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El psicoanálisis desarrollado por Freud es una teoría sobre el psiquismo humano, un método de

investigación de lo psíquico y un método psicoterapéutico. El objeto de estudio son los


procesos inconscientes. Estos son instancias a las cuales la conciencia no tiene acceso, pero
que se le revela en una serie de formaciones como los sueños, los lapsus, los chistes, los
juegos de palabras, los actos fallidos y en los síntomas. En este sentido el inconsciente reprime
para evitar la afloración de la angustia. Pero esta situación tiene un costo, ya que gasta energía
y empobrece el yo. La cura para el psicoanálisis es hacer consiente lo inconsciente. 
Para esto Freud propone el método psicoanalítico, se trata de la asociación libre del paciente
(que el paciente diga lo que se le ocurra sin seleccionar) y atención libre flotante del analista
(no focalizar, ni seleccionar temas a priori). La terapia tiene que tener un encuadre, se tiene
que establecer una fecha y hora del encuentro, cuánto tiempo va a durar y tiene que cumplirse
rigurosamente.
Conferencias: Cuando Freud da las conferencias en EEUU el paradigma principal era el
conductismo. 
Primera conferencia

El doctor Breuer tiene una paciente histérica, Anna O. (síntomas: parálisis de los dos
extremidades del lado derecho e izquierdo, perturbación en la visión, dificultades para sostener
la cabeza, toz nerviosa, asco frente a los alimentos, incapacidad de comer y beber, no poder
hablar en su lengua materna, estados de ausencia, delirios) La actitud de los médicos frente a
las pacientes histéricas es negativa por que no la puede comprender ni curar y se encuentra en
la misma situación que el lego, pero Breuer no toma esa actitud. 
Breuer en cambio trata a Anna O con hipnosis, bajo este estado la enferma reproducía
tristísimas historias que tomaban como punto de partida la situación de la muchacha ante el
lecho enfermo de su padre. Después gozaba de un bienestar de varias horas, de un estado
anímico normal, y desaparecían los síntomas.
-Ejemplo del perro y el vaso de agua-
“Nuestros enfermos de histeria padecen de reminiscencias. Sus síntomas son restos y
símbolos mnémicos (simbolizaciones) de ciertos “traumas psíquicos”
¡!!!!!!!!!!!!!!!!!
Siempre donde hay un síntoma hay una amnesia, es necesaria traer el recuerdo para eliminar
el síntoma.

Segunda Conferencia
Francia: investigaciones de Charcot, y Janet
Freud deja de aplicar la hipnosis pq no todos le eran hipnotizables, busca otro método que se
aplique en estado normal. Berheim le dice que no todo lo que las pacientes decían en estado
hipnótico era olvidado sino que el recuerdo a veces permanecía cuando él les aseguraba que lo
sabía. Freud empieza a aplicar este método pero era muy trabajoso.(en la tercera conferencia
se corrige y dice que eso no es universalmente cierto, que solo lo explico así para ser breve)
Los recuerdos olvidados no estaban perdidos, se encontraban en posesión de los enfermos
pero alguna fuerza les impedía aflorar.
ResistenciaFuerza que mantiene al recuerdo en el inconsciente, no permite que salgan al
consiente. Fuerza que mantenga en pie al estado patológico
Represión esfuerzo de desalojo. Fuerza que produjo el olvido.
Lo que se reprime es una moción deseo que se encuentra en oposición a las exigencias éticas
y estéticas de la personalidad.
En un primer momento se encuentra en la conciencia pero se olvida y se reprime (pasa al
inconsciente), se ejerce resistencia para que no aflore. La moción de deseo reprimida perdura
en el inconsciente evitando el displacer pero lleva al a conciencia una formación
sustitutiva(simbolismo),el síntoma . La terea de la terapia es desandar ese camino.

Tercera conferencia
En la vida anímica se presenta situaciones donde el elemento reprimido figura como discurso
indirecto.
Chistealusión al insulto. No se expresa el insulto de manera directa sino que lo hace en una
forma desfigurada como “alusión con omisión”. Ocurrencia sustitutiva, desfiguración de lo
olvidado que se busca. Reemplazo de los contenidos inconscientes.
Recursos técnicos para la descubrir lo inconsciente:
Ocurrencias libres (después lo va a llamar asociación libre)Dejar al enfermo decir lo que
quiere, y considerar que todo lo que se le ocurre apunta indirectamente al complejo (grupo de
elementos de representación investidos de afecto) buscado. El enfermo bajo el influjo de la
resistencia puede no encontrar nada para decir ya que hace a un lado la ocurrencia percibida
por hacer un juicio acerca de su valor. Para evitarlo hay que pedirle que no haga caso a esa
crítica. Cuando finalmente renuncia a la selección critica el paciente va a decir todo lo que se le
paso por la cabeza, aunque lo considere incorrecto o desagradable. Este es el material que no
lleva a los complejos reprimidos
Interpretación de los sueños: vía regia para el conocimiento de lo inconsciente y el fundamento
más seguro del psicoanálisis. Los sueños de los niños siempre son sobre deseos no cumplidos
del día anterior. Los sueños adultos suelen tener un contenido incompresible porque han
sufrido una desfiguración.
El contenido manifiesto del sueño es tal como lo recordamos a la mañana y el pensamiento
onírico latente que es el significado inconsciente del relato.
Contenido manifiesto sustituto desfigurado de los pensamientos oníricos inconscientes. La
desfiguración es obra de la resistencia, de fuerzas defensoras del yo que no permiten que el
inconsciente acceda en estado de vigilia y que en el estado de dormir conservan la fuerza para
desfigurarlo.
El contenido manifiesto del sueño y el pensamiento onírico latente están, por lo tanto
relacionados.
La desfiguración onírica es comparable con la creación de síntomas histéricos.
El análisis de los sueños coincide con la técnica psicoanalista, es decir se le da importancia a la
trama aparente de los elementos dentro del sueño, y considerar cada ocurrencia que se
obtiene de cada elemento onírico mediante asociación libre.
Trabajo de sueño Proceso que produce al desfiguración de los pensamientos oníricos
inconscientes en el contenido manifiesto del sueño.
Idéntico a aquel trabajo de desfiguración que muda los complejos reprimidos en síntomas a raíz
de esfuerzo de desalojo fracasado
En él se pueden estudiar los procesos psíquicos que se dan entre el consciente y el
inconsciente: condensación y desplazamiento.
-En el análisis de los sueños se descubre la importación de las vivencias de la infancia
-En el análisis de los sueños se halla que en el inconsciente se sirve en particular para la
figuración de complejos sexuales, a través de un simbolismo (representación de un objeto a
través de otro) pag 32.
- La angustia es una reacción desautorizadora del yo frente a los deseos reprimidos que han
alcanzado intensidad. Los sueños de angustia, son aquellos que se forman demasiado al
servicio del cumplimiento de esos deseos reprimidos. 
-Conclusión: “la interpretación de los sueños cuando no es demasiado estorbada por la
resistencia, lleva a conocimiento de los deseos reprimidos y los complejos de los que estos se
alimentas”
Actos fallidos Acto en el cual no se obtiene el resultado explícitamente perseguido, sino que
se encuentra reemplazado por otro. El concepto alude a aquellas conductas que el individuo
habitualmente es capaz de realizar con éxito, y cuyo fracaso tiene a atribuir a la falta de
atención o al azar, incluidas las acciones y gestos ejecutados sin advertencia. Para Freud
tienen pleno sentido en la situación que acontece. Deben ser considerados síntomas, porque
expresan impulsos que son escondidos de la conciencia y que provienen de las mociones de
deseos y complejos reprimidos.

Cuarta conferencia
Cuando hace lo estudios de la histeria no tenia esta teoría
Ninguno de nosotros puede revelar francamente su erotismo a los otros, pero cuando el
paciente sienta que puede serlo en la terapia y a partir de ahí se puede trabajar.
Síntomas son por vivencias traumáticas (y no sexuales) pero solo las vivencias de la infancia
explican la susceptibilidad para posteriores traumas, y haciendo consiente esas huella
mnémicas (olvidadas) se puede eliminar síntoma.
Las mociones de deseo reprimidas de la infancia son las que dan pie a la formación de
síntoma(sin esta, la reacción frente a la situación traumática hubiera discurrido por caminos
normales). Esas mociones de deseo son sexuales: El niño tiene pulsiones sexuales, y atreves
de etapas llega a la sexualidad normal del adulto. (son independientes de la función
reproductiva).
Placer sexual diversas clases de sensación placentera
El placer sexual infantil es la apropiada excitación de ciertos lugares del cuerpo particularmente
estimulables(genitales, labios piel,etc)  zonas erógenas(lugares significativos para la ganancia
de placer sexual)
Primera fase de la vida sexual autoerotismo satisfacción en el cuerpo propio (masturbación).
Elección de un objeto no hay deferencia de sexos, homosexualidad
2 cambios las pulsiones se subordinan a la zona genital, que queda al servicio de la
reproducción. Se abandona el autoerotismo, se elige un objeto ( en la vida amorosa, los
componente de satisfacción se quieren satisfacer en la persona amada).
Antes de la pubertad se imponen a mediante de la educación, represiones de ciertas pulsiones
y se establecen poderes anímicos (como la vergüenza, el asco). “En la pubertad cuando
sobreviene la marea de la necesidad sexual, halla en esas formaciones anímica reactivas o de
resistencia unos diques que le prescriben su discurrir por los caminos llamados normales”
El proceso de desarrollo sexual puede no recorrerse estrictamente por los caminos de la
normalidad: predisposición a contraer enfermedades por el camino de la involución o
regresión.1) perversión Las pulsiones sexuales no se someten a la zona genital, algunas
pulsiones quedan independientes(no se supera el autoerotismo).2) conservación de la
homosexualidad infantil que puede llevar a una inclinación homosexual adulta incluso
exclusiva. La neurosis es lo negativo de la perversión, ya que posee métodos de represión que
no permiten que esas pulsiones se lleven a cabo en la vida real.
Complejo de Edipo El niño tomo a los padres, sobre todo a uno de ellos como objeto de deseo
erótico. Incitación de los padres mismos por la ternura(¿). El padre por regla general prefiere a
la hija mujer y la madre al hijo varon. El niño reacciona deseando reemplazar al progenitor del
mismo sexo. Es el complejo nuclear de toda neurosis y es reprimido pero sigue ejerciendo
desde lo inconsciente. En la época de definición del objeto sexual se tomara como arquetipo a
esos objetos primeros
Cuando no está reprimido todavía el niño pone su intelectualidad al servicio de los intereses
sexuales (investiga de donde vienen los niños etc.)Teorías sexuales infantiles.
Conferencia 5
Es una tendencia de la neurosis el enfermar cuando les se deniega la satisfacción de las
necesidades eróticas en la realidad. Se refugian en la enfermedad como satisfacción
sustitutiva. La curación es compleja pq el yo del enfermo …. Y las pulsiones sexuales no
quieren renunciar a la satisfacción sustitutiva.
La huida de la realidad insatisfactoria a la enfermedad se concreta por las vías de la regresión,
el regreso a fases de la vida sexual anteriores que en su momento dieron placer.Es doble:
temporal, pq es un retroceso de estadios en el tiempo y formal pq para exteriorizar la
necesitada erótica se emplean medios primitivos de la expresión psíquica.
-El hombre encuentra por regla general insatisfactoria la realidad y por eso mantienen una vida
de fantasías, para compensar las carencias de la realidad. “El h energético y exitosos es aquel
que logra trasponer en el trabajo sus fantasías de deseo en realidad”(sublimación). Cuando se
posee un talento artístico se pueden trasponer la fantasías en creaciones artísticas en lugar de
síntomas (si el talento no alcanza se produce neurosis).
La neurosis no posee un contenido psíquico que no se encuentre también en los sanos;
enferman a raíz de los mismos complejos con lo que tmb luchan los sanos.
Transferenciatransfiere al analista una parte de su vida sentimental de la que no puede evocar
recuerdo, sin ningún vínculo real (¿). Se produce de manera espontanea en todas las
relaciones humanas :
Destinos de los deseos inconscientes liberados por el psicoanálisis:
1) La represión es sustituida por un juicio adverso
2) sublimación! Sublimar consistiría en mudar el fin pulsional hacia una actividad
desexualizada, intentando su realización, por ejemplo mediante tareas creativas o de prestigio
social: arte, religión, ciencia, política, tecnología.
3)Que las pulsiones libidinosas encuentren una satisfaccion directa que deben allar en la vida

Sobre psicoterapia - 1904 [1905]


Sigmund Freud

Conferencia pronunciada en el Colegio de Médicos de Viena en 1904 Una invitación de


vuestro llorado presidente, el profesor Von Reder, me permitió desarrollar ante vosotros, hace
ya ocho años, algunas consideraciones sobre la histeria. Poco tiempo antes, en 1895, había
publicado, en colaboración con el doctor José Breuer, los Estudios sobre la histeria , y
basándome en los descubrimientos realizados por mi colaborador, había iniciado la tentativa
de introducir un nuevo tratamiento de la neurosis. La labor concretada en aquellos Estudios no
ha sido felizmente vana. Las ideas en ellos mantenidas sobre la acción patógena de los traumas
psíquicos a consecuencia de la retención del afecto y la concepción de los síntomas histéricos
como resultados de una excitación transferida desde lo anímico a lo somático, ideas para las
cuales creamos los términos de «descarga por reacción» y «conversión», son hoy
generalmente conocidas y comprendidas. Ninguna descripción de la histeria -por lo menos
ninguna de las publicadas por autores de lengua alemana- deja ya de tener en cuenta tales
ideas, y su aceptación, por lo menos parcial, se ha generalizado entre nuestros colegas. Pero a
su aparición hubieron de provocar singular extrañeza. No puede decirse lo mismo del método
terapéutico propuesto simultáneamente a la exposición de tales teorías. Este lucha aún por ser
aceptado. La causa de semejante desigualdad puede buscarse en razones especiales. La
técnica del nuevo método se hallaba aún muy poco desarrollada al publicarse los Estudios
sobre la histeria, privándome así de dar en ellos, a los lectores médicos, las indicaciones que
hubiesen podido capacitarlos para llevar a cabo, por sí mismos y hasta el final, tal tratamiento.
Pero, además de estos motivos particulares, han actuado otros de carácter general. Muchos
médicos ven todavía en la Psicoterapia un producto del misticismo moderno y la consideran
anticientífica e indigna del interés del investigador, comparada con nuestros medios curativos
físico-químicos, cuyo empleo se basa en descubrimientos fisiológicos. Vais a permitirme que
me constituya en defensor de la causa de la Psicoterapia y señale a vuestros ojos lo que
semejante opinión tiene de injusta y de errónea. En primer lugar, haré constar que la
Psicoterapia no es ningún método curativo moderno. Por el contrario, es la terapia más
antigua de la Medicina. En la instructiva Psicoterapia general, de Löwenfeld, podéis leer cuáles
fueron los métodos de la Medicina antigua y primitiva. En su mayoría pertenecen a la
Psicoterapia. Para alcanzar la curación de los enfermos se provocaba en ellos un estado de
«espera crédula», que todavía nos rinde actualmente igual servicio. Tampoco después de
haber descubierto los médicos otros medios curativos han desaparecido nunca por completo
del campo de la Medicina las tendencias psicoterápica.

En segundo lugar, he de advertiros que nosotros, los médicos, no podemos prescindir de la


Psicoterapia, por la sencilla razón de que la otra parte interesada en el proceso curativo, o sea
el enfermo, no tiene la menor intención de renunciar a ella. Y conocéis las luminosas
explicaciones que sobre esta cuestión debemos a la escuela de Nancy (Liébault, Bernheim). Sin
que el médico se lo proponga, a todo tratamiento por él iniciado se agrega en el acto,
favoreciéndolo casi siempre, pero también, a veces, contrariándolo, un factor dependiente de
la disposición psíquica del enfermo. Hemos aprendido a aplicar a este hecho el concepto de
«sugestión», y Moebius nos ha mostrado que la inseguridad que reprochamos a muchos de
nuestros métodos terapéuticos debe ser atribuida precisamente a la acción perturbadora de
este poderoso factor. Así, pues, todos nosotros practicamos constantemente la Psicoterapia,
aun en aquellos casos en que no nos lo proponemos ni nos damos cuenta de ello. Pero el
abandonar así al arbitrio del enfermo, en vuestra actuación sobre él, el factor psíquico, tiene el
grave inconveniente de que dicho factor escapa a vuestra vigilancia, sin que podáis dosificarlo
ni incrementar su intensidad. ¿No será entonces una aspiración injustificada del médico la de
apoderarse de este factor, servirse de él intencionadamente, guiarlo e intensificarlo? Pues esto
y sólo esto es lo que os propone la psicoterapia científica.

En tercer lugar, habré de recordaros el hecho generalmente conocido de que ciertas


enfermedades, y muy especialmente las psiconeurosis, resultan mucho más asequibles a las
influencias psíquicas que a ninguna otra medicación. Según un dicho muy antiguo, lo que cura
estas enfermedades no es la medicina, sino el médico, o sea la personalidad del médico, en
cuanto el mismo ejerce, por medio de ella, un influjo psíquico. Sé muy bien que entre vosotros
goza de gran favor aquella teoría a la que Vischer ha dado una expresión clásica en su parodia
del Fausto goethiano: Sobre la moral, 
lo físico en toda ocasión influye. Pero ¿no habrá de ser mucho más adecuado y posible influir
sobre la moral de un hombre con medios morales, o sea psíquicos? La Psicoterapia nos ofrece
procedimientos y caminos muy diferentes. Cualquiera de ellos que nos conduzca al fin
propuesto, a la curación del enfermo, será bueno. Las promesas de mejoría que prodigamos
consoladoramente a los enfermos corresponden ya a uno de los métodos psicoterápicos. Pero
al ahondar en la esencia de las neurosis no hemos hallado nada que nos obligue a limitarnos a
semejante consuelo y hemos desarrollado las técnicas de la sugestión hipnótica y las de la
Psicoterapia por distracción y entretenimiento y por provocación de afectos favorables. Todas
ellas me parecen estimables y las emplearía en circunstancias apropiadas. Si, en realidad, me
he limitado a un único método, al que Breuer denominó «catártico» y yo prefiero llamar
«analítico», ha sido tan sólo por razones subjetivas. A consecuencia de mi participación en la
génesis de esta terapia me siento personalmente obligado a consagrarme a su investigación y
al perfeccionamiento de su técnica. Puedo afirmar que la Psicoterapia analítica es la más
poderosa, la de más amplio alcance y la que consigue una mayor transformación del enfermo.
Abandonando por un momento el punto de vista terapéutico, puedo afirmar también que es la
más interesante y la única que nos instruye sobre la génesis y la conexión de los fenómenos
patológicos. Por la visión que nos procura del mecanismo de la enfermedad anímica, es
también la única que puede conducirnos más allá de sus propios límites e indicarnos el camino
de otras formas de influjo terapéutico.
METODO PSICOANALÍTICO DE FREUD 1904

Se trata de exponer el significado que en psicoanálisis y sólo en él tiene el término «inconsciente». Los
fenómenos de la memoria nos lleva a suponer la existencia en la vida anímica latente en cuanto cc.
Llamemos consciente la representación que está presente en nuestra conciencia y de la que nos
percatamos. En cambio, a las representaciones latentes habremos de denotarlas con el término
«inconsciente». Una representación icc es entonces una de las que nosotros no nos percatamos, a pesar
de lo cual estamos dispuestos a admitir su existencia sobre la base de otros indicios y pruebas.
El experimento de la sugestión posthipnótica nos enseña a insistir sobre la importancia del distingo icc –
cc. Una persona es puesta en estado hipnótica despertada luego. Bajo el influjo médico le imparten la
orden de ejecutar una acción en un momento preciso (ej. media hora después) A la media hora la acción
es ejecutada, entonces estaba presente en el espíritu de esa persona en forma latente o icc, hasta la hora
fijada en que devino cc. Pero no afloró íntegramente, sólo la representación del acto a ejecutar. La orden,
el influjo, el recuerdo del estado hipnótico, no fueron cc. Llegamos por este camino a una concepción
dinámica. No sólo devino cc sino también eficiente (fue transferida a la acción tan pronto como cc) Si el
estímulo real fue la orden, la orden también devino eficiente. Sin embargo, esta última no devino cc como
sí su retoño. Permaneció icc y a su vez eficiente. Este es un hecho artificial, se extiende la argumentación
al campo psicopatológico.
La vida del paciente histérico reboza de estos pensamientos, aunque icc; de ahí sus síntomas. Y no sólo
en la histeria sino en la neurosis en general. Ejemplos: vómito – idea icc d estar embarazada; ataque –
reproducción dramática de una escena de su vida. Entonces, un pensamiento latente o icc no es
necesariamente débil, y su presencia admite pruebas indirectas equivalentes casi a la prueba directa de la
cc. Entonces las diferentes variedades de pensamientos latentes o icc. Hay pensamientos latentes que a
pesar de su intensidad no penetran lo cc. Los primeros serán llamados preconcientes y los últimos
inconcientes (en el segundo propio) Entonces el término «inconciente» no sólo designa pensamientos
latentes en general, sino en particular, pensamientos con un cierto carácter dinámico, aquellos que a
pesar de su intensidad y eficiencia se mantienen alejados de la conciencia. Dos objeciones:

 En vez de pensamientos icc, conciencia separada. Refutación: abuso de la palabra «conciente»,


conciencia de lo que su poseedor nada sabe, conciencia inconciente. Los casos de división de cc
(doctor Azam, caso de Felida X) pueden contemplarse mejor como migración de la conciencia entre
dos complejos psíquicos, cc e icc alternativamente.
 Aplicación a la psicología normal de conclusiones extraídas de la patología. Refutación:
perturbaciones de función en personas sanas, como lapsus lingual, errores de memoria y del
lenguaje, olvido de nombre, se recondicen con facilidad a la acción eficiente de intensos
pensamientos icc.
Al producto de lo icc eficaz en modo alguno le es imposible penetrar en la conciencia, pero es necesario
cierto gasto de esfuerzo. Si lo intentamos en nosotros recibimos el sentimiento de una defensa (repulsión)
Si lo provocamos en un paciente, indicios de una resistencia a ello. Entonces el pensamiento icc es
excluido de la conciencia por unas fuerzas vivas, que no estorba a lo prcc.
Lo icc es una fase regular de los procesos de nuestra actividad anímica. Permanece como tal o alcanza la
cc según su relación con la resistencia. El distinguir se establece sólo después de entrada en juego la
defensa. El rechazo es provocado por las tendencias corporizadas en su contenido.
Hay un producto psíquico que se encuentra en las personas más normales y, empero, ofrece notabilísima
analogía con las más silvestres producciones de la insomia son los sueños. Caso típico de formación: un
itinerario de pensamiento fue despertado durante el día y conserva algo de su capacidad eficiente.
Durante la noche encuentra conexión con no de los deseos icc, presentes desde la infancia aunque
reprimidos, y gracias a ella pueden aflorar nuevamente en el sueño. Tres cosas:

 Los pensamientos han sufrido una mudanza, un disfraz y una desfiguración, que constituye la
parte del socio icc.
 Han investido la cc en un momento que no debía serles asequible.
 Un fragmento de lo icc ha aflorado en la cc.
Los pensamientos oníricos latentes merecen el nombre de prcc, pero en virtud de su conexión con el icc,
fueron rebajados a la condición de estos últimos y rebajados a su legalidad. Las leyes de la actividad
anímica icc se distinguen de las que rigen la actividad cc.
«Lo icc nos pareció al comienzo un mero carácter enigmático de un cierto proceso psíquico: ahora para
nosotros algo más: es un indicio de que ese proceso participa de una cierta categoría psíquica, de la que
tenemos conocimiento por otros y más importantes caracteres, y pertenece a un sistema de actividad
psíquica que merece nuestra mayor atención.»
Damos el nombre de «el inconciente» al sistema que se da a conocer por el signo distintivo de sr icc los
procesos singulares que lo componen. Sus letras son Icc (Ubw)

Puntualizaciones sobre: Tratamiento psíquico (tratamiento del alma) 1890

El texto, sobre el que quiero atraer vuestra atención, lleva por título Tratamiento psíquico – tratamiento
del alma que data de 1890. Partiremos de suponer que hubiera una paradoja en presentar en estas
jornadas un artículo de Freud de 1890. Sin embargo, nos encontramos al igual que él en ese entonces,
con lo que los pacientes ponen en palabras, y con la posibilidad de construir un discurso. Situaré
entonces, las premisas de las cuales partió.

El releerlo me condujo a pensar que era necesario hacer una breve reseña de la experiencia de Freud en
el camino de su investigación científica.

Entre 1876 y 1882 trabajó en el laboratorio de fisiología de Ernest Brücke, pero no le atraían las
disciplinas realmente médicas, con excepción de la psiquiatría. Tuvo en cuenta las exigencias
económicas e inició el estudio de las enfermedades nerviosas, “no había buenas oportunidades para
formarse y uno debía ser su propio maestro”, nos dice Freud.

En la lejanía destellaba el gran nombre de Charcot, y así concibió el plan de obtener el puesto de Dozent
en enfermedades nerviosas, a fin de poder después completar su formación en París. Convino con el
maestro el plan de un trabajo comparativo de las parálisis histéricas con las orgánicas. Él estuvo de
acuerdo, pero no tenía particular preferencia por ahondar en la psicología de la neurosis, “Es que venía
de la anatomía patológica”, nos advierte Freud.

Al regresar de París a Viena, en 1886, durante algunos años Freud dedicó gran parte de su atención a un
estudio del hipnotismo y la sugestión.

Ya antes de que viajara a París, Breuer le había informado acerca de un caso de histeria tratado por él
entre 1880 y 1882 de un modo particular, que le permitió echar una profunda mirada sobre la causación
y la significatividad de los síntomas histéricos.

Pienso que no es ocioso ni azaroso el que haya elegido a Charcot y Breuer como antecesores cercanos
de Freud, pues lo que tengo en cuenta es que nadie puede pensar más que con las nociones y términos
que existen en su grupo cultural, a partir de las relaciones que se van estableciendo allí es que va
surgiendo algo que a eso sí lo podemos considerar nuevo.

He tomado este artículo, pues me parece de total importancia y consecuente con el pensamiento que
guió a Freud en el camino de su investigación científica hacia el psicoanálisis como lo conocemos hoy.
Para ello, les cito el primer párrafo:

“Psique” es una palabra griega que en alemán se traduce “Seele” (“alma”). Según este, “tratamiento
psíquico” es lo mismo que “tratamiento del alma”. Podría creerse, entonces, que por tal se entiende
tratamiento de los fenómenos patológicos de la vida anímica. Pero no es este el significado de la
expresión.

“Tratamiento psíquico” quiere decir, más bien, tratamiento desde el alma – ya sea por perturbaciones
anímicas o corporales – con recursos que de manera primaria e inmediata influyen sobre lo anímico del
hombre.

Un recurso de esa índole es sobre todo la palabra, y las palabras son, en efecto, el instrumento esencial
del tratamiento anímico. El lego hallará difícil concebir que unas perturbaciones patológicas del cuerpo y
del alma puedan eliminarse mediante “meras” palabras del médico. Pensará que se lo está alentando a
creer en ensalmos. Y no andará tan equivocado; las palabras de nuestro hablar cotidiano no son otra
cosa que unos ensalmos desvaídos. Pero será preciso emprender un largo rodeo para hacer
comprensible el modo en que la ciencia consigue devolver a la palabra una parte, siquiera, de su prístino
“poder ensalmador”.

Lo primero que nos sitúa como tema central es la palabra, cómo devolverle su primitivo, su originario
poder ensalmador, poniendo en forma relevante la palabra “desde”, porque ella nos llevaría a ubicar, en
este momento, un interior que tiene efectos tanto sobre lo anímico como sobre lo corporal.

No podemos olvidar que sus interlocutores eran médicos, que en esa época se estaban
realizando los avances más importantes del siglo XIX en biología.

El paradigma de la época pasaba por el hecho de cómo considerar el objeto científico, si el organismo biológico
humano o lo anímico. Como empezar a entender lo corporal, si lo anímico tenía influencia sobre el cuerpo o si el
cuerpo tenía influencia sobre lo anímico.
Freud da un giro y lo manifiesta aquí como corriéndose de lo tangible para empezar a pensar en la fenomenología
de las emociones, los afectos.

Nos enseña que aún cuando los dolores, que se incluyen entre los fenómenos corporales, sería preciso tener en
cuenta su dependencia de condiciones anímicas, ya que: “Cualquiera que sea su causa, aún la imaginación, los
dolores no dejan de ser menos reales ni menos fuertes”. Contrapone al discurso médico, el saber popular, anterior a
los descubrimientos, como se curaba a través del apalabrar.

Pone especial atención a un grupo de enfermos, llamativo por la riqueza y la variedad de su cuadro clínico: no
pueden realizar una labor intelectual a causa de dolores de cabeza, padecen de trastornos digestivos, vómitos o
espasmos gástricos, etc. . Pero en todos puede observarse que los signos patológicos están muy nítidamente bajo el
influjo de irritaciones, emociones, preocupaciones. “Tales estados han recibido el nombre de nerviosidad
(neurastenia, histeria), y se los define como enfermedades meramente “funcionales” del sistema nervioso”. No
olvidemos que Charcot sostenía que como sustrato de los síntomas histéricos, aún cuando no se la encontrara en
las autopsias, debía existir una lesión, que al no encontrársela, entonces la llamaba lesión funcional.

Pongo de relevancia que cuando habla de los afectos uno pudiera pensar que es aquí desde donde después
conceptualizará la teoría de las pulsiones. Pulsiones de la vida, pulsiones de muerte. Tomo especialmente lo
relacionado a los afectos, la expectativa angustiada o su contrario, la expectativa esperanzada, y como pueden
tener consecuencias en lo corporal. “Es evidente que los grandes afectos tienen mucho que ver con la capacidad de
resistencia a las infecciones”. Muchos años después Freud, refiriéndose a las pulsiones, nos dirá; “Llamamos
pulsiones a las fuerzas que suponemos tras las tensiones de necesidad del ello. Representan los requerimientos que
hace el cuerpo a la vida anímica”. Tras larga vacilación y oscilación nos hemos resuelto a aceptar sólo dos pulsiones
básicas: “Eros y pulsión de destrucción, Tanatos”.

Es como para tener en mucho la consideración de que Freud fue capaz, a través de su experiencia, de poder ir más
allá de quienes lo precedieron. Como logró extraer de la hipnosis, tratamiento imperante en esa época, y de la
sugestión lo que era el instrumento inherente a este método: la palabra y la presencia del médico, como opera que
efectos puede producir en el enfermo. “Si por tratamiento anímico entendemos el empeño por provocar en el
enfermo los estados y condiciones anímicas más favorables para su curación, esta clase de tratamiento médico es
históricamente la más antigua”.

Aunque este trabajo no contiene alusión alguna a sus descubrimientos, es, sin embargo, un modo de demostrar
como sin los avances de su época, en tiempos anteriores se curaba a través de las palabras. Es claro que aquí
plantea un corrimiento de los conceptos que se manejaban a través de la hipnosis y de la sugestión para arribar a
las nociones de amor y creencia, como lo podemos ver en el amor y la creencia que tiene un niño hacia sus padres.
Pienso que podemos ver aquí los primeros pasos para lo que después conceptualizará como transferencia, ya que
posteriormente dirá, refiriéndose al trabajo analítico: “… trabajo cuya meta será entonces descubrir la elección
infantil de objeto y las fantasías que trae urdidas”.

Él fue quien pudo colegir el peso y la influencia de las palabras. Si hay un sujeto que habla, hay un sujeto que
escucha, o sea, que se abre la dimensión del discurso que es de lo que partimos hoy para crear el dispositivo
analítico.

Colofón final: partiendo del título de la jornada que nos convoca “en que pensamos cuando analizamos hoy”, pongo
de manifiesto la importancia de enfatizar la palabra como posibilidad de cura, en este siglo XXI que se caracteriza y
se privilegia por la prontitud, la inmediatez de dar una respuesta a la problemática humana recurriendo a los
medicamentos u otras terapias alternativas que rápidamente silencian las perturbaciones y quejas como modo de
satisfacer la demanda, sin poder escuchar el deseo. Pero igual la palabra se cuela.

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