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PREPARÁNDONOS PARA RECIBIR

El 22 de septiembre de 2019 se llevó a cabo el seminario “Preparándonos para recibir” a cargo de la


Pastora Nancy Verónica, cuyo énfasis fue la importancia que tiene conocer la palabra de Dios,
porque ella ha sido inspirada por Dios y no por los hombres. A través de la palabra conocemos a
Dios y la verdad, lo que permite que nos quitemos esa venda que tenemos y que nos deja actuar
como los hijos de Dios que somos, lo que evita que lleguemos a su presencia.
Entender y aplicar la palabra de Dios permite que comprendamos cuales son las cosas del mundo y
cuales las de Dios, y debemos afianzar ese deseo por leer, estudiar, meditar, creer y declarar en
nuestra vida y en la de todos los que nos rodean, y de esta forma conocer y esperar con paciencia el
cumplimiento de las promesas que Dios nos ha declarado. También nos enseña a discernir esas
cosas que no le gradan a Dios, cuando tenemos malas actitudes, cuando llegan las tentaciones y las
pruebas, lo que hace que nuestra fe se fortalezca.
2 Timoteo 3:15-17 (RVR1960) indica “y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las
cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es
inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,  a fin de
que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra”.

PARA QUE SIRVE LA PALABRA DE DIOS

 Para enseñar, instruir y establecer verdades bíblicas, es decir doctrinas sobre la salvación y la
vida en santidad.
 Para redargüir, sirve como un medio de amonestación para reprender cuando se está
cometiendo una falta.
 Para corregir las falsas teorías que se han dado a través de los años en la iglesia y que ha
afectado la vida de los creyentes alejándolos de Dios, por prácticas equivocadas.
 Para hacer a los hombres justos, perfeccionándolos y enseñándonos como debe ser nuestra
manera de vivir, de la forma que agrada a Dios.
EL PODER DE LA PALABRA DE DIOS

  La palabra de Dios nos ayuda a derrotar al enemigo. Prueba de ella es que nuestro señor Jesús
en su tentación derrotó a Satanás citándole las Escrituras (Mat:4:11). Tres veces durante su
tentación Jesús declaró “ESCRITO ESTA”.
 La palabra de Dios nos ayuda a destruir el mal, no solo en nuestras vidas sino de las de los
demás y de nuestras generaciones. Declarando la Palabra de Dios se pelea contra el enemigo,
porque el poder de la palabra es como un decreto y una orden.
 La palabra de Dios llega a lo profundo que es capaz de hacernos cambiar y dejar atrás la
inadecuada manera de vivir. Como dice Hebreos 4:12 “Porque la palabra de Dios es viva y
eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu,
las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón”.
 La palabra de Dios también es un arma que nos ayuda a derrotar al enemigo, se dice que es la
única parte visible de nuestra armadura y una de nuestras más grandes armas contra Satanás.

LA PALABRA DE DIOS COMO HERRAMIENTA

La palabra de Dios nos da respuesta a muchos interrogantes de la vida, que ni siquiera los
científicos han podido demostrar, también nos enseña y dirige los comportamientos que debemos
tener en diferentes áreas, como conseguir pareja, como llevar un matrimonio, como ser un buen
padre, madre o hijo, como comportarnos y ayudar a los demás, como ser amigo, como tener éxito,
como dirigir las finanzas, como alimentarme, como llevar los momentos de prueba y los buenos
tiempos.

LA PALABRA DE DIOS COMO HERENCIA

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La pastora Nancy verónica cuestionaba como darle herencia a alguien que no esta preparado? Y fue
así como explico cómo se hacía antes, a través de un tutor, curador y pedagogo, quienes eran las
personas encargadas de cuidar, administrar, guiar y enseñar a los niños y después jóvenes, no solo
para la vida en la tierra SINO PARA LA VIDA ETERNA.

De la misma manera y así como lo hizo nuestro señor Jesús con el padre, nosotros debemos
aprender, estudiar, conocer y tener formación en la palabra para poder tener relación con el maestro
(en este caso nuestro Señor Jesús), y de esta forma estar preparados para recibir la herencia.

Decía la Pastora que se avanza cuando la palabra entra hasta lo más profundo y escondido de
nuestro ser, debe estar presente en todo momento, en los sueños, metas, inclinaciones, gustos,
acciones, en mi manera de ser, en el ejemplo, en mi todo.

Por esta razón debemos poner nuestras prioridades en el orden correcto. Cuando Dios dio los Diez
Mandamientos, dijo en Exodo 20:2-4 “Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de
casa de servidumbre.  No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna
semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra”.
Así las cosas se entiende que Dios no quiere que pongamos nada por delante de Él. Su deseo es
que le adoremos solo a él y por lo tanto debe ser el primero.

Tener a Dios en primer lugar implica amarle y demostrarlo a diario con hechos, siendo ejemplo y
obedecer la palabra de Dios tal como lo dijo nuestro señor Jesús en Marcos 12: 30-31 “Amarás al
Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas.
Este es el principal mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti
mismo. No hay otro mandamiento mayor que éstos.”

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