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La Cuna del Derecho...

El Ser humano desde sus inicios, ha luchado por adquirir una serie de
derechos fundamentales que son inherentes a su persona por el simple
hecho de tener vida. Derechos que se consideran intransferibles, inalienables
e imprescriptibles los cuales les permitan salvaguardar su existencia, sin
distinción de raza, sexo, religión, ideología política o estatus social. A este
conjunto de Derechos se les conoce como “Derechos Humanos”. Los cuales
son bandera a nivel internacional a la hora de abordar el tema “Justicia”.

El checoslovaco Karel Vasak, Ex Director de la División de Derechos


Humanos y Paz de la UNESCO, es el creador de lo que conocemos hoy en
día como “Generaciones de los Derechos Humanos.” Los DDHH se
clasificaron en principio en tres generaciones, las cuales son:

Primera generación: Este conjunto de DDHH son los conocidos como


Derechos civiles y políticos y fueron reconocidos a finales del siglo XVIII,
defiende como valor principal La Libertad. Los mismos incluyen entre sus
derechos más destacados los siguientes: Derecho a la vida, a la libertad de
expresión, a la libertad ideológica o religiosa, a la seguridad, a la propiedad,
derecho al voto, a la asociación, a la huelga, entre otros.
Segunda generación: Los DDHH de segunda generación defienden como
valores principales la igualdad y la equidad, son conocidos como Derechos
económicos, sociales y culturales y persiguen el fin primordial de garantizar y
preservar una vida digna para las Naciones del mundo. Esta segunda
generación surge luego de la primera guerra mundial. Algunos de estos
derechos son: Derecho a la salud, a la educación, al trabajo, a una vivienda
digna, Derecho a participar en la vida cultural, la protección, desarrollo y
difusión de la ciencia y la cultura, entre otros.
Tercera generación: La tercera generación responde a los Derechos de
Justicia, Paz y Solidaridad en aras de promover relaciones pacíficas y
constructivas. El uso de los avances de las ciencias y la tecnología. Esta
generación comprende derechos como: La solución de los problemas
alimenticios, demográficos, educativos y ecológicos, derecho a un medio
ambiente limpio, los derechos del consumidor, derecho a un desarrollo que
permita una vida digna, derecho al libre desarrollo de la personalidad.
En la actualidad algunos autores han agregado una cuarta generación la
cual es conocida como Derechos de Inclusión Social y Democratización del
conocimiento. Entre dichos DDHH se incluyen: El derecho de acceso a la
informática, derecho al Internet, derecho a la reputación digital, derecho de
acceso a la sociedad de la información en condiciones de igualdad y no
discriminación, derecho al uso del espectro radioeléctrico y de la
infraestructura para los servicios en línea sean por satélite o por vía de cable,
derecho a formarse en las nuevas tecnologías, derecho a la
autodeterminación informativa, derecho al Habeas Data y a la seguridad
digital.

Según Las Naciones Unidas “El Derecho Internacional de los derechos


humanos establece la obligación de los Gobiernos a actuar de una manera
determinada o abstenerse de emprender ciertas acciones, para promover y
proteger los derechos humanos y las libertades fundamentales de los
individuos o de los grupos. Las Naciones Unidas han creado una normativa
integral sobre los derechos humanos que se reduce a un código protegido a
nivel universal e internacional al que todas las naciones pueden adherirse.
Las Naciones Unidas han definido un amplio abanico de derechos aceptados
internacionalmente, entre los que se encuentran derechos de carácter civil,
cultural, económico, político y social. También han establecido mecanismos
para promover y proteger estos derechos y para ayudar a los Estados a
ejercer sus responsabilidades.”

A raíz de todo lo antes mencionado es evidente que los Derechos Humanos


han sido el génesis de la equidad, la proporcionalidad y la justicia en el
ámbito a la hora de abordar el tema de la justicia. Debido a que los mismos
han sido pauta y han marcado un antes y un después en la aplicación del
sistema penal o la justicia penal a nivel mundial. Según E. Raúl Zaffaroni, se
entiende por: “sistema penal o justicia penal al conjunto de las
manifestaciones del “control social punitivo institucionalizado” o, siguiendo
otras terminologías, la “pretensión punitiva del Estado”, que incluyen todos
los segmentos ideológicos y prácticos de aplicación de una “pena” respecto
de una persona determinada.”

La Convención Americana sobre Derechos Humanos estipula en su artículo


8 lo que conocemos como garantías judiciales, dicho art 8 ejusdem reza lo
siguiente:

“1. Toda persona tiene derecho a ser oída, con las debidas garantías y
dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente,
independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la
sustanciación de cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la
determinación de sus derechos y obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o
de cualquier otro carácter. (…). 2. Toda persona inculpada de delito tiene
derecho a que se presuma su inocencia mientras no se establezca
legalmente su culpabilidad. Durante el proceso, toda persona tiene derecho,
en plena igualdad, a las siguientes garantías mínimas: a) derecho del
inculpado de ser asistido gratuitamente por el traductor o intérprete, si no
comprende o no habla el idioma del juzgado o tribunal; b) comunicación
previa y detallada al inculpado de la acusación formulada; c) concesión al
inculpado del tiempo y de los medios adecuados para la preparación de su
defensa; d) derecho del inculpado de defenderse personalmente o de ser
asistido por un defensor de su elección y de comunicarse libre y
privadamente con su defensor; e) derecho irrenunciable de ser asistido por
un defensor proporcionado por el Estado, remunerado o no según la
legislación interna, si el inculpado no se defendiere por sí mismo ni nombrare
defensor dentro del plazo establecido por la ley; f) derecho de la defensa de
interrogar a los testigos presentes en el tribunal y de obtener la
comparecencia, como testigos o peritos, de otras personas que puedan
arrojar luz sobre los hechos; g) derecho a no ser obligado a declarar contra sí
mismo ni a declararse culpable, y h) derecho de recurrir del fallo ante juez o
tribunal superior. 3. La confesión del inculpado solamente es válida si es
hecha sin coacción de ninguna naturaleza. 4. El inculpado absuelto por una
sentencia firme no podrá ser sometido a nuevo juicio por los mismos hechos.
5. El proceso penal debe ser público, salvo en lo que sea necesario para
preservar los intereses de la justicia.”

Ahora bien, ¿Dónde engranan estos Derechos fundamentales y vitales para


la existencia del hombre con la Justicia Penal? Tanto el Derecho Penal como
los DDHH son valorativos, lo que se traduce en que persiguen la protección
de “bienes jurídicos”. El Derecho Penal busca lograrlo por medio de la
sanción de las conductas típicas, antijurídicas, culpables y punibles. Una
misma conducta delictiva puede constituir, a la vez, la base de una infracción
penal y el origen de una violación de DDHH. Sin embargo se le debe
garantizar el debido proceso al victimario y la indemnización o la restitución
de los Derechos que les hayan sido vulnerados por parte del Estado a la
víctima, depende de cual sea el caso en concreto.

El Sistema Penal a nivel mundial se ajustó a una nueva realidad que se hizo
presente en la palestra internacional con el nacimiento de los Derechos
Humanos, algunos países adaptaron sus sistemas de justicia en mayor o
menor tiempo y otros a la actualidad aún les falta adaptarse y aplicar
imparcialmente la justicia, sin embargo lo cierto es que los DDHH actúan
como una límite entre la justicia penal y las sanciones que deben aplicarse a
quienes incurren en delitos. Debe existir proporcionalidad entre la pena y el
delito perpetrado. No se puede vulnerar o menoscabar la integridad física,
psicológica, psíquica de un privado de libertad. La Convención Americana de
los Derechos Humanos, indica en el numeral 6 del artículo 5 concerniente a
la integridad personal, refiriéndose a la pena de prisión: “Las penas privativas
de la libertad tendrán como finalidad esencial la reforma y la readaptación
social de los condenados.” De igual forma el Estatuto de Roma en el literal b
del artículo 55 establece que durante la investigación “Nadie será sometido a
forma alguna de coacción, intimidación o amenaza, torturas ni a otros tratos
o castigos crueles, inhumanos o degradantes.”

Para finalizar es importante acotar el hecho de que existen instancias


internacionales como por ejemplo: La Corte Interamericana de Derechos
Humanos, la Corte Internacional de Justicia, la Corte Penal Internacional y la
Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a las cuales se acude
cuando se agotan las vías legales y los recursos procesales internos, debido
a que la finalidad de las mismas es garantizar la correcta aplicación de la
justicia universal y salvaguardar los Derechos Humanos de las Naciones.

Elaborado por: Abg. Jessica A. Balebona

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