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Una vez nacidas estas dos células madres, grupos parlamentarios y comités electorales, basta
con que una coordinación permanente se establezca entre estos y que lazos regulares los unan
a quellos, para que nos encontremos frente a un verdadero partido; generalmente, es el grupo
parlamentario quien desempeña el papel esencial en esta ultima fase. La primera
preocupación del partido, una vez que ha nacido, consiste normalmente en suscitar la creación
de comites electorales en las circunscripciones donde todavía no lso posee; a diferencia de los
primeros, ésstos nacen entonces por un impulso central; el mecanismo de la evolución de los
partidos se invierte.
Origen exterior de los partidos. La distinción de los partidos de creación exterio y de lso
partidos de creación electoral y parlamentaria no es rigurosa: caracteriza tendencias generales
mas que tpo netamente separados, de manera que su aplicación practica es a veces difícil. En
un numeor bastante grande de casos, sin embargo, el conjunto de un partido es esablecido
esencialmente por una institución ya existente, cuya actividad propai se sitúa fuera de las
elecciones y del parlamento. Entonces se puede hablar justamente de creación exterior.
Aquí se mide la influencia del origen sobre la estructura. James Bryce propuso jsutamente
distinguir dos categorías de partidos socailistas: los partidos obreros, creados por los sindicatos
y los partidos socialistas, propiamente dichos, creados por palemtnarios e intelectuales, siendo
los segundos mcho mas teóricos y menos realsitas que los primeros. A la influencia de los
sindicatos obreros en la creación de los partidos, habría que unir la de las cooperativas
agrícolas y de los grupos profesionales campesinos. Si los partidos agrarios han tenido menos
desarrollo que lso partidos laboristas, han manfestado, sin embargo, una gran actividad en
agunos países; especialmente en las democracias escandinnavas, en Europa Central, en Suiza,
en Australia, en Canadá e incluso en los Estados Unidos. En otros lugares, por lo contrario, se
acercan al mecanismo del nacimiento del partido laborista británico: los sindicatos y las
agrupaciones agrícolas deciden la creación de un organismo electoral o se transforman
directamente en partido. La influenciad e las iglesas y de las sectas religiosas, por lo contrario,
sigue siendo grande. Las asociaciones de antiguos combatientes deben citarse como
organismos exteriores capaces de engendrar partidos, su papel fue grnades despeus de la
guerra de 1914 en el nacimiento de los partidos fascistas o pseudofacistas.
Como los partidos, las ligas son asociaciones constituidas con fnes políticos, a diferencia de
otros “organismos exteriores” estudaidos hasta ahora; pero no emplean los mismos medios
para obtener sus fines. Lo partidos actúan siempre en el terreno electoral y parlamentario, si
no exclusivamente, al menos muy ampliamente; las ligas, por lo ontrario, no presentan
candidatos a elecciones y no traetan de agrupar diputados: son unciamente maquinas de
propaganda y de agtacion. Por su naturaleza, en consecuencias, las lgias son violentamente
antiparlamentarias: se niegan a jugar el juego democrático. La evolución natural de las ligas es,
pues, transofrmarse en partidos extremistas. La infleuncai de las sociedades secretas y de las
agruapaciones clandestinas puede unirse a la de las ligas en la formación de los partidos.
Los partidos de creación exterior presentan un conjunto de carcateres que los opone bastante
netamente a los partidos engendrados en el ciclo electoral y parlamentario. En primer lugar,
aquellos son generalmente mas centralizados que éstos; los primeors nacen, en efecto,
partiendo de la cma, mientas que los segundos parten de la base. El carácter mas o menos
descentralziado de la institución exterior que crea el partido infuye evidenemente ne el graod
de descentralziacion de éste. Por motivos análogos, los partidos de creación exterior son
generalmene mas coherentes mas disciplinados que los partidos de creación electoral y
parlamentaria. Los primeros disponen, en efecto, de una organización ya existente que
relacioan naturalmente a todas las células de base; los segundos se ven obligados a establecer
sus vínculos totalmente, sin mas punto de partida que la coexistencia de algunos diputados en
el seno de un mismo parlamento.
En sentido amplio podemos decir que hay dos clases fundamental de organización política:
partidos y grupos de presión. En Estados Unidos hay que distinguir, además, un tercer tipo, el
pequeño partido, que difiere del otro en algo más esencial que la manera dimensión. Es decir,
no es una edicoin reducida de un partido, sino que no lo es en absoluto.
Los partidos
Un partido es, ante todo, un intneto organizado de alcanzar el poder, entendiendo por tal el
control del aparato estatal; esta pretensión lo distingue de los grupos de presión y de los
pequeños partidos cuyo intenteres en el poder es harto remotod para que afecte a su
actuación. La vida de los partidos gira sobre la posesión del poder o la lucha con él -con
perspectiva razonable de éxito a corto plazo-. Solo cuando una organización es capaz de creary
mantener una srie expectativa de pronto acceso al poder, llega a ser un partido. La lucha por el
poder habrá de sostenerse por medios especiales, el método es pacifico; los partidos no
arriban al poder mediante un golpe de Estado, son que actúan dentro de la estructura del
régimen, pudiendo optar a voluntad -en su marco- por un modo de actuación. El régimen de
partidos está condicionado a la tolerancia mutua de éstos y el Gobienro, es decir, a cierta
relación de cortesia entre poder y oposición.
a) Participantes en la conspiración
b) No participantes
Los primeros presentan un frente unido, es decir, concentran su poder de voto; mientras el
resto, desorganizado, habiendo descuiddado ponerse de acuerdo, acusa una marcada
dispersión de fuerza.
El “caucus”
¿de cuantos miembros deberá constar un caucus para ser efectivo? Dos respuestas pueden
darse a esta cuestión: a) el acuerdo de cierto numero -por supuesto pequeño- es capaz de
producir efectos; b) el numero necesario para conseguir el control depende de la dispersión de
los votos de lso miembros no participantes en el caucus. El grado de concentración que debe
conseguir el caucus para poder decidir el resultado depende del de dispersión de los votos d
ellos no integrantes de aquel. A mayor dispersión menor es el grado de concentración
necesaria.
Otro efecto de la rivalidad de los partidos en el Congreso y en el país ha sido una simplificación
enorme de las alternativas. Ello cobra expresión en la reducción del numero de candidatos en
las elecciones en todas las esferas de las administración, aunque es verdad que los partidos lo
controlan todo. La característica de una elección domianda por los partidos es una drástica
limitación del numero de candidatos y una alta concentración de votos.
Los partidos son cualquier cosa menos asocaiciones de los electores que apoyan a sus
candidatos. La afiliación a un partido no tiene ningun de las características de la afiliación a una
asociación; en mayor parte de los Estados el partido acrece de control sobre sus miembros,
cualquier elector peude por propia iniciativa y delcaracion, hacerse inscribir por un funcionario
publico -designado para ello- como miembro de un partido. El partido como tal no es
consultado, no hay una aceptación de la instancia de ingreso, no se somete a voacion ni puede
denegarse; no hay normas por las que el partido pueda expulsar a un miembro. La afilacion,
pues, es bastante ficticia porque aquél carece de control sobre sus miembros y éstos de
obligacones para con el mismo. Lo que el partidario ha adquirido como consecuencia del
intento de los partidos de identificarse con él es una muy literaria serie de derechos.
La finalidad de la legislación es utilizar la autoridad del Estado para proteger el derecho de los
miembros al control del partido. El miembro ha adquirido, pues, el interesante status de
pertenecer a una asociación en la que no tiene sino derechos. Si los partidos son concebidos
como amplia asocacion de seguidores, su proceso interno debe ser descrito como oligarquico
porque la gran masa de partidarios no los controla. Aparece asi una división en:
Los partidos pequeños usan de principios idvorciados del deseo de alcanzar el poder, mientras
la lucha por éste es lavida del partido de grandes dimensiones. Si los políticos carecieran de
principios no habría problemas en la lucha por el poder; el político sin escrupulos intersado
sólo en la permanencia en el cargo se permite ser una cifra, mera resultante de las fuerzas en
conflicto, sin influencia en el curso de los acontecontecimientos. El problema resulta del hecho
de que muchos políticos pretenden realziar un programa y no giran con la dirección de lviento;
por otra parte, tener principios, no luchar por el poder, es sólo un modo de eludir las
dificultades. Un partido de grandes dimensiones moviliza una mayoría con el fin de conseguir
el control del Gobienro y acepta la responsabilidad de la dirección de la poitica estatal: son los
dos procesos mas significativos de la democracia; esta responsabilidad es eludida por
organizaciones políticas tales como los grupos de presión y los partidos pequeños.
Designación de candidatos
La lucha por el poder en las elecciones hace de la designación de candidatos la actividad mas
importante del partido. Por esta razón, las designación se han convertido en la nota
característica del partido moderno; si éste no puede hacerlas cesará de ser tal.