. Su discurso es
experiencial así se regrese al pasado. La temporalidad es internamente difícil porque se da en diferentes jerarquías.
El encadenamiento, la construcción de andamiajes temporales permite saber lo de antes, ahora y después.
17
Es el mundo que se describe afuera además del personaje que descubre un mundo interior. Para esto nos debemos
volver competentes narrativamente. No hay choque entre las dos voces porque se diferencia la voz del personaje con
la del marco narrativo. Por todo esto no es disonante. Lo contrario es Mimetismo camaleónico.
18
Es autobiográfico. Narra un yo viejo, un yo joven.
19
Cuando se acuerda de algo y a partir de éste se acuerda de otra cosa.
28
la historia, Catalina cuenta su propia historia todo el tiempo, además Berg (2007) vuelve a
aseverar que:
Catalina se enfoca en el poder de la palabra hablada -Catalina es tan mal educada que le
expresar en público quién es. La falta de confianza de Catalina llega al extremo de que
tiempo cosiendo con su amiga Domitila; otras veces lo hacía con el piano, porque con ello según
Mújica: “conseguía salir de mi misma como como si tomara un narcótico. Pero alejarme de la
realidad sin crear otra para reemplazarla, no me daba ningún apoyo” (Mújica, 1963, p.52).
Cuando ella no atiende al llamado de Emilia es porque sentía desagrado, ya estaba enterada de
los amoríos de ésta con su esposo y no le importaba para nada que le anunciara la llegada de
Samuel. En la página treinta y cuatro también menciona que en las noches con Samuel, él le
infundía olvido, pero este olvido en el día se transformaba en conciencia de sí misma y de lo que
le rodeaba. Sentía el deseo de participar en empresas grandes como conquistar derechos políticos
para las mujeres. Esto lo sentía cuando hablaba con Ricardo Gómez, el que dirigía la tertulia y a
quien el doctor Bullón animaba para que publicara su libro. Ricardo también la invitaba a no
página cincuenta y tres reconoce que no es libre, que debe cumplir con su marido y su familia
para conservar el equilibrio en la casa. No es porque perdiera la identidad como ama, ni que le
aburriera la literatura porque el personaje nunca lo expresa en la novela y por el contrario, lee
muchos libros de Carlota Braeme, de Carolina Invernizio, Víctor Hugo, Bécquer, Núñez de Arce,
Nietzsche y de María del pilar Sinués. También participa de la tertulia. Está tan feliz con la
29
tertulia que dice: “acepté encantada el proyecto. Las horas dedicadas a la tertulia darían objeto a
mi vida” (Mújica, 1963, p. 59). En ésta compite con Domitila para ver quién tiene la mejor letra.
En la página cuarenta menciona por ejemplo, que en el colegio tenía conversaciones malas con
su amiga Domitila, pero eran casi iguales en edad y conocimiento. También menciona en la
página noventa y seis que cuando llegaba su padre después del trabajo, ella lo llevaba a la sala
para leerle y tocarle el piano. Todo se arruinaba cuando él llamaba a su madre. María la niñera
además le leía con su voz cálida y ella amaba esos momentos desde pequeña.
después de haber estado con ella en la finca. Ese personaje es María Amalia y así lo describe
Catalina: “un día me vino la idea de que María Amalia debía estar tarada desde su nacimiento,
víctima de alguna herencia recibida de Hortensia, su madre […] además ella carecía de
educación. No sabía ni siquiera hablar bien” (Mújica, 1963, p.112). Esto lo ampliaremos en el
subcapítulo titulado “Catalina y las nuevas representaciones de la mujer”. Otro dato que
inquieta, es que Berg en las referencias no cita la obra de Mújica y pone que la cita está en la
o autobiográfico los veremos antes de iniciar con nuestro objeto de estudio en otras obras al
abordar el tema tradición y escritura de mujeres desde La loca del desván de las autoras
Carolina Álzate, pues sorprende confirmar que el mundo tiene muchas mujeres valientes que
fueron más allá de los condicionamientos sociales impuestos a ellas de modo desigual y
historia y la literatura como Montserrat Ordoñez, quien realiza una investigación llamada
ellas hallan su diario desaparecido desde 1952. Ordoñez y Acosta después de leer los textos
narrativos de Soledad Acosta de Samper, observan que éstos se escriben sin personajes
predominantes, es decir, sin hacer énfasis en hombres letrados o destacados de la época y sin
constituir en sujetos autobiográficos a las mujeres porque ella hacía de éstas, simplemente
descripciones generales que aparecían de manera similar en las novelas escritas en el siglo XIX.
Ordoñez y Acosta encuentran también que sus textos reflejaban el temor a la escritura pública y
al rechazo de sus lectores. A este rechazo que sufrían las mujeres escritoras hace alusión Donald
Sassoon en el texto Las mujeres y las novelas. Comparten ese pensamiento de rechazo muchos
escritores de la época impulsados por la envidia que les daba las ganancias obtenidas por mujeres
que se ocultaban tras los seudónimos masculinos y que escribían para el sector inferior del
mercado-el de las mujeres que escribían para otras mujeres- como Fanny Trollope, quien era la
única fuente de ingreso de una familia grande. Ella ganó 80 libras con un libro titulado The
Domestic Manners of the Americans. También tenemos a María Evans (George Eliot), quien
ganó más que Lewis20 y perteneció a la primera división del canon literario y destacó que no es
necesario fallecer para ser una gran escritora. Obra destacada: El molino junto al Floss. Se hizo
muy rica.
Entre los autores envidiosos según Sassoon está Nathaniel Hawthorne, ya que en 1855
escribió: “América está hoy totalmente entregada a una condenada turba de escritorzuelas, y no
tendré una sola posibilidad de éxito mientras el gusto del público se halle ocupado con sus
20
Crítico literario, novelista, académico, locutor de radio y ensayista británico, reconocido por sus novelas de
ficción, especialmente por las Cartas del diablo a su sobrino, Las crónicas de Narnia y la Trilogía cósmica, y
también por sus ensayos apologéticos.
31
porquerías” (2006, p.579). Y son estas palabras expresadas por los hombres que atrevidamente
llevan también a las grafías, las que cruzan los límites de la expresión y del idioma, las que
amplían las brechas de género. Ellos lo hacen motivados por una falsa creencia de superioridad,
y esto simplemente marca el abismo entre los sexos. Los hombres con estas palabras prolongan
escribir como bien lo indica Héléne Cixous (2001, p. 12) en el texto Velos:
El libro así encuadernado se junta primeramente como el tratado jugado de esa suerte, en
suma. La diferencia sexual cruza los parajes del idioma. Se percibe la envergadura
escondida de toda una historia, la que se ha envuelto, a veces disimulado, en los pliegues
también en el texto las mujeres en la Ilustración y las voces de la madre Petronila escrito por
María Teresa García Schlegel. Ella plantea en el texto como el 25 de abril de 1783, siglo XVIII
unos pasquines en Santafé con aire juvenil y fresco transformaron el siglo de las luces. La
ilustración en la Nueva Granada, el sabio José Celestino Mutis, creó un vigoroso movimiento
científico que influyó para que la Corona emprendiera la Expedición Botánica, se construyó el
misma, al igual que su literatura. Formaba parte del grupo letrado, la clase criolla educada que se
Los jóvenes criollos: Antonio Nariño, Francisco José de Caldas, Francisco Antonio Zea
entre otros, la generación de “los Precursores” gestaban nuevas ideas y gestaban planes de
32
independencia. Pero siendo esta una época de cambios, la mentalidad con respecto a la mujer
también sufrió transformaciones. La vida de la mujer blanca prototipo de la clase alta, seguía
sujeta a duras restricciones pero se liberaba en la escritura, García Schlegel (1995) así
nuevamente lo afirma:
La literatura había hecho eco de ello al fomentar, durante siglos, una visión femenina
idealizada para las clases altas “la mujer era el baluarte de la tradición y de la pureza de la
Pero la mujer descubrió que había un mundo diferente al de las cuatro paredes en las que
transcurría su vida y empezó a participar de los placeres de una corte letrada incipiente. Esto lo
vemos con féminas como Doña Manuela Sanz de Santa María, honorable matrona santafereña,
quien abre su casa a los talentos literarios de la época. En su tertulia del Buen Gusto 21, se
revolucionario. Unía las dotes de naturalista y literata. Su pasión por la vida intelectual era tal
que había organizado un gabinete de historia natural, que le valió las alabanzas del sabio
Alexander von Humboldt e influyó tanto en su hija que ésta la superó en talento para la escritura,
en efecto García: “su hija Tomasa cultivó con mejor suerte la musa literaria. Murió soltera y no
21
María Manuela Sanz de Santamaría Ricaurte nació en Santafé. Era hija de don Francisco Sanz de Santamaría y de
doña Petronila Prieto Ricaurte, reconocidos personajes de la sociedad santafereña. Su educación fue un asunto de
gran menester para sus padres, especialmente para su madre, quien “quiso que sus hijas brillasen por los primores
del espíritu, más que por cualquier otro adorno1”. Sabía latín, italiano y francés y traducía diversos textos para sus
hijos estudiantes. Fue una destacada intelectual, propietaria de una biblioteca de Historia Natural. Hacia 1801,
fundó y presidió la Tertulia Del buen gusto, en donde surgieron tanto nuevas ideas como sociabilidades, pues los
espacios en donde se llevaban a cabo las reuniones habían roto la división masculina y femenina antes imperante. El
estrado femenino, lugar de la sala exclusivo de las mujeres, amoblado con cojines, costureros y pequeñas mesas en
donde se recibían visitas, se educaba a los hijos y se hacían las oraciones, así como el espacio masculino, de
escritorios pesados y sillas altas en donde conversaban los hombres, se fusionaron dando origen a un solo salón que
permitía la convivencia entre ambos sexos y propiciaba un nuevo ambiente adornado. Santafé albergó las tertulias
más conocidas del territorio neogranadino: el Arcano sublime de la filantropía, a cargo de Antonio Nariño, la
Tertulia Eutropélica de Manuel del Socorro Rodríguez y la Tertulia Del buen gusto de Manuela Sanz de Santamaría.
Tomado de http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/septiembre2012/las-mujeres-de-la-tertulia-
del-buen-gusto-y-sus-amores
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se conservan de sus versos, sino una poesía muy mediana a imitación de Oda de Safo” (1995, p.
Estas memorias todo tienen que ver con nosotros sí sabemos ver sin saber, es decir, si
sabemos leer lo que sólo se escribe. La escritura es no-vidente, sobre todo, no sabe,
avanza sin saber absoluto. Ése es uno de los temas constantes de la obra poética de
Héléne Cixous. Todo esto también tiene que ver con una teoría de lo que ella ha llamado
Siguiendo con el tema de las mujeres que escribían, ese espacio del que venimos
hablando hizo un lugar para otro tipo de mujer que aparece en las obras de Francisco Antonio
Vélez Ladrón de Guevara22: las mujeres de sus obras son pecadoras, coquetas, juveniles, y
fatuas. Algunas de sus obras llevaron títulos muy sugestivos: “A una dama postrada en la cama”,
hacer con su tiempo cosas más importantes y es por eso que decide integrarse a la tertulia que
propone el doctor Bullón para que la dirija Ricardo Gómez, quien había estudiado Filosofía y
Letras En Bogotá, así lo expresa Bullón: “de ahora en adelante te visitaré con más frecuencia-
anunció-y traeré a Ricardo Gómez. Formaremos una tertulia como hay en muchas partes, a fin de
leer y comentar libros. Es terrible estar metidos en un agujero como éste. Debemos buscar una
salida para no asfixiarnos” (1963, p. 59). Ella acepta encantada el proyecto y las horas dedicadas
a la tertulia darían objeto a su vida. Manifiesta que sus amigos y ella olvidaban sus problemas
personales para pensar en otros, más altos. Está tan feliz que reitera la invitación a Ricardo para
que olvide sus desalientos y a Domitila que es aficionada a la lectura para cerrarle la boca a
22
Nacido en 1721 y muerto probablemente hacia 1782, marcó toda una época en sus versos festivos. El especialista
Héctor H. Orjuela lo considera el poeta más importante de la poesía rococó en Hispanoamérica.
34
quienes estuvieran inclinados a pensar mal por reunirse con otro hombre. Esta situación de todas
maneras la atormentaba y cuando se confesaba con el padre Tobías se aseguraba que, al ponerse
en una situación como la de ella, Dios le indicara precisamente cuál era el camino que debía
Siempre me repetía:
-Para conquistar el cielo representa una ventaja no creer en la felicidad de este mundo.
Sin embargo, yo quería que fuera de otro modo. A mis ojos, la consagración a Dios solo
valía si uno sacrificaba algo por él. Cuando no tenía que entregar, carecía de mérito. Yo
se lo explicaba al padre, pero se indignaba (…) El padre tenía razón. Pero yo deseaba la
Podemos ver cómo Elisa Mújica, Manuela Sanz de Santa María y su hija Tomasa ahora
por fin aman su miopía, ese don al revés, pueden amarla como dice Cixous en el texto Sa(v)er
porque va a acabarse. Ha caído en un estado de adiós, ya que ellas aunaron esfuerzos para leer,
para preparase, para salir de ese lugar que las atrapa a través de los libros, en efecto: “Antes no
era una mujer era primero una miope, es decir, una enmascarada. Nadie ve los ojos detrás de la
De esta manera García confirma el deseo de muchas mujeres por salir del encierro y darle
vida a ese “yo” reprimido. Se empiezan a escuchar sus voces a través de la aparición de panfletos
que informaban sobre la inconformidad reinante, a nivel cultural, social y político. Según García
35
un panfleto político particular que se destacó en la época fue “Las Brujas”, y se lo atribuyeron a
Era una sátira social que coincidía con la destitución del presidente Francisco de Meneses Bravo
de Saravia. Esta situación de catalogar mal a las mujeres por sus reclamaciones e intenciones de
escribirse se retoma en La loca del desván, ya que el gobernador John Winthrop asegura que
Anne Hopkins perdió el juicio por escribir, no le hubiese sucedido si se hubiera dedicado al
hogar; tal como le sucedió a Helena Araújo, quien tuvo que exiliarse en Europa para renunciar a
su destino, ese destino al que la habían atado, así lo afirma Beatriz Vanegas Athías en el artículo
digital que hace sobre la tesis doctoral de María Clemencia Sánchez, titulado Uno no nace
mujer24:
Enfrentar a finales de los años sesenta un juicio ante la Corte Eclesiástica en el que se le
acusaba de ser mujer incapaz de dar a su esposo un hijo varón. Además de ser recluida en
física y mental la llevó a exiliarse en Suiza, no sin antes ser separada de sus cuatro hijas.
Este tipo de prejuicios y expresiones hacen parte del logocentrismo, término planteado
por Cixous en el texto La risa de la medusa porque somete al pensamiento a todos los
conceptos, los códigos, los valores, a un sistema de dos términos que están en relación con “la”
Cixous plantea que hace parte de la teoría de la cultura, de la sociedad ya que el conjunto de
23
Ambas lucharon por la independencia y de cierta forma contribuyeron al cambio de la percepción sobre la mujer
sumisa sujeta a lo que diga el marido o el gobierno machista que las excluía de la participación política.
Construyeron un concepto de mujer capaz de aportar a los intereses del pueblo y a las gestas independentistas.
24
Tomado de El Meridiano de Sucre http://www.elmeridianodesucre.com.co/editorial/columnistas/item/11250-una-
no-nace-mujer
36
diferencia sexual. La mujer siempre está al lado de la pasividad. (Cixous, 1995, p.15)
Graíno en el texto Las mujeres castellanas de los siglos XV Y XVI y su presencia en América. En
él la autora señala que durante los siglos XV Y XVI, la sociedad castellana realizó la transición
trasladarían a las Indas, pero con las diferencias impuestas por la particular realidad social
americana. En Castilla, la ley dividía a las mujeres mucho más que a los hombres, pues los
ponía en ventaja, ejemplo, la mujer se casaba si el padre o su hermano le daban permiso, una
viuda perdía la tutela de sus hijos si contraía un segundo matrimonio, por el adulterio podían
perder la vida, sobre este delito la ley no planteaba nada respecto a los hombres. Ambos eran
distintos ante la ley. A ese sometimiento Cixous lo nombra en el texto La Risa de la medusa,
pulverizando el discurso: así la han oído siempre desde la época en que la sociedad masculina
empezó a marginarla de la parte central del escenario, a expulsarla, a despojarla. Desde Medea,
Podemos decir entonces que Elisa Mújica, Helena Araújo, Soledad Acosta, Santa Teresa,
Bertilda Samper entre muchas otras fueron todas locas que le dieron sentido a sus vidas a través
de la escritura. Si nos detenemos un poco en una mujer como Soledad Acosta que históricamente
37
es muy importante para Colombia por su contribución como periodista, escritora e historiadora
podremos comprobar que es otra mujer que dejó de ser miope, dejó de ser pasiva, pues aunque
en su diario muestra momentos de desequilibrio emocional, piensa que tiene gustos raros, le
gusta lo fantástico, al salir de paseo todo le es indiferente, se queda varios días sin escribir, se
siente medio loca pensando lo que es la vida y lo mucho que se puede equivocar con las
personas. Recuerda a Rousseau cuando habla de Dios, que está en el pájaro, la piedra, la hoja.
Sufre la compañía de gente insoportable, en ocasiones habla mal de gente que conoce, de amigas
que la decepcionan, de su prima con quien no tiene simpatía, recuerda a su amado padre, ya
Escribir abre su mente y encuentra nuevas ideas. Escribe lo que piensa y no lo que le
mundo que le rodea; autofiguración romántica de un yo femenino que escribe sobre su amado a
quien llama “mi bien”, “mi trovador”, porque comprendió su melancolía. El hilo del diario es su
relación amorosa a manera de autobiografía, la situación de guerra que sufre el país y la vida
cotidiana. Narra el golpe de estado que precede a la guerra y como los hombres huyen de la
femenina de su momento; una cosa es el sexo y otra el género. El sexo es físico y el género son
rasgos y comportamientos. Sobre esta situación Mújica le dice a Aída Calero que así como la
personalidad tiene que verterse sobre lo que se hace, también se tiene que notar el sexo en la
escritura así como se nota la nacionalidad y la época. Si se trasluce la época y el país debe
traslucirse el sexo en la literatura y en todas las manifestaciones del arte (Calero, 1988). Esta
medusa por Cixous (1995, p. 17) cuando dice que sin importar la época la mayoría de las
mujeres que han despertado recuerdan haber dormido, haber sido dormidas, en efecto:
Las bellas duermen en sus bosques, esperando que los príncipes lleguen a despertarlas
[…] bellas, pero pasivas; por tanto, deseables. De ellas emana todo misterio. Es a los
hombres a quienes les gusta jugar a muñecas. Como es sabido desde Pygmalion. Su viejo
sueño: ser dios madre. La mejor madre, la segunda, la que da el segundo nacimiento.
Ese despertar de la mujer empezó a recibir apoyo de más personas y entidades, así lo
afirma García Schlegel cuando nos cuenta en su texto que la educación fue la preocupación de
los gobiernos en el siglo XVIII, pero se buscó excluir a los religiosos de la enseñanza pública y
por eso se expulsaron los jesuitas para que no fueran un obstáculo de las nuevas necesidades
ideas. El virrey nombraba rectores, catedráticos, aprobaba los planes de estudio. Había mucho
entusiasmo por las ciencias y se producían muchos artículos sobre este tema en los periódicos de
la época, y se sigue fortaleciendo con ello la participación de la mujer, por ejemplo: doña
Según García Schlegel se impulsó también la escuela primaria para todos, se crearon
escuelas de arte y oficios para los artesanos y se fomentó la educación de la mujer. El 2 de abril
iba a abrir sus puertas como primer colegio de educación femenina en el Nuevo Reino para que
39
las familias llevaran pronto a sus hijas. Hasta entonces para la enseñanza de la mujer solo
existían los conventos de monjas: La Merced, Santa Clara, Santa Teresa, y otros, en los que
Ésta tradición le impedía a la mujer enseñar. Surge entonces la maestra como el tipo femenino
que corresponde al siglo XIX, las monjas y laicas empiezan a enseñar profesionalmente.
García Schlegel menciona como en 1776, doña María Clemencia Caicedo26 inició los
preparativos para la fundación de un convento que funcionara como colegio para las niñas. Tuvo
empezó a funcionar con 25 alumnas de la alta sociedad que pagaban 100 pesos por año y 250
hijas del pueblo que no pagaban. Se les educaba para la vida doméstica. La labor de educarlas le
correspondió a la madre María Petronila Cuéllar27, autora de uno de los poquísimos escritos de
animan a escribir y 22 años después, en 1805 Petronila, se propone recoger en un libro una serie
de consideraciones espirituales, consejos y avisos para las religiosas del convento como
educadoras de la juventud, esto fue una novedad que los hombres de la época entraron a dañar,
25
Pablo de Tarso. La tradición paulina insiste en la superioridad del sacerdocio de Cristo con relación al sacerdocio
levítico, tal como éste se expresa en la ley mosaica.
26
Durante el Gobierno del señor Messía de la Zerda se fundó en Santafé el primer establecimiento de educación
para la mujer, a la vez para las de la clase elevada de la sociedad y para las hijas del pueblo. Doña Clemencia
Caicedo, de familia patricia, hija de don José de Caicedo y de doña Mariana Vélez, nació en la antigua capital del
Virreinato en 1707; viuda de don Francisco Javier Echeverri, y muerto el único hijo de ese matrimonio, casó doña
Clemencia con el Oidor Joaquín Aróstegui, y no habiendo tenido descendencia, resolvió la bella y rica dama, con la
anuencia de su esposo, fundar la casa de educación a que nos referimos. Tomado de
http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/crbogota/23a.htm
27
Nace en la villa de Timaná en 1761; hija de doña Josefina Cuellar y don Francisco de Cuéllar, alcalde de aquella
villa. Conocen a Clemencia al tropezar con ella en la plaza de la catedral de Chiquinquirá. Ellos le pidieron que se
hicieran cargo de su hija y ella aceptó gustosa, pues había tenido un sueño que le dijo que una niña iba a ser la
columna de su obra. Fue una premonición.
40
Hasta entonces, los textos conocidos de religiosas de la Colonia (casi que las únicas en
pecaminosa les confería el derecho a recibir una instrucción) están escritos en el género
hagiográfico28[…] la mayoría de estos textos habían sido escritos por los confesores,
negándoles a las mujeres la autoría absoluta de sus producciones. Entre las escritoras
rebeldía y misticismo.
El deseo de escribir y educar a las mujeres para que dejaran de ser “lo otro”, “el objeto”
fue evidente en mujeres como Clemencia Caicedo, la madre Francisca Josefa y sobre todo
Simone de Beauvoir quien ha sido una de las feministas más importante, pues luchó por la
igualdad entre sexos, denunció la inadecuada educación que recibían las niñas, les inculcó el
valor de la maternidad como una manera femenina de realizarse como personas, pues la
maternidad no debía estar sujeta a la “trampa” impuesta por la sociedad patriarcal como el
matrimonio y la familia. Temas como estos son abordados en textos como El segundo sexo
(1949), en el que se consideran elementos fundacionales del feminismo. Como estas mujeres
está también Michelle Perrot, quien fue una de las iniciadoras en Francia del movimiento de
historiadoras que ofrecieron a las mujeres y a los hombres la dimensión de la acción de las
mujeres en el pasado, la evolución de su estatus, las luchas y las estrategias para obtener su
independencia. Perrot como sus colegas de universidad estaba cansada de sufrir el desempleo y
menos que al hombre en los principales ámbitos de la sociedad. Ella estaba segura que las
28
Historia de las vidas de los santos. Al autor o practicante de la hagiografía se le denomina hagiógrafo. Se
denomina también como hagiógrafo a cualquier autor de los libros de la Sagrada Escritura, y, en la Biblia hebrea, a
cada libro de la tercera parte.
41
mujeres tenían una historia y que tardíamente comenzaron a construirla, pero se apropiarían de
ella después. Ella nos cuenta en el texto Mi historia de las mujeres que por el lado de su familia
no encontró ningún obstáculo, pues sus padres eran decididamente igualitarios, eran unos
feministas sin teoría, y ellos la alentaron al estudio e incluso a la ambición. Perrot menciona
también como El segundo sexo de Simone de Beauvoir le permitió llegar a la historia de las
mujeres en los años setenta, con el envión del Mayo francés y sobre todo del movimiento de las
mujeres, con los que se topó de frente en la Sorbona donde ella era profesora adjunta y luego en
París porque a lo largo de veinte años las cosas habían cambiado, y ella también. Cuando Perrot
profesora, tras su doctorado y ya podía tomar iniciativas. En 1973, por ejemplo, hizo con Pauline
Schmitt y Fabienne Bock un primer curso que llamaron "¿Las mujeres tienen una historia?",
título que delataba sus incertidumbres porque no estaban seguras de que las mujeres tuvieran una
historia, sobre todo porque el estructuralismo de Claude Lévi-Strauss había insistido mucho en el
papel que ellas tenían en la reproducción y los lazos familiares: "Intercambio de bienes,
todos hombres. Pero las alumnas eran cada vez más numerosas, aun cuando muchas
escándalo. Yo estaba decididamente de su lado, pero la lectura parcial que entonces hice
de ese texto no me conmovió. No pude ver su riqueza hasta tiempo después. (2006, p. 6)
Como ellas no sabían cómo enseñar esa historia. No tenían materiales ni métodos, sólo
preguntas, apelaron a las sociólogas, más adelantadas que ellas, a colegas historiadores, y les
42
preguntaron cómo habían resuelto en sus estudios históricos la cuestión de las mujeres. Ella nos
cuenta que el curso fue un gran éxito, que el movimiento Feminista estaba en marcha y ya no se
menosprecio padecido por la mujer en su texto Soledad Acosta de Samper: el eco de un grito fue
a tal punto que los hombres se apropiaban de sus obras. Menos mal dice él que ahora se fomenta
siglos ha estado silenciando una realidad: la mujer siempre ha existido, y su naturaleza ha sido
La mayoría, sin embargo, se han mantenido disfrazadas y ocultas tras los hechos
primeras en salir de ese estado de figura secundaria y anónima en Colombia, fue doña
Soledad Acosta de Samper, considerada por muchos estudiosos como la mujer más
importante dentro de la literatura colombiana del siglo XIX. (Samper, 1995, p. 133)
una líder cívica, una de las primeras mujeres que se atrevió a expresar lo que pensaba, lo que
sentía, y lo que la afectaba como lo hemos visto en algunos párrafos de este ejercicio escritural.
Y si continuamos con el tema de la pérdida de autoría por parte de las mujeres, encontramos que
pioneras de la escritura, por ello María Clemencia Sánchez, en su tesis para doctorado titulada
colación a Francisca Josefa del Castillo (1671-1742). En este trabajo Sánchez menciona el hecho
de que en 1991, Elisa Mújica publica una biografía sobre Francisca Josefa, la monja clarisa
Mújica, su interés es mostrarnos una mujer de una voluntad lectora excepcional en medio de
unas condiciones adversas y por momentos deplorables. A la vez, dice que Mújica intenta
acercarnos al secreto de la escritora que nace en la evocación de otras mujeres escritoras, que
como ella habían pasado sus vidas en un convento. La ardiente solitaria29, por ejemplo, aprendió
a leer muy temprano en un mundo donde las mujeres letradas eran rara-avis. El primer libro que
tuvo Francisca entre sus manos fue El libro de las fundaciones de Teresa de Ávila por iniciativa
de su madre quien también le enseñó a leer con los textos de Juana Inés de la Cruz. Ella utilizó
una voz narradora autobiográfica y poética mística. Mújica comenta que es un proceso especular
de una identidad femenina que construye su voz autorial en relación a otras voces igualmente
Así como la madre Francisca había leído a otras mujeres; Mújica cuenta que Catalina
también lo había hecho, ya que leyó las novelas de Carlota Braeme30, de Carolina Invernezzo31 y
María del Pilar Sinués32. También las había leído Rebeca Fernández Aguirre, parienta de su
padre que “conocía el mundo”. Se reunían a comentarlas juntas y eso las arrastraba a otras
confidencias relacionadas con los hombres, ya que según Catalina sabía manejarlos. Además,
ella sabía aludir delicadamente y sin herirle al vacío de su vida. Así como la hermana Francisca y
Petronila, Catalina sigue confirmando su entusiasmo por la lectura cuando dice que María ejercía
29
Así llama Mújica a Francisca Josefa del Castillo.
30
Novelista inglés (1836-1884). Su novela más famosa es Dora Thorne, a veces la llamaban de esa manera. Asistió
a colegios de monjas en Bristol y Preston, mantuvo a la familia con su escritura, pues tuvo nueve hijos con un joyero
llamado Edward Phillip Brame quien era un borracho y mal negociante. Debido a la piratería fracasan
económicamente; ella muere, él se suicida, mueren 5 de sus hijos y los otros 4 hijos fueron tomados en custodia.
31
Escritora italiana (1851-1916). Estudió en el Instituto Técnico de la Ciencia. Publica Un autor dramático, con la
editorial Barbini Milán en 1876. En 1877 se publicó su primera novela, Rina o el ángel de los Alpes. Llegó a
publicar por cuatro décadas, 123 libros, muchos de ellos con el subtítulo de "novela histórica social".
32
Escritora española (1835-1893). Utilizó el seudónimo de 'Laura'. Recibió educación en el convento de Santa Rosa,
gracias a lo cual desarrolló cualidades literarias. De hecho, publicó su primera novela 'Rosa' a los 16 años, seguida
por el poemario 'Mis vigilias' en 1854.
44
el poder de aquietarla cuando le leía “mientras la escuchaba leer, yo soplaba un cañuto mojado
se plasmaba en la obsesión que tenía por heredar el escritorio de su tía política Catalina Torres,
bogotana, que viajó a parís. La madre de Catalina lo guardaba con recelo en el cuarto en que se
encontraba llamado el “gabinete”. Ella le da gracias a Dios porque la distraía ese escritorio
pequeño que se hallaba al frente. Estaba fabricado en madera de ébano y tenía incrustaciones de
nácar. Su silla de montar era también pequeña y delicada, pero ella podría jurar que un escritorio
como ese no existía en ninguna otra casa de Bucaramanga. Su madre lo había heredado de esa tía
política. Para Catalina bastaba que su madre pronunciara la palabra “gabinete” para que la casa
cambiara. Entonces parecía digna de ser habitada por heroínas de novelas, encerradas en
verdaderos gabinetes para escribir diarios (Mújica, 1963). Tenía tanto poder simbólico el
escritorio; que éste representaba desde los más oscuro (muerte de Catalina Torres) hasta los
sobre él); pues su padre dejó escrita su voluntad en un papelito que guardó allí y que Catalina
descubrió y guardó en secreto por un tiempo. Y a lo largo de la historia sigue la presencia fuerte
de este mueble que ella nombra una y otra vez “Sobre mí ejercía fascinación el pequeño
escritorio de mi tía y tocaya Catalina Torres, que tenía mi madre en el gabinete. Deseaba tocarlo,
escribir en él, abrir cada una de las gaveticas secretas y suponer que algún día sería mío”
Ese objeto, el escritorio desde el día en que entró en su casa, fue para ella como si
revivieran las angustias de su infancia. No estaba en sus manos cambiar las circunstancias de su
nacimiento, los celos de su abuela, la incomprensión de su madre. Sin embargo, de ahí provenía
45
todo. Esa relación de la protagonista con el escritorio guarda cierta similitud con el que presenta
Sánchez en su tesis con la hermana Clarisa Francisca Josefa, quien cuenta en su relato
ayudaba a llorar. Sánchez (2012, pp. 26-27) así describe el encuentro de Francisca y Juana con el
espejo:
Aquí a quien evoca Francisca Josefa es a Juana Inés. A las dos las atraía su doble de
espejo.
Estos eventos en la escritura nos muestran la sensibilidad de las mujeres ante una realidad
incierta, que tratan de plasmar en la escritura pero que a la vez las oprime por la dificultad que
tenían de hacerlo por la época. Una escritura que guarda el sello que han dejado en ellas otras
mujeres y es ésta la importancia de este texto de Mújica y su relación con la biografía ulterior
Por un lado, la de ser un signo en una tradición de mujeres que escriben sobre mujeres
monja que abre una línea de fuga en la necesidad de encontrar una autoridad narrativa en
los textos de mujeres. Se trata del ingreso de otras voces femeninas que ya la habitaban y
Esa relación de escritura entre las mujeres se aborda también en el texto de García
Schelegel porque allí se plantea que la madre Julia González aseveraba que Petronila hablaba por
boca de Jesús, se desdoblaba la autora en muchas voces, algunas de ellas sagradas, para
46
compartir la responsabilidad de la escritura. Por boca de ella hablaban Jesús, la Priora, la Virgen,
La escritura es tan intimidante que es necesario construir una “muchipersona”, como bien
ciudad letrada y la ciudad real. Con un espacio real: el convento, la familia, el cielo. Una
moldear la educación femenina por largos años, y no es aventurado afirmar que su estilo incidió
en la escritura femenina después de su muerte. Muchas de las escritoras del siglo XIX salieron de
las aulas de la Enseñanza. Tal es el caso de Bertilda Samper33, escritora mística colombiana,
Así como los textos de Bertilda, la hija de Soledad Acosta de Samper, los de la madre
Instituto Caro y cuervo y se compone de 750 páginas agrupadas en dos partes. En él se muestra
33
Hija de Soledad Acosta de Samper. Bertilda es una de las mujeres escritoras más importante de nuestras letras.
Varias de sus obras teatrales han sido representadas hasta hace poco por las alumnas del colegio La Esperanza,
llamado también el convento La Esperanza.
47
triste, sola e incomprendida. A veces alegre sin explicación. Para ella la vida es monótona:
vivimos de recuerdos y esperanzas. Gilbert y Gubar hablan de este estado como la desesperación
de la mujer monstruo que es innegable y contagiosa. Virginia Woolf las define como esas
mujeres que no se disculpan por sus esfuerzos literarios y que eran para los otros asexuadas,
raras, metafóricamente son el resultado de demasiada narración. Sin embargo ella también
plantea que la libertad intelectual depende de cosas materiales, la poesía depende de la libertad
intelectual y las mujeres siempre han sido pobres, no sólo durante doscientos años, sino desde el
principio de los tiempos. Woolf nos recuerda como las mujeres han gozado de menos libertad
intelectual que los hijos de los esclavos atenienses, como las mujeres no han tenido, pues, la
menor oportunidad de escribir poesía y por eso insiste tanto en obtener dinero y sobre el tener
una habitación propia “de modo que cuando os pido que ganéis dinero y tengáis una habitación
propia, os pido que viváis en presencia de la realidad, que llevéis una vida, al parecer,
Elisa Mújica como las demás autoras también es la loca, el monstruo, que enfrentó barreras
que el orden establecido le impuso a su producción intelectual, por eso en la escritura reflexiona
huir, inmóvil, esperando que lleguen las cosas. Se dedicó a escribir muchísimo tal como lo ha
sugerido Woolf “cuando os pido que escribáis más libros, os insto, pues, a que hagáis algo para
vuestro bien y para el bien del mundo en general” (1967, p. 78). Soledad Acosta de Samper se
basó en escritoras como Madame Staël, Lamartine, Chateubriand, Agripina Samper y Josefa
Acevedo entre otras. Elisa Mújica también se apoyó en Teresa de la Parra, en Emily Dickinson,
1.1. Conclusiones
sujeto que piensa; señalado ya por la simultaneidad que la misma narración muestra a partir de
cada una de las mujeres que participan de sus historias. No lo hace solo desde las protagonistas
como Catalina, Celina y Mirza sino también desde personajes referenciales en sus obras. En
Bogotá de las nubes por ejemplo Mújica nos permite saber que ya se reconocía el talento de la
reconoce a Mirza que no se ha quedado solo como Castell que está, desguarnecido por la
deserción de los amigos. En su petite histoire34 se abren cada día capítulos nuevos y le asevera su
admiración por los nuevos talentos femeninos, pero al mismo tiempo su deseo de enamorarlas
porque le atrae su capacidad intelectual. Son un semillero de talentos femeninos las nuevas
promociones universitarias. Muchacha que brilla, muchacha a la que le echa el guante. Se trata
de una corte discreta, platónica, inherente a mi condición de solterón que huye de las
asegurar que Mirza era una buena chica hace años. Que el lunar aumentaba su atractivo, le
confería misterio. Pero que ella si sufrió la tentación intelectual y ahora cosecha desencanto, y
que allá ella. Plantea que lo último que hará por ayudarla será conseguirle la beca universitaria.
En Catalina se aprecia la influencia literaria cuando la misma Catalina dice que Rebeca
había leído tal como ella novelas de Carlota Braeme, de Carolina Invernezzo y María del Pilar
Sinués y que les gustaba comentarlas juntas y que eso las arrastraba a otras confidencias. Y es así
34
Esta expresión en Francés la utiliza el personaje Bernardo para hacer referencia a su Pequeña historia que valora
todos los talentos femeninos que van surgiendo.
49
como a través de sus obras se develan Ellas; “las locas” se hacen libres a través de la escritura,
los tejidos y el arte porque a través de estas profesiones se sobreponen a prejuicios que las han
tenido atadas. Y sobre todo, como veremos en los capítulos sucesivos, la liberación de Catalina
se dará por una consciencia de su condición de mujer en medio de un contexto y una sociedad
pre-moderna que se ocupaba de condenar a las mujeres que ejercían o intentaban ejercer la
soberanía sobre sus destinos. Y esa soberanía sobre sus destinos, Woolf la denomina: La
simplicidad natural, la fase épica de la literatura femenina porque ha tocado a su fin. La lectura
y la crítica han abierto según Woolf posiblemente a la mujer nuevos horizontes, le han dado
mayor sutileza. El impulso hacia la autobiografía quizá ya se haya consumido. Quizás ahora la
mujer está empezando a utilizar la escritura como un arte, no como un medio de autoexpresión
(1967, p.58).
50
Capítulo 2
sentido de ser una mujer que escribe sobre mujeres en medio de una sociedad patriarcal, en la
que tenían más valor literario los hombres, quienes describían en sus obras a la mujer como un
ser sumiso que muere de amor o que sin el amor o compañía de un hombre no es nadie. Es
renovación porque incluye en sus obras el monólogo interior como estrategia narrativa que
permite psicoanalizar a sus personajes, porque con su forma de escribir rechaza la herencia
inmediata, juega con las expectativas del lector, logra combinar elementos de la novela histórica,
realistas, pero al querer representar la realidad terminan haciéndolo de manera distinta. Así lo
asevera Vanessa Palomo Berjaga (2013, p.2) en su texto El monólogo interior en dos fragmentos
desazón. De esa manera, se evidencia la soledad y la falta de comunicación entre los seres
humanos. Los escritores se interesan por el mundo interior de sus personajes: sus
sentimientos, pensamientos, sensaciones, etc. Parece, entonces, que este tipo de literatura
Con respecto al punto de quiebre y renovación que venimos desarrollando desde las obras
de Mújica, algunas críticas hechas precisamente a los escritores del modernismo anglosajón se
dan porque según los expertos se centran demasiado en lo que les sucede a los personajes y
descuidan los problemas éticos, políticos o sociales. Además plantean que la literatura
modernista muestra la intimidad sin pudor, y precisamente Mújica, es esto lo que logra en sus
obras, combina esos elementos modernistas con los temas políticos, históricos y sociales de la
época. Logra combinar una variedad de estilos, aunque claramente se identifica con el
“Modernismo anglosajón”, por eso Cecilia Hernández de Mendoza en el texto A Elisa Mújica
afirma que Mújica sabe contar a la manera de los costumbristas: lo objetivo, el personaje y su
contexto, estilo que fluye en la difícil espontaneidad de lo complejo. Sus últimas obras están
influenciadas por la narrativa contemporánea ya que alterna los planos, nos enseña la presencia
del punto de vista en un presente desde el cual el personaje va hacia atrás, hacia los lados, hacia
el recuerdo, sin perder la visión de un hoy que está allí informando el mundo de ayer
(Hernández, 1988).
52
2003. Este sencillo trabajo desea inspirar a otros para que indaguen sobre una obra construida a
prosa, que narra a través de sus obras las costumbres, pesares, y alegrías de unos personajes que
con sus vivencias reflejan la realidad de una época en que la mujer tenía bastantes limitaciones.
En sus obras hay mucho de autobiografía, pero ella supera este aspecto y lo trabaja tan
Mújica fue entonces una de esas mujeres que no solo culminaron sus estudios si no que
viajó al extranjero pues en la biografía hecha en el texto Ensayos críticos sobre la obra narrativa
de Elisa Mújica escrita por Monserrat Ordóñez y en la presentación del texto Raíces del cuento
popular en Colombia,35 que hace y publica la biblioteca virtual Luis Ángel Arango, se plantea
que llegó a Bogotá a los ocho años, que su primera educación fue católica, que ella valoraba más
el mundo cotidiano que la rodeaba que el dogmático de la formación religiosa; además, empezó a
trabajar a los catorce años después de la muerte de su padre, lo que le posibilita un contacto más
directo con las realidades sociales cotidianas (Ordóñez , 2007). Pero en la entrevista que le hizo
Aída Calero, exactamente en la página 68 asegura que fue a los 15 años que empezó a trabajar y
por eso tuvo que posponer sus estudios y la producción de su obra. Esos 15 años coinciden con la
edad en que Celina empezó a trabajar en Los dos tiempos, y, ya sabemos por la misma autora que
la novela es autobiográfica “resulta casi redundante decir que la novela constituyó una
Gonzalo España Arenas en el texto Elisa Mújica, con tilde y con jota nos cuenta que Elisa
vivió en Bucaramanga en el barrio Payacuá, hoy García Rovira y refuerza que se trasladó para
35
http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/historia/ensayo/elisa.htm
53
Bogotá a los 7 años (España, 12) y no a los 8 como dice Ordoñez, ya que ella misma se los
comenta a los entrevistadores, además de decirles que un recuerdo muy bonito de su infancia es
tener el patio lleno de rosas blancas. La bautizaron en San Laureano. Aprendió a leer muy
temprano, en la entrevista que le hace Aída Calero afirma que a los 4 años se había convertido en
una devoradora de libros. En el cuarto del zaguán estaba la biblioteca de su padre, de allí la raptó
Una de sus hermanas se llamó Cecilia y la otra Genoveva, quizás por la novela Genoveva de
Brabante, pero el libro que la ensimismó hasta el delirio fue uno sobre crónicas y estaba titulado
El reinado de don Pedro el Cruel. Era un rey muy rijoso, y en cada una de las páginas menciona
a una querida. Cuando leyó el libro de don Pedro El Cruel, ella se da cuenta que no sabía qué era
una “querida”, pero “en Bogotá a los 7 años sorprendió a todos los mayores haciendo alarde que
se sabía de memoria la lista completa de las queridas de don Pedro El Cruel” ( España, 2001, p.
12). Los entrevistadores narran también que les enseña un libro que ha conservado como una
joya durante toda su vida: una colección bella e ilustrada de Los cuentos mágicos coleccionados
por Callejas Calderón (1896). Este ejemplar tiene una dedicatoria del puño y letra de Blas
Hernández, colocada más o menos en 1920. Uno de los apartes dice. “Yo quiero que éstos, que
van a formar un número más en su colección, hagan siquiera por un rato sus delicias, y que como
azules y mágicos que son, siembren para siempre en su alma la semilla del ensueño” (España,
2001, p.12). Pero indagando encontramos que Los cuentos mágicos coleccionados por Callejas
Calderón (1896), 36realmente tienen como título La alegría de los niños37 y la carátula original
36
Tomado http://www.todocoleccion.net/libros-antiguos-cuentos/la-alegria-ninos-cuentos-agradables-
coleccionados-por-c-calderon-calleja-1896~x47242622
37
Tomado de http://www.todocoleccion.net/libros-antiguos-cuentos/la-alegria-ninos-cuentos-agradables-
coleccionados-por-c-calderon-calleja-1896~x47242622
54
presenta el apellido Calleja sin S. España menciona también que por esta puerta entró Elisa
afirma que sin cumplir 7 años leyó el libro Conversaciones y lecturas de Soledad Acosta de
Samper. “Éste tenía una Carátula roja con una muchacha dibujada por una de sus hermanas, fue
su primer libro leído y fue para ella un hechizo de premonición y de mandato” (Mújica, 1988, p.
38). En la biblioteca virtual Luis Ángel Arango se continúa describiendo su proceso formativo
así:
Su interés por la escritura comenzó pronto: escribía novelas en el colegio a los once años.
Más tarde, en el tiempo libre que le dejaba la oficina, desarrolló su carrera literaria; como
ella dice, robándole minutos a las horas que había vendido. Comenzó publicando
España en el texto Santander tiene con qué, producto de la entrevista hecha a Mújica le
dedica un título sugestivo Una pluma fogueada y festiva para indicar lo libre que era nuestra
escritora y asevera que las consideraciones hablan por sí solas porque Mújica es una de las
escritoras más representativas en la historia de Colombia, ella abanderó en los años cuarenta la
irrupción de la mujer en la narrativa colombiana, ella dio a conocer en España a Cordovez Moure
(escritor e historiador colombiano del siglo XIX) y a Eugenio Díaz Castro (1803-1865) dos
figuras claves de nuestra literatura del siglo XIX. Su narrativa tiene como tema la historia social
55
la privada.
Mújica les afirma durante la entrevista a España y a sus compañeros que ella fue
secretaria del presidente Carlos Lleras Restrepo. El enérgico e irritable mandatario le dictaba sus
decretos de viva voz, y ella debía escribirlos sin un error, pero una vez en mil se iba alguno. Él
como todo un caballero asumía la responsabilidad cuando el yerro se descubría “Elisa no puede
equivocarse-decía-. Ese error es mío”. Ella comenta que se esforzaba hasta el desmayo para que
la falta no volviera a repetirse. A pesar de estos rigores, Elisa tuvo un alma feliz. Es en esencia
una autora infantil. “Reconoce sin amargura que no tener eco y escribir cosas que se pierden es
doloroso y por eso prefiere ahora dedicarse al ensayo y a la literatura infantil, un género que la
ha hecho conocer entre los niños” (Ordoñez, 2007, p.16). Trabajar para los niños le ha traído
muchas gratificaciones; esto devela su alma, lo sensible que es y la belleza de sus sentimientos
pues también les cuenta a sus entrevistadores con algo de tristeza que a su perro Guardián lo
había matado un carro, después de enviudar a la edad de doce años. Su perrito se hubiera podido
casar en segundas nupcias. Mújica también les habla de su familia y les asegura que sus
hermanas Cecilia y Genoveva, eran muy lindas, las amigas le decían a mi madre que las dos eran
preciosas, pero que yo era muy inteligente. Por eso toda la vida tuve complejo de fea “Las
escritoras escribimos porque somos feas”. Este hecho lo analizaremos más adelante, ya que
Mújica también lo plasma en el personaje Celina, pues ésta reconoce que es inteligente, pero más
Cuando en la entrevista habla sobre ese momento de su vida en el que fue Secretaria
privada del presidente Lleras, la biblioteca virtual Luis Ángel Arango menciona: “Fue secretaria
Colombia en Quito, de 1943 a 1945; fue también asistente del antropólogo José Pérez de
en Madrid, como Pío Baroja, Azorín38, y a otras figuras literarias como Dámaso Alonso, Vicente
Según la biblioteca y Monserrat Ordoñez 39en 1982 fue elegida miembro correspondiente
alcanzó esta posición en Colombia; sin embargo Alfredo Ocampo Zamorano contradice este
hecho porque según él Dora Castellanos (1924) fue la primera mujer poeta en ingresar a la
esta cohorte, Maruja Vieira a quien le pone como fecha de nacimiento (1923) y es de (1922),
Gloria Nieto de Arias (1927) y Meira del Mar con fecha de nacimiento (1921) y es también de
(1922). Ocampo señala cómo, a excepción de Dolly Mejía (1920), quien fallece en 1975; las
demás poetas de esta cohorte están activas a lo largo de la segunda mitad del Siglo XX. Con
respecto a este hecho son muchas las imprecisiones pues Maruja Vieira en el libro Poesía y
Prosa 41editado por María Mercedes Jaramillo, Betty Osorio y Ariel Castillo Mier dice que la
38
José Augusto Trinidad Martínez Ruiz.
39
Según Fernando Charry Lara, Ordoñez hizo un lúcido texto, en el que se ratifica el reconocimiento que la crítica
ha hecho a las creaciones de Mújica.
40
La más antigua de las corporaciones americanas, fue fundada en 1871 por un grupo de lingüistas y escritores de
gran prestigio, entre ellos Rufino José Cuervo, padre de la filología hispanoamericana, y Miguel Antonio Caro.
Ambos nombres están asociados a una de las grandes instituciones culturales colombianas: el Instituto Caro y
Cuervo.
41
https://books.google.com.co/books?id=fJ_cLycUifgC&pg=PA639&lpg=PA639&dq=Cecilia+Hern%C3%A1ndez
+de+Mendoza+academia+colombiana+de+la+lengua&source=bl&ots=7ckv6qpQw7&sig=wX2RHprkg1nBU2nA0
OdoZ8DVLyE&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwiYtqHS7trLAhXDqB4KHThgDzQQ6AEIOTAG#v=onepage&q=Ce
cilia%20Hern%C3%A1ndez%20de%20Mendoza%20academia%20colombiana%20de%20la%20lengua&f=false
57
Academia Colombiana de la Lengua abrió las puertas a la mujer en 1982, que la primera fue
comparamos lo que dice Vieira en el texto virtual con el texto impreso titulado Una colombiana
excepcional el homenaje a Elisa Mújica, ésta se contradice porque en la página 142 afirma que
Mújica fue la primera mujer en ingresar a la Academia en 1981 como miembro Número y admite
Jairo Aníbal Niño también menciona que fue la primera dama miembro de la Academia
Colombiana de la Lengua en 1984 y se le olvida mencionar que lo fue también en 1982, si tomó
el dato de la biblioteca Luis Ángel Arango. Ordoñez vuelve y afirma en la página 208 del texto
Ensayos críticos sobre la obra narrativa de Elisa Mujica, que ella fue la primera dama en llegar
a ese cargo. Nelly Rocío Amaya Méndez en la página 2 del texto Elisa Mújica: verdadera
vocación por la escritura también menciona que fue la primera mujer admitida en la Academia
Recepción y concienciación en Bogotá de las nubes, de Elisa Mújica también lo afirma porque
según ella Eduardo Guzmán Esponda en el texto Otra fémina inquieta y andariega (1984)
también lo dice. Eduardo Mendoza Varela en la página 121 del texto Elisa Mújica en la
Academia Colombiana dice que Mújica es la tercera mujer que llega a un recinto académico.
Según él, está primero Dora Castellanos y Pilar Moreno de Ángel que se convirtió en la primera
mujer que entró a la Academia Colombiana de la Historia, como historiador. Para terminar con
página 35, cuando dice que Dora Castellanos fue su antecesora, pero no da fechas exactas y al
encuentra.
Academia Española. Fue la primera mujer gerente de banco, otro aspecto de sus complejas
experiencias. A su regreso al país (cuando estaba en España), de 1959 a 1962, estuvo a cargo de
directora de la Biblioteca de la Caja Agraria. Al investigar sobre la vida de Elisa Mújica en más
de treinta artículos, hallamos otro dato interesante de imprecisión, uno más de los ya
mencionados anteriormente, y es que en uno de los párrafos anteriores de esta tesis, habíamos
afirmado que Mújica durante la entrevista que le hizo Gonzalo España y que publicó en el texto
titulado Santander tiene con qué; ella habló de su cercanía con Carlos Lleras Restrepo al ser
secretaria de este presidente entre 1936 a 1943”42, pero encontramos un error porque según el
texto Historia de Colombia en la página 1018 nos dice que el liberal Carlos Lleras Restrepo fue
el presidente entre 1966-1970. El error radica en que la forma de redactar este suceso por parte
de los expertos, hace que se entienda que ella fue secretaria de él cuando éste fue presidente,
pero él estuvo en el poder entre 1966-1970 y ella estuvo a cargo de la dirección de la agencia de
la Caja Agraria en Sopó (Cundinamarca) entre 1959 -1962, y de 1962 a 1967 fue directora de la
Después de indagar en tantos artículos parece que nos acercamos a la respuesta con Nelly
Rocío Amaya Méndez en el texto Elisa Mújica: verdadera vocación por la escritura, ya que en
la página 5 asegura que Mújica fue Secretaria privada del doctor43 Lleras entre 1936-1943 y en la
42
Dato tomado de http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/ninos/relatoi/rela24.htm
43
Se refiere a Lleras como un personaje académico y de alto rango, pero no como ´presidente.
59
página 8 da más información mencionando que fue Secretaria privada en la Dirección Nacional
Liberal (1942). Luego Null Value del periódico El Tiempo señala que Mújica fue Secretaria
República (1936-1937) y luego como Ministro de Hacienda (1938-1941 y 1943). Estos cargos
Colombia44, aunque siguen siendo imprecisos porque se hacen por deducción y relación de
Montserrat Ordoñez no hace claridad sobre esto en el texto Ensayos críticos sobre la
Obra Narrativa de Elisa Mújica, se limita a repetir lo que hay en la biblioteca Luis Ángel
Arango y afirma que la compilación que hizo Sonia Nadhezda Truque sobre Mújica es
incompleta, apresurada y llena de imprecisiones; pero en el mismo texto Ensayos críticos sobre
la Obra Narrativa de Elisa Mújica, ella misma crea una contradicción más porque en la página
207 dice que fue Secretaria de Lleras 1943-1943 (1 año); había dicho en la primera parte del
libro que fue secretaria del presidente entre 1936 a 1943, dato que también demostramos como
errado. También dice en la página 207 que fue secretaria de la Embajada de Quito 1945-1945
(1año); había dicho que lo fue entre 1943 a 1945. En la página 208 dice que es gerente de la
Caja Agraria en 1962 y en 1967 directora biblioteca de la Caja Agraria. Había dicho que entre
1962 a 1967 había sido directora de la Biblioteca de la Caja Agraria. Estas imprecisiones son
repetidas una y otra vez por diversos autores y ninguno se ha tomado la molestia de comprobar
lo dicho. Algunos son Mery Berg, Hernando Téllez, Montserrat Ordoñez entre otros, y, el
agravante es que Ordoñez desconoce también la entrevista que le hizo a Mújica, Gonzalo
España, y menciona como entrevistas muy oportunas la de Aída Calero y la de Liliana Ramírez.
Como resultado de toda esta investigación, podemos afirmar que en el texto de Truque si hay
44
Datos tomados de http://www.colombia-sa.com/presidentes/carlos_lleras_restrepo.html
60
artículos de algunos expertos con imprecisiones, pero al mismo tiempo el texto es una fuente
fidedigna, por ser la misma Mújica la que escribe varios artículos que aclaran muchas
situaciones.
Otra imprecisión de Ordoñez en el texto Ensayos críticos sobre la obra narrativa de Elisa
Mújica, es afirmar que Mújica, estando en España en 1957 después de la invasión a Hungría,
consideró que el comunismo era un engaño y pasó por lo que ella considera una conversión,
sustentada por la lectura de Santa Teresa de Jesús. Maruja Vieira en la página 141 del libro Elisa
Mújica en sus escritos también afirma que la vida de Mújica cambió de rumbo por la presencia
de Teresa de Cepeda y Ahumada. Otra vez Ordoñez en el texto Ensayos críticos sobre la Obra
Narrativa de Elisa Mújica vuelve y afirma en la página 14 que su conversión se da por Santa
Teresa pero agrega a la Madre Castillo y a Gabriela Mistral. Todo esto es impreciso, pues Mújica
en el artículo De marxista a católica afirma que ella volvió a la religión católica porque el padre
Charles Moeller45 había escrito que la fe vergonzante recibe con desconfianza los testimonios
católicos, pero que si salen de personas no creyentes causan impacto. Esto lo comprobó Mújica
cuando empezó a leer los ensayos y las novelas del escritor inglés Aldous Huxley, éstas se
rumbo y la hacían encontrarse con la existencia de Dios. Luego leyó los textos del monje
cisterciense americano Thomas Merton46 influenciado también por Aldous Huxley en su obra la
montaña de los 7 círculos, de esta manera el esnobismo le hacían preferir testimonios de gentes
extrañas a la religión católica, por ellos descubrió a Santa Teresa, San Juan de la Cruz y a San
Agustín. Para su conversión comenzó primero a leer los textos de la religiosa, asistió a
45
(1912-1988). Sacerdote, teólogo y escritor belga que sobresalió como crítico literario.
46
(1915-1968). Fue un monje trapense, poeta y pensador estadounidense. Está considerado como uno de los
escritores sobre espiritualidad más influyentes del siglo XX.
61
ceremonias de Semana Santa y cuando fue a Santiago47 de Compostela recibió la asistencia del
apóstol por medio de un favor que solicitó. De ahí deriva su devoción medio supersticiosa y
medio agradecida. Luego siguió leyendo los textos de San Juan de la cruz y se acostumbró a
pensar en los santos y a contar con ellos. “Su fe se consolida en España cuando participó en una
fiesta consagrada al santo carmelita San Juan de la cruz, en la ciudad de Ubeda” (Mújica, 1988,
pp. 24-28).
Continuando con este breve recuento de su vida, volvemos con España, quien le dedica
otro título sugestivo “Búsqueda eterna y riesgosa” en el que nos habla de “Las casas que
hablan”, una guía histórica del barrio La Candelaria, es un hermoso libro que Elisa compuso
recogiendo los testimonios y las historias de las últimas viejitas que habitaban en esta parte de
Bogotá. Toda la vida se la pasó en el mismo oficio, curioseando y anotando. De esta manera
El 9 de abril y los aciagos días siguientes no pudo evitar el impulso de salir a la calle y
disparar y éste ante su imprudencia le grita: “¡quítese de ahí, que donde usted está parada acaban
de matar a un hombre!”. Esa curiosidad que por poco le cuesta la vida la llevó a tratar de
entender a Santa Teresa a través de dos ensayos que todavía fascinan a las monjas carmelitas. En
En un tercer título dedicado a la autora “sé que tengo que volver” España nos cuenta que
ella se emociona cuando ve la palabra “Bucaramanga” y sueña con volver. Regresar a su ciudad
47
Apóstol Santiago Mayor de Compostela.
48
El Bogotazo fue un episodio de violentas protestas, desórdenes y represión en el centro de Bogotá, la capital de
Colombia, el 9 de abril de 1948, que siguieron al asesinato de Jorge Eliécer Gaitán. Se considera como uno de los
primeros actos urbanos de la época conocida como La Violencia y es uno de los hechos más relevantes del siglo XX
en la historia de Colombia. Los desórdenes se extendieron a otras ciudades y regiones del país pero con menos
intensidad.
62
es para ella una peregrinación sentimental y por eso la ha demorado. Los entrevistadores afirman
que es más bien Santander el que ha demorado la invitación. Hace ya mucho tiempo Elisa
que se merece. Se cuestionan al afirmar que han visto desfilar por las calles reinas, candidatos. Y
que sería muy aleccionador presentar esta noble y laboriosa mujer a la juventud. Sus obras se
mueven entre un amplio catálogo de ensayo, cuento, novela y artículos periodísticos, escritos en
prosa limpia y amena. El valor de Mújica en el canon literario de Colombia radica precisamente
en el hecho de haber ejercido todos los géneros y reconocer en sus personajes femeninos la
De acuerdo a los estudios realizados por Ordoñez y la biblioteca Luis Ángel Arango se
afirma que durante su residencia en Madrid, de 1952 a 1959, apareció su primera colección de
y Bogotá de José María Cordovez Moure (1957) y escribió Catalina, su segunda novela, que se
Al llegar al recuento de sus obras y a las fechas en las que fueron publicadas nos
encontramos que reconocidos escritores tienen también imprecisiones con respecto a las obras de
Mújica, por ejemplo, Hernando Téllez en la página 113 del texto Catalina de Elisa Mújica dice
En el artículo Bogotá visto con ojos de mujer Cobo Borda afirma que la novela Bogotá de las
nubes inicia con Mirza Eslava que recuerda desde la iglesia. Lo mismo dice Humberto
Rodríguez Espinoza en el texto titulado Bogotá de las nubes de Mújica y Mary G. Berg en la
página 58 de su texto Las novelas de Elisa Mújica afirma que al inicio de la obra se muestra la
63
presencia de Mirza en la celda. Encontramos además que Betty Osorio en la página 167 del
artículo Bogotá de las nubes: el surgimiento de un sujeto femenino en Colombia menciona que la
historia abre con una escena de Mirza en la cárcel. Osorio no aclara que es el producto del
recuerdo de una Mirza ya vieja. En general los críticos debieron decir que la obra inicia con una
mujer vieja que se encuentra en su casa, recordando lo que vivió en la cárcel. También tenemos a
Nelly Amaya diciendo en la página trece de su artículo Elisa Mújica: una vocación por la
Como si fueran pocas las imprecisiones encontradas tenemos que Yolanda Forero en la
página 87 del artículo Un ejemplo de narrativa moderna de los años cuarenta: El discurso
femenino de Elisa Mújica en su novela Los dos tiempos; asevera que la primera parte de la
novela no tiene nombre. Afirmación inconsistente porque Mújica lo tituló “La casa”. Este
años cuarenta (1941-1949): primer proyecto moderno en Colombia. Para esta tesis le cambia el
nombre al artículo y lo titula: Los dos tiempos, de Elisa Mújica: novela comprometida con su
novela: la primera parte no tiene nombre; Celina (1994, p.104), tras la muerte de su padre deja el
colegio (1994, p.107). Este último es errado porque ella tomó la decisión de no volver a la
escuela después del remordimiento que le causó la sanción que recibió la monja que había
reemplazado a la hermosa “ma soeur”. Recordemos que Celina se pellizcó con unas tenazas y
había dicho que lo hizo la monja gorda y achacada que reemplazó a “ma soeur”, todo por la rabia
Decide tomar clases particulares y la madre la apoya, pero le pide que se dedique solo a las
“materias prácticas”. Cuando el padre muere, ella llevaba mucho tiempo desescolarizada.
64
ya nos recordaba que en Bucaramanga asistía a la escuela con las niñas ricas, y en esa ciudad los
distingos de clase no eran perceptibles” (Forero, 1994, p. 114), pero en el texto inédito aparece
que una maestra particular contratada por una familia fue la que quiso darle la oportunidad de
educarse a Celina y a sus amigos, en efecto “ La escuela la dirige una maestra particular,
contratada para enseñar a los niños de una familia rica y que admite en el grupo a Celina y sus
amigos. Las clases se dictan en un pabelloncito separado de la quinta que habitan” (Mújica,
1949, p. 28). En cuanto a su conciencia política, la entiende desde que inicia la obra porque ella
narra que así sean pobres o ricos tienen un vínculo especial y secreto entre familias, este secreto
las ata y los conduce como individuos a enfrentarse apasionadamente al adversario. Señala la
narradora por cierto; que muchos matrimonios se han roto por no ser los futuros contrayentes del
mismo color político; amistades selladas en el colegio se distancian, y hay muertos de lado y
lado que oprimen el corazón con su mano invisible; los niños además siempre están en dos
de su familia con los mayores. Son de distinto partido político. Desde que se nace se lleva
Durante casi treinta años, Elisa Mújica siguió publicando numerosos comentarios de
libros y artículos sobre temas culturales y literarios en Lecturas Dominicales de El Tiempo, hasta
que se retiró del periódico Eduardo Mendoza Varela. Toda su vida colaboró en la mayoría de
revistas y periódicos culturales del país. Sus temas incluyeron aportes tan interesantes como la
serie de entrevistas "Las esposas de los escritores" (por ejemplo, la que le hizo a Beatriz
65
las notas de su viaje a Italia, publicadas por entregas en el suplemento dominical El Espectador
en 1952. Fue colaboradora también de El Espectador, miembro del consejo directivo de las
de la Academia Colombiana de la Lengua. En el texto Santander tiene con qué, se menciona que
a los 82 años es la mujer más tierna y hermosa del mundo. “Para este artículo los recibió en su
casa ubicado frente al Parque de los Periodistas y a los cerros tutelares de Bogotá” España (2011,
p. 11). No los atendió en La Academia Colombiana de la Lengua que está al frente de su casa
porque el día estaba muy lluvioso. Esto lo confirma la biblioteca virtual Luis Ángel Arango:
y cerca del antiguo barrio de La Candelaria, donde residió durante veintitrés años y sobre
el que ha escrito con el especial cariño que ella sabe dedicarle a lo que ama, ya sea su
escritura, sus amigos o la preparación del pesebre de Navidad. (s. a.; s.f. )
España dice que a ella le gusta Mújica con tilde cual música, y con jota de “joder”. Su
apellido es vasco, lo que la enorgullece porque la cultura vasca es anterior en mil años a la
griega. Incluso hay un pueblo llamado Mújica allí. El apellido llegó a Santander desde
en los círculos culturales de país. Sin embargo, a pesar de ser una de las escritoras colombianas
que más se ha distinguido en este siglo, sus novelas y cuentos no se han reeditado; y poco se
leen.
Gran Orden, Segundo premio Enka de literatura infantil-1978 con la expedición botánica contada
66
para niños. En 1962 se le entrega la Distinción en el Premio Esso, por su novela Catalina que se
publicó en Bogotá en una segunda edición (del Ministerio de Cultura) en 1998, con un prólogo
que tiene como uno de sus objetivos: difundir la obra de aquellos creadores e investigadores que
han hecho valiosas contribuciones al patrimonio cultural de la nación, entre ellos se encuentra
esta obra.
Mújica se escribió y fue la invención de una escritura nueva insurrecta según Cixous y
esto la liberó, le permitió llevar a cabo las rupturas y las transformaciones indispensables en su
Mujer regresó a ese cuerpo que, como mínimo, le confiscaron; ese cuerpo que convirtieron en el
inquietante extraño del lugar, el enfermo o el muerto, y que, con toda frecuencia, es el mal
con su ser-mujer, le devolvió el acceso a sus propias fuerzas, le restituyó sus bienes, sus placeres,
sus órganos, sus inmensos territorios corporales cerrados y precintados; que la liberaron de la
estructura supramosaica en la que por la época en que vivió siempre le reservaron el eterno papel
de culpable: culpable de todo, hiciera lo que hiciera: culpable de tener deseos, de no tenerlos; de
ser frígida, de ser “demasiado” caliente; de no ser las dos cosas a la vez; de ser demasiado madre
(Cixous, 1995).
las lidera ella cuando invita a sus amigas, a las escritoras de su época a no ser autoras de un solo
49
Re-escritura de la representación, concepto abordado en la introducción de esta tesis.
67
libro y a no desistir porque se habían propuesto hacer muchos libros, como en una especie de
pacto. Habla con sus amigas sobre cómo antes de 1940 algunas mujeres se habían atrevido a
escribir porque les ayudaba el dinero, la clase social como Isabel Lleras Restrepo hermana del
presidente Carlos Lleras Restrepo, Soledad Acosta de Samper, Josefa Acevedo de Gómez, Laura
Restrepo y Silvia Galvis. Pero ellas debían poner su vida entera por alcanzar el sueño de la
Con las mujeres de su generación se hallaban resueltas a no ser autoras de un solo libro e
hicieron el pacto de persistir: Matilde Espinosa, Dora Castellanos, Helvia García, Emilia
Ayarza, Silvia Lorenzo, Fanny Osorio, Meira Delmar y Carmelina Soto. Tenían la
ella y a su madre les dedica su primer libro Los dos tiempos como muestra de su empeño por
enaltecer a la mujer. Este texto sin título, en el que menciona a sus amigas escritoras, es más bien
un discurso pronunciado en la I Feria Internacional del libro en Bogotá. En él hace alusión a esa
les apasionaban las poetisas del sur: Gabriela Mistral, Juana de Ibarborou, Delimira Agustini,
Mújica luego hace una crítica relacionada con la tradición a Dora castellanos cuando ésta
anuncia su autobiografía titulada “La vida irrepetible” porque según Mújica “este género casi no
se cultiva desde el siglo XVIII cuando lo puso en la cumbre la monja Francisca Josefa” (1988, p.
107). Según Mújica los dos aspectos claves que movieron al grupo de escritoras, a sus amigas
50
Muere a los 33años. Sólo en 1997, cuando se realizó la exposición "Colombia en el umbral de la modernidad" en
el Museo de Arte Moderno de Bogotá, se revaloró su obra. Pertenece ella a la generación que gestó el arte moderno
en el país y que permaneció olvidada durante cincuenta años. Fue recuperada, con varios de sus contemporáneos, en
el estudio de Alvaro Medina El arte colombiano en los años veinte y treinta. Tomado de
http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/diciembre1998/10803.htm
68
fueron: “La fidelidad a una vocación y esa especie tan rara, la solidaridad entre mujeres,
practicada sin sombra de celos ni envidias, con la clara alegría de admirar” (1988, p. 107).
Este derecho que tenemos las mujeres a escribir, y que Mujica defendió con sus amigas;
lo aborda Virginia Woolf en el texto Una habitación propia cuando afirma que la libertad
intelectual depende de cosas materiales, pero las mujeres siempre hemos sido pobres desde el
principio de los tiempos. En cuanto al talento nos insta a que escribamos libros, que el talento se
va desarrollando, se va puliendo. Esto se confirma cuando otros autores dicen que es imposible,
actualmente, definir una práctica femenina de la escritura, lo único que podemos hacer es
acércanos a ella a través del estudio juicioso, uno de ellos es en el texto de Cixous:
Se trata de una imposibilidad que perdurará, pues esa práctica nunca se podrá teorizar,
encerrar, codificar, lo que no significa que no exista. Pero siempre excederá al discurso
regido por el sistema falocéntrico, tiene y tendrá lugar en ámbitos ajenos a los territorios
sujetos de nuestra propia historia y se desmiente esa no- existencia de la mujer a la que se refiere
de Beauvoir cuando nos dice que debemos saber que al reconocer a la mujer como un ser
destruir toda relación dramática entre los sexos, no es negar los significados que se revelan
aventura, la dicha y el sueño, sino pedir tan sólo que las conductas, los sentimientos y las
pasiones se funden sobre la verdad” (de Beauvoir, 1957, p. 316). Sobre esa verdad Manette, una
mujer que pasa los sesenta años, en el texto La edad de la discreción”, es optimista y segura de sí
69
misma y piensa que el amor a la literatura es lo que siempre la salva –“Tal es el privilegio de la
literatura-dije-Las imágenes se deforman, empalidecen. Las palabras uno se las lleva consigo”
(de Beauvoir, 2014, p. 65), pero, de repente, debido a sus fracasos editoriales, a sus deseos
sentimiento de derrota que vive su marido, y que plasma en la literatura como una gran verdad
“¿Qué tenían para darme esos escritores que me habían hecho lo que era y ya no dejaría de ser?
Abrí, hojeé algunos volúmenes; todos tenían un gusto casi tan nauseabundo como el de mis
propios libros: gusto a polvo” (de Beauvoir, 2014, p. 62). Este sello de cruzar la vida con la
literatura lo vemos también con Monique, una mujer de 44 años, casada hace 22 con Maurice y
con 2 hijas. Es un ser subyugado este personaje de la Mujer rota, que se siente atemorizada a su
la lectura la que le alejaría de esos estados sombríos, y esta acción de la lectura se devela desde
extrañamiento: me iba muy lejos, a orillas de un río desconocido; alzaba la vista y volvía a
encontrarme en medio de estas piedras, lejos de mi vida” (de Beauvoir, 2014, p. 99). Podríamos
decir que esta historia tan sombría inicia con la expresión de un yo femenino por primera vez,
Alcanzar esa libertad de Monique, la poesía, el amor, es una lucha que hemos tenido a lo
largo de la historia que aún en los siglos XVII, XVIII y XIX no se apreciaba porque no
porque todavía la mujer padecía la exclusión de la vida social, el estar condenadas a tener una
70
vida privada dentro de sus casas y dedicadas a las actividades domésticas. Este tema se refiere en
el texto Sa(v)er justamente cuando se asevera: “[…] antes no era una mujer era primero una
miope, es decir, una enmascarada. Nadie ve los ojos detrás de la máscara de cristal” (Cixous
2001, p.28).
Algunos datos sobre mujeres escritoras las presenta Mújica en el texto La mujer y la
alegría, y afirma que en el siglo pasado se escribieron raras obras testimoniales femeninas. Entre
ellas el diario de Helena Miralla Zuleta51, el de Colette52 la autora de las Claudinas, quien pidió
perdón por ser autobiográfica; el de diario de Katherine Mansfield53 quien pertenece al linaje de
lo mágico pero se pierde en el mundo de los adultos a través de la mirada de una niña, las
Holguín. Martínez además de ser escritora fue soldado en la guerra librada en ese territorio
durante 1840-1841, para derrotar la rebelión de Salvador Córdoba. Caro fue nieta de Nicolasa
Ibáñez, hija de José Eusebio y hermana de Miguel Antonio caro, perteneciente a una familia que
cultivó las letras sin discriminar entre hombres y mujeres (Mújica, 1988).
Según Mújica entre las novelistas cronológicamente más antiguas están: María de Zayas
(1590-¿1661?), atrevida y prolífica española del siglo de oro; otras son: Jane Austen (1775-
1817), destacada novelista británica; George Eliot (1819-1880) escritora británica cuyo
verdadero nombre era Mary Anne Evans, Emilia Brontë (1818-1848) escritora británica, Carlota
51
Le escribió una carta a Soledad Acosta de Samper en la que la invita a leer su obra así como lo hace de grandes
autores como Menéndez Pelayo. Instruida a los 18 años, y atormentada por un matrimonio azaroso con el médico
Antonio Vargas Reyes. Su hijo Jorge muere después del paso del Cometa por Bogotá.
52
Sidonie-Gabrielle Colette (1873-1954). fue una novelista, periodista, guionista, libretista y artista de revistas y
cabaré francesa. Adquirió celebridad internacional por su novela Gigi,
53
Francia, (1888-1923). Fue una destacada escritora modernista de origen neozelandés.
71
Brontë (1816-1855) novelista inglesa y George Sand, pseudónimo de Amandine Aurore Lucile
En la página 63 de la entrevista que le hace Aída Calero, Mújica asevera que si se hubiera
casado no habría escrito jamás porque se hubiera dedicado a lo vivo, o sea el marido y a los
hijos, porque las mujeres tienen más el sentido de lo vivo. Y si vamos un poco más atrás que
dedicarse a “lo vivo” como dice Mújica encontramos a Cristina de Pisan (Venecia 1364-Paris
1430). Primera mujer que vivió de la literatura, pues perdió a su padre y a su esposo a los 25
años y escribió sobre la igualdad de derechos entre los hombres y las mujeres. Escribe Román de
la Rose, Epístola de amor, la ciudad de las damas, y su autobiografía La visión de Christine. Ella
es citada por Simone de Beauvoir (1949, p.64), en su libro El segundo sexo, veamos:
manifestaciones colectivas; pero las matronas romanas que se coaligaban contra la ley
Oppia o las sufragistas anglosajonas han conseguido ejercer alguna presión solo porque
Por su parte, Simone de Beauvoir la cita porque era una mujer con una pluma en defensa
de su sexo, y hace de Pisan una de las primeras feministas de Occidente. Es triste que la poca
información que tenemos sobre la escritura de la mujer en la antigüedad siga demostrando cómo
las huellas de las mujeres fueron borradas casi completamente y lo peor es que muchas fueron las
autoras de su propia desaparición, ellas mismas se borraron de la historia por miedo, a esto se
Las mujeres dejan pocas huellas directas, escritas o materiales. Su acceso a la escritura
fue más tardío. Sus producciones domésticas se consumen más rápido, o se dispersan con
mayor facilidad. Ellas mismas destruyen, borran sus huellas porque creen que esos rastros
no tienen interés. Después de todo, sólo son mujeres, cuya vida cuenta poco. Hay incluso
un pudor femenino que se extiende a la memoria. Una desvalorización de las mujeres por
dentro del grupo de monjas que escribieron a Francisca Josefa del Castillo (Tunja, 1671 - 1742),
Santa Teresa de Ávila (1515-1582), María Petronila Cuellar (1761-1814) con sus poemas
religiosos y junto a ellas, a Doña María Clemencia Caicedo (Colombia 1707-1779) como una de
la precursoras de la enseñanza femenina con la creación de escuelas para mujeres que más bien
eran conventos. En el siglo de Oro tenemos a Sor Juana Inés de la Cruz (1651-1695), con sus
Versos sacros y profanos, villancicos para festividades religiosas, autos sacramentales (El divino
Narciso, El cetro de José y El mártir del sacramento) y dos comedias (Los empeños de una casa
figuras literarias como metáforas, antítesis, hipérbaton y retruécano, pues el Barroco como
movimiento literario surgió a finales del siglo XVI y XVII y estaba recargado del tema religioso
y ornamental. Otra fue Leonor de la Cueva y Silva (sin fecha de nacimiento-siglo XVII - 1705),
poetisa y dramaturga española del Siglo de Oro, sobrina del también dramaturgo Francisco de la
Cueva (Dedicó un soneto a la muerte de la reina doña Isabel de Borbón (1645) y otro a la de la
reina María Luisa de Orleáns). Estas mujeres se arrancaron las cadenas del sometimiento,
despertaron del sueño profundo al que se refiere Cixous cuando asegura “la mayoría de las
73
mujeres que han despertado recuerdan haber dormido, haber sido dormidas. Las bellas duermen
en sus bosques, esperando que los príncipes lleguen a despertarlas […] bellas, pero pasivas; por
han hecho esfuerzos por identificarlas en cada uno de los siglos en que vivieron, y es por eso que
Jorge Orlando Melo en el prólogo del texto Las mujeres en la historia de Colombia plantea el
avance que han tenidos los estudios sobre la mujer en Colombia, al menos durante los últimos
tres lustros. En él destaca también como Alberto Lleras hizo sugerencias a la obra La nueva
historia de Colombia escrita en 1979 por Jaime Jaramillo Uribe, pues en ella aparecían grupos
ignorados como indígenas y esclavos, pero raramente se hacía mención a la mujer. Situación que
escritores como Soledad Acosta de Samper, Julia Suárez, Juan de Dios Monsalve, y figuras aún
más aisladas como María Martínez de Nisser, Manuelita Sáenz entre otras. Melo devela las
intenciones de seguir desconociendo al sexo femenino por parte de algunos personajes en todos
los territorios y además cuestiona la ingenua visión del mestizaje que se tenía en los años de la
Conquista, porque no aceptaba esa ingenua tolerancia que había frente a la mezcla racial entre
españoles e indígenas a sabiendas que ese primer contacto entre europeos y americanas fue tan
violento que se puede hablar de un primer mestizaje producto de la violación colectiva de las
En todas las épocas hemos tenido mujeres explotadas mental, física y sexualmente que no
por comida o un techo: “mantenida a distancia, a fin de que él goce de las ventajas ambiguas de
54
La distribución de mujeres como botín se demuestra con el reparto de 300 indias que hizo Jiménez de Quesada a
su hueste, tras casi un año de recorrer selvas inhóspitas. Utilizaba las jóvenes nativas como medio de soborno por
Belalcázar.
74
la distancia, que ella fomenta, por el alejamiento que representa, el enigma de la seducción,
delicia-peligro, suspendida, en el rol de la “secuestradora” (Cixous, 1995, p.20). Pero han ido
surgiendo más mujeres que van superando el rol de la secuestradora, del amor trágico y eterno,
físico y pasional como en “María” de Jorge Isaac y “Rayuela” de Julio Cortázar. Estas son
novelas que se usaban para influir en el destino de la mujer, pues representan claramente lo que
el patriarcado quería como dice Cixous en el texto La risa de la medusa, ellas aprenden a seguir
los caminos que las conducen a la “pérdida” que es su destino. Están destinadas para que el
hombre llegue, dé una vueltecita y luego se vaya. Que le dé un beso, y luego se vaya; esto
perdonan todas las veces y el juego de la ausencia consolida lo que no tiene hasta que lo tiene.
Érase otra vez la misma historia, repitiendo a través de los siglos el destino amoroso de la
mujer, su cruel esquema mistificador. Y cada historia, cada mito le dice: “no hay sitio
p.19)
Ese sitio para el destino de muchas mujeres es reconocido por Alfredo Ocampo
Zamorano desde la esfera cultural, porque en su trabajo académico demuestra cómo se fundan y
circulan un buen número de revistas independientes, que buscan a lectoras femeninas como
Matachines Ilustrados, 1855, Biblioteca de Señorita, que circula entre 1858 y 1859 y 28
publicaciones, más para el período 1855-1920. De ellas, más de la mitad (16), se publican en
Bogotá, cuatro en Medellín, tres en Cartagena, dos en Barranquilla, una en Yarumal, una en
Mompox y una en Pereira. Las dos corrientes dentro del federalismo colombiano de esa época:
Democráticas. Y, por otra, la educación y participación de la mujer, liderada por Soledad Acosta
y su esposo. Todo esto origina la presencia de las mujeres en los poemarios colombianos en una
Matilde Espinosa del Huila, es para él la primera creadora de una poesía de problemática social,
junto con Meira del Mar, Maruja Vieira, Dora Castellanos y Olga Elena Mattei.
Para seguir hablando de la superación de la mujer Ocampo cita a Herrera (1995) ya que
éste asevera que después de la mitad del siglo XX de 104 mil mujeres que pasaron por las aulas
en 1938, solo 104 alcanzaron el grado de bachiller. A mediados de los años cuarenta de los
mujeres. A partir de los años sesenta, la educación universitaria se abre plenamente, hasta llegar
a tener la mujer una proporción presencial de más del 50%. En la política, con el derecho al voto,
que se utiliza por primera vez en el plebiscito de 1957, con una participación del 42% de los y las
votantes, se les abre su participación a los estatus directivos de esta esfera, así como en la rama
estos ámbitos su proporcionalidad no llega a equipararse con la de los varones, a pesar de que en
otros países, como en Ruanda por ejemplo, las mujeres son mayoría en la rama legislativa
(Ocampo, 12-13). Ha sido entonces un progreso lento, todavía se deben seguir restricciones que
tienen que ver con múltiples factores, pero poco a poco nos emancipamos; al respecto dice
Perrot:
76
trataremos en los siguientes subtítulos de mostrar el panorama de lo que ella hizo con sus
personajes desde la escritura, cómo estableció con ellos esa relación des-censurada de la mujer
con la sexualidad, con su ser-mujer, con sus bienes, sus dificultades y deberes. También
de un país es contada por tres mujeres: Celina, Catalina y Mirza desde su trilogía narrativa.
Aunque Mújica afirma sobre sus novelas que “ha sido una lucha difícil tratar de expresar lo que
yo creo es mi verdad humana, mi verdad femenina. No sé si escribo también para llenar vacíos
afectivos, no lo sé porque he estado muy preocupada en todo lo otro” (1988, p.72). Esa lucha
difícil de Mújica para escribir también se refiere al proceso doloroso de escribir las novelas
porque para ella era una exigencia costosa de sinceridad y también de estilo porque éste no
correspondía a la mentalidad más en boga de ese tiempo. Para ella escribir novelas no le daba el
A pesar de que la novela no fue su género preferido, en esta tesis el análisis se centrará en
Catalina como ya lo mencionamos y aparecerá en el numeral 2.2 bajo el título Catalina y las
nuevas representaciones de la mujer, pero antes haremos un breve análisis de Los dos tiempos
bajo el título Celina Ríos el anuncio de un nuevo amanecer literario y por último analizaremos la
obra Bogotá de las nubes con el título Mirza la consumación de la mujer nueva. Al final
77
podremos ver esos puntos de encuentro entre las obras desde la escritura, la condición de la
Después de hacer este recuento de la vida y obra de Mújica y de haber aclarado algunas
imprecisiones de los expertos en sus obras, vamos a enunciar algunas de sus obras:
Novelas:
Cuentos:
Las altas torres del humo: raíces del cuento popular en Colombia. Bogotá: Procultura;
Discursos55
55
Tomado de Elisa Mújica en sus escritos. Sonia Nadhezda Truque. Biblioteca santandereana. Fundación
santandereana para el desarrollo regional. FUSADER. Bucaramanga: primera edición, 1988. Universidad INCCA.
78
1988. 104-108.
Reseñas
Fajardo M., Alicia. “Historia y magia”. Boletín Cultural y Bibliográfico. Bogotá: 7.10,
1964.1838-1840.
Isaacs H., Marcela. “La historia y los cuentos”. Boletín Cultural y Bibliográfico. Bogotá:
Comentario a unas cartas de Gabriela Mistral”. Correo de los Andes. Bogotá: 15,
1982. 21-22.
La aventura demorada. Ensayo sobre Santa Teresa de Jesús. Bogotá: Presencia, 1962.
Las altas torres del humo. Introd.: "Raíces del cuento popular en Colombia". Bogotá,
Procultura, 1985.
edición-transcripción de los cuentos de "Margarita", titulados Las altas torres del humo.
(1985)
1991.250 años de la muerte de la Madre Castillo. Bogotá: Biblioteca virtual del Banco de
la República, 2005.
Las casas que hablan. Guía histórica del barrio de La Candelaria de Santafé de Bogotá.
1994.
publica dos:
Otros
“De la mano de Santa Teresa”. Universidad de Antioquia. Medellín: 154, 1963. 540-547
80
“Una manzana para el pintor y otros textos”. Boletín Cultural y Bibliográfico. Bogotá:
“De la historia del pesebre y de los pesebres del trapo”. Revista Credencial Historia.
Periódico EL Tiempo.
El Espectador
Mújica, Elisa. “La viajera”. El Espectador (Magazín dominical). Bogotá: enero 22, 1950.
_________. “Las amigas”. El Espectador (Magazín dominical). Bogotá: abril, 15, 1951.
Revista Semana
Mújica nos cuenta en el texto De marxista a católica que la novela Los dos tiempos fue
escrita en 1949, cuando ella era filocomunista, y el título representa dos hechos: el primero es el
camino que la llevó a Quito, esa primera parte se escribe entonces en Colombia. La segunda
parte se desarrolla en Ecuador, en donde una joven colombiana llena de temores se enfrenta a
una realidad que le había sido vedada en su propio país. La obra presenta una estructura externa,
está narrada en 3 partes y cada una tiene un título: “La casa” con 14 capítulos, “El mundo” con
estructura interna está compuesta por los elementos que conforman la narración. Dentro de estos
elementos están los narradores, en este caso la historia es contada por una tercera persona, así lo
vemos en expresiones como “Celina se adelanta a sus amigos, los chicos han oído, la ven salir
con la suya, por lo que la consideran dueña de recursos misteriosos y la respetan. Ella aprovecha,
su mamá es modista; su padre es empleado segundón del señor Gobernador”. En las palabras de
la misma Mújica (1988, p.19) vemos que ella hace la descripción de Los dos tiempos así
Este primer tiempo hace referencia al principio de la vida y primera juventud, volcado
tiempo está en un mundo extraño. El mundo de los otros que, sin embargo, era también y
verdaderamente el suyo”.
que narra desde el interior del relato, pudiendo corresponder, o no, al protagonista. Esta última se
magistralmente por Mújica desde un narrador en tercera persona en la novela porque al comparar
autobiográfica con elementos de ficción sutilmente construidos, pues la autora en el texto Elisa
Resulta casi una redundancia decir que la novela constituyó una experiencia personal,
entusiasmaban en los mítines, y algunos otros, estos en realidad muy pocos, dedicados a
Celina desde su infancia, la juventud y la madurez en la que se encuentra y se realiza como una
mujer libre que ha decidido quedarse sola, volver a su tierra y dedicarse a la academia. En la
primera parte se describe en tercera persona su niñez vivida en un pueblo pequeño según Mary
Berg, pero al leer la obra; esto es una imprecisión porque el lugar está definido realmente como
Bucaramanga. Luego nos dice: “sus años juveniles los vive en Bogotá; en la segunda parte, que
transcurre en Quito, Celina de clase media intenta definir su identidad como mujer y como
colombiana” (Berg, 2007, p. 38). Pero si conocemos por todo lo que pasó Celina en la obra,
podemos decir que su identidad ya estaba definida aquí en Colombia, y lo demuestra desde su
infancia cuando lidera los juegos, cuando se las ingenia para leer lo que ella quiere así sus padres
se molesten, cuando reflexiona sobre la costumbre de las chicas de la época de esperar el novio
junto a la ventana, cuando le dicen que es fea y lo asume sin problema regocijándose en su
inteligencia. Jamás hay un lamento por esto en la obra. También demuestra su identidad cuando
descubre que le gusta estudiar y destacarse en ello, cuando sale de sus problemas sin contárselo a
84
su madre y desde el mismo momento en que se retira del colegio y siente remordimiento por
haber calumniado a la monja. Con todo esto logra vislumbrarse una personalidad firme que no
permitiría que nadie la dañara; ni siquiera el primer jefe que trató de seducirla y que de manera
inteligente apartó con unas flores amarillas. Esta identidad se consolida con ese deseo de
trabajar a los 15 años sin estar preparada, con la aceptación ante el fracaso de un amor y con la
decisión de irse sola para otro país. En Quito entonces, ella no intenta definir su identidad como
La autora narra en la novela que Celina tiene unos padres demasiado mayores para ella:
Cristina y Francisco Ríos, sus dos hermanas también están muy grandes y esto hace que se sienta
muy sola. Cuando ellos están en sus ocupaciones, ella se refugia en el cuarto del zaguán
devorando libros, hasta los prohibidos y es allí donde ella deja de importar “Su personalidad pasa
a segundo plano, aspiraba por el héroe o la heroína, y si padece con éstos privaciones y penas, en
cambio comparte los triunfos y no está jamás sola” (Mújica, 1949, p. 47). Y con estas
expresiones demuestra desde muy niña su tendencia a una vida independiente. En otro fragmento
de la novela Los dos tiempos también se hace alusión a la soledad cuando se menciona que el
Don Francisco, defraudado por aquel girar incesante en busca de un motivo que lo
anclara retornaba al hogar. Allí o esperaban cuatro mujeres, que no tenían a nadie sino a
él. Pasaba largos ratos con la pequeña hablándole de los sucesos remotos y de los
En la entrevista que le hace Aída Calero de Konietzko y que publica La Cábala de Cali
en el N. 6, ella le dice que al leer sus libros parece como si deliberadamente se propusiera llevar
Sí, claro que es cierto, porque es un reflejo de mi vida. Desde hace mucho tiempo soy
sola y no he querido buscar ninguna compañía, de esas compañías que uno puede obtener,
soledad y creo que la tengo domesticada por completo….Siendo la última de tres hijas,
fui una niña muy sola y probablemente por escapismo solamente me parecía bello el
mundo de los libros; siempre fui a buscarlo. Inclusive más adelante cuando ya estaba en
el colegio y tenía amigas, porque no podía entender la vida entonces sino por medio de la
En la novela, Celina tiene dos hermanas llamadas Adelaida y Enriqueta, en la vida real
según la entrevista que realiza el señor Gonzalo España que ya habíamos mencionado en el
capítulo anterior, aparece un subtítulo “Una pluma fogueada y festiva” en la que ella afirma que
se llamaban Genoveva y Cecilia. En la entrevista que le hace Aída Calero Elisa también le
menciona que siendo la última de tres hijas, fue una niña muy sola y probablemente por
escapismo solamente le parecía bello el mundo de los libros, entendía la vida con ayuda de la
lectura, lo que considera una experiencia terrible en ese momento de su vida porque no veía las
cosas maravillosas que la rodeaban sino que tenía que ser todo a través de la visión de los otros.
En la novela Los dos tiempos por ejemplo aparecen varios episodios en los que muestran cómo
No contesta, pues calcula que alcanza a terminar la hoja principiada y luego no resiste el
-Adelaida vio luz en el cuarto del zaguán, mamá. Allá debe estar.
No tiene otro remedio que acudir e irrumpe con aire inocente y procurando no llamar la
Mújica en la entrevista de Calero también narra que era soñadora, que hacía cosas por su
parte, imaginaba juegos, situaciones reales de los libros, en la novela Los dos tiempos por
Desde que aprendió a leer, se pasa las horas clavada delante de los libros, en lo que la
acompañan Raúl y Julito. Sacrifican los juegos al hechizo contenido en las páginas
impresas, que los traslada a paisajes tornasolados de niebla y humo, con sombras que
equivocadas e intervenía en la vida real porque le pasaban aventuras y las cosas normales en la
vida de una muchacha. En el libro se narra por ejemplo como se entera sobre el ritual de salir a la
ventana de su vecina Marcela para esperar el novio y como sus hermanas empiezan a hacer lo
mismo.
Si continuamos con el tema de la lectura, ésta hizo al mismo tiempo que gozara fama de
ser precoz, pues entre los libros prohibidos estaban los mitos, historias griegas y las calamidades
acaecidas durante El gobierno de don Pedro el Cruel, y que constaba de cinco tomos. En la
entrevista de Gonzalo España precisamente Mújica se había aprendido el nombre de todas las
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“querida”. Lee hasta el tercer tomo y muchos de sus sentimientos buenos y malos existen en los
personajes y confusamente se reconoce en éstos. Ignora por qué le prohíben tales libros y Mújica
menciona que su desobedecimiento le causa la impresión inconsciente de culpa del perrito al que
han mandado no entrar a la sala y que lo hace, en efecto sobre su precocidad la autora asevera:
Goza fama de precoz, lo que le parece importante y la halaga. Un día estuvo a punto de
alcanzar gran éxito. Su mamá la encontró de cabeza sobre un texto y se enteró de que leía
una obra sobre mitología. Ya se retiraba sin atreverse a ordenar la suspensión de lo que
estimaba el estudio de una ciencia recomendada por el colegio, cuando Celina lo echó
todo a perder. Complacida del efecto que producía, decidió que la señora participara del
--¿Sabes? Es la historia de los dioses del Olympo. Júpiter estaba casado con Juno pero se
Celina Ríos siempre que erraba en sus intervenciones, sobre todo cuando tropezaba con
un tabú que se ignoraba trataba de remediarlo, pero siempre fallaba, en esta ocasión la mamá se
apoderó del libro de Los dioses del Olympo para guardarlo bajo llave. En la entrevista que le
hace Aída Calero en la Cábala afirma que era devoradora insaciable de libros incluyendo los
libros prohibidos que tenía el papá en la biblioteca que por cierto se le hace mención como un
elemento muy fuerte en la infancia de Celina (Elisa). Pero en la entrevista con el señor Gonzalo
España, ella afirma también que reafirmó su pasión por la lectura el hecho de que también quería
destacarse entre sus hermanas por la parte intelectual pues según su madre ella era fea y sus
una perpetua comparación con las lindas hermanas mayores, lo que la obligaba a buscar
un campo propio donde no ser eclipsada. Obtenía las calificaciones más altas en el
-Tienes mucha suerte, Cristina. Adelaida y Enriqueta son muy bonitas. ¡Y Celinita, tan
Hasta su madre Cristina expresó en voz alta lo fea que era su niña, cuando en una tarde en
su casa calentana, las visitaron las vecinitas Margot y Sofy. Unas niñas muy graciosas y
peripuestas que Celina admiraba y se quedaba lela viéndolas, Mújica así lo expresa:
Celina las admiraba en silencio, cuando los ojos de Cristina las abarcaron a las tres y dejó
escapar un comentario:
- ¡Pobre m’hijita!
Celina adivinó. La compadecía porque no era bonita. No dijo nada, pero se apartó.
Instintivamente comprendió que debía colocar un gran espacio entre las visitantes y su
En la entrevista que realiza el señor Gonzalo España en el subtítulo “Una pluma fogueada
y festiva” ella también asegura que sus hermanas Cecilia y Genoveva, eran muy lindas. Las
amigas le decían a mi madre que las dos eran preciosas, pero que yo era muy inteligente. Por eso
toda la vida tuve complejo de fea “Las escritoras escribimos porque somos feas”. Ella señala en
la entrevista igual que lo hace en la novela Los dos tiempos como ya lo mencionamos en párrafos
anteriores que cada vez que lee, se hunde cada vez más en la lectura y su personalidad pasa a
segundo plano.
89
después de pasar por varios en los que era víctima de burlas por su procedencia. En la semblanza
que le hace Nadhezda a Elisa, ésta afirma que estudió en el colegio de la Presentación, regentado
por las hermanas de la Caridad, hasta los 14 años. En la novela Los dos tiempos así aparece
descrito:
volutas azules de incienso y calurosa armonía, la atrajo y retuvo. (Mújica, 1949, p. 42)
En la entrevista que le hace Aída Calero dice que Mújica aprendió a leer a los 4 años
y que esto le permitió su inicio en la escritura aunque tardó más de 30 años para producir. En la
biografía que le hace Monserrat Ordoñez en el texto Ensayos críticos sobre la Obra Narrativa de
Elisa Mújica afirma que escribía novelas en el colegio a los once años. Su primer cuento “Tarde
En Los dos tiempos narra la escritora que Celina empezó a trabajar a los 15 años cuando
su padre muere por problemas del corazón. El trabajo era en una oficina, y deja de escribir por
un tiempo y así se confirma en la entrevista que le hace Aída Calero “Lo que sucedió fue que
teniendo yo 15 años, cuando aún estudiaba, papá murió y tuve que comenzar a trabajar teniendo
que posponer la producción de mi obra” (1988, p. 68). En la obra Los dos tiempos Mújica así lo
señala: “¡Si ésta consiguiera empleo! Adelaida no obtiene éxito en las gestiones que inicia con
amigos. ¿Qué pueden ofrecer a una niña de quince años, carente de prácticas y conocimientos?”
(Mújica, 1949, p. 15). En otro apartado del libro la autora describe el hecho así: “Ha obtenido
por fin un nombramiento. Aunque los futuros patrones no desconocen su impreparación, quizá
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por lástima que inspira la orfandad, se resignan (p.56). A pesar de esto vemos en la semblanza de
Mújica hecha por Sonia Nadhezda Truque, otra imprecisión cuando dice en la página 11 que ella
Leonor, pues aprende tanto de ella que solo desea estar a su lado compartiendo. En uno de los
episodios señala que los días mejores de la semana son de lunes a sábado porque toma nota de
los libros que le oye citar a su amiga Leonor, a quien admira mucho. Los anota para leerlos
también. La escritora menciona que inconscientemente desea imitarla y repite sus frases con el
resultado de que la gente la mire, estupefacta aunque el doctor Garrido la crítica haciendo
comentarios como que algunas muchachas tienen ausencia de personalidad, pero a Celina no le
importa. Se siente subyugada y feliz, Mújica en efecto: “Pronto Garrido se atreve a hablarle de
ella misma. ¡Oh! No tiene ideas concretas. Golpean en su cerebro como pájaros locos. Ella
quería realizar algo grande, escribir por ejemplo” (Mújica, 1949, p. 62).
Ella empieza a tomar sus propias posiciones sin importarle el qué dirán, ve su realidad sin
velos, sin importar la transgresión o el sentido escondido de una historia envuelta en los pliegues
de los velos como dice Cixous. Esta capacidad de razonar hace que se acerque a la política,
cuando está en Quito por ejemplo, participa de las huelgas y de algunas tareas que le asignan. A
ella también se le ocurre hablar con las mujeres de los carboneros, en una época en que la tisis
acentúa en ellas la flexibilidad y el ardor de las porteñas. Celina al final de la obra es una mujer
dedicada a la academia, ha renunciado al deseo de permanecer atada a otra persona como lo dice
una religiosa a la que Mújica (1991, p. 5) le hace un breve homenaje con un texto titulado Sor
Un punto en que si coincidió exactamente Sor Francisca Josefa con sus colegas de letras
y de hábito Santa Teresa y Sor Juana Inés, fue en su negativa a casarse. Su renuncia es
tajante como la de las otras y aún más desdeñosa: “por ninguna cosa del mundo sujetaría
Su participación en política se fortalece con las conversaciones que sostenía con sus
amigas o con los señores que participan en las reuniones clandestinas. Estando en Quito por
ejemplo conversa con su amiga la revolucionaria Olga Aranguren que defendía a los campesinos,
ésta la invita a una casa en la que se hospeda con otras mujeres: Victoria Castro, Magda Urbina y
Sylvia Donato. Con ellas habla de la herencia de los tiempos remotos, de libros de arte, de
literatura marxista, de los versos de Gabriela Mistral que sirven para reconocer a las mujeres, las
obras sutiles y sabias de Pierre Louys y las dulcemente penetrantes de Rainer Maria Rilke, el
más amado de todos. También en la obra se trata el valor de la amistad con Teresa, Marta, María
y Pilar, por ello se nos hace raro que María Constanza Quiroz Ocaña diga en su tesis Mujer y
ciudad: Recepción y concienciación en Bogotá de las nubes, de Elisa Mújica; que Celina
conoció a las revolucionarias Nela Martínez y Luisa de la Torre porque en la historia éstas no
aparecen, en efecto:
revolucionarias; entre ellas, Nela Martínez y Luisa de la Torre. (Quiroz, 2013, p. 26)
biografías son Olga Aranguren, Victoria Castro, Magda Urbina y Sylvia Donato. Esa realidad
política del momento, esa realidad oculta a través de los velos, se sigue apreciando cuando en
92
Los dos tiempos nos remitirnos al momento en que Elisa narra que Francisco Ríos se casa con
Cristina (padres de Celina), y aunque ambos están muy jóvenes él se debe ir para el ejército
porque a los 20 días estalla la guerra civil. Este es un enfrentamiento bélico donde los
participantes están generalmente formados por dos ejes políticos contrarios. Su característica más
ideologías o intereses distintos. En este caso él pertenecía al partido Legitimista porque influyó
restablecimiento del reinado de la Casa de Borbón en Francia. Los legitimistas reconocen a los
Borbones desde 1830, como herederos del trono de Francia, en caso de que se restaurase la
monarquía en ese país. Por eso el papá de Celina en Colombia se identificaba con el partido
erguidos en las campañas y todos dentro del marco de su terruño. Con su gente, marcha de un
lado a otro y nunca olvidaría el triunfo de la batalla de Palonegro. De soldado raso asciende hasta
el de coronel y de cada sitio a donde llega envía sus cartas a Cristina. Todo esto nos muestra
como Celina estuvo sometida a la soledad, pues su padre siempre estaba ausente, sus hermanas
eran muy grandes para ocuparse de ella y la madre siempre estaba ocupada. Esa soledad con la
que creció Celina coincide con la de Elisa Mújica, pues en cada una de las entrevistas lo deja
claro. De esa manera ambas han participado de sus propias batallas: la inconformidad con el
destino que les tocó en Colombia, la participación en la revolución que fracasó en el Ecuador y el
desengaño que les dejaron algunos hombres. En el caso de Celina: Felipe Conde y Esteban
Figueres; todos dos fueron amores furtivos. En el caso de Mújica, ella renunció al matrimonio, a
la relación con lo vivo porque su destino lo tenía muy claro; sin embargo María Mercedes
93
Carranza, dice que ella fue el amor de juventud de su padre Eduardo Carranza, por eso ella la
llama Tía-abuela, y precisamente él hace la presentación de su libro Los dos tiempos. Ese
desengaño, no tener empleo, sentir la desconfianza de los que antes le habían dado trabajo y le
habían confiado la revolución, hizo regresar a Celina a Bucaramanga, al mismo barrio de misiá
Carmelita. Mújica así lo narra al final de la obra, pues Celina es ya una mujer con mucha
experiencia, una mujer madura que ha decidido sobre su destino y que superado la condena de
seguir parámetros establecidos por una sociedad machista, Mújica en efecto: “Pero a la vez sabía
que se había encontrado ella misma y que no necesitaba hacer concesiones en el futuro” (1949, p.
243). Piensa además que al regresar a su país tendrá mucho que aportarle aunque se haya
estancado en algunas cosas como la casa de misiá Carmelita que sigue igual, Mújica en efecto:“
Sólo ahora que se sentía fuerte y humilde, se hallaba en capacidad de entender su propia tierra y
Aunque la novela hace alusión a la guerra de los mil días que va desde 1899 hasta 1902,
Celina y sus hermanas en una fiesta. En esta fiesta pusieron música de los cantantes del momento
(1924): “Por el senderito de la serranía”, “Ojos tapatíos” y “Cara sucia”. Más adelante menciona
que Leonor Alba recibía clases en la Escuela de Bellas Artes (1926), en la que obligan a las niñas
a leer mucho y a copiar modelos al natural. Situación que tenía alarmaba a la familia.
Luego en la segunda parte titulada El Mundo, Celina conocer de cerca La Revolución del
28 de mayo de 1944. Éste fue un levantamiento popular de Ecuador conocido como "La
Gloriosa", porque derrocó al presidente Carlos A. Arroyo del Río y permitió luego el ascenso de
Velasco Ibarra a la Presidencia, en efecto “el presidente que querían derrocar, Arroyo del Río,
José María Velasco Ibarra, la alegría los invadía. Éste ya había sido presidente de 1934 a 1935
expresidente fugitivo, una sonrisa de desdén se marcaba en los labios” (Mújica, 1949, p.136).
La experiencia obtenida en las reuniones de Rodrigo Tolosa le permitió saber más sobre
la Gran Colombia, luego con Esteban Figueres, Juan Evangelista Blanco, Carlos Albarracín,
Enrique Malta y sus amigas revolucionarias supo de la traición, la manipulación, los ideales
inalcanzables pero también de la lealtad, el compañerismo y el afecto de una familia. Sus amigas
revolucionarias le recordaron esa familia sanguínea que había perdido con Cristina, Francisco y
sus hermanas que vivían muy lejos. Pero también le hacían desear la presencia de su amiga
entrañable Leonor Alba, quien murió en la historia precisamente el mismo día de Teresa de la
Parra, el 23 de abril de 1936. Si recordamos que la gran amiga de Mújica, a quien le dedicó la
novela fue la artista Carolina Cárdenas56, podemos afirmar que ésta no murió el 23, sino el 6 de
abril de 1936 de meningitis según la Biblioteca Luis Ángel Arango 57. La artista era hija mayor de
Marta Núñez de Cárdenas y de Germán Cárdenas Arboleda, oriunda de Popayán. Muy niña, sus
abuelos José María Núñez y Susana Pizano la llevaron a vivir a Londres. Allí adelantó sus
estudios de primaria y bachillerato. Regresó de Europa con el encanto de los "años locos", e
ingresó en 1928 a la Escuela de Bellas Artes, dirigida entonces por Roberto Pizano. Se rodeó de
ver, todo esto coincide con la historia Leonor Alba, demostrándose así la habilidad de Mújica
para contar la historia y el destino de la mujer en Colombia con voz de mujer. Para ella escribir
56
Sólo en 1997, cuando se realizó la exposición "Colombia en el umbral de la modernidad" en el Museo de Arte
Moderno de Bogotá, se revaloró su obra. Pertenece ella a la generación que gestó el arte moderno en el país y que
permaneció olvidada durante cincuenta años. Fue recuperada, con varios de sus contemporáneos, en el estudio de
Álvaro Medina El arte colombiano en los años veinte y treinta.
57
Tomado de http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/revistas/credencial/diciembre1998/10803.htm
95
esta novela tuvo una lucha de costosa sinceridad porque le exigió hacer de la escritura el más
Mújica después de haber publicado los dos tiempos en 1949, deja que transcurran 14 años
y escribe la obra Catalina (1963); en la que vemos a un personaje femenino muy joven, que
contrajo matrimonio bajo las condiciones de la época que en un momento dado se acerca a su
“yo”, se pregunta sobre las múltiples razones de su existencias, el objeto del matrimonio y decide
liberarse de todo lo que la ata con un afán desmedido. El texto está narrado en tercera persona.
La autora narra desde la conciencia del personaje, desde la perspectiva del personaje y no de la
propia. Se caracteriza la obra por tener un discurso expresivo porque es un modo no mediado. Es
más bien directo y dramático. En él el personaje habla por su propia cuenta sin que nadie lo
cuente por él. Es modo dramático porque los personajes, en este caso Catalina, con su voz, con
su hablar construye acciones y mundos. Dentro de ese discurso expresivo se presenta entonces
ese monólogo interior que participa de la forma de enunciación dramática, directa y personal con
Desea hacer con su tiempo cosas más importantes que esperar a Samuel Figueroa después
de un día de trabajo, o actividades diferentes a cultivar las plantas, hacer la comida y lavar la
ropa. Mújica nos narra cómo decide huir de la rutina y acercarse a las letras, aceptando la
invitación de integrarse a la tertulia que propone el doctor Bullón y que acordaron ser dirigida
por Ricardo Gómez, quien había estudiado Filosofía y Letras En Bogotá. Mújica cuenta que así
lo expresa Bullón: “de ahora en adelante te visitaré con más frecuencia-anunció-y traeré a
96
Ricardo Gómez. Formaremos una tertulia como hay en muchas partes, a fin de leer y comentar
libros. Es terrible estar metidos en un agujero como éste. Debemos buscar una salida para no
asfixiarnos” (1982, p. 59). Ella acepta encantada el proyecto y las horas dedicadas a la tertulia
Manifiesta que sus amigos y ella olvidaban sus problemas personales para pensar en
otros, más altos. Está tan feliz que reitera la invitación a Ricardo para que olvide sus desalientos
y a Domitila que es aficionada a la lectura para cerrarle la boca a quienes estuvieran inclinados a
pensar mal por reunirse con otro hombre. En este sentido Beauvoir asevera que “la mujer en sus
proyectos se afirma concretamente como sujeto, y por medio de su relación con el objetivo que
(Beauvoir, 1949, p. 493). Mújica ha conocido el tormento de la llegada a la palabra oral, según
Cixous es el corazón que late hasta estallar, pero que al hacerse escritura, desde y hacia la mujer,
y aceptando el desafío del discurso regido por el falo, la mujer se asentará en un lugar distinto al
silencio. Saldrá de la trampa del silencio y la escritura le hará gozar la conquista de la palabra
oral en un vuelo vertiginoso y en un lanzamiento de sí, una inmersión según Cixous (1995, p.60)
ya que:
Volar es el gesto propio de la mujer, volar en la lengua, hacerla volar. Hemos aprendido
las mil maneras de poner en práctica el arte de volar y sus variadas técnicas, hace siglos
que sólo tenemos acceso a él mediante el vuelo, que hemos estado viviendo en un vuelo,
Así mismo Mújica cuenta que Catalina había leído las novelas de Carlota Braeme, de
Carolina Invernizio58 y María del Pilar Sinués59. También las había leído Rebeca Fernández
58
Era una escritora italiana de las más populares de novelas de serie a finales del siglo XIX y principios del siglo
XX. (1851-1916).
97
Aguirre, parienta de su padre que “conocía el mundo”. Se reunían a comentarlas juntas y eso las
arrastraba a otras confidencias relacionadas con los hombres, ya que según catalina sabía
manejarlos. Además, ella sabía aludir delicadamente y sin herirle al vacío de su vida. Así como
las hermanas Francisca y Petronila, Catalina sigue confirmando su entusiasmo por la lectura
“María ejercía el poder de aquietarla cuando le leía “mientras la escuchaba leer, yo soplaba un
cañuto mojado en agua jabonosa para formar pompas” (Mújica, 1963, p. 102). Estos episodios ya
deseo de instruirse.
se plasmaba en la obsesión que tenía por heredar el escritorio de su tía política Catalina Torres,
bogotana, que viajó a París y allí encontró las armas intelectuales que le darían el poder de
liberarse y que en nuestra patria le era negado a la mujer. El fragmento anterior es utilizado en la
Elisa Mújica presenta en esta novela a una mujer que también renuncia a su destino y se
expone a la exclusión por las decisiones tomadas, pero no sabía que tiempo después Helena
Araújo en un artículo titulado Dos novelas de dos mujeres, publicado en el dominical del
periódico El Tiempo con fecha: Marzo 26 de 1967, página 7 haría una crítica a su obra Catalina
época porque expresó en su obra literaria el ambiente íntimo y familiar de la Venezuela de ese
entonces. Su novela Ifigenia, planteó por primera vez en el país el drama de la mujer frente a una
sociedad que no le permitía tener voz propia y cuya única opción de vida, según la sociedad, era
59
Fue una popular y prolífica escritora española de diversos géneros, que además utilizó el seudónimo de 'Laura'.
(1835 -1893).
98
que Ifigenia de Teresa de la Parra ( María Eugenia de 18 años, quien recién ha vuelto a Caracas
después de una larga estadía en Europa) representa una niñez y una adolescencia que
provinciano viciado por los intereses, postulados, rencillas y mezquindades que ruedan por sus
dedos como las cuentas del rosario de rutinas. Una disyuntiva matrimonial que desemboca en
una infidelidad, con el deseo de amar a quien ella quiera, sin miedo, sin remordimientos. Para
Maruja Vieira: “Catalina surge con el mismo gesto entre desafiante y burlón de la pecadora de
Inés de Hinojosa, sin la connotación histórica de Nicolasa y Bernardina Ibáñez, pero reclamando
Y cuando hablamos de ser una mujer que reclama su sitio en la historia de la novela en
Colombia, lo hacemos para hacer énfasis en ese espacio propio, en ese destino propio al que
alude también María Mercedes Jaramillo (2007, p.69) en el texto El precio de la autonomía en el
espacio propio en una sociedad en crisis. Es una novela con temas políticos y sociales que
obligaciones que ocupan las mujeres, en sus intereses, en las relaciones amorosas, ella
Y se afirma todo esto sobre la historia, la política, lo social porque en Catalina se habla
de las guerras del momento y cómo éstas afectaban a las mujeres, al dejarlas solas, esperando la
llegada de un soldado que poco ganaba para mantenerlas. Por una situación similar a la de
99
Catalina y María Corazón pasa Cristina, la madre de Celina en la novela Los dos tiempos. El
esposo de Cristina desde los 20 años participa en algunas guerras que coinciden con las
nombradas en Catalina: Palonegro en la que luchó Samuel, el esposo de Catalina, al lado del
general Uribe y junto al soldado Pontón quien siempre se mostraba compasivo con los heridos al
recogerlos después de cada batalla, y a quien Samuel seguía por obligación. Sobre todos estos
hechos reales la autora menciona también en la página 29 de la obra Catalina, que el estado de
abogado, en uno de sus discursos invitó a la unión argumentando que hace mucho Bolívar la
predicó, por eso, en el siglo de las luces y el progreso deberían trabajar para alcanzar su ideal.
Este episodio reafirma una vez más la habilidad de la escritora para ubicarnos en la época. Con
respecto a esto María Constanza Quiroz Ocaña en la tesis Mujer y ciudad: Recepción y
concienciación en Bogotá de las nubes, de Elisa Mújica dice que Patricia Aristizábal en el texto
Colombia la Guerra de los Mil Días” (Quiroz, 2013, p. 29); parece que Aristizábal tomó este
dato de manera literal de la novela, ya que allí, Mújica narra “en las últimas semanas de 1902, mi
novio tuvo que ausentarse varios días. Fue entonces cuando recomenzamos las reuniones
políticas” (1963, p. 28); pero si tenemos en cuenta elementos que ya hemos enunciado como la
Bolívar en ella cuando pasó por Bucaramanga, además de la muerte de Simón Bolívar en 1830
que puso muy triste a María Corazón, y la mención que se hace de la fundación “La Culebra Pico
de Oro” del Estado Soberano de Santander en 1864, podemos concluir que Catalina se desarrolla
entre 1820 y 1940 si tenemos en cuenta las tres generaciones: María Corazón y Tomás Aguirre
100
encontrados, se fortalecen con la participación del personaje María Corazón quien reconoce que
ya no habría paz en la República después del libertador, pero que al menos ella había logrado ser
feliz por la intervención del Bolívar en su matrimonio. Luego de la muerte de Bolívar nos narra
plaza, siendo éste uno de los tantos actos que endurecieron la guerra. La mención de Simón
Bolívar en la obra como un personaje casual que tuvo una relación directa con Tomás Aguirre, el
abuelo de Catalina, nos permite deducir que la autora lo hace teniendo en cuenta el paso del
libertador por Bucaramanga en 1828, después de dirigirse en 1826 investido de gloria y de poder
manos de artesanos. Con respecto a esto Ana Cecilia Ojeda en el texto Catalina en perspectiva
dice que 5 años después aparece Gabo hablando de la masacre de las bananeras, pero realmente
fue en 4 años porque la obra de Gabo se publicó en 1967. Ojeda menciona también que quince
años después aparece Pedro Gómez Valderrama con los pormenores de la migración alemana a
Mújica hace alusión a este episodio diciendo: “asesinaron a los alemanes frentes a sus
almacenes, y dejaron los cadáveres clavados al pie de las puertas” (1963, p. 126). Según Mújica
nadie salió durante tres días, los bandidos querían acabar con todos los extranjeros en
Otro episodio mencionado es cuando el pueblo estaba descontento con el gobierno y por más que
el General Reyes tratara de aplastar las conspiraciones; la gente se mataba por 5 centavos.
Cuando revisamos el dato desde la historia comprobamos que Reyes fue un político, explorador,
comerciante y militar colombiano. Fue también Presidente de Colombia entre 1904 y 1909.
Si seguimos analizando la obra podemos decir que Mújica fue la primera en hablar de una
mujer pequeña que se consumía del dolor, a la espera de su hijo. Gabo lo hace cuatro años
después con Ursula Iguarán; Mújica en efecto: “María Corazón era una sombra vestida de luto.
La sacaba a tomar el sol al primer patio de la casa grande, sentada en una butaca de mimbre y
Esa paz que tenía María Corazón llena de dulzura y silencio en la senectud, es una
descripción que inmortaliza su figura. Catalina en otro episodio consolida la figura de su abuela
cuando se refiere a ella como una miniatura de ojos verdes. Y siguiendo con los episodios reales,
Mújica menciona que Bolívar se enteró sobre el embarazo de María Corazón y de manera sutil
le dice a Tomás Aguirre, abuelo de Catalina “… ¿no piensa casarse con la muchacha? (1963, p.
87). Después del matrimonio tienen un hijo llamado Lorenzo, éste se va para Venezuela después
de la muere de su prometida y regresa 18 años después. María Corazón de tanto esperarlo estaba
paralítica y medio loca. Los niños jugaban alrededor de ella y no los sentía, parecía encogida,
más pequeña de lo que era. Es un personaje que empequeñece más de lo que es, traspasada por el
dolor; y ya tan vieja no se da cuenta de lo que sucede a su alrededor, como pasa con Ursula
Iguarán que al perder la cuenta de sus años; sus tataranietos jugaban con ella como si fuera una
Si continuamos analizando la obra desde el personaje, vemos como Catalina siendo una
niña identificó todas esas costumbres que le han sido transmitidas a las mujeres como: esperar
102
paradas junto a la ventana a que el novio llegara y atenderlo a la entrada del hogar, de creer que
las mujeres no eran aptas para manejar una finca, de no poder separarse porque era un pecado
ante Dios, de ser libertinas si se salía del pueblo a recorrer el mundo, de contraer nupcias antes
de los 16 años, de pertenecer obligatoriamente al partido político de los padres. En este caso
Catalina fue liberal como su padre y rechazó siempre la filiación conservadora de su madre.
La salvación para Catalina estaba siempre en la conversación consigo misma. Allí en su mundo
imaginario, con su otro yo podía hablar también sobre su madre y los genios tan distintos que
tenían las dos, lo que hacía que no se entendieran. Reconoce que siempre la criticaba en silencio
porque detestaba su aire satisfecho, su elegante saya negra, su mantilla de blonda, su cara
salvada, y no sabía por qué milagro no envejecía. Tuvo un tiempo en que había rezado para
conseguir que envejeciera. Pensaba sobre su belleza que no mostraba ninguna tacha.
De esta manera Catalina habla a través de su monólogo interior sobre no amargarse por lo
que no tiene, de no permitir que la voz de su madre arañe viejas heridas. Así habla una y otra vez
sobre todo lo que le preocupa, sobre lo que le hace feliz como el cuarto llamado el gabinete, en el
que se distraía y soñaba con escribir, gracias al escritorio heredado de su tía política Catalina
Torres. En cuanto a Mújica, la escritora que se expresa a través de sus personajes, reconoce que
escribir le ha permitido tener un lugar en la historia; lástima que el lenguaje de sus compañeros y
amigos de alguna manera la sigue excluyendo; Eduardo Mendoza Varela por ejemplo, en el texto
Elisa Mújica en la Academia Colombina la trata de escritor cuando pudo haber dicho escritora
como lo quería ella misma, pues ya mencionamos en la entrevista que le hizo Calero que ella
aseveraba que el sexo se debe notar en la escritura. Mendoza señala su condición de escritor
cuando habla sobre el trabajo que ella hace inspirado en Mutis: “Elisa Mújica ha sido uno de los
“pocos escritores colombianos” que ha asumido en una medida que sobrepasa a la nota o al
103
artículo ocasional, la tarea de difundir popularmente, el nombre de don José celestino Mutis”
Sobre el valor de reconocer a Mújica como escritora y a la novela Catalina como una
nueva representación de la mujer que rompe con una tradición literaria en Colombia de novelas
sobre mujeres escritas por hombres, vale la pena traer a colación nuevamente el análisis hecho
por Helena Araújo en el artículo Dos novelas de dos mujeres publicado en el periódico El
Tiempo. En este artículo compara la novela Ifigenia de Teresa de la Parra con Catalina de
Mújica. En 1924 Teresa de la Parra había ganado con Ifigenia un concurso de novelas, y aunque
Araújo afirma que Ifigenia es más novela que Catalina por la extensión y la forma que no
asegura Araújo que en contenido Mújica va más allá por el planteamiento lúcido de una
bebé y es declarada estéril, ya que esto hace que la consideren fallida en cuanto mujer, pues no
sirve para lo que habría de servir. Mújica proyecta en ella, no sólo el interrogante biológico,
mítico, histórico, de la condición femenina, sino la presencia de una evolución liberal de las
ideas precisamente en torno a la condición femenina. Pues en Catalina inicia Elisa Mujica el
camino que ha de recorrer toda mujer para transformarse de objeto en sujeto de cualquier
conglomerado aunque el personaje no lo logre. Esto hace según Araújo que Ifigenia, novela de
alcance literario quede atrás y siga adelante Catalina novela de alcance social (Araújo, 1967). Sin
Si Elisa Mújica logra eludir el costumbrismo, no logra eludir una tendencia al diario
ella, Elisa Mújica se anega en un limbo que la mantiene al margen de su propia identidad.
Como ella, Elisa Mújica “no sabe qué le falta” para realizarse. Le falta para realizarse ese
(1967, p. 2)
Si vamos más allá del análisis de Araújo podemos decir que Catalina desde su niñez fue
un amante como lo dice Araújo, pues pareciera que Araújo se olvida de innumerables momentos
en los que ella puso de manifiesto su capacidad reflexiva, entre ellos tenemos: no pertenecer al
partido político de su madre, no contarle a su amiga los pormenores del matrimonio, descubrir
por sí misma la deslealtad de Rebeca Aguirre a quien consideraba chismosa, rebelársele al doctor
Bullón, querer arreglarse de una manera que le impresionara a Samuel a pesar de no ser alta,
vengarse de Samuel cuando va para la finca gritándole que en las alforjas va un corte de seda
para Emilia pues eran inútiles los reclamos, formar una tertulia con Ricardo Gómez, desear el
escritorio para escribir y desear viajes que la llevaran fuera de ese lugar para conocer otros
mundos. Las tertulias además le dieron sentido a su vida, los puntos de vista al sacerdote sobre
diferentes aspectos de su vida la fortalecieron, hecho que por cierto indignaba al sacerdote,
cuando reconoce que pierde los pocos años buenos que le quedaban sacrificándose entre otro.
Todo esto hace que refutemos la idea de Araújo cuando afirma que cualquier posibilidad de
Cabe resaltar además que la actitud del personaje va más allá de los límites que tenían las
mujeres para escribir de los años veinte a los sesenta, y que ese deseo de pasar de objeto a sujeto
si se cumple; si tenemos en cuenta a esa Catalina que había aparecido en el año 1929 como
105
personaje de la novela Hados según Jana Marie DeJong en el texto Recuperación de las voces de
una década: feminismo y literatura femenina en los años veinte. La novela Hados fue la única
que se conoció de Isabel Pinzón de Carreño, firmada con el seudónimo Isabel de Montserrate,
ella tomó abiertamente la bandera del feminismo. Fue una obra publicada hacia el final de la
década (1929) en los Estados Unidos. Esta novela reflejó las experiencias feministas de su autora
en Colombia, Europa y Estados Unidos porque reunió las preocupaciones de las mujeres
Esta obra es una muestra de las contradicciones y confusiones que rodearon al feminismo de
servicio militar. Con el comienzo de la guerra, Catalina regresa a Francia para ayudar en el
convento ahora convertido en hospital donde descubre la supuesta muerte de su amado. Catalina,
acompañada por su hermano, vuelve a Colombia. La madrastras lucha por casarla y ella se libera
de esta situación por los beneficios de tener un empleo y una educación adecuada. Viaja mucho y
se dedica a escribir artículos y cartas sobre la importancia de la educación para la mujer, pero a
pesar de esta actitud feminista, la meta de Catalina sigue siendo la de casarse con Ludovico, ya
que descubrió que no había muerto en la guerra. Se encuentran varios años después y se casan.
Ella cumple así con el deseo de ser la compañera que todo hombre necesita para ayudarle a
realizarse o hacerse célebre. Según Catalina el própostio de su educación y trabajo es ser una
compañera más adecuada para el hombre y ayudarle a él a tener éxito en la vida. (DeJong, 1995,
pp. 18-21)
Como vemos esa Catalina de Hados está llena de contradicciones, habla de trabajar y
estudiar, pero también de ser la herramienta para que un hombre sea mejor, sin embargo, se le
106
reconoce que de esta manera inicia el Movimiento feminista en Colombia, los críticos y analistas
comienzan sus historias con los años treinta, época en que realmente se emprende la
colaboración entre los feministas para crear un movimiento a escala nacional. DeJong señala por
Teatro Colón de Bogotá a pesar de las contradicciones en los ideales del movimiento que son
Terminamos este apartado diciendo que Catalina ha protestado contra todo lo que la ha
sometido, el mundo se le viene encima y termina llorando mucho, pero no lo hace por la muerte
de Giorgio y Samuel. Lo hace por una muchacha borrosa y desprevenida que aceptó un destino
impulsada por su madre, que después de ver lo que era el matrimonio renunció a seguir siendo
lectura que le permitía evadir su realidad por momentos. Esa condena social la exilia en Bogotá y
aunque llora por esa muchacha que fue, no llora por la mujer que es ahora. Esto nos permite
entender que para ella es muy claro su paso de objeto a sujeto, pues entre sus principios ya no
están: la modestia, la virginidad y la sumisión que aparecen en la página 30 como condición para
En la novela Bogotá de las nubes (1984) publicada veintiún año después de Catalina,
nuestro objeto de estudio. Se ha utilizado también el racconto como estrategia narrativa, pues
vemos que la obra inicia con el final, en este caso, con la misma mujer vieja y enferma que
107
aparece al final: Mirza Eslava. En ella está esa mirada retrospectiva, que le permiten recordar la
tela azul sembrada de ramitos de plata, que le enseñaron en un almacén cuando era apenas una
niña. A la lunareja el recuerdo la conduce hasta depositarla en las manos cariñosas de doña
Mónica, que cose a su niña un traje para que vaya a visitar a Gala y Natalia. La escritora
encuentra en el racconto la forma de ir y venir en la vida de Mirza todas las veces que lo desea.
Esta vieja mujer que aparece al inicio se encuentra en mucho silencio en su casa. Su
fijación se remonta al tiempo en que la metieron presa. Mirza era hija única de don Alejandro y
doña Mónica. Recuerda que llegó a Bogotá a las seis de la tarde y al bajarse del sufrido
armatoste que la había transportado en unión de sus padres, recibió los besos cariñosos de dos
señoras con pieles en los cuellos y solapas de sus abrigos. Recuerda también que se avergonzó de
La novela está narrada en tercera persona, y en algunos apartados se logra identificar que
la narración es continuada en primera persona por distintos personajes: un hombre; en este caso
Augusto Pallares (Dueño de la librería a la que ella acudía cuando estaba pequeña, dueño de la
aunque estuviera muy viejo). Estos apartados están en la versión impresa que se hizo para esta
tesis en las páginas 27, 28, 29,49 y 130. Narra en la página 50 también una mujer, aunque no se
identifica, parece ser la misma Mirza, Ligia o una miga porque dice “nuestros novios”; y en las
páginas 51 y 52 habla de su situación con las amigas. En la página 101 narra Ligia, en la 104 y
105 narra Daniel Irigoyen en la página, en la 134 Alfonsina (segunda esposa de Calixto) y en la
135 narra Leonel (hijo de Calixto). La narración pasa también por cambios muy bruscos, es
recordando desde la iglesia, son más de 8 episodios los que se narran utilizando esta figura del
108
Racconto. Es por esto que Gustavo Cobo Borda dice que Mújica incurre en el pecado por
excelencia de querer ser moderna y solo logra una narración confusa con discontinuos
fragmentos temporales, con enredadas madejas que atrapan a personajes como Gala Urbina, y
plantea que “el hilo central-la vida de Mirza-se pierde, del todo, entre los recuentos sobre su
familia política, que amparándola como huérfana intenta moldearla a su antojo” (Truque, 1984,
p.131). Al mismo tiempo Cobo reconoce los esfuerzos de la autora por expresarse
adecuadamente diciendo “el marco ha sido trazado con una honesta y delicada escrupulosidad
[…] sitúa esta iniciación vital, esta novela acerca de la formación de una mujer, entre nosotros,
(Truque, 1984, p.130). Cobo admira en ella la capacidad de construir otro eslabón más del tejido
sólido que ata el pasado con el presente a través de reminiscencias de esta índole, en efecto” con
gracia y encanto, con dolor indudable, ella nos lo ha recordado, desde este confuso presente. Sus
ojos miran hacia atrás pero la validez de su análisis reclama la continuidad necesaria” (Truque,
1984, p. 136).
En cuanto al tiempo en que se desarrolla la historia, Gustavo Cobo Borda dice: “son los
años 30, hay reinados de estudiantes y en el teatro Colón […]la niña, además tiene un gran lunar
que le cubre parte de la barbilla y el cuello” (Truque, 1984, p. 129). La década señalada por
Cobo corresponde realmente a la llegada del escritor Arguedas a Bogotá “A principios de 1930,
cuando llegó a Bogotá el escritor Alcides Arguedas, acostumbrado a pasar la mitad de su vida en
París, asistiendo a conciertos, escuchando conferencias, visitando museos, alternando con lo más
granado” (Mújica, 1984, p. 37). Este autor confunde el inicio de la obra con los años 30, cuando
realmente la obra inicia en los años 20. La obra señala que en 1920 se había caído el balcón
109
hecho con arabescos de hierro forjado. Este balcón fue mandado a hacer por Marco Fidel Suárez
y en él se había subido Mirza recién llegada a Bogotá para ver una procesión, en efecto:
qué lejura; otros continuaban por el camellón hasta la Alameda. Allí trepaba al
Se llamaba Marco Fidel Suárez y era antioqueño e hijo natural de una lavandería. Los
ricos bogotanos no le perdonaron que se conservara fiel a su origen humilde y que para
El narrador señala también que Mirza en ese momento está en la Universidad y si Marco
Fidel Suárez fue presidente entre 1918 y1921; entonces la historia inicia después de 1918 con la
llegada de Mirza a Bogotá. Tenemos en cuenta también que en la narración, Augusto Pallares
recuerda haberse arruinado con la librería y la editorial El Ciprés en la década de 1910 y Mirza
recién llegada también la frecuentaba para admirar los cuentos ilustrados. Se menciona
apellido Velásquez “Por los años 50, a Juan Velásquez le echó mano la policía franquista al
visado ruso” (Mújica, 1984, p. 57), luego se mencionan los años setenta para demostrar que si a
Velásquez le hubiera pasado eso en esa época, la misma España lo había condecorado por su
contribución a las buenas relaciones entre los países. Podemos concluir que la historia
Una niña de nueve años que después pasa por la Juventud y la vida adulta, en efecto Mújica
“Mirza Eslava tiene 9 años y el papá Alejandro nos resiste la tentación de iniciarla en los
misterios que las compañías españolas de dramas y comedias escenifican en el Colón” (1984, p.
22). De su infancia podemos afirmar que adquirió conocimientos gracias a su padre don
Alejandro quien la llevaba al teatro: La Compañía de doña María Guerrero y don Fernando Díaz
de Mendoza quienes proporcionaban noches de gloria a los bogotanos y les enriquecía el léxico
cotidiano.
Ella misma visitaba la librería de la calle 12 en la que compró su primer cuento de los
hermanos Grimm, los cuentos de Pinocho iluminados por Bartolozzi. El dueño Augusto Pallares
será precisamente uno de sus amantes en la vida adulta, quien la utiliza aprovechando que es su
secretaria, pero podría ser también que de una manera muy delicada la novela propone a una
Mirza que usa su inteligencia para crear situaciones de afecto con el sexo opuesto, ya que su
apariencia física le limita demasiado. El contacto con los hombres se lo permite su trabajo, en
efecto Mújica:
Tío Calixto se tomó el trabajo de salir de casa, suspendiendo por unas horas la redacción
editorial El Ciprés. Confiaba en que su amigo, quien le había vendido en su librería tantos
años de edad, quien le cuenta historias a Mirza mientras están los tamales. Le hablaba de las
andanzas de Pedro Urdimales, de Mano Conejo, de los secretos familiares. Ana María sentía
111
placer cuando mencionaba al diablo en sus cuentos y no cedía a nadie el placer de asustar a
Mirza con el cuento de María Mándula, que volvió de la otra vida a reclamar a la cocinera
profanadora de sus asaduras, que se las devolviera en la sepultura. Esta inquietud por las
historias, por las letras se fortalece con el estudio. Ingresa en un colegio de monjas y revive su
estadía cuando estando vieja otra vez en la historia, y arrodillada en la iglesia, se acuerda cuando
las compañeras desafiaban a Sor Matilde con la falda arriba de la rodilla. Ella no lo hacía porque
era muy juiciosa, la mejor. Aunque también recuerda que Sor Matilde por error la llegó a llamar
Esclava por Eslava. La novela enfatiza en que a Mirza mira acusadoramente a las portadoras de
sonoros apellidos y tampoco le gusta su apellido, para acabar de ajustar una condiscípula
intencionalmente la llamó "esclava", mientras reía la clase entera para celebrar la broma. Natalia
la amiga de Gala Urbina había afirmado que su nombre derivaba de una esclava y Mirza se hace
la desentendida, ella antes le había dicho a Gala Urbina que tenía nombre de reina. Cuando ya es
La lunareja, de raza blanca, de raza india, de raza negra, acaballada en dos mundos, en
dos tiempos, se limita a comprobar a cada paso que en ninguno encaja. Se retira de ambos
con las manos vacías, sin apartar el corazón de los relicarios de cristal de roca, de los
bustos de San Juan Gualterio, de los frescos de la escuela florentina de los siglos XV y
XVI, de la Palla dorada de San Marcos, pero a la vez sabiéndose ausente, conminada
Como mujer de clase media igual que Celina llegó como desplazada a una Bogotá con
más desarrollo urbano y luz eléctrica. A ella le sorprende esto. Con carencia de recursos Mirza
intenta construir una relación, a veces muy forzada entre la vida privada (compañeras) y la vida
pública (la suya). La estadía en el colegio de monjas en las que estudian las niñas de mejor
112
familia de la ciudad le ha obligado a sobrevivir como puede y esto la induce al robo, ya que en
varias ocasiones el narrador menciona como siente la necesidad de tener plata, consigue algo y lo
invierte en bombones para vender en el colegio. Esto se hace una constante porque nadie le
reclama. Más adelante en la historia se aclara que le roba a la vecina del tercer piso, a Mayo, la
vieja que presta plata a interés y que a veces deja por descuido abierta la puerta de su cuarto, y en
la consola los centavos de las vueltas. Nadie lo sospecha y con el dinero sigue comprando
chocolates coloridos para sorprender a sus compañeras pues con ello no mima su gula sino la de
sus condiscípulas.
Sus actos al mismo tiempo perjudican a Petra, la sirvienta. En otra ocasión extrae a
escondidas del baúl de doña Mónica, una gruesa cadena de oro de la que pende un guardapelo en
forma de trébol para sorprender a sus amigas. Las condiscípulas de Mirza, insoportables y
grandullonas se ríen con todas sus fuerzas. Ella sigue haciendo grandes esfuerzos para encajar y
habla sin acento calentano y demuestra resistencia física en los juegos violentos.
Debido a su deseo de tener dinero se hace mención de la admiración que le causaban las
vitrinas repletas de joyas en la "calle 12" desde que llegó a Bogotá. Los anillos de solitario y los
collares de esmeraldas parecidos a los que habían comprado allí mismo doña Clemencia de
Caycedo, la orgullosa matrona que se sentaba en el templo en sitial más elevado que el del
Clemencia en el primer capítulo porque ella creó el primer plantel con que se contó para la
educación de las niñas. Mirza menciona también a Manuelita Sáenz, que buscaba aliadas verdes
En 1934 cuando la Universidad Nacional les permitió ingresar, ella no se benefició con la
medida. Correría bastante agua bajo los puentes para que lo fueran las de su clase. A ella le tocó
113
en cambio ser de las primeras que trabajaron en las oficinas públicas. La época del ostracismo
realizadas fuera de casa no eran reservadas exclusivamente a los hombres. Las mujeres se abrían
espacio en todos los ámbitos y se señala en la historia que algunos escritores participes de ese
falocentrismo de la época no lo vieron bien, pues el espacio domestico también llegaba a las
oficinas
Con razón murieron casi de tedio don Tomás Carrasquilla y don José María Cordovez
Moure, estragados durante cuarenta años de vida burocrática, por las alambradas de los
expedientes, las barricadas de los libros de registro y las trincheras de los copiadores.
nadie consultaba, humedad y polillas. Fueron las mujeres quienes, desde su ingreso en el
El mismo narrador afirma que para las mujeres de la generación de Mirza, nacidas en un
panorama de manteles de crochet y de punto de cruz, el experimento de trabajar fuera de casa les
supo más a sacrificio que a proeza. No se lo confesaron a nadie, pero adquirieron desde entonces
una mirada entre afligida y tierna. Las diferenció sustancialmente, lo mismo de sus antepasadas,
Exclusivamente les pertenecía a ellas, las pioneras, las iniciadoras, las que escasamente llegaban
obediencia, solo que a medias. Aunque claro está que muchas se casaron, no perdieron la
tendencia a usar como un hábito el imprescindible traje sastre azul, gris o marrón, combinado
con blusitas blancas, celestes o rosadas. Otra indumentaria hubiera sido mal vista en ese tiempo.
Entre ellas se reconocían a distancia. Al cabo de los años volvían a encontrarse y se repetían:
"¿Tú también trabajaste en esa oficina?". "Pero claro, si fui de las primera “Estas manos
mucho menos de ortografía las actas de la fundación del banco, el convenio para
estabilizar los precios del café y el proyecto de conversión de la deuda externa” (Mújica,
1984, p.26)
Mirza hace parte de este fenómeno y logra ser secretaria de Augusto Pallares por el tío
Calixto y de César Castell por Bernardo Gallo. Con este último se presentó cada tarde en el
quinto piso del edificio Cubillos, donde funcionaba el comité de inmigrantes fundado por César.
Allí se dedicaba a copiar las cartas de propaganda que él le dictaba. Con ambos sostuvo
hacer lo que ya he dicho. Desde entonces han pasado los años. Pero todavía no es tarde.
Mirza ignora que el lunar, ese defecto que tanto la humilla, a mí me atrae. Gracias a su
Luego trabajó en una editorial y llegaba tarde a la casa porque se quedaba hasta tarde con
Castell. Sus encuentros con César se quedaban en el ademán, en la actitud, en las frases de
fachada sin contenido de verdad, como habría escrito el autor antioqueño, Fernando González
115
“se trataba de monedas falsas para amasar sueños con que se alimentaban” (Mújica, 1984, p. 42).
Claro que Mirza Eslava, mi secretaria privada por esas calendas, y a quien casualmente
contrario. Sin embargo, para mí lo mejor era cortar por lo sano. Todavía me felicito.
Y la mujer sigue avanzado desde todos los planos y Mirza, como mujer independiente
económicamente hizo lo que quería desde pequeña a cualquier costo, por eso en la vida adulta
tuvo relaciones con Castell, con Antonio Pallares, con Bernardo pero esto le exigió alejarse del
grupo familiar compuesto por Calixto, Alfonsina, Ligia y Leonel. Ella desde que se convirtió en
huérfana, ya estaba libre y sola. Ella pensaba que si sus tíos la juzgaban mal, allá ellos. Nada les
debía. Cuando doña Isidora le asignó la tarea de inculcar nociones de historia a su nena, entonces
para adivinar lo que pasaba entre la lunareja y César, cuando él la acompañaba de visita?.
Sobre su estado de independencia y sus relaciones amorosas conversaba por largas horas
con sus amigas universitarias y de trabajo. Anabella le reprochaba que le pegara los botones de la
chaqueta, le ondulara el pelo y le lavara la ropa a Nicolás Bonnet, cuando, él tenía otras amigas.
Que a ella no le importe vestirse de cualquier modo, con camisa de hombre y bluyines
Los mismos reclamos le hacían a Lina Linette quien parecía una japonesita, con el pelo
liso y la piel de marfil. Había muerto por un aborto practicado por cualquier irresponsable que
jugaba con las víctimas. Mirza la juzgó muy duro, pero tiempo después igual que Linette pidió
una licencia para ausentarse de la oficina durante una quincena. Los jefes la excluyeron del
requisito de mandarle analizar la orina, pues se sospechaba que estaba en embarazo igual que las
otras que habían pedido el mismo permiso, así lo narra Mújica “en los instantes más inesperados
resurgía la mujer desharrapada hurgándole las partes, trasegando duramente con sus órganos para
En la obra Daniel Irigoyen plantea que las chicas de la época de la píldora, a pesar de sus
ínfulas y sus diplomas y su ambición de abarcar dos esferas, al final caen en la trampa lo mismo
que la protagonista de Las palmeras salvajes, una novela de Faulkner que había leído. Cuestiona
cómo las heroínas de hoy acuden a las clínicas para que les ofrezcan formas de eliminar al hijo
por medios inocuos y seguros. Mencionan cómo las mujeres de negocios, sin decir palabra,
desaparecen durante una semana de los bancos y oficinas que gerencian. Cuando regresan dan
cualquier disculpa pero se notan muy pálidas. Sus raspados del útero les dejan en el alma heridas
Falopio, se convierten para nosotros, sin género de duda, en objetos de los que cansan muy
las baladronadas sobre el sexo, con que María Olga y yo solíamos aterrar a Mirza Eslava,
cuando nos reuníamos a charlar con ella en el tiempo en que se iniciaron las clases.
En esto de ser profesionales y libres en el amor estaban María Olga Alción, Orna
Caballero, Ligia Montiel, Lina Linette, Anabella Simon y la misma Mirza Elsava. Muchos
hombres y hasta las mismas mujeres se burlaban y les recriminaban su falsa libertad. Sí se le
decía lo anterior a Ligia, pensaría que alguien deseaba lesionarla de palabra o aun de
pensamiento, lo que le parecía más sagrado: la libertad femenina, conquistada después de una
lucha tan dura. Si se profundizaba en el asunto se encontraban casos curiosos: las mujeres
individualistas ciento por ciento en su conducta personal y, sin embargo, en política, socialistas,
colectivistas, gregarias. Estaban por el estilo de los sacerdotes que renunciaban a sus ministerios
empujados por el anhelo de la paternidad física, aunque la rebelión de las mujeres era al revés.
Se negaban a la maternidad porque les estorbaba para ser eficientes ingenieras, ortopédicas, o
Esa libertad que exigía Ligia es comparada en los años 40 con la de Víctor Mallarino
pues demostró que para él era más importante ser actor que pertenecer a la familia presidencial y
abrió el camino. Mirza lo justifica porque era hombre. Ligia le dice a Mirza que ella le ha
hablado de su admiración por María Casares, que echó por la borda los prejuicios de su familia
rancia y española y triunfó en Francia como actriz. Que le extraña que piense así después que ha
salido tanto de Bogotá y que siente decirle que, sin salir de Bogotá, la mamá ha evolucionado
Y es que Mirza de cierto modo conservaba costumbres que hacían parte del patriarcado
como la religiosidad, el deseo de casarse, de tener dinero etc. por eso le duele que entre las
deserciones juveniles, esté Ligia Montiel, la hija de Isidora y de Jorge, la sobrina de Soledad.
Ellas le volvieron la espalda a la Iglesia. Esto creó un abismo entre ella y la lunareja. Ligia sólo
tuvo conexión con la iglesia cuando se volvió muy amiga del Padre Alvarado, pues la madre le
118
presionaba para que fuera a la iglesia. A ella le encantó porque era tan revolucionario como ella.
Tanto que le dice a la mamá que pierde el tiempo si quiere sacar de ella una Montiel a su medida.
Le recuerda a la mamá el trato que su familia le dio a los negros en el pasado, ella piensa que “la
habían engañado sus padres, la había engañado su maestra Mirza, y luego el colegio, los
Con todo esto Ligia y las demás chicas atraían también las iras de las viejas señoritas
intocadas. Y no solo de ellas sino de las honestas casadas como Alfonsina Mongrif de Eslava o
correspondiente pisa-argolla, con diamante por más señas, en el dedo anular de la mano derecha,
cartelito anunciador al más desprevenido, de respetable y envidiado estado civil. Para Mirza esto
las autoriza para prestarse, claro que por deber y decorosamente, a satisfacer la parte animal de
sus maridos. Porque según ella en la cama la obligación de la esposa es gustar, que el señor
quede contento, y cuando se dé por bien servido y se levante, para ti punto final. Ipso facto te
conviertes en estatua de piedra; que no te pase por la cabeza ni un mal pensamiento. Mirza en
efecto
Virgen y por consiguiente mártir, destino prefijado que no inhibía a los varones a fin de
consignar en cualquier ocasión y desde luego en sus mejores libros: “La debilidad
Mirza afirma que todo esto se trata de alienación colectiva y por eso las mujeres eran
les imponían su voluntad. Las mangoneaban con el dedo meñique de la mano izquierda. Detrás
119
de estas conversaciones y acciones vemos a una Mirza demasiado liberal, tanto que accedió al
aborto sin pesares y tuvo amantes sin pudores. Más delante en la historia ella es una mujer más
reflexiva y frente a un cuadro pequeño de Vásquez, El martirio de Santa Apolonia, ella misma
Todo fue un fracaso, hasta lo más obvio como mi estilo personal para arreglarme el pelo.
De algún modo no se trató de una derrota, de un malogro, aunque ella sea la niña vieja
arrugada, jorobada, canosa. Por lo menos puede apuntar algo a su favor: jamás se portó
como Orna Caballero. No obró como ella cuando le quitó el novio a Anabella Simón, el
Nicolás Bonnet por el que la pobre Anabella no comía no dormía, mientras que su rival
siguió tan campante como si se dijera: ¿Acaso se trataba del marido? Un novio es un
Estos momentos de pesadumbre en Mirza se hacen más fuertes cuando recuerda sucesos
como el que vivió con Bernardo Gallo y Figueras, cuando de camino a la casa de Ligia Montiel
y Lago, como de costumbre ella se agazapaba dentro de sí misma. Igual a una gata que,
ignorante de su definitiva mala suerte, entra en el cuarto donde la acecha el perro, y como que se
reduce instintivamente de tamaño para exponer menos área a las fauces impacientes. También
recuerda como en un error su deseo de agradar a los hombres se tocaba los senos, estirándoselos
Mirza al finalizar la historia es ya la mujer que participa con las amigas en discusiones
sobre todo lo feminista y sus libertades. Se refieren por ejemplo a Simone de Beauvoir como una
vieja que no negaba sus canas y las mostraba como una aureola más, que aumentaba su
popularidad, y era bello ver como sus amigas y otras mujeres de la época abrían eternos debates
-Nadie puede negar su envidiable claridad de propósitos y la seguridad con que los ha
cumplido uno a uno, aprovechando o creando los medios necesarios —saltó Ligia—. Lo
Así pasaban las horas. Al final la lunareja es una mujer insatisfecha que desea vivir en
calles como la de Alfonso XII, vecina al Museo del Prado; la de Velásquez, tranquila y elegante;
la de Bárbara de Braganza, como una campanada, pues es su padre Alejandro el que al fin y al
cabo la da sentido a su existencia por todo lo que le enseñó y compartió con él. Es para ella
hermoso todo lo que tarareaba del teatro español para enseñárselo. A ella no le interesan los
talles de avispa del siglo XIX, ni los mantones de Manila, ni las cartitas de amor y dramas
2.4 Conclusiones
reseñas de obras, Mújica fue una mujer que además de hacer una ruptura en la historia de la
mujer en Colombia se adelantó a la literatura Contemporánea del siglo XX e inicios del XXI
porque a mediados de los años 60 intenta relacionar la realidad con la ficción y utiliza estrategias
121
mimetismo camaleónico entre otros. Ella se preocupa por los sentimientos y pensamientos de sus
personajes y así como ella van surgiendo artistas con sentimiento de derrota que se reconstruyen
en las sagas familiares, buscan las raíces históricas de los hechos, establecen su compromiso con
políticos, históricos y universitarios. En las obras de Mújica se utilizan todo tipo de lenguajes,
Eugenio Diaz Castro en el año 1856 y de María por Jorge Isaacs en el año 1867, se da origen a
la novela colombiana. Se tomó como novela costumbrista la primera y como novela romántica la
segunda. Aunque las historias tienen como protagonistas a mujeres, sólo hasta el siglo XIX,
podemos hablar de escritura femenina y en el siglo XX con la llegada de Elisa Mújica y de otras
autoras ésta se consolida, porque ella pone de manifiesto su condición de mujer a partir de cada
una de las mujeres que participan de sus historias. No lo hace solo desde las protagonistas como
Catalina, Celina y Mirza también lo hace con las demás participantes de cada una de las historias
porque en todas se muestran los velos que las han tenido atadas a un destino, a una condena o a
la exclusión.
En Bogotá de las nubes Mújica nos permite saber que ya se reconocía las habilidades de
aunque la autora tiene como característica presentar en sus obras a mujeres inteligentes pero
poco agraciadas físicamente como lo hemos visto ya en Catalina, Celina y en Mirza quien es
llamada la Lunareja por el lunar oscuro y sin forma que le tapa la parte inferior de la cara y que
Su trilogía narrativa presenta una estructura "in extrema res" al comenzar el relato por el
desenlace. Queda entonces como una constante esta forma de escribir en Catalina, Los dos
tiempos y Bogotá de las nubes. En cuanto a sus obras en general Mújica dice que sus textos no
hacen de las diferencias de perspectiva crítica; muros insalvables sino que lleva al lector a ver en
comprender la obra, fijando, sí, distancias cuando es el caso, pues no pretende contemporizar a
toda costa. Lo que una aproximación a una obra revela no compite con lo realizado por una
reflexión diferente, sino que contribuye a una comprensión más amplia del texto al asumirlo
desde otro ángulo. La literatura no está hecha únicamente de estructuras sino también de ideas y
de historia, de la vida del autor, de sus otros libros, de su época y sus tradiciones literarias en las
de hacerlo teniendo en la mira lo regional, como espacio físico y espiritual donde la escritura de
Mújica no solo se sale del género literario que imperaba en la época sino que desafía ese
aspecto político que en Colombia, iba y venía entre las ideas de 4 vertientes: -un federalismo
liberal,- la Regeneración, movimiento político surgido en Colombia a finales del siglo XIX y
liderado por Rafael Núñez con el que pretendía cambiar la organización que tenía el gobierno y
Mil Días, -y el Centralismo Conservador de derecha. Elisa Mújica nace cuando ya Colombia
123
había entrado en la culminación de este ciclo del Federalismo, pero la realidad del momento
tocaría a Elisa Mújica (1918) pues en el artículo Santander60 tiene con qué, escrito por Gonzalo
España Arenas después de realizarle una entrevista en la casa ubicada en el barrio la Candelaria
de Bogotá, ella les cuenta que en 1942 viaja al Ecuador del indigenismo, como asistente de la
embajada colombiana, y que es quizás allí donde asimila el ideario marxista al que se adhirió
Es sobre todo Mirza la que más se parece a Elisa Mújica porque es una mujer que ha
evolucionado más que Catalina, que llegó a transgredir normas legalmente establecidas. Son
Celina, Catalina y Mirza integrantes de un grupo de mujeres que hicieron historia dentro del
canon colombiano como lo hicieron otras en sus países, por ejemplo, la escritora Michelle
Perrot (1928) nacida 10 años después de Elisa Mújica con su obra Historia de las mujeres, Flor
Romero (1930) y su novela feminista 3 Kilates 8 Puntos (Premio Esso l964), Teresa de la Parra
movimiento que surge entre los años 1960-1970, coincide con la revolución cubana de 1954,
Salvador Allende es derrocado y cambiado por Augusto Pinochet (Chile) en 1973. Se fijan
nuevas figuras literarias: realismo mágico, cuento fantástico, cuento metafísico y crítica a la
60
http://www.siceditorial.com/ArchivosObras/obrapdf/TA06342332005.pdf
61
En España en 1957, después de la invasión a Hungría, consideró que el comunismo era un engaño y pasó por lo
que ella considera una conversión, sustentada por la lectura de Santa Teresa de Jesús. Regresó al catolicismo y en él
ha estado acompañada de Santa Teresa, la Madre Castillo, Gabriela Mistral y tantas otras figuras preocupadas por el
sentido de la vida y de la muerte. Durante su residencia en Madrid, de 1952 a 1959, apareció su primera colección
de cuentos, Angela y el diablo (1953), preparó la edición de Aguilar de Reminiscencias de Santa Fe y Bogotá de
José María Cordovez Moure (1957) y escribió Catalina, su segunda novela, que se publicó en 1963. Montserrat
Ordóñez.
124
realidad social. Este movimiento es una reacción contra la novela criolla o indigenista, explora
condición y angustia del ser humano, imaginación creadora, lo irracional y absurdo como
nacional, escenarios rurales y urbanos. Género más trabajado la narrativa corta en cuento y
influenciado por la guerra fría que definió las ideas radicales de los autores boom y con el
comienzo de la revolución cubana en 1959. Mújica con su ingenio mezcló realidad y ficción.
Se anticipó a los escritores del boom, al hablar de una mujer que se empequeñece por la soledad,
el dolor y la vejez como María Corazón. Se anticipó al mencionar masacres en sus obas como la
de los alemanes; tal como lo hizo Gabo cuatro años después con Ursula y luego con la masacre
medusa. Se liberan, van por donde se escribe, donde se sueña, donde se inventan los nuevos
mundos que en este caso están en los libros. Todos estos progresos de la mujer al menos en la
escritura han hecho seguramente que escritoras como Cixous afirmen sin ningún temor que la
escritura es de las mujeres. Y que no lo hace para provocar, quiere con ello demostrar que la
latente en el niño y en la niña. Ella arguye que feminidad y bisexualidad van juntas, en una
combinación que varía según los individuos. Para escribir necesitamos trabajar y ser trabajados;
cuestionar y dejarse cuestionar. De esta manera se dinamiza según Cixous al infinito por un
incesante intercambio entre un sujeto y otro; en el que el yo, el otro, el otro en mí, mi yo en el
una irrupción, un quiebre temporal, pues se atrevió a escribir y por medio de su escritura a hablar
del derecho que tiene la mujer de estudiar, de tener otras aspiraciones, de ser soltera y a no tener
hijos, a través de Celina, personaje de su primera obra Los dos tiempos, publicada en 1949,
hecho que coincide con la publicación del Segundo Sexo de Simone de Beauvoir. Mújica logró
un privilegio que pocas han podido darse y es la feminidad en la escritura porque ésta privilegia
la íntima relación entre escritura y voz, pero merece un estudio más riguroso, ya que en la
introducción de este capítulo se demuestra como las mayoría de sus críticos hacen imprecisiones
no solo de sus obras sino de los acontecimientos de su vida. Aún estamos en deuda con Mújica.
La obra Catalina de Elisa Mújica es una configuración discursiva cultural que ha sido
reinterpretada para ejercitar el arte con respecto al contexto cultural en el que vivió (siglo XIX)
La autora muestra su realidad y la realidad del espacio en el que vivió a través de las palabras,
del arte aunque siendo el mismo espacio es otro por la influencia histórica que mueve las
nos ha permitido tener la capacidad de definir su orden en el mundo y a partir de ella producir
fecundará.
126
Capítulo 3
obra Catalina de Elisa Mújica; tomaremos tres conceptos básicos, a saber, destino exclusión y
Para hablar sobre Catalina, como personaje central, necesariamente debemos contar la
sentido tal y como lo expone Simone de Beauvoir para entender por qué la historia de la mujer
en Colombia hace una construcción discursiva que le ha endilgado a la mujer un destino atado al
hogar y a la vez para tratar de comprender de qué manera Catalina rompe con los modelos de esa
El concepto Exclusión lo abordaremos desde el punto de vista expuesto por Donald Sassoon
y para ello nos devolveremos al siglo XIX, tal vez esto nos permita acercarnos a las respuestas
de preguntas como: ¿por qué Catalina reconsidera todas las representaciones de la mujer
qué Elisa Mujica escribe sobre una mujer en una época en que los hombres tenían más valor
literario? Estamos hablando de los años 60 cuando aparece el boom con escritores como Gabriel
127
García Márquez y Mario Vargas Llosa, la revista Mito 62 y por qué esa escritura de algunas
mujeres ahí. También mostramos como entre la novela La vorágine (1924) de José Eustasio
Márquez hay un espacio de tiempo considerable, en este espacio la literatura estaba invadida por
literatura de protesta social hecha por hombres y por el género de la poesía por parte de las
mujeres. Pero la llegada de Elisa Mújica con Los dos tiempos (1949) es el punto de quiebre en la
1963, pues la primera coincide al mismo tiempo con la publicación de El segundo sexo de
Simone de Beauvoir; un extenso ensayo que estudia la concepción que se ha tenido de la mujer,
las situaciones por las que pasan: desigualdad, domesticación, exclusión, deseo de libertad, cómo
1963, cuatro años antes que Cien años de soledad publicada por primera vez en 1967 en Buenos
Aires.
Que en Colombia precisamente sea una mujer que escribe sobre historias de mujeres, sobre
las situaciones sociales y políticas del momento, y no los hombres era el suceso preciso que
necesitábamos para acercar a la mujer a sus derechos, empezando por la escritura y el derecho a
ser reconocidas por ello. En la novela Bogotá de las nubes (1984) por ejemplo se hace mención
precisamente al fenómeno producido por La Vorágine cuando el personaje Bernardo Gallo está
hablando de la beca que le ofreció a Mirza y a Ligia para ingresar a la universidad y plantea que
los jóvenes escribidores de los suplementos literarios de la época carcomidos por el afán de
entrar en la onda, publicaban como si tradujeran el español de otro idioma, nunca con la sangre
de Unamuno y ni siquiera con la tersura de Ortega. Él afirma que es necesario vincular de nuevo
el teatro con el pueblo y así se aparta de su maestro Ortega, pues él fue el primero que allá por
62
Rrevista colombiana de aparición bimestral creada en 1955 por Hernando Valencia Goelkel y Jorge Gaitán Durán.
128
multitud a fin de insertarse en lo geométrico, lo abstracto inmutable, para contar por lo menos
con algo de qué agarrarse y lo demuestra con una frase pronunciada por un personaje de La
Vorágine “Por lo demás, aquí estamos perdidos. Ya lo protocolizó Arturo Cova, el héroe de
nuestra novela clave, con las frases que el autor le adjudica al comienzo y al final: "Jugó la vida
Teniendo como referencia La Vorágine, cuando se publica Bogotá de las nubes, la tercera
novela de Mújica han pasado sesenta años y la obra de José Eustasio Rivera se sigue
considerando como una de las más importantes dentro del modernismo latinoamericano, aunque
también se le ubicaba dentro del costumbrismo por la descripción pictórica de las culturas rurales
desconociendo totalmente las dos novelas anteriores de Mújica, especialmente a Catalina que es
escrita en el marco de una sociedad en tránsito hacia la modernidad. A través del personaje
Bernardo Gallo se sigue haciendo en toda la obra Bogotá de las nubes la crítica a la literatura de
la época. Bernardo Gallo también afirma que Cien años de soledad (1967) es una novela clave,
en efecto: “Que nos arrastra al mismo resultado: la colita de cerdo” (Mújica, 1984, P. 102).
Afirma el narrador de la obra que también se refirió a este tema don Rufino José Cuervo. El
mismo que, al leer la traducción de El paraíso perdido, efectuada en la Bogotá natal por su
amigo Álvarez Bonilla, escribió en una carta fechada en París, en 1898 lo siguiente: “...es
imposible que yo entienda nuestra tierra pues me parece que allá bullen en confusión los
En Bogotá de las nubes, publicada por Mújica 21 años después de Catalina vemos como la
autora consolida su escritura a través de sus mujeres protagonistas, tenemos por ejemplo como el
129
personaje de Mirza ha superado la aguda crítica y las posiciones de estos autores de la época y
cómo para lograr su independencia anhelaba un trabajo que la relacionara con el mundo de la
academia, por eso lee por horas la Revista Cromos. A ella le atrae de la revista los personajes de
los cuentos, admira el mundo en que se muestran “felices, bellos, intocables. Presentes y
verdaderos en algún sitio que la lunareja debe descubrir a cualquier precio, para conocerlos”
(Mújica, 1984, p. 18). Ella de verdad se quemó las pestañas estudiando en las bibliotecas
públicas o de los amigos, porque no disponía de plata para conseguir los libros en otra forma. Un
esfuerzo que se vio compensado gracias al espíritu progresista del presidente Olaya, quien en
contacto familiar y permanente con los gringos durante muchos años, y a que su matrimonio no
fue favorecido con hijo varón, se inclinaron las esferas del gobierno a abrir el compás y permitir
a las mujeres el acceso a las carreras académicas. Desde 1934 la Universidad Nacional les abrió
sus puertas. Este privilegio no lo tiene Catalina porque su historia se desarrolla 21 años antes de
la de Mirza, pero da sus primeros pasos con la lectura de libros y con la participación en la
con el año 1963. Una pregunta obligatoria en este análisis es ¿por qué se condena a Catalina?, y
para ello debemos entender históricamente qué es Colombia en los años 60, cuál es el rol de la
mujer en ese momento, por qué la condena, por qué Colombia es esencialmente un país
anacrónicamente colonial.
Este breve ejercicio también estará basado en el texto El engranaje del tiempo en las
interesantes, por ejemplo, establece estructuras temporales que hacen parte del engranaje
130
narrativo de Marvel Moreno en sus novelas e incluye varias perspectivas del tiempo tanto al
temporalidad del proyecto general a través de la “interacción” y la “tensión” entre los distintos
ejes temporales, lo que se denomina durée escriturai que es la evolución del proyecto creativo en
recreándolo y reinventándolo. Según Abdala esto permite que el escritor se haga consciente de
las medidas extremas: instante-eternidad. Comprende además que el umbral entre el pasado,
Abdala-Mesa señala que se pueden presentar tres ejes multidimensionales: tiempo interior,
devenir de la escritura y del tiempo. En el primer enunciado de la obra Catalina, Mújica señala
“El día en que me enteré a la vez de la muerte de Samuel y de Giorgio, pude llorar delante de
todos, porque Samuel era mi marido” (1963, p.13). En esta proposición el tiempo de la
reminiscencia es seguro, pues el verbo afirma que la protagonista Catalina se enteró de algo,
lloró y que Samuel era su marido. La obra cuenta con una narración en pasado pero afirmativa,
El tiempo narrativo de la obra presenta como una dimensión, el tiempo del discurso que es la
forma como el narrador presenta los acontecimientos en interior de la obra (Diégesis) según
Genette citada por Braulio R. Álvarez Gonzaga en su texto Terminología de Gérard Genette. En
cuanto al tiempo de la historia, ésta señala cómo suceden los cronológicamente. En este caso el
131
desarrollo narrativo de los hechos habla de tres épocas representada en tres generaciones: Tomás
Aguirre y María Corazón como la primera generación y padres a su vez de Lorenzo Aguirre
esposo de Matilde como segunda generación y a la vez padres de Catalina que viene a
representar una tercera generación con su esposo Samuel Figueroa. Es una historia que pudo
desarrollar la escritora desde 1949 cuando se publicó los dos tiempos y el año anterior a la
La Novela presenta una estructura externa, ya que es narrada a través de tres partes y 27
capítulos y una estructura interna con los elementos que conforman la narración. Dentro de estos
elementos están los narradores, en este caso la historia es contada por un narrador protagonista
porque el personaje principal es quien cuenta los sucesos y para ello habla en primera persona:
me enteré, se colocó frente a mí, era mi marido, me dio la noticia etc. Narrador y personaje están
fundidos magistralmente por Mújica que inicia la obra con una estructura "in extrema res" al
comenzar el relato por el desenlace. Otros podrían decir que inicia la obra con una analepsis
pues el inicio es una vuelta repentina y rápida al pasado del personaje, diferente al racconto, que
es también un quiebre en el relato volviendo al pasado, pero este último no es tan repentino y es
más pausado en lo que se refiere a la velocidad del relato. Este tipo de narración permite que los
episodios se superpongan, que la autora pueda ir al pasado del personaje y volver al presente
Catalina es la voz que narra, es una voz autodiegética, pues ésta corresponde al personaje
central y participa de los hechos diferenciada a su vez de la voz narrativa extradiegética, que se
ubica afuera de la narración o la homodiegética que narra desde el interior del relato, pudiendo
corresponder, o no, al protagonista. Esta voz autodiegética para la autora es la única referencia
132
situacional porque se elude a sí misma, al no contar su propia historia y esto puede verse como
una estrategia que no compromete los espacios temporales complementarios. Y a su vez es esto
lo que nos permite visualizar el alejamiento de la autora de las autobiografías, del costumbrismo,
del género poético que tanto marcó la época. Ya habían aparecido en Colombia mucho antes
mujeres que también habían pretendido no narrar desde las autobiografías, género tan propio de
los hombres, tal es el caso de Sor Francisca Josefa de Castillo (1671-1742-Tunja), durante la
Colonia. De acuerdo con lo que registra la biografía hecha por la misma Mújica, sabemos
entonces que Francisca aprendió a leer gracias a que su madre que utilizó El libro de las
fundaciones de Santa Teresa. Coincidió exactamente con Sor Francisca Josefa y con sus colegas
de letras y de hábito Santa Teresa y Sor Juana Inés, en su negativa a casarse. Su renuncia es
tajante como la de las otras y aún más desdeñosa “por ninguna cosa del mundo sujetaría mi
voluntad a otra criatura”, estampó en la autobiografía” (Mújica, 1991, p. 5). En sus memorias
narra cómo la escupían y golpeaban las demás hermanas por celos. Ella era tan enfermiza que se
desmayaba constantemente y llegó a mojar el tintero con sus lágrimas, de esa forma podía
escribir.
Y aunque Mújica se aleja de las autobiografía con Catalina, su primera novela Los dos
tiempos escrita en 1949 si está enmarcada dentro de este género porque en palabras de la misma
Mújica encontramos la afirmación que hace de su obra: “este primer tiempo hace referencia al
principio de la vida y primera juventud, volcado hacia dentro de la protagonista con sus
los otros que, sin embargo, era también y verdaderamente el suyo” (Mújica, 1988, p.19). El
título representa entonces dos hechos: el primero es el camino que la llevó a Quito, esa primera
una joven colombiana llena de temores se enfrenta a una realidad que le había sido vedada en su
propio país.
La obra Los dos tiempos presenta una estructura externa, está narrada en tres partes y cada
una tiene un título: la casa con catorce capítulos, el mundo con 10 capítulos y después de la
siembra con 12 capítulos. En total contiene 36 capítulos. La estructura interna está compuesta
por los elementos que conforman la narración. Dentro de estos elementos están los narradores, en
este caso la historia es contada por una tercera persona, así lo vemos en expresiones como
“Celina se adelanta a sus amigos. El ascendiente que ejerce sobre ellos quizá se explica por
tratarse de la única mujer en la pandilla. Los chicos han oído que una niña no puede levantar
registra y encuentra las respuestas sobre la condición del ser por medio de la correspondencia de
cuatro personajes (la abuela María Corazón, la tía Catalina Torres, la madre Matilde y Samuel
Figueroa el esposo). El lector desea encontrar un final en la historia de Catalina que le despeje
seguir después de quedar embarazada y sola pero desde un inicio se entera que Elisa no va a
contarlo, pero si encuentra que la autora desvela la verdad de lo que acontece dentro de una
historia, que tiene hechos ficticios pero también reales y una pista se encuentra en proposiciones
como “Por lo demás, de las palabras de mamá se desprendía que el papel de las esposas se
hallaba previsto hasta en los menores detalles. No cabía ninguna alarma (Mújica, 1963, p.15). Ya
pero hay algunos apartes en que actúa como un narrador omnisciente porque narra todos los
hechos como si hubiera estado allí, veamos como señala a Pontón como amigo de Samuel:
134
Pero a la mañana siguiente, al reunirse con sus camaradas, las cosas habían cambiado de
aspecto. Aunque recordaba las palabras de la víspera y habría podido repetirlas una a una,
pero ahora parecían lejanas y frías. Sin ellas no le quedaba sino un cuerpo congelado que
se movía detrás de los otros, con una punzada dolorosa en la espalda. Su compañero de
fila, de edad indefinible, desdentado y con ojos saltados de las órbitas, se llamaba Pontón.
De cierta forma esta estrategia de la autora confunde al lector además porque no es una
narración lineal, con un único narrador, presenta episodios yuxtapuestos que vienen y van,
situación que requiere de agudeza del lector para saber que Mújica introduce la tensión porque
genera un salto temporal que registra cambios sociales e ideológicos en hechos tan simples como
que la historia empieza con una mujer que piensa de una manera, pero que al final no es la
misma. Catalina es el elemento que envuelve la tensión temporal, ya que se apodera del pasado
enuncia un sino cíclico64, que evoca un mundo que se repite, que pudo ser cambiado.
La novela Catalina puede tener influencia de todo lo que aprendió en España y Quito por
parte de escritores y escuelas literarias, pues estaban más adelantados en hechos políticos,
mundo de las ideas y la conciencia que narra la historia de mujeres jóvenes que han sido
influenciadas por la época: Catalina Torres había vivido en el extranjero (París), Matilde era una
conservadora hasta los tuétanos y ella era una mujer que soñaba un destino diferente influenciada
también por Ricardo Gómez quien dirigía la tertulia y había llegado de Bogotá y Rebeca
63
Tiempo débil, conflictivo según Abdala-Mesa.
64
Encadenamiento fatal de sucesos según Manuel Cifo González en el texto El poder del hado en la vida es sueño,
de calderón de la barca y en don Álvaro o la fuerza del sino, del Duque de Rivas. Universidad de Murcia, 2011:2
135
Fernández parienta del papá que conocía el mundo y Rebeca Aguirre que según ella sabía
manejar a los hombres. Todo esto sucede en un espacio- temporal más o menos de 150 años, tres
generaciones en las que pocos personajes han podido ir a otros continentes. Dentro de la obra se
menciona por cierto la lectura de novelas por parte de Catalina (situación referenciada en
capítulos anteriores de esta tesis) que simplemente podrían representar el bagaje cultural de la
También Rebeca había leído como yo las novelas de Carlota Braeme, de carolina
Invernezzo y María del Pilar Sinués. Nos gustaba comentarlas juntas y eso nos arrastraba
a otras confidencias. Además, ella sabía aludir delicadamente y sin herirme al vacío de mi
vida. Sin embargo, después no tenía inconvenientes en regar a los cuatro vientos lo que
En este episodio se hace mención de lo indiscreta que era Rebeca, ya que en medio de la
tertulia literaria Catalina le hablaba también de ciertos secretos. Algo que no le perdonó nunca
Catalina a Rebeca fue que le reveló a Domitila que su madre se había casado por interés. Ésta se
satisface, pues ya habíamos leído en la historia sobre la deslealtad con Catalina. Durante las
horas de lectura también leyeron La casa de los mochuelos de Gerold, Poesías de Bécquer,
aunque narradora y escritora son una sola. Podemos decir que el lector no distingue entre una y
otra.
La influencia literaria que recibe Catalina en la obra también está marcada en Los dos
tiempos cuando estando en Quito Celina conversa con su amiga Sylvia Donato, una mujer bonita,
arreglada, frágil, rica que escribía versos, que hacía poesía social. Hablan del contraste con las
discípulo de Roualt, un artista sueco que llegó de paso a Ecuador y se quedó indefinidamente en
el país, tratando de aprehender en sus cuadros el dramatismo de que cada imagen parecía
grávida. En los estantes, sus libros de arte, en costosas ediciones, se mezclan con la literatura
marxista, los versos de Gabriela Mistral que sirven para reconocerse a las mujeres, las obras
sutiles y sabias de Pierre Louys y las dulcemente penetrantes de Rainer María Rilke, el más
amado de todos.
También en Los dos tiempos se nombra a Teresa de la Parra, una escritora venezolana a
quien admira. “Le atrae como a muchacha bonita” (Mújica, 1949, p. 72). La menciona porque
ésta muere mientras Celina está en Quito, quería estar con ella y su amiga Leonor Alba, allá
donde van los muertos. Elisa Mújica no sabía que tiempo después Helena Araújo haría una
familiar de la Venezuela de ese entonces. Su novela Ifigenia, planteó por primera vez en el país
el drama de la mujer frente a una sociedad que no le permitía tener voz propia y cuya única
titulado Dos novelas de dos mujeres, publicado en el dominical del periódico El Tiempo con
fecha: Marzo 26 de 1967. Página 7. En el artículo aparece que uno de los planteamientos es que
Ifigenia de Teresa de la Parra (María Eugenia de 18 años, quien recién ha vuelto a Caracas
después de una larga estadía en Europa) representa una niñez y una adolescencia que
provinciano viciado por los intereses, postulados, rencillas y mezquindades que ruedan por sus
La heroína de Elisa Mújica sufre ya no en las caracas de las “casas chatas” sino en la
Bucaramanga de las ventanas bajitas, la monotonía de un régimen de vida tan solariego y tan
rancio como el que fastidiara a la heroína de su antecesora Teresa de la Parra. Otra escritora que
menciona Teresa amiga de Celina y que es de mucha trascendencia por el aporte que hace a la
escritura femenina es Virginia Woolf. La nombra cuando habla de sus sueños que consisten en
tener tierras y dinero; se compara con una mujer que aparece en una obra de Woolf, así
De igual manera, Mújica hace alusión a Mademoiselle Curie refiriendo el hecho cuando
la mamá de Celina está enferma de cáncer y empieza a recibir la quimioterapia gracias a los
nuevos hallazgos de la ciencia: “Hay salas de consulta, de operaciones, de rayos X, Y, por fin, el
lugar en que los enfermos se dirigen por turno a ponerse en contacto con la extraña materia
descubierta por Mme Curie” (1949, p. 101). Menciona también que los libros de teoría marxista
En los estantes, los libros de arte, en costosas ediciones, se mezclan con la literatura
marxista, los versos de Gabriela Mistral, que sirven para reconocerse a las mujeres, las
obras sutiles y sabias de Pierre Louys y las dulcemente penetrantes de Rainer María
Sor Juana Inés de la Cruz, es mencionada cuando la monja que era muy bonita está con
Celina en la biblioteca y una compañerita le pregunta con misterio, si la monja la besó. Ella se
pregunta ¿qué significa un beso de “ma soeur”? En este episodio se afirma que ella averiguó
que la monja celebró las bodas místicas siendo muy joven. Así lo leemos:
138
quizá, el que la empujó a alejarse del aire contaminado del siglo para conservarse pura y
superior? ¿Una decepción amorosa? Parece diferente a las demás, habitante de un país
Genoveva de Bravante, Bécquer, Pintor Enrique Malta, la trilogía: León de Greiff, Barba Jacob y
Rafael Maya. Estos últimos son mencionados cuando conoce a un joven abogado en una fiesta y
le gusta mucho porque recita de memoria poemas de estos tres autores. “Le encanta también la
novela La nevada de la sueca Lagerloff porque le habla con acentos de su madre” (Mújica, 1949,
p. 63). Aparece la mención también de Van Gogh y del lápiz labial Helen Rubinstein Así la
escritora a través de sus personajes, de sus historias va mostrando su evolución desde la escritura
y desde los aspectos sociales y políticos que la marcaron a ella y a sus personajes.
3.1. Destino
Para iniciar entonces con el concepto Destino debemos hacerlo desde la subyugación,
monopolización y sometimiento a la que estuvo atada Catalina según lo narrado por Elisa Mújica
y a las ataduras que también padeció la escritora en una época tan reciente 1900-2000, ya que la
mujer seguía siendo un objeto que el hombre podía utilizar para satisfacer sus instintos sexuales,
para mejorar una condición económica o simplemente para prolongar su existencia en la tierra a
través de los hijos, uno más de los mitos que ella misma ayuda a perpetuar, Simone de Beauvoir
al respecto asevera:
139
Todo mito implica un sujeto que proyecta sus esperanzas y sus temores hacia un cielo
mito viril en el cual se reflejarían sus proyectos; carecen de religión y de poesía que les
pertenezca por derecho propio: todavía sueñan a través de los sueños de los hombres.
Adoran a los dioses fabricados por los hombres. Estos han forjado para su propia
exaltación las grandes figuras viriles: Hércules, Prometeo, Parsifal; en el destino de esos
Y este papel secundario para procrear, ayudar al hombre se hace presente en la obra
cuando Mújica narra el episodio en que Samuel como una figura viril le reclama a Catalina por
qué no le ha dado hijos y por qué ahora pretende devolverle la hacienda a su media hermana
María Amalia, hija de Hortensia la vendedora de cigarros que fue maltratada y desconocida por
María Corazón, abuela paterna de Catalina. Le hace sentir el papel secundario que cumplirá en
la historia que ha empezado a escribir con él. Su padre Lorenzo Aguirre deja escrito que la
escritorio de Catalina Torres, tía política, veamos entonces lo expresado por Samuel “usted
quiere arruinarme. Nuestro matrimonio fue un engaño. No me ha dado hijos y ahora pretende
quitarme la tierra, ¿no es cierto?” (Mújica, 1963, p. 79). Es por esto que Hélene Cixous en La
risa de la medusa manifiesta que las mujeres tal como le pasa a Catalina no tienen la oportunidad
de explorar su sexo, son objetos, son máquinas reproductoras que no se ven ni a sí mismas, en
efecto dice Cixous que las mujeres “no han tenido ojos para ellas mismas. No han ido a explorar
su casa. Su sexo les asusta aún ahora. Les han colonizado el cuerpo del que no se atreven a
Antes de este episodio ella hace mención de los afanes del militar para contraer nupcias
con ella, un hombre que por cierto había jurado ser rico en Santander, en las tierras de su padre
para dejarle una fortuna a su hijo o los hijos que soñaba tener: “fue en la mañana que se decidió
casamiento sea pronto, sin más demoras (Mújica, 1963, p. 14). Al respecto Simone de Beauvoir
plantea en el Segundo sexo que para la mujer no se trata de fundar en su singularidad relaciones
femeninas; ella no debe conocer el placer sino bajo una forma específica y no individualizada, de
lo cual resultan, en cuanto a su destino erótico, dos consecuencias esenciales: en primer lugar, no
tiene derecho a actividad sexual fuera del matrimonio; como para ambos esposos el comercio
carnal se convierte en una institución, el deseo y el placer son trascendidos hacia el interés social,
pero como el hombre trasciende hacia lo universal como trabajador y ciudadano, antes de la boda
y al margen de la vida conyugal puede gustar placeres contingentes y en todo caso encuentra su
Transcurre algún tiempo en la historia y la autora señala que mientras Catalina cose una
camisa ella recuerda que él le escribió una sola carta de amor. Sale de sus pensamientos porque
desconfianza que Catalina le inspiraba, desapareció desde el mismo momento en que le confesó
que estaba en cinta pues este suceso se reafirma sus propósitos de riqueza, veamos: “Trabajaré
aunque sea como un esclavo para que mi hijo sea muy rico, el hombre más rico de Santander.
Esta tierra que pisamos y todo lo que hay hasta muy lejos ha de llegar a ser suyo, únicamente
suyo” (Mújica, 1963, p. 34). Aquí traemos nuevamente a colación a de Beauvoir con su
planteamiento:
141
matrimonio, que las subordina todavía prácticamente al hombre; el prestigio viril está
muy lejos de haberse borrado: todavía descansa sobre sólidas bases económicas y
qué universo se encuentra encerrada, qué evasiones le están permitidas. (1949, p.108)
Después del matrimonio Catalina debe conformarse con estar en una casa a la espera del
marido, con la esperanza de darle hijos. De las palabras de la mamá Matilde, se desprendía que el
papel de las esposas se hallaba previsto hasta en los menores detalles al cuidar el hogar y la
familia. A eso se debían las mujeres y a Catalina la consolaba un poco que al menos pudiera
estar a solas para encontrarse con ella misma cuando él se iba a trabajar, en efecto “no cabía
ninguna alarma. Y, en fin, después de todo, cada día mi marido se marcharía a sus ocupaciones y
yo quedaría sola, con los niños, dueña y señora de mi gran casa” (Mújica, 1963, p.15). Y es esta
forma de educar a las hijas la que perpetúa un sistema machista en la que se les enseña a las
la civilización el que elabora ese producto intermedio entre el macho y el castrado al que
Al leer el texto de Mújica podemos apreciar el deseo que tiene Catalina de liberarse, que
no está plena encerrada en una casa reprimiendo sus deseos. Podemos entender que está cansada
de perpetuar esa historia de la mujer que nos deja frutadas. Esos deseos de hacer sus propias
142
cosas se proyectan en otra persona, se limita a soñar con las palabras de Ricardo Gómez quien le
despertaba el deseo de participar en alguna empresa grande. Él le decía que existían muchas
mujeres que lo hacían. Él le contó por ejemplo que las inglesas estaban adelantando un
movimiento para obtener su emancipación. Era como si la invitara a liberarse diciéndole: ¡Qué
cambios se verán en nuestro siglo Catalina!, ni siquiera podemos imaginarlos ahora, es por esto
que Beauvoir afirma “es necesario estudiar cuidadosamente el destino tradicional de la mujer.
encuentra encerrada, qué evasiones le están permitidas” (1949, p. 108). Pero Ricardo como
personaje podría estar pasando por la fiebre del momento en que lo externo era lo mejor, pues en
Bogotá de las nubes (1984) este fenómeno se plasma mucho mejor cuando Mújica plantea que en
las familias creadas en América por los españoles, se dieron genealogías improvisadas,
La raza sin prototipos, sin moldes de conducta, meciéndose en el aire. En las selvas de
Urabá por ejemplo los indios le contestaron a la Madre Laura, cuando llegó para evangelizarlos:
"Nosotros como perros, sin alma". Mújica por medio del narrador señala que a principios de
1930, cuando llegó a Bogotá el escritor Alcides Arguedas, también político e historiador
pero con ínfulas, ignorantes pero dogmáticos, burlones, levantiscos, lo sacaron de quicio.
En su Diario afirmó que la causa verdadera del suicidio de Silva fue pura y llanamente la
143
desesperación del poeta, ocasionada por la calamidad de haber nacido y vivir en esta
Teníamos entonces en esta época escritores que hablaban del campo, de la provincia, de
la selva, de una literatura que describía lugares imaginarios que a la larga solo mostraban la
vergüenza que producía nuestra propia historia. Pero llegan Celina, Catalina y Mirza y nos
muestran a través de la remembranza una ciudad que las adopta, que las abraza y que ya no
pueden olvidar. Es la historia de un país, contada por las palabras escritas de una mujer que ve
más allá de paisajes, que vive en cada uno de los rostros de los demás personajes sus propias
desdichas e impresiones. Esta mujer escritora a la vez alude a su condición a través de las tres
mujeres que protagonizan sus obras, pues en sus historias por su inteligencia y temperamento se
abrieron espacios de trabajo en el contexto público entre los años 40 y 90. Son Celina, Mirza y
sobre todo Catalina, mujeres que transgredieron la norma de quienes aun teniendo la posibilidad
de hacer el cambio, querían vivir en el mismo sistema patriarcal al que nos acostumbraron los
españoles. Los dos tiempos es el inicio de una literatura en que las mujeres escriben sobre
Para Catalina esos ideales de cierto modo le acompañaban. Pensaba siempre que el objeto
de su lucha no debía consistir únicamente en conquistar los derechos políticos, que gracias a la
lucha de ellas, el amor debería volverse más noble, como siempre lo había soñado. Ricardo la
exaltaba más según Mújica cuando le decía “No debemos apagar con nuestros renunciamientos
la llama que llevamos en nosotros, que es la de la vida, únicamente vale lo sincero, que nos
144
permite realizarnos a nosotros mismos” (1963, p.74). Ella pensaba en que perdía los pocos años
buenos que le quedaban sacrificándose y prolongando sus deseos de escribir, en efecto Mújica:
Sobre mí ejercía fascinación el pequeño escritorio de mi tía y tocaya Catalina Torres, que
tenía mi madre en el gabinete. Deseaba tocarlo, escribir en él, abrir cada una de las
gaveticas secretas y suponer que algún día sería mío. Ese mueble creaba una especie de
lazo entre su antigua dueña y yo. Me identificaba con ella. Pues bien: Catalina Torres
Lo maravilloso de la rebeldía que empieza a tener la protagonista es que los seres pueden
mostrar su capacidad de unirse para cambiar las realidades que los lastiman y de esa manera es
que surge lo que bien podemos llamar amor y es este sentimiento el que ayuda a realizar a la
resume el Todo. El momento en que su belleza alcanza su término más alto es esa hora de
la noche en que “ella es el espejo perfecto en el cual todo lo que ha sido, todo lo que ha
sido llamado a ser, se baña adorablemente en aquello que va a ser esta vez”. (1949, p.
288)
Y Catalina sigue en busca de ese amor propio que la conducirá al amor con el Otro como
lo hicieron en 1956 las mujeres antioqueñas, que ejercieron un derecho que la discriminación les
había negado: el derecho a la cedulación así como también lo hicieron las mujeres de estados
unidos que desde el mes de marzo en 1857 habían participado en movilizaciones obreras junto
con los hombres por los derechos de las trabajadoras. Éste terminó en 1911 con el incendio en
una fábrica de Nueva York que acabó con la vida de más de 140 trabajadores, la mayoría de
145
ellos, mujeres. Y si, en la obra se vislumbra también ese deseo de trabajar, de hacer otras cosas y
Si me comparaba, por ejemplo, con mi cuñada María Luisa, la esposa de Héctor, quien
casarse, notaba que nuestra situación era distinta. Mi hermano consideraba a su mujer
Cuanto decía o hacía María Luisa estaba bien. Cualquier amago de crítica a su esposa
significaba una ofensa infligida a Héctor. En el acto sus ojos oscuros, parecidos a los
Este ejemplo de valentía, se veía empañado por hombres retrógrados como Balzac (1957)
“No os inquietéis en nada por sus murmullos, sus gritos y sus dolores; la naturaleza la
hecho para nuestro uso y para soportarlo todo: los hijos, los sufrimientos, los golpes y las
penas del hombre. No os acuséis de ser duros. En todos los códigos de las naciones que se
pretenden civilizadas, el hombre ha escrito las leyes que determinan el destino de las
mujeres bajo este epígrafe sangriento “Vae victis” ¡Ay de los débiles! (1949, p. 311)
Pero ese trabajo en grupo de las mujeres por no perpetuar el machismo, ni seguir
Catalina, y con ello hacía alusión a la rivalidad que por generaciones se ha fomentado entre las
mujeres. Una rivalidad que inicia en la mayoría de las ocasiones por la necesidad de estar con un
hombre; aspecto que de cierta manera ellos fomentan cortejando a varias al mismo tiempo como
sucede con Giorgio Volta quien se iba a casar con Lola la prima de Catalina, pero al mismo
tiempo enamora a Catalina y después la deja para enamorar a su media hermana María Amalia
146
cuando se entera que es ella la dueña de la finca El Madroñal en la que hay petróleo, en efecto,
Mújica:
He estado aprovechando el tiempo para hacer averiguaciones sobre las fincas de los
a mi hermana. Nadie conoce todavía la verdad, pero pronto se sabrá y María Amalia
tendrá la escritura.
Es por esta dependencia, por esta forma de utilizar a las mujeres que Héléne Cixous
“La mujer tiene miedo y asco de la mujer. Ellos han cometido el peor crimen contra las
mujeres: las han arrastrado, insidiosa, violentamente, a odiar a las mujeres, a ser sus
propias enemigas, a movilizar su inmenso poder contra sí mismas, a ser las ejecutoras del
Por todo esto se convierte entonces en una prioridad que trabajemos desde las
instituciones educativas, las familias y las entidades gubernamentales por una nueva cultura de
hermandad entre las mujeres que nos permita apoyar las ideas de nuestras colegas en vez de
aplastarlas y llevar la contraria, que nos permita no pelear por quedarnos con un hombre, que
nuestro objetivo no sea el matrimonio y tener hijos por la presión que ejerce la sociedad. Esta
nueva cultura puede ser fomentada desde el término Sororidad, ya que Mónica Pérez presenta
este concepto como un derivado de 'Sonoridad', "Saludos sororos", "En sonoridad", éstos hacen
de un sistema social que no parte de la consideración de que todas las personas tienen un cerebro
147
y una mente humanas que debe dejar de ser un misterio porque se calla, porque su lenguaje no
se escucha, porque está ahí oculta bajo velos, y debe dejar de existir más allá de ciertas
afirmando que:
Su destino fisiológico es muy complejo y ella misma lo sufre como una historia extraña;
su cuerpo no es para ella una clara expresión de sí misma, pues se siente enajenada en él;
el lazo que une en todo individuo la vida fisiológica con la vida física, o para decirlo
asume, es el enigma más difícil implicado por la condición humana, y ese enigma se
la ausencia, sino que implica una presencia balbuciente que fracasa en manifestarse.
(1949, p. 312)
Si tomamos en cuenta los postulados de Beauvoir en cada uno de los rincones de los
hogares, de las escuelas ya no tendrían a lugar las sociedades patriarcales. Marcela Lagarde
afirma que parte de la falacia biologicista patriarcal, por la que se justifica organizar la sociedad
en función del sistema sexo-género, parte a su vez de la clasificación básica de las personas en
dos grupos definidos por el hecho biológico de que se disponga de un pene o de un útero "sexo",
estaba conmigo. Me hacía sentir como si esperara recibir todavía más de lo que yo le
lo hiciera. Sin embargo, yo también tenía que formularme mis propias preguntas. Y nadie
me las contestaba. Lo que Samuel me revelaba despertaba mi curiosidad por saber más.
En esta situación de vigilar siempre a una mujer por el cuento de los celos denota en el
hombre siempre esa maldad que hay en la mujer, como por si tener una vagina estuviera
disponible para quien la deseara y ella estuviera siempre dispuesta a aceptar. Por eso María
Clemencia Sánchez menciona en su tesis doctoral titulada “Helena Araujo, el devenir afuera: de
femenino en trance hacia su autonomía, que tiene ya una consciencia histórica y ésta conciencias
es la que asiste al personaje de Mújica aunque tiene un tono confesional. Y esto - según Sánchez
- define de alguna manera esa formación de la consciencia histórica sobre la mujer, definitiva y
decisiva para que se dé en ella el paso de objeto a sujeto de su pequeña historia (Sánchez, 2012).
Este postulado se demuestra perfectamente con el siguiente fragmento de la obra de Mújica “en
Piedecuesta y no se enteraría del escándalo sino después” (1963, p. 156). Helena Araújo lo
plantea así:
Una reflexión sobre lo femenino que no tenía hasta entonces antecedentes en la crítica
criterio de la crítica misma y por la revisión sobre la formación del personaje femenino
Por esto es importante también definir los términos género, sexo, equidad e igualdad, rol
y estatus. Estos conceptos que han sido desarrollados en el ámbito de las Ciencias Sociales por
149
del hombre y la mujer en la sociedad. Pero quien mejor para hablarnos de ello que Chimamanda
Ngozi Adichie, ella es una “feminista africana feliz”, que no odia a los hombres. Admira a la
fallecida Wangari Maathai, premio Nobel de la Paz, quien aseveraba que “[…] mientras más alto
subas, menos mujeres hay”, pues era común ver a la persona con más habilidad física como el
líder; ahora no, son las personas más creativas e inteligentes, las más innovadoras y no hay
hormonas para estos atributos. Chimamanda Ngozi Adichie en la conferencia Todos deberíamos
ser feministas publicada el 12 abril 2013 por TEDxEuston, afirma que hemos evolucionado, pero
las ideas de género no lo han hecho. Las mujeres son tan humanas como los hombres y tienen
derecho al mismo reconocimiento. Como asumimos el género es una gran injusticia, pero cree en
la habilidad de los seres humanos de hacerse y rehacerse para mejorar. Quiere entonces hacer un
plan: “empecemos a soñar un mundo diferente, más justo; de hombres y mujeres más felices,
más honestos con ellos mismos”65. Eduquemos a las niñas y a los niños de forma diferente, les
hacemos un gran daño por cómo los educamos pues reprimimos su humanidad. Definimos
masculinidad de una forma muy estrecha, la convertimos en una pequeña jaula dura y ponemos a
los niños dentro de ellas. A las niñas las obligamos a atender los egos frágiles de los hombres, las
enseñamos a inhibirse, a hacerse más pequeñas, a no ser muy exitosas, porque serían una
amenaza para el hombre. Les enseñamos a verse entre ellas como rivales por la atención de los
hombres. El problema con el género es que nos indica cómo debemos ser en vez de reconocer
cómo somos. Quiere ser respetada en toda su femineidad porque merece serlo. Para ella la
65
Tomado de la conferencia “Todos deberíamos ser feministas”. Ponente Chimamanda Adichie. Ver en
https://youtu.be/85fqNwDKXfA
150
cultura además del arte, la danza y otras expresiones son la preservación y continuidad de un
mujer que dice “Sí, hay un problema con el género hoy, y debemos corregirlo”. El mejor
feminista es su hermano Kenny, y es muy masculino. Sobre este asunto Simone de Beauvoir en
el Capítulo V titulado La mujer casada del libro El segundo sexo plantea que el destino que la
Clemencia Sánchez así hayan estudiado y hayan visitado otros países esta premisa sigue siendo
un ideal para muchas mujeres, al respecto Beauvoir “La mayor parte de las mujeres, aun hoy
día, está casada, lo estuvo, se prepara para ello, o sufre por no serlo. La soltera, ya sea frustrada,
rebelde o aun contraria al matrimonio, se define con relación a este último” (1949, p. 185). Y en
el capítulo VI del mismo texto titulado La madre, de Beauvoir afirma que desde hace un siglo,
en particular, la función reproductora no es dirigida por el solo azar biológico, sino que es regida
por las voluntades y nos cuenta que algunos países han adoptado oficialmente métodos precisos
del catolicismo: o bien el hombre practica el coito interrupto, o bien la mujer expulsa los
espermatozoides de su cuerpo después del acto amoroso. De tal manera que el destino de la
mujer puede ser decidido por ella misma en cuanto la posibilidad de casarse, de tener hijos, de
3.2. Exclusión
Sassoon y para ello nos devolveremos al siglo XIX para tratar de hallar la respuesta a ¿Por qué
Catalina reconsidera todas las representaciones de la mujer sumisa?, ¿Qué es lo que rompe en
términos de la tradición la representación de Catalina y por qué Elisa Mujica escribe sobre una
mujer en una época en que los hombres tenían más valor literario. Estamos hablando de los años
60 cuando aparece el boom con escritores como Gabriel García Márquez y Mario Vargas Llosa,
En el texto Las mujeres y las novelas una profesión femenina de Donald Sassoon nos
comenta el autor que en el siglo XIX predominaron escritores de clase media, la excepción fue
la condesa de Ségur; quien fue la que vendió más libros en esa Francia decimonónica. Richard
Altick dice que un 10 por 100 de autores británicos poseían algún título aristocrático. El 86% era
de clase media. En Inglaterra, los de clase media eran hijos de párrocos, médicos, abogados y
escritores. Pasó igual con las 213 escritoras nacidas después del año 1800. Aparecían en la lista
hecha por Elaine Showalter. No fueron a universidades. Por su parte, Marc Angenot dice que en
Francia de para 1880, sólo el 4% de las personas escritoras de un libro eran mujeres. Las tres
cuartas partes, eran novelistas. Porcentaje variable porque algunas utilizaban seudónimos
masculinos. Altick dice que las escritoras británicas entre 1835 y 1870 correspondían a más del
16%, luego subió al 21, 4%. Nigel Cross afirma que el 30 por 100 eran mujeres. El 14 por 100 de
los escritores en revistas eran mujeres. Todas pasaron por épocas difíciles:
Schopenhauer quedó en bancarrota en 1819. Ella hace la novela Gabrielle y tuvo éxitos
de venta.
152
2. Sophie Cottin casada con un hombre rico a los 20 años, éste murió en la quiebra y ella
lógica, y, en consecuencia, tampoco se hallan tocadas por el genio”: profesión para las
solteras.
3. Fanny Trollope, la escritura en la única fuente de ingreso de una familia grande. Ganó
80 libras con un libro titulado The Domestic Manners of the Americans. Su hijo Antony
trabajaba en el correo, escribió como un hábito: 3 horas diarias antes de trabajar. Ganó
4. María Evans (George Eliot), ganó más que Lewes. Perteneció a la primera división del
canon literario y destacó que no es necesario fallecer para ser una gran escritora. Obra: el
5. Margaret Oliphant representa a los escritores victorianos de nivel medio, era muy
prolífica, hizo 125 novelas. Sostuvo a la familia. Un libro de éxito: Salem Chapel. Dijo
que las obras sensacionalistas de Collins y otros, casaban a las mujeres con sus mozos de
cuadra en un arrebato de pasión sensual. Collins ganaba más que ella. Mujeres santas o
zorras.
6. William Rathbone Greg era la dama novelista, apenas sabía nada sobre el sexo. En
7. Nadezhda Durova tuvo 9 años de servicio militar disfrazado de hombre. Obra: doncella
de la caballería, 1836.
víctimas.
153
Las damas novelísticas padecieron las críticas contra su escritura, por la envidia que
1. Robert Southey, poeta, 1813. La literatura no puede ser el asunto que ocupa la vida de
una mujer.
3. Willa Cather, novelista de USA: ¿por qué Dios se ha dignado poner algún talento
literario en manos de las mujeres, pues arman con él, un infernal desbarajuste? En una
librería siempre cogería un libro de hombre. Esta por ejemplo, era una mujer que no
géneros también demeritaba a la mujer. Él, de todos los filósofos griegos, y a diferencia de
Platón, fue el que estableció de manera contundente la superioridad masculina, ya que afirmaba
que las mujeres se mueven en los límites de lo civilizado y lo salvaje, del humano y la bestia.
Aseguraba que eran una amenaza potencial para la vida armoniosa de la colectividad y se
pregunta sobre ¿Cómo mantenerlas alejadas? Para él las mujeres no éramos diferentes,
modelados inacabados, hombres fallidos, incompletas, defectuosas. Eran según él tan frías, que
se oponían al calor del hombre. Son hembras nocturnas, ellos son soles. Ella es pasiva y él
activo. El hombre es creador: por su aliento, el pneuma, y por su simiente. Las mujeres no son
más que un recipiente que puede aspirar y no son un buen receptáculo. Lo más triste es que este
154
pensamiento de Aristóteles modela por largo tiempo el pensamiento de la diferencia de los sexos,
dando origen al falocentrismo que tanto daño ha hecho a la humanidad. Hasta la medicina griega
ha retomado estos ideales con algunas modificaciones como la de Galeno y el teólogo Tomás de
Entre las generalidades que presenta el texto de Sassoon podemos hablar de un género
ficción, de los circuitos de hombres de letras que eran poetas muy pobres, lo reafirma Balzac en
1835 en una carta a su esposa en la que reconoce que debía dedicarse a otro género más rentable.
Algunos escritores vivían muy bien; lo evidenciaba el tener criados. Escribir entonces fue la
forma más viable de hacer plata para una mujer. Era imposible en las demás profesiones. Para
las personas hacerse ricas vendían las novelas, los derechos, hacían ediciones baratas. Las
El siglo XIX fue una “cuestión femenina” en la que también se reorganizó un culto a la
Lourdes, en 1858, una chica de 14 años: Bernadette Soubirous tuvo visiones con la virgen. Se
presenta el Fenómeno nacionalista en el que a las patrias, se les decía “madre”: madre patria,
influenciado esto por mujeres como Juana de Arco en Francia y Boadicea que encabezó una
revuelta contra los romanos en Gran Bretaña. En la Sorbona, 1870, Jules Ferry, alcalde de París
dice que la iglesia trata de apoderarse de la mujer. En Francia la lucha por la educación para la
mujer es libraba contra de la iglesia y uno de los aspectos más importantes del texto de Sasson es
novela-fue un subgénero y predominó como género la biografía que se hizo sobre todo de
hombres.
155
mencionado y de ver la forma en que se han superado muchas mujeres a nivel mundial a través
de la historia y la escritura vemos que Mújica en la obra reconsidera todas las representaciones
de la mujer sumisa a través de Catalina porque en la obra se muestra una mujer que desafía a la
sociedad, se convierte en un ser-sujeto que se rebela ante todo lo preestablecido aun desde el
ámbito económico, pues ella desafía a su madre que era una promotora más del falocentrismo
devolviéndole la herencia a su hermana. La viejita María por ejemplo le dice según Mújica “a
doña Matilde la aliviará saber que usted devuelve madroñal a su legítima dueña. Aunque ella no
haya tenido valor para hacerlo, les gustará que su hija repare su falta (1963, p. 161).
Con respecto a sus deseos pasionales permanecía muda y no se atrevía a pensar en ello
por miedo a desagradar a Dios, menciona que al principio el pudor hacía que hablara muy suave,
la palabra amor le sonaba con timidez y la voz se adelgazaba, pero después Mújica nos muestra
una mujer desinhibida cuando asevera “desde que decidí abrir la puerta que siempre me habían
mandado mantener cerrada, entraba en mi cuarto y pensaba “Tengo un amante” (1963, p. 142).
La autora también señala que Catalina pensaba en como su amiga Domitila aun pasada en años
miraba lela, en silencio a Ricardo durante las tertulias. Le llamaba la atención que todavía tuviera
esperanzas de conseguir novio. Y menciona como los años se les había llevado la juventud,
proceso que ella había sabido asumir, en efecto Mújica “hasta que todo se quedó lejos. Ahora,
Mújica a través del personaje Ricardo también trae a colación unas máximas sobre el
alma de esa mujer que desea ser otra, y Catalina expresa dentro del texto, que algunas de esas
frases representaban en el fondo, los deseos que todas ellas tenían, así lo señala Mújica “Una
156
mujer digna no tiene deseos que reprimir. La mujer es tan pura como la rosa, y un mal
pensamiento la empaña como el aliento al cristal” (1963, p.72). Aunque ella confiesa que oía las
teorías de Ricardo por pasar el rato, algunas de sus palabras tenían eco en su corazón, como
éstas:
“No debemos apagar con nuestros renunciamientos la llama que llevamos en nosotros,
que es la de la vida, únicamente vale lo sincero, que nos permite realizarnos a nosotros
mismos (…) y luego viene una frase contundente de su situación al decir: “yo perdía los
Sigue confirmando que Ricardo Gómez con sus palabras le despertaba el deseo de
participar en alguna empresa grande. Existían muchas mujeres que lo hacían. Él le había contado
que las inglesas están adelantando un movimiento para lograr su emancipación y que se verían
muchos en los años venideros que ni siquiera podían imaginarlos ahora. Empieza de cierto modo
en conquistar los derechos políticos. El amor debería volverse más noble, como ellas lo soñaban.
La autora refiere también en la novela episodios de afecto entre las mujeres que para la época
eran mal vistos. Esto lo hace a través del personaje llamado Esperanza. Plantea esas cohibiciones
Apenas me acerqué me ofreció su frente para que la besara. Se trataba de una moda
implantada por ella, a pesar de que antes de su llegada, en Bucaramanga se juzgaban las
manifestaciones de cariño hechas entre mujeres en público, tan indecentes como si un par
Mújica también señala que cuando se confesaba con el padre Tobías se aseguraba que, al
ponerse en una situación como la de ella Dios le indicara precisamente cuál era el camino que
debía seguir, a fin de no pensar en ella misma sino solo en Él. Siempre Se repetía: para
conquistar el cielo representa una ventaja no creer en la felicidad de este mundo. Aunque ella
quería que fuera de otro modo. A sus ojos, la consagración a Dios solo valía si ella sacrificaba
algo por él cuando se atreve a decirle al padre que no tenía que entregar, que carecía de mérito y
éste se indignaba y no valían las explicaciones que ella pudiera dar, pues era un signo de
Catalina señala que cuando el padre tenía razón, ella deseaba la muerte. Pero cuando la
llamaba, era como si le devolviera la esperanza de ser feliz todavía. Un episodio en el que peca
es cuando le cuanta al padre sobre haber estado hablando de que ellas tenían temor porque no
pueden superar a las mujeres provocativas del teatro. Una situación que para la época era de
Catalina también llama la atención sobre don Facundo que entregó a su hija a Simón
Plata como si se tratara de una esclava, un asunto se los contó (Rebeca Aguirre). El padre de la
niña llamado, estaba borracho y perdió unas apuestas. Las deudas las pagó entregando la niña a
Simón. Catalina comenta que Elena era hermosa y le da pesar pero también descubre que es una
calumnia porque Rebeca es chismosa. Encontramos también el fragmento en el que ella habla
que no se podía dormir, porque sus deberes de mujer casada la mantenían muy agotada, que se
olvidaba de todo en los largos discursos que le dirigían mientras bordaba porque se le
que todo se asentaba. Además, ¿qué diría mi confesor, el padre Tobías? La verdad era
158
que no deseaba portarme sino de acuerdo con lo que se esperaba de mí. Ir contra la
Es un fragmento en el que señala que la estresaban sus obligaciones conyugales, pero que
seguía sometida por la iglesia y la sociedad. Comenta además que su amiga nunca sabría por
ella que en los primeros días de la luna de miel se repetía con una especie de orgullo herido:
¿De modo que el matrimonio es esto?” su ira y un poco de desdén se estrellaban contra
Samuel. Él le infiltraba, sin embargo, un suave veneno, no de una vez, sino lentamente, y
conducía su cuerpo, lo mismo que si le fuera abriendo puertas, lejos, siempre más lejos.
usamos para recordar que Catalina solo recuerda que era feliz en la niñez. Con respecto al haber
quedado estéril tuvo que soportar muchos comentarios que hacían alusión a que había quedado
inútil. Dentro de la obra se marca cuando una mañana, misia Hortensia, la esposa del doctor, la
vio disecar un trébol entre las páginas de un libro y la escuchó comentar: “Cada uno puede ser
feliz a su modo. Fíjense en que Catalina lo es” (Mújica, 1963, p. 40). Se da cuenta así de la
verdad. En adelante, para ella sería cuestión de vida o muerte no disgustar a Samuel. De lo
contrario, le echaría en cara lo peor después de los cuidados que le brindó por el aborto. Y así fue
porque una mañana, mientras Samuel arreglaba varias cuentas, notó que cercenaba el jornal a los
-¡Catalina! Ella sabía que él deseaba simplemente vengarse de algunas de mis absurdas
frotara contra una piedra puntiaguda, nada más que por el amargo placer de ser herida.
que no había sido narrado, que había sido excluído porque Elisa Mújica escribe sobre una mujer
que habla en una obra sobre todo lo que le preocupa: el matrimonio, el afecto entre mujeres, las
riquezas que los hombres desean arrebatarle a la mujer, el deseo de no casarse, el estigma social
por no tener hijos, el señalamiento ante la infidelidad de la mujer en una época en que los
hombres tenían más derechos y que en el campo de la escritura gozaban de mayor valor literario.
paredes: la caso el convento. En este aparatado mostramos como Catalina hace de su espacio un
lugar libre a través de la tertulia, su monólogo interior y sus escapadas a caballo. No permite que
3. 3 Condena
El vocablo Condena lo abordaremos como ya lo dijimos antes desde los hechos históricos
que coincidieron con el año 1963. Una pregunta obligatoria en este análisis es ¿por qué se
condena a Catalina?, y para ello debemos entender históricamente qué es Colombia en los años
60, cuál es el rol de la mujer en ese momento, por qué la condena, por qué Colombia es
esencialmente un país colonial todavía. La obra por cierto nos ubica históricamente antes de
1963 cuando menciona en la página 22 que Samuel estudió en el colegio del Rosario de Bogotá,
que después de la graduación comieron en el restaurante La Rosa blanca y que esa misma noche
mencionado por cierto del origen de los partidos políticos en Colombia. Habíamos mencionado
160
que el siglo XIX se había destacado también por sufrir grandes cambios, especialmente en los
campos político y social: se libraron varias luchas independentistas a lo largo del territorio de la
esclavitud en 1852. El partido liberal trabajaba por el liberal progreso y la libertad espiritual e
Un siglo después, en el año 1963 Colombia es un país que está viviendo el momento de
nacional, una coalición política y electoral entre liberales y conservadores que estaba vigente en
Colombia de 1958 a 1974. Por extensión se refiere al período histórico de dichos años que en el
que se acordó la sucesión de cuatro períodos (16 años) de gobierno de coalición. Por este tiempo
se distribuirían equitativamente los ministerios y la burocracia en las tres ramas del poder
reorganización del país luego del período presidencial del general Gustavo Rojas Pinilla (1953-
1957) quien fue derrocado después de convertir su mandato en una dictadura populista y en un
tercer partido capaz de desplazar a los dos tradicionales. Este hecho unió a los dirigentes de los
dos partidos tradicionales, liberal y conservador para buscar una solución común a los
problemas. El liberal Alberto Lleras Camargo (primer presidente después de la dictadura, 1958-
Paraguay, el general Alfredo Stroessner es reelegido presidente. El año 1963 también coincide
66
Nombre que recibía Colombia en el siglo XIX.
161
con la muerte de Kennedy quien se encontraba por una gira en los estados del sur que se
caracterizaban por la férrea oposición a las medidas del mandatario demócrata, especialmente
Martin Luther King y los líderes de la comunidad negra de Estados Unidos encabezaron
Washington contra la segregación racial en ese país al tiempo que protestaban por el asesinato
del líder negro Medgar Evers en Misissippi. También en Colombia falló golpe contra Guillermo
León Valencia y la política colombiana se vio afectada por cuatro acontecimientos: la unión del
golpe de Estado contra el presidente Guillermo León Valencia y la absolución por la Corte
En el contexto literario colombiano para 1955 nace Mito67, una revista donde temas como
la economía, la política, la cultura y la vida social tenían cabida sin atropellarse y sin por ello
dejar de darle un sentido claro a la publicación. Los directores fueron Jorge Gaitán Durán y
Hernando Valencia Göelkel, quienes querían, a través de la palabra, debatir toda clase de
opiniones y creencias. De 1926 a 1958 circuló la revista Letras y Encajes68. Años más tarde, en
épocas más recientes, nace la revista Eco (1960), dirigida por un gran número de personas, entre
quienes se contaban Hernando Valencia Goelkel y Jorge Gaitán Durán. Esta revista, en un
principio, parecía hecha en Europa, pues daba la impresión de que hablaba de una sociedad que
no era la bogotana.
67
Tomado de http://www.banrepcultural.org/blaavirtual/ayuda detareas/comunicacion/las_revistas_en_colombia
68
Se publicó en Medellín desde 1926 hasta 1958. Los talleres de la tipografía Industrial eran los encargados de
editar esta publicación que hoy llamaríamos de género. La revista, cuya suscripción anual para 1938 costaba un peso
con cincuenta, era dirigida por doña Teresa Santamaría de González y por doña María Jaramillo de Simón e
intentaba combinar el tema de los encantos y perifollos femeninos con una no menos adornada literatura que tenía
en Gabriela Mistral a su más alta inspiradora. Tomado de http://www.rabodeaji.com/No-2/portadas/main.htm
162
al reconocimiento como ciudadanas que hemos tenido. Esta condena la perpetuamos muchas
veces las mujeres porque no hemos entendido el verdadero sentido de pasar de objeto a sujeto.
María Clemencia Sánchez aborda este tema en su tesis doctoral a través de la lectura que hace
del texto Las mujeres en Colombia escrito por Gloria Pachón de Galán y Flor Romero. Según
Sánchez, en él se hace un perfil de mujeres muy adelantas a la época pero todas estaban casadas
y destaca que lo más importante para ellas era el hogar y el matrimonio. Éste a pesar de todo lo
que se ha hecho seguía siendo el único destino, el matrimonio seguía siendo lo más importante.
Sánchez nos recuerda que para 1970 el ideal de mujer en Colombia era la que circulaba en
situación que está presente como ejemplo en el libro ya mencionado Mujeres en Colombia
publicado en 1961 cuyas autoras, Flor Romero y Gloria Pachón hacían parte de esa clase social
privilegiada a la que increpa precisamente Helena Araújo en este relato, aunque el artículo del
periódico El Tiempo publicado el 6 de Septiembre de 2011 por Null Value dice: “el libro
Mujeres en Colombia, escrito y editado por las periodistas Flor Romero y Gloria Pachón Castro.
contemporánea han contribuido a construir una patria mejor para todos”. En su tesis Sánchez
“presenta algunos extractos de este libro que tuvo curiosamente una gran acogida en su época y
que hoy nos parece digno de mencionarse dentro de los exotismos de nuestra cultura patriarcal”:
liberal y además del español conoce el inglés. Ha visitado varios países de Europa y Los
163
patria”.
matrimonio”.
Según Sánchez este ideal de casarse predomina en las mujeres de la época, que insisten
personal (Sánchez, pp.154-155). Sobre este tema Sara Beatriz Guardia en su texto “Literatura y
Escritura femenina en América Latina” comenta que entre 1919 y 1950 hubo en Colombia una
pero después permanecieron en el olvido. Ella dice que son 44 cuentos de los cuales 25 han sido
Con ello queda demostrado las desventajas de la mujer pues Guardia afirma que: “[…] los
obstáculos que enfrentaban las mujeres para competir en plano de igualdad con los escritores por
su desigual acceso a la educación, y por la falta de apoyo a su quehacer intelectual era enorme”
(p. 8). Destacan las crónicas y cuentos de Sofía Ospina de Navarro, que para la época seguía el
derrotero del costumbrismo aunque con sentido de observación y humor la vida de las mujeres
de la ciudad de Medellín. Presenta también a la chilena María Luisa Bombal (1910-1980) con
sus novelas La última niebla (1935) y La amortajada (1938), a la mexicana Nellie Campobello
(1909 –1986), autora de Cartucho y Relatos de la lucha en el norte de México, donde describe
Bustamante (1865-1947), en su novela, Jorge, el hijo del pueblo (1892), relata los trágicos
164
de Castillo Ledón (1898-1986), una de las primeras feministas de México y autora de Cuando las
hojas caen, estrenada con gran éxito en 1929. María Luisa Ocampo (1900-1974), en La casa en
ruinas (1934) presentó una típica familia de clase media donde la única misión que tenía la
esposa era cuidar y atender a su marido. También Nieves Muriel García en el texto El cuerpo
femenino y las mujeres. Vida, sentido y algunas paradojas para pensar, leer y sentir los cuerpos
plantea que:
Ahora que los modelos de lo femenino y lo masculino no libres siguen vigentes, a la par
que cada vez dichos modelos se vuelven confusos y hasta porosos en el juego abierto por
el postfeminismo, resulta interesante seguir la pista de las imágenes que del cuerpo
femenino tenemos en distintas culturas para comprender mejor las implicaciones políticas
que han supuesto la pérdida o fagocitación de algunos de sus sentidos. Hablar del cuerpo
sexuado en femenino sigue siendo delicado pero es, a la vez, una urgencia política porque
este lleva inscrita una señal imborrable, que no se puede obviar. De hecho, la ciencia no
lo olvida. Y aunque esa señal ya no me determina para ser madre, al menos en Occidente
acompaña la vida de las mujeres tanto de las que son madres como de las que no. (Muriel,
p.7)
Dado todo lo anterior podemos afirmar que la Literatura del boom demuestra esas
posibilidades que ha tenido la mujer; es un movimiento que surge entre los años 1960-1970 en el
que se fijan nuevas figuras literarias: realismo mágico, cuento fantástico, cuento metafísico y
crítica a la realidad social. Este movimiento es una reacción contra la novela criolla o
indigenista. Género que se trabajó en la narrativa corta: cuento y novela. La década del 60 y 70
corresponden a la agitación política en América latina influenciado por la guerra fría que definió
165
las ideas radicales de los autores boom. A este movimiento le da mucha fuerza las palabras de
Perrot tal como lo planteamos en el capítulo anterior por el empuje que se le dio a la
participación de la mujer en todos los campos pero también es cierto que muchas se han quedado
bajo ese cuadro de costumbre que nos dejó el colonialismo y la historia de la humanidad desde
sus inicios porque son las mismas mujeres las que perpetúan como ideal casarse, tener hijos y
que se refiere Cixous en la risa de la medusa. “No han querido liberarse, no van por donde se
escribe, no llegan a donde se sueña, no se inventan nuevos mundos que en este caso están en los
libros. Simplemente están ahí, esperando a que las tomen” (1995, p.55).
En Catalina desde que ella estaba pequeña se vio la sobreprotección de la madre quien la
cuidaba demasiado, hasta el punto de no dejarla juntar con su media hermana María Amalia a
quien maltrataban terriblemente por ser hija de la cigarrera Hortensia. Fue la madre quien
decidió con quien se casaba y permitió que un extraño, el doctor Bullón, la vigilara todo el
tiempo. Celina en cambio, demostró su carácter libre desde pequeña, renunció a esa condena
desde la forma en que se escondía para leer, desde los juego porque era tratada como un niño por
sus amiguitos porque era mandona, juguetona y fiel con las ideologías políticas de sus padres.
Los juegos los terminaba a la señal de misiá Carmelita, ya que les señalaba la hora en que debían
terminar los juegos e irse para sus casas, así lo señala Mújica:
de su familia con los mayores. Son de distinto partido político. Desde que se nace se lleva
El final de la novela Los dos tiempos menciona que ella decide volver a su tierra y cuando
la obra inicia aparece que ella identifica la casa de misiá Carmelita y nos cuenta que está igual
aunque el tiempo haya pasado “Está lo mismo aunque ha pasado tanto tiempo. Las fachadas
viejas y destartaladas de los pueblos no dan idea de lo que guardan. Aposentos silenciosos y
oscuros, con piso de estera y olorosos a pasado y limpieza” (Mújica, 1949, p.10).
los papás puesto que prefieren que los acompañe a todas partes, evitan que se quede sola en el
inquilinato pues consideran la existencia de malas influencias. Con Celina el asunto era más
Y es este asunto de vivir sola y sentirse fea como Celina, sentirse sola y menos agraciada que la
madre como Catalina y también sola y poco agradable por el lunar en la cara como Mirza, lo que
ha hecho que de cierta manera se refleje la realidad de la autora pues ya habíamos mencionado
que ésta en una entrevista realizada por el señor Gonzalo España con el subtítulo Una pluma
fogueada y festiva, ella también asegura que sus hermanas Cecilia y Genoveva, eran muy lindas.
Las amigas le decían a su madre que las dos eran preciosas, pero que ella era muy inteligente.
Por eso toda la vida tuvo complejo de fea y asevera que las escritoras escriben porque son feas.
Ella señala en la entrevista igual que lo hace en la novela Los dos tiempos como ya lo
mencionamos en párrafos anteriores que cada vez que lee, se hunde cada vez más en la lectura y
su personalidad pasa a segundo plano. Esta característica de presentar mujeres inteligentes pero
poco agraciadas físicamente es una constante en sus tres novelas, como lo hemos visto ya en
Catalina, Celina y ahora en Mirza quien es llamada la Lunareja por el lunar oscuro y sin forma
que le tapa la parte inferior de la cara y que ella tapa obsesivamente con una bufanda. Un día en
el colegio la monja se la hizo quitar. Sus compañeras se lo habían visto ya en el corredor. Ella
167
recuerda que lo descubrió mirándose al espejo. Era un asunto que preocupaba a toda la familia,
Si yo tuviera plata se la prestaría para que se fuera a Estados Unidos con Mónica y la
niña. Mirza no es fea. Vale la pena hacer lo posible y lo imposible para que le arreglen el
cutis. Pero desde que nació Leonel se me han multiplicado los gastos por la mala salud de
Y con respecto a la soledad, a esa condena de las feas; la entrevistadora Aída Calero de
Konietzko le dice que al leer sus libros parece como si deliberadamente se propusiera llevar
Sí, claro que es cierto, porque es un reflejo de mi vida. Desde hace mucho tiempo soy
sola y no he querido buscar ninguna compañía, de esas compañías que uno puede obtener,
soledad y creo que la tengo domesticada por completo….Siendo la última de tres hijas,
fui una niña muy sola y probablemente por escapismo solamente me parecía bello el
mundo de los libros; siempre fui a buscarlo. Inclusive más adelante cuando ya estaba en
el colegio y tenía amigas, porque no podía entender la vida entonces sino por medio de la
Para seguir con esos temas que le apasionan como la realidad del país que muestran
claramente sus obras porque no le son ajenos sus problemas vemos que a través de las
narraciones, los diálogos, las descripciones presenta demasiados elementos comprobables como
el hecho de que Mirza transitó de un lugar a otro dentro de las historia. Su paso por el mundo
Quito, Rumichaca, Guayaquil, Argentina, París como lugar de acción de otros personajes.
También en las obras como Catalina y en Los dos tiempos se hace mención constantemente
sobre las tropas del general Uribe Uribe, él combatió en las guerras civiles de 1885, 1895 y
1899, de las cuales saldría derrotado. Su papel como general estaría marcado por importantes
victorias durante la Guerra de los Mil Días desde el punto de vista táctico, las cuales le dieron
una reputación como el principal general Liberal a pesar de no tener la preparación militar de
otros como Benjamín Herrera. Sufrió serias derrotas al mando de los ejércitos liberales, como en
de los cafeteros colombianos en el combate de las enfermedades tales como la roya. Fundó con
Cuando el partido Liberal derrotó al Conservador por segunda vez dentro de la obra y se
cambia el régimen, el papá de Celina, don Francisco sufre un ataque y posteriormente muere.
Recordemos que la primera vez que pasó esto en Bucaramanga, él renunció a su trabajo porque
el sucesor hablaba mal de los administradores anteriores y él era una persona muy leal. Se vino
para Bogotá con la familia para que nadie viera su vergüenza, Mújica en efecto:
en beneficio propio y venía siendo cada vez más arrinconado. Sin embargo, se consideró
aludido por las palabras del flamante mandatario. Su pundonor no le permitía continuar
ella en las reuniones que hace Rodrigo Tolosa. Pero a él lo califican de maniático, a ella se le
parece al escultor Vicente Rodas por las ideas. También piensa que el liberalismo bien entendido
Conoce allí a mujeres revolucionarias como Olga Aranguren que defendía a los
campesinos, ésta la invita a una casa en la que se hospeda con otras mujeres: Sylvia Donato,
Victoria Castro, Magda Urbina y Victoria Castro, esta última, era una maestra y dueña de la casa
y tuvo que ver mucho con el golpe de estado al presidente que estaba antes de Velasco Ibarra.
Velasco llega al poder con alegría de todos. Fue elegido presidente 5 veces y la primera vez se
dio en 1934 y depuesto en 1935, tuvo que exiliarse en la ciudad de Sevilla, en el Valle del Cauca,
Colombia.
María Mercedes Jaramillo en el texto Ensayos críticos sobre la Obra narrativa de Elisa
Mújica también señala que la pobreza, la discriminación, la explotación y la pobreza descrita con
detalle en el caso ecuatoriano eran problemas que asolaban al continente y que en Colombia
culminaron con la revuelta popular del 9 de abril de 1948. Teníamos una Colombia dividida por
el bipartidismo y el marxismo iba emergiendo como una tercera corriente ideológica y política
que intenta resolver los problemas sociales que los otros dos partidos no habían podido resolver
En la obra Bogotá de las nubes la situación política se refleja desde el mismo momento
en que Mirza se extraña por la ubicación de las personas en la iglesia: a las niñas les tocaba estar
con las madres y separadas de sus padres. La situación era marcada por un cartel que decía:
Belén de Cerinza esa división no se usaba. Esa misma división se veía en el lenguaje
desenvuelto de la jai, la aristocracia. La gente estaba dividida en dos categorías separadas por
barreras intangibles y no obstante definidas: la buena sociedad y la lobería. Los orejones y demás
miembros distinguidos de la jai tienen con frecuencia abuela o bisabuela indígena, patente en sus
facciones aunque no la mencionen, Mújica asevera “Ya desde la Colonia el obispo Lucas
Fernández de Piedrahita prefirió mantener en discreta penumbra que era nieto de india, al revés
del Inca peruano Garcilaso de la Vega, quien ni corto ni perezoso proclamaba a cada paso la
Mirza sigue siendo testigo de estas diferencias sociales cuando oye a doña Isidora
calificar a los asistentes de las fiestas, en el colegio mira acusadoramente a las portadoras de
sonoros apellidos. Hasta los hombres participan del juicio público que se la hace a las familias
por su forma de vestir. En este caso el zapatero don Adonías se entera de todo lo que hacen los
habitantes del barrio La Candelaria, juzga, sentencia y hasta se burla como lo hizo con la madre
de Mirza por su vestido colorido. Esto marca tanto a la protagonista que procura un cambio en el
Esas divisiones sociales se hacen más grandes desde que las familias empiezan a
modificar la forma de sus casas por la influencia del extranjero, se menciona sobre todo la
La Candelaria, por ejemplo, hasta ayer habitado exclusivamente por familias de las que se sabía
de dónde venían y qué pitos tocaban, hoy desgraciadamente estaba invadido por una especie de
cafres. La masa de los usurpadores como la familia de Mirza desbordó pronto los sectores
coloniales y los improvisados y se extendió como langosta a Teusaquillo —el barrio construido
según las malas lenguas con los dineros provenientes del empréstito patriótico, recolectado entre
171
los ciudadanos con el fin de combatir al Perú en la guerra de Leticia— y luego a Santa Teresita,
Palermo, Marly y el Bosque Calderón Tejada. A ninguna casa nueva le faltaron las cortinas
blancas, azules o amarillas —como tapas de cajas de sorpresa que cubren un secreto— ni el
jardín con prado, los ladrillos rojos, los balaustres verdes y los niños montados en triciclo o
La ciudad parece haber esperado cuatrocientos años para crecer, para renunciar al
estacionamiento de simple aldea. Santa Fe de Bogotá, era la villa de tercera categoría, inferior en
mucho a Quito y Lima. Cuando terminó el período de la Colonia, la capital siguió siendo una
población chica. Sería Jiménez de Quesada, inexperto en achaques de fundación de ciudades, fue
La casa en la que vivía Mirza la tumbaron para construir el edificio Cubillos. Con el tiempo ya
no se llamaba Cubillos sino Andes. No era ni la sombra de lo que fue. Se veía enano en
comparación con las torres encristaladas y gigantes. Los balcones como el del camellón de los
menciona como una joven se asomaba para ver si en la esquina veía aparecer Núñez, otra miraba
a Rivera José Eustasio, que hacía bailar nerviosamente su varita de ébano con puño de plata
mientras se atusaba el bigote rizado. Doña Gregoria (hija de un padre ciego) se había asomado
por centésima vez a fin de espiar la silueta del doctor Núñez, parado en la esquina.
totalidad de la llanura, desde Usme a Zipaquirá, desde Suba a Bojacá, desde Cota a la humilde
172
Funza, que estuvo a punto de ser la preferida como punto de partida, en vez de Teusaquillo. A las
Con todo esto los pure sang, los no mezclados— se quedaron atrás, se abandonaron, fueron
Centenario, Aunque bien miradas las cosas, de lo que se trataba no era de los hechos sino
del gesto, del "beau geste"[…] las palabras: "Fue un bello gesto"— se cifra la clave que
marcó a los nacidos en Bogotá durante las postrimerías del siglo pasado, lanzados a la
vida pública alrededor del 20 de julio de 1910, fecha del centenario de la independencia.
tenemos los partidos tradicionales o la influencia del marxismo, también los movimientos que
iban surgiendo tímidamente por las nuevas generaciones. La obra plantea por ejemplo como los
secreta y eterna del jefe, vestida invariablemente de negro y con el pelo pintado de rojo caoba,
que jamás musitó palabra en las reuniones del comité, pero que no perdía ninguna de las del jefe.
César tenía tanta fiebre por una revolución que pensaba cómo coger a los parvulitos e inculcarles
el ABC marxista, para él lo ideal consistía en forzar los resultados por contagio, ósmosis o como
Ligia. Cuando salen algunos amigos del grupo de Castell, ella les ofrecía otras opciones como
cuando le pidió a Manuel Paniagua que se afiliara al partido de Claudio. Una solución práctica
para compensar su propia deserción. Le permitiría saldar la deuda de gratitud contraída con el
173
jefe de los demócrata-cristianos cuando ordenó pagar por cuenta del movimiento los gastos de
Fruto de grupos similares al de Castell y con más fuerza que el de los ricos bogotanos no
natural de una lavandería que se conservara fiel a su origen humilde y que para colmo fuera
Luego se vinieron los hechos del 9 de abril de 1948, por ellos la carrera séptima perdió su ser
A principios del siglo, por componendas entre el presidente Marroquín y el general Rafael
Reyes, se liquidaron —y no a las buenas sino a pura bala— las sociedades de integración
patriótica organizadas por los ingenuos que ofrecieron su vida para defender el Istmo de Panamá
(Mújica, 1984).
padre de la protagonista participó en todas ellas, pues estaban dentro del marco de su terruño
hizo reaccionar: dejó de ausentarse del hogar, dejó de beber y se consiguió un empleo estable, no
1900, durante la Guerra de los Mil Días. Fue la batalla más importante de este conflicto y, pese a
librarse dos años antes del fin de la guerra, fue decisiva para la posterior derrota de los liberales.
Este hecho es mencionado también por María Mercedes Jaramillo en su artículo El precio de la
174
autonomía que aparece en el texto Ensayos Críticos sobre la Obra Narrativa de Elisa Mújica,
pues allí ella menciona que la obra Los dos tiempos se remonta a la guerra de Los mil días y
Estos dos tiempos también se refieren a los cambios políticos que vivía el país, época que
se extiende desde la guerra de Los Mil Días y hasta el bogotazo, al que la novela ya no se
refiere ya que la parte final de la obra se ubica en Ecuador. (Jaramillo, 2007, p. 68)
En la novela, Mújica narra por ejemplo que en las imágenes de las fotografía ha quedado
la visión de las criaturas con falda larga y ancha, talle de avispa, peinado alto y mantilla de
blonda, que cumplían la misión de esposas y madres al comenzar 1900, recluidas en el silencio
de las provincias. Cuestionaba a la sociedad al mismo tiempo por qué no podían saber los
Pero ¿qué se sabe en realidad de ellas, de sus pensamientos íntimos? ¿Qué resonancias les
que sufrían, procreaban y rezaban, querrían en ocasiones escaparse del marco que las
contenía, hablar con voz verdadera, imprimir en los sucesos una huellas propia y
perdurable? Igual que las que tomaban el velo religioso a los quince, a los diez y ocho
adolescencia, las restantes iban al matrimonio ilusionadas por la aureola fugitiva del
Para Mújica entonces el texto no hace de las diferencias de perspectiva crítica muros
insalvables sino que lleva al lector a ver en ellas inclinaciones de la sensibilidad y la formación
de cada crítico en el esfuerzo común por comprender la obra, fijando, sí, distancias cuando es el
175
caso, pues no pretende contemporizar a toda costa. Lo que una aproximación a una obra revela
no compite con lo realizado por una reflexión diferente, sino que contribuye a una comprensión
más amplia del texto al asumirlo desde otro ángulo. La literatura no está hecha únicamente de
estructuras sino también de ideas y de historia, de la vida del autor, de sus otros libros, de su
época y sus tradiciones literarias en las que se formó. La perspectiva de adentrarse en otras
Su trilogía narrativa presenta una estructura "in extrema res" al comenzar el relato por el
desenlace. Podría identificarse dentro de los fenómenos literarios como un racconto69, porque
vemos un quiebre en el relato volviendo al pasado, pero este regreso no es tan repentino y es más
pausado en lo que se refiere a la velocidad del relato. Este tipo de narración permite que los
episodios se superpongan, que la autora pueda ir al pasado del personaje y volver al presente
esta estructura de Catalina porque allí vemos más bien una Analepsis pues el inicio es una vuelta
Para terminar en esta época muchas mujeres se sentían pérdidas porque según Mújica, en
los años setenta, para algunas mujeres la libertad era una exigencia que no sabía cómo atender.
Les costaba trabajo defender las posiciones, poner los puntos sobre las íes. Por más
revolucionarias muchas caían en lo mismo que criticaban. El narrador trae a colación por
ejemplo que doña Gregoria se había casado sin amor con un inglés, como Manuelita Sáenz con
Mr. Thorne, vendidas en plena juventud por solidaridad con su hogar, para que los maridos ricos
69
Cuando una película o un libro desarrollan un racconto, se remiten al pasado para narrar sucesos que ya ocurrieron
y, poco a poco, comienzan a acercarse al presente hasta volver al instante en el que se inició el recuerdo.
176
3.4. Conclusiones
Según los resultados de la investigación, a nivel general podemos decir que no hay un
corpus especifico de la vida y obra de Mújica, hace falta un estudio más riguroso porque la
mayoría de los artículos tienen imprecisiones sobre su vida, presentan datos errados de sus obras
y algunos estudiosos que se han atrevido a analizarlas hacen comentarios generales como si las
inconsistencias que ya hemos señalado en el cuerpo de este trabajo. Estas imprecisiones pueden
fundamentarse tal vez, en que sus obras no se encuentran fácilmente, y por eso muchos críticos
se han visto obligados a hablar de ellas a partir de la citación de otros. Sin embargo, queda claro
el valor enorme que le dan a sus obras los expertos en literatura. La importancia que tiene para el
país su aporte narrativo; no tiene dimensiones y urge la recuperación de sus obras por parte de
entidades gubernamentales.
Para profundizar el tema debe exaltarse el trabajo de Sonia Nadhezda Truque quien
publicó una compilación sobre la vida y obra de Mújica en la que priman artículos hechos
directamente por la escritora, y en los que ella misma cuenta detalles de su vida. Monserrat
Ensayos críticos sobre la obra narrativa de Elisa Mújica y en otras publicaciones digitales.
Tiene un alto valor, la entrevista que Mújica le dio a Gonzalo España que por cierto es
desconocida por Ordoñez. Deben rescatarse también, los Diarios que dejó Mújica. Estos son
mencionados por María Constanza Quiroz Ocaña. Uno de ellos lo mantuvo la escritora durante
los años de 1943 a 1982, y en él expone las manifestaciones culturales y las vanguardias
cotidiano de su entorno; los conflictos con la Iglesia católica y el papel del Estado en relación a
de dos de sus obras: Bogotá de las nubes y Los dos tiempos. En Antioquia, Bogotá de las nubes
no se encuentra y Maruja Vieira dice que Jorge Timossi en 1988 se llevó el único ejemplar que
Cultura hace una publicación virtual pero sin paginación y con errores de transcripción de
Bogotá de las nubes. Para referenciar la obra en esta tesis, hicimos un gran esfuerzo para
Antioquia, pues la que había en la Sala Antioquia de la Biblioteca Pública Piloto se la robaron.
La que hallamos en la Universidad de Antioquia está muy deshecha por cierto. Para leerla fue
las dos obras sea aprovechada por la Universidad Pontificia Bolivariana y se publique.
Las áreas de aplicación que puede tener esta aproximación se da desde la parte
pedagógica en las instituciones de Antioquia. En este caso por ejemplo, se hizo una adaptación
de la tesis para los niños desde una propuesta pedagógica titulada Mujer, la educación te libera y
arrojó resultados muy bonitos como: un libro de poesía hecho con los trabajos de los niños, el
acercamiento a algunas de sus obras a través de la lectura de las mismas por parte de los niños, el
en Red que se hará de la propuesta curricular para abordar el tema del empoderamiento de la
mujer desde las instituciones escolares. En este momento se inició el trabajo en red con la lectura
de Los dos tiempos a través del “Diario lector”. La publicación de los dos textos fue apoyada por
178
escritura femenina, ya que hemos conocido algunas mujeres escritoras en Colombia que ya no
están y las que han ido surgiendo. Esto ha contribuido un poco al reconocimiento de la mujer en
En cuanto a los conceptos trabajados en este capítulo podemos decir que el destino del
personaje Catalina fue programado por una sociedad en la que su madre Matilde Vélez participó
activamente al pretender casarla con un hombre mayor, Samuel Figueroa, que según ella
administraría muy bien sus haciendas. Ella como Objeto no se planteó a sí misma proyectos y el
mito de la mujer casada que procrea fue su condena. Después de casarse ella se asusta de lo que
es el matrimonio y se pregunta ¿el matrimonio es esto?; pero no hace nada por el temor a la
reacción del marido, disipa su estado emocional montando a caballo cuantas veces era necesario.
Sus miedos se quedaban en pensamientos y deseos reprimidos al inicio de la obra. Vivía de las
historias fabricadas por Samuel y el doctor Bullón que estaban aliados para administrar su
herencia. Ella había aceptado la condena de tener un papel secundario en su propia historia.
Había aceptado los valores que para ella habían sido escritos, tal como se menciona en la página
cansancio, no le importaba que su marido pensara que a las mujeres no las entendía nadie, sólo
quería huir, hastiada ya de no tener sus propios proyectos, religión y poesía. Fastidiada de soñar
a través de los sueños de Samuel: tener un hijo y hacerlo el más rico de Santander, explotar la
finca El Madroñal que tenía petróleo. Se rebeló y empezó a cumplir los suyos desde la tertulia
que organizó en su casa con Ricardo Gómez, amó a quien quiso, enfrentó al sacerdote del pueblo
179
cuando iba a confesarse, no se aferró a Dios como debería hacerlo y valientemente aceptó la
exclusión a la que fue sometida por ser una mujer infiel, por estar embarazada del amante, por
Termina en Bogotá sola, separada y esperando un hijo. Acepta su condena, pero ésta misma la
hace libre, la ha llevado a la exclusión y sólo quien es excluido debe empezar de nuevo con otras
personas y otros lugares. Esto de alguna manera debió permitirle la reconstrucción de su propia
historia como sujeto que llora por la joven que fue, pero no por la mujer que es en su presente.
180
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