Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Este nuevo lenguaje, en combinación con un estudio del siglo 19 Poesía francés, formó la base de la
entrada de América en el siglo 20 en idioma Inglés modernismo poético .
EZRA POUND (1885-1972) Y TS ELIOT (1888-1965) fueron las principales figuras de la época,
con su rechazo a la forma poética tradicional y metro y de la dicción victoriana. Ambos dirigieron la
poesía americana hacia una mayor densidad, la dificultad y la opacidad, con un énfasis en técnicas
como la fragmentación, la elipsis, la alusión, la yuxtaposición, irónico y personae cambiantes, y el
paralelismo mítico. POUND, en particular, se abrió la poesía norteamericana a diversas influencias,
incluyendo las poesías tradicionales de China y Japón.Muchos otros poetas hicieron contribuciones
importantes en esta coyuntura revolucionaria, incluyendo GERTRUDE STEIN (1874-1946),
WALLACE STEVENS (1879-1955), WILLIAM CARLOS WILLIAMS (1883-1963), HILDA
DOOLITTLE (HD) (1886-1961), MARIANNE MOORE (1887-1972), EE CUMMINGS (1894-
1962), Y HART CRANE (1899-1932). El cerebral y escéptico romántica STEVENS ayudó a
revivir la lírica filosófica, y Williams iba a convertirse en ejemplo para muchos poetas posteriores
porque él, más que cualquiera de sus compañeros, se las ingenió para casarse hablado Inglés
Americano con verso libre ritmos. Cummings sigue siendo notable por sus experimentos con la
tipografía y la evocación de una visión espontánea, infantil de la realidad.
Mientras que estos poetas fueron inequívocamente alineados con alto modernismo, otros poetas
activos en los Estados Unidos en el primer tercio del siglo 20 no lo eran.
YO SOY ROSA
ESTANZAS EN MEDITACIÓN
VI
Muy bien.
Así o como actualmente.
Déjenme recitar lo que la historia enseña. La historia enseña.
SAGRADA EMILIA
WALLACE STEVENS
Poeta norteamericano nacido en Reading, Pennsylvania, en 1879.
Hijo de un prestigioso abogado, tuvo acceso a una esmerada educación en Reading Boys' High
School, en Harvard College, y posteriormente en New York Law School, donde se graduó
como abogado en 1903.Aunque algunos de sus mejores poemas están contenidos en
"Harmonium" 1923, "Ideas de orden" 1935, "El hombre con la guitarra azul" 1937, y "Las
auroras de otoño" 1950, sólo fue reconocido internacionalmente cuando publicó los "Poemas
completos" en 1954.En 1946 fue aclamado por el Instituto Nacional de Artes y Letras. Entre
los galardones obtenidos merecen destacarse el Premio Bollingen 1950, y los premios
Pulitzer y National Book Award en 1955.Falleció, víctima de un cáncer en agosto de 1955. ©
((Pensilvania), 1879 – (Connecticut), 1955) fue un poeta estadounidense, adscrito, como T. S.
Eliot, a la corriente vanguardista (modernism: modernismo anglosajón, que no debe
confundirse con el modernismo hispánico, anterior cronológicamente y con un programa
estético diverso) en lengua inglesa.Trabajó toda su vida como abogado de compañías de
seguros. En 1955 obtuvo el Premio Pulitzer de Literatura.Abogado, sobrio, casi gris en su
personaje, alejado tanto de la excentricidad del invisible como del estridente, Wallace Stevens
(1879-1955) fue un renovador de la poesía norteamericana sin abandonar jamás su trabajo de
oficina. Su credo: que la poesía es salud pero que no puede convertirse en un hospital.
A menudo el adjetivo “secreto” que se le pega a un autor es una artimaña marketinera. Se
sabe: el lector de suplementos literarios no sólo busca estar al tanto del último “secreto” que
todos consumen sino que, además, pretende vanidoso que su fruición sea exclusiva, privada.
Evitando pisar esta trampa, Wallace Stevens (1879-1955) supo ser más un poeta escondido
que un autor “secreto” y se las ingenió para proteger su poesía del parnaso de exhibicionismo
intelectual. “Soy abogado y vivo en Hartford. Estos hechos no son ni divertidos ni relevantes”,
fue la respuesta escrita que despachó al director de una revista que buscaba reportearlo.
Pionero en abstenerse del gallinero literario mediante la reclusión, deviene un antecedente de
Salinger. Pero menos crispado. Ni timidez ni afán de hacerse el raro. Stevens pensaba:
“Después de que se abandonó la creencia en dios, la poesía es esa esencia que ocupa su lugar
como la redención de la vida”. Entonces Stevens cuidaba religiosamente tanto su escritura
poética como las rosas del jardín de su casa. Al leerlo uno queda impregnado por la añoranza
de bosques y nevadas, el sonido de un búho, vestigios de una naturaleza perdida, la invasión
de una melancolía adánica. Pero estas impresiones se cortan enseguida con un relampagueo
de mordacidad que nos retorna a lo más elemental de lo diario. La poesía de Stevens,
consciente de su poder, mediante una vuelta de tuerca, un guiño, le avisa al lector que no debe
tomarse muy en serio.Si se observan sus retratos, todos sugieren un ejecutivo prolijo, pelo
corto, siempre de traje y corbata. Sin excesos de alcohol ni de alcoba, nada de paraísos
artificiales, la biografía de Stevens no presenta peripecias ni trasluce una tragedia íntima. Ni
un rastro de esa clase de conductas desbordadas que el lector biempensante atribuye con una
credulidad romántica a poetas más preocupados por construir la excentricidad del personaje
antes que una manera de decir. Este cliché exige que el poeta sea loco o, al menos, vidente.
Corriendo el riesgo de pasar por conservador, el innovador de la poesía norteamericana era
capaz de ahondar una y otra vez un tema y sus variaciones: “Seis paisajes significativos” o
bien “Trece formas de mirar un mirlo” son buenos ejemplos. Sus poemas más conocidos son
“El Emperador de los Helados” (“Deja que ser rime con parecer / El único emperador es el
Emperador de los Helados”) y “El hombre de la guitarra azul”, inspirado en un Picasso (“Que
pueda yo reducir el monstruo / a mí mismo, y después ser yo mismo / frente al monstruo”).
Wallace Stevens sostenía que “la poesía es salud”. Y redondeaba: “La poesía no puede
convertirse en un hospital”.Periodista al principio, se interesó por la poesía oriental y llegó a
escribir dos piezas de teatro Noh. Se recibió más tarde de abogado, se especializó en seguros y
éste fue su empleo de por vida. Empleo que, cabe acotar, mantuvo rechazando la posibilidad
que se le ofrecía de vivir como poeta profesional. Tuvo un solo matrimonio, una hija. Publicó
Harmonium, su primer libro de poemas, a los cuarenta. Con una tirada de apenas mil
ejemplares llamó la atención de los pares de su época. Tras leer Harmonium, Hart Crane le
escribió a un amigo: “Hay un tipo cuyo trabajo hace que todos los demás nos sintamos muy
poca cosa”. No obstante, por su reserva y la distancia que fijaba entre su oficio y el mundo, se
lo juzgó un diletante. Sin importarle el qué dirán, convencido de que “la lengua es un ojo” y
“toda poesía es experimental”, siguió escribiendo sin renunciar a su empleo rutinario. Se
divorció ya viejo y murió de cáncer. No hay mucho más que contar de su existencia. Indagar
en su biografía es un esfuerzo que frustra toda expectativa, lo cual tiene su mérito porque, tal
como quería, nos impulsa directamente a su obra. “Lo que pensamos no es nunca lo que
vemos”, escribió.Una anécdota muestra el celo con que preservaba su trabajo poético de toda
feria de vanidades: sus compañeros de la empresa de seguros se enteraron de que Wallie era
poeta cuando fue premiado y su notoriedad, inevitable. Entre los galardones que recibió
Stevens se cuentan el Bollingen, el National Book Awards y el Pulitzer. “Mañana de domingo”
parece sugerir su ideal: “El placer de ir en bata, ya muy entrado el día / El café y las naranjas,
en una silla al sol, / La verde libertad del loro/ Sobre un tapiz se funden para disipar / El
sagrado silencio de un sacrificio antiguo”. Porque para Stevens, la divinidad, si existe, debe
residir en lo cotidiano.Apartado por elección, Stevens se tomaba la poesía como un trabajo
riguroso y paciente en el que “las palabras tratan de cosas que no existen sin las palabras”. En
cierto aspecto, Stevens sigue a Wordsworth al elegir situaciones de la vida normal y probar el
uso de un lenguaje corriente. “La sensación excede a las metáforas”, dijo en otro poema.
Según Daniel Chirom, lo que diferencia a Stevens del británico Wordsworth está en el tono
irónico que lo distancia del sufrimiento y en una sensibilidad moderna que lo vuelve extraño
frente a la naturaleza. “Los paisajes, personas y objetos de Stevens no están ubicados en el
espacio sino en el tiempo”, señaló Chirom. “Soy lo que está a mi alrededor”, opinaba Stevens.
Y planteaba la tensión permanente entre imaginación y realidad, el desgarramiento entre la
conciencia y el mundo. “Las palabras son pensamientos y no sólo nuestros pensamientos sino
los pensamientos de hombres y mujeres que ignoran lo que ellos mismos están pensando”,
anotó. Los pocos artículos que publicó fueron reunidos con el título The Necessary Angel.
Pretenciosos, alambicados, estos ensayos parecen escritos por otro, un americano culto que se
fascina con la pompa de la cultura occidental. Pero, entre líneas, asoma una idea que vale la
pena recortar: “El entendimiento no ha agregado nada a la naturaleza humana. Es una
violencia interior que nos protege de la violencia exterior. Es la imaginación que vuelve a
presionar contra la presión de la realidad. Parece, en última instancia, tener algo que ver con
nuestra preservación. Y ésta es la razón, sin duda, de que su expresión, el sonido de las
palabras, nos ayude a vivir la vida.”Contemporáneo de T. S. Eliot, Ezra Pound, Wiliam
Carlos Williams y Marianne Moore, su poesía estuvo libre de influencias. Después de su
muerte, su marca se rastreará en Frank Carmode y John Ashbery. Harold Bloom lo
incorporará a su manual The Western Canon como heredero encubierto de Walt Whitman y
Emily Dickinson. De su primera difusión en nuestro país fue responsable Alberto Girri.
Menos secas y más afines al talento entre juguetón y visual de Stevens fueron las traducciones
de Chirom y, más acá, las inéditas de Esteban Moore.El libro donde Stevens desarrolla con
más precisión su credo es Adagia, publicado en forma póstuma. Se trata de una compilación
de aforismos subdivididos temáticamente: la poesía, el poema, el poeta, la imaginación, la
filosofía, el lenguaje, el arte, la vida, el hombre y la mente. Como suele ocurrir con esta clase
de escritura, cada idea formulada corre el peligro de disimular con el ingenio una ausencia de
profundidad. Pero Stevens, a esta altura de su vida, si no es sabio, está cerca de serlo.
Decantados, como flechas, con una síntesis y una agudeza destellante, cada uno de sus
aforismos, además de constituirse en un complemento clave para comprender la poesía en
general y la suya en particular, funciona como un arte poética de serenidad y transparencia
inusuales en un contexto donde ya se escuchan, entre Corea y Vietnam, los aullidos de Allen
Ginsberg. Casi todo lo que estaba por pasar después sería “sólo rock and roll”.
En 1922, escribió al director de una revista:Evíteme, por favor, contar los datos biográficos.
Soy abogado y vivo en Hartford. Estos hechos no son divertidos ni reveladores.Stevens estudió
en Harvard y New York City, y trabajó brevemente como periodista. Obtuvo el título de
abogado en la New York Law School, en 1903. Tras un largo noviazgo, contrajo matrimonio
con Elsie Viola Rachel, en 1909. Tuvieron una hija, Dolly Stevens, en 1924. El matrimonio
acabó distanciándose, pero nunca se divorció. La hija posteriormente publicaría las cartas de
su padre y una colección de poemas.En 1908 fue contratado por la American Bonding
Company.2 En 1914 era vicepresidente de la Equitable Surety Company, de St. Louis,
Missouri.3 Posteriormente, fue contratado por la Hartford Accident and Indemnity
Company,4 dejando New York City para vivir en Hartford, Connecticut, donde se asentaría
definitivamente. En 1934, fue nombrado vicepresidente de la compañía.5 Tras obtener el
Premio Pulitzer en 1955, se le propuso aceptara un puesto en Harvard, pero el poeta declinó
la oferta.Stevens fue bautizado como católico en 1955, mientras agonizaba de un cáncer
incurable.6 Esta conversión sería sin embargo desmentida por su hija.7 Tras abandonar el
hospital por un corto periodo, fue reingresado, falleciendo el 2 de agosto de 1955, a la edad de
75 años.Stevens es un ejemplo de poeta tardío, pues la parte más importante de su obra
apareció después de haber cumplido los 50 años, hecho destacado como casi único por el
crítico Harold Bloom.
POESÍA: IMAGINACIÓN Y REALIDAD
Stevens es un poeta de ideas, las cuales buceaban en las interrelaciones imaginación-realidad,
así como conciencia-mundo. Para Stevens, "imaginación" no es equivalente a conciencia,
como tampoco "realidad" se identifica con el mundo existente más allá de nuestra mente. La
realidad es producto de la imaginación, la cual conforma el mundo. Así, la realidad es una
actividad, no un concepto estático. Para dar sentido al mundo es preciso elaborar un punto de
vista a través de un ejercicio de la imaginación. Pero no se trata de un estéril esfuerzo
filosófico, sino del apasionado compromiso de otorgar a las cosas un orden y un significado.
Stevens sugiere que vivimos inmersos en una suerte de tensión entre las formas, a través de las
cuales establecemos el mundo y las ideas ordenadas que nuestra imaginación propone. El
mundo nos influye en toda esfera de actividad: «El vestido de una mujer de Lasa / en su lugar,
/ es elemento invisible de ese lugar / ya hecho visible.»
En su ensayo El valor de la imaginación ("Imagination as Value"), afirma: «la verdad parece
ser aquello que vivimos en conceptos de imaginación antes de que la razón los haya fijado».
La imaginación es el mecanismo a través del cual inconscientemente conceptuamos las
estructuras vitales, mientras que la razón es la forma en que elaboramos conscientemente
dichos esquemas.Este proceso de correspondencias o abstracción lírica («Yo tenía tres mentes,
/ como un árbol / en que hubiera tres mirlos.») es explicado por su traductor al español,
Andrés Sánchez Robayna: «De la herencia romántica y simbolista toma Stevens gran parte de
sus motivos e imágenes para llevarlos a una zona de abstracción y de teoría que ha venido
considerándose (extrañamente) como la parte más enigmática y compleja de su obra.»10
REPUTACIÓN E INFLUENCIA Desde que se dio a conocer, críticos y poetas han
reconocido el inmenso talento de Stevens. Hart Crane escribió a un amigo en 1919, tras leer
algunos de los poemas de Harmonium: «Hay un hombre cuyo trabajo hace que todos los
demás nos sintamos muy poca cosa».11 En los años 30, el crítico Yvor Winters censuró a
Stevens por hedonista decadente, pero reconociendo el gran valor poético de su obra. Al
principio de los años 40, el crítico Randall Jarrell afirmó que Stevens era uno de los mayores
poetas estadounidenses vivos.La obra de Stevens recibió más atención después de su muerte.
Harold Bloom, Helen Vendler y Frank Kermode están entre los que más la han valorado.
Muchos poetas –James Merrill y Donald Justice, en concreto– han reconocido su influencia,
visible también en otros como John Ashbery, Mark Strand, A. F. Moritz, John Hollander, etc.
II
[I.]
Wallace Stevens (Reading, Estados Unidos, 1879 - Hartford, Estados Unidos, 1955), Stevens,
Williams, Lowell, Poemas, versión y notas por Alberto Girri, Editorial Corregidor, Buenos
Aires, 1980 (La edición no es bilingüe) Nota del traductor En su estudio sobre Wallace
Stevens, William York Tindall se detiene en "Humanidad hecha de palabras", para destacar
una frase de la segunda estrofa del poema: La vida consiste / en proposiciones acerca de la
vida, calificando al autor de poeta del proceso y de la proposición. Relaciona dicha frase con el
procedimiento que emplea Stevens en uno de sus poemas extensos, "Notes Toward a Supreme
Fiction", dividido en tres secciones, cada una de las cuales comprende diez poemas que en su
mayoría comienzan con una proposición, o incluyen una en el texto; proposición, es decir, algo
que debe ser aceptado o rechazado, y que se elabora dentro del poema mediante metáforas.
II
La noche es del color
Del brazo de una mujer:
Noche, la hembra,
Oscura,
Fragante y flexible,
Se oculta.
Una charca brilla,
Como una pulsera
Que se sacude en una danza.
III
Me mido
Junto a un árbol alto.
Descubro que soy mucho más alto,
Porque alcanzo directamente el sol,
Con mis ojos;
Y alcanzo la orilla del mar
Con mis oídos.
Sin embargo, no me gusta
El modo en que las hormigas se arrastran
Dentro y fuera de mi sombra.
IV
Cuando mi sueño estaba cerca de la luna,
Los blancos pliegues de su vestido
Se llenaron de luz amarilla.
Las plantas de sus pies
Enrojecieron.
Su pelo se cubrió
De ciertas cristalizaciones azules
De las estrellas,
No muy lejanas.
V
Ni todos los cuchillos de las farolas,
Ni los cinceles de las largas calles,
Ni los mazos de las cúpulas
Y las altas torres
Pueden tallar
Lo que una estrella puede tallar
Brillando entre las hojas de parra.
VI
Los racionalistas, que llevan sombreros cuadrados,
Piensan, en habitaciones cuadradas,
Mirando al suelo,
Mirando al techo.
Se limitan
A triángulos rectángulos.
Si intentaran romboides,
Conos, curvas, elipses
-Como, por ejemplo, la elipse de la media luna-
Los racionalistas llevarían sombreros.
II
Son formas amarillas
compuestas por curvas
que se abomban hacia la base.
Son pinceladas rojas.
III
No son superficies planas
de contornos curvos.
Son redondas
y se ahusan hacia la punta.
IV
Tal como están modeladas
son trozos de azul.
Una hoja endurecida y seca cuelga
del tallo.
V
El amarillo reluce.
Reluce con amarillos diversos,
cidras, naranjas y verdes
florecen sobre la piel.
VI
Las sombras de las peras
son borrones sobre la tela verde.
Las peras no se ven
como el observador desea.
I
Aquí es donde vive la serpiente, la sin cuerpo.
Su cabeza es aire. En cada cielo, por la noche,
Debajo de su cola se abren ojos que nos miran.
II
Adiós a una idea... Una cabaña en pie,
Abandonada, sobre una playa. Es blanca,
Como de Costumbre o de acuerdo con
IV
Adiós a una idea. ..Las cancelaciones, las negaciones
Nunca son definitivas. El padre está sentado en el espacio,
Dondequiera que sea, con aspecto no amable,
VII
¿Existe una imaginación que entronizada reúna
Tan inexorable como benevolente, lo justo
Y lo injusto, que en medio del verano se detenga
VIII
Siempre puede haber un tiempo de inocencia.
Nunca existe un lugar. O si no existe un tiempo,
Si no es cosa de tiempo, ni de espacio,
X
Gente infeliz en un mundo feliz-
Lee, rabino, las fases de esta diferencia.
Gente infeliz en un mundo infeliz-
1
Entre veinte cerros nevados
lo único que se movía
era el ojo de un mirlo.
2
Yo era de tres pareceres,
como un árbol
en el que hay tres mirlos.
3
En el viento de otoño giraba el mirlo.
Tenía un papel muy breve en la pantomima.
4
Un hombre y una mujer
son uno.
Un hombre y una mujer y un mirlo
son uno.
5
Yo no sé si prefiero
la belleza de las inflexiones
o la belleza de las insinuaciones,
si el nido silbando
o después.
6
El hielo cubría el ventanal
de cristales bárbaros.
La sombra del mirlo
lo cruzaba de un lado a otro.
La fantasía
trazaba en la sombra
una causa indescifrable.
7
Oh, delgados hombres de Haddam,
¿por qué imagináis pájaros dorados?
¿No veis cómo el mirlo
anda entre los pies
de las mujeres que os rodean?
8
Conozco nobles acentos
e inevitables ritmos lúcidos;
pero también conozco
que el mirlo anda complicado
en lo que conozco.
9
Cuando el mirlo se perdió de vista
señaló el límite
de un círculo entre otros muchos.
10
Al ver mirlos
volar en la luz verde,
hasta los charlatanes de la eufonía
gritarían agudamente.
11
Viajaba por Connecticut
en un coche de cristal.
Una vez le entró el miedo,
por haber confundido
la sombra de su equipaje
con mirlos.
12
El río se mueve.
Estará volando el mirlo.
13
Toda la tarde fue de noche.
Nevaba,
iba a seguir nevando.
El mirlo se detuvo
en la rama del cedro.
EL COMIENZO
Él aspiraba de su oxígeno,
Incluso cuando el libro yacía del revés sobre el polvo, en su mesa.
EN EL ELEMENTO DE ANTAGONISMOS
MAÑANA DE DOMINGO
IV. Dice ella: "Me siento contenta cuando los pájaros al despertarse
y antes de alzar el vuelo, prueban la realidad
De neblinosos campos, con sus dulces preguntas;
Pero cuando se han ido y sus cálidos campos
Ya no regresan nunca, ¿dónde encontrar el paraíso?"
No existe guarida alguna para las profecías,
Ni la vieja quimera del sepulcro,
Tampoco el áureo subterráneo, ni melodiosa isla
En donde los espíritus vuelvan al hogar,
Ni visionario sur, ni sombría palmera que haya perdurado
Allá remota sobre alguna colina celestial
Lo que el verde de abril; o que perdure
Cuanto sus recuerdos de pájaros despiertos,
O su deseo de junio y del atardecer, anunciado
Por la consunción del vuelo de la golondrina.
II
La noche es del color
De un brazo de mujer:
Noche, la hembra,
Oscura
Fragante y flexible,
Se oculta.
Una charca brilla
Como un brazalete
Que se agita en la danza.
III
Me mido a mí mismo
En un árbol alto.
Descubro que yo soy mucho más alto,
Porque alcanzo directamente al sol,
Con mi ojo;
y alcanzo a la orilla del mar
Con mi oído.
Aún así, no me gusta
La forma en que las hormigas
Entran y salen de mi sombra.
IV
Cuando mi sueño estaba cerca de la luna
Los blancos pliegues de su falda
Se llenaron de luz amarilla.
Las plantas de sus pies
Enrojecieron.
Su cabellera se llenó
De azules cristalizaciones
Provenientes de estrellas
No lejanas.
V
Ni todas las cuchillas de los postes,
Ni los escoplos de las largas calles,
Ni los mazos de las cúpulas
Y altas torres
Pueden tallar
Lo que puede tallar una estrella
Cuando brilla a través de las hojas de parra.
VI
Los racionalistas, con sombreros cuadrados,
Piensan, en estancias cuadradas,
Mirando al suelo,
Mirando al techo.
Se limitan
A triángulos rectángulos.
Si intentasen romboides,
Conos, sinuosidades, elipses
-Como, por ejemplo, la elipse de la media luna-
Los racionalistas llevarían sombreros.
EL VASO DE AGUA
I
Brilla sola, brilla al desnudo, brilla como el bronce
que no refleja mi faz ni ninguna otra parte
de mi ser, brilla como fuego, que nada refleja.
II
Nada prestes a ninguna humanidad
que te bañe en su propia luz.
No seas quimera de la mañana,
mitad hombre, mitad estrella.
No seas una inteligencia,
como el ave viuda
o un viejo caballo.
I
Ahora en mitad del verano con todos los tontos sacrificados
y las furias de la primavera consumidas y aún muy lejos
de las primeras inhalaciones del otoño, los polluelos
están en la hierba, las rosas cargadas con el peso
de su fragancia y la mente ha pospuesto sus tribulaciones.
APENAS EL SER
I
EN mi cuarto, el mundo está más allá de mi comprensión;
Pero cuando camino veo que consiste en tres o cuatro colinas y una nube.
II
Leyendo donde he escrito
< La primavera es como una mujer desvistiéndose>
III
El árbol dorado es azul
El cantante se ha echado su capa a al cabeza.
La luna está en los pliegues de su capa.
EL LECTOR
II
La noche es del color
Del brazo de la mujer;
La noche, la hembra,
Oscura
Fragante y flexible,
Se esconde.
Un charco brilla
Como un brazalete
Agitado en una danza.
III
Me mido
Con un árbol alto.
Encuentro que soy mucho más alto,
Porque llego directamente al sol,
Con mi ojo;
Y alcanzo a la orilla del mar
Con mi oído.
Aun así, me disgusta
La forma en que se arrastraban las hormigas
Fuera y dentro de mi sombra.
IV
Cuando mi sueño estaba cerca de la luna,
Los blancos pliegues de su túnica
Se llenaron de luz amarilla.
Las plantas de sus pies
Enrojecieron.
Su pelo se llenó con ciertas azules cristalizaciones
De estrellas
No muy lejanas.
V
Ni todas las cuchillas de los postes,
Ni los cinceles de las largas calles,
Ni los mazos de las cúpulas
Y de las lastas torres
Pueden esculpir
Lo que puede esculpir una estrella
Brillando entre las hojas de una para.
VI
Los racionalistas, usando cuadrados sombreros,
Piensan, en cuadradas habitaciones,
Mirando al suelo
Mirando al techo
Se limitan
A triángulos rectángulos.
Si intentaran romboides,
Como conos, curvas, elipses-
Como por ejemplo , la elipse de medialuna-
Los racionalistas usarían sombreros.
EL HOMBRE DE LA GUITARRA AZUL (FRAGMENTO)
I
El hombre inclinado sobre su guitarra,
En pobre sastre. EL día era verde.
II
Llevar no puedo un mundo muy redondo
Aunque lo enmiendo como puedo.
III
Mover la daga en su corazón,
IV
¿Eso es la vida, pues, las cosas como son?
Es la guitarra escoge su camino
V
No nos hables de la grandeza de la poesía.
De antorchas alumbrando el subterráneo,
EL VASO DE AGUA
Que el vaso en el calor se fundiría
Y que el agua en el frío se volvería hielo,
Demuestran que este objeto es tan sólo un estado,
Uno de muchos, entre dos polos.
También lo metafísico posee esos dos polos.
La desgracia es
no tener en verdad nada.
Es tener o nada.
Es algo para tener,
un león, un buey en su pecho,
sentirla respirar allí.
Es como un hombre
en el cuerpo de una bestia violenta.
Sus músculos son los de él…
ADAGIA(FRAGMENTOS)
Después de que se ha abandonado la creencia en Dios, la poesía es esa esencia que toma su
lugar como la redención de la vida.
Un tema grandioso no garantiza un efecto grandioso, sino, muy probablemente, lo opuesto.
La poesía y la materia poética son términos intercambiables.
Un nuevo significado es el equivalente de una nueva palabra.
Lo real sólo es la base, pero es la base.
Al menos en poesía, la imaginación no debe desligarse de la realidad.
Es la creencia y no el dios lo que cuenta.
Un viaje en el espacio es igual a un viaje en el tiempo.
La poesía incrementa el sentimiento de la realidad.
El poeta es el intermediario entre la gente y el mundo en que vive así como entre la gente
entre sí; pero no entre la gente y algún otro mundo.
El propósito de la poesía es hacer que la vida sea completa en sí misma.
La creencia superior es la de creer en una ficción sabiendo que es ficción, por no haber nada
más. La verdad exquisita es saber que se trata de una ficción y que uno cree voluntariamente
en ella.
En presencia de una extraordinaria realidad, la conciencia toma el lugar de la imaginación.
El poema es naturaleza creada por el poeta.
El poeta es el sacerdote de lo invisible.
La metáfora crea una nueva realidad desde la cual el original parece irreal.
Los ojos ven menos de lo que la lengua dice. La lengua dice menos de lo que la mente piensa.
El poeta es un dios, o el joven poeta es un dios. El viejo poeta es un vagabundo.
No se puede perder el tiempo en ser moderno cuando hay tantas cosas importantes que ser.
El mundo del poeta depende del mundo que ha contemplado.
La imaginación aplicada a la totalidad del mundo es insípida en comparación con la
imaginación aplicada al detalle.
Un poema no necesita tener un significado y, como muchas de las cosas de la naturaleza, a
menudo no lo tiene.
La poesía descubre la relación de los hombres con los hechos.
La mandolina es el instrumento
de un lugar.
DEPRESIÓN PRIMAVERAL
Canta el gallo,
y la reina no despierta.
El pelo de mi rubia
reluce al sol,
como la baba del rumiante
flotando en el viento.
Oh, oh
el kikirikí
no obtiene el eco
del cocorocó.
DE LA SIMPLE EXISTENCIA
OTOÑO INMORTAL
LA MUERTE DE UN SOLDADO
La vida se contrae,
al igual que en el otoño, se espera la muerte.
El soldado cae.
EL SOL EN MARZO
METAMORFOSIS
Amarillito, amariiiilliiito,
Amariiiilliiiiiiiiito,
viejo gusano hermosas curvas
sep....tiem.......bre
en el viento.
El verano muere,
los pájaros han volado.
Oh, por favor recrea
oc... octu....octubre.
MAÑANA DE DOMINGO
I
Complacencias del batón, y tardío
Café y naranjas en una silla al sol,
Y la verde libertad de un papagayo,
Se mezclan en una alfombra para disipar
El sagrado silencio de los sacrificios antiguos.
Ella sueña un poco, y siente la oscura
Invasión de esa vieja catástrofe,
Como se oscurece una bonanza entre las luces del agua.
Las vívidas naranjas y las brillantes alas verdes
Parecen cosas en alguna procesión de los muertos,
Serpenteando por las anchurosas aguas, sin ruido,
El día es como un agua anchurosa, sin ruido,
Aquietado para que pasen sus pies que sueñan
Sobre los mares, hacia una silenciosa Palestina,
Dominio de la sangre y del sepulcro.
II
¿Por qué dará su dádiva a los muertos?
¿Qué es la divinidad si sólo llega
En silenciosas sombras y en sueño?
¿No encontrará en consuelos del sol,
En fruta vívida y en las brillantes alas verdes, o sino
En los bálsamos y bellezas de la tierra,
Cosas dignas de amor, como la imagen del cielo?
La divinidad tiene que vivir en ella misma:
Lamentos en la soledad, o indómitos
Entusiasmos cuando la selva florece; huracanadas
Emociones en caminos mojados por las noches de otoño;
Todos los placeres y todas las penas, recordando
La rama del verano y la rama invernal.
Tales son las medidas de su alma
III
Zeus tuvo en las nubes nacimiento inhumano.
Ninguna madre lo amamantó, ningún dulce país
Dio amplios ademanes a su mítica mente.
Anduvo entre nosotros, como un rey que murmura,
Magnífico, andaría entre sus corzas,
Hasta que nuestra sangre, conjugándose, virginal,
Con el cielo, trajo tal recompensa al deseo que
Hasta las corzas lo divisaron en una estrella.
¿Fracasará nuestra sangre? ¿Llegará a ser
La sangre del Paraíso? ¿Y se parecerá
Toda la tierra que conocemos al Paraíso?
El cielo entonces será más amistoso que ahora,
Participará en el trabajo y participará en el dolor,
Y próximo en la gloria al amor que perdura,
Y no este azul indiferente, que aleja.
IV
Ella dice: “Estoy contenta cuando los pájaros
Antes de volar, prueban la realidad
De los nublados campos con sus dulces preguntas;
Pero cuando los pájaros se han ido, y sus calientes campos
Ya no vuelven, ¿dónde está el Paraíso?”.
No hay morada para la profecía,
Ni antiguas quimeras del sepulcro,
Ni el áureo subterráneo, ni isla
Melodiosa, donde regresan los espíritus,
Ni un visionario sur, ni nebulosa palmera
Remota en una colina del cielo, que ha perdurado
Como perdura el verde de abril; o perdurará
Como su memoria de pájaros despiertos;
O su anhelo de junio y de la tarde, tocado
Por el agotamiento de las alas de la golondrina.
V
Ella dice: “Pero aun siento en el consuelo
La necesidad de una imperecedera ventura”.
La muerte es madre de la belleza; sólo de ella
Vendrá el cumplimiento de nuestros sueños
Y de nuestros deseos. Aunque desparrama las hojas
Del seguro olvido en nuestros senderos,
El sendero que la pena enferma tomó, los muchos senderos
Donde retumbó la crasa fanfarria del triunfo, o donde el amor
Movido por ternura susurró algo,
Hace que el sauce se estremezca en el sol
Para muchachas que solían sentarse y mirar
La hierba, abandonada a sus pies.
Hace que los muchachos apilen nuevas ciruelas y peras
En desdeñadas fuentes. Las muchachas prueban
Y apasionadamente se extravían en las hojas acumuladas.
VI
¿No habrá cambio de muerte en el Paraíso?
¿No cae jamás la fruta madura? ¿Cuelgan las ramas
Grávidas siempre contra el cielo perfecto,
Inmutable, pero tan parecido a nuestra tierra mortal,
Con ríos como los nuestros que buscan mares
Que nunca encuentran, las mismas playas que se alejan
Y que nunca se tocan, con inarticulado dolor?
¿A qué poner el fruto en estas márgenes
O embalsamar las costas con la flor?
Ay de nosotros, que allí usen nuestros colores,
Los tejidos de seda de nuestras tardes,
Y pulsen las cuerdas de nuestros insípidos laúdes.
La muerte es la madre de la belleza, mística,
En cuyo ardiente pecho imaginamos
Nuestras madres terrestres, esperando, insomnes.
VII
Ágil y turbulento, un círculo de hombres
Cantará, orgiástico, en una mañana de verano
Su estentórea devoción al sol,
No como un dios, sino como un dios podría estar
Desnudo entre ellos, como un manantial salvaje.
Su canto será un canto de Paraíso,
Salido de su sangre, volviendo al cielo;
Y en su canto entrarán, voz por voz,
El tempestuoso lago en el que su señor se deleita,
Los árboles como serafines y las retumbantes colinas
Que prolongan el coro mucho después,
Conocerán muy bien la celestial camaradería
De los hombres que mueren y de la mañana estival.
Y el rocío sobre sus pies manifestará
De dónde han venido y adónde van.
VIII
Ella escucha, sobre el agua silenciosa
Una voz que grita: “La sepultura de Palestina
No es el pórtico de los espíritus que se demoran.
Es la tumba de Jesús, donde yació”.
Vivimos en un viejo caos del sol,
O en una vieja dependencia del día y de la noche,
O en la soledad de una isla, sin tutela, libres,
De esa anchurosa agua, inescapable.
Recorren los ciervos nuestras montañas, y las codornices
Silban en torno a sus espontáneos gritos;
Las dulces frutillas maduran en la soledad;
Y, en el aislamiento del cielo,
Al atardecer, bandadas casuales de palomas trazan
Ambiguas ondulaciones cuando descienden
Hacia la oscuridad, con extendidas alas.
Él respiraba su oxígeno,
aun cuando el libro estaba vuelto sobre el polvo de su mesa.
DE LA POESÍA MODERNA
DOMINGO A LA MAÑANA
I
El placer de estar en bata, y a una hora tardía el café y naranjas en una silla al sol, y la verde
libertad de un papagayo, sobre un tapiz fúndense para disipar el sagrado silencio del antiguo
sacrificio. Ella sueña un poco, y siente la oscura intromisión de esa vieja catástrofe, como
entre las luces del agua se ensombrece una calma. Las acres naranjas y las brillantes, verdes
alas, parten de un fúnebre cortejo, serpenteando a través del agua, sin ruido. El día es cual
anchurosa agua sin ruido, aquietado por el paso de ella con sus pies soñadores sobre los
mares, hacia la callada Palestina, reino de la sangre y del crepúsculo.
II
¿Por qué habría de dar su dádiva a los muertos? ¿Qué es la divinidad si solamente puede
llegar en sigilosas sombras y en sueños? ¿No encontrará en los consuelos del sol, en la fruta
acre y en las brillantes verdes alas, o en cualquier otro bálsamo o belleza de la tierra, cosas
que amar tanto como el pensamiento del cielo? La divinidad debe vivir dentro de ella:
pasiones de la lluvia, o estados de ánimo con el caer de la nieve, lamentos en soledad, o
insumisos entusiasmos cuando la selva florece, borrascosas emociones por caminos mojados
en noches de otoño; todos los goces y todas las penas, recordando la verde rama del verano y
el ramaje invernal. Tales son las medidas consagradas a su alma.
III
En las nubes tuvo Júpiter su inhumano nacimiento. Ninguna madre lo amamantó, ninguna
dulce tierra dio majestad a su mítica mente. Pasó entre nosotros como un gruñón y magnífico
rey pasaría entre sus siervos, hasta que nuestra sangre, mezclándose, virginal, con el cielo,
trajo al deseo recompensa tal que hasta los siervos lo reconocieron en una estrella. ¿Fracasará
nuestra sangre? ¿O tornaráse sangre del paraíso? ¿Y la tierra semejará al paraíso que
conocemos? El cielo será entonces más amistoso que ahora, una parte de esfuerzo y una parte
de dolor, y cercano en la gloria al amor perdurable, no este divisorio e indiferente azul.
IV
Ella dice: “Me gusta cuando los pájaros, al despertar, antes de volar prueban con sus dulces
preguntas la realidad de los brumosos campos; pero cuando los pájaros se han ido y sus tibios
campos no vuelven más, ¿dónde está, entonces, el paraíso? No ronda ninguna profecía, ni
quimera alguna de la tumba, ni el dorado subterráneo, ni isla melodiosa donde los espíritus
retornan a su hogar, ni visionario sur, ni nebulosa palmera remota sobre la colina celestial,
que haya perdurado como perdura el verde de abril, o que perdure como el recuerdo de los
pájaros despiertos, o su ansia de junio y del atardecer, tocada por el extenuarse de las alas de
la golondrina.
V
Ella dice: “pero en la satisfacción siento aún la necesidad de una dicha imperecedera”. La
muerte es la madre de la belleza; por eso sólo de ella vendrá el cumplimiento de nuestros
sueños y nuestros deseos. Aunque ella esparce por nuestros senderos las hojas de la
destrucción, el sendero que tomó la doliente pena, los muchos senderos por donde el triunfo
hizo sonar su fanfarria descarada, o donde el amor impulsado por la ternura algo susurró.
Ella hace que el sauce tiemble al sol para las doncellas que solían sentarse y contemplar los
prados, abandonados a sus pies. Ella induce a los muchachos a amontonar más ciruelas y
peras en desdeñadas bandejas. Las doncellas prueban y se extravían apasionadamente por las
desordenadas hojas.
VI
¿No habrá en el paraíso otra muerte? ¿No cae jamás el fruto maduro? ¿O las ramas cuelgan
siempre henchidas bajo ese cielo perfecto, inmutable y sin embargo tan similar a nuestra
perecedera tierra con ríos como los nuestros, siempre en busca de inencontrables mares, y
playas que se alejan y que nunca tocan con articulado dolor? ¿Por qué plantar el peral en las
márgenes de esos ríos, o perfumar las playas con el aroma del ciruelo? ¡Ay, que luzcan allí
nuestros colores, la sedosa trama de nuestras tardes, y hagan vibrar las cuerdas de nuestros
insípidos laúdes! La muerte es la madre de la belleza, mística, y en su ardiente regazo
entrevemos a nuestras madres terrestres que esperan, insomnes.
Nunca sintió dos veces lo mismo respecto del salpicado río, que seguía fluyendo y nunca dos
veces el mismo, fluyendo a través de muchos lugares, y como inmóvil en uno, fijo como un
lago donde se agitan los patos silvestres, rizando sus usuales reflejos, pensados Monadnocks.*
Parecía ser un apóstrofe que no fue dicho. Quiso que el río siguiese fluyendo de la misma
manera, que siguiese fluyendo. Quiso caminar a su lado, bajo los sicómoros, debajo de una
luna rápidamente enclavada. Quiso que su corazón dejara de latir, que su mente descansara
en una permanente comprensión, sin patos silvestres o montañas que no eran montañas, sólo
por saber cómo sería, sin las oscilaciones del paso planetario, respirando su aliento broncíneo
en el azulado centro del tiempo.
*Monadnocks es el nombre de una línea de montañas, y se usa ese término en geología para
indicar restos de antiguas zonas altas que se alza sobre un llano como una aislada masa rocosa.
(N. del T.)
LA POESÍA ES UNA FUERZA DESTRUCTIVA
La desgracia es no tener en verdad nada. Es tener o nada. Es algo para tener, un león, un
buey en su pecho, sentirla respirar allí. El corazón, perro fornido, buey joven, oso patizambo,
prueba la sangre de ellos, no la escupe. Es como un hombre en el cuerpo de una bestia
violenta. Sus músculos son los de él…
El león duerme al sol. Su hocico sobre sus garras. Puede matar a un hombre.
ADAGIA (fragmentos)
El poeta fabrica vestidos de seda con gusanos. Los autores son actores, los libros son teatros.
Después que se ha abandonado la creencia en Dios, la poesía es esa esencia que toma su lugar
como la redención de la vida. La exactitud de la observación es el equivalente de la exactitud
del pensamiento. La relación del arte con la vida es de primera importancia, especialmente en
una época escéptica, puesto que, en ausencia de la creencia en Dios, la mente se vuelve sobre
sus propias creaciones y las examina, no sólo desde el punto de vista estético, sino por lo que
ella revelan, por lo que validan o invalidan, por el apoyo que dan. Un tema grandioso no
garantiza un efecto grandioso, sino, muy probablemente lo opuesto. La poesía y la materia
poética son términos intercambiables. Un nuevo significado es el equivalente de una nueva
palabra. Lo real sólo es la base, pero es la base. Al menos en poesía, la imaginación no debe
desligarse de la realidad. Es la creencia y no el dios lo que cuenta. Un viajo en el espacio es
igual a un viaje en el tiempo. La poesía incrementa el sentimiento de la realidad. El poeta es el
intermediario entre la gente y el mundo en que vive así como entre la gente entre sí; pero no
entre la gente y algún otro mundo. El propósito de la poesía es hacer que la vida sea completa
en sí misma.
La creencia superior es la de creer en una ficción sabiendo que es ficción, por no haber nada
más. La verdad exquisita es saber que se trata de una ficción y que uno cree voluntariamente
en ella. En presencia de una extraordinaria realidad, la conciencia toma el lugar de la
imaginación. El poema es naturaleza creada por el poeta. El poeta es el sacerdote de lo
invisible. La metáfora crea una nueva realidad desde la cual el original parece irreal. Los ojos
ven menos de lo que la lengua dice. La lengua dice menos de lo que la mente piensa. Un
cambio de estilo es un cambio de tema. El poeta es un dios, o el joven poeta es un dios. El viejo
poeta es un vagabundo. No se puede perder el tiempo en ser moderno cuando hay tantas cosas
importantes que ser. El mundo del poeta depende del mundo que ha contemplado. La
imaginación aplicada a la totalidad del mundo es insípida en comparación con la imaginación
aplicada al detalla. Un poema no necesita tener un significado y, como muchas de las cosas de
la naturaleza, a menudo lo tiene. A la larga la verdad no debe importar. La poesía descubre la
relación de los hombres con los hechos.
Por alguna razón tomamos las últimas palabras de una persona, escritas o no, como su
voluntad más incuestionable, el gesto que da sentido a una vida. Con mayor razón, podemos
aventurar, cuando el testamento proviene de quien trabajó con y para el lenguaje. Los versos
encontrados en la última libreta de Pablo Neruda representan una serie de juegos de
palabras, aliteraciones y onomatopeyas inéditas en su obra. El poema que cierra la poesía
completa de T. S. Eliot es inusitadamente autorreferencial y directo. Aunque no son un
poema, las palabras de Celan en su lecho de muerte persisten como canto de cisne y poética
inescrutable. Ahora bien, Stevens moduló su tono a lo largo de los años, compactándolo,
profundizando en la forma, fiel a ciertos postulados suyos: la impersonalidad de la poesía, el
poema como experiencia compartida (no informe o invención, sino vivencia), la conciencia que
se desplaza a la manera de la imaginación para descubrir lo extraordinario.
El título del volumen resulta casi redundante. Agrupa los poemas postreros de quien publicó
su primer libro, Harmonium, a los cuarenta y cuatro años –edad a la que una teoría
comúnmente aceptada considera cerrada la producción central de un poeta. Lo cierto es que
el abogado y vicepresidente de una compañía de seguros dio a la luz pública una poesía que
maduró al margen de la vida literaria, y que prácticamente no conoció adolescencia.
Entonces, ¿qué podemos esperar de sus últimos poemas? Coherencia. Un Wallace Stevens que
ahonda en sus reflexiones barrocas, que subvierte el orden corriente de la poesía
norteamericana tan cercana a lo conversacional. Un Wallace Stevens que se reserva una duda
sobre la realidad generalmente aceptada. Y no busca sustituirla por una versión mejorada de
la misma, sino especular sobre lo que existe, intervenir con la reflexión activa (ficción
sinónimo de imaginación) el imperfecto trazo del continuum exterior que habitamos. No hay,
en estos poemas de despedida otra sorpresa que un poeta ahondando en sus asuntos de
siempre. Y eso de ninguna forma es poco: “Ahora, aquí, la nieve que tenía olvidada se torna //
parte de una realidad mayor, parte de / una apreciación de la realidad // y por lo tanto una
elevación, como si yo saliera / con una cosa que puedo tocar, tocar de todas las maneras.”
En Stevens lo central es esa teoría del mundo. El poeta va siempre tras los Grandes Temas, lo
trascendente, los propósitos puros. Los elementos narrativos (personajes, anécdotas)
transcurren a modo de ilustración, traducción a objetos del pensamiento abstracto. Los
instantes líricos se dan de bruces con elucubraciones ontológicas, con extrañas construcciones
filosóficas. Cada texto entraña la concretización de una inteligencia que parte de lo material
para acceder a los laberintos de la percepción. Por ello, los poemas presentan en la primera
lectura un innegable grado de opacidad. Pero este reto es una circunstancia calculada. El
autor no está dispuesto a desarmar sus incógnitas para mostrarle al lector solo los resultados
de sus indagaciones (“vivimos en una constelación / de trozos y de tonos, / no en un único
mundo, / de cosas bien dichas [...] Pensadores sin pensamientos finales / en un cosmos siempre
incipiente”). Por el contrario, si algo distingue a Stevens es su capacidad para llevar al papel
los vericuetos que su conciencia ha atravesado, sin aplanarle el terreno al lector, sino más bien
procurando que atraviese los mismos retos, que sus engranajes funcionen en armonía. En él,
la escritura sucede al mismo tiempo que la percepción. En sus Adagios, el autor propone: “El
poeta parece conferir su identidad al lector. Es más fácil reconocer esto cuando se oye música
–quiero decir este tipo de cosa: la transferencia.” No hay didáctica ni comunicación, sino
transmisión, identificación en el objeto verbal.Aunque en la “Nota del traductor” se advierte
lo que el lector habrá de esperar, algunas veces la versión dista de sonar con naturalidad (no
digo cadenciosamente, pues Stevens no ofrece ritmos amables, sino de acuerdo al ritmo y la
sintaxis de la lengua de recepción). Incluso lo abigarrado y arduo tiene revés y derecho.
Pronombres inoperantes en español, decisiones semánticas un tanto neutras, más de un verso
trasladado literalmente. Las eventualidades no resueltas de la lengua de partida dejan el
resultado a medio camino entre dos idiomas.
Para Stevens el concepto de Dios está perdido. La fe religiosa no ayuda a habitar la realidad.
En ese panorama, la experiencia estética y la revelación de la naturaleza ocupan el lugar de la
espiritualidad como “salud”, “cura” y “renovación de la experiencia” del mundo. La
identificación entre sujeto y entorno, entre el sujeto y la imagen (germen de todo mito), sucede
como apoteosis, experiencia mística en la que el ser se renueva:
Es la naturaleza de su creador
[acrecentado,
elevado. Es él, de nuevo, en una
[refrescada juventud
y es él en la sustancia de su región,
madera de sus bosques y piedra
[de sus campos
o de debajo de sus montes.
El poeta no desconfía de la realidad per se: descree de las aproximaciones fáciles. Propone
tomar el camino largo, el método profuso, para llegar a un estrato más pleno que incluya
dentro y fuera. Potenciar “el sentimiento de la realidad”. La escritura del poeta tuvo siempre
por destino el sitio donde “la realidad es una actividad de la más augusta imaginación”. Un
devenir donde forma y contenidos, hechos y posibilidades, construyan la fugaz, presentida
ficción suprema del Yo que se adentra en la Otredad. ~
En una reconciliación parcial entre el sentido y la cosa, el sentido se convierte para Williams
en la potencia activa al servicio de las cosas.
El sentido "hace" a los objetos, los trae al mundo real, el poema para W.C.Williams pasa a
ser una metáfora en la que los objetos hablan y las palabras no son ya ideas sino objetos
sensibles.
El ojo y la oreja : el objeto oído y la palabra dibujada; la imaginación no sólo ve, sino que oye,
no sólo oye, también dice.
A partir de su adhesión al "imaginismo", Williams se mantuvo fiel al verso libre durante toda
su vida, pero por vital que tal escuela fuera y para no volverse artificial, pasa a convertirse
con obstinada coherencia en un observador realista del mundo social y natural en que el
hombre vive, tratando de buscar en la observación e indagación de cada objeto, esto lo lleva a
enfrentarse a las cosas y presentarlas tal cual son, encontrando Williams en el verso libre un
eficaz instrumento.
Un verso que destaca un ritmo dócil e interno y adaptable a cualquier situación expresiva y
así, sin explicar nada, teniendo como meta la objetividad más extrema, logra poemas de una
frescura muy peculiar, plenos de dinamismo, realistas, como paisajes de un cuadro
instantáneo que enmarca la foto de una polaroid...
" cuánto depende / de una / carretilla / roja /bruñida por el agua / de la lluvia / junto a los
blancos / pollitos".
A veces, gracias a una observación detallista de un ojo implacable, logra transmitir una
emoción...
"El abrazo de las hojas / en los árboles / es un mundo / sin palabras /...
Es el beso / de las hojas / no de la hiedra o de la ortiga, el beso / de las hojas de encina / Aquel
que ha besado / una hoja / no tiene necesidad / de besar más".
UNA CANCIÓN DE AMOR
No hay luz-
Sólo una mancha espesa como miel
Goteando de hoja en hoja
Y de rama en rama
Estropeando los colores
Del mundo entero.
Estoy solo.
El peso del amor
Me sostuvo
Hasta que mi cabeza
Dio contra el cielo.
¡Mirame!
Mi pelo chorrea néctar-
Los tordos se lo llevan
Sobre sus alas negras.
Mirá, mis brazos y
Mis manos por fin están
Sin hacer nada.
Según Brueghel
cuando Ícaro cayó
era primavera
un granjero araba
su campo
y toda la pompa
del año
se despertaba
cosquilleando cerca
insignificante
más allá de la costa
hubo
LLEGADA
CANCIÓN DE VERANO
Luna vagabunda
sonriéndole con
apenas ironía
a esta
mañana de verano
brillante, húmeda de rocío,-
una sonrisa
distante, de indiferencia
somnolienta,
una sonrisa de vagabunda, -
Si comprara
una camisa
de tu color y
me pusiera una corbata
azul-cielo
¿A dónde me llevarían?
VENTISCA
Cae la nieve:
años de furia detrás de
horas que flotan perezosas--
la ventisca
arrastra su peso
más y más hondo por tres días
¿o sesenta años, eh? Después
¡el sol! una maraña de
copos azules y amarillos--
Árboles que parecen hirsutos
sobresalen en los callejones largos
por encima de una soledad salvaje.
El hombre se da vuelta y allí --
su huella solitaria extendida
sobre el mundo.
POSTLUDIO
Tu pelo es mi Cartago
Mis brazos el arco
Y nuestras palabras flechas
Para disparar a las estrellas
Que desde ese mar brumoso
Se congregan para destruirnos.
ÁRBOLES DE INVIERNO
LA CARRETILLA ROJA
cuánto depende
de una
carretilla
roja
bruñida por el agua
de la lluvia
junto a los blancos
polluelos.
LA ACACIA EN FLOR.
Entre
la verde
rígida
vieja
brillante
quebrada
rama
llega
el blanco
suave
mayo
nuevamente
LA CALLE SOLITARIA.
LIBRO DOS
II
Domingo en el Parque
Uno mata
por dinero, pero no siempre lo obtiene.
El gentil Cristo
hijo de Pericles
y femina practa
Dividido entre
Atenas y
los amphyoxus
El gentil Cristo—
maleza y valor
tristemente sincero
Llora y es
recordado como el
que salió de la tumba
Al contemplar las Cataratas, Hamilton quedó impresionado por el show de lo que en esos tiempos
era poder avasallante . . . planificó un acueducto de piedra a continuación de un bulevar
proyectado, por el camino más directo, a Newark con outlets cada una o dos millas a lo largo del río
para los grupos de fábricas: La Sociedad de Manufacturas Útiles: SMU, la llamaron.
Los periódicos del día hablaban en términos entusiastas de las magníficas perspectivas de la
"Manufactura Nacional" donde estaban profundamente convencidos se producirían todo el algodón,
casimeres, papel tapiz, libros, sombreros de fieltro y de paja, carruajes, cerámica, ladrillos, ollas,
sartenes y botones necesarios en los Estados Unidos. Pero los planes de L'Enfant eran más
majestuosos que prácticos, y Peter Colt, Tesorero del Estado de Connecticut, fue elegido en su
lugar.
El destacado objetivo de la Sociedad era la manufactura de productos de algodón.
William Carlos Williams (Rutherford, 1883-1963), Paterson, New Directions, New York, 1963
Versión © Silvia Camerotto
/ Paterson, 19
Libro 2
II
Domingo en el Parque
Bloqueados.
(Haz una canción con eso: concretamente)
¿Por quién?
En medio se levantó una iglesia masiva . . Y entonces todo vino a mí—que aquellas pobres
almas no tenían nada en el mundo, salvo esa iglesia, entre ellos y la pétrea, malagradecida y poco
prometedora mugre en la que vivían . . . . . .
Los veo—el Senado intenta bloquear Lilienthal y repartir “la bomba” entre unos pocos industriales.
No creo que tengan éxito pero . . eso es lo que quiero decir cuando me niego a exaltarme con el
grito ¡Comunista! que usan para enceguecernos. Es aterrador pensar con qué facilidad podemos ser
destruidos, unos pocos votos. Aun cuando el comunismo sea una amenaza, ¿son los comunistas
peores que los bastardos culpables de intentar socavarnos de este modo?
indiferente,
comenzó a vagar otra vez—un pie detrás del otro hacia el exterior
hacia el vacío . .
Allá arriba.
El policía apunta.
Un cartel clavado
en un árbol: Mujeres.
Caminando —
se
dejó un área estrecha en la base de la atalaya cerca de los orinales. Esta
es la línea del Señor: Varios bancos rotos
distribuidos en una hilera curva contra los arbustos
de cara al suelo llano, bancos donde
algunos niños han sido prevenidos por otros
contra la huida .
/ Paterson, 14
Libro 2
Domingo en el parque
Fuera
fuera de mí
hay un mundo,
se quejó él, sometido a mis exploraciones
—un mundo
El escenario es el Parque
sobre la roca,
femenina para la ciudad
—fines de primavera,
¡una tarde de domingo!
¡Espérenme!
—superando
los riesgos:
¡cayendo a baldes!
¡Para la flor de un día!
— ese amor,
que no es, no es en esos términos
en los que todavía creo
a pesar de todo;
la tierra seca, —pasiva-posesiva
Caminando —
Caminando —
A pesar de haber dicho que nunca volvería a escribirte, lo hago ahora porque descubro, con el paso
del tiempo, que el resultado de mi fracaso contigo ha sido la maldición absoluta de todas mis
capacidades creativas de un modo particularmente desastroso como nunca antes experimenté.
Desde hace varias semanas (cada vez que intenté escribir poesía) cada pensamiento que apareció,
incluso cada sensación, se borraron de esa capa dura de mí mismo que comenzara a amontonarse
desde la primera vez que sentí que ignorabas los contenidos reales de las últimas cartas que te envié,
y que finalmente se congelaron, convirtiéndose en una sustancia impenetrable cuando me pediste
que dejara de escribirte sin siquiera una explicación.
Ese tipo de bloqueo, que lo exilia a uno de uno mismo—¿lo experimentaste alguna vez? Me
atrevo a decir que sí, de a ratos; y si así fuera, puedes comprender perfectamente el daño
psicológico que causa cuando se convierte en una condición permanente, día a día.
/ Paterson, 9
Libro 1
II (Continuación)
El sol
envuelve la enredadera alrededor de un
arbusto; gusanos y jejenes, vida bajo de una piedra.
La serpiente detestable con su piel de mosaico
y su lengua iracunda. El caballo, el toro
todo el estruendo del pensamiento fracturado
mientras va cayendo metálico hasta convertirse en nada sobre las calles
y la dignidad absurda de una locomotora
arrastrando su carga—
Breves filosofías de
salidas y entradas cotidianas, con libros
soportando un extremo de la mesa inestable—
Las precisiones vagas de hechos bailando de dos
en dos con el lenguaje que nunca
superan—y amaneceres
enredados en la oscuridad—
Si yo lo exigiera, como
lo exigieron otros
y me fuera otorgado prontamente, y tu
consintieras. Yo consentiría
Paterson, 8
Libro 1
II (Continuación)
¡Claramente!
Da el petirrojo su orden. ¡Claramente!
claramente!
Así
definitivamente NO la universidad,
un brote verde caído sobre el pavimento su
dulce aliento suprimido: Divorcio (la
lengua tartamudea)
inexperta:
¡Divorcio!
Mientras
el arbusto verde se mece: de allí
saco mi aliento, hamacándose, de una pieza,
separado, animándose brevemente, por un instante
sin temor . .
/ Paterson, 6
Libro 1
Luego de este comienzo salió de gira al oeste, con la única compañía de un zorro y un oso que
recogió en sus viajes.
Saltó al Niágara desde una orilla rocosa de Goat Island. Más tarde anunció que antes de regresar a
las Jerseys iba a demostrar al oeste una última proeza. Saltaría 125 pies desde las cataratas del
Genesee River en noviembre 13 de 1829. Llegaron excursionistas desde muy lejos, de Estados
Unidos y Canadá para ver el fenómeno.
Se construyó una plataforma a orillas de las cataratas. Se tomó un trabajo enorme para calcular la
profundidad de las aguas. Incluso realizó un exitoso salto de prueba.
Ese día las multitudes se congregaron por todos lados. Se presentó y dio un breve discurso, tal como
se esperaba. ¡Un discurso! ¿Qué más podría decir sino que debía saltar con desesperación para
llevarlo a cabo? Y se arrojó a la corriente. Pero en lugar de descender con una caída en picada su
cuerpo osciló en el aire—el Discurso le había fallado. Estaba confundido. La palabra había sido
vaciada de significado. No hay error en Sam Patch. Golpeó contra el agua de costado y desapareció.
Se hizo un largo silencio mientras la multitud permanecía desconcertada.
Recién en la siguiente primavera encontraron su cuerpo congelado en un bloque de hielo.
En cierta ocasión lanzó su oso desde un acantilado sobre los rápidos del Niágara y luego lo rescató
corriente abajo.
Paterson, 11
Libro 1
Los delineamientos de los Gigantes
III
La nieve derretida
goteaba desde la cornisa de su ventana
90 golpes por minuto—
Vislumbró
en el linóleo a sus pies, una cara de
mujer, se olió las manos,
Son árboles
de cuyas hojas empapadas de lluvia
su mente bebe del deseo :
Paterson, 2
La primera parte de este poema aquí
Libro 1
Los delineamientos de los gigantes
I (Continuación)
Agitados como las aguas al acercarse
a la orilla, sus pensamientos
se entrelazan, repelen y debilitan allí abajo,
se elevan obstruidos por las rocas y giran
pero siempre tiran hacia delante — o chocan contra
un remolino y se enredan, señalados por una
hoja o la espesa espuma, pareciendo
olvidar.
Más tarde retoman la marcha y
son reemplazados por hordas sucesivas
que empujan hacia delante — con su ligereza
se unen ahora, lisos como el vidrio,
serenos o al parecer serenos ya que al final
se lanzan a una conclusión y
¡caen, caen al aire! como si
flotaran, lazos liberados de su peso,
divididos; aturdidos, ebrios
por la catástrofe de la caída
flotando sin sostén
para golpearse contra las rocas; contra un trueno
como si los hubiera partido un rayo
En febrero 1857, David Hower, un zapatero pobre con una familia numerosa, sin trabajo ni dinero, recogió
una gran cantidad de almejas en Notch Brook, cerca de la ciudad de Paterson. Al comerlas encontró gran
cantidad de sustancias duras. Al principio las tiró, pero finalmente las entregó a un joyero que le dio entre
veinticinco y treinta dólares por el lote. Luego encontró más. Una perla de fino brillo fue vendida a Tiffany
por u$s 900 y más tarde a la emperatriz Eugenia for u$s 2000, conocida posteriormente como la «Perla
Reina», la mejor de su clase en el mundo hasta el día de hoy. La noticia de esta venta provocó tal alboroto
que se lanzaron a la búsqueda de perlas a lo largo del país. Los Unios (almejas) de Notch Brook y de otros
lugares fueron recolectados por millares y destruidos, a menudo, con poco o ningún resultado. Una perla
grande y redonda, que pesaba más de 400 gramos, que hubiera sido la más fina perla de todos los tiempos,
se arruinó al hervir la almeja para abrirla.
Paterson, 20
Libro 2
II
Domingo en el Parque
Hay gente -especialmente entre las mujeres- que solo pueden hablar con una persona. Y yo soy una
de esas mujeres. No llego con facilidad a la confidencia (aunque a ti te parezca lo contrario). No
podría transmitir a ninguna de las personas que se han cruzado en mi camino en estos últimos
meses, esos momentos particulares de mi vida que han sido el tema de mis cartas para ti. Debo dejar
que me malinterpreten y me juzguen por todos mis desajustes económicos y sociales, antes que
tratar de explicar a cualquiera qué fue lo que te escribí. Entonces, habiéndote sobrecargado con
estas confidencias (no obstante lo agobiantes que haya sido o cuán lejos deba llegar en mi intento de
ser completamente honesto lo que es difícil para cualquiera) fue suficiente en sí como para hacer
que mi fracaso contigo tuviera un efecto tan desastroso sobre mí.
—llamando de espaldas
a la insignificante congregación, llamando a los vientos;
una voz llamando, llamando .
Entonces él ríe:
—otro,
a veinte pies de distancia, absorto pasea su perro
por la parte superior del muro—atento al perro—
al borde del acantilado sobre una caída de cincuenta pies .
Ninguna figura
las nubes pareciera sobrevolar cerca
Los detectives encontraron una nota sobre la mesa de la cocina dirigida a un soldado de Fort
Bragg, N.C.. El contenido de la carta demuestra que ella estaba enamorada del soldado, dijeron los
detectives.
PERO . !
¡No pueden ignorar las palabras de nuestro Señor Jesucristo
que murió en la Cruz por nosotros para que
tuviéramos Vida Eterna! Amén.
¡Amén! ¡Amén!
Eres
rico—y ahora vamos a divertirnos.
Hamilton percibió con mayor claridad que el resto la necesidad de un nuevo gobierno que
asumiera la autoridad sobre los Estados si quería sobrevivir. Él nunca confió en el pueblo, “la gran
bestia”, como él los veía y sostenía que Jefferson era un poco mejor, sino peor que cualquiera.
Paterson, 26
Libro Dos
III
Domingo en el Parque
Y Ella -
Las piedras nada inventan, solo el hombre inventa.
¿Qué responde la catarata? ¿llenando
la cuenca de piedras dentadas?
Y Él -
Sin duda, es lo nuevo, incomprendido, que
remodela lo viejo, derramándose .
Y Ella -
¡No ha sido representado en nuestra época!
Le
pauvre petit ministre, agitando sus brazos, se hunde
bajo la indiferente fragancia de los
tilos .
Mis sentimientos hacia ti son ahora de enojo e indignación; y me permiten decirte una cantidad de
cosas con franqueza, sin que mi lengua de rodeos como siempre.
Puedes llevarte también toda tu literatura y la del resto y arrojarla en uno de esos camiones de
basura enormes del Departamento de Sanidad, mientras la crema y nata de las mentes y las más
finas sensibilidades usen esas mentes y esas sensibilidades no para convertirse en seres humanos
más humanos que el común de la gente, sino como un medio de desligarse de responsabilidades que
lleven a una mayor comprensión de sus pares, solo en teoría- que no vale una mierda.
Él solo cae . .
Y Ella -
¡Cásanos! ¡Cásanos!
O que te arrastren, arrastren
hacia abajo hasta que te pierdas
-divorciada
de la exigencia de lugar-
del conocimiento,
del aprendizaje-los términos
ajenos, que no transmiten inmediatez, derramándose.
-divorciada
del tiempo (no más invento), calva como un
huevo .
¡Ja!
¡Ja!
Y Ella -
¡Me has abandonado!
Setenta y cinco de los sabios líderes del mundo, poetas y filósofos se reunieron en Princeton la
semana pasada . . .
-oscuramente
dando lugar al garabato . ¡y la guerra es ganada!
LLEGADA
Y uno de algún modo llega
se encuentra bajando las hombreras de
su vestido
en un dormitorio extraño–
siente el otoño
que deja caer sus hojas de seda y lino
sobre sus tobillos.
el cuerpo cursi y venoso emerge
retorcido sobre sí mismo
¡como viento de invierno…!
EL BRUTO DURMIENTE
POEMA
Cómo subió
el gato
al
armario de la mermelada
primero la pata delantera
derecha
con cuidado
luego bajó
las traseras
hasta el fondo
del florero
vacío
ACACIA EN FLOR
De
entre
la verde
tenaz
vieja y
brillante
rama
rota
surge
el blanco
y dulce
mayo
otra vez
EL DURO DE OÍDO
Si es bueno
quedan confundidos
si es malo
avergonzados
LA ROSA
La quietud de la rosa
en tiempo de guerra
me recuerda
el largo sueño que acaba de empezar
ese gorrión
su cabeza protegida en reposo
sin inquietud sobre
la acera pulida o
las horas voluptuosas
con algún
libro arrebatador cuando
la quietud era una eternidad
comenzada hace tanto
EL ACTO
EL TORDO
LA COSA
cada vez que suena
pienso que es para
mí pero no es
para mí ni para
nadie simplemente
suena y nosotros
amargamente la servimos
juntos, ellos y yo
JUSTO ES DECIRLO
Me comí
las ciruelas
que había
en la nevera
y que
probablemente tú
reservabas
para desayunar
Perdóname
estaban deliciosas
tan dulces
y tan frías
El poema
Todo está en
el sonido. Una canción.
Muy rara vez una canción. Debiera
de ser una canción – compuesta de
detalles, una avispa,
una genciana – cosas
inmediatas, abiertas
tijeras, de una dama
los ojos – despertando
centrífuga, centrípeta
(sacado de zaindenwerg)
ENTRE PAREDES
hospital en donde
nada
crece hay
cenizas
DANSE RUSSE
EL PENSADOR
Las nuevas pantuflas rosas de mi mujer
tienen unos alegres pompones.
Ni una sola mancha, ni una mota
en su puntera de raso o en los laterales.
Por la noche descansan juntas
bajo su lado de la cama.
Por la mañana, entre tiritones,
las entreveo y me sonrío.
Más tarde las miro
bajar por la escalera,
pasar apresuradas por las puertas
y trajinar en torno a la mesa,
moviéndose con decisión
¡y con un bamboleo
de sus alegres pompones!
Y colmado de felicidad hablo con ellas
en mis adentros.
LOS VIENTOS
LA DULCE CONTRARRÉPLICA
“Yo sé
de otra cosa que podrías atrapar
igual de fácil –me dijo ella–
esta primavera, si es que
quieres. Pero lo más probable
es que no quieras, ¿verdad?”
en ropa festiva
loco de alegría un tropel de
granjeros y sus
boquiabiertos
¡hala!
marcan el paso
ESCENAS DE CAZA
PERPETUUM MOBILE
de esta ciudad
calladas o de cháchara
y posan
partes de acá
para allá
de allá para acá
en ropa festiva
loco de alegría un tropel de
granjeros y sus
boquiabiertos
¡hala!
marcan el paso
Los gorriones
brincan ingenuos
por la calzada
riñendo
con voces chillonas
por las cosas
que les interesan.
Pero nosotros somos más
listos –cada cual se
encierra en sí mismo
y ninguno sabe
qué intenciones, buenas
o malas, tiene
el otro.
Entretanto,
el anciano que va
recogiendo estiércol de perro
camina por el arroyo
sin alzar la vista
y con paso
más majestuoso que
el del pastor episcopal
al acercarse al púlpito
un domingo.
Cosas así
me dejan mudo de asombro.
Pastoral
Nadie
creerá que esto
sea trascendental para la nación.
ÉSTAS
Me he comido
las ciruelas
que estaban
en el refrigerador
y que
seguramente
habías apartado
para el desayuno
Perdóname
estaban deliciosas
tan dulces
y tan frías.
Me he [verbo]
las/los [sustantivo(s)]
que [verbo] en
el/la [sustantivo]
y que
seguramente
habías apartado
para […………]
Perdóname
[verbo(s)] [adjetivo]
tan [adjetivo]
y tan [adjetivo].
No transcribiré aquí el resultado del ejercicio. Cada quien puede ensayar el suyo.
Inicialmente, este poema de Williams fue una especie de paradigma del movimiento de los
Imagists. A la luz de este juego, se revela literalmente como un asunto de piezas
intercambiables, quizás el ejemplo más burdo de aquella definición que dio Williams de la
poesía en 1944: “una máquina pequeña (o grande) hecha de palabras”. La estrofa, supongo,
sería el motor de la máquina o el lugar donde se pondrían a funcionar los significados. Ya
Williams, desde 1923, había insistido en “que escribir tiene que ver con palabras y sólo con
palabras y que todas las discusiones en torno a eso tienen que ver con palabras individuales y
con sus asociaciones en grupos”.Palabras para hablar de las palabras: por algo Williams
desencadenó una rebelión del silencio en caída libre por sus propios poemas. La poesía no es
música, dijo, y la acabó equiparando, al final de Paterson, su obra magna o al menos más
extensa, a los pasos de una danza:
No sabemos nada y no podemos saber nada salvo
la danza, danzar según la pauta
del contrapunto,
satíricamente, el pie trágico.
En 1957 lanzó una consigna melancólica: a falta de poesía todo lo que contiene el mundo
moriría sin haber tenido una voz. Según se siguen sus trazos, la máquina de Williams se va
revelando como un aparato en perpetua contradicción, lo cual la hace en cierto modo más
confiable. En 1950, en una carta a uno de sus discípulos, Williams escribió que había algo
malo, equívoco, en las lecturas públicas de poesía: “Ya sea que el salón no es adecuado o que
la gente que acude no es adecuada; o tal vez así lo parezca por la vergüenza mutua que surge
del intento de hablar en público de algo que por su misma naturaleza es muy personal.” O
quizás el escollo sea que los poemas –y por lo tanto, el mundo– no generan la voz que merecen,
sino que les toca sólo la que tienen. La de Williams –grabada numerosas veces– era aguda,
nasal, muy poco cantarina; tan deliberadamente norteamericana como eran gaélicas o
inglesas las de su amigo Ezra Pound o su contemporáneo T.S. Eliot.
La voz formaba parte de una ideología y luego de una militancia. Pound y Eliot inventaron
una entonación a la medida de sus destinos europeos. Williams, en cambio, lamentó siempre el
embeleso de los lectores y del público con el “estilo literario” inglés. Por esa causa, explicó en
la misma carta de 1950, no había ido a una de las lecturas que dio Dylan Thomas en su gira
por Estados Unidos ese año. El público, según él, no podía entender que la poesía
norteamericana era completamente diferente: “NO PODEMOS Y NO DEBEMOS
ESCRIBIR ASÍ”, enfatizó con mayúsculas. Por un lado, estaba la prosodia de la contingencia
(Estados Unidos) y, por el otro, la de la historia (Inglaterra). Williams no quería ser el
ventrílocuo de una tradición ajena. “Ellos [el público] me escuchan y huyen. No soy lo que
buscan, quieren aquello a lo que están acostumbrados, la vieja tradición, el virtuoso en una
modalidad reconocible. Quieren lo que no puedo y lo que no voy a darles.”
La figura de este drama fue triangular: en un ángulo Williams, nacido en 1883; en el otro
Pound, en 1885, y en el tercero Eliot, en 1888. Williams hizo el viaje ritual por Europa en
varias ocasiones, pero terminó por quedarse en Estados Unidos, en su tierra nativa de
Rutherford, donde ejerció de médico y poeta al mismo tiempo. Pound y Eliot tomaron rutas
centrífugas. Para Williams Pound se mantuvo siempre en la línea justa del contrincante y el
amigo; Eliot, en cambio, se convirtió en su némesis. En marzo de 1938, en una carta a Pound
sobre el poeta debutante Louis Zukofsky, Williams comentó: “Me da la impresión de que es
muy joven y que está bajo la influencia de T.S. Eliot. De inmediato le puse un alto,
advirtiéndole que volviera a la vida si quería que yo lo ayudara y que se despegara de Eliot
tan pronto pudiese.” En otra carta de 1944 declaró que a Eliot se le debería castigar por
ejercer la peor influencia en la literatura estadounidense. Más aun: “La tierra baldía fue la
gran catástrofe de nuestras letras.”
La defensa literaria del terruño local y nacional suele ser mezquina, pues desde su perspectiva
lo “extranjero” es casi cualquier cosa que se desvíe de lo que uno ya conoce. Leyendo uno
busca una confirmación íntima y autorizada: eso me recuerda quién soy y de dónde vengo.
Por fortuna, la poesía de Williams superó esta estructura elemental. A fin de cuentas, su lema
fue siempre: “Componer: no ideas sino en las cosas.” Y las cosas no poseen los rasgos de una
nacionalidad, al menos que uno opte por el folclore de ciertos nombres. Williams le atribuyó
más poderes a la imaginación que a la política; no obstante, libró una guerra de provincias:
Rutherford y Paterson contra el resto de la geografía. “Llevo una vida muy oscura –le escribió
a Pound en 1936– pero muy completa en mi propio mundito. Conozco sus olores y sus
perfumes.” De acuerdo con su fe, no podía haber nada más universal que lo que se
contemplaba desde su ventana. El poeta que vive localmente y cuyos sentidos se emplean en
las cosas más particulares es el hacedor de la verdadera cultura: “He ahí el trabajo del poeta
y el poeta vive donde trabaja, en su localidad.” Pound y, sobre todo, Eliot le dieron la espalda
precisamente a esa tierra, a esa intemperie silenciosa, carente de referencias, que estaba tan a
la mano. Pound al menos tuvo el pretexto de la desmesura; Eliot, por el contrario, puso toda
su voluntad en transformar la máscara del inglés, del cosmopolita, en su rostro verdadero.
EL DESCENSO
hecho de desesperanzas
y sin consumación
vislumbra un nuevo despertar :
que es la revocación
de la desesperanza.
Por lo que no podemos consumar, [por lo que se le niega al amor,
por lo que hemos perdido
[en la anticipación:
sobreviene un descenso,
interminable e indestructible
Entre las palabras habría un juego de espejos: afuera y adentro se reflejarían en una misma
superficie y sin el menor lastre histórico o conceptual. El idioma nativo captado y oído por
Williams se vinculaba a la materialidad de las palabras en un territorio donde aún no habían
echado raíces ni engendrado muletillas o inercias y donde todo, forma y contenido, estaba por
hacerse. En otra carta, de 1932, la declaración contra la versificación tradicional fue
definitiva: “Personalmente, quisiera comenzar diciendo: no escribas sonetos. Ese verso está
muerto, no es apropiado para el lenguaje [...] La poesía es creación de nuevas formas [...] ya
no puede haber una labor seria en la poesía que se escriba con dicción ‘poética’.” Las
restricciones fueron liberadoras. No es que a Williams le faltara el bagaje cultural que les
permitió a Pound y a Eliot apropiarse de un territorio alternativo a Estados Unidos, sino que
resolvió escribir ignorando lo que ya sabía. Los términos de su batalla quizá tengan ahora
cierto dejo de ingenuidad, pero eso atañe menos a las ideas que a la vehemencia de su
expresión. Es difícil resucitar el contexto emotivo donde se desenvolvió la campaña
“americana” de Williams y concederle el valor de novedad y de urgencia que tuvo cuando él,
profeta y vanguardista del terruño, se atrevió a enunciarlo. En un principio fue tan personal
que pareció casi un delirio. Sin embargo, el nuevo idioma tuvo su epifanía: los poemas de
Williams, en los que era posible leer en esencia el universo de las cosas con una entonación y
una prosodia que concibieron su jardín de correspondencias, su memoria colectiva e incluso el
disparador de sus propios lugares comunes.
En las definiciones merodea la caricatura. En el caso de lo “estadounidense” sería ya una
meta-caricatura, donde cada generalización crea una parodia. Por ejemplo, según Joseph
Brodsky, “hay una diferencia entre la manera en que percibe la naturaleza un europeo y la
manera en que lo hace un estadounidense”. Y la describe: el europeo sale de su cabaña en el
campo y se topa con la cultura en pleno movimiento: un hostal, un amigo y todo
históricamente nombrado; el estadounidense, ser solitario, sale de su casucha y se halla frente
a un árbol: un encuentro entre iguales. “Hombre y árbol se confrontan en sus respectivos
poderes primarios, libres de referencias: ninguno de los dos tiene un pasado [...] Básicamente,
se trata de epidermis enfrentándose con corteza.” En la caricatura, a su vez, merodea la
sombra más noble de un mito fundacional. La tesis –y ahora prejuicio persistente– del
estadounidense como una criatura sin historia, sin densidad cultural, tuvo una primera etapa
fundamental para fraguar una suerte de contracultura. Thoreau dilucidó su itinerario arcaico
a campo traviesa; Emerson, su filosofía, y Whitman, su homenaje. A Williams le tocó, entre
otras cosas, bajarle de tono a la grandilocuencia que se había atrevido a identificar el mundo
con la primera persona, a conmemorar la arcadia en cada individuo. Contra Whitman señaló:
la poesía no es naturaleza; es poesía. Lo cual equivale a decirlo todo y a no decir nada. En la
tautología anida el misterio: las cosas son lo que son. Y ahí reside el poder absoluto de las
metáforas.
Según Octavio Paz, desde un inicio Williams manifestó desconfianza frente a las ideas.3
Aparte de su temor casi congénito a las abstracciones, sospecho que era más bien un conflicto
de autoría: quería las suyas, no las de los otros. Hasta cierto punto, Williams percibió
cualquier influencia como un padecimiento del que había que curarse. En una carta de 1932
aclaró que “los poetas franceses no han ejercido en mí la menor influencia”. Una negación tan
rotunda parece encubrir exactamente la condición opuesta. Sea como sea, la noción de
influencias nocivas o benéficas es tan inestable que bastaría esa inestabilidad para ponerla en
entredicho. Jorge Cuesta defendió el afrancesamiento de la cultura mexicana porque,
sostenía, era una manifestación completamente natural y las acusaciones en contra
demostraban sólo la pequeñez de la identidad nacionalista: “No les interesa el hombre, sino el
mexicano; ni la naturaleza, sino México; ni la historia, sino la anécdota local.” Los embates
son generacionales. Suele haber siempre guardianes de lo autóctono que denuncian las
transgresiones: el afrancesamiento o la norteamericanización o la argentinización o la
peruanización o cualquier versión de lo foráneo que inaugure un camino aún desconocido. No
hay garantías estéticas. A veces las ideas más estrechas le abren la puerta a poemas
extraordinarios que son manantiales de un contagio inusitado. Este en definitiva fue el caso de
Williams. Su “vuelta a lo americano” funcionó como el taller donde cada poema iba
construyendo una máquina de palabras de manera autónoma y sin conservar las cicatrices de
su origen. ~
_______________________
3. Prólogo al volumen Veinte poemas de William Carlos Williams publicado en 1973 y que se
acaba de reeditar en Era. Valdría la pena hacer una antología, o una bibliografía, de las
traducciones de Williams que se han hecho en México: de Pura López Colomé a Hugo García
Manríquez.
HILDA DOOLITTLE
10 de septiembre de 1886 Pennsylvania1961, 75 añosSuiza, Zúrich
Hilda Doolittle, más conocida por sus iniciales H.D. (Bethlehem, Pennsylvania, Estados
Unidos, 10 de septiembre de 1886–Zúrich, Suiza, 27 de septiembre de 1961), fue una poetisa,
escritora y cronista estadounidense.Se la reconoce principalmente por su asociación con las
figuras clave del avant-garde del siglo XX, especialmente el grupo de poetas imagistas, aunque
sus obras posteriores muestran un claro desvío del modelo imagista hacia una versión
distintivamente femenina de poesía y prosa modernista.
JUVENTUD Y OBRA
Hilda Doolittle nació en Bethlehem, Lehigh Valley, Pensilvania.1 Su padre, Charles Doolittle,
era profesor de astronomía en la Universidad de Lehigh, y su madre, Hellen Wolle, era
practicante en la Hermandad de Moravia y sentía un fuerte interés por la música.2 En 1895,
Charles Doolittle Fue nombrado “Flower Professor" de astronomía, título honorario que se
da al catedrático de astronomía en la Universidad de Pennsylvania, y la familia se trasladó a
una casa en Upper Darby, uno de los suburbios afluentes de Filadelfia
Doolittle fue al instituto Religious Society of Friends, situado en la Quince con Race, de dónde
se graduó en 1903. Un año antes conoció y se hizo amiga de Ezra Pound, el cual vendría a
jugar un papel muy importante tanto en su vida privada como en el desarrollo de sus ideas
literarias. En 1905, Pound le regaló un fajo de poemas de amor unidos por el título colectivo
Hilda’s Book.Ese mismo año, Doolittle asistió al Bryn Mawr College para estudiar literatura
griega clásica, pero abandonó después de tres trimestres a causa de su pobre salud y de sus
malas notas, aunque estando en la universidad, conoció a los poetas Marianne Moore y
William Carlos Williams. Su primer trabajo publicado, una colección de historias infantiles,
se publicaron en el periódico de una iglesia local entre 1909 y 1913, la mayoría bajo el
pseudónimo Edith Gray. En 1907, Hilda y Pound se comprometieron, a pesar de que su padre
no aprobaba la unión y para cuando Doolitle (padre) se iba hacia Europa el compromiso ya
estaba roto. Alrededor de este periodo, Hilda comenzó una relación con una joven estudiante
de arte, Frances Josepha Gregg, y después de vivir gran parte de 1910 en Greenwich Village,
se marchó a Europa con Gregg y la madre de ésta en 1911.
CONEXIÓN ENTRE SUS OBRAS Y SU VIDA PERSONAL
Doolittle era una de las figuras que lideraban la cultura bohemia en Londres durante las
primeras décadas del siglo. Su obra se reconoce por la utilización de modelos de la literatura
clásica y la exploración del conflicto entre la atracción y el amor lésbico y heterosexual,
estando estos temas fuertemente conectados con su vida. Aunque posteriormente se casaría y
tendría hijos, su bisexualidad resurge de forma intermitente a lo largo de su vida y de forma
regular buscó amantes de ambos sexos además del compañero/a que tuviese en ese momento.3
En su poesía más reciente explora también temas de la épica tradicional, como la violencia y
la guerra, pero desde un punto de vista feminista. H.D. fue la primera mujer en ser
galardonada con la medalla de la Academia Americana de las Artes y las Letras.
H.D. Imagiste Pound llevaba ya un tiempo viviendo en Londres, donde había empezado a
moverse en el círculo de poetas que se reunían en el restaurante Eiffel Tower en el Soho para
discutir sobre la reforma de la poesía contemporánea a través del verso libre, el tanka y el
haiku, así como de la necesidad de eliminar toda la verborrea innecesaria de los poemas.
Después de que H.D llegara a Inglaterra, mostró a Pound algunos de los poemas que había
escrito durante el periodo anterior y él se mostró impresionado por lo similares que eran las
ideas de H.D. con lo que él había estado argumentando en las discusionesdel círculo de poetas,
de modo que la presentó, junto con otro poeta, Richard Aldington, el cual se convertiría en su
marido. En 1912, durante una reunión con H.D. en la sala de té del Museo Británico, Pound
firmó una poesía de ésta con el nombre H.D. Imagiste, creando un nombre para la artista que
la acompañaría durante el resto de su carrera como escritora, a pesar de que más adelante ya
solo se quedara con las siglas. Ese mismo año, Harriet Monroe comezó a publicar la revista
Poetry y pidió a Pound que actuara como editor de los artículos traducidos. En octubre, éste
añadió tres poemas bajo el título “Imagistas” cortesía de H.D y Richard Aldington. En
noviembre, otros tres de poemas de Aldington aparecieron en la sección de Poesía y en junio
tres de H.D.: "Hermes of the Ways" ("Hermes de los caminos"), "Orchard" ("Huerto") y
"Epigram". El imagismo como movimiento literario fue lanzado proponiendo a H.D. como su
principal exponente.Aunque los modelos originales del pensamiento imagista se basaran en la
poesía japonesa, el modo de escribir de H.D. se acerca más al de la lírica grecolatina y
especialmente a los Poemas de Safo, que habían sido redescubiertos en aquella época, un
interés que compartía con Aldington y Pound, cada uno de los cuales compuso versiones de
las obras de los grandes poetas griegos. En 1915, H.D. y Aldington iniciaron la Serie
Traducciones de Poetas, panfletos con la traducción de los clásicos griegos y latinos menos
conocidos. En total, H.D. publicó tres volúmenes de traducciones del griego: Choruses from
the Iphigeneia in Aulis (Los coros de la Ifigenia de Aulis) (1916), Choruses from the Iphigenia
in Aulis and the Hippolytus of Euripides (Coros de la Ifigenia en Aulis y el Hipólito de
Eurípides) (1919) y El Ion de Eurípides (1937), así como una obra de teatro original basada en
el modelo griego llamada Hippolytus Temporizes (1927) H.D. continuó su asociación con el
grupo imagista hasta el último artículo de la antología Some Imagist Poets de 1917. Junto con
Aldington, se había encargado de la mayor parte del trabajo editorial de la antología de 1915.
Su obra también aparece en el trabajo de Aldington Imagist Anthology 1930. Toda su obra
poética hasta el final de los años 30 la escribió como imagista, lo que se caracerizaba por un
uso restringido del lenguaje, una estructura retórica basada en la analogía más que en la
metáfora, la comparación el simbolismo y una pureza clásica en la estructura exterior que
frecuentemente enmascara la energía dramática subyacente. Este estilo de escritura no estaba
libre de críticos. En un artículo especial sobre imagistas en la revista The Egoist en mayo de
1915, el poeta y crítico Harold Monro calificó las primeras obras de H.D. como «poesía
insignificante», que denotaba «o pobreza imaginativa o una contención innecesariamente
excesiva».Oréade, uno de sus primeros y más reconocidos poemas, el cual fue publicado en la
antología de 1915, sirve para ilustrar este primer estilo:
HILDA DOOLITLE (1886-1961) —mejor conocida como H. D.— fue una poeta
norteamericana que hizo parte central del imagismo, uno de los movimientos fundacionales
del modernismo en la tradición poética anglosajona. Su generación (repleta de reconocidas
figuras como Ezra Pound, William Carlos Williams o Marianne Moore) buscó, de manera
similar a las vanguardias en Hispanoamérica, cuestionar las formas, los temas y los sistemas
simbólicos preexistentes. Para el caso de Norteamérica, esto implicó alejarse de la poesía
victoriana imperante.Los dos poemas presentados a continuación son ejemplos claros del
imagismo y cuestionan la tradición victoriana de varias maneras. El manejo de palabras de
uso cotidiano, el claro alejamiento de la rimbombancia que demuestra su simplicidad, su
atención especial por lo particular en oposición a lo general y su búsqueda por la concreción y
el verso libre son características que claramente alejan a estos poemas de la poesía
preexistente tanto en términos formales como de contenido. De manera más específica, estos
poemas cuestionan el lenguaje victoriano de las flores y toda la simbología gastada y
sentimental que este contenía. En “Sea Poppies” y “Sea Rose” las flores se cargan de
connotaciones novedosas y vibrantes que, según algunos, no solamente cuestionan los símbolos
anticuados de las flores en sí sino las ideas de feminidad que estas contenían.
AMAPOLAS DE MAR
Cáscara de ámbar,
surcada de oro,
fruta en la arena
marcada con un grano abundante,
tesoro
derramado cerca de los arbustos de pinos
para blanquearse en los peñascos:
ROSA DE MAR
Rosa, áspera rosa,
estropeada y de pocos pétalos,
flor magra, delgada,
escasa de hojas,
más preciosa
que una rosa mojada
única en un tallo
—sujeta a la deriva.
***
CALOR
Oh viento, desgarrá el calor,
abrí el calor
hacelo jirones.
LEDA
Donde el río lento
se encuentra con la marea,
un cisne rojo alza sus alas rojas
y el pico más oscuro,
y debajo del morado, debajo
de su pecho suave
desenrosca su pata de coral.
Ah beso soberano--
nunca más el arrepentimiento
ni recuerdos antiguos
para arruinar el éxtasis;
donde los juncos bajos se espesan,
el lirio de un día, dorado
se despliega y descansa
bajo el aleteo suave
de las alas del cisne rojo
y el temblor tibio
de su pecho.
LETEO
Ni piel ni cuero ni vellón
te cubrirán,
Ni cortina de seda ni refugio
de cedro hallarás sobre vos,
Ni pino
Ni abeto.
JARDÍN PROTEGIDO
Ya tuve suficiente.
Respiro con dificultad.
Ya tuve suficiente –
claveles, clavelinas, siemprevivas,
hierbas, berros.
O al melón –
Déjenlo desteñir su amarillo
bajo la luz invernal,
aunque sepa ácido –
es mejor el sabor de la escarcha –
la escarcha exquisita –
que el de la paja de embalar.
CIUDADES
Podemos creer- haciendo un esfuerzo
por consolar nuestros corazones:
que todo esto no es pérdida,
que no fue puesto aquí para ofender
calle tras calle,
todas siguiendo el mismo modelo,
sin elegancia que destaque
una casa entre cientos
amontonadas en un jardín.
Porque, ay,
había amontonado de tal manera la ciudad
que los hombre no podían comprender la belleza,
la belleza los tapaba,
los atravesaba, los rodeaba,
sin siquiera una grieta vaciada de miel,
excepcional, inabarcable.
Entonces construyó una nueva ciudad,
ah, ¿podremos creerlo?, sin ironías
sino para un nuevo esplendor
construyó nueva gente
que se elevara tras un lento crecimiento
hacia una belleza hasta ahora sin igual-
y creó nuevas células,
horribles primero, horribles ahora-
esparció larvas sobre ellas,
no miel, sino furiosa vida.
Y estas oscuras células,
amontonadas calle tras calle,
almas vivas, todavía horribles-
desfiguradas o deformadas,
sin rastro de la belleza que
alguna vez los hombres poseyeron con tanta liviandad.
blanco peral,
los mechones de tus flores,
espesos en la rama,
atraen el verano y los frutos maduros
en sus corazones púrpuras.
LA VARA EN FLOR
De Trilogía, 1944-1946
vida al grano;
pero si éste no crece o madura
no lo hemos sembrado;
impiadosos, impiadosos, dejemos
el sitio de la calavera
para aquellos que lo compusieron.
...
Satisfechos, insatisfechos,
saciados o entumecidos de hambre,
la variante eterna;
tú percibes este llamado insistente,
¿Qué es Samotracia,
que asoma como un barco,
Imbros que desgarra con el pecho las olas
enfurecidas?
¿Qué es Grecia-
Esparta, que asoma como roca,
Tebas, Atenas,
qué es Corinto?
¿Qué es Euboia
con sus lilas autóctonas
qué es Euboia, cubierta de pasto,
incrustada de súbitos bancos de arena,
qué es Creta?
II
¿Qué puede darme el amor de la tierra
que tú no me hayas dado-
qué saben los altos espartanos,
y los pueblos más gentiles del Atica?
III
¿Qué puede darme el amor de la tierra
que tú no me hayas dado,
qué puede quebrar en mí el amor de la contienda
que tú mismo no hayas destruido?
EL MAESTRO
Por Hilda Doolittle
I
Era muy bello
el viejo,
y yo conocí la sabiduría,
hallé la verdad sin medida
en sus palabras,
su autoridad
era decisiva
nada se perdía
pues Dios es todo
y el sueño es Dios
sólo para nosotros,
para nosotros
es pequeña la sabiduría
pero suficientemente grande
para conocer a Dios en todas partes;
Oh era justo,
aun cuando yo le arrojara sus palabras a la boca
me decía
"pronto estaré muerto,
debo aprender de los jóvenes";
Oh dios,
deja que haya alguna sorpresa en el cielo para él,
pues nadie sino tú podría idear
algo adecuado
para él
tan bello.
MARIANNE MOORE
Nacimiento Estados Unidos, Misuri1887-1972, 84 años – Republicana Miembro de
Academia Estadounidense de las Artes y las Ciencias Distinciones Beca GuggenheimPremio
BollingenPremio Pulitzer de Poesía Premio Nacional del Libro nació en Kirkwood, Misuri en
la casa parroquial de la iglesia presbiteriana de la que su abuelo materno, John Riddle
Warner, era pastor. Era hija de un inventor e ingeniero, John Milton Moore, y su esposa,
Mary Warner. Creció en la casa de su abuelo, pues su padre había sido enviado a un hospital
psiquiátrico antes de su nacimiento. En 1905, Moore comenzó a asistir al Bryn Mawr College,
en Pensilvania y se graduó cuatro años después. Dio clases en la Carlisle Indian Industrial
School en Carlisle, Pensilvania, hasta 1915, año en que comenzó a escribir poesía de forma
profesional..Moore fue reconocida por autores tan diversos como Wallace Stevens, William
Carlos Williams, H.D., T. S. Eliot, o Ezra Pound quizá a raíz de sus viajes europeos antes de la
Primera guerra mundial. Desde 1925 hasta 1929, Moore trabajó como editora del diario
literario y cultural The Dial. Esto hizo que Moore tomara un papel similar al de Pound,
descubriendo a nuevos poetas como Elizabeth Bishop, Allen Ginsberg, John Ashbery o James
Merrill. Aparte de esta labor editorial, Moore retocó y editó sus propios trabajos
anteriores.En 1933 le fue otorgado un premio, el Helen Haire Levinson Prize, por la revista
Poetry. Su colección de poemas, Collected Poems, de 1951, es quizá su obra más valorada y la
que le hizo ganar el premio Pulitzer, el National Book Award, y el premio Bollingen. En los
círculos literarios neoyorquinos Moore se convirtió en una pequeña celebridad, sirviendo en
ocasiones como anfitriona a aquellos más prominentes. Moore asistía a combates de boxeo,
partidos de béisbol u otros eventos públicos vestida de una forma un tanto extravagante que
acabó convirtiéndose en su sello personal: un sombrero tricornio y una capa negra. Moore era
una entusiasta de los deportes y los deportístas, y admiraba especialmente a Muhammad Ali,
con quien colaboró en su álbum recitado I Am the Greatest! escribiendo algunas líneas.
Moore continuó publicando poemas en otros diarios, como The Nation, The New Republic y
Partisan Review, así como publicando varias obras y colecciones de poesía y crítica literaria.
También mantuvo correspondencia con W.H. Auden y Ezra Pound mientras este último
estuvo encarcelado.
Marianne Moore (Kirkwood, Missouri, 1887-Nueva York, 1972), "Collected Poems (1935)",
Complete poems, Penguin Books, Nueva York, 1994Versión: J. Aulicino
Silencio
SILENCIO
.
En esta ocasión presentamos el poema “Silencio” de la poeta modernista norteamericana Marianne Moore
(Missouri, 1887- New York, 1972). Fue merecedora del premio Pulitzer, el National Book Award, y el premio
Bollingen por su Collected Poems publicado en 1951. La traducción corre a cargo de Alejandro Abogado de
la Serna.
SILENCIO
.
Mi padre solía decir:
–La gente superior no hace visitas largas.
No hace falta mostrarles la tumba de Longfellow,
ni las flores de vidrio en Harvard.
Son autosuficientes como el gato,
que se lleva a la presa a un lugar privado;
la cola del ratón colgando floja de la boca.
A veces disfrutan de la soledad
y pueden quedarse sin palabras
al escuchar palabras que disfruten.
El sentimiento más profundo emerge durante el silencio;
no en el silencio, sino en la prudencia. –
Y no era hipócrita al decir –Haz de mi casa tu posada–.
Una posada no es un domicilio.
Marianne Moore (Kirkwood, Missouri, 1887-Nueva York, 1972), "Hitherto Uncollected", Complete
poems, Penguin Books, Nueva York, 1994Versión: J. Aulicino
no quebradizo
sino intenso -el espectro, este
espectacular y diestro animal, el pez,
cuyas escamas rechazan las espadas del sol con su pulido.
Marianne Moore (Kirkwood, Missouri, 1887-Nueva York, 1972), "Selected Poems (1935)",
Complete poems, Penguin Books, Nueva York, 1994 Versión: J. Aulicino
guiñaban demasiado los ojos y temían las serpientes. Las cebras, destacadas
en su anormalidad; los elefantes con su piel neblinosa
y sus apéndices rigurosamente prácticos
estaban allí, los pequeños gatos; y el periquito –
trivial y monótono al ser examinado, destruyendo
cortezas y porciones de la comida que no podía comer.
Marianne Moore (Kirkwood, Estados Unidos, 1887-Nueva York, Estados Unidos, 1972), Moore.
Antología histórica de poemas de Marianne Moore traducidos en la Argentina, selección de Jorge
Aulicino, ediciones electrónicas de Op. Cit., Buenos AiresVersión inédita de Silvia Camerotto
Marianne Moore (Kirkwood, Estados Unidos, 1887-Nueva York, Estados Unidos, 1972), Poesía
reunida 1915-1951, Hiperión, Madrid, 1996Traducción de Lidia Taillefer de Haya
El pasado es el presente
Marianne Moore (Kirkwood, Missouri, 1887-Nueva York, 1972), "Selected poems", 1935,
Complete Poems, Macmillian Publishing Company/Penguin Books, Nueva York, 1994Versión de J.
Aulicino
A una aplanadora
La ilustración
no es nada para ti sin la aplicación.
Te falta la mitad del sentido. Aplastas todas las partículas
en apretada conformidad, y vas y vienes sobre ellas.
Color prismático
lejos de la controversia
o de cualquier colérico.
Marianne Moore (Kirkwood, Missouri, 1887-Nueva York, 1972), "Hitherto Uncollected", Complete
Poems, Macmillian Publishing Company/Penguin Books, Nueva York, 1994Versión de J. Aulicino
Marianne Moore (Kirkwood, Missouri, 1887-Nueva York, 1972), "What Are Years (1941)",
Complete poems, Penguin Books, Nueva York, 1994Versión: J. Aulicino
El tuátara
En otra parte, ciertos lagartos marinos ignoran
despreocupadamente a sus vecinos -mientras van congregándose
de tal modo que no dejan lugar ni para dar un paso, con las colas encimadas
al estilo de los cocodrilos -son rodeados por pájaros que entran y
salen dandos saltos. Así la vida social entre los reptiles y las aves es
apacible. El tuátara
le permitirá a un petrel
entrar en su cueva, donde guarda sus nueve
o diez huevos... que es la cantidad que ponen los dragones, ya que
"un auténtico dragón engendra nueves hijos". El camaleón de tres
cuernos y el lagarto de collar, de la clase que no tiene patas, no toman en serio
Marianne Moore (Missouri, 1887-Nueva York, 1972), El basilisco emplumado, Ediciones Jimmy
Jimmereeno, Buenos Aires, 1991. Bilingüe. Traducción de Ernesto Montequín.
Poesía
O ser un dragón
A UN CARACOL
No es la adquisición de algunacosa
POESÍA
ALISMAN
En un mástil quebrado
por el mar arrojado
junto a la nave rota,
un pastor tropezó
y en la arena encontró
una gaviota
de lapizlázuli, fino
amuleto marino
con alones abiertos,
A un ave de rapiña
Me convienes, pues me puedes hacer reir
y no te ciegas la paja
que los vientos mandan –en remolino- desde el almiar.
SILENCIO
ALOJADO EN EL CANDELABRO
de amaranto, dalias,
erizos marinos y siemprevivas,
montado en la ramificada espuma
de bruñidas flores esculpidas,cómodo y erguido. El rey ha muerto.
de moderada altura,
(lo he visto)
sombrío pero brillante por dentro
como una piedra lunar,
mientras un destello amarillo
desde la grieta de una contraventana
y un destello azul desde el farol
junto a la puerta principal brillaban.
No daba pie a ninguna queja,
no se podía pedir más,
consumadamente sencillo.
ROMERO
LOS PECES
cruzan
vadeando el negro jade.
Entre las conchas de mejillón azul cuervo, una se queda
componiendo los montones de ceniza;
abriéndose y cerrándose como
un
abanico herido.
Los percebes incrustados al borde
de las olas no pueden ocultarse
allí porque los sumergidos rayos del
sol
se resquebrajan como lana
de vidrio, se mueven con ligereza de proyector
entre las grietas-
dentro y fuera, iluminando
el
mar turquesa
de cuerpos. El agua atraviesa cuña
de hierro por el borde de hierro
del acantilado, sobre el que las estrellas,
rosados
granos de arroz, medusas
salpicadas de tinta, cangrejos como lirios
verdes y hongos
submarinos se deslizan unos sobre otros.
Todos
los rasgos
accidente: falta
de cornisa, estrías de dinamita, quemaduras y
golpes de destral, estas cosas se destacan
en él; el abismo está
muerto.
La envidencia
reiterada prueba que puede vivir
a costa de lo que no revive
su juventud. El mar envejece dentro de él.
A UNA APLANADORA
La ilustración
no es nada para ti sin la aplicación.
Te falta la mitad del sentido. Aplastas todas las partículas
en apretada conformidad, y vas y vienes sobre ellas.
Marianne Moore (Kirkwood, Missouri, 1887-Nueva York, 1972), "Selected poems", 1935,
Complete Poems, Macmillian Publishing Company/Penguin Books, Nueva York, 1994
La poesía, para decirlo de una manera poética, está antes que las necesidades.
La belleza es eterna y el polvo sólo dura un tiempo.
El sentimiento más profundo se revela siempre en el silencio. ¿Cuál es nuestra inocencia?
¿Cuál es nuestra culpa? Todos estamos desnudos, nadie está a salvo.
Está en la naturaleza humana encontrarse en medio de algo.
Un escritor es desleal cuando no puede ser duro consigo mismo.
Usted no es varón o mujer, sino un plan en el corazón de un hombre.
Lo que no es posible forzar es imposible de obstaculizar.
Poesía son todos los nombres y verbos.
La poesía es el arte de crear jardines imaginarios con sapos reales.
Si la técnica no es de interés para un escritor, dudo que el escritor sea un artista.
La impaciencia es la marca de la independencia, no de la servidumbre.
Nunca ha existido una guerra que no fuera hacia dentro. Debo luchar hasta haber
conquistado dentro mío lo que causa la guerra.
Si me dices por qué un pantano parece impenetrable, te diré luego por qué creo que puedo
cruzarlo si lo intento.
TEMPORADA EN LA BALLENA
niebla que subía, la oblicuidad era una variación de la perpendicular, simple de ver y
de explicar: ya no
lo es, ni tampoco la banda de incandescencia
azul-roja-amarilla, que era el color, conserva sus franjas; también es
una de esas cosas en las que mucho de peculiar puede
leerse: la complejidad no es un crimen, pero llévenla
hasta el punto de lo
sombrío y nada es simple. Más aún,
la complejidad que se ha comprometido con la oscuridad, en vez de
reconocerse a sí misma
como la pestilencia que es, gira en torno
como para aturdirnos con la funesta
falacia de que la insistencia
es la medida del logro y de que toda
verdad debe ser oscura. Principalmente garganta, la sofisticación está
donde
siempre ha estado -en las antípodas de las grandes
verdades iniciales. "Una parte se arrastraba, otra parte
estaba a punto de arrastrarse, el resto
estaba aletargado en su cubil." En el avance espasmódico
de piernas cortas, en el gorgoteo y todas las trivialidades -tenemos
la clásica
multitud de pies. ¡Con qué propósito! La verdad no es Apolo
Belvedere, ni algo formal. La ola puede pasarle por encima si
quiere
Sepan que estará allí cuando dice:
"Estaré allí cuando la ola haya pasado".
………………………………..
El pasado es el presente
Si se agotó la acción externa
y el ritmo pasó de moda,
me volveré hacia ti,
Habakkuk, tal como fui incitada a hacerlo hace poco, por XY, que hablaba de verso sin rima.
-------------------
Emperifollado o en cueros,
El hombre, el yo, el ser que llamamos humano, escriba
De este mundo, garabatea algo oscuro:
“Al semejante no le gusta lo semejante detestable”, y escribe
error con cuatro
erres. Entre los animales hay uno con sentido del humor.
Marianne recopiló citas de su madre en una libreta, pueden confundirse con Emerson,
Tolstoi, Plinio o Henry James, sin que el más avezado lector apenas lo note:
http://trenzamocha.blogspot.com.es/2009/10/antipoetisa.html
y su resistencia a utilizar la pasión amorosa como material poético”. ¿Por qué imagino que
Marianne, ataviada con alguna de sus corbatas, habrá leído estas afirmaciones con una
sonrisa entre displicente y sobria en los labios?:
UNA TUMBA
/los investigan
porque sus huesos no han perdurado:
hombres que arrojan redes, inconscientes del hecho de estar
profanando una tumba,
y se alejan remando rápido, las hojas de los remos
moviéndose juntas como patas de arañas de agua, como si no existiera algo como la muerte.
Los pliegues avanzan entre ellos en forma de falange,
/hermosos bajo
redes de espuma
y se desvanecen sin aliento mientras el mar crepita, entrando y saliendo de las algas;
los pájaros nadan por el aire a toda velocidad, emitiendo silbidos hasta entonces,
el caparazón de tortuga golpea contra el pie de los acantilados, meciéndose por debajo;
y el océano, con las pulsaciones de los faros y el ruido de las boyas,
avanza como siempre, como si no fuera ese océano donde las cosas que caen están destinadas a
hundirse, y si dan vueltas o se enredan, lo hacen sin voluntad y sin consciencia.
LOS MONOS
Guiñaban demasiado los ojos y temían las serpientes. Las cebras, destacadas
en su anormalidad; los elefantes con su piel neblinosa
y sus apéndices rigurosamente prácticos
estaban allí, los pequeños gatos; y el periquito–
trivial y monótono cuando al examinarlo, destruyendo
las cortezas y porciones de la comida que no podía comer.
EL HÉROE
***********
INGLATERRA
la tierra del salvaje; sin césped ni vínculos, país sin lengua en el que las letras
no se escriben
en español, griego, latín o taquigrafía,
¡sino en simple americano que perros y gatos saben leer!
La letra a en salmo y calmo,
pronunciada con el sonido de la a en candil, es claramente perceptible,
***********
EL SAN JERÓNIMO (LEONARDO DA VINCI’S SAINT JEROME)
E. E. CUMMINGS
Edward Estlin Cummings (14 de octubre de 1894 – 3 de septiembre de 1962), típicamente
abreviado e e cummings, fue un poeta, pintor, ensayista y dramaturgo estadounidense.
Aunque él no aprobaba la práctica, sus editores frecuentemente escribían su nombre con
minúsculas para representar su sintaxis inusual.Cummings es mejor conocido por sus poemas
que rompen con toda estructura, incluyendo usos poco ortodoxos de las mayúsculas y la
puntuación, en la que los puntos y comas podían incluso llegar a interrumpir oraciones y
hasta palabras. Muchos de sus poemas también están escritos sin respeto a los renglones y los
párrafos y algunos no parecen tener pies ni cabeza hasta que no son leídos en voz alta.A pesar
del gusto de Cummings por los estilos vanguardistas y la tipografía inusual, una buena parte
de su trabajo es tradicional. De hecho muchos de sus poemas son sonetos. La poesía de
Cummings frecuentemente trata los temas del amor y la naturaleza, así como la sátira y la
relación del individuo con las masas y el mundo.
Publicó más de 900 poemas, dos novelas, muchos ensayos y una gran cantidad de dibujos,
bocetos y pinturas. Es considerado una de las voces más importantes de la poesía del Siglo
XX.poeta pintor ensayista dramaturgo Miembro de Academia Estadounidense de las Artes y
las Letras Distinciones Beca Guggenheim (1933)
Shelley Memorial Award (1944) Premio Bollingen (1958)
ESTÁS CANSADA
Estás cansada
yo creo
del perpetuo enigma de vivir y sus afanes;
y yo también.
Tú has jugado
yo creo
y has roto tus juguetes más queridos,
y ahora estás algo cansada;
cansada de las cosas que se rompen,
cansada, eso es todo.
Yo también.
Pero vengo con un sueño en mis ojos esta noche,
y llamo con una rosa
a la desolada verja de tu corazón.
¡Ábreme!
Que yo te mostraré lugares que nadie conoce
y, si tú quieres,
las perfectas regiones del Sueño.
vámonos dijo él
no demasiado lejos dijo ella
qué es demasiado lejos dijo él
donde tu estás dijo ella
de piedra cantan
silenciosamente una canción
más silenciosa
que el silencio esos siempre
florecidos
saben si un
pequeño
árbol oye
mi sangre aprueba,
y los besos son un mejor destino
que la sabiduría
señora lo juro por todas las flores. No llores,
- el mejor gesto de mi cerebro es menos que
el revoloteo de tus párpados que dice
PORQUE TE AMO
preparándose
para volver a desaparecer
LLEVO TU CORAZÓN
PUESTA DE SOL
Punzante
oro se enjambra
sobre los campanarios;
plata
canta las letanias, las
grandes campanas repican con rosa;
las lascivas obesas campanas
y un alto
viento
va arrastrando
elmar
con
sueño
—S.
IMPRESIÓN. IV
CANCIÓN
MI AMOR
mi amor
tu cabello es un reino
cuyo rey es la sombra
tu frente es una bandada de flores
tu cabeza es un bosque vivo
lleno de pájaros dormidos
tus senos son enjambres de abejas blancas
en la rama de tu cuerpo
tu cuerpo es abril para mi
en cuyas axilas esta el arribo de la primavera
tus muslos son caballos blancos atados a una carroza de
reyes
son el tocar de un buen juglar
hay siempre entre ellos un dulce canto
mi amor
tu cabeza es el estuche
de la joya de tu mente
el cabello de tu cabeza es un guerrero solo
inocente de la derrota
tu cabello sobre tus hombros es un ejercito
con victoria y con trompetas
tus piernas son los árboles del sueño
cuyo fruto es el mismo alimento del olvido
tus labios son sátrapas de púrpura
en cuyo beso están las connivencias de los reyes
tus muñecas
son sagradas
son los guardianes de las llaves de tu sangre
tus pies en tus tobillos son flores en floreros de plata
en tu belleza está el dilema de las flautas
tus ojos son la perfidia
de campanas comprehendidas entre incienso
en las sombras
de la lluvia el crepúsculo
ya en su vaina yo estoy sentado y
pienso en ti
la ciudad
santa que es tu rostro
tus pequeñas mejillas la calle
de las sonrisas
tus ojos mitad
tordos
mitad ángeles y tus soñolientos
labios donde flotan flores de besos
y
hay la suave pirueta tímida
tu pelo
y después
tu alma canción
de baile. Amada rara vez
una estrella íngrima es
pronunciada, y yo
pienso
en ti
AMOR ES UN LUGAR
amor es un lugar
& dentro de este lugar del
amor se mueven
(con luminosidad de espacio)
todos los lugares
si es un mundo
& en este mundo del
si existen
(prodigiosamente enrollados)
todos los mundos
HACE POQUITO
hace poquito
o bien una vida
caminando en la oscuridad
me encontré a Cristo
Jesús (mi corazón
me dio un vuelco
y se me paró
mientras pasaba) tan
cerca como yo estoy de ti
si más cerca
no hecho de nada
excepto soledad
O si deseas cerrarme, yo y
mi vida nos cerraremos muy hermosa y súbitamente,
como cuando el corazón de esta flor imagina
la nieve cayendo cuidadosamente por doquier.
"LA GUERRE"
I
el gran tamaño del cañón
es hábil
pero yo he visto
la voz enorme e inteligente de la muerte
que refugia una fragilidad
de amapolas.. .
en Roupy
he visto
entre barreras,
II
Oh dulce y espontánea
tierra cuántas veces
los
dedos
punteros de
el pícaro pulgar
de la ciencia vejó
tu
belleza cuántas
veces las religiones te han »
puesto sobre sus rodillas huesudas
apretándote y
a la incomparable
cama de la muerte tu
rítmico
amante
tú les contestaste
solamente con
la primavera)
vámonos dijo él
no demasiado lejos dijo ella
qué es demasiado lejos dijo él
donde tu estás dijo ella
(p.592; de 1 X 1)
la vida es más verdadera que lo que la razón engañará
(más secreta o que lo que la locura reveló)
más profunda es la vida que perder: más elevada que tener
-pero la belleza es más cada que vivir es todo
¿o acaso algún ave más pequeña que lo que los ojos pueden aprender
mira buscando el silencio y canta completamente?
los futuros son obsoletos; los pasados son nonatos
(aquí menos que nada es más que todo)
(p.562; de 1 X 1)
ningún hombre,si los hombres son dioses;pero si los dioses deben
ser hombres,el a veces único hombre es éste
(muy común,porque cada angustia es su aflicción;
y,porque su gozo es más que gozo,muy raro)
(p.620; de XAIPE)
cuando las serpientes regateen por el derecho a reptar
y el sol declare la huelga pidiendo un salario digno-
cuando las espinas observen sus rosas con alarma
y los arcoiris tengan seguros de vejez
(p.290; de is 5)
puesto que sentir es lo primero
quien preste alguna atención
a la sintaxis de las cosas
nunca te besará del todo;
S(u
na
ho
ja
ca
e)
o
l
edad
IV
me gusta mi cuerpo cuando está con tu
cuerpo. Es así una cosa tan totalmente nueva.
Mejores músculos y nervios más,
me gusta tu cuerpo, me gusta lo que hace,
VI
puedo tocar dijo él
(voy a gritar dijo ella
sólo una vez dijo él)
es lindo dijo ella
(vámonos dijo él
no demasiado lejos dijo ella
qué es demasiado lejos dijo él
donde estás dijo ella)
XIV
ahora es un barco
XXV
uno no es la mitad de dos. Es dos que son mitades de uno:
reintegrando esas mitades, no resultará
la muerte o alguna cantidad; sino algo verdadero
y mayor que las máximas cifras enumerables
XXXI
el poema su vientre me atravesó marchando
como un ejército. De la nariz hasta los pies
XLII
(tierna sobre
el prodigioso rostro de lo oscuro
tu
voz
extiende alas colmadas de
perfume
escoltando de pronto
con soleados
pies
XLIX
llevo tu corazón en mí (lo llevo
en el mío) no lo dejo (dondequiera
que voy tú vas, querida; y lo que hago
lo haces tú, queridísima)
no temo
Ya
que sentir
-está primero-
quien alguna
ó
n
preste
/a l a/
s i n . t a x i s de las cosas
no
t e
besará
nu n ca
-por completo-
mientras la
Pri mavera
está en el mundo
e s
algo que
aprueba mi sangre;
que
mejordestinosonlosbesos
que
la sabiduría
lo juro
señora
No l`l`o`r`e`s
r í e,
Y la muerte
pienso no es un
( paré
tesis )
I.
Comencemos con esta imagen: Hart Crane suspendido en el aire a mitad de camino entre la
superficie del mar del Golfo de México y la baranda del barco a vapor de pasajeros, el USS
Orizaba. Estamos al norte de Habana. Es el 27 de abril de 1932 justo al mediodía. Hemos
frenado el tiempo, como pausando una película. El poeta Hart Crane esta por morir. Tiene
casi 33 años, pero parece mucho mayor. Las peleas, el alcoholismo y la angustia crónica lo han
envejecido. Tiene el pelo gris y la cara hinchada.
¿Sería posible entrar en la mente del poeta en este preciso instante? ¿Siente un enorme alivio
o un furioso arrepentimiento? ¿Compone, en un milisegundo, todos los versos que aun tiene
por escribir? O logra saber, purgando todas las dudas, que con lo que escribió fue suficiente
para lograr su anhelado fin: entrar en el palacio de la Poesía; ser hermano de Walt Whitman,
Herman Melville y Emily Dickinson; de escribir un poema lírico-épico que fuera un capítulo
de la historia de la eternidad.
Si pudiéramos, detendríamos la película, la rebobinaríamos y devolveríamos a Crane a la
cubierta del Orizaba. Allí esta su chaqueta blanca que él mismo dejó prolijamente doblada
sobre la baranda antes de tomar coraje, en solo un instante, y saltar. Le pediríamos que
estuviera tranquilo. Le aseguraríamos que tendría que estar en paz. Con lo que ya escribió es
hermano de Walt Whitman. Y de Rimbaud y de Keats también. Que logró la meta. Que tiene
que cuidarse y seguir escribiendo.
Pero las cosas no funcionan así. Hay que dejarlo caer al mar.
Segundos más tarde –el tiempo vuelve a correr– una señora se acerca a la baranda y ve a
Crane nadando, con ganas, hacía la nada. Su cuerpo no será recuperado.
Su tumba en Garrettsville, Ohio –el pequeño pueblo donde nació– dice solamente:
II.
Hart Crane fue el único hijo de una pareja catastrófica. Su padre, C.A. Crane, era un exitoso
hombre de negocios que ganó una fortuna en la industria de chocolates y golosinas. Era el
inventor de un pequeño confite llamado Life Savers que tiene la forma de un salvavidas
circular. Aun son populares en los Estados Unidos. Su madre, Grace Hart Crane, era un
persona intensa, directamente histérica. El matrimonio no fue feliz. Tras una separación
temporal en 1908 se divorciaron definitivamente en 1917, cuando Crane tenía 18 años. A los
20, el poeta le escribió a su madre: “Creo que ya es hora que reconozcas que los últimos ocho
años de mi juventud ha sido un sangriento campo de batalla de la vida sexual y los problemas
entre tu y papá”.Crane cambió su nombre de pila de Harold a Hart para adoptar el apellido
materno de su madre. En marzo de 1917, tras haber publicado su primer poema –firmado
Harold Crane– en una revista llamada The Pagan, su madre le escribió: “¿Es tu intención
ignorar el lado de la familia de tu madre completamente? Es lo único que se me ocurre
criticar. Me parece que Hart, o por lo menos H. debe estar en algún lado”.Al tomar el nombre
Hart declaró su alianza en la batalla matrimonial. Su padre le seguirá diciendo Harold. Su
padre. Solamente acá hay material para hacer un largo capítulo de psicoanálisis básico. Crane
supo desde muy temprano que quiso ser poeta. Su confianza en sí mismo y su ambición fue tal
que abandonó la secundaria para dedicarse a su vocación. Su padre no lo entendía. Lo
aconsejaba que se dedicara a los negocios familiares y que dejara la escritura para sus
momentos libres. Que fuera un hobby, como el golf. Tras varios intentos de integrarlo a su
empresa hubo una ruptura final y Hart huyó a Nueva York. En Ohio se sentía solo, sin
vitalidad, lejos del centro de las cosas. Era homosexual. En Greenwich Village comenzó a
encontrarse a sí mismo, sexual y artísticamente.Pero ese encuentro fue violento. En muchas
cosas, tanto en su vida y su obra, Crane se parece a Rimbaud. La falta de dinero era una
pesadilla crónica; aunque no tuvo un Verlaine, sus relaciones con los hombres fueron choques
intensos y calamitosos. La borrachera se le convirtió en una forma de vida y lo llevó a
extremos visionarios. Como Rimbaud también, desdobló la sintaxis y descubrió metáforas
absolutamente originales en un intento de transmitir la experiencia pura en verso. A
diferencia de Rimbaud, sin embargo, nunca tuvo el deseo de abandonar la poesía.Aunque
eligió el arte por encima de la vida de los negocios, trabajó en varias agencias de publicidad.
Su vocación poética tampoco significaba un desdén por el pragmatismo del mundo de la
industria y el comercio. El crítico Langdon Hammer escribió: “No hay duda de que, como
poeta, Crane absorbió mucho del carácter y modo de pensar de su padre –su gravedad, su
franqueza con las personas y su creencia los valores americanos. En su memoria The
Awakening Twenties, Gorham Munson recordó la impresión que tuvo la primera vez que
escuchó a Crane hablar. La voz del poeta era vigorosa, característica del medio oeste de los
Estados Unidos, casi áspera como la de un vendedor”.En una larga carta escrita a su padre el
12 de enero de 1924, Crane explica por qué no puede volver a Ohio y trabajar en la empresa
familiar:“…me gustaría pedirte que te imaginaras trabajar en algo simplemente por el amor
de hacer algo bello –algo que tal vez no se pueda vender en sí mismo, o ser usado para vender
alguna otra cosa, pero que simplemente es una comunicación entre hombres, un lazo de
comprensión y de iluminación humana. Una obra de arte verdadera es eso. Si puedes entender
esto tal vez veas que después de todo no he sido tan imprudente en seguir lo que puede
parecer una estrella remota. Solo pido dejar detrás de mí algo que el futuro pueda considerar
valioso. Y requiere algo de sacrificio a veces para dar esa cosa que tú sabes que está dentro de
ti y que vale la pena dar. Haré todos los sacrificios necesarios por ese fin.”
III.
La obra poética que dejó Crane es compleja, hermética, eufórica e incomparable a la de
cualquier otro poeta. En su centro está el poema lírico épico “The Bridge” (El puente) –que
transforma el puente de Brooklyn en un emblema– o mejor dicho en una especie de
instrumento simbólico que genera una compleja historia secreta de los Estados Unidos. En
realidad, es difícil explicar literalmente de qué se trata “The Bridge”.El gran defensor y
evangelio de Crane es el venerado crítico Harold Bloom. Tal vez nadie lo ha entendido tan
bien. Vale la pena citarlo en detalle:“Crane es un poeta difícil, intensamente metafórico y
alusivo. Combinado con sus anhelos transcendentales y su alto estilo invocatorio, su lógica
metafórica da la sensación de una densidad impactada, a veces se resiste a ser desenredado.
Su autoconciencia y poder retórico puede ser extraordinario y sugiere afinidades con
Christopher Marlowe y Gerard Manley Hopkins como también con T.S. Eliot. A pesar de la
personalidad dionisíaca de Crane y su tendencia a la perdición, él revisaba su trabajo
obsesivamente”.Como verán, hasta las lúcidas explicaciones de Bloom parecieran necesitar, a
su vez, sus propias explicaciones. Crane, sin embargo, dejó una clave para su obra hermética.
Sus cartas lúcidas y amorosas son comparables con las de John Keats. Aunque nunca elaboró
una teoría formal poética en su correspondencia con poetas y críticos contemporáneos –y
también con amigos y familiares– Crane dejó un testamento clarísimo de sus intenciones
artísticas.En una carta a su amigo Gorham Munson del 18 de Febrero del 1923, Crane explica
sus intenciones al escribir “El puente”:“En términos generales se trata de una síntesis mística
de ‘América’. Historia y hechos, locaciones y etc. todos tienen que ser transfiguradas en una
forma abstracta que funcionaría casi de manera independiente de su temática en sí misma.
Los impulsos iniciales de nuestro pueblo tendrán que ser unidos hacía el clímax del puente –el
símbolo de nuestro futuro constructivo, nuestra identidad única, en el cual también están
incluidos nuestras esperanzas científicas y logros futuros. El augurio místico de todo esto ya
esta parpadeando en mi mente…pero el hecho de escribirlo, juntar las fuerzas para hacerlo,
me tomará meses, en el mejor de los casos. Y tal vez tendré que abandonarlo. Tal vez sea una
ambición imposible…”Crane es un poeta difícil porque demanda mucho de su lector. Leerlo
puede llevar una vida entera. Hay que confiar que él vio algo y sintió algo único, y que la
única manera de acceder a esa visión es a través de sus herméticas construcciones. Bloom, ese
lector supremo, lo descubrió a los 10 años y hoy, a los 83, lo sigue venerando. En más de 70
años de lectura no lo ha podido agotar. No podemos imaginarnos una mejor recomendación
para iniciar la lectura de Hart Crane, que hoy descansa en los mares…
TRAVESIA
Toda su vida fue un constante huir, sea físicamente , sea a través del alcohol . Su condición
homosexual , en aquella época, pudo contribuir a ello, pero no solo, porque Hart Crane huía
de hasta de aquellos que le podían ayudar, de su familia y amigos. Incluso su propio poder de
creación poética aparecía y desaparecía.
EMBLEMAS DE CONDUCTA
Sus autores favoritos eran Donne , Marlowe, Rimbaud, T.S. Elliot , Melville, pero sobre todo
Whitman.
EN LA TUMBA DE MELVILLE
Y sobre todo Whitman porque la obra cumbre de Hart Crane “ El Puente” es, de alguna
forma, la versión “modernizada” de “Hojas de Hierba” de Whitman . Modernizada porque
“El Puente” es una visión totalizadora. al igual que la maravillosa obra de Walt Whitman, de
Estados Unidos, tanto histórica como espiritualmente. "EL Puente" es la visión revisada, de la
visión de un poeta , pero desde la época de las máquinas ylos rascacielos. En unos de sus
poemas dice "...Oh Walt, dime , Walt Whitman, si será el infinito exactamente el mismo que
cuando caminabas por las playas de paumanok -enronda solitaria- y escuchaste el fantasma a
través del oleaje, su gorjeo iinsistente desgranándose allá...para ti los paisajes y esta raza de
torres, de ti el tema esculpido en el cantil..." Hart Crane quiso integrar todo esos temas en la
poesía, el mundo moderno debía aparecer entre las estrofas de la poesía.
El RIO
Sin embargo esa idea de introducir el tiempo moderno (las máquinas, las antenas, las radios,
el metro, el hierro, los coches...) que pudiera considerarse , en principio, mera forma
decorativa dentro del “discurso” del poema va introduciendo una visión menos
esperanzadora, menos positiva del mundo moderno. Al contrario que Whitman que veía el
mundo abrirse en un futuro prometedor, con todas las posibilidades, donde todo debe ser
bueno para el hombre Hart Crane ya está en ese futuro y no es tan agradable y positivo para
el hombre. El poema de Crane va oscureciéndose con el paso de las estrofas.
EL TUNEL
Y así
hablas de los metros
de las ciudades que corren
bajo cales y ríos..En el vagón,
la música del movimiento, su monotonía
es el sonido
de otros rostros, también subterráneos-
(...)
(...)
las tinieblas , en alguna parte, arrancaron cristal de un cielo.
Y este puerto ¡oh ciudad! Yo lo he cruzado por debajo
Lanzando desde espiras de tictaqueantes torres... Mañana
y ser...aquí, junto al Río que es Este –
aquí cerca de la orilla, de las manos sueltan recuerdos;
sin sombra en aquel abismo, mienten sin fin.
¿ A qué distancia la estrella se ha juntado con el mar?
¿O deberán la manos ser arrastradas lejos para morir?’
“El Puente” esta dividida en varias partes conformando la idea de Estados Unidos. Un puente
se ve a la vez por los dos extremos , dijo una vez Crane y une fuerzas antagónicas , uniéndose
sobre la fuerza de las aguas, sin violencia , en paz. Quizás mostraba , quería enseñar la
tranquilidad, la quietud, que él nunca tuvo.
AL PUENTE DE BROOKLYN
(*) El puente, de Hart Crane (1899-1932), constituye el último gran intento, en la literatura
norteamericana, de construir el mito de la Tierra Prometida, esa Nueva Jerusalén en la que
los hombres gozarían de las beatitudes del Cielo, augurada por Emerson y Thoreau. Es un
mito moderno, que abraza los avances de la tecnología y los valores de la sociedad
democrática, que conecta lo cósmico y lo industrial, lo telúrico y lo arquitectónico. El símbolo
que Crane eligió para encarnar esa utopía contemporánea fue el puente neoyorquino de
Brooklyn, una obra maestra de la ingeniería humana, inaugurado en 1883.
En una carta a su amigo Gorham Munson del 18 de Febrero del 1923, Crane explica sus
intenciones al escribir “El puente”:
“En términos generales se trata de una síntesis mística de ‘América’. Historia y hechos,
locaciones y etc. todos tienen que ser transfiguradas en una forma abstracta que funcionaría
casi de manera independiente de su temática en sí misma. Los impulsos iniciales de nuestro
pueblo tendrán que ser unidos hacía el clímax del puente –el símbolo de nuestro futuro
constructivo, nuestra identidad única, en el cual también están incluidos nuestras esperanzas
científicas y logros futuros. El augurio místico de todo esto ya esta parpadeando en mi
mente…pero el hecho de escribirlo, juntar las fuerzas para hacerlo, me tomará meses, en el
mejor de los casos. Y tal vez tendré que abandonarlo. Tal vez sea una ambición imposible…”
Muerto por suicidio a los 32 años, su largo poema The Bridge, una “síntesis mística de la
historia de los Estados Unidos” con el puente de Brooklyn como su símbolo central, es –junto
a “La tierra baldía” de T.S. Eliot y los “Cantos” de Ezra Pound–, uno de los mayores poemas
de lengua inglesa del Siglo XX. Autodidacta, luchó contra las expectativas de su padre
empresario para forjar su obra en el contexto de una vida breve y tormentosa.
INDICE
MODERNISMO Y DESPUÉS