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“La paz os dejo, mi paz os doy; no os la doy yo como la da el

mundo”. “Que no tiemble vuestro corazón ni se acobarde. “Me Como dice el Papa Francisco, es una paz que: “La persona que vive esta
voy y vuelvo a vuestro lado”. (Jn 14,27-31) paz nunca pierde el sentido del humor, se ríe de sí misma, de los demás,
incluso de su propia sombra. Se ríe de todo…”. Posee “ese sentido del
“La paz “don prometido por Jesús”. “La persona que vive esta humorismo que es tan cercano a la gracia de Dios”. Oigámoslo bien: “la
paz nunca pierde el sentido del humor, se ríe de sí misma, de paz del buen humor”.
los demás, incluso de su propia sombra. Se ríe de todo…”
Posee “ese sentido del humorismo que es tan cercano a la Es posible que, durante este tiempo, más de una vez, hayamos perdido el humor, la alegría, la paz del corazón.
gracia de Dios”. (Papa Francisco) No somos inmunes a estos estados de ánimo. Pero Jesús quiere devolvernos “su paz”. Paz en familia.
Paz en la vida de la pareja. Paz en la relación padres e hijos. Paz con nuestros ancianos. Paz con los vecinos
En cada Misa, antes de la comunión el sacerdote recita y que molestan. Paz con todos.
recuerda este don que Jesús nos dejó. “Mi paz os dejo, mi paz
os doy”. “no os la doy como la da el mundo”. No es como la paz Y no olvidemos la paz de nuestros corazones con Dios. Limpiando nuestro corazón de todo resentimiento,
del mundo. Una paz basada en convenios. En concesiones De todo odio o rencor y enemistad. Llenándolo de su gracia. Y llenándolo de su amor.
mutuas. En armisticios que no se cumplen. Una paz que puede
silenciar, por un momento, las armas. Pero que no silencia el El que vive en gracia y vive en el amor, “vive en paz”. Y vive “la alegría y el humor” que es una señal de gracia.
resentimiento de los corazones. Una paz externa. Pero no la
paz de los corazones. ¿Conoces la oración del buen humor de Santo Tomás Moro? Aquí te la dejo. Rézala hoy.

Jesús quiere ofrecernos y regalarnos “su paz”. La paz que


“Concédeme, Señor, una buena digestión, y también algo que digerir.
silencia los odios y despierta los encuentros.
Concédeme la salud del cuerpo, con el buen humor necesario para mantenerla.
La paz que silencia las enemistades y despierta las amistades.
La paz que silencia las condenas y despierta los perdones. La
Dame, Señor, un alma santa que sepa aprovechar lo que es bueno y puro, para que no se asuste ante
paz que silencia los distanciamientos y despierta las cercanías.
el pecado, sino que encuentre el modo de poner las cosas de nuevo en orden.
Jesús no nos deja la “paz de las armas”. Jesús nos deja la “paz
Concédeme un alma que no conozca el aburrimiento, las
de los corazones”. Jesús nos deja la “paz del amor y la
murmuraciones, los suspiros y los lamentos y no
reconciliación”. Es una paz no “como la del mundo”, que se
permitas que sufra excesivamente por ese ser tan dominante
mantiene mediante una “guerra fría”. Jesús nos deja “su paz”
que se llama: Yo.
que es la de los corazones “que aman”. Es una paz que “abraza”. Es una paz que “libera” los corazones.

Dame, Señor, el sentido del humor. Concédeme la gracia de


Por eso, es una paz que nos llena de alegría. Una paz que nos llena de serenidad. Una paz que nos llena de
comprender las bromas, para que conozca en la vida un poco
tranquilidad. Una paz que nos llena de bondad.
de alegría y pueda comunicársela a los demás. Así sea”.

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