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Rol N°4414-2015 Registro N°

“VALDEBENITO VARAS PATRICIA ANG ÉLICA /


SCHIAPPACASSE MATURANA CARLOS DANIEL”

Acci ón de no discriminaci ón arbitraria (L02)

Vi ña del Mar, a veintis éis de Agosto de dos mil diecis éis.

VISTOS:

A fojas 1 y siguientes, comparece doña Patricia Ang élica


Valdebenito Varas, asesora del hogar, domiciliada en avenida Re ñaca
Norte N°190, N°201, Edificio Atlantis, Viña del Mar, interponiendo
acción de no discriminación arbitraria en contra de don Carlos Daniel
Schiappacasse Maturana, médico oftalmólogo, con domicilio en avenida
Reñaca Norte N°190, departamento 181, edificio Atlantis, y con
domicilio laboral en avenida Libertad N°1405, oficina 1006, Torre
Coraceros, ambas direcciones de la comuna de Viña del Mar,
solicitando se tenga por presentada y en definitiva se declare el acto
cometido como discriminación arbitraria hacia su persona, condenando
al demandado al pago del máximo de las multas consagradas en el
artículo 12 de la Ley N°20.609, adoptando las demás providencias
necesarias para asegurar su debida protección, todo con expresa
condenación en costas. Fundando la demanda sostiene que se desempe ña
como asesora del hogar en el domicilio ubicado en avenida Re ñaca
Norte N°190, edificio Atlantis, Viña del Mar. Expresa, que durante el
tiempo que ha realizado sus labores jamás había sufrido problema
alguno con vecinos u otros trabajadores del edificio, dedic ándose
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exclusivamente a las labores que requiere a diario un hogar, siendo


testigo de su conducta su empleador junto a su familia, agregando que
dentro de sus funciones diarias se incluye el paseo a la mascota, una
perra de raza Border Collie llamada “Alai” que hace las veces de
lazarillo de una de las hijas de su empleador, y que es reconocida
dentro del edificio como un perro manso que obedece fácilmente a las
órdenes impartidas, pues se encuentra entrenada. A mayor
abundamiento y atendidas las actividades ya narradas, indica que el d ía
26 de Septiembre, al volver de pasear a “Alai”, ingres ó al ascensor
del Edificio Atlantis junto a la mascota en direcci ón al departamento
de su empleador, y a los segundos subió don Carlos Daniel
Schiappacasse Maturana, dueño del departamento 181 del Edificio
Atlantis, en compañía de sus hijas, quien sin mediar provocaci ón
alguna, y actuando de forma vehemente le empez ó a gritar “b ájate,
este no es tu lugar”, ante lo cual, únicamente atin ó a decir que hab ía
ingresado primero al ascensor, señalándole que si le molestaba su
presencia o la de la perra debía esperar el pr óximo ascensor. Advierte
que ante su respuesta, el Sr. Schiappacasse Maturana, la espeto con
virulencia “Tú no ves que las niñas le tienen terror al animal”,
afirmación ante la cual respondió siempre en buenos términos,
indicándole que el animal era inofensivo y que era lazarillo, por lo cual
estaba entranado, sin embargo, el aludido gritando le dec ía únicamente
“No bájate, tienes que subir por las escaleras porque t ú eres nana”,
respondiéndole que ella era una persona igual que él y que ten ía
derechos que no podía vulnerar, no obstante, acto seguido, el citado
empujó a sus hijas dentro del ascensor para luego ingresar él y seguir
increpándola, y en el fragor de la discusión, el demandado, en una
reacción desproporcionada digna de una persona irracional, tom ó a
“Alai” y la lanzó fuera del ascensor, así las cosas, advierte que al
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ver este acto salvaje contra un animal indefenso, sali ó del elevador
para recoger e ingresar nuevamente a la mascota, y enseguida, el
referido comenzó a empujarla gritándole “bájate tú también”,
haciendo presente además, que ante tal virulencia, se arm ó de valor y
le indicó que no se bajaría por el s ólo hecho de ser persona, logrando
ingresar al ascensor, lugar en el que éste siguió agredi éndola, delante de
sus hijas hasta llegar al piso 18 donde se baj ó junto a ellas.
Continuando su relato asevera que llegando al departamento de su jefe
le explicó a este la situación, dándole a entender la agresi ón sufrida, y
mientras la narraba, y no habiendo transcurrido m ás de 5 minutos,
apareció en el departamento de su empleador el Sr. Schiappacasse
Maturana, quien intentó explicar la situación a don Carlos Asalgado
señalándole que se había excedido en su actuar, empero, sus buenas
intenciones nuevamente decantaron en agresiones, toda vez que el
demandado comenzó nuevamente a agredirla de forma verbal indicando
que ella estaba mintiendo y que todo era un ardid de su parte, por
consiguiente, y ante tamaña falacia, fue al primer piso y solicit ó a uno
de los mayordomos del edificio que le grabara el video registrado en
las cámaras de seguridad del ascensor, pudiendo mostrarle los hechos a
su empleador, quien indignado le recomendó tomar las acciones legales
que ahora deduce. Finalmente, citando los incisos 1° y 2° del N°2
del artículo 19 de la Constitución Política de la Rep ública de Chile,
que sostienen: “La igualdad ante la ley. En Chile no hay persona ni
grupos privilegiados. En Chile no hay esclavos y el que pise su
territorio queda libre. Hombres y mujeres son iguales ante la ley. Ni la
ley ni autoridad alguna podrán establecer diferencias arbitrarias ”,
indica que en el caso en particular, queda establecido con claridad que
existió vulneración a tal norma, puesto que no existe motivo fundado
para la agresión acometida por el Sr. Schiappacasse Maturana, quien en
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su actuar irracional la zamarreó intentando sacarla del ascensor por el


único hecho de ser asesora del hogar, haciendo presente adem ás que tal
norma constitucional se ha visto reforzada por la Ley N°20.609, que
establece medidas contra la discriminación, y que ha zanjado a ños de
segregación en contra de las personas que por su género, credo, raza,
condición sexual, diferencias físicas o profesión u oficio, han sufrido de
manera injusta actos de rechazo por parte de personas o instituciones, y
que consagra en su artículo 2 la definición de discriminaci ón arbitraria,
que a la sazón indica: “Para los efectos de esta ley, se entiende por
discriminación arbitraria toda distinción, exclusión o restricción que
carezca de justificación razonable, efectuada por agentes del estado o
particulares, y que causa privación, perturbación o amenaza del
ejercicio legítimo de los derechos fundamentales establecidos en la
Constitución Política de la República o en los tratados internacionales
sobre derechos humanos ratificados por Chile y que se encuentren
vigentes, en particular cuando se funden en motivos tales como la raza
o etnia, la nacionalidad, la situación socioecon ómica, el idioma, la
ideología u opinión política, la religión o creencia, la sindicaci ón o
participación en organizaciones gremiales o la falta de ellas, el sexo, la
orientación sexual, la identidad de género, el estado civil, la edad, la
filiación, la apariencia personal y la enfermedad o discapacidad. Las
categorías a que se refiere el inciso anterior no podr án invocarse, en
ningún caso, para justificar, validar o exculpar situaciones o conductas
contrarias a las leyes o al orden público ”. Alega, en consecuencia, que
de lo consagrado en esta norma se puede apreciar claramente que el
acto realizado por el demandado de estos autos vulnera las normas
vigentes, pues se ha efectuado una distinci ón, única y exclusivamente
por su trabajo y situación socioeconómica, pues el acto irracional del
Sr. Schiappacasse Maturana apunta al hecho que, por ser asesora del
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hogar, no podía usar el ascensor sino que tendr ía que ocupar las
escaleras hasta el piso 20, pues no le correspondía tal “privilegio”.
Que notificada la parte demandada, a fojas 25 y siguientes, a
través de su representante, evacúa informe, solicitando el rechazo de la
acción de no discriminación arbitraria interpuesta en su contra. Indica,
que la acción se funda en hechos que son de público conocimiento, y a
más abundamiento, expresa que el día 26 de Septiembre reci én pasado,
su representado tuvo un serio e injustificable altercado con la
demandada, en el ascensor del Edificio Atlantis, ubicado en el barrio
de Reñaca de esta ciudad, lugar donde vive el Sr. Schiappacasse y en
el que la Sra. Valdebenito se desempeña como trabajadora de casa
particular. Expone, que cercano al mediodía el Sr. Schiappacasse se
encontraba esperando el ascensor junto a sus hijas de 6 y 5 a ños,
agregando que llevaban un buen rato aguardando, pues hab ía uno solo
disponible y las niñas venían con frío y mojadas luego de haberse
bañado en la piscina del edificio, y que al abrirse la puerta del
ascensor, se encontraron con la Sra. Valdebenito y un perro que estaba
sin bozal (a pesar de existir una prohibición en ese sentido), a ñade que
la presencia del perro provocó el llanto de la mayor de las hijas del
Sr. Schiappacasse, quien tiene fobia a los animales, situaci ón que desat ó
una violenta reacción de su representado quien inst ó a bajarse a la Sra.
Valdebenito de mala forma, para luego proceder a sacar a la fuerza al
perro e intentar hacer lo mismo con la demandante, quien se resisti ó a
ello, y que así las cosas, mientras subieron en el ascensor siguieron
discutiendo hasta que cada uno se bajó donde les correspond ía. Hace
presente que al poco rato su representado se dio cuenta de su error e
intentó pedirle disculpas a la actora quien se neg ó a ello, sosteniendo
que lo que ocurrió después ya es historia conocida a partir de la
difusión del video del altercado por las redes sociales, lo que desat ó un
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verdadero linchamiento público al Sr. Schiappacasse, que s ólo se atenu ó


luego de que éste pidiera disculpas públicas y reconociera su error.
Reconoce que lo que hizo el Sr. Schiappacasse fue un error
inexcusable, una pésima reacción cuyas consecuencias aún sufre tanto
en lo humano como en lo profesional, sin embargo, tal comportamiento
no constituye una infracción sancionable en los términos de la Ley
20.609, pues conforme a tal norma, para que se configure una
infracción es necesario que (1) Haya una discriminaci ón arbitraria; (2)
Ésta discriminación debe fundarse en motivos tales como la raza o
etnia, nacionalidad, situación socioeconómica, idioma, ideolog ía u opini ón
política, la religión o creencia, la sindicación o participaci ón en
organizaciones gremiales o la falta de ellas, el sexo, la orientaci ón
sexual, la identidad de género, el estado civil, la edad, la filiaci ón, la
apariencia personal y la enfermedad o discapacidad; y (3) La
discriminación debe provocar una privación, perturbación o amenaza en
el ejercicio legítimo de los derechos fundamentales establecidos en la
Constitución Política de la República o en los Tratados Internacionales
sobre derechos humanos ratificados por Chile, requisitos que en la
especie no se cumplen porque (A) No ha habido discriminaci ón alguna;
(B) Ninguna actuación fue motivada por la situación socioecon ómica de
la demandante; y (C) No ha habido afectación de derechos
fundamentales. A mayor ahondamiento expone, en cuanto a lo indicado
en la letra (A) que los hechos relatados son sin duda reprochables,
pero no por ello constituyen un acto de discriminaci ón, lo que ocurri ó
–agrega- fue un altercado entre dos personas por el uso del ascensor,
en la que una de ellas, su representado, perdi ó indebidamente el
control. Expone que la única discriminación posible habría sido la del
uso del ascensor, sin embargo, no se aprecia actitud discriminatoria
alguna, por cuanto su representado no tenía ni tiene autoridad alguna
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para decidir quién lo usa o no, y que lo que él pretendi ó, de mala


manera y probablemente sin razón, fue subir al ascensor sin la
presencia de un perro que asustara a una de sus hijas, para evitar que
ella siguiese llorando, lo cual no constituye un acto de discriminaci ón
de los que busca tutelar la conocida Ley Zamudio. A su vez, en
cuanto a lo expuesto en la letra (B) sostiene que no es efectivo lo
expuesto por la Sra. Valdebenito, en el sentido que la misma no deb ía
subir al ascensor porque era una “nana”, haciendo presente que si se
pone atención al video, los tiempos no dan para un di álogo tan largo
como el que se relata, y que más allá de eso, la discusi ón nunca
incluyó referencia alguna a la situación socioeconómica ni laboral de la
Sra. Valdebenito, sino sobre la presencia de un perro sin bozal en el
ascensor. Y en cuanto a lo señalado en la letra (C), aclara que el
artículo 2° de la Ley 20.069 establece una exigencia que se podr ía
considerar de doble afectación para configurar un acto de no
discriminación arbitraria, pues exige que haya una discriminaci ón
arbitraria, pero, además, que esta discriminación provoque una
privación, perturbación o amenaza en el ejercicio legítimo de un
derecho fundamental. Luego –añade- sobre la afectación al derecho
fundamental la demandada no se pronuncia, no invoca derecho alguno
afectado para configurar la discriminación arbitraria en los t érminos
que indica el mencionado artículo 2°, por lo que la acci ón en todo
caso debe ser desestimada.

A fojas 33, el Tribunal llama a las partes a conciliaci ón, la cual


no se produce, recibiendo la causa a prueba por el t érmino legal,
fijando como hecho sustancial, pertinente y controvertido el que all í se
indica.

A fojas 48, el Tribunal citó a las partes para oír sentencia.


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CONSIDERANDO:
PRIMERO: Que cabe apreciar la prueba conforme a las reglas
de la sana crítica.
SEGUNDO: Que el artículo 2° de la Ley N° 20.609, al
definir la discriminación arbitraria, señala que para los efectos de esta
ley, se entiende por discriminación arbitraria toda distinción, exclusi ón o
restricción que carezca de justificación razonable, efectuada por agentes
del Estado o particulares, y que cause privación, perturbaci ón o
amenaza en el ejercicio legítimo de los derechos fundamentales
establecidos en la Constitución Política de la República o en los
tratados internacionales sobre derechos humanos ratificados por Chile y
que se encuentren vigentes, en particular cuando se funden en motivos
tales como la raza o etnia, la nacionalidad, la situaci ón socioecon ómica,
el idioma, la ideología u opinión política, la religi ón o creencia, la
sindicación o participación en organizaciones gremiales o la falta de
ellas, el sexo, la orientación sexual, la identidad de g énero, el estado
civil, la edad, la filiación, la apariencia personal y la enfermedad o
discapacidad.
TERCERO: Que a su vez el artículo 4° de la referida ley N°
20.609, referida a la Legitimación activa, establece que la acci ón podr á
interponerse por cualquier persona lesionada en su derecho a no ser
objeto de discriminación arbitraria, por su representante legal o por
quien tenga de hecho el cuidado personal o la educaci ón del afectado,
circunstancia esta última que deberá señalarse en la presentación.
CUARTO: Que el N° 2° del artículo 19 de la Constituci ón
Política de la República, establece que asegura a todas las personas la
igualdad ante la ley, señalando que en Chile no hay persona ni grupo
privilegiados y en Chile no hay esclavos y el que pise su territorio
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queda libre, añadiendo que hombres y mujeres son iguales ante la ley
y ni la ley ni autoridad alguna podrán establecer diferencias arbitrarias.
QUINTO: Que la parte demandante, esto es, doña Patricia
Valdebenito Varas, expresa en su demanda que se desempe ña como
Asesora del Hogar en el domicilio ubicado en avenida Re ñaca Norte
N° 190, Edificio Atlantis, comuna de Viña del Mar, para don Carlos
Asalgado, precisando que dentro de sus funciones diarias, se incluye el
paseo a la mascota, una perra de raza Border Collie, llamada “Alai”,
que hace las veces de lazarillo de una de las hijas de su empleador y
que es reconocida dentro del edificio como un perro manso que
obedece fácilmente las órdenes impartidas, pues la misma se encuentra
entrenada, precisando que el día 26 de Septiembre de 2015, volvi ó de
pasear a “Alai” e ingreso al ascensor del Edificio Atlantis, junto a la
mascota, en dirección al departamento de su empleador y a los
segundos, sube don Carlos Daniel Schiappacasse Maturana, due ño del
departamento 181 de dicho edificio en compañía de sus hijas, el cual
sin mediar provocación alguna y actuando de forma vehemente, le
empieza a gritar “Bájate este no es tu lugar…”, ante lo cual
únicamente atinó a decir que había hecho ingreso primero al ascensor,
señalando que si le molestaba su presencia o la de la perra, deb ía
ingresar al próximo ascensor, ante cuya respuesta el se ñor Schiappacasse
Maturana, la espetó con virulencia “Tu no vez que las ni ñas le tienen
terror al animal”, ante su afirmación, le respondió siempre en buenos
términos que el animal era inofensivo y que era lazarillo por lo cual
estaba entrenado, sin embargo el gritando le decía únicamente “¡No
bájate, tienes que subir por las escaleras porque tu eres Nana!”, a lo
cual, únicamente respondió que era una persona igual que él y que
tenía derechos que no podía vulnerar y acto seguido, empuja a sus
hijas dentro del ascensor para luego ingresar él y seguir increp ándola,
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agregando que así y en el fragor de la discusión, el demandado tuvo


una reacción desproporcionada digna de una persona irracional, ya que
tomó a “Alai” y la lanzó fuera del ascensor, viendo este acto salvaje
en contra de un animal indefenso, salió del elevador para recoger e
ingresar nuevamente a la mascota y acto seguido comenz ó a empujarla
gritándole “Bájate tú también…” y ante su virulencia, se arm ó de
valor y le indicó que no se bajaría por el sólo hecho de ser persona y
acto seguido logró ingresar al ascensor donde el tipo sigui ó agredi éndola
delante de sus hijas hasta llegar al piso 18 donde se baj ó junto a ellas.
SEXTO: Que la parte demandada, esto es, Carlos Daniel
Schiappacasse Maturana, al evacuar el respectivo informe, por
intermedio de su abogado, don Felipe Gorigoitia Abott, expresa que
cercano al mediodía se encontraba con sus hijas de 6 y 5 a ños,
esperando el ascensor y llevaban un buen rato aguardando, pues hab ía
uno sólo disponible y las niñas venían con frío y mojadas luego de
haberse bañado en la piscina del Edificio y al abrirse la puerta del
ascensor, se encontraron con la Sra. Valdebenito y un perro, que estaba
sin bozal, a pesar de existir una prohibición en ese sentido, agregando
que la presencia del perro provocó el llanto de la mayor de sus hijas,
la cual tiene fobia a esos animales y su llanto desat ó una violenta
reacción de su parte e instó a bajarse a la se ñora Valdebenito de mala
forma, para luego proceder a sacar a la fuerza al perro e intentar
hacer lo mismo con la demandante, quien se resisti ó a ello, para luego
subir por el ascensor discutiendo, hasta que cada uno se baj ó donde
correspondía y al poco rato se dio cuenta de su error e intent ó pedirle
disculpas a la actora, quien se negó a ello.
S ÉPTIMO : Que a fojas 41, se llevó a efecto la audiencia de
percepción de un documento electrónico que contiene la grabaci ón de
lo ocurrido el 26 de Septiembre de 2015, en el ascensor del Edificio
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Atlantis y si bien no registra audio y lo acontecido se refleja tambi én


en el espejo del ascensor, se puede apreciar claramente que la
accionante ingresó primero al elevador, cerrándose la puerta, y acto
seguido, dicha puerta se abre e ingresa el demandado, el cual luego
de coger a la perra lazarillo, la expulsa en forma violenta del ascensor
y luego trata de hacer salir con un brazo a la accionante, lo que no
logra.
OCTAVO: Que la parte demandada, esto es, Carlos Daniel
Schiappacasse Maturana, al evacuar su informe reconoce que inst ó a
doña Patricia Valdebenito Varas a bajarse del ascensor de mala forma,
para luego proceder a sacar a la fuerza al perro e intentar hacer lo
mismo con la parte demandante, quien se resistió a ello, aconteciendo
que resulta fuera de dudas que la parte demandada identificó
claramente a la parte demandante como una Asesora del Hogar, la cual
según se aprecia en el documento electrónico vestía, un delantal propio
de su digno oficio, lo que posesionó a la parte demandante, imbuido
por un clasismo tan propio como injusto de un segmento de la
sociedad, a sentirse injustamente en una categor ía socioecon ómica
superior a la de la accionante, llegando al extremo no s ólo de sacar a
la fuerza al perro sino también a doña Patricia Valdebenito Varas, vale
decir, pretendía que la accionante no permaneciera en el ascensor,
reacción que factible resulta concluir habría sido diferente si hubiese
sido el dueño del perro quien hubiese estado en el ascensor, actitud
violenta que se debió a la situación socioeconómica de la afectada y
que involucra una perturbación en el ejercicio legítimo de un derecho
fundamental establecido en la Constitución Política de la Rep ública, en
especial el consagrado en el N° 2 del artículo 19 de la Carta Magna,
esto es el de igualdad ante la ley, en el sentido de no establecer
diferencias arbitrarias en el trato de las personas, seg ún su situaci ón
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socio-económica, resultado útil añadir que no se discute que la hija de


la parte demandada haya tenido fobia a los canes, pero seg ún se
aprecia en el documento electrónico no hubo ninguna acci ón de
agresividad de la perra lazarillo hacia la menor ni a su padre, incluso
cuando dicho can fue expulsado violentamente del ascensor, tampoco
reaccionó en forma agresiva, por lo demás el demandado pudo
perfectamente esperar el regreso del ascensor.
NOVENO: Que en consecuencia, habiendo incurrido la parte
demandada en una discriminación arbitraria respecto de la Asesora del
Hogar, doña Patricia Angélica Valdebenito Varas, cabe dar lugar a la
acción ejercitada en la forma que se indica en la parte resolutiva de la
presente sentencia.
D ÉCIMO : Que en nada modifican las conclusiones a que se han
llegado en la presente sentencia la documentaci ón acompa ñada bajo los
numerales 1, 2 y 3 del primer otrosí de fojas 1 y siguientes por la
accionante, consistente en copias de los portales de noticias Soy
Valparaíso, Radio Bío Bío y Epa News como así tampoco la
documentación acompañada por las partes a fojas 38 y que se refieren
a reportajes periodísticos.
?Y de conformidad con lo dispuesto en los artículos 2, 3, 4, 12 de la

Ley N° 20.609; 19 N° 2 de la Constitución Política de la Rep ública,


se declara:
?Que ha lugar, con costas, a la acción de no discriminación, ejercitada

en lo principal de fojas 1 y siguientes, en cuanto se declara que la


parte demandada ha incurrido en una discriminación arbitraria respecto
de la Asesora del Hogar, doña Patricia Angélica Valdebenito Varas,
aplicándosele a don Carlos Daniel Schiappacasse Maturana una multa de
30 Unidades Tributarias Mensuales, a beneficio fiscal.
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?Regístrese, Notifíquese personalmente o por cédula y Archívese.


??

Dictada en causa civil Rol N° 4414-2015 por don Miguel


Montenegro Rossi, Juez Titular. Autoriza do ña Adriana
Hern ández Gromelle, Secretaria Titular .

En Vi ña del Mar, a veintis éis de Agosto de dos mil diecis éis se


anotó en el estado diario de hoy el hecho de haberse dictado sentencia.

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Este documento tiene firma electrónica


Miguel Antonio Montenegro Rossi Adriana Julia Hernandez Gromelle y su original puede ser validado en
Fecha: 26/08/2016 16:45:37 Fecha: 26/08/2016 16:49:59 http://verificadoc.pjud.cl o en la
tramitación de la causa.

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