Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
io
Índice
Portada
Dedicatoria
Agradecimientos
Introducción. La verdadera delgadez: más allá de los tópicos
Conclusión
Epílogo
Anexos. Para ir más allá
Notas
Créditos
A mi mujer Valérie, mis dos hijos Loïc y Jauffrey; mis amores, mi energía motriz y creativa.
A Alice, mi abuela: la luz y la dulzura de mi infancia, mi amor por la naturaleza. Tú me llevaste a tu universo de
maravillas. Todavía hoy, mi corazón lleva la huella de tu dedicación y de tu bondad.
A los doctores y profesores M. Lallement, H. Castel, C. Jasmin, M. Rosenzweig, A. Leiman, S. Breedlove, C. y S.
Simonton, J. Creighton, B. Siegel, D.T. Jaffe, A. Guyton, J. Kabat-Zinn, L. Schwartz, J.H. Schultz, A. Weil, M.-L.
Schultz, David Servan-Schreiber y Deepak Chopra.
Vuestro saber, vuestros textos o vuestra amistad me recuerdan cada día que el agradecimiento de mis pacientes no
me pertenece; que cuando curo o enseño, no hago más que transmitir vuestra ciencia en consciencia y vuestra
humanidad.
Agradecimientos
A la editorial Albin Michel, a Marc de Smedt, Laure Paoli, Caroline Signol por su interés y su confianza… a lo
largo del tiempo.
A Marie Borrel, por su talento humano y su vida de experiencia y consciencia al servicio de la salud.
A Marylène y Jean-Pierre por su bondadosa fidelidad a mis ideas.
A Pascale, Tiffany y todo mi departamento científico de R y D por su profesionalidad, su motivación y su
amistad.
A todos aquellos y aquellas que son sensibles a esta pequeña frase de Saint-Exupéry : «Lo esencial es
invisible a los ojos, solo se ve bien con el corazón».
Con varios colegas, todos voluntarios, el doctor Yann Rougier ha creado la W-Health Foundation dedicada a la
enseñanza de las neurociencias aplicadas para profesionales y particulares.
En la página web neuro-minceur.org encontrará todos los ejercicios prácticos de este libro, desarrollados y
comentados: archivos de audio, descargables gratuitamente, que permitirán ampliar, un poco más cada día, su
«espacio delgadez» y su «espacio bienestar».
Rediseñando su cuerpo, rediseña su vida.
Una web reservada a personas que sufren patologías crónicas que desarrolla un acompañamiento terapéutico
coordinado con los equipos de cuidados: delta-medecine.org.
Descubrirá las cinco herramientas más importantes de las neurociencias aplicadas, al servicio de la prevención y
de su proceso de salud global, con el leitmotiv clave de este libro: conviértase en actor de su delgadez, conviértase
en actor de su salud.
Introducción
LA VERDADERA DELGADEZ:
MÁS ALLÁ DE LOS TÓPICOS
«La locura es hacer todos los días lo mismo
y esperar un resultado diferente».
ALBERT EINSTEIN
No puede haber mejor introducción a este libro que esta cita llena de sentido común y de sabiduría formulada por
Albert Einstein. ¡Mismas causas, mismos efectos! ¡Misma visión de la delgadez, mismos resultados decepcionantes
sobre la duración, incluso a corto plazo! Como la mayor parte de candidato(a)s al adelgazamiento, usted está sin
duda convencido(a) de que adelgazar es lo mismo que perder peso «en su cuerpo». Esta idea única de la delgadez,
por no decir esta casi obnubilación, ha dominado los medios de comunicación y los ámbitos científicos durante los
tres últimos decenios, hasta el punto de enraizarse profundamente en todas las mentes e incluso en las conciencias.
¡Sin embargo, las conclusiones más recientes de las investigaciones en neurociencias aplicadas demuestran que no
tiene nada que ver! Ya sea el programa X o el método Y el que haya adoptado para adelgazar, su sistema está
abocado al fracaso si se contenta con centrarse en los errores alimenticios que le han conducido a acumular kilos
superfluos. No vea en esta afirmación ningún deseo de desanimarle de antemano (o peor, de culpabilizarle con otro
leitmotiv emblemático: ¡si no se consigue adelgazar es que no hay voluntad de hacerlo!). ¡Todo lo contrario, a la
vista de los nuevos indicios científicos que han aparecido! Modificando radicalmente la visión de las «causas» de su
sobrepeso, podrá modificar los «efectos» sobre su metabolismo. Esta visión totalmente nueva de la delgadez le
permitirá perder por fin todos los kilos superfluos, pero sobre todo no recuperarlos. Y, lo más importante, esta
pérdida de peso se hará desde el respeto a su salud y a su «personalidad metabólica» (su «cordial» forma de asimilar
y de transformar o de acumular sus alimentos).
Entre todas las autoridades sanitarias esta constatación es actualmente inapelable: desde hace más de medio
siglo, innumerables regímenes y métodos de adelgazamiento han invadido y saturado los medios de comunicación, y
sus resultados duraderos (a largo y medio plazo) brillan por su ausencia: régimen hipocalórico o hiperproteico,
régimen disociado o monodietas… (Hay más de 17.000 enlaces de regímenes en Internet, afirmando una cosa y la
contraria. ¡Alucinante!). La experiencia dice que todos estos enfoques acaban siendo a menudo desequilibrantes, a
veces agotadores (física y moralmente) y en buena parte incluso peligrosos. Además, a menudo comportan una
recuperación de peso superior a la pérdida conseguida con tanto esfuerzo: es el tristemente célebre «efecto yo-yo».
¿Por qué estos fracasos sistemáticos? Porque la pérdida de peso duradera no se limita a la modificación
(infinita) de la alimentación, combinada con un poco de ejercicio físico. ¡De ser así haría décadas que los
investigadores en nutrición más importantes del planeta habrían conseguido crear «EL régimen» perfectamente
sistematizado y eficaz al cien por cien!
Así pues, cambiemos un segundo nuestro punto de vista para descubrir que la delgadez no es solamente una
cuestión de sistema digestivo, de metabolismo alimenticio y de opciones nutricionales.
Fundamentalmente, el aumento de peso y por tanto su control, implican también a nuestro sistema nervioso,
nuestra mentalidad y nuestras emociones. Esto es lo que demuestra de manera irrefutable la investigación en
neurociencias, aplicada a la ingesta alimenticia (véase también).
He dedicado más de treinta años de mi vida profesional a la «salud plena» (en la cual incluyo el bienestar de
una delgadez duradera) y, más globalmente, a la «felicidad biológica humana» (un término menos técnico, pero
también menos limitado que «equilibrio metabólico»). He podido participar regularmente en numerosos programas
de investigaciones pluridisciplinares, en colaboración con colegas de diversas especialidades (endocrinólogos,
hematólogos, psicólogos, diabetólogos…) y en distintos países (Estados Unidos, Japón, Canadá, España, China…).
Esta trayectoria profesional me ha llevado a interesarme por todas las teorías científicas válidas en materia de
adelgazamiento. No he seguido esa vía con ideas preconcebidas (y menos aún fijas), sino con la mente abierta y una
curiosidad insaciable, esforzándome siempre por mantener el contacto directo con el «ser humano global»: cuerpo,
mente y emociones. ¡Así he llegado a la convicción de que el verdadero control de peso concierne a la totalidad de
su ser! A lo largo de mi trabajo y de mi experiencia clínica, he podido verificar que su búsqueda de la delgadez no
implica solamente la evolución de su silueta, la fuerza de su deseo o el poder de su voluntad.
En realidad, cada vez que usted se lleva un alimento a la boca, lo hace bajo la influencia de una cascada de
neurotransmisores1 que «se abren paso a codazos» a cada segundo, en los meandros de su cerebro. Ahora bien, esos
mismos neurotransmisores son también «esclavos dóciles» de sus pensamientos y sus emociones. Lo cual explica
por qué sus emociones mal gestionadas y sus pensamientos recurrentes (a menudo debidos al estrés y a diferentes
presiones inevitables que soporta en su vida) interfieren en su comportamiento alimenticio y su metabolismo,
haciendo fracasar la práctica totalidad de regímenes adelgazantes, desde los más clásicos a los más disparatados.
De pronto, adelgazar ya no es solo una cuestión de «régimen» eficaz, de «buen coach» o de «pastilla
milagrosa». ¡Ningún régimen para adelgazar puede dar resultados duraderos mientras la alimentación siga siendo
su principal preocupación!
Me gustaría que dedicara tiempo a releer la frase precedente y a comprender este concepto fundamental:
¡mucho antes de estar en su cuerpo, su sobrepeso está integrado en su cerebro endocrino (el que gestiona el equilibro
de sus neuronas) como estado normal, incluso óptimo! Su peso ideal está así mentalmente desfasado, o más
exactamente desviado. Mientras esta creencia (errónea sin duda) no se corrija, todos sus intentos de perder peso
seguirán condenados al fracaso. Para perder peso de forma duradera debe, en primer lugar, desprogramar estos
esquemas distorsionados de su cerebro, después reequilibrarlos y, finalmente, establecerlos como duraderos. Para
que su cuerpo se despoje de los kilos que ha acumulado, en primer lugar, debe recrear en su consciencia, más que en
su mente, un «espacio adelgazante» que luego será adoptado por todo su metabolismo.
Inmediatamente, todo el concepto de delgadez, eso que parecía hasta entonces muy complejo y muy
laborioso, se simplifica. Visto desde ese ángulo innovador, el aumento de peso se convierte en el «síntoma» banal de
un desequilibrio neuro metabólico global, y es así como hay que abordarlo.
Es ahí donde interviene la clave principal de las neurociencias aplicadas: «los cinco factores del ser vivo»
(presentados y explicados más detalladamente en el capítulo 1). Las últimas síntesis pluridisciplinares manifiestan
que todo aquello «vivo y humano» de nuestra tierra, desde la célula más pequeña al organismo más complejo,
1.respira,
2.se nutre,
3.elimina sus desechos,
4.piensa y
5.experimenta emociones.
Hay un punto esencial, que me dispongo a subrayar inmediatamente: ¡todos estos factores tienen la misma
importancia! Es por tanto sobre esos cinco niveles sobre los que habrá que actuar simultáneamente, para
reequilibrarlos. Eso es lo que al final conducirá a su cuerpo a despojarse naturalmente, sin sufrimiento ni carencia,
de la grasa excedente que se ha visto abocado a almacenar «por error» de programación metabólica. Todo sobrepeso
crónico está siempre ligado a un desequilibrio de estos «cinco factores del ser vivo». Esa es la regla de oro del
sobrepeso humano, descifrada en base a las neurociencias.
Nuestro metabolismo energético, digestivo y adipocitario (el almacenaje de grasas sucede en los adipocitos)2
interactúa de forma permanente con la manera como pensamos, vivimos nuestras emociones, respiramos, nos
nutrimos, y gestionamos nuestros desechos (toxinas, contaminantes…). ¡No tener en cuenta, cada día, cada uno de
estos factores, es conservar y anclar profundamente los desequilibrios que han facilitado acomodo al sobrepeso! ¡Y
eso conduce forzosamente al fracaso, sea cual sea su programa alimenticio, su disciplina, su voluntad e incluso la
fama de su coach adelgazante!
Puedo por tanto anunciar muy claramente esta regla número 1 neuro-adelgazante: la causa fundamental del
sobrepeso crónico no implica directamente nuestra alimentación, sino nuestra manera de nutrirnos; implicando esta
última a su vez a nuestros pensamientos, nuestras emociones, nuestra forma de respirar y de gestionar nuestros
desechos interiores.
Le propongo por tanto descubrir este programa neuro-adelgazante innovador, eficaz y práctico. ¡Gracias a él,
va a entrar de lleno en la medicina nutricional del tercer milenio! Va a descubrir que el control del peso ideal no
puede ser más que la consecuencia directa de un reequilibrio psico-neuro-metabólico global, y no un simple
objetivo de nutrición adelgazante.
Mi programa asocia cinco herramientas de salud metabólica complementarias que funcionan en sinergia, en
un proceso global de «psico-neuro-nutrición». La alimentación tiene un papel determinante, por supuesto, ya que es
imposible adelgazar sin modificar positivamente su forma de nutrirse. ¡Pero no es prioritario, ni mucho menos!
Otros gestos adelgazantes esenciales preceden y complementan el programa alimenticio. El adelgazamiento, y luego
el mantenimiento del peso ideal, se convierten así en las consecuencias lógicas de este reequilibrio metabólico
global (habiendo demostrado las neurociencias aplicadas que lo mental, las emociones y el cuerpo funcionan
siempre en conjunto, sin que sea posible disociar su actividad).
Este primer programa de adelgazamiento neurohormonal asocia a los descubrimientos más recientes en
materia de alimentación (índice glucémico, SLIM-dataTM1,3 equilibrio ácido-básico, crono-dietética…),
herramientas prácticas destinadas a equilibrar y seguidamente a modular, la producción de los neurotransmisores
cerebrales que participan directamente en el aumento de peso. En este libro, pues, aprenderá a gestionar su peso
actuando simultáneamente sobre sus «cinco factores del ser vivo».
Estas son las CINCO HERRAMIENTAS ADELGAZANTES que va a utilizar:
•1. Respirar bien a diario: un protocolo de respiración sistematizada y rítmica, para combatir el estrés y
reequilibrar la producción de determinados neurotransmisores cerebrales y hormonas responsables de las
«falsas hambres» y de los «desfallecimientos».
•2. Eliminar toxinas de su cuerpo: un programa para ayudar a regenerar sus órganos de digestión, de
asimilación y de eliminación, a fin de frenar la sobreacumulación de grasas y favorecer la eliminación de
kilos inútiles.
•3. Armonizar mentalmente su esquema corporal y remodelar las zonas que lo necesiten: un protocolo
de visualización mental, práctico e ilustrado, para influir en el metabolismo lipídico y la plasticidad grasa.
•4. Mejorar su gestión emocional: gracias a un ejercicio lúdico de «espectador en consciencia» de su día a
día; permite salir de los esquemas psicoemocionales negativos que se traducen en el plano corporal en
hambre irrefrenable y en una sobreacumulación global. Para ir más lejos (si fuera necesario) un «protocolo
de intenciones», basado en un trabajo de escritura simple y sistematizado, que permite derribar
determinados «muros adelgazantes» más profundamente enquistados.
•5. Y finalmente, modificar poco a poco su alimentación: una vez que haya preparado su cuerpo, su
cerebro y su sistema nervioso para reconocer, y luego aceptar serenamente, la necesidad de su peso ideal.
Llegados a este punto puedo enunciar la regla de oro neuro-adelgazante: todas las herramientas tienen la
misma importancia metabólica; es la sinergia de estas cinco herramientas adelgazantes la que dará resultados
duraderos (allí donde todos sus antiguos regímenes han fracasado) desarrollando efectos metabólicos óptimos de
almacenaje y de remodelación. Su adelgazamiento se convertirá de este modo en la manifestación infalible de su
bienestar biológico global.
Este libro le propone crear, paso a paso, este espacio adelgazante sólido y estable en el seno de su cerebro,
además de en su sistema nervioso y en su sistema digestivo. Su «delgadez-bienestar garantizada de por vida» está al
final de esta cadena beneficiosa.
¿Está preparado(a)? Pues en marcha hacia el apasionante país de las neurociencias y de lo que estas nos han
permitido descubrir y comprender sobre la delgadez. Yo le llevaré seguidamente a descubrir consejos prácticos y el
programa completo. Pero no nos precipitemos…Usted acaba de cambiar en pocas líneas todos sus «puntos de vista
sobre la delgadez»… ¡Hay que darle tiempo para «digerir» esta nueva visión!
1
NEUROCIENCIAS Y PÉRDIDA DE PESO
«Los kilos de más en tu cuerpo traducen
el peso del estrés excesivo en tu cerebro».
«Mens sana in corpore sano».
JUVENAL
¡Definitivamente, una mente sana necesita un cuerpo sano…, y la recíproca es igualmente importante! El ser
humano no es un individuo dividido en dos, en un lado su cuerpo (corpore) y en el otro su mente (mens),
funcionando cada uno por su lado de forma libre e independiente. Esta visión fragmentada del ser humano ha
prevalecido sin embargo en el mundo occidental durante muchos siglos. Al mismo tiempo, otras civilizaciones (en
China, en India, en Japón, en determinados países de África, del mundo árabe o de América del Sur…) consideraban
al ser humano como un todo, una entidad global nutrida por interacciones constantes entre sus dos vertientes: siendo
una (muy real), el cuerpo; la otra (más virtual) el universo de los pensamientos y de las emociones.
A mediados del siglo pasado, los avances de la psicología y de la neuro física tendieron un primer puente
entre el cuerpo y la mente a través de una disciplina nueva: la psicosomática. Este primer paso llevó a determinados
médicos (escasos todavía en esa época) a admitir que las enfermedades del cuerpo podrían provenir, en parte, de los
desequilibrios de la mente. Hoy en día, la ciencia confirma las intuiciones de los antiguos gracias a una disciplina
nueva: las neurociencias. La evolución pareja de los conocimientos neurobiológicos y de las técnicas de diagnóstico
por la imagen, han permitido a los investigadores del mundo entero objetivar los efectos de nuestros pensamientos y
de nuestras emociones sobre nuestro cuerpo, y, al mismo tiempo, el impacto de aquello que sucede en nuestro
organismo sobre lo que tiene lugar en nuestra preciosa caja craneal y nuestro sistema nervioso.
Más que una evolución, se trata de una verdadera revolución que nos permite tener otra visión de todos los
desequilibrios, pequeños y grandes, que perturban el buen funcionamiento de nuestro organismo. El sobrepeso no es
ajeno a ello. De lo cual se deriva una primera constatación fundamental de la que ya he hablado: ¡la acumulación de
kilos superfluos no está ligada únicamente a aquello que comemos! El fracaso permanente de los incontables
regímenes que ha surgido a lo largo de los últimos cincuenta años lo demuestra perfectamente. El exceso de peso no
es ya imputable únicamente a nuestros desórdenes emocionales. Es un individuo global quien aumenta de peso. Es
ese mismo individuo global a quien hay que tomar en consideración cuando se trata de perderlo. Este es todo el
propósito de este libro. Pero antes de presentarles con detalle las herramientas que le permitirán actuar de forma
coordinada en todos los frentes (cuerpo, mente y emociones) para conseguir una pérdida de peso duradera, le
propongo, brevemente, conocer de manera más amplia el sorprendente universo de las neurociencias, de sus
descubrimientos y de sus aplicaciones prácticas. Al estar más familiarizado con este nuevo espacio diagnóstico y
terapéutico, usted podrá comprender mejor, y por tanto aplicar mejor, cada una de las herramientas adelgazantes
siguientes.
1.se nutre,
2.respira,
3.elimina sus desechos y se protege,
4.piensa y
5.experimenta emociones.
Esta «carta de las neurociencias aplicadas» fue desarrollada por mi grupo de colaboradores (Estados Unidos,
Japón, España, Francia). Juntos establecimos que cada célula se alimenta ingiriendo los nutrientes acarreados por la
sangre y proporcionados por la alimentación. Ella respira absorbiendo el oxígeno que le es aportado por la misma
vía. Seguidamente se desprende de sus desechos (gas carbónico, residuos metabólicos…) Hasta ahí, todo muy
comprensible. A estas tres dimensiones, conviene sin embargo añadir otras dos, fundamentales. Las células dialogan
sin cesar entre ellas a través de intercambios nerviosos y hormonales (es el equivalente al pensamiento). En
resumen, reciben el impacto de nuestras emociones, las cuales les influyen por medio de una red muy abundante de
conexiones y de comunicación entre los grupos de neuronas (véanse las explicaciones en el capítulo 2).
byYako1976identi.io
Estos cinco factores esenciales se hallan en todos los niveles de nuestra organización corporal, de los más
simples a los más complejos. Cuando un desequilibrio se instala (por ejemplo, el aumento de peso), afecta
enormemente a la armonía de estos cinco factores. Para acabar con ello (y perder los kilos superfluos de forma
duradera), será necesario por tanto actuar simultáneamente a todos esos niveles, vía la alimentación naturalmente,
pero también la respiración, la eliminación de toxinas, el control de los pensamientos ligados al estrés y la gestión de
las emociones perturbadoras. Es este conjunto de actos reflejos saludables lo que permitirá restablecer el equilibrio
de delgadez roto, ya que todo sobrepeso crónico y duradero está siempre ligado a un desequilibrio más o menos
profundo, más o menos antiguo y más o menos enraizado de los «cinco factores del ser vivo».
•Es un individuo global (cuerpo, pensamientos y emociones) quien aumenta de peso. Es este mismo individuo global el que hay que
tener en cuenta cuando se quiere adelgazar.
•Las neurociencias se sitúan en la confluencia de numerosas especialidades médicas, que se aúnan en un enfoque global de la
salud.
•Utilizan herramientas de observación muy sofisticadas para visualizar in situ y en tiempo real, el funcionamiento del cerebro y del
sistema nervioso, sobre todo en las situaciones de estrés y de tensión psicológica.
•Han permitido comprender mejor los vínculos cuerpo/mente, y elaborar herramientas prácticas capaces de mejorar el bienestar
psíquico y psicoemocional. La delgadez forma parte de ello.
•Las neurociencias aplicadas invitan a cada uno a convertirse de lleno en «actor de su curación». Y, por tanto, de su salud y de su
pérdida de peso.
•Todo ser vivo y humano, desde la más pequeña célula al organismo más complejo, respira, se nutre, evacúa sus desechos, piensa y
experimenta emociones. Estos son los «cinco factores del ser vivo».
•El aumento de peso implica un desequilibrio de estos cinco factores complementarios y sinérgicos. Para perder kilos superfluos, hay
que actuar sobre estos cinco niveles al mismo tiempo.
•Este nuevo método «neuro-adelgazante» propone cinco herramientas prácticas, que permiten reequilibrar estos cinco factores.
•La alimentación forma parte de ello, pero no constituye más que una quinta parte del enfoque. Recupera un lugar más justo en el
dispositivo de pérdida de peso.
•Las tres reglas de oro de las neurociencias aplicadas a la pérdida de peso: primero, el sobrepeso crónico no concierne directamente
a los desequilibrios de nuestra alimentación, sino a los de nuestras neurohormonas. Segundo, es la sinergia de estas cinco
herramientas adelgazantes lo que dará resultado, allí donde la alimentación sola fracasa desde hace décadas. Finalmente, para
conseguir una delgadez duradera, cada uno debe convertirse de lleno en «actor de su adelgazamiento».
2
PSICO-NEURO-NUTRICIÓN:
LA CLAVE DE UNA DELGADEZ
SALUDABLE DURADERA
«Cuando una emoción es demasiado pesada de digerir, la mente busca la ayuda del cuerpo: ¡esto se llama kilos de más!».
«El sobrepeso no es la consecuencia de un consumo excesivo de alimentos. Este consumo excesivo de alimentos es la consecuencia de la verdadera
causa del sobrepeso: el desequilibrio psico-neuro-metabólico».
Todos aquellos (y aquellas) que han intentado ya perder peso —y son muy numerosos, lo sé— saben hasta qué
punto puede resultar difícil, frustrante, estresante, agotador, física y a menudo moralmente. Hay que hacer esfuerzos
constantes, pasar momentos de depresión y de desánimo que en muchos casos llevan a «rendirse» y saltarse las
estrictas normas que uno se ha impuesto. De ello se deriva con frecuencia una culpabilidad que no arregla en
absoluto las cosas. Uno se fustiga. Se recrimina su falta de voluntad. Trata de recuperar otra vez la motivación y
renueva sus esfuerzos. Oscila así durante un tiempo más o menos largo, a menudo en un estado de estrés latente en
el que se instalan tanto los esfuerzos y las privaciones como las carencias nutricionales: alimentación demasiado
escasa en los regímenes hipocalóricos, falta de fibra y de micronutrientes en los regímenes hiperproteicos, etc.
Y en el momento en el que se consigue por fin el peso deseado (si es que se consigue), ¡plof! Todo se hunde.
Porque los kilos vuelven de forma subrepticia, insidiosa, a veces incluso hasta superar la cantidad que se había
perdido. Es el famoso efecto yoyó, sobre el que ya se ha escrito mucho sin que los nutricionistas hayan conseguido
nunca un consenso, ni siquiera un principio de solución. Es que, hasta la fecha, los programas adelgazantes se
centraban únicamente en la alimentación. Un «precepto delgadez» se impuso desde mediados del siglo XX, hasta el
punto de convertirse en una norma ineludible para todos los programas de pérdida de peso:
Estas dos ecuaciones simplistas (matemáticamente correctas, pero psico-neuro-biológicamente erróneas) han
puesto de manifiesto sus límites. Todos los «regímenes» han dado pruebas claras de su ineficacia a largo plazo. Hoy
sabemos, gracias a las neurociencias, que la realidad es mucho más compleja e implica la intervención de otros
factores desatendidos durante mucho tiempo, e incluso olvidados. Lo repito: es un ser completo quien acumula peso.
Para perder estos kilos superfluos, habrá que tener en cuenta todas las dimensiones de su personalidad neuro-psico-
metabólica. Por eso le propongo hoy un programa que, no solo no está totalmente centrado en la alimentación, sino
que incluso la coloca en segundo plano. Y, sin embargo, este programa es extremadamente eficaz. Responde a todos
los «bloqueos del adelgazamiento», a todas las «desesperaciones del adelgazamiento» e, incluso, a la «maldita
celulitis».24
Se acabaron las frustraciones, las pulsiones, las «rendiciones», el desánimo, la culpabilidad… Recuerde los
cinco factores del ser vivo: sus células se nutren, respiran, eliminan sus desechos, «piensan», y «experimentan
emociones». Empezará por reequilibrar los factores no alimenticios, sin preocuparse de su forma de comer. Luego
únicamente, cuando haya reprogramado su cerebro, integrará en su cotidianidad algunos consejos nutricionales
sencillos. Y su organismo reaccionará por igual a este ligero ajuste alimenticio, beneficioso para su salud antes
incluso de serlo para su silueta. Pero no vayamos tan rápido…
DE LA NEURO-NUTRICIÓN A LA PSICO-NEURO-NUTRICIÓN
Estas primeras tomas de consciencia científicas permitieron pasar de la nutrición a la neuro-nutrición. Pero los
investigadores de las neurociencias no se detuvieron ahí. Diversos equipos hospitalarios reunidos en departamentos
(neurobiólogos, neuro psicólogos, psiquiatras, endocrinólogos…), llevados por una motivación común, siguieron
profundizando en su interés por un terreno hasta ese momento totalmente virtual y que parecía demasiado subjetivo
para ser científico: el de los pensamientos y las emociones.
Recuerde: gracias a las herramientas de investigación de las neurociencias, fue posible «visualizarlas» en
directo, observar las distintas zonas del cerebro implicadas en los procesos de pensamiento, las reacciones
emocionales o los ataques de ansiedad…; gracias a los análisis cuantitativos de los flujos de neurohormonas y al
diagnóstico por la imagen, hoy en día podemos «trazar» la forma en que nuestros estados mentales y emocionales se
inscriben en nuestro cerebro, antes de aparecer en la realidad de nuestro cuerpo (recuerde el ejemplo de las úlceras
gástricas o de las enfermedades cardíacas). Pensamientos y emociones no son más que fenómenos que atañen
exclusivamente a lo íntimo. Se han convertido en observables lo mismo que su impacto sobre nuestros equilibrios
corporales, empezando por el peso.
Es así como hemos pasado progresivamente de la neuro-nutrición a la psico-neuro-nutrición, siguiendo el
camino trazado por la «carta de las neurociencias» que identifica los cinco factores del ser vivo (que a estas alturas
ya le resultan familiares).
Estos cincos factores son indisociables. O mejor, deberían serlo, porque cuando olvidamos algunos, los otros
pierden gran parte de su coordinación biológica. Imagine un puente que reposa sobre cinco pilares. Si uno de ellos se
derrumba, el puente sigue aguantando. Pero cada vez que un vehículo se adentra en él, la presión que se ejerce se
desequilibra y lo debilita poco a poco. Si hay dos pilares afectados, el puente se vuelve claramente inestable. Y si
faltan tres, el puente se derrumba. Y los mismo pasa con estos cinco polos. La respiración, la nutrición, la
eliminación de los desechos, la gestión de los pensamientos y el control de las emociones son igualmente
importantes para nuestra salud y, por tanto, para el equilibrio de nuestro peso. Conclusión: para perder los kilos
superfluos, hay que actuar simultáneamente sobre esos cinco factores de cara a restablecer el equilibrio cuya ruptura
ha provocado el aumento de peso. Esto es la psico-neuro-nutrición: un método que devuelve a la alimentación a su
lugar apropiado en los procesos alternos de aumento y pérdida de peso.
De modo que su sobrepeso está siempre asociado a una «autorización» de un cerebro, que se siente en
equilibrio con esos kilos que usted desearía perder con tanto afán. Por lo tanto, cada vez que empieza un régimen,
choca frontalmente con su cerebro, con sus convicciones distorsionadas y con su instinto de supervivencia. Y ante
cada uno de sus esfuerzos él se resiste. ¡Y en esta pelea encarnizada, siempre acaba ganando él! Es ilusorio iniciar
un conflicto con su cerebro. La única solución es por tanto convertirle en un socio y no en un adversario. Y para
conseguirlo, todos los esfuerzos y todos los trucos alimenticios del mundo nunca bastarán. Usted no podrá conseguir
una victoria duradera mientras siga oponiéndose a las intenciones de su cerebro, limitándose a modificar su
alimentación.
Afortunadamente, existe una solución muy real que permite cambiar las cosas: si bien, en la inmensa mayoría
de los casos, el cerebro se siente en equilibrio con el sobrepeso, nunca lo está con el exceso de estrés, los
pensamientos negativos y las emociones mal gestionadas. Y son estos elementos lo que le han incitado a poner en
marcha los procesos encaminados a la acumulación de peso vía la distorsión de los códigos neurohormonales. Pero
nada está perdido, ya que basta con reprogramar poco a poco estos mecanismos para que el cerebro ponga en
marcha, por sí mismo, la pérdida progresiva de kilos. Convirtiéndose de este modo en el socio en la delgadez que
usted tanto esperaba. Con la ayuda, naturalmente, de un ligero reencuadre alimenticio que no será un régimen
restrictivo en absoluto. Se tratará solo de adoptar una «alimentación saludable», sin prohibir ningún alimento
natural.
Último punto importante: en esta concepción del adelgazamiento, no hay lugar para la culpabilidad debida a
una supuesta falta de voluntad. Cuando vemos el equilibrio cerebro-cuerpo bajo este ángulo, percibimos que las
«caídas» que uno se reprocha amargamente cuando hace un régimen estricto son en realidad un síntoma de «buena
salud» cerebral. El cerebro apoya lo que él considera «adecuado» (por tanto, bien programado) y nos empuja a
infringir las normas alimenticias que nosotros nos hemos impuesto. Lo hace «de buena fe» para mantener a distancia
el peligro que representa para él la pérdida de esos kilos que hasta ese momento ha aceptado. De manera que genera
ansias brutales, pulsiones alimenticias, con el objetivo de preservar su supervivencia, o, al menos, lo que él
considera como tal. Y si bien unas pocas personas consiguen «aguantar», es a costa de esfuerzos que acaban
«rompiendo» las barreras psicológicas, provocando finalmente problemas graves de comportamiento alimenticio
como la ortorexia, e incluso la tristemente famosa pareja anorexia/bulimia. En estos casos extremos, la codificación
neuro psíquica prevalece sobre la codificación alimenticia, y la ingesta de alimentos se convierte en un simple
síntoma de un trastorno neuro psíquico.
SUFRIMIENTO Y COMPENSACIÓN: UN CÍRCULO VICIOSO
Las emociones y los alimentos mantienen relaciones muy estrechas. Desde que llega al mundo, el lactante está
completamente preocupado por su tubo digestivo. Es a través de este como experimenta sus primeros sufrimientos
(el hambre) y sus primeras satisfacciones (la saciedad). Muy rápidamente, todas sus emociones (el miedo de estar
solo, la ausencia de su madre…) se mezclan con la sensación de «estómago vacío». Y el pecho o el biberón calman
a la vez su hambre y su angustia emocional.
Este arraigo muy precoz vincula para siempre la nutrición a la pareja «insatisfacción/placer» de la primera
infancia, la cual se transforma progresivamente en un dúo «castigo/recompensa». En la edad adulta, el estrés, los
pensamientos inadecuados, las emociones perturbadoras siguen teniendo una especial repercusión en la
alimentación. En esos momentos de desequilibrio (de insatisfacción) psicoemocional, el cerebro sigue funcionando
en este modo arcaico, muy profundamente enraizado en nosotros. Así, nos empuja a encontrar una forma de
compensación (placer) en los alimentos.
No hay camino fácil. No existen (o apenas) los ríos largos y tranquilos. Todo recorrido está jalonado de
dificultades, de decepciones, de cicatrices de la infancia, de estrés ambiental y relacional… Cada uno de nosotros
sufre tensiones, incluso si tiene la sensación de superarlas sin problemas. ¿Quién puede presumir de no haber tenido
nunca problemas en el trabajo, con la pareja, con sus padres o sus hijos? Nadie vive en un entorno personal
totalmente exento de problemas psicoemocionales, ya sean dificultades presentes o antiguas heridas más o menos
cicatrizadas.
El problema viene del hecho de que, muy a menudo, no proporcionamos a nuestro cerebro los elementos
clave que necesita para evitar los desequilibrios provocados por estos «zarpazos» de la vida. Las «marcas de
infidelidad» se acumulan. Sin embargo, todos nosotros tenemos un límite de resistencia particular ante este tipo de
problema. Demasiado estrés, emociones negativas repetidas, acaban por destrozar nuestro límite. Nuestro cerebro
reacciona entonces con los medios más accesibles que tiene. El primero sería buscar una compensación en los
alimentos que le han servido de refugio desde el principio de su existencia. Esta es la razón que nos empuja a
«comer demasiado», no porque nuestro metabolismo lo necesite, sino porque busca de este modo recuperar la
armonía, a su manera, de los factores desequilibrados.
Podríamos pensar que es muy complicado sumergirse tan al fondo de uno mismo, en capas tan antiguas de
nuestra psique, para desprogramar estos esquemas de sosiego y de recompensa. ¡En absoluto! No se trata de ir a
remover los motivos profundos de estos desequilibrios, como hace el psicoanálisis o las diferentes psicoterapias
analíticas. Sepa que existen métodos sencillos, increíblemente sencillos, para reequilibrar el cerebro a fin de que
salga de este círculo vicioso.
En lugar de decirse: «Me sobran unos kilos y sufro», los candidatos a perder peso deberían más bien
decirse: «No consigo gestionar mi estrés y sufro», «Mis emociones negativas son demasiado poderosas y mi cuerpo
sufre», «No respiro correctamente y mi cuerpo sufre», «Mi organismo está saturado de desechos y sufre». Es todo
eso lo que el cerebro trata de compensar por medio de aquello que, desde sus primeros días de vida, para él
constituye el «indicador de satisfacción» más evidente: el consumo de alimentos. Haciendo eso, intenta responder a
una serie de desequilibrios con un nuevo desequilibrio que conduce al sobrepeso. Una «ilusión neurológica»
efectivamente, pero también un drama metabólico invisible que prepara el terreno al sobrepeso, la obesidad y al
síndrome metabólico (esencialmente cardiovascular). Una fuente de malestar, jalonado de pistas falsas que han
desembocado en el fracaso de todos los regímenes desde hace medio siglo. Esta es una aportación fundamental de
las neurociencias aplicadas: hacer visibles las raíces virtuales de la epidemia mundial de sobrepeso.
Este programa de «psico-neuro-delgadez» empieza por tanto con un primer periodo durante el cual usted no
cambiará nada de su alimentación. Primero se concentrará en los otros factores: la respiración, la gestión de los
pensamientos y las emociones, y un cierto objetivo detox a fin de que sus órganos estén preparados para responder a
las órdenes adelgazantes que su cerebro no tardará en darle. Esta primera fase dura diez días (¡solo diez días!).
Seguidamente, modificará ligeramente su alimentación, no para privar a su organismo (que en realidad no lo
necesita), sino para proporcionarle una nutrición equilibrada, equilibrante, y de calidad. La delgadez tan codiciada se
convierte así en un efecto secundario visible del reequilibrio de sus cinco factores del ser vivo. ¡Y no solo eso!
Puesto que notará los beneficios de esta armonía recuperada en muchos otros terrenos (vitalidad, sueño, sexualidad,
bienestar global…) su salud se verá reforzada, en lugar de minada por las privaciones.
•Durante los últimos cincuenta años han surgido numerosos métodos de adelgazamiento, centrados siempre de manera prioritaria en
el control alimenticio. Este sistema ha demostrado su ineficacia (peligrosidad) a medio y largo plazo.
•En este programa de neuro adelgazamiento, le propongo reequilibrar primero los factores no alimenticios (respiración, detox, gestión
de los pensamientos y las emociones) antes de modificar poco a poco su alimentación.
•Las neurociencias han demostrado que la actividad de las hormonas está influida por el cerebro y por el sistema nervioso. Ahora
bien, estas sustancias están estrechamente implicadas en la acumulación y la pérdida de grasas. El estrés y las tensiones
nerviosas favorecen directamente el aumento de peso.
•Si le cuesta adelgazar y mantener su nuevo peso, es que su cerebro ha «aceptado» su sobrepeso como normal, e incluso ideal.
•Para adelgazar, primero hay que equilibrar el cursor del peso correcto. Es necesario que el cerebro «acepte» la pérdida de peso
cambiando su codificación metabólica errónea.
•El cerebro se convierte entonces en un socio de adelgazamiento. No solamente deja de minar los esfuerzos para adelgazar que
usted hace, sino que se vuelve capaz de poner él mismo en práctica estrategias metabólicas que favorecen la pérdida de peso.
•Su programa neuro-adelgazante se desarrolla, pues, en dos tiempos:
– Durante los diez primeros días, usted dejará de lado toda preocupación alimenticia, para reprogramar su cuerpo y su cerebro
gracias a ejercicios de respiración, de relajación antiestrés y poco a poco de gestión de las emociones, unidas a determinados
actos detox.
– Seguidamente, reequilibrará su alimentación (sin restricción ni régimen). Preparados de este modo, su cerebro y su organismo ya
no se opondrán a la pérdida de peso. Al contrario: la facilitarán. Así, imprimirá (en la vida, si lo desea) actos reflejos de delgadez
saludable, la única delgadez duradera.
3
LA NEURO DELGADEZ:
MODO DE EMPLEO
«Más allá de todos los regímenes y de todos los consejos nutricionales, si usted se pregunta con realismo sobre sí mismo y sobre sus vivencias, y se
convierte así en ACTOR de su delgadez… su deseo de perder kilos se transformará día tras día en realidad. ¡La neuro delgadez es la seguridad del
peso ideal, de por vida!».
1.la respiración,
2.la gestión de los pensamientos negativos,
3.la de las emociones perturbadoras.
4.Y finalmente la desintoxicación metabólica.
De este modo podrá empezar a «modificar» en el interior de su cerebro, la percepción de su peso actual. Esta
es la fase de reprogramación metabólica. Una vez que su cerebro haya «aceptado» este nuevo código
neurobiológico, se convertirá en el socio consagrado a su búsqueda de la delgadez.
Seguidamente, en una segunda fase, usted integrará algunos consejos alimenticios (que no tienen nada de
régimen restrictivo, le recuerdo). Podrá hacer durar este segundo periodo «completo» tanto tiempo como considere
necesario: hasta que haya conseguido su peso saludable (e incluso ir más allá, puesto que estas herramientas de
delgadez son también herramientas de salud: ¡esto podría convertirse en su modo de vida!).
En el capítulo quinto, encontrará nuestro programa de referencia de tres semanas, detallado día a día, que le
ayudará a organizar sus jornadas integrando progresiva y armoniosamente, todas estas herramientas (véase también).
Pero antes de ponerlas en práctica, le propongo finalmente conocer mejor cada una de ellas.
En mi búsqueda para conocer los misterios de la respiración, en mi camino apareció un hombre sabio. Yo estaba
muy impaciente por descubrir los secretos de sus enseñanzas (para ayudar a mis pacientes a descubrir su camino
hacia la salud) reutilizando algunos «trucos de yoguis»… Pero durante la primera semana, él diariamente solo me
hizo una pregunta: «Cuando tú respiras, ¿quién respira?».
Mis respuestas fueron imaginativas y variadas: «Mis pulmones, mi mente, mi voluntad de vivir, mi sistema
nervioso autónomo, etc. ¡En resumen, cuando respiro soy yo quien respira!».
Él me contestó al instante: «Entonces ¡deja de respirar inmediatamente y volverás a empezar mañana para
celebrar la salida del sol!».
Ante mi cara de estupefacción me hizo este comentario: «Cuando un ser humano “hace” alguna cosa por sí
mismo, su voluntad es el señor de esa cosa. Yo me ocupo de la casa, la cocina, el jardín; yo construyo un mueble, yo
escribo una carta… me puedo parar en cada instante tanto tiempo como quiera; ¡y luego seguir actuando… o no!
Puedo modular mi respiración a mi voluntad, pero no puedo controlarla totalmente con esa misma voluntad. ¡Luego,
tu respiración no te pertenece! Yo no “hago” mi respiración, la vivo… ¡El acto de respirar pertenece al “ser”; no al
“tener”! Nadie posee su respiración; ¡es la respiración quien nos posee! El hombre no atraviesa la vida; ¡es la vida la
que le atraviesa a él! Cuando tú actúas sobre la respiración, apenas actúas sobre el cuerpo, sino sobre la Consciencia,
fuertemente. Ahí está el secreto. Si comprendes esto puedes ayudar; si no lo comprendes obstaculizas y retrasas»
(Maestro Say).
«¡Respirar es vivir!». Nunca una afirmación tan simple ha contenido una verdad tan incuestionable. Ya que si
bien podemos sobrevivir unas semanas sin comer y unos días sin beber, no podemos aguantar más de 3-4 minutos
sin respirar. Solo algunos con capacidades excepcionales (pienso en determinados sadhus indios o en los campeones
de buceo a pulmón libre) consiguen contener la respiración durante unos diez minutos, incluso un poco más, a costa
de un entrenamiento largo y riguroso. Dejemos eso a los «campeones de Fórmula 1» de las neurociencias, y nosotros
concentrémonos en nuestro «permiso de conducir» nuestra delgadez. Y más allá, nuestra vida…
•Colóquese sobre el asiento sin apoyarse. Mantenga la espalda y la nuca alineadas, sin esfuerzo, ni
tensión, su cabeza en la prolongación de su columna vertebral, su mentón ligeramente inclinado hacia el
pecho. Como si estuviera atravesado/a por un cable que recorre su columna vertebral y su nuca hasta
emerger en la parte superior de su cráneo.
•Sus pies descansan paralelos sobre el suelo y sus rodillas forman un ángulo (más o menos) recto. Sus
manos posadas sobre sus muslos, cerca de las rodillas o de las caderas.
•Trate de no tensar la nuca, los hombros y los brazos. Su postura debe ser estable y alineada, pero lo más
relajada posible.
•Una vez que ha adoptado esta posición, cierre los ojos y visualice dos «espacios esenciales» de su
cuerpo: su cara y su ombligo. Sobre su cara, dibuje mentalmente una ligera sonrisa y destense la frente.
Relaje los músculos abdominales para adelantar levemente el ombligo.
•Empiece siempre el ejercicio con un suspiro profundo, espirando por la boca.
•Empiece por sentarse cómoda pero correctamente (véase también). Inspire profundamente y emita un buen suspiro por la boca.
•Seguidamente, con su pulgar izquierdo, tape su narina izquierda32 (el brazo izquierdo muy relajado).
•Inspire por su narina derecha durante 3 segundos (cuente despacio hasta tres, o cuente 1.000, 2.000, 3.000).
•Luego espire muy lentamente por la boca apretando fuerte los labios, como si quisiera enfriar un guiso demasiado caliente. Debe oír
el sonido del chorrito de aire que expulsa lejos hacia delante (mejor hacia abajo).
•La espiración debe durar el doble que la inspiración. Por tanto, debe contar hasta seis mientras espira (o, también, contar 1.000,
2.000, 3.000, 4.000, 5.000, 6.000).33
•Empiece otra vez tres veces: inspiración por la narina derecha, espiración por la boca, labios apretados.
•Al final de la última (tercera) respiración, retire su pulgar izquierdo de su narina izquierda y tape la derecha con su dedo corazón (de
la misma mano).
•Inspire entonces por su narina izquierda (siempre contando despacio hasta tres), luego suelte la narina derecha y tape de nuevo su
narina izquierda con su pulgar, como anteriormente.
•Espire despacio por la narina derecha, contando hasta seis.
•Vuelva a empezar tres veces: inspiración por la narina izquierda, con la derecha tapada por el dedo corazón; después espiración por
la derecha, con la izquierda tapada con el pulgar. La espiración (6 segundos) siempre dura el doble que la inspiración (3 segundos).
•El ciclo entero dura entre 1 minuto y 1 minuto 30 segundos.
De la docena de respiraciones codificadas que yo domino y que enseño en el ámbito de las neurociencias
aplicadas, esta sigue siendo mi preferida. Todavía hoy, me maravillan las modificaciones biológicas, psíquicas y
mentales que genera en tan poco tiempo.
•Empiece por sentarse cómoda pero correctamente (véase también) y emita un profundo suspiro para relajar cara, hombros y
ombligo. Guarde un pañuelo al alcance de la mano, porque esta respiración suele dar ganas de sonarse una vez se ha completado.
•Cierre los ojos (sin forzar) para concentrarse mejor en su respiración. Durante toda esa respiración, trate de escuchar el ruido del
aire que penetra en sus pulmones y luego vuelve a salir (o de visualizarlo en la raíz de sus fosas nasales). Su cara está relajada y
con una leve sonrisa.
•Inspire por la nariz contando lentamente hasta seis. Inspire muy suavemente al principio, luego cada vez con más fuerza, hinchando
primero el vientre y después el tórax.
•Lleve su respiración al máximo, contraiga ligeramente sus abdominales y luego espire de la misma forma, siempre por la nariz y
contando hasta seis. La duración de la inspiración es la misma que la de la espiración. Al principio espire muy suavemente, y
después cada vez más fuerte a fin de vaciar bien sus pulmones.
•La respiración debe hacerse despacio y en relajación. Asegúrese de que no haya ninguna interrupción, ninguna pausa entre su
inspiración y su espiración. Su respiración es como un bucle continuo; como el flujo y reflujo de las olas del océano, poderosas,
purificantes, vivas.
•Para ayudarse, puede imaginar que dibuja ante usted un gran círculo, partiendo del punto más bajo (véase también): inspira cuando
traza la mitad ascendente del círculo, luego llega a la cumbre y espira trazando su mitad descendiente.
•A lo largo de las respiraciones, el círculo se transforma en una esfera luminosa, en un mundo de alegría y de paz por cuya superficie
usted se pasea al ritmo de su respiración. A través del aire que absorbe, nútrase34 de esta luz, de esta alegría, de esta paz.
•A este ritmo, habrá efectuado una respiración completa (inspiración y espiración) en 12 segundos aproximadamente. Lo cual supone
cinco respiraciones completas por minuto.
•Continúe durante 3 minutos (es decir, quince respiraciones completas aproximadamente).
Fase 2
•Sin interrupción, pasará ahora a la segunda fase. Esta es la que impulsará su energía.
•Una vez terminada la última espiración de la fase 1, acelere progresivamente su ritmo respiratorio. Su inspiración y su espiración
mantienen una duración equivalente, pero se realizan primero durante 5 segundos cada una, después 4 segundos, después 3
segundos, después 2 segundos. La última respiración es muy rápida, ya que inspiración y espiración duran un segundo cada una.
•Su ritmo respiratorio se ha vuelto rápido, regular y sonoro. Su sonido recuerda el de las antiguas locomotoras de vapor. Siga así
durante unos 10 segundos como máximo.35
•Esta última fase ha durado, en total, unos 30 segundos.
•Por tanto, para resultados neuromusculares y psicobiológicos duraderos e inmediatamente perceptibles, este ejercicio respiratorio
dura, en total, unos 3 minutos y 30 segundos.
EJERCICIO
•Empiece sentándose cómoda, pero correctamente (véase también) y emita un suspiro profundo para relajar cara, hombros y
ombligo. Cierre los ojos y concéntrese en su respiración.
•Después inspire normalmente, con sus dos narinas, antes de tapar su narina izquierda con su pulgar izquierdo.36 Espire ahora muy
despacio por la narina derecha, luego inspire por la misma narina.
•Sin cambiar de mano, relaje el pulgar y tapone su narina derecha con su dedo corazón izquierdo. Espire por la narina libre, después
inspire por esa misma narina.
•Empiece de nuevo, alternando así la obturación de sus dos narinas.
•Trate de hacerlo de modo que su respiración sea fluida, sin pausas entre «la inspiración» y «la espiración». El cambio de dedo (y por
tanto de narina libre) se produce siempre en el punto culminante de la inspiración, cuando sus pulmones están llenos.
•Su respiración debe mantenerse profunda y bastante lenta. La inspiración y la espiración tienen una duración equivalente, alrededor
de cinco o seis segundos (el tiempo de contar despacio hasta seis, o de contar 1.000, 2.000, 3.000… hasta 6.000).
•Proceda de este modo durante 5 minutos.
•Su programa neuro-adelgazante se desarrollará en dos tiempos: primero, diez días dedicados a la respiración, la relajación, la
gestión de las emociones y la eliminación de toxinas (detox); seguidamente, integrará los consejos alimenticios, sin privaciones ni
carencias.
•La respiración adelgazante actúa a la vez sobre el estrés, la eliminación de los desechos y el exceso de acidez interior. Los ejercicios
tienen un efecto relajante, inhibidor del apetito o «buen humor».
•Esta es la única de nuestras funciones que es a la vez consciente e inconsciente. Eso explica que sea posible modular su respiración
hasta el infinito y que, a su vez, estas respiraciones actúen sobre el equilibrio del ánimo y del sistema nervioso.
•Los ejercicios respiratorios tienen un efecto pedagógico a largo plazo. Permiten cambiar nuestros hábitos respiratorios para adquirir
otros mejores.
•Este programa de respiración adelgazante le propone:
– Una respiración inhibidora del apetito y anti-ataques de hambre, para practicarlo cuando sienta la necesidad.
– Una respiración antiestrés y antibajón, para practicarla a media mañana (hacia las diez) y por la tarde (hacia las cuatro o las
cinco).
– Una respiración «buen ánimo» para practicarla por la mañana al levantarse y por la noche antes de acostarse.
La eliminación de toxinas (detox) «está de moda». Todos los medios hablan de ello, pero a menudo se atribuyen a
estas prácticas, inspiradas en nuestra medicina ancestral,38 virtudes exageradas. Digámoslo desde el principio: la
eliminación de toxinas no tiene nada de mágico. Pero permite al cuerpo funcionar en condiciones óptimas. Esto es
esencial en materia de salud, y lo es también cuando se trata de conseguir y mantener su peso ideal. Ya que, si la
eliminación de toxinas por sí sola no basta para lograr que usted pierda los kilos superfluos, es indispensable para el
equilibrio de los «cinco factores del ser vivo» que rigen toda su vida biológica. Constituye incluso uno de los cinco
pilares fundamentales. De la misma forma que cada una de sus células debe eliminar sus propios desechos, la
extraordinaria organización celular que es su organismo debe conseguir evacuar correctamente el conjunto de
residuos metabólicos que generan los órganos y los tejidos, así como los innombrables contaminantes que
respiramos y absorbemos cada día.
La eliminación de toxinas (detox) no es una idea reciente. Todas las tradiciones del planeta proponen gestos
rituales orientados a la purificación del cuerpo. A menudo se trata de ayunos, como en el caso del ramadán de los
musulmanes o de la cuaresma de los cristianos. Las ceremonias ligadas a los ritos de paso de las sociedades
africanas o amazónicas integran también prácticas a base de plantas que tienen el mismo objetivo; las
espiritualidades orientales preconizan la frugalidad, que convierten en una virtud cardinal… Por citar unos cuantos
ejemplos…
Estas costumbres han perdido progresivamente terreno en Occidente, y es una verdadera lástima. Ya que
nuestro modelo de vida actual genera cantidad de desechos incomparables respecto a la de nuestros antepasados.
Afortunadamente, los gestos detox se imponen de nuevo como actos reflejos de salud indispensables e indisociables
del buen vivir en el siglo XXI. Y algunos de ellos le ayudarán a perder peso más fácilmente, y sobre todo de forma
duradera.
•Su hígado. Para encontrarlo, basta con que ponga la mano muy plana, bajo sus costillas, sobre la parte
derecha de su torso. Allí está su hígado, este órgano grande (un kilo y medio aproximadamente, contra los
300 gramos del corazón) compuesto de 300.000 millones de células muy bien organizadas y dedicadas a
múltiples tareas vitales. Su hígado es el director de orquesta de la eliminación de toxinas. Es la pieza
maestra del edificio.
Durante su viaje al interior del cuerpo, la sangre pasa por el hígado al menos una vez por minuto, de día
y de noche (este ritmo puede multiplicarse por cinco en caso de actividad física intensa). Cada vez que
pasa, el hígado recupera un gran número de desechos metabólicos que transforma antes de verterlos de
nuevo a la sangre bajo una forma más fácilmente eliminable. Un ejemplo: la digestión de las proteínas
producto del amoniaco, una sustancia tóxica para el organismo. Es el hígado el que se encarga de
transformarla en urea que será seguidamente evacuada por los riñones. Este órgano se encarga también de
tratar los contaminantes y los residuos de medicamentos, para recuperar lo que todavía puede servir,
reciclar lo que sea posible, y liberar los residuos en la circulación sanguínea a fin de que sean expulsados
por vía renal. Finalmente, determinadas sustancias indeseables se mezclan con la bilis que segrega el
hígado, para ser disueltas, e incluso neutralizadas. Esta es vertida en el tubo digestivo, en la entrada del
intestino delgado. Seguidamente, estas toxinas serán evacuadas por vía intestinal.
•Sus riñones. Estos dos pequeños órganos en forma de judía (miden apenas doce centímetros de largo)
están en la región lumbar, a ambos lados de la columna vertebral. Alojados en una cavidad, protegidos de
los tejidos circundantes. Allí, pueden acoger la sangre en la que el hígado ha expulsado los desechos
inutilizables. De este modo, los riñones reciben cada minuto, alrededor de un cuarto del volumen
sanguíneo, es decir poco más de un litro de sangre. Este pasa por minúsculas unidades de filtrado: las
nefronas (cada riñón contiene cerca de un millón). Allí, los desechos son retenidos y mezclados con agua.
Es la orina primitiva, que seguidamente se concentrará y enviará a la vejiga para ser expulsada fuera del
cuerpo cuando esta bolsa natural esté suficientemente llena. La actividad de los riñones es pues
complementaría a la del hígado.
•Su intestino. Es el último tramo del aparato digestivo, ese «tubo» largo que empieza en la boca y termina
en el ano (su longitud total es de ocho a nueve metros en un adulto). El intestino en sí mismo tiene dos
partes con dos funciones diferentes. La primera, el intestino delgado, es la más larga. Está conectada
directamente al estómago. Es allí donde los nutrientes extraídos de los alimentos pasan a la sangre, a
través de las finas vellosidades que tapizan la pared intestinal. Las bacterias presentes aseguran lo esencial
de su trabajo. La segunda porción se llama «intestino grueso» porque su diámetro es superior. Es la
encargada de la eliminación de los desechos alimenticios. Es allí donde los residuos inutilizables (sobre
todo las fibras insolubles) se almacenan, y luego se expulsan en forma de heces. Estas concentran,
además, células muertas y desechos expulsados por el hígado con la bilis.
Ofrecer a este sistema complejo, estrechamente interconectado, algunos gestos detox simples y prácticos, le
facilitará el trabajo global de eliminación de su organismo. Todos sus órganos, todos sus tejidos se beneficiarán de
ello. El círculo vicioso se convertirá en virtuoso: los emuntorios, bien drenados, desempeñarán su tarea de forma
cada vez más eficaz, y sus órganos de digestión y de asimilación serán más efectivos. Un «plus» indispensable para
perder peso. Ya que digerir mejor es adelgazar mejor. Recuerde: lo que se digiere mal se acumula casi
sistemáticamente.
•Primero, ¡mastique! Ya que esta sigue siendo la regla de oro: «Masticar bien, es adelgazar mejor». Es en
la boca donde empieza la digestión, gracias a las numerosas enzimas de la saliva que se mezclan con los
alimentos durante la masticación. Además, la mejor fragmentación de los alimentos multiplica por dos o
tres la eficacia de las enzimas digestivas.
El estómago tendrá más facilidad para llevar a cabo este trabajo. Siendo la digestión más eficaz, la
asimilación mejorará también. El aparato digestivo en su conjunto drenará mejor, lo cual aligerará el
trabajo de los emuntorios. Su pérdida de peso se verá favorecida globalmente por este gesto tan sencillo,
que usted integrará sin esfuerzo a su vida cotidiana.
•Beba suficiente agua (o infusiones). Este líquido es indispensable para «diluir» las toxinas que saturan su
organismo, y para favorecer su evacuación. Es inútil centrarse en la cantidad de líquido que usted absorbe
cada día. Limítese a beber un vasito de agua (o una taza de infusión) cada hora. Preferentemente un agua
poco mineralizada (Volvic, Mont-Roucous, agua de manantial...). Beba siempre despacio, pequeños
sorbos, agua a temperatura ambiente. Evite ante todo beber agua muy fría (sobre todo en invierno), porque
la temperatura baja provoca un espasmo del tubo digestivo que dificulta la digestión y la asimilación de
los alimentos. Por la mañana, al despertarse, en ayunas, tome su primer vaso de agua (como mínimo
quince minutos antes del desayuno). Para que tenga una eficacia máxima, debe estar ligeramente tibia y
contener un pellizco de sal. Es un gesto detox elemental, pero muy eficaz para el tubo digestivo y los
órganos emuntorios.
•Integre un poco de actividad física a su vida cotidiana. No hablo de ejercicio deportivo (salvo si practica
ya un deporte). Se trata solamente de hacer que su cuerpo se mueva con regularidad. Caminar de forma
sostenida constituye, como tal, una excelente actividad detox. Trate de caminar con una cadencia regular
(sin deambular y mirar escaparates), balanceando los brazos al ritmo de sus pasos, durante una media
hora, dos veces al día: por la mañana después de desayunar, y por la tarde entre las cuatro y las seis. Los
músculos activados por el paseo «masajean» los principales órganos de digestión y de asimilación, lo cual
favorece su drenaje metabólico natural. Además, caminar relaja el sistema nervioso, lo cual disminuye al
mismo tiempo el impacto del estrés sobre la producción de toxinas y sobre la acumulación de grasas.
•Finalmente, trate de mantener a distancia las poluciones mentales y emocionales inútiles. Los
investigadores en neurociencias han demostrado que un organismo se defiende y por tanto funciona mejor
cuando está libre de la presión del estrés. Así que trate de protegerse, a nivel mental y emocional, contra el
exceso de ruido, la locura publicitaria, el tono dramático de las informaciones cotidianas… Los ejercicios
de respiración y de relajación adelgazante acabarán de dar el último «barrido».
•En el desayuno. Para limpiar su aparato digestivo y favorecer el buen funcionamiento de su eliminación
intestinal, ingiera cada mañana una cucharada de café de plantago ovata, de salvado de avena o de salvado
de trigo micronizado, en un yogur o una compota. Seguidamente, un gran vaso de agua a temperatura
ambiente (incluso tibia) y espere entre diez y quince minutos antes del desayuno.
Estos alimentos contienen una gran cantidad de fibras que facilitarán su tránsito intestinal y nutrirán las
«buenas bacterias» intestinales. Por si fuera poco, contribuirán a limitar los «cansancios repentinos» de
última hora de la mañana y las falsas hambres perjudiciales para la pérdida de peso.
•Durante la mañana. Esta es la hora de su tisana «detox – destock» (eliminación de toxinas – pérdida de
grasas). Pida en la farmacia o en la herboristería que le preparen una mezcla a partes iguales de hinojo,
diente de león, salvia y anís estrellado (badián). Vierta medio litro de agua en un cazo, añada media
cucharada sopera de la mezcla. Llévelo a ebullición, déjelo hervir tres minutos (no más), y deje que
infusione tres minutos más antes de colarlo. Bébaselo a pequeños sorbos, sin azúcar.
•Durante la tarde. Es la hora de su tisana «detox-drenaje». Pida en la farmacia o en la herboristería
(siempre la misma) que le preparen una mezcla a partes iguales de hojas de ginkgo, ortiga, llantén,
caléndula y aquilea milenrama. Cada día, a media tarde, vierta media cucharada sopera de esta mezcla en
medio litro de agua de manantial hirviendo. Déjelo infusionar tres minutos, luego cuélelo y bébaselo a
pequeños sorbos, sin azúcar. Esta tisana es ideal para eliminar toxinas y regenerar los órganos encargados
de la digestión y de la asimilación de los alimentos.
•Finalmente, de noche. Si usted es de esos que «reflexionan» sin parar, se «comen la cabeza» y no
consiguen mantener el estrés a distancia, ayúdese con otra tisana que sabrá desintoxicarle mentalmente. Se
trata de una verdadera «tisana de la felicidad», puesto que la desintoxicación mental es como mínimo tan
importante como la desintoxicación física. Su farmacéutico le preparará, esta vez, una mezcla de verónica,
tila y matricaria, siempre a partes iguales. Después de cenar, vierta media cucharada sopera de esta mezcla
en un cuenco de agua hirviendo, y déjela infusionar cinco minutos antes de colarla. Bébasela a pequeños
sorbos antes de meterse en la cama. Añada, eventualmente, una cucharadita de café de miel de tilo o de
lavanda.
•El detox orgánico es una fase útil de nuestro programa adelgazante. Si bien los gestos detox nunca son suficientes para perder peso
(ese no es su objetivo), ayudan al organismo a eliminar mejor los desechos y contaminantes que lo saturan. Lo cual deriva en un
mejor funcionamiento metabólico favorable a la pérdida de peso.
•Cada una de nuestras células genera sus desechos. Nuestro organismo dispone de sofisticados sistemas encargados de evacuarlas.
•Estos sistemas incluyen el sistema linfático y los principales órganos emuntorios: hígado, riñones, intestinos. Cada uno funciona a su
nivel. El hígado se encarga de transformar los desechos recuperables, los riñones de eliminar los desechos irrecuperables, y el
intestino de evacuar los desechos alimenticios.
•Nuestro modo de vida actual ha aumentado considerablemente nuestra producción de desechos, a causa sobre todo de la polución y
de la industrialización de los alimentos.
•Un organismo saturado de desechos metaboliza peor los alimentos, lo cual favorece la sobreacumulación y frena la eliminación.
•Para facilitar la eliminación de toxinas, empiece simplemente por masticar mejor y beber suficiente agua (o infusiones).
•La práctica regular de una actividad física (no necesariamente deportiva) es parte integrante de un programa detox completo y serio.
Contribuye a mejorar la eliminación global de desechos. Camine media hora dos veces al día: ¡este es el rey de los ejercicios detox!
•El programa detox adelgazante le propone:
– En el desayuno, un poco de plantago ovata, de salvado de avena o de salvado de trigo micronizado.
– Durante la mañana, una infusión «detox-eliminación».
– Durante la tarde, una infusión «detox-drenaje».
Herramienta nº 3: la relajación adelgazante o el poder terapéutico de la IMI (Imaginería
Mental Inducida)
«El individuo agotado, lo mismo que el neurótico, ha perdido en parte la costumbre de relajarse. Ya no sabe qué músculos están contraídos, ni puede
juzgar con precisión y lucidez si está tranquilo; ¡no percibe con claridad que debería relajarse y no sabe cómo!
Estas aptitudes deben cultivarse o recuperarse».
EDMUND JACOBSON
«Cada día, insista mentalmente sobre el hecho de que la realidad es la armonía y que la enfermedad no es más que un sueño pasajero. ¡Dé forma, en
su interior, a la presencia de la salud y a la realidad del ser armonioso hasta que el organismo se corresponda con las condiciones habituales de
salud y de equilibrio!».
MARY BAKER EDDY
Las respiraciones son el núcleo de la herramienta nº 1, y constituyen una primera etapa decisiva en la lucha contra el
estrés. Pero hay otro escollo que sortear para protegerse definitivamente de él. Tal como ya he explicado, las
interacciones son constantes entre nuestro sistema nervioso en su conjunto (incluido nuestro cerebro) y nuestro
funcionamiento hormono–biológico. Pequeño recordatorio: los acontecimientos estresantes a los que nos
enfrentamos movilizan nuestros mecanismos de defensa ancestrales, provocando sobre todo la secreción de las
«hormonas del estrés»: adrenalina y cortisol. Si bien estas son útiles cuando se trata de afrontar, en el momento, una
emoción violenta y brutal (luchando o huyendo), dejan de serlo cuando nos enfrentamos a mil pequeños estreses del
día a día que no se resuelven de esta manera.
Imagine un empleado que discute con su superior: no puede marcharse ni abandonar su puesto, ni darle un
puñetazo a quien él considera su agresor (en ambos casos se arriesga a perder su trabajo). Las hormonas del estrés
no le sirven en este caso. Sin embargo, en su cuerpo se produce el escenario hormonal secular. Lo mismo sucede
cada vez que sufrimos una contrariedad, que nos indignamos, que nos sentimos emocionalmente agredidos, que nos
vemos sometidos a las múltiples presiones de la vida moderna… En otras palabras, actualmente eso nos ocurre
varias veces al día a todos nosotros.
•Colóquese sobre el asiento sin apoyarse (véase ilustración). Mantenga la espalda y la nuca alineadas, sin
esfuerzo ni crispación, su cabeza en la prolongación de su columna vertebral, su mentón ligeramente
inclinado hacia el pecho. Como si estuviera atravesado por un cable que recorre su columna vertebral y su
nuca hasta emerger por la parte superior del cráneo.
•Ponga sus pies paralelos sobre el suelo y sus rodillas formando un ángulo (aproximadamente) recto. Sus
manos sobre sus muslos, cerca de las rodillas o de las caderas.
•Trate de no tensionar la nuca, los hombros y los brazos. Su postura debe ser lo más relajada posible.
•Una vez adoptada esta posición, cierre los ojos y visualice dos «espacios esenciales» de su cuerpo: su
cara y su ombligo. Sobre su cara, dibuje mentalmente una ligera sonrisa y relaje la frente. Relaje sus
músculos abdominales de modo que adelante levemente el ombligo.
•Empiece siempre el ejercicio con un suspiro profundo, espirando por la boca.
EJERCICIO
•El principio de ejercicio es idéntico. Usted está sentado y empieza a estabilizar su ritmo respiratorio repitiéndose mentalmente las
mismas frases: «Yo inspiro y sé que inspiro», «Yo contengo mi respiración y sé que contengo mi respiración», «Yo espiro y sé que
espiro». Y eso, cinco veces.
•Seguidamente imagine la misma esfera luminosa ante usted, suave, agradable y beneficiosa (véase anteriormente). Inspire
repitiendo mentalmente: «Yo inspiro la luz y sé que inspiro la luz».
•Después contenga la respiración diciéndose: «Yo contengo la respiración y almaceno esta luz».
•Finalmente, espire repitiéndose: «Yo espiro y envío esta luz a …».
•Es aquí cuando el ejercicio cambia. Porque empezará por enviarla a sus pies, luego a sus tobillos, sus pantorrillas, sus rodillas, sus
muslos, su pelvis, su abdomen, su tórax, sus hombros. Siempre mientras espira.
•En este momento, la luz ha invadido progresivamente lo esencial de su cuerpo, exceptuando su cabeza y sus brazos.
•Continúe de la misma forma enviando ahora la luz a sus manos, sus muñecas, sus antebrazos, sus codos, sus brazos.
•Al llegar a los hombros, envíe la luz (siempre suave y beneficiosa) a su nuca, su cuello, su cara, toda su cabeza.
•Su cuerpo está ahora totalmente lleno de luz. Está invadido por una sensación de alegría, de confianza y de bienestar.
•Practique varios ciclos respiratorios concentrando la luz en su abdomen (allí donde se desarrolla lo esencial de sus funciones
metabólicas de aumento y pérdida de peso), de cara a formar una esfera muy brillante. Esta zona recoge ahora toda la alegría, la
bondad y la ternura que usted lleva dentro.
•Finalmente, en una última respiración, deje que esta luz interior se difunda de nuevo por todo su organismo y luego al exterior, por
toda la habitación.
•Termine con una respiración profunda.
•La duración total ha sido de unos diez, quince minutos.
•Antes de levantarse, masajee lenta y suavemente sus brazos, sus hombros y sus muslos.
Estos dos ejercicios tienen un poder neuro metabólico y neuro tisular increíble. Reforzarán su armonía
corporal e impondrán poco a poco a todo su cuerpo una vuelta a su peso ideal. Le permitirán evitar centrarse en las
zonas de su cuerpo que no le gustan y que ha abandonado hasta el punto, a veces, de dejar de sentirlas. Pero el
almacenamiento de grasas siempre es más fácil en las zonas que usted ha tratado de olvidar o de ocultar, y que
incluso detesta. ¡Es la dura ley de la acción-reacción que va más allá del ámbito de la delgadez!
•Durante tres días (por ejemplo, lunes, martes y miércoles), practique el bodyscan rápido (cinco minutos
aproximadamente).
•El cuarto día (el jueves, si seguimos nuestro ejemplo), practique el bodyscan completo (entre quince y
veinte minutos).
•Los dos días siguientes (el viernes y el sábado), vuelva al bodyscan rápido.
•Finalmente, el último día (el domingo), haga de nuevo el bodyscan completo.
•Las situaciones de tensión nerviosa tienen un impacto directo sobre el organismo. El estrés provoca secreciones hormonales
parásitas, que interfieren en el programa hormonal normal (sobre todo las parejas adrenalina-cortisol y dopamina-serotonina, así
que la insulina está estrechamente implicada en el aumento de peso).
•Numerosos estudios demuestran claramente que existe un vínculo directo entre el estrés y el aumento de peso. De ahí la
importancia de practicar con regularidad pausas de relajación adelgazante, además de ejercicios de respiración.
agotadora.
byYako1976identi.io
•El estrés alimenta asimismo pensamientos obsesivos por lo que es difícil interrumpir ese bucle, y fomenta una tensión nerviosa
•Las relajaciones adelgazantes propuestas aquí tienen como objetivo ayudarle a combatir la tensión nerviosa del día a día, para
romper el círculo vicioso del estrés.
•Este programa de relajación adelgazante le propone:
– Un bodyscan rápido cinco veces a la semana, preferiblemente por la noche.
– Un bodyscan completo en el mismo momento, dos veces a la semana.
– Trate de respetar un intervalo de dos días como mínimo entre dos bodyscan completos.
Herramienta nº 4: la gestión adelgazante de las emociones. Liberarse del pasado para (re)crear
su futuro
«El hambre está en mi cabeza; es una carencia que ningún
alimento terrestre puede colmar».
SOPHIE ADRIANSEN
«Perdonar al otro, perdonarse a sí mismo, dominar nuestros miedos íntimos es a menudo un trabajo que supera nuestra fuerza de voluntad; incluso
la de los más voluntariosos; incluso la de los más valientes. Esta constatación no debe generar ninguna desesperación, ninguna culpabilidad,
ninguna frustración, ninguna tentación de depresión, porque todos los corazones humanos albergan el tesoro de la intención. Naturalmente, hay que
poner todo el corazón, pero tener realmente “la intención de…” nos da este pequeño suplemento de alma que sublima fuerza y voluntad para superar
todos nuestros desafíos internos».
Le pouvoir de l’intention, extracto de la conferencia para la Fundación W-Health, mayo de 2015
«Cada persona que sufre lleva en ella a su propio médico. Nosotros (los médicos) damos lo mejor de nosotros mismos cuando permitimos que el
médico que reside en cada uno de nuestros pacientes se ponga a trabajar».
NORMAN COUSINS, citando al Dr. A. Schweitzer
1. El ejercicio de la sonrisa
Es muy sencillo y requiere muy poco tiempo. Es la fase de «programación» positiva. Lo practicará cada mañana,
después de su respiración «buen ánimo». Permanecerá en la misma posición y encadenará los dos ejercicios sin
interrupción.
EJERCICIO
EJERCICIO
•Está tumbado en su cama, sobre la espalda y con la nuca apoyada en la almohada. Busque una posición cómoda para que no le
moleste la tensión ni un dolor postural. Ponga una mano sobre su vientre para «sentir» su respiración (su abdomen sube y baja al
ritmo de su aliento). La otra mano descansa sobre su pecho, a la altura del corazón.
•Seguidamente pase revista a todo lo que ha sucedido durante el día que acaba de pasar, remontando el tiempo al revés: parta del
momento presente (está tumbado en su cama) y vaya hasta el momento en que se despertó.
•Cuando viva un hecho agradable (un regalo, un cumplido que ha recibido, una ocasión favorable…) fije su atención en ello durante
unos segundos, y dígase mentalmente: «Yo experimento este maravilloso sentimiento de felicidad y lo guardo en mí».
•Cuando viva un hecho desagradable (una discusión, un desacuerdo, un susto, una contrariedad, una «pifia» por su parte…) fije su
atención en ello durante unos segundos y repítase mentalmente: «Yo tengo consciencia de lo que ha pasado, y sé que lo haré
mejor la próxima vez».
•En todos los casos, oblíguese a ser espectador de la situación y no vivirla emocionalmente. Durante la primera semana, eso le será
difícil. Tendrá tendencia a «revivir» esas emociones desagradables. Pero lo hará con una ligereza creciente. Y cuanto más
espectador sea de su propia vida (como si viera una película), más emociones negativas resbalarán sobre usted sin «estropear» su
inconsciente.
•Cuando haya terminado vaya al encuentro de su primera «vivencia» de la jornada: su sonrisa matutina (por esto se la «impongo), y
haga que esta sonrisa se filtre por todo su cuerpo, como ya ha hecho esa mañana.
De este modo terminará su película diaria con un afianzamiento neuro emocional positivo, que finalizará la
reprogramación de su vivencia cotidiana, al margen de las dificultades y del estrés. Durante la noche, su «registro
neuro emocional» inconsciente estará suficientemente suavizado como para no debilitar más su sistema nervioso y
su recuperación física. Al final de este ejercicio completo, estará preparado (a) para dormirse tranquilamente.
EJERCICIO
•Primera etapa: identificar a la persona a quien desea dirigirse (ya sea para hacerle reproches o para excusarse). Puede dedicar
varios días a eso.
•Seguidamente, escriba su nombre en la primera página de su cuaderno o, si no le conoce, anote una expresión que le represente
(por ejemplo: «Aquel con cuyo coche choqué tal día, en tal sitio», o «Aquel que me agredió tal día, en tal sitio»). Si es posible,
busque una foto y péguela en la guarda de su cuaderno.
•Después, dese tres días para dejar que la emoción perturbadora aparezca en su interior. Cada día, abra su cuaderno y lea el nombre
o la expresión que designa a la persona a quien se dirige. Luego dedique unos minutos a dejar que el recuerdo, y las sensaciones
que lo acompañan, emerjan tranquilamente, sin freno, pudor, ni miedo a ser juzgado.
•La mañana del cuarto día, empezará a escribir en su cuaderno dirigiéndose a esa persona. El objetivo: decirle lo que usted ha
sentido y lo que siente todavía hoy. Deje salir la corriente de pensamientos sin censurarse. Deje que se exprese la persona que
usted era en el momento del impacto emocional. No dude en repetirse, en ser vehemente o llorón…
•Por la noche, relea el texto que ha escrito por la mañana. Añada los detalles en los que no había pensado todavía.
•Proceda así durante tres días (incluso más si cree tener más cosas que expresar), hasta que empiece a sentirse interiormente
liberado del peso mental (todavía no moral) que soporta.
•Cuando haya «vaciado su saco» relea sus notas y redacte una síntesis no demasiado larga (dos o tres páginas como máximo).
Luego escriba debajo una última frase. Según el caso:
∗«Querido…, hoy yo tengo… años. Como adulto, consciente de mis sentimientos y mis emociones, manifiesto la intención de
perdonarte por lo que me has hecho».
∗O «querido…, hoy tengo… años. Como adulto, soy consciente de lo que te he hecho. Te presento mis excusas y te pido que
accedas a perdonarme».
•Esta frase le permite posicionarse como adulto responsable, frente a un acontecimiento que hoy forma parte del pasado. Expresa la
realidad de su intención (de momento no se exija más a sí mismo).
•Última etapa: implantar este beneficio con un acto simbólico. Leerá este texto en voz alta, dirigiéndose a la persona implicada. Para
ello, aíslese en un sitio tranquilo y, si se nota tenso, realice unas cuantas respiraciones profundas para relajarse antes de empezar.
•Lea todo el texto, lentamente, implicándose en lo que dice, como si esa persona estuviera ante usted. Si es necesario, hágalo una
segunda vez.
•Termine pronunciando muy claramente la frase simbólica que enraizará su distanciamiento emocional (la perspectiva) en su
inconsciente.
•Este ejercicio, simple de realizar, aunque exige un poco de tiempo, es muy eficaz. Practíquelo con seriedad y sentirá rápidamente los
efectos a todos los niveles: físico, nervioso, emocional…
•Si durante el mes siguiente, emergen otras emociones tremendamente perturbadoras, repita el ejercicio de escritura dirigiéndose a
otra persona.
¿Cree que esta herramienta de reprogramación emocional está muy alejada de su objetivo adelgazante?
No se equivoque. Es a menudo una de las más esenciales y de las más eficaces para romper las cadenas del
sobrepeso.
•El estrés, los pensamientos y las emociones están indisociablemente vinculados. Estas últimas suelen estar en el origen de los dos
primeros.
•El cuerpo es el portavoz de nuestros procesos emocionales. Las manifestaciones emocionales «toman cuerpo» en nuestras
reacciones y nuestra apariencia física.
•Incluso las bacterias que pueblan nuestro tubo digestivo se ven afectadas por nuestras emociones violentas o frecuentes.
Investigaciones recientes muestran que están directamente implicadas en el aumento y la pérdida de peso.
•No se trata, aquí, de entrar en un proceso terapéutico profundo (como el psicoanálisis o las psicoterapias) que exige tiempo,
motivación y la participación de un(a) terapeuta especializado(a). Usted va a aprender a modificar, poco a poco, su manera de
reaccionar a los estímulos emocionales negativos, a fin de limitar el impacto nocivo en su organismo.
•Los ejercicios de gestión de las emociones integran la idea de símbolos. Estas imágenes hablan directamente a nuestro inconsciente
que sabe reconocer y traducir el contenido del mensaje.
•El programa de gestión adelgazante de las emociones permite desarrollar un sentimiento interior positivo, íntimamente ligado a una
sensación de felicidad. Al mismo tiempo, desprograma progresivamente sus sensaciones negativas, incluso cuando están
fuertemente enquistadas.
•Este programa de gestión adelgazante de las emociones le propone:
– Un ejercicio «de sonrisa», muy rápido, a practicar por la mañana, después de su respiración y su relajación «buen ánimo».
– Un ejercicio de desprogramación emocional, a practicar por la noche, justo antes de dormirse.
– Un ejercicio más profundo y potente, pero facultativo, de escritura simbólica. A practicar si emociones antiguas siguen
perturbándole durante mucho tiempo.
«No es lo que entra en su boca lo que contamina al hombre; es lo que sale de su boca».
Según diversas tradiciones religiosas
Nosotros tenemos una responsabilidad enorme respecto de lo que «sale de nuestra boca». Nuestras palabras,
dependiendo de su tono, son portadoras de una energía benevolente o crítica; de curación o de destrucción. ¡Aunque
todos los profetas y todas las religiones del mundo están de acuerdo en este punto, fundamental para apreciar la
cualidad profunda de un ser humano, nuestra última herramienta está dedicada al equilibrio (indispensable) de
«aquello que entra en nuestra boca»!
Su (re)programación neuro metabólica está ya casi completa. Esta es pues, su última clave adelgazante: la
alimentación. Esta alimentación que todos los regímenes adelgazantes, en todas las épocas, en todos los países
industrializados, han posicionado como la prioridad de prioridades. Veámosla ahora reducida por fin a su posición
adecuada: la última. No porque sea el factor menos importante, el más insignificante, sino porque todos los patrones
de la «ingesta alimenticia» dependen de los cuatro factores precedentes. Ya que por perfecto, adaptado,
personalizado, equilibrado… que sea su régimen adelgazante, por apetecible y sano que sea su plato, usted obtiene
muy pocos beneficios para su salud o para su delgadez de ello, si su cuerpo y su espíritu están estresados, frustrados
o cansados. Aplicando las cuatro primeras herramientas de este programa adelgazante, usted ha preparado su
organismo, su mente y sus emociones para obtener plenos beneficios de su nuevo equilibrio alimenticio. Va a
ponerlo en práctica en unos días, sin esfuerzos, lentamente…
Durante estos diez primeros días, usted ha preparado pues su cerebro, su sistema nervioso, y bajo su control
todo su cuerpo, para aceptar con tranquilidad la segunda etapa del programa. Puede estar tranquilo: no le propongo
ni privaciones frustrantes, ni prohibiciones estresantes. Simplemente conservará sus costumbres, integrando algunas
normas alimenticias que darán un impulso suplementario a su pérdida de peso.
Esta toma de consciencia es hoy en día colectiva: la evolución de nuestra sociedad nos conduce a consumir
productos enormemente transformados por la agricultura intensiva y la industria agroalimentaria (utilización de
abonos y pesticidas químicos; aditamento de conservantes, potenciadores de sabor, estabilizantes, aditivos…).
¡Nuestros alimentos han sufrido más transformaciones en cincuenta años que en cincuenta siglos! Y el impacto de
estas modificaciones profundas sobre nuestra salud, a medio y largo plazo, todavía está muy mal evaluada.
Sin embargo, una idea, intuitiva y a la vez científica, se ha puesto en marcha desde hace mucho tiempo: la
manera de comer influye en el buen funcionamiento de nuestro organismo, la conservación de nuestra salud y los
contornos de nuestra silueta. Los filósofos epicúreos de la Grecia antigua recomendaban la moderación alimenticia,
tanto por el bien del cuerpo como del alma. El propio Nietzsche escribió a finales del siglo XIX: «Un tema del cual la
salud de la humanidad depende mucho más que de cualquier sutilidad teológica, es el régimen alimenticio».53
Desde principios de los años 2000, numerosos investigadores de nutrición y neurociencias se han sumado a
esta idea ancestral. En 2008 apareció el estudio internacional más amplio publicado hasta la fecha sobre nutrición: el
informe Campbell.54 Los dos investigadores británicos que lo dirigieron, T. Collin Campbell y Thomas Campbell,
explican: «La ciencia lo dice claramente. Modificar su alimentación, es reducir de forma impresionante sus riesgos
de cáncer, de enfermedades cardíacas, de diabetes y de obesidad. Casi la mitad de la población tiene un problema de
salud que requiere la ingesta semanal de medicamentos con receta. No obstante, la mayoría de estos problemas
podrían resumirse en tres cosas: desayuno, comida y cena».
•Los quemadores-drenadores. Sería mejor hablar de «ayuda al metabolismo lipolítico». Estos productos
generalmente están hechos de cafeína (guaraná, mate, té verde…) y de plantas desinfiltrantes (reina de los
prados, alcachofa, rabillo de cereza, fresno…).
•Los inhibidores naturales del apetito. Estos son o bien moderadores de la glucemia, o bien mucílagos
hidrófilos57 que llenan el estómago. Estos últimos casi siempre están hechos de resina, de fibras, o de
extractos de azafrán. Actúan en sinergia con la pareja cromo-zinc (gran reguladora de la glucemia), la
vitamina B1 y extractos de Gymnema sylvestris.
•Los captadores de grasas. Generalmente están hechos de fibras lipófilas que drenan las grasas
alimenticias. Pero no tienen, por supuesto, ningún efecto directo sobre las grasas corporales.
•Los reconstituyentes de la flora digestiva. Pertenecen a la amplia gama de los prebióticos y probióticos.
Estas raíces naturales, habitualmente asociadas a los fruto-sacáridos, a veces están reforzados por carbón
activo. Esta sinergia es esencial para reequilibrar, y posteriormente reactivar, el metabolismo adelgazante.
•Las ayudas a la digestión. Compuestas esencialmente de extractos enzimáticos que determinan las
diferentes clases de macronutrientes: las proteínas con las proteasas, los glúcidos con las amilasas, los
lípidos con las lipasas.
•Los alimentos verdes: puede consumirlos en todas las comidas, sin restricción alguna, incluso sin
combinarlos, porque su poder de almacenaje es débil.
•Los alimentos naranjas: puede consumirlos habitualmente, pero es mejor combinarlos, durante una
misma comida, con una pequeña cantidad de un alimento verde para preservar su poder de almacenaje
neutro.
•Los alimentos azules:58 estos últimos deben combinarse, obligatoriamente, durante una misma comida,
con una misma cantidad de alimentos verdes con el fin de reequilibrar el índice de almacenaje global de la
ingesta alimenticia.
Al final de este libro, encontrará una tabla detallada del índice SLIM-data de todos los alimentos corrientes
(véase anexo 4). Podrá consultarla cada vez que se plantee una pregunta acerca de un alimento concreto. Pero para el
día a día, limítese a seguir los consejos prácticos siguientes, que bastan para organizar sus comidas de forma que
conserven un índice de almacenaje compatible con su objetivo adelgazante.
•Los alimentos que pertenecen a la zona verde: consumirlos sin moderación (pero con sentido común):
–Todas las proteínas animales (carne, pescado, huevos…), excepto los menudillos y la charcutería.
–Todas las hortalizas crudas.
–La mayor parte de hortalizas cocidas, salvo las que son ricas en azúcar (zanahorias, remolacha, patata…).
–Todos los lácteos y los quesos frescos.
–Todos los cítricos consumidos enteros (y no en zumo).
–Todas las especias y los condimentos.
•Los alimentos que pertenecen a la zona naranja: combinarlos lo más a menudo posible con los alimentos
de la zona verde:
–Todos los cereales completos o semicompletos mejores para nuestro estómago y nuestros intestinos
debilitados (pastas completas, pan fermentado, arroz integral, alforfón, quinoa…).
–Las hortalizas ricas en azúcar, cocidas (zanahorias, remolacha, guisantes…), excepto las patatas.
–Los zumos de cítricos frescos.
–Todas las frutas crudas.
•Los alimentos que pertenecen a la zona azul: combinarlos siempre con los alimentos de la zona verde:
–Las frutas crudas.
–Los zumos de frutas industriales.
–Los cereales refinados (pan blanco, arroz blanco…).
–Las patatas.
–La charcutería (sobre todo industrial).
–Los quesos grasos y curados.
–Todos los platos azucarados (cremas, pasteles de arroz, tartas de frutas, chocolate, mermelada…).
Un ejemplo sencillo: una compota de frutas, ingerida sola, generará una hiperglucemia, seguida de una
hipoglucemia reactiva combinada con una «irritación» insulínica. Este proceso metabólico favorecerá una
sobreacumulación de la comida siguiente y de los azúcares. La misma compota, combinada con un simple yogur o
con un pequeño bol de queso blanco natural, tendrá un SLIM-data neutro: no un almacenaje directo ni un
almacenaje excesivo diferido. Lo mismo ocurrirá con un puré de patatas, según lo deguste solo o con un filete de
salmón a la plancha. O con un pedazo de queso curado, dependiendo de si lo acompaña o no con una ensalada verde.
¡Es tan simple como eso!
•Deje los alimentos de los que he hablado más arriba (más bien «no-alimentos»), perjudiciales para su salud
y para su línea. Procure evitarlos o consumirlos en pequeñas cantidades, y no más de una vez por semana.
•Todas las bebidas gaseosas industriales (azucaradas, sin azúcares o edulcorantes).
•Toda la confitería, pastelería y bollería industrial (envuelta en plástico).
•Los cereales muy refinados y elaborados de forma industrial (biscotes, pasteles de arroz inflado, cereales de
desayuno azucarados…).
•Los snacks de aperitivo salados (galletitas, cacahuetes, patatas fritas...) y sobre todo ahumados.
Trate de conservar esta somera lista en la cabeza, le servirá para hacer la compra, cocinar en casa, escoger su
menú en el restaurante…
EN LA PRÁCTICA
Adoptar este nuevo «índice adelgazante» es realmente muy sencillo. Ante todo, debe optar por una alimentación
fresca y de calidad.
Al evitar los alimentos muy procesados (platos preparados, salsas enlatadas, dulces…), elimina de por sí un
tipo de alimento que no aporta ningún beneficio a su salud y bloquea regularmente su pérdida de peso. Cuando no
tenga tiempo para hacer la compra y cocinar, opte sobre todo por alimentos naturales congelados (verduras, potajes,
pescado, carnes…). Se preparan rápidamente y conservan gran parte de su contenido nutricional sin añadir aditivos.
Como puede constatar, las materias grasas no figuran en esta tabla extremadamente simplificada. Eso se debe a que
modifican moderadamente el SLIM-data global de la comida siempre que sean de buena calidad y se utilicen en
cantidades razonables.
Para ello basta con evitar frituras abundantes y la mantequilla cocinada. Cocine mejor con buenos aceites
vegetales y en cantidades pequeñas (mi preferencia, a partir de mi experiencia, es el aceite de oliva de calidad, si es
posible biológico). Este tipo de aceite es igualmente apropiado para el aderezo de crudités (con vinagre o zumo de
limón). En definitiva, puede aliñar sus platos cocinados después de la cocción con la finalidad de mejorar su sabor y
de que tengan una consistencia más agradable en la boca. Sepa además que las cocciones largas, y peor aún, la
mezcla, aumenta el SLIM-data de los alimentos que contienen glúcidos. Así, las zanahorias crudas forman parte de
los alimentos clasificados como verdes, mientras que las zanahorias cocidas (como las zanahorias Vichy, por
ejemplo), pasan a la zona naranja. En cuanto al puré de zanahoria, la propulsa a la zona azul. Del mismo modo, las
manzanas están clasificadas como zona naranja. Pero la compota de manzana entra en la zona azul. Así pues, trate
de potenciar las pastas y el arroz cocidos al dente, y de evitar los purés que contienen verduras ricas en azúcares
(zanahorias, guisantes, patatas…).
Para el resto, depende de usted componer sus comidas teniendo en cuenta el índice de SLIM-data de los
diferentes elementos. Asociarlos se convierte de este modo en un juego de niños.
Veamos algunos ejemplos:
•Un plato de zanahorias ralladas, dos costillas de cordero saltaedas en la sartén, acompañadas de judías
verdes aliñadas con aceite crudo y un yogur. Esta comida asocia solo alimentos que pertenecen, todos
ellos, a la zona verde. El poder de almacenaje es débil, incluso si añade una o dos rebanadas de pan
integral.
•Una endivia gratinada con jamón, un filete de salmón a la parrilla acompañado de arroz con azafrán y una
pieza de fruta. Esta comida implica más alimentos de la zona naranja: el arroz y la fruta. El jamón y el
queso del entrante incluso corresponden a la zona azul. Así pues, su poder de almacenaje es mayor que en
la comida anterior. Para reducirlo, basta con reemplazar la mitad del arroz por una pequeña cantidad de
verduras (calabacines salteados al curry por ejemplo) y la fruta del postre por un yogur.
•Un mixto de jamón y queso casero, un plato de pasta con salsa boloñesa de lata con queso gruyere rallado,
un trozo de queso brie con un cuarto de baguette. Esta vez, en el menú, solo hay alimentos de la zona
naranja y azul, y los de la zona azul se hayan en una proporción excesiva. Pero algunas correcciones serán
suficientes para reconducirlos a un poder de almacenaje débil. Reemplace el mixto de jamón y queso por
una ensalada de pepino con gambas y el brie por una macedonia de frutas de temporada. ¡Le ha dado la
vuelta! Si le apetece, también puede conservar el mixto de jamón y queso y sustituir la pasta por un filete
de pescado acompañado de verduras.
EN LA PRÁCTICA
La idea misma de la alimentación antiácida encierra una trampa: los alimentos que más ayudan a acidificar no son
los que nosotros creemos. El potencial de acidez no tiene nada que ver con el sabor. Tomemos el limón: su sabor
ácido está ligado a la presencia de ácidos orgánicos que se transforman en alcalinizantes durante la digestión. A
pesar de su sabor, que hace rechinar los dientes, el limón, por tanto, forma parte de los alimentos alcalinizantes. Por
el contrario, los dulces industriales conllevan azúcares extremadamente refinados y materias grasas, ¡algo que los
convierte en acidificantes a pesar de su sabor dulce!
¿Un rompecabezas? En absoluto. Porque las reglas a seguir son muy simples:
•Prepare su comida para que no contenga más de 1/3 de alimentos acidificantes por cada 2/3 de alimentos
alcalinizantes.
•Organice sus comidas a partir de las verduras. Cada toma alimentaria debe proveer al menos dos verduras,
o bien una verdura y una fruta. Todo será fresco, evidentemente, cocido o crudo (respetando el SLIM-data
de las verduras con más azúcar).
•Opte por los cereales integrales o semi-integrales, mucho menos acidificantes que los refinados.
•Procure no consumir demasiados azúcares industriales. Absténgase de dulces, bollería y pastelería
industrial. Y para edulcorar sus comidas caseras, opte por azúcares naturales que tienen un índice
glucémico bastante bajo: sirope de agave, azúcar de flor de coco, azúcar de caña completo, miel…
•Limite su consumo de proteínas animales: una vez al día como máximo, alternando la carne de vacuno, la
de ave y los productos del mar.
•Evite combinar las proteínas animales con grandes cantidades de grasas. Es la combinación más perjudicial
para su equilibrio acido-básico, ya que la combinación de proteínas y ácidos grasos dobla el potencial
acidificante de un plato.
Al final de este libro, encontrará (véase anexo 5), un cuadro del potencial acidificante de los diferentes alimentos
(índice PRAL ). Puede utilizarlo como referencia cuando tenga dudas sobre un alimento concreto. El resto del
tiempo, conténtese con seguir estas reglas aquí expuestas. Para ayudarle, aquí tiene una presentación de las
principales clases de alimentos.
EN LA PRÁCTICA
Vea de qué deben de estar compuestas sus diferentes comidas.
•El desayuno. Todos los estudios muestran que un desayuno que contenga proteínas procura una energía
más duradera que un desayuno con productos dulces. Para evitar el «bajón» de las 11 h y proveer a
nuestro organismo de aquello que necesita, esta comida debe integrar:
–Una bebida caliente (café, té, tisanas…) no azucarada o azucarada con un edulcorante natural.
–Un alimento proteico (huevo pasado por agua, jamón cocido sin grasa, yogur…).
–Un cereal integral (muesli bio no azucarado, pan integral…).
–Materia grasa (mantequilla…).
–Una fruta fresca.
•El almuerzo. Debe de ser denso (incluso puede ser un poco «pesado»). Esto significa que debe proveer a
nuestro organismo suficientemente para aguantar hasta la noche. Es el periodo más largo entre dos
comidas (exceptuando la noche). Para que el almuerzo cumpla con su papel, debe integrar:
–Un alimento proteico (carne de vacuno, ave, pescado graso…).
–Una porción de cereales integrales (pasta, arroz, pan, cuscús…).
–Una o dos porciones de verduras que aporten vitaminas, minerales y fibras.
–Un yogur, una fruta o un postre casero.
•La cena. Por la noche, el cuerpo ralentiza su actividad para prepararse para el sueño. Tiene necesidad de un
aporte ligero de proteínas, materias grasas y de cereales (integrales o semi-integrales). Eso facilitará la
digestión además de favorecer el sueño. Y no correrá el riesgo de almacenar directamente aquello que
come por la noche. Para ello, debe integrar:
–Una porción de proteínas ligeras (asociadas con poca materia grasa), como filetes de ave sin grasa o
pescado blanco.
–Una pequeña porción de cereales integrales o semi-integrales.
–Una o dos porciones de verduras, cocinadas sin demasiadas materias grasas.
–Un yogur o una fruta.
•La merienda. No es indispensable, pero puede tomar un pequeño tentempié sobre las 17-18 h, si siente la
necesidad de un pequeño empujón. Para aportar una respuesta adelgazante a la misma, debe integrar los
siguientes alimentos:
–Una fruta ya que contiene azúcares de los que disponer rápidamente (necesita un extra de energía),
combinada siempre con un yogur o con un bol de queso fresco (para «frenar» los índices glucémicos).
–Frutos secos oleaginosos (almendras, nueces, avellanas…) que le proveerán al mismo tiempo de ácidos
grasos de buena calidad y de minerales útiles.
–Ocasionalmente, algún pedazo de chocolate negro bio (mínimo 70% de cacao), rico en minerales y en
ácidos grasos buenos. Y esto, ¡sin ninguna culpabilidad!
Su programa de neuronutrición
Tres datos nuevos, ¿le parece un poco «demasiado»? Manténgase confiado(a) y sereno(a). Estos tres enfoques se
complementan para formar un todo coherente. Vea aquí la síntesis de los principales consejos de su programa neuro-
adelgazante:
•Mastique, mastique… Es la garantía para una mejor digestión, una asimilación más eficaz y, en
consecuencia, un menor almacenaje de grasas.
•Priorice los productos frescos y de buena calidad. Tendrán menos carga de contaminantes y serán más
ricos en nutrientes esenciales.
•Opte por cereales integrales o semi-integrales (mis preferidos) y por azúcares menos refinados.
Disminuirá el impacto metabólico de sus comidas. Ganará tanto a nivel de acidez como de fuerza de
almacenaje.
•Organice su almuerzo y su cena a partir de productos vegetales, tanto crudos como cocinados, sin
privarse de aquello que más le gusta. Preste atención a los SLIM-data de las verduras más azucaradas,
como las zanahorias, la remolacha, los guisantes o las patatas. No olvide que cuanto más rato estén
cocinándose (o procesándose), mayor será la fuerza de almacenaje.
•Reparta los alimentos proteicos en función de las materias grasas que contienen. Reserve los más
grasos para el desayuno y el almuerzo, y los más ligeros para la cena.
•Cocine con aceites vegetales de buena calidad, en cantidades razonables. Siempre puede añadir un
chorro de aceite crudo en el momento de servir, algo que aportará sabor y esponjosidad en la boca. El
aceite de oliva es mi preferido en todos los ámbitos.
•De postre, escoja una fruta cruda o cocinada (atención con el equilibro del SLIM-data global de la comida
si está cocinada), un yogur o queso blanco (azucarado con un edulcorante natural no refinado). Reserve
los postres caseros (flanes, tartas, dulces…) para ocasiones especiales.
•Si tiene ganas de darse un capricho con una tarta de fresas o unos espaguetis carbonara, ¡hágalo!
Intente, simplemente, no consumirlos en la cena y combinarlos con alimentos que tienen una capacidad de
almacenaje débil. Así, en el almuerzo, puede tomarse un buen plato de pasta a la carbonara si la combina
con una ensalada verde o un yogur. En cuanto a su tarta de fresas, irá bien comerla con un pescado o
verduras al vapor. ¡Tan simple y libre como eso!
¿Hasta cuándo?
Esta nueva «comprensión-organización alimentaria» no le hace correr ningún riesgo de carencias, frustraciones ni
desequilibrio biológico o digestivo. La mayoría de mis pacientes, una vez recuperan su peso ideal, continúan con su
higiene vital cotidiana. Sus nuevas motivaciones son la prevención adelgazante activa y la salud duradera.
No olvide nunca que los efectos nocivos, a medio y largo plazo, de los errores alimenticios (aunque sean
ligeros, pero repetidos a diario) van más allá del simple concepto de adelgazamiento; en realidad, es su salud lo que
está en juego.
Estos ajustes de «nutrición adelgazante-saludable», fáciles de comprender y de integrar en el día a día, se
transformarán progresivamente en una segunda naturaleza, un conjunto de reflejos de salud que no le exigirán
ningún esfuerzo una vez que haya constatado los efectos beneficiosos sobre su cuerpo, su tono y su equilibrio
psicoemocional. ¡Porque no olvide que su sobrepeso no es más que el síntoma visible de un mal funcionamiento
metabólico global!
Definitivamente, ¡la nutrición saludable precede a la nutrición adelgazante, dentro de una sucesión «bio-
lógica»!
•La alimentación adelgazante constituye la última fase del programa. Solo interviene en el décimo día, para que las cuatro
herramientas precedentes tengan tiempo de preparar su cuerpo, pero sobre todo, su cerebro y su sistema nervioso, para una
auténtica pérdida de peso.
•Nuestra alimentación ha cambiado más en los últimos cincuenta años que en cincuenta siglos. Nuestro organismo no ha podido
seguir este ritmo desenfrenado e «inhumano», continua digiriendo y asimilando como lo ha hecho durante decenas de siglos.
•La industria agroalimentaria hoy en día nos provee de alimentos híper-refinados e híper-transformados, que afectan fuertemente
nuestras operaciones metabólicas, para empezar la secreción de insulina.
•No comemos únicamente para «meter gasolina» en nuestro motor corporal. El papel de la alimentación sobrepasa de largo este
concepto tan estrecho. Se trata de aportar a cada una de nuestras células, a cada uno de nuestros tejidos, los nutrientes que
necesitan.
•No focalice demasiado su atención sobre su alimentación. No le propongo un régimen, sino un ajuste alimentario que beneficiará
tanto a su organismo como a su silueta. Todos los regímenes implican un estrés latente muy perjudicial para la pérdida de peso.
Todos los regímenes encierran, a la larga, un sobrepeso.
•«Nutrición adelgazante» debe rimar con «nutrición saludable» y «nutrición feliz». Le invito a seguir tres reglas simples y poco
restrictivas.
•Los complementos alimentarios adelgazantes son una solución de nuestra época. Sea consciente de las promesas reales y también
de los límites de estas especialidades nutricionales.
•Su programa de alimentación adelgazante le propone:
– Primero, respetar el SLIM-data de los alimentos para limitar la fuerza de almacenaje de sus comidas. Un juego de niños con los
códigos de color de los alimentos.
– Seguidamente, adoptar una alimentación alcalinizante, para evitar la inflamación silenciosa que favorece el aumento de peso.
– Por último, integrar los principios de la crononutrición para organizar de manera diferente sus tres comidas diarias (o cuatro si
añade usted la merienda). Proveer a su cuerpo de aquello que necesita en el mejor momento para evitar el almacenaje inútil.
4
¡MALDITA CELULITIS!:
LA RESPUESTA DE LA NEUROCIENCIA
«¡No hay maldita celulitis sin maldito estrés!».
«La celulitis y el exceso de peso suelen ir de la mano. Pero la celulitis no está ligada al exceso de peso de por sí. Así, personas con una situación
ponderal normal o con sobrepeso tienen igualmente celulitis».
STÉPHANE MILLET
«Una vez más, tomar los efectos por la causa es responder a los efectos sin tratar la causa, algo que conduce al fracaso físico, mental y moral».
Ahora mismo tiene en sus manos todas las herramientas que le van a permitir perder peso con total serenidad, de
manera duradera y dulcemente. Sin embargo, este control global del peso, debido al sesgo de la reprogramación
metabólica, no es la solución a todos sus problemas. Algunas personas sufren un tipo particular de sobre almacenaje
de grasas aunque no tengan sobrepeso: ¡la maldita celulitis! Se acumula sobre todo en zonas específicas del cuerpo59
(las caderas, las pistoleras…), y provoca, de ese modo, alteraciones poco agraciadas de la silueta. En realidad, la
celulitis es al cuerpo lo que la depresión al sistema nervioso: ¡la celulitis es un burn-out de grasa! Su metabolismo
de «creación-infiltración» es muy específico e implica procesos neuro-hormono-circulatorios que precisan de nuevas
respuestas más específicas y focalizadas. Por tanto, hay que comprender claramente que la celulitis de por sí no está
en absoluto ligada al exceso de kilos. Pero el «material común» de estos dos grandes problemas (sobrepeso y
celulitis) es el mismo: la grasa. Aunque los procesos metabólicos y biológicos en juego son muy diferentes en cada
caso:
•Ganar peso significa almacenar o sobre almacenar grasa en las células especializadas (los adipocitos). Este
almacenaje tiene lugar bien bajo la piel (grasa subcutánea), o bien de manera menos visible y más nociva
para la salud, alrededor de los órganos-clave: corazón, sistema digestivo, riñones… (grasa visceral). Hasta
aquí, se trata de un tejido graso «normal». Excesivo, sin duda, puesto que tiene usted este libro entre las
manos, pero sin alteraciones biológicas reseñables (tiene un ligero impacto a nivel celular pero no a nivel
de tejido).
•Sin embargo, cuando este tejido graso se ve afectado por fenómenos micro-inflamatorios recurrentes, se
transforma progresivamente en celulitis.60 Por consiguiente, se trata de una grasa «en sufrimiento», que
afecta tanto a personas con sobrepeso como a personas delgadas (en este último caso de manera muy
localizada y, desgraciadamente, mucho más visible por el contraste).
•Primer estadio: la celulitis acuosa. Se debe a una infiltración tóxica y a la retención de agua. Es poco
visible y se desarrolla al margen del sobrepeso. Esta celulitis se localiza en las caderas, pistoleras, en
ocasiones en el vientre y en la parte inferior de los brazos.
•Segundo estadio: la celulitis adiposa. Está estrechamente ligada a un exceso graso «normal». Nos
encontramos con un problema de inflamación, asociado a un problema de circulación sanguínea y
linfática, pero todavía no estamos ante una inflamación crónica.
•Tercer estadio: la celulitis acuosa y la celulitis adiposa evolucionan a celulitis fibrosa. Es cuando se
instalan, prioritariamente, los fenómenos inflamatorios. El tejido graso sufre una fibrosis paulatina,
«aislándose» del resto del cuerpo. Así que no podemos llegar a él por las vías metabólicas habituales.
Además, el aislamiento y el endurecimiento del tejido modifican la apariencia de la piel en las regiones
celulíticas. Ésta se cubre de una combinación de huecos y bolsas (la piel de naranja) y adquiere un tono más pálido y
ligeramente violáceo. Esa grasa se vuelve dolorosa cuando la pellizcamos y, a veces, con los gestos más banales del
día a día. El simple hecho de sentarse, por ejemplo, puede resultar desagradable cuando la celulitis fibrosa se ha
desarrollado en las nalgas.
•En una primera etapa, suframos de celulitis acuosa, adiposa o fibrosa, hay que atacar el reequilibrio
global de los cinco factores del ser vivo siguiendo el programa de 21 días (ver capítulo siguiente). La
respiración, los gestos detox, las relajaciones, así como los ejercicios de la gestión de las emociones y los
consejos alimenticios, preparando así el terreno y reduciendo, básicamente, los fenómenos inflamatorios
locales.
•Estas herramientas de base de la reprogramación neurometabólica pueden, por sí solas, acabar con
la celulitis acuosa o adiposa. Pero no serán suficiente para las personas que padecen celulitis fibrosa, o,
al menos, no serán suficientemente rápidas. Para acelerar los procesos de «inversión metabólica», será
necesario, pasadas las tres primeras semanas, modificar ligeramente el programa para mejorar los
intercambios metabólicos locales.
•La respiración: ponga especialmente el acento sobre la respiración antiestrés y la respiración «buen
ánimo». Practique la primera más veces al día (tres, incluso cuatro veces), con el fin de aprovechar
plenamente su efecto positivo para el reequilibrio celular y el exceso de acidez interior.
•La marcha detox: intensifique el efecto de su marcha cotidiana. Adopte un ritmo un poco más rápido y
sincronice sus pasos con su aliento (véase capítulo siguiente). Además de su efecto detox, esta marcha
mejora el retorno venoso y linfático por la compresión muscular. La celulitis fibrosa, habitualmente
instalada en la parte baja del cuerpo, se beneficia rápido de este efecto circulatorio.
Además, si puede, inscríbase en un curso de aquagym. Es la reina de las actividades físicas anticelulíticas,
porque el agua ejerce un auténtico masaje sobre los tejidos, lo que contribuye a relanzar el metabolismo local
bloqueado. Por último, le propongo sustituir la tisana de la mañana por una infusión anticelulitis. Pídale a su
farmacéutico o herborista que le prepare la siguiente mezcla, a partes iguales: hojas de alcachofa, ortiga, ulmaria,
hojas de parra roja, hojas de grosella, abedul y ginkgo biloba. Vierta dos cucharadas soperas rasas de esta
preparación en medio litro de agua hirviendo. Deje que repose cinco minutos y luego fíltrelo. Beba esta tisana a
pequeños sobros durante la mañana.
Cada una de estas plantas posee su propia forma de acción directa pero también funcionan en sinergia:
•La ginkgo biloba es un planta circulatoria cuya acción se concentra sobre todo en los micro vasos
sanguíneos que alimentan los tejidos en profundidad.
•La parra roja es una de las plantas circulatorias más importantes. Además, refuerza las paredes de los
vasos sanguíneos.
•Las hojas de grosella, antiinflamatorias naturales, mejoran y armonizan la circulación sanguínea.
•La alcachofa limpia el hígado. Es también diurética, lo que favorece la eliminación renal de los desechos.
•La ortiga es un depurador sanguíneo y también es diurético.
•La ulmaria es a la vez digestiva y diurética. Tiene también una acción antiinflamatoria.
•El abedul es diurético y depurativo.
Juntas, estas siete plantas conjugan sus efectos para lograr una acción dinámica de gran eficacia contra el
metabolismo perverso de la celulitis.
Además, cada noche, una hora antes de acostarse, tomará la siguiente infusión. Al igual que en la precedente,
pida que le preparen la siguiente mezcla (a partes iguales) a su farmacéutico o herborista: verónica, manzanilla de
Castilla (matricaria) y tilo. Vierta una cucharada sopera de este preparado en un bol de agua hirviendo, y déjelo
reposar tres minutos antes de filtrarlo. Edulcórelo con una cucharita de café de miel de tilo y bébalo a pequeños
sorbos. Estas plantas tienen todas ellas propiedades tranquilizadoras. Juntas, ayudan «diluir» los pensamientos
estresantes. El sueño será más sereno y reparador. Es un elemento más en la lucha contra la celulitis.
•La verónica es a la vez estimulante (en caso de fatiga nerviosa) y calmante (en caso de estrés). También es
diurética. ¡Posee la extraña propiedad de diluir esos pensamientos que dan vueltas en bucle en nuestra
cabeza!
•El tilo actúa como un hipnótico ligero. Como también mejora la digestión, ayuda a tener un sueño sereno,
sin la perturbación digestiva.
•La manzanilla de Castilla es antiespasmódica. Alivia el estrés y atenúa los espasmos musculares que este
provoca.
Siga este programa detox al menos durante un mes después de las tres semanas iniciales del programa base.
Y solo se trata de algunos ejemplos, así que ¡no se prive! Permiten todas las audacias culinarias. ¡Basta con
unas pocas plantas aromáticas cinceladas para transformar un plato a nivel gustativo, saludable y… adelgazante!
•Su masaje diario. Es una herramienta esencial (INDISOCIABLE e INDISPENSABLE) para «machacar»
la fibrosis y liberar los tejidos celulíticos. Para ello, debe adoptar el gesto «palpar-rodar». Imagine que da
vueltas a una hoja de papel entre sus dedos. Es ese mismo gesto el que debe reproducir sobre su piel. Coja
uno de sus michelines entre los dedos y después hágalo rodar con fuerza entre el pulgar y el índice.
Para facilitarle la tarea, puede hacerse con una ventosa anticelulitis (personalmente, soy un incondicional de
esta herramienta tan simple, de aspecto tan modesto pero «tremendamente eficaz» durante varios días, idóneamente
durante tres semanas). Es una pequeña «herramienta técnica» muy simple y un poco cara. Se presenta como una
ventosa redonda, profunda, que pondrá sobre su piel. Hay que hacer el vacío para que aspire los tejidos.
Seguidamente, lo desplaza por las zonas celulíticas, de manera que las cubra por completo (compre un artículo de
calidad… le costará unos cuantos euros más pero la eficacia ¡puede doblarse!).
En cualquier caso, efectúe un «masaje-rodante-amasante» por la mañana y por la noche, durante una media
de cinco a siete minutos por una zona amplia, utilizando este aceite casero para masaje anticelulítico: en 50 ml de
aceite de sésamo (o aceite de argán si tiene la piel muy seca), vierta 3 gotas de aceite esencial de enebro, 3 gotas de
aceite esencial de ciprés, 3 gotas de aceite esencial de helicriso, 3 gotas de aceite esencial de cedro del Atlas, 3 gotas
de aceite esencial de limón, 3 gotas de aceite esencial de gaultheria procumbens y 3 gotas de aceite esencial de
ylang-ylang. Cada uno de estos aceites tiene su efecto específico sobre los tejidos celulíticos fibrosos:
•El aceite esencial de cedro del Atlas tonifica las paredes de los vasos sanguíneos y mitiga la retención de
agua.
•El aceite esencial de enebro mejora la circulación sanguínea.
•El aceite esencial de ciprés descongestiona y estimula la circulación linfática.
•El aceite esencial de helicriso tonifica las venas y tiene propiedades antiinflamatorias.
•El aceite esencial de limón es calmante y desinfiltrante.
•El aceite esencial de gaultheria procumbens es altamente antiinflamatorio.
•El aceite esencial de ylang-ylang actúa a otro nivel. Tiene un efecto calmante que ayudará a recobrar la
serenidad.
Encontrará fácilmente estos productos en la farmacia o en algunas tiendas de productos dietéticos. Esta
«prescripción» de complementos alimenticios le parecerá un poco complicada y agobiante. Pruebe de todos modos a
tomarla de manera regular durante al menos tres semanas. ¡El resultado merece la pena!
•Las tres claves esenciales para una visión global del «terreno celulitis» y una comprensión lúcida de los «medios para ponerse
manos a la obra»:
– ¡No hay maldita celulitis sin maldito estrés!
– La celulitis no está ligada directamente al sobrepeso.
– No hay que confundir los efectos (grasa enquistada y dolorosa y piel de naranja…) con la causa principal: terreno digestivo ácido
e inflamación celular localizada.
•¡La celulitis es un burn-out de grasa! Su metabolismo de «creación-infiltración» es, por tanto, muy específico e implica procesos
neuro hormono circulatorios que precisan de respuestas novedosas lo más específicas y focalizadas posible. Se trata de una grasa
en sufrimiento que afecta tanto a las personas con sobrepeso como a las personas delgadas.
•La celulitis se desarrolla en tres estadios: acuosa, adiposa y fibrosa (y por tanto, enquistada).
•Cuando la celulitis se halla instalada en el cuerpo después de dos años, normalmente está en el estadio de «fibrosis», algo que aísla
completamente los tejidos grasos de todo el metabolismo celular y nervioso global del cuerpo. La fase, indispensable, de de-fibrosis
(y, por tanto, de re oxigenación de los tejidos) exige técnicas manuales (muy simples) que funcionan ¡infaliblemente después de
una práctica regular durante 21 días!
•Al mismo tiempo, es necesario atacar frontalmente la causa metabólica primordial: la acidificación progresiva de los tejidos. La
respuesta de las neurociencias pasa por dos herramientas clave: respiración antiestrés (y anti-acidez del tejido) y reequilibrio ácido-
básico de la alimentación a través de la neuronutrición.
•Su programa neuro-adelgazante especial celulitis:
– La respiración: ponga el énfasis sobre todo en la respiración antiestrés y «buen ánimo».
– La detox : intensifique el efecto de su marcha diaria aumentando la velocidad y sustituyendo la tisana de la mañana por una
infusión anticelulitis.
– La relajación: va a practicar el bodyscan focalizado y el imaginario mental guiado por la anticelulitis.
– Los ejercicios de gestión de las emociones siguen siendo una herramienta esencial y eficaz al igual que los consejos alimenticios
expuestos en los capítulos precedentes.
– Su masaje diario. Es una herramienta esencial (INDISOCIABLE, INDISPENSABLE) para «machacar» la fibrosis y desenquistar
los tejidos celulíticos. Nuestro aceite desinfiltrante casero le acompañará hasta alcanzar el objetivo esperado.
– Nuestra fórmula esencial de complementos alimenticios reequilibra y regenera el potencial respiratorio y alcalino de sus células.
5
SU PROGRAMA DÍA A DÍA
«Un viaje a mil sitios comienza siempre por un primer paso…».
LAO TSÉ
Ahora mismo tiene en sus manos todas las herramientas que le van a permitir perder peso de manera duradera,
dulcemente y respetando su equilibrio interno gracias a la colaboración de su cerebro (reprogramación adelgazante).
Todavía le falta integrar todos estos gestos en su día a día. Esté seguro de que es muy simple. Solo necesitará unos
días para adquirir estos nuevos hábitos positivos. Una vez los haya integrado, no tendrá que hacer ningún esfuerzo
para continuar su camino que, le recuerdo, constituye una vía tanto hacia la salud como hacia la delgadez.
Para ayudarle, le propongo un programa preciso, día a día, que le llevará de la mano durante las primeras tres
semanas. Es suficientemente amplio para que usted pueda, seguidamente, continuar hasta que alcance el peso
adecuado (y del mismo modo, para prolongar el nuevo bienestar que sentirá claramente a nivel físico y
psicoemocional). Para su comodidad, le propongo comenzar su «reprogramación neurometabólica» un lunes.
Atención, su pérdida de peso empieza en esta fase, aunque la alimentación no esté todavía bajo control. La
respiración inhibidora del apetito, su paseo diario y una mejor gestión de todo su estrés nervioso y emocional ¡son
mucho más importantes que todo lo que usted hacía llamar «regímenes» en su anterior vida en busca de la delgadez!
Los diez primeros días del programa adelgazante conciernen a las cuatro herramientas expuestas en el capítulo 3.
Las va a ir integrando progresivamente, de modo que vaya adoptando con tranquilidad nuevos hábitos, sin que se
sienta sobrepasado(a), hasta llegar a su velocidad de crucero casi natural.
Con este programa, constatará que algunas acciones están escritas «en cursiva». Se trata de las acciones que
aconsejamos con más insistencia, pero usted puede adaptarlas según sus necesidades y su personalidad a su gusto.
Por ejemplo, puede sustituir la media hora de caminata por la bicicleta, la natación o un poco de gimnasia… En este
primer periodo, sus menús son libres. Le propondría simplemente algunos reflejos adelgazantes que le ayudarán
cuando aborde la segunda fase del programa. No se preocupe todavía por la composición de sus comidas, eso ya
llegará más tarde. Esté sereno(a), confiado(a) y siéntase feliz por su nueva vida «saludable y adelgazante» que
empieza… ¡hoy! Cada etapa del día está precedida por una pequeña viñeta cuadrada en relieve... Cómprese un
hermoso bolígrafo y marque con una cruz cuidadosa y orgullosamente cada «etapa adelgazante» superada. Una
observación específica para las sesiones de paseo: solo hay una sesión obligatoria… la de la tarde es «muy
recomendable», o a la inversa según la distribución de su tiempo. Pero debe realizar al menos una sesión de marcha
al día.
Día 1, lunes
Por la mañana al despertarse
◊Menú libre.
◊Reflejo adelgazante: procure masticar bien.
◊ Camine durante media hora (bastante rápido, en función de sus posibilidades físicas). Solo esta sesión es obligatoria. La de la
tarde es «muy recomendable» (o a la inversa en función de la distribución de su tiempo, pero al menos hay que realizar una
sesión de marcha al día).
A media mañana
En el almuerzo
◊ Menú libre.
A media tarde
Al final de la tarde
◊ Camine durante media hora (a su ritmo, acelerando y no aminorando la marcha en los últimos cinco minutos).
En la cena
◊Menú libre.
◊Reflejo adelgazante: opte por las proteínas ligeras por la noche (pescado, pollo…).
Al acostarse
Además…
◊No olvide hacer una respiración inhibidora del hambre y anti-ataques de hambre si siente la necesidad (véase también).
◊Beba un vaso de agua (con limón si es posible) cada hora, en pequeños sorbos.
Día 2, martes
Al despertarse
En el desayuno
◊Menú libre.
◊Reflejo adelgazante: respire una vez profundamente entre dos bocados.
◊ Camine durante media hora (bastante rápido, en función de sus posibilidades físicas).
A media mañana
En el almuerzo
◊ Menú libre.
A media tarde
Al final de la tarde
◊ Camine durante media hora, sincronizando sus pasos con su respiración durante los primeros cinco minutos y los últimos cinco
minutos (inspire durante 3 pasos, retenga el aire un paso, espire durante 5 pasos, retenga el aire un paso…).
En la cena
◊Menú libre.
◊Priorice las proteínas ligeras.
Al acostarse
Además…
◊No olvide practicar una respiración inhibidora del apetito y anti-ataques de hambre cuando tenga necesidad.
◊Beba un vaso de agua (con limón, si es posible) cada hora, en pequeños sorbos.
Día 3, miércoles
Al despertarse
En el desayuno
◊ Menú libre, integrando una cucharadita de café de plantago ovata, de salvado de avena o de salvado de trigo micronizado
(véase también).
◊ Camine durante media hora (bastante rápido, en función de sus posibilidades físicas).
A media mañana
En el almuerzo
◊Menú libre.
◊No olvide que masticar bien, es adelgazar bien.
A media tarde
Al final de la tarde
◊ Camine durante media hora, sincronizando sus pasos con su respiración durante los primeros cinco minutos y los últimos cinco
minutos (inspire durante 3 pasos, retenga el aire un paso, espire durante 5 pasos, retenga el aire un paso…).
En la cena
◊Menú libre.
◊Piense en priorizar las proteínas ligeras.
Al acostarse
Además…
◊No olvide practicar una respiración inhibidora del apetito y anti-ataques de hambre si siente la necesidad.
◊Beba un vaso de agua (con limón, si es posible) cada hora en pequeños sorbos.
Día 4, jueves
Al despertarse
En el desayuno
◊ Menú libre, integrando una cucharadita de café de plantago ovata, de salvado de avena o de salvado de trigo micronizado.
◊ Camine durante media hora (bastante rápido, en función de sus posibilidades físicas).
A media mañana
En el almuerzo
◊Comida libre.
◊No olvide masticar bien.
A media tarde
Al final de la tarde
◊ Camine durante media hora, sincronizando sus pasos con su respiración durante los primeros cinco minutos y los últimos cinco
minutos (inspire durante 3 pasos, retenga el aire un paso, espire durante 5 pasos, retenga el aire un paso…).
En la cena
◊Menú libre.
◊Priorice las proteínas ligeras.
Al acostarse
Además…
◊No olvide practicar una respiración inhibidora del apetito y anti-ataques de hambre si siente la necesidad.
◊Beba un vaso de agua (con limón, si es posible) cada hora en pequeños sorbos.
Día 5, viernes
Al despertarse
◊Al salir de la cama, practique la respiración «buen ánimo».
◊Termine con el ejercicio de la sonrisa.
En el desayuno
◊ Menú libre, integrando una cucharadita de café de plantago ovata, de salvado de avena o de salvado de trigo micronizado.
◊ Camine durante media hora (bastante rápido, en función de sus posibilidades físicas).
A media mañana
En el almuerzo
◊Menú libre.
◊No olvide masticar bien.
A media tarde
Al final de la tarde
◊ Camine durante media hora, sincronizando sus pasos con su respiración durante los primeros cinco minutos y los últimos cinco
minutos (inspire durante 3 pasos, retenga el aire un paso, espire durante 5 pasos, retenga el aire un paso…).
En la cena
Al acostarse
Además…
◊No olvide practicar una respiración inhibidora del apetito y anti-ataques de hambre si siente la necesidad.
◊Beba un vaso de agua (con limón, si es posible) cada hora en pequeños sorbos.
Día 6, sábado
Al despertarse
En el desayuno
◊ Menú libre, integrando una cucharadita de café de plantago ovata, de salvado de avena o de salvado de trigo micronizado.
◊ Camine durante media hora (bastante rápido, en función de sus posibilidades físicas).
A media mañana
◊Realice una respiración antiestrés y antibajón.
◊Tome un bol de tisana detox-destock, en pequeños sorbos.
En el almuerzo
◊Menú libre.
◊No olvide masticar bien.
A media tarde
Al final de la tarde
◊ Camine durante media hora, sincronizando sus pasos con su respiración durante los primeros cinco minutos y los últimos cinco
minutos (inspire durante 3 pasos, retenga el aire un paso, espire durante 5 pasos, retenga el aire un paso…).
En la cena
Al acostarse
Además…
◊No olvide practicar una respiración inhibidora del apetito y anti-ataques de hambre si siente la necesidad.
◊Beba un vaso de agua (con limón, si es posible) cada hora en pequeños sorbos.
Día 7, domingo
Al despertarse
En el desayuno
◊ Menú libre, integrando una cucharadita de café de plantago ovata, de salvado de avena o de salvado de trigo micronizado.
◊ Camine durante media hora (bastante rápido, en función de sus posibilidades físicas).
A media mañana
En el almuerzo
◊Comida libre.
◊Debe comenzar a convertirse en un hábito: piense en masticar bien.
A media tarde
◊ Camine durante media hora, sincronizando sus pasos con su respiración durante los primeros cinco minutos y los últimos cinco
minutos (inspire durante 3 pasos, retenga el aire un paso, espire durante 5 pasos, retenga el aire un paso…).
En la cena
Al acostarse
Además…
◊No olvide practicar una respiración inhibidora del apetito y anti-ataques de hambre si siente la necesidad.
◊Beba un vaso de agua (con limón, si es posible) cada hora en pequeños sorbos.
Día 8, lunes
Al despertarse
En el desayuno
◊ Comida libre, integrando una cucharadita de café de plantago ovata, de salvado de avena o de salvado de trigo micronizado.
◊ Camine durante media hora, sincronizando sus pasos con su respiración durante los primeros cinco minutos y los últimos cinco
minutos (inspire durante 3 pasos, retenga el aire un paso, espire durante 5 pasos, retenga el aire un paso…).
A media mañana
En el almuerzo
◊Comida libre.
◊Una vez más, no olvide masticar bien.
A media tarde
Al final de la tarde
◊ Camine durante media hora respetando la marcha de la «coherencia cardíaca»: inspire durante 4 pasos, retenga el aire dos
pasos, espire durante 4 pasos, retenga durante 2 pasos…Respete este ritmo al menos durante diez minutos.
En la cena
Al acostarse
◊Justo antes de irse a la cama, practique la respiración de «buen ánimo».
◊Encadene con un bodyscan rápido.
◊Termine con el ejercicio de desprogramación emocional, seguido del ejercicio de la sonrisa.
Además…
◊No olvide practicar una respiración inhibidora del apetito y anti-ataques de hambre si siente la necesidad.
◊Beba un vaso de agua (con limón, si es posible) cada hora en pequeños sorbos.
◊Prepárese para el ejercicio simbólico comprando un pequeño cuaderno (véase también).
Día 9, martes
Al despertarse
En el desayuno
◊ Comida libre, integrando una cucharadita de café de plantago ovata, de salvado de avena o de salvado de trigo micronizado.
◊ Camine durante media hora, sincronizando sus pasos con su respiración durante los primeros cinco minutos y los últimos cinco
minutos (inspire durante 3 pasos, retenga el aire un paso, espire durante 5 pasos, retenga el aire un paso…).
A media mañana
En el almuerzo
◊Comida libre.
◊No olvide masticar bien.
A media tarde
Al final de la tarde
◊ Camine durante media hora respetando la marcha de la «coherencia cardíaca»: inspire durante 4 pasos, retenga el aire dos
pasos, espire durante 4 pasos, retenga durante 2 pasos…Respete este ritmo al menos durante diez minutos.
En la cena
◊Menú libre.
◊Acuérdese siempre de cenar dos horas antes de irse a la cama, integrando proteínas ligeras.
Al acostarse
Además…
◊No olvide practicar una respiración inhibidora del apetito y antiataques de hambre si siente la necesidad.
◊Beba un vaso de agua (con limón, si es posible) cada hora en pequeños sorbos.
◊Siga construyendo su ejercicio simbólico escribiendo en su cuaderno el nombre de la persona a la que desea dirigirse y, si es
posible, pegue una foto.
Día 10, miércoles
Al despertarse
En el desayuno
◊ Menú libre, integrando una cucharadita de café de plantago ovata, de salvado de avena o de salvado de trigo micronizado.
◊ Camine durante media hora a su ritmo. Integre una decena de veces, el ejercicio de la sonrisa.
A media mañana
En el almuerzo
A media tarde
Al final de la tarde
◊ Camine durante media hora a su ritmo. Integre una decena de veces el ejercicio de la sonrisa.
En la cena
Al acostarse
Además…
◊No olvide practicar una respiración inhibidora del apetito y anti-ataques de hambre si siente la necesidad.
◊Beba un vaso de agua (con limón, si es posible) cada hora en pequeños sorbos.
◊Empiece a escribir en su cuaderno si tiene necesidad. No lo olvide: esto es entre usted y «el inconsciente del mundo». Así que no se
ponga límites, tabúes ni juicios restrictivos… La verdad y solo la absoluta verdad de su corazón… por la libertad y la felicidad
recobrada de su consciencia.
Su programa diario de reprogramación psico-neurometabólica ahora mismo está ya bien asentado. Los ejercicios que
ha ido integrando de manera progresiva han empezado a dar sus frutos. Su sistema nervioso y su «cerebro
hormonal» están finalmente al servicio de su plan adelgazante. Ha llegado la hora por tanto de preocuparse de su
higiene alimenticia. Los menús que yo le propongo son solo indicativos (así que están escritos en cursiva). Puede
seguirlos al pie de la letra o inspirarse para componer sus propios menús en función de los productos de temporada
y, sobre todo, siguiendo los consejos de la psico-neuro-nutrición (véase también).
En el desayuno
◊ Camine durante media hora respetando la marcha de la «coherencia cardíaca», acelerando ligeramente el ritmo (en función de
sus posibilidades físicas). Siga ese ritmo durante al menos diez minutos.
A media mañana
En el almuerzo
A media tarde
Al final de la tarde
◊ Camine durante media hora, sincronizando su respiración con sus pasos durante los primeros y últimos cinco minutos (inspire
durante 3 pasos, retenga el aire durante un paso, espire durante 5 pasos, retenga el aire durante un paso…).
En la cena
Al acostarse
Además…
◊No olvide practicar una respiración inhibidora del apetito y anti-ataques de hambre si siente la necesidad.
◊Beba un vaso de agua cada hora en pequeños sorbos.
◊Continúe con su ejercicio de escritura simbólica. Esfuércese en hacerlo de manera placentera y serena (incluso si llora
desconsoladamente o si, por el contrario, no siente nada). ¡Confianza!
Día 12, viernes
Al despertarse
En el desayuno
◊ Camine durante media hora acelerando un poco el ritmo e integrando una decena de veces el ejercicio de la sonrisa.
A media mañana
En el almuerzo
◊Tomates aliñados con aceite de oliva y albahaca, acompañados de dos trozos de mozzarella.
◊Conejo a la mostaza.
◊Patatas al vapor.
◊Una pera.
A media tarde
Al final de la tarde
◊ Camine durante media hora modificando un poco el ritmo de su sincronización respiratoria: inspire libremente, después espire
durante 5 pasos y retenga el aire durante 3 pasos antes de respirar libremente. Mantenga este ritmo durante al menos diez
minutos.
En la cena
Al acostarse
Además…
◊No olvide practicar una respiración inhibidora del apetito y anti-ataques de hambre si siente la necesidad.
◊Beba un vaso de agua cada hora en pequeños sorbos.
◊Continúe su ejercicio de escritura simbólica. Para facilitarlo, pronuncie mentalmente, regularmente, esta frase mnemotécnica:
«Cuanto más escribo, más me libero» (una veintena de veces).
En el desayuno
◊ Camine durante media hora: durante 10 minutos a su ritmo, después durante 15 minutos a un ritmo sostenido (según sus
posibilidades) y durante los últimos 5 minutos a un ritmo más lento.
A media mañana
En el almuerzo
A media tarde
Al final de la tarde
◊Camine durante media hora al mismo ritmo que durante la caminata de la mañana.
◊Regálese tres trozos de un buen chocolate negro mientras camina, saboreándolo. ¡No hay ningún riesgo para el aumento de peso!
En la cena
Al acostarse
Además…
◊No olvide practicar una respiración inhibidora del apetito y anti-ataques de hambre si siente la necesidad.
◊Beba un vaso de agua cada hora en pequeños sorbos.
◊Continúe con su ejercicio de escritura simbólica, repitiendo, con serenidad pero con convicción, la frase de inducción de la víspera.
En el desayuno
◊ Camine durante media hora a paso rápido (según sus posibilidades). Repítase conforme camina: «Cuanto más camino, más
adelgazo».
A media mañana
En el almuerzo
A media tarde
Al final de la tarde
En la cena
◊Seis ostras, con dos rebanadas de pan integral con un poquito de mantequilla.
◊Menestra de verduras variadas.
◊Un pastel de ciruelas «casero» (ligeramente azucarado con azúcar moreno).
Al acostarse
Además…
◊No olvide practicar una respiración inhibidora del apetito y anti-ataques de hambre si siente la necesidad.
◊Beba un vaso de agua cada hora.
◊Continúe con su ejercicio de escritura simbólica, repitiendo, con serenidad pero con convicción, la frase de inducción de la víspera.
En el desayuno
◊Una bebida caliente (té o café ligero) no azucarada.
◊Un yogur de frutas, con una cucharadita de café de plantago ovata, de salvado de avena o de salvado de trigo micronizado.
◊Una rebanada de pan integral con un poquito de mantequilla.
◊Un pequeño bol de cerezas.
◊ Camine durante media hora a paso rápido (en función de sus posibilidades). Repítase al ritmo de sus pasos: «Cuanto más
camino, más adelgazo».
A media mañana
En el almuerzo
A media tarde
Al final de la tarde
En la cena
Al acostarse
Además…
◊No olvide practicar una respiración inhibidora del apetito y anti-ataques de hambre si siente la necesidad.
◊Beba un vaso de agua cada hora, a pequeños sorbos.
◊Termine su ejercicio de escritura simbólica leyendo su texto en voz alta. Sin duda, esta lectura solo puede llevarse a cabo cuando
usted se sienta preparado(a). Esta fecha que damos aquí es solo a título orientativo. El hecho de que usted termine este ejercicio
tres días antes o tres días después no tiene ninguna importancia, siempre que sienta usted interiormente que ya ha «dicho todo», o
más bien ha «escrito todo».
En el desayuno
◊ Camine durante media hora modificando un poco el ritmo de su sincronización respiratoria: inspire libremente, después retenga
el aire durante 2 pasos y espire durante 5 pasos, antes de inspirar de nuevo (sin pausa). Mantenga este ritmo durante los
primeros cinco minutos de marcha y durante los últimos diez minutos.
A media mañana
En el almuerzo
A media tarde
En la cena
Al acostarse
Además…
◊No olvide practicar una respiración inhibidora del apetito y anti-ataques de hambre si siente la necesidad.
◊Beba un vaso de agua cada hora, a pequeños sorbos.
◊Retome todavía una vez más su ejercicio de escritura simbólica. Relea su texto, después de haber pronunciado esta frase
mentalmente: «Cuando leo, me libero» (una veintena de veces, al ritmo de su respiración). Tome consciencia plena de su estatus
de adulto y no del de «niño herido». Su vida y sus decisiones le pertenecen plenamente.
En el desayuno
◊ Camine durante media hora, siguiendo este ritmo: inspire durante 5 pasos, retenga su aliento durante otros 5, después espire
durante 5 pasos y retenga de nuevo el aliento durante otros 5 pasos. Si este tempo es demasiado difícil de mantener, empiece
con un ritmo de 3 pasos, seguido de 4… Manténgalo durante los primeros y últimos 5 minutos.
A media mañana
En el almuerzo
A media tarde
Al final de la tarde
En la cena
Al acostarse
Además…
◊No olvide practicar una respiración inhibidora del apetito y anti-ataques de hambre si siente la necesidad.
◊Beba un vaso de agua cada hora, a pequeños sorbos.
◊Ya ha terminado su ejercicio de escritura simbólica. Para anclar aún más sus efectos, trate de sentir la plenitud completa de tener un
cuerpo, un espíritu, un aliento y un corazón (en la acepción emocional del término) en perfecta armonía, al servicio de su salud y de
su delgadez. Asocie esta imagen al ejercicio de la sonrisa.
En el desayuno
◊ Camine durante media hora de manera completamente libre. Aprecie esta nueva libertad física, mental, moral y emocional, al
servicio de su delgadez.
A media mañana
A media tarde
Al final de la tarde
◊ Camine durante media hora a ritmo moderado, repitiéndose esta frase de intención mientras inspira: «La alegría y la delgadez
fluyen en mí».
En la cena
Al acostarse
Además…
◊No olvide practicar una respiración inhibidora del apetito y anti-ataques de hambre si siente la necesidad.
◊Beba un vaso de agua cada hora, a pequeños sorbos.
◊En el momento que estime más oportuno, trate de sentir toda la plenitud que le ofrece su aliento, su nueva nutrición, sus
emociones… Deje que esta alegría «arcoíris» fluya a través de usted y, después, concéntrese en su plexo solar.
En el desayuno
◊ Camine durante media hora a ritmo moderado, repitiéndose esta frase de intención mientras inspira: «La alegría y la delgadez
fluyen en mí».
A media mañana
En la comida
A media tarde
Al final de la tarde
En la cena
◊Puerros a la vinagreta.
◊Muslos de pato a la compota de cebollas rojas.
◊Macedonia de fruta.
Al acostarse
Además…
◊No olvide practicar una respiración inhibidora del apetito y anti-ataques de hambre si siente la necesidad.
◊Beba un vaso de agua cada hora, a pequeños sorbos.
◊Al acostarse, haga una última visualización de plenitud (véase también) antes de dormirse.
En el desayuno
◊ Camine durante media hora, a su ritmo (de cualquier modo, que sea constante), repitiéndose la frase al inspirar y espirar: «La
salud y la delgadez están en mí».
A media mañana
En el almuerzo
A media tarde
Al final de la tarde
En la cena
Al acostarse
Además…
◊No olvide practicar una respiración inhibidora del apetito y anti-ataques de hambre si siente la necesidad.
◊Beba un vaso de agua cada hora, a pequeños sorbos.
◊Su reprogramación emocional positiva ahora está ya anclada en usted, «recorre» su interior… ¡de por vida!
◊Esta mañana, antes de levantarse, tómese algunos minutos para meditar sobre esta frase del filósofo Francis Bacon:62 «El futuro no
es lo que está por llegar, sino lo que vamos a hacer». El porvenir de su delgadez le parecía confuso y descorazonador a la vista de
todas sus tentativas infructuosas. Sin embargo, ha triunfado. Se ha convertido en «actor de su adelgazamiento». ¡Es una gran
victoria personal!
◊Al salir de la cama, practique la respiración «buen ánimo».
◊Termine con el ejercicio de la sonrisa.
En el desayuno
◊ Camine durante media hora, con actitud distendida y sonriente. Saboree el placer.
A media mañana
En el almuerzo
A media tarde
Al final de la tarde
◊ Camine durante media hora, a su ritmo, sintiendo su «sonrisa interior», la nueva fuerza de su delgadez.
En la cena
◊Potaje de berros.
◊Sardinas rellenas de queso fresco, cocinadas al horno.
◊Ensalada de lechuga con trocitos de nueces.
◊Dos kiwis.
Al acostarse
Además…
◊No olvide practicar una respiración inhibidora del apetito y anti-ataques de hambre si siente la necesidad.
◊Beba un vaso de agua cada hora, a pequeños sorbos.
◊He sido muy afortunado por avanzar, día a día, en su compañía. Ha sido para mí un placer ofrecerle lo mejor de mi experiencia, ¡un
placer haber sido actor de su delgadez, de su salud y de su vida! Gracias por su confianza. Gracias por su presencia.
Conclusión
«Primeramente, dígase qué es lo que querría ser y, seguidamente, haga lo que tenga que hacer».
EPICTETO
Ya ha llegado al final de este libro. Pero puede que todavía se haga preguntas. Le dejo aquí algunas pistas que le
permitirán profundizar en las nociones que le he presentado a lo largo de estas páginas.
Así que en esta última parte, encontrará:
1.Cinco consejos de salud que le acompañarán en su vida cotidiana más allá de su pérdida de peso (véase
también).
2.Algunos ejercicios complementarios de relajación neuro-muscular (véase también).
3.Consejos que confío sean valiosos sobre dos grandes epidemias psico-neuro-alimenticias: la bulimia y la
anorexia (véase también).
4.Los índices SLIM-Data de los alimentos (véase también).
5.Su potencial acidificante (véase también).
6.Así como una escala de estrés que le ayudará, si tiene necesidad, a medir su grado de tensión nerviosa en
función de los acontecimientos que han tenido lugar en su vida recientemente (véase también).
7.Una comunicación científica clínica que valida la base del programa de este libro (véase también).
Anexo 1
Cinco reglas para mantener su línea… ¡y su salud!
«¡Los individuos no se preocupan seriamente de su salud hasta el momento en que la pierden! Las múltiples tentaciones propias de una civilización
en la que la economía depende de una producción y de un consumo elevados hacen fracasar a menudo nuestras tímidas tentativas de vivir
sanamente… Creo que la idea de un “derecho” de salud debería ser sustituida (¿completada?) por la obligación moral de cada uno de nosotros de
mantener la salud (ser actor de su salud)… por una forma de deber cívico, si prefieren».
John Knowles
«Hay que mantener una confianza plena en las fantásticas promesas de la medicina moderna, pero ser cada día plenamente consciente y plenamente
“actor de su salud” (de su prevención, su delgadez, su cura), este es un magnífico regalo para la autoestima; en una época en la que es difícil
conservar los puntos de referencia sólidos de una felicidad duradera».
¡Está bien adelgazar! No solo le permitirá mantener una relación serena con su propia imagen, y en relación a los
demás, sino que le ayudará a cuidar de su salud. Los diez consejos que siguen le acompañarán, día tras día, en este
camino para estar mejor y para recobrar la delgadez.
Anexo 2
Para mejorar sus ejercicios respiratorios y programar una relajación neuromuscular
Este pequeño ejercicio extra (una vez más, menos de 3 minutos) permite reforzar la eficacia de sus herramientas 1
y 3. Integra unos cuantos movimientos muy simples de la cabeza y del cuello que le ayudarán a liberar las tensiones
acumuladas por el estrés. Para esta fase, es necesario que realice la práctica de pie, o, mejor aún, sentado. No puede
hacer estos ejercicios tumbado. Practíquelos adoptando la postura sentada (véase también), haciendo especial
hincapié en mantenerse recto.
•Sin forzar (es muy importante) gire lentamente su cabeza hacia la derecha y hacia la izquierda como si
quisiera decir «no» (la lentitud en el movimiento es fundamental). Repítalo tres veces (debe durar al
menos 30 segundos).
byYako1976identi.io
•Después, siempre sin forzar y muy lentamente, mueva su cabeza de arriba abajo como si quisiera decir un
gran «sí», tres veces (30 segundos más).
•Seguidamente, siempre con el mismo ritmo (lentamente y sin forzar), mueva su cabeza de derecha a
izquierda, sin girarla, como si quisiera apoyar la oreja en el hombro. Repítalo tres veces (siempre durante
30 segundos), teniendo especial cuidado de no subir el hombro para que llegue a su cabeza (es algo que
haremos al principio, como gesto reflejo). El objetivo no es hacer que su hombro y su oreja se toquen, ya
que es algo que está comprobado que es muy difícil a no ser que se sea especialmente flexible y se esté
entrenado.
•Por último, termine esta pequeña serie de ejercicios con una rotación completa de la cabeza, muy dulce, a
la derecha, y luego a la izquierda. Sobre todo, no fuerce cuando echa la cabeza hacia atrás. Esta rotación le
llevará unos 20 segundos. Insisto, no es necesario nunca forzar ni darse prisa cuando hacemos estos
movimientos. En conjunto, no durará más de 2 minutos, al concluir los ejercicios respiratorios o su
relajación, tal como han sido descritos en los capítulos precedentes. Cuando esté acostumbrado (al cabo de
unas dos semanas), podrá efectuar dos rotaciones completas de la cabeza al acabar los movimientos
preparatorios, después tres (alrededor de un minuto). No más.
Estos movimientos tienen como objetivo «desprogramar» las tensiones neuromusculares que se acumulan en
la zona de la nuca y de los hombros y, también, repercuten en la espalda. Funcionan también como un masaje suave
de las glándulas endocrinas situadas en esta zona del cuerpo (timo, glándula tiroidea…) y relajan todos los nervios
que parten del cerebro en dirección al resto del cuerpo. Es la preparación ideal para la programación
neurometabólica.
Anexo 3
Anorexia y bulimia
¡Cuando los efectos sobrepasan las causas!
Acabar con la esclavitud psico-neuro-metabólica
1. Estado de la cuestión
La temática de este libro es el sobrepeso no patológico. El sobrepeso resituado dentro de un contexto humano
global; con sus orígenes profundos (causas psico-neuro-metabólicas) y sus efectos «visibles» sobre el cuerpo y
nuestras células grasas (adipocitos). No trata, por tanto, de abordar el sobrepeso como «síntoma» de una enfermedad
degenerativa crónica (cáncer, enfermedad autoinmune…), ni el sobrepeso que provoca el consumo de un
medicamento o los casos de perfiles psiquiátricos graves. Pero las personas que se preocupan por su peso, y que
desean comprender el funcionamiento neurometabólico global que permite controlarlo de manera duradera, conocen
a menudo en su entorno personas que tienen problemas más serios en la «gestión de la nutrición». Estos problemas
se dividen en dos vertientes extremas y tristemente famosas: el exceso de consumo nutricional, o bulimia, y la
privación nutricional extrema, la anorexia. Quiero llamar su atención sobre el hecho de que hablamos simplemente
de sobrepeso, de bulimia, de obesidad y de síndrome metabólico sin añadir ningún calificativo, mientras que de
manera espontánea hablamos de anorexia… ¡mental! Es necesario por tanto llegar a la intensidad de este problema
alimenticio para que por fin se reconozca la ligazón directa que existe entre la gestión de los alimentos, el sistema
nervioso, la psique y las emociones. Aprovecho así esta obra que ofrece una perspectiva diferente sobre la ingesta
alimenticia para aportarles algunas pistas de mayor bienestar para ayudar a aquellas y aquellos que son víctimas de
este«desbocamiento» temible de los cinco factores del ser vivo. Puesto que está claro a qué obedece: a un
desequilibrio progresivo del eje psico-neurometabólico del cuerpo. Teniendo claro que en esta ocasión no se trata de
un enfrentamiento entre voluntad y cerebro, con los altos y bajos que conoce usted bien y que caracterizan los
diferentes regímenes: en un momento determinado es su voluntad quien manda y adelgaza… después, es finalmente
el cerebro quien toma el mando y recupera su peso. En el caso de estos problemas serios, el contexto es más grave,
ya que nos enfrentamos a un «cuerpo esclavo», ¡a un sistema neuro-metabólico agotado! Agotado y bloqueado por
la orden de «exceso» en la bulimia y la orden de «privación» en la anorexia.
•Pídale que lea el capítulo dedicado a la herramienta de recarga nerviosa que consiste en repasar la película
de su día (de atrás hacia adelante) con una neutralidad emocional y sin juzgar (ver la herramienta
completa) y en aplicarlo.
•Háblele después de la herramienta de reequilibrio emocional simbólico (véase también), el trabajo de
escritura que busca dejar sobre el papel las heridas de la infancia o las adversidades vitales que han dejado
cicatrices abiertas en el psiquismo y el corazón de la persona.
Nota: en los casos graves, es decir, en los casos en los que la persona parece estar en un estado de
agotamiento psíquico y nervioso importante, y que su motivación por la curación es muy débil, incluso en aquellos
casos en que haya un auténtico rechazo terapéutico (anorexia ++), piense siempre en la opción de los terapeutas
formados en sofrología e hipnosis y los grupos de reflexión. Existen sesiones muy poderosas de «grupo de silencio»:
los terapeutas se forman en una «presencia atenta e indulgente», y ¡pueden permanecer «a la escucha» muchas horas
sin hablar! Por consiguiente, se crea una especie de complicidad en el silencio y una «verbalización simbólica de lo
no-dicho». Al cabo de una o dos sesiones, los pacientes se expresan de manera espontánea. Esta terapia es muy útil,
frecuentemente, en los casos de anorexia.
Por experiencia, estos reflejos de salud y de reprogramación psico-neuro-metabólica pueden dar excelentes
resultados o, en los casos graves, permitir a los equipos sanadores especializados, acceder más fácilmente a la raíz
del sufrimiento neuroemocional de estas personas. Espero de todo corazón que estas sean algunas pistas que puedan
guiar y ayudar a las personas que sufren y a su entorno.
Anexo 4
La tabla de SLIM-data de los principales alimentos
¿Tiene alguna duda con respecto a algún alimento? Puede fácilmente comprobar, con esta tabla, si pertenecen a la
zona verde, naranja o azul. Le recuerdo que:
•Los alimentos que pertenecen a la zona verde tienen una fuerza de almacenaje débil. Por consiguiente,
los puede consumir sin restricción alguna, y sin combinarlos.
•Los alimentos que pertenecen a la zona naranja tienen una fuerza de almacenaje neutra. Es mejor
combinarlos con alimentos verdes para que no aumente el SLIM-data global de su comida.
•Los alimentos que pertenecen a la zona azul63 tienen una fuerza de almacenaje alta. Debe por tanto
combinarlos obligatoriamente con alimentos verdes con el fin de limitar su impacto sobre su peso.
ZONA
ZONA NARANJA ZONA AZUL
VERDE
Anacardos
Ciruela
Frambuesa
Fresa
Granada
Grosella
Grosella negra
Guayaba
Almendras Mango
Arándanos Manzana cruda
FRUTAS Avellanas Maracuyá Albaricoque (fresco y
FRESCAS Y Cerezas Melocotón seco)
FRUTOS Cítricos Melón Cacahuetes
SECOS (todos) Mora Castañas
Kiwi Nectarina Ciruelas pasas
Lichis Níspero Dátiles
Limón Nueces de pacana Higos (frescos y secos)
Nueces Papaya
Pera
Piña
Piñones
Pistachos
Plátano
Ruibarbo
Sandía
Uva (fresca y
seca)
ZONA VERDE ZONA NARANJA ZONA AZUL
Garbanzos
Habas Guisantes
LEGUMINOSAS Alubias rojas Judías Patatas
Y FÉCULAS Tofu Judías blancas Patatas dulces
Lentejas
Ñames
Leche de cabra
Leche de oveja Leche de vaca entera
Quesos blancos Leche de vaca semidesnatada Quesos fermentados (camembert,
LÁCTEOS Quesos curados azul…)
Quesos frescos
Yogur natural o de Quesos fundidos
frutas
Atún natural Arenques en aceite
Calamares, pulpo, Atún en aceite
PRODUCTOS sepia Caballa al vino blanco Huevas de pescado
DEL MAR Crustáceos (todos) Pescado empanado Pescados ahumados
Moluscos (todos) Sardinas en aceite
Pescados (todos) Tarama
En esta tabla, le propongo verificar, en caso de duda, el potencial de acidificación de los principales alimentos.
Este índice (que oficialmente tiene el nombre de PRAL) le indicará si cada producto es más bien acidificante o
alcalinizante y en qué proporción.
En resumen:
•Las proteínas, las grasas, los cereales, los dulces y los azúcares refinados son fuertemente acidificantes.
•Los productos lácteos frescos y los cereales integrales o semi-integrales son casi neutros.
•Las frutas, las verduras y las especias (y condimentos) son fuertemente basificantes/alcalinizantes.
•Las tisanas digestivas son todas basificantes.
Aceites vegetales 0
Ajo –1,7
Albaricoques –4,8
Apio –5,2
Arenque +7
Arroz integral +2,1
Avellanas –2,8
Avena –13,31
Azúcar blanco 0
Azúcar no refinado –1,2
Bacalao +7,1
Berenjena –3,4
Biscotes +5,9
Bogavante +7,3
Brócoli –1,2
Buey +7,8
Cacahuetes salados +5,75
Cacao (con leche) –0,4
Café –1,4
Calabacín –4,6
Camarones +15,5
Cebolla –1,5
Cerdo graso +13,35
Cerdo magro +7,9
Cereales de desayuno
+6 a +10
azucarados
Cerezas –3,6
Champiñones –1,4
Chocolate con leche +2,4
Chocolate negro +0,4
Chucrut (sin embutido) –3
Coca-Cola +0,4
Col –4 (de media)
Conejo +19
Confitura –1,5
Copos de avena +10,7
Eglegino ahumado +6,8
Endivias –2
Ensalada verde –2 à –5
Espárrago –0,4
Especias y plantas aromáticas –5 à –12
Espinacas –14
Fletán +7,8
Foie +14,2
Frambuesas –2,4
Fresas –2,2
Galletas +3,4
Grosella negra –6,5
Guisantes –1,2
Helados de frutas –0,6
Helados de vainilla o chocolate +0,6
Higos secos –18,1
Hinojo –7,9
Huevos +8,2
Jamón cocido +8,3
Jamón crudo ahumado +90,8
Judías –3,1
Judías verdes –3,1
Kiwi –4,1
Leche de soja –0,8
Leche descremada +0,7
Leche entera +1,1
Lenguado +7,4
Lentejas +2,15
Limón –2,6
Maíz dulce (conserva) –0,77
Mango –3,3
Mantequilla +0,5
Manzanas –2,2
Margarina –0,5
Mayonesa +0,6
Mejillones +15,3
Melón –1,9
Miel –0,3
Nabo –5,5
Naranjas –2,7
Nata fresca +1,2
Nueces +6,8
Pan blanco +3,7
Pan de centeno +4
Pan de leche +3,8
Pan integral +1,8
Pastas al huevo +6,4
Pastas blancas +6,5
Pastas integrales +7,3
Patatas –4
Pato +4,1
Pavo +9,9
Pepino –0,8
Peras –2,9
Pescado –2,4
Pimiento –1,4
Piña fresca –2,7
Pistachos +8,5
Plátano –5,5
Pollo +8,7
Pomelo –3,5
Puerro –1,8
Queso blanco +11,1
Queso camembert +13
Queso chedar +15,2
Queso gouda +18,6
Queso parmesano +34,2
Rábano –3,7
Remolacha –3,9
+6 (de
Salchicha
media)
Salmón (conserva) +11,2
Salmón fresco +7,3
Sandía –1,9
Sardinas (conserva) +13,5
Soja (semillas) –3,4
Té –0,3
Ternera +9
Tomate –3,1
Uva –4
Uva blanca +4,6
Uvas pasas –21
Vinagre –1,6
Vino blanco seco –1,2
Vino tinto –2,4
Yogur de frutas +1,5
Yogur natural +1,2
Zanahoria –4,9
Anexo 6
Escala de estrés de Holmes y Rahe
Esta escala fue puesta a punto en 1967 por dos psiquiatras, Thomas H. Holmes y Richard H. Rahe, a partir de un
importante trabajo de investigación sobre el estrés, sus modalidades y sus consecuencias. Se ha ido enriqueciendo de
manera constante y a día de hoy, sigue siendo una escala de referencia. Clasifica los principales acontecimientos
vitales según el estrés que producen, atribuyéndoles puntos (entre 0 y 100). Para evaluar la carga de estrés que usted
ha soportado durante el año precedente, basta con marcar las situaciones que le conciernen y sumar los puntos.
Después, remítase a los consejos de interpretación presentes al final del test.
Interpretación de resultados:
•Si ha obtenido un total inferior a 150: su nivel de estrés está en la media. Algunos ejercicios regulares le
ayudarán a limitar más el impacto sobre su organismo y su aumento de peso desaparecerá rápidamente.
•Si ha obtenido un total entre 150 y 300: ha soportado demasiado estrés para poder gestionarlo día a día.
Para atenuar su impacto sobre su aumento de peso, repita regularmente los ejercicios respiratorios y las
relajaciones adelgazantes.
•Si ha obtenido un total superior a 300: su nivel de estrés es demasiado elevado. Es indispensable que
busque ayuda con profesionales especializados para que esta acumulación de tensión no perjudique su
salud.
Anexo 7
Bibliografía científica
Este programa completo psico-neuro-adelgazante, bautizado PNM (Programa Neuro-Metabólico), ha sido creado a
partir de protocolos de investigación en neurociencias aplicadas coordinados por mi equipo de colaboradores
internacionales (Japón, Estados Unidos, España…). A este programa, que es en realidad una síntesis, le han
precedido numerosas publicaciones científicas. Aquí le ofrezco una de las más significativas (de entre un panel de
diez publicaciones principales), publicada en 2011.
Regímenes adelgazantes versus nutrición saludable. El método SLIM-data: un paso global ético y educativo para
gestionar mejor el reto de las transiciones alimentarias del siglo XXI.
Sesión organizada por los laboratorios Forté Pharma
Participantes: Y. Rougier,64 V. Pouysségur65
Coordinadores de la investigación: P. Séité,66 S. Caula,67 V. Pouysségur
Resumen
•Un comienzo de siglo tan rico en sueños tecnológicos y promesas de salud… pero una primera constatación global científica y
humanamente aberrante: 17.000 propuestas en Internet de regímenes adelgazantes; más de 2 millones de «enlaces», más de
3.000 artículos anuales sobre el mismo tema: ¡perder peso!
•Una segunda observación todavía más sorprendente: todo el mundo puede expresarse casi «al mismo nivel» sobre el tema; profesor
agregado, vedette del show-business, famosos mediáticos, periodistas (¡especializados o no!), investigadores… Una mezcla de
géneros y un exceso de información (demasiado frecuentemente generalista y chapucera) que entrañan una desinformación global
(incluso entre profesionales). Se dice cualquier cosa… ¡y la contraria! Información no rima desde luego con «educación» para el
público ni con «formación» para los profesionales de la salud.
•Con un resultado humano, sin duda, a la altura del contexto de la confusión general; al comenzar este siglo XXI, las últimas
informaciones de la OMS constantan este dato increíble: por primera vez en nuestra historia… ¡el número de personas con
sobrepeso es superior al de aquellas que pasan hambre!
•¿Por qué este «suicidio alimentario» de más de mil millones de individuos?
•Porque un postulado científicamente y psicológicamente correcto («¡Has engordado porque has comido demasiado!¡Para adelgazar
basta con que comas menos y hagas un poco de ejercicio!») puede ser humanamente y neurohormonalmente falso. Porque las
verdaderas causas del sobrepeso planetario se deben a múltiples factores… y necesitan respuestas adelgazantes
multidisciplinares.
•Este ensayo propone un análisis claro de los principios de los regímenes adelgazantes, sus promesas y sus límites. Después,
expondremos los comentarios y las respuestas más pertinentes de los investigadores clínicos en nutrición, biofisiología,
endocrinología y psico-neuro-biología. Desarrollaremos la importancia de nociones claves del índice glucémico, del equilibrio ácido-
basal, del índice metabólico, de la crononutrición y de la psiconutrición… Se propondrá una síntesis final a través de un método
global de nutrición-adelgazante priorizando la nutrición saludable: el programa SLIM-data en cinco entrenamientos prácticos.
INTRODUCCIÓN
Trágico. Ese es el único adjetivo para calificar el fracaso de esta «guerra contra el sobrepeso» emprendida hará casi
medio siglo. Trágico el número de personas (¡incluyendo hoy en día la infancia!) enfermas a causa del sobrepeso:
más de mil millones en el umbral de la obesidad. Trágico que aquellos que tienen acceso libre a la nutrición mueran
por comer mal y demasiado; mientras que otros mendigan las migajas para sus hijos y para ellos mismos. Trágica
esta paradoja que abre la puerta de nuestro tercer milenio, tan rico en promesas tecnológicas.
¿Por qué este «suicidio alimentario» planetario de casi mil millones de individuos en 2011? ¿Por qué este
irrefrenable supra consumo, esta «supra comilona», mientras las necesidades energéticas reales decrecen de década
en década (transportes, confort y multiprogreso a nuestro servicio cotidianamente…)?
¿Por qué este fracaso repetitivo de todos los regímenes adelgazantes (que, por añadidura, han contribuido a
crear dos generaciones de adultos obesos y una nueva generación que no protege ¡ni a los niños de cinco años!)?
Todos los consejos nutricionales y las reglas de higiene alimentaria «oficiales» parecen, sin embargo,
perfectamente controladas y codificadas… En teoría, bastaría con seguirlas para estar «delgado y saludable».
¿Será culpa entonces de esos millones de consumidores demasiado indisciplinados o demasiado adoctrinados
por un marketing atractivo y omnipresente? Pero puede que esos mismos consumidores se encuentren totalmente
perdidos frente a centenares de informaciones y de consejos dietéticos demasiado simples (simplistas)
aparentemente, pero muy a menudo contradictorios.
Este artículo quiere dar una posible respuesta a estas paradojas. Pensamos que las raíces del sobrepeso están
fuera; pensamos que todas esas constantes y estadísticas minuciosas esconden un principio «fundamental» de la
industria agroalimentaria de este siglo: «Nuestra alimentación ha cambiado más en cincuenta años que en cincuenta
siglos…». La alimentación del hombre, por tanto, debe ser repensada con reglas nutricionales adaptadas a las
exigencias tecnológicas y bioquímicas pero, sobre todo, psicológicas y médico-sociales de nuestro siglo XXI.
Efectivamente, el postulado calórico, científica y biológicamente correcto («Has engordado porque has comido
demasiado; para adelgazar te basta con comer menos y hacer deporte»), resulta, después de cincuenta años de
repetidos fracasos, ¡humana, fisiológica y, sobre todo, psicológicamente falso!
Porque esta gestión mono-factorial y puramente energética (calórica) y mecánica del sobrepeso resulta muy
incompleta. Porque las verdaderas causas «humanas» de este sobrepeso son altamente poli factoriales… y necesitan
respuestas adelgazantes, consejos adelgazantes (y por tanto, programas adelgazantes) pluridisciplinares (con síntesis
para el gran público coherentes y fácilmente accesibles).
Durante mucho tiempo hemos atribuido (¡equivocadamente!) a André Malraux, la cita : ¡«El siglo XXI será
religioso o no será!». Del mismo modo durante mucho tiempo hemos atribuido (¡equivocadamente!) a los
investigadores y a los médicos clínicos cantidad de regímenes adelgazantes que no les corresponden en absoluto (¡la
casi totalidad, de hecho!) Malraux ha corregido, mientras vivió, este error especificando que muy a menudo
«mezclamos todo: lo religioso, lo espiritual, lo místico…» y que por el contrario, «[él] piensa realmente que la
humanidad del próximo siglo [¡el nuestro!] deberá encontrar un “tipo ejemplar” de hombre». Del mismo modo, en
este arranque del siglo XXI, lo mezclamos todo: las promesas científicas, el marketing y la «charlatanería». Así pues,
tanto los profesionales como el público en general, debemos informarnos de algunas realidades de la nutrición
saludable… para proponer un «tipo ejemplar» de régimen que tome en consideración al hombre global animado por
un sistema bio-metabólico global. Un ser (totalmente) humano con todas sus implicaciones nerviosas, hormonales,
fisiológicas, biológicas, psicológicas, emocionales…
Un ser plenamente humano, en contacto e interacción permanente con todos sus «hermanos-humanos»
(impacto fundamental del contexto psico-social, psico-étnico). Un ser plenamente humano que no podamos reducir a
una «máquina biológica» respondiendo a códigos matemáticos, biológicos o farmacológicos, puramente
tecnológicos.
Esta visión demasiado mecánica del ser humano, desgraciadamente, se ha transmitido al gran público;
¡millones de personas esperan, por tanto, el «medicamente antikilos» para «curarles» de la enfermedad del
sobrepeso!
Estas mismas personas encadenan (a la espera de la pastilla-milagro) regímenes tras regímenes convencidos
que su tejido graso y sus miles de millones de adipocitos no son más que «vulgares» bolsas de grasa que podemos
rellenar o vaciar a ritmo de estrés, de ansia, de bulimias nerviosas seguidas de regímenes adelgazantes más o menos
fantasiosos. Las células de grasa como bolsas de provisiones; un mundo biológico matemáticamente ordenado donde
basta simplemente «decidir y querer» para lograr «el acto adelgazante»: perder peso eficazmente y sobre todo de
manera duradera (¡el desafío más grande, damos fe de ello!).
Hoy en día sabemos que este enfoque se aleja de la delgadez saludable y es la base de la obesidad. También
sabemos que el tejido adiposo no es «inerte», sino que es un verdadero «órgano» con múltiples interacciones
biológicas, hormonales, inmunitarias, vasculares, neurológicas y psicológicas (un factor que ha resultado clave en
estos últimos cinco años).
Tomar este atajo simplista y pseudocientífico: «régimen (con o sin medicamentos) = adelgazamiento
asegurado», nos muestra una paradoja más del «progreso a cualquier precio»; descubrimos entonces que detrás de la
máscara de la sonrisa del marketing (¡pero sonrisa helada!) del hombre biónico, demasiado frecuentemente se
esconde la mueca «del hombre humano». Una mueca del hombre que sufre cada día un poco más a causa de esas
enfermedades crónicas y degenerativas a partir de las cuales las moléculas líderes no «curan» más que los síntomas;
una mueca que se produce al verse, año tras año, generación tras generación cada vez más joven, como «víctima
activa» de su propio sobrepeso.
Sin embargo, descubriremos rápidamente a lo largo de esta presentación que, ciertamente, no hay nada más
«simple» que perder peso; pero el lamento constante de esos mil millones de obesos que apuntan con un dedo
interrogativo a la ciencia y a sus dirigentes, es que hace falta perder peso de manera natural y duradera.
«De manera natural» debe significar dentro del respeto al metabolismo profundo del cuerpo, dentro del
respeto a nuestros límites nerviosos y psicológicos; y dentro de la extrema desconfianza hacia la «delgadez
farmacológica» y dentro del recuerdo (cercano) de los efectos devastadores que tienen las moléculas químicas
(anfetaminas, extractos tiroideos, diuréticos y diversos genéricos…). De estas constantes se desprende una regla
muy simple: la nutrición saludable debe siempre preceder y después acompañar a la nutrición adelgazante. «De
manera duradera» debe significar un peso adaptado a la morfología, y estable en el tiempo: un tiempo superior a tres
años…Un tiempo sin «sufrimiento alimentario moral»: sin ansias, sin bulimia, sin frustración o depresión leve
(como huellas biológicas y psicológicas indelebles de los regímenes repetitivos); sin recuperación del peso
progresivo tipo yoyó; sin desplazamiento hacia la anorexia.
A través de este seminario, le proponemos, por tanto, «redescubrir» (puesto que todos conocemos nuestras
bases) los límites y por consiguiente, la peligrosidad de tres grandes «orientaciones adelgazantes». Ya que, si hoy en
día existen 17.000 «marcos de régimen» y más de 2 millones de enlaces adelgazantes virtuales, en realidad solo
existen estas tres técnicas adelgazantes fundamentales (todas las demás son «derivadas» ¡y no es una broma!):
Añadiremos brevemente una cuarta categoría que hemos bautizado como: «La esencia de los milagros
adelgazantes» donde lo peor linda con lo abominable; donde el «da igual» rige con una alegre inconsciencia bastante
«naif» pero, sin embargo, bastante aterradora, ya que influye a millones de consumidores conduciéndoles a riesgos y
peligros (¡numerosos!). En pocas palabras, una personalidad mediática o un «iluminado creativo» (quizás sincero,
¡pero pocas veces competente!) que tiene acceso a los medios y que él mismo ha logrado adelgazar, proyecta su caso
particular sobre millones de «fans». En esta categoría, encontramos todos los regímenes de vedettes del show-
business, de modelos, de líderes de opinión, de políticos, de actores (¡de cine!)… Régimen Miami, Malibú,
celebridad X o Y, régimen sopa de col, de algas, de ortigas, mono-dieta de piñas, de arroz integral, de uvas…
En un segundo apartado, le propondremos un «programa alimenticio global» que no refleja en absoluto el
«pensamiento (o las creencias) de una escuela» sino la síntesis de diferentes visiones de la nutrición saludable
creíbles, codificadas de manera práctica y referenciadas en este arranque de milenio:
•La importancia demostrada del índice glucémico asociado al índice metabólico (incluyendo el trabajo
hepático-pancreático-biliar de la digestión de las grasas).
•La creación reciente de un índice alimenticio dinámico (identificando la fuerza de almacenaje de un
alimento o de un grupo de alimentos): el SLIM-data.
•La atención hacia el equilibrio ácido-básico de las comidas (y después de nuestros tejidos).
•La importancia del respeto a los crono-ritmos digestivos (para no «digerir-asimilar» a contratiempo).
•Por último, el rol esencial de algunas herramientas, nacidas de las neurociencias aplicadas y dedicadas a
una mejor gestión de estrés de causas mayores que las cotidianas y de emociones demasiado
desestabilizantes de nuestras vivencias (¡una atención primordial a la vista de las implicaciones directas en
todos los mecanismos de aumento de peso!).
Para concluir, hablaremos de manera ineludible del aumento de numerosas herramientas virtuales
(información, educación, coaching, acompañamiento…) con sus limitaciones, sus peligros pero también sus
promesas. Proponemos, por tanto, un proceso global que deseamos sea también profundamente ético (sin rivalidades
partidistas); que queremos que sea esencialmente educativo para guiar mejor (o para curar mejor) a nuestros
pacientes. Pacientes, en fin, mejor informados y más lúcidos. Pacientes, por tanto, más críticos frente a los
«regímenes locos» y así mejor protegidos ante sus nefastas consecuencias (a medio y, desde luego, a largo plazo).
Una vía de «convergencias terapéuticas» para gestionar mejor el gran desafío de la alimentación saludable del siglo
XXI.
•El refinado de cereales consiste en quitar las capas adheridas a la semilla central del grano, muy rica en
nutrientes:
–Proteínas: la pérdida proteica es relativamente débil en peso (presencia de la semilla de gluten mezclada
con la de almidón) pero entraña una concentración de almidón.
–Fibras: el enorme empobrecimiento de fibra entraña un índice glucémico más elevado en todos los
cereales refinados.
–Minerales y oligoelementos diversos: sobre todo fósforo, magnesio y calcio.
–Vitaminas: sobre todo del grupo B, importantes para las reacciones metabólicas que sustentan el
equilibrio nervioso y la digestión de los azúcares (el trabajo de la mitocondria: B2 y B3). Por la pérdida
de estos nutrientes esenciales, observamos un aumento del índice glucémico en comparación con los
cereales integrales. Cuanto más elevado es dicho índice, más importante es la secreción de insulina y
más importante es el impacto metabólico sobre el páncreas.
•El refinado de los aceites vegetales para conseguir un aceite estable por la modificación de los ácidos
grasos. Los principales tratamientos aplicados son: eliminación de los mucílagos, neutralización,
decoloración, desodorización y coloración. Todas estas operaciones entrañan una modificación cualitativa
de la composición del aceite en detrimento de nutrientes esenciales, una destrucción de la vitamina E
antioxidante (esencial en la prevención de la oxidación del organismo y sus consecuencias: arterosclerosis,
envejecimiento acelerado), una transformación de la estructura de los ácidos grasos:
–Saturación de una parte de los ácidos grasos insaturados, que se vuelven inactivos a nivel biológico y que
favorecen enfermedades metabólicas de sobrecarga (problemas en el equilibrio de grasa en sangre:
arterosclerosis, enfermedades cardiovasculares y sobrecarga ponderal).
–Los aceites modernos contienen pocos ácidos grasos «trans» pero cuando un usuario calienta este aceite
en una sartén a 200° C, habrá una inversión de la configuración espacial de las moléculas de ácidos
grasos insaturados «cis» en «trans». La configuración «trans» favorece la arterosclerosis con un aumento
de LDL y un aumento de HDL y parece que favorece algunos cánceres (principalmente de pecho, colon
y próstata).
•En resumen: cuanto más refinado es un alimento, más simple es su estructura bioquímica y más estable,
dominable y fácil de conservar. Refinando los alimentos, cumplimos dos objetivos: simplificamos su
composición global y facilitamos su conservación.
Un ejemplo: la harina. La extraída del trigo integral contiene cincuenta y siete componentes diferentes:
glúcidos, vitaminas, minerales, fibras, encimas, levaduras… Después del refinado, la harina que llamamos «blanca»
solo contiene una pequeña parte. Su composición se acerca a la de un hidrato de carbono puro. Evidentemente, el
producto obtenido es mucho más estable, fácil de conservar y de transportar. Pero su impacto sobre el metabolismo
es mucho más «brutal» y desequilibrante que el del alimento de base. Puesto que el refinado no puede aplicarse a
todas las clases de alimentos, la industria agroalimentaria ha inventado otros procesos de conservación. La
irradiación, por ejemplo, consiste en someter algunos alimentos (generalmente fruta y verdura) a radiaciones que
ralentizan la acción de los microorganismos responsables de la degradación ligada al tiempo. Los aditivos
(conservantes, potenciadores de sabor, agentes de sustancia, colorantes, aromatizantes…) permiten conservar más
tiempo los productos procesados: platos preparados, salsas envasadas, dulces y bollería industrial… En definitiva,
las pérdidas nutricionales derivadas del refinamiento se añaden a los efectos de estos tratamientos industriales para
dar a los alimentos una «nueva categoría», que nuestro organismo cada vez reconoce, digiere y metaboliza peor
como nutriente de salud.
P. Grandjean y P. J. Landrigan deploraban en un artículo publicado en The Lancet en diciembre de 2007, la
dificultad que existe para prohibir el uso de algunas sustancias tóxicas para el cerebro y para aplicar el principio de
precaución que impondría que se evitara básicamente que el feto, el niño pequeño, los adolescentes y las mujeres en
edad de procrear se expusieran a las mismas: «El nivel de pruebas requeridas antes de decidir la prohibición de una
sustancia química es tan elevado que en el caso de productos muy utilizados (a los que estamos todos expuestos) o
de productos que actúan pasando por complejas sinergias, a día de hoy es muy difícil prohibirlos».
Además, estas transformaciones industriales provocan «mutaciones» muy importantes, desplazamientos
progresivos de nuestro equilibrio y nuestras funciones de digestión y asimilación. Esa es uno de las principales
fuentes de los innumerables problemas de origen alimentario: intolerancias, alergias múltiples, sobrepeso,
prediabetes, síndrome metabólico. A ellos se unen las modificaciones desequilibrantes a nivel metabólico
(principalmente la sub-acidez).
Estos alimentos transformados tienen un gran éxito en los países occidentales en tanto en cuanto responden
perfectamente a la evolución de los hábitos alimentarios.
A día de hoy, el tiempo dedicado a la preparación de la comida es tres veces menos importante que hace
cincuenta años. El recurso de los platos preparados y los alimentos envasados y precocinados es, por tanto,
inevitable… No podemos dar marcha atrás; corresponde por tanto a los científicos y a los terapeutas la misión de
desarrollar nuevas estrategias alimenticias de salud… ¡y de transmitirlas!
Este índice SLIM-data (por «Slimness with the Lowest Index of Metabolism» = adelgazar por la utilización
de índices metabólicos bajos), combina los tres índices que definen el impacto digestivo de un alimento: índice
insulínico, índice enzimático e índice calórico (que tenemos en cuenta, por supuesto, pero al mínimo, interviene solo
como ponderador del índice global). La fórmula de referencia expuesta permite el cálculo del SLIM-data de todos
los alimentos corrientes. A partir de este nuevo índice, hemos clasificado los alimentos en tres grandes categorías:
•Los alimentos «verdes» en los que el índice SLIM-data es más bajo (entre 0 y 40) y son beneficiosos tanto
para el equilibrio metabólico como para despertar la «memoria adelgazante».
•Los alimentos «naranjas» que tienen un índice SLIM-data mediano (entre 45 y 55) y son neutros a nivel
metabólico.
•Los alimentos «rojos» que tienen un índice SLIM-data elevado y se alejan negativamente de la neutralidad
metabólica. Pero estos alimentos «rojos» no están prohibidos en absoluto, como ocurre en la mayoría de
regímenes adelgazantes; ¡ni hay que evitarlos! Simplemente requieren ser asociados con la misma
cantidad de alimentos «verdes» con el fin de neutralizar su impacto metabólico. Así pues, todos los menús
son posibles para librar al cuerpo mensajes adelgazantes reequilibrantes y todo ello sin el espectro de las
privaciones y sus consecuentes frustraciones, causa mayor del fracaso de todos los regímenes.
A esto se añaden algunos alimentos calificados en la zona «violeta» que son los que tienen o bien un índice
SLIM-data muy elevado, o bien una toxicidad importante para nuestro equilibrio digestivo.
Son, por consiguiente, los «no-alimentos» en el sentido de que aportan muy pocos nutrientes utilizables, pero
muchísimos glúcidos hiper-refinados o sustancias aditivas nefastas. ¡Y a menudo las dos cosas! Se alejan de manera
demasiado brutal y violenta de los alimentos naturales que son la base de su preparación. Un ejemplo: las patatas
fritas industriales con sabor a «salmón ahumado». Tanto las patatas como el salmón son estupendos alimentos. Pero
en estas patatas fritas, ¡no hay más que un «cúmulo molecular» de alimentos y de perfumes de síntesis que
constituyen un insulto a la vez a los alimentos de origen y a su salud!
Estos alimentos clasificados en la zona violeta son poco numerosos y son los únicos que hay que evitar
incluso cuando tenemos una buena salud. Todos los otros (¡hay centenares!) están a disposición del consumidor. La
única obligación: combinar los alimentos de manera que el índice global de la comida se mantenga dentro de los
límites de aquello que el metabolismo puede gestionar, digerir y asimilar: verde durante varias semanas para
intensificar el mensaje reequilibrante, seguido del naranja, a velocidad de crucero.
•Una desregulación del centro de saciedad y un aumento de las falsas-hambres y las ansias por comer.
•Una bajada progresiva del sistema inmunitario y menor resistencia a diversas agresiones.
La alimentación, responsable en gran parte del desequilibrio interno, puede convertirse en su principal aliado
para neutralizarlo. Las reglas de base son muy simples: toda la fruta, la verdura y las especias son globalmente
basificantes, compensando así naturalmente el exceso de acidificación del medio interior (generado por el exceso de
proteínas, grasas y azúcares rápidos, y por la presión del estrés). Para las salsas de las ensaladas, hay que optar por el
vinagre de sidra y el zumo de limón ya que sus ácidos orgánicos se transforman en básicos al contacto con las
secreciones digestivas. Evitar consumir demasiada carne roja y queso graso, ya que la digestión produce numerosas
sustancias acidificantes y remplazarlo por aves o pescado.
Por último, hay que recomendar los cereales semi-integrales y limitar el consumo de azúcar blanco y de
bollería industrial.
Para favorecer nuestros equilibrios alimenticios a lo largo de la jornada, basta con subir los ritmos naturales
del cuerpo. La crononutrición es la aplicación al ser humano moderno de los ritmos de nutrición milenarios que la
civilización ha ido perdiendo progresivamente. Se adapta a la cronobiología del cuerpo.
En síntesis, es posible comer más graso, azucarado y proteico por la mañana, denso al mediodía, azucarado
por la tarde y ligero por la noche.
•El desayuno, con toda razón, debe ser copioso y rico en glúcidos lentos con una proteína obligatoria. La
utilización de pan integral (o semi-integral) es un buen aporte de fibras; una cucharadita de café de
salvado de avena diluido también lo es.
•La comida comprende las proteínas animales u otras asociadas a los glúcidos y fibras (verduras,
cereales…).
•El tentempié de la tarde es discretamente glúcido (¡timing ideal para el chocolate!) pero suficiente para
hacernos aguantar si no hemos comido demasiado al mediodía o por la mañana. Esta merienda no es solo
una manera de cortar el hambre, sino que es relajante y, por si fuera poco, tendrá un efecto de distensión
que nos hará terminar la jornada dulcemente.
•La cena es ligera y comporta pocos alimentos calóricos (proteínas ligeras, pescado, verdura, compotas…).
•Los quemadores-drenantes (con un nombre genérico demasiado vago; debería hablarse de «ayuda al
metabolismo»). Suelen crearse en base a la cafeína y a plantas desinfiltrantes.
•Los saciantes (o «inhibidores del apetito» naturales) son moderadores de la glucemia y de los mucílagos
hidrófilos de relleno del estómago. Generalmente están hechos a partir de resina, fibras y extracto de
azafrán.
•Los «captadores de grasas» generalmente a base de fibras lipófilas que drenan las grasas alimenticias
aunque no realizan ninguna acción directa sobre las grasas corporales.
•Los «reconstituyentes de la flora» con la enorme gama de pré y probióticos (raíces naturales y fructo-
oligosacáridos…), así como el «redescubrimiento» de las virtudes depurativas del carbón activo. Una
sinergia esencial para reequilibrar y luego relanzar el metabolismo adelgazante.
•Las «ayudas a la digestión» esencialmente compuestas de extractos enzimáticos que se focalizan en las
diferentes clases de macronutrientes (prótidos, glúcidos, lípidos; proteasas, lipasas y amilasas).
En conclusión, existen hoy en día complementos alimenticios adelgazantes (así como Medical Device y
AMM) que ofrecen perfectas garantías de seriedad y eficacia (dentro de la legislación europea). Pero siempre es
necesario subrayar que una fórmula adelgazante no puede «existir» y desarrollar toda su eficacia al margen de un
programa nutricional y de un seguimiento adaptado. Aquí destacamos la importancia de las páginas de internet de
coaching (de calidad y coordinadas por un profesional de la salud), los consejos prácticos y una educación del
paciente, dentro de un marco de proceso global de acompañamiento biológico, físico y psicológico.
e) Nutrición y «sentido común»
Dos palabras clave: ¡anti-carencia y moderación!
Las fibras frenan los azúcares, «taponan» las grasas, depuran la flora y regulan el tránsito; ¡son más que
esenciales!… Sí a las crudités pero en su justa medida (si no, colitis asegurada). Tomar un suplemento de dos
cucharaditas de café rasas al día de salvado de avena o de salvado de trigo micronizado mezclado y «diluirlo» en un
yogur o una compota de frutas es verdaderamente simple y una dosis ideal. Un suplemento de probióticos (y/o
prebióticos) en curas regulares: tres semanas con cada cambio de estación, representa una ventaja preventiva de
salud largamente empleada y con una eficacia reconocida.
Nota: una vez más, la calidad de la fabricación y de la conservación es esencial para una acción
reequilibrante beneficiosa y duradera. Pida consejo a nuestros colegas farmacéuticos o apasiónese por este tema con
múltiples implicaciones preventivas y curativas.
Consecuencia del refinado y de los cultivos intensivos que empobrecen nuestros alimentos y nutrientes
esenciales, como en el caso de las fibras, las carencias de vitaminas afectan a nuestra salud a medio plazo. La regla
es muy simple: multivitaminas AJR (tener cuidado con las mega dosis que producen efectos «paradójicos», incluso a
veces hasta llegar al debilitamiento de las defensas del cuerpo).
Tomarlas en medio de la comida como cura durante tres semanas cada tres meses; un mes de cada dos para
las personas de más de 65 años; tres semanas al mes para las personas de más 75 años. Escoger una marca europea y
no fiarse de internet que todavía está mal supervisado y legislado.
Nota: englobados en este consejo, los suplementos de antioxidantes deberán también ser moderados y
prudentes y respetando los mismos consejos que para los suplementos vitamínicos. Combinaremos al AJR,
vitaminas B2, B3, Se, vitamina E, Mn, L-metionina, L-cistina y vitamina C.
Nota: cuidado con los suplementos continuados de vitamina A (acumulación tóxica en el hígado y las grasas)
y de Fer (pro-oxidante) sin los consejos de un profesional.
•Moderar la sal:
¡Freno radical a las grasas saturadas o de mala calidad! Para reequilibrar el aporte de lípidos durante unos
meses, elija aceite de oliva de primera prensada en frío… y opte por recetas con mantequilla fresca (no cocinada)
mejor que con aceite de palma (¡incluso bio!).
Limite la carne roja y los quesos curados o muy grasos a tres veces por semana y la charcutería a una vez por
semana. El pescado (carnívoro) es bienvenido (incluso si están un poco «contaminados», son menos tóxicos que los
excesos de grasas saturadas).
Training detox
Una vez más, hay que conservar la razón: no existe una «fitoterapia adelgazante» directa. Pero existen excelentes
plantas que favorecen el trabajo y la protección de nuestros principales órganos digestivos (y de eliminación):
hígado, páncreas, vesícula biliar, estómago, tubo digestivo y riñones. El hecho de que estas técnicas sean a veces
mediatizadas a ultranza o en ocasiones acompañadas de promesas delirantes, ha hecho reaccionar (con razón) a
algunos responsables de organismos universitarios. Han calificado estos programas como inútiles subrayando que el
organismo tiene todo previsto para desembarazarse de las toxinas sobrantes.
¡Y es verdad! Incluso después de una comida festiva «pantagruélica», al organismo no le hacen falta más de
dos o tres días para eliminar el exceso de toxinas residuales (ácido úrico, sales biliares, grasas saturadas…). Pero se
trata únicamente de nuestros desechos metabólicos directos. Aparte, hay toda una serie de contaminaciones internas
y externas (radicales libres, metales pesados, aditivos químicos alimentarios, moléculas químicas de los
medicamentos…). Estas toxinas, muy numerosas y muy nuevas, no disponen de «vías de salida» biológicamente
programadas. Nuestro organismo, infinitamente adaptable después de milenios, no ha tenido el tiempo necesario
para adaptarse perfectamente. Estos nuevos desechos tóxicos contaminan lentamente (e inexorablemente) nuestros
órganos filtros (riñones, hígado, tubo digestivo…).
Privarse de una cura bianual (primavera, otoño), es prescindir de manera negligente de un aliado adelgazante
valioso. Como le gustaba repetir al doctor Borenstein: «La nutrición no cura nada, pero ayuda a curar». La
fitoterapia, a la vez que un medicamento rey, merece ser una opción terapéutica. Recordaremos así la «triada
mágica» eficaz, fácil de prescribir y fácil de llevar a cabo:
•Rábano negro: zumo en ampollas. Una ampolla por la mañana y por la noche media hora antes de las
comidas. Cura de tres semanas.
•Hinojo en tisana caliente o fría para acompañar las comidas (basificante).
•Salvia (drenante y ligeramente laxante) tibia al acabar las comidas.
•Ulmaria, alcachofa, ortiga, ginkgo, cola de caballo: infusión de tres minutos (no más). Beber dos tazas dos
veces al día, alejada de las comidas. Cura de tres semanas.
•Escoja una silla en la que no corra el riesgo de hundirse, una silla mejor que una butaca.
•Siéntese de manera que sus muslos y sus piernas formen un ángulo recto a nivel de las rodillas, mientras
sus pies se apoyan totalmente en el suelo. Sus pies y sus rodillas se hallan separados por unos treinta
centímetros. También puede cruzar sus pies replegándolos bajo la silla (esta postura muy cómoda se
conoce como «de la secretaria»).
•Mantenga la espalda recta (pero sin forzar) y relaje los hombros.
•Ponga las manos sobre sus muslos, con las palmas hacia arriba muy relajadas. Cierre los ojos.
La postura tumbado es excelente pero menos espontánea. Además, al final de la jornada, provoca antes el
sueño que la relajación. Esta postura sigue siendo para la gran mayoría la postura de referencia más cómoda:
•Estírese boca arriba, sobre una superficie ni demasiado firme (su postura debe de ser cómoda) ni demasiado
blanda (debe sentirse bien apoyado).
•Extienda los brazos a lo largo de su cuerpo, laxos y con la palma de las manos hacia arriba.
•Relájese bien, principalmente en la zona de la nuca y de los hombros. Si lleva un traje apretado,
desabrócheselo para darle amplitud a su tórax y abdomen. En el caso de los hombres, es obligatorio
desabrocharse el cinturón y deshacerse el nudo de la corbata así como desabrochar los primeros botones
de la camisa.
•Deje la cabeza reposar naturalmente, recta, el occipucio apoyado sobre el suelo. En algún caso, puede
colocar un cojincito (fino) bajo su nuca para apoyarla.
•Cierre los ojos y relájese ensayando una pequeña sonrisa (lo que relaja inmediatamente el rostro).
Training antiestrés
Existen numerosas técnicas en este campo: hipnosis médica, sofrología, relajación de Jacobson…Y sobre todo, el
célebre «training autógeno» del doctor Johannes H. Schultz, que ha inspirado a terapeutas de todo un siglo. Schultz
era médico, neurólogo y psiquiatra. A finales del siglo XIX, fue uno de los primeros en interesarse por las estrechas
relaciones entre cuerpo y espíritu. Estudió principalmente nuestras capacidades naturales de autohipnosis y llegó a
codificarlas (training) de manera que pudiéramos nosotros mismos situarnos (autógeno), en cualquier momento, en
un estado de relajación beneficiosa.
Este ejercicio de training mental-adelgazante que ahora proponemos utiliza los elementos más prácticos del
training autógeno, asociados a los ejercicios respiratorios y a un trabajo dirigido a los pensamientos, que nosotros
hemos codificado y afinado año tras año. El imaginario mental es un elemento importante de numerosas técnicas
psicosomáticas (el doctor Schultz lo utilizaba frecuentemente, junto con sus estudiantes, para hacerles aproximarse a
las relaciones prácticas entre el pensamiento y el cuerpo).
byYako1976identi.io
Training práctico derivado del método de Schultz
•Estírese en un lugar tranquilo o siéntese en la «postura relajada» descrita para la respiración.
•Respire tres veces profundamente (siempre por la nariz), después adopte un ritmo respiratorio regular, sin
forzar: inspire contando hasta tres ( o 1.000, 2.000, 3.000…) después espire lentamente contando hasta
seis (o 1.000, 2.000, 3.000, 4.000…). Repítalo tres veces.
•Centre su atención en sus pies (una parte del cuerpo a menudo «olvidada»), e imagine que se relajan, que
todos sus músculos se distienden, que se vuelven «pesados» (y que se hunden progresivamente en el
suelo).
•Siempre respirando con calma y con el ritmo descrito, haga que su mirada interior recorra sus tobillos, sus
pantorrillas, sus rodillas, sus muslos hasta la pelvis, después hacia el vientre y seguidamente hacia la caja
torácica.
•Así llegará hasta los hombros. Insista en esta zona del cuerpo que a menudo es objeto de tensiones
múltiples (¡llevamos «el peso del mundo sobre nuestros hombros»!), hasta que estén verdaderamente
relajados.
•Después descienda a lo largo de sus brazos hasta los codos, los antebrazos, las muñecas y las manos
(relajadas…, pesadas…).
•Finalmente, relaje mentalmente la cara, la frente… Entreabra ligeramente los labios para dibujar una semi-
sonrisa. Sus ojos están todo el rato cerrados pero tiene los párpados relajados. Su respiración es tranquila y
regular.
•Repita tres veces, suavemente, esta ida y vuelta de profunda relajación y finalmente, conduzca la atención
hacia su ritmo respiratorio durante un minuto antes de abrir los ojos conservando la mímica de la sonrisa.
Si se hace de manera regular esta visualización a los pacientes, constatará que se da una relajación física
global de todos los grupos musculares mayores. Lo que corresponde «neurobiológicamente» a un reequilibrio
«ortoparasimpático». Todos los impactos negativos psicosomáticos y somatofísicos pierden intensidad. Los ataques
de hambre nerviosos pierden terreno, sus pacientes pueden superar así numerosos bloqueos ponderales (una
respuesta práctica a: «¡Yo hago su régimen, pero me estanco, doctor… !»).
Training emocional
a) Breve repaso histórico:
Todo empezó con un premio Nobel que coronaba en 1904 los trabajos del célebre Yvan Pavlov evidenciando los
reflejos condicionados (asociamos la comida de un animal con el sonido de una campana; al cabo de unas semanas,
obtenemos la misma actividad de su sistema digestivo únicamente accionando la campana sin ningún tipo de ingesta
alimenticia). Un descubrimiento trascendente que permitió por primera vez hacer concordar decenas de
observaciones y reagrupar síntomas médicos hasta entonces misteriosos: algunas personas alérgicas a las plantas o a
los animales podían desencadenar una crisis igual de violenta a la vista de una simple fotografía del objeto al que
eran alérgicos (sin la mínima presencia del alérgeno). Demostraba además un puente entre el psiquismo, el sistema
hormonal y el sistema inmunitario. Pero el esquema biológico de este puente siguió siendo un misterio durante otro
medio siglo. Hubo que esperar hasta 1970 para que Nicolas Cohen y Robert Ader desvelaran un esquema
psicobiológico (y por tanto psicosomático) aún más preciso: se alimenta a las ratas con un agua fuertemente
azucarada mezclada con un medicamento inmunodepresor tóxico, mortal al cabo de unas cuantas semanas de ingesta
regular. Pero si, en medio del experimento, suprimimos ese medicamento tóxico del agua azucarada, la rata acaba
finalmente muriendo, incluso en ausencia de la dosis mortal global. Y esto de una manera realmente increíble, como
si el organismo de la rata «creyera» beber veneno aunque beba solamente agua azucarada.
El sistema nervioso y la inmunidad estaban, por tanto, estrechamente ligados. Unos años más tarde, David
Fellen desvelaba las conexiones nerviosas (los «puentes misteriosos») directamente relacionados al tejido linfoide
(inmunitario). El sistema nervioso era por tanto ese «puente» fisiológico entre el psiquismo (el pensamiento, virtual)
y la inmunidad (células específicas del cuerpo, reales). Fue Ader quien propuso el término psico-neuro-inmunología
para nombrar esta iniciativa científica que iba a guiar el nacimiento de esta parte de las neurociencias.
Olvidamos muy a menudo que pensamientos y emociones son dos universos muy diferentes, pero
indisociables y frecuentemente «convergentes». El cansancio emocional, con el impacto que tiene sobre nuestro
organismo (pérdida de peso progresivo, bulimia, anorexia…), puede aparecer por una conmoción afectiva, un duelo,
una ruptura amorosa, una decepción con un amigo, el amor propio herido, una pérdida de confianza en uno mismo,
problemas relacionados con la pareja, los hijos, su educación, sus opciones de vida, etc. Porque las emociones no
revelan únicamente sensación, sentimiento. Dejan sin lugar a dudas una «impronta» en nuestro organismo. Su
«realidad virtual» genera una «realidad biológica» y orgánica que no podemos dejar de constatar y describir a través
de la psico-neurobiología. Todas nuestras emociones tienen un efecto en el cuerpo por la secreción in fine de
hormonas de placer (serotonina, dopamina) o de displacer y de estrés (adrenalina, cortisol), que van a influir en
todos nuestros otros equilibrios (hormonales, digestivos, energéticos…). La paleta casi infinita de nuestros matices
emocionales puede influir sobre todos nuestros sistemas biológicos, todos nuestros órganos, todas las funciones
esenciales de nuestro cuerpo.
CONCLUSIÓN
A pesar de los últimos e importantes descubrimientos científicos, casi la mitad de tres mil millones de individuos
que viven en los países industrializados son «enfermos de desequilibrios alimenticios»: obesidad, diabetes,
hipertensión, exceso de colesterol, síndrome metabólico…Una de las claves que permiten resolver estos problemas
se resume en una sola palabra, para todos los terapeutas: ¡educar! Educar infatigablemente a nuestros pacientes es
agotador pero esencial, la medicina (en general y en todas sus especialidades) es el eslabón fuerte en la gran cadena
de la prevención. Ya no conviene comer en cantidades suficientes para mantenerse vivo y con buena salud, sino que
hace falta comer con «calidad suficiente». El doctor Andrew Weil resume perfectamente esta situación: «Pienso que
nuestra higiene de vida juega un papel fundamental en el riesgo de contraer enfermedades y afecta sin duda alguna
nuestro poder reparador interno. De todas las elecciones que hacemos, aquellas que conciernen a la alimentación son
particularmente importantes, porque tenemos los medios para controlar nuestro régimen».
Según el modo en que los escojamos y los juntemos, los alimentos pueden convertirse en verdaderos
promotores de la obesidad y las enfermedades. Pero, por suerte, lo contrario es totalmente cierto: nuestras elecciones
alimenticias pueden jugar un papel esencial en nuestro regreso al bienestar de un peso adecuado y a la salud.
¿Sabremos encontrar dentro de este mundo agotador un «tiempo terapéutico» suficiente para recuperar el
espacio de diálogo humano y poder así apoyar y educar a nuestros pacientes? ¿Podremos iniciar un camino
terapéutico y «ciudadano» para motivar un verdadero impulso «eco-nutricional»?
Superemos el cuadro médico a veces demasiado estrecho para darnos cuenta de que la nutrición es un acto
primordial, altamente simbólico y poderosamente cargado de emociones; un acto que nos da, desde nuestros
primeros «instantes en la Tierra», ¡acceso a la vida! Pero si no hay una toma de consciencia rápida de nuestros
políticos y nuestros expertos médicos, sin un programa educativo práctico (más visible y más fuerte que la
megalomanía agroalimentaria y el marketing) ¡ofreceremos a nuestros hijos una simple «supervivencia» en un
mundo en «prórroga»!
¿Qué Tierra dejaremos a nuestros hijos, se pregunta la ecología? Pero hoy en día se impone otra prioridad:
byYako1976identi.io
¿qué hijos dejaremos a esta Tierra? Sin embargo, tenemos suficiente conocimiento (científico) y suficiente
inteligencia (de espíritu y de corazón) para responder en consciencia a estas dos cuestiones fundamentales. Es
imperativamente necesario mantener diariamente el espíritu de que «no hay nada más valioso que el ser humano»; ni
el lucro, ni el poder, ni la vanagloria, ni siquiera el progreso. Ser plenamente humano para ser plenamente
consciente, es uno de nuestros desafíos. Un desafío con sabor «esencial»… Edgar Morin nos advierte con sagacidad
y convicción: «A base de sacrificar lo esencial por lo urgente… acabamos olvidando la urgencia de lo esencial».
Este seminario quería, ofreciendo una visión amplia de la nutrición moderna, subrayar esta urgencia.
Notas
1 Los neurotransmisores son sustancias bioquímicas que permiten a las informaciones nerviosas circular entre los diversos grupos de células
cerebrales (las neuronas).
2 Esta afirmación concierne, efectivamente, a todos los mamíferos tanto como al homo sapiens sapiens.
3 Este término es un acrónimo de «Slimness with the Lowest Index of Metabolism», expresión que se puede traducir por «Adelgazar gracias a los
índices metabólicos bajos». Por motivos de legibilidad, la referencia TM ha sido suprimida de los casos posteriores.
4 Ambos obtuvieron el premio Nobel de medicina en 1981 por sus descubrimientos sobre el tratamiento de la información en el sistema visual,
premio Nobel compartido con Roger Sperry por sus trabajos sobre el papel de los hemisferios cerebrales.
5 Los científicos conocen actualmente un gran número de neurotransmisores y han sido capaces de identificar su cometido: dopamina,
adrenalina, cortisol, serotonina… Otros serán sin duda descubiertos en los próximos años.
6 La insulina es una hormona producida por el páncreas. Es la encargada de mantener el nivel de azúcar sanguíneo dentro de una horquilla
razonable. Interviene de forma prioritaria en el metabolismo de los glúcidos y los lípidos. Está estrechamente ligada a nuestras sensaciones de vitalidad y
de bienestar.
7 La serotonina es una neurohormona que favorece la relajación y el buen humor. Tiene mucho que ver con nuestros ritmos biológicos y la
sensación de saciedad.
8 Cuya absoluta necesidad validamos, una vez más, en situaciones de urgencia y en enfermedades en fase aguda.
9 Me refiero especialmente a los trabajos de Mark Rosenzweig, Arnold Leiman y Marc Breedlove (Universidad de Berkeley, California).
10 El metabolismo es el conjunto de mecanismos que gestionan la forma por la que producimos la energía a partir del alimento.
11 Al menos siempre que no haya amenaza cardiovascular grave, que impondría prioritariamente un tratamiento basado en los medicamentos,
pero eso corresponde a menos del siete por ciento de los casos.
12 El entrenamiento autógeno es una técnica desarrollada a principios del siglo XX por un médico alemán: Johannes Schultz. Es un método
inspirado en la autohipnosis, que permite un relax inmediato focalizando la atención en las percepciones corporales. Los ejercicios permiten también influir
en el funcionamiento del organismo, el traslado de la atención comporta modificaciones cuantificables (cambios de la temperatura corporal, de la presión
arterial…) por un efecto de biofeedback.
13 Se trata de un estudio epidemiológico que se ocupa del análisis de un amplio cuadro de personas susceptibles de sufrir una crisis cardíaca.
14 El estudio Interheart, «Association of psychosocial risk factors with risk of acute myocardial infarction in 11.119 cases and 13.648 controls
from 52 countries (the INTERHEART study): caso-control study», fue publicado por Annika Rosengren, Salim Yusuf, Steven Hawken, Stephanie Ôunpuu
et al. en 2004 en la revista médica The Lancet, nº 9.438.
15 Este estudio, «Transient coronary occlusion with mental stress», fue llevado a cabo por Vasilios Papademetriou, John S. Gottdiener, Willem J.
Kop et al. Fue publicado en American Heart Journal, nº 6, volumen 132, en 1996.
16 El término «paciente» no se suele adoptar para personas con sobrepeso porque esto no se considera (todavía) una enfermedad, a menos que se
trate de una obesidad mórbida. No obstante, nosotros conservaremos este término porque el objetivo de este método es «curar» realmente el sobrepeso
mórbido.
17 El estudio «From mental power to muscle power, gaining strength by using the mind» fue publicado en la revista Neuropsychologia, nº 42, en
2004.
18 En La mente es su propia medicina, de los profesores Jon Kabat-Zinn y Richard Davidson, publicado en Francia por la editorial J’ai Lu en
2004.
19 Este tema está desarrollado en la ponencia: «Longévité et métabolisme mitochondrial: dialogue au cœur du vivant. Dix points-clés pour votre
consultation», de Entrevistas de Bichat, 2015.
20 Este estudio, «The effect of mindfulness-based cognitive therapy for prevention and relapse in recurrent major depressive disorder: a
systematic review and meta-analysis», sobre un total de 1.258 personas fue publicado en el Clinical Psychology Review y aparece citado en el libro L’esprit
est sa propre medicine, de los profesores Jon Kabat-Zinn y Richard Davidson, de la editorial Les Arènes en 2014.
21 Él cuenta su historia en La méditation m’a sauvé, un libro publicado por ediciones Marabout en 2014.
22 Las imágenes radiológicas mostraban un tejido óseo «apolillado», porque el hueso había sido devorado por la bacteria.
23 Esta frase se atribuye también en ocasiones al filósofo chino Confucio que vivió en el siglo V antes de nuestra era.
24 Descubrirá que el metabolismo de la celulitis es muy específico y está estrechamente ligado al equilibrio nervioso. Los cinco factores del ser
vivo adquirirán así toda su importancia.
25 En nuestro organismo, dos fases metabólicas están en equilibrio permanente: el catabolismo y el anabolismo. El catabolismo concierne a la
degradación de los tejidos demasiado viejos o dañados, así como de los compuestos orgánicos. El anabolismo concierne a la síntesis de nuevos tejidos o
compuestos orgánicos. Durante la infancia, el anabolismo es más importante que el catabolismo, la formación de tejidos nuevos predomina sobre la
degradación de los deteriorados, crecemos. Pasados los cincuenta años, el catabolismo predomina sobre el anabolismo. Determinados tejidos se llevan la
peor parte, especialmente los tejidos articulares, envejecemos. Estos dos extremos, anabolismo y catabolismo, se supone que deben estar equilibrados.
26 Los miembros de nuestra fundación médica se posicionan como «monitores de autoescuela», un oficio modesto en apariencia, pero que abre a
cada alumno un nuevo espacio de vida: la libertad de desplazarse, de ser protagonista de su salud, de su curación y de su delgadez reencontrada.
27 Quizás los conocerá mejor por su denominación pública: sistemas orto y parasimpáticos; antagonistas y complementarios.
28 Andrew Weil es médico y escritor. Diplomado por la Universidad de Harvard en medicina botánica, es un ardiente defensor de las medicinas
globales. Es autor de numerosas obras, algunas publicadas en Francia, de las que destaca Le corps médecin: comment développer son potentiel
d’autoguérison, publicado en 2000 por ediciones Godefroy, y Huit semaines pour retrouver une bonne santé, publicado en 2000 por J’ai Lu.
29 Esta producción tiene lugar en forma de adenosina trifosfato (ATP).
30 El conjunto es seguidamente transportado hasta las células por vía sanguínea.
31 Eso que llamamos «desorden nervioso» es esencialmente un desequilibrio entre nuestros sistemas orto y parasimpáticos.
32 Si le resulta más fácil o agradable, puede invertir el movimiento. Tape su narina izquierda con su dedo corazón derecho y luego su narina
derecha con su pulgar derecho.
33 Estas «grandes cifras» se han escogido para sustituir «1, 2, 3» porque tardan más en pronunciarse y permiten contar los segundos con mayor
precisión.
34 Empleo a propósito este verbo «nutrirse» porque es una idea muy importante. Durante las respiraciones, intente no considerar el aire como un
gas, un simple soplo, sino como un verdadero nutriente de salud que cura su cuerpo y lo refuerza en cada inspiración.
35 Cada semana puede aumentar 10 segundos hasta un máximo de 30. Nunca debe levantarse inmediatamente después, sino esperar siempre al
menos 1 minuto.
36 Si le resulta más fácil o agradable, puede invertir el movimiento. Tape su narina izquierda con su dedo corazón derecho, luego su narina
derecha con su pulgar derecho.
37 Si es necesario, puede refugiarse unos minutos en los lavabos para llevar a cabo su respiración.
38 Las curas purgativas y los ayunos primaverales se recomiendan desde los tiempos de Hipócrates (siglo V antes de nuestra era), y desde hace
casi cinco mil años en las medicinas china e india tradicionales.
39 Homos toxicus, documental aparecido en 2008.
40 La documentación destinada al gran público sobre estos temas es abundante y muy completa.
41 Este médico, filósofo y teólogo vivió en el siglo XVI. Se interesó especialmente por la alquimia con la seriedad suficiente para convertirse en
el precursor de la química moderna. Inició un giro fundamental que marcó el inicio de la medicina moderna.
42 Este estudio, titulado «Daily Stressors, Past Depression and Metabolic Responses to High-Fat Meals: A Novel Path to Obesity», fue publicado
en la revista Biological Psychiatry en 2014.
43 El hipotálamo es una zona nuclear del cerebro que gestiona las relaciones entre el sistema nervioso y el sistema endocrino.
44 Este médico alemán nació en 1894 y murió en 1970. Pulió su método durante casi treinta años, estudiando importantes cantidades de datos
fisiológicos y psicoemocionales.
45 Las herramientas «biofeedback» permiten objetivar estas reacciones en bucle gracias a aparatos que miden la temperatura corporal, el ritmo
cardíaco, la tensión muscular, la conductividad eléctrica cutánea…
46 Por el contrario, si tiene problemas para dormir, puede practicarlos encima de la cama, listo para caer en brazos de Morfeo, y así provocar un
adormecimiento apacible y un sueño reparador.
47 La eficacia del método Coué no es un mito. La fuerza de los mantras hindúes tampoco. Una repetición rítmica positiva y simple puede
cambiar su cuerpo por completo.
48 Puede eventualmente, si le parece más práctico, realizar estos bodyscans por la mañana. No obstante, en el programa detallado en el capítulo 5
se programarán por la noche.
49 En los países occidentales, por ejemplo, se considera que la vergüenza es una emoción secundaria, basada en el miedo y en una cólera dirigida
contra uno mismo.
50 Catedrático de psicología, ha sido profesor emérito del Albert Einstein College of Medicine. Ha publicado numerosas obras que no se han
traducido en España.
51 Esta presentación es esquemática. En realidad, la delimitación de nuestro campo emocional no es tan estricta y precisa. El córtex prefrontal,
sobre todo navega entre dos mundos psico neurológicos. Pero esta simplificación permite tener una idea global.
52 Este es el amplio ámbito de estudio de las neuronas espejo.
53 Esta cita está tomada del libro Ecce homo, 2015, Alianza Editorial.
54 Este estudio ha sido publicado por Ariane Publication et Distribution en 2008.
55 Como los medicamentos, algunos de estos productos han sido testados «contra placebo», a fin de constatar con el máximo rigor su eficacia
real.
56 Los textos legales concluyeron en 2012.
57 Un mucílago es una sustancia vegetal formada de polisacáridos que se hinchan al contacto con el agua. El mucílago pasa a ser viscoso y
pegajoso.
58 Para quienes conocen ya el índice SLIM-data, esta categoría corresponde a la que antiguamente se etiquetaba como «roja». Dado que este
color suele asociarse a la idea de prohibido, nos pareció más correcto evitar su uso en la tabla. De hecho, todos los alimentos de la zona azul están
permitidos si van asociados a los alimentos de la zona verde.
59 Descubriremos que en ciertos casos de fuertes desequilibrios neuro-hormono-metabólicos, la celulitis va a infiltrarse en zonas «sensibles» del
cuerpo: brazos (zona del tríceps), cuello, rodillas…
60 Recordemos que el sufijo «-itis» indica siempre una inflamación. La artritis, por ejemplo, es un fenómeno inflamatorio de las articulaciones.
El término celulitis designa por tanto directamente una «inflamación de las células grasas».
61 La histopatología es una disciplina médica cuya finalidad es establecer diagnósticos a partir del estudio microscópico de los tejidos.
62 Francis Bacon es un filósofo que vivió en Inglaterra a finales del siglo XVI.
63 Para aquellos que ya conocían el índice SLIM-data, la zona azul se corresponde con lo que antes era la zona roja. Puesto que este color está
actualmente asociado con la noción de prohibido, nos ha parecido mejor evitar su utilización en este cuadro. En efecto, todos los alimentos de la zona azul
están permitidos siempre que se combinen con alimentos de la zona verde.
64 Médico especializado en neurobiología, biología de la nutrición, programa Nutrición y Cáncer; miembro fundador del l’IN2A (Instituto de
Neurociencias y Neuronutrición Aplicadas). Director científico de los laboratorios Forté Pharma.
65 Profesor titular universitario (Niza/Sofia-Antipolis).
66 Doctor en Farmacia, responsable R & D de los laboratorios Forté Pharma (Mónaco).
67 Doctor en Farmacia, responsable de la formación y comunicación científicas de los laboratorios Forté Pharma (Mónaco).
Cualquier forma de reproducción, distribución, comunicación pública o transformación de esta obra solo puede ser realizada con la autorización de sus
titulares, salvo excepción prevista por la ley. Diríjase a CEDRO (Centro Español de Derechos Reprográficos) si necesita fotocopiar o escanear algún
fragmento de esta obra (www.conlicencia.com; 91 702 19 70 / 93 272 04 47).
Título original: Programmez votre cerveau minceur, publicado con licencia de Éditions Albin Michel