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Universidad Valle del Grijalva

Campus Tabasco

Alumno: Hazzel Aranxa Caraza Vera


Carrera: 6to cuatrimestre de Psicología

Psicología Clínica

Tema: Formación del psicólogo clínico

Maestro: Juan Carlos Gutiérrez Zurita


Formación de psicología clínica:
La formación del psicólogo clínico es el elemento fundamental que garantiza su competencia como
experto. Su formación es el punto inicial de la actividad profesional del psicólogo y debe estar en
continua actualización y abierta a nuevas tendencias.
Su aprendizaje debe ser teórico como práctico y utilizar la metodología apropiada de acuerdo con
los objetivos concretos que desea cubrir.

Como psicólogos tenemos consecuencias sociales de trascendencia tal que ello no se puede
visualizar tan solo como la actividad de un individuo que se especializa en el conocimiento del
comportamiento humano. Debemos considerar con plena conciencia de que nuestro ejercicio
profesional se contempla en el contexto de la realidad social que nos rodea. Para el psicólogo,
tomar conciencia de sí mismo y de su responsabilidad social significa la posibilidad de lograr una
identidad profesional.

El psicólogo nunca debe olvidar que él mismo no está exento del escrutinio psicológico, aun en sus
mejores momentos científicos y profesionales. La psicología no es una plataforma elevada desde
donde se mire serenamente lo que el hombre hace y experimenta. Por el contrario, los psicólogos
participan en las escenas que observan, y su actividad científica y profesional está íntimamente
ligada al contexto sociocultural.

El psicólogo es una persona antes que un profesional. Por lo tanto, resulta de primordial
interés conocer el proceso de desarrollo encaminado a la adquisición de una identidad
profesional, que se da en la persona a lo largo de su formación como psicólogo. Dada la naturaleza
de los problemas que enfrentan los psicólogos, se concibe una realización profesional íntegra,
respaldada en un alto nivel de compromiso, conciencia y responsabilidad social. Conjugar una
ciencia humana y, al mismo tiempo, preservar los valores y las características que hacen del
hombre una persona es el reto actual.

Ser psicólogo implica ser un individuo en proceso de adquirir una serie de conocimientos
teóricos sobre el comportamiento humano y experiencias estrictamente académicas, que se
integran paso a paso, etapa por etapa, en un proceso de crecimiento ligado a las características
individuales, de su propia personalidad, con la finalidad trascendental de ponerlo al servicio de la
comunidad donde vive.

Estas deberían de ser las principales competencias que debe tener un psicólogo clínico:
 Capacidad de abstracción, análisis y síntesis
 Capacidad de inteligencia emocional
 Capacidad para identificar, plantear y resolver problemas
 Capacidad de aprendizaje autónomo y actualizarse permanentemente
 Capacidad para formular y gestionar proyectos
 Moral autónoma
 Capacidad de aplicar los conocimientos en la práctica
 Capacidad de trabajo en equipo
 Habilidades interpersonales
 Comprender interrelaciones complejas (pensamiento sistémico, holístico)
 Capacidad de adaptación a nuevas situaciones
 Capacidad de comunicación oral y escrita
 Capacidad creativa e innovadora
 Capacidad de motivar y conducir hacia metas comunes
 Capacidad de pensamiento lógico y analógico
 Capacidad de manejo de conflictos y negociación

La Psicología Clínica y de la Salud es la disciplina o el campo de especialización de la Psicología


que aplica los principios, las técnicas y los conocimientos científicos desarrollados por ésta para
evaluar, diagnosticar, explicar, tratar, modificar y prevenir las anomalías o los trastornos mentales
o cualquier otro comportamiento relevante para los procesos de la salud y enfermedad, en los
distintos y variados contextos en que éstos puedan tener lugar.

El Psicólogo Clínico y de la Salud como el psicólogo que aplica el conocimiento y las habilidades,
las técnicas y los instrumentos proporcionados por la Psicología y ciencias afines a las anomalías,
los trastornos y a cualquier otro comportamiento humano relevante para la salud y la enfermedad,
con la finalidad de evaluar, diagnosticar, explicar, tratar, modificar o prevenir éstos en los distintos
contextos en que los mismos puedan manifestarse.

Pero, ¿cuáles son los principios que un buen profesional de la psicología debe


aplicar? ¿cómo debe ser un buen psicólogo o terapéuta?
En breve resumiré cada una de los principios y características.
1. No juzgar nunca a un paciente
A lo largo de su carrera profesional, un psicólogo puede encontrarse con pacientes que
piensen de manera diferente a él en muchos aspectos. Además, algunas de las experiencias
que revelan los pacientes pueden ser poco comprensibles para muchas personas. Pero el
psicólogo o terapeuta debe comprender la situación, y a pesar de no compartir la forma de actuar o
de pensar del paciente, jamás debe imponer su opinión.
El psicólogo es un profesional que se ha formado para facilitar al paciente las herramientas
necesarias para poder mejorar su bienestar psicológico. Por tanto, un buen psicólogo ni juzga ni
critica a sus pacientes.
2. Ser accesible
Los pacientes suelen ser personas que necesitan ayuda profesional por distintos motivos, pero
generalmente se encuentran en situación de malestar psicológico y emocional. Un buen
psicólogo permite que sus clientes se sientan cómodos en sus sesiones y se muestra
accesible. Esto ayuda a que el paciente se abra y se sienta preparado para superar sus miedos.
3. Escuchar activamente
El terapeuta debe prestar atención plena a sus pacientes, por lo que no solamente debe oír lo
que le dice, sino que debe escucharle plenamente. Esto significa que debe escuchar de forma
activa, es decir, prestar atención con los cinco sentidos a lo que el paciente dice.
Además, el psicólogo no debe interrumpir continuamente a su paciente durante la sesión,
porque no es positivo para mantener la conexión terapeuta-paciente. En este sentido, es esencial
que el psicólogo provea un excelente rapport en sus sesiones.

4. Ser autoconsciente y sincero


La relación terapéutica no siempre es fácil, porque los psicólogos son seres humanos con sus
emociones y pensamientos propios. 
Pero el buen psicólogo es autoconsciente y sabe cuando deja de ser objetivo y se basa
en prejuicios a la hora de prestar ayuda a sus pacientes. Además, los buenos psicólogos son
sinceros tanto con el paciente como consigo mismos, lo que permite guiar al paciente en el camino
de la recuperación.

5. Estar en continua formación


Un buen psicólogo está continuamente formándose, porque debe ser capaz de entender y
atender a sus pacientes de la mejor manera posible. Nuestra sociedad está en continuo cambio y
los avances tecnológicos están cambiando nuestra forma de interactuar con el medio. 
Para entender la realidad actual es necesario que el terapeuta actualice sus conocimientos de
forma constante. La formación es básica para continuar mejorando y para continuar creciendo a
nivel profesional.

6. Ser ético
El psicólogo, además de poseer conocimientos teóricos y prácticos para el correcto desarrollo de
su profesión, debe ser consciente de sus recursos y limitaciones y de los principios éticos
que que gobiernan el ejercicio de su profesión. Existe un código deontológico que todos los
profesionales de la salud mental deben seguir estrictamente y que garantizan un servicio
profesional y de calidad.
La responsabilidad social del psicólogo le obliga a respetar la dignidad de sus pacientes y
preservar y proteger los derechos humanos fundamentales. Entre algunas de las obligaciones
éticas del psicólogo, podemos encontrar: utilizar sus conocimientos para promover el bienestar
humano o mantener secreto profesional.

7. Comunicar de forma efectiva


Puesto que los psicólogos tratan con personas, es necesario que dominen ciertas habilidades
interpersonales y habilidades de comunicación. 
Pues uno de los motivos por los que existe una buena relación profesional entre un terapeuta y un
paciente es la buena comunicación y el entendimiento entre ambos, es totalmente necesario
que el profesional posea una serie de recursos comunicativos que hagan llegar su mensaje de
forma clara al paciente.
8. Ser paciente
Una de las cualidades que debe poseer el terapeuta es la paciencia. A lo largo de las sesiones
terapéuticas pueden existir altibajos por parte del paciente, algo que puede afectar también al
psicólogo, al hacerle cuestionar su método de trabajo. 
La relación psicólogo-paciente no siempre es idílica, y en muchas ocasiones el psicólogo debe ser
tolerante y paciente, y debe ser capaz de transmitir esa paciencia para que el paciente sea
consciente de que los altibajos son normales.

9. Ser empático
Pero el terapéuta no solo debe mostrarse paciente frente a persona que tiene delante, sino que,
para llevar a cabo sus labores profesionales con éxito, debe ser empático. 
Esto quiere decir que debe ser capaz de ponerse en lugar del otro para sentir lo que siente y
pensar como piensa. De esta manera será capaz de comprender la magnitud del problema que la
persona está viviendo y podrá ayudarle. Si el psicólogo no consigue ser empático, puede minimizar
el problema que vive el paciente, lo que le podría llevar a emplear herramientas inadecuadas.

10. Derivar cuando es necesario


El psicólogo debe entender que no puede ayudar al paciente en todos sus motivos de consulta ni
es experto en solucionar todos los problemas. Uno de los principios para ser un buen psicólogo
es saber derivar cuando es necesario. 
Por tanto, el psicólogo debe derivar al paciente a otro profesional para que este último pueda
beneficiarse de la ayuda proporcionada por otro profesional sanitario. De no hacerlo, está
cometiendo en una mala práctica profesional.

Como psicólogos creo que es importante hacernos estas preguntas:


1. ¿Qué tipo de persona es el psicólogo?
2. ¿Qué proceso de crecimiento se da en él o ella a lo largo de su formación profesional?
3. ¿Qué cambios ocurren en la estructura de su personalidad como resultado de su actividad
profesional?
4. ¿Existe una reacción formativa o deformativa en la persona que estudia psicología?
5. ¿Se logra estructurar una identidad del Yo como profesional de la psicología?

La formación de la identidad emplea un proceso de reflexión y observación simultáneas, que tiene


lugar en todos los niveles del funcionamiento mental. Según este proceso, el individuo se juzga a sí
mismo a la luz de lo que percibe como la manera en que los otros lo juzgan a él comparándolo con
ellos, y en los términos de una tipología sig- nificativa para éstos últimos; por otra parte, juzga la
manera en que es juzgado, a la luz del modo en que se percibe en comparación con otros y en
relación con tipos que han llegado a ser importantes para él. Por suerte, este proceso es,
necesariamente, en su ma- yor parte inconsciente, excepto donde se combinan condiciones
interiores y circunstan- cias exteriores para agravar una conciencia de identidad.
El análisis de la identidad del psicólogo como individuo se tendrá que formular en términos de
su propia historia; así como en función de la historia de la profesión, de la institución donde realiza
su formación y del contexto social que le rodea.
Habría entonces que considerar tres factores en la formación de la identidad profesional:
1. El individuo, el psicólogo, con su historia (identidad del Yo como psicólogo).
2. La psicología, con su historia como profesión, dentro de un contexto institucional específico
(identidad del grupo de psicólogos).
3. Ambos en el contexto social actual (el mundo profesional).

Referencias:
 Harrsch, C. (2005). Identidad del psicólogo.

 Moreira, M. V., & Veliz, K. A. (2017). Las habilidades blandas del psicólogo clínico en su
intervención en la salud pública. Revista Contribuciones a las Ciencias Sociales.

 Colegio Oficial de Psicólogos de España. (2010). Código deontológico. Disponible


en: https://www.cop.es/pdf/codigo-deontologico-consejo-adaptacion-ley-omnibus.pdf

 Badós López, A. y García Grau, A. (2011). Habilidades terapéuticas. Disponible


en: http://diposit.ub.edu/dspace/bitstream/2445/18382/1/Habilidades%20terap
%C3%A9uticas.pdf

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