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l~ Punt ualizaciones para

una clínica lacaniana


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L1 Sobre la formación/ de-formac ión


del analista. Contra la uni-formación

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fa angustia comó indicador clínico
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Psiéoanálisis en' extensión.
Reflexiones sobre el pedido de\ e ,o
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El cuerpo de, la pulsión sexual. CJ a,
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01 El inconsciente irracional
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1J Lazo social y segregaci,ón

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ISSN 2525-0329
Puntuaciones para
una clíni·ca lacaniana
Alejandro Ro stagn otto

El uci daciones como éstas tien en que resultar un


poco áridas. Vol vámonos a la clínica para en con-
trar ej emp l os de aplicación m ás c011cr etos.
(Freud, 1916, p .31 2). 22 Conferencia. Algunas
perspectivas sobre el desarrollo y la regresión .
Etiología.

E n las últimas décadas, se ha dado por sentado que


existen distintas clínicas, todas ellas inspiradas en
Lacan, tales como: clínica estructural, de la sexuación,
nodal, del deseo, de lo real, de la primera enseñanza
de Lacan, de la última, etc. El presente trabajo pretende
cuestionar estas divisiones paradigmáticas, y propone
una mirada centrada en lo real de cada caso. Mirada
que integre las de-formaciones continuas (término
topológico) de la experiencia clínica, sus inversiones
dialécticas, sus contradicciones y su complejidad sin-
crónica.
En ocasiones Lacan se refiere a la clínica como lo que
empíricamente se observa en la práctica, como un dato,
una evidencia, o mero fenómeno patológico que es
captado en la experiencia del clínico. La clínica desde

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esta perspectiva, puede ser entendida como la
captación de estos fenómenos. resulta conveniente, haber aprehendido grosso modo,
En "De nuestros antecedentes", al referirse a la el conjunto, aunque incompleto, del cuerpo teórico
clínica de Clerembault, Lacan habla de su ser de mirada lacaniano. En este sentido, s_i un marco teórico o
(2009, p. 74), una alusión tanto a Foucault con su célebre enseñanza lacaniana permite tornar legible ciertas
manifestaciones subjetivas, debemos estar al tanto que
obra "El nacimiento de la clínica", como a Bercherie
lo más singular, el hueso real refractario a la entelequia,
quién postula la clínica de la mirada. Estas someras
sólo se obtiene en la experiencia singular y, quizás, en
indicaciones nos ponen en la pista que la propuesta
ese litoral en que el analizante se va tornando analista
clínica lacaniana, conlleva un modo ver, una mirada
de sí mismo.
performativa, una captación del fenómeno según las
Los aspectos transfenoménicos, son constructos que
categorías a priori que el practicante tenga 1 . Por lo cual,
incluyen aspectos ontológicos, teleológicos, principios
o axiomas , conceptos básicos y también ejemplos
John Langshaw Aus tin, pionero de la concepción pragmática de la filosofía
del lenguaje, señalaba que, en los actos del habla, en los enunciados, hay paradigmáticos que enseüan al practicante modos
palabras performativas , o realizativas que al mismo tiempo de ser performativos de ver, de captar la experiencia dada.
proferidas crean una realidad. Es el punto de partida para pensar que ~a
experiencia, en sí misma, es un imposible de aprehender s1 no es por medio
Conocemos desde hace tiempo los casos prínceps
de algún tipo de recurso del lenguaje que la hace inteligible. [Langshaw, del psicoanálisis, tales como Dora, Hans, El hombre de
A. J . (1962). How to do Things With Words. Cambridge (Mass.1 Paperback, las ratas, Schreber y El hombre de los lobos, que son
Harvard University Press, 2nd edition, 2005].
No dejaría de lado lo que Roland Barthes toma de este aspecto retomados por Lacan desde sus seminarios iniciales,
pragmático de Austin y lo aplica a la acción de escri_bir, la_cu~l como aportando también nuevos ejemplares para visibilizar
acto no sólo es un registro, constatación o pintura sino mas bien una otros aspectos de la práctica, como Antígena quien
acción performativa, una enunciación que no tiene más contenido que
e lla misma, es por lo tanto una acción que produce realidades. Po- mu~stra el deseo trágico, el deseo entre dos muertes;
dríamos pensar aquí lo que es la escritura de un caso, o bien la lectura Hamlet detenido a la hora del deseo mostrando el
que hacemos de un caso dado. Desde este autor, el lector encarna lo
verdadero drama moderno, Alcibíades y otros casos que
escrito, las palabras producen una subjetividad, es decir. una forma
pragmática de ser en el mundo [Barthes, R. (1968). La muerte del culminan en el archi famoso Joyce -de quien Colette
autor. Traducción C. Fernández Medrana]. . Soler (2017) nos ha enseñado que no es seguro que sea
Derrida indica que las expresiones performativas remiten a las
convenciones, a lo instituido, a las reglas de acción que regulan los
un psicótico-. Si los casos freudianos muestran la
comportamientos, podemos decir al discurso común o establecido que neurosis y la psicosis, los lacanianos muestran la
permite que las palabras y las acciones tengan el poder de transformar posición subjetiva del ser, descontando el último ejem-
la realidad [Derrida, J . (19941. Fuerza de ley. Madrid, Tecnosl.
Quizás quien más ha démostrado el poder performativo de los actos plo, Joyce.
del habla de la acción del lenguaje sobre los cuerpos ha sido Jud1th Este listado deja sin casos de igual magnitud a gran
Butler, q~ien demostró cómo se establecen las identid~des de g~nero parte de los últimos años de la enseüanza de Lacan,
en subordinación a las convenciones establecidas social Y
culturalmente. [Butler, J . (19901. El género en disputa. El feminismo por ejemplo, casos específicos de goce femenino o de
y la subversión de la identidad. Barcelona, Paidós, 2007].

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Otro goce y la mayoría de las teorizaciones sobre lógica obtenida, las letras de goce que restan como precipitado
de la sexuación y topología se encuentran en la misma del proceso analítico, por medio de un saber hacer,
situación. Mínima consecuencia: el practicante sólo aplicado a un lazo social donde el deseo puede ser
cuenta con modelos de pensamiento sin casuística, sin destino de la pulsión. Más aun, una misma entrevista
ejemplos empíricos, por lo cual de ahí en más sólo po- puede presentar ribetes de estas tres clínicas, .
drá aportar los ejemplos de su práctica _91ínica o de sí presentadas tan someramente.
mismo en su devenir analizante. No obstante, no hay Lacan afirmaba por ejemplo que, la clínica, por
razón fundada que muestre que tanto estos casos desconocer en la fenomenología d e la experiencia
prínceps de Freud y Lacan, como sus fundamentos patológica su dimensión dialéctica, se descarrió (Lacan,
clínicos resulten obsoletos o un obstáculo para el 1995, p.38). En este sentido, la clínica lacaniana supone
entendimiento de otros fenómenos clínicos. Siempre y una estructura ordenadora que rige lo que acontece en
cuando, advirtamos las modificaciones epocales que las posiciones asumidas por los sujetos (Lacan, 2010,
conllevan la variación de síntoma en su aspecto de p.213), así el entendimiento de la estructura dialéctica
enajenación al Otro de la cultura y la sociedad. Con del deseo y la demanda, su combinatoria, su dinámica,
esto decimos que no hay ningún justificativo para que- sus superposiciones y retruécanos, vivifica la clínica y
brar la clínica lacaniana en paradigmas, lo que implica la toma comprensible a la luz de la dialéctica del deseo
la elección forzada de lo último. Esto no conviene ni a y sus subversiones subjetivas (Lacan, 2015, p.56). Por
la episteme, ni a la práctica, sino a otro tipo de ejemplo, en el caso de la obsesión y la histeria, aunque
intereses. Postulamos de esta manera la necesidad de también en la clínica con niños, Lacan ubica en el litoral
conservar todo el cuerpo de las enseñanzas de la clínica de este campo de la palabra y del deseo, a la
lacaniana (con sus limitaciones), con sus torsiones, erogeneidad del órgano o bien la señal de angustia
inversiones dialécticas y tensiones propias. (Lacan, 2007, p.84), también la despersonalización
En la experiencia clínica constatamos casos que al (133), así mismo la posición del sujeto respecto al objeto
principio son legibles de manera bastante ceñida, por a (153) causa de su deseo, y la repetición, no sólo como
una clínica de las posiciones subjetivas del ser, donde insistencia significante restitutiva sino también como
la postura personal (por lo tanto política) del deseo y retorno del goce (Lacan, 2008, p.48). Lo p ermite
sus impasses, es decisiva. Mismo caso que puede postular al campo lacaniano como campo del goce.
continuar con una revisión de su posición sexuada o La clínica, así como la estamos pensando, es una
modo de goce legible en las claves que la clínica de la apercepción conceptual de la manifestación fenoménica,
sexuación permite. Mismo caso que, para el final de su por lo cual puede eventualmente ser llamada clínica del
recorrido analítico, la clínica nodal puede ser un modo deseo, del a, del goce, del síntoma, fantasma, es-
muy palpable para anudar la singularidad de goce tructural, de la sexuación o borronea , también

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continu ista o gradual. Estas nomina ciones resulta n del
tros cuerpos. En nuestra práctica/clínica, la única
atollad ero subjeti vo ante la experie ncia del límite
sustanc ia con la que trabajamos, es la del cuerpo
subjeti vo del analiza nte : ante lo real. O bien puede
que se hace asumir por el ser que no hay. Paradoja
clarificar el impass e sexual en los desacu erdos de su
que se redobla en un moterialisme (neolog ismo
goce, o tambié n ser útil en la construcción del sinthom e
lacaniano que incluye materialismo y palabra) como
final de algún final de análisis, por lo tanto, la clínica
único anclaje de la subjetividad. En este context o,
lacania na es no standar izable. No toda, poco amigab le
debemos estar atentos a nuestras palabra s cuando
a ser clasificada, aunque en la actuali dad haya cierto
remitimos/clínicament e/a las person as a variant es
empuje a la dispers ión u oposic ión binaria entre
ontológ i"cas, ser: neurótico, psicótico, pervers o,
categorías, se reduce la formalización de la práctic a a
homosexual, mujer u otras categor ías; como dice
paradig mas, lo que implica discont inuidad es o cortes
Freud, uno cede en las palabras y termina cediendo
que llevan a una elecció n forzada alienan te para el
en las cos as. Estas nomina ciones o variant es
practicante, ¿con qué clínica vas a trabaja r?, ¿la primera
ontológ icas operan como sustanc ias, como
o la última?, ¿la del deseo o la del goce?, ¿estruc tural o
equivalent es de una subjetividad, reduciendo un
nodal? Prevaleciendo quizás, una clínica que se detiene
ser tan insusta ncial como el sujeto del inconsciente
en el instant e de ver, y olvida la necesid ad de un tiempo
a estas variant es, que en ocasion es llegan a ser
de compre nder que eventu alment e cesa al final del acto
injuriantes y, en otras, reitican al s er de no ente,
analítico. Una tempor alidad diversa , recurre nte, que
negánd ole su emerge ncia como deseo, como falta,
parte de la decons trucció n misma del instant e de la
como cuerpo parlante. En contrap osición, la clínica
mirada propia de sí mismo , ya sea del analist a, ya sea
lacania na, bien entend ida, permite la emerge ncia
del analiza nte.
de lo singula r propio por fuera de estas categor ías
En la babel de clínicas clónicas, sólo marcar é algunos
univers ales, desde el inicio mismo del análisis . Las
impass es, que me parece n los más burdos .
pregun tas que el sujeto plant ea con su mismo ser,
cuestio na y decosn truye distinta s catego rías
1. El psicoanálisis es situado por Lacan, dentro del
referen ciales de ser (mujer, hijo, adicto, amante ,
pensam iento modern o inaugu rado por el cogito
etc. ), delimit ando un nudo enigmá tico sobre el
cartesi ano donde el ser del ente es pura
deseo propio como antesala de lo real. Un real
tautontologia, o construcción lengua jera, situada
singular que adviene sabido en la experie ncia de
en tiempo-espacio. Raza, género , extracc ión socio
la cura.
cultura l y otras identid ades, incluye ndo las
2. Como algunos recorridos analíticos lo muestr an,
disiden tes. Son constru cciones biopolí ticas que
se inicia diciendo eso no dicho sobre sí mismo,
engend ran en la repetición de las práctic as, nues-
desmen tido, desalojado o rechazado, y se sale con

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un auto imperativo ético, un poco más coherente
es el de la diferencia absoluta y la singularidad del
con sí mismo: ¡Dí, siendo! síntoma de separación. Si no se distingue este
Con ascendentes en el estructuralismo, la ex- aspecto, poco se podrá decir del pos analítico en
presión estructura clínica tan ausente en Lacan,
algunas variantes de lazo social. Llevado al extremo
nos acompaña en América Latina desde la década este tipo de afirmaciones de la supuesta clínica del
de los '90, en que la Asociación Mundial de
1x1, si cada uno es así tan uno solo, ¿cómo
Psicoanálisis inicia su expansión. Los colegas de entender el caso de serlo?, ¿de qué manera se
L'Ecole tienden a criticar al diagnóstico de es- puede orientar el practicante?, ¿qué tipo de inte-
tructura, como un tipo de clasificación categorial, rrogación puede tener allí el acto analítico?, ¿qué
heredera de la medicina o ciencias naturales como final de análisis para este uno? Y obviamente: ¿qué
lo muestra Foucault (podría remitir a "Historia de analista supone?
la sexualidad" o "El nacimiento de la clínica"), in- También cabe destacar como herencia del es-
cluso algunos se apoyan (erróneamente) en la idea tructuralismo en psicoanálisis, ciertas posturas
de la singularidad del síntoma. A estos argumentos clínicas que ubican a las mujeres en tanto objetos
dos contraexperiencias . Una: el diagnóstico es más de intercambio por su valor fálico, por valor objeto,
bien un autodiagnóstico de la propia división, del vinculado al padre que presta su función
impasse ético de cada quien, no se trata de ningún prohibitiva para permitir la exogamia y hasta la
etiquetamiento autoritario enajenante que se universalidad del Edipo tan escasamente
impone desde afuera. En la clínica la manifestación sostenida por Lacan. Pero también la mujer
fenoménica es captada con arreglo a modelos sin síntoma de un hombre: grandes esfuerzos de mu-
duda, pero son sólo apoyos para el pensamiento chos colegas, que no logran deshacer la marca de
como llama Lacan al esquema lambda. El género que esto conlleva, aún más si la hacemos
diagnóstico es para el analista, para comprender pareja del hombre como estrago, o peor.
de alguna manera más o menos organizada lo que 3. La repartija sexual, también se ve afectada de
la experiencia le postula. Por otro lado: se algunas lecturas que hacen género, Cuando se toma
confunden las singularidades, son distintos los a la tabla de la sexuación como dos puertas de baño
registros de la experiencia, una es la posición público que discriminan quien debe ingresar por
subjetiva ante la singularidad propia al inicio de la cada cual, en vez de entenderlas integralmente.
experiencia analítica, como un insight inicial; otra Fuere cual sea el sexd que asumamos podemos
es la precipitación del síntoma analítico, donde las transformarnos, transitar según el margen de
coordenadas subjetivas adquieren otro valor, un libertad de cada quien, en cada época de la vida,
plus, distinto al del síntoma padecido. Otro singular según le pinte el color de la libido. Autorizarse a sí

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mismo, con otros, en el encuentro cuerpo a cuerpo. no-todo de la sexuación-, partimos necesariamente
Cauce que permite surcar la experiencia de goce. de una ex-sistencia elemental de lenguaje, a la cual
El psicoanálisis que, si bien puede conllevar un podemos luego conjeturarle cierta lógica de
estilo de vida por efecto de su práctica, no es funcionamiento. Otro punto de apoyo , sería por
concepción del universo, nos decía Freud. Quizás ejemplo, leer la experiencia clínica desde aquello
sea muy poco lo que podamos aportar a las neo que Lacan afirmaba respecto del cuerpo, Jo que se
sexualidades y debamos espefar . un recambio hace asumir por ser, por el ser que no hay, porque
generacional donde analizan tes de construidos, ya si bien es la condición de lenguaje la que lo
habituados a trans-citar el sexo de manera diversa, permite, lo que surge de esta intervención
puedan revisar y leer de otra manera nuestra lenguajera, es un ser de otra materialidad, que
ontología. O tal vez el feminismo dure lo que duran demuestra en su esencia de hablaser, que está he-
las rosas y los parnasos. Esto dijo Lacan del es- cho de una consistencia distinta a la del símbolo
tructuralismo, pero se equivocó, dado que sus que pudo posibilitarla. Cuerpo erógeno , tan sensi-
efectos aún siguen presentes en las discusiones ble a la representación como a las prácticas que lo
post estructuralistas , sólo bastaría referiros a engendran, cuerpo tan personal como político.
Deleuze o Derrida, para notar que los cambios 4. Una moda argentina respecto a los nudos, es una
sociales y clínicos no vuelven atrás. tendencia actual de hacer corresponder la clínica
En la sexuación, también hay lo que no se elige psiquiátrica con los calces del nudo. Se intenta
del sexo. Marcas de goce que conmemoran la dejar de utilizar categorías diagnósticas para usar
emergencia al símbolo, goce que más que elegirlo la referencia al calce del nudo. Sin desconocer las
nos elige. Uno del goce autista que algún referencias lacanianas de la paran.oía o la esquizo-
psicoanalista francés ha transformado en estos frenia al respecto, en mi opinión se vuelve a caer
últimos años en una mitología, de dudosa en lo que se denuncia obteniendo otro sistema
procedencia analítica respondiendo, más bien, a clasificatorio, muy intelectual, pero con escasa
un pensamiento filosófico o político. En el Campo aplicaciones para la práctica.
Lacaniano (otro lacanismo sin duda) tal vez Se descuartiza a Lacan, se hace del cuerpo teórico,
debamos revisar otras problemáticas, por ejemplo paradigmas dislocados , divididos en distintas
si es que en nuestra perspectiva, un punto de clínicas o teorías. En este contexto, la jerarquía del
apoyo con el que estaríamos más de acuerdo es goce y el Uno ocupan el podio del ultimísimo Lacan.
una ontología lenguajera, que podría afirmarse en Poco se dice sobre qué se hace clínicamente con ese
el hecho de que para la inscripción sexual, para Uno, sobre las alternativas de operar con los restos
elegir la posición sexual-ya sea del lado todo o del decantados del análisis, de un Uno + a, no una

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otología del Uno, sino de la alternativa de una clínica varias décadas de posestruc turalismo deconstru ctivista,
lacaniana bien real, de lo real. la crítica de la práctica como formación del analista,
5. El aspecto teleológic o de la clínica conlleva un sigue siendo para nosotros la verdader a opción
planteo político, sino ideológic o de la praxis . lacaniana .
Clínica lacaniana como clínica de lo real, implica
que una vez subjetivad o lo que cesa de no decirse, Bibliografía
se pase a otra cosa. A la construcc ión de un neo
síntoma, no impuesto sino necesario para LACAN, J.
[1995 [1 955-56]1 . "Las Ps icosis ". El Seminario de Ja cques
anudarse, para vestir la desnudez del nudo para Lacan, Libro 3. Buenos Aires : Paidós .
el lazo social. Síntoma que más que traje a medida LACAN, J.
[2007 [19 62-63]1. "La Ang ustia ". El Seminario de Ja cques
es un semblante que se transform a a medida que
Lacan, Libro 10. Bu e nos Aires : Paid ós.
el deseo y sus avatares los requieren . Ya Freud se LACAN, J. [2008 [1969-70]1. " El Reverso del Psicoanális is" . El
interrogab a sobre cómo se vive la pulsión al final
Seminario de Jacques Lacan, Libro 17. Buenos Aires : Paidós .
de un análisis. ¡Mi último Lacan!, que se decía
LACAN, J. (2009 [1966]1. " De Nu est ros Ant e cedentes". En Escritos
freudiano ... afirmó que el deseo puede ser
/. 3ª ed. rev. y corr. México : Siglo XXI.
también, un destino de la pulsión.
LACAN, J. (2010 [1957-58]1 . " Las Formacione s del Inconscient e ".
6. Foucault nos enseñó a hacer un tipo de preguntas
El Seminario de Jacques Lacan, Libro 5. Buenos Aires : Paidós.
que permiten visibiliza r alguna incidenci a del
LACAN, J. (2015 [1958-59]1. " El Deseo y su Interpretac ión ". El
poder, del amo podríamo s decir nosotros, incluso
Seminario de Jacques Lacan, Libro 6. Buenos Aires : Paidós .
del amo universitario: ¿A quién le sirve esta acción
SOLER,C. (20171. Lacan lector de Joyce. Centro de Investigació n
en este dispositiv o? ¿A quién le sirve seccionar la
Psicoanális is y Sociedad . España: Ediciones S&P.
clínica lacaniana , la enseñanz a de Lacan, la teoría
de los goces? ¿Al amo bueno que nos entrega las
claves de estructura , sexuación y topología ?

Nuestra Escuela de Psicoanál isis de los Foros del


Campo Lacaniano , surge como contra experienc ia al
mal uso del Uno, de ese sin par abusivo. Preferirno s
apostar a las coyuntura s del encuentro , a los lazos no
a los nombres, a las conjeturas más que a los conceptos ,
a la antología más que a la ontología. Ante más de
medio siglo de persisten cias estructur alistas y de

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