Un giro de la agricultura a través del tiempo

A lo largo de la historia la agricultura ha sido fundamental para el ser humano puesto que
ha proporcionado alimento y materias primas para su abastecimiento, así como también ha
conectado al hombre y la naturaleza. Desde ese entonces las comunidades realizaban una
agricultura tradicional basada en la obtención de conocimientos y en formas tradicionales
de transmisión, conservación e intercambio de dichos conocimientos de generación en
generación. Este sistema agrícola se caracterizado por ser familiar, cubrir las necesidades
colectivas, el uso mínimo de insumos y por su diversidad vegetal en forma de policultivo;
además, se ha basado en construir y no destruir la naturaleza y ha garantizado durante
muchos años una alimentación sana y ambientalmente respetuosa.

Sin embargo, el crecimiento de la población y la preocupación por la hambruna, hizo que la

agricultura tradicional diera un giro para asegurar el abastecimiento de alimentos; a partir
de lo cual aparece un modelo de producción agrícola denominado “Revolución Verde”. La
revolución verde tuvo como finalidad generar altas tasas de productividad agrícola sobre la
base de una producción extensiva de gran escala, el uso de alta tecnología, el uso masivo de
agroquímicos y de maquinaria pesada (Ceccon, 2008)1. Con el paso del tiempo este tipo de
agricultura no resulto tan eficiente como se esperaba, puesto que “el problema no era la
producción de alimentos, sino la desigual distribución de los mismos” (Leaños, 2006)2. Por
lo cual, en lugar de traer beneficios, causo grandes problemáticas ambientales y sociales
como la degradación de suelo, la deforestación, la pérdida de biodiversidad, la
contaminación del medio ambiente y de seres vivos, efectos sociales, culturales, más
enfermedades y menos sostenibilidad. Esta situación ocasiono que la agricultura pasara de
ser el arte de cultivar la tierra a una fábrica de mercancía, dejando atrás una agricultura
tradicional diversa de saberes campesinos y los años de conocimientos ancestrales.

1
Ceccon, E. 2008. La revolución verde tragedia en dos actos. Centro regional de investigaciones
multidisciplinarias, México. Recuperado de: http://scifunam.fisica.unam.mx/mir/el/2008_rev_verde.pdf
2
Leaños L., I. (2006). Maíz transgénico en México: una amenaza a la biodiversidad. Trabajo de grado de
Licenciatura. Universidad de las Américas Puebla, México. Recuperado de:
http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/lri/leanos_l_ix/capitulo1.pdf.
Con base en estos sucesos surge, entonces, la cuestión: ¿cuál es la agricultura más
apropiada, que satisfaga las necesidades vitales de los seres humanos y, a su vez, preserve
los recursos naturales? Es allí cuando aparece la agroecología como una alternativa más
eficiente, con unos principios básicos de soberanía alimentaria, biodiversidad, suelos sanos,
protección ecológica, valoración de la identidad y de la cultura. En este sentido, se
evidencia que la revolución verde no fue la mejor opción y dejo grandes daños ambientales,
sociales y culturales; es por ello que hoy en día se requiere de una agricultura agroecológica
de conocimientos tradicionales y métodos modernos de la ecología. Así, con la unión de
estos, se le apuesta a una producción de alimentos sanos que no afecten al hombre; al
desarrollo de bases sostenibles que guarden un equilibrio con el ambiente, sin perder los
conocimientos ancestrales; y a la ganancia económica de los agricultores.