Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Fecha: 03/Mayo/2010
Materia: “Filosofía Medieval”
Profesora: Díaz, María Elena.
Alumno: Pirovano, Eduardo Horacio.
Pagina 1/4
Profesorado: Joaquín V González. Fecha: 03/Mayo/2010
Materia: “Filosofía Medieval”
Profesora: Díaz, María Elena.
Alumno: Pirovano, Eduardo Horacio.
Pagina 2/4
Profesorado: Joaquín V González. Fecha: 03/Mayo/2010
Materia: “Filosofía Medieval”
Profesora: Díaz, María Elena.
Alumno: Pirovano, Eduardo Horacio.
vivas de mi actividad se distienden, hacia la memoria por lo que ya he recitado, hacia la espera por
lo que voy a recitar. No obstante, mi atención está ahí presente; por ella pasa a hacerse pasado lo
que era futuro. Cuando más avanza y avanza esta acción, más disminuye la espera y crece la
memoria, hasta se agota del todo la espera, cuando la acción termina por completo y pasa a la
memoria.
Y lo que acontece en la canción entera, acontece en cada una de sus partes y en cada una
de sus sílabas. Eso mismo acontece en una acción más larga, de la que, tal vez, no sea más que
una pequeña parte esa canción. Eso mismo en la vida entera del hombre, de la cual son partes las
acciones todas del hombre. Eso mismo en la existencia entera de los hijos de los hombres, de la
cual son partes todas las vidas de los hombres.” Capítulo XXVIII, 38.
“En verdad, si hay un espíritu dotado de tan vasta ciencia y presciencia, que le sean tan
bien conocidas todas las cosas pasadas y futuras como lo es para mí una canción muy conocida… “.Capítulo
XXXI, 41.
“…Sí, no es como el que canta o escucha una canción conocida, que, con la espera de los
sonidos van a venir y con el recuerdo de los que han pasado, varían sus impresiones y se mantienen alerta
sus sentidos. No es así como acontecen en ti las cosas, inmutablemente eterno, es decir, verdaderamente
eterno, creador de las inteligencias. Porque así como conoces el principio el cielo y la tierra sin variación de
tu conocimiento, así hiciste el principio el cielo y la tierra, sin distinción de tu acción”. Capítulo XXXI, 41.
Con esta explicación de lo eterno, también contesta sobre las objeciones sobre
lo que Dios hacía antes de la creación, antes de todos los tiempos. Al ser eterno, no
forma parte la temporalidad sino que, por el contrario, Él, la genera.
A través de lo expuesto, entiendo que el tiempo para Agustín es una distensión
del alma; una capacidad que permite percibir los pasos del no-ser al ser (futuro, que
está por ser) y del ser (presente, es) al no-ser (pasado, ya no es), ya que en su
análisis muestra que el tiempo no es algo que está en el mundo que nos rodea: los
otros seres que nos rodean, los cuerpos o el movimiento.
En efecto, esto puede verse así si cambiamos del esquema del “ser en función
del tiempo” al esquema de “El tiempo en función del ser”.
Partimos de un esquema, natural si se quiere, por el cual organizamos nuestra
vida en función del tiempo: tenemos un tiempo para trabajar, tenemos un tiempo para
descansar, tenemos un tiempo para sentir y un tiempo para dejar de sentir; un
“tiempito” para tomar un café con un amigo y hasta un “no-tiempo” para hacer algo
que deseamos o sentimos que deberíamos hacer. También el tiempo, medido en forma
regular ya que percibimos que para un mismo hecho no siempre lo percibimos igual,
nos permite ver ciertas regularidades de los que nos rodea, por ejemplo: la salida y el
ocaso del sol, la que nos da cuenta de ciertos hechos cíclicos como las estaciones y
darnos cuenta de cuando sembrar o cosechar, o el hecho de la finitud de nuestra
existencia: los días pasan, hay cada vez más recuerdo (pasado), menos cosas que
esperar (futuro) y cada presente es muy fugaz. Todo nuestro vida, nuestro ser, queda
atado al pasar del tiempo y de esta manera no podemos concebir lo eterno. Y lo mejor
a lo que podemos llegar sería usarlo como sinónimo de infinito: un tiempo sin fin. Y
como vemos en el texto, lo eterno carece de tiempo.
Ahora bien, siguiendo la iniciativa del obispo de Hipona, para poder entender lo
eterno como algo que carece de tiempo, invierte el esquema poniendo al tiempo en
función de ser. Se me sugiere, en un lenguaje matemático, que la propuesta de
Agustín sería: el ser con la variable de tiempo tendiendo a cero. Un Ser sin tiempo,
sería en términos temporales un “hoy” en el cual se manifiesta plenamente el Ser.
Con este último esquema, Agustín no sólo muestra una idea de lo eterno, sino
que creo que también deja al descubierto el Ser, su esencia y que lo eterno es una
característica de ella. A lo que, me parece muy interesante, deja abierta una línea de
Pagina 3/4
Profesorado: Joaquín V González. Fecha: 03/Mayo/2010
Materia: “Filosofía Medieval”
Profesora: Díaz, María Elena.
Alumno: Pirovano, Eduardo Horacio.
investigación para indagar sobre lo que somos o vamos siendo y calmar un poco
aquella sensación que expresaba Machado en Cantares: “Todo pasa y todo queda,
pero lo nuestro es pasar”.
Pagina 4/4