Sei sulla pagina 1di 5

1

Inteligencia Emocional

Salovey y Mayer como se citó en (Martinez, Piqueras y Ramos, 2010) afirman que la

inteligencia emocional (IE) “es la capacidad para supervisar los sentimientos y las

emociones de uno/a mismo/a y de los demás, de discriminar entre ellos y de usar esta

información para la orientación de la acción y el pensamiento propio” (p.863). El termino

IE surgió a partir de los autores anteriormente nombrados alrededor de los años 90 con el

fin de dar a conocer un tipo de inteligencia particular y de magna importancia relacionada

con las emociones y la cognición, que hoy en día juegan un papel relevante en la vida de

cada persona, pues es indudable la participación de las mismas en los diferentes ámbitos y

circunstancias del medio en que se vive, en las decisiones, acciones y reacciones ante

determinados momentos con el objetivo de responder a las mismas con la mejor

disposición. Las emociones pueden llegar a ser la mayoría de las veces demasiado

fluctuantes y desmesuradas, sino se tiene un manejo adecuado de ellas lo que puede

implicar una afectación en las diferente facetas de la vida de un ser humano tanto emotivas,

cognitivas y comportamentales, de acuerdo con lo que expresa Martínez et al., (2010)

“Estas reacciones son de carácter universal, bastante independientes de la cultura, producen

cambios en la experiencia afectiva (dimensión cognitivo-subjetiva), en la activación

fisiológica (dimensión fisiológica-adaptativa) y en la conducta expresiva (dimensión

conductual-expresiva)” (p.863). El mundo de las emociones es complejo puesto que las

emociones se viven muy subjetivamente y de manera muy propia dependiendo de la

situación, aunque las emociones relativamente sean las mismas pero presentadas con una

intensidad, frecuencia y tiempos distintos, lo cual hace que cada uno responda, actué, y se

sienta afectado o no en cierto modo, pero aun asi estas se pueden controlar y manejar para

lo cual se hace necesaria el uso y la práctica de la IE.


2

Según Marina (2015) “No es de extrañar que muchos autores, sobre todo americanos,

denominen a la inteligencia emocional “inteligencia social”. Se refieren a la capacidad de

poder establecer una comunicación satisfactoria con otros” (p.36). Es conveniente traer a

colación este aporte debido a que no se puede apartar a un ser humano de la dimensión

social-afectiva que por naturaleza viene consigo y que es concomitante a las emociones,

pues los diferentes estados emocionales que brotan desde lo más profundo y que alteran la

parte fisiológica y como resultado de este proceso surge una conducta expresada

corporalmente ya sea a través de gestos o el propio leguaje para emitir la condición por la

que se está pasando, a un sujeto o grupo específico de personas, lo cual afectara de manera

directa e indirecta a la misma persona y a la sociedad que le rodea, puesto que la IE es una

pauta para una relación efectiva y exitosa tanto intrapersonal como interpersonal.

Por otro lado el modelo de IE de Mayer, Salovey como se cita en (Caballero, Suarez y

Bruges, 2015) tiene 4 características esenciales que son el centro fundamental “1) la

habilidad para percibir las emociones 2) la facilitación o asimilación 3)la comprensión

emocional; y 4) la habilidad para regular las emociones propias y de los demás” (p.141). La

IE posee estos rasgos sumamente sustanciales pues la percepción desde una introspección

profunda ayuda a enfatizar en cada emoción y aprender a verla y a sentirla de la manera

más pura y consiente, de otra forma el asimilar cada emoción proporciona al individuo la

capacidad de antelación y de precaución para saber cómo sobrellevar un caso puntual, en la

comprensión se obtiene una idea clara de cómo responder, que técnicas reflexivas, de

sosiego y de bienestar poner a prueba para evitar exaltarse o emocionarse demasiado, y por

último se tiene la más importante de todas la regulación que se propone una búsqueda

insaciable hacia la relajación y el control, para posteriormente poner en funcionamiento la


3

razón y de esta manera adaptarse fácilmente a una situación disminuyendo las emociones

negativas e incrementando las positivas

Desde un punto de vista psicológico Ramos y Hernández (2008) dicen que “ La IE a

través del mindfulness está muy relacionada con la tercera generación de terapias cognitivo-

conductuales que subrayan la importancia de mejorar la relación con nuestra experiencia

interna, más que tratar de eliminar o modificar dicha experiencia” (p. 140). Esta practica va

de la mano con la parte cognitivo conductual pues no se puede negar la estrecha relación

entre lo emocional y lo racional, al hacer uso del mindfulness el individuo podrá focalizarse

con total atención en el instante vivido y de este modo aceptar la condición, pensar antes de

juzgar, darse un respiro y actuar sin dejar llevarse por lo emotivo, lo cual facilitará un estilo

de vida útil, sin presiones y con capacidad de resolución de problemas, lo que evitara

muchos trastornos o afectaciones de tipo emocional.

En si la IE y sus diversas técnicas cumplen y comparten una función invaluable en el

ámbito del bienestar físico y mental pues según Mamani-, Brousett- Ccori y Villasanteun

(2018) elevado porcentaje de IE disminuye los riesgos de sintomatologías depresivas y

ansiosas (párr. 4), ya que si se controlan las emociones primarias y se regulan, estas no

perduraran en el tiempo y se evitaran estos trastornos de tipo emocional que muchas veces

conllevan o terminan en las ideaciones suicidas, además cabe destacar el enaltecimiento de

la autorregulación, autoconocimiento y capacidad de aceptación en el medio social para

mejorar las relaciones con los demás, consigo mismo, y asi poder mantener una calidad de

vida excepcional a través del reconocimiento emocional que le permitan tomar las

decisiones correctas para pensar y actuar en función de ello.

Angela Johana Endes Rincón.


4

Referencias Bibliográficas

Mamani, O., Brousett, M., Ccori, D. y Villasante K. La inteligencia emocional como factor

protector en adolescentes con ideación suicida. Duazary. 2018 enero; Vol 15 (1): 39 - 50.

Recuperado el de febrero de 2020 Disponible en Doi: http://dx.doi.org/10.21676/238978

3X.2142

Ramos, N. y Hernández, S. (2008). Inteligencia Emocional y Mindfulness; Hacia Un

Concepto Integrado De La Inteligencia Emocional. Revista Facultad De Trabajo Social •

Vol 24, No. 24 / P. 135 - 146 Medellín - Colombia. Ene-dic 2008 • ISSN 0121 – 1722.

Recuperado el 9 de febrero de 2020 de la base de datos https://www.redalyc.org/jatsRepo

/274/27449361006/html/index.html

Martínez, A., y Piqueras, J. y Ramos, V.(2010). Inteligencia Emocional en la Salud Física y

Mental. Revista Electrónica de Investigación en Psicología Educativa, Vol 8 (2), 861-

890. Recuperado el 9 de Febrero de 2020. ISSN: de la base de datos https://www.redalyc

.org/articulo.oa?id=2931/293122002020

Marina (2005). Precisiones sobre la Educación Emocional. Revista Interuniversitaria de

Formación del Profesorado, Vol 19(3),27-43. Recuperado el 9 de Febrero de 2020.

ISSN: 0213-8646 de la base de datos https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=274/2741

=1927003

Caballero, C., Suárez, Y., y Bruges, H. (2015). Características de inteligencia emocional en

un grupo de universitarios con y sin ideación suicida. CES Psicología,Vol 8 (2), 138-155.

Recuperado el 9 de febrero de 2020. ISSN de la base de datos https://www.redalyc.org/ar

ticulo
5

Potrebbero piacerti anche