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La comunicación es una experiencia (ya sea como emisor o como receptor) en la que
todos los saberes, experiencias y pensamientos de cada uno de los interlocutores
entran en interacción con el proceso discursivo, en la construcción del significado. Por
lo mismo, este hecho supone un punto importante para el autocontrol del
conocimiento de la lengua y para la evaluación del grado de dominio.
En un momento evolutivo, caracterizado por cambios profundos, en la competencia
intelectual, en la estabilidad emocional y afectiva, en las relaciones interpersonales,
en la sensibilidad a las cuestiones y problemas sociales, la mejora de la capacidad y
destrezas lingüísticas es esencial para que el alumno pueda satisfacer adecuadamente
sus necesidades comunicativas.” En el transcurso de la educación secundaria
obligatoria, la acción pedagógica está orientada a afianzar las competencias adquirida
en el nivel primario (hablar, escuchar, leer y escribir) y desplegarla en profundidad,
haciendo especial hincapié en la escritura” (Antonio Nudza).
Las diversas esferas de la actividad humana están todas relacionadas en el uso de la
lengua. Este uso se lleva a cabo en forma de textos (orales y escritos), que reflejan
las condiciones específicas y el objeto de cada una de ellas, por su composición y
estructuración.
Además de su propio valor intrínseco, la lengua es fundamental para la funcionalidad
de las restantes áreas. Es decir, es para los demás: herramienta, auxiliar, sostén,
mediadora y facilitadora de la comunicación.
La lengua es un vehículo para el aprendizaje, y por lo tanto, debe ser aprendida como
tal, este es un aspecto que la escuela no puede negociar y los alumnos deben tener
claro y entender que la lengua es la que utilizan cada día para comunicarse, jugar
hablar, estudiar, aprende, etc. También deben saber que con la lengua pueden leer
historias, inventar personajes y explicar chistes y que esta es un elemento vivo de y
útil para la comunicación.
Toda lengua es un preciado instrumento que nos sirve para atesorar cada vez más el
acrecentado acervo cultural, pues esta sirve como medio de comunicación entre los
seres humanos, esta es el mayor signo de nuestra condición humana, es nuestra
morada.
Dicha lengua acorta la distancia que nos separa y atenúa las diferencias que nos
oponen, nos junta, pero no nos aísla, sus muros son transparentes (Octavio Paz,
palabras pronunciadas en el acto de inauguración del primer Congreso Internacional
de la Lengua Española, Zacateca, 1997). No usamos la lengua para la guerra, menos
para las guerras de las lenguas, de todas las lenguas sale su fortaleza, y en su cultivo
literario se fundamenta su auge y su elástica y elegante vigencia. Todas las lenguas
son para todos y no hay una superior a otra (Palabras pronunciadas en el III
Congreso de Lengua Española, Valladolid, 2001. Gracias a su carácter diverso la
lengua puede, servir de base cognitiva, medio de reflexión comunicación a la
sociedad, si la lengua no cambiara la sociedad tendría que sustituirla, por otro
mecanismo que le permita pensar y comunicarse acorde con los grados de desarrollo
alcanzados (Malmbeerg). Esta sirve para que los seres humanos le den forma a su
pensamiento, para que lo organicen y moldeen, por eso a medida que la sociedad
evoluciona, esta también evoluciona, pues el desarrollo evolutivo de esta es
indetenible, cambia o desaparece y es en ese constante cambiar que la lengua se
hace idónea para expresar todas las abstracciones referentes a la sociedad que la
usa.
La lengua rodea por toda parte a la sociedad y la contiene en su aparato conceptual,
pero al mismo tiempo, en virtud de un poder distinto, configura la sociedad (Emil
Benveniste), esta nace y se desarrolla en seno de la comunidad humana, se elabora
para el mismo proceso por el esfuerzo de producir los medios de subsistencia, de
transformar la naturaleza y de multiplicar los instrumento. La lengua representa una
permanencia en el seno de la sociedad que cambia. Esta a su vez, que es inherente al
individuo es trascendente a la sociedad.
El lenguaje periodístico. Características principales
LOS TEXTOS PERIODÍSTICOS son aquellos que se escriben con la finalidad de
informar o de opinar sobre un hecho de actualidad y de interés general. Estos textos
llegan a los ciudadanos a través de los medios de comunicación de masas (los
llamados "mass media"), es decir, a través de la radio, de la televisión, de la prensa
escrita (periódicos, revistas, etc., en papel) o de Internet (ediciones digitales). La
prensa escrita ofrece al lector una mayor capacidad de análisis y reflexión sobre los
textos que la radio o la televisión. Por contra, la transmisión es más rápida en estos
últimos por lo que, junto a Internet, ofrecen una información más actualizada que la
de la prensa tradicional.
Los textos periodísticos se caracterizan por la intervención de los siguientes
elementos comunicativos:
-Un emisor (periodista o articulista) que suele representar los intereses de un
determinado grupo editorial.
-Un receptor anónimo, múltiple, diverso en su formación, que no tiene posibilidad de
responder ni de comprobar muchas veces la veracidad de la información.
-Un mensaje condicionado por la actualidad y que no siempre se presenta de manera
objetiva, bien porque el redactor dé una información parcial o sesgada, bien porque
aparezca en página y lugar más o menos visible, según los intereses ideológicos del
grupo empresarial.
-Un código mixto, pues al código lingüístico (la lengua española en nuestro caso) se le
suma el tipográfico (diferente tamaño y color de las letras impresas) y el icónico
(imágenes, fotografías, mapas, gráficos, etc.), además de los recursos sonoros
propios de la radio y de la televisión.
-Un canal tecnológicamente complejo, que salva distancias espaciales en poquísimo
tiempo. A los canales tradicionales (papel y ondas sonoras) hay que añadir Internet,
que se ha convertido en el principal canal de información de la sociedad actual.
-Y un contexto situacional formado por todas las circunstancias relacionadas con el
mensaje: fama de los protagonistas, cercanía al lector, impacto social, etc.
[HÁGANSE LAS REFERENCIAS OPORTUNAS AL TEXTO DEL EXAMEN].
Tres son las funciones principales del periodismo: informar, opinar y entretener. Para
informar se emplea un lenguaje común y expositivo. Para opinar se utiliza un
lenguaje más culto y la exposición se combina con la argumentación. Para entretener
se usa un lenguaje más coloquial. El entretenimiento es un objetivo claramente
secundario de la prensa escrita, pero no tan secundario de la televisión o la radio
actuales, a juzgar por el número de programas que se emiten con esta finalidad.
Como afirma Lázaro Carreter(2), "parece evidente que el lenguaje empleado debe
corresponderse con el género o subgénero: la libertad idiomática que concede una
noticia es mucho menor que la disponible al comentar una corrida o un partido, por
ejemplo. En cualquier caso, ese lenguaje resulta de la persona que escribe o habla
para el público, a la cual condicionan su cultura idiomática y su idea acerca del modo
más eficaz de establecer comunicación con los lectores u oyentes". Esa cultura
idiomática del periodista debe ser lo suficientemente extensa como para usar la
lengua con propiedad y corrección.
Pero en los textos periodísticos es frecuente el uso de un léxico plagado de
extranjerismos innecesarios (light, parking, look), de neologismos (judicializar,
medicamentazo, botellódromo), de siglas y acrónimos sin explicar (IPC, Inem, OCDE,
ERE), de eufemismos (agentes sociales por sindicatos, conflicto laboral por huelga,
residencia para personas gravemente afectadas por discapacitadas) y de calcos
semánticos (situación de emergencia por urgencia, violencia de género por violencia
machista o maltrato). Y en el plano morfosintáctico se observa la tendencia de
muchos periodistas a alargar innecesariamente las oraciones
p.e. estar+siendo+participio: El juez Garzón está siendo investigado por la Justicia,
cuando se puede decir sencillamente La Justicia investiga al juez Garzón) y las
palabras: empleo de locuciones verbales (hacer público, dar inicio, tener lugar) en
sustitución de las formas simples correspondientes (publicar, comenzar, celebrarse) y
uso de palabras derivadas, cuanto más largas, mejor (los llamados
"archisílabos": problemática por problema, climatología por clima, ejemplarizante por
ejemplar, culpabilidad por culpa, temática por tema, finalización por final, etc.).
También hay periodistas que utilizan el gerundio de modo incorrecto, como en estos
ejemplos: La Guardia Civil inmovilizó un camión [*conteniendo] varios kilos de
droga (lo correcto es escribir 'que contenía'); El presidente italiano ha llegado esta
mañana a Madrid, [*existiendo] la posibilidad de que se entreviste por la tarde con el
Rey ('y existe') (3).
En definitiva, si los mass media son los transmisores de la información y
responsables, en gran medida, de la formación de los ciudadanos, y para ello
emplean como herramienta fundamental la lengua, los periodistas no pueden
contentarse con usar la lengua de la misma manera que un ciudadano normal. "Yo no
concibo -dice Manuel Seco(4)- un transportista que se limite a saber conducir su
camión, sin preocuparse para nada del motor, de los frenos, de la dirección y de las
ruedas".
Requisitos esenciales para el lenguaje periodístico
6.1. Características esenciales del lenguaje periodístico
Claridad. La claridad del mensaje se consigue únicamente empleando un
lenguaje que sea comprensible para todos, sin distinción de niveles de formación y
culturales. Debe estar construido mediante estructuras gramaticales simples
(“sujeto, verbo, complemento”). El lenguaje periodístico en los medios audiovisuales
puede ser imaginativo pero nunca complejo por lo que salvo excepciones, deben
evitar las figuras retóricas y las estructuras gramaticales propias de la escritura
literaria.
Precisión. El lenguaje en los medios audiovisuales debe ser preciso a fin de
expresar sólo lo que se pretende decir y no dar margen para interpretaciones
erróneas. Los profesionales de la información de RTVE deben evitar, siempre que sea
posible, expresiones vagas en materia de cantidad, tales como varios, algunos, etc.
Brevedad. Las frases cortas y construidas de modo directo son las más
eficaces para transmitir una idea. La construcción ocasional de oraciones
subordinadas tiene como fin evitar la monotonía de un lenguaje demasiado lacónico.
Verbos de acción. Los verbos que expresan acción atraen más la atención y,
si están bien escogidos, expresan con más precisión lo que se quiere comunicar. Es
conveniente evitar los verbos estáticos (ser, estar) si se puede expresar la misma
idea con un verbo de movimiento.
Informar en positivo. El mensaje resulta más claro si se construye en
positivo. Siempre que sea posible, deben evitarse las frases negativas. Por idéntico
motivo, se prefieren verbos en positivo como, por ejemplo, “rechazar” en lugar de
“no admitir” o “prohibir” en lugar de “no autorizar”.
6.3.1. Puntuación
El texto de los informativos de radio y televisión se escribe para ser leído en voz alta,
bien por el autor o por otra voz. Los profesionales de RTVE deben evitar expresiones
confusas, mala dicción, entonaciones forzadas, esdrujulear, cortes en la secuencia
fónica, acentos en preposiciones, etc. Todo eso conduce a ritmos y formas de lectura
que, aunque puedan estar aceptados en el medio, nada tienen que ver con el idioma
español.
La frase debe ser escrita de forma clara, sencilla y pronunciarse correctamente, con
las pausas oportunas después de los puntos y comas. Tan importante es puntuar
adecuadamente como que la lectura se ajuste a esa puntuación. Las pausas en la
lectura deben coincidir con las necesidades de respiración. Es habitual que
presentadores e informadores en general puntúen o adapten los textos a su estilo de
lectura, estableciendo pausas innecesarias que incluso pueden llegar a alterar o
dificultar la comprensión del texto.
Comentario: La lectura literal de lo que está escrito nos llevaría a cometer un error.
La coma situada tras “Ciutadans” debería ubicarse tras la palabra “extensión”.
De igual forma, las ciudades que terminan en –a suelen concordar en femenino (“La
Córdoba romana”), mientras que las que terminan en otra vocal o en consonante
suelen concordar en masculino, aunque casi siempre es posible la concordancia en
femenino. También admiten los dos géneros cuando se anteponen todo y toda
(“Todo/toda Madrid salió a la calle para celebrar la victoria”).
b) Los que acaban en –a suelen ser comunes (astronauta, cineasta), así como los
formados con el sufijo –ista (pianista, taxista). Excepcionalmente, de modista se ha
generado modisto.
g) Los que acaban en –ar (militar), -er (chofer), -ir, (faquir) o –ur (augur), funcionan
hoy normalmente como comunes, aunque existen formas femeninas acabadas en –
esa o en –a, de un uso poco común (choferesa, bachillera).
Comunes. Tienen la misma forma para los dos géneros gramaticales. Son los
artículos y los adjetivos los que determinan el género: el/la pianista; ese/esa
psiquiatra; un buen/una buena profesional.
Epicenos. Su forma es única y pueden ser masculinos (personaje, vástago,
tiburón, lince) o femeninos (persona, víctima, hormiga, perdiz). En este caso, la
concordancia depende del género gramatical del sustantivo, no del sexo del
referente; así, debe decirse La víctima, un hombre joven, fue trasladada al hospital
más cercano.
Ambiguos. Admiten su uso en uno u otro género, sin que ello implique cambios
de significado: el/la armazón, el/la dracma, el/la mar, el/la vodka. De los sustantivos
ambiguos, solo ánade y cobaya designan seres animados.
3.2 Lenguaje periodístico
Si quieres ser periodista debes saber que las noticias se escriben utilizando un
lenguaje que presenta unas características propias. Un lenguaje que se conoce como
lenguaje periodístico o lenguaje informativo.
No es lo mismo escribir una noticia que un relato literario, una poesía, una canción, o
el diálogo de un cómic. Cada género presenta sus diferencias y una de ellas es el tipo
de lenguaje utilizado.
El poeta pretende deleitar a su lector con la belleza de las palabras, las evocaciones
que provocan sus versos, la capacidad para sugerir significados diferentes. El
periodista utiliza el lenguaje para explicar el acontecimiento de la forma más precisa y
clara posible. Debe servir para que la noticia sea perfectamente comprensible para
cualquiera en una primera lectura.
El lenguaje periodístico es por tanto funcional, pretende ante todo informar. Debe ser
claro, conciso, preciso, fluido, sencillo, ágil y fácilmente comprensible para el lector.
Además tiene que ser económico: ser lo más fiel posible a la realidad con el número
de palabras justas, ni más ni menos. Y todo ello lo tiene que hacer en poco tiempo, el
periodista necesita escribir rápido.
Busca captar, interesar y retener al lector mientras lee la noticia. Toda utilización del
lenguaje que dificulte esto resultará un fracaso.
Pero atención: no es nada fácil que el lenguaje periodístico reúna todas esas
características. El periodista no necesita inventar fantásticas metáforas sino dominar
su escritura hasta el punto de ser sencillo, entretenido y preciso (recuerda que
necesita contar la realidad con la mayor veracidad posible) a la vez requiere muchos
años de trabajo, muchas noticias tiradas a la papelera.
El estilo periodístico se pule con mucho trabajo y con un conocimiento profundo del
lenguaje: de la gramática, de la ortografía, de la sintaxis, del léxico.
Puedes comenzar a practicar teniendo en cuenta algunas reglas de oro que se utilizan
en las redacciones de los medios de comunicación. Es cierto que algunas de estas
reglas se pueden flexibilizar en función del género periodístico del que se trate, pero
resulta conveniente que las apliques con el máximo rigor en un principio.
Evita toda expresión imprecisa y sustitúyela por datos concretos. No sirve: unas
cuantas personas abuchearon al director; está mucho mejor: cerca de 50 personas
abuchearon al director.
La manera en que el medio titula sus noticias es siempre una manera de interpretar
el acontecimiento. Un mismo acontecimiento se puede titular desde puntos de vista
opuestos, un periódico titula su noticia sobre una huelga general: ("El Gobierno y los
empresarios consideran inaceptable la huelga de mañana"); sin embargo, otro
periódico titula: ("Los sindicatos convocan a todos los trabajadores a la huelga
general").
Títulos informativos. Son los que ahora más nos interesan. Cumplen las tres
funciones que hemos mencionado, explican el sujeto de la acción, la acción y
sus circunstancias. Siempre se utiliza el tiempo verbal presente para dar una
sensación de mayor inmediatez de la noticia.
Los titulares pueden constar de tres elementos: antetítulo, título o cabeza y subtítulo.
La parte principal e imprescindible es el título, o cabeza, que cuenta lo esencial de la
noticia. Los otros dos pueden utilizarse o prescindir de ellos según acostumbre la
publicación. Cuando una publicación incluye un antetítulo o un subtítulo lo hace para
ofrecer datos complementarios a los aportados en el título que también resultan
esenciales o explican mejor la noticia.
El párrafo de entrada
Capta la atención del lector para que se interese por el resto de la información.
Como ves son dos funciones similares en un principio a las de los titulares. La
entradilla trata de complementar la información aparecida en el titular y mantener la
atención conseguida.
Una vez más, resulta muy importante la capacidad del periodista para diferenciar y
graduar la importancia que merecen todos los datos informativos de los que dispone,
y su eficacia y concisión en el uso del lenguaje.
El cuerpo de la noticia
El cuerpo de la noticia desarrolla, a partir de lo anticipado en el lead, el resto de datos
informativos que ha generado el acontecimiento.
En la redacción del cuerpo es habitual seguir la estructura de la pirámide invertida. El
periodista va desgranando los datos informativos con un orden de mayor a menor
importancia. Es un aspecto que diferencia el relato informativo de otro tipo de relatos
como pueden ser los literarios. En estos textos el clímax de la acción suele aparecer
en el desenlace; lo más importante e impactante cierra la narración. En el caso de la
información, lo que reúne el máximo interés aparece al inicio de la noticia: en el lead
y en los primeros párrafos del cuerpo.
El periodista debe conseguir que la lectura de su noticia reúna interés desde el
principio hasta el final.
El cuerpo de la noticia contiene estos elementos:
Cada noticia se escribe como unidad independiente. El lector tiene que comprender
los hechos sin necesidad de leer ningún otro texto. No se puede dar por sabido
ningún elemento aunque haya podido aparecer en otras informaciones recientes o,
incluso, aunque aparezca en otra noticia ubicada en la misma página.
Los distintos datos se van sucediendo con el orden previamente establecido, con
coherencia. Se va conduciendo al lector de unos elementos a otros con suavidad,
tratando de unir las ideas afines o los datos relacionados directamente.
Toda noticia suele incluir distintos elementos relacionados. Una vez se ha desarrollado
el tema principal en los primeros párrafos, se prosigue el relato de los siguientes
hechos por orden de importancia hasta terminar la noticia.
Cuando escribas tus noticias recuerda las normas vistas del lenguaje periodístico. La
extensión del cuerpo de la información es variable según sea el interés de la noticia,
el espacio asignado, etc. Una extensión bastante frecuente puede oscilar entre las
700 y las 850 palabras así que ponte en marcha y prueba a escribir tu primera
noticia.
Tipos de noticias
Resulta complicado establecer una relación de todos los tipos posibles de noticias, en
especial porque en una misma noticia podemos encontrar distintos elementos que
hacen difícil su incorporación a uno u otro tipo. Pese a todo, es conveniente conocer
la siguiente clasificación aceptada por distintos autores:
El lector recibe de esta manera diversas informaciones en una sola noticia. Podemos
citar como ejemplo las noticias que resumen el conjunto de decisiones adoptadas en
un Consejo de Ministros o en un pleno municipal.
Algunos medios prefieren evitar este tipo de noticias y utilizan noticias cortas que
tratan cada uno de los temas de forma independiente.