las cosas por falta de predisposición a llevar a cabo una tarea. Damos vueltas al coco hasta que encontramos una excusa lo suficientemente convincente como para no empezar a poner en marcha nuestro reto. Cuando hablo de no pensar y correr hablo de no dudar, hablo del deseo de afrontar nuestros retos, hablo de ser valiente y honesto con lo fijado, hablo de no venirse abajo ante momentos de debilidad, hablo de hacer todo lo posible por realizar un sueño, un proyecto o quizá una ilusión... Así que este libro está dedicado a todas aquellas personas que quieren dar un paso más, que quieren sentirse vivos y que no dudan en ponerse manos a la obra dispuestos a cumplir sus objetivos. Porque en la vida hay que ser valientes, decididos, hay que tener sueños. Pero hay que ir mas allá, ser capaces de dar un primer paso, al que se sumarán otros muchos que harán que consigamos esos anhelados deseos. Poco a poco, pasito a pasito, iremos construyendo ese camino que irá directo a nuestros sueños. ¿Y qué mejor que dejar de pensar y empezar a hacer lo que pretendemos? Cada vez es más frecuente que te encuentres en tu pueblo o en tu ciudad a gente corriendo. Se ven desde primera hora de la mañana, cuando vas camino del trabajo. También cuando vuelves a casa, ya de noche, e incluso a mediodía, cuando aprovechan la pausa de la comida. Les has visto, e irremediablemente te has preguntado: «¿Pero qué hace esta gente? ¿Es que están todos locos?». Pero no, sabes que no lo están. Sabes que solo buscan evadirse y, sobre todo, ponerse o mantenerse en forma. Y entonces piensas: «Yo también deseo cambiar mis hábitos y tener una vida más sana». En este libro esbozo el que sería el entrenamiento para una persona sedentaria, una persona normal, como tú; alguien que va a pasar de no hacer ejercicio a entrenar cuatro o cinco días a la semana. Pero no te agobies, lo vamos a ver todo paso a paso. En este deporte todo el mundo tiene su sitio, el running no consiste en ganar a los demás, aquí eres tú el que gana; en el running ganar es ser capaz de ver los límites de tu cuerpo, tu único competidor eres tú mismo. Además, vas a ser tú quien se fije la meta que deseas conseguir. Vas a trabajar a diario para lograr ese objetivo, quitando horas de descanso para practicar esta nueva pasión que te ha calado hasta los huesos: correr. Una de las cosas buenas que tiene el atletismo, o el running, como se dice ahora, es que te devuelve todo lo que tú le das, pero tienes que ser paciente, tienes que ir paso a paso, y si haces las cosas con calma, es muy probable que antes de lo que te imaginas te conviertas en un runner más.