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19 AL 21 DE OCTUBRE DE 2018 GRAN HOTEL CIUDAD DE MÉXICO | CDMX, MÉXICO

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EJE 2: Estrago Materno
Argumento.

Investigaremos el concepto de estrago materno sabiendo que, desde los inicios del psicoanálisis, F
constata un vínculo de odio particularmente fuerte en la relación de la niña con la madre que toma el l
de un amor igualmente intenso, amor que ha precedido al Edipo y cuyo desenlace tiene un resto, que t
la forma de penisneid; punto de detención de todo análisis femenino.

Lacan va más allá y retoma, a lo largo de su enseñanza, esa ligazón-madre definiéndola como estrago. ¿
espera una hija de su madre?

Desde sus primeros seminarios, ubica el deseo de la madre en tanto presencia angustiante de un d
enigmático que coloca al niño en una situación difícil, en tanto aparece sujetado a "la ley incontrolada d
madre", al "capricho", hasta llegar a decir en el Seminario 17 que "ese deseo siempre produce estragos
estar dentro de la boca de un cocodrilo, eso es la madre".

 
Freud, S. (1915) 'Un caso de paranoia que contradice la teoría psicoanalítica', Obras Comple
Volumen XIV. Buenos Aires: Amorrortu Editores.

p. 267.

Cuando la madre inhibe o pone en suspenso la afirmación sexual de la hija, cumple una función
normal que está prefigurada por vínculos de la infancia, posee poderosas motivaciones
inconscientes y ha recibido la sanción de la sociedad. Es asunto de la hija desasirse de esta
influencia y decidirse, sobre la base de una motivación racional más amplia, por cierto grado
de permisión o de denegación del goce sexual. Si en el intento de alcanzar esa liberación
contrae una neurosis, ello se debe a la preexistencia de un complejo materno por regla general
hiperintenso, y ciertamente no dominado, cuyo conflicto con la nueva corriente libidinosa se
zanja, según sea la disposición aplicable, en la forma de tal o cual neurosis.

Freud, S. (1915) 'Algunos tipos de carácter dilucidados por el trabajo psicoanalítico', Obras comple
Volumen XIV. Buenos Aires: Amorrortu Editores.

p. 322.

No queremos abandonar las «excepciones» sin apuntar que la pretensión de las mujeres a
ciertas prerrogativas y dispensas de tantas coerciones de la vida descansa en el mismo
fundamento. Como lo averiguamos por el trabajo psicoanalítico, las mujeres se consideran
dañadas en la infancia, cercenadas de un pedazo y humilladas sin su culpa, y el encono de
tantas hijas contra su madre tiene por raíz última el reproche de haberlas traído al mundo
como mujeres y no como varones.

Freud, S. (1916) '13ª Conferencia. Rasgos arcaicos e infantilismo del sueño', Obras Completas. Volu
XV. Buenos Aires: Amorrortu editores.

p. 188.

La hija encuentra en la madre la autoridad que cercena su voluntad y la persona a quien se ha


confiado la misión de imponerle esa renuncia a la libertad sexual que la sociedad exige; en
ciertos casos, también la competidora que se resiste a ser suplantada. {Verdrangung}.

p. 193.

Si la niña pequeña persevera en su primer deseo de convertirse en un «varón», en el caso


extremo terminará como una homosexual manifiesta; de lo contrario, expresará en su posterior
conducta de vida unos acusados rasgos masculinos, escogerá una profesión masculina, etc. El
otro camino pasa por el desasimiento de la madre amada, a quien la hija, bajo el influjo de la
envidia del pene, no puede perdonar que la haya echado al mundo tan defectuosamente
dotada. En la inquina por ello, resigna a la madre y la sustituye por otra persona como objeto
de amor: el padre. Cuando uno ha perdido un objeto de amor, la reacción inmediata es
identificarse con él, sustituirlo mediante una identificación desde adentro, por así decir. Este
mecanismo acude aquí en socorro de la niña pequeña. La identificación madre puede relevar
ahora a la ligazón-madre. La hijita se pone en el lugar de la madre, tal como siempre lo ha
hecho en sus juegos; quiere sustituirla al lado del padre, y ahora odia a la madre antes amada,
con una motivación doble: por celos y por mortificación a causa del pene denegado.

pp. 193-194.

Es interesante que en la mujer la relación entre complejo de Edipo y complejo de castración se


plasme de manera tan diversa, y aun contrapuesta, que en el varón. En este, según hemos
averiguado, la amenaza de castración pone fin al complejo de Edipo; y en el caso de la mujer
nos enteramos de que ella, al contrario, es esforzada hacia su complejo de Edipo por el efecto
de la falta de pene. Para la mujer conlleva mínimos daños permanecer en su postura edípica
femenina (se ha propuesto, para designarla, el nombre de «complejo de Electra»). Escogerá a
su marido por cualidades paternas y estará dispuesta a reconocer su autoridad. Su añoranza de
poseer un pene, añoranza en verdad insaciable, puede llegar a satisfacerse si ella consigue
totalizar {vervollstandigen) el amor por el órgano como amor por el portador de este, como en
su tiempo aconteció con el progreso del pecho materno a la persona de la madre.

Lacan, J. (2012). Alocución sobe la psicosis del niño en Otros escritos, Buenos Aires: Paidós

p.387.

"Hacen falta muchos estragos ejercidos por el significante para que sea cuestión de realidad.

A estos estragos hay que captarlos muy atemperados en el estatuto del fantasma, a falta de lo
cual el criterio adoptado de adaptación a las instituciones humanas vuelve a la pedagogía"

Lacan, J. (2012). 'El atolondradicho', Otros escritos, Buenos Aires: Paidós.

p.489.

"… la elucubración freudiana del complejo de Edipo, que hace de la mujer pez en el agua, por
ser la castración en ella inicial (Freud dixit), contrasta dolorosamente con el hecho del estrago
que en la mujer, en la mayoría, es la relación con la madre, de la cual parece esperar como
mujer más sustancia que de su padre –lo que no va con su ser segundo en ese estrago."

Lacan, J. (2004). El Seminario, Libro 3, Las Psicosis. Buenos Aires: Paidós.

p.286.

"Hay un viraje de significaciones, cambio del sentimiento común, de las relaciones socialmente
condicionadas, pero hay también todo tipo de fenómenos, llamados reveladores, que puede
aparecer de un modo asaz perturbador como para los términos que utilizamos para la psicosis
no sean en absoluto apropiados allí. La aparición de una nueva estructura en las relaciones
entre los significantes de base, la creación de un nuevo término en el orden significante, tiene
un carácter devastador"

Lacan, J. (2011). El Seminario, Libro 5, Las formaciones del Inconsciente. Buenos Aires: Paidós.

p. 212.

"La madre es una mujer a la que suponemos ya en la plenitud de sus capacidades de voracidad
femenina..."

Lacan, J. (2004). El Seminario Libro 17, El Reverso del Psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós.

p.118.

"El papel de la madre es el deseo de la madre. Esto es capital. El deseo de la madre no es algo
que pueda soportarse tal cual, que pueda resultarles indiferente. Siempre produce estragos. Es
estar dentro de la boca de un cocodrilo, eso es la madre. No se sabe qué mosca puede llegar a
picarle de repente y va y cierra la boca. Eso es el deseo de la madre."

Lacan, J. (2006). El Seminario, Libro 23, El sinthome. Buenos Aires: Paidós.

p.99
"Me he permitido afirmar que el sinthome es precisamente el sexo al que no pertenezco, es
decir, una mujer. Si una mujer es un sinthome para todo hombre, es completamente claro que
hay necesidad de encontrar otro nombre para lo que es el hombre para una mujer, puesto que
el sinthome se caracteriza justamente por la no equivalencia.

Puede decirse que el hombre es para la mujer todo lo que les guste, a saber, una aflicción peor
que un sinthome. Pueden articularlo como les convenga. Incluso es un estrago."

Lacan, J. Seminario 24, Clase del 16 de noviembre de 1976, Inédito.

"Como, a pesar de que me esfuerzo en ello, es un hecho que no soy mujer, no sé qué es lo que
una mujer conoce de un hombre. Es muy posible que eso vaya muy lejos, pero no puede ir sin
embargo hasta que la mujer cree al hombre. Ni siquiera cuando se trata de sus hijos. Se trata
ahí de un parasitismo — en el útero de la mujer, el niño es parásito, todo lo indica, hasta el
hecho de que algo puede andar muy mal entre ese parásito y ese vientre."

Miller, J-A. (2011). Donc. La lógica de la cura, (pp.213-232), Buenos Aires: Paidós.

p.267.

"(….) A este respecto, el rechazo inconsciente de la maternidad puede colocarse en el registro


de los estragos de la relación madre – hija, en los que la madre como Otro todopoderoso de la
demanda, es considerada responsable de lo que le falta a la hija, en los que se la tiene como el
agente primordial de la castración de esta, precisamente por encarnar la omnipotencia
suscitada por la demanda misma."

Miller, J-A. (2005) "El niño, entre la mujer y la madre", Virtualia, 13.

"El ejemplo de Lacan es el síntoma somático. Y muestra que, en primer lugar, el síntoma
somático del niño alimenta en la madre neurótica el motivo de la culpabilidad; que, en
segundo lugar, la perversión que quizás marque su deseo se traduce en la fetichización del
síntoma infantil; y, en tercer lugar, que en los casos de psicosis de la madre, se ve como el
síntoma somático del niño encarna su forclusión." (Pasarla a la locura materna)

Miller, J-A. (2005) De la naturaleza de los semblantes, Buenos Aires: Paidós.

pp. 82-83.

"La castración es lo que calza el goce. Gracias a este calzado se logra bailar más o menos con el
goce (…) Contradiciendo a Freud, Lacan observa que cuando este plantea en su lógica que la
mujer ya estaría al comienzo beneficiada por la castración (…) debería seguirse que ella está
bien en la castración, debería ser la dicha en la castración. Pero Lacan nota que el sujeto
femenino está mal en ese lugar, ya que se ve llevado a varear [auner] (…) su vaina, este
órgano, con lo que calza la castración, cosa que no conviene especialmente. Y pueden notarse
las dificultades, los estragos de la relación con la madre, a la que se le imputa ser agente de
esta castración".

Miller, J-A. (2008) El partenaire-síntoma. Buenos Aires: Paidós

pp. 296-297.

"(…) los modos de gozar propios al ser masculino y al ser femenino (…) inscribiría a la izquierda
el síntoma y a la derecha el estrago (…) estrago (…) es la otra cara del amor. El estrago y el
amor tienen el mismo principio, a saber, A mayúscula tachada, el no-todo en el sentido del sin
límite (…). El término estrago [ravage] del lado de la mujer está muy bien elegido. Lacan lo
emplea (…) cuando habla del estrago de la relación madre-hija, siempre del lado mujer."

Brousse, Marie-Hélène. (2017). Una dificultad en el análisis de las mujeres: el estrago de la rela
con la madre. Ética & Cine | Vol. 7 | No. 2 | pp. 29-35

http://journal.eticaycine.org/IMG/pdf/JEyC_Julio_2017_06_Brousse_Una_dificultad.pdf

"La zona del estrago es también un lugar electivo de vacilación de los semblantes, lo que en sí
mismo constituye un problema clínico. El "estrago" del sujeto femenino, que Lacan menciona
en El atolondradicho "El estrago que constituye para la mujer la relación con la madre" (Lacan,
2012, pág. 489), se presenta en el análisis articulado con el amor de trasferencia."

"Tanto para Freud como para Lacan, se trata de un modelo que recibe valores singulares según
la historia del sujeto. Pero en todos los casos la relación madre hija se centra en la
reivindicación fálica."

"En esta perspectiva, ¿qué es el estrago? La madre queda como el Otro no tocado por el
intercambio fálico y la ley simbólica, ella permanece como el objeto único del hijo. Una
respuesta es ser el fetiche de la madre. Pero este fetiche es siempre superpuesto que el Otro
traumático (es decir, el Otro de la satisfacción sexual) está completo. Otra respuesta consiste
en arrancar a la madre lo que de todas maneras no entrará en el intercambio que no hay, y
que, en tanto que arrancado, se convierte en un desecho."

"El estrago se sitúa en el campo de la relación entre el sujeto y la madre, incluyendo al Otro
del lenguaje y la relación de la palabra. Este campo nombrado por Lacan "deseo de la madre",
a entender según las dos modalidades del genitivo francés, comporta una zona oscura, no
saturada por el Nombre del Padre, y como tal sin límite de nido."

Brousse, Marie-Hélène. 'Saber hacer femenino con la relación. Las tres R: astucia, estrago y arreba
23 sep. 2016. XV JORNADAS "MUJERES", ELP.

http://mujeres.jornadaselp.com/lazoamp/saber-hacer-femenino-con-la-relacion-las-tres-r-
astucia-estrago-y-arrebato/

"Contrariamente a la solución astucia, la elección del estrago ataca el valor fálico que el objeto
tiene para el sujeto, y funciona disociando los objetos a de su valor fálico. Es entonces una
mortificación del falo, en la cual el imperativo superyoico de goce acaba con el deseo y su
causa."

Otros autores

Laurent D. (2005). El analista mujer, Buenos Aires: Tres Haches.

p. 21.

"En esta relación al Otro barrado, al no-todo, al sin límite que puede encarnar el hombre, hay
para la mujer un cursor que puede desplazarse del estrago al arrebato e inversamente".

Solano E. (2003) "Dolor de la Feminidad: entre el ser y la existencia", en Clínica lacaniana, Bs. As:
Haches.
pp. 49 y 50.

"El estrago caracteriza la relación de una mujer con su madre, tal como Lacan lo señala en un
texto que se llama "El Atolondradicho". Lacan afirma que es la niña o la mujer las que parecen
esperar de la madre más subsistencia que de su padre (…) En "El Atolondradicho", Lacan
presenta las fuentes lógicas de la desmesura de la espera femenina respecto de la madre. Esta
desmesura se encuentra correlacionada al real de la posición femenina- en el sentido de real
como siendo del orden de lo imposible, lo imposible como 'lo que no cesa de no escribirse'. La
demanda desmesurada de las mujeres proviene de lo que no cesa de no escribirse para ellas".

Lo que una madre transmite como mujer

por Silvia Elena Tendlarz

[*]

"¿Qué fue para ese niño su madre...?, se pregunta Lacan en relación a Gide, y añade las
distintas modalidades de amar sobremanera al hijo. El niño-falo André se incluye en la
perversión. El niño-fetiche Hans recurre a su fobia para producir la mediación que falta. El
niño-cómplice en la destrucción del deseo construye su obsesión. En cada uno de estos casos la
posición de una mujer respecto a la falta determina su modo de amar y su transmisión de la
castración. Así, la "coyuntura dramática" en la que se incluye la maternidad en cada mujer, las
particularidades de su historia, intervienen en su transmisión de la falta y en su incidencia en
la subjetividad del niño."

PRESIDENTE DE LAS JORNADAS COMISIÓN ORGANIZADORA


Marcela Almanza Responsables: Ana Viganó, Aliana
Santana y Carolina Puchet. Miembros
COMISIÓN CIENTÍFICA y asociados de la NEL Ciudad de
María Hortensia Cárdenas, Ana México
Viganó, Gloria González y Marcela
Almanza COMISIÓN DE PÁGINA WEB NEL Nueva Escuela Lacaniana
Susana Dicker y Carolina Puchet
(Coordinadoras), Heidi Gehler y @nel_amp
Joaquín Carrasco

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