Sei sulla pagina 1di 11

Los trastornos de desarrollo son problemas severos y de larga duración.

Pueden ser físicos, como


la ceguera, afectar las capacidades mentales, como los problemas de aprendizaje; o pueden ser
una combinación de ambos, como el síndrome de Down. En general, los problemas duran toda la
vida y afectan la vida cotidiana.
Existen varias causas de los trastornos del desarrollo.

Estas incluyen:

 Anormalidades cromosómicas o genéticas: Estas causan afecciones como el síndrome de


Down y el síndrome de Rett
 Exposición durante el embarazo a ciertas sustancias: Beber alcohol en el embarazo puede
causar trastornos del espectro alcohólico fetal
 Ciertas infecciones durante el embarazo
 Parto prematuro
A menudo no existe una cura, pero los tratamientos pueden ayudar con los síntomas. Los
tratamientos incluyen terapia física, del habla y ocupacional. Las clases de educación especial y
la consejería psicológica también pueden ser útiles.
Trastorno del Desarrollo intelectual

El trastorno del desarrollo intelectual hace referencia a la discapacidad intelectual y forma parte
de los trastornos del neurodesarrollo. Además, este trastorno puede darse cuando hay un retraso
en la adquisición de las habilidades en una determinada etapa de la vida. Por ejemplo,
un correcto dominio del lenguaje o de las funciones asociadas al mismo. En definitiva, el
trastorno del desarrollo intelectual son un grupo de alteraciones caracterizadas por una notable
limitación de las funciones cognitivas, del aprendizaje y de las habilidades adaptativas.  
Generalmente, los niños con trastorno de desarrollo intelectual tienen déficits en el
funcionamiento intelectual general. Además, suelen tener dificultades con destrezas como
razonamiento, planificación, criterio, pensamiento abstracto y tipos múltiples de aprendizaje.
Normalmente, muchos de los síntomas son los que las personas denominan retraso mental. Este
término, se usaba en el anterior DSM hasta que el DSM-V le dio un nuevo nombre al trastorno.
Por ello, los síntomas del trastorno del desarrollo intelectual se dividen en tres categorías
generales: conceptuales, sociales y prácticas. 
Hoy en día, su estudio no se ha priorizado desde las perspectivas jurídica, de las ciencias sociales
y de la salud pública. Por ello, escasean las pruebas científicas sobre estos trastornos. Además,
faltan competencias específicas y profesionalización para el cuidado de estas personas. Por
último, es indispensable realizar intervenciones de prevención, rehabilitación, integración e
inclusión laboral.

Causas de los trastornos del desarrollo intelectual


Las causas de los trastornos del desarrollo intelectual pueden ser varias. Además, suelen darse
durante el embarazo, en el nacimiento o posteriormente cuando el niño crece. También, puede
haber causas genéticas, metabólicas, congénita o ambientales. Es decir, las causas de los
trastornos del desarrollo intelectual son las siguientes: 
 Causas hereditarias. Normalmente, las causas genéticas representan entre un 30% a un
50% de las causas, e incluyen anormalidades cromosómicas, características genéticas heredadas
y alteraciones genéticas simples. 
 Deficiencias intelectuales adquiridas. De forma general, hay un número considerable de
apariciones de deficiencias mentales en personas, que no habían nacido con ellas. 
 Elementos ambientales. Tales como infecciones, daños cerebrales y exposición del feto
a las drogas. 
Además, entre 1980 y 2009 la prevalencia de las discapacidades intelectuales a nivel global era
de alrededor de un 1%. Luego, diversos estudios establecen una prevalencia un poco más baja
que un 1%. Sin embargo, la heterogeneidad de estos trabajos no permite precisar este valor.
Síntomas de los trastornos del desarrollo intelectual
Los síntomas de los trastornos del desarrollo intelectual se dividen en tres categorías generales.
Es decir, estas categorías son las conceptuales, sociales y prácticas.
 
 Impedimentos conceptuales. Estos son los déficits de aprendizaje, retraso en la escuela
o en otros ambientes académicos. También, existen dificultades con destrezas como memoria,
resolución de problemas, conocimiento y razonamiento.
 Impedimentos sociales. Son los problemas para comunicarse y asimilar nueva
información. También, la falta de inhibiciones sociales y dificultades para hacerse de amigos y
mantenerlos.
 Impedimentos prácticos. Cuando existen dificultades en destrezas que los niños
pequeños aprenden naturalmente. También, la dificultad para dominar destrezas prácticas y la
falta de capacidad para manejar responsabilidades.

Trastorno del espectro autista


El trastorno del espectro autista es una enfermedad relacionada con el desarrollo del cerebro que
afecta la manera en la que una persona percibe y socializa con otras personas, lo que causa
problemas en la interacción social y la comunicación. El trastorno también comprende patrones
de conducta restringidos y repetitivos. El término «espectro» en el trastorno del espectro autista
se refiere a un amplio abanico de síntomas y gravedad. El trastorno del espectro autista
comprende afecciones que anteriormente se consideraban independientes, como el autismo, el
síndrome de Asperger, el trastorno desintegrativo infantil y una forma no especificada de
trastorno generalizado del desarrollo. Algunas personas aún utilizan el término «síndrome de
Asperger» que generalmente se considera que está en el período final leve del trastorno del
espectro autista.
El trastorno del espectro autista comienza en los primeros años de la infancia y, a la larga,
provoca problemas para desenvolverse en la sociedad, por ejemplo, en situaciones sociales, en la
escuela y el trabajo. Los niños suelen presentar síntomas de autismo en el primer año. Un
número reducido de niños parecen desarrollarse de forma normal en el primer año y luego pasan
por un período de regresión entre los 18 y los 24 meses de edad, cuando aparecen los síntomas
de autismo. Si bien no existe una cura para los trastornos del espectro autista, un tratamiento
intensivo y temprano puede hacer una gran diferencia en la vida de muchos niños.

Síntomas

Las personas con un TEA a menudo tienen problemas con las destrezas sociales, emocionales y
de comunicación. Es posible que repitan determinados comportamientos o que no quieran
cambios en sus actividades diarias. Muchas personas con TEA también tienen distintas maneras
de aprender, prestar atención o reaccionar ante las cosas. Algunos de los signos comienzan
durante la niñez temprana y, por lo general, duran toda la vida.

Los niños o adultos con TEA podrían presentar las siguientes características:

 No señalar los objetos para demostrar su interés (por ejemplo, no señalar un avión que
pasa volando).
 No mirar los objetos cuando otra persona los señala.
 Tener dificultad para relacionarse con los demás o no manifestar ningún interés por otras
personas.
 Evitar el contacto visual y querer estar solos.
 Tener dificultades para comprender los sentimientos de otras personas y para hablar de
sus propios sentimientos.
 Preferir que no se los abrace, o abrazar a otras personas solo cuando ellos quieren.
 Parecer no estar conscientes cuando otras personas les hablan pero responder a otros
sonidos.
 Estar muy interesados en las personas pero no saber cómo hablar, jugar ni relacionarse
con ellas.
 Repetir o imitar palabras o frases que se les dicen, o bien, repetir palabras o frases en
lugar del lenguaje normal.
 Tener dificultades para expresar sus necesidades con palabras o movimientos habituales.
 No jugar juegos de simulación (por ejemplo, no jugar a “darle de comer” a un muñeco).
 Repetir acciones una y otra vez.
 Tener dificultades para adaptarse cuando hay un cambio en la rutina.
 Tener reacciones poco habituales al olor, el gusto, el aspecto, el tacto o el sonido de las
cosas.

Comunicación e interacción social

Un niño o un adulto con trastorno del espectro autista puede tener problemas con la interacción
social y las habilidades de comunicación, incluso presentar cualquiera de los siguientes signos:

 No responde a su nombre o, en ocasiones, parece no escucharte


 Se resiste a los abrazos y las caricias; además, parece que prefiere jugar solo y se abstrae
en su propio mundo
 No suele hacer contacto visual y carece de expresión facial
 No habla o tiene un desarrollo tardío del habla, o bien pierde la capacidad que tenía para
decir palabras u oraciones
 No puede mantener ni iniciar una conversación o, tal vez, inicia una solamente para pedir
algo o nombrar elementos
 Habla con tono o ritmo anormal y es posible que utilice una voz cantarina o que hable
como un robot
 Repite palabras o frases textuales, pero no comprende cómo usarlas
 No parece entender preguntas o indicaciones simples
 No expresa emociones ni sentimientos y parece no ser consciente de los sentimientos de
los demás
 No señala ni trae objetos para compartir sus intereses
 Aborda interacciones sociales de forma inadecuada comportándose de manera pasiva,
agresiva o perturbadora
 Tiene dificultad para reconocer señales no verbales, como la interpretación de las
expresiones faciales de otras personas, las posturas corporales o el tono de voz
Patrones de comportamiento

Un niño o un adulto con trastorno del espectro autista puede tener intereses, actividades o
patrones de comportamiento repetitivos y limitados, e incluso presentar cualquiera de los
siguientes signos:

 Realiza movimientos repetitivos, como balancearse, girar o aletear con las manos
 Realiza actividades que podrían causarle daño, como morderse o golpearse la cabeza
 Desarrolla rutinas o rituales específicos y se altera con el mínimo cambio
 Tiene problemas con la coordinación o muestra patrones de movimientos extraños, como
ser torpe o caminar en puntas de pie, y muestra un lenguaje corporal extraño, rígido o
exagerado
 Se deslumbra con los detalles de un objeto, como las ruedas que giran en un auto de
juguete, pero no entiende el propósito general o el funcionamiento del objeto
 Es más sensible que lo habitual a la luz, el sonido o el contacto físico, pero puede ser
indiferente al dolor o la temperatura
 No participa en juegos de imitación o de simulación
 Se obsesiona con un objeto o una actividad con una intensidad o concentración anormales
 Tiene preferencias específicas con respecto a los alimentos, como comer solamente unos
pocos alimentos o no comer alimentos con una determinada textura
A medida que maduran, algunos niños con trastornos del espectro autista socializan más con
otras personas y muestran menos alteraciones del comportamiento. Algunos, generalmente los
que tienen problemas menos graves, con el tiempo pueden llevar una vida normal o casi normal.
Sin embargo, otros siguen teniendo dificultades con el lenguaje o las habilidades sociales y, en
los años de la adolescencia, sus problemas de comportamiento y emocionales pueden empeorar.

Cuándo consultar al médico

Cada bebé se desarrolla a su propio ritmo, y muchos no siguen la cronología exacta que se
encuentra en algunos libros sobre crianza. Sin embargo, los niños que padecen trastornos del
espectro autista no suelen manifestar signos de retraso en el desarrollo antes de los 2 años. Si te
preocupa el desarrollo de tu hijo o sospechas que puede tener trastornos del espectro autista,
coméntale tus inquietudes al médico. Los síntomas de estos trastornos también pueden estar
vinculados con otros trastornos del desarrollo. Los signos del trastorno del espectro autista
normalmente aparecen en las primeras etapas del desarrollo cuando se observan retrasos
evidentes en las habilidades del lenguaje y las interacciones sociales. El médico podría
recomendar pruebas de desarrollo para determinar un posible retraso en las habilidades
cognitivas, del lenguaje y sociales de tu hijo si:

 No responde con una sonrisa o una expresión de felicidad a los 6 meses o antes
 No imita sonidos o expresiones faciales a los 9 meses o antes
 No balbucea ni hace gorgoritos a los 12 meses o antes
 No hace gestos, como señalar o saludar, a los 14 meses o antes
 No dice palabras simples a los 16 meses o antes
 Causas
Los trastornos del espectro autista no tienen una única causa conocida. Considerando la
complejidad del trastorno y el hecho de que los síntomas y la gravedad varían, probablemente
haya muchas causas. La genética y el medio ambiente pueden influir.

 Genética. Varios genes diferentes parecen estar relacionados con los trastornos del
espectro autista. Para algunos niños, los trastornos del espectro autista pueden estar
asociados con un trastorno genético, como el síndrome de Rett o el síndrome del
cromosoma X frágil. Para otros, los cambios genéticos (mutaciones) pueden aumentar el
riesgo de padecer trastorno del espectro autista. Más aún, otros genes pueden afectar el
desarrollo del cerebro o el modo en que se comunican las neuronas cerebrales, o pueden
determinar la gravedad de los síntomas. Algunas mutaciones genéticas parecen ser
hereditarias, mientras que otras suceden de manera espontánea.
 Factores ambientales. Actualmente, los investigadores estudian si factores, como las
infecciones virales, los medicamentos, las complicaciones durante el embarazo o los
contaminantes del aire, desempeñan un papel en el desencadenamiento del trastorno del
espectro autista. No existe ningún vínculo entre las vacunas y los trastornos del espectro
autista
Una de las controversias más importantes del trastorno del espectro autista reside en si existe un
vínculo entre este trastorno y algunas vacunas de la niñez. A pesar de la vasta investigación,
ningún estudio confiable ha demostrado que exista dicho vínculo entre el trastorno del espectro
autista y las vacunas. De hecho, el primer estudio que comenzó el debate años atrás fue retirado
debido a un diseño deficiente y métodos de investigación cuestionables. No vacunar a tu hijo en
la niñez puede ponerlo tanto a él como a otros en peligro de contagiarse y transmitir
enfermedades graves, como la tos ferina (pertusis), paperas o sarampión.

Factores de riesgo
La cantidad de niños que reciben un diagnóstico de trastornos del espectro autista está
aumentando. No está claro si esto se debe a una mejor detección e informe, a un aumento real de
la cantidad de casos o a ambos. Los trastornos del espectro autista afectan a los niños de todas las
razas y nacionalidades, pero determinados factores aumentan el riesgo de padecerlos. Estos
pueden ser:

 El sexo de tu hijo. Los niños tienen cuatro veces más probabilidades de padecer un


trastorno del espectro autista que las niñas.
 Antecedentes familiares. Las familias con un niño con trastorno del espectro autista
tienen un mayor riesgo de tener otro hijo con este trastorno. También es frecuente que los
padres o familiares de un niño con trastorno del espectro autista tengan problemas menores
con las habilidades sociales y de comunicación, o ciertas conductas típicas de este
trastorno.
 Otros trastornos. Los niños con ciertas enfermedades tienen un riesgo mayor de lo
normal de presentar un trastorno del espectro autista o síntomas parecidos a los del
autismo. Algunos ejemplos son el síndrome del cromosoma X frágil, un trastorno
hereditario que causa problemas intelectuales; la esclerosis tuberosa, una enfermedad en la
que se forman tumores benignos en el cerebro; y el síndrome de Rett, una enfermedad
genética que se produce casi exclusivamente en las niñas y que provoca un crecimiento
más lento de la cabeza, incapacidad intelectual y pérdida del uso útil de la mano.
 Bebés extremadamente prematuros. Los bebés que nacen antes de las 26 semanas de
gestación pueden tener un mayor riesgo de padecer un trastorno del espectro autista.
 Edad de los padres. Puede haber una conexión entre los niños nacidos de padres
mayores y el trastorno del espectro autista, pero se necesita más investigación para
establecer este vínculo.
Complicaciones

Los problemas con las interacciones sociales, la comunicación y la conducta pueden dar lugar a
lo siguiente:

 Problemas en la escuela y de aprendizaje


 Problemas laborales
 Incapacidad para vivir de forma independiente
 Aislamiento social
 Estrés en la familia
 Victimización y ser objeto de intimidaciones
Prevención
No hay manera de prevenir el trastorno del espectro autista, pero hay opciones de tratamiento. El
diagnóstico e intervención tempranos son lo más útil, y pueden mejorar el desarrollo del
lenguaje, las habilidades y la conducta. Sin embargo, la intervención es útil a cualquier edad. Si
bien, en general, los niños no dejan de tener los síntomas del trastorno del espectro autista
cuando crecen, pueden aprender a desempeñarse adecuadamente.

Trastorno del aprendizaje

Un trastorno del aprendizaje se define como una dificultad en un área académica (lectura,
matemáticas o expresión escrita). La capacidad del niño para tener éxito en el área académica
específica está abajo de lo que se espera para la edad, nivel educativo y nivel de inteligencia del
niño. La dificultad experimentada por el niño es suficientemente severa para interferir con el
éxito académico o actividades normales de la vida diaria apropiadas a su edad. Cerca del 8% de
niños en las escuelas están clasificados que tienen discapacidades de aprendizaje específicas y
reciben alguna clase de apoyo educativo.
¿Qué causan los trastornos del aprendizaje?
Se cree que los trastornos del aprendizaje ocurren debido a una anormalidad en el sistema
nervioso, ya sea en la estructura del cerebro o en el funcionamiento de los productos químicos
del cerebro. La diferencia en el sistema nervioso hace que el niño con trastorno del aprendizaje
reciba, procese o comunique información en una forma diferente.
Algunos de los síntomas de los trastornos del aprendizaje son los siguientes:

 Dificultad para distinguir entre derecha e izquierda


 Invertir letras, palabras o números después de primer o segundo grado
 Dificultad para reconocer patrones, o clasificar objetos por su tamaño o forma
 Dificultad para entender y seguir instrucciones, o mantenerse organizado
 Dificultad para recordar lo que se acaba de decir o lo que se acaba de leer
 Falta de coordinación al moverse
 Dificultad para realizar tareas con las manos, como escribir, cortar o dibujar
 Dificultad para entender el concepto del tiempo

Algunos ejemplos de trastorno del aprendizaje son los siguientes:

 Dislexia: dificultad con la lectura.


 Discalculia: dificultad con las matemáticas.
 Disgrafia: dificultad con la escritura.

Los niños con trastornos del aprendizaje pueden sentirse frustrados por no poder dominar un
tema a pesar de su esfuerzo, y pueden comportarse mal, sentirse desamparados o abstraerse. El
trastorno del aprendizaje también puede presentarse con trastornos conductuales o emocionales,
como el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) o ansiedad. La combinación
de los problemas puede hacer que sea particularmente difícil para un niño tener éxito en la
escuela. El diagnóstico adecuado de cada trastorno es crucial para que el niño pueda recibir la
ayuda correcta para cada uno.

¿Quién resulta afectado por los trastornos del aprendizaje?


De acuerdo con el Departamento de Educación de los EE.UU., cerca del 5% de niños en escuelas
de los EE.UU. (desde kínder hasta el grado 12) tienen algún tipo de trastorno del aprendizaje.
La predisposición genética, problemas durante el embarazo, nacimiento, o infancia temprana, así
como otras condiciones médicas generales pueden estar asociadas con la causa de los trastornos
del aprendizaje.
¿Cuáles son los síntomas de los trastornos del aprendizaje?
Los siguientes son los síntomas más comunes de los trastornos del aprendizaje. Sin embargo,
cada niño puede experimentar los síntomas de manera diferente. Los síntomas pueden incluir:
 Trastorno de la lectura. Un trastorno de lectura está presente cuando un niño lee abajo
del nivel esperado dada su edad, grado escolar e inteligencia. Los niños con un trastorno de la
lectura leen lentamente y tienen dificultad para comprender lo que leen. Pueden tener dificultad
con el reconocimiento de palabras y confunden las palabras que se ven similares. Un trastorno de
la lectura algunas veces se llama dislexia.
 Trastorno de matemáticas. Un trastorno de matemáticas está presente cuando un niño
tiene problemas con las destrezas relacionadas con los números, como contar, copiar números
correctamente, sumar y llevar números, aprenderse las tablas de la multiplicación, reconocer
signos matemáticos y comprender las operaciones matemáticas.
 Trastorno de la expresión escrita. Un trastorno de la expresión escrita está presente
cuando un niño tiene dificultades con las destrezas de escritura, como comprender la gramática y
la puntuación, ortografía, organización de párrafos, o composición de información escrita. Con
frecuencia, estos niños tienen también pobres destrezas de escritura a mano.
¿Cómo se diagnostican los trastornos del aprendizaje?
Los signos de los trastornos del aprendizaje pueden ser identificados por los padres cuando un
niño tiene consistentemente dificultades con alguno, o todos, los siguientes:
 Lectura, ortografía, escritura o finalización de problemas matemáticos
 Comprender o seguir instrucciones
 Distinguir la derecha de la izquierda
 Invertir letras o números (confundir la "b" con la "d" o el "12" con el "21")
Una evaluación integral por parte de profesionales educativos y de salud mental incluye pruebas
educativas y psicológicas, así como hablar con el niño y padres. Una evaluación integral
identifica si un niño tiene un trastorno del aprendizaje, así como sus fortalezas y debilidades de
aprendizaje. Los resultados de la evaluación son utilizados para determinar necesidades
educativas, identificar la mejor colocación escolar, determinar la posible necesidad de
medicación para ayudarle con la distracción y la hiperactividad, y determinar el beneficio posible
de cualquier terapia adicional, como terapia del habla o psicoterapia familiar para maximizar el
potencial de aprendizaje y la calidad de vida del niño.
Tratamiento de los trastornos del aprendizaje
El tratamiento específico de los trastornos del aprendizaje será determinado por el esfuerzo
coordinado del médico de su hijo y profesionales educativos y de salud mental con base en:
 La edad, salud global e historial médico de su hijo
 Extensión del trastorno
 Tipo de trastorno
 La tolerancia de su hijo a medicamentos o terapias específicos
 Las expectativas del curso del trastorno
 Su opinión o preferencia
Los trastornos del aprendizaje son tratables. Un esfuerzo coordinado entre padres, profesores, y
profesionales de salud mental brinda la base para las estrategias de tratamiento individualizado
que pueden incluir rehabilitación individual o grupal, clase especiales o recursos especiales.
Prevención de los trastornos del aprendizaje
Las medidas de prevención para reducir la incidencia de los trastornos del aprendizaje no se
conocen en este momento. Sin embargo, la detección e intervención tempranas pueden abordar la
severidad de las dificultades académicas y mejorar la calidad de vida experimentada por niños
con trastornos del aprendizaje.
Trastornos de las habilidades motoras.
Lo que caracteriza esencialmente al trastorno de las habilidades motoras es la alteración
del desarrollo de la coordinación motora.

Se manifiesta a través de una deficiencia en la coordinación de los movimientos, una torpeza


generalizada. Los pequeños que sufren este tipo de trastorno presentan problemas para coordinar
su cuerpo a un nivel inferior del esperado por su edad y coeficiente intelectual. Esta dificultad se
puede identificar en los movimientos que implican todo el cuerpo: saltar, correr, ir a pata coja e
incluso, abrochar botones, usar las tijeras o escribir. Estos problemas pueden estar afectando al
rendimiento académico y a la vida cotidiana. Además, también tiene que descartarse cualquier
enfermedad médica. Muchas veces se asocia a otros trastornos del aprendizaje, a trastornos de la
comunicación o al TDAH. Es normal que los problemas motores se prolonguen durante la
adolescencia o la edad adulta y pueden llegar a afectar a la salud mental, física y al entorno
académico. Este trastorno debe tratarse lo antes posible para que el individuo afectado no sufra
problemas con sus relaciones, problemas de baja autoestima o problemas de comportamiento.
Aun así, este trastorno se presenta de formas distintas en cada individuo y tiene cursos distintos.
Es imprescindible identificar el trastorno y diferenciarlo de problemas neurológicos o de la
simple torpeza de los niños hiperactivos.

Síntomas
 Los niños con este trastorno del desarrollo tienen dificultades al coordinarse. Para verlo
debemos compararlo con niños de su misma edad. Algunos de los síntomas son los
siguientes:
 Retrasos en el desarrollo para gatear, caminar o sentarse.
 Torpeza.
 Problemas para la succión o deglución en el primer año de vida.
 Problemas con la coordinación motora fina o visual (usar tijeras, atarse los zapatos…).
 Problemas con la coordinación motora gruesa (saltar).

Para evitar posibles complicaciones en el futuro debe tratarse el problema lo antes posible con un
plan individualizado para cada caso. Se debe partir de una evaluación inicial y adaptar el
tratamiento al pequeño. En el tratamiento deben implicarse los profesores, especialistas y padres.
Con una comunicación cuidadosa podemos ganar mucho y ayudará al niño a progresar. Se
trabajarán aspectos de autoestima y de aprendizaje. La implicación de los padres es muy
importante. Deben apoyar el programa educacional propuesto por los psicólogos y reforzar las
conductas positivas del niño sin criticar. Hay actividades tan sencillas como escuchar el niño
leyendo que pueden ser de gran ayuda. Los psicofármacos, las vitaminas o las dietas específicas
no se han demostrado como tratamiento para este trastorno. La terapia trabajará la baja
autoestima, la asertividad, la flexibilidad y la paciencia. Manejar las complicaciones psicológicas
derivadas del trastorno es necesario para poder superar el problema. La familia debe detectar el
problema y aceptarlo, contactar con un psicólogo profesional y aceptar la ayuda para poder
superar el problema con el pequeño.
 

Potrebbero piacerti anche