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presentada en cumplimiento de la materia
Romanos a Filemón
2018
1
Introducción
El hecho de que un día tendremos que dar cuenta de lo que hicimos en este mundo
para el Señor, es ciertamente una de las enseñanzas más serias de la Escritura. Sin
seguirá después.
nuestras buenas obras, y promete recompensarnos según lo que hayamos hecho para él.
El servicio que presentamos a Dios, tiene lugar cuando dejamos que el Señor obre
por medio de nosotros, para su gloria y honra; cuando los recursos divinos satisfacen las
será recompensado. Pero debemos asegurarnos de que nuestras acciones sean para la
recibiremos será la alabanza (si acaso) de quienes nos rodean. Y sabemos que la
Definición
Lo que se recibe como justo pago por algún acto o servicio positivo (→
GALARDÓN). Su sentido es semejante al de → RETRIBUCIÓN, pero esta
generalmente corresponde solo a un acto negativo. Sin embargo, la recompensa
puede tener un sentido negativo y otro positivo; por ejemplo, en Salmo 91.8; Mateo
6.5, y en 1 Corintios 9.17 y Colosenses 3.24.1
Algo que se da, ya sea por una acción buena o mala (<011501>Génesis 15:1;
<199108>Salmo 91:8; <244005>Jeremías 40:5; <330703>Miqueas 7:3;
<540518>1 Timoteo 5:18; Apo. 22:12).3
Por otra parte, las recompensas tienen una estrecha relación con el Tribunal de
siguiente manera:
1
Nelson Wilton, Nuevo diccionario ilustrado de la biblia (1998): 1189.
2
Guillermo Cook, Diccionario expositivo de palabras del Antiguo Testamento: 1465.
3
J.D. Douglas, Merrill C. Tenney, Diccionario Bíblico N-Z (2003): 188.
4
Samuel Pérez Millos, Curso de Exegesis bíblica y bosquejos para predicadores (1994): 49.
3
han sido apartados para el servicio de Dios. A diferencia de la salvación, que se aplica a
las vidas de los pecadores, las recompensas les serán entregadas a los santos en el tribunal
de Cristo. Estas recompensas sólo están reservadas para los santos. Los no regenerados,
que nunca recibieron al Señor Jesucristo como su salvador, no participarán en este juicio.
El apóstol Pablo Ilustra a los creyentes de corinto para que logren asimilar la
naturaleza de las recompensas, bajo el versículo “¿No sabéis que los que corren en el
estadio, todos a la verdad corren, pero uno solo se lleva el premio? Corred de tal manera
«Corred de tal manera que ganéis». Pablo usa la metáfora de una carrera para
indicar que todos los creyentes participan en una carrera espiritual. Es obvio que no
quiere decir que de todos los creyentes sólo uno ganará. Pablo exhorta a los
corintios a que tomen su vida espiritual seriamente y que la consideren como si
fuera una competencia en la que deben esforzarse al límite. ¿Cómo encaja esta
ilustración dentro del tema de la libertad apostólica? Pablo demuestra que para él lo
único que tiene importancia es el progreso del evangelio, a lo cual él se entrega con
todo su poder intelectual, espiritual y físico. De la misma forma, los creyentes de
Corinto deben dedicarse a hacer que su vida espiritual progrese, como si corrieran
en una carrera para ganar el premio.5
no puede recibir el premio en la meta final, a menos que primero entre a la pista de
esperar las recompensas de Dios por un servicio mediocre, a menos que entre en el
camino correcto y de hecho viva la vida de un siervo fiel. Dado que sólo Dios por su
gracia es capaz de hacer un atleta de cada uno de nosotros y que no hay premio alguno
5
Simón J. Kistemaker, Comentarios al Nuevo Testamento 1 Corintios (1998): 276-277.
4
reservadas y les serán otorgadas a los santos, a esos lavados y limpios por la sangre del
sí, y os vituperen, y desechen vuestro nombre como malo, por causa del Hijo del
Hombre. Gozaos en aquel día, y alegraos, porque he aquí vuestro galardón es grande en
los cielos; porque así hacían sus padres con los profetas” (Lc. 6:22-23).
El juicio ante el tribunal de Cristo, antecederá a la cena de las bodas del Cordero.
La esposa estará adornada con lino blanco, fino y resplandeciente que son las justicias de
los santos. Esto significa que estaremos vestidos con las obras de servicio para el Señor,
que Dios por su gracia nos permita hacer. Es también obvio que este juicio tendrá lugar
después del rapto de la Iglesia, cuando “...el Señor mismo con voz de mando, con voz de
arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo
resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos
arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así
estaremos siempre con el Señor” (1 Ts. 4:16, 17). Con relación a esto El comentario
6
Editorial Mundo Hispano, Comentario Bíblico Mundo Hispano - tomo 22, 1 y 2 Tesalonicenses 1 y
2 Timoteo y Tito (2009): 55.
5
En este mismo momento, el Señor no está juzgando el servicio de esos que llegan
ante Él al morir. De acuerdo con lo que dice la Escritura, el Señor Jesucristo ahora mismo
ejerce sus funciones de Intercesor, no de Juez: “Por lo cual puede también salvar
perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por
ellos” (He. 7:25). “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los
ha ascendido los escalones del bema. No lo hará hasta que no haya recogido a esos cuyas
obras juzgará.
Más imponente es aún la lista de referencias del Nuevo Testamento que indican que
las recompensas no serán entregadas sino hasta después del retorno del Señor. Se habla
de las recompensas de los santos en asociación con ese día, el cual se refiere al glorioso
“Así que, no juzguéis nada antes de tiempo, hasta que venga el Señor, el cual
aclarará también lo oculto de las tinieblas, y manifestará las intenciones de los corazones;
7
John Hagee, De Daniel al día del Juicio – La cuenta regresiva ya comenzó (2000): 114.
6
“He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno
Es evidente que las recompensas no son una posesión presente, tampoco son
otorgadas a la muerte del creyente. Sólo serán adjudicadas después que los siervos sean
juzgados, y eso será en el tribunal de Cristo. En los versículos arriba citados, el énfasis es
Ahora mismo decimos que todo valdrá la pena cuando veamos a Cristo, pero en ese día
confirmaremos esto. Ahora, estamos aguardando su venida, tal como una esposa espera
ansiosa la llegada de su futuro esposo. El juicio ocurrirá casi inmediatamente después del
rapto, porque la ceremonia matrimonial tiene lugar poco después de la llegada del esposo.
El esposo estará allí y nosotros nos encontraremos cubiertos con las vestiduras blancas de
Así como el tiempo del juicio ante el tribunal de Cristo, no puede ser otro, más que
el que sigue inmediatamente después del rapto y antes de la cena de las bodas del
Cordero, de la misma manera el lugar del juicio no puede ser otro que el cielo. 1
arrebatados... en las nubes para recibir al Señor en el aire...” Además, 2 Corintios 5:1-8
retrata la valentía que debemos tener en la muerte, porque sabemos “...que entre tanto que
estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor”. Y como Pablo, “...quisiéramos estar
El lugar del tribunal de Cristo tiene que ser en la esfera Celestial (1 Ts. 4:17).
El mismo apóstol señala la esfera de acontecimientos, para todo creyente fuera de
este mundo. (2 Co. 5:8)8
sea que lleguemos ante él por la muerte o por el rapto, sin duda compareceremos ante su
presencia en el bema, en donde será tanto Juez como Remunerador. Respecto a esto John
MacArthur, menciona:
Sea por muerte o por rapto, cada creyente se presentará un día ante el Amo
celestial para ser evaluado y recompensado. Una vez más, el esclavo obediente no
tiene nada que temer frente al Amo. Como R. C. H. Lenski afirma: «Aquel que
como esclavo de Cristo se somete a su voluntad en todo lo que hace “es bien
agradable ante Dios” y nunca necesitará temer pararse ante su tribunal».9
Por tanto con una “confianza” tan segura de ser bendecidos, sea que muramos
antes, o estemos vivos a la venida de Cristo. Procuramos lit., “hacemos que sea
nuestra ambición”; la única ambición legítima. O ausentes, o presentes—sea que
nos hallemos presentes en el cuerpo, o ausentes de él cuando él venga. 10.
Parezcamos más bien, “seamos manifestados”, es decir, en nuestro carácter
verdadero. Así en Colosenses 3:4; cf. 1 Corintios 4:5. En todo tiempo, aun ahora,
somos manifestados a Dios; entonces seremos manifestados al universo inteligente
reunido y a nosotros mismos; porque el juicio será no sólo para asignar a cada uno
su porción o destino, sino para vindicar la justicia de Dios, de suerte que ella será
manifestada a todas sus criaturas y aun a la conciencia del pecador mismo. Reciba
su recompensa de gracia proporcionada a “lo hecho en el cuerpo” (cap. 9:6–9; 2
Juan 8). Aunque la salvación es por medio de la gracia solamente, independiente de
las obras, los salvados pueden tener recompensa mayor o menor, según hayan
vivido y trabajado más o menos por Cristo. De modo que hay lugar para la
“ambición” santa (Nota, v. 9; Hebreos 6:10). Este versículo evita que los corintios
supongan que todos participen de la casa “de los cielos” (vv. 1, 2). Habrá un juicio
escrutador que separará a los buenos de los malos, según sus hechos respectivos,
tomándose en cuenta el motivo de los hechos y no el mero acto externo; la fe y el
amor a Dios son los únicos motivos reconocidos por Dios como sanos y buenos
(Mateo 12:36, 37; 25:35–45).10
8
Samuel Pérez Millos, Curso de Exegesis bíblica y bosquejos para predicadores (1994): 49-50.
9
John MacArthur, Esclavo La verdad escondida sobre su identidad en Cristo (2011): 194.
10
Roberto Jamieson, Comentario exegético y explicativo de la biblia tomo II: El Nuevo Testamento
(2002): 465.
8
Es obvio que este evento sucederá en el cielo, porque el juicio sólo puede
celebrarse donde está el Juez y los que serán juzgados. La Biblia indica claramente que
después de nuestro traslado desde la tierra, moraremos en el cielo, así lo afirmó el Señor
Jesucristo: “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí. En la casa
de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a
preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os
tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Jn. 14:1-3).
eternidad. Lo que es aún más increíble, es que el servicio que estamos llevando a cabo
ahora para Dios será la base del juicio en el bema celestial. Esto hace que el trabajo
universal, sólo los creyentes serán juzgados. De tal manera que la evaluación de las obras
en el bema celestial es universal y exclusiva. Es universal para todos los que hayan
demás.
Pablo se refiere a este mismo tema en 2 Corintios 5:9, 10: “Por tanto procuramos
también, o ausentes o presentes, serle agradables. Porque es necesario que todos nosotros
comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya
hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo”. Hablándole a los creyentes,
Pablo dice: “Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de
Cristo”, eso excluye a cualquiera que no le haya recibido como Salvador. Pero nosotros
9
que somos propiedad de Cristo, porque le recibimos como nuestro Señor y salvador,
estaremos allí. Todos los que hayan sido lavados y hechos limpios por la sangre del
Dios.
El juez
Ese Juez sólo puede ser Dios, garantizando así que la entrega de las recompensas
será algo completamente honorable. De igual manera, debe ser un hombre, a fin de sentir
simpatía y comprensión por los problemas de los seres humanos para servir a su Amo.
Esto significa que el Juez perfecto tiene que ser Dios y hombre. Eso es exactamente lo
Jesús, quien es Dios en la carne, ciertamente hará un juicio santo y honesto al otorgar las
sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin mancha, apartado de los pecadores, y
Como hombre, Jesús conoce a los seres humanos, tal como así lo ratifica este
versículo: “Pero Jesús mismo no se fiaba de ellos, porque conocía a todos, y no tenía
necesidad de que nadie le diese testimonio del hombre, pues él sabía lo que había en el
Como humano fue tentado, pero no pecó: “Porque no tenemos un sumo sacerdote
que no pueda compadecerse de nuestras debilidades, sino uno que fue tentado en todo
10
según nuestra semejanza, pero sin pecado” (He. 4:15). Se compadece y entiende los
problemas que tenemos que enfrentar para vivir una vida que agrade a Dios.
Juez. Hay un buen número de referencias adicionales a Jesús como Juez. Al meditar en el
tiempo de su partida, en 2 Timoteo 4:8 Pablo se refiere a “la corona de justicia, la cual le
dará el Señor, juez justo”. Pedro dice que a Jesús “...Dios lo ha puesto por Juez de vivos y
muertos” (Hch. 10:42). Lucas registró en Hechos 17:31 que Dios “ha establecido un día
en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a
El único hombre calificado para ser tal Juez es el Señor Jesucristo. Este versículo
de la Escritura apoya esta conclusión: “Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo el
juicio dio al Hijo” (Jn. 5:22). Por lo tanto, es evidente que en el tribunal de Cristo
seremos tratados con justicia. Debido a la justicia e integridad del Juez en el bema, el
recompensas.
Cristo ocupa el tribunal. Cristo tiene que ser el juez ya que Dios entrego todo
juicio en sus manos (Jn. 5:22-27). Es un Juez justo (2 Ti. 4:8), un juez que no juzga
por apariencia (Ap. 1:14), sus ojos lo sondean todo, su luz lo ilumina todo (1 Co.
4:5). Un Juez lleno de amor por los que son juzgados (Gá. 2:20; Ef. 5:25b).11
11
Samuel Pérez Millos, Curso de Exegesis bíblica y bosquejos para predicadores (1994): 50.
11
reconocieron el sacrificio del Señor Jesucristo en el Calvario como el pago por su maldad
Sin embargo, Cristo nos ama tanto que ahora mismo está preparando un lugar para
tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Jn. 14:3). Cuando
venga por nosotros, moraremos con él por la eternidad. Este evento, que conocemos
siervos de Dios, y dado que no podemos ser siervos de Dios si no hemos sido salvos del
pecado por el Señor, entonces sólo los salvos estarán delante del Juez en el bema
menciona con gran frecuencia al verbo en la primera persona. Por ejemplo en los
eterna, en los cielos. Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella
nuestra habitación celestial; pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos. Porque
asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no
quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.
12
Más el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu.
Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo,
estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista); pero confiamos, y más
quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor. Por tanto procuramos
también, o ausentes o presentes, serle agradables. Porque es necesario que todos nosotros
comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya
hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo” (2 Co. 5:1-10).
Pablo dirige esta carta “...a la iglesia de Dios que está en Corinto, con todos los
santos que están en toda Acaya” (2 Co. 1:1). Ambas palabras “iglesia” y “santos” son
términos reservados a esos lavados y limpios en la sangre del Cordero, el Señor Jesús.
Cuando Pablo se refiere a “nosotros” en el capítulo 5, está hablando no del mundo entero,
sino de los cristianos a quienes dirige la carta. Así sea que estuvieren en Corinto en el
primer siglo, o en cualquier pueblo en este siglo, es el cristiano quien un día comparecerá
tampoco se paraba en el bema en el antiguo Corinto implorando una corona, alguien que
no era atleta.
Pero... ¿Qué con respecto a esos que han rechazado a Cristo? ¿Acaso no serán
juzgados? Sí, pero no comparecerán ante el Juez en este bema celestial. Ellos se
presentarán ante él en la corte judicial del gran trono blanco, retratada proféticamente en
Apocalipsis 20:11-15. Pablo de ninguna manera pudo haber incluido a los no regenerados
tienen “de Dios un edificio”; tampoco poseen “las arras del Espíritu” de que habla el
versículo 5; no andan “por fe”, como dice el versículo 7; no tienen la esperanza de estar
13
Es evidente que quienes serán juzgados en el bema de Cristo son los que por medio
de la gracia inmerecida de Dios han recibido nueva vida en Cristo. Éste será el juicio de
encontrarse allí y la única forma para calificar es mediante la muerte de Jesús en favor
nuestro. Seremos juzgados por las cosas que hicimos en el cuerpo, sean buenas o malas.
No se nos juzgará como pecadores, sino como siervos. En el tribunal de Cristo estaremos
Cristo está condicionado a cuan digno o indigno son las obras que se realizó estando
Por tanto el Tribunal de Cristo – Bema, será un juicio que valorará las obras de los
que ya fueron salvos y esta evaluación incluye las propias obras, la calidad con las que se
La obras, lo que hacemos por Dios cuenta mucho, Malaquías 3:16 habla de
un libro de memoria, en el que Dios registra todo lo que el creyente hace por Él…
todas las obras que se evalúan como acto de valor o mérito eternos, existe una
recompensa que sirve como promesa y como motivación de tales actos. La calidad,
con que hagamos las obras por Cristo. Pablo escribió que el juicio divino “la obra
de cada uno cual sea, el fuego la probará” (1 Co. 3:13). Ante el tribunal se juzgará
14
si esas obras fueron buenas o malas (griego: agathos o phaulos). Las buenas obras
se puede definir como aquellas que es evidente que “son hechas en Dios” (Jn.
3:21), también se las puede definir como “la obra de vuestra fe” (1 Ts. 1:3), tal y
como lo cataloga Dios, las buenas obras se designan mediante oro, plata y as
piedras preciosas, y son fruto de un creyente que camina en comunión con Dios y a
quien gobierna el Espíritu Santo. Las malas obras se refiere a cosas que , a los ojos
de Dios, carecen de valor, se las podría llamar las obras muertas o las obras de la
carne, estas son las obras que los creyente hacen por pura energía carnal, sin contar
con el poder del Espíritu, también se consideran malas si se hicieron con una
motivación incorrecta. Las motivaciones, será develado en el tribunal de Cristo pro
el que se hicieron las obras. El propósito o motivación del corazón valida o invalida
las acciones de esta vida. Lo que piense Jesús de nuestras obras es más importante
que lo que piensen los demás. Apocalipsis 2:23 nos recuerda que Dios escudriña las
mentes y los corazones para probarnos y concedernos la recompensa justa.12
Este versículo clave (2 Co. 5:10) tenemos una comprensión un poco más profunda
hacia la evaluación real de nuestro trabajo. El versículo dice: “Porque es necesario que
Hay un vínculo inseparable entre labor para el Señor y la vida en Él. De hecho, el
servicio que prestamos es nuestra vida, las cosas que hicimos en el cuerpo. No sólo se
12
Thomas Ice, La cuenta regresiva al Armagedón (1999): 96-97.
13
J. Dwight Pentecost, Eventos del Porvenir (1989): 171-172.
15
juzgará lo que hicimos para Él, sino también lo que somos. Nos presentaremos para ser
juzgados y recompensados por lo que permitimos que Dios hiciera en nuestras vidas.
Nuestros motivos, capacidad, deseo de servir y servicio en sí, todo estará resumido en un
solo paquete, el cual presentaremos para evaluación. Este paquete es nuestra vida. En el
Grados de recompensas
Aunque cada uno de estos galardones será diferente. La Biblia habla de galardón grande,
1. La corona incorruptible
14
Thomas Ice, La cuenta regresiva al Armagedón (1999): 99.
15
Tim LaHaye, Vida en el más Allá (1983): 87.
16
“¿No sabéis que los que corren en el estadio, todos a la verdad corren, pero uno
solo se lleva el premio? Corred de tal manera que lo obtengáis. Todo aquel que lucha, de
todo se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una
incorruptible. Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera
peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en
servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser
Cuando Pablo le envió este mensaje a los corintios, estaba pensando evidentemente
en los eventos deportivos que se celebraban en Roma. El premio sólo era una corona de
laurel la cual pronto se marchitaba y terminaba por secarse. Sin embargo, para ganar ese
premio los atletas se sacrificaban, entrenaban y estaban sujetos a severa disciplina. Como
no deseaba que los cristianos golpearan en el aire a la ventura, el apóstol les recordó a sus
lectores que debían luchar para ganar una corona eterna. Para lograr esto ningún
Pentecost, menciona: una corona incorruptible para aquellos que obtengan dominio sobre
el viejo hombre.
2. La corona de gozo
recompensar a los que ministren a las almas por amor de su nombre. Este es un
principio que Jesús enseño a fondo en Juan 4.16
Evidentemente esta recompensa se le entregará a esos que ganan almas. Pablo estaba
Probablemente Juan habría estado de acuerdo con él, porque escribió: “No tengo yo
mayor gozo que este, el oír que mis hijos andan en la verdad” (3 Jn. 4). Daniel, quien
recibió una visión especial concerniente a los últimos tiempos, escribió: “Y muchos de
los que duermen en el polvo de la tierra serán despertados, unos para vida eterna, y otros
del firmamento; y los que enseñan la justicia a la multitud, como las estrellas a perpetua
eternidad” (Dn. 12:2, 3). Salomón expresó verdadera sabiduría cuando escribió: “...el que
3. La corona de gloria
Cuando un atleta llegaba a la meta final, el público que observaba en las graderías
se ponía de pie y aplaudía el logro del corredor o atleta. Incluso hasta César sonreía
cuando colocaba la corona sobre las sienes del ganador victorioso. Conforme Pedro
visualizaba esta escena, sus pensamientos volaron hasta ese día cuando el Rey de reyes y
16
Thomas Ice, La cuenta regresiva al Armagedón (1999): 100-101.
18
Cristo colocará coronas sobre las cabezas de los ganadores y quienes las reciban nunca
lamentarán el esfuerzo que hicieron para concluir triunfantes la carrera. Pablo dijo:
4. La corona de la vida
Esta es la corona que recibirán los que se mantienen fieles a lo largo de las
pruebas (Stg. 1:2, 3, 12; AP. 2:10; 3:11). Dos de los dos requisitos en estos pasajes
incluyen una respuesta de gozo, que se origina en el pensar que es el Señor quien
envía las pruebas, siendo por tanto ocasiones de crecer y alcanzar estabilidad así
como acrecentar el amor por el Señor, quien motiva la conducta fiel.19
prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman” (Stg. 1:12).
Esta será una recompensa especial para las personas que vencen las tentaciones. No
es una recompensa por un servicio victorioso, sino por la dedicación a Cristo, cuando el
mal desafía la integridad. El Señor le dijo a la iglesia en Esmirna: “Yo conozco tus obras,
17
Thomas Ice, La cuenta regresiva al Armagedón (1999): 100.
18
Tim LaHaye, Vida en el más Allá (1983): 89.
19
Thomas Ice, La cuenta regresiva al Armagedón (1999): 100.
19
y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser
judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás. No temas en nada lo que vas a padecer. He
aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y
tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la
5. La corona de justicia
cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no sólo a mí, sino también a todos los
que aman su venida” (2 Ti. 4:8), es muy significativa ya que no dice «para todos los que
esperan su venida», porque la mayoría de cristianos esperan su venida. Pero decir «yo
espero su venida» no es lo mismo que decir «yo amo su venida». Respecto a esto Thomas
prefacio de su declaración hizo un breve registro de sus logros: “Porque yo ya estoy para
Él había llegado al fin de su ministerio y estaba listo para encontrarse con el Señor.
Tal vez haya una conexión entre su testimonio y el consejo que le diera a los efesios,
urgiéndoles a que se vistieran “...de toda la armadura de Dios...” (Ef. 6:11), algo que el
20
Thomas Ice, La cuenta regresiva al Armagedón (1999): 100.
20
apóstol usó durante toda su vida. Él, cuyo corazón había estado cubierto por la justicia
era un digno receptor del más alto honor que el cielo puede otorgar.
Conclusión
los honores que se les otorgarán a los siervos de Cristo. Debe recordarse que el Señor le
retén lo que tienes, para que ninguno tome tu corona” (Ap. 3: 11). Cuando hayan
concluido todos los procedimientos ante el tribunal de Cristo, los designados para
BIBLIOGRAFÍA
Douglas, J.D., Tenney, Merrill C. Diccionario Bíblico N-Z. Editorial Mundo Hispano,
2003.
Hagee, John. De Daniel al día del Juicio – La cuenta regresiva ya comenzó. Nashville,
TM-Miami: Editorial Caribe, 2000.
LaHaye, Tim. Vida en el más Allá. Terrassa, Barcelona: Editorial Clie, 1983.
Pentecost, J. Dwight. Eventos del Porvenir. Estados Unidos de América: Editorial Vida,
1989.