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Pontificia Universidad Javeriana

Facultad de Psicología
Formación Social de lo Humano
Alejandro Granados García
PRIN – Entrega Final

DEGRADACIÓN PSÍQUICA: ¿DE LO HUMANO A LO


INHUMANO?
Mariana Andrea Sánchez
Maria Camila López
Sara Lucía Rivera

RESUMEN
El presente trabajo es resultado de una indagación propuesta desde el ojo del psicoanálisis y un
enfoque social acerca del enriquecimiento y estrechamiento del campo psíquico, en este orden de
ideas, se presenta el tema de la degradación psíquica desde los análisis de tres películas: Belleza
Inesperada, Cisne Negro y Matar a Jesús. Basados principalmente en los siguientes autores:
Torres, Muñoz y Mélich. Con el objetivo de responder la pregunta “Degradación psíquica: ¿De lo
humano a lo inhumano?” por un lado, y por el otro, visualizar y analizar las dinámicas y
características que se hacen evidentes en cada una de las oscilaciones de la vida anímica, por
medio de tres personajes cuyo parecido a la realidad no es pura coincidencia. Por lo que, más
adelante se encuentra que, la degradación psíquica se da en contextos diferentes enlazados por
conceptos en común como, la vulnerabilidad, característico de la condición humana. Y, al darse
en diferentes contextos, significa que se comprenden los conceptos desde diversas miradas.
Las conclusiones del trabajo datan de la caída del ser humano como representante de la
condición humana, así, las pulsiones de vida o muerte, propuestas por el psicoanálisis sirven
como dilema entre la degradación psíquica y la transición, existente o no, de lo humano a lo
inhumano.
Palabras clave: degradación psíquica, vulnerabilidad, relaciones vinculares, condición humana,
pulsión de muerte.
INTRODUCCIÓN
Se ha escogido la “degradación psíquica” como idea principal para abordar el tema de la
configuración de lo humano y los atributos humanos e inhumanos que significan el configurarse
como tal, pues encontramos en éste gran asertividad al representar mediante los cambios que
surge una persona cuando se encuentra en un estado de degradación (tales como: la muerte en
vida (desaparición de la carga psíquica de la persona), la ausencia de pensamiento, la
indiferencia, el despojamiento de carga psíquica del otro, la evasión o evitación, el uso de
imaginación como imposible y hasta peligroso, la automatización, la desconexión vincular, el sin
sentido, entre otros.) la pérdida de humanidad y surgimiento de características inhumanas en
ellos, qué, en contraste con un desarrollo psíquico caracterizado por sentimientos de sentido,
salud mental, complejidad psíquica, enriquecimiento, obtención de recursos para lidiar con el
dolor mental, aprendizaje por la experiencia etc. Representan características de lo humano en
ellos (Torres, 2011).
También, desde una perspectiva más amplia y compleja encontrar en un estado de
degradación psíquica la conjunción entre lo humano e inhumano, interactuando juntos en la
caracterización de la persona en este estado. Cabe aclarar que la naturaleza del desarrollo
psíquico como estado que se encuentra en constante movimiento, en dirección a un
enriquecimiento o por el contrario en dirección a una degradación o empobrecimiento psíquica,
como algo cambiante, dinámico y que el hecho de poseerlo en cierto punto de la vida no significa
que este se pueda perder o por el contrario el hecho de perderlo no denota que este no se pueda
volver a obtener, ayuda a ilustrar de manera más pertinente la transición que se puede dar de lo
humano a lo inhumano o al contrario. Por lo tanto, creemos que el tema es oportuno en la
indagación a la pregunta que busca demostrar la existencia de una transición de lo humano a
inhumano en una degradación psíquica o la existencia de su interacción de estas dos
características en este estado (Torres, 2011).
Hemos escogido el análisis de tres filmes: “Belleza inesperada”, “ El cisne negro” y “Matar
a Jesús” , por su pertinencia a la hora de representar el contenido de lo que significa una
degradación psíquica y lo humano e inhumano que se pueda encontrar en una, analizándolos
desde su surgimiento en diferentes contextos como lo son la pérdida de un ser querido, la
dicotomía del ser humano de hacer el bien y el mal, en la disputa del cisne blanco como inocencia
y elegancia y el cisne negro como astucia y sensualidad, y la transformación que se da en el actor
de un asesinato en su psiquismo que puede representar la inhumanidad y humanidad que pueden
surgir en el ser humano a la hora de realizar un asesinato. Es importante aclarar qué para esto se
hará referencia al texto se Nubia Torres en sobre la muerte en vida o la degradación psíquica
(2011), ya que la noción del desarrollo y degradación psíquica se trabajará desde esta autora.
La pregunta que hemos planteado para indagar esta problemática es: ¿Cómo se evidencia lo
humano e inhumano en dinámicas de degradación reflejadas en el análisis de las cintas
cinematográficas "El cisne negro”, “Collateral Beauty” y “Matar a Jesús”?
El trabajo se estructurará de la siguiente manera: 1) se expondrán de manera clara y concisa
los conceptos y problemáticas que se encontrarán a lo largo del artículo, 2) se presentarán las
palabras claves y conceptos que se tocarán a través del artículo, 3) se realizará una introducción
en la cual se presentará el tema, problemática y pregunta de indagación escogidos, 4) se
desarrollará el cuerpo de trabajo en el cual se hará una sinopsis detenida de cada uno de los
cortometrajes que se usarán para indagar en la pregunta central del trabajo y se presentará el
marco teórico ( los hallazgos, reflexiones y relaciones) que se encontrarán a partir de las filmes y
otras fuentes externas respecto a la problemática principal del trabajo, 5) por último, se
realizarán las conclusiones respectivas al trabajo, en donde se indicará la forma en que se
respondió la pregunta y la postura que se tomó frente a esta, se derivarán conclusiones frente a lo
expuesto en el cuerpo de trabajo y se explicitarán nuevas preguntas o abordajes frente a la
problemática inicial, también se destacará la importancia y significado de los hallazgos
encontrados.
El polifacetismo de la palabra
Como propondría Mèlich (2012), por la finitud la vida humana debe ser narrada, porque el
sentido es reconstructivo y es la narrativa la que lo resignifica, es en ello en lo que abunda el
trabajo de indagación, o al menos trata de poner de manifiesto tres narrativas representadas en
tres cintas cinematográficas, que lo que hacen es ensamblarse en un relato entre degradación y
enriquecimiento psíquico, humanidad e inhumanidad. Un relato que desvela también, el
polifacetismo de la palabra del que habla Mèlich, es decir, “su multiplicidad y su
provisionalidad, su ser lo mismo y lo otro, su condición humana e inhumana” (p. 36). No
obstante, antes de introducir dichos relatos se hace imprescindible aclarar los conceptos en los
que se cimenta el presente escrito.
¿Es la degradación sinónimo de inhumanidad?, ¿la degradación psíquica se puede entender
como la transición del ser humano de una condición humana a una inhumana?, ¿es posible
encontrar en una degradación la existencia de dos características humanas como lo son lo
humano y lo inhumano interactuando lado a lado? Estas son algunas de las preguntas y supuestos
que surgen al plantear la degradación psíquica como tema del trabajo de indagación, en donde
como base de nuestros planteamientos suponemos la existencia de una relación entre la
degradación o desarrollo psíquico, las características que presenta el sujeto de indagación en este
estado y la configuración humana. En este orden de ideas y extendiendo un poco el concepto de
lo humano en la degradación psíquica, partiremos del supuesto de que, aunque la degradación
psíquica se suele asociar con una idea deshumanizante, también se puede hablar de esta en el
marco de lo humano, incluso como algo inherente a este. Para ilustrar esto, nos hemos basado en
el concepto de vulnerabilidad (Mèlich, 2014)como parte de la condición humana, en donde
encontramos que el ser humano es un ser frágil, que puede ser herido y que, por eso, no es capaz
de sobrevivir sin el acogimiento del otro, ya que en cualquier momento se puede romper, pues se
encuentra expuesto a las heridas del mundo, por todo esto, creemos que una característica de lo
humano como lo es la vulnerabilidad puede dar muestra de la existencia no solo de la
inhumanidad en la degradación sino también de la humanidad.
Entendido esto y de cara al desarrollo del supuesto planteado, se hace explícita la
importancia de los enfoques, tanto social como del psicoanálisis durante el trabajo de indagación.
Puesto que este último, percatándose de la riqueza y complejidad del funcionamiento psíquico del
ser humano, tanto de su desarrollo como de su estrechamiento, ha pensado de forma generalizada
el sinsentido, la indiferencia y el aburrimiento. Es precisamente lo que ha estudiado y
denominado como degradación o muerte psíquica (Torres, 2011), cuyo interés es el que hila el
presente trabajo.
Así, Nubia Torres en su escrito Sobre la muerte en vida o la degradación psíquica (2011) ha
hecho un esfuerzo, desde el vértice del psicoanálisis, por comprender los movimientos y cambios
del sujeto frente a la muerte. De aquí emerge el marco del trabajo, sin dejar atrás el componente
contextual propuesto por el enfoque social ya mencionado.
En este orden de ideas, ¿qué es degradación y desarrollo psíquico?, siguiendo el campo de
investigación de Torres (2011), se asume que “la vida anímica puede expandirse o contraerse
dependiendo de las experiencias que se vivan y el estado de tolerancia o intolerancia a la
frustración del sujeto” (p. 141), por lo tanto, se habla de un movimiento psíquico que puede
contraerse o expandirse, detenerse o degradarse obedeciendo a ciertas características o dinámicas
asociadas con cada contexto.
Continuando con los planteamientos freudianos, surgen dos conceptos importantes, la
llamada pulsión de muerte como “aquella disposición de los seres humanos a odiar, a matar”
(Torres, 2011, p. 143). Mientras que ésta se orienta a la quietud, a la reducción a cero del
individuo, del “otro”, la pulsión de vida, por su parte, se mantiene en la complejidad. Así, para el
psicoanálisis e incluso para entender al ser humano, tanto en su naturaleza como en su condición,
es imposible concebir un polo pulsional sin considerar su contraparte, en otras palabras, no se
puede pensar el Eros (amor y pulsión de vida) sin el Thanatos (pulsión de muerte). Desde la vida
o desde la muerte, lo que delimita la características o dinámicas afiladas con el estrechamiento o
enriquecimiento psíquico es el Otro. Lo que hace que la pulsión se revele, se haga visible y
palpable es dicha relación, noción que se tiene del otro en el pensamiento, “es con el otro, el
objeto de la pulsión, que reconocemos su fuerza, su poder y su sometimiento” (p. 148).
Ahora bien, para Freud, el testimonio imprescindible de la pulsión de muerte es la
autodestrucción, es decir, el “agujero sin fondo”, la desintegración del yo, la reconocida muerte
psíquica, muy distinguida por el hecho de comprometer o jugar con el sentido de la vida.
Cabalmente es ello a lo que nos enfrenta los tres filmes, ¿Qué es la vida para Nina?, ¿Qué es la
vida para Howard? Y, ¿qué es la vida para Jesús?
Para continuar con dichos planteamientos y por consiguiente orientar la indagación, se
ilustrará en forma de sinopsis cada una de las cintas cinematográficas:
En primer lugar, Belleza Inesperada cuenta la historia de un exitoso ejecutivo de publicidad
de Nueva York, Howard Inlet, enérgico, dueño de su propia empresa, para el que las palabras
amor, tiempo y muerte representaban en otros tiempos poderosas herramientas de marketing. En
una de las primeras escenas, en la que recuerda su antigua pasión, vemos cómo se dirige a una
multitud embelesada con la frase: "Tiempo, amor y muerte. Estas tres cosas conectan a cada ser
humano en la Tierra. Deseamos encontrar el amor, deseamos tener más tiempo y tememos a la
muerte”. Sin embargo, cuando experimenta una tragedia personal como lo es la pérdida de su hija
por una enfermedad terminal, esto lo hace encerrarse en su dolor y retirarse de su vida totalmente
(de su trabajo, sus amigos y su familia), volviéndolo más una máquina que un humano, logrando
que no entable interacciones con ninguna persona, siguiendo la mimas rutinas todos los días y
perdiendo todo contacto con la realidad.
Los amigos y colegas de trabajo de Howard (Whit, Claire y Simon) al verlo en este estado y
al haber probado diferentes formas de ayudarle, desde la terapia de duelo tradicional hasta los
rituales de chamanes; También brindándole paciencia y consuelo y observar que nada de esto
estaba funcionando, temen perder totalmente a su amigo y de paso la empresa que han creado
juntos, deciden idear un plan para ayudarlo a enfrentar su dolor, este plan comienza por la
contratación de una mujer que siga a Howard, quien descubre que este le ha estado escribiendo
cartas a el amor, el tiempo y la muerte, tratando de expresar terapéuticamente su pena y rabia, de
esta manera crean un plan para permitirle a Howard enfrentarse a estos conceptos, y contratan
actores que personifiquen cada uno de estos constructos (Brigitte: la muerte, Amy: el amor y
Raffi: el tiempo) y al mismo tiempo se hacen cargo de preparar a los actores, lo que hace que esto
también termine influyendo en la vida personal de cada uno de ellos (pues cada uno tiene
dilemas personales propios que enfrentar; Whit tiene una relación tensa con su hija que se
deteriora a cada momento, Claire quiere tener un bebe sin tener pareja cuando ya ha llegado a una
edad considerable y Simon se encuentra enfermo y pronto va a morir, pero teme dejar a su
familia).
El plan comienza a llevarse a acabo cuando la muerte (siempre vestida de azul) se le
presenta a Howard, contestándole la carta que él le escribió, Howard en un principio reta a la
muerte y se enfada, pero a medida que pasa el tiempo Howard encuentra en ella una compasión
profunda, también se le presenta el tiempo, con el cual Howard había sido más duro, diciéndole
en la carta que “solo lo arruina todo”, a esto el tiempo le responde diciendo que es un regalo y
que él lo está desaprovechando al no hacer nada, conversaciones que al principio son algo
frustrantes pero que con el tiempo lo ayudarán de una forma que entenderá más adelante,
finalmente aparece el amor, gracias a una carta en donde Howard simplemente le dice adiós al
amor, a esto, el amor tiene que actuar haciéndole ver a Howard que renunciar al amor no es una
opción y que, por el contrario, en los momentos que él está viviendo, el amor es lo más
importante; le quiere hacer entender que en el amor no todo es bonito; también forma parte de él
ese dolor inconcebible que sientes cuando te arrancan algo, pero aun así no disminuye ni
desaparece.
Paralelo a estos encuentros, Howard comienza a hablar con Madeline, una terapeuta
especializada en el duelo que, como él, también perdió a una hija, pero a diferencia de él, está
dispuesta a enfrentar el duelo, a aprender y a crecer ayudando a otras personas con su duelo. A
medida que pasan sus conversaciones y los encuentros con los constructos, Howard comienza
poco a poco a reconectarse con el mundo, hasta llegar al punto en el que puede pronunciar el
nombre de su hija otra vez y el por qué murió, y se vuele a reconectar con su esposa quien es la
misma terapeuta que lo ha venido apoyando discretamente; Howard se vuelve a conectar con toda
su realidad.
En segundo lugar, El cisne negro es la compleja representación en un mismo personaje el
papel de protagonista y antagonista. Nina, es una bailarina profesional con mucha trayectoria, es
una mujer disciplinada y dedicada a su profesión. Sin embargo, ser disciplinada y dedicada no la
pone en una mejor posición frente a sus compañeras, le falta lo que toda artista debería tener:
interpretación, poder generar sentimientos al público. Cuando en la compañía de ballet en donde
trabaja, por enésima vez sacarán la obra de teatro “El lago de los cisnes”, la presión aumenta, ya
que, es una de las obras más importantes de representar para llegar a la fama como bailarina
porque le exige un papel muy controvertido al tener que representar dos polos opuestos: al
inocente y frágil cisne blanco y al gemelo sensual oscuro cisne negro. La historia habla de una
princesa que es convertida en cisne y la única forma de volver a ser humana es encontrar al amor
verdadero. Y como en todo cuento de hadas, aparece el príncipe quien se enamora de ella y ella
de él. No obstante, se manifiesta la hermana de la princesa quien quiere arrebatarles esa felicidad
al sentir envidia, por lo que, seduce al príncipe y hace que este se enamore de ella. Y el cisne
blanco, al ver perdido su único amor, decide lanzarse por un precipicio y suicidarse.
Continuando con el tema de la película, el ambiente se pone tenso ya que todas quieren ese
papel y, poco a poco la tensión aumenta cuando a una de las bailarinas más antiguas y con mayor
trayecto es despedida por su edad (Beth) y es reemplazada por una más joven, capaz de satisfacer
al director con ese papel tan complejo (Lilly). Por otro lado, siente la presión de su madre, quien
no pudo cumplir su sueño de bailarina al quedar embarazada de Nina y entre sus otras presiones a
enfrentar, Nina está próxima a la jubilación y necesita ese papel para sentirse realizada.
A pesar de su gran esfuerzo y su disciplina, Nina no consigue hacer bien el papel del cisne
negro. Thomas (el director) se desespera un poco porque no logra entender la razón por la cual no
protagoniza bien el papel del cisne negro el cual, se supone que es fácil porque solo hay que ser
atrevida, sensual, seductora, algo “normal” en la forma de ser de una mujer. Simultáneamente,
entra Lilly al salón, lo que hace que Nina se desconcentre aún más y se equivoque. Así que, el
director se cansa y se va. Como resultado, Nina lo busca en su oficina y le suplica que le dé el
papel. Thomas le pregunta el por qué debería hacerlo y, la besa. De ahí que, Nina se ofende, le
muerde el labio hasta tal punto de hacerlo sangrar y se retira. Al otro día, Thomas publica el
listado de las que participaran en la obra de teatro y, Nina tiene el papel principal y Lilly es el
reemplazo de ella. Thomas le había dado la oportunidad a Nina de demostrarle lo contrario, que
ella si era capaz de interpretar los dos papeles.
De manera que, al ser escogida como la protagonista, Nina empieza a tener una serie de
alucinaciones. Pasan los días y la presión aumenta. Nada de lo que hace satisface al director, le
faltaba aún pasión. Thomas se da cuenta que ella aún cree que es una niña, por ello, trata de
excitarla, de tocarla y aconsejarla que lo haga ella misma. En definitiva, para comprender el
panorama mejor, las alucinaciones de Nina aumentan, se ve a sí misma, pero en la versión del
cisne negro y, se siente atacada por sí misma sin reconocer que es ella; siente que Lilly la
persigue para matarla o agredirla y así quitarle el papel y; siente la presión de su madre, quien la
hostiga con tantos cuidados y mimos que no la dejan crecer y ser mujer.
Es así que, al finalizar la película, ella alucina que le salen plumas como la historia del “lago
de los cisnes”, alucina que mata a Lilly por miedo a que ella le quite su papel. Sin diferenciar la
realidad y sin diferenciar su cuerpo, las plumas y el homicidio a Lilly no era más que su propio
cuerpo. Finalmente, muere, con el propósito de haber interpretado tal cual el papel, de haber
alcanzado la perfección, sintió el dolor que sintió el cisne blanco al perder a su amado.
Finalmente, Matar a Jesús narra la historia de un encuentro entre venganza y justicia, una
tensión entre víctima y victimario que se ve amenazada por las implicaciones que conlleva la
acción de matar y de ser alguien “matable”. En síntesis, Paula es una joven de Medellín que
estudia arte (con una fina predilección por la fotografía) cuya vida se ve fuertemente atravesada
por la muerte de su padre, un profesor de ciencias políticas y defensor de derechos humanos,
quien es asesinado en frente de sus ojos. La transición de duelo por la muerte de su ser querido
supone un drama mayor, pues ella vio quién es el asesino.
Su nombre es Jesús, un joven sicario de Medellín. Arquetipo de un contexto en el que se ha
cotidianización la violencia y para el cual la continuidad de la vida se cimenta en la muerte de
otros. De otros, cuyas voces mandan a callar (como el padre de Paula) porque andan diciendo
verdades que no les sientan bien a todos.
Un par de meses después de la muerte, Paula, por jugadas de la vida, se encuentra bailando
salsa justo en el mismo lugar que el sicario. La confluencia entre ambos rostros significa algo
para ella, es ese quien mató a su padre, más para él no. Paula es una total desconocida para Jesús,
se acerca a él, con el motivo de idear un plan para vengar la memoria de su padre y a partir de ese
momento, desilusionada por la negligencia de las autoridades encargadas de resolver el caso,
decide hacer justicia por sus propios medios. Ella quiere venganza, pero el camino, situaciones y
emociones se lo impiden. En este orden de ideas, el debate moral emerge de la relación
imprevista que empiezan a construir los dos personajes principales.
La historia gira, o al menos el análisis se centrará, alrededor de dos fotografías. La primera
de ellas es la fotografía que Paula le toma a su padre segundos antes de ser asesinado; la segunda,
yace en un retazo de papel periódico que Paula encuentra en el cuarto que habita Jesús. También
es una foto del padre, mejor dicho, es la foto del “trabajo” de Jesús, la “pieza” a la que hay que
“dar de baja”. Esta última, es el detonante para que Paula recupere la idea de cobrar justicia, sin
ya importar la carga moral que dicha acción supondría. Dicho esto, la escena que marca el final
del film se sitúa en la terraza de la casa de la madre de Jesús, se encuentran los dos personajes
principales. Paula apunta a la cabeza de Jesús con una pistola, grita y entre sollozos reclama la
muerte de su padre. Al fin y al cabo, éste, es tan solo un tercero en una cadena de muerte en la
cual le correspondió el trabajo sucio a costa de ganarse la vida. Por consiguiente, no puede
responder por el cuerpo.
Jesús advierte que su vida ya no vale nada, cinco personas más vienen desde hace un tiempo
persiguiendo su cabeza y si lo matan, prefiere que sea Paula la encargada de su muerte y no otros
sicarios. La última línea de la cinta, que le corresponde a Jesús, cambia de manera trascendental
la forma en la que se pensó la vida de éste durante todo el filme, “ni usted ni yo, nunca sabremos
quién mandó a matar a su padre”. El sentimiento de venganza se torna en pena y redención.
Impotencia al darse cuenta de que nunca sabrá el nombre de quien le arrebató la vida.
Hasta aquí las sinopsis. Así, una vez interiorizados los contextos en los que se sitúa cada uno
de los personajes, es posible entender la plasticidad de la vida anímica. Puede “expandirse o
contraerse dependiendo de las experiencias que se vivan y el estado de tolerancia o intolerancia a
la frustración del sujeto” (Torres, 2011, p. 141). En efecto, el desarrollo psíquico está
comprometido con el contexto, pero, además, dicha dependencia recae en la importancia que se le
da a ese “otro”. La humanidad también es una pauta de interacción, somos seres de relaciones,
seres vinculares y es que ese otro se anuncia como figura de la presencia inquietante de la finitud
(Mèlich, 2014). Es el caso de la experiencia de sin sentido de Howart al perder a su hija, o la
muerte del papá de Paula e incluso se puede ver en las dinámicas relacionales que tiene Nina con
su madre y la importancia que ésta le da a la “perfección” impuesta por ese otro.
Ahora bien, es pertinente abordar un análisis a profundidad de cada una de las cintas
cinematográficas para entender cómo se configura lo humano en una degradación psíquica.
Eros y Thanatos: los universos vinculantes
Durante cada uno de los filmes, los personajes se ven atravesados por la presencia inquietante de
la finitud (Mèlich, 2014) antes mencionada, tanto Eros como Thanatos son experimentados con
mucha fuerza, la vida y la muerte establecen conexiones en muchas direcciones, pero todas en
torno a la presencia del Otro. Conexiones que permiten “encontrar-crear universos vinculantes,
apasionados, apacibles o aterradores, en construcción y deconstrucción permanente” (Torres,
2011, p. 148) de manera intrincada con la pulsión de vida, de muerte y con ese Otro. Son
mecanismos oscilantes “absorbiendo parte de la pulsión de muerte transformándola al servicio de
la vida: amar, olvidar, volver amar, dejar, des-estructuar, volver a estructurar, etcétera” (p. 149)
es decir, oscilaciones del ser humano entre un qué y un quién (Mèlich, 2012).
Belleza Inesperada una mirada desde la muerte en vida. Para empezar, Belleza Inesperada
es un gran ejemplo de lo que significa la degradación psíquica, con el personaje de Howard,
quien al perder a su hija cae en un proceso de degradación, en donde se observa como Howard
toma actitudes de indiferencia hacia lo que lo rodea, de automatización al repetir las mismas
rutinas cada día, de evasión o evitación hacia a las personas, la situación que vive y los
sentimientos que surgen ante esta, de desconexión vincular con todas las personas que lo rodean,
ausencia de pensamiento y hasta llegar al extremo de la muerte en vida en donde se da una
desaparición de la carga psíquica de la persona. Todos estos aspectos que está viviendo
caracterizan lo que significa una degradación psíquica para la vida de una persona; cabe aclarar
que como existe una degradación psíquica también existe la posibilidad de un desarrollo psíquico
(se puede pasar de una degradación a un desarrollo), esto gracias a las condiciones del desarrollo
psíquico como algo móvil y dinámico, y muestra de esto es el desarrollo que tiene Howard a
medida que se va enfrentando a esos constructos que se le presentan y se reconecta con su
realidad. Este enfrentamiento lo hace por medio de la narración, escribiéndole a esos tres
constructos, el amor, el tiempo y la muerte con los cuales se encuentra en conflicto. Según
Mèlich (2014) la vida ha de ser narrada para darle un sentido, una vida sin narración es una vida
con ausencia de sentido y una vida sin sentido es una vida invivible, por esto, Howard utiliza esta
herramienta para poder buscar respuestas, y en esta búsqueda de respuestas también encuentra la
búsqueda de sentido de su propia vida.
En relación a lo humano y el concepto de degradación psíquica pudimos reflexionar sobre la
noción de vulnerabilidad como parte de la condición humana, en donde encontramos que el ser
humano es un ser frágil, que puede ser herido y que, por eso, no es capaz de sobrevivir sin el
acogimiento del otro, ya que en cualquier momento se puede romper, pues se encuentra expuesto
a las heridas del mundo, esto se muestra claramente en el cortometraje en dos sentidos; en un
primer momento mostrando que al caer en una degradación psíquica el ser humano es un ser
vulnerable que puede hundirse en estos estados y por lo tanto ser herido y en un segundo
momento es muestra de cómo el hecho de poder ser herido deslumbra la gran necesidad del ser
humano de necesitar del otro, por lo tanto es de gran importancia contemplar como la
degradación psíquica puede destrozar una condición tan trascendental en el ser humano como lo
es el otro y el acogimiento del otro al lograr una desconexión vincular. En relación a lo anterior,
el cortometraje también es muestra de la necesidad del otro tan grande que presenta el ser
humano.
También creemos importante resaltar en este cortometraje la tensión que se vive entre lo
humano y lo inhumano en una degradación psíquica, siendo considerado inhumano todo lo que
caracteriza el encontrarse en un estado de degradación psíquica: el sin sentido, el automatismo, el
quitarle carga psíquica a uno mismo y a las demás personas. Actitudes que se diría no son muy
humanas. Pero, por el otro lado se encuentra también en esta degradación lo que llamaríamos
humano o condición humana. La vulnerabilidad e inermidad del ser humano, la herida, la
necesidad del otro, el sentido, la palabra, etc. Condiciones humanas que son producidas gracias a
este mismo estado de degradación psíquica.
El cisne negro: autodestrucción psíquica por una obsesión. Para continuar, en cuanto a la
película El cisne negro, se infiere que, al mirarlo desde lo más amplio a lo más pequeño (para
entender mejor la degradación psíquica), en el personaje de Nina se aprecia la condición humana:
el cisne blanco es lo humano y el cisne negro es lo inhumano y, cabe resaltar que, a diferencia de
otras películas, la representación de lo bueno y lo malo están en un mismo personaje, lo que hace
más relevante el papel al demostrar que no solo ser humano es ser totalmente bueno o totalmente
malo sino que es la composición de los dos. Nina es la representación del amor y el odio,
sentimientos que, según Freud, nada tienen de opuestos por la misma naturaleza de las cargas de
catexia que tienen. Nina es el conflicto de estos dos sentimientos, así como ama, odia. No le es
indiferente su personaje, pero si, los que la rodean.
Es así como, contextualizando el entorno para llegar a la degradación psíquica de Nina según
la definición de Torres (2011), la relación con su madre es tóxica. Es una relación que no la deja
ser adulta, no la deja decidir y siempre la está sobreprotegiendo. Es debido a esto que ella no
logra interpretar el papel del cisne negro porque su percepción sobre sí misma es de una niña
frágil. Por otro lado, tiene la voz del director quien la presiona a sacar ese cisne negro que tiene
en su interior y, por si fuera poco, delira con Lilly. Todo esto, hace que poco a poco Nina vaya
perdiendo vínculos con el mundo exterior, pierde la identidad que creía tener por una gran
obsesión hacia el papel. Sin darse cuenta, se convierte en los cisnes, siente que su vida es esa
historia de cuentos de hadas. El director es el príncipe; Lilly su hermana (cisne negro) quien le
quita su príncipe y finalmente ella, el cisne blanco.
Avanzando en nuestro razonamiento con la definición de Torres sobre la degradación
psíquica, la vida anímica de Nina se contrae y esa intolerancia a la imperfección aumenta más su
deseo por la perfección y, señalando que ya ha perdido el sentido de su vida, al verse implicada
en esa historia, en medio de sus delirios, finalmente se suicida para expresar y sentir lo que la
protagonista de la historia sintió. Es fascinante esta escena porque, finalmente, tanto lo bueno
como lo malo, la lucha entre el amor y el odio se disuelven y, en el último respiro, reconoce su
propósito “lo hice perfecto”. No le importa morir, no le importa su vida, solo le importa cumplir
su objetivo: la perfección. Dicho lo anterior de Torres, Nina supone una pérdida de flexibilidad y
creatividad en el pensar, debido a que el dolor mental se experimenta como insoportable e
intolerable llevándola a recurrir a defensas como la evitación de la realidad.
Matar a Jesús, reatos de conciencia en el contexto colombiano. Finalmente, Matar a Jesús
que, si bien es cierto, al estar enmarcada en un entorno de violencia se asocia primeramente con
un estrechamiento psíquico, mas no es lo único que define a los personajes. El análisis va más
allá de la muerte, poco a poco entendemos que el encuentro y desencuentro con la pulsión de vida
es constante. Por ejemplo, la realidad interna en la psiquis de Jesús se queda en el terreno de los
sensorial y de actos sin pensamiento (Muñoz y Torres, 2014), pues, en la vida de un sicario ya no
hay espacio para pensar. Pensar o tener compasión se vuelve sumamente peligroso a la hora de
matar, el otro desaparece completamente del aparato psíquico, son los gajes del oficio de un
sicario. El cuerpo, la vida del padre de Paula (así como muchas otras) se vuelve entonces, un
mandado por hacer, porque no hay de otra, “o se cumple o se muere”.
Estos cuerpos, estas personas, han perdido sus características humanas. Ahora son números,
de hecho, ahora son cifras, su vida (su muerte) tiene un valor monetario. Al ponerles un precio
los han aniquilado antes de matarlos, los han convertido en lo que Agamben (2010) denominaría
como nuda vida al categorizarlos como “matables”, al basurizarlos simbólicamente con el
discurso y justificación de la guerra sucia (Silva, 2008). No obstante, ¿cómo volver a instaurar al
otro, con su singularidad, en el aparato psíquico de Jesús?, es curioso, porque Paula en el
transcurso de la película se vuelve la respuesta. Ella personifica ese “reato de conciencia” del que
habla Torres (2011), ese impulso o auxilio que hace posible “experimentar ideas y preocupación
por el otro” (p. 146), es allí donde puede aparecer algo en el psiquismo, un elemento de
pensamiento o una emoción vinculante, que, sin más, se vuelve peligrosa para un sicario. Incluso,
Jesús lo percibe así, cree que Paula ha llegado a su vida para sacarlo de la violencia (claro,
desconociendo los verdaderos motivos).
Otro factor importante en el transcurso del film es el rostro. Las dos fotografías en las que se
centró la sinopsis juegan un papel imprescindible en esa atmosfera que describe Levinas,
atmosfera consistente en reducir “lo Otro” a “lo mismo” (Mèlich, 2014). Dichas situaciones dan
cuenta de la relación entre el ser, rostro y pensamiento. ¿Qué responsabilidad tiene el rostro al
implantar al otro en el pensamiento?, aún más, ¿Qué es el rostro? Allí es donde entra el papel de
la ética, cuando el otro es prioritario hay una relación ética y esto es importante, porque mientras
perdure el rostro habrá una demanda ética. Es que el rostro, así como el otro, es vulnerable,
humaniza, asalta e inquieta, éste va más allá del ser y por ello no puede ser conocido ni definido.
Como diría Levinas, el rostro nos confronta con la muerte de los demás (Mèlich, 2014). Cuando
el rostro se conoce, se convierte en cara y pierde toda la demanda ética, por ende, el otro se
limitará a ser una imagen física y social. En este sentido, Paula ve en las fotografías el rostro de
su padre, mientras que Jesús ve una cara, en su forma más plástica.
Para finiquitar el análisis, cabe resaltar la función del arma, de la pistola fiel amiga del
sicario, de Jesús. El instrumento genera distancia entre víctima y victimario (Sanmartín, 2000), el
matar entonces, se hace “fácil” ya que, a mayor distancia, mayor inhibición del Otro.

CONCLUSIONES
Llegados a este punto, después del análisis de estas tres películas, es más fácil identificar lo
que es la degradación psíquica desde la concepción de Torres y otros conceptos complementarios
de autores como Agamben, Muñoz o Mèlich.
Por tanto, es así como Torres (2011) contribuye a nuestro análisis con la siguiente propuesta:
“La autodestrucción psíquica supone un trabajo de desintegración del yo que se produce tanto en
los duelos patológicos como en los sentimientos de futilidad, en los miedos de aniquilación...”.
Esto lo vemos en las tres películas analizadas, desde Belleza Inesperada, en el personaje principal
de Howard; desde el Cisne Negro, en el personaje principal de Nina y; finalmente desde Matar a
Jesús, en el personaje principal de Paula.
Asimismo, Muñoz y Torres (2014) complementan nuestro concepto de degradación psíquica
con el siguiente apartado: “el psiquismo, bajo condición de maltrato temprano o prolongado en el
tiempo, puede verse invadido desde adentro por demandas corporales y/o urgencias pulsionales,
al mismo tiempo que por distorsiones sociales y culturales externas que impregnan el
funcionamiento violento de una sociedad inhumana”. En este caso, el maltrato es un sistema
dinámico más complejo que solo pensar en el maltrato físico, verbal, entre otros. Con respecto a
la película de Belleza Inesperada, el maltrato viene del sí mismo. Howard, en vez de ayudarse a
salir de la depresión por la muerte de su hija, se maltrata desvinculándose de todo, aislándose del
mundo. Desde el Cisne Negro, Nina tiene la presión de su madre, la presión del director y la
presión de parte de ella hacia sí misma, lo cual, es un tipo de maltrato al ser tan obsesionado
como la situación en la que Nina está, que la hizo desvincularse de la realidad y dar todo por su
profesión, hasta tal punto de suicidarse. Y, finalmente, Matar a Jesús, la tragedia del homicidio
del padre fue un hecho que marcó, llenó de dolor y, por ende, maltrató psicológicamente a Paula.
Además, Mélich (2014) nos aporta un concepto muy relacionado al tema principal de
nuestro trabajo: la vulnerabilidad, el cual recoge en gran parte la razón de la degradación psíquica
al explicar con ello que, el ser humano es frágil y, por tanto, puede ser herido, lo que hace que
surja la necesidad de un otro porque se encuentra expuesto a las heridas del mundo. Nuestros tres
personajes principales de las películas tienen eso en común. Son personas azotadas por la
crueldad del mundo, Howard con la pérdida de su hija, Nina por las presiones y Paula, con la
injusta muerte de su padre. Ellos tres viven la soledad a pesar de estar rodeados por otras
personas, pero finalmente, no tienen ese otro en el cual refugiarse, con quien compartir su herida,
lo que los lleva a su degradación psíquica.
A todo esto, al haber analizado estas películas, se tienen varias ventajas, una de ellas es que
la degradación psíquica no es vista solo desde una situación particular sino a través de tres
miradas: la primera, desde un padre que perdió a su hija; la segunda, desde una bailarina
profesional obsesionada por la perfección y, finalmente; la tercera, desde un sicario en un
contexto de muerte. Son tres realidades de un mundo tan imperfecto como este y, quizás en
menor o mayor medida se ha sentido lo que han vivido estos personajes.
Por otro lado, los hallazgos en el proceso de indagación han posibilitado ver la plasticidad de
la vida anímica, así como del ser, lo que nos lleva a relacionar el trabajo con el Efecto Lucifer
(Zimbardo, 2008), aquel que identifica la maleabilidad de lo humano en determinados contextos.
Cabría preguntarse entonces, ¿existirá correlación alguna entre la pulsión de muerte propuesta
por Freud y el Efecto Lucifer? Pregunta, que supone un debate interesante y que, si bien no es
una limitación para la indagación, podría ser digna de objeto de estudio en una ocasión diferente.
Otro tema que ha surgido como respuesta al supuesto del trabajo de indagación contempla el
estrechamiento y el enriquecimiento del campo psíquico en la expulsión de Lucifer del Paraíso.
En verbigracia, dicho acontecimiento representa la esencia de lo humano en la caída. La caída
metafóricamente entendida en el campo de la degradación psíquica podría representar la
configuración no solo de lo inhumano, sino también de lo humano. Entonces, desde este punto de
vista se estaría aceptando la hipótesis de trabajo y, por lo tanto, sugiriendo otro abordaje acertado
con respecto a la pregunta inicial.
Ahora bien, la búsqueda de sentido de los personajes antes relatados da cuenta de la
inminente ambivalencia de la palabra (Mèlich, 2012), de su grandeza y su peligro, pues dados
relatos explican cómo una degradación no siempre implica o significa un paso a la
deshumanización o más bien a lo propiamente dicho, inhumano, sino que funden lo que es la
condición humana en miras a la relación que se tenga con eso que llamamos Otro y cómo éste se
instaura en nuestro pensamiento. Pues incluso, a veces, en ciertas degradaciones queda algo que
puede transformarse en una “belleza inesperada”.
Concluyendo con las palabras de Torres para recoger lo que es la degradación psíquica en
estas tres películas son: “La autodestrucción psíquica supone un trabajo de desintegración del yo
(Howard, Nina y el sicario) que se produce tanto en los duelos patológicos como en los
sentimientos de futilidad, en los miedos de aniquilación, de desvitalización o de muerte psíquica,
agujeros sin fondo, angustias catastróficas, vacío infinito...”. Así mismo, todos estos personajes,
comprometieron su identidad, su continuidad psíquica y el sentimiento de que la vida vale la pena
vivirla.

REFERENCIAS
Agamben, G. (2010). Homo Sacer. El poder soberano y la nuda vida (Introducción, pp. 9-23).
Valencia: Pre-Textos.
Freud, S. (1915). Los instintos y sus destinos. Recuperado en
http://caece.opac.com.ar/gsdl/collect/apuntes/index/assoc/HASH01f8.dir/doc.pdf
Mèlich, J. (2012). Filosofía de la finitud. pp. 35-55. Barcelona: Herder.
Mèlich, J. (2014). La condición vulnerable (una lectura de Emmanuel Levinas, Judith Butler y
Adriana Cavarero). ARS Brevis, 20, págs. 313-331. Universitat autónoma de Barcelona.
Mèlich, J. (2014b). Lógica de la crueldad (pp. 45-67). Barcelona: Herder.
Muñoz, C., & Torres, N. E. (2014). El maltrato y la violencia estrechan y aniquilan lo psíquico.
Universitas Psychologica, 13(3), 1099-1110. doi: 10.11144/Javeriana.UPSY13-3.mvea
Sanmartín, J. (2000). El agresivo nace. El violento se hace. La violencia y sus claves. Barcelona:
Editorial Ariel. Pp. 11-25
Silva, R. (2008). El factor asco: basurización simbólica y discursos autoritarios en el Perú
contemporáneo. Universidad del Pacífico
Torres, N. (2011). Sobre la muerte en vida o la degradación psíquica. En La muerte: siete
visones, una realidad. Bogotá: Editorial Pontificia Universidad Javeriana. Pp. 137-155.

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