Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
Si, por supuesto se siente tan incómodo no mentir, pero se siente tan libre que
ahora mismo me es más fácil lograr mantener mi mente ocupada en cosas reales,
contigo aprendí a vivir una vida fantasiosa, fantasías que en ocasiones me ayudan
en mi vida para proyectos de la escuela o simplemente como una conversación de
la cual yo soy dueño, pues parece ser poco habitual lo que tú y yo hacíamos,
dejarnos llevar por un momento, o una idea que nos hacía parecer dos locos
planeando el fin del mundo en una almohada, pues todo era falso. Aplicando
nuestras historias falsas en mi vida que no está detrás de una pantalla, te diré que
me ha ido muy bien, he encontrado personas que comparten cierta similitud a lo
que tu y yo hacíamos, al menos no sienten una aversión por mentir por diversión
siempre y cuando no dañe a nadie, solo jugando en la calle pretendiendo ser algo
o no ser algo, ejemplos concretos no te puedo dar, pues la mentalidad que me
ayudaste a formar no tiene más que la pauta de fantasía, el escenario que
pretendo darle, ciertamente es infinito.
lograrlo, cada quien logro su mejor versión ayudando al otro, lo cual aún me
parece exquisito, sabes, mi querida amiga, no me arrepiento de nombrarte a ti
durante muchos años y quizá para siempre “la damita”, alusión que te expliqué
hace años a mi película predilecta de Isaac Asimov el hombre bicentenario, donde
sale una niña pecosa (otro de tus apodos), la cual durante toda la película va
creciendo, haciendo una analogía, porque sabes que las adoro y siempre han
tenido vida en mí, yo en esta película Soy el androide inmortal Andru Robinson y
tú la pequeña damita que con el tiempo creció y creció mientras yo me mantenía
estático, ha llegado la hora que como en la película, haya una pausa en nuestra
vida pues yo no quiero seguir estático, quiero seguir creciendo como tú lo hiciste
estos años, y para eso, debo quitar esta ancla mental en la que te has vuelto, si
vuelves a mi vida o vuelvo en la tuya, ruego que sea tan fugaz como la
conversación de hace unos días donde me hablabas preocupada por los
temblores que han sucedido en México, una conversación un tanto casual, un
tanto formal, y un tanto normal, cosas que nunca nos caracterizaron y que ahora
me da una tremenda calma que así sea.
Te pido perdón por haberte usado en muchas ocasiones como un ente al cual
presumir, explicándole a las personas que me importaban la verdad, y a aquellas
que no, te adornaba con mentiras, en lo cual me volví tan grandioso que no se me
dificulto, y rápidamente me volví muy bueno en ello, más aún porque tú sabes que
siempre las personas se han sentidas atraídas a mi porque soy una persona
confiable. A lo último me vuelve un recuerdo que durante mucho tiempo nuestro
primer adiós, dije ya no volvería hacer más, en ese tiempo estaba tan confundido
que busqué gente también confundida, y empecé a jugar con sus sentimientos y
sus vidas, buscando un patrón para poder hablar con ellas, y lograr que hicieran lo
que yo quisiera, lamentablemente funcionó, hasta el grado de tener a tres chicas
con las cuales yo hablaba de la misma manera y de los mismos temas, cosa que
no me era difícil, situación que empeoró cuando decidí hacer mi último
experimento, cortando tajantemente a todas, escribo lo que sentí en ese
momento : no me importa romperle un corazón a una chica, simplemente ahora
mismo es sencillo, pero sé que soy de los pocos hombres que le han roto el
corazón a tres chicas al mismo tiempo, con diferencia de 3 y 4 minutos.
He encontrado gente maravillosa, pero no la disfruto por pensar en ti, cosa que
intento arreglar en esta mi última despedida, como le dije una vez a Dulce, mi
despedida contigo es sin palabras habladas, simplemente imagina una habitación
blanca, una habitación completa para ti, tu sales de una puerta que también da a
ese cuarto me ves parado ahí, yo llevo un traje típico de los 40’s nada arrugado y
un sombrero, ya no me veo viejo y mi mirada brilla más que nunca, mi camisa
E
Esto último quizá sea un poco confuso, pero es la verdad, durante bastante tiempo
he conocido mi situación contigo, siempre encerrado en tantos miedos, razón por
la cual mi mente buscaba respuesta en Borges, o en búsquedas que para
cualquiera hubiesen sido inútiles, todo eso para este día en el cual ya no hay
cadenas entre nosotros, y sin embargo el que se queda quieto no soy yo, pues
nuestra acuarela es como la escena gris de Más allá de la muerte, pues tu pintaste
mi lienzo y yo era siempre tu pintura de óleo, pastoso y moldeable, ahora mismo
veo como pintas en mi vida un árbol gris y morado en el fondo que no hace más
que entristecer todo el lienzo, te dejo a ti y a ese árbol, porque prefiero el jardín
que me ayudaste a formar.
Siete puertas de metal, siete muros de cristal, fue la solución que encontró mi
mente al enfocarme tanto en ti, enfocarme en ti puerta de metal no es si no inútil,
si no que con esta piedra que tengo en la mano me es imposible hacer algo para
penetrar al otro lado, pero las paredes son de cristal, son enormes, tanto como yo
quiera, y ahora las desvanezco y con ello se va todas las personas que no conocí
por esperarte.
E
Actualmente, solo puedo darte una sonrisa, ya no puedo ni quiero darte palabras
vacías, a veces pienso que estoy solo, pero después recuerdo a quienes me
rodean, y es por algo, me convertí en una persona muy cálida, llena de personas
que sonríen, y personas en demasía comprensivas, y con ellas voy a trabajar un
tiempo, para mejorar un mundo del cual volví para muchos caótico, por jugar
durante casi 20 años.
Es hora de estar conmigo mismo, y ser valiente en esa decisión, incluso en mis
más caóticos días, intentaré ser constante pues es lo que me gusta de mí,
necesitaré coraje para afrontar lo que me venga, pero formé una grandiosa
paciencia contigo, y ahora comprendo que era necesario, aunque ahora mismo mi
corazón es frágil, mi potencial espera, espera que ponga esa rosa blanca en el
piso, donde estás tú, esa habitación blanca que no está vacía si no llena de
recuerdos de ambos. Esa puerta de madera color Caoba y ese olor a pino en un
día lluvioso.
Para nosotros, lectores por naturaleza, cambiamos con cada cosa que leemos,
pensamos diferente, aunque con nuestra esencia intacta, actuamos
prudentemente y vemos el mundo a la manera del autor en curso, eres querida
mía un libro que cambio hace mucho tiempo mi vida, que merece ser leído por
otras personas, y que me enseñó a vivir, a tu manera.
Esto se repitió no una, ni dos ni tres veces, si no que se repitió tanto que por fin
llego a su fin, adoro este final, y todo lo que conllevo ser parte de tu vida.