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y en la Técnica Psicoanalítica
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EL SEMINARIO
DE ]ACQUES LACAN
LIBRO 2
EL YO EN LA TEORIA
DE FREUD e
Y EN LA TECNICA
PSICOANALITICA
1954-1955
EDICIONES PAIDOS
BUENOS AIRES - BARCELONA
MEXICO
Título del original:
Le Séminaire de Jacques Lacan, Livre 2
Le moi dans la théorie de Freud et dans la technique INDICE
de la psychanalyse, 1954-1955
Psicología y metapsicología. 11
150.195 Lacan, Jacques
LAC El seminario de Jacques Lacan : libro 2 : el yo en
la teoría de Freud y en la técnica psicoanalítica.- l'
Saber, verdad, opinión 27
ed. 11" reimp.- Buenos Aires: Paidós, 2008.
488 p. ; 22x16 cm.- (El seminario de Jacques
Lacan)
Traducción de: Irene Agoff MAS ALLA DEL PRINCIPIO DEL PLACER, LA REPETICION
ISBN 978-95Q.12-3972·0
El universo simbólico 47
1. TItulo 1. Psicoanálisis
Una definición materialista del fenómeno de 67
conciencia
Homeostasis e insistencia 87
1" edición, 1983
11" reimpresión, 2008 Freud, Hegel y la máquina 103
Reservados todos los derechos. Quedan rigurosamente prohibida. sin la autorización escrita
de los titulares del copyright, bajo las sanciones establecidas en las leyes, la reproducción parcial o total
El circuito 123
de esta obra por cualquier medio o procedimiento, incluidos la reprografia y el tratamiento infonnático.
ISBN 978-950-12-3972-0
El sueño de la inyección de Irma 223
El sueño de la inyección de Irma (fin) . 245
7
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FINAL
,
XXII ¿Dónde está la palabra? ¿Dónde está el lenguaje? 409
"
"
8
FINAL
454 455
FINAL
A, m, a, S
de lo inconsciente, no hay ninguna resistencia, sólo hay ten- que hacemos ahí dentro es un corte a nivel de uno de esos aco-
dencia a repetirse. plamientos.
En este mismo texto Freud subraya la originalidad de su Nada se comprende si no es a partir de esto, que en toda la
nueva tópica. La simple connotación cualitativa inconsciente/ obra de Freud les es recordado y enseñado. Tomen el esquema
consciente no es aquí esencial. La línea de clivaje no pasa del aparato psíquico que figura en esos pequeños manuscritos
entre inconsciente y consciente sino entre, por una parte, algo que Freud enviaba a Fliess y también al final de La interpreta-
que está reprimido y sólo tiende a repetirse, es decir, la palabra ción de los sueños. Puede creerse que Freud trataba sImple-
que insiste, esa modulación inconsciente de la que les hablo, y, mente de formalizar en algo que podríamos llamar la simbólica
por la otra, algo que la obstruye y que está organizado de otra cientificista: nada más lejos de eso. El punto crucial de su
. manera, a saber, el yo. Si leen este texto a la luz de las nociones aporte es la idea, que no aparece en ninguna otra parte, en la
con las que pienso haberlos familiarizado, verán que el yo es que insiste principalmente en el VII: hay. verda-
situado estrictamente como siendo del orden de lo imaginario. dera oposición entre función conSCIente y funcIOno mcons-
y Freud subraya que toda resistencia procede, como tal, de ese ciente. Este punto de partida -justificado o no, poco Importa,
orden. estamos comentando a Freud-le parece esencial para explicar
Antes de dejarlos, y dado que es preciso puntuar, poner un lo concreto que sucede con los sujetos que tiene delante, para
punto final que les sirva de tabla de orientación, retomaré los comprender los dominios de la vida psíquica. Lo que sucede a
cuatro polos que inscribí más de una vez en la pizarra. nivel del puro consciente, a nivel del córtex donde ese
Comienzo por A, que es el Otro radical, el de la octava o reflejo del mundo que es lo consciente, es como tal mmedIata-
novena hipótesis del Parménides, que es también el polo real mente borrado, no deja huellas. Las huellas tienen lugar en otra
de la relación subjetiva y al que Freud vincula la relación con el parte. .
instinto de muerte. De aquí partieron muchos absurdos, por el
Luego tienen m, el yo, y a, el otro, que no es un otro en término profundidad, que Freud habría eVItar y que se
absoluto, ya que está esencialmente acoplado al yo, en una re- ha utilizado en forma tan desacertada. Esto qUiere deCir que, a
lación siempre reflexiva, intercambiable: el ego es siempre un fin de cuentas, el ser vivo no puede recibir, no puede registrar,
alter-ego. sino lo que está hecho para recibir: más que sus
Tienen aquí S, que es a la vez el sujeto, el símbolo, y tam- funciones están hechas mucho más para no recIbIr que para
bién el Es. La realización simbólica del sujeto, que es siempre recibir. El ser vivo no ve, no oye lo que no es útil para su
creación simbólica, es la relación que va de A a S. Ella es subya- subsistencia biológica. Sólo que el ser humano, por su parte, va
cente, inconsciente, esencial a toda situación subjetiva. más allá de lo real que le es biológicamente natural. Y ahí co-
Esta esquematización no parte de un sujeto aislado y abso- mienza el problema. . ..
luto. Todo está ligado al orden simbólico, desde que hay Todas las máquinas animales están estnctamente fIjadas a
hombres en el mundo y que ellos hablan. Y lo que se trans- las condiciones del medio exterior. Varían, se nos dice, en la
mite y tiende a constituirse es un inmenso mensaje donde medida en que varía ese medio exterior. Desde luego, es propio
todo lo real es poco a poco retransportado, recreado, rehe- de la mayoría de las especies animales no querer saber na.da con
cho. La simbolización de lo real tiende a ser equivalente al lo que las descompagina: antes reventar. Por eso reVIentan,
universo, y l.os sujetos no son allí sino relevos, soportes. Lo además, y por eso somos fuertes. La inspiración de Freud no es
FINAL A, m, a, S
mística. Freud no cree que en la vida exista poder morfógeno, paso por lo imaginario hay una lámpara tríoda. Supongamos
en cuanto tal. Para el animal el tipo, la forma, están ligados a que una corriente pase al circuito. Si hay vacío, del cátodo al
una elección en el medio exterior, como el revés y el derecho. ánodo se produce un bombardeo electrónico gracias al cual la
¿Por qué con el ser humano pasa otra cosa? corriente pasa. Fuera del ánodo y del cátodo hay. un tercer
Muchas experiencias de laboratorio, extenuantes, por lo transversal. Pueden hacer pasar por él la cornente, pOSltlVI-
demás, muestran que basta con poner al pulpo o a cualquier zando, de tal forma que los electrones sean conducidos hacia el
otro animal ante el triángulo, con cierta tenacidad, para que ánodo, o bien negativizando, deteniendo en seco el proceso: lo
acabe por reconocerlo, es decir, por generalizar. La pregunta que emana del negativo se ve rechazado por el negativo que
de Valabrega debería ser contestada en el plano de lo general. ustedes interponen.
Pero en el hombre, lo nuevo es que algo se encuentra ya lo Esta es simplemente una nueva ilustración de la historia de
bastante abierto, imperceptiblemente desordenado en la coap- la puerta, historia que evoqué el otro día en razón del carácter
tación imaginaria, como para que pueda insertarse la utiliza- no homogéneo del auditorio. Digamos que es una puerta de
ción simbólica de la imagen. puerta, una puerta a la segunda potencia, una en el
En él hay que suponer cierta hiancia biológica, la que in- rior de la puerta. Lo imaginario está así en la pOSICIón de mte-
tento definir cuando les hablo del estadio del espejo. La capta- rrumpir, cortar, escandir lo que sucede a nivel del circuito.
ción total del deseo, de la atención, supone ya la falta. La falta Reparen que lo que sucede entre A y S posee un carácter en
está ya ahí cuando hablo del deseo del sujeto humano rela- sí mismo conflictivo. A lo sumo, el circuito se contraría, se
ción con su imagen, de esa relación imaginaria extremadamente para, se ·corta a sí mismo. Digo a .10 sumo, porque discurso
general que llaman narcisismo. universal es simbólico, viene de leJOS, no lo hemos mventado.
Los sujetos vivos animales son sensibles a la imagen de su No fuimos nosotros quienes inventamos el no-ser, sino que
tipo. Punto absolutamente esencial, al que se debe que toda la hemos caído en un rinconcito de no-ser. Y por lo que atañe a la
creación viviente no sea una inmensa orgía. Pero el ser humano transmisión de lo imaginario tenemos también lo nuestro, con
tiene una relación especial con la imagen que le es propia: rela- todas las fornicaciones de nuestros padres, abuelos, y otras his-
ción de hiancia, de tensión alienante. Ahí se inserta la posibili- torias escandalosas que son la sal del psicoanálisis.
dad del orden de la presencia y de la ausencia, es decir, del A partir de aquí las necesidades del lenguaje y las de la co-
orden simbólico. La tensión entre lo simbólico y lo real está ahí municación interhumana son fáciles de comprender. Conocen
subyacente. Es sustancial, si consienten ustedes en dar su sen- ustedes esos mensajes que el sujeto emite bajo una forma que
tido puramente etimológico al término sustancia. Es un upo- los estructura, los gramaticaliza, como procedentes del otro,
kei"menon. bajo una forma invertida. Cuando un sujeto le dice a otro eres
Para todos los sujetos humanos que existen, la relación en- mi maestro o eres mi mujer, esto quiere decir exactamente lo
tre el A Y el S siempre pasará por la intermediación de esos contrario. Esto pasa por A y por m, yen seguida llega al sujeto,
sustratos imaginarios que son el yo y el otro y que constituyen al que de golpe entroniza en la peligrosa y problemática posi-
los cimientos imaginarios del objeto: A, m, a; S, ción de esposo o de discípulo . .Así es como se expresan las pala-
Tratemos de hacer un poco de linterna mágica. ' Caeremos . bras fundamentales. .
en la baja mecánica, que es la enemiga del hombre, imaginando Pues bien, en el síntoma, dicho de otro modo, en una neu-
que en el punto de intersección de la dirección simbólica y el . rosis, ¿de qué se trata? Han podido observar que en el circuito,
FINAL A, m, a, S
el yo está separado del sujeto por la a minús- hecho para entrar en su juego, sino justamente con el Otre
cula, es decIr, por el otro. Y sin embargo, hay un vínculo. Yo radical que está enmascarado. La llamada transferencia acon·
soy yo, y ustedes también lo son, ustedes. Entre los dos, existe tece muy exactamente entre A y m, en la medida en que el a,
este dato estructurante: los sujetos están encarnados. En representado por el analista, no está.
efecto, lo que sucede a nivel del símbolo sucede en seres vivos. Como dice Freud en este texto de un modo admirable, S(
que está en S pasa para revelarse por el soporte corporal del trata de una Uberlegenheit -que en esta ocasión se traduce pOI
pasa por una realidad biológica que establece una divi- superioridad, pero sospecho que hay aquí un juego de palabras,
SIón entre la función imaginaria del viviente, una de cuyas for- como indica lo que sigue-, gracias a la cual la realidad qil(
mas es .el .-no tenemos tanto de qué quejar- aparece en la situación analítica es reconocida immer, siempre,
nos-o ' y la que es capaz de cumplir y que le als Spiegelung -término sorprendente- como el espejismo d(
conftere una pOSICIOn emmente frente a lo real. cierto pasado olvidado. El término Spiegel, espejo, está ahí. P,
Deci_r hay neurosis, decir que hay reprimido, que se partir del momento en que ya no existe la resistencia de la fun·
SIempre de retorno, equivale a decir que algo del ción imaginaria del yo, el A y. el m pueden en cierto modc
dIscurso que va de A a S pasa y al mismo tiempo no pasa. concordar, comunicarse en grado suficiente para que entre amo
. , L? que me.rece llamarse resistencia se debe a que el yo no es bos se establezca cierto isocronismo, cierta positivización si·
al sUJeto,. y que .es de la naturaleza del yo el multánea respecto a nuestra lámpara tríoda. La palabra funda·
en el c.IrcUlto Imagmario que condiciona las , inte- mental que va de A al S encuentra aquí una vibración armónica
rrupCIOnes del dISCurso fundamental. Sobre esa resistencia algo que, lejos de interferir, permite su paso. Incluso se puede
pone Freud. el a.c,ento cuando dice que toda resistencia procede dar a esa lámpara tríoda su papel real, que a menudo es el de ur
de orgamzacIOn del yo. Porque es en cuanto imaginario, y amplificador, y decir que el discurso fundamental hasta all
no SImplemente .cuanto existencia carnal, que el yo se en- censurado -por emplear el mejor término- se esclarece.
en el analIsIs, en la fuente de las interrupciones de un Este progreso se realiza por el efecto de transferencia, e
dISCurso que sólo pide pasar en actos, en palabras, o en Wie- cual pasa en otra parte que no es aquella donde pasa la tendenci.
derholen, es lo mismo. repetitiva. Lo que insiste, lo que sólo pasa, acontece entre A )
Cuando les digo que la única resistencia verdadera en el S. La transferencia, por su parte, pasa entre m y a. Y sólo en 1:
es la del esto significa que un análi- medida en que el m aprende paulatinamente, por así decir, ;
SIS solo es concebIble en la medIda en que el a está borrado. En ponerse en concordancia con el discurso fundamental, puedl
el debe cumplirse cierta purificación subjetiva -de lo ser tratado de la misma manera en que es tratado el A, es decir
contrano, ¿para qué todas esas ceremonias a las que nos entre- paulatinamente ligado al S.
de suerte que durante todo el tiempo de la experien- Esto no significa que un yo supuestamente autónomo en
CIa se confundir el polo a con el polo A. cuentre apoyo en el yo del analista, como escribe LowensteiI
El analIsta partIcIpa de la naturaleza radical del Otro en en un texto que hoy no les leeré, pero que había elegido escru
tanto es lo más .difícilmente accesible que hay. Desde ese :Uo- pulosamente, y devenga un yo cada vez más fuerte, integrant,
n: ento , y a de ese momento, lo que parte de lo imagina- y docto. Por el contrario, significa que el yo se convierte en le
no del yo del SUjeto se pone en concordancia, no con ese otro que no era, significa que llega al punto donde está el sujeto
al que está acostumbrado y que es su pareja, aquel que está No crean por ello que después de un análisis el yo se volati
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A, m, a, S
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