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UNIVERSIDAD NACIONAL DE LOJA

FACULTAD DE SALUD HUMANA


CARRERA DE MEDICINA HUMANA
ASIGNATURA DE ENDOCRINOLOGÍA

TEMA:

SIGNOS RADIOLÓGICOS DIRECTOS E


INDIRECTOS EN LOS TUMORES DE HIPOFISIS

Loja-Ecuador
ii. INDICE

i. CARATULA 1

ii. ÍNDICE 2

CAPÍTULO 1: CAPÍTULO INTRODUCTORIO 3

1.1. TEMA 4

1.2. OBJETIVOS 5

1.3. INTRODUCCIÓN 6

CAPÍTULO 2: MARCO TEORICO 8

2.1. GENERALIDADES 9

2.2. CLASIFICACIÓN 9

2.2.1. SIGNOS DIRECTOS 10

2.2.1.1. AGRANDAMIENTO DE LA SILLA TURCA 10

2.2.1.2. ASIMETRIA DE LA SILLA TURCA 10

2.2.2. SIGNOS INDIRECTOS 6

2.2.2.1. DOBLE CONTORNO 10

2.2.2.2. APERTURA DE LA CLINOIDES 10

2.2.2.3. POROSIS 10

2.2.2.4. IMAGEN EN SACABOCADOS 10

2.2.2.5. AFINAMIENTO DEL CONTORNO 10

2.3. RADIOLOGÍA CONTRASTADA 2

CAPÍTULO 3: CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES 8

3.1. CONCLUSIONES 2

3.2. RECOMENDACIONES 2

BIBLIOGRAFÍA 8

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1.1. TEMA:

“SIGNOS RADIOLÓGICOS DIRECTOS E INDIRECTOS EN LOS TUMORES DE


HIPOFISIS”

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1.2. OBJETIVOS:

a. General
Reconocer la importancia de los signos directos e indirectos de tumor hipofisario
en la radiografía para tener opciones de diagnóstico al no estar un centro de
atención de tercer nivel.

b. Específicos
- Diferenciar los signos radiológicos: los directos de los indirectos de los tumores
hipofisarios para realizar un diagnóstico temprano.

- Analizar detalladamente cada uno de los signos directos e indirectos para


aplicarlos en nuestra práctica profesional.

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1.3. INTRODUCCION:

Los tumores hipofisarios son benignos de crecimiento lento y una buena diferenciación
celular; que causan una considerable morbilidad, bien por la inapropiada secreción
hormonal: ya sea por exceso de producción y por defecto de las mismas), o por la
ocupación de espacio y compresión local de estructuras vecinas. Se caracterizan por un,
raramente metastatizan y su transformación maligna es excepcional.

Una radiografía de cráneo normal puede ser suficiente para descartar un tumor
hipofisiario de gran tamaño (> 13 mm) pero es un método muy limitado, pero puede dar
información necesaria del mismo.

Las vistas cónicas de la silla turca dan altas tasas de resultados falsos positivos y falsos
negativos en cuanto a la detección de tumores hipofisarios. La silla turca normal tiene
muchas variantes anatómicas comunes, algunas de las cuales pueden verse como un
piso focalmente adelgazado. Por tanto, pueden observarse asimetría o pequeñas
ampollas en las radiografías de cráneo de buena calidad, pero estos cambios pueden no
ser patológicos.

Así mismo, es importante tener en cuenta que en 30% de los casos, el adenoma puede
ser hiperintenso, y que la hipófisis sufre cambios en su forma y tamaño durante las
diferentes etapas de la vida, como ser, el crecimiento de la adenohipófisis durante la
pubertad y el embarazo.

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CAPÍTULO 2:
MARCO TEÓRICO

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2.1. GENERALIDADES:

2.2. CLASIFICACIÓN:
La radiología simple de cráneo es útil pero limitada, pero se pueden apreciar los signos
directos e indirectos que hacen sospechar la existencia de un tumor hipofisario.

2.2.1. SIGNOS DIRECTOS


2.2.1.1. AGRANDAMIENTO DE LA SILLA TURCA
La silla turca es la concavidad situado en la superficie intracraneal del hueso esfenoides.
Consiste en cuatro procesos clinoides (dos anteriores y dos posteriores) y el suelo de la
silla denominado fosa pituitaria, porque ahí se aloja la glándula pituitaria.
Los procesos clinoides anterior son más grandes y con mayor diversidad en cuanto a
tamaño y forma; sin embargo cualquiera de los procesos clinoides puede variar. Sus
medidas en adulto son de 16 mm. en sentido anteroposterior (longitudinal) y no debe
superar los 12 mm. de profundidad (cráneo-caudal).
La silla turca puede tener una apariencia normal, en cuanto a tamaño y forma, pero es
frecuente un moderado agrandamiento, aunque no suele pasar de los 22 mm de largo, y
esto va determinado por el cambio del tamaño la glándula hipófisis
El dorso se comba hacia atrás y se afina, pero no suele desplazarse, como sucede en los
tumores hipofisarios, excepto en casos raros (Fig. 3D). Las apófisis clinoides suelen
permanecer bien marcadas.
El suelo, cóncavo, puede tener una apariencia doble en las proyecciones laterales, pero
la parte más deprimida está más marcada que las partes laterales, más superficiales, al
contrario de lo que habitualmente sucede en los tumores intraselares (Fig. 3C). En las
imágenes en sentido antero-posterior aparece de grosor simétrico, sin adelgazamientos o
erosiones unilaterales, como es frecuente en los adenomas.
La desaparición de la porción superior del dorso de la silla, o la erosión de las apófisis
clinoides posteriores, son signos conocidos de los tumores pituitarios, pero también de
la hidrocefalia crónica, en la que el tercer ventrículo se encuentra agrandado, apoyando
su suelo sobre el dorso de la silla.

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2.2.1.2. ASIMETRIA DE LA SILLA TURCA
La silla turca puede llegar a tener diferentes cambios en cuanto a su morfología
adoptando una forma globular o cuadrangular. Con menos frecuencia tiene una
morfología en “copa” o en omega.
Dado los cambios en su forma se ha llegado a clasificar la silla turca en tres
tipos: circulares, ovales o planas; la de tipo circular es la más frecuente (70%) y la
plana la de menor frecuencia. El suelo de la silla turca, que en la mayoría de los casos es
cóncava, puede ser plana o incluso convexa en algunos casos
El desarrollo de la silla turca está estrictamente asociada con el desarrollo de la glándula
hipófisis. La hipófisis completa su desarrollo antes de que la silla turca está
completamente desarrollado, por lo tanto, las anormalidades de la glándula pituitaria
modifican la morfología de la silla turca. 28% de las anomalías descubiertas en las
radiografías cefalométricas son anomalías glandulares, como  el adenoma hipofisario, la
alteración más frecuente, en el cual se observa un agrandamiento de la silla turca.
La anomalía más frecuente descrita en la literatura es el puente de silla turca, ésta
anomalía consiste en  una fusión entre las apófisis clinoides anterior y posterior,
concretamente la calcificación del ligamento interclinoideo o puede ser debido a la
fusión de las apófisis clinoides. La silla turca en forma de puente ha sido clasificada por
Becktor et al. En dos grupos:

 Tipo A: Fusión en forma de cinta.


 Tipo B: Fusión por ampliación de las apófisis clinoides anterior y posterior.

La calcificación parcial del ligamento interclinoideo se define como un puente


incompleto. En la figura 1 se muestra las principales alteraciones morfológicas de la
silla turca, es importante hacer una práctica constante para identificar cada una de ellas
y no pasarlas por alto.

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Fig. 1. Anomalías de la silla turca. (A) Silla turca Normal. (B) Silla turca en puente tipo  A (en cinta). (C)
Silla turca en puente tipo B (extensión de los procesos clinoides. (D) puente incompleto. (E) Hipertrofia
de los procesos clinoides posteriores. (F) Hipotrofia de los procesos clinoides posteriores. (G)
Irregularidades (muescas) en la parte posterior de la silla turca. (H) forma piramidal del dorso de la silla
turca. (I) Doble contorno de la piso de la silla turca. (J) Pared anterior oblicua. (K) Contorno oblicua del
piso de la silla turca

2.2.2. SIGNOS INDIRECTOS


2.2.2.1. DOBLE CONTORNO

2.2.2.2. APERTURA DE LA CLINOIDES

2.2.2.3. POROSIS

2.2.2.4. IMAGEN EN SACABOCADOS


Las lesiones líticas en las radiografías son típicamente “hoyos” que son lesiones en
“sacabocados” con ausencia de esclerosis en el hueso circundante a la lesión en los
huesos planos del cráneo y pelvis.
2.2.2.5. AFINAMIENTO DEL CONTORNO DE LAPIZ

2.3. RADIOLOGÍA CONTRASTADA


Estos procedimientos, hacen posible el estudio de las estructuras endocraneanas,
mediante el empleo de sustancias de contraste que pueden ser introducidas en las
diversas cavidades del encéfalo y sus envolturas. La más comúnmente empleada es el

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aire que inyectado en el espacio subaracnoideo puede llenarlo, así como las cavidades
ventriculares, constituyendo la neumoencefalografia clásica; cuando la inyección se
hace en pequeña cantidad y dicha cantidad de aire es llevada a las cisternas basales,
tenemos la cisterografia; o cuando es conducida a las cavidades ventriculares, la
neumoencefalografia fraccionada. La ventriculografía es otro procedimiento
propugnado especialmente por la escuela argentina y permite ver las cavidades
ventriculares mediante la inyección de lipiodol en los ventrículos laterales

Procedimiento radiográfico, que permite ver las cavidades ventriculares a través de la


inyección de aire mediante una trepanopuncion o por la separación de las suturas en los
niños. Ha sido el procedimiento de elección y el más usado hasta hace algunos años
desde que lo introdujo Dandy.

La presencia de un foco hipointenso antes de la administración de contraste es sugestiva


de un adenoma hipofisario, y un área hipointensa focal en la glándula inmediatamente
después de la administración del mismo, constituye la presentación radiológica más
común de un adenoma, aunque, otras lesiones focales no adenomatosas de la glándula
(por ejemplo, quistes de la bolsa de Rathke, meningiomas, craniofaringiomas) en
ocasiones tienen una apariencia similar. Deben ser considerados otros datos, como la
pérdida de la convexidad superior de la glándula por abombamiento y la desviación del
tallo, ya que sugieren, indirectamente, la presencia de un tumor hipofisario. (Revollo &
Contreras Molina, 2012)

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CAPÍTULO 3:
CONCLUSION Y
RECOMENDACIÓN

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3.1. CONCLUSION:

En conclusión, hoy en día se considera a la resonancia magnética y la tomografía


axial computarizada como los exámenes de imagen de elección para el diagnóstico
de tumores hipofisarios ya que permiten valorar el tipo de tumor hipofisario, el
tamaño y la relación con las estructuras vecinas. Sin embargo, se debe considerar
que no todos los centros de salud de primer o segundo nivel disponen de los medios
para realizar dichos exámenes entonces se destaca la utilidad de la radiología simple
por ser un estudio de alta disponibilidad en la cual podemos detectar algunos signos
frecuentes de tumor hipofisario que nos podría orientar hacia la sospecha de dicha
patología. Por ultimo cabe recordar que la radiografía simple no excluye el
diagnostico de tumores hipofisarios y ante la sospecha de estos se debe derivar al a
un centro de salud que cuente con las pruebas de imagen para confirmar o descartar
la presencia de tumores hipofisarios.

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3.2. RECOMENDACIONES

- Es necesario conocer los signos radiológicos directos e indirectos para nuestra


práctica profesional en especial cuando nos encontremos en un centro donde no
dispongamos los recursos necesarios para un diagnóstico.

- Debemos diferenciar entre los signos directos e indirectos para llegar a un


diagnóstico correcto reconociendo cada una de las características de los signos.

- Se debe comprender con claridad los signos para poder reconocerlos de


inmediato en las radiografías y continuar con un buen protocolo para el paciente.

- El medico siempre debe conocer los protocolos a seguir luego de una sospecha o
confirmación del diagnóstico y así dar un buen seguimiento al mismo.

- Siempre se debe dar seguimiento a los pacientes del centro encargado,


percatándonos del estado general del paciente.

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BIBLIOGRAFÍA
BIBLIOGRAFÍA

2
- Gutiérrez, D. F. (2013). Tumores del sistema nervioso central. Habana:
publicaiones Advenure Works.
- Revollo, D. M., & Contreras Molina, D. (2012). Adenomas de hipófisis. Scielo,
1-5.
- Castaño, L..; Martínez, I., Portillo, N. & Rica, I. (2017). Adenomas
hipofisarios: Impacto clínico. Revista de Endocrinología Pediátrica. Vol. 8.
Págs. 1-11.
- Gonzalez, J. (2009). Silla turca vacía primaria:clínica, fisiopatología y
tratamiento. Revista Neurocirugía. 20:132-151
- Henriquez, J., Fuentes, R. & Sandoval P. (2010). Características Biométricas de
la Silla Turca en Telerradiografías Laterales de Individuos Mapuches y No
Mapuches de la IX Región, Chile. International Journal of Morphology.
28(2):529-532
- Herrera, F., Venegas G. & Zamora, D. (2015). Lesiones en sacabocados en
Mieloma múltiple. Revista Médica MD. 7(1): 64-65

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