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ideologías…
Introducción
familiar.
Somos diferentes
Las diferencias
En el área de la comunicación, los hombres tienen metas y objetivos que los llevan a
desarrollar una comunicación directa. Generalmente buscan dejar en claro cuál es la
situación con el mínimo de palabras necesario. Suficiente con la información basada
en hechos. La mujer es motivada por la relación en sí; quiere que progrese, pero “el
proceso de desarrollo” de la relación es muy significativo para ella. Por ejemplo: él
no ve la necesidad de declarar continuamente sus sentimientos, ha dicho que la
quiere; el sentimiento no ha cambiado; no ve razón alguna para repetir la
información…
Si tomamos como ejemplo los temas del afecto y el lenguaje vemos que hay
evidencia clínica y empírica de nuestras diferencias con los hombres. No es casual
que la depresión que compromete la vida afectiva cobre más víctimas en mujeres
que en varones y que el autismo, que se caracteriza por bloquear la comunicación,
sea más frecuente en niños que en niñas. En la vida diaria, comprobamos que ellas
empiezan a hablar más temprano y mejor que los niños… y a lo largo de sus vidas
continuarán haciéndolo. Las mujeres somos en general más expresivas y habladoras.
Un estudio reciente muestra que en la vida común la mujer emplea un promedio de
7000 palabras por día mientras que los hombres no pasan de unas 2500 a 3000, en el
mejor de los casos. Y es de todos los días que de una sola ojeada encontremos lo que
se busca y captemos algo que está fuera de lugar en nuestro ambiente habitual. No
olvidar que quien encuentra la dracma perdida en la Biblia es una mujer…
Complementariedad y equilibrio
Consejo final a manera de proverbio: “antes de casarte abre bien los ojos,
porque después vas vas a tener que cerrarlos un poquito”.