Sei sulla pagina 1di 1

EL DESTINO DEL ESTADO CONSTITUCIONAL

La Asamblea Constituyente ecuatoriana incluyó, en el artículo uno de la Constitución de


Montecristi, la caracterización del Ecuador como Estado constitucional.

El auténtico Estado constitucional, conocido también como Estado de derecho o Estado social de
derecho, es el que ofrece seguridad jurídica a los gobernados sobre el ejercicio de sus derechos y
libertades, no en el mero papel sino en la práctica social.

Cuando los ciudadanos, en forma individual o voluntariamente agrupados, ejercen, sin absurdas
interferencias estatales, sus derechos de propiedad, celebran contratos, intercambian información
y participan en la formación de opiniones minoritarias y mayoritarias, el Estado constitucional
cumple su misión esencial de dar certezas a los gobernados para su libre desenvolvimiento y
reduce las externalidades.

El poder coactivo permite libertad individual y derechos fundamentales ante una creciente fuerza
del poder público.

Siempre que la justicia constitucional y la justicia ordinaria sean independientes para defender las
libertades y los derechos ciudadanos, los gobernantes sean sometidos a frecuentes fiscalizaciones
políticas y la democracia sea, a la vez, competitiva, representativa y deliberativa, al Estado
constitucional no le preocupa mayormente si un mismo grupo gobernante realiza la doble tarea de
administrar el Estado y de legislar, como ocurre en los regímenes parlamentarios de mayoría o en
los sistemas presidencialistas con predominio del Jefe de Estado y de gobierno en el órgano
legislativo.

El Estado constitucional ecuatoriano estuvo en proceso de formación hasta el 2007, cuando fue
derribado por el presidencialismo constituyente. Recibió su primer impulso de la transición de la
dictadura militar a la democracia, en 1979. Las reformas que consagraron, a inicios de los noventa,
el control judicial de la constitucionalidad le permitieron mantenerse de pie. Las reformas
constitucionales, realizadas por la Asamblea Constitucional de 1998, por la forma como fueron
concebidos los derechos fundamentales, le permitieron moverse más rápido en un entorno
convulsionado por la ingobernabilidad política.

Cuando en el Ecuador no había un Estado constitucional había un régimen presidencial autoritario,


con fachada democrática, sin controles ni contrapesos.

La Constitución de Montecristi, altamente influenciada por la visión de radicales


constitucionalistas españoles, europeos, estadounidenses y bolivarianos, sentó las bases para que
el nuevo Estado estuviera al servicio de quienes utilizaron el presidencialismo constituyente para
derribar el Estado constitucional ecuatoriano, a principios de 2007.

Potrebbero piacerti anche