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Debemos luchar día a día por marcar la diferencia a pesar de las consecuencias.
3° Diciéndonos la verdad.
No podemos ser deshonestos y amar a Dios a la vez.
“…Si me amáis guardad mis mandamientos” Juan 14: 15
Señor y violando el primer gran mandamiento. Proverbios 14:2 nos recuerda que: “El
de recta conducta honra al Señor; el de conducta torcida lo desprecia.
Encontramos la experiencia vivida por Ananías y Safira consignada en el libro de los (Hechos 5:1-
12), ellos eran una pareja de esposos que formaban parte de la naciente iglesia, habían vendido una
propiedad y decidieron donar el valor de la venta a la obra de Dios, esto era un acto de su voluntad,
no estaban obligados a hacerlo, solo el diezmo era su compromiso. Sin embargo ellos sustrajeron
una cantidad de seguro muy mínima para ellos, pero públicamente testificaron que se estaban
desprendiendo de todo para la causa de la fe, mostrándose muy generosos y piadosos ante la
gente, eso era tal vez lo que más les interesaban, ganarse una buena imagen ante la comunidad de
creyentes y ser reconocidos de esa forma. Esa cantidad de dinero que tomaron para sí, no
importaría sino hubieran mentido, bastaba ser lo suficientemente sinceros y todo hubiera salido bien,
pero su engaño “tonto” desagradó al Señor y el desenlace de estos personajes tristemente fue fatal,
perdieron la vida como un acto drástico de disciplina divina.
heredad? Ellos seguramente tuvieron una necesidad. La de quedarse con algunas monedas. Y
creyeron que sustraerlas sin decirle nada a nadie sería una buena opción.
“Las moscas muertas hacen que el ungüento del perfumista dé mal olor; así una
pequeña locura, al que es estimado como sabio y honorable”.
Eclesiastés 10:1