BIOTECNOLOGIA AMBIENTAL

MC. PATRICIA CATALINA GARCIA CERVANTES

UNIVERSIDAD
AUTONOMA DE
SINALOA
FACULTAD DE CIENCIAS
QUIMICAS BIOLOGICAS
LIC. BIOTECNOLOGIA GENOMICA
MC. PATRICIA CATALINA GARCIA CERVANTES
BIOTECNOLOGIA AMBIENTAL

LUIS GERARDO GARCIA MEDINA

“AGUA RESIDUALES”
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MAYO 2020

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MC. PATRICIA CATALINA GARCIA CERVANTES

Metales como Cu, Pb, Ni y Zn están frecuentemente presentes en las aguas

residuales municipales a concentraciones en el rango de μg / L. Como
consecuencia de su potencial para causar daños (Jaishankar et al. 2014), los
impulsores regulatorios requieren que los metales mencionados se eliminen durante
el tratamiento de aguas residuales. Por ejemplo, en los Estados Unidos, la Ley de
Agua Limpia (CWA 1972) define los criterios de concentraciones máximas (CMC) y
criterios de concentraciones continuas (CCC) para metales pesados para proteger
la vida acuática y la salud humana en aguas superficiales (USEPA 2017) En la
Unión Europea, la Directiva Marco del Agua (DMA) (2000/60 / CE) ha especificado
recientemente estándares basados en biodisponibilidad para Pb y Ni que se
clasifican como sustancias peligrosas prioritarias. Los estándares basados en
biodisponibilidad también se han especificado para Cu y Zn, clasificados como
contaminantes específicos bajo la DMA, en el Reino Unido (UKTAG 2008).
Las concentraciones de metales biodisponibles se calculan utilizando un modelo de
ligando biótico (BLM). Este modelo convierte una concentración de metal en fase
disuelta en una concentración biodisponible equivalente al considerar información
específica sobre características fisicoquímicas como el pH, la dureza del agua y la
concentración de carbono orgánico disuelto (DOC) (Di Toro et al. 2001) Mientras se
mejora la relevancia ambiental, se espera que los estándares basados en
biodisponibilidad reduzcan significativamente las concentraciones de metales
aceptables en los efluentes tratados (Peters et al. 2009). Sin embargo, es difícil
reducir las concentraciones de trazas de metales en las aguas residuales debido a
la naturaleza diversa de las entradas de metales al sistema de alcantarillado, lo que
dificulta que los operadores identifiquen y controlen directamente la concentración
de metales que llegan a las obras de tratamiento de aguas residuales (WWTW).
Las tecnologías incluyen precipitación química, filtración por membrana, adsorción
o intercambio iónico. Sin embargo, los problemas se han señalado con tecnologías
que, en muchos casos, resultan ser caras e inadecuadas para alcanzar los
requisitos finales de efluentes.
Tradicionalmente, se considera que los metales existen en dos fracciones: una
fracción soluble que pasa a través de un filtro con un tamaño de poro de 0,45 μm y
una fracción de partículas que se retiene en el filtro (es decir,> 0,45 μm). En
WWTWs, se sabe que Cu y Pb tienen una alta afinidad por la fracción de partículas
(Karvelas et al. 2003 ; Buzier et al. 2006) y, por lo tanto, pueden eliminarse por
separación física (Choubert et al. 2011). Por el contrario, el Ni y el Zn abundan en
la fracción soluble, que requiere procesos de adsorción / intercambio iónico o
modificación química para su eliminación efectiva (Martin et al. 1995)

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Una de esas tecnologías es la coagulación-floculación (CF), un proceso de

aplicación frecuente en el tratamiento del agua potable (Teh y Wu 2014) y la
purificación de efluentes industriales (Teh et al. 2016). La coagulación con
coagulantes químicos implica la combinación de partículas insolubles y materia
orgánica disuelta en agregados más grandes que se pueden eliminar en etapas
posteriores de sedimentación y filtración (Renault et al. 2009). Los coagulantes
desestabilizan las partículas suspendidas y coloidales en las aguas residuales
formando microflocs. Estos se agregan por floculación, que consiste en un
procedimiento de agitación / agitación que alienta a las partículas a agruparse
permitiendo su eliminación en las etapas de tratamiento posteriores (Tchobanoglous
et al. 2003) Los mecanismos a través de los cuales las partículas y los coloides se
agregan y, por lo tanto, se eliminan pueden implicar una combinación de procesos
de neutralización de carga, adsorción, atrapamiento y complejación (Alexander et
al. 2012). Los coagulantes utilizados con frecuencia incluyen sales inorgánicas
como el cloruro férrico (FeCl3) o polímeros sintéticos como la polietilenimina
(PEI). El FeCl3 se ha utilizado para mejorar la eliminación de Cu, Pb, Ni y Zn de las
aguas residuales sintéticas (Johnson et al. 2008) y partículas de agregados
mediante neutralización de carga y floculación de barrido (Duan y Gregory 2003).

Sin embargo, el uso de sales y polímeros sintéticos puede tener consecuencias

perjudiciales para el medio ambiente, como el aumento de las concentraciones de
metales no objetivo en las aguas residuales tratadas, la producción de grandes
volúmenes de lodo y las alteraciones significativas del pH de las aguas residuales
tratadas (Renault et al. 2009 ; Vijayaraghavan et al., 2011 ). Por estas razones, se
han considerado reactivos alternativos para el tratamiento de la FQ. Los

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biopolímeros como el quitosano y el floculano son de gran interés, ya que son

productos naturales de bajo costo con características ecológicas como la
biodegradabilidad, sin toxicidad y producidos a partir de un recurso renovable
(Renault et al. 2009)
El objetivo de este estudio fue, por lo tanto, comparar el rendimiento de eliminación
de metales de los biopolímeros quitosano y floculano con el del coagulante
convencional, FeCl3, y el polímero sintético, PEI.
Se recogieron muestras de efluentes de humus de un WWTW a gran escala que
opera filtros de goteo en el Reino Unido. Se tomaron muestras al menos una vez al
mes durante un período de estudio de 5 meses (de mayo a septiembre de
2016). Las muestras se recogieron en recipientes de plástico de 20 litros y se
transportaron a, y se mantuvieron, en un ambiente refrigerado (4 ° C) en los
laboratorios de la Universidad de Cranfield .
Los metales objetivo (Cu, Pb, Ni y Zn) se midieron con un espectrómetro de masas
de plasma acoplado inductivamente (ICP-MS) Nexion 350D de PerkinElmer
(Beaconsfield, Reino Unido). El límite de detección para todos los metales fue de
0.01 μg / L. Antes del análisis ICP-MS, las muestras se digirieron en un microondas
CEM-MARS (CEM, Buckingham, Reino Unido). Se usó un medidor de
conductividad y pH Jenway 4330 (Stone, Reino Unido) para la medición del pH. La
turbidez se determinó con un turbidímetro Hach 2100N (Manchester, Reino
Unido). La demanda química total de oxígeno (DQO) y las concentraciones totales
de fósforo (TP) se determinaron con kits de prueba de células (Fisher Scientific,
Leicestershire, Reino Unido). Después de la filtración al vacío (APHA 2005) a través
de membranas de polietersulfona de 0,45 μm (Millipore, Livingston, Reino Unido),
se analizaron muestras de carbono orgánico disuelto (DOC) en un analizador TOC-
V (Shimadzu, Milton Keynes, Reino Unido). El potencial Zeta se analizó con un
Malvern Zetasizer Nano ZS (Malvern, Reino Unido).
El análisis estadístico de los datos obtenidos se realizó con el paquete de software
Minitab 17. Se realizaron pruebas ANOVA unidireccionales para evaluar las
diferencias en las concentraciones de metales logradas con dosis de coagulante
variables y condiciones de mezcla lenta (es decir, tiempo y velocidad). Las pruebas
de coeficiente de correlación de Pearson se utilizaron para identificar las relaciones
entre la dosis de coagulante y la concentración de metales en el efluente
tratado. También se evaluó la relación entre el DOC y las concentraciones de metal
en el efluente tratado. La fuerza de correlación se determinó como débil (0.2–0.39),
moderada (0.4–0.59) o fuerte (> 0.59) con la ayuda de Evans ( 1996 ). Todas las
pruebas se realizaron con un nivel de significación p<0.05

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Se reconoce que la capacidad de los polímeros para eliminar metales está

influenciada por la presencia de solutos y quelantes de la competencia, como el
ácido etilendiaminotetraacético (EDTA) y el ácido nitrilotriacético (NTA). Estas
sustancias competidoras suelen estar presentes en las aguas residuales
municipales (Shon et al. 2006) y limitan la eliminación de metales mediante la unión
a los sitios disponibles en los polímeros.
Las tasas de eliminación de los metales objetivo en función de la dosis de
FeCl3. Una dosis cada vez mayor de FeCl 3 mejoró la eliminación general de
metales (en particular de Cu y Pb) ya que las concentraciones más altas de la sal
dan como resultado una formación más amplia de flóculos. Al comparar las dosis
de FeCl3, se lograron remociones óptimas para Cu (66%) y Pb (69%) a 0.20 mg / L
ya que se observaron concentraciones residuales significativamente menores de
ambos metales en el efluente tratado (p<0.05). Para Zn, la mejor eliminación (41%)
se obtuvo después de agregar 0.10 mg / L de FeCl 3 (p<0.05). Cuando se trata de
Ni, se encontró un efecto acumulativo en su concentración cuando las dosis más
altas de FeCl 3se agregaron al efluente de humus.

La investigación ha demostrado que tanto el FeCl 3 como el floculano fueron más

efectivos para la eliminación de metales traza del efluente del humus. Usando las
condiciones recomendadas para la dosificación (FeCl 3 : 0.10 mg / L, floculano: 0.25
mg / L), ambos coagulantes fueron igualmente efectivos para eliminar Pb y
Zn. Floculan, sin embargo, produjo tasas de remoción mucho mejores para Cu. La
eliminación de Ni fue insignificante con floculan, mientras que en efluentes tratados
con FeCl 3, Las concentraciones de Ni aumentaron significativamente. Estos
hallazgos muestran al floculano como un mejor agente de tratamiento de aguas
residuales para el manejo de metales. Se necesitan más pruebas para evaluar el
rendimiento y el costo de floculan cuando se aplica en el tratamiento de aguas
residuales a gran escala.