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LA IDEAS MOTRISES DE TRES PROSESOS DE INDUSTRIALIZACIÓN.

Norberto González

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Norberto Gonzales. Presenta un informe sobre tres procesos de industrialización. En diferentes partes del mundo de
acuerdo a una visión liberal de industrialización. En su visión más ortodoxa, la teoría económica neoclásica ha ocupado
un lugar preferente en las discusiones de política económica en América latina en los últimos años. De acuerdo a esa
doctrina, el mecanismo del mercado, al operar en forma totalmente libre, asigna los recursos productivos en la forma más
eficiente posible. Cualquier interferencia de la política estatal con esa asignación conduce a una pérdida de eficiencia y a
una disminución del ritmo de crecimiento de la economía con respecto al optimo que podría obtenerse mediante el libre
juego de las fuerzas del mercado. En el periodo histórico en que iniciaron su proceso de industrialización los países
desarrollados aplicaron políticas de participación activa del Estado, combinadas con el libre con el libre funcionamiento
del mercado, y elaboraron teorías que dieron respaldo técnico a esas políticas. Como dice el autor estas políticas y estas
experiencias no se citan en las discusiones económicas de nuestra región. Por ello Gonzales toma dos casos
emblemáticos de desarrollo e industrialización que son los casos de Estados Unidos y de Alemania y luego los utiliza
como antecedentes para este ensayo para examinar las ideas de Prebich y la CEPAL aplicadas al caso de América latina.
Las ideas sobre industrialización de Estados Unidos fueron expuestas por Alexander Hamilton en 1791. Este autor puso
en duda las objeciones a las políticas de promoción de las manufacturas y la afirmación de que- sin la ayuda
gubernamental- la industria crecería tan rápidamente como lo requiera el estado natural de las cosas y los intereses de la
comunidad. Según Hamilton, esta afirmación no es siempre valida. Muchas empresas que recién se inician tienen miedo
al fracaso. Y entrar en competencia con quienes se han perfeccionado en las actividades que se busca penetrar y los otros
alicientes artificiales con que los países extranjeros apoyan a sus connacionales. La evolución espontanea hacia empresas
nuevas es aun más difícil. Estos cambios serán más lentos de lo aconsejable, por el interés de los individuos y de la
sociedad y en muchos casos no ocurrirán. Hamulton continúa diciendo que producir los cambios necesarios tan pronto
como sea posible puede requerir el estimulo del gobierno. El miedo a fracasar en nuevas iniciativas es quizá un
impedimento serio…, es esencial que quienes la inicien cuenten con la aprobación y el apoyo del gobierno necesarios
para superar los obstáculos que supone toda experiencia nueva. La superioridad de que ya gozan los países que han
ocupado y perfeccionado una rama de la industria es un obstáculo más formidable.. para introducir esa misma industria
en un país en que antes no existía. La ayuda del gobierno a la producción insipiente en un país nuevo puede ser esencial
para compensar las desigualdades de la competencia en el periodo inicial. Gracias a los informes de Hamilton y de
alguno de sus seguidores, como H. B. Carey, que era partidario de estas ideas en 1865, esos conceptos se difundieron e
influyeron fuertemente sobre la política comercial e industrial aplicada por Estados Unidos durante su proceso de
industrialización.
2 El caso de Alemania. Frederick List. La política de industrialización de Alemania fue planteada en términos
similares, aunque más amplios, por Federick List en el siglo diecinueve (List, 1856). Este afirma que, durante el periodo
inicial de desarrollo de una industria en un país nuevo, la ayuda del gobierno a la producción incipiente puede ser
esencial para equiparar las condiciones de la competencia. Sostiene que “El sistema de protección es el único medio por
el cual las naciones menos avanzadas pueden elevarse al nivel de la nación que va a la cabeza de la industria
manufacturera, con un monopolio no conferido por la naturaleza, sino por ser pionera en ese campo. Citando a Say,
acepta que el estado pueda proteger a la industria nacional siempre que en pocos años esta pueda subsistir sin ayuda, en
forma similar al aprendiz de zapatero al que se le otorgan algunos años de enseñanza y de apoyo hasta que aprenda su
oficio y pueda vivir sin el sostén de sus padres. Los planteamientos de List ven más allá que los de Hamilton, pues no
solo el desarrollo industrial de un país predominantemente agropecuario le da independencia sino que también estimula
el crecimiento urbano ejerciendo una influencia en el crecimiento político e intelectual y cultural y sobre la capacidad
creadora de ese país.
El caso más general: Jhon Stuart Mill y la teoría neoclásica. En la corriente neoclásica se expresa sierto escepticismo con
respecto a las políticas de industrialización. Si bien suele aceptarse la validez del argumento de la industria incipiente, se
considera que esas políticas no son la alternativa óptima sino la primera o segunda solución subóptima. Se sostiene que antes
de aplicar políticas industriales activas resulta más eficiente mejorar la información de que dispone el empresario para tomar
sus decisiones o procurara el mejoramiento de los mercados de capitales, y dejar que sea el mercado libre de interferencias el
que asigne los recursos. En la aplicación reciente de estas políticas para América latina se pueden ver dos posiciones. Por un
lado los ortodoxos que plantean un papel muy reducido a las políticas públicas, para la asignación de recursos productivos.
Dejando estas políticas al libre mercado. Por otro lado hay una posición neoclásica menos rígida, que acepta sierto margen de
política activa que promueva el desarrollo industrial y tecnológico y apoye las nuevas exportaciones.
En el caso de industrialización de América latina: el enfoque de Prebich y la CEPAL. También optaron por un
enfoque de industrialización deliberada, con participación del estado, en respaldo del sector privado. Según Predich, los
países en desarrollo que están en la periferia, se especializan en la producción de bienes primarios. Exportan vienes de
bajo contenido tecnológico e importan otros de tecnología avanzada. Sus exportaciones tienen mano de obra de baja
calificación y débil organización sindical. En cambio sus importaciones en cambio contienen mano de obra calificada
con alto grado de organización sindical y de ingresos elevados. La piedra angular de las recomendaciones que derivan de
esta diagnosis es el proceso de industrialización que permitiría modificar la estructura productiva interna y las relaciones
externas. Este proceso no podría lograrse al ritmo indispensable por efecto de las fuerzas del mercado libradas a su
suerte, sino que requiriera políticas públicas activas de protección y promoción en materia de comercio, tributación y
crédito.

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