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Unidad II

Jurisdicción y competencia.

2.1 Conceptos y características

Jurisdicción

La jurisdicción es una función soberana del Estado, que se desarrolla a través de todos esos actos
de autoridad encaminados a solucionar un litigio mediante la aplicación de la ley general al caso
concreto controvertido. La culminación de la función jurisdiccional es la sentencia, y la opinión
dominante en la doctrina sostiene el carácter jurisdiccional de esta última.

Competencia

Se dice que la competencia es el límite de la jurisdicción (todos los jueces tienen jurisdicción, pero
no todos son competentes para conocer y resolver determinados asuntos), lo cual significa que la
facultad del juez de resolver mediante la aplicación de la ley los conflictos sometidos a su
conocimiento, está restringida por la competencia. Esta se establece en las siguientes formas:

Por el territorio;

Por la materia;

Por el grado;

Por la cuantía;

Por el turno;

Por la seguridad de la prisión, y

Por conexidad.

2.1.1 Distinción entre jurisdicción, administración y legislación.

Haremos un breve análisis de los casos de ejercicio de funciones a las propias desempeñadas por
los tres poderes.

Función legislativa desempeñada por el poder ejecutivo. - en este caso encontramos que el poder
ejecutivo expide reglamentos. El reglamento tiene una jerarquía inferior a la ley, y en muchos
casos debe complementarla y a de procurarla para su aplicación, pero la estructura material del
reglamento es igual a la estructura de la ley. En ambos casos se trata de acto de naturaleza
legislativa, y por eso, cuando el poder ejecutivo reglamenta, en rigor está legislando, aunque sus
actos legislativos tengan menor jerarquía que los emanados del propio poder legislativo.

Función jurisdiccional desempeñado por el ejecutivo. - los casos más evidentes en nuestro sistema
jurídico son las juntas de conciliación y arbitraje, que son tribunales del derecho del trabajo, así
como el Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa. Sus procedimientos y sus soluciones
tienen tendencia procesal, y presentan, al mismo tiempo, una fuerte influencia proveniente de los
procedimientos y de las soluciones genuinamente procesales. Es decir, dichos procedimientos
vienen a ser la aplicación de criterios y de los principios procesales, así como de ciertas formas y
actuaciones propias del proceso, a zonas que ya no son estrictamente procesales. Muchos de
estos procedimientos se desenvuelven simplemente ante el jefe o el director de alguna oficina de
tipo estrictamente administrativo.

Función administrativa desempeñada por el poder legislativo. Los órganos legislativos, las cámaras
o el congreso desarrollan necesariamente una serie de actividades que son de naturaleza
administrativa; por ejemplo, al hacer adquisiciones, al nombrar empleados, al comprar materiales,
etc. También las autorizaciones para que los ciudadanos mexicanos puedan recibir y usar
distinciones y condecoraciones de gobiernos extranjeros, así como los permisos que el presidente
de la república debe solicitar para ausentarse del país. Todos estos actos son de naturaleza
administrativa y son realizados por el poder legislativo.

Función jurisdiccional desempeñada por el poder legislativo. El poder legislativo puede llegar a
hacer funciones jurisdiccionales, tal es el caso del juicio político, en los casos de las
responsabilidades de los servidores públicos, para lo cual se erige como órgano de acusación la
cámara de diputados y como jurado de sentencia la cámara de senadores. Estas funciones
realizadas por el poder legislativo son de carácter estrictamente jurisdiccional.

Función administrativa desempeñada por el poder judicial. Al igual que el poder legislativo,
también el poder judicial desempeña una serie de funciones de tipo administrativo cuando
contrata servicios, realiza adquisiciones, arrienda locales, etc.

Función legislativa desempeñada por el poder judicial. Cuando dicta un reglamento para el
funcionamiento de los propios órganos judiciales, o cuando emite jurisprudencia, aunque la
jurisprudencia sea diversa del acto legislativo en cuanto a sus características materiales o
esenciales tiene las mismas peculiaridades de generalidad y abstracción que presenta el acto
legislativo, y en tal virtud, materialmente considerada la jurisprudencia, es un acto de carácter
legislativo.

Hay dos criterios para distinguir las diversas funciones estatales, a efecto de identificarlas como
administrativas, legislativas o jurisdiccionales: el formal y el material. La formal toma en cuenta
únicamente al órgano del cual emana la función. Así, todas las funciones del ejecutivo serán
únicamente administrativas, todas las funciones del poder legislativo serán legislativas y todas las
funciones del poder judicial serán jurisdiccionales. Como se ve, la distinción de funciones con base
en el criterio formal es simplista y no resuelve esencialmente el problema.

El criterio material atiende a la esencia o naturaleza intrínseca de la función o del acto,


independientemente de la autoridad de la cual emanen. El criterio material va al fondo o a la
esencia de la cuestión.

Por lo demás, ambos criterios se aplican a diversas cuestiones científicas, culturales, artísticas, etc.
En todo hay siempre una apariencia exterior(forma) que oculta lo interior, lo esencial o interno
(fondo).

En el aspecto de las funciones del estado, también se puede presentar una correspondencia o
equilibrio entre lo formal y lo material. Si un poder realiza la función que le corresponde, coinciden
forma y fondo, porque la función por sus caracteres intrínsecos y esenciales será ya legislativa,
administrativa o jurisdiccional. Además, el órgano respectivo también será, de forma
correspondiente, poder legislativo, ejecutivo o judicial. Pero si una autoridad o poder no realiza
solamente sus funciones propias, se rompe el equilibrio entre la forma y el fondo. Por ejemplo,
cuando el ejecutivo expide un reglamento, sólo desde el punto de vista formal es un acto
administrativo, porque desde el punto de vista material es un acto legislativo.

De todo lo anterior deducimos que el único camino para encontrar las diferencias, las
peculiaridades y la distinción entre los actos legislativos, administrativos y jurisdiccionales es el
proporcionado por el criterio material, que señala las características que diferencian a dichos actos
estatales.

2.1.2 Órganos jurisdiccionales independientes del Poder Judicial

Separar los actos legislativos de los jurisdiccionales y los administrativos pudo llevarnos -como lo
ha hecho un sector de la doctrina- a transitar por diversos caminos al abordar el tema desde
distintos enfoques. Nosotros nos conformarnos con mostrar dos vías: la primera es sencilla pero
engañosa, pues no llega a la esencia y consiste en definir dichos actos de manera formal y
simplemente por su órgano de creación, como se ve en el sencillísimo esquema siguiente:

Actos legislativos Emanan del Poder Legislativo

Actos administrativos Emanan del Poder Ejecutivo

La segunda vía es más firme pero también más complicada, pues busca encontrar las notas
esenciales que definen el acto al margen de quien sea el poder emisor. Se traduce en aplicar un
criterio material o de fondo para distinguir a cada uno de los tres tipos de actos señalados.

Los actos legislativos son generales, abstractos, impersonales y de creación a su vez, las normas
legislativas que contienen presupuestos generales no deben tener destinatarios con nombre y
apellido, sino que son por esencia son amplios para comprender a todo aquel que actualice el
supuesto normativo. Con base en tales caracteres se puede afirmar que, si bien el órgano
legislativo creador natural de tales normas, en un campo más restringido también lo tienen los dos
poderes restantes, por ejemplo:

Dentro de la función jurisdiccional intervienen:

a) El juez, que es el titular de la función.

b) Las dos partes: el accionante o bien la acusadora.

c) La parte demandada o acusada, contra quien se dirige la prestación que se reclama. Cabe
señalar que para el ejercicio de su función es imprescindible la independencia o autonomía del
órgano jurisdiccional.

Por otra parte, como requisito sien qua non para que se ponga en movimiento el aparato
jurisdiccional, se precisa que el actor o acusador promuevan el ejercicio de su acción
correspondiente ante el juzgador.

En la función administrativa el Estado actúa por cuenta propia, ya que tiene como fin la
satisfacción directa de los intereses públicos garantizados por el derecho adjetivo, mientras que la
actuación de los órganos jurisdiccionales tiende a suprimir los obstáculos que se oponen al
cumplimiento de las normas jurídicas y garantiza en forma indirecta los intereses privados; la
función administrativa es dependiente y no autónoma, no cuenta con un procedimiento
preestablecido; en esta jurisdicción primero es la ejecución y después la resolución decisoria,
misma que no adquiere la condición de cosa juzgada.

Ahora bien, es pacífica la doctrina al señalar que el acto jurisdiccional y el acto administrativo
comparten estas características, al ser:

• Concretos.

• Particulares.

• Personales.

• Declarativos o de aplicación.

Pero hay al menos tres notas propias del acto jurisdiccional que dan plena distinción al acto
administrativo, pues en el primero:

a) Debe excitarlo o provocarlo el gobernado (es mejor decir un sujeto de derecho, dado que el
ministerio público también excita la función jurisdiccional).

b) Genera una relación triangular entre el Estado y los dos sujetos contendientes.

e) Está siempre destinado a dirimir un litigio o controversia mediante la aplicación de una norma
general al caso controvertido.

2.1.3 La competencia

La jurisdicción se considera como el poder genérico de administrar justicia, dentro de los poderes
y atribuciones de la soberanía del Estado; competencia es precisamente el modo o manera como
se ejerce esa jurisdicción por circunstancia concretas de materia, cuantía, grado, turno, territorio
imponiéndose por tanto una competencia, por necesidades de orden práctico. Se considera,
entonces, tanto como facultad del juez para conocer en un asunto dado, como también el
conflicto que puede existir por razón de competencia, como es el caso de conflicto o cuestiones
que pueden darse al respecto.

La competencia objetiva es la que se encuentra determinada por la materia o el asunto, como la


cuantía, elementos determinantes. Así tenemos que, para los asuntos civiles y comerciales en el
país, son competentes los jueces especializados en lo civil, así como para los asuntos penales lo
serán los especializados en lo penal y para los asuntos laborales los que conocen de esta
especialidad, ahora incorporadas por tal razón dentro del Poder Judicial totalmente unificado.

El criterio de cuantía es determinante para la competencia de un juzgado, pues mientras estas


cuantías sean mínimas, tendrá la competencia el juez de paz, mientras que si pasa el limite
señalado establecido por la ley, será competencia del juez de Primera Instancia. En nuestro
ordenamiento procesal, se dan las reglas para determinar el valor del juicio, en ese caso de
dificultad, contenidas en los nuevos reglamentos procésales.

La competencia funcional, corresponde a los organismos judiciales de diverso grado, basada en la


distribución de las instancias entre varios tribunales, a cada uno de los cuales le corresponde una
función; cada instancia o grado se halla legalmente facultado para conocer determinada clase de
recursos (Primera Instancia, Corte superior, Corte Suprema).

Sin embargo, puede ocurrir, por excepción, que originalmente puede iniciarse una controversia
directamente en la instancia superior o suprema, justificado por cierta situación en el juzgado de
personeros del estado a quienes se les da un trato preferente, como es el contemplado en el
artículo 114 de la L.O del P.J anterior.

Las disposiciones sobre competencia, son imperativas con lo que se quiere explicar que deben ser
atacadas necesariamente; si un tribunal carece de competencia, debe inhibirse y los interesados
en su caso están asistidos del perfecto derecho de ejercer los recursos y acciones que creyeran
convenientes.

Las normas pertinentes contenidas en la Ley Orgánica del Poder Judicial, fijan en nuestro país, los
grados o instancias de los Juzgados de Primera Instancia, Cortes Superiores y Corte Suprema.

2.1.3.1 Materia

Este factor se determina por la naturaleza de la pretensión procesal y por las disposiciones legales
que la regulan, esto es, se toma en cuenta la naturaleza del derecho subjetivo hecho valer con la
demanda y que constituyen la pretensión y norma aplicable al caso concreto.

2.1.3.2 Cuantía

El criterio de la cuantificación del asunto o conflicto de intereses para fijar la competencia, abarca
de un lado de la cuantía propiamente dicha y de otro procedimiento en que se debe sustanciar el
caso en concreto.

Tratándose de sumas de dinero el índice de la Unidad Referencial Procesal (URP) determina que
hasta 50 URP es de competencia del juez de paz; sumas superiores corresponden a los jueces
especializados civiles.

Sin embargo, como los procesos de conocimiento se subdividen en:

De conocimiento propiamente dicho cuando la estimación patrimonial sea mayor a las 300 URP

Abreviado si la estimación patrimonial es mayor de 50 URP pero inferior a los 300 URP

Sumarísimos en relación a la cuantía según disposiciones que el CPC señala al respecto

La cuantía también es factor de competencia en los procesos ejecutivos y el índice referencial está
referido a montos inferiores o superiores a las 50 URP

También para los procedimientos no contenciosos se tiene en cuenta tal limitación cuantitativa
referencial.

2.1.3.3 Grado
Denominado este criterio competencia funcional se relaciona con el nivel o jerarquía de los
organismos jurisdiccionales pues existen juzgados de primera instancia o especializados civiles;
Salas Civiles o mixtas de las cortes superiores (segunda instancia) y las salas civiles de la Corte
Suprema que con fines exclusivamente académicos llamamos "tercera instancia" que ejercen su
función dentro del marco de las otras competencias.

Por lo general están considerados gradualmente y órganos superiores revisores y no originarios,


pero para ciertos asuntos como el caso de las acciones contenciosas administrativas y
responsabilidad civil (de índole indemnizatorio) son originarias.

La Ley Orgánica del Poder Judicial al respecto resulta conveniente consultarla y prioritariamente la
Constitución Política en cuanto a la organización básica del Poder Judicial se refiere.

2.1.3.4 Territorio

La razón de ser de este tipo de competencia es la circunscripción territorial del juez recogiendo el
vigente CPC el criterio subjetivo y objetivo; en primer caso tiene en consideración el domicilio de la
persona o litigante demandado o por excepción demandante, como por ejemplo en procesos
sobre prestaciones alimenticias. En la segunda prima el organismo jurisdiccional de la sala o
tribunal como por ejemplo las salas de la corte suprema tienen competencia en toda la república,
en tanto que una sala superior solo en el distrito judicial correspondiente y un juzgado
correspondiente y un juzgado de provincia tan solo ella.

Sin embargo, este criterio territorial es flexible y relativo, admite por convenio que sea
prorrogado, a diferencia del criterio anterior que resultaba inflexible y absoluto.

El nuevo CPC contiene en relación al criterio de competencia territorial que tratándose de


personas naturales:

Si el demandado domicilia en varios lugares, pude ser demandado en cualquiera de ellos.

Si carece de domicilio o este es desconocido, es competente el juez del lugar donde se encuentre
o del domicilio del demandante, a elección de este último.

Si domicilia el demandado en el extranjero, es competente el juez del lugar del ultimo domicilio
que tuvo en el país.

Tratándose de personas jurídicas regulares demandadas es el juez competente el del lugar en que
la demanda tiene su sede principal sobre disposición legal en contrario y si tiene sucursales en el
domicilio principal o ante el juez de cualquiera de esos domicilios.

Para casos de personas jurídicas irregulares o no inscritas es el juez competente el del lugar en
donde se realiza la demanda.

Hay, así mismo, reglas para los casos de sucesiones demandadas, estableciéndose sobre el
particular que es el juez competente el del lugar en donde el causante haya tenido su ultimo
domicilio en el país señalándose que esta competencia es improrrogable.
Tratándose de expropiación de bienes inscritos es juez competente el del lugar en donde el
derecho de propiedad se encuentra inscrito y si se hallare escritos el juez donde se halle el bien
situado

En casos de quiebra y concurso de acreedores, si se trata de comerciantes, el juez del lugar donde
el comerciante tiene su establecimiento principal. Si no fuera comerciante, el juez del domicilio del
demandado

Si se trata del Estado como demandado y no teniendo este privilegio de antaño en que solo podía
serlo ante jueces civiles de la Capital de la Republica, si el conflicto de intereses tiene su origen en
una relación jurídica de derecho público, es juez competente el del lugar donde tiene su sede la
oficina o repartición del Gobierno central, Regional o Local.

Si tiene su origen el conflicto de intereses en una relación jurídica de derecho privado, se aplicará
las reglas generales de la competencia por razón de territorio.

Si se trata de órgano constitucional autónomo o contra funcionario público que hubiera actuado
en ejercicio de sus funciones, se aplicaran las normas anteriores.

La competencia para títulos de ejecución (Art. 713) si se trata de ejecución de resolución judicial
firme (Art. 714) se ejecutan ante el juez de la demanda.

Sin embargo, como se homologa a los "laudos arbítrales firmes" tal ejecución en caso de
incumplimiento y teniendo el juez exclusivamente "Ius Imperium" Será competente el juez
especializado civil del lugar donde se deba ejecutar y funcionando la mesa de partes única como
sede en la Capital de la Republica el que por racionalización resulte pertinente ya que el factor
anterior del "turno" ha sido eliminado.

Finalmente, dentro del criterio de la competencia territorial, tratándose de procesos no


contenciosos, es juez competente el del lugar del domicilio de la persona que lo promueve o en
cuyo interés se promueve salvo disposición legal a pacto en contrario.
Bibliografía

 Cipriano Gómez Lara


 Teoría General del Proceso

 Julio A. Hernández Pliego


 Programa de Derecho Procesal Penal

 https://todosobrelaabogacia.blogspot.com/2017/09/distincion-entre-jurisdiccion_5.html

 https://www.monografias.com/trabajos7/compro/compro.shtml

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