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Unidad 1

El origen de los partidos – Duverger (Teoríco)


Los verdaderos partidos datan de hace apenas un siglo. En 1850 habia tendencias de opinones,
clubes populare,s asociaciones de pensamiento, grupos parlamentarios, pero no partidos
propiamente dchos; en 1950, éstos funconan en la mayoría de las naciones civilizadas,
esforzándose las demás por imitarlas. En general, el desarrollo de los partidos parece ligado al
de la democracia, es decir, a la etenson del sufragio popular y de las prerrogativas
parlamentarias; cuanto más ven creer sus funciones y su independencia las asambleas
políticas, mas sientes sus miembros la necesidad de agruparse por afinidades, a fines de actuar
de acuerdo. El nacimiento de los partidos está ligado, pues, al de los grupos parlamentarios y
los comités electorales.

Origen electoral y parlamentario de los partidos. El mecanismo general de esta génesis es


simple creación de grupos parlamentarios, en primer lugar; en segundo lugar, aparición de
comités electorales; y, finalmente, establecimiento de una relación permanente entre estos
dos elementos. Los grupos parlamentarios han nacido generalmente antes que los comités
electorales: en efecto, ha habido asambleas políticas ante de que hubiera elecciones. A
menudo, la vecindad geográfica o voluntad de defensa profesional parecen haber dado el
primer impuslo: la doctrina vino luego. En algunos países, los primeros grupos parlamentarois
fueron, de este modo, grupos locales que se transformaron posteriormente en grupos
ideológicos.

En algunos países, la formación de los primeros grupos parlamentarios realmente organizados


coincide con la adopción del sistema proporcional; la esperanza de un puesto ministerial es
gualmente un factor importante de coagulación de las energías parlamentarias, varios grupos
del centro en las asambleas francesas no son otra cosa que coaliciones de “ministrables”. La
adopción del sufragio universal, por ejemplo, trajo el crecimiento de los partidos socailistas a
principios del siglo XX, en la mayoría de los países europeos; sin embargo, este factor
agrandamiento mecánico del sufragio no es único factor del nacimienot de los comités: el
desarrollo de los sentimientos igualitarios y la voluntad de eliminación de las elites sociales
tradicionales es otro factor, sin el que el primero no actuaría.

Una vez nacidas estas dos células madres, grupos parlamentarios y comités electorales, basta
con que una coordinación permanente se establezca entre estos y que lazos regulares los unan
a quellos, para que nos encontremos frente a un verdadero partido; generalmente, es el grupo
parlamentario quien desempeña el papel esencial en esta ultima fase. La primera
preocupación del partido, una vez que ha nacido, consiste normalmente en suscitar la creación
de comites electorales en las circunscripciones donde todavía no lso posee; a diferencia de los
primeros, ésstos nacen entonces por un impulso central; el mecanismo de la evolución de los
partidos se invierte.

Origen exterior de los partidos. La distinción de los partidos de creación exterio y de lso
partidos de creación electoral y parlamentaria no es rigurosa: caracteriza tendencias generales
mas que tpo netamente separados, de manera que su aplicación practica es a veces difícil. En
un numeor bastante grande de casos, sin embargo, el conjunto de un partido es esablecido
esencialmente por una institución ya existente, cuya actividad propai se sitúa fuera de las
elecciones y del parlamento. Entonces se puede hablar justamente de creación exterior.
Aquí se mide la influencia del origen sobre la estructura. James Bryce propuso jsutamente
distinguir dos categorías de partidos socailistas: los partidos obreros, creados por los sindicatos
y los partidos socialistas, propiamente dichos, creados por palemtnarios e intelectuales, siendo
los segundos mcho mas teóricos y menos realsitas que los primeros. A la influencia de los
sindicatos obreros en la creación de los partidos, habría que unir la de las cooperativas
agrícolas y de los grupos profesionales campesinos. Si los partidos agrarios han tenido menos
desarrollo que lso partidos laboristas, han manfestado, sin embargo, una gran actividad en
agunos países; especialmente en las democracias escandinnavas, en Europa Central, en Suiza,
en Australia, en Canadá e incluso en los Estados Unidos. En otros lugares, por lo contrario, se
acercan al mecanismo del nacimiento del partido laborista británico: los sindicatos y las
agrupaciones agrícolas deciden la creación de un organismo electoral o se transforman
directamente en partido. La influenciad e las iglesas y de las sectas religiosas, por lo contrario,
sigue siendo grande. Las asociaciones de antiguos combatientes deben citarse como
organismos exteriores capaces de engendrar partidos, su papel fue grnades despeus de la
guerra de 1914 en el nacimiento de los partidos fascistas o pseudofacistas.

Como los partidos, las ligas son asociaciones constituidas con fnes políticos, a diferencia de
otros “organismos exteriores” estudaidos hasta ahora; pero no emplean los mismos medios
para obtener sus fines. Lo partidos actúan siempre en el terreno electoral y parlamentario, si
no exclusivamente, al menos muy ampliamente; las ligas, por lo ontrario, no presentan
candidatos a elecciones y no traetan de agrupar diputados: son unciamente maquinas de
propaganda y de agtacion. Por su naturaleza, en consecuencias, las lgias son violentamente
antiparlamentarias: se niegan a jugar el juego democrático. La evolución natural de las ligas es,
pues, transofrmarse en partidos extremistas. La infleuncai de las sociedades secretas y de las
agruapaciones clandestinas puede unirse a la de las ligas en la formación de los partidos.

Los partidos de creación exterior presentan un conjunto de carcateres que los opone bastante
netamente a los partidos engendrados en el ciclo electoral y parlamentario. En primer lugar,
aquellos son generalmente mas centralizados que éstos; los primeors nacen, en efecto,
partiendo de la cma, mientas que los segundos parten de la base. El carácter mas o menos
descentralziado de la institución exterior que crea el partido infuye evidenemente ne el graod
de descentralziacion de éste. Por motivos análogos, los partidos de creación exterior son
generalmene mas coherentes mas disciplinados que los partidos de creación electoral y
parlamentaria. Los primeros disponen, en efecto, de una organización ya existente que
relacioan naturalmente a todas las células de base; los segundos se ven obligados a establecer
sus vínculos totalmente, sin mas punto de partida que la coexistencia de algunos diputados en
el seno de un mismo parlamento.

La creación electoral y parlamentaria parece corresponder a un tipo antiguo y la acreacion


exterior a un tipo moderno. Hasta 1900, la mayoría de los partidos políticos fueron engrenados
por le primer método; a principios de siglo, a paritr de este momento, por lo contrario, la
creación externa se hace la regla y la creación parlamentaria aparece como la excepción. Se
trata, entonces, de organizar progresiamente a una masa de electores nuevos, pasando de un
escrutinio personal a un escrutinio colectio: el desarrollo de la comités provee naturalmente a
esto. Pero una vez termianda esta primera fase, una vez que ya se han constituido soldiamente
los partidos, la aparicon de nuevos partidos tropieza con la barrera de los antiguos. El primer
tipo descrito correspone a la creación de lso partidos políticos de un país donde no existe
todavía un sistema de partidos organizados; desde que un sitema semejante funciona, el
segundo modo de creación se impone casi siempre.
¿Qué es un partido político? – Schattschneider (Teorico)
Tipos de organizaciones políticas

En sentido amplio podemos decir que hay dos clases fundamental de organización política:
partidos y grupos de presión. En Estados Unidos hay que distinguir, además, un tercer tipo, el
pequeño partido, que difiere del otro en algo más esencial que la manera dimensión. Es decir,
no es una edicoin reducida de un partido, sino que no lo es en absoluto.

Los partidos

Un partido es, ante todo, un intneto organizado de alcanzar el poder, entendiendo por tal el
control del aparato estatal; esta pretensión lo distingue de los grupos de presión y de los
pequeños partidos cuyo intenteres en el poder es harto remotod para que afecte a su
actuación. La vida de los partidos gira sobre la posesión del poder o la lucha con él -con
perspectiva razonable de éxito a corto plazo-. Solo cuando una organización es capaz de creary
mantener una srie expectativa de pronto acceso al poder, llega a ser un partido. La lucha por el
poder habrá de sostenerse por medios especiales, el método es pacifico; los partidos no
arriban al poder mediante un golpe de Estado, son que actúan dentro de la estructura del
régimen, pudiendo optar a voluntad -en su marco- por un modo de actuación. El régimen de
partidos está condicionado a la tolerancia mutua de éstos y el Gobienro, es decir, a cierta
relación de cortesia entre poder y oposición.

Dispersión y concentración de votos

Lo caracteristco de la polticai de partido es la maniobra -cuyo resultado será dado en cifras- en


la votación de un cuerpo numeroso dotado del poder de gobernar. El cuerpo en cuyas filas el
partido maniobra puede ser una asamblea representativa, o bien el eelctorado mismo,
siempre que:

a) Tenga el poder de gobernar


b) Los derechos y situaciones del cuerpo gobernante estén firmemente etablecidos, de
forma que los miembros jueguen sin riesgo de su seguridad personal
c) El cuerpo gobernante sea numeroso y estime necesario actuar por votación,
preferentemente por mayoría o voto plural; dado que la maniobra lleva consigo una
operación numérica.

El método es la simplicidad misma, se basa en el descubrimiento de que unos pocos miembros


-puesto, en principio, de acuerdo para concentrar su fuerza votos- pueden controlar una ran
asamblea, en la que los restantes no está agrupados. Tenemos:

a) Participantes en la conspiración
b) No participantes

Los primeros presentan un frente unido, es decir, concentran su poder de voto; mientras el
resto, desorganizado, habiendo descuiddado ponerse de acuerdo, acusa una marcada
dispersión de fuerza.

El “caucus”

¿de cuantos miembros deberá constar un caucus para ser efectivo? Dos respuestas pueden
darse a esta cuestión: a) el acuerdo de cierto numero -por supuesto pequeño- es capaz de
producir efectos; b) el numero necesario para conseguir el control depende de la dispersión de
los votos de lso miembros no participantes en el caucus. El grado de concentración que debe
conseguir el caucus para poder decidir el resultado depende del de dispersión de los votos d
ellos no integrantes de aquel. A mayor dispersión menor es el grado de concentración
necesaria.

La contraorganización supone un obstáculo, pero facilita, a la vez, la labor del caucus. Ya se ha


dicho que los partidos simplifican y reducen las alternativas en una asamblea representativa o
en el electorado -el proceso en el mismo en ambos casos-. Llevado a sus ultimas
consecuencias, el proceso limita al votante a la elección de uno o dos, elminandose
completamente la dispersión de voto. El partido así tiene la certeza de conseguir libremente
una cantidad importante de votos no solicitados, por la sencilla razón de que los electores
indiferentes se hallan tan limitados en posibilidades que están casi persuadidos antes de ser
interpelados.

Expansión del electorado

¿en qué dirección puede orientarse favorablemente la expansión del electorado?


Lógicamente, hacia nuevos votantes que no estén ligados a un partido. En la búsqueda de
nuevos sectores de población que puedans ser explotados, beneficisamente, los partos han
mantenido el movimiento de liberalización del derecho a voto muy por delante de la demanda.

Simplificación de las alternativas

Otro efecto de la rivalidad de los partidos en el Congreso y en el país ha sido una simplificación
enorme de las alternativas. Ello cobra expresión en la reducción del numero de candidatos en
las elecciones en todas las esferas de las administración, aunque es verdad que los partidos lo
controlan todo. La característica de una elección domianda por los partidos es una drástica
limitación del numero de candidatos y una alta concentración de votos.

Lo que no son los partidos

Los partidos son cualquier cosa menos asocaiciones de los electores que apoyan a sus
candidatos. La afiliación a un partido no tiene ningun de las características de la afiliación a una
asociación; en mayor parte de los Estados el partido acrece de control sobre sus miembros,
cualquier elector peude por propia iniciativa y delcaracion, hacerse inscribir por un funcionario
publico -designado para ello- como miembro de un partido. El partido como tal no es
consultado, no hay una aceptación de la instancia de ingreso, no se somete a voacion ni puede
denegarse; no hay normas por las que el partido pueda expulsar a un miembro. La afilacion,
pues, es bastante ficticia porque aquél carece de control sobre sus miembros y éstos de
obligacones para con el mismo. Lo que el partidario ha adquirido como consecuencia del
intento de los partidos de identificarse con él es una muy literaria serie de derechos.

La finalidad de la legislación es utilizar la autoridad del Estado para proteger el derecho de los
miembros al control del partido. El miembro ha adquirido, pues, el interesante status de
pertenecer a una asociación en la que no tiene sino derechos. Si los partidos son concebidos
como amplia asocacion de seguidores, su proceso interno debe ser descrito como oligarquico
porque la gran masa de partidarios no los controla. Aparece asi una división en:

1- Un grupo organizado “de dentro” en control del partido


2- Una masa de miembros que parecen tener muy poco que decir acerca del particular.
La soberanía del elector radica en su libertad como la del sconsumidor en tratar en un
mercado de competencia. Es suficiente; poco puede añadirse a ello inventando una afiliación
imaginaria en la asociación ficticia de un partido. No hay que buscar la democracia en los
partidos, sino entre ellos.

Las elecciones como medio para conseguir el Gobierno

La extensoin del os partidos del Congreso al país explica suficientemente la ocncentracion de


sus esfuerzos para ganar las elecciones, medoi de conseguir el control del Gobierno. El partido
se convierte, por tanto, en un proceso alrededor de las elccciones. Esto parece bastante bulgar
hasta que se observa que las elecciones no son el único punto en que se ejerce influencia
sorbe el Gobierno. Los grupos de presión, asimismo, generalmente ignoran las elecciones o si
participan en contiendas electorales no lo hacen designando candidatos propios. Los partidos
pequeños usan las elecciones como punto de partida para su agitación pero no pretenden
seriamente ganarlas. Los grandes se distinguen por el hecho de que luchan por el poder
designano candidatos para los puestos electivo y sostienen uan campaña electoral con una
seria intención de atraer una amyoria de votos y asi ganar las elecciones.

Los partidos pequeños usan de principios idvorciados del deseo de alcanzar el poder, mientras
la lucha por éste es lavida del partido de grandes dimensiones. Si los políticos carecieran de
principios no habría problemas en la lucha por el poder; el político sin escrupulos intersado
sólo en la permanencia en el cargo se permite ser una cifra, mera resultante de las fuerzas en
conflicto, sin influencia en el curso de los acontecontecimientos. El problema resulta del hecho
de que muchos políticos pretenden realziar un programa y no giran con la dirección de lviento;
por otra parte, tener principios, no luchar por el poder, es sólo un modo de eludir las
dificultades. Un partido de grandes dimensiones moviliza una mayoría con el fin de conseguir
el control del Gobienro y acepta la responsabilidad de la dirección de la poitica estatal: son los
dos procesos mas significativos de la democracia; esta responsabilidad es eludida por
organizaciones políticas tales como los grupos de presión y los partidos pequeños.

Designación de candidatos

La lucha por el poder en las elecciones hace de la designación de candidatos la actividad mas
importante del partido. Por esta razón, las designación se han convertido en la nota
característica del partido moderno; si éste no puede hacerlas cesará de ser tal.

El proceso de la designación se ha convertido, de este mdoo, en el crucial del partido: su


naturaleza determian la de aquél y el que puede llevar las riendas de ella es el verdadero
dueño; éste es, pues, uno de los mejores puntos de referenicas para observar la distribución
de poder dentro del partido.

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