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I. Introducción
1. La potestad coactiva en general
2. La potestad coactiva en la Iglesia
3. La ciencia del Derecho penal
II. Parte general
4. El delito
Noción
Elementos integrantes del delito
Delito y pecado
5. Divisiones del delito
6. El conato de delito
Esquema
Iter criminis: Actos ejecutivos y consumativos
Naturaleza del conato de delito
Causas de no consumación
Delito imposible
Instigación ineficaz y delito frustrado
Imputabilidad criminal de la tentativa de delito
7. La codelincuencia
Noción, requisitos, clases
Principios de aplicación
Punibilidad
8. La imputabilidad
Incapacidad natural
Causas eximentes
Causas atenuantes
Causas agravantes
Otras causas posibles previstas en la ley particular
9. Acciones derivadas del delito
Acción criminal
Acción civil
Acción penal
10. El castigo de los delitos en general. La naturaleza de las penas canónicas
11. Fuentes constitutivas de las penas
Ley penal
Precepto penal
Conflicto de leyes penales: ley posterior y ley favorable
12. El sujeto destinatario de las penas
Requisitos generales y específicos
El dolo y la culpa
13. Tipos de penas
14. Las censuras
15. Penas expiatorias
16. Remedios penales y penitencias
17. Aplicación de las penas: criterio general y vías de imposición
18. Cesación de las penas
A. Modos ordinarios de cesación
B. Casos especiales: peligro de muerte y caso urgente
C. Otros modos de cesación: del ausente y condicionada
19. Atribuciones del juez o superior
20. Prescripción de la acción criminal
III. Parte especial. Las penas por cada uno de los delitos
21. De los delitos contra la religión y la unidad de la Iglesia
22. De los delitos contra las autoridades eclesiásticas y contra la libertad de la Iglesia
23. De la usurpación de funciones eclesiásticas y de los delitos en su ejercicio
24. Del crimen de falsedad
25. De los delitos contra las obligaciones especiales
I semestre del curso 2014-2015.
Tres partes fundamentales:
1. Introductoria: potestad de castigar.
2. General: estudia los grandes conceptos del derecho: delito (objetivo, subjetivo y legal), la pena
(cesación de las penas. NOTA: esta hay que saberla de memoria (3 ó 4 preguntas en el examen
correspondiente).
3. Especial.
Hay dos exámenes: uno en diciembre y el segundo en mayo. Quien aprueba el examen, aprueba.
• Primer parcial: la Introducción y lo relativo al delito (lección 10). Objetivo de los exámenes es
que se comprenda la materia, busca la comprensión, más que la memoria.
• Segundo parcial: el resto. El del segundo examen es de un caso práctico y unas preguntas.
A lo largo del curso hay una exposición; se estudian casos particulares.
Hay que leer un libro y hay que hacer un trabajo sobre él. El libro es: la Pena Canónica en la Iglesia
Primitiva. De Juan Amas Gómez. 150 pgs. Hay que entregarlo la primera clase de noviembre. Hacer una
síntesis del libro de 5 folios por una cara, letra n. 12.
Se utilizarán como textos:
En cuanto al CIC del 1917
• El CIC 1917 contiene muchas definiciones.
• Comentario del CIC 1917 por Michiels. Son 3 tomos. Está escrito en latín.
• Comentario de Roberti. Tiene un tratado de derecho penal escrito en latín.
• Comentarios al CIC de la escuela de Salamanca. Son 5 tomos. Pero el 4° tomo está dedicado al
derecho penal y está hecho por García Barberena. Escrito en castellano.
Las clases serán del CIC 1983
Manuales: En italiano hay varios.
• El mejor es éste: autor: Velasio De Paolis y Davide Cito: Le sanziones Nella Chiesa.
• El autor: Bruno Favio Pighin: Diritto Penale y Canónico.
• Autor: Ángelo Urgo: sanzione Penalle de la Chiesa.
• Z. Suchecki: Le Sanziones Penalle de la Chiesa.
En castellano:
• El Comentario exegético al CIC de 1983.
• Diccionario General del Derecho Canónico.
• Libro de William Woestman sobre derecho penal llamado: Ecclesiastical Sanctions and the penal
process.
• La asociación de canonistas de Inglaterra e Irlanda tiene comentarios muy buenos.
Generalidades: Algunas causas por las que se puede justificar que los obispos no apliquen el derecho
penal en la diócesis: por falta de medios, por caridad, escándalo, ignorancia, etc. Hay que actuar según
derecho. Hay que conocer bien la naturaleza del derecho penal, lo elemental de buscar el bien de la
Iglesia.
Trabajo: Resumir la lección XXIV: Tutela penal de la comunión eclesial. Libro: El Derecho de la
Iglesia. Curso básico de Derecho Canónico. Autores: Daniel Cenalmor. Jorge Miras. Ha de ser un solo
folio.
I. INTRODUCCIÓN
1. La potestad coactiva en general.
El derecho penal es parte del ordenamiento jurídico que trata de defender, proteger los derechos
fundamentales del ordenamiento, castigando aquello que viole esto.
A veces se hace un poco odiosa, pues castiga, restringe derechos, limita la libertad, hay que recurrir a
ello lo menos posible. Sin embargo el derecho penal es una rama del derecho que tiene valores muy
grandes; es como la expresión de qué valores imperan en esa sociedad.
El derecho es una conquista de la sociedad, pues todo lo que sea de orden jurídico, es un avance de una
sociedad, muestra la altura de la figura antropológica, por la forma que trata al hombre.
Si eso se predica del sistema jurídico, pero del derecho penal se dice que marca la altura antropológica
del sistema. Castiga a sujetos, pero da garantías y regula el proceso por medio del cual se realiza la
justicia.
El derecho penal no es un medio que tiene la autoridad para someter, idea falsa que se ha propagado;
por el contrario, está en manos de la justicia y se somete a la verdad.
El derecho penal es una parte del derecho público. Quiere decir que las acciones que se castigan porque
violan la ley, no porque daña a determinadas personas.
Hay que tener en cuenta dos factores fundamentales en Derecho Penal:
• Los principios a los que una sociedad ha de ajustarse al momento de castigar
• Las normas positivas concretas
Es necesario que haya equilibrio de estas dos cosas.
I.1. Su justificación: teoría absoluta y relativa.
Hay teorías penales que intentan estudiar cuál es el fundamento del derecho a castigar. Se estudiará la
teoría absoluta y la teoría relativa. En el ámbito germano hay otra concepción; Éstas son las matrices que
dan origen a las teorías modernas
Se habla de teoría absoluta porque prescinde de otras cosas. Su principio es: “Pena absoluta “poeana
absoluta est ab effectu”. En el ámbito anglosajón esto sería la teoría retribucionista.
Para la teoría relativa el principio es: “poena relativa est ad effectum”. Esta teoría mirará a la teoría
utilitarista.
Teoría Absoluta (clásica):
A la teoría absoluta es llamada por la teoría clásica como teoría represiva o retribucionista. Quienes
defienden esta teoría parten de un principio fundamental:
Delito pena son dos conceptos que están conectados de tal modo que cualquier delito, por el
mero hecho de ser una acción mala, exige siempre y a priori que se le retribuya con un castigo, con una
pena.
Para esta teoría hay un aspecto interesante: es irrelevante que tú conozcas la norma; por tanto, si violas
la norma establecida, mereces un castigo. Tales autores conciben la pena como algo que mira al pasado
(un delito ya cometido) y la visión de justicia absoluta como el fundamento último del Derecho Penal;
también que el contenido último y específico de la pena es el concepto de expiación.
¿Cuál es la causa o fundamento de la pena, para estos autores? No es el carácter nocivo (hace referencia
a las consecuencias malas) sino su intrínseca malicia (este hace referencia a la maldad que lleva en sí
ese delito); ante cualquier delito se ha de responder:
• Con una retribución del mal causada por el delito.
• Con una expiación de la culpa.
• Se ha de confirmar la norma que ha sido violada por el delito.
La naturaleza de la potestad de castigar, es esencialmente reivindicativa o retributiva. El lema de esta
teoría. “punitur quia peccatum est” (se castiga porque es pecado).
¿Cuál es la medida para estos autores en la pena? No miran al delincuente sino al delito mismo
cometido; por eso, según sea la gravedad del delito, así debe ser la gravedad de la pena. Hay una
relación de proporcionalidad entre delito – pena. De este modo, la escuela cae en la ley del talión, un
talión moral.
Definen el Delito como: violación consciente y voluntaria de la norma penal. Están de por medio la
voluntad y libertad.
Esta teoría surge como reacción al absolutismo del siglo XVIII y su sistema arbitrario; por eso busca que
se aplique el derecho para todos.
La crítica a esta teoría es: no tiene en cuenta el fin, la medicinalidad; y que, en todo caso, hay que
castigar para curar. Por último, dichos autores no diferencian lo jurídico de lo moral.
El autor holandés Mario Michiesls en el libro Tratado delictur et poenis, da una exposición muy
completa sobre estas teorías.
En resumen, los postulados de esta teoría pueden afirmar que el delito es una realidad de naturaleza
jurídica, un ente de razón; la pena sería una respuesta a una exigencia de justicia, sin ningún fin práctico.
Esto comprende lo siguiente:
a) Un hecho: quebrantamiento del orden social. Fractio legis. Ese hecho ha de estar contemplado y
castigado por la ley penal.
b) En consecuencia, no hay delito, mientras el acto realizado, no encaje en el supuesto de hecho
descrito por la ley. “Ubi non est lex nec prevaricactio” donde no hay ley, no hay castigo.
c) La ley, ha de contemplar, tanto el supuesto de hecho, (qué acciones considera delito), como la
pena correspondiente. “nulla pena sine lege”. La relación entre delito y pena es proporcional.
d) La imputabilidad legal se basa en la libertad humana. Si una acción no le es moralmente
imputable, tampoco lo es el delito. El sujeto debe ser culpable en el ámbito moral y jurídico.
e) Si el delito es una realidad jurídica, por tanto, su estudio pertenece a la esfera del derecho y no a
otras ciencias. En consecuencia el método de trabajo es el método de tipo lógico-racional, nada
experimental
¿Cuál es el fundamento de la pena, según algunos autores?:
Leibniz: el delito perturba la armonía del universo. Hablan de las monadas que rompen el equilibrio el
cual se ordena con la pena
Hegel: el delito es la negación dentro del orden del universo, esa es la tesis.
Algunas críticas a esta teoría:
• Esta teoría absolutista considera la exigencia de devolver mal por mal o premiar el bien, porque
corresponde a impulsos muy profundos del hombre; pero cae en exageraciones sin ningún límite,
olvidando que el derecho penal sí los tiene.
• Es imposible tipificar todas las violaciones del orden moral.
• Excesiva preocupación por lo legal.
• Se considera poco los condicionamientos histórico – sociales.
• El uso de términos morales (expiación, por ej.).
• Concepción muy limitada de la pena; no considera su carácter pedagógico y preventivo.
Teorías relativas (positiva).
Para la teoría relativa, llamada también utilitarista, el principio es: “poena relativa est ad effectum”.
Estos autores miran al castigo a partir de la culpa, la voluntariedad del actor. Se ha de poner una pena
proporcional a la culpa (hay una cosa, el juez no puede conocer con exactitud el impacto en el sujeto).
A una persona se le puede castigar, pero no se puede reparar el daño de modo completo; pues si el sujeto
se resiste y se revela, no hay aceptación, y por tanto tampoco expiación, que era lo que buscaba la teoría
absoluta
La teoría relativa dirá que entre el delito y la pena no hay ningún nexo intrínseco o absoluto fundado en
la justicia, sino que existe un nexo meramente extrínseco y relativo cuyo fundamento es puramente en lo
material de la pena. Es decir, pena es lícita cuando es un medio útil para conseguir un determinado fin
que busca la autoridad.
Ve el origen de muchos males a partir de la extrínseca maldad del delito; por eso, la sociedad tiene que
evitar esos actos perversos. De este modo, la naturaleza de la autoridad de castigar es de carácter
defensivo y preventivo, no represivo o vindicativo.
Frente a “punitor quia peccato est”, se castiga porque es pecado, ellos dicen “punitur non quia
peccatum est, sed ne peccetur” se castiga no porque sea pecado, sino para que no peque.
¿Cuál es la medida para la aplicación de las penas o del castigo?: la naturaleza peligrosa del delincuente,
no el delito considerado en sí mismo. Se puede hablar de proporción entre la pena y la peligrosidad del
delincuente. ¿Cuál será la pena adecuada o la proporcionalidad? R/ la eficacia, la que es eficaz para
evitar que el delincuente delinque.
Para las escuelas de la teoría relativa el fin último de las penas es prevenir; el fin próximo en cambio, y
en eso es lo que varían todas. Por ello mismo da lugar a la siguiente clasificación.
T. prevención especial
Teorías relativas:
Escuela criminal biológica
antropológica
T. prevención general o utilidad social Escuela sociológica criminal
E. Psicopatología criminal
Teoría de la prevención especial
Los partidarios de esa teoría decían que el fin inmediato de la sociedad es el individuo. Por tanto no
puede buscar más que el bien del delincuente. Ese bien lo concreta en la enmienda del delincuente. La
pena será eficaz en la medida que se castiga al hombre por el delito, no el delito del hombre.
Teoría de la prevención general o de la utilidad social
Todas estas teorías afirman: las penas no son reivindicativas en justicia, sino un medio necesario para la
conservación de la sociedad, para defenderse de lo que ponga en peligro a la sociedad. La sociedad debe
tener en cuenta el impacto disuasorio: debe poner penas en la medida en que realmente constituye un
motivo que mueva a abstenerse a todos los miembros de la sociedad, sobre todo a las personas que son
proclives a cometer un crimen.
¿Cuál es el motivo de disuasión?
Todas las teorías coinciden en que el castigo debe ser un medio disuasorio. No miran el delito como
hecho pasado, sino algo futuro; por eso miran el castigo como prevención. Por ello el derecho penal será
un derecho a defenderse.
Todos los partidarios de esta teoría tienen una postulado fundamental, y es que todos estos autores
afirman que en las investigaciones de derecho penal hay que abstenerse de todo concepto apriorístico o
metafísico; hay que mirar o atenerse solamente a los meros hechos naturales o experimentales, es decir
tal como suceden y son conocidos; por tanto, proponen un método eminentemente empírico.
Una conclusión, con ellos, de esto, es que hay que negar o transformar radicalmente el concepto de libre
arbitrio, es decir, el concepto de libertad; sin embargo, negando la libertad no tiene sentido de hablar de
bien y de mal, tampoco se puede hablar de imputabilidad, por tanto no soy dueño de mis actos, no soy
responsable. Lo que viene a decir es que consta por experiencia que el hombre al actuar, de ningún
modo es libre, siempre está determinado por las circunstancias en que se mueve.
¿Cuáles son las circunstancias que determinan al hombre a actuar? Ahí es donde las escuelas ponen los
diferentes matices.
La Escuela Criminal biológica antropológica.
La primera corriente surgió con Cesare Lambroso, en 1886, que publica un libro llamado el hombre
delincuente. Su tesis fundamental es que hay un delincuente nato. Él afirma que la causa del delito está
en los caracteres somáticos o corporales del hombre delincuente, por lo que se puede hablar de un tipo
de hombre delincuente. Según él, el psiquismo funciona mal por las características somáticas. Ese
hombre está predestinado a cometer crímenes por el mal funcionamiento que provocan las
características somáticas que posee; y dadas las circunstancias lo cometerá inevitablemente. Los
crímenes cometidos por este tipo de delincuente determinado se pueden juzgar más por el criterio de la
peligrosidad social, que por criterios jurídicos formales. La persona es peligrosa siempre y actuará,
siempre que tenga la ocasión de actuar.
La autoridad tiene que defender a la sociedad de esos efectos, porque ve la conservación de la sociedad.
Esto lo hará de modo que consiga que esos sujetos sean inofensivos y no hagan daño a la sociedad.
Los medios a emplear son meramente defensivos, preventivos. La eficacia será el medio de medida para
castigar el delito. La pena será la medida que sea eficaz para mejorar al sujeto.
Por la radicalidad de esta teoría, se abandonó pronto, luego de un gran impacto, y surgieron otras teorías.
Escuela psicopatológica criminal: pone su afirmación de que el problema está en su psicología y así la
persona criminal es un psicópata. Al criminal se le pone una pena psiquiátrica.
Escuela de la sociología criminal.
Afirma que el delito proviene de dos causas o que tiene dos orígenes: uno que es interna al propio
delincuente y otra externa, que son las circunstancias sociológicas en las que vive y mueve, (se
desenvuelve). Admiten las dos cosas pero se fijan más en la segunda. Afirman que por esas condiciones
en que han vivido sus antecesores son las que van moldeando, condicionan al sujeto y hacen del sujeto
proclive al delito. Esta fue la teoría que tuvo más influencia. No se busca proporción-delito, sino
eficacia; por eso empleará pena más eficaz.
En general se puede afirmar que en todas estas teorías, absoluta y relativa, hay una visión antropológica
errónea, difícil de aceptar. Aunque tiene avances como en el caso de la conducta y en la política procesal
dieron avances buenos.
El 01 de enero de 1889 se funda la unión criminalística internacional. Esta reunión aglomeró a los
seguidores de estas teorías. Todos convinieron en afirmar lo siguiente:
a. El delito y los remedios hay que considerarlos bajo el aspecto antropológico y sociológico, y
también desde lo jurídico.
b. La potestad coactiva de la autoridad social, no se funda en la culpa del delincuente, sino en su
peligrosidad pública del delincuente y por tanto en la defensa social frente a cualquier hombre
peligroso.
c. Entre los remedios penales o, mejor, en los remedios defensivos, se recomienda o recurre a las
penas indeterminadas.
El elemento legitimador es la defensa de la sociedad frente a sujetos que son anormales, a quienes hay
que hacerles inofensivos. En el fondo del delito, para estas teorías, no es más que un síntoma de la
peligrosidad social.
1. El primer postulado: el delito es un fenómeno natural, humano y social. Un hecho que es nocivo
para la sociedad. Por tanto hay que evitarlo. No importa su naturaleza jurídica.
2. La idea clave es la de antisociabilidad que se revela en la conducta del delincuente que es un
inadaptado social. Remarcan que las categorías jurídicas solo sirven para entorpecer y no para la
represión eficaz de la criminalidad. Para estos autores la categoría civil entorpece.
3. La relación de proporcionalidad entre el delito y el castigo es la eficacia, lo que se busca es la
eficacia frente a un sujeto peligroso. Ante un hecho determinado se toma la medida que sea
eficaz.
4. La imputabilidad legal no se basa en la imputabilidad moral; es decir, en la libertad humana, sino
en un hecho objetivo que es la peligrosidad social.
5. Siendo el delito un fenómeno humano, natural y social, su estudio no corresponde a la ciencia
jurídica sino a las ciencias mediante un método experimental.
El tinte de estas teorías es totalitarista, por lo que tuvieron mucho auge en los gobiernos totalitarios de
carácter socialista.
Los postulados de las dos escuelas: comparación para ver las diferencias.
Carrara es quien hace una crítica de las dos teorías, con la Teoría de la tutela jurídica, Migiels y Roberti
afirman que el código del 17 está basado en esta teoría de Carrara.
Existe un orden moral establecido por Dios para que toda la creación tenga a su fin, pero dentro de ese
orden está el hombre:
Pero Él es una criatura racional (ley eterna), cuyo fin se impone como una obligación (aquí ya entramos
en el orden moral).
Ese orden está compuesto de derechos y deberes morales (orden moral) se imponen. En la medida que
ese orden moral es violado, se produce un desorden moral, es decir un pecado. La malicia humana es la
que lleva al hombre a violarlo. Ésta malicia humana es la que exige que el hombre se constituya en
sociedad.
Ella sería el pleno desenvolvimiento de esos derechos y deberes y la posibilidad de garantizarlos. Esa
garantía se hace por medido dela autoridad (orden jurídico) que por medio de normar reconoce y
garantiza esa serie de derechos y deberes.
Pero esos derechos no solo deben estar reconocidos sino públicamente protegidos, de tal modo, la
sociedad ha de saber que quien actúa contra ese orden no va a quedar impune, o sea que la autoridad va
a actuar (orden jurídico público); se trata de la protección pública de esos derechos. Si esto se viola, hay
un desorden público.
Elementos constitutivos de la pena para Santo Tomas de Aquino
Santo Tomas: es evidente que quien actúa contra un determinado orden, consecuentemente ha de ser
reprimido por el propio orden, y esto es la pena. Esto significa que cuando estamos ante un pecado
(desorden moral) la restauración de ese orden corresponde a Dios; cuando lo que se viola no es el orden
moral sino el orden jurídico, y el orden jurídico público, la restauración que ha sido violada corresponde
a la sociedad a través de su autoridad.
La potestad es de tipo preventiva y de tipo reparativa.
Potestad preventiva:
Si lo que se ha violado es el orden jurídico privado, la reparación se produce por medio de la acción civil
en la reparación de daño. Si se ha violado el orden jurídico Público, esa acción se repara por medio de la
acción penal, la autoridad impone el mal de la pena. La autoridad ha de repararlo.
La potestad reparativa:
Para Francisco Carrara. La causa reparativa en el orden público es la injusticia social causada por el
delito; porque éste no solo viola el orden moral sino el orden público; la causa no es por la discrepancia
del orden moral o material, sino por la discrepancia con el orden público; por tanto, se castiga porque
viola una norma pública.
En consecuencia, una acción, aunque sea pecado, hasta que no afecta al orden social en este sentido,
no interesa al derecho penal. Además, donde no hay lesión del orden moral tampoco puede haber lesión
del orden jurídico.
La causa de la pena es la injusticia social. El fin de la pena sería la restauración del orden público, no
tanto la reparación del orden moral, ni la prevención de intimidad, que pueden ser secundario. La
medida es el grado de daño o desorden social provocado por el delito.
Santo Tomás dice: el delincuente sufre contra su voluntad de la misma manera y en la misma medida
que ha actuado en su voluntad, es lo que para él era la contra pasrum
Actio – passio
Considera la pena desde dos perspectivas:
La pena en cuanto que es un castigo, una medida o reacción jurídica, es de carácter retributivo; pero la
pena en cuanto que es medicina, es instrumento enmendativo y preventivo. La pena son las dos cosas a
la vez.
Su razón, su fundamento de castigo sería el carácter retributivo, pero la finalidad fundamental es la
medicinal, es decir, la enmienda del reo. Él lo ve en lo existencial: “las penas en la vida presente, sobre
todo deben ser medicinales”.
Puede consultarse en:
• II-II,q 80, art 1, ad 2 (la respuesta a la 2° dificultad)
• II-II, q 87, art 1
• II-II, q 61, art 3 (la solución del artículo)
• II-II, q 108, art 4
• II-II,q66, art 6 (ad 2)
• De malo q 1, a5, ad2
Santo Tomás tiene una obra sobre las cuestiones disputadas sobre el mal: De malo, q1, art. 5, ad2.
2. La potestad coactiva en la Iglesia
Pablo VI “decía para que el espíritu y el cuerpo se salve en el momento final”. En el fondo está
defendiendo la existencia del derecho penal. Hay que tener en cuenta que en plena revisión del CIC
muchos pedían que se anulara el derecho penal por la incompatibilidad con la Iglesia (alocución al TRR
en 1970).
Benedicto XVI en el libro Luz del mundo hay una pregunta en la que aborda el problema de la falta de
castigo en muchos obispos.
El c. 1311 del CIC de 1983 dice: “la Iglesia tiene derecho originario y propio a castigar con sanciones
penales a los fieles que cometen delitos”.
Si comparamos los códigos del 17 y del 83 se verá la diferencia que hay am ambos:
• El actual código suprime la palabra: “independiente de cualquier autoridad humana”, afirmado
en el del 17.
• También suprime: “la iglesia podría castigar a los no fieles”, afirmado en el del 17.
• El actual código dice que puede castigar con penas temporales y espirituales, afirmado también
en el del 17.
Se estudiarán dos puntos:
1. Fundamentación de la Escritura.
2. Algunos pronunciamientos del Magisterio de la Iglesia en los que defiende la existencia de una
potestad penal.
2.1. Fundamentos bíblicos de la potestad penal de la Iglesia.
En los textos bíblicos se encuentran los elementos fundamentales que dibujan embrionariamente lo que
será luego en el proceso penal; se puede afirmar que el embrión del sistema disciplinar en la Iglesia está
en el Nuevo Testamento.
Los dos más clásicos son:
Mat. 18, 15-18
Muestra una clara actuación disciplinar; El “in te” (peca contra ti), aparece en unas traducciones, en
otras no. Se trata una ofensa de carácter social, no personal, con cierta publicidad; tampoco es un pecado
personal, sino que es una acción que tiene una dimensión social, que afecta a la comunidad; de ahí que
se invita al hermano a convertirse. Se propone un objeto de corrección para evitar el escándalo y que el
pecador pueda recapacitar.
El texto tiene tres pasos:
a. La monición (advertencia) sin testigo.
b. La monición en presencia de testigo. Esto ya estaba previsto en Dt. 19, 15. Se trata de contar con
la autoridad y de revestir de solemnidad ante los testigos.
c. Dar noticia a la comunidad, la iglesia; y si no, tenlo por publicano y pagano. No es que la
comunidad expulse, sino que el mismo reo se coloca fuera de la comunidad. Es una ratificación
del apartamiento de aquel miembro.
De este texto se puede decir que el fiel y la comunidad deben hacer cuanto está en sus manos para
ayudar a la conversión del hermano pecador. Para ello se indican los tres pasos que se deben dar. Si ya
los dio, sin efecto, ya no pueden hacer nada más. Ya que él mismo se ha colocado fuera de la comunidad
y la comunidad lo que hace es reconocerlo como tal con la ratificación que de ello hace.
1 Co. 5, 1-13
Primero está el pecado del incesto. La comunidad no hace nada, lo cual hace que el pecador no logre
captar la gravedad del pecado. Está en juego la credibilidad de la Iglesia.
San Pablo emite un juicio y da sentencia. La comunidad ha de reunirse para hacer eficaz la sentencia
dada ya por Pablo. Esa sentencia es ad salutem, y en ese sentido, medicinal.
Ser “entregado a la carne”, al salir de la Iglesia, es privarle los medios de la salvación. El hermano
permanece hermano, no se cortan los lazos.
El texto habla de: “El día del Señor”, expresión entendida como la segunda venida. La palabra anatema,
hay que entenderla en el sentido del AT, como sujeto de maldición que es entregado a Satanás y a la
carne.
En estos textos está embrionariamente lo que hoy se conoce como excomunión, pero como se entendía
en ese momento.
Hay un concepto fundamental:
• Pecado grave y notorio.
Mt. 18,16; 1 Co. 5,1; 2 Te. 3,6; Ti. 3,11
• La contumacia: es cuando una persona se empecina en vivir en el pecado
Mat. 18, 17; 1 Co. 5,1; 2 Te. 3, 14; Ti. 3, 10.
• Moniciones previas.
Mat, 18, 15-17; Lc. 17,13; 1 Tes. 5, 14; 2 Tes. 3, 15.
Otros conceptos como: sentencia, expulsión de la comunidad
Magisterio de la Iglesia
Juan XXII Consti Lice de 1327 (DS) denuncia la postura de Marcilio que decía: “toda la Iglesia, toda
junta a la vez, no puede castigar a un hombre con un castigo, a no ser que no lo conceda el emperador”.
Ahí niega que la Iglesia tenga poder coactivo.
El Concilio de Constanza en 1415 (DS 1473) afirma que “ningún prelado debe excomulgar a alguien a
no ser que antes esté excomulgado por Dios”. Martín Lutero, en cambio niega la parte potestad coactiva
- externa de la Iglesia.
León X en el año 1520 condena la posición de Lutero (DS 2406) “las excomuniones son penas
puramente externas que no tienen que ver con la comunión espiritual de la Iglesia”. Martín Lutero…
Pio VI en la Constitución Autorem Fidei del año 1974 condena la proposición del sínodo de Pistoya (DS
2604) que niega la potestad coactiva de la Iglesia.
Pio IX en la Constitución Quanta Cura del año 1864 (DS 2924). Contempla como un error sobre la
iglesia y sus derechos la proposición siguiente “La iglesia no tiene potestad para imponer sentencia”
El primer esquema del derecho penal del año 1973 declara que en la Iglesia cabe la potestad coactiva.
Juan Pablo II (17.II1979) en el discurso poco antes de la promulgación del CIC de 1983, afirma que
finalidad de la potestad coactiva de la Iglesia es instrumento de comunión. Es un reciente texto donde se
contextualiza muy bien la finalidad del castigo de la iglesia tomando de un discurso del año de 1979,
poco antes de la promulgación del CIC de 1983 “en la visión de una iglesia que tutela los derecho de
cada fiel, pero promueve y protege además el bien común como condición indispensable para el
desarrollo integral de la persona humana y cristiana, se inserta positivamente también la disciplina
penal: incluso la pena conminada por la autoridad eclesiástica, se ve en efecto, como instrumento de
comunión, es decir como medio de recuperar las deficiencias de bien individual y bien común que se
manifestaron en el comportamiento anti-eclesial delictivo y escandaloso de los miembros del pueblo de
Dios”
Benedicto XVI en la Carta a los católicos de Irlanda n. 4.
3. Los hitos del Derecho penal.
2.2. Principios directivos que presidieron la reforma del derecho penal canónico
Hay una serie de principios generales que están sacados de la reforma del código y son 7 principios que
presidieron la reforma del Derecho Penal.
Se verán algunos autores, entre ellos “Nigro”
Estos principios son:
1. Fidelidad al espíritu del Vaticano II
2. Limitación del Derecho penal al fuero externo.
3. Reducción del número de penas.
4. Equidad y caridad en la aplicación de las penas, privilegiando el aspecto pastoral.
5. Defensa de la dignidad y derechos de la persona.
6. Potenciar y subrayar la autonomía de la legislación particular.
7. Uniformidad en el uso de los términos y evitar definiciones.
Desarrollo:
1. El de fidelidad al espíritu del Vaticano II.
El Concilio vaticano II no habla de modo conciso pero sí imprime el espíritu a la reforma. Es como el
espíritu inspirador de todo el derecho.
2. Limitación del Derecho penal al fuero externo.
Se corresponde con el principio general de la reforma: es el segundo “Ha de haber una coordinación
entre el fuero interno y el externo, como es propio de la iglesia y se ha tenido secular vigencia, de modo
que se evite un conflicto entre ambos fueros”; se pide que se eviten conflictos, porque muchas veces se
ponía al confesor en posición de lo que correspondía al juez. Por ej. las penas latae sententiae, como una
pena en la que se incurre automáticamente. La reforma quería evitarlo, pero no se logró. Supone un
problema de eficacia para el Derecho Penal, ya que mezcla el fuero interno con el externo.limitar el
derecho penal al fuero externo.
3. Reducción del número de penas.
El principio general nº 9° de reforma del CIC pide que se reduzcan el número de penas en general y las
penas latae sententiae (“con respecto al derecho coactivo al que la iglesia como sociedad externa, visible
e independiente no puede renunciar, las penas deben ser en general, ferendae sententiae, y han de
irrogarse y remitirse tan solo en el fuero externa. Las penas latae sententiae deben reducirse a pocos
caso e irrogarse tan solo para delitos muy graves”) Este principio está reflejado en los cc.1317-1319, el
legislador pide moderación a la hora de aplicar las penas.
4. Equidad y caridad en la imposición de la pena, privilegiando el aspecto pastoral.
El c. 2214 del CIC de 1917 contiene un texto extraordinario para este tema. “Acuérdense los obispos y
los demás Ordinarios de que son pastores y no verdugos y que conviene que rijan a sus súbditos de tal
forma, que no se enseñoreen de ellos, sino que los amen como a hijos y hermanos, y se esfuercen con
exhortaciones y avisos en apartarlos del mal, para no verse en la precisión de castigarlos con penas
justas si llegan a delinquir, y si ocurriese que por la fragilidad humana llegaren estos a delinquir en algo,
deben observar aquel precepto del Apóstol de razonar con ellos, de rogarles encarecidamente, de
reprenderlos con toda bondad y paciencia, pues en muchas ocasiones puede más, para con los que hay
que corregir, la benevolencia que la austeridad, a exhortación más que las amenazas, y la caridad más
que el poder; más si por la gravedad del delito es necesario el castigo, es entonces cuando deben hacer
uso del rigor con mansedumbre, de la justicia con misericordia, y de la severidad con la blandura, para
que sin asperezas se conserve la disciplina, saludable y necesaria para los pueblos y los que han sido
corregidos se enmienden o si estos no quieren volver sobre sí mismos para que el castigo sirva a los
demás de ejemplo saludable y se aparten de los vicios”.
El derecho penal debe facilitar para que los fieles alcancen la salvación.
5. La tutela conocimiento de la dignidad de los derechos de la persona.
La defensa de la unidad de los derechos de la persona ha sido una gran batalla porque se reconocieran
los derechos de los fieles. Se recogen en los cc.208 ss. La Iglesia siempre se ha preguntado si primero
proteger el derecho común antes que el privado, o a la inversa derecho subjetivo. Hay que tener claro
que ninguna conducta es penal si no hay ley que lo prohíbe. Aquí se habla del principio de legalidad. El
c. 2195 del CIC del 17 y el c. 2222 en que reconocía el principio de discrecionalidad que había que
aplicar al momento de encontrarse en situaciones que no estaban contempladas en el mismo código, la
autoridad podía castigar aunque no estuviera contemplada en el código. Esto ha quedado casi intacto y
paralelo en los cc.1321 y 1399 del código del 83. Otro aspecto son las penas indeterminadas que hay que
compaginarlas con el principio de legalidad y entran en conflicto porque puede ser que cometiendo el
mismo delito dos personas puedan ser castigadas de diversa manera uno y el otro, esto puede ser fuente
de injusticia, sin embargo, tiene como beneficio el sentido de vigilancia. La iglesia sin embargo ha
confiado siempre mucho y por eso se mueve en este ámbito dando amplio margen de discreción.
6. Reducción de las normas generales, favoreciendo una mayor autonomía de la legislación
particular.
Es lo que pide el principio de subsidiariedad, es decir, lo que puede hacer la autoridad superior, que lo
haga la autoridad local; lo que hace el Obispo, la Conferencia Episcopal, etc. Facilitar la autonomía de la
legislación particular. Tipificando delitos y emanando normas penales, pero esto no se ha producido.
Esto llevó a que el libro VI sea, como lo ha llamado algunos autores, como ley marco. Ahí se comprende
por ej. La ley Esencia norum, sobre las leyes de abusos en USA.
Se da un amplio margen a la autoridad local y muchas veces se ha llevado de mal manera, tanto así que
ha tenido que intervenir en muchas ocasiones la santa sede.
b. EL ELEMENTO LEGAL
Recordando, no toda acción anti-eclesial es delictiva.
Dice Miguels, el fundamento de la legalidad (principio de legalidad) es una limitación de la autoridad,
pues el hecho de que haya una ley penal, limita su potestad porque podría no hacerlo.
Marzóa y otros autores, el fundamento de la autoridad (principio de legalidad) está en la dignidad de la
persona humana. Dice que la potestad coactiva no puede administrarse de modo arbitrario.
El principio de legalidad es recogido:
• En el 6° principio directivo del CIC recoge el principio de legalidad. Proteger la tutela de los
fieles, evitar la arbitrariedad.
• El c. 2195 del CIC de 1917 recogía este mismo principio, también sanciona el principio de
legalidad.
• El c. 221 §3 dice que los fieles pueden ser castigados con penas justas conforme a la norma legal.
Lo que disminuye el principio de legalidad es:
• El c.1321 §1 no habla de la pena. No habla en un solo párrafo de la ley penal y la pena. Esto
disminuye un poco el principio de legalidad.
• Que en el libro VI abundan las penas indeterminadas, no están previstas, las debe decir el juez.
Según muchos autores, esto es algo que afecta el principio de legalidad.
El c. 1399 dice que, aparte de los delitos que están tipificados en el libro VI, pueden poner penas justas.
Según algunos autores, esto es una excepción sobre la pena; pero dado que está bajo el título de norma
general, por lo que no es una excepción al principio de legalidad, sino que permite que se puede
establecer sanciones necesarias. Lo que no se puede decir que el fin directo es salvar las almas, aunque
de modo último es lo que busca, pero en general busca la medicina del reo. Si el problema es ¿qué pasa
cuando uno descubre que la ley tiene una laguna? Se pone en marcha los resortes legislativos para llenar
esa laguna. Se puede tipificar un delito y se colma así una laguna de la ley.
3.1. Delito y pecado
Ojo con lo que se dice: “todo delito es pecado, pero no todo pecado es delito”. Lo que se quiere decir es
que esa acción es mala y que ha violado una ley. El juez nunca se pronuncia si es pecado o no. El mejor
modo de conocer si una acción es delito o no, es: tomar los 3 elementos para ver las diferencias del
delito y del pecado.
Comparación del delito y el pecado.
Delito pecado
Elem. Obj. Violación real viol. afectiva (en cuanto opuesto a real)
Viol. del Ord. Jurídico viol. del Orden moral
Violación externa Basta internis
Elem. Subjetivo: La única diferencia es que el pecado se borra con el arrepentimiento y el del delito no.
Elem. legal. Viol. de la ley penal viol. de cualquier ley justa.
5. División del delito
En relación a otras facultades, esta lección no se da. En el CIC del 17 habían cc que lo clasificaban, en
cambio eso ha desaparecido en el CIC del 83.
Notoriedad: • Delito doloso
• De hecho • Delito culposo.
• De derecho. Atendiendo a la relación entre acción e
Competencia: infracción:
• Delitos mere (meramente) eclesiásticos. • Delito formal.
• Delitos mere civiles • Delito material.
• Delitos mixtos. Desarrollo de este esquema:
Atendiendo al autor:
• Delitos comunes.
• Delitos propios.
Naturaleza de la acción que se realiza:
• Delitos de comisión.
• Delitos de omisión.
Atendiendo al Acto y objeto:
• Delito simple.
• Delito complejo.
• Delito colectivo: continuado.
Permanente.
Habitual.
Atendiendo a la consumación:
• Tentativa del delito
• Delito frustrado.
• Delito imposible.
• Delito de tentativa.
Elemento subjetivo:
Notoriedad:
El c. 1352 §2, habla de la pena latae sententiae notoria, el delito también lo es. La pena es conocida por
todo mundo, cuando el delito también lo es. La notoriedad o lo oculto supone el conocimiento o no.
Delito notorio: es aquel que consta por evidencia (definición clásica).
Tal evidencia puede brotar de diversas fuentes. Esa notoriedad puede ser de hecho o de derecho.
• Notoriedad de derecho: surge cuando la evidencia procesal, en el sentido que hay una sentencia
firme o de que el delincuente haya confesado públicamente.
• Notoriedad de hecho, cuando el delito es conocido públicamente.
El c. 2197 y 2198 del CIC del 17.
En el 2197, 3 dice: “notorio…
Competencia:
• Delitos mere eclesiástico. Las acciones que violan solamente la ley eclesiástica. Ej. Una herejía,
atentar contra la ordenación de mujeres, etc.
• Delitos mere civiles: Las acciones que sólo violan una ley del ordenamiento secular o civil.
• Delitos mixtos: Las acciones que violan una ley tanto civil como eclesial. Ej. Abuso de menores,
agresión a un obispo.
En un delito mixto, la competencia depende de que se conociera tanto en el fuero civil como el
eclesiástico; aunque en éste momento, el civil no reconozca el eclesiástico. Se evoca a la prevención y a
la prudencia.
Por ej. El c. 1933 §3 del CIC del 17; el c. 1344 §2 del 83, si se ve que lo va a castigar justamente la
autoridad civil, puede imponer una pena más benigna.
Atendiendo al autor:
• Delitos comunes, cuando el delito es cometido por cualquier tipo de fiel. La violación de una
norma penal que obliga indistintamente a cualquier fiel. Por ej. el delito de la herejía
• Delitos propios, cuando es cometido por un tipo concreto de fiel en razón de su peculiar oficio.
Así, el título III y el título V contempla a los que tienen funciones especiales.
Naturaleza de la acción que se realiza:
• Delitos de omisión, se trata de la obligación prescrita por la ley
• Delitos de comisión, una acción positiva contra una ley prohibitiva. Consiste en hacer lo
contrario a lo que la ley dice. También existen los delitos de comisión por omisión.
Atendiendo al Acto y objeto conjunto:
• Delito simple, Se podría determinar el supuesto normal. es el delito normal, un sujeto produce
una acción que viola una ley. Por ej. la violación del sigilo sacramental.
• Delito complejo, en este caso la acción es única pero que viola varias leyes. Tiene mucha
importancia a la hora de imponer una pena. Lo que se plantea es si el delito es único o es
múltiple. Si se considera único es una pena y si es múltiple deberá ser múltiple pena.
El CIC del 17 el c. 2224 §1 decía: “ordinariamente deben ser tantas las penas cuantos son los delitos”…
pero el §2 dejaba al juez la discreción de poner la pena por el delito más grave “Sin embargo, si por el
número de los delitos debería ser excesivo el cúmulo de penas que habrían de aplicarse, se deja al
prudente arbitrio del juez, o el aplicar la pena más grave de todas, añadiéndole, si el caso lo pide, alguna
penitencia o remedio penal, o el suavizar equitativamente las penas, teniendo en cuenta el número y
gravedad de los delitos”
El CIC de 1983 en cambio, en el c. 1346, mantiene el mismo criterio, pero el juez puede atemperar.
“Cuando un reo ha cometido varios delitos, si parece excesiva la acumulación de penas ferendae
sententiae, queda a la prudencia discreción del juez, el atemperar las penas dentro de unos límites
equitativos”
• Delito colectivo:
En este supuesto hay pluralidad de acciones, pero unidad de ley violada. Aquí el delito podría ser
múltiple, pero el legislador lo considera único.
• En el continuado, el delito es continuado y la acción es homogénea y sucesiva. Ej. la enseñanza
continuada de una doctrina sancionada por la doctrina de la Iglesia, cfr. c. 1371 §1. “debe ser
castigado con una pena justa 1º”
• El permanente, se trata de una acción delictiva única pero su efecto jurídico se prolonga
voluntariamente en el tiempo. Por ej. desobediencia a la Santa Sede. c. 1371, 2º
• El habitual, las infracciones son varias o múltiples pero son una conducta habitual, y como tal el
código lo considera como una acción única. cfr. c. 1392. Ejercer el comercio puede haber varias
acciones pero se le castiga por la acción de ejercer el comercio no por cada acción que ejerció
dentro del comercio.
Atendiendo a la consumación:
• Tentativa del delito: es el supuesto en el que el delito, una vez iniciada la acción, no se consuma,
ya sea porque el sujeto desiste a medio camino o por los medios empleados no eran aptos o eran
insuficientes.
• Delito frustrado: Es cuando la ejecución de la acción es completa, pero por una causa ajena a la
voluntad del delincuente, no se consuma el delito.
• Delito imposible: En este caso, la materia del delito es inexistente (cuando por ej. dispara contra
otro sujeto que ya es un cadáver).
• Delito de tentativa: Es una tentativa de delito que el legislador lo tipifica como un delito
perfecto, por ej. la solicitación en confesión.
Elemento subjetivo: (esto ya está explicado anteriormente).
• Delito doloso.
• Delito culposo.
Atendiendo a la relación entre acción e infracción:
• Delito formal: Es la acción que es inseparable de la infracción del delito. Cometida la acción, se
es cometida la infracción. No cabe la frustración.
• Delito material: Es la acción que es separable de la infracción; el delito sólo es posible cuando se
termina el proceso. Cabe la frustración, no causa el daño grave que trata de evitar la frustración.
Un ejemplo clásico es el aborto.
6. El Conato de delito.
No todas las accione delictivas cometen el mismo daño. Pero el hecho de ejecutar un delito produce un
daño. Podemos hablar de delitos imperfectos o inacabados, pero aunque no se pueda imponer la pena
que se señala, ha cometido daños y por tanto siempre requieren de un castigo.
El delito puede ser:
1.3. Esquema.
Perfecto: es el delito consumado (completo). El que se ha realizado en todos los términos previstos por
la ley.
Imperfecto: es el que vamos a denominar CONATO (intento). Éste lo vamos a dividir en:
• Conato perfecto: sería el delito frustrado.
• Conato imperfecto: estamos ante la tentativa del delito.
Imposible: el delito que no tiene materia. (Disparar a un cadáver)
2.1. Iter críminis (actos ejecutorios y consumativos. Naturaleza del conato de delito).
Este conato es crimen cuando llega a la meta. En esta lección nos movemos en este esquema, en el Iter
críminis, el camino del delito. Por tanto, hay que distinguir que, una cosa es crimen, otra cosa es conato.
Dentro del este iter críminis hay que distinguir dos cosas:
• La fase de proceso interno psicológico, que en principio no se interioriza, proyecta el delito,
decide la ejecución. Este proceso, mientras no se pueda probar en el fuero externo, no tiene
ninguna relevancia en el fuero externo.
• La fase de proceso externo. En ese proceso ya pasa a la acción. La intención se exterioriza en dos
tipos de actos:
• Actos preparatorios: aquellos que propiamente no forman parte de la acción criminal, sólo se
ordenan a ella. Son actos que se ordenan a la adquisición de medios, aptos para el crimen. La
acción criminal la tienen en la mente del sujeto
• Actos ejecutivos: estos ya forman parte de la acción criminal.
• Actos consumativos: aquellos que consuman el delito tal cual está tipificado en la ley.
Ej. “El aborto” una mujer que está embarazada y un día acude al médico. Acudir al médico sería un acto
preparatorio. Cuando ya acude a la cita y se pone en el quirófano y se lleva a la manipulación, sería un
acto ejecutivo y cuando se ha llevado a cabo el aborto en sí, y la muerte del feto, es un acto
consumativo. El 1328 §2. En este punto hay varias teorías, de las que veremos sólo 3:
A) Teoría de Canmigrani/Carrara, manejaban homogeneidad y heterogeneidad.
Los actos preparatorios son actos heterogéneos, en sí mismos son indiferentes al acto criminal. Ej.
comprar una escalera. Los acto ejecutivos, dicen, son actos homogéneos en los que no caben
ambigüedad, es clara su relación con el acto criminal. Ej., apoyar la escalera en la ventana de la casa que
quiere robar.
B) Carrara, lanzó otra teoría.
Son actos preparatorios aquellos que permanecen en la esfera del sujeto activo. Por ej., apoyar la
escalera en la ventana. Son actos ejecutivos aquellos que le afectan al sujeto pasivo. Ej., entrar a la casa
ajena por la ventana.
C) Manzini ofreció otra teoría, bastante aceptada.
Son ejecutivos, aquellos que empiezan a violar una norma penal. Son preparatorios aquellos que no
violan una norma penal. En el caso del robo, hay que ver que actos ya afectan la propiedad privada. Los
que no la violan serían aun preparatorios.
Alguna cosa sobre la historia del conato.
Durante muchos siglos no se tenía claro la figura del conato. Simplemente, desde el derecho romano
hasta las decretales, había conatos de tentativa que se castigaban como delitos; hasta que Godofredus,
distingue eso dentro de un sistema, da una explicación sistemática racional.
Él parte de 5 posibilidades:
1. Aut aliquis cogitat delinquere, et agit et peficit. Alguien piense delinquir, y lo perfecciona o
consuma. Es el delito perfecto consumado.
2. Aut nec cogitat net agit, nec perficit (ni piensa, ni lo hace, ni lo consuma). Aquí no hay nada,
porque no hay criminal.
3. Aut agit, et perfecit sed non cogitate (lo hace, lo consuma pero no lo quería en realidad) . Es el
caso fortuito.
4. Aut cogitat, nec agit, nec perficit. Intención criminal – a efectos penales no tiene relevancia.
5. Aut cogitat, el agit, non perficit. Es el conato de delito, propiamente dicho.
Para que haya conato de delito se requiere:
• Por parte del elemento subjetivo: intención de delinquir.
• Por parte del elemento objetivo: hay una ejecución pero no consumación.
Se puede distinguir por tanto entre:
1°. El conato perfecto o frustrado: Este delito no se consuma por una circunstancia imprevista. El del
que quiere rematar a la víctima con una bala en la cabeza y éste se aparta imprevisiblemente por un tic.
2º Delito de tentativa: falsificación de documentos, el delito de solicitación (este última es una tentativa
de delito pero está tipificado como delito).
3º Instigación ineficaz: es como inducir a alguien a cometer un delito. Ver el 2212 § 3 del CIC 1917,
esta es una figura como de codelincuencia y complicidad. Ver el c. 1373 del CIC del 83, sobre quien
induce a otros a desobedecer. Esta es una figura de instigación y el CIC la tipifica como delito.
3.1. Causas de no consumación.
El c. 1328, sobre la tentativa de delito:
En este canon leído de corrido:
A) En el §1 se ve la no consumación por razones ajenas al agente. Aquí hay dos figuras:
• Delito frustrado.
• La tentativa por insuficiencia de los medios empleados.
B) En el §2 es la no consumación por desistimiento voluntario.
Dentro de estos supuestos hay que distinguir, con grave daño de peligro y sin grave daño de peligro.
El elemento básico es que haya dolo. El elemento objetivo:
• En los delitos de omisión puros, no cabe la tentativa.
• En los delitos de comisión por omisión: el delito persigue el resultado delictivo mediante la
sucesión de omisiones. Sí que hay tentativa: son delitos de comisión por omisión. Tentativa: los
actos han de ser aptos para la ejecución. Pero tienen en común que no llega a la consumación.
Desistimiento voluntario: Por ej., Solicitación: delito de tentativa, surge de la tentativa de delito y como
tal tentativa está tipificada como delito.
Delito imposible.
Se da cuando no se llega a la consumación porque el objeto no existe, o los actos son inadecuados (por
ej., disparar a un cadáver, confundir azúcar con veneno).
Instigación ineficaz y delito frustrado:
Instigación ineficaz (CIC 17 c. 2212 § 2)
El c. 1373, quien induce a otro a desobedecer a la autoridad, debe ser castigado. El canon toma una
figura de instigación y lo tipifica como delito. El c. 1328, es el que regula la tentativa de delito. El c.
1328 §1, no consumación por cuestiones ajenas a la voluntad del agente:
Delito frustrado.
Tentativa por insuficiencia de los medios. El c. 1328 §2, no consumación por desistimiento voluntario.
Afecta a todos los supuestos: si concurre escándalo o grave daño, entonces se castigará aunque haya
desistimiento.
Por tanto hay las siguientes figuras:
1) Tentativa por desistimiento voluntario/ sin escándalo ni otro daño grave. (no punible §2).
2) Tentativa por insuficiencia de los medios/ sin… (facultativamente penitencia o remedios
penales §2).
3) Delito frustrado/ sin… (facultativamente un remedio penal o penitencia§2).
4) Tentativa por desistimiento voluntario/ con escándalo u otro daño grave. (facultativamente
penas menores a las del delito consumado §2)
5) Tentativa por insuficiencia de los medios/ con… (facultativamente pena menores a las del
delito consumado §2).
6) Delito frustrado/ con… (facultativamente pena menores a las del delito consumado §2).
7) Delito de tentativa (la pena que prevea la ley §1).
El c. 1328 nos da un elemento eximente:
a. Si hay desistimiento y no consumación, no se castiga la tentativa.
b. Si la tentativa se da, se da un castigo.
c. Si la ley no dice nada, el agente no queda sujeto a la pena. Pero en este caso puede ser castigado
con remedios penales o penitencias §2.
d. Si hubiera habido escándalo o grave daño, aunque haya habido desistimiento, el sujeto puede ser
castigado con una pena menor
Ver el c. 1328 y entenderlo bien.
Actos:
Preparativos ejecutivos consumativos
No hay delito Tentativa de delito Delito
o Desiste voluntariamente:
es eximente, la tentativa no
es imputable.
o Relativa
o Insuficiencia cuantitativa
de los medios
o ineptitud: cualitativa de los medios
7. La codelincuencia, c. 1329
1.4. Noción, requisitos, clases:
Noción: Codelincuencia o concurso en el delito es el supuesto en el que varias personas físicas cooperan
en la misma acción delictiva. Quiere decir que hay un único delito que se imputa a todos, según su
responsabilidad. Se imputa el delito a todos los delincuentes. A cada uno se le imputa según la medida
de implicación o participación. La acción de cada uno ha de ser concorde, que haya una unidad tanto en
el elemento subjetivo como en el objetivo.
Requisitos:
• Uno objetivo: las diferentes acciones, todas son delictivas, confluyen hacia el acto criminal. Ver
el c. 2209 §7 del CIC del 17.
• Uno subjetivo: cuando hay acuerdo de las personas para acometer el delito, ahí hay
codelincuencia; la confluencia de voluntades. Cuando hay coincidencia material sin acuerdo
previo, no hay codelincuente.
Clases o supuestos de codelincuencia:
A. Cooperación total: cuando dos personas participan física y voluntariamente en la misma acción
delictiva. Es este supuesto hablamos de coautores o coautorías, por tanto, de conreos.
B. Cooperación parcial: en este supuesto, el codelincuente induce al delito o participar en él, pero
no realiza el acto consumativo. Su participación es distinta, por lo que en este caso se refiere a
los cómplices o complicidad. A su vez, los cómplices pueden ser de dos tipos: principal o
necesaria y la accesoria o no necesaria.
a. La complicidad principal o necesaria es, cuando la actividad de cooperación del
cómplice resulta necesaria para el delito. Se habla de cómplice principal o necesario.
b. La complicidad accesoria o no necesaria, se da cuando la actividad del cómplice sólo
facilita el hecho delictivo, de tal modo que sin esa cooperación se hubiera realizado de
igual manera. La clave está en la acción con la que se coopera.
La cooperación puede ser: física o moral:
c. Física, cuando se participa en el daño.
d. Moral, cuando se participa sólo en el dolo, es decir, en el ánimo del delincuente. Para
este tipo de participación, la doctrina ha distinguido 3 supuestos:
a. Mandato: el hecho se realiza para que alguien haga algo en favor mío o
provecho mío.
b. Instigación: es cuando el delito se comete en provecho del instigado.
c. Sociedad: cuando el delito se comete en provecho de 2 o ambos, o de todos.
2.1. Principios de aplicación:
1. Objetivo: todas las circunstancias modificativas afectan por igual a todos los codelincuentes.
2. Sin embargo las circunstancias modificativas del elemento subjetivo, sólo afectan a aquel que
incide en esas circunstancias.
3. El codelincuente padece igual o menor sanción que el autor principal.
El c. 1329 regula la codelincuencia:
• §1 parece que habla sólo de la codelincuencia.
• §2 parece que habla de complicidad.
Pero nosotros, teniendo en cuenta todas las formas de cooperación, las distintas penas latae y ferendae
sententiae, y el hecho de que sean propias o comunes, vamos a ver cómo se castigarían los delitos. El
esquema es el siguiente:
Cuando el c. habla de penas ferendae sententiae hay que castigar, pero si el latae sententiae el legislador
deja el castigo para el coautor de modo facultativo.
Común la misma
Penas latae sententiae propia facult. una pena fer. Sent., igual o menor
Coautores:
Penas Ferendae sententiae preceptivamente penas de igual gravedad.
Común la misma
Penas latae sententiae propia facult. una pena fer. Sent. igual o menor
Com. Princ.:
Penas Ferendae sententiae preceptivamente penas de igual gravedad
El §2 parece que sólo se refiere al cómplice necesario; pero el §1 hace referencia a los cómplices
accesorios, aunque algunos autores no lo ven así.
Común
Penas latae sententiae propia facult. una pena fer. Sent. de menor gravedad
Com. acce.:
Penas Ferendae sententiae facultativamente penas de menor gravedad.
El concurso de delitos:
El c. 1346, habla de este tema. Se trata de multiplicación de delitos:
• Simultánea: hablamos de concurso voluntario cuando con el mismo delito se violan varias leyes.
• Sucesiva, se realizan varias acciones delictivas sucesivas, de la misma u otra especie.
Esta es una forma de reincidencia en el delito puede ser genérica o específica.
a. Es específica, cuando se cometen uno o más delitos de la misma especie que el primero, sobre el
que ya ha recaído una condena. Esta reincidencia es un agravante (este aspecto se verá más
adelante), ver c. 1326.
b. La genérica, cuando hay varios delitos, pero no se cumplen esos requisitos, ver c. 1346.
La consecuencia del concurso de los delitos es la acumulación de penas. El código concede al juez una
orientación que la doctrina señala en 3 criterios (operativo solamente en el caso de penas f.s. o de
declaración de penas l.s):
1. Acumulación material, el juez aplicará tantas penas cuantos delitos se hayan cometido.
2. El criterio de la absorción, se aplica la pena por el delito más grave.
3. El de la acumulación jurídica, según este criterio sería: aplicar, suavizando las penas
correspondientes, o bien aplicar la pena por el delito mayor y poner por las otras, remedios
penales.
El criterio básico es el material, si son muchas, el juez ha de actuar con el criterio de la absorción.
8. La imputabilidad
Definición: es la propiedad de la acción por la cual ésta pertenece a su autor, en cuanto que ha sido
realizada de modo humano, libremente. Consecuentemente, el autor debe responder a su propia acción.
La imputabilidad se funda en la libertad, donde no hay imputabilidad nos encontramos fuera del ámbito
de la moralidad y también fuera del ámbito de la responsabilidad. La imputabilidad es el título por el
cual se le es atribuida una responsabilidad. Sólo se puede hablar de delito si existe imputabilidad; y
cuando hablamos de imputabilidad hablamos de un sujeto libre, con sus facultades volitivas e
intelectivas.
Las fuentes de la imputabilidad: dolo y culpa.
• Dolo: Violación deliberada de la ley penal.
• Culpa: violación de una norma penal por omisión de la debida diligencia. La ignorancia culpable
o porque no se ponen todos los medios suficientes para evitar los efectos jurídicos que se derivan
de la acción.
Ambas fuentes son títulos de imputabilidad y, por tanto, son supuestos de punibilidad, es decir, puede
ser punible, no es que ya lo sea.
El c. 1321 §2 el legislador dice que no se castiguen los culposos, sino solo los dolosos a no ser que la ley
diga otra cosa. La ley debe decir explícitamente cuando se ha de castigar un delito culposo. El único
delito culposo tipificado por la ley es el del c. 1389, 2. Quien por negligencia culpable, realiza u omite
ilegítimamente, y con daño ajeno, un acto de potestad eclesiástica, del ministerio u otra función, debe ser
castigado con una pena justa
La presunción de la imputabilidad
El c. 1321 §3: El legislador hace una presunción. El derecho, cuando se asoma al elemento subjetivo de
la persona, hace presunciones. Estos juicios o presunciones pueden ser de dos tipos:
• Iuris et de iure: es una presunción que no admite prueba en contrario. Cometida la acción, se
presume la imputabilidad; porque lo ha hecho libremente, de modo humano. El código del 17
presumía el dolo, y se movía a nivel de la imputabilidad; el código actual, en cambio, se mueve a
nivel de la punibilidad.
• El aliud appareat del §3 del c. 1321, no se traduce, esto es como una norma más benigna.
Cualquier elemento que nos haga dudar de la culpa, se ha de abandonar la presunción. Aquí se
aplica, a la más mínima duda, no es reo.
8.1 Incapacidad natural.
El en c. 1322 habla de las personas que tienen intervalos lúcidos. El código del 17 lo admitía como iuris
tamtum; en cambio, el CIC del 83 va más allá, y dice, que estos son incapaces; los ve no desde la
imputabilidad, sino desde la punibilidad. Por ser una norma a favor del reo, no viola el derecho penal. El
canon habla más que de incapacidad natural, de incapacidad legal, pues a efectos naturales, puede
haberlos cometido en esos momentos lúcidos, pero el legislador ha querido ir más allá diciendo
legalmente, ese sujeto es incapaz de aquella acción. El c. 99, presume que el incapaz de uso de razón; el
c. 97 §2.
Iuris tamtum: Sí admite prueba en contrario; circunstancias que prevé el c. 1323: El legislador se mueve
en el ámbito de la punibilidad. El CIC del 17 era a partir de la imputabilidad.
8.2. Causas eximentes:
Canon 1323.
No queda sujeto a ninguna pena quien, cuando infringió una ley o precepto:
1. Aún no había cumplido dieciséis años;
2. Ignoraba sin culpa que estaba infringiendo una ley o precepto; y a la ignorancia se equiparan la
inadvertencia y el error;
3. Obró por violencia, o por caso fortuito que no pudo preverse o que, una vez previsto, no pudo
evitar;
4. Actuó coaccionado por miedo grave, aunque lo fuera sólo relativamente, o por necesidad o para
evitar un grave perjuicio, a no ser que el acto fuera intrínsecamente malo o redundase en daño de
las almas;
5. Actuó en legítima defensa contra un injusto agresor de sí mismo o de otro, guardando la debida
moderación;
6. Carecía de uso de razón, sin perjuicio de lo que se prescribe en los cánones 1324.1, 2 y 1325;
7. Juzgó sin culpa que concurría alguna de las circunstancias indicadas en los números 4 ó 5.
El criterio del legislador es el de la no punibilidad porque se eximen de la imputabilidad. No hay
punibilidad porque no hay imputabilidad, ej. La ignorancia inculpable, la legítima defensa, carencia
actual del uso de razón. Hay otras circunstancias en las que no hay punibilidad porque lo ha dispuesto el
legislador, aunque pudiera haber suficiente materia de imputabilidad. Por ejemplo el menor de 16 años
de edad. El miedo puede ser concomitante. El código del 17 decía que los que están habitualmente locos,
si se probaba que era lúcido se consideraba sujeto imputable de delito.
Las diferentes circunstancias eximentes o atenuantes son:
1° La edad, 16 años: “aún no haya cumplido dieciséis años”. La mayoría de edad penal no siempre
coincide con la mayoría de edad general (18 a). Penalmente es a partir de los 16 años puede ser
castigado. No es lo mismo cumplir la edad con incoar la edad. Cumplir se trata del propio día, incoar es
el día siguiente.
2° ignorancia inculpable de la infracción de una norma sustantiva: ignorancia sin culpa que estaba
infringiendo una ley o precepto, es decir, desconoce que exista. La ignorancia de quien pudiendo
conocerla, ignora que está infringiéndola (ignorancia afectada) y también está la ignorancia culposa en
los casos que no se pone ningún medio para vencerla, aquí se habla de una ignorancia muy grave, supina
o crasa. Estas no eximen.
En el caso de absolución de pecado torpe incluye todo aquello que haya tenido que ver incluso antes
de ser sacerdote (aclaración del profesor) Este caso se ignora muchas veces por sacerdotes sobre el
delito que se está cometiendo… es un ejemplo claro de infracción de una norma sustantiva, porque
aunque conozca la norma no sabe que la está incumpliendo. A la ignorancia se equiparan la
inadvertencia y el error. La ignorancia no puede ser buscada positivamente, ver c. 15 §2. “No se
presume la ignorancia o el error acerca de una ley, de una pena, de un hecho propio, o de un hecho ajeno
notorio; se presume, mientras no se pruebe lo contrario, acerca de un hecho ajeno no notorio”
La mayor parte de los autores que comentan esto, lo interpretan en el sentido que la persona que ignora
la ley; en cambio el c. 2202 §1 del CIC del 17 dice, de ley que ignoraba. La ignorancia puede venir por
actitud dolosa. Uno busca la ignorancia deliberadamente. A esto se le llama ignorancia afectada. Este
tipo de ignorancia no es eximente. La ignorancia puede provenir de una actitud culposa. No se ponen los
medios o ningún medio para salir de la ignorancia. En este caso estamos ante lo que la tradición ha
llamado como ignorancia crasa o supina. Esta ignorancia no es eximente. En caso de quien debe conocer
algo por su oficio, tampoco exime de culpa.
La ignorancia de la que habla el canon, es de la norma sustancial (lo que prohíbe o se manda). El
eximente recae en este punto de la norma. En caso de que la ignorancia recaiga en la parte no sustantiva
sino en la pena aneja que contiene la ley, es un eximente de la culpa.
Coacción
3° Quien obró por violencia: el motivo de la causa de la acción es la violencia, esto tiene su importancia
porque no es lo mismo obrar por violencia que obrar bajo violencia.
Una cosa es:
• La violencia irresistible, cfr. 125 §1
• Actuar por violencia. Es este caso la violencia es el motivo de la actuación. Esta incluye la
violencia irresistible.
• Actuar bajo violencia. No actúas por violencia, no es la causa que motiva
Caso fortuito: es aquel caso cuyo resultado no puede preverse, o que siendo previsible no pudo evitarse.
No puede haber delito porque falta el elemento subjetivo. Voluntad delictiva.
4° Miedo grave, estado de necesidad y grave incómodo. El legislador dice que para que sea eximente no
ha de ser intrínsecamente mala y no ha de redundar en daño a las almas.
Miedo es una perturbación angustiosa del ánimo por un riesgo real o imaginario (RAE)
El canon habla de miedo grave. Esta gravedad se puede entender de dos maneras:
a. Miedo absolutamente grave, es decir, el miedo es de tal naturaleza que perturba el ánimo de
cualquier persona.
b. Miedo relativamente grave, cuando el miedo es tal, para una persona, no para otra. Esto entra en
la categoría grave.
Dentro de este canon está el miedo imaginario, que produce una verdadera coacción moral (Esto es
según el prof. Bernal) esto sería un eximente.
Estado de necesidad: situación de conflicto ineludible entre un derecho individual y el cumplimiento de
la ley, de tal modo que resulta necesario actuar contra la propia ley si se quiere salvar la vida, la buena
fama. Este estado ha de ser inculpable, inevitable, grave, inminente, y no ha de provenir de una acción
externa; pero además de todo esto, es preciso que el cumplimiento de la ley no sea exigible por una
persona particular.
Grave incómodo: estamos ante este supuesto cuando existe un daño o un peligro inminente de daño,
unido exteriormente al cumplimiento de la ley. Es decir, la ley viene gravada por circunstancias externas
y al sujeto le viene una carga difícil.
En estos tres casos, cuando la acción es intrínsecamente mala, no es eximente, sino atenuante.
5° Legítima defensa: defensa necesaria para rechazar una acción contra sí mismo o de otro.
La agresión ha de ser injusta, material y formalmente. Por ej., el que quiera ejercer una acción
conscientemente, he de defenderme. El que un borracho me quiera agredir, debo defenderme, es una
agresión materialmente injusta. Ha de guardarse la debida moderación. Esto hay que ver, primero, si la
defensa es necesaria y no se puede aplacar o guardarse de la agresión que va a sufrir. Y la debida
moderación, es que ha de hacerlo con medios proporcionales, empleados para defenderse. La agresión
que se recibe ha de ser actual e inesperada. Si alguien la hace unos días después de la acción, eso parece
una venganza. Si es previsible, eso se puede aplacar de otra manera.
6° Carencia actual de uso de razón: no es del que habitualmente parecía de uso de razón. Se trata por ej.,
de quien pierde el uso de razón por embriaguez o droga. Pero ha de tenerse en cuenta que esa carencia
de uso de razón debe ser inculpable; muy distinta el hecho del que se emborracha por sí mismo; distinto
es el que lo hace para cometer un acto delictivo.
7° Otras circunstancias eximentes: quien piensa que está en una situación incómoda, o quien juzga de
buena voluntad que no está incumpliendo algo y que eso es malo.
8.3. Atenuantes:
El c. 1324: Consideraciones generales:
El encabezado del canon dice: “el infractor no queda eximido de la pena,… se debe atenuar la pena” el
legislador se mueve en el criterio de la punibilidad. Ocurre lo mismo que las eximentes… el efecto
atenuante viene dada por el mismo legislador, por ej., quien comete un delito antes de los 16 años…
Podemos hablar lo mismo que cuando hablamos de imputabilidad. Aquí el criterio es la punibilidad,
hace que el delito sea menos graves. Sin entrar en más disquisiciones del grado de imputabilidad, si se
dan esas circunstancias la pena disminuye.
Hay circunstancias que son atenuantes porque el legislador así lo ha querido. Sin embargo hay otras en
las que el fundamento último es que se disminuye la imputabilidad porque la propia imputabilidad está
disminuido. La naturaleza es diversa, a veces responde a la voluntad del legislador o la imputabilidad
está disminuido, pero el efecto es el mismo. En el n. 10 del §1 habla de imputabilidad plena, mientras
que al hablar de delito en el c. 1321 se habla de imputabilidad grave. Para castigar la imputabilidad ha
de ser grave. Sin embargo, el margen entre la imputabilidad grave y plena. Lo que está intermedia entre
una y otra el juez debe mirarlo con atención.
Las circunstancias atenuantes es atenuar la pena; las eximentes, anularla. Las penas ferendae sententiae
son las que se ponen por medio del juez en un proceso. Las latae sententae, se incurre automáticamente.
Las atenuantes tienen sentido en el caso de las penas ferendae sententia. En las latae sententiae, el
delincuente no incurre en ella si ocurre una circunstancia atenuante, pero sí comete un delito, que en el
proceso o procedimiento se castigará con una pena menor. Aquí hay que tener en cuenta lo que establece
el caso 1345.
En el caso de las penas ferendae sententia:
1°. Uso imperfecto de razón: el CIC del 17 lo llamaba debilidad mental. La persona tiene habitualmente
uso de razón pero está debilitada. Aquí nos movemos en el campo de la imputabilidad grave, pero no
plena por esta razón de debilidad mental.
2°. Carencia actual culpable de uso de razón: uno de los eximentes era el carecer de uso de razón, pero
cuando esa pérdida de uso de razón es culpable, tal carencia acto a como atenuante, no eximente.
3°. Impulso pasional grave: es una actividad de la sensibilidad muy intensa que acompaña a la razón.
Este impulso puede ser inculpable, cuando uno no lo busca; culpable, si uno lo busca. La pasión es causa
de imputabilidad cuando impide, precediéndolos, el uso de la mente y del consentimiento.
4°. La edad: la edad penal es entre 16 – 18 años. Es a partir de la cual se puede castigar, esta edad se
puede castigar, pero hay que atenuar la pena.
5°. Miedo grave, estado de necesidad grave e incómoda: estas circunstancias son eximentes siempre,
pero cuando redundara en daño de la salud, son atenuantes.
6°. Legítima defensa: aquí estamos ante la respuesta desproporcionada ante la agresión, es desmesurada;
es en este supuesto la legítima defensa no es eximente sino atenuante.
7°. Provocación grave e injusta: para que sea atenuante ha de ser provocación grave e injusta y además
ha de ser inmediata. Si la acción tarda mucho ya no actúa en este nivel, sino en el de venganza. El
código dice: “provocantem”, contra el que está provocándote.
8°. Juicio erróneo y culpable sobre la situación en que se encuentra: en este caso es el sujeto que juzga
errónea pero culpablemente; aquí esta circunstancia es atenuante, no eximente.
9°. Ignorancia inculpable de la naturaleza penal de una norma: en toda norma hay dos elementos: el
sustancial, que describe lo que se debe y no debe hacer; y el otro elemento es la norma penal
propiamente dicha. El que ignora una norma penal que existe, es eximente; pero quien ignora que la ley
o el precepto que lleva aneja una pena, es atenuante.
10°. Quien obro sin plena imputabilidad, con tal de que ésta siga siendo grave. La imputabilidad plena se
castiga con todo el rigor de la pena. Si es grave, no plena, es una atenuante, se le impone una pena
menor.
El §2 del c. 1324 da al juez un campo más amplio de actuación, pues hasta este momento, las anteriores
hacen referencia al elemento objetivo. El §3 ya se ha visto cuando ocurre una atenuante, es como si
fuera eximente, no se incurre y ya está.
Vamos a ver las circunstancias que no disminuyen la imputabilidad, sino que en determinados casos
hay que castigar con todo el rigor. Se trata del c. 1325. Se describe lo común a estas circunstancias: en
todas ellas se ve una peculiar voluntariedad en su génesis. Otra cosa es que el sujeto puede estar
afectado.
1° La ignorancia grave o culpable puede proceder o de una actitud dolosa o culposa. Es dolosa en el
sentido que es una ignorancia que se ha buscado deliberadamente para pecar o delinquir con más
libertad. O bien la ignorancia puede proceder de una actitud culposa cuando no se han puesto los medios
razonables para conocer, o en caso de que no se pongan los medios estamos ante la ignorancia crasa o
supina. En este caso el legislador pide que se castigue con todo el peso de la ley.
2° El caso es el que embriaguez, y otros casos son buscadas para delinquir y además buscando en ellas
excusas atenuantes o eximentes. En esta actitud se ve una total voluntariedad.
La 3° La pasión. La persona busca las circunstancias que arrancan su pasión para poder delinquir.
II SEMESTRE. DERECHO PENAL
8.4. Causas agravantes:
El c. 1326 el canon trata de las circunstancias agravantes. La gravedad radica en la persona del que
comete el delito. En unos casos es la especial mala voluntad, en otros, una especial malicia. Los
términos en los que habla el legislador no son preceptivos, sino facultativamente para que el juez decida;
es una disposición muy benigna a favor del reo.
¿Qué efectos tiene el agravante? Primero hay que establecer si es ferendae Sententiae hay 3
presupuestos en el §1; si es latae sententiae §2 es en el caso de que haya un proceso de declaración el
juez puede añadir algo más, pero la pena ya ha sido dada o incurrida.
§1.1°. Lo que se denomina la reincidencia: en el sentido genérico (cfr. c. 1346), el sujeto ha cometido
varios delitos. Y la reincidencia específica, cuando el sujeto ya ha sido condenado, por sentencia
declaratoria o condenatoria, y ha cometido otro delito de la misma especie. El código actual, que en
general ha sido más benigno que al anterior, en este caso es más duro. Esto se da cuando de las
circunstancias se puede descubrir una actitud pertinaz. Unos autores insisten que el delito ha de ser del
mismo que se ha condenado, pero la norma no lo dice. La norma dice que si se dan las tres
circunstancias, se pone la pena.
§1.2° Tiene en cuenta la condición del delincuente: primer presupuesto: la dignidad, como cualidad
externa que reviste una persona o procede de un cargo honorífico del oficio del delincuente. El segundo
presupuesto es que el sujeto se aprovecha del oficio o cargo que ocupa para cometer un delito; este
supuesto es más grave que el anterior, pero el agravante abarca los dos.
§1.3° Previsión y negligencia: la diferencia entre dolo y culpa es clara, pero hay terrenos en los que esa
división no es tan clara. Ha de reunir los siguientes elementos: Que sea delito culposo, prever lo que va a
suceder, omitir las cautelas que cualquier persona normal hiciera para evitarlo. Y según el c. 1327 el
derecho particular puede prever otras circunstancias.
1. La acción penal.
Ojo, no es lo mismo acción penal que acción criminal.
En el c. 1363 se distingue entre ambas “La acción para ejecutar la pena se extingue por prescripción si
dentro de los plazos establecidos en el c. 1362, computados desde el día en que la sentencia
condenatoria pasa a cosa juzgada, no se ha notificado al reo el decreto ejecutorio del juez, de que se
trata en el c. 1651”. La acción penal tiene la finalidad de la ejecución de la sentencia condenatoria que
ha pasado a cosa juzgada. Teniendo en cuenta el c. 1651 “No puede procederse a la ejecución antes de
obtener el decreto ejecutorio del juez, por el que manda que la sentencia se ejecute; y, según sea la
naturaleza de la causa, ese decreto puede incluirse en la misma sentencia o darse por separado” tiene
los mismos plazos que la acción criminal.
El c. 1641 dice que una sentencia pasa a cosa juzgada si ocurren los supuestos de este canon. El canon
sólo habla de sentencia condenatoria, pero se entiende que se incluye también la sentencia declaratoria.
Acción criminal Acción civil
Titular promotor de justicia cualquier persona que se sienta
dañada
Contenido imposición o declaración o resarcimiento de daños resarcimiento de daños
Naturaleza pública, personal y necesaria privada, no personal y no necesaria
Extinción por prescripción c. 1362 Por renuncia y por prescripción. Los
Por norma general a los 3 años plazos que marca la ley civil c. 197;
Los reservados a la CDF 20 años 1492
Lo de los cc. 1394 ( atentar matrimonio)-1395 (concubinanto); 1397 (homicidio)-
1398(aborto) cinco años
Otros que no se indiquen en la ley común será lo que determine la ley particular.
En el caso de la acción penal, el c. 1362 § 1, dice que los plazos de prescripción son los mismos. Sobre
el decreto ejecutorio de la sentencia, lo regula el c. 1651. A veces el decreto de ejecución va
generalmente con la sentencia condenatoria.
a.El dolo
Definición: intención deliberada de quebrantar la ley. Esta definición se puede matizar, pues el dolo no
tiene que ir dirigido contra la ley, sino contra el acto que se realiza para violar la ley. Se trata de
conocimiento y advertencia actual del carácter ilícito de violar la ley y de una voluntad libre de querer
aquello.
La doctrina clásica ha distinguido varios tipos de dolo:
En razón de la intención:
• El genérico: querer violar la ley pero sin tener en cuenta los motivos que persigue el delincuente,
c. 1377: “qien enajena bienes eclesiásticos sin la licencia prescrita, debe ser castigado con una
pena justa”.
• El específico: aquí sí se tiene en cuenta la intención, el motivo y el fin especificado por la ley, c.
1367. c1370.
En razón del efecto antijurídico:
• Determinado: la voluntad deliberada se dirige, busca un efecto concreto ej, matarlo.
• Indeterminado: mira a posibles efectos culposos, mira a varios y los engloba. Ej ataca a otra
persona, desde matarlo, mutilarlo, hacerle daño.
En razón del grado:
Dolo perfecto o pleno y dolo imperfecto:
• El perfecto o pleno: la voluntad plenamente deliberada de quebrantar la lay, sin ninguna
disminución ni por parte del intelecto de la voluntad.
• El imperfecto, es cuando no es pleno, cuando hay una disminución de la imputabilidad, c. 1324 §
10°.
También está:
• Directo: cuando el sujeto, advirtiendo o siendo consciente de que existe un nexo de causalidad
entre su acción u omisión y el efecto antijurídico criminoso y positivamente, quiere tal efecto
prohibido por la lay.
• Indirecto: el sujeto advierte tal cosa y hace esa acción u omisión, pero sin querer el efecto
criminoso; es muy fronterizo por el efecto de la culpa.
a. La culpa
Definición: omisión de la debida diligencia de una ley o precepto penal. Negligencia en prever o en
evitar. Esto puede constituir la negligencia ante un efecto jurídico que se prevé, o en la negligencia un
efecto antijurídico que sea previsto; en uno y otro caso, son caso de negligencia. El fundamento de la
culpa jurídica puede ser doble: la ignorancia o propiamente hablando o la negligencia:
a. Ignorancia culpable:
El c. 15 §2: “no se presume la ignorancia o el error acerca de una ley, de una pena, de un hecho propio,
o de un hecho ajeno notorio; se presume, mientras no se pruebe lo contrario, acerca de un hecho ajeno
notorio”. El c. 1323, 2° afirma que para que la culpa se constituya delito, ha de ser una ignorancia
culpable y gravemente imputable; luego, no todos los tipos de ignorancia constituyen delito. En el 1324
§ 1, 9° había un atenuante por la ignorancia: “quien, sin culpa, ignoraba que la ley o el precepto llevaban
aneja una pena”. La ignorancia crasa, supina o afectada, no disminuye la imputabilidad, sino que la
aumenta. La ignorancia en cuanto fuente de imputabilidad, puede tener origen en dos cosas:
• Actitud dolosa, el sujeto busca la ignorancia para delinquir o pecar con más libertad. Esta es la
ignorancia afectada.
• Puede provenir de una actitud culposa, cuando no se ponen los medios suficientes para vencer la
ignorancia. En este caso, estamos ante una culpa grave, y por ende ante una ignorancia crasa o
supina, c. 1325.
En este caso el c. 1331 § 1 establece una serie de prohibiciones que se hacen ilícitos –pero no
inválidos- los actos contrarios. Para que resultaran inválidos debería indicarse expresamente y el canon
no lo indica (cfr. c. 10). Los efectos son:
Se le prohíbe:
1°- Tener cualquier participación ministerial en la celebración del Sacrificio Eucarístico o en
cualesquiera otras ceremonias de culto.
Esto hace referencia a la participación activa, específicamente a los ministros. El c. 2259 del 17
permite que asista pasivamente. Afecta por tanto a los que han recibido el orden, a los que desempeñan
un ministerio laical, c. 230; a los laicos que se les ha delegado la facultad de asistir el matrimonio, c.
1112. En estos casos el ministro asiste no en nombre propio, sino en nombre de la Iglesia.
2°- Celebrar los sacramentos o sacramentales y recibir los sacramentos.
Ha sido siempre un efecto básico de la excomunión que se sostuvo durante toda la vida. Sin
embargo esto se tradujo en que desde el principio de los 70 hasta finales del año 80 que al excomulgado
se le permitía recibir al excomulgado la penitencia y la unción. La idea era separar el fuero externo del
interno de modo que afectara solo al externo y no al interno. Sin embargo la última plenaria de la
reforma (año 1977), restableció la doctrina volviendo a lo que ya se mantenía; pero se le permite recibir
los sacramentales. En el caso de la celebración de los sacramentos, es ilícita pero no inválida. El
sacramento de la penitencia no se le puede administrar porque si no se arrepiente del pecado por el que
se le ha excomulgado, no recibiría el perdón en su confesión.
El c. 1333 establece una serie de límites negativos, es decir, límites en que no puede afectar la
suspensión:
1. A los oficios o a la potestad de régimen que no están bajo la potestad del Superior que establece
la pena;
2. Al derecho de habitación que tenga el reo por razón de su oficio;
3. Al derecho de administrar los bienes que puedan pertenecer al oficio de quien ha sufrido
suspensión, si la pena es latae sententiae.
El c. 1334 enuncia el ámbito positivo, en que afecta la suspensión:
§ 1 Se delimita, bien en el elemento constitutivo, para ambas latae sententiae y ferendae sententae, o
bien en el elemento impositivo en el caso de las penas Ferendae Sententiae que no estén determinada.
Pero las suspensiones latae sententie solo pueden ser impuestas por ley. En el § 2 dice que no se puede
establecer por ley particular, en cambio sí, ferendae sententiae.
e. Penas expiatorias
Las penas expiatorias están reguladas en los cc. 1336-1338.
En la codificación anterior se hablaba de penas vindicativas, pero se abandonó este término y ya en el
código actual se habla de expiatorias, tomando el término de san Agustín en su obra De Civitas Dei
La definición se encuentra en el c. 2286 del CIC del 17 que sigue vigente porque es aceptada por la
doctrina actual. Se define así: Penas expiatorias son aquellas que repara el daño social.
Notas fundamentales comunes a estas penas:
Teniendo en cuenta este canon del 17 y los cánones del código actual:
1°- La pretensión directa es, la expiación del delito y la reparación del orden social, de modo
preponderante. Obviamente toda pena es un castigo por un delito, pero según el orden del legislador, una
pena busca según el fin que persigue. Esto no quiere decir que se desatienda el arrepentimiento del reo o
la salus animarum, sino que busca su propio fin de modo preponderante. Hay que tener en cuenta que
hay cánones generales que se aplican a todas las penas, por ej., el c. 1341 habla de los tres fines de toda
pena y el c. 1345 dice que toda pena debe perseguir la enmienda; etc. Favorecer la enmienda del reo.
2°- La contumacia es irrelevante en el orden jurídico. Por eso se puede imponer a delincuentes
arrepentidos y a quienes han reparado el escándalo.
3°- Este tipo de penas pueden imponerse a perpetuidad, por un tiempo determinado o
indeterminado o a criterio del que la impone. Hay penas que por su naturaleza son perpetuas, por ej., la
expulsión del estado clerical, la pérdida del oficio.
4°- Estas penas se extinguen por cumplimiento de la pena o por dispensa del ordinario. Hay que
tener en cuenta que la dispensa es un acto de gracia.
Enumeración de estas penas…Es una enumeración que no es taxativa. Cualquier prohibición que sea por
un tiempo determinado, es una pena expiatoria. La enumeración puede ser según el c. 1336.
1. La prohibición o mandato de residir en un determinado lugar o territorio;
2. La expulsión del estado clerical.
3. El traslado penal a otro oficio;
4. La privación de la potestad, oficio, cargo, derecho, privilegio, facultad, gracia, título o distintivo,
aun meramente honorífico;
5. La prohibición de ejercer los actos que se enumeran en el número (4), o la prohibición de
ejercerlos en un determinado lugar o fuera de un lugar determinado; pero estas prohibiciones
nunca son bajo pena de nulidad;
Al ver el código del 17 se ve que hay muchas que cayeron en desuso. Antes era expiatoria la expulsión y
el entredicho. Otras penas que han desaparecido:
1° La infamia, era la privación de una fama de un fiel; ( el sujeto había perdido la fama)
2º La privación de la sepultura ha desaparecido. ( a determinados sujetos).
3° Traslado penal o supresión de la sede episcopal o parroquial. (Se castigaba mucha gente inocente.)
4° Privación perpetua del traje eclesiástico y la degradación. Esto es como un antecedente de la
expulsión del estado eclesiástico.
5º La privación de sacramentales.
El c. 1336 § 2 dice qué penas pueden ser latae sententiae y ferendae sententiae que nos da pie a una
clasificación: ¿Cuáles son?
• Las penas que prohíben ejercer los actos de la potestad, cargo, oficio, derecho orden, etc.,
• Aquellas que priven esos mismos actos fuera del lugar o en un lugar determinado.
Estas pueden ser Latae o ferendae sententiae; las demás sólo pueden ser Ferendae Sententae, nunca LS.:
1°- La prohibición o mandato de residir en un determinado lugar o territorio. En ambos casos según el c.
1337 se puede imponer a un clérigo o religiosos, nunca a un laico, de acuerdo a los límites de su diócesis
y a los religiosos respetando sus estatutos. Cuando se pide que viva en un lugar determinado se le pide el
permiso al obispo de ese lugar, a no ser que se trate de casas determinadas para ese fin.
2°- Prohibición de la potestad de régimen, oficios, etc., el c. 1338, no se puede prohibir la privación del
orden ni de grados académicos. Como se puede privar de potestad y oficio, hay que tener en cuenta el c.
1335, que es lo mismo que se dijo para las censuras.
3°- Traslado penal a otro oficio . Porque ha habido un delito, se traslada a otro oficio, se entiende que
ese oficio tiene grado inferior.
La expulsión del estado clerical por un estado gravísimo:
La pérdida del estado clerical como consecuencia de la comisión de delitos graves. Es una pena que se
impone siempre como Ferendae Sententiae. El legislador pone siempre muchas cautelas:
• No se puede establecer por ley particular, c. 1317.
• Tampoco puede conminarse por precepto, c 1319.
• Tampoco puede imponer por vía administrativa: declararse o imponerse por decreto, 1342 § 2.
• Si la pena es indeterminada, no se puede poner pena perpetua. Por supuesto esta expulsión no se
puede imponer, c. 1349.
• Cuando se acude a la vía judicial, el CIC establece cautelas, c. 1425 §1.2°. y §2.
Los efectos básicos de la pena de expulsión, c. 290-293:
• Pierde todos los derechos del estado clerical. El c. 1350, pierde derecho a remuneración, pero si
queda en indigencia, el ordinario debe prever su sustentación. ( la iglesia debe salir en ayuda de
esas personas).
• Deja de estar sujeto a las obligaciones del estado clerical, excepto las del celibato, c. 291, la
dispensa sólo la concede el papa, mediante rescripto.
• Se le prohíbe el ejercicio de la potestad de orden, salvo el caso de que debe atender a un
penitente en peligro de muerte, c. 976.
• El sacerdote queda privado de todos los oficios, funciones y cualquier potestad delegada que
tenga.
Se entiende que esta pena se pone a perpetuidad, c.293, en principio, la pérdida es perpetua, a menos que
se le conceda una gracia por la Santa Sede.
Delitos por lo que puede castigarse al sacerdote:
1°- Apostasía herejía y cisma cuando así lo requiere la contumacia del reo, c. 1364 § 2.
2°- Profanación de las especies consagradas, c. 1367.
3°- Atentado contra el romano pontífice, c. 1370 § 1.
4°- Casos más graves de solicitación en confesión, c. 1387, puede solicitarlo consigo mismo o con otro.
5°- Atentado de matrimonio, c. 1394 § 1.
6°- Concubinato u otra situación permanente, c. 1395 § 1 (concubinato: convivencia marital con una
mujer. Si convive con un hombre, eso ya no es concubinato, son otras situaciones).
7°- Las situaciones permanentes y escandalosas, c. 1395 2. Se trata de situaciones de delitos. Una
acción que es pecado, no constituye delito.
(En la gran mayoría de estos casos, la pena es una pena facultativa. Si el clérigo sigue en su contumacia,
ya se puede recurrir a esa pena de expulsión).
LECCIÓN XVI.
LOS REMEDIOS PENALES Y PENITENCIAS.
Remedios penales:
Los remedios penales tiene el objetivo fundamental de prevenir los delitos. El c. 1312 § 3. Su
imposición no exige la comisión de un delito.
La penitencia, es un acto de la autoridad que le impone al penitente que haga una obra de caridad.
Ésta sí que hace referencia a un delito; se pone o bien en sustitución de la pena o para aumentar la pena
impuesta. El c. 1340. La penitencia canónica se diferencia de otras por el contenido y no la privación de
bienes.
¿Qué tipo de remedios penales contempla el CIC?
El c. 2306 del código del 17, amonestación. El actual sólo recoge dos: la amonestación y la reprensión:
a. La amonestación, c. 1339 § 1: el ordinario puede amonestar a un fiel que puede:
• Encontrarse en ocasión próxima de delinquir y
• Que exista una grave sospecha de que el sujeto haya cometido un delito, después de haber
realizado una investigación.
El c.1348 dice que el ordinario puede dar amonestaciones, necesariamente para probar la contumacia.
Por ellos es que si no se hace la amonestación previa, la censura es inválida (cf. c. 1347,1)
b. La reprensión, en el §2 del c. 1339 se habla sobre la reprensión. El sujeto activo de la acción es
el ordinario. El motivo para hacer la reprensión es el escándalo o grave perturbación del orden.
Debe hacerse de modo proporcional.
El § 3 del c. 1339, dice que debe quedar constancia en el archivo secreto de la curia. Esto hace
referencia a que debe haber un tipo de formalidad, de que quede escrito, y que el obispo firme, y si el
reprendido no quiere firmar, que lo hagan los testigos. En el código del 17 los remedios penales podían
ser públicos o privados; el público era cuando se tomaba el sujeto, con notario delante con el sujeto, se
firmaba y guardaba el documento; era privado, si el notario estaba solo. El vehículo formal es el decreto,
c. 1342 §1.
a. La penitencia:
El c. 1340 §1 dice que consiste en tener que hacer una obra de religión, de piedad o de caridad. El c.
2312 §3 dice que las penitencias pueden ser públicas o privadas. El c. 1340 § 2 pide que nunca se
imponga una penitencia pública por una transgresión oculta. El ordinario es el sujeto activo, el cauce
formal es ordinariamente el decreto. Puede ser vía administrativa o judicial, c. 1344 2°; el juez puede
imponer la pena por vía de sentencia. También se puede imponer una penitencia en el ámbito penal. El
c. 1357 §2 habla sobre el confesor quien puede absolver temporalmente de penas, pidiendo a su vez que
luego acuda a la autoridad competente; mientras tanto el confesor le impone una penitencia. Con esto,
quiere decir que en el ámbito sacramental puede imponer una penitencia.
El §2 habla de las penas L/S no declaradas: 1° El ordinario del lugar a sus súbditos, a quienes están en su
territorio, y a quienes delinquieron en su territorio. 2° A cualquier obispo (confesión sacramental). 3°
Sólo para el caso de censuras (cf. c. 508) hay que tener en cuenta: El penitenciario, (fuero sacramental) y
el capellán de cárceles y viajes marítimos (cf. c. 566 §2).
• Penas constituidas por precepto y no impuesto por la Santa Sede (c. 1356).
El §1 distingue quién puede remitir las penas Ferendae sententia o latae sententiae declarada: 1° El
ordinario del lugar donde está el reo 2° El ordinario del lugar que promovió el juicio 3° El ordinario que
impuso o declaró la pena.
El §2 habla de si la pena es L/S no declarada, puede remitirla: 1° El ordinario del lugar donde se
encuentra el delincuente 2° y para el caso de las censuras tenemos: El penitenciario (c. 508) y el capellán
en cárceles, hospitales y viajes marítimos.
El ordinario consultar a quien dio el precepto c. 1356&2
LECCIÓN XIX.
ATRIBUCIONES DEL JUEZ O SUPERIOR
Estamos hablando de las penas ferendae Sentenica, juez, proceso judicial; superior, proceso
extrajudicial; pero lo que sigue, es para uno y otro.
En su momento se habló de penas preceptivas ( previstas por la ley que se deben imponer) y penas
facultativas ( al libre arbitrio del superior); además, según el c. 1343, el juez puede poner o no una pena.
Penas facultativas:
Según el c. 1344 el juez o el superior gozan de amplias facultades:
• Puede abstenerse de imponer la pena.
• Puede poner una menor.
• Puede atemperar la pena.
• Puede diferir una pena.
• Puede suspender la obligación de
Después de todo esto que dice el canon, se puede decir que no hay propiamente penas preceptivas. Sin
embargo.
1°- Abstenerse de imponer una pena, el código da una serie de condiciones: C 1344.
• Que el reo se haya enmendado y haya reparado el escándalo.
• Que el reo hay asido castigado por la autoridad civil o se prevé que lo será. En los supuestos del
c. 1345 el juez puede abstenerse de imponer una pena.
El c. 1345 recoge algunas atenuantes:
2°- El juez puede imponer una pena más benigna o una penitencia. Condiciones:
• Cuando concurran circunstancias atenuantes del c. 1324 § 1. En este caso, no es que pueda, sino
que debe atenuarla.
• También cuando el reo, n. 2 del 1344.
3°- El juez puede atemperar las penas dentro de unos límites equitativos. Cuando el reo haya cometido
varios delitos, puede el juez ser benigno y atemperar las penas.
El c. 1346 puede hacerlo.
4°- El juez puede diferir a un tiempo más oportuno la imposición de la pena si prevé males mayores por
el castigo precipitado del reo n 1 del 1344.
5°- Puede suspender la obligación de observar una pena, cuando se dan 3 requisitos:
• Si se trate de una pena expiatoria,
• Que se trate del primer delito que ha cometido el reo…
• Que no urja necesidad de reparar el escándalo, n 3 del 1344.
En este caso, si el reo vuelve a delinquir el reo ha de cumplir la pena de por ambos delitos.
Todo esto relativo a las penas facultativas.
Ahora algunos supuestos para las penas facultativas o preceptivas. (Es el juez o el superior quien
determina las penas.).
Uno de esos criterios se contiene en el c. 1349. Además, en el caso de expulsión del estado clerical,
ninguna pena puede dar derecho a la no sustentación del clérigo, c. 1350 § 1. Aun en el § 2, para este
caso de expulsión, el código da un criterio.
Otro criterio es el establecido en el c. 1348.
Recordar que solo se puede imponer censuras si el sujeto es contumaz, y se le ha hecho ya la corrección.
Una vez que el reo no ha roto la contumacia, c. 1347 § 1.
La territorialidad de la ley:
Criterio general es que las leyes son territoriales, cfr. c. 13. Pero en el ámbito penal hay otro criterio, c.
1351 § 1 que afirma que la pena obliga en todo lugar…, por eso se dice que la pena es ley personal para
el reo.
Repaso de algo sobre latae sententiae:
Las latae sententiae son las que se incurren en el fuero interno y tiene su repercusión en el externo, a no
ser que hay apeligro para la fama del reo, c. 1352 § 2.
Para acabar con esta lección:
Cuando haya una declaración de la pena, el reo tiene derecho para defenderse de una pena que considera
injusta. Los dos cauces son: apelación y recurso.
1°. Apelación: ante el juez. Ésta se sustancia con los cc. 1628-1640 con la particularidad que él es parte
legitimada, también el promotor de justicia.
2°. Recurso: contra el decreto. Se ven los cc. 1732.1739, la parte legitimada es la parte perjudicada, al
que le han puesto pena por decreto.
El nuevo código ha hecho que los dos, la apelación y los recursos tienen efectos suspensivos, c. 1353
LECCIÓN XX.
PRESCRIPCIÓN DE LA ACCIÓN CRIMINAL
TERCERA PARTE
PARTE ESPECIAL:
LAS PENAS POR CADA UNO DE LOS DELITOS
# 2271. Desde el siglo primero, la Iglesia ha afirmado la malicia moral de todo aborto provocado. Esta
enseñanza no ha cambiado; permanece invariable. El aborto directo, es decir, querido como un fin o
como un medio, es gravemente contrario a la ley moral.
«No matarás el embrión mediante el aborto, no darás muerte al recién nacido» (Didajé, 2, 2; cf. Epistula
Pseudo Barnabae, 19, 5; Epistula ad Diognetum 5, 5; Tertuliano, Apologeticum, 9, 8).
«Dios [...], Señor de la vida, ha confiado a los hombres la excelsa misión de conservar la vida, misión
que deben cumplir de modo digno del hombre. Por consiguiente, se ha de proteger la vida con el
máximo cuidado desde la concepción; tanto el aborto como el infanticidio son crímenes abominables»
(GS51, 3).
# 2272. La cooperación formal a un aborto constituye una falta grave. La Iglesia sanciona con pena
canónica de excomunión este delito contra la vida humana. “Quien procura el aborto, si éste se produce,
incurre en excomunión latae sententiae” (CIC can. 1398), es decir, “de modo que incurre ipso facto en
ella quien comete el delito” (CIC can. 1314), en las condiciones previstas por el Derecho (cf CIC can.
1323-1324). Con esto la Iglesia no pretende restringir el ámbito de la misericordia; lo que hace es
manifestar la gravedad del crimen cometido, el daño irreparable causado al inocente a quien se da
muerte, a sus padres y a toda la sociedad.
El c. habla del aborto consumado, si éste se produce. Por tanto, aquí no se recurre a la tentativa, y que
sólo es punible la consumación.
“Quien procura”, hace referencia a la acción dolosa. Y el c. 1318 pide que no se establezca penas latae
sententiae si no es acaso contra algunos delitos dolosos especiales.
Hay que ver el c. 1329, que da los grados de cooperación en este caso.
El concepto clásico de aborto era: expulsión del seno materno del feto vivo no viable procurándosele
la muerte. Lo que pasa es que este concepto planteó dudas en relevancia a la viabilidad (¿es aborto
cuando se mata al feto dentro del vientre de la madre?) se consideraba que si era viable (maduro para
vivir) entonces era homicidio y si era no viable entonces era aborto.
Esto dio lugar a plantear la duda a la comisión de interpretación de los textos legislativos de 1998: “si
por aborto, del que trata el c. 1398, se ha de entender sólo la expulsión del feto inmaduro, o también la
muerte voluntariamente provocada del mismo feto, de cualquier modo y en cualquier tiempo en que ésta
se produzca desde el momento de la concepción. R/ negativamente a la primera parte; afirmativamente
a la segunda”.
En cualquier momento se considera aborto, ya sea fuera del seno materno o dentro de el.
Otra duda que surgió fue respecto a los fetos de fecundación in vitro (¿qué pasa con ellos?) la cuestión
es que en un caso se habla de concepción y en otra de fecundación (¿es aborto o no?). en estos caso esto
no entra del delito de aborto.
La pena del delito de aborto lleva consigo la excomunión latae sententiae
¿Quiénes pueden remitirla?
• El ordinario de lugar, a sus súbditos, a los que delinquieron en él y a los que de hecho se
encuentran ahí.
• Cualquier obispo.
• El penitenciario
• El capellán de cárceles y de viajes marítimos.
• En caso de muerte, cualquier sacerdote.
• Agobio moral, el confesor, puede hacerlo el mismo sacerdote.
Hay que tener en cuenta los atenuantes, que en estos casos hace de eximentes. Para los institutos
seculares, de vida religiosa este delito es de expulsión, según el c. 695. (Por ejemplo si una monja
quedara embarazada y aborta lleva consigo la expulsión del instituto) El delito de aborto es causa de
irregularidad (impedimento permanente, por lo que necesita dispensa) para ejercer el ministerio, cc.
1041&4 y 1044. &3
LECCIÓN XXII.
NORMAS SUSTANCIALES.
a) Delitos contra la fe
Clase del profesor Arias
Los delitos de apostasía, herejía y cisma se encuentran tipificados en el c. 1364; con ello se protege la fe,
la verdad y la unidad de la iglesia. El c. a la hora de tipificar estos delitos, no se detiene a definir estos
supuestos.
En la nueva codificación, durante los primeros proyectos de elaboración, no aparecía la apostasía sino
solo la herejía y el cisma. Y las penas previstas eran penas ferendae sententiae, censuras para el hereje y
excomunión para el cismático.
Promulgado este esquema, se pide que se tipifiquen por separados, que se mencione no solo a los que
suscitan un cisma, sino a los que se adhieren a una facción cismática. Respectos a las penas se plantea
una doble cuestión, acerca de cuál ha de ser la pena principal. Si ha de ser una censura; que tipo de
censura, si entredicho, suspensión o excomunión. Se concluye en que ha de ser tipificado como castigo
con una excomunión. Después aparecen los tres delitos tipificados, y respecto a la pena, ya resuelta la
situación de que sea la excomunión, surge la dificultad de qué tipo de excomunión; si latae, o ferendae.
Los consultores, todos, concuerdan que debe ser ferendae sententiae. La razón que dan es que la pena
latae sententiae, presentaría muchos problemas para que una persona que haya incurrido en ese delito, se
auto-examine, pues esto es muy difícil incluso para un dicasterio el resolverlo o distinguirlo, con mayor
razón lo es para un fiel. Por tanto, es preferible que sea ferendae sententiae, para que se declare por la
autoridad competente cuando un fiel realmente ha incurrido en estos delitos de herejía, apostasía o
cisma. Al final, y muy a pesar de las razones y peticiones de los consultores para que fuera ferendae
sententiae, al momento de la promulgación estos delitos fueron tipificados con el castigo de excomunión
latae sententiae
Hay que distinguir entre la realidad objetiva de estar o no estar en comunión con la iglesia y otra la
sanción de excomunión, volviendo con ello de nuevo a la pena automática.
En el CIC´17 se hablaba de apostasía de la fe y apostasía de la religión, pero en el nuevo solo se habla
de apostasía. Y se entiende como apostasía el rechazo formal de la fe de la iglesia. Es apostata solo
aquel que comete este delito siendo bautizado en la iglesia católica.
Respecto a la herejía es la negación pertinaz después de haber sido bautizado en la iglesia católica, sobre
una verdad de fe; o la duda sobre la misma. Esto también conlleva el hecho de que esta persona se
mantenga en su contumacia. Mientras la autoridad no le advierta esta persona no está en el delito.
El cisma es el rechazo de la sujeción al romano pontífice o a la comunión con la Iglesia. En primer
supuesto hay que considerar que una cosa es rechazar la sujeción al papa y otra la desobediencia, aquí
no se habla de desobediencia al papa, porque la desobediencia implica afirmar la autoridad, y si esta se
mantiene puede ser tipificado como otro delito, en cambio en el cisma se rechaza la autoridad del
Pontífice.
El segundo supuesto trata sobre el rechazo a la comunión con los fieles de la iglesia, que es lo mismo
que romper la comunión con la iglesia, es una forma que no siempre ha sido considerada por los
comentaristas. Se trata de una negación, no de un enfado, sino de rechazo. Negación fragante y
manifiesta con los fieles sometidos al Papa, de los fieles que acreditan la autoridad del Papa.
Delitos contra la naturaleza y libertad de la iglesia
Con los cc. 1372-1377 se trata de proteger a la naturaleza jerárquica de la iglesia y su libertad en el
ejercicio de su doctrina.
Atentado contra la potestad del Romano Pontífice: el conciliarismo
El c. 1372 dice que “quien recurre al Concilio Ecuménico o al Colegio de los Obispos contra un acto
del Romano Pontífice, debe ser castigado con una censura.” En el fondo está la consideración de que
hay una instancia que está por encima de la potestad del Papa.
En los cismas de Occidente, se mueve en ese entorno, en el que la supremacía del papa va surgiendo con
una serie de elementos históricos, lo que se llama el conciliarismo. Esta forma tiene un contexto
histórico en el que varios papas exigían la legitimidad. Con lo cual la teoría conciliarista surge como
remedio para poner fin al cisma del siglo.
Comienzos del siglo (¿…?) se convoca el concilio de obispos, más que un concilio de obispos se trata de
varias asambleas que estaban interesadas en el tema, pero en vez de dar solución al tema, mejor pone
otro papa más y otro problema. Se encuentran tres papas, con lo que surge una congregación de naciones
que un año después de ser convocada en Constanza se convierte en concilio y allí Gregorio XII dimite a
la vez que los otros dos son depuestos. En Constanza es elegido Martín V al que toda la iglesia
reconocerá. Con esto se manifestará el conciliarismo y en Basilea reclaman para sí la representación de
la iglesia con la intención de someter al papa y continuar con el espíritu conciliarista. Este planteamiento
radical de Basilea entraría en la perfecta lógica democrática. Pero en la iglesia no tiene continuidad.
Surge un antipapa y el sucesor de Martín V convoca un concilio en el que condena las teorías con
espíritu conciliarista. De esta manera se defiende el primado del romano pontífice.
El código vigente, se opta por la expresión “actos del Romano Pontífice” tipifica más genéricamente
cualquier acto del Papa, se refiere a cualquier proceder del romano Pontífice. En el CIC´17 se
manifestaba el colegio de los obispos como apelación, ahora a los concilios y a los colegios de los
obispos. Hay que decir que la materia del delito tiene que ser un acto del Romano Pontífice en el que el
papa actúa como Romano Pontífice, no como una decisión que pueda tomar el Papa como jefe de
estado.
Delito de quienes maquinan con la iglesia
El c. 1374 dice que “quien se inscribe en una asociación que maquina contra la Iglesia debe ser
castigado con una pena justa; quien promueve o dirige esa asociación, ha de ser castigado con
entredicho”
Se refiere a la masonería, pero cuando se consultó a la CDF, sobre si la masonería ya no era tipificada
como delito, hubo una opinión de una considerable parte de obispos que decía que no toda masonería
maquina contra la iglesia. Sin embargo la CDF dijo que sigue vigente lo que el CIC´17 indica sobre la
masonería y a la vez en el vigente se amplía a otros supuestos que se han de incluir entre as diversas
asociaciones, o partidos políticos que van en contra de la iglesia.
El problema es que, cuando aparecía masonería era fácil saber quién incurría en el delito, en cambio
ahora es cualquier asociación, sin descartar la masonería, y habrá que demostrar en cada caso que dicha
asociación maquina contra la iglesia.
En cuanto a la imputabilidad: suele ser muy complejo, en el caso de el alcohol y las drogas.
El delito tiene 3 figuras:
1°- Adquisición de imágenes pornográficas. Se habla de menores de 14 años porque realmente el
delito que se quiere castigar es el de pedofilia. Antes de esta norma la CDF consideraba que la pura
navegación no se consideraba delito grave y que la descarga de estos elementos sí es delito. Aquí se
sigue manteniendo que la mera navegación no es delito, a no ser que navegando se lo enseñe a un
menor. En este caso el delito es de abuso, aunque no adquiera las imágenes. La clave de que estas
imágenes involucre a menores y que tenga poses sensuales y sexualizantes. Las imágenes descargadas
han de ser pornográfico. Qué pasa si descarga un material pornográfico sin querer, obviamente a la
persona que le pasa eso, no comete delito. Si una persona descarga imágenes pornográficas y las ha
borrado inmediatamente, pues siempre incurre en el delito. Las imágenes Consiste en adquirirlas por
cualquier medio. Deben ser pornográficas y reales.
2°- Posesión o Retención de este material pornográfico. Este segundo es como una continuación del
anterior. Por ej., si descarga accidentalmente un material pero luego de saber que tiene ese contenido
pornográfico, lo guarda. Es un delito.
3°- La distribución: hay que distinguir la distribución y la comercialización. La persona que retiene
este material y la distribuye, sea comercializada o no.
En estas figuras ha de haber intención libidinosa. En la adquisición y retención es por intención
libidinosa. Pero no es claro si quien lo distribuye tiene siempre intención libidinosa, pero muchos
autores refieren que también es considerado delito. En este tercer elemento el delito habla de imágenes
pornográficas de menores. Pero si descarga por ejemplo una novela pornográfica, eso no entra; tampoco
entra si no es imágenes de niños reales. Sin embargo en algunos estados civiles estas imágenes virtuales
de niños son penadas.
El elemento subjetivo hay que ponerlo claramente en la intención libidinosa; por tanto, si no hay
intención, no hay delito, por lo que no cabe hablar de delito culposo.
La sanción penal es según la gravedad del delito. (Art. 6 §2 c. 1395) La norma habla de deposición del
estado clerical (es el mismo nombre usado en la codificación oriental). Es para diferenciarlo de casos
estrictamente penales.
Respecto a la normativa que refiere el c. 1395 en el §1, habla del delito a) concubinato del clérigo, es
decir, relación sexual estable con persona de diferente sexo. b) situación permanente y escandalosa del
clérigo en cualquier otro pecado externo contra el sexto mandamiento. La sanción penal es una censura
determinada –suspensión- ferendae sententiae preceptiva; si permanece o aumenta la contumacia, penas
facultativas ferendae sententiae hasta la expulsión del estado clerical.
El §2, habla del delito de cualquier otra forma de pecado externo contra el sexto mandamiento del
decálogo, si comete por fuerza, amenaza, públicamente o con menores de 16 años. Dentro de los
supuestos previstos de este párrafo, el consistente en un delito contra el sexto mandamiento del decálogo
cometido por un clérigo con un menor ha quedado reservado a la CDF. La sanción penal es una pena
preceptiva ferendae sententiae indeterminada –según la gravedad del delito- hasta la expulsión del
estado clerical.
Respecto al delito con un menor ya es máxima la amplitud del delito
Es difícil lo penal y económico. Es imposible que no sucedan cosas, por eso es importante que se
pongan las medidas necesarias para que sucedan las menos cosas y saber solucionarlos de la mejor
manera. El derecho penal canónico tiene que reflejar la misericordia, y es importante a través del
derecho penal canónico que promueva el agradecimiento, por medio de la creación de conciencia en los
administradores, que son eso, sólo administradores, por tanto sólo medios. Los remedios penales
protegen las relaciones entre los fieles y la administración en doble dirección:
1°. Que los fieles puedan darlos a la Iglesia como agradecimiento.
2°. Que los bienes sean administrados por la Iglesia.
Hay un problema, que no hay una parte dedicada a esta área a diferencia del código del 17. En el código
del 83 el c. 1375 habla del soborno, castigado por la ley. El c. 1377 sobre la enajenación de bienes
eclesiásticos sin control dela autoridad. El c. 1380 sobre la simonía, que la castiga con una pena justa. El
c. 1381 sobre la usurpación de un oficio eclesiástico y la retención del oficio sin tener ese oficio. El c.
1385 sobre el lucro del estipendio dela misa. Aquí está clara la relación de la misión de la Iglesia con el
dinero o bienes económicos. El c. 1386 sobre la aceptación de regalos y promesas de recibir algo para
que haga lago en cierto sentido. El c. 1389, quien abusa de la potestad del cargo. El c. 1391 quien
falsifica un documento público, quien en asunto eclesiástico altera las facturas. El c. 13… los clérigos
que ejercen el negocio.
Los que son propiamente penales son muy pocos, pero los que tienen relación con el dinero sin
abundantes.
Algunas conclusiones que sacó:
1°. Más de dos tercios de los delincuentes era laicos, porque los que trabajan en administración son
laicos.
2°. La mayoría de los casos ocurren en parroquias.
3°. En un tercio de los casos el delincuente es el contable.
4°. En el 15% de los casos ha superado el medio millón de dólares.
5°. Fue entre los años 2008 a 2013 en USA que son 190 diócesis y cantidad de parroquias…
6°. Sólo en un tercio de los casos se ha logrado la restitución de los casos.
Algunos tipos delictivos:
• Tomar del cestillo.
• Fraude contable.
• Negligencia en el desempeño de la función de administrador.
• Enajenaciones sin licencia o sin justa causa o a parientes…
• Pedir dinero fraudulentamente.
LA CONCLUSIÓN:
La mejor forma de prevenir es la clave. Y la clave de la prevención es la separación de funciones,
especialmente: la documentación o contabilidad y el acceso directo a los bienes.
Tanto la separación como la razonable alternancia en lo económico es importante, porque los controles
internos son una muestra del orden.