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Santiago, trece de abril de dos mil veinte.

Vistos:
En estos autos RIT O-254-2018, RUC 1840133760-8, del Juzgado de
Letras del Trabajo de Copiapó, don Wenceslao Damián Pastén San Francisco
dedujo demanda en contra de Sociedad Punta del Cobre S.A., Sociedad
Contractual Minera Carola y Empresa Nacional de Minería (ENAMI), solicitando el
pago de la suma que indica, por concepto de indemnización de perjuicios,
específicante por daño moral, provocado por la enfermedad profesional que
describe, más las costas de la causa.
La sentencia de base, dictada con fecha once de enero de dos mil
diecinueve, acogió totalmente las excepciones de finiquito opuestas por Sociedad
Punta del Cobre S.A. y por la Sociedad Contractual Minera Carola, soslayando
emitir pronunciamiento respecto de la excepción opuesta por ENAMI, quedando,
por tanto, rechazada la demanda.
En contra del referido fallo, el actor dedujo recurso de nulidad laboral, que
fue desestimado por una sala de la Corte de Apelaciones de Copiapó, mediante
decisión de veinticuatro de abril de dos mil diecinueve.
Contra esa decisión la misma parte dedujo recurso de unificación de
jurisprudencia, solicitando que esta Corte lo acoja, invalidando el fallo impugnado
y dictando el de reemplazo que acoja la demanda en los términos señalados.
Se ordenó traer los autos en relación.
Considerando:
Primero: Que de conformidad a lo que previenen los artículos 483 y 483 A
del Código del Trabajo, el recurso de unificación de jurisprudencia procede cuando
respecto de la materia de derecho objeto del juicio existen distintas
interpretaciones sostenidas en una o más sentencias firmes emanadas de
Tribunales Superiores de Justicia. La presentación respectiva debe ser fundada,
incluir una relación precisa y circunstanciada de las distintas disquisiciones
respecto del asunto de que se trate, sostenidas en las mencionadas resoluciones
y que hayan sido objeto de la sentencia en contra de la cual se recurre y, por
último, se debe acompañar copia fidedigna de la o las sentencias que se invocan
como fundamento.
Segundo: Que el recurrente, al momento de proponer la materia de
derecho objeto del juicio para su unificación, solicita se determine si la renuncia de

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acciones laborales de indemnización de perjuicio por enfermedad profesional de
los finiquitos, debe ser o no específica, si bien, basta una renuncia genérica.
Reprocha que el fallo impugnado considere que corresponde otorgar pleno
poder liberatorio a un finiquito, porque fue otorgado cumpliendo las solemnidades
legales, al consignar que al trabajador nada se le adeuda y no tiene reclamo
alguno que formular en contra de su empleador.
Señala que dicha decisión se contradice con los pronunciamientos de
Tribunales Superiores de Justicia, que, para dichos efectos, apareja al recurso.
Tercero: Que el presente proceso se inició por demanda mediante la cual
se solicita se declare que la enfermedad profesional que padece (silicosis
pulmonar) fue adquirida en los períodos que se desempeñó laboralmente para las
demandadas en sus más de 39 años de trabajo, sea por culpa de todas, alguna o
solamente una de ellas, solicitando que se condene a cada, al pago de la suma de
$100.000.000 por el daño moral que dicha dolencia le provoca.
Conforme se observa, son hechos no discutidos o establecidos por la
judicatura del grado, los siguientes:
1) El trabajador se desempeñó para Sociedad Contractual Minera Carola
entre el 1 de abril de 1997 y el 14 de septiembre de 2006, suscribiendo las partes
un finiquito sin reserva, en que se le otorga a la empleadora “el más amplio y total
finiquito”, con fecha 3 de octubre de 2006, declarando no tener reclamo ni cargo
alguno que formular en su contra.
2) Durante el período que va desde el 21 de noviembre de 2007 y el 5 de
diciembre de 2017, se desempeñó para Sociedad Punta del Cobre,
suscribiendose finiquito el día 7 de diciembre de 2017, expresando no tener
reclamo ni cargo alguno que formular y otorgándose el más amplio y total finiquito,
añadiendo que renuncia a toda acción, derecho o pretensión, incluyendo las “que
le pudiere corresponder en relación con los servicios que prestó al ex empleador,
derivados de accidentes del trabajo y enfermedades profesionales”.
3) Por resolución Nº 4.427, de 20 de julio de 2017, la COMPIN Atacama,
estableció la existencia de una enfermedad profesional correspondiente a silicosis
pulmonar, documento que señala que se produjo en la última entidad empleadora,
esto es, Sociedad Minera Punta del Cobre, con un grado de incapacidad, a dicha
época, de 27,5%.
Sobre dicha base fáctica, el tribunal de la instancia estimó que, al pactarse
entre el actor y las empresas referidas sendos finiquitos en los que el trabajador

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expresa no tener cargo o reclamo alguno que formular en su contra, se debe
concluir, que “ha sido el propio demandante quien en su oportunidad tuvo la
oportunidad de haberse reservado alguna acción, para haber demandado en
forma posterior a las fechas de ratificación de aquellos pactos, algún tipo de
indemnización por su padecimiento profesional que ha esgrimido como sustento
fáctico, para demandar el pago de $100.000.000 respecto de cada una de las
empresas emplazadas, constituyéndose la acción impetrada, a nuestro
entendimiento, en una insalvable falta a la seguridad jurídica que el propio actor
confirió a sus ex – empleadoras al celebrar y ratificar los mentados finiquitos de
trabajo, en las oportunidades ya anotadas, circunstancia que esta judicatura, sin
calificar la plausibilidad de la acción, tendrá presente y deberá necesariamente
acoger en lo resolutivo, las defensas alegadas en tal sentido, confiriéndose por
parte de esta Judicatura pleno y efectivo poder liberatorio a los instrumentos de
término de la relación laboral acompañados y válidamente celebrados”, acogiendo
la excepción de finiquito que cada una de dichas empresa, planteó.
Cuarto: Que, por su parte, el fallo impugnado rechazó el recurso de nulidad
que el actor formuló en contra el del grado, desestimando la causal de invalidación
que apoyó en la causal del artículo 477 del estatuto laboral, denunciando la
infracción del artículo 177 del mismo texto, señalando que la controversia radica,
concretamente, en el poder liberatorio de los finiquitos, en relación a la
enfermedad profesional que alega como fundamento de su acción, el que se
restringe “…a todo aquello en que las partes han concordado expresamente y no
se extiende a los aspectos en que el consentimiento no se formó, sea porque una
de las partes formula la reserva correspondiente, sea porque se trate de derechos
u obligaciones no especificados por los comparecientes, sea por cualesquiera
otras razones que el entendimiento humano pudiera abarcar.”
Luego añade, teniendo en consideración el contenido de los instrumentos
referidos, que “cumplen con todas las formalidades exigibles por el artículo 177
del Código del trabajo, sin que el trabajador formulare objeción o reserva alguna
respecto de la acción de indemnización de perjuicios con motivos de la
enfermedad que se le produjo durante la vigencia de la relación laboral con la
última entidad empleadora (Soc. Punta del Cobre S.A.), este instrumento tiene
pleno poder liberatorio, razón por la cual se han extinguido las acciones originales
durante la vigencia de la relación de trabajo habida entre las partes, como
acontece, precisamente con la que se pretende mediante la acción ejercida en el

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libelo de demanda correspondiente, pues esta se encuentra comprendida en el
finiquito, ya que la indemnización que se persigue tiene su origen en el contrato
de trabajo y como causa el incumplimiento del artículo 184 del Código del Trabajo”
Añade que el fallo de instancia asentó que el finiquito suscrito con su último
empleador, el día 7 de diciembre de 2017, “…época a la cual el trabajador ya
tenía conocimiento de la enfermedad, dicho instrumento contenía clausula
manifiesta de disposición de tales acciones”, descartando, por ello, el yerro
acusado, y rechazando el recurso de nulidad.
Quinto: Que, por su parte, el recurrente acompañó para su cotejo tres
sentencias emanadas de esta Corte, correspondientes a los procesos Nº 6764-15,
14656-13 y 8325-13.
La primera, dictada con fecha 16 de marzo de 2015, se pronuncia respecto
un recurso de unificación de jurisprudencia recaída en una causa en la que se
rechazó en la instancia una demanda de indemnización de perjuicios, al
concederle poder liberatorio al finiquito suscrito por las partes. Al respecto, el fallo
expresó que tal convención sólo contiene la aseveración de que nada se le
adeuda al otro por ningún concepto de origen legal o contractual, cláusula que al
ser considerada de carácter genérico, no se puede pretender incluida la acción
indemnizatoria por la enfermedad profesional que padece el actor, si ni siquiera
hace mención de la misma.
En la segunda sentencia, pronunciada el día 8 de julio de 2014, esta Corte
formula la tesis anterior, en el sentido de que si el finiquito nada consigna en
relación al accidente del trabajo por el cual acciona el trabajador, la amplitud de la
cláusula del finiquito consistente en la declaración de no adeudarse nada, no
puede abarcar la acción mencionada.
Finalmente, en el último fallo, de fecha 22 de abril de 2013, se sigue el
mismo derrotero, pues se estima que el poder liberatorio de un finiquito se
restringe a “todo aquello que las partes han concordado expresamente y no se
extiende a los aspectos en que el consentimiento no se formó”, ya sea por que
existe una reserva de derechos formulada por una de las partes, o porque se trata
de “derechos u obligaciones no especificados por los comparecientes, sea por
cualesquiera otras razones que el entendimiento humano pudiera abarcar”. Añade
que en la especie las partes concordaron de manera genérica que nada se
adeudan entre ellas, pero nada se consignó sobre la enfermedad profesional
padecida por el actor, conocida de la demandada.

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Sexto: Que, como se observa, se constata la dispersión jurisprudencial que
exige el recurso en análisis, desde que, como quedó fijado en el motivo cuarto, el
fallo impugnado discurre sobre una base interpretativa diversa a la de los de
cotejo, pues, en la práctica, estima que no es menester la mención expresa en el
finiquito, que manifieste la renuncia explícita de las acciones que emanan de una
enfermedad profesional, bastando para conceder su efecto liberatorio el
cumplimiento de las exigencias formales que contempla el artículo 177 del
estatuto laboral, sin que se haya enunciado reserva alguna, máxime si se asentó
que, a la época de su suscripción, el trabajador ya estaba en conocimiento de la
dolencia que lo afectaba. Pues bien, en autos, se invocan dos finiquitos, que
contienen una cláusula genérica similar a aquellas que se examinan en las
decisiones de contraste. En efecto, el convenido con Sociedad Contractual Minera
Carola se expresa “el más amplio y total finiquito” declarando no tener reclamo ni
cargo alguno que formular en su contra, y en el manifestado con Sociedad Punta
del Cobre se señala no tener reclamo ni cargo alguno que formular y otorgándose
el más amplio y total finiquito, añadiendo que renuncia a toda acción, derecho o
pretensión, incluyendo las “que le pudiere corresponder en relación con los
servicios que prestó al ex empleador, derivados de accidentes del trabajo y
enfermedades profesionales”.
Séptimo: Que, corresponde, entonces, determinar la postura doctrinal que
debe prevalecer frente a la dispersión jurisprudencial constatada
Al efecto, cabe precisar, que los incisos 1 y 2 del artículo 177 del Código
del Trabajo señalan que: “El finiquito, la renuncia y el mutuo acuerdo deberán
constar por escrito. El instrumento respectivo que no fuere firmado por el
interesado y por el presidente del sindicato o el delegado del personal o sindical
respectivos, o que no fuere ratificado por el trabajador ante el Inspector del
Trabajo, no podrá ser invocado por el empleador. El finiquito deberá ser otorgado
por el empleador y puesto su pago a disposición del trabajador dentro de diez
días hábiles, contados desde la separación del trabajador. Las partes podrán
pactar el pago en cuotas de conformidad con los artículos 63 bis y 169. Para estos
efectos, podrán actuar también como ministros de fe, un notario público de la
localidad, el oficial del registro civil de la respectiva comuna o sección de comuna
o el secretario municipal correspondiente...”. Por su parte, esta Corte ha
manifestado que por finiquito se entiende “…el instrumento emanado y suscrito
por las partes del contrato de trabajo, empleador y trabajador, con motivo de la

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terminación de la relación de trabajo, en el que dejan constancia del cabal
cumplimiento que cada una de ellas ha dado a las obligaciones emanadas del
contrato, sin perjuicio de las excepciones o reservas con que alguna de las partes
lo hubiere suscrito, con conocimiento de la otra” (Thayer, William y Novoa,
Patricio, Manual de Derecho del Trabajo, Tomo IV, 4° ed. actualizada, Santiago,
Chile, Edit. Jurídica, 2003, p.124-125). También que “…por finiquito se entiende la
convención celebrada por escrito y firmada por dos partes (en este caso
trabajador y empleador), por medio de la cual el trabajador se da por pagado de
todo lo que por diversos conceptos pudiere adeudársele y renuncia, por tanto, a
toda acción judicial o extrajudicial a su respecto; y el empleador a su vez,
reconoce que no tiene cargo alguno en contra del trabajador” (Lanata F., Gabriela,
Contrato individual de trabajo, 3ª edición actualizada, Santiago, Chile,
LegalPublishing, 2009, p. 291).
De esta manera, el finiquito celebrado conforme a la ley tiene la misma
fuerza que una sentencia firme o ejecutoriada y hace constancia del término de
la relación en las condiciones que consigna. Por lo mismo, y atendidas las
consecuencias que emanan de tal arreglo, es menester que indique que cada
parte dio cumplimiento a las obligaciones emanadas del contrato laboral o la
forma en que las cumplirá, en el evento que alguna o algunas permanezcan
pendientes.
Octavo: Que, así, el finiquito corresponde a una convención, en cuanto
acto jurídico voluntario que genera o extingue derechos y obligaciones, y que da
cuenta del término del vínculo laboral de la manera que señala, y como tal, es
posible que una de las partes manifieste discordancia en algún rubro, en cuyo
extremo el finiquito no tiene poder liberatorio, situación que puede consignarse
mediante la formulación de la reserva correspondiente, y, en el presente caso,
es un hecho pacífico que los litigantes suscribieron finiquitos que cumplieron las
formalidades legales, en el cual el actor expresa que nada se le adeuda con
ocasión o motivo de la relación laboral o por causa de su terminación,
renunciando a todas las acciones y derechos que una pudiera hacer valer en
contra de la otra por causa del contrato, los servicios prestados y su terminación,
incluyendo, en el último citado, una referencia, también genérica, a accidentes y
enfermedades laborales.
Como se observa, ambos documentos contienen cláusulas amplias que
carecen de la especificidad que un acto jurídico como el finiquito exige para que

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surta efecto liberatorio respecto de la acción deducida. En efecto, la demanda
que dio curso a este proceso se fundamenta en hechos concretos: la
enfermedad profesional –silicosis– que afecta al actor, como consecuencia del
incumplimiento del deber de cuidado que le asistía a sus empleadores.
Debe considerarse en este punto que, en la especie, al tratarse de un
finiquito que ajusta entre las partes la situación jurídica de término de derechos
de naturaleza laboral, y por lo tanto de orden público, merece y exige la
especificación concreta y expresa de los bienes jurídicos de los cuales se
dispone, máxime si se considera que por su naturaleza transaccional rige, a su
respecto, lo dispuesto en el artículo 2446 del Código Civil, desde que su finalidad
es también evitar o precaver un litigio entre quienes lo suscriben, razón por la
cual es indispensable requerir la máxima claridad en cuanto a los derechos,
obligaciones, prestaciones, indemnizaciones que comprende, con la finalidad de
impedir discusiones futuras como las que da cuenta la causa en que incide el
recurso.
Noveno: Que, en consecuencia, se uniforma la jurisprudencia en el sentido
que el finiquito sólo tiene poder liberatorio respecto de las materias que las
partes acuerdan de manera expresa y, en el caso sublite, no comprende lo
referido a la acción de indemnización de perjuicios por la enfermedad profesional
concreta que le fue diagnosticada al trabajador; razón por la que no corresponde
atribuirle los efectos liberatorios que pretende el fallo de base, pues, por lo
señalado, solo puede generarlos respecto a las materias acordadas de manera
expresa, por lo tanto se debe concluir que los sentenciadores del fondo
incurrieron en yerro al rechazar el motivo de nulidad establecido en el artículo
477 del Código del Trabajo, por infracción de lo dispuesto en el artículo 177 del
código citado, por lo que queda acogido.
Décimo: Que, conforme a lo razonado, y habiéndose determinado la
interpretación acertada respecto de la materia de derecho objeto del juicio, el
presente recurso de unificación de jurisprudencia deberá ser acogido, invalidando
el fallo de base y dictándose separadamente, pero en el mismo acto, la decisión
de reemplazo que contenga la adecuada posición jurisprudencial sobre la materia
del juicio.
Por estas consideraciones y visto, además, lo dispuesto en los artículos 483
y siguientes del Código del Trabajo, se acoge el recurso de unificación de
jurisprudencia interpuesto deducido en contra de la sentencia de veinticuatro de

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abril de dos mil diecinueve, dictada por la Corte de Apelaciones de Copiapó, que
rechazó el recurso de nulidad interpuesto en contra de la sentencia de base de
once de enero de ese año, pronunciada por el Juzgado de Letras del Trabajo de
Copiapó, arbitrio que queda acogido, y, en consecuencia, se declara que la
sentencia de base es nula, debiendo dictarse acto seguido y sin nueva vista, pero
separadamente, la respectiva de reemplazo.
Regístrese.
Rol 14.513-19
Pronunciado por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros
señor Ricardo Blanco H., señoras Gloria Ana Chevesich R., Andrea Muñoz S.,
María Angélica Cecilia Repetto G., y el abogado integrante señor Iñigo De la Maza
G. No firma la Ministra señora Repetto y el abogado integrante señor De la Maza,
no obstante haber concurrido a la vista y al acuerdo de la causa, por estar con
licencia médica la primera y por estar ausente el segundo. Santiago, trece de abril
de dos mil veinte.

RICARDO LUIS HERNAN BLANCO GLORIA ANA CHEVESICH RUIZ


HERRERA MINISTRA
MINISTRO Fecha: 13/04/2020 14:30:01
Fecha: 13/04/2020 14:30:01

ANDREA MARIA MERCEDES MUÑOZ


SANCHEZ
MINISTRA
Fecha: 13/04/2020 14:30:02

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En Santiago, a trece de abril de dos mil veinte, se incluyó en el Estado Diario
la resolución precedente.

Este documento tiene firma electrónica y su original puede ser


validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la tramitación de la causa.
En aquellos documentos en que se visualiza la hora, esta
corresponde al horario establecido para Chile Continental. XDLLPFRBWH
Santiago, trece de abril de dos mil veinte.
Dando cumplimiento a lo dispuesto en el inciso 2° del artículo 483 C del
Código del Trabajo, se dicta la siguiente sentencia de reemplazo en unificación de
jurisprudencia.
Vistos:
De la sentencia de base se suprime el motivo undécimo
Y se tiene en su lugar presente, y, además, presente:
Primero: Que se demandó indemnización de perjuicios provenientes de la
enfermedad profesional en contra de tres empresas, a las cuales se les atribuye
responsabilidad por culpa de todas, algunas o solamente una de ellas, al haber
adquirido la enfermedad profesional “silicosis”, debido a que durante sus 39 años
de desempeño en la actividad minera, que prestó en diferentes épocas para cada
una, sufrió la exposición a los agentes que provocan dicha padecimiento, y debido
a la infracción al deber de seguridad en que incurrieron, se le diagnóstico tal
padecimiento.
Como primera cuestión, conforme los razonamientos expuestos en el fallo
de unificación, que se tienen por reproducidos, se rechaza la excepción de
finiquito planteada.
Segundo: Que, conforme se anota en la parte no invalidada del fallo de
base, se tuvo por reconocido por las partes, que el actor se desempeñó para
Sociedad Contractual Minera Carola, entre el 1 de abril de 1997 y el 14 de
septiembre de 2006, y para Sociedad Punta del Cobre, entre el 21 de noviembre
de 2007 y el 5 de diciembre de 2017.
Sin embargo, a dichos fundamentos fácticos se debe añadir lo que fluye del
mérito de la prueba rendida, en especial de la documental aparejada mediante
oficio 3581/18 de la Comisión de Medicina Preventiva e Invalidez de la Región de
Atacama, que remitió al tribunal los antecedentes considerados para la evaluación
realizada al actor, entre los que se cuenta el informe médico de la Asociación
Chilena de Seguridad, que incluye una historia ocupacional del actor, que indica
que se desempeñó para Sociedad Punta del Cobre entre enero de 1975 y febrero
de 1995, para Sociedad Contractual Minera Carola desde marzo de 1996 y hasta
abril de 2006, y nuevamente para la primera, entre noviembre de 2007 y febrero
de 2017, desempeñándose como “perforo” en el desarrollo de túneles mineros, en
el primer período, y como operador de equipo electrohidráulico, en la producción
de minería en mina subterránea, en los dos últimos.

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Asimismo, se adjuntó certificado suscrito por la Mutual de Seguridad,
señalando que el demandante se desempeñó en Punta del Cobre entre
septiembre de 1989 y febrero de 1995. Por otro lado, se acompañaron, también,
contratos de trabajo suscritos entre dichas partes, destacando, entre ellos, aquel
firmado en el mes de enero de 1975, como también aquellos de septiembre y
octubre de 1979, y el que dio inicio al segundo período con dicha empresa, de 20
de noviembre de 2007.
Dichos antecedentes, unido a lo no discutido por las partes, es suficiente
para tener por acreditado, además, que con anterioridad a los vínculos laborales
iniciados en el año 1997, el demandante se desempeñó para Sociedad Punta del
Cobre entre el años 1975 y hasta más o menos el mes de febrero de 1995.
De este modo, también se concluye, que respecto la demandada ENAMI no
se acreditó la existencia de vínculo laboral, desde que no se aportó prueba
destinada al efecto.
Tercero: Que, por otro lado, la parte demandada de Punta del Cobre
acompañó prueba instrumental consistente en la Resolución de Calificación del
Origen de los Accidentes y Enfermedades Ley 16.744, emitida por la Asociación
Chilena de Seguridad, N° 560353420170209, de 8 de febrero de 2017, que
señala como fecha de inicio de la enfermedad padecida por el actor, el 1 de marzo
de 2007, que se corresponde con una enfermedad profesional.
Asimismo, se adjuntó por el actor la Resolución de Incapacidad Permanente
Ley N° 16.744 de COMPIN Atacama, N° 4727, de 20 de julio de 2017, que señala
como fecha de diagnóstico de la enfermedad profesional que lo aqueja, el 21 de
marzo de 2017, señalando, expresamente, que la enfermedad “se produjo en la
última entidad empleadora”, señalando a Sociedad Minera Punta del Cobre, por un
periodo de exposición al riesgo de 39 años aproximadamente, estableciendo que
su diagnóstico de Silicosis Pulmonar, le provoca un grado de incapacidad de
27,5%.
Con dichos antecedentes es posible, entonces, tener por suficientemente
probado que la enfermedad profesional padecida por el actor, se inició mientras se
desempeñaba para Sociedad Punta del Cobre, como producto de una exposición
al riesgo de la dolencia sufrida, durante 39 años, provocándole el diagnóstico e
incapacidad señalada.
De este modo, excluida la responsabilidad que le podría caber a la
Sociedad Contractual Minera Carola, corresponde examinar si Punta del Cobre,

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debe indemnizar por el daño que dicha dolencia le provocó al actor, conforme las
reglas de responsabilidad pertinentes.
Cuarto: Que el demandante acusa como causa de la enfermedad que
padece, la infracción del deber de cuidado en que incurrió su empleadora, al
vulnerar, entre otras normas, las disposiciones contenidas en el artículo 184 del
Código del Trabajo, que establece, en su inciso primero, “El empleador estará
obligado a tomar todas las medidas necesarias para proteger eficazmente la vida
y salud de los trabajadores, informando de los posibles riesgos y manteniendo las
condiciones adecuadas de higiene y seguridad en las faenas, como también los
implementos necesarios para prevenir accidentes y enfermedades profesionales”.
Como ha sostenido la jurisprudencia reiterada de los Tribunales Superiores
de Justicia, la norma transcrita da cuenta de una exigencia impuesta al empleador
que no se limita a contemplar medidas de seguridad de cualquier naturaleza, sino
a que sean efectivas en el cumplimiento del objetivo de proteger la vida y
seguridad de los trabajadores, lo que claramente apunta a desarrollar en forma
celosa la actividad orientada a ese fin y obliga, de alguna manera, a evaluarla por
sus resultados (Corte Apelaciones Santiago, rol N°7751-2009). En esa misma
dirección, se ha manifestado esta Corte en el sentido de que el empleador se
constituye en deudor de seguridad de sus trabajadores, lo cual importa exigir la
adopción de todas las medidas correctas y eficientes, destinadas a proteger la
vida y salud de aquellos, y que el citado precepto establece el deber general de
protección de la vida y salud de sus trabajadores, impuesto por el legislador a los
empleadores, siendo el cumplimiento cabal e íntegro de esta obligación de una
trascendencia superior a la de una simple prestación a que se somete una de las
partes en una convención, y evidentemente un principio incorporado a todo
contrato, siendo un elemento de la esencia de éstos y la importancia de su
cumplimiento no queda entregada a la voluntad de las partes, y que, en
concordancia con lo previsto en el artículo 1547, inciso tercero del Código Civil, le
corresponde al empleador acreditar que ha cumplido con este deber legal de
cuidado, si la enfermedad se ha provocado dentro del ámbito de actividades que
están bajo su control, debiendo en principio presumirse su culpa por el hecho
propio, correspondiendo probar la diligencia o cuidado a quien ha debido
emplearlo, en el caso sub lite, a la empresa demandada en su calidad de
empleadora. En otras palabras, si se verifica una enfermedad profesional se
presume que el empleador no tomó todas las medidas necesarias para evitarlo, o

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que las adoptadas fueron insuficientes o inapropiadas, presunción que surge de la
obligación de seguridad impuesta por el legislador, y que se califica como de
resultado.
En efecto, al acreditarse que la afección referida fue adquirida mientras se
desempeñó para la Sociedad Punta del Cobre, el onus se traslada a dicha parte,
quien para eximirse de su responsabilidad debe acreditar haber dado
cumplimiento a la deuda de seguridad impuesta por la norma antes transcrita.
Quinto: Que, para tales efectos, la parte de Punta del Cobre acompañó
prueba documental consistente en informes de implementación de medidas para
evitar la exposición a sílice cristalina, que es una de las causas de la silicosis
pulmonar, fechado en noviembre de 2014, agosto de 2016 y noviembre de 2016.
Asimismo, agregó formularios de recepción de otros de operación de equipos,
destinados a garantizar la seguridad en su gestión, de septiembre de 2016 y mayo
de 2017, Reglamento Interno y actas de recepción de los mismos en los años
2012 y 2017. Se adjuntó, además, constancia de charlas de reforzamiento
operacional y de reflexión sobre silicosis de febrero y junio de 2017, entre otros.
Como se observa, toda la documentación de descargo acompañada por
Sociedad Punta del Cobre revela la adopción extemporánea de medidas de
prevención y cuidado de la salud del actor, por cuanto, conforme se acreditó, la
dolencia profesional no sólo se adquirió con mucha anterioridad a las datas
indicadas, sino que también se manifestó en fecha antelada a aquellas.
Sexto: Que, conforme lo expuesto, queda acreditada la infracción al deber
de seguridad, cuidado y prevención que establece el artículo 184 ya citado, la cual
provocó la enfermedad profesional que aqueja al demandante, por lo que debe
responder por los daños que le provocaron
En tal sentido, se demandó daño moral que el actor avalúa en la suma de
$100.000.000.-
Séptimo: Que, para apreciar el daño moral soportado por el actor, ha de
tenerse presente, en primer lugar, que según los hechos establecidos en el
proceso, fue diagnosticado con silicosis pulmonar, que le provocó una incapacidad
de 27,5%, dato suficiente, conjuntamente con la prueba testimonial, para tener por
acreditado el daño moral, conforme el dolor y angustia que le provoca la
enfermedad referida, como sus consecuencias, que comprende tres dimensiones,
en primer lugar, el proveniente del daño físico directo, ocasionado por todo el
déficit respiratorio propio de dicha dolencia, que le debió haber significado,

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además, una tremenda angustia; luego, el derivado de las secuelas que tal
pérdida progresiva provoca en su aparato respiratorio que le afectan su
desenvolvimiento cotidiano; y por último, el daño sicológico que todo aquello le ha
acarreado, al verse disminuido en su condición de vida y relaciones sociales y
laborales. Por lo demás, las consecuencias de la silicosis pulmonar en
trabajadores mineros han sido abundantemente indicadas por la jurisprudencia, y
el propio legislador se ha encargado de proteger de manera directa y específica,
por lo que no hay mucha duda al respecto, salvo el monto en el que debe
avaluarse tal perjuicio.
Octavo: Que, en tal contexto, establecido el dolor y la angustia sufrida por
el actor, se otorgará una indemnización por el daño moral ocasionado. En lo
tocante al quantum, esta Corte tiene en especial consideración el baremo por
daño moral ocasionado por accidente del trabajo
(htpp://baremo.pjud.cl/BAREMOWEB/), conforme al cual, en caso similar, la
condena no ha superado las 2.800 UF, pero tampoco ha bajado de las 170 UF,
pero que en la parte alta de la curva, asciende en sumas aproximadas a 2000
Unidades de Fomento, de manera que se fijará prudencialmente en esa suma
media, en la que se fija prudencialmente el daño moral.-
Por estos fundamentos, disposiciones legales citadas y lo preceptuado en
los artículos 420 y 453 y siguientes del Código del Trabajo, se rechaza la
excepción de finiquito planteada por las demandadas, y se acoge la demanda
interpuesta por el actor, sólo en cuanto se condena a Sociedad Punta del Cobre
S.A: a pagar al demandante señor Wenceslao Damián Pastén San Francisco, la
suma equivalente a 2.000 Unidades de Fomento, a título de indemnización de
perjuicios por concepto de daño moral, derivado de la enfermedad profesional que
padece, que devengará intereses corrientes desde la fecha en que la presente
sentencia quede ejecutoriada y hasta la de su pago efectivo, declarándose, que se
rechaza en lo demás demandado.
Regístrese y devuélvase
Rol N° 14.513-19
Pronunciado por la Cuarta Sala de la Corte Suprema integrada por los Ministros
señor Ricardo Blanco H., señoras Gloria Ana Chevesich R., Andrea Muñoz S.,
María Angélica Cecilia Repetto G., y el abogado integrante señor Iñigo De la Maza
G. No firma la Ministra señora Repetto y el abogado integrante señor De la Maza,
no obstante haber concurrido a la vista y al acuerdo de la causa, por estar con

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licencia médica la primera y por estar ausente el segundo. Santiago, trece de abril
de dos mil veinte.

RICARDO LUIS HERNAN BLANCO GLORIA ANA CHEVESICH RUIZ


HERRERA MINISTRA
MINISTRO Fecha: 13/04/2020 14:30:03
Fecha: 13/04/2020 14:30:03

ANDREA MARIA MERCEDES MUÑOZ


SANCHEZ
MINISTRA
Fecha: 13/04/2020 14:30:04

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En Santiago, a trece de abril de dos mil veinte, se incluyó en el Estado Diario
la resolución precedente.

Este documento tiene firma electrónica y su original puede ser


validado en http://verificadoc.pjud.cl o en la tramitación de la causa.
En aquellos documentos en que se visualiza la hora, esta
corresponde al horario establecido para Chile Continental. VFXTPFMEWH

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