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Ante este escenario, las disertaciones sobre el rol de la Psicología en la sociedad colombiana

pasan por una dimensión política donde es menester construir un tipo de psicología que se
pregunte por el impacto en su quehacer, reflexionando sobre la incidencia en la configuración de
una sociedad más justa y equitativa que permita romper los círculos viciosos de desigualdad. De
esta manera, el rol de la Psicología debe estar encaminado a visibilizar, reconocer y validar los
conocimientos y las experiencias de los sectores que han sido sometidos a condiciones crueles e
indignas en su existencia. Nuestra realidad implica realizar un ejercicio de la psicología que
oriente sus esfuerzos hacia la liberación personal y colectiva, cambiando las relaciones sociales
de explotación y jerarquía que han producido las brechas sociales mencionadas. La realidad de
los sujetos afectados debe ser transformada y las nociones que este campo del pensamiento está
obligado a construir, por compromiso ético, no puede ser la aceptación de un presente de
opresión, sino la construcción de un mañana en libertad. En palabras de Martín-Baró (2006):

(…) si queremos que la Psicología realice algún aporte significativo a la historia de


nuestros pueblos, si como psicólogos queremos contribuir al desarrollo de los países
latinoamericanos, necesitamos replantearnos nuestro bagaje teórico y práctico, pero
replanteárnoslo desde la vida de nuestros propios pueblos, desde sus sufrimientos, sus
aspiraciones y luchas. (p.11)

(conector), para cerrar la justificación sobre la importancia del trabajo presente, considero de
gran valor hacer una síntesis sobre el significado que esta investigación representa para mí. Esta
una apología de la escucha1 en Soacha, a través de los estudiantes del Colegio Soacha para Vivir
Mejor. Cada uno y cada una de ellas, como representante de la comunidad, designados con los
nombres de las distintas localidades del municipio: San Mateo, San Humberto, La Despensa,
Compartir, Cazucá, Centro y Suacha2.

1
El escuchar es el factor fundamental del lenguaje (…) valida el hablar. Es el escuchar, no el hablar, lo que le
confiere sentido a lo que decimos. Por lo tanto, el escuchar dirige todo el proceso de comunicación. (Echeverría,
2005, p.142)
2
Nombre original del municipio, libre de las instituciones gubernamentales y de sus consecuencias sociales, cuyo
significado es la ciudad del dios varón (El Espectador, 2018). Aunque este pseudónimo asignado abarque a todos
los otros y las otras participantes, su uso es una representación de la interconectividad existente en toda la
comunidad. Suacha está en cada una de sus localidades y cada una de ellas está en Suacha.
Finalmente, ante la ausencia de una sustentación de mi labor, presento este “meta-párrafo”3 –a
modo de un breve ejercicio metalingüístico- en el que, por medio de su contenido, evoco su
propia forma, el método de construcción discursiva utilizado a lo largo del texto y,
consecuentemente, mis inclinaciones conceptuales. Partiendo de los aportes de Sluzki (1996) y
de Echeverría (2005), preciso que la realidad está construida en el lenguaje; y este mismo, como
acción, es un fenómeno político. Ahora bien, entre las herramientas expresivas que abordo, se
encuentra la búsqueda de un equilibrio entre una enunciación personal –más cercana- y una
impersonal, evitando llegar al punto de la informalidad dentro del trabajo investigativo; esto
como una crítica ante el soberbio cientificismo “galante de la verdad”, que tiene la pretensión de
considerar al autor como independiente de la investigación que construye –asumiendo que sus
inclinaciones ontológicas y epistemológicas no influyen en sus elaboraciones-, utilizando un
lenguaje que intenta expropiar su subjetividad dentro de sus palabras, encerrándolos en una
paradoja. Por otro lado, también conjuro a la inclusión a partir de la sintaxis, no solo en cuanto a
una equidad entre géneros, también a través de la mención directa del lector. Así como en el arte,
cuyo significado reside en el diálogo que se genera entre el artista y el receptor de la obra,
considero que la incidencia de un trabajo investigativo posee la misma naturaleza transaccional.
En este punto le hablo a los lectores, arriesgando mi calificación como un precio a pagar ante la
vanguardia, ejerciendo una humilde crítica a la academia y a sus calificaciones cuantitativas,
además de explicitar la importancia de la consciencia de cada sujeto ante el proceso del cual está
haciendo parte. Como mencioné anteriormente, esta investigación no es para mí, es para Suacha.
Como afirma Fuks (2009), los y las facilitadoras somos artesanos de contextos; mi objetivo
personal es proporcionar el contexto discursivo necesario para que otros profundicen en esta
investigación -y paulatinamente se logre implementar4 un tipo de pedagogía que responda ante
las necesidades contemporáneas- a través de esta pregunta: ¿Cómo interiorizan los estudiantes el
proyecto educativo de Fe y Alegría a través del Colegio Soacha Para Vivir Mejor?

3
Herramienta de gran valor para que los lectores aborden la óptica que empleo como investigador.
4
Considero que acá se expresa mi postura personal en la percepción negativa que teng

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