Sei sulla pagina 1di 2

HABLAR PARA GANAR

Una vez más, ¡que gane el mejor! El más laureado de un concurso de elocuencia debe
ser aquel que mejor consiga convencer al público de la pertinencia de su exposición,
independientemente del tema tratado incluso los más aburridos pueden tener cabida,
puesto que el tema no es lo más importante. El aspecto más importante es el brillar por el
arte de la argumentación y de la persuasión, sirviéndose únicamente de lenguaje. Es
inútil mentir, ya que no se trata de evaluar el contenido de lo que se habla, sino el
continente, es decir, la manera utilizada para presentar el punto de vista.

En la Grecia Antigua, el gimnasio era el lugar de estudio por excelencia, donde se


aprendía, en primer lugar, a formar y construir el cuerpo. La justa verbal se unió
rápidamente a las luchas físicas para conjugar dos aspectos elementales de la
instrucción para los griegos: el cuerpo y la mente. Dos mil años más tarde,
aproximadamente, nada ha cambiado y los concursos de elocuencia se siguen
practicando.

Los posibles candidatos de las ligas de debate, son adolescentes, estudiantes, etc. es
decir, cualquier persona que se situé en el último periodo de sus estudios y que tenga la
necesidad de practicar esta disciplina para enfrentarse al mundo real. Facultades,
escuelas y asociaciones científicas organizan de forma regular este tipo de
competiciones al final de cada curso escolar. “La juventud no es un mito; los jóvenes son
personas”, podría ser, por ejemplo , uno de los temas de uno de estos concursos que se
realizan en cursos de bachillerato. Podemos ser grandes filósofos y, sin embargo,
desenvolvernos mal en una conversación oral, delante de un público. Solo aquellos que
dominan con excelencia la inteligencian verbal pueden aspirar a ganar.

Un buen orador necesita, además de carisma, una prodigiosa capacidad de despertar el


interés y la comprensión del público al que se dirige. En la actualidad una de las ligas del
debate más celebres es la que organiza el colegio de abogados con ocasión del
periodo de prácticas, un concurso de oratoria jurídica abierto a cualquier Licenciado en
Derecho, en el que los alumnos que conocen el Código Penal de memoria no son
precisamente los que mejor se desenvuelven.

Tomado de la revista virtual Personalidad, México, agosto de 2002.

1. La palabra “continente” empleada en el primer párrafo se refiere a:

a. Una gran masa de tierra rodeada por agua.

b. Las ideas o los argumentos que se sostienen en un discurso.

c. La manera como se presentan los argumentos en un discurso.

d. Los diferentes puntos de vista que se defienden en una discusión.


2. En su orden, los aspectos desarrollados en el texto son:

a. La elocuencia, la instrucción Griega, los protagonistas y un ejemplo.

b. La argumentación, la elocuencia, los candidatos, los licenciados.

c. Los oradores, los griegos, ejemplos y abogados.

d. La elocuencia, los gimnasios, los estudiantes de colegio y los concursos de


oratoria.

3. Una de las siguientes afirmaciones no aparece en el texto.

a. Los que dominan con excelencia la inteligencia verbal pueden aspirar a ganar.

b. Los concursos de elocuencia se siguen practicando hoy en día.

c. La juventud es un mito ya que los adolescentes son personas.

d. Un buen orador necesita tener carisma y la capacidad de despertar el interés del

Público.

4. La expresión “La juventud no es un mito; los jóvenes son personas”, va entre


comillas

Porque:

a. Es la idea principal del párrafo donde se encuentra.


b. Es una afirmación discutible que no serviría para polemizar.
c. El autor cree que ese podría ser un tema para un concurso de oratoria.
d. Recuerda los versos del poeta: “Juventud, divino tesoro, ya te vas para no
volver”.

Potrebbero piacerti anche