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Ministerio Del Poder Popular Para Las Relaciones Interior Justicia y Paz
Ministerio Del Poder Popular Para La Educación Universitaria Ciencia y
Tecnología
Universidad Nacional Experimental De La Seguridad (UNES)
Academia Nacional Del C.I.C.P.C.
X Cohorte De Investigación Penal
Aula N°10-Fisico 41
La constitución y sus
derivados
Docente: Estudiante:
Ligia Batista Alfonzo Grillo
Índice
Introducción …………………………………3
Nociones del derecho constitucional ……………………………….…5
Definición del derecho constitucional ………………………………….5
Clasificación del derecho constitucional …………………………………6
La constitución …………………………………9
Clasificación de la constitución ………………………………...10
Estructura de la constitución …………………………………12
Origen del poder constituyente …………………………………13
Concepto del poder constituyente ………………………..……….14
Características del poder constituyente …………………………………16
Poder constituyente originario …………………………………17
Poder constituyente revolucionario …………………………………18
Poder constituyente derivado …………………………………19
Principios de la supremacía de la constitución……………………………........ 19
Historia de la supremacía de la constitución ………………………………… 22
Conclusión …………….…………………...24
INTRODUCCIÓN
Este trabajo tiene como objetivo principal contribuir en la definición del rol y las
tareas que debe desempeñar el órgano de justicia constitucional en Venezuela y
en la determinación de la forma en que debe desarrollar legítimamente sus
funciones en estos nuevos tiempos que corren para el país. Esta propuesta de
definición la realizaremos no sólo centrándonos en las facultades o competencias
del denominado, la CRVB sino considerando como presupuesto fundamental e
ineludible la base democrática de legitimidad que sostiene, o debe sostener, a la
Constitución, y, en consecuencia, la naturaleza y significado de la posición que
corresponde en un sistema político de este tipo al legislador. Nuestro marco de
referencia será el entendimiento de la Constitución como una norma con
estructura específica y funciones determinadas que contiene, en una importante
relación de implicación recíproca, diversos tipos de normas y principios, entre las
que sobresalen las que contienen derechos fundamentales y las que consignan y
desarrollan el principio de separación de poderes. Estas cuestiones relacionadas
con las cualidades y el significado de la Constitución, la división de poderes, su
estructura, la posición del legislador y del órgano de control constitucional dentro
del sistema político, en un país en el que sus juristas comienzan a construir teorías
que explican el significado de su Constitución y al mismo tiempo sus ciudadanos
se empeñan en configurar un auténtico régimen democrático después de haber
vivido durante tantos años bajo uno autoritario, son sumamente importantes,
porque implican el intento no sólo de contribuir a la renovación de la teoría
constitucional nacional, sino a la construcción de los supuestos que sirvan de
soporte al desarrollo normativo posterior y, específicamente, al otorgamiento de
sentido de los productos normativos del legislador, a la atribución de valor a la ley
y al procedimiento de su creación y, sobre todo, y para el caso de este trabajo, a la
interpretación y aplicación de normas y al adecuado y congruente desarrollo de los
poderes constituyentes como lo es el poder constituyente originario, revolucionario
y derivado.
por el constituyente originario. Tal perspectiva legitima el control de
constitucionalidad de las reformas constitucionales y la consideración de límites
expresos e implícitos de éstas, mismos que son analizados en el texto. A su vez,
la decisión de un constituyente de aplicabilidad irreversible de sistemas normativos
internacionales o supranacionales limita el margen de actuación de los poderes
constituyentes posteriores, generando un orden jurídico al que las pretensiones
innovadoras de un nuevo constituyente no pueden afectar. La obra de un nuevo
poder constituyente originario es la expresión formalizada de una potestad
constituyente limitada.
Precisamente, uno de los instrumentos jurídicos, por excelencia, destinado a la
tarea de protección de la normativa constitucional, es el que se ejerce a través de
la Justicia Constitucional, que tiene por misión principal velar por el respeto y la
eficacia del principio de la "supremacía constitucional". Sin embargo, su cometido
esencial no se reduce sólo a resolver la inconstitucionalidad de las normas que
son contrarias a la Carta Fundamental, sino que, además, tendrá la fundamental
labor de interpretar dicha norma constitucional, así como de conocer y resolver
aquellas cuestiones donde el ciudadano ve violados sus derechos fundamentales
o bien existen conflictos entre poderes.
El poder político está formado por las instituciones a las cuales la sociedad les ha
otorgado el monopolio del uso de la violencia. Es decir, el poder político tiene la
capacidad de coerción para obligar a cumplir sus mandatos imperativos a través
de la violencia legítima, siempre y cuando este uso sea necesario. Derecho
constitucional, que pertenece al derecho público, se sustenta en la Constitución,
un texto jurídico-político que fundamenta el ordenamiento del poder político. La
Constitución es la norma suprema de un país, por lo que prevalece sobre
cualquier otra normativa o ley.
El Derecho interno, es decir, el sistema jurídico de cada Estado, comprende tanto
su Derecho público como su Derecho privado. Dentro del primero hay que
considerar ante todo el conjunto de normas que regulan la organización y
funcionamiento del poder, es decir, los elementos básicos de su vida política. Esas
normas y la rama de los estudios jurídicos dedicada a su análisis forman parte de
lo que se denomina tradicionalmente Derecho político.
La expresión Derecho político es, sin embargo, bastante confusa y su contenido
un tanto heterogéneo. Con ella se designa el estudio de un conjunto de temas que
ciertamente tienen como referencia común el concepto, la organización y el
funcionamiento del Estado, pero contemplados desde distintos ángulos, de los
cuales algunos resultan un tanto ajenos al Derecho. La Teoría General del Estado,
la sociología política, las técnicas electorales, la historia constitucional, incluso la
historia de las ideas políticas, son a veces estudiadas bajo la denominación común
de Derecho Político.
De aquí, surge la conveniencia de distinguir, dentro de ese conglomerado de
materias, lo que es propiamente jurídico y a lo que, por tanto, debe dedicar su
atención preferente el jurista. Esa parcela estrictamente jurídica es el Derecho
Constitucional y comprende el conjunto de normas e instituciones jurídicas
fundamentales relativas a la organización y al ejercicio del poder político y a los
derechos y libertades básicas de los ciudadanos.
LA CONSTITUCION
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (en
adelante, CRBV), es el documento vigente que contiene la Ley
fundamental del país, dentro de cuyo marco deben ceñirse todos los
actos legales. En ella se generan las instituciones, derechos y
deberes fundamentales.
Se trata de un documento en idioma español. Se compone de un
preámbulo, 350 artículos (ordenados en Títulos y Capítulos), y
Disposiciones transitorias (para su implementación). Fue redactado
por la Asamblea Constituyente de Venezuela, constituida por 128
constituyentes, elegidos por votación popular con ese objetivo
fundamental.
La Constitución de la República Bolivariana de Venezuela (en
adelante, CRBV), es el documento vigente que contiene la Ley
fundamental del país, dentro de cuyo marco deben ceñirse todos los
actos legales. En ella se generan las instituciones, derechos y
deberes fundamentales. Se trata de un documento en idioma
español. Se compone de un preámbulo, 350 artículos (ordenados en
Títulos y Capítulos), y Disposiciones transitorias (para su
implementación). Fue redactado por la Asamblea Constituyente de
Venezuela, constituida por 128 constituyentes, elegidos por votación
popular con ese objetivo fundamental. Se sometió a consulta popular
su aprobación, por primera vez en toda la historia de Venezuela, el
15 de diciembre de 1999, recibiendo la aprobación con el 71,21% de
los votos (2.820.556), el rechazo del 28,79% (1.141.792), y con la
abstención del 54,06% (4.876.782). b. Relación con la Gobernanza
La CRBV es el resultado palpable, visible, concreto, material, de
todas las dimensiones y procesos involucrados en la aguda crisis y
profunda reforma de la Gobernanza en Venezuela, que cristaliza en
la Asamblea Constituyente de 1999. Así lo reveló, con gran
simbolismo, la toma de posesión del cargo de presidente de la
república, por parte de Hugo Chávez, quien en la ocasión declaró:
“Juro delante de Dios, juro delante de la Patria, juro delante de mi
pueblo que sobre esta moribunda Constitución impulsaré las
transformaciones democráticas necesarias para que la FLAG Foro
Latinoamericano sobre la Gobernanza República nueva tenga una
Carta Magna adecuada a los nuevos tiempos. Lo juro” (2 de febrero
de 1999). La Asamblea Constituyente tuvo como misión central su
redacción. Y ella constituye el andamiaje, tanto programático como
discursivo y jurídico, sobre el cual se ha desarrollado toda la vida
social y política del país hasta la actualidad. Tras el fallido golpe de
Estado en su contra en 2002, el Presidente Chávez la llamó “el libro
de la comunidad”, “el Popul Vu” (en alusión al libro sagrado ancestral
de los pueblos mayas Quiché). Asimismo, ha señalado públicamente
que la profundización de su proyecto de socialismo bolivariano del
siglo XXI, sólo es posible en el marco de la reforma constitucional
por vía democrática plebiscitaria. Cuestión que intentó en plebiscito a
fines de 2007, donde sometió a referéndum la reforma de 33 de los
350 artículos de la Constitución (que abarcaban temas variados,
desde la “re elección presidencial indefinida”, hasta un “Fondo de
estabilidad social” para asegurar los derechos sociales mínimos a
todos), perdiéndolo por estrecho margen. Ciertamente, cabe señalar
que la CRBV encuentra todavía enormes obstáculos para ser
practicada, y hasta siquiera conocida o comprendida por vastos
sectores de la población, en estrecha relación con el déficit
ciudadano comentado en otras fichas de este cuaderno. Más allá de
ello, sin embargo, desde un punto de vista analítico, constituye en sí
misma todo un programa de nueva Gobernanza. Desde uno
normativo (el deber ser), la CRBV es un documento fundante, cuyo
discurso democrático es tan avanzado que resume y es la expresión
de lo mejor de ocho mil años de civilización humana, incorporando
muchos de los nuevos aportes, en los ámbitos ético religiosos,
étnicos, de género, ecológicos, de identidades sexuales no
tradicionales y muchos otros. Ideológico y simbólico, como uno de
sus fundamentos el pensamiento de Simón Bolívar y el ejemplo de
los pueblos aborígenes. Hace explícita la Refundación de la
República y su carácter multiétnico y multicultural. Declara como
objetivo fundamental la integración latinoamericana. En su artículo
N° 1, establece la doctrina de Simón Bolívar como fundamento (muy
esencialmente sintetizada en tres principios fundamentales: unidad
regional, independencia plena de todo poder fáctico extranjero,
justicia e igualdad). En su artículo N° 5, establece como intransferible
la soberanía popular (es en el pueblo donde siempre radica el poder
constituyente que está siempre por encima del poder constituido, es
decir, instituciones y representantes).Sobre la Gobernanza En su
artículo N° 13, establece terminantemente la prohibición absoluta de
bases militares extranjeras. En su artículo N° 138, establece la
nulidad de todo acto de usurpación del poder. En su Título VI,
Capítulo IV, artículos N° s 272 a 283, crea y establece el Poder
Ciudadano, el Consejo Moral Republicano, y el Defensor del Pueblo.
En su Título V, del sistema socioeconómico y función económica del
Estado, establece el deber de defensa y promoción de la industria
nacional (artículo N° 301); del progreso y bienestar popular (artículo
N° 302); de la propiedad petrolera (artículo N° 303); de la protección
y rol de la agricultura y la pesca nacionales (artículo N° 305); de la
reforma agraria (artículo N° 307); de las cooperativas y otras formas
económicas autogestionarias o comunitarias (artículo N° 308); de los
impuestos redistributivos (artículo N° 316). En su Título VII, Capítulo
II, artículo N° 326, establece los principios de seguridad de la nación,
y de los derechos sociales y civiles. En su Título VII, establece la
obligatoriedad de la defensa de la Constitución, incluyendo el
derecho a la Desobediencia civil (artículo N° 333). En su Título IX,
Capítulo III, artículo N° 347, establece el Poder Constituyente, y la
posibilidad de convocatoria a Asamblea Nacional Constituyente.
Clasificación de la Constitución
En sentido sustancial según
Loewenstein.En Sentido Sustancial se clasifica en: - Escrita–
Consuetudinaria–Rígida–FlexibleCuando hablamos de una
Constitución escrita estamos hablando de normas de Derecho
positivo .Deben estar plasmadas en un texto constitucional, las
normas que nos regirán como ciudadanos.
Constitución rígida:
Se refiere a que para ser una modificada deben seguirse los
parámetros establecidos en la propia Constitución
Constitución flexible:
Esta Constitución puede ser modificada según la conveniencia que
vea el gobierno y que beneficie más al pueblo.
Constitución formal:
Son las dictadas por un Poder Constituyente y tienen forma escrita.
Constitución Material:
Son aquellas que organizan los Poderes Públicos, fijan su
competencia y establecen las relaciones entre los Poderes Públicos
y los ciudadanos.
Estructura de la Constitución
Supremacía formal
Es la que tribuye a determinados órganos la competencia de
producción normativa, y se encuentra sobre la base de relaciones de
jerarquía, así como también establece procedimientos básicos para
el ejercicio de la competencia; se divide en tres aspectos a.- Rigidez.
b.- Establece un proceso legislativo para la creación de leyes. c.-
Promulgación solemne de la Constitución sobre sus principios.
Deriva del carácter de rigidez de la Constitución ya que es fruto de la
voluntad suprema extraordinaria y directa del poder constituyente el
cual expresa esa voluntad mediante procedimientos especiales que
difieren a los de la ley ordinaria. La modificación de sus normas
exige procedimientos especiales.
Supremacía material
La Constitución es formal al ser una ley que, a diferencia de otras,
fundamenta y ordena la validez de todo un sistema jurídico,
estableciendo un procedimiento dificultoso para su reforma, así como
los criterios para la creación de otras normas. Y en otro sentido es
material, ya que en la Constitución se concentran los valores y
principios fundamentales que rigen a una organización político-
social, los cuales solventan las necesidades vitales de justicia de sus
integrantes.
Este postulado de la supremacía de la Constitución en tanto que
norma fundamental, que además se encuentra expresado en el
artículo 7 de la Constitución de 1999, es uno de los pilares
fundamentales del Estado Constitucional, que comenzó a
desarrollarse desde los propios albores del constitucionalismo
moderno, cuando en 1788, Alexander Hamilton en The Federalist,
afirmó que “ningún acto legislativo contrario a la Constitución, puede
ser válido”, al punto de que “negar esto significaría afirmar que … los
representantes del pueblo son superiores al pueblo mismo; que los
hombres que actúan en virtud de poderes, puedan hacer no sólo lo
que sus poderes no les autorizan sino también lo que les prohíben”.
La contrapartida de la obligación de los órganos constituidos de
respetar la Constitución, de manera que el poder constituyente
originario prevalezca sobre la voluntad de dichos órganos estatales
constituidos, es el derecho constitucional que todos los ciudadanos
tienen en un Estado Constitucional, a que se respete la voluntad
popular expresada en la Constitución, es decir, el derecho
fundamental a la supremacía constitucional. Nada se ganaría con
señalar que la Constitución, como manifestación de la voluntad del
pueblo, debe prevalecer sobre la de los órganos del Estado, si no
existiere el derecho de los integrantes del pueblo de exigir el respeto
de esa Constitución, y además, la obligación de los órganos
jurisdiccionales de velar por dicha supremacía. El constitucionalismo
moderno, por tanto, no sólo está montado sobre el principio de la
supremacía constitucional, sino que como consecuencia del mismo,
también está montado sobre el derecho del ciudadano a esa
supremacía, que se concreta, conforme al principio de la separación
de poderes, en un derecho fundamental a la tutela judicial efectiva de
la supremacía constitucional, es decir, a la justicia constitucional.
Historia de la supremacía constitucional
La supremacía constitucional es una noción absoluta, que no admite
excepciones, por lo que el derecho constitucional a su
aseguramiento tampoco puede admitir excepciones, salvo por
supuesto, que sean establecidas en la propia Constitución. De lo
anterior resulta que, en definitiva, en el derecho constitucional
contemporáneo, la justicia constitucional se ha estructurado como
una garantía adjetiva al derecho fundamental del ciudadano a la
Constitución y a la supremacía constitucional, e incluso, a que las
reformas constitucionales se hagan sólo como lo dispone la
Constitución. De allí, por ejemplo, que en el caso de Venezuela, el
sistema de justicia constitucional está concebido conforme al
principio de la universalidad del control, por lo que todos los actos
estatales, incluso aquellos que se dicten con motivo de los
procedimientos de revisión o reforma constitucional, cualquiera que
sea su naturaleza, en tanto que sean manifestaciones de voluntad de
los poderes constituidos, están sometidos a la Constitución y al
control judicial de constitucionalidad. De lo contrario, no tendría
sentido ni la supremacía constitucional ni el derecho ciudadano a
dicha supremacía constitucional. En los siglos XIX y XX, los sistemas
jurídicos se fueron constitucionalizando en un mayor grado,
edificando todo su actuar y esencia en y hacia la norma suprema. No
solo en el orden de prelación como norma primaria, sino como fuente
difuminadora de valores y principios de todo el sistema. Esta visión
de supremacía de la Constitución es la que ha permeado en los
últimos años, acentuándose durante el siglo XX, donde los derechos
humanos fueron exaltados como elementos universales de eficacia y
valor pleno en todo sistema jurídico.
Por otra parte, debe recordarse que en cierta forma, como lo señaló
Sylvia Snowiss en su análisis histórico sobre los orígenes de la
justicia constitucional de Norteamérica, los sistemas de control de
constitucionalidad han surgido como un sustituto a la revolución, en
el sentido de que si los ciudadanos tienen derecho a la supremacía
constitucional como pueblo soberano, cualquier violación de la
Constitución podría Véase sentencia de la Corte Suprema de Justicia
en Pleno de 15–03–1962, en Gaceta Oficial.,Nº 760, Extraordinaria
de 22–3–62.
Podría dar lugar a la revocatoria del mandato a los representantes o
a su sustitución por otros, en aplicación del derecho a la resistencia o
revuelta que defendía John Locke. Antes del surgimiento del Estado
de derecho, en caso de opresión de los derechos o de abuso o
usurpación del poder, la revolución era la vía de solución a los
conflictos entre el pueblo y los gobernantes. Como sustituto de la
misma, sin embargo, precisamente surgió el poder atribuido a los
jueces para dirimir los conflictos constitucionales entre los poderes
constituidos o entre éstos y el pueblo. Esa es, precisamente, la tarea
del juez constitucional, quedando configurada la justicia
constitucional como la principal garantía al derecho ciudadano a la
supremacía constitucional.
Sin embargo, a pesar de la previsión de los mecanismos de justicia
constitucional, debe destacarse que muchas Constituciones aún
consagran el derecho ciudadano a la desobediencia civil, respecto
de regímenes, legislación y autoridades que contraríen la
Constitución. Un ejemplo es el artículo 350 de la Constitución de
Venezuela de 1999, en el cual se dispone que:
“El pueblo de Venezuela, fiel a su tradición republicana, a su lucha
por la independencia, la paz y la libertad, desconocerá cualquier
régimen, legislación o autoridad que contraríe los valores, principios
y garantías democráticas o menoscabe los derechos humanos”. Este
artículo consagra constitucionalmente lo que la filosofía política
moderna ha calificado como desobediencia civil16, que es una de las
formas como se manifiesta el mencionado derecho de resistencia,
que tuvo su origen histórico en el antes mencionado derecho a la
insurrección que en la teoría política difundió John Locke.
Conclusión
Se puede concluir tomando en cuenta que este trabajo tuvo la finalidad de trasmitir
conocimiento sobre los temas hablados, ya que cada uno de ellos es de suma importancia
ya que hace referencia a un poco de la historia jurídica de nuestro país y así dejando claro
que Esta disciplina, con carácter ordenador, sería el Derecho Constitucional. Impondría a
la vez que toda transformación operada en el plano de la sociedad no sólo llevaría consigo
un agudo estudio político, sino que a su vez debía someterse a un riguroso examen desde
la óptica constitucional. De esta manera, los fenómenos más frecuentes en cualquier
régimen estatal pueden explicarse a través del Derecho Constitucional. También dejando
claro que La CRBV sigue la estructura formal de todos los documentos constitucionales.
Tomando como referencias aquellos aspectos que son reveladores de la búsqueda de
construcción de una nueva institucionalidad y regulación para una nueva y superior
Gobernanza, a través de su estructura cuyas ramas son normativa, nominal y semánticas.
En cuanto al origen del Poder Constituyente Sieyes fue el intérprete más claro de la
voluntad imperante en el momento histórico determinado que le toco vivir, frente a los
nobles y al clero que defendían sus intereses particulares en contra de aquella voluntad
general de cambiar ese régimen de privilegios de unos pocos, y estoy hablando del siglo
XVIII.
Por otra parte se puede sostener que la institución de la Supremacía Constitucional, busca
garantizar la jerarquía de la norma constitucional, y dentro de estas, aquellas normas que
contienen derechos fundamentales. Pero ¿cómo se garantiza esta supremacía? A través
de un método, llamado Control Constitucional y la aplicación práctica o técnica de ese
método, llamada Acción de Inconstitucionalidad.