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República Bolivariana De Venezuela

Ministerio Del Poder Popular Para Las Relaciones Interior Justicia y Paz
Ministerio Del Poder Popular Para La Educación Universitaria Ciencia y
Tecnología
Universidad Nacional Experimental De La Seguridad (UNES)
Academia Nacional Del C.I.C.P.C.
X Cohorte De Investigación Penal
Aula N°10-Fisico 41

La constitución y sus
derivados

Docente: Estudiante:
Ligia Batista Alfonzo Grillo
Índice
Introducción …………………………………3
Nociones del derecho constitucional ……………………………….…5
Definición del derecho constitucional ………………………………….5
Clasificación del derecho constitucional …………………………………6
La constitución …………………………………9
Clasificación de la constitución ………………………………...10
Estructura de la constitución …………………………………12
Origen del poder constituyente …………………………………13
Concepto del poder constituyente ………………………..……….14
Características del poder constituyente …………………………………16
Poder constituyente originario …………………………………17
Poder constituyente revolucionario …………………………………18
Poder constituyente derivado …………………………………19
Principios de la supremacía de la constitución……………………………........ 19
Historia de la supremacía de la constitución ………………………………… 22
Conclusión …………….…………………...24
INTRODUCCIÓN

Este trabajo tiene como objetivo principal contribuir en la definición del rol y las
tareas que debe desempeñar el órgano de justicia constitucional en Venezuela y
en la determinación de la forma en que debe desarrollar legítimamente sus
funciones en estos nuevos tiempos que corren para el país. Esta propuesta de
definición la realizaremos no sólo centrándonos en las facultades o competencias
del denominado, la CRVB sino considerando como presupuesto fundamental e
ineludible la base democrática de legitimidad que sostiene, o debe sostener, a la
Constitución, y, en consecuencia, la naturaleza y significado de la posición que
corresponde en un sistema político de este tipo al legislador. Nuestro marco de
referencia será el entendimiento de la Constitución como una norma con
estructura específica y funciones determinadas que contiene, en una importante
relación de implicación recíproca, diversos tipos de normas y principios, entre las
que sobresalen las que contienen derechos fundamentales y las que consignan y
desarrollan el principio de separación de poderes. Estas cuestiones relacionadas
con las cualidades y el significado de la Constitución, la división de poderes, su
estructura, la posición del legislador y del órgano de control constitucional dentro
del sistema político, en un país en el que sus juristas comienzan a construir teorías
que explican el significado de su Constitución y al mismo tiempo sus ciudadanos
se empeñan en configurar un auténtico régimen democrático después de haber
vivido durante tantos años bajo uno autoritario, son sumamente importantes,
porque implican el intento no sólo de contribuir a la renovación de la teoría
constitucional nacional, sino a la construcción de los supuestos que sirvan de
soporte al desarrollo normativo posterior y, específicamente, al otorgamiento de
sentido de los productos normativos del legislador, a la atribución de valor a la ley
y al procedimiento de su creación y, sobre todo, y para el caso de este trabajo, a la
interpretación y aplicación de normas y al adecuado y congruente desarrollo de los
poderes constituyentes como lo es el poder constituyente originario, revolucionario
y derivado.
por el constituyente originario. Tal perspectiva legitima el control de
constitucionalidad de las reformas constitucionales y la consideración de límites
expresos e implícitos de éstas, mismos que son analizados en el texto. A su vez,
la decisión de un constituyente de aplicabilidad irreversible de sistemas normativos
internacionales o supranacionales limita el margen de actuación de los poderes
constituyentes posteriores, generando un orden jurídico al que las pretensiones
innovadoras de un nuevo constituyente no pueden afectar. La obra de un nuevo
poder constituyente originario es la expresión formalizada de una potestad
constituyente limitada.
Precisamente, uno de los instrumentos jurídicos, por excelencia, destinado a la
tarea de protección de la normativa constitucional, es el que se ejerce a través de
la Justicia Constitucional, que tiene por misión principal velar por el respeto y la
eficacia del principio de la "supremacía constitucional". Sin embargo, su cometido
esencial no se reduce sólo a resolver la inconstitucionalidad de las normas que
son contrarias a la Carta Fundamental, sino que, además, tendrá la fundamental
labor de interpretar dicha norma constitucional, así como de conocer y resolver
aquellas cuestiones donde el ciudadano ve violados sus derechos fundamentales
o bien existen conflictos entre poderes.

NOCIONES DEL DERECHO CONSTITUCIONAL


El Derecho constitucional, que tiene por finalidad principal el regir la vida de toda
sociedad organizada jurídica y políticamente, tiene también como fundamento de
su existencia al hombre, quien desde los más remotos comienzos del desarrollo
de la especie humana, siempre ha tenido una forma de vida esencialmente social.
DERECHO CONSTITUCIONAL
La rama del derecho encargada de analizar y controlar las leyes fundamentales
que rigen al Estado se conoce como derecho constitucional. Su objeto de estudio
es la forma de gobierno y la regulación de los poderes públicos, tanto en su
relación con los ciudadanos como entre sus distintos órganos.

Más concretamente aún podemos determinar que el derecho constitucional se


encarga de llevar a cabo el estudio de lo que es la teoría de los derechos
humanos, la del poder, la de la Constitución y finalmente la del Estado.

El poder político está formado por las instituciones a las cuales la sociedad les ha
otorgado el monopolio del uso de la violencia. Es decir, el poder político tiene la
capacidad de coerción para obligar a cumplir sus mandatos imperativos a través
de la violencia legítima, siempre y cuando este uso sea necesario. Derecho
constitucional, que pertenece al derecho público, se sustenta en la Constitución,
un texto jurídico-político que fundamenta el ordenamiento del poder político. La
Constitución es la norma suprema de un país, por lo que prevalece sobre
cualquier otra normativa o ley.
El Derecho interno, es decir, el sistema jurídico de cada Estado, comprende tanto
su Derecho público como su Derecho privado. Dentro del primero hay que
considerar ante todo el conjunto de normas que regulan la organización y
funcionamiento del poder, es decir, los elementos básicos de su vida política. Esas
normas y la rama de los estudios jurídicos dedicada a su análisis forman parte de
lo que se denomina tradicionalmente Derecho político.
La expresión Derecho político es, sin embargo, bastante confusa y su contenido
un tanto heterogéneo. Con ella se designa el estudio de un conjunto de temas que
ciertamente tienen como referencia común el concepto, la organización y el
funcionamiento del Estado, pero contemplados desde distintos ángulos, de los
cuales algunos resultan un tanto ajenos al Derecho. La Teoría General del Estado,
la sociología política, las técnicas electorales, la historia constitucional, incluso la
historia de las ideas políticas, son a veces estudiadas bajo la denominación común
de Derecho Político.
De aquí, surge la conveniencia de distinguir, dentro de ese conglomerado de
materias, lo que es propiamente jurídico y a lo que, por tanto, debe dedicar su
atención preferente el jurista. Esa parcela estrictamente jurídica es el Derecho
Constitucional y comprende el conjunto de normas e instituciones jurídicas
fundamentales relativas a la organización y al ejercicio del poder político y a los
derechos y libertades básicas de los ciudadanos.

En realidad, el origen y fundamento del concepto de Derecho Constitucional hay


que buscarlo en la historia. Su arraigo en la vida académica surge cuando el
Antiguo Régimen es sustituido en diversos países, en forma más o menos
completa y azarosa, por el llamado Estado Constitucional, cuyos rasgos más
característicos son: el principio de separación de poderes como fundamento de la
organización política, el reconocimiento de una serie de derechos fundamentales
del individuo frente al Estado y, generalmente, la incorporación de esos y otros
elementos considerados básicos en la organización y funcionamiento del Estado,
a un texto escrito denominado Constitución.
La Constitución, así entendida, es ciertamente una ley, pero una ley que ocupa un
lugar privilegiado, pues es la ley suprema, la norma de normas a la que deben
sujetarse todas las demás leyes y el resto del ordenamiento jurídico, así como
todos los gobernantes y gobernados.

CLASIFICACION DEL DERECHO CONSTITUCIONAL


Conforme a sus procedimientos de estudio, se puede clasificar al Derecho
Constitucional en cuatro tipos o ramas:

o Derecho Constitucional Clásico. Se centra en el debate teórico de


la Carta Magna, empleando el método positivo.El derecho
constitucional clásico es solidario de la primera revolución industrial.
La posesión de secretos o de conocimientos técnicos no se había
convertido en una fuente de poder político aun había igualdad entre
el gobierno y el parlamento.
El Derecho Constitucional clásico se centra en la Constitución como
esquema de normas de organización y utiliza el método positivo.
Posiciones doctrinales más modernas propugnan un enfoque
dinámico, que incluya el estudio de las ideologías y la realidad social
en que se enmarca la norma constitucional. El Derecho
Constitucional comparado estudia las Constituciones de distintos
Estados, examinando sus peculiaridades y contrastes (V.
Constitución; forma de gobierno).
o Derecho Constitucional Comparado. Realiza un cotejo de los
diferentes textos constitucionales posibles y de sus modos de
aplicación, resaltando diferencias, semejanzas y contrastes.

Implica el conocimiento del universo constitucional de los diversos


países de la región, sus aproximaciones y sus diferencias, con la
finalidad primordial de que dicho estudio sea útil al
perfeccionamiento de los sistemas constitucional-democráticos de
los Estados del área. Desde luego que los estudios comparativos se
realizan también con el único objeto de conocer mejor las
instituciones, para que éstas puedan ser comprendidas en forma
más adecuada El Derecho Comparado es, reitero, muy útil, pero
presenta grandes y graves dificultades. Con facilidad se puede no
estar actualizado de las reformas y cambios jurídicos en un país, o
no comprenderse bien tales modificaciones.

El reconocimiento de esta realidad impone la necesidad de estudiar


comparativamente las instituciones políticas de los diversos
ordenamientos constitucionales, particulares en el mundo.
Corresponde, pues, el derecho constitucional comparado, el análisis
riguroso de las instituciones políticas de dos o más estados, a fin de
encontrar a sus semejanzas y diferencias que permitan establecer
lineamientos comunes de aplicación entre ellos, así como
perfeccionar su funcionamiento.

o Derecho Constitucional General. Se preocupa por el ideario y los


conceptos del pensamiento jurídico en torno a la Constitución, es
decir, la materia abstracta de la misma. En efecto, su estudio
comprende las instituciones políticas abstractas y comunes a varios
ordenamiento jurídicos – constitucionales con características
similares. Su importancia, como consecuencia de la globalización es
cada vez mayor, debido a la necesidad de homogenizar las
instituciones democráticas que permiten establecer determinados
estándares democráticos en el mundo.
El Derecho Constitucional General es la rama teórica del Derecho
Constitucional propiamente dicho. Se encarga de estudiar los
conceptos, categorías, órganos, prácticas e institutos, comunes a
todos los ordenamientos jurídicos y políticos del mundo. Es, pues, de
una disciplina jurídica predominantemente abstracta. Estudia los
elementos comunes a la organización jurídica y política del Estado
en general, sin aludir a ninguna especificidad. Temas como la teoría
de la constitución, el gobierno, la administración pública, las
funciones económicas, sociales y culturales del aparato estatal, los
poderes del Estado, la ingeniería constitucional, las instituciones
políticas, entre otros tópicos, constituyen su contenido académico. El
titánico esfuerzo desplegado por la doctrina, para construir una teoría
general del Derecho Constitucional, es el más claro indicador de la
trascendental importancia que los estudiosos conceden a esta
materia. No es para en vano este esfuerzo; el dominio de esta
disciplina es imprescindible, para todo aquel que pretenda,
seriamente, estudiar las instituciones políticas de su medio y de su
tiempo.
o Derecho Constitucional Nacional. Es la rama del derecho
Constitucional que estudian las instituciones políticas relativas a un
estado determinado o concreto. Los objetivos de esta disciplina solo
podrán lograrse si previamente se conocen las instituciones políticas
estudiadas por el derecho constitucional general.

Se ocupa de la perspectiva histórica: los casos jurídicos puntuales


de la historia constitucional de una nación o de todas las naciones. A
esta disciplina jurídico-política se le conoce también con el nombre
de Derecho Constitucional Especial. Su característica central, es la
de ser un ciencia aplicada. Ésta se encarga del estudio del
ordenamiento jurídico fundamental de un Estado específico, ubicado
en espacio geográfico y en tiempo histórico, concretamente
determinados. Sus tareas son la interpretación, la sistematización y
la crítica de las normas supremas, vigentes en dicho Estado,
incorporase también a su contenido, la jurisprudencia de los
tribunales competentes en materia constitucional.

Si el Derecho Constitucional Particular, es una disciplina aplicada al


conocimiento de las instituciones jurídico-políticas de un Estado
singular, resulta imprescindible, para quien pretenda abordarla, el
previo conocimiento de los temas que atañen al Derecho
Constitucional General. De otro modo, lo repetimos, sus metas
cognoscitivas serian inalcanzables. No se puede, por ejemplo,
estudiar el ordenamiento constitucional, si no se conoce, con
claridad, conceptos tales como: Constitución, división de poderes,
constitucionalismo, control de la constitucionalidad, supremacía
constitucional, técnica constitucional, y otros temas comunes a los
regímenes democráticos y constitucionales. En el mundo de hoy,
existen más de 190 países. Unos tienen constituciones formales;
otros poseen constituciones materiales. Ninguno de ellos carece de
constitución. Por eso mismo, a cada uno, le corresponde un Derecho
Constitucional Particular. Así tenemos por ejemplo, el Derecho
Constitucional Peruano, el argentino, mexicano, venezolano, francés,
español, angoleño, hindú, etc.

LA CONSTITUCION
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (en
adelante, CRBV), es el documento vigente que contiene la Ley
fundamental del país, dentro de cuyo marco deben ceñirse todos los
actos legales. En ella se generan las instituciones, derechos y
deberes fundamentales.
Se trata de un documento en idioma español. Se compone de un
preámbulo, 350 artículos (ordenados en Títulos y Capítulos), y
Disposiciones transitorias (para su implementación). Fue redactado
por la Asamblea Constituyente de Venezuela, constituida por 128
constituyentes, elegidos por votación popular con ese objetivo
fundamental.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (en
adelante, CRBV), es el documento vigente que contiene la Ley
fundamental del país, dentro de cuyo marco deben ceñirse todos los
actos legales. En ella se generan las instituciones, derechos y
deberes fundamentales. Se trata de un documento en idioma
español. Se compone de un preámbulo, 350 artículos (ordenados en
Títulos y Capítulos), y Disposiciones transitorias (para su
implementación). Fue redactado por la Asamblea Constituyente de
Venezuela, constituida por 128 constituyentes, elegidos por votación
popular con ese objetivo fundamental. Se sometió a consulta popular
su aprobación, por primera vez en toda la historia de Venezuela, el
15 de diciembre de 1999, recibiendo la aprobación con el 71,21% de
los votos (2.820.556), el rechazo del 28,79% (1.141.792), y con la
abstención del 54,06% (4.876.782). b. Relación con la Gobernanza
La CRBV es el resultado palpable, visible, concreto, material, de
todas las dimensiones y procesos involucrados en la aguda crisis y
profunda reforma de la Gobernanza en Venezuela, que cristaliza en
la Asamblea Constituyente de 1999. Así lo reveló, con gran
simbolismo, la toma de posesión del cargo de presidente de la
república, por parte de Hugo Chávez, quien en la ocasión declaró:
“Juro delante de Dios, juro delante de la Patria, juro delante de mi
pueblo que sobre esta moribunda Constitución impulsaré las
transformaciones democráticas necesarias para que la FLAG Foro
Latinoamericano sobre la Gobernanza República nueva tenga una
Carta Magna adecuada a los nuevos tiempos. Lo juro” (2 de febrero
de 1999). La Asamblea Constituyente tuvo como misión central su
redacción. Y ella constituye el andamiaje, tanto programático como
discursivo y jurídico, sobre el cual se ha desarrollado toda la vida
social y política del país hasta la actualidad. Tras el fallido golpe de
Estado en su contra en 2002, el Presidente Chávez la llamó “el libro
de la comunidad”, “el Popul Vu” (en alusión al libro sagrado ancestral
de los pueblos mayas Quiché). Asimismo, ha señalado públicamente
que la profundización de su proyecto de socialismo bolivariano del
siglo XXI, sólo es posible en el marco de la reforma constitucional
por vía democrática plebiscitaria. Cuestión que intentó en plebiscito a
fines de 2007, donde sometió a referéndum la reforma de 33 de los
350 artículos de la Constitución (que abarcaban temas variados,
desde la “re elección presidencial indefinida”, hasta un “Fondo de
estabilidad social” para asegurar los derechos sociales mínimos a
todos), perdiéndolo por estrecho margen. Ciertamente, cabe señalar
que la CRBV encuentra todavía enormes obstáculos para ser
practicada, y hasta siquiera conocida o comprendida por vastos
sectores de la población, en estrecha relación con el déficit
ciudadano comentado en otras fichas de este cuaderno. Más allá de
ello, sin embargo, desde un punto de vista analítico, constituye en sí
misma todo un programa de nueva Gobernanza. Desde uno
normativo (el deber ser), la CRBV es un documento fundante, cuyo
discurso democrático es tan avanzado que resume y es la expresión
de lo mejor de ocho mil años de civilización humana, incorporando
muchos de los nuevos aportes, en los ámbitos ético religiosos,
étnicos, de género, ecológicos, de identidades sexuales no
tradicionales y muchos otros. Ideológico y simbólico, como uno de
sus fundamentos el pensamiento de Simón Bolívar y el ejemplo de
los pueblos aborígenes. Hace explícita la Refundación de la
República y su carácter multiétnico y multicultural. Declara como
objetivo fundamental la integración latinoamericana. En su artículo
N° 1, establece la doctrina de Simón Bolívar como fundamento (muy
esencialmente sintetizada en tres principios fundamentales: unidad
regional, independencia plena de todo poder fáctico extranjero,
justicia e igualdad). En su artículo N° 5, establece como intransferible
la soberanía popular (es en el pueblo donde siempre radica el poder
constituyente que está siempre por encima del poder constituido, es
decir, instituciones y representantes).Sobre la Gobernanza En su
artículo N° 13, establece terminantemente la prohibición absoluta de
bases militares extranjeras. En su artículo N° 138, establece la
nulidad de todo acto de usurpación del poder. En su Título VI,
Capítulo IV, artículos N° s 272 a 283, crea y establece el Poder
Ciudadano, el Consejo Moral Republicano, y el Defensor del Pueblo.
En su Título V, del sistema socioeconómico y función económica del
Estado, establece el deber de defensa y promoción de la industria
nacional (artículo N° 301); del progreso y bienestar popular (artículo
N° 302); de la propiedad petrolera (artículo N° 303); de la protección
y rol de la agricultura y la pesca nacionales (artículo N° 305); de la
reforma agraria (artículo N° 307); de las cooperativas y otras formas
económicas autogestionarias o comunitarias (artículo N° 308); de los
impuestos redistributivos (artículo N° 316). En su Título VII, Capítulo
II, artículo N° 326, establece los principios de seguridad de la nación,
y de los derechos sociales y civiles. En su Título VII, establece la
obligatoriedad de la defensa de la Constitución, incluyendo el
derecho a la Desobediencia civil (artículo N° 333). En su Título IX,
Capítulo III, artículo N° 347, establece el Poder Constituyente, y la
posibilidad de convocatoria a Asamblea Nacional Constituyente.

Clasificación de la Constitución
En sentido sustancial según
Loewenstein.En Sentido Sustancial se clasifica en: - Escrita–
Consuetudinaria–Rígida–FlexibleCuando hablamos de una
Constitución escrita estamos hablando de normas de Derecho
positivo .Deben estar plasmadas en un texto constitucional, las
normas que nos regirán como ciudadanos.
 
Constitución rígida:
Se refiere a que para ser una modificada deben seguirse los
parámetros establecidos en la propia Constitución
Constitución flexible:
Esta Constitución puede ser modificada según la conveniencia que
vea el gobierno y que beneficie más al pueblo.
Constitución formal:
Son las dictadas por un Poder Constituyente y tienen forma escrita.
Constitución Material:
Son aquellas que organizan los Poderes Públicos, fijan su
competencia y establecen las relaciones entre los Poderes Públicos
y los ciudadanos.

Estructura de la Constitución

Se entiende como tal la distribución y orden de las partes que


componen el texto constitucional.

En este sentido es conveniente señalar que en la estructura de las


modernas Constituciones se hace una división en dos partes: una
dogmática o material, en la que se reconocen los derechos
individuales y de la ciudadanía; y otra orgánica o formal, dedicada a
determinar la organización del Estado.

La estructura general de la Constitución venezolana vigente, está


conformada por un Preámbulo, nueve títulos con 350 artículos, más
las disposiciones transitorias.

La Constitución como instrumento jurídico fundamental debe declarar


derechos y libertades para los individuos que viven en Sociedad y
limitar poderes para el Estado. Los elementos esenciales que debe
consagrar toda Constitución son: la estructura gubernamental, la
protección de los derechos humanos y los procedimientos para las
enmiendas y reformas.

Constitución normativa, nominal y semántica

Para que una constitución sea normativa se necesita que esté


plenamente ligada en la sociedad estatal, ser aceptada por todos los
integrantes del Estado, que sus normas dominen todos los procesos
políticos y debe estar adaptado y sometido a las normas
constitucionales.

Una constitución nominal es aquella que es válida jurídicamente pero


no concuerda con el contorno social político y económico y es
gracias a esto que no se puede llevar a cabo el cumplimiento de
estas normas constitucionales y el ejercicio del poder, en algunas
constituciones de América Latina se ve esta clase de situación.

Por último las constituciones semánticas son aquellas que se utilizan


para favorecer un grupo o individuo que ha tomado el poder por las
vías de hecho -regímenes de facto- , por lo general para darle cierta
legitimidad y hacer mucho más duradera su presencia en el poder,
como estas constituciones, están la fascista, algunas islámicas de
países africanos y un claro ejemplo es de la chilena durante la
dictadura militar.

ORIGEN DEL PODER CONSTITUYENTE


Inicialmente, podría señalarse a Rousseau como padre del concepto
de "poder constituyente", en base a su teoría de la voluntad general,
pero dicha teoría que formula la soberanía popular como inalienable
e inenajenable la convierte en una concepción imposible de
practicarse, ya que ella sólo fundamenta una democracia directa
ejercida únicamente por el soberano: el pueblo o cuerpo político de
la sociedad. Así, en la concepción rousseauniana no es posible ni
legítimo distinguir entre "poder constituyente" y "poderes
constituidos".

La doctrina del poder constituyente fue desarrollada por Emmanuel


Sieyés, a fines del siglo XVIII, en 1789, en su obra ¿Qué es el
Estado Llano?,1 explicada en forma sistemática como expresión de
su teoría de la representación y la soberanía nacional. De este
modo, Sieyés, mediante el concepto y la institución del poder
constituyente, creó un instrumento para generar una Constitución,
originando, a partir de ella, una vinculación de la autoridad a la Ley
Fundamental que emanaba de la nación soberana. Así, gobernantes
y gobernados quedaban subordinados a la Constitución.
Para Sieyés, el poder constituyente es un poder soberano, el cual no
está vinculado por ninguna norma jurídica previa, pudiendo
libremente fijar la idea de derecho que considere adecuada en la
Constitución; el poder constituyente es un poder pre-jurídico que
actúa libre de toda forma y control.
El poder constituyente originario no puede encontrar su base
fundamental en ninguna norma jurídica escrita y por tanto, su
naturaleza jurídica se deriva del derecho natural, sobre el cual se
hayan escrito, o no, normas jurídicas, doctrina, o jurisprudencia.
Pese a esto se ha afirmado que la tarea del poder constituyente es
política, no jurídica.2 El poder constituyente, al ser origen del
Derecho, no puede tener dicha naturaleza.
Emmanuel Joseph Sieyès, en su obra "Qué es el Tercer Estado",
atribuía dos características al poder constituyente: es un poder
originario y único, que no puede encontrar fundamento fuera de sí; y
que era un poder incondicionado, es decir, que no posee límites
formales o materiales.
Si bien, el poder constituyente no puede ser definido jurídicamente,
sí puede ser definido políticamente en términos de legitimidad.
Sieyes reconoce que todos los ciudadanos tienen derecho a
establecer su gobierno. Pero este gobierno o el manejo de los
intereses generales de la comunidad es un trabajo humano y es de
primordial importancia ya que la voluntad de todos y cada uno
cuestiona el bienestar y la libertad de todos.
Los límites del poder constituyente se acotan en función de la
naturaleza taxonómica de los mismos atendiendo así a su
clasificación en función de si son poder constituyente originario o
derivado.

Concepto del Poder constituyente


El Poder constituyente es la suprema potestad del Estado que lo
autoriza para imponer decisiones de carácter general y regir, aun
coercitivamente, según reglas obligatorias, la convivencia de cuantos
residen en su territorio sujeto a sus facultades políticas y
administrativas que los obedecerán.
Poder constitucional es la denominación del poder que tiene la
atribución de establecer la norma fundamental de un ordenamiento
jurídico, definiendo la forma de gobierno o la forma de estado de un
estado. Esta facultad es ejercida al para no constituir una nueva
reorganización de un Estado y al reformar la Constitución vigente.
Por lo anterior, habitualmente se distingue un poder constituyente
primario u originario y un poder constituyente derivado.
El poder constituyente ha sido definido como la "voluntad política
creadora del orden, que requiere naturaleza originaria, eficacia y
carácter creadora" y como la "voluntad originaria, soberana, suprema
y directa que tiene un pueblo, para constituir un Estado dándole una
personalidad al mismo y darse la organización jurídica y política que
más le convenga".1 De todos modos, existen concepciones que
consideran que el poder constituyente originario puede recaer en el
pueblo o en la nación.
Se considera que el poder constituyente existe en los regímenes de
Constitución rígida, en el que la elaboración de las normas
constitucionales requiere un procedimiento diferente al de las leyes
públicas.
El poder constituyente es la potencia originaria, extraordinaria y
autónoma del cuerpo político de una sociedad que dicta las normas
fundamentales para la organización y funcionamiento de su
convivencia política y jurídica, pudiendo sustentar o cancelar la
Constitución en su pretensión de validez. Esta potestad es la
“suprema capacidad y dominio del pueblo sobre sí mismo al darse
por su propia voluntad una organización política y un ordenamiento
jurídico”.
Así, el poder constituyente en cuanto potestad originaria, no deriva
de ningún otro poder jurídico prexistente al interior de la sociedad. El
poder constituyente sería un poder pre jurídico en el plano de la
sociedad política concernida.2 El poder constituyente originario es
aquel que organiza y da forma jurídica a un Estado o permite que
éste vuelva a refundar su orden jurídico luego de un proceso
revolucionario o de un golpe de Estado, o de una decisión pacífica
del cuerpo político de la sociedad, constituyendo una erupción de la
libertad política del pueblo para dotarse de un nuevo orden jurídico
fundamental.
El Poder Constituyente no tiene restricciones porque su carácter es
extraordinario, supremo y directo, algunos autores (Sieyès) establece
que las únicas limitaciones podrán ser algunos derechos naturales y
éticos (derecho la vida) por la sencilla razón de que los derechos
fundamentales del hombre valen como anteriores y superiores al
Estado. Aunque es refutado por autores que dicen que los derechos
fundamentales no son límites al Poder Constituyente, sino su base,
el fundamento, el principio del mismo.
Pero otros autores dicen que el Poder Constituyente si tiene
restricciones, solo la voluntad divina no tiene restricciones, la
voluntad humana está condicionada y el poder constituyente, está
condicionada por el proceso político del momento en que es ejercido
por el pueblo.

Características del Poder Constituyente


Es un poder originario e inmanente, no se deriva de ningún otro
poder.
Es un poder extraordinario, su misión es establecer el orden en el
Estado.
Es un poder permanente, no se agota con la promulgación del texto
constitucional, ya que no puede anularse.
Es un poder soberano
Es un poder autónomo e ilimitado
Es un poder unitario e indivisible.
Es un poder revolucionario.
2.4. Clasificación del Poder Constituyente
El poder constituyente puede clasificarse en base a dos criterios
fundamentales:

El primero de ellos tiene que ver con el órgano que lo ejerce, se


suele distinguir entre el Poder Constituyente Originario y Poder
Constituyente Derivado.

El segundo criterio de clasificación, atiende a la forma como se


manifiesta el Poder Constituyente, y distingue entre Poder
Constituyente Revolucionario y Poder Constituyente Normal,
dependiendo de si la modificación de las normas constitucionales
han producido o no una ruptura del hilo constitucional.

El poder constituyente actúa en dos momentos históricos: el de la


creación de la Constitución, que se denomina Poder Constituyente
Originario, y el que posibilita al revisión de la Constitución,
adecuando el texto a las nuevas necesidades de la sociedad que
pretenden regular, que se denomina Poder Constituyente Derivado o
Instituido.

La diferencia entre ambos esta, en que mientras el primero actúa sin


estar sometido a procedimiento alguno, el segundo actúa según los
procedimientos establecidos en el propio texto, constitucional que lo
ha instituido.

Mientras que el primero responde a todas las características


enunciadas en el epígrafe anterior, el Poder derivado está sujeto a
limitaciones materiales y formales previas por la existencia de una
Constitución.

Poder constituyente originario: se trata del poder constituyente


que aparece en primer lugar y que permite la existencia del
ordenamiento político; en otras palabras, es el que hace la primera
Constitución. Por lo general, una Asamblea constituyente se
desempeña como poder constituyente originario cuando aprueba la
Constitución original de un país, ya que de esta manera establece el
nacimiento del mismo desde un punto de vista jurídico. El Poder
Constituyente originario tiene como titular al pueblo o a la
comunidad, porque es la colectividad toda la que debe proveer a su
organización política y jurídica al momento de crearse el estado, esta
noción responde a la búsqueda de la legitimidad en el uso del Poder
Constituyente originario.
Siguiendo la temática es originario (Poder Constituyente) cuando
importa la fundación de una sociedad política global estableciendo su
organización política y jurídica fundamental, sin atenerse a reglas
positivas preexistentes.
El Poder Constituyente Originario no puede encontrar fundamento en
ninguna Norma y por tanto no puede poseer una Naturaleza Jurídica.
Al ser el origen del Derecho, no puede tener dicha naturaleza. Puedo
decir entonces, que la tarea del Poder Constituyente es Política y no
Jurídica. Además es la facultad extraordinaria de creación de un
nuevo orden político o Constitución, producto de un conflicto intenso
o una revolución social. Es una acto fundante y originario de un
Estado.
Doctrina clásica y autorizada sobre lo tratado líneas arriba sostiene:
Es la facultad inherente a toda Comunidad Soberana de darse su
Ordenamiento Jurídico Político, Fundamental y Originario por medio
de una Constitución. Poder Constituyente Derivado es la facultad
delegada a un órgano colegiado para reformar total o parcialmente la
Constitución, cuando sea necesario.El poder constituyente originario
permanece siempre como un poder plenamente autónomo para
ordenar y reordenar la convivencia básica de una sociedad política a
través de la Constitución Política, cuando así lo decida
autónomamente el cuerpo político de la sociedad, teniendo libertad
para configurar dicho

 El poder Constituyente Revolucionario es el que surge de una


rebelión, guerrilla, o revolución, en búsqueda de la justicia social, una
vez que ostenta el poder, se da a la tarea de legitimar
su poder mediante una constitución.
La concepción revolucionaria, en cambio, considerando igualmente
que la soberanía reside en el pueblo, sostiene que durante la
revolución el poder constituyente no tiene fin; que no se detiene, que
está siempre en actividad, creado continuamente nuevas respuestas.
El presidente Chávez insistió en que la diferencia entre el proceso
constituyente en Venezuela y el de otros países es que aquí el poder
constituyente se mantiene vivo y es la base de todo.
Dentro del proceso revolucionario venezolano, surgió desde el
principio la necesidad de buscar fórmulas para la construcción de la
democracia participativa y protagónica. Por ello, las reflexiones sobre
participación popular, transferencia del poder al pueblo y relaciones
entre el poder constituyente y el poder constituido, han sido una
constante en el pensamiento del Presidente Hugo Chávez Frías.

Poder Constituyente Derivado: Llamado también poder de


reforma, el poder constituyente derivado tiene la misión de modificar
parcialmente la Constitución Política, en tanto lo exijan las
circunstancias sócales, económicas, políticas y culturales, que se
han suscitado, con posterioridad a la puesta en vigencia del texto
constitucional vigente. En la doctrina se discute sobre la existencia o
inexistencia del poder constituyente derivado. Un sector de la
doctrina lo niega, puesto que al estar encargado su ejercicio a un
congreso ordinario, no sería poder constituyente sino constituido,
más aún, si ese ejercicio está limitado a un procedimiento fijado por
la propia Constitución, que le señala rigurosamente sus alcances. De
otro lado están los que sostienen que el poder constituyente derivado
si existe y es real, puesto que ningún poder constituido puede
modificar la Constitución Política del Estado. Esa labor solo la pude
desempeñar el poder constituyente. El hecho que se encargue su
ejercicio a un congreso ordinario, no quiere decir que deje de ser
constituyente la fuerza modificatoria de la Constitución. Lo es por dos
razones fundamentales:
• La primera, porque el propio legislador constituyente delegó este
poder supremo en el congreso común.
• La segunda, porque este congreso común, al modificar la
Constitución, está trabajando con materia constitucional, y quien
trabaja con materia constitucional ejerce funciones constituyentes, en
forma real y efectiva. De lo contrario su labor carecería de validez.
Dicho en resumen, la reforma constitucional que efectúa el congreso
ordinario sería nula, si éste no tuviera potestades constituyentes.
SUPREMACÍA CONSTITUCIONAL
La Supremacía Constitucional es un principio teórico del Derecho
constitucional que postula, originalmente, ubicar a la Constitución de
un país jerárquicamente por encima de todo el ordenamiento jurídico
de ese país, considerándola como Ley Suprema del Estado y
fundamento del sistema jurídico. Según cada país los tratados
internacionales ratificados por el país gozan de igual rango (rango
constitucional) o superior a las leyes e inferior a la constitución.
La Supremacía de la constitución tiene su base legal en el Art.7 La
constitución es la norma suprema y el fundamento del ordenamiento
jurídico. Todas las personas y los órganos que ejercen el poder
público están sujetos a esta constitución.

Tipos de supremacía constitucional


Jerárquica: Esta es la supremacía jerárquica de la Constitución
pues es un orden de prelación o de fuerza de la que van derivando el
resto de las leyes y ninguna puede ser contraria a la constitución. La
Supremacía Jerárquica está basada en el orden jerárquico que le da
la pirámide de Kelsen al ordenamiento jurídico de un Estado o
nación. Esta es la que le da el grado de superioridad a la norma
constitucional otorgándole subordinación a toda aquella ley que no
sea la constitución.
Lógico- deductiva: Este tipo de supremacía expone las leyes a
modos y formas de razonamiento humano conforme a las reglas de
la lógica y de la razón, partiendo de principios universales para su
ejecución.

Teleológica: Este tipo de supremacía es la que va a ir por encima


del ordenamiento jurídico y sobre las decisiones que puedan tomar
los órganos de la administración pública o administración de justicia,
para que sea aplicada íntegramente la Constitución nacional con el
fin de alcanzar las metas del Estado.

Axiológica: Es un sistema o especie de ciencia que va a medir la


importancia o valores que tienen las personas dentro de la sociedad,
y es lo que se da por el apego que deben tener las decisiones, o las
leyes que sean creadas o se puedan crear dentro del Estado, incluso
la suscripción de tratados internacionales.
Esto quiere decir que lo establecido en la Constitución en los
artículos del 2 al 18 y en el Preámbulo de la misma son los valores
supremos de la Constitución. Ninguna decisión puede estar por
encima de estos valores.

Supremacía formal
Es la que tribuye a determinados órganos la competencia de
producción normativa, y se encuentra sobre la base de relaciones de
jerarquía, así como también establece procedimientos básicos para
el ejercicio de la competencia; se divide en tres aspectos a.- Rigidez.
b.- Establece un proceso legislativo para la creación de leyes. c.-
Promulgación solemne de la Constitución sobre sus principios.
Deriva del carácter de rigidez de la Constitución ya que es fruto de la
voluntad suprema extraordinaria y directa del poder constituyente el
cual expresa esa voluntad mediante procedimientos especiales que
difieren a los de la ley ordinaria. La modificación de sus normas
exige procedimientos especiales.
Supremacía material
La Constitución es formal al ser una ley que, a diferencia de otras,
fundamenta y ordena la validez de todo un sistema jurídico,
estableciendo un procedimiento dificultoso para su reforma, así como
los criterios para la creación de otras normas. Y en otro sentido es
material, ya que en la Constitución se concentran los valores y
principios fundamentales que rigen a una organización político-
social, los cuales solventan las necesidades vitales de justicia de sus
integrantes.
Este postulado de la supremacía de la Constitución en tanto que
norma fundamental, que además se encuentra expresado en el
artículo 7 de la Constitución de 1999, es uno de los pilares
fundamentales del Estado Constitucional, que comenzó a
desarrollarse desde los propios albores del constitucionalismo
moderno, cuando en 1788, Alexander Hamilton en The Federalist,
afirmó que “ningún acto legislativo contrario a la Constitución, puede
ser válido”, al punto de que “negar esto significaría afirmar que … los
representantes del pueblo son superiores al pueblo mismo; que los
hombres que actúan en virtud de poderes, puedan hacer no sólo lo
que sus poderes no les autorizan sino también lo que les prohíben”.
La contrapartida de la obligación de los órganos constituidos de
respetar la Constitución, de manera que el poder constituyente
originario prevalezca sobre la voluntad de dichos órganos estatales
constituidos, es el derecho constitucional que todos los ciudadanos
tienen en un Estado Constitucional, a que se respete la voluntad
popular expresada en la Constitución, es decir, el derecho
fundamental a la supremacía constitucional. Nada se ganaría con
señalar que la Constitución, como manifestación de la voluntad del
pueblo, debe prevalecer sobre la de los órganos del Estado, si no
existiere el derecho de los integrantes del pueblo de exigir el respeto
de esa Constitución, y además, la obligación de los órganos
jurisdiccionales de velar por dicha supremacía. El constitucionalismo
moderno, por tanto, no sólo está montado sobre el principio de la
supremacía constitucional, sino que como consecuencia del mismo,
también está montado sobre el derecho del ciudadano a esa
supremacía, que se concreta, conforme al principio de la separación
de poderes, en un derecho fundamental a la tutela judicial efectiva de
la supremacía constitucional, es decir, a la justicia constitucional.
Historia de la supremacía constitucional
La supremacía constitucional es una noción absoluta, que no admite
excepciones, por lo que el derecho constitucional a su
aseguramiento tampoco puede admitir excepciones, salvo por
supuesto, que sean establecidas en la propia Constitución. De lo
anterior resulta que, en definitiva, en el derecho constitucional
contemporáneo, la justicia constitucional se ha estructurado como
una garantía adjetiva al derecho fundamental del ciudadano a la
Constitución y a la supremacía constitucional, e incluso, a que las
reformas constitucionales se hagan sólo como lo dispone la
Constitución. De allí, por ejemplo, que en el caso de Venezuela, el
sistema de justicia constitucional está concebido conforme al
principio de la universalidad del control, por lo que todos los actos
estatales, incluso aquellos que se dicten con motivo de los
procedimientos de revisión o reforma constitucional, cualquiera que
sea su naturaleza, en tanto que sean manifestaciones de voluntad de
los poderes constituidos, están sometidos a la Constitución y al
control judicial de constitucionalidad. De lo contrario, no tendría
sentido ni la supremacía constitucional ni el derecho ciudadano a
dicha supremacía constitucional. En los siglos XIX y XX, los sistemas
jurídicos se fueron constitucionalizando en un mayor grado,
edificando todo su actuar y esencia en y hacia la norma suprema. No
solo en el orden de prelación como norma primaria, sino como fuente
difuminadora de valores y principios de todo el sistema. Esta visión
de supremacía de la Constitución es la que ha permeado en los
últimos años, acentuándose durante el siglo XX, donde los derechos
humanos fueron exaltados como elementos universales de eficacia y
valor pleno en todo sistema jurídico.
Por otra parte, debe recordarse que en cierta forma, como lo señaló
Sylvia Snowiss en su análisis histórico sobre los orígenes de la
justicia constitucional de Norteamérica, los sistemas de control de
constitucionalidad han surgido como un sustituto a la revolución, en
el sentido de que si los ciudadanos tienen derecho a la supremacía
constitucional como pueblo soberano, cualquier violación de la
Constitución podría Véase sentencia de la Corte Suprema de Justicia
en Pleno de 15–03–1962, en Gaceta Oficial.,Nº 760, Extraordinaria
de 22–3–62.
Podría dar lugar a la revocatoria del mandato a los representantes o
a su sustitución por otros, en aplicación del derecho a la resistencia o
revuelta que defendía John Locke. Antes del surgimiento del Estado
de derecho, en caso de opresión de los derechos o de abuso o
usurpación del poder, la revolución era la vía de solución a los
conflictos entre el pueblo y los gobernantes. Como sustituto de la
misma, sin embargo, precisamente surgió el poder atribuido a los
jueces para dirimir los conflictos constitucionales entre los poderes
constituidos o entre éstos y el pueblo. Esa es, precisamente, la tarea
del juez constitucional, quedando configurada la justicia
constitucional como la principal garantía al derecho ciudadano a la
supremacía constitucional.
Sin embargo, a pesar de la previsión de los mecanismos de justicia
constitucional, debe destacarse que muchas Constituciones aún
consagran el derecho ciudadano a la desobediencia civil, respecto
de regímenes, legislación y autoridades que contraríen la
Constitución. Un ejemplo es el artículo 350 de la Constitución de
Venezuela de 1999, en el cual se dispone que:
“El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha
por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier
régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios
y garantías democráticas o menoscabe los derechos humanos”. Este
artículo consagra constitucionalmente lo que la filosofía política
moderna ha calificado como desobediencia civil16, que es una de las
formas como se manifiesta el mencionado derecho de resistencia,
que tuvo su origen histórico en el antes mencionado derecho a la
insurrección que en la teoría política difundió John Locke.
Conclusión
Se puede concluir tomando en cuenta que este trabajo tuvo la finalidad de trasmitir
conocimiento sobre los temas hablados, ya que cada uno de ellos es de suma importancia
ya que hace referencia a un poco de la historia jurídica de nuestro país y así dejando claro
que Esta disciplina, con carácter ordenador, sería el Derecho Constitucional. Impondría a
la vez que toda transformación operada en el plano de la sociedad no sólo llevaría consigo
un agudo estudio político, sino que a su vez debía someterse a un riguroso examen desde
la óptica constitucional. De esta manera, los fenómenos más frecuentes en cualquier
régimen estatal pueden explicarse a través del Derecho Constitucional. También dejando
claro que La CRBV sigue la estructura formal de todos los documentos constitucionales.
Tomando como referencias aquellos aspectos que son reveladores de la búsqueda de
construcción de una nueva institucionalidad y regulación para una nueva y superior
Gobernanza, a través de su estructura cuyas ramas son normativa, nominal y semánticas.
En cuanto al origen del Poder Constituyente Sieyes fue el intérprete más claro de la
voluntad imperante en el momento histórico determinado que le toco vivir, frente a los
nobles y al clero que defendían sus intereses particulares en contra de aquella voluntad
general de cambiar ese régimen de privilegios de unos pocos, y estoy hablando del siglo
XVIII.
Por otra parte se puede sostener que la institución de la Supremacía Constitucional, busca
garantizar la jerarquía de la norma constitucional, y dentro de estas, aquellas normas que
contienen derechos fundamentales. Pero ¿cómo se garantiza esta supremacía? A través
de un método, llamado Control Constitucional y la aplicación práctica o técnica de ese
método, llamada Acción de Inconstitucionalidad.

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