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CLINICA DE ADULTOS – LOMBARDI – 1º CUATRIM 2012 – PROF FRYDMAN

DESGRABACIONES DE LOS TEORICOS (TODOS)

Teórico 1

El eje de la Orientación psicoanalítica es la ARTICULACIÓN en el campo del PSA de una CONCEPCIÓN DETERMINISTA
del sujeto vs un campo posible para lo ELECTIVO, tanto en la producción, en su mantenimiento y en su resolución (la
elección).
Siguiendo a Freud: dice que el sujeto está sobre determinado, o sea, la historia va dejando marcas, improntas, etc.,
que son Inconscientes y determinan las futuras elecciones amorosas, pero también determinan la predisposición a
contraer neurosis (del tipo que sea) o psicosis. O sea que estas marcas, estas improntas dejan lugar a la posibilidad
de una elección.
Esta posición coincide con la lectura que podemos hacer de Lacan, que plantea que la psicosis está apoyada,
sostenida, por la teoría de la forclusión del significante del nombre del padre, que supone que hubo la inscripción de
un significante que funciona como significante de la ley en relación con todos los otros significantes, o no se inscribió
ese significante. Es decir que ahí también tenemos una concepción determinista de la constitución del sujeto. Se te
inscribió el significante, sos un neurótico, no se te inscribió el significante, sos un psicótico.
Pero tanto en Freud como en Lacan esta concepción determinista de la constitución del sujeto, de las vías del goce,
sus condiciones de amor, lo pulsional, la predisposición al sujeto, su constitución y mantenimiento, se acompaña
también de otra vertiente que es lo electivo. A esta determinación se le suma la elección del sujeto. Hay una
participación del sujeto en esa determinación, no es sin su participación.
Como ejemplo, tenemos la teoría freudiana del conflicto sin la cual no habría sujeto, es la confrontación de una
marca y la posición del sujeto, algo que se opone a cierto modo de realización o goce o una determinación de un
significante. Si no, no habría conflicto: algo que se opone a algo. Si hay conflicto estamos poniendo en juego al
menos 2 elementos.
Este será el eje que seguirá c/u de las unidades, x ej., la unidad 1, que está referida al método freudiano, tiene un
subtítulo que tiene que ver con la libertad asociativa, es decir, que uno podría asociar, y la regla fundamental del
PSA es la asociación libre, y veremos cómo esta Asociación Libre no es tan libre porque está determinada. Nos
tendríamos que preguntar si esa asociación es libre o si esa libertad está restringida por esa determinación, en tanto
en el Inconsciente hay ciertos significantes, ciertas vías que permiten que emerjan ciertos significantes, ciertas
historias y no otras.

Unidad 1 – Método Freudiano


¿Qué es la clínica?
Este término da lugar a malentendidos, porque atender pacientes es diferente a hacer clínica. La noción de clínica
surge más tarde, cuando ya había mucha gente atendiendo pacientes. Surge en el seno de la medicina. Una cosa es
atender pacientes, y otra cosa es, a partir de la experiencia de atender a alguien, hacer clínica.
Lacan en Apertura de la sección clínica dice: que CLÍNICA es DISCERNIR cosas que IMPORTAN a partir de la
EXPERIENCIA. O sea que es sobre esa experiencia de atender al paciente, que se discierne aquello que importa.
Aquello que se discierne como cosas que importan, después, retroactivamente volverán sobre la experiencia. Pero
1º se trata de una operación de discernimiento. DISCERNIR quiere decir distinguir algo de otra cosa, y además se
trata de señalar las diferencias entre estas cosas.
Entonces, LA CLÍNICA ES UNA OPERACIÓN DE UNA CONSTRUCCIÓN SIMBÓLICA, DE CONSTRUIR UN SABER
RESPECTO DE ESA EXPERIENCIA DE ATENDER A UN PACIENTE. Elucubración/producción de saber s/ la experiencia
que se vuelca s/ la experiencia, dando lugar a una nueva experiencia.

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El ENCUENTRO con aquel que sufre, y a posteriori el “HACER CLÍNICA”, QUE ES UNA ELUCUBRACIÓN, UNA CIERTA
PRODUCCIÓN DE SABER RESPECTO DE ESA EXPERIENCIA. Esa producción de saber retroactivamente, modificará a la
experiencia, y tendremos una práctica diferente, una experiencia diferente.
Cuando estudiaron Freud, vieron que empezó con la hipnosis, a partir de la cual reflexionó e hizo una reformulación.
Y así se va armando un circuito que nunca se acaba porque esta clínica no puede subsumir a ese real que es la
experiencia. Es decir que no se puede producir una clínica absoluta, porque es un circuito que va produciendo
nuevas construcciones de saber. Tanto en Freud como en Lacan se van produciendo modificaciones en las teorías
que provienen de las elucubraciones que se dieron en la clínica, se fue construyendo un nuevo saber que se dio por
estas reflexiones.
Esta diferencia es fundamental. Clínica implica ese CONJUNTO DE CONSTRUCCIONES DE SABER, ese rigor discursivo
en el cual entra el padecimiento del sujeto. Se hace clínica desde el momento en que el sufrimiento del sujeto entra
en un campo de un rigor discursivo.
La clínica, cuyo origen está en la medicina, está integrada como método por diversas operaciones:
1º observar el padecimiento del sujeto, correlacionar esos padecimientos
2º clasificarlos, que posibilitarán el
3º diagnóstico
Estas 3 operaciones tienen que ver con la construcción de saber de la que veníamos hablando. Es distinto decir que
el sujeto tiene fiebre, a decir que tiene fiebre y unas ampollitas de color x, lo que nos permite concluir que es una
varicela.
La clínica produce un saber que no es vacío, porque se relaciona con el 2º elemento fundamental de la clínica que es
el PRONÓSTICO, el desarrollo de esa enfermedad y que determina cuál es el tratamiento más adecuado.
O sea que la clínica tiene 2 vertientes:
 Construcción de saber
 Proveer elementos para encarar el padecimiento, le da al practicante la dimensión de poder hacer algo
con ese padecimiento, caso contrario, todo el saber de la clínica no serviría para nada si no pudiera
intervenir de alguna manera para incidir sobre el desarrollo de ese padecimiento.
La clínica médica tiene como 1º operación la observación, la mirada médica, se observa al paciente, el desarrollo de
la enfermedad.
Foucault dice que hay un momento en que se produce un viraje en la clínica: un viraje que va de la clínica de la
mirada (al paciente) a otra clínica que se apoya en la palabra. En principio, todas las terapias psi se apoyan en la
palabra y por lo tanto, lo importante es lo que se dice. En las terapias que se basan en la palabra, no es importante la
mirada, sino que tiene más relación con la escucha, con lo que el paciente dice. Se trata del decir del paciente.
Podemos subdividirlas en 2 posiciones, y esto se relaciona con el 2º punto del programa sobre las actitudes básicas
del oyente. O sea qué puede hacer un oyente cuando está frente a un hablante. Una de las actitudes puede ser
objetivar, en el mismo rango ponemos a la comprensión, OBJETIVACIÓN DEL PACIENTE. La otra actitud, por el
contrario a esta posición, se trata de DARLE LA PALABRA AL OTRO y en lugar de comprenderlo, se trata de
escucharlo.
Entonces tenemos 2 posiciones respecto a qué puede hacer uno al escuchar.
Terapias → palabra → oyente → ≠ actitudes
Objetivar al otro: se basa en la clásica división que viene desde Descartes, entre sujeto y objeto. El sujeto es el
practicante, el psicólogo, el que sabe. El paciente es el objeto que se presenta a decir lo que le pasa. Aún con la
palabra, se puede objetivar al otro. Cuando se ponen nombres o rótulos a lo que le pasa al otro, “lo que a vos te
pasa es...”, “esto es por esto y por aquello”, se está objetivando al otro, se lo trata como objeto. Casi es la misma
relación que tiene el médico con su paciente, está en el lugar de objeto (me duele la panza, a ver... hagamos una
ecografía, toma tal remedio, pero mira que a mi me pasa. no importa, toma esto y me cuentas como andas en 1
semana). No importa lo que le ocurre al sujeto, no importa la subjetividad del padecimiento, importa el órgano
afectado, importa el dolor y porqué funciona mal el órgano. Esto mismo se puede hacer con un paciente en
psicología. Escuchando. Se puede escuchar algo que viene de un objeto (el paci ente) que está hablando y está
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relatando el marco o las condiciones de su padecimiento. Se pone al paciente en el lugar de objeto – poner rótulos a
lo que le pasa al otro.
En el texto de Lacan Mas allá del Principio de realidad, en el titulo de “revolución del método freudiano”, Dice que
los médicos desprecian la realidad psíquica del sujeto,  es un órgano enfermo y hay que ponerlo a funcionar
nuevamente y no un sujeto que sufre.
Lo que Freud introdujo en el campo de la cultura, y de la medicina, como 1º signo de su sumisión a lo real
(entendiendo lo real en un sentido más amplio, vinculado a la realidad psíquica) la sumisión freudiana a la realidad
psíquica, fue no excluir el testimonio del paciente que daba respecto de los fenómenos que lo aquejan. El invento
freudiano fue dejar hablar al paciente, dejarlo hablar de aquello de lo que sufre y de aquello que aparentemente no
tiene nada que ver pero que después se concatena con el sufrimiento. Entonces, Freud ya lo planteaba, recomienda
no excluir el relato, el testimonio de lo que le pasa al sujeto, el testimonio que da el paciente sobre su sufrimiento.
¿Porque los médicos no quieren escuchar, porque tienen ese desprecio a la realidad psíquica? Lacan supone que se
debe a un prejuicio médico, pero que en realidad es un prejuicio que nos ataca a todos. Este prejuicio se refiere a
que lo psicológico se refiere a lo ilusorio. Ej. Cuantas veces le decimos a un amigo “dejate de joder, vos no tenes
nada”. Estamos en el orden del desprecio, de la banalización del sufrimiento psíquico, porque creemos que si es
psíquico es un mal menor, es ilusorio, y que con unas palabras se puede curar o aliviar. En cambio el sujeto real,
médico, el “verdadero”, ese que no es el ilusorio, solamente puede ser llegar a ser psicológico en apariencia. Cuando
es verdadero (en este planteo) cuando uno ve la gravedad, y si tiene algo de psicológico es solo en apariencia, pero
el real, la gravedad pasa por otro lado. Esto es un prejuicio que lleva a dividir los sujetos entre reales (graves) y los
inventados (de ficción, de mentirita). Esta división ya ubica al practicante en una elección. Lacan dice que Freud
suspendió esta división, la elección de si es psicológico o no. Y Freud dijo que no podemos elegir ya que en principio
no se sabe qué es, no sabemos, no tenemos elementos para determinar si ese síntoma es asequible a nuestro
tratamiento o no. Entonces, además de no elegir, debemos ajustarnos lo más estrictamente posible a las
condiciones del relato, a qué es lo que el paciente dice.

Lacan toma la innovación de Freud, que es incluir el testimonio del paciente y no “elegir” qué es lo que sirve y qué es
lo que no sirve, que se respete el testimonio del paciente sobre lo que le sucede.
Lacan dice, como TESTIMONIAR, como recibir el testimonio del paciente, tiene que ver con esa orientación de la
clínica que corresponde a “darle la palabra al otro”, al paciente y escuchar esa palabra.
Del otro lado, en la otra clínica tenemos el objetivar al paciente y comprenderlo. Objetivar se entiende como
reducir al paciente a un órgano (en medicina), y en lo psicológico reducirlo a un conjunto de síntomas (como en el
ejemplo del ataque de pánico). ¿Qué tiene de malo comprender? ¿Por qué la comprensión entra en el mismo plano
que la objetivación? Si uno para tratar al paciente debería entender lo que le pasa. Para esto se introduce el texto de
Lacan, Discurso a los psiquiatras.

Lacan: Discurso a los psiquiatras (Bibliografía optativa)


Sobre la comprensión y una crítica a esto.
COMPRENSIÓN, noción que proviene de Jaspers, y parte de otro prejuicio: que los seres humanos somos
tranparentes, uno puede llegar a comprender al otro porque el otro es transparente. Pero, si uno mismo no lo es,
porque no conocemos nuestro propio Inconsciente, deseos, ni de lo que lo determina, etc. Si uno no es
transparente a sí mismo, ¿cómo el otro podría serlo? ¿Cómo llegar a comprender al otro en ese marco de la ilusión
de transparencia, más allá del telón de las palabras?
Comprender es un empuje que todos tenemos, queremos hacernos comprender, y es algo que vemos todos los días,
que alguien se quiere hacer comprender, yo tratando de que ustedes me comprendan en lo que les estoy
transmitiendo, un amigo, un paciente, cuando hablan. Confundimos comprender con entender, por ejemplo: la frase
coloquial “a ver si nos entendemos”. Todo el mundo espera que el otro “entienda”. Es decir que si estamos de
acuerdo en que no podemos “entendernos”. Por ej. El hombre de las ratas, “estoy mal porque se murió mi papa...”,
pobre tipo! Claro, está mal porque se le murió el padre... No! Esta mal porque quería que se muriera el padre! Tenía
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intensísimos deseos de muerte del padre. ¿Cómo uno podría decir a priori que el otro está mal porque se murió el
padre? La introducción del malentendido, y decir “no, no entiendo nada” y hacerlo hablar, seguir sosteniendo esa
palabra, Lacan diría, que eso haría barrer las falsas comprensiones que tenemos. Si barremos esa falsa comprensión,
no es un estatuto más elevado de la comprensión. Es el punto donde se abriría esa puerta a aquello que entendemos
que es la dimensión del Inconsciente. ¿Qué es la dimensión del Inconsciente? Es darse cuenta que cuando uno
habla no sabe lo que dice. Yo se que hablo, pero no sé qué digo. Entonces, en ese punto, objetivar y comprender
van en la misma vía, porque cuando uno comprende al otro lo está objetivando, lo está clausurando en un
determinado lugar, sin entender de que en realidad se trate de otra cosa. Piensen sino en el caso de Dora,
embroncada con que el padre andaba con la Sra. K, indignada porque el padre tenía una relación extramatrimonial
con la Sra. K. ¿Era ese el problema? Sabemos que llega a un deseo de ella con la Sra. K. Entonces no estaba celosa de
la Sra K. La otra mujer era la vía para la búsqueda de su propio deseo. En el caso Dora, la Sra. K era la vía para
acceder a su propio deseo. No era el padre el problema. En el caso del hombre de las ratas, dolor por la muerte del
padre cuando en realidad era el deseo de la muerte del padre.
Entonces, todos somos prejuiciosos, y todos tendemos a caer en comprender al otro, son falsas comprensiones, en
tanto el paciente se comprende a sí mismo como nosotros creemos comprenderlo. Y esto lo vemos en todas partes,
todo el mundo se siente autorizado a comprender y a interpretar psicológicamente al otro, se ve en las revistas, en
los programas de TV. Son falsas comprensiones.
Lacan, en La dirección de la cura, menciona a la CONTRATRANSFERENCIA como los prejuicios del mismo
practicante. Y en esto que estamos hablando, prejuicios son las falsas comprensiones. “Esto te pasa por esto, y
aquello otro por eso, etc.”.

(Comprender → falso → barrer con esa falsa comprensión → ¿da un saber superior? → NO → porque lo está
objetivando al otro)

Lacan dice que hablamos pero no sabemos lo que decimos. Prejuicio del practicante → las falsas comprensiones.

Lacan: “Discurso de apertura de la sección clínica”


La clínica es Discernir cosas que importan. Esto es para las terapias que usan la palabra.
La clínica tiene una base: es LO QUE SE DICE en un psicoanálisis (no sólo la palabra, también los gestos y los
silencios). ¿Es decir de quién? ¿Del paciente, del analista? Ese DECIR QUE SE PRODUCE EN LA EXPERIENCIA es la base
de la clínica.
¿Qué es lo que se dice? ¿Qué es lo que se oye de lo que se dice? Significaciones, sentidos, (ideas, conceptos, frases,
declaraciones, etc). Heiddeger dice que se escucha lo que es más lejano, (ruta de cómo se arma un significado)
¿Qué hacemos con eso que se dice? Hay 2 textos sobre esto, uno el de Freud, Cap. 4, El trabajo del sueño: es un
planteo sobre lo que se hace con lo que se dice. Está hablando del sueño, para nosotros también son los síntomas y
podríamos equiparar sueños y síntomas como formaciones del Inconsciente. El desarrollo de Freud nos sirve para
ver qué es lo que se dice en un sueño y qué se dice en un síntoma.
¿Qué se hace con lo que se dice? Freud diferencia contenido manifiesto del contenido latente/Inconsciente, va de
lo que se dice al contenido del sueño. De lo manifiesto al contenido latente.
El contenido manifiesto es el enunciado, el recuerdo, el relato del sueño. Freud se pregunta cómo se puede llegar
desde el contenido manifiesto del sueño al sentido del sueño, que eso es lo que él busca. Dice que es algo que se
tiene que interponer entre el manifiesto y el significado, y dice que es necesario adjuntarle los pensamientos del
sueño, el contenido latente del sueño, que advienen por vía de la asociación libre. Es muy importante esto, porque
rompe con la equivalencia entre el signo, la imagen y su significado directo. No es por vía de la imagen que vamos a
llegar al significado, sino que es necesario agregarle algo más. No hacemos la interpretación de la imagen, hacemos
la interpretación desde ese otro material, el contenido latente, y cuando el S1 se articule con el S2,
retroactivamente se producirá el sentido del sueño.

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Contenido manifiesto → Contenido latente

Asociacion libre
Sentido - Significado
retroactivamente
 Articulado a
S1 S2

Cuando el S1 se articula al significante del S2, se produce el SIGNIFICADO. El que interpreta es el paciente,
interpreta las imágenes del contenido manifiesto. El paciente es el que produce la asociación libre, y por eso
decimos que el psicoanalista no es el que sabe, porque la asociación libre es del paciente.
Por eso Freud dice que no hay que tomar al sueño como una pictografía, e interpretarlo como una imagen. No hay
que tomarlo como 1 imagen e interpretarlo como tal, hay que interpretarlo por una analogía con la imagen.

Sino que ese significado va a depender de una referencia signante. Llegar a esta referencia significante, lo lleva a su
método de interpretación, que en principio significa romper el todo del sueño, fraccionarlo, y reemplazar cada
figura por una silaba, o palabra, que aquella sea capaz de figurar según una referencia significante, una referencia
cualquiera. Es una relación cualquiera, no es una relación con la imagen, o una relación alegórica. Ej. Gordo no es = a
rico, gordo puede ser cualquier cosa, menos rico.

Referencia signante es una relación cualquiera, ARBITRARIA, tal como lo planteaba Saussure, que entre un
significante y un significado hay una relación cualquiera.
Entonces Freud dice, “no tomen como imágenes” y lo veremos en el sueño de Irma, no es Irma, puede ser cualquier
cosa, menos Irma.

Teórico 2

Retomamos la unidad 1
La clínica era el discernir lo importante. Y situamos la diferencia entre practicar y discernir:
Práctica → experiencia

Clínica → reflexión s/ experiencia.

O sea es la operación de producción de un cierto saber, de un cierto discurso respecto de la experiencia que es la
situación que es el encuentro entre el padeciente y el practicante que decide acoger esa demanda.

Freud en la Conferencia 32 también hay una referencia a la clínica: se da en toda construcción científica, se trata de
la construcción de conceptos que echen luz s/la materia bruta de la experiencia, en alguna medida caótica, donde no
hay un saber operando, salvo a nivel de los prejuicios que operan tanto en el practicante como en el paciente.
Lacan en Apertura de la sección clínica: la clínica consiste en discernir cosas que importan. El discernir apunta a
elucubrar, producir un cierto saber.
Y del resultado, en lo que concierne al método que proviene de la clínica médica, va a dividir la experiencia, de la
terapéutica y la clínica.
Método: 1 – la experiencia
2 – Terapéutica 3 ordenes diferentes de la operación de discernimiento
3 – Clínica

1) la experiencia, es el momento del encuentro de la práctica, entre el analista y el paciente


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2) la terapéutica es la posibilidad de establecer una acción de intervención posible, para que se modifique en algo el
padecimiento del paciente.
3) clínica: es una elucubración de saber, es la construcción de un discurso respecto de ese dispositivo de experiencia
de práctica y de terapéutica.
Las clínicas no son todas iguales, tienen diferentes formas de ser encaradas, enfocan su práctica de diversas
maneras.
En medicina: la clínica médica no solo se refiere a la práctica de los médicos, también pueden incluirse los
psicólogos, ya que se trata de convertir al sujeto en un objeto de estudio, el paciente es un sufrimiento
deambulante, y es a ese sufrimiento al que se dirige el practicante. El paciente es un objeto, el saber lo tiene el
médico / psicólogo, es el que sabe lo que hay que hacer con ese objeto de estudio. Y el modo de abordaje de ese
saber es la comprensión. Hablar de comprensión del padecimiento del otro, del síntoma, implica un ideal de
transparencia, suponer que el otro es transparente. Y ahí aparece la crítica de Lacan en Discurso a los psiquiatras,
donde dice: “si no somos transparentes para nosotros mismos, cómo podría e l otro sernos transparentes?”. Esa
comprensión es una ficción en donde interviene una identificación especular, o sea uno le expone al paciente lo que
uno cree que le pasa al paciente, porque el paciente no es para nada transparente. Entonces, en esta clínica:
El ideal → es la transparencia. Busca la compresión.
El Operador → es la identificación especular
La materialidad de esta operación → es el sentido, es darle un sentido al padecimiento del paciente.
Clínica psicoanalítica:  implica una materialidad, que es el sin sentido, no es en el sentido donde se encontraran
los fundamentos del padecimiento subjetivo, sino en el sin-sentido, en los puntos en donde fracasan los sentidos del
paciente y del médico es donde se encuentra la materialidad de su operación. Por eso, en el Discurso a los
psiquiatras, Lacan dice que hay que tratar de barrer las falsas comprensiones (el “yo te comprendo” a la facilidad
que tenemos para “comprender” al otro). Es necesario barrer lo falso para que aparezca lo “no-comprendido”, en
ese punto aparece el mal-entendido, es la posibilidad de que se aloje un enigma, que dé lugar a una pregunta, a un
trabajo del paciente sobre su sufrimiento.
Este planteo fue anticipado por Freud en la Conferencia 6, el paciente debería trabajar respecto de lo que le pasa,
pero no habrá trabajo si no se instala el malentendido, el no sé, hay algo que pasa pero no sé que es, o la otra
versión, “me pasa esto pero qué quiere decir?”. Obturar rápidamente ese que quiere decir con un sentido
inventado es lo que Lacan llama la falsa comprensión.
Todo esto implica 2 posiciones en el practicante:
1) La objetivación: objetivar al otro. Desconocer en esencia que el paciente que llega nunca es un objeto.
Para evitar lo subjetivo, si el sujeto es borrado y queda un objeto, detrás del ideal de objetivación queda
un ideal correctivo, la adaptación a la norma, encuadrarlo en una norma, llevar al paciente a una
normalidad. La normalidad coincide con ciertos ideales ¿Qué es lo normal? ¿Quién puede definirlo?
Lacan: Norma es la “norme-male”, norma-macho, norma fálica.
Lo que antes, a nivel sexualidad, por ejemplo, era anormal, hoy es normal, por ej. la homosexualidad con
las leyes actuales.
Objetivar tiene un correlato en la salud mental que es la normalidad, lo cual implica encauzar dentro de
la norma, encauzar las conductas, encuadradas bajo ciertos ideales. Entonces el practicante se convierte
en un agente de una normalidad que no sabe de dónde le viene. Por ej. “no me gusta trabajar”, ¿es
normal?
Lacan: dice que el principio de placer es principio de no hacer, es una ironía, y agrega que hay que ser
muy inteligente para lograrlo.
Para operar como agentes de la normalidad, hay que instrumentar mecanismos para hacer que el sujeto
se encauce.

2) La otra clínica, va en otro sentido. La clínica psicoanalítica se trata de escuchar para que emerja un
sujeto, no el individuo, sino el SUJETO DEL INCONSCIENTE. Si este sujeto emerge, lo hace porque hay una
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estructura que lo determina que no es un puro mecanismo. Es un mecanismo con algo más. Algo que se
cuela en el mecanismo y que es el lugar del sujeto. El lugar del sujeto tiene un lugar dentro del lenguaje.

En la Apertura de la sección clínica, El lenguaje es el material que pueden estudiar los lingüistas, pero a ellos no les
interesa cómo se aloja un sujeto en el campo del lenguaje, le importa cómo funciona el lenguaje como mecanismo,
como un mecanismo con partes articuladas entre sí. Al psicoanalista también le interesa el lenguaje, en especial a
partir de la definición de Lacan sobre las cosas que importan, ya que el Psicoanálisis en una práctica de la palabra, y
se trata de decires que están articulados en palabras. Lo que importa de la palabra es como se inserta el sujeto, y
fíjense que el sujeto no va a estar en ninguno de esos significantes, va a estar entre los significantes. También nos
interesa la cuestión de la verdad. En Psicoanálisis el sujeto está entre los significantes, no en los significantes y la
verdad también está entre los significantes (ej. Leer entre líneas). El leer entre líneas es la cuestión de la verdad. La
verdad está en un discurso, pero está entre líneas. En el lenguaje interesa la estructura y también interesa lo que
está entre los significantes y en ese intervalo entre S1 y S2 se va a situar el sujeto y también el objeto, una
satisfacción que portan las palabras.

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S1 a S2

Esta clínica le da plenamente lugar de sujeto al paciente, nunca de objeto, porque lo que espera es la manifestación
subjetiva del lado del paciente. Es un sujeto, no un objeto. Del otro lado habrá Otro (A). El lugar del practicante en
principio ocupa el lugar de un Otro, Otro para el paciente. Lacan en La dirección de la cura dirá que es el Otro de la
transferencia. En esta clínica, no es como en la médica, donde el otro no tiene nada que ver con el cáncer, con la
neumonía, etc.; el psicólogo empírico, científico, pragmático, no tiene nada que ver con los resultados que obtiene
de un test, o una planilla, o un cuestionario de diagnóstico. Es un lector absolutamente objetivo de lo que ocurre allá
afuera.

Lacan en Apertura de la sección clínica, que dice “la clínica tiene por base lo que se dice en un psicoanálisis”, no
explicita quien lo dice. Es tanto lo que dice un paciente tanto como lo de dice o deja de decir el analista, es lo que “se
dice” en la sesión, lo que circula en esa experiencia, en la sesión. Y ese “se dice” es un decir que también localiza al
analista. ¿Sería lo mismo un análisis del hombre de las ratas, del Hombre de los Lobos o de Dora, con quien no fuera
Freud en ese momento del tratamiento? El tratamiento depende de quién lo conduzca. Es decir, el lugar del Otro es
un lugar que está incluido dentro de la experiencia y respecto de eso se trata de construir ese saber que llamamos la
clínica.
Y por último, es claro que si hay un saber no es el saber del médico, del analista, del practicante, el “yo sé lo que a
vos te pasa”, sino que es un saber que queda delegado en el paciente, es el paciente el que sabe, pero es un saber
que no sabe que lo sabe.

Freud – Interpretación de los sueños – Conferencia 6


Trata el tema de los sueños. Como lo relacionamos con la Clínica de Adultos, y podemos asimilarlo a un síntoma. O
sea pongamos al sueño freudiano como un equivalente, en tanto formación del Inconsciente, al síntoma y
podríamos aplicar el mismo desarrollo a la cuestión del síntoma.
El sueño es similar al síntoma, funcionan igual. Propone algunas premisas:
1) Sueño no como fenómeno somático, sino como fenómeno psíquico/anímico, significa descartar lo somático
como origen.
2) Define como ciencia, si lo tomamos como un fenómeno psíquico, el trabajo que tenemos que hacer es el
mismo que enmarca el rigor del trabajo científico. Tenemos comprender el fenómeno, concatenar

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fenómenos similares con la finalidad de ampliar nuestro poder sobre ellos. Es decir, producción de un saber
y producción de un poder de intervención, de poder hacer algo con eso. Genera conocimiento.

¿Qué es un fenómeno psíquico? Freud dice que “es una operación del sujeto”. Si fuera un sueño, es una operación
del soñante, si fuera un síntoma, es una operación del portador del síntoma. Por lo tanto es la manifestación
subjetiva, algo que le pasa, que no comprende lo que le pasa y el médico tampoco. No le dice nada al sujeto ni al
médico. No comprende su síntoma neurótico, ni su fobia, ni sus alucinaciones. No lo comprende el paciente ni el
tratante. Es un ENIGMA.
Esto lleva a la pregunta: ¿Qué quiere decir que me pase esto? (X) = QQD → algo se convierte en un síntoma cuando
quiere decir algo. “QQD” es la fórmula del sujeto supuesto saber. Si este QQD no lo sabe el paciente ni nosotros,
¿qué hacemos? En la antigüedad, cuando un sueño no se entendía, se llamaba a un intérprete de sueños para
interpretarlo. Hacia una operación de traducción. Sin embargo, la operación analítica no es una operación de
traducción, entonces ¿de dónde se obtiene lo que quiere decir un sueño?
¿QQD el sueño? Freud: Se le puede preguntar al paciente lo que quiere decir su sueño, y esto implica trabajo! La
paradoja es que cuando uno va al médico o al dentista, él nos dirá lo que está pasando. Cuando uno va al analista,
espera que él nos diga lo que quiere decir aquello que me pasa, esperamos que el analista trabaje, y en realidad él
nos pone a trabajar a nosotros. Dice Freud: “el Psicoanálisis sigue la técnica de hacerse decir, por los mismos a
quienes estudia, la solución de sus enigmas. Por lo tanto el propio soñante debe decirnos lo que su sueño significa”.
La solución al enigma del sueño la tiene el paciente, pero la paradoja es que no sabe que lo sabe: “el paciente no
sabe que lo sabe, por lo tanto cree que no lo sabe” dice Freud. Es decir que hay una REPRESIÓN DE ESE SABER.
Por lo tanto tenemos que aplicar las premisas:
1º premisa: el sueño es un fenómeno psíquico
2º premisa: el paciente sabe lo que ese fenómeno psíquico quiere decir (pero está reprimido).
Esto implica que hay que posibilitarle la manera para que acceda a ese saber, que descubra ese saber y que lo
comunique. Y aquí entra la Asociación Libre: diga cualquier cosa que le pase por la cabeza. “Lo que enuncie se
considerará el esclarecimiento”, lo que diga, será la respuesta, el esclarecimie nto del sueño o síntoma.
Este “cualquier cosa que diga” tiene un fundamento, se apoya en la sobre determinación de la vida psíquica. Uno no
podría decir nada de uno que esté fuera de uno mismo, si uno está hablando de algo, está implicado en eso que está
hablando. Lo que dice el sujeto es lo que está adentro, lo que ya está determinado. Por lo tanto, es una clínica que
da plenamente la palabra al paciente. Diga lo que quiera, asocie con lo que quiera, hable de lo que quiera, que esta
será la respuesta q estamos buscando. No hay forma más plena de dar la palabra que decir esto.

Lacan, “Más allá del principio de Realidad”, la Asociación Libre está regida x 2 leyes:
Ley de NO OMISIÓN: lo que el paciente diga, será la respuesta en tanto no omita nada, tiene que decir
TODO, no solo incluir lo importante. Lo no importante, y los “desechos” de la vida psíquica, eso que uno no
contaría a nadie, por vergüenza o porque son pavadas, también debería incluirlo en la asociación libre.

Ley de NO SISTEMATIZACIÓN: el decir no tiene que estar regido por un orden, por un plan, por un sistema
(empiezo por esto, después esto otro), se trata de no hacer un relato de lo que el paciente tiene contar, sino
que se trata de que diga cómo se le viene a la cabeza.

La Asociación Libre no es fácil. Tenemos todo un capitulo para este tema q veremos más adelante. Las dos juntas
conforman lo que Freud planteo como “Asociación libre”.

Lacan, en “apertura de la sección clínica” dice: El Psicoanálisis tiene una base. La base de la clínica: es la
EXPERIENCIA, es lo que se dice en un PSA, se asocia con el decir. Distingue lo que es la base de lo que es la clínica, la
base se asocia con el decir. La Clínica consiste en discernir cosas que importan.

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E introduce dos formulaciones más: También interrogar al Psicoanalista y que dé las razones, que justifique la
respuesta. Que diga lo que pasó en la entrevista, que justifique su intervención y la respuesta del paciente. Esto es la
clínica. En definitiva son formulaciones que se obtienen de la experiencia de Freud, y las revisiones constantes a las
que llevó esa experiencia analítica, donde cada vez había nuevas problemáticas que requerían nuevas respuestas,
que a su vez llevan a nuevas elucubraciones.
En este discernir cosas que importan, lo 1º que se debe discernir es que en la experiencia analítica se impone la
experiencia del lenguaje. Dos que están frente a frente y lo único que hay son palabras y silencios. Pero estas
palabras se refieren al padecimiento, palabras que bordean el punto de padecimiento. Estas palabras dan vueltas
alrededor del punto de sufrimiento, son palabras de alguien que padece, no son palabras de alguien que quiere
conocerse. Estas palabras tratan de bordear, de allegarse, de descubrir un punto de padecimiento. Y la clínica se
trata, en relación a estas palabras que bordean un punto de padecimiento, de cómo poder intervenir ahí y que el
sujeto tenga otra posición frente a su padecimiento, y que su padecimiento disminuya.

Entonces, Lacan dice que si lo que discernimos es que hay una operación de lenguaje, podemos entender que esta
operación de lenguaje es un lenguaje que porta significados, que transmite contenidos, en el cual el paciente nos
cuenta sus realidades. Sin embargo, sabemos que el lenguaje no está hecho para eso, no está hecho para transmitir
ningún contenido, es la fuente de los equívocos más dramáticos o más graciosos de lo que a uno le sucede en la
vida. Por una frase nos enamoramos o nos peleamos con otra persona. Ahora, los medios electrónicos agravan ese
valor del decir. ¿Qué es el valor del mensaje si no recibe respuesta a los 5 minutos? O ¿cambia el valor si la respuesta
llega al día siguiente? Entonces, de lo único que estamos convencidos, y es lo que Lacan va a decir, es que ese
LENGUAJE ESTA HECHO DE SIGNIFICANTES NO de signos porque los signos son los que representan algo para
alguien. Y Lacan dice que el lenguaje no sirve para representar. “Sorprende que se generen algunos significados”, es
sorprendente que Uds. entiendan algo de lo que estoy diciendo, que además es diferente para c/u de Uds. Van a ver
cuando atiendan a un paciente y éste venga a la sesión y les diga “lo q me dijo la vez pasada fue fundamental para
mí”, “qué cosa?” y el paciente dice algo que Uds. no tienen la menor idea de haber dicho. Pero el paciente escuchó
eso, tal vez fue un silencio, pero lo escuchó.
Entonces, una cosa es tomar el lenguaje como un conjunto de signos en el sentido de que representan algo para
alguien, por ej. Un cartel de prohibido estacionar, o prohibido fumar. Eso representa algo para alguien.
Pero un significante promete una significación que no entrega, porque un significante puede querer decir cualquier
cosa. Es decir que no crean que el paciente que les cuenta que tuvo un problema con su padre, quiere decir algo.
Para que eso (X) quiera decir algo, se tiene que articular a otro significante, un significante tiene que asociarse a otro
significante. Freud hacía así en la Interpretación de los sueños, asocia, y esa asociación recién ahí va produciendo, al
articular con otro significante, la significación. Solo, el significante no quiere decir nada.
Entonces, decir que el lenguaje no sirve para representar, implica que la relación entre el lenguaje y las cosas es una
relación ternaria, no es una palabra que viene a representar una cosa. El significante que se articula con otro
significante produce un significado y este significado puede tener alguna una relación con un referente. Pero este
referente aún es latente, porque es equívoco.

S1 S2

Sido → referente

En los sueños pasa eso mismo. Sueño algo, ¿pero es realmente que soñé con eso? ¿O es necesario que asocie
libremente para saber qué soñó? ¿Cuál es el referente que correspondería a este significante? que es el significante
enigmático. Por eso el interpretador en psicoanálisis no es un experto que sabe sobre eso, el interpretador es el
mismo paciente con su asociación libre. Por eso Lacan dice que Freud hacia lingüística sin saberlo.

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Por último, tenemos que hacer referencia a otra frase, donde Lacan da otra definición de la clínica.
Clínica – Lacan: LA CLÍNICA ES LO REAL EN TANTO LO IMPOSIBLE DE SOPORTAR.
Es otra versión, ya no es la clínica como producción de un saber. Es la clínica como un real, en tanto imposible. Una
definición de LO REAL ES LO TÉCNICAMENTE IMPOSIBLE, lo lógicamente imposible.
Freud había planteado 3 actividades humanas imposibles: gobernar, educar y psicoanalizar. ¿Qué es algo sea
imposible lógicamente? Que NO TENGA SOLUCIÓN POR LA VÍA LÓGICA. O sea que hay cierto punto de irresolución,
al menos en cierto momento de la elucubración.
Entonces Lacan dice que la clínica es lo real en tanto lo imposible de soportar. Para poder decir que la clínica es lo
real en tanto imposible de soportar requiere un recorrido que es el INCONSCIENTE COMO HUELLA Y CAMINO que va
a conducir a ese real en tanto imposible de soportar. El Inconsciente es todo este trabajo que va a llevar
necesariamente a ese imposible de soportar.

Tercer teórico

UNIDAD 2: RESTRICCIONES A LA LIBERTAD ASOCIATIVA.

Se trata de un saber que aquel que consulta tiene, pero que como no sabe que tiene, tampoco cree tenerlo y de lo
que se trataba era de DARLE LA POSIBILIDAD DE ACCEDER A ESE SABER QUE TIENE SIN SABER QUE LO TIENE. El
invento freudiano de delegar la interpretación en el propio padeciente, soñante, es la vía de la asociación libre que a
nivel del Psicoanálisis se va a constituir en REGLA FUNDAMENTAL. En realidad la asociación libre es una técnica que
no fue inventada por Freud, es una técnica utilizada por los poetas para facilitar la escritura. El mérito mayor es
haber transformado a esa técnica en un regla fundamental dentro de la cura analítica. El paciente tiene que aportar
vía la asociación libre todos esos significantes que permitirán descifrar el sentido buscado en términos de una
instalación previa de algo que se ha tornado enigmático. Los sueños son algo que se torna enigmático que emana
de esa dimensión de lo enigmático y que quieren decir algo espontáneamente. Desde la Antigüedad está esto de que
los sueños quieren decir algo. El mérito de Freud está en que ese querer decir algo , fue trasladado de los sueños a
los Σ.
Hacer que un síntoma también se transforme en un enigma, tomar un síntoma como un enigma, como algo que
quiere decir, eso sí es un mérito del método freudiano, haber convertido a los síntomas en enigmas. El tema es ese
desciframiento de ese querer decir. Un síntoma, un sueño, una formación del inconsciente. Se transformó en un
enigma, ese enigma es una (x), esa (x) tiene que producir un sentido y esa producción del sentido se produce por la
articulación de esa (x) con otros significantes que son provistos por la asociación libre.
Un SIGNIFICANTE QUE EN TANTO SE ARTICULA CON OTRO SIGNIFICANTE RETROACTIVAMENTE VA A PRODUCIR
UN SIGNIFICADO. No es un significado analógico, de parecido, de figuración sino que este significado deviene de la
articulación de un significante con otro significante.
Espontáneamente los sueños implican esa suposición de querer decir algo, desde la antigüedad, una emanación de
un saber acerca de lo espontáneo de los seres humanos, siempre se suponía que los sueños querían de cir algo. En
este lugar del sueño como formación del Inconsciente es que Freud coloca al síntoma, el síntoma que es algo que
uno padece también pasa a ser un significante, como aislado de otros significantes es una (x) pero ARTICULADO a
otros significantes pasa a ser algo que quiere decir. Es decir, que puede tener un cierto significado. La asociación
libre va a ser una técnica que va a prestar los significantes que retroactivamente van a producir un significado
respecto de ciertos enigmas que el ser hablante tiene y que lleva, que porta, que introduce en un pedido de
tratamiento.
La asociación libre es la única que opera como regla fundamental , y además porque tiene el significante libre, es
decir que deja al sujeto, al paciente libre de decir todo lo que se le ocurra. Por un lado hay un cierto determinismo,
los mecanismos y por otro lado cierta elección del sujeto respecto a eso que está predeterminado.
Al paciente se lo deja libre, pero inmediatamente lo que surge es que ésta asociación libre no es todo lo libre de lo
que uno esperaría que fuera. Porque justamente Freud la toma como regla fundamental que vos crees que vas a ser
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libre en todo lo que vas a decir, pero como hay una hipótesis de sobre determinación todo lo que digas va a
responder del sentido del significado de aquello que no sabes, esta ASOCIACIÓN LIBRE NO VA A SER LIBRE. No
importa lo que diga, diga cualquier cosa, eso no va a ser libre. Eso va a estar sobre determinado. Porque en el
aparato el Inconsciente tiene esas marcas, y esas huellas están organizadas en redes y esas redes configuran una
sobre determinación, significando las representaciones para Freud, y como es imposible zafar de esa sobre
determinación del significante, diga lo que diga eso va a estar sobre determinado. ES UN LIBRE TACHADO,
LIMITADO POR LA SOBRE DETERMINACIÓN DEL INCONSCIENTE, lo más libre va a ser lo que está ya marcado, ya
determinado, una paradoja inaugural.

Hay una sobre determinación y ésta auspicia como restricción a la libertad asociativa.
Lacan dice que está determinada por dos leyes: la ley de no omisión y la ley de no sistematización.
Freud dice que la Asociación Libre se tiene que distinguir claramente de una conversación ordinaria, porque en una
conversación ordinaria hay ciertos ejes rectores, ciertos ejes conductores que ordenan nuestro relato que tienen una
cierta finalidad, ordenar su discurso, por el gusto de conversar. En el texto de Iniciación al tratamiento Freud dice
que es necesario enunciarla, al paciente hay que decirle que tendría que llegar a hablar de otra manera de como
habla cotidianamente. “Diga pues todo lo que pase por la mente. Ud. ha prometido absoluta sinceridad y nunca
omita algo, so pretexto de que por alguna razón le resulta desagradable comunicarla”. Tenemos la matriz de la
SEGUNDA RESTRICCIÓN A LA LIBERTAD ASOCIATIVA es decir, es desagradable decir todo lo que a uno le pasa por la
cabeza. Inmediatamente aparecen objeciones que eso que pasa por la cabeza se torna displacentero. La asociación
libre sería decir lo más repugnante para uno. La libertad asociativa en lugar de quedarse en el campo del principio
del placer, pasa a través de un borde e inmediatamente por VÍA DE LO DISPLACENTERO a algo que supone un más
allá del principio del placer.
En Iniciación al tratamiento en nota al pie de página dice “es indispensable y aún ventajoso comunicarle a los
primeros estadios del tratamiento. Más tarde bajo el imperio de la resistencia se le deniega la obediencia y para
cada cual llega siempre el momento en que habrá que infringir la re gla fundamental”. En este punto de
ATRAVESAMIENTO DEL PRINCIPIO DE PLACER Y EL PUNTO DE CAÍDA EN LO DISPLACENTERO es el límite que se va a
instalar por el cual entonces uno va a preferir trasgredir la regla fundamental y no decir todo lo que pasa por la
cabeza y volverse a regir por los supuestos argumentos (si digo esto voy a quedar mal, que va a pensar de mi, etc.)
todas estas cosas que llevan a la limitación de asociar libremente.
Freud dice que aparece algo que se llama RESISTENCIA y nos va a introducir al tema de la TRANSFERENCIA.
En Más allá del principio de realidad, Lacan dice que si el paciente habla, y todo lo que habla lo ponemos en
término de sospecha o porque este hablando de lo que esté hablando efectivamente son la producción de
significantes que se asociarán con otros y que cada uno de estos significantes va a tomar el estatuto del significante
enigmático. Es decir que si nos queremos basar en los contenidos no sabemos lo que habla el paciente. Si hacemos
caer toda la dimensión de los significados en términos de la escucha lo único que queda como cierto es que el
paciente más allá de decir, le dice al analista, es decir, le está diciendo a él. Está hablando para él, aparece la
dimensión del Otro. No es lo mismo estar en casa y decir le voy a decir al analista esto y esto que estar frente al
analista y los planes que uno se hizo de qué decir en la sesión se transforman ante la presencia de ese Otro. Una
cosa es decir y otra cosa es decirle al Otro. Decir es un decir que está dirigido a otro, aparece la presencia del Otro.
Este Otro está encarnado en términos de una presencia. Y esto mismo se transforma en una RESTRICCIÓN A LA
LIBERTAD asociativa y la transferencia entra aquí, porque es uno de los lugares privilegiados para tomar LA
TRANSFERENCIA COMO LIMITACIÓN, RESTRICCIÓN A LA LIBERTAD ASOCIATIVA.

Comentario del texto de A. Albert sobre el placer y la regla fundamental


La intervención de Albert se tituló el Placer y la regla fundamental, se preguntó por qué no era placentera la regla
fundamental. Se lo puede pensar como un ideal aunque sea displacentero. ¿Por qué al decir lo que es desagradable
no se vuelve agradable? Porque hay algo que resiste. Porque no es agradable contar con esa autorización del otro
para decir todo lo desagradable.
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Lacan toma una reflexión de lo que es el placer en Freud acerca del famoso principio del Placer, que el pa decimiento
y el sufrimiento están en un mismo nivel. Entonces todos los intentos que hace el aparato de disminuir los aumentos
de tensiones y de llevarlo a un nivel lo más bajo posible. Ironía de Lacan, que dice que el principio de placer es el
principio de no hacer nada, pero no somos tan inteligentes hay algo que nos perturba en este no hacer nada. Lacan
va a decir que la regla fundamental ya implica hacer un esfuerzo. En cierto sentido, salvo los médicos que nos hacen
doler, ir a la consulta podría estar regida por ese principio del placer, “yo vengo a que me trates, yo vengo a que me
cures, me expongo a que vos trabajes y me cures”. El analista por el contrario le dice al paciente “quieres curarte,
habla, ponte a trabajar, acá no venís a no hacer nada, venís a hacer algo y encima venís a hacer algo que te va a
resultar desagradable”. Por eso Lacan dice que hay que hacer un esfuerzo, un esfuerzo es lo que l e displace a todo el
mundo. Entonces a una persona que nos viene a pedir que lo aliviemos, nosotros le respondemos que tiene que
sudar un poquito, que tiene que ponerse a trabajar y que la cosa no va a llegar a ningún resultado si no pasa por esa
vía del displacer. Es decir que va a tener que decir cosas muy desagradables, confrontarse con cosas desagradables
para que llegue a algún lugar. En ese sentido el mismo tratamiento, es un TRATAMIENTO DISPLACENTERO. Esta
indicación del analista también tiene un borde de imperativo, es decir regla. Y todo lo que es imperativo lo toca al
ser hablante en un punto muy lindante con lo que es el superyó “tienes que cumplir con la regla, tienes que decir
todo eso”. Entonces asociar libremente, dice Lacan, es lo que menos uno está dispuesto a hacer, porque hay que
hablar del síntoma en su particularidad. Uno no va al analista solo a decir me siento mal, me siento mal, el analista
seguramente le va a preguntar de qué se siente mal, entonces uno va a tener que entrar en la particularidad, en el
detalle de qué es lo que lo hizo sentir mal. ¿Qué pasó, donde estuvo ese punto de lo horrible, ese punto
angustiante? Y eso dice Lacan, es lo que uno está menos dispuesto a hacer. Uno puede decir tengo miedo, pero
tengo miedo de qué? Uno no es que no está dispuesto a decirlo, sino que no está dispuesto a saberlo. Entonces se
trata de lo que es la diferencia entre lo particular y lo general, lo que es lo universal y lo que es lo particular. Lo
particular forma parte de lo universal. Lo particular en lógica, es un elemento que forma parte del conjunto de lo
universal. Una particularidad forma parte de una universalidad. Hay una dificultad que se agrega. Es que no
solamente nos afecta la particularidad del padecimiento, sino que las particularidades de nuestro padecimiento se
caracterizan además por su singularidad. Y la singularidad es eso específico que hace que un síntoma particular de
un paciente sea absolutamente propio de ese paciente. La tos de Dora no la van a volver a encontrar en ninguna
otra paciente, aunque tengan muchas pacientes que tengan tos. Pero la tos de Dora, el sentido de la tos de Dora, la
singularidad por la cual Dora empezaba a toser es absolutamente propia de Dora. Por eso en Psicoanálisis, el saber
que podemos llegar a acumular, es un saber en el nivel de las particularidades, pero en cada caso se trata de
encontrar un saber que tiene que ver con la singularidad del síntoma. Y la singularidad no pertenece a ningún
universal, no podríamos hacer la universalidad de todos los neuróticos obsesivos que tienen fantasías de ratas que
se introducen en los anos de los padres y de las amadas. Esa singularidad roedora, es una singularidad roedora
exclusivamente de un neurótico obsesivo. Se puede decir que los neuróticos obsesivos tienen deudas,
procastinaciones, se aíslan, que se defienden por vía de acunar lo acontecido, pero cada una de esas particularidades
de los síntomas de un obsesivo van a estar además caracterizadas por su absoluta singularidad.
Freud dice que la asociación libre sirve para poder ir de esto que un paciente dice tengo miedo, esto limitado, estoy
frenado, viene porque le va mal y dice toda una serie de generalidades y para poder llegar a la particularidad de ese
padecimiento, es necesario dar vuelta, errar, un errante que va caminando a veces a ciegas, hay que extraviarse en
alguna cantidad de particularidades para poder llegar a encontrar esa singularidad y esa es la que va a volver
tratable ese síntoma.
No solamente es desagradable porque la regla fundamental es displacentera, pero para encontrar algo de la
singularidad del paciente, Freud dijo varias veces que uno se tenía que olvidar de todo lo que sabía cada vez que iba
a tratar a un paciente nuevo, porque ese saber acumulado no es un saber que a uno le permita solucionar con
mayor facilidad la trama, la estructura que se armó en un paciente nuevo, cada uno tiene su propia singularidad.
Esta restricción se articula con otra que es la de la transferencia. Hay una presencia de otro que nos cambia
absolutamente el escenario, en términos de que no es lo mismo decir lo que uno se imaginaba decir ante ese otro
que uno tenía en la cabeza, que decirlo en presencia de ese Otro. Y muchas veces uno se pregunta porqu é terminó
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hablando, de lo que terminó hablando, si precisamente no iba a hablar de ese tema. Y aquello a lo que iba decidido a
tratar es algo que no emergió, no surgió en esa sesión, sino que al contrario empezó a hablar de otra cosa. Entonces
la presencia del Otro parece funcionar como un catalizador que hace que lo que uno prevé decir, no dice según su
predicción sino que surge otra cosa, otra cosa en términos de restricción u otra cosa en términos de afloramiento de
cuestiones impensadas. Pero la TRANSFERENCIA ANALÍTICA es que más allá del otro como presencia se introduce la
dimensión de A, más allá de a (pequeño otro), y que el enunciado mismo de la regla fundamental es lo que da lugar
al despliegue y al desarrollo de la dimensión de la transferencia. El sujeto deposita en el analista una cierta
confianza, establece una relación especular con el otro, relación imaginaria de yo a yo. Lo que va a hacer la
transferencia es que va a dejar atrás este otro, y de este yo va a aparecer A, ese Otro de la transferencia. El
paciente no le habla de su yo al yo del analista, sino que le está hablando a su Otro de la Transferencia. Freud dice la
transferencia se produce necesariamente, aparece siempre. La transferencia es algo que se impone siempre.
Siempre detrás del otro a quien lo dirigimos hay Otro, el Otro de la transferencia.
En la estructura de toda dimensión de relación o de comunicación, no hay una comunicación en un emisor y un
receptor, sino que más allá del supuesto receptor hay otro del que nos viene nuestro propio mensaje. “no sabes
nada, te va a hacer mierda, no estudiaste, no servís para nada, que estás haciendo aquí” esa voz superyoica
encarnada en esa pobre persona que está ahí tratando de escuchar y que Uds. larguen algún conocimiento de lo
poco o mucho que estudiaron. No es que es posible hablar de yo a yo.

TEORICO 4 – 23/4/12 . Frydman

Estuvimos viendo la observación que hizo Lacan a la regla fundamental. Ahí teníamos toda una digresión sobre lo
displacentero y cómo todos le huimos a lo displacentero. En ese sesgo es que la regla fundamental, la Asociación
Libre convoca una porción de displacer. Lo que podríamos creer que es el máximo del placer, también puede
tornarse displacentero. También es necesario, en estas restricciones a la libertad asociativa, hacer el comentario, de
algo que menciona Lacan en La dirección de la cura, pero como tenemos que hacer un listado de cuáles son las
causas por las cuales la libertad asociativa se frena, se detiene, tropieza, en una mención Lacan dice que el sujeto
invitado a hablar en análisis no tiene una gran libertad, y dice: “no es que esté encadenado por el rigor de sus
asociaciones, sin duda lo oprime, pero es más bien que desemboca en una palabra libre, en una palabra plena que le
seria penosa. Nada más terrible que decir algo que podría ser verdad porque podría llegar a serlo del todo, si lo
fuese, y dios sabe lo que sucede cuando algo, por ser verdad, no puede ya volver a entrar en la boca”.

Esta reflexión de Lacan menciona otro elemento que supone otra restricción a la libertad asociativa, y está referida
al campo de los neuróticos, y es que en realidad UNO NO QUIERE SABER NADA DE LO VERDADERO, más allá de que
siempre este clamando quiero saber mi verdad. Pero en rigor de verdad, lo que Lacan está planteando es que uno
no quiere saber nada de eso y que cuando estaría a punto de decir algo que sería verdadero, uno sale huyendo.
Es decir que Lacan plantea que LA PALABRA LIBRE, EN TANTO LIBRE, PODRÍA LLEGAR A CONDUCIR A UNA PALABRA
PLENA, QUE SERÍA UNA PALABRA VERDADERA. ¿Y qué implicaría una palabra plena? es una palabra que no podría
desdecirse, un punto de no retorno, una vez que fue dicha, uno no puede volver atrás . Una vez que algo fue dicho,
eso se transformó en un acto, y no se puede volver atrás. ¿Qué pasa cuando uno dice algo de lo que no puede
desdecirse, cuando uno reconoce que eso no tiene retorno? Porque no se trata de desdecir al otro, sino a uno
mismo y eso no tiene retorno y eso es una verdad para uno, una verdad absoluta. Bien, Lacan está planteando que
de eso, UNO NO QUIERE ENTERARSE, el neurótico preferiría no enterarse. Lacan dice: “Cuando algo por ser verdad
ya no puede volver a terreno de la duda”. El terreno de la duda en el que el neurótico esta cómodamente alojado, el
terreno de la duda y la incertidumbre y le rehúye a la verdad, a la certeza. En términos de Psicopatología se habla de
la certeza ligada al psicótico; no es que el psicótico este seguro de todo, pero algo que tiene por muy cierto es su
síntoma. La irrupción de ese síntoma no es un “quizás escuche una voz... pero podría no serlo... tal vez me
pareció...”. Para el psicótico no hay ninguna duda sobre eso. La certeza suele colocarse del lado de la psicosis, pero

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no todos los psicóticos andan muy seguros de sus certezas! También tienen sus dudas. Pero hay un punto donde no
dudan y no vacilan. En cambio los neuróticos tenemos esa maleabilidad que nos hace posible dudar de todo.
Todo el modernismo, se inicio con Descartes que hizo de la duda un método para llegar a una certeza. Es decir que
tenemos hasta esa ductilidad incorporada dentro de nuestros modos de procesamiento y hacer de eso un método.

Pero hay más restricciones a la libertad asociativa. Otra restricción, importante, es la TRANSFERENCIA se manifiesta
en el análisis como resistencia.

Freud - Repetir, Recordar, Reelaborar


La cuestión de recordar. La cura analítica se plantea luego de un recorrido de unos 20 años, hasta llegar a este texto,
cómo llenar las lagunas del recuerdo. Se trata de un saber no sabido, algo que el sujeto sabe respecto de qué quiere
decir el sentido de su síntoma, pero lo que eso precisamente quiere decir, el sujeto no lo sabe. Se trata de llenar ese
enigma, esas X que suponen un enigma, el “porque me pasa esto?”, lo cual implica un saber no sabido y para ello se
usaban diferentes métodos: hipnosis, la vía catártica en la cual el analista hacia presión en la frente del paciente,
intervenciones de ejercicio de presionar la respuesta del paciente, en el sentido de insistir. En la Conferencia 6 hay
algunas frases que dicen que hay que aseverarle al paciente que “diga lo que se le ocurra” o lo 1º que se le ocurra,
respecto de eso que aparece como un enigma, el paciente probablemente diga que no se le ocurre nada y uno tiene
que insistirle. En esto hay una actividad del analista, o sea q el analista no es una boca vacía y muda, sino que Freud
lo plantea como algo activo y que presiona. Y esa presión genera algo que empieza a suceder entre paciente y
analista, y que empieza a suceder a partir de ese llenar esas lagunas del recuerdo y que el Psicoanálisis plantea que
es necesario llenar.
Lo 1º que hace Freud en este articulo, es ubicar qué son estas lagunas, de que materialidad, de que consistencia son,
en qué consisten estas lagunas. ¿Son todas iguales? Si hay que pensar en llenar estas lagunas del recuer do, se puede
pensar en que hay algo que está olvidado, un significante caído bajo la barra de la represión, y arriba esta el
enigma (X o ?) / S1 . Sin embargo, no todo lo que se hace en análisis es que el significante reprimido pase hacia
arriba de la barra, es decir, recordar algo que ha estado reprimido. Entonces Freud empieza a hacer un análisis
fenomenológico de esas lagunas. Dice que es probable que cuando se empiezan a llenar esas lagunas el paciente
diga “ah, eso lo he sabido siempre” o “lo suponía”. Esto que dice el paciente que “lo suponía”, ¿es propiamente algo
caído bajo la represión? Por cierto que no. Muchas veces, cierta situación de desencuentro con alguien, por ejemplo,
uno dice que si lo sospechaba pero que no quería saber de eso. A esto Freud le llama Bloqueo, es algo sabido,
consciente, momentáneamente corrido de la conciencia, no ocupa su lugar en términos causales (que sea la causa
de algo).
En 2º lugar mencionará que hay ciertas cuestiones que aparecen en el tratamiento, las enuncia como fantasías
Inconscientes, mociones de sentimientos, nexos, que nunca pudieron ser olvidadas porque nunca fueron
conscientes. No tuvieron un momento de ser Conscientes y pasaron a ser Inconsciente.
O sea, en el otro extremo de los bloqueos, donde hay algo que siempre fue Consciente, pero no ocupaba su lugar
como causal, tenemos cosas que se recuperan en un análisis pero no se puede considerar que hayan sido olvidadas
porque nunca fueron Consciente no se le puede dar el estatuto de olvidado y reprimido.
Acá va a poner la característica de lo que encontramos especialmente en la Neurosis Obsesiva, la llamada disolución
de nexos, el desconocimiento de las consecuencias ante determinadas situaciones, o de un acto y su consecuencia y
el AISLAMIENTO de los recuerdos, se pueden tener los recuerdos pero están en un estado de aislamiento. Porque en
realidad no hay algo propiamente no hay algo reprimido, sino que está operando bajo este modo con aislamiento y
anulación retroactiva (neurosis obsesiva).
Y por último mencionará ciertas vivencias tempranas que han caído bajo la represión y que son muy difíciles de
recuperar, y solamente emergen vía la formaciones del Inconsciente, especialmente a través de los sueños, y
particularmente parece referirse al sueño del Hombre de los Lobos. En este caso, la situación traumática es
retomada por un sueño repetitivo del paciente. Entonces, tenemos estos pseudo-olvidos o bloqueos, elementos

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que sí emergen y llenan lagunas, pero que en realidad nunca estuvieron reprimidos y por otro lado estas vivencias
tempranas que sí han quedado reprimidas.
Aquí aparece la frase que organiza todo este texto: “EL ANALIZADO NO RECUERDA NADA DE LO OLVIDADO Y
REPRIMIDO. LO ACTÚA”. Es lógico que no recuerde nada de lo olvidado o reprimido. Eso que está olvidado y
reprimido emerge mediante la vía la actuación. LO QUE NO SE RECUERDA, SE ACTÚA, se hace. No lo reproduce
como recuerdo, sino que lo hace, lo repite, sin saber que ese acto es una repetición de lo que esta reprimido. Por
lo tanto, PARTE DE LO REPRIMIDO VUELVE VÍA ACTUACIÓN. Se pregunta si es beneficioso que los pacientes además
del soñar, y de asociar libremente, pueden actuar y si esto colabora a llenar esas lagunas del recuerdo. Pero, no es
así, pues cuando aparece este modo de repetición, el sujeto, al no saber que está repitiendo algo, esta vivenciando
como real una situación que viene del pasado. Entonces, esa REPETICIÓN SE MANIFIESTA DE UN MODO
RESISTENCIAL.
Freud hace de una situación actual, lo lleva y lo traduce en términos de una vivencia infantil reprimida, que el
paciente no recuerda, pero es actuado como vergüenza, sensación de fracaso, como situación de desafío frente al
terapeuta. Lo que no recuerda, lo vivido en la infancia, lo actúa de diferentes maneras con el médico, bajo
diferentes modalidades, vergüenza, fracaso, etc. Todo esto puesto en acto en un tratamiento funciona como
resistencia al mismo y a proseguirlo. Esta es la matriz. Aparece esta relación entre transferencia y resistencia. En
función de la resistencia, podemos decir: A MAYOR RECUERDO, MENOR RESISTENCIA, A MAYOR RESISTENCIA HAY
MENOS RECUERDO PERO HAY MÁS ACTUACIÓN, REPETICIÓN, Y ESTA REPETICIÓN SIEMPRE VA A SER
TRANSFERENCIAL.

¿Qué es lo que se repite? Pág. 153 “repite todo cuanto desde las fuentes de su reprimido ya se ha abierto paso hasta
su ser manifiesto: sus inhibiciones y actitudes inviables, sus rasgos patológicos de carácter. Y además, DURANTE EL
TRATAMIENTO, REPITE TODOS SUS SÍNTOMAS”. Repite en principio todo lo que el paciente reconoce como parte de
su personalidad: “yo soy así, este es mi carácter...”, “soy desafiante...”, tímido, etc. Esto además repite sus síntomas,
planteado como “me pasa esto” o “esta es mi dificultad”, también se va a poner en acto en la transferencia. Y dice
Freud: “en este punto podemos advertir que poniendo de relieve la compulsión de repetición no hemos obtenido
ningún hecho nuevo, sino sólo una concepción más unificadora”. Tengan en cuenta que la compulsión a la repetición
de este artículo de 1914 no es la compulsión a la repetición que va a definir en 1920. Esta es una compulsión a la
repetición que permite a Freud traducir lo que es un sujeto actual como una suerte de analogía o una puesta en
acto de una vivencia del pasado. La compulsión a la repetición de 1920 tiene que ver con un factor pulsional, con un
factor de goce, que no permite esa correlación con algo que se reedita simbólicamente. En 1920 se refiere a la
compulsión a la repetición como un más allá, que excede lo simbólico.
¿Cuál es la concepción más unificadora? La ultima que acabo de plantear. La neurosis es algo que se está
produciendo todo el tiempo, el sujeto no es algo que se conformó como un quiste que se puede sacar. Si es algo que
se está produciendo todo el tiempo, en todos los aspectos, en cada situación. Por eso, esa neurosis que se ha
producido en la 1º infancia, se sigue reproduciendo en todos los ámbitos. Uno lleva su neurosis a cuestas. Freud
hace una analogía con el tronco de un árbol, en el que hay una capa externa que va creciendo, el núcleo ya está
formado. Así es la neurosis, esta siempre ahí y siempre lista para reproducirse. Si la neurosis es algo que esta
siempre en formación, no es algo ya formado y para siempre, y que la llevamos a cuestas adonde vayamos, es de
suponer que también entra en el consultorio con el analista. Y la misma neurosis que uno tiene afuera, es la misma
que uno pone en acto en su relación con el analista. Porque uno está neurótico tanto adentro como afuera, y por eso
tanto los rasgos de carácter como los síntomas se van a actualizar en la relación con el analista. Es inevitable. Esa
neurosis se distribuye en todos los espacios. Lo que se repite afuera y dentro de la sesión.
El tema es que esto que se pondrá en acto en la transferencia, el paciente lo vivencia como algo real y objetivo.
“Por culpa suya me vuelve a pasar esto”, del orden que sea, odio, la vergüenza, el amor, timidez, temores, etc. No es
que lo plantea como “pucha, esto que me pasa afuera, me vuelve a pasar con Ud.”.
Entonces es algo real y objetivo que sucede en el tratamiento, y por eso el otro texto que tenemos es el
“`Puntualizaciones sobre el Amor de transferencia”. Para aquellos que no vieron la película “Un método peligroso”,
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hay una puesta en acto del amor de transferencia, es claro como se vivencia ese enamoramiento como algo real y
objetivo, así como los odios son también reales y objetivos en la relación transferencial.
Dice Freud: “Porque hacer repetir equivale a convocar un fragmento real objetivo”. Real-objetivo se refiere a una
realidad que para el paciente es efectivamente real, no como una construcción de su fantasía, sino que el paciente
ve como exterior a él. Por lo tanto va a plantear que los tratamientos no son inofensivos. Si se convoca a este
fragmento Real-objetivo (y dejen que esto les resuene porque no tiene nada q ver con lo real Lacaniano) dice Freud
que esto no es inofensivo, algún bardo se va a armar en la relación con el analista, la cosa se va a trastornar y por eso
está planteado en términos de “de golpe se perdió la suave tersura del tratamiento”. Suave tersura en términos de
un paciente que viene, asocia libremente, recibe la interpretación del analista y sale y dice “ay qué bueno! Que
maravilloso!” y vuelve a la sesión siguiente y todo ese clima de suave tersura, en un momento se pudre
absolutamente... En “Puntualizaciones...” dice que es “como si en medio del teatro alguien gritara fuego!” y en
medio de la representación y con toda la gente sentada, salen todos rajando, desbordados. Esa es la versión de
conmover o tocar un punto real-objetivo en el tratamiento. ¿Qué tiene que hacer el analista? Porque acá está
planteado como algo inevitable, vayas por donde vayas, siempre se cae en este mismo punto. El mero hecho de que
se le pida al paciente que asocie libremente, implica llevarlo a la repetición y si lo llevas a la repetición aparecerá la
transferencia como resistencia y alguien va a gritar “fuego!”. Por eso Freud plantea que es necesario mantener en el
ámbito psíquico, lo que el paciente querría descargar bajo una acción. Es una intención el TRATAR DE RETENER EN EL
ÁMBITO PSÍQUICO, en lo simbólico, en la palabra, como representación, lo que el paciente tiende a actuar, en un
“porque me pasará esto?”.
Siguiendo con “Puntualizaciones...” seria que la paciente enamorada de su analista dijera, “porque me estoy
enamorando, no sé porque siento esto” y no que diga “estoy perdidamente enamorada”. Esta es una intención
freudiana, pero no es fácil mantener en el ámbito psíquico, por ej. Decir “calma, calma! Hay un incendio pero vayan
saliendo de a uno”!, más bien uno empieza a caminar sobre el otro para salir!

Acá introduce una noción q se va a mantener a lo largo de toda la obra de Freud y que lo volveremos a encontrar en
“construcciones en análisis” y que es el MANEJO DE LA TRANSFERENCIA. El ACTO DEL ANALISTA podríamos
dividirlo en principio en 2 vertientes:
1) la VERTIENTE SIMBÓLICA, INTERPRETATIVA, donde interviene aportando un significante, un significante en la
cadena simbólica, y
2) otro tipo de intervención que supondría esto que se llama “MANEJO DE LA TRANSFERENCIA”. A la Transferencia
no se la interpreta, se la maneja. Se la maneja x la vía del acto. Cualquier intervención del analista puede ser un acto
para un paciente: el tratamiento de Ud. o de vos, atenderlo tarde o puntualmente, dar la mano, silencio, acompañar
a la puerta. Es algo del orden del acto y que apunta a un decir, pero sin palabras. Es como decir, “hoy no te
acompaño a la puerta, a esto no te respondo nada, etc.”. En todo caso, a este decir sin palabras, el paciente lo
transformara en palabras con su asociación.
El manejo de la transferencia supone una respuesta que es de un orden diferente a la palabra. Y requiere de
algunas condiciones, ya que el paciente escenifica para nosotros esa repetición. Pero en el manejo de la
transferencia, el analista debe cuidar las condiciones de existencia del tratamiento. Es decir q el paciente puede
escenificar siempre dentro de los límites de lo que es tratamiento, y hasta donde deja de serlo. O sea, el punto
donde esa actuación deja de ser tratamiento.
Por ejemplo, el paciente actúa: Ausencias repetidas y sistemáticas, aunque pague, es dable preguntarse si frente a
esto sigue habiendo tratamiento, si están dadas las condiciones de existencia del tratamiento. Si ya ese exceso no ha
roto, no ha pasado los límites, y entonces ya no hay paciente. Esto también se da en las instituciones, por eso es que
se pone un límite a las ausencias, puede faltar cierta cantidad de veces y bajo determinadas condiciones, por ej.
Debe llama para avisar, no más de 2 ausencias en el mes, eso va variando según la institución.

El último punto del artículo: REELABORAR. Es importante. Freud le da un estatuto bastante importante. Plantea 2
cuestiones. Por un lado, dar tiempo. No hay una correlación entre la interpretación y el manejo de la transferencia y
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el cambio sustancial en el paciente o en el síntoma. No es como se suponía, no es inmediato que cuando se
interpreta el síntoma, la condición de su existencia desaparece y éste cae, que desaparece cuando se llena la laguna
del recuerdo. Aquí hay una noción de dar tiempo. Es DAR TIEMPO A LAS RESISTENCIAS. Esto último tiene una
trascendencia fundamental para esta noción de reelaboración. En el último párrafo, Freud dice “En la práctica, esta
REELABORACIÓN DE LAS RESISTENCIAS puede convertirse en una ardua tarea para el analizado y en una prueba de
paciencia para el médico. No obstante, es la pieza del trabajo que produce el máximo efecto alterador sobre el
paciente y que distingue el tratamiento analítico de todo influjo sugestivo”.
Es decir que no es suficiente declarar que los analistas no trabaja con la sugestión y que es necesario algo más, y
este algo mas esta puesto, en este artículo, del lado de la reelaboración. La reelaboración es lo que produce la
mayor posibilidad de cambios en el paciente.

Después tenemos el otro texto de Freud – “Puntualizaciones sobre el Amor de Transferencia”.


Freud está planteando cuando una paciente se enamora locamente de su analista. Qué pasa cuando la p aciente le
dice “vamos, dejemos esta pavada y vamos a tomarnos un trago...”. Es divertido porque dice que el analista tiene 3
posibilidades: o se va a tomar el trago, o se casa con la paciente o trata de mantenerla como paciente, y que las 3
posibilidades son incompatibles entre sí. O sea, una cosa es ser amante, otra es ser esposa y otra es ser, paciente.
Ej. De la película “un Método Peligroso”, en la cual se muestra una transferencia amorosa llevada al acto, les permite
pensar cuán fácil es que el analista tropiece. Pero no solo en la relación que tiene Jung con la paciente Sabrina, sino
también con el paciente Otto, donde en un momento Jung se sorprende y le dice “pero no soy yo el analista?”, es
decir, que la otra vía de la puesta en acto, él estaba en la posición de paciente y Otto le estaba interpretando e
instándolo hacer, a traspasar ciertos límites que Jung se imponía. Quiero decir que la puesta en acto, esta caída de la
contratransferencia, que la noción de contratransferencia es esta, es decir que el analista es presa de sus deseos
más infantiles. Esta es la noción de contratransferencia freudiana, distinta de la que luego se elaboró a partir de los
años 50 y con la cual Lacan lanzó todo su debate.
La contratransferencia en Freud tiene que ver con una noción del analista como espejo, un analista neutro, aquí se
articula la neutralidad y la abstinencia del analista, un analista que solo refleja aquello q ue le pasa al paciente. No
hay nada de la subjetividad del analista en juego. Siempre hay un resto de subjetividad que era imborrable del lado
del analista, ya que no se podía lograr el analista espejo absoluto, entonces, eso que emergía como representación
deseante, o de un afecto de odio, eso era lo que reflejaba el Inconsciente del paciente. Eso que le ocurría al analista
reflejaba el Inconsciente del paciente. Freud habla de una comunicación de Inconsciente a Inconsciente. Estatuto
donde él como sujeto, no está, se borra de la escena, sino que puede tener una cierta participación subjetiva que y
además esta participación subjetiva no es por sus deseos, por su historia, sino que es meramente el reflejo de algo
que el Inconsciente del paciente le transmite. Entonces esa transferencia se termina haciendo de ella un
instrumento de la interpretación. Todo se utilizaba como interpretación del paciente.
Lacan también sostiene esto, y Uds. seguramente van a repetir como loro, “hay un solo sujeto en el tratamiento, que
es el paciente, del otro lado no hay sujeto”, la clave está en qué siente el analista para poder formular la
interpretación desde ahí. Si el paciente me da bronca, es por algo no analizado, un punto ciego en mi análisis por el
cual no me banco ciertos rasgos del paciente, pero no es que reflejo algo que tiene que ver con la agresividad del
paciente.

Entonces, una vez que está resuelto el tema de que hay una única ética para el analista que no pasa ni por el
amantazgo ni por el matrimonio. Entonces resta qué hacer con el manejo de la transferencia. Y de una posición del
analista planteada en términos de ABSTINENCIA. No se trata de no tener relaciones con el paciente. Sino que se trata
de algo que va mas allá de eso. Freud dice: “la técnica analítica impone al médico el mandamiento de denegar a la
paciente menesterosa de amor la satisfacción apetecida. La cura tiene que ser realizada en abstinencia; sólo que
con ello no me refiero a la privación corporal, ni a la privación de todo cuanto se apetece, pues quizá ningún enfermo
lo toleraría. Lo que yo quiero es postular este principio: hay que dejar subsistir en el enfermo necesidad y añoranza
(no responder a la demanda) como unas fuerzas pulsionantes del trabajo y la alteración, y guardarse de
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apaciguarlas mediante subrogados.”. Hay que dejar subsistir en el enfermo “necesidad y añoranza”, la postulación
freudiana es que mientras a uno no le duelen los pies, no va al pedicuro. Si a uno no le molesta el síntoma, uno no
va al médico. Hay que mantener el síntoma, tiene que haber algo del malestar para que el tratamiento se sostenga,
en cuanto cae el malestar, cae el tratamiento. ¿Cómo y por qué puede caer el malestar? Aquí entra toda la teoría del
síntoma freudiano. ¿Por qué enfermamos? Enfermamos porque hay libido frustrada, insatisfecha. Si a la libido
insatisfecha se le da una satisfacción sustitutiva, aparece como otra cosa, como síntoma. Hay libido insatisfecha,
quiere satisfacción, si no se le da satisfacción, realiza otro recorrido y se transforma en síntoma (satisfacción
sustitutiva, que es la definición de síntoma). Sustitutiva significa que es otra forma en la cual se satisface esa libido.
Ahora, si la cuestión del síntoma se inicio con la libido insatisfecha, si hizo todo el recorrido de formación de
síntoma, se produjo como síntoma dentro de un aparato psíquico y a esa libido insatisfecha Uds. le ofrecen un
objeto, “mira, para que vas a andar jodiendo con un síntoma, acá te doy esto otro”, la libido dice “ahh que bueno!
Me puedo satisfacer con esto otro, para que voy a andar haciendo síntoma si tengo acá otra cosa para
satisfacerme!”, entonces ya no hay mas síntoma, ya no hay aquello que sostiene y que empuje el tratamiento. Uno
solo puedo ofrecerle subrogados, nunca es el objeto original y además será un subrogados de subrogados. Dice
Freud que el analista no se la tiene que creer que la paciente se enamoro por sus encantos. El analista es un
subrogado de otro objeto que es a su vez otro subrogado de otro objeto, etc. y sabemos a donde vamos a parar con
el Psicoanálisis, vamos a parar a un objeto que está perdido. Así que como el objeto esta perdido uno siempre va a
parar a un objeto que es un subrogado, aunque uno diga “he encontrado a la mujer de mi vida, mi alma gemela”. As í
que pueden desengañarse de una vez, nunca perdieron al hombre de su vida, disfruten de lo que encuentren porque
es un subrogado... que pase el siguiente subrogado!
¿Cuáles son los sustitutos, los subrogados que aporta el tratamiento cuando prematuramente se resuelve? Freud
menciona 3: Matrimonios infelices, Achaques físicos y a la Transferencia. Se trata de correrse de estos lugares, que
son los lugares de la causa del síntoma, es decir que la abstinencia se refiere al punto de la causa del síntoma. Uno
no puede abstenerse de todo. Se trata de la abstención del analista y también de la abstención del paciente, que se
pueda abstener de estos subrogados. Pero el analista es el que debe detectar en donde en paciente va ubicando
ciertos subrogados. Esto se engancha perfectamente con el tema de la repetición. Son 2 textos que se enganchan
perfectamente.
Luego Freud elucubra sobre si este amor es real o ilusorio, y dice que como todo amor, tiene un sesgo de real, no es
ilusorio. Hay algo que, efectivamente, se ha tocado en el tratamiento, y el amor tiene un punto real, aunque el
objeto sea un subrogado.
Ahora, ¿Cómo salir del aprieto? ¿Cómo resolver? Freud dice que el camino del analista no consiste en consentir a la
apetencia amorosa, que se debe tomar un camino distinto para el cual la vida real no ofrece modelos , o sea que es
un modelo que uno tiene que inventar con cada paciente, uno tiene que “cuidarse de desviar la transferencia, de
ahuyentar o de disgustar a la paciente, y con igual firmeza debe abstenerse de corresponderle. Uno retiene la
Transferencia de amor, pero la trata como no real, como una situación que se atraviesa en la cura, que debe ser
reorientada hacia sus orígenes inconscientes y ayudar a llevar a la Consciente lo más escondido de la vida amorosa
de la enferma para así gobernar. Cuanto más se impresione uno mismo que está a salvo de toda tentación, más se
extraerá de la situación su sustancia analítica”.
Tratar como no real a la transferencia de amor. El amor es genuino, pero no es real.
Dar la impresión de que se está por fuera de las tentaciones.
Y continua Freud: “la paciente cuya represión sexual no ha sido cancelada, sino solo empujada al trasfondo, se
sentirá entonces lo bastante segura para traer a la luz todas las condiciones de amor, todas las fantasías de su
añoranza sexual, todos los caracteres singulares de su condición enamorada, abriendo desde aquí el camino hacia los
fundamentos infantiles de su amor”. Se empuja al paciente al pasado, a las mociones pulsionales infantiles, fantasías,
recuerdos, etc.
Es decir, si hay que atravesar todo este arduo camino de la transferencia, todo esta escuela del padecer, como dice
Freud en el Hombre de las ratas, es porque uno quiere llegar a algún lado, es decir, a conocer estas mociones

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pulsionales infantiles, estas condiciones de amor infantil, y para eso es necesario ese arduo camino de la
transferencia.

Para Freud la TRANSFERENCIA es un LAZO LIBIDINAL, es la libido insatisfecha la que va a formar ese lazo.
Lacan va a empezar desde otro lado, desde el Sujeto Supuesto Saber, que es el pivote de la transferencia. No va a
empezar por lo libidinal, sino que empezará por el LAZO SIMBÓLICO DE UN SUJETO HACIA OTRO QUE SABE. ¿Por
qué Otro que sabe? En principio podríamos decir que todo este campo de los fenómenos de amor, odio, bronca
vergüenza, etc., este campo fenoménico que se revela, podríamos ubicarlo en la relación del paciente con el analista.
Pero Lacan va más allá de eso, va hacia qué es lo que hace que haya una transferencia hacia una persona que sea
diferente al lazo que hay entre todos los seres hablantes. El cuerpo, la presencia del otro, moviliza la pulsión,
moviliza estos fenómenos. La diferencia entre transferencia social y transferencia analítica, es que en esta última el
sujeto se dirige a otro en búsqueda de un saber, que supone que tiene un saber, al que supone que tiene la
respuesta para lo que le pasa.
En principio podemos decir que suponer que el otro tiene un saber es el correlato imaginario en términos de enigma,
implica un querer decir, pero no sé qué quiere decir. Ese “no sé qué quiere decir”, empuja a la búsqueda de ese
otro que puede ser que tenga el saber de lo que quiere decir. De ahí el “supuesto” saber.
Entonces cuando LACAN DEFINE EL SUJETO SUPUESTO SABER podemos decir hay una VERTIENTE IMAGINARIA en
relación con que se le atribuye un saber, significa que “el otro sabe”, “el otro estudio”. La VERTIENTE SIMBÓLICA
está en relación con el enigma, el qué. Quiere decir algo, pero no sabemos qué quiere decir, es un significante que
busca sentido. El saber, EL SSS, LO TIENE EL INCONSCIENTE DEL PACIENTE, no el analista.

Teórico 5 Clase 7/5/2012 - Arturo Frydman

Obstáculos a la asociación libre, por un lado la cuestión del determinismo mismo, que es un determinismo que
podría llegar a topar hasta un cierto punto de la verdad del sujeto, un punto de horror así como la consecuencia de
asociar libremente y no llevada directamente a un más allá del principio del placer, es decir que no era nada
placentero eso de asociar libremente y en ese asociar libremente empezaban a desplegarse ciertos efectos.
Efectos no esperados que Freud le fue dando su lugar y que eran manifestaciones de la transferencia, he aquí lo que
hemos puntualizado hasta acá, pero falta decir algo más, es decir que dentro de las restricciones de la libertad
asociativa el mismo Freud también nos alerta respecto de algo que tiene que ver con la estructura misma, es decir
dentro de lo que hemos nombrado sería equivalente para todas las estructuras, ustedes saben que la asociación
libre, la talking cure, es decir el hablar curándose fue también un invento de la histeria o de l a relación de Breuer con
la histeria, el neurótico obsesivo no es tan proclive a la asociación libre .

Inhibición, Síntoma y Angustia, en la página 316, Freud dice “según mi experiencia, el neurótico obsesivo halla
particular dificultad en obedecer a la regla psicoanalítica fundamental, su yo es más vigilante, y son más tajantes los
mandamientos que emprende, probablemente a consecuencia de la elevada tensión del conflicto, entre su superyó y
su ello, en el curso del trabajo de pensamiento tiene demasiadas cosas de las cuales defenderse”. Los mecanismos
defensivos, electivos y predilectos para la neurosis obsesiva, que son por un lado la anulación retroactiva, hacer
como que algo no ha sucedido y por otro lado el aislamiento, en esta cuestión del aislamiento podríamos decir, algo
del orden casi universal, es decir, lo que llama la atención, prestar atención a algo implica aislarse de otras cosas,
pero lo que Freud dice que este neurótico obsesivo tiene que estar permanentemente pendiente de las cosas que
tiene que aislarse, es decir de lo que a él le llega como impulso, como estímulo del conflicto entre una pulsión por un
lado y una objeción a esa pulsión del lado del superyo, entonces ante esto es que cada una de las palabras que
podrían acceder a su consciencia en términos de asociaciones permanentemente están puestas en cuestión de “lo
debo decir, no lo debo decir, está bien que lo diga, que es lo que va a pensar”, y todo esto hace que sienta, ustedes
van a ver como en el caso de la neurosis obsesiva es mucho más dificultosa

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Inhibición, Síntoma y Angustia, hay una referencia al punto A que se llama RESISTENCIA Y CONTRAINVESTIDURA, en
este punto hay dos temas que Freud nos plantea, por un lado la resistencia tendría, en la elucubración freudiana
llega a localizar cinco tipos diferentes de resistencia, es decir que hablar de resistencia, es decir lo que hace de
obstáculo en la asociación libre, no es solamente la resistencia de transferencia de lo que hemos hablado sino que
hay cinco versiones de la resistencia que está suficientemente clara en Freud para que ustedes la lean pero que ese
es el punto que tienen que registrar de este pequeño apartado de la bibliografía, y después hay otro tema que
también me parece que es importante, es la otra parte del título, e l título menciona resistencia y contrainvestidura.
Parece ser que la resistencia se ejerce a través de la aplicación de una cierta forma de contrainvestidura, lo mítico,
mítico digo porque, no sé si ustedes alguna vez entendieron que es la contrainvestidura, venía una investidura, del
lado de adentro, del inconsciente, que quería salir para afuera, y del otro lado entonces le hacían la contra y esa
contra era una contrainvestidura, las contrainvestiduras no son unos guardias de seguridad, sino que son ciertas
formas que asume el sujeto en su reiteración, que adquieren cierto carácter sintomático y que esa forma que en su
reiteración, en su repetición, funcionan como defensa a los fines de que algo de lo reprimido no aflore . Entonces
fíjense, esto por supuesto que corresponde en el lugar donde hay que ubicarlo, que la pulsión en su efecto
continuado produce ciertas alteraciones del yo, es decir, en tanto las pulsiones es algo que pulsa, que puja
continuadamente, la defensa que se ejerce contra esa pulsión es cierta deformación, cierta alteración del yo, esa
alteración del yo a veces asume la forma de carácter y a veces la forma de contrainvestidura, entonces a los fines
de la imaginería, menciona algunas, planteando desde estas alteraciones del yo a veces aparecen como el síntoma
principal del cuadro, fíjense, cuando lleguemos a la unidad correspondiente, de diferenciar inhibición, síntoma y
angustia, y aún vamos a tener que diferenciar lo que es el carácter de un síntoma . Sin embargo esta
contrainvestidura dice que a veces toma tal lugar en el cuadro que asume el carácter de síntoma principal, no quiero
tomarlo literalmente, pero aquello que más llama la atención del cuadro, aquello que más fuertemente lleva al
paciente al tratamiento.
Por ejemplo, en el neurótico obsesivo, la alteración principal del yo tiene que ver justamente con las formaciones
reactivas que se producen a raíz de un empuje de un cierto erotismo anal, cuáles son las alteraciones de carácter, la
compasión, el escrúpulo, la conciencia moral y la limpieza, es decir que tenemos un neurótico obsesivo caracterizado
por estos rasgos que un neurótico obsesivo podría decir, bueno, yo soy así, yo soy una persona compasiva o muy
escrupulosa o bien muy limpito y sin embargo da a entender que en estos rasgos que nos pone como prioritarios, lo
que está en juego son esas pulsiones, esa pulsión anal frente a la cual está operando estos rasgos de
contrainvestidura.
Por otro lado, en relación a la histeria va a decir lo siguiente “no tienen, en el caso de la histeria, la misma naturaleza
de rasgos de carácter, sino que se limitan a relaciones muy especiales”.
¿Por qué está dentro del capítulo de las resistencias a la libertad asociativa? Porque fíjense que si esto se está
operando como defensa, difícilmente se deje correr a los fines de poder asociar libremente al respecto, hacer a
ustedes complicado, cómo abordar el caso y desde qué lugar.

LAS ELECCIONES DEL SER HABLANTE. Este capítulo de algún modo concluye o contempla lo que es la orientación del
programa, en términos de poder contribuir ahí en la clínica, algo que tiene que ver con cierto funcionamiento del
mecanismo, o eso podríamos decir, por un lado es mecanismo pulsional, pero frente a ese mecanismo pulsional, el
empuje recién decíamos de la pulsión, hay algo que responde por ejemplo defendiéndose, es decir que tenemos que
distinguir de toda la concepción freudiana si bien es una concepción sobre el determinismo, ya sea el determinismo
del significante, ciertas marcas, huellas mnémicas que conforman y demarcan el inconsciente, que integran el
inconsciente, y que esas marcas van a determinar todas las producciones posteriores, del mismo modo, se van a
marcar ciertas condiciones de amor y ciertas condiciones de goce del sujeto lo que hace que uno tenga, en términos
freudianos, ciertos modos de relación amorosa y no otros, y ustedes saben cuál es el texto de estas vías de las
condiciones de amor y demás pulsiones que se satisfacen en esas condiciones de amor que hace que uno tenga
ciertas limitaciones, porque pareciera que siempre la pareja es la misma con distinto rostro, es decir se cambia de
máscara pero siempre a uno le termina pasando lo mismo con una pareja y con la otra.
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En ese sentido de la repetición, podemos decir que hay algo que no se elige, algo que escribió y se escribió de una
determinada manera, hay algo del orden del significante, de lo simbólico como también del orden de las pulsiones,
pulsiones que están en juego, modos de satisfacer esas pulsiones. Pero por otro lado tenemos todo este otro campo
que es el CAMPO DE LA RESPUESTA SUBJETIVA, es decir que no hay uno sin el otro, tenemos una pulsión pero
tenemos una respuesta subjetiva.
Si hay un síntoma, que es lo que a nosotros nos importa tanto, la existencia de un síntoma como la brújula de todo
un tratamiento, el síntoma también es el producto de una lucha entre algo no elegido, es decir una libido que quiere
satisfacerse y por otro lado ciertas objeciones a la satisfacción de la libido, objeciones que por cierto no son del
orden de lo consciente y de lo voluntario, pero cuando hablamos que hay una represión, de qué estamos hablando,
cuando hablamos de una defensa, de qué estamos hablando de una operación subjetiva, que se opone, que
deniega cierto modo de satisfacción, no es la liberación de satisfacción que puede darse en el exterior, ya lo vamos
a ver con mayor precisión en la Conferencia XXIII, es decir la denegación que podríamos decir , depende de las
condiciones del medio o de las condiciones que haya un partenaire adecuado para la satisfa cción, se trata de las
objeciones que vienen de adentro, esas objeciones digamos así, como que vienen de adentro, no sabemos si vienen
de adentro pero lo cierto es que están más del lado del sujeto que eso otro que no se elige , y que a uno no le es
impuesto.
Entonces, esta doble vertiente, que se manifiesta tan fuertemente en la clínica y que no tiene que ver con algo a lo
que se podría llegar a concluir como una suerte de cortocircuito, vos estás enfermo, o te angustias porque quieres,
no se trata de eso, entiéndanme por favor, no es esa psicoterapia doméstica que a veces le hacemos a nuestros
allegados, déjate de joder con esas estupideces, anda a la peluquería, cómprate algo, ponte linda y salí, como si esas
estupideces a uno le pasaran porque quisiera como si fuera un efecto de la voluntad de uno, no se trata de eso, pero
sí no podemos desconocer que algo del orden de lo electivo del lado del sujeto, del lado electivo que a veces se
puede dar desde los primeros meses de vida, no solamente se puede dar, se verifica, estos niños que son
inapetentes y que escupen la comida, estos bebés, esas madres que se quejan de que el nene no me come, ese nene
que no me come, por qué no me come?, ya Lacan, no sé en qué seminario, entre el 4 y el 5, la apreciación respecto
de la anorexia como aparece tempranamente como una defensa del sujeto ante lo que llama algo así la papilla
asfixiante de la madre, es decir que la madre está intentando atiborrar a su hijito de comida, no por exceso, sino por
ese modo de aplastar el deseo del niño bajo una demanda excesiva, va a ser rechazado por el sujeto, es decir que no
todo es lo que viene de afuera, sino que también hay una respuesta subjetiva y en ese sentido podemos verlo en
momentos bastante tempranos, bastante cruciales, como por ejemplo esta cuestión de la anorexia infantil.
Lacan retoma esto y podemos decir que Lacan también sostiene estas dos vías que permite desde el psicoanálisis,
como una doctrina que es absolutamente determinista, es decir hay algo del orden de la estructura que se
determina, que marcó el cruce, o que también dentro de esa estructura vos tuviste alguna participación en cómo te
ubicás en el marco o en el contexto que esta estructura te enfermó. No es casual que el sujeto del psicoanálisis es un
sujeto que está, que se define entre significantes. Se habla de que un significante representa a un sujeto para otro
significante, es decir que si tenemos un significante y tenemos otro significante, el sujeto se inscribe en el medio, en
el intervalo, no se inscribe en lo que sería la estructura, la estructura lingüística, la estructura de la lengua
propiamente dicha, estaría ahí en el medio, inscribiéndose entre un significante y otro. En ese sentido en el sujeto,
entonces no es el sujeto que está absolutamente, digamos si bien es un efecto del significante no está condenado a
ese significante, porque estar condenado a un significante, significaría que ese significante lo nombra absolutamente
al sujeto y no hay ningún significante que lo nombre, decir que un significante representa a un sujeto para otro
significante que está en falta, que representa al sujeto para otro significante, que también va faltar, porque en
realidad es un significante que falta.
Sujeto definido por Lacan así como un SUJETO BARRADO ES UN SUJETO PUNTUAL Y EVANESCENTE, porque es
puntual porque localiza puntualmente entre estos dos significantes, pero es evanescente porque cuando aparezca
otro significante este sujeto ya será otro. Si han asociado habrán visto que las cadenas asociativas nunca se terminan
de cerrar. No está concluido en esa dimensión de los preconscientes, cuál es el significante que representa al sujeto,
porque no hay un significante que lo represente; pero ¿dónde está el sujeto?, el sujeto está en el medio y este sujeto
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que es efecto del significante, también lo tenemos que articular con que algo de él podría en algún momento, no
sabemos cómo ni de qué manera, TOMAR POSICIÓN ante esto.
Esta cuestión Lacan la articula con la psicosis, tenemos una teoría de la psicosis, diciendo que f altó la inscripción de
un significante fundamental, el significante del Nombre del Padre, que es el significante de la ley, que
ordena/comanda toda la cadena de significantes. Si se te inscribió ese significante sos un neurótico, si no se te
inscribió ese significante sos un psicótico; es una cuestión de estructura, se inscribió o no se inscribió. En “Sobre una
cuestión preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis” Lacan dice: “además de la inscripción de ese
significante primordial se trata de que el sujeto puede mandar a paseo a la ballena de la impostura del Nombre del
Padre”. Es decir, que no se trata solamente de asociar ese significante con algo de un orden de transmisión, dentro
de la relación del hijo, madre, padre, y algo que a través de cierta encarnación del padre la madre transmite.
También hay algo donde el sujeto puede asumirlo, puede tomarlo o puede mandarlo a paseo, mandar a paseo o
desestimarlo, desestimarlo, quiere decir que ese significante del Nombre del Padre no es como tal la voz de Dios, en
algún momento de la vida uno escucha la palabra divina y quedó ese significante inscri pto, puede ser cualquiera.
Lacan dice la impostura del significante, ese significante puede ser una impostura en sí mismo, el significante
Nombre del Padre no es un significante que está grabado en mármol en letras en relieve, es un significante más,
pero oficia, OPERA COMO SIGNIFICANTE ORDENADOR de toda la cadena. PARA LA INSCRIPCIÓN ES NECESARIO
ADEMÁS, que haya un CONSENTIMIENTO DEL SUJETO EN SU INSCRIPCIÓN, no es sin ese consentimiento. Esta
teoría que podría ser absolutamente determinista o mecanicista, de la inscripción o la constru cción de ese
significante, encontramos también que está marcado que esto NO ES SIN UNA POSICIÓN, una toma de posición del
sujeto. Pongan la oreja en LA POSICIÓN ELECTIVA, que hay un primer paso que es la aceptación, sí hay una posición
electiva, después queda aceptado o rechazado. Lo que quiero es ilustrar una temática que solemos verla más que
nada del lado determinista, y es que frente a la inscripción o no inscripción de ese significante. La llamada forclusión
no es algo que viene de afuera exclusivamente, es decir que no vino, que no hubo padre, que la madre no
transmitió ese significante, sino que acá Lacan agrega que frente a ese significante planteado como una impostura
podría ser una posición de rechazo al mismo. No está desarrollado en la “Cuestión preliminar..”, pero aquello que
está expresado en las dos últimas páginas, es decir que no es difícil de localizar la referencia al que Lacan afirma lo
del Nombre del Padre.
Entonces, cuando hablamos de represión, desestimación, los mecanismos freudianos, cuando hablamos de
renegación, de la respuesta subjetiva, ya sea la pulsión, la amenaza de castración o la inscripción o forclusión sobre
algo, estos mismos términos implican cierta respuesta subjetiva que podemos expresar en términos de una
POSICIÓN ELECTIVA DEL SUJETO, el sujeto ahí tendría la posibilidad de optar.
Si hay una posibilidad que nuestra INTERVENCIÓN produzca algo, tenemos que pensar que la intervención
difícilmente movilice algo que es del orden de la estructura y la estructura para Lacan es la estructura de la lengua,
de lo que se trata justamente es de MOVER CIERTA POSICIÓN DEL SUJETO, se trata de que el sujeto se posicione de
otra manera frente a ciertas decisiones y elecciones que tomó precozmente en algún momento del desarrollo de su
historia, de su libido, de su producción como sujeto.
LACAN “Acerca de la causalidad psíquica”
La locura responde a una insondable decisión del ser. Lacan con esta insondable decisión del ser, podemos decir que
se refiere a ese ser que no es sujeto del inconsciente, ese ser toma decisiones y algunas de esas decisiones son
INSONDABLES, es decir no podemos llegar hasta el momento de tomar la decisión. Estrictamente hablando muy
pocas veces uno sabe en qué momento tomó una decisión, qué es lo que lo llevó a uno a tomar una decisión. Hay
algo del saber popular que contiene verdades, eso de consultarlo con la almohada para mi es sum amente verdadero,
porque las mejores decisiones no son las que uno piensa, que uno se despierta y dice voy a hacer esto, tal vez uno
pueda llevar adelante esa decisión, pero si a uno le preguntan cómo fue que se d ecidió, es muy difícil de decir.
El punto dos de este artículo que se llama la “Causalidad esencial de la locura”, va a desembocar precisamente en
que hay una DECISIÓN DEL SUJETO. Algo que no está en este punto, sino en la página 148, Lacan en un debate con
Henry Ey, porque Henry Ey define a la enfermedad como un insulto a la libertad, que la libertad no es causada por la
actividad libre, es decir psicogenética, es decir que la posición de Henry Ey es que cuando uno está loco, es
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interesante el término loco, porque nadie puede decir que no estuvo loco, sin distinguir entre Neurosis y Psicosis, yo
me incluyo entre los que tienen historias de locura periódicos, que no está nada mal por cierto, pero en ese punto
entonces se trata de determinar cuál es la causalidad de ese episodio de locura y qué es lo que va a caracterizar la
locura, la locura va a ser caracterizada acá por Lacan por la creencia delirante, la creencia delirante, cuando uno
está loco cree firmemente en algo, tan firmemente que no hay nadie que te lo saque de la cabeza. Hay diversos
grados de locura en términos de creencia delirante, creencias delirantes todos tenemos, en mayor o menor grado y
el tema es que alguien puede creerse algo, cómo es que uno se lo cree, ¿cómo se llega a ese punto de la creencia
delirante? Lo primero que va a plantear, va a contraponer la cuestión de la creencia contra, oponiéndola al
fenómeno del desconocimiento, ustedes saben que para creer delirantemente en algo, uno tiene que desconocer
otra cosa. Siempre que hay una creencia hay necesariamente una operación de desconocimiento, un desconocer
porque si no habría como una suerte de dialéctica, pero para desconocer, dice Lacan, es necesario previamente
haber reconocido, no se puede desconocer lo que no se conoció previamente, no hay desconocimiento sin un
conocimiento previo, entonces el desconocimiento que lleva a la creencia delirante es una RELACIÓN SUBJETIVA.
no podemos pensar que a uno se le meta fuertemente en la cabeza una idea sin pensar que no haya alguna
operación del sujeto, no alcanza con decir que hubo un incremento de la serotonina, sino que se trata justamente de
un punto donde hay una OPERACIÓN ELECTIVA y ¿esa operación en el sujeto cuál es? es desconocer algo que
reconoció previamente. Los fenómenos en los cuales hubo un cierto reconocimiento y luego un desconocimiento
que le retornan al sujeto como creencia, como creencia delirante, es la incumbencia personal , ese punto de eso me
incumbe personalmente, no es algo del orden de lo que sucede con la realidad, sino una realidad que me es
particularmente dirigida a mí. Esto entronca con otro punto que es el punto de la IDENTIFICACIÓN, podríamos decir
en términos simples que hay un creer y hay un creérsela, se habla, se introduce que hay algo del orden del creer que
no es el de que yo creo que hoy es un día muy caluroso, o yo creo que en Francia ganaron las elecciones porque, sino
que son términos que directamente apuntan al portador de esa creencia, se la creyó, se la cree, es un creído, que
se cree, es decir que no es la creencia que anda circulando por el mundo, sino que es alguien que tiene una creencia
que está invadido, tomado por una creencia. Pero podríamos decir que esta creencia carece de algún tipo de
mediación, porque para uno es molesta, entonces Lacan acá evoca una frase de Foucault que la frase preciosa que
dice: “si un hombre cualquiera que se cree rey está loco, un rey que se cree rey también está loco ”, ¿por qué
preciosa?, porque creerse rey ya es un creérsela, creérsela en el sentido de que efectivamente , sin ningún tipo de
mediación Dios, a través de mi padre me ha investido como rey. Otra cosa es saber que por suerte o
lamentablemente, uno nació en determinada familia y por pertenecer a esa familia a uno le toca de cumplir con la
investidura de ser rey, es decir que es absolutamente diferente cumplir la función de rey que creerse que uno es un
rey, es absolutamente diferente y esta es una frase aplicable a cualquier función de la que desarrollamos
habitualmente. Una cosa es creérsela y otra cosa es creer que uno tiene que desarrollar determinada función. ¿De
qué depende que uno crea en, y que uno se la crea?, lo que depende va a decir Lacan, es que si esta identificación es
una identificación mediada o si se efectuó sin mediación, es decir que el Otro con mayúscula se llame Dios, lo que
sea, me coloca a mí en el lugar de tener que ejercer esta función de rey, de profesor, de padre, de hombre, de hijo,
de lo que sea, si es una identificación que está mediada, si ese significante al que yo me identifico esta mediado, me
viene del Otro con mayúscula o si me viene sin ninguna mediación del Otro, yo soy porque he nacido en este lugar,
he nacido junto con el trono en este lugar, entonces ahí me la creo. Y este me la creo, este creérsela es lo que Lacan
va a tomar como justamente el fenómeno de la creencia delirante, es decir el hecho de que uno se cree o uno se la
cree, como diríamos en nuestro lenguaje, ese creerse, creérsela, es creer en una identidad que no pasa por el Otro,
es el desconocimiento del proceso mediado que hay en el conce pto de identificación, cuando hablamos de
identificación hablamos de mediación, es a través del Otro, por vía del Otro, que uno obtiene cierto significante.
Por ejemplo, ustedes durante cuántos años estudian a los fines de que el Otro los invista con un diploma donde va a
decir sos un psicólogo. Y les digan y ¿por qué sos un psicólogo? Porque la Universidad de Buenos Aires, a través de la
Facultad de Psicología y firmado por la señora Decana, me autoriza a ser psicólogo/a. Ahora perfectamente
cualquiera de ustedes podría salir a la calle y decir soy psicólogo/a, simplemente uno se puede avalar en un ser, un
ser no mediado por el Otro, sin mediación del Otro. En este punto, el Otro, sin esa mediación del Otro es aquel que
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quiere imponer su ley a lo que se le aparece como un desorden en el mundo. Yo les pido que cuando lean estén
pensando en sus propios ataques de locura, cuando a uno le agarra un ataque de locura, precisamente lo que quiere
es esto, es imponer la propia ley de uno ante lo que a uno se le aparece como un desorden en el mundo. Lacan dice
que hay un punto de insensatez, precisamente hablar de locura y hablar de creencia delirante, que justamente es
hablar de lo insensato, porque lo insensato es no reconocer que ese desorden no es un desorden que solamente uno
reconoce en el mundo sino que es un desorden del Otro y que es la manifestación misma del ser de uno. la
manifestación misma del ser de uno, eso que a uno se le aparece como desorden, a veces es desorden y a veces es
nada más que lo que se manifiesta afuera de un desorden nuestro. Lo que aparece justamente es reflejado en ese
exterior, algo que no puedo tomar como un desorden del mundo pero que aparece en ese exterior, entonces quiero
arreglar ese exterior sin poder ver que es lo mío que hay en ese desorde n del mundo, y ese es el punto donde Lacan
va a concluir toda esta argumentación en términos de y por qué es la mediación del Otro, que a veces se nos conecta
y a veces se nos desenchufa. ¿por qué para algunos está tan fuertemente desenchufado en esos que llamamos los
locos y para otros a veces se prende y a veces se apaga? DEPENDE DE LA INSONDABLE DECISIÓN DEL SER DONDE EL
SUJETO RECONOCIÓ, TOMÓ ESA MEDIACIÓN DEL OTRO O NO LA TOMÓ, es decir que tenemos como una versión
previa de la inscripción de ese significante privilegiado, de ese significante de la ley en el conjunto de los significantes
del Otro, que después se va a llamar el significante del Nombre del Padre. Allí tenemos una versión de lo mismo pero
en términos de esa mediación necesaria que hace que toda identificación pueda ser simplemente un creerse,
creerse que uno puede ser psicólogo es diferente a creerse que uno es un psicólogo, creer que ustedes van a
desarrollar una función no es lo mismo que creérsela. Freud en “Análisis terminable e interminable” dice cuál es la
actitud que tiene que tener este pobre diablo para ejercer como analista, es decir no le da un ser como analista sino
que le da al analista cómo ser, le da el ser un pobre diablo.

Teórico 6 Clase 14/5/2012 - Arturo Frydman

Vamos a continuar con la unidad esta que corresponde a esta diferencia entre la sobredeterminación y cierta
libertad de ELECCIÓN de parte del sujeto, fundamentalmente en relación a la producción de este síntoma y al
mantenimiento.
Soler - Elección de la neurosis.
Allí localiza dos vertientes, la finalidad de la neurosis, es decir ¿para qué la neurosis?, en el sentido de qué solución
aporta la neurosis, la formación del síntoma en la economía psíquica del sujeto. Por otro lado se puede formular
como ¿qué neurosis uno elige? Es decir que estamos en un campo un poco más restringido que el que planteamos la
vez pasada donde esta noción de elección también para Lacan, esta perspectiva era aplicable también en la psicosis.
Sin embargo en este trabajo, encontramos el acento puesto del lado de la neurosis en ese doble sentido va a decir
Colette Soler; elección de la neurosis gramaticalmente tiene un doble sentido como un genitivo, un genitivo
objetivo y un genitivo subjetivo. Responde a tratar la respuesta a esta doble vertiente, para qué sirve en principio la
neurosis, por qué alguien elige en determinado momento, solucionar algo del orden del trauma, por vía de la
formación del síntoma, y por otro lado cómo elige o cómo se orienta en un sentido o en otro sentido.
La primera puntuación que hace Colette Soler respecto del término elección es que NO HAY QUE ENTENDER
ELECCIÓN COMO UN LIBRE ARBITRIO SIN NINGÚN TIPO DE LIMITACIÓN, es decir ELEGIR QUE ESTÁ DETERMINADO,
que está acotado y la noción de elección ella la apoya en lo que Lacan va a definir de “elección” cuando va a hablar
de los procesos que intervienen en la formación del sujeto, como es el proceso de alienación. El llamado PROCESO
DE ALIENACIÓN, es decir que para que un sujeto se produzca primero ha de alienarse en el campo simbólico, es
decir primero ha de producirse ese sujeto como un efecto de lo simbólico y tiene que alienarse en ese campo
simbólico. Esa elección que sería la aceptación de la elección implica para Lacan una ELECCIÓN FORZADA, porque
uno elige al modo en que elige “la vida o la muerte”. Por ejemplo, cuando viene el ladrón y le dice a uno la bolsa o la
vida, ese tipo de elección, ese tipo de requerimiento, como un particular modo de elección, porque a uno le dan a
elegir pero uno no tiene mucha chance de elegir. Lo que es evidente en esta situación es que cuando uno elige, no
elije solamente aquello que va a entregar, sino que también elige con aquello que se va a quedar, es decir que toda
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elección, a diferencia de la idea que solemos tener de elección, quiero esto o quiero aquello, la elección también
implica elegir lo que uno va a perder, con qué se queda en menos. De ahí que en última instancia la elección que se
le presenta al ser hablante es una elección que implica siempre elegir, no entre lo bue no y lo malo, entre lo que
quiero y no quiero, sino que implica elegir entre lo malo y lo peor.
Entonces hablar de elección forzada, hablar de una elección que no se podría posponer, uno tiene que resolver
inmediatamente, y siempre está implicado el orden de pérdida. En ese sentido es un forzamiento a responder, es el
forzamiento a elegir y es un forzamiento perder, porque uno no sale indemne de esa situación . Entonces a la vez que
hay una alternativa, esta alternativa nos marca claramente el orden de la pérdida, no lo está posponiendo, lo está
perdiendo.
La otra cuestión que va a señalar Colette Soler es que esta elección forzada, si bien por su estructura hace evidente
lo traumática de la misma, es decir que ES UNA SITUACIÓN TRAUMÁTICA, por otro lado marca el nivel de la
alternativa que puede haber, hay alguna posibilidad frente al trauma, no es solamente lo traumático. Uno frente a
lo traumático puede responder, es decir si hay trauma, hay alguna posibilidad de posicionamiento del sujeto frente
al mismo.
Entonces tenemos la dimensión de la determinación, de la contingencia, pero también tenemos dentro de esa
contingencia hay una respuesta del sujeto, no es pura contingencia. Esto se puede pensar desde una misma
situación idéntica para todos, como cada uno responde de otra manera, se responde de una manera diferente ante
una misma situación, hay respuestas distintas.
Entonces tomemos la primer vertiente que Colette Soler nos indica que es para qué sirve la enfermedad, la
respuesta es una respuesta freudiana, y la respuesta que Freud dio es que la enfermedad aporta alguna
SATISFACCIÓN, es una SOLUCIÓN, es decir que la enfermedad implica un BENEFICIO, un beneficio que viene a
solucionar una situación que ha quedado inconclusa, irresuelta que es la de la insatisfacción de la libido. Acá
tenemos que hacer un paréntesis, porque otro de los puntos que ustedes tienen es la famosa Conferencia XXIII que
habla de la cuestión de las vías de formación del síntoma, es decir que el síntoma no es algo que se produce de una,
sino que tiene que hacer un cierto recorrido para que se produzca, y cuál es el recorrido que Freud detalla en esta
Conferencia, en principio es que la libido es algo que busca su satisfacción. Es decir que toda la vía de lo económico,
del goce, de la pulsión, de la libido, es algo que busca su satisfacción. Cuando insiste en buscar su satisfacción es en
el sentido inverso al del deseo, un deseo justamente es algo que se queda a medio camino en relación a su
satisfacción, por eso que se puede hablar de un deseo que sea insatisfecho, un deseo que sea imposible, un deseo
que sea prevenido, un DESEO ES EL ANHELO DE UNA SATISFACCIÓN pero no es la satisfacción en sí. En cambio la
libido, sí o sí se tiene que satisfacer. Entonces el camino que arma Freud, es que esa libido que va en busca de la
satisfacción, que supondríamos que estaría en el exterior. Pero esa libido se va a encontrar con una frustración de
esa satisfacción. Sería algo así, la libido va a la búsqueda de esa satisfacción y no encuentra el objeto q ue le puede
brindar esa satisfacción o el modo en que podría obtenerse no es la satisfacción esperada, o bien esa satisfacción se
ve frustrada porque por estructura no se puede satisfacer en ese objeto. Es decir que conceptualmente, en la
sexualidad infantil, los primeros afloramientos de la sexualidad infantil que van en búsqueda de un objeto en el cual
no se puede satisfacer, por razones de estructura o por razones de que ese objeto no está. La libido quería
encontrar su objeto, hizo el intento, pero se frustró. Entonces ¿esa libido va a buscar su satisfacción? esa libido
tiene que buscarla en otra parte porque afuera no la va a encontrar. Esa libido va a ir a parar a lo que Freud llama
los puntos de fijación. ¿Qué son esos puntos de fijación? Son marcas, huellas, inscripciones en las cuales ahí la
libido pudo satisfacerse. ¿Dónde encuentra la libido esa satisfacción, como encuentra esos puntos de fijación, cómo
saben dónde están? por las fantasías. Las fantasías son las marcas de esos puntos de fijación. Entonces, tenemos
esa cosa que es la fantasía y tenemos un cúmulo de libido que va a investir esa fantasía, y a ese estado Freud lo
llama las fantasías sobreinvestidas, es decir la fantasía se sobreinviste de libido. ¿Qué implica una fantasía
sobreinvestida? implica una imperiosa necesidad de satisfacción. Frente a ese sobreinvestimiento de la fantasía, en
este imperativo de satisfacción según el modo fantasmático, Freud dice que hay un POSICIONAMIENTO DEL YO. El
yo puede consentir ese modo de satisfacción o bien puede rechazar ese modo de satisfacción.
Esa fantasía sobreinvestida más el punto en el cual se produce una frustración interna, dice Freud, en ese punto
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serán las condiciones de formación del síntoma. No tenemos el síntoma todavía, pero para que se produzca
necesitamos esa doble articulación de una frustración: la frustración externa más una frustración interna. Una libido
que encuentra bloqueada su satisfacción por estas dos vías para que recién ahí se den las condiciones de formación
de síntoma. ¿Qué quiere decir las condiciones de formación de síntoma? que esa libido atravesando los desfiladeros
del inconsciente, por metáfora y metonimia, por condensaciones y desplazamientos, va a producir un modo de
satisfacción absolutamente extraño, paradojal pero sustitutivo de esa primera satisfacción que no encontró su
respuesta en un primer momento. Entonces es por eso que se entiende en la lectura de Freud, que no solamente
hay un punto donde interviene la dirección del sujeto, y por supuesto hablamos de dirección en términos no
conscientes de voluntad, sino en ese punto donde hay consentimiento o no, a un modo de satisfacción
determinado, que puede ser aprobado o puede ser desaprobado por ese yo. A partir de eso es que se produce como
salida, como solución a esa frustración de satisfacción, este producto, este engendro que es: un síntoma. Entonces
en ese sentido es que la enfermedad aporta una satisfacción, una satisfacción sustitutiva. Esa satisfacción
sustitutiva se aplica tanto a la producción del síntoma como al mantenimiento del mismo, porque como vimos es
necesaria la reedición permanente de ese síntoma, sino que la vía de formación del síntoma se sigue replicando,
repitiendo. Colette Soler da ejemplos: Dora enferma para forzar a su padre a elegir ent re la Sra. K y ella; como si
fuera una imposición al padre “o ella o yo”, es decir que el punto de la enfermedad es en ese empecinamiento de
Dora de forzar al padre a una elección. En el Hombre de las ratas, lo que va a plantear es esa elección entre la mu jer
rica y la mujer pobre también sobre la coyuntura del desencadenamiento de la neurosis.
Cuando uno llega a los casos se encuentra que esa elección ya está dentro de una coordenada preestablecida que
simplemente no elijo esto o aquello sino que hay una determinada coordenada que es de estructura. Lo que le
llama la atención es que LA CAUSA OCASIONAL DE LA ENFERMEDAD ES EN SÍ MISMA PROBLEMA DE ELECCIÓN en
estos dos casos, es decir que un sujeto enfrentado con una elección y una elección que no puede reali zar. Entonces
elije, según palabras de Colette Soler, no elegir como si esta fuera la fórmula de la neurosis “elegir no elegir”, hay
una incapacidad, el conflicto neurótico termina siempre siendo una SOLUCIÓN DE COMPROMISO. La solución de
compromiso implica el goce del síntoma, ese es el beneficio, es esa satisfacción paradojal, extraña, que en estos
casos, en los casos de neurosis que ustedes trabajan, pueden ser descifrados por vía del fantasma. Es decir que son
satisfacciones paradojales pero que con un sujeto en análisis se pueden llegar a descifrar; atravesar o recorrer esos
ciclos fantasmáticos.
Entonces hay una satisfacción y LA SATISFACCIÓN IMPLICA UNA VERDAD. Se goza de una verdad. Cada cual goza
de lo que puede, pero ese gozar de lo que uno puede, implica para el sujeto una verdad. En términos de articulación
de un goce con esa estructura del fantasma: la estructura del fantasma se anuda a lo simbólico, en lo simbólico
siempre está presente la cuestión de la verdad.
El término de satisfacción cambio de valor, porque es un término que atravesando esas cadenas de significantes del
inconsciente, vamos a tener en la situación un cierto residuo del síntoma. Por ejemplo que una tosesilla sea una
satisfacción, que un pensamiento repetido, compulsivo sea un tipo de satisfacción; no nos atreveríamos a decir que
una tos es una satisfacción o que un pensamiento obsesivo sea una satisfacción o que un ritual sea una satisfacción,
más en el punto en donde a los mismos sujetos: la tosesilla, los síntomas, sus rituales, sus ceremonias les empiezan a
resultar sumamente displacenteros. Sin embargo todo el recorrido, el entramado de un signo de la experiencia
psicoanalítica lleva a esa conclusión, de que esos residuos, no son un síntoma como la fiebre del paciente que e stá
con una neumonía que se está muriendo, no es la falta de aire del asmático que se agita, son a veces esas
indicaciones mínimas que ni siquiera el paciente ha advertido, y que precisamente lo que implican es que allí hay un
punto de satisfacción.
Pero no solamente la satisfacción que está en juego es esta satisfacción de la libido, en términos de satisfacción
sexual, sino que a partir del aislamiento, de otro modo de satisfacción, de una SATISFACCIÓN QUE ESTÁ MÁS ALLÁ
DEL PRINCIPIO DEL PLACER, en el síntoma se anuda esa otra satisfacción también y esto es lo que se hace evidente
en ciertas reacciones, como lo que Freud ha llamado la REACCIÓN TERAPÉUTICA NEGATIVA, cuando el paciente
entra en tratamiento empeora, dice Freud, cada vez que por la evolución del tratamiento debería su síntoma
mejorar, debería sustituirse de alguna manera. Entonces, la necesidad de castigo, también como modo de
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satisfacción, está implícita en el síntoma y también en el beneficio del síntoma. Está aquejado de un síntoma,
entonces satisface a dos puntas, por un lado satisface la libido insatisfecha y por otro satisface también esa
necesidad de castigo que Freud articula con un masoquismo original, lo articula con el superyo, y con la pulsión de
muerte también que está alojada en el síntoma y la desgracia en la desesperación del fracaso, en falla de los
tratamientos, en la necesidad que los tratamientos fracasen.
- Entonces, la 1ra vertiente. ¿Cuál es la FINALIDAD?, ¿para qué se elige enfermar?, ¿cuál es la elección de la
neurosis?
Según la experiencia analítica y lo elaborado por Freud es PARA PODER SEGUIR GOZANDO. ¿De qué? De una libido
que está insatisfecha, que ha quedado frustrada en su satisfacción y por otro lado de una necesidad de castigo que
también halla su satisfacción en el sufrimiento y en la desgracia.
- 2º vertiente ¿Cuál neurosis se elige? ¿por qué se elige determinada neurosis y no otra? con precisión no está
respondido, pero sí hay datos que frente a lo que serían los traumas sexuales infantiles, hay cierta respuesta
del sujeto que inducen a pensar a lo que va a ser una salida histérica o en lo que va a ser una salida obsesiva .
Es lo que Freud había planteado en la respuesta de la insatisfacción en el caso de la histeria frente a un encuentro
con la sexualidad infantil o la salida del exceso de satisfacción. Uno puede leer los casos de los relatos de los
encuentros con la sexualidad infantil son del tipo insatisfactorios o ya son directamente del tipo histérico porque se
presentan en una reacción de asco por ejemplo, de rechazo, de no querer saber, frente a cierto encuentro con algo
que presentifique la sexualidad, llámese del orden de la seducción del adulto, el trauma sexual o simplemente una
representación de eso, en la cual la misma sexualidad del sujeto infantil está implicada. Pero también tenemos los
otros casos, por ejemplo del Hombre de las ratas, ustedes saben que a él le gustaba hacer turismo aventura debajo
de las polleras de sus gobernantas, a decir del texto, no había nada más que le encantara que hacer unos p aseitos
por ahí abajo y encontrarse a veces con cosas horripilantes. Sin embargo en términos de Freud, eso le dejó una
ardiente curiosidad, es decir que eso no le produjo en ningún momento ni asco, ni repulsión ni insatisfacción, sino
que al contrario excitó mucho más su deseo de ver mujeres desnudas y Freud arma, construye una estructura de lo
que sería la neurosis obsesiva justamente a partir de esta articulación de términos que plantea una pulsión de ver,
un deseo de ver mujeres desnudas y una oposición a ese deseo de ver mujeres desnudas ya en términos de lo que
como deseo se le va a tornar ominoso, ese deseo de ver mujeres desnudas y el punto en el cual eso empieza el
sujeto a defenderse por vía de la formación de los síntomas obsesivos.
Colette Soler lo que va a abordar en esta DIFERENCIA ENTRE NEUROSIS OBSESIVA E HISTERIA ES TAMBIÉN EL
POSICIONAMIENTO DEL SUJETO, que sería otro momento de la construcción, fundamentalmente la construcción
Lacaniana, de esta diferencia entre histeria y obsesión, de lo que es un momento porque no es la versión Lacaniana,
sino que es una de las versiones Lacanianas para presentar el síntoma. EL SÍNTOMA RESULTARÍA COMO RESPUESTA
A ALGO QUE PARA EL SUJETO ES ANGUSTIANTE: que es el ENIGMA DEL DESEO DEL OTRO. Es decir el común
denominador para ambos es eso que se escribe como la tachadura del Otro con mayúscula. En principio la
tachadura quiere decir que es una estructura que no da garantía de sí misma, también quiere decir que en tanto el
Otro es barrado, es decir incompleto, en ese lugar de la incompletud se presenta la oportunidad que ese Otro desee
y no solamente que desee, que además de desear, este Otro obtenga un goce . En ese punto en la confrontación del
sujeto con esa estructura, lo que Lacan trabaja es la respuesta angustiante, la angustia como respuesta al enigma
del deseo del Otro. Confrontarse con un Otro, saquémosle al asaltante el arma, encontrémonos en una calle
solitaria con otro, ustedes van caminando en una dirección y en otra dirección viene otro, es mejor si e n la
escenografía le sacan un poco de luces y lo hacen de noche, y si le ponen alguna bruma londinense mucho mejor
todavía, ante ese desconocido, nadie me va a decir que no le surge ninguna inquietud, hasta que le vean algún tipo
de rostro, de señal que podría aplacar la inquietud de ustedes, pero ante ese desconocido siempre emerge algo de la
angustia, hasta el momento en que los dos se cruzan sin decirse ni hola ni chau ni nada, con lo cual ustedes pueden
verificar que ese otro no los desea a ustedes, sino que desea una cosa que está atrás de ustedes muy lejos, entonces
recién en ese momento sienten el alivio de haber atravesado una situación claramente inquietante, ominosa diría
Freud. Es decir esa es la representación del Otro barrado, es uno que no le da garantías, que yo no sé que es lo que
puede creer de mí, pero no se pongan de noche en una calle oscura, basta que suban a un ascensor con otro, y que
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sea medianamente largo, no dos pisos como en la facultad, además en la facultad podrían tener una suert e de
garantía porque todos los tontos que andan por la facultad, empleados, alumnos, pero no hay muchas alternativas
con las que uno se pueda encontrar, no tenemos violadores, asesinos en el ascensor de la facultad, pero digamos un
edificio alto, uno de esos ascensores además de acero, de esos bien blindados, modernos, que hasta le pueden dar
como el que tenemos acá los buenos días, las buenas noches y ustedes suben con otra persona, tenemos que
aprovechar esas circunstancias para mirar al otro, como se baja la cabeza cuando uno no sabe dónde meterse, el
más audaz podrá decir, qué clima eh, todo a los fines de aquietar un poco la angustia que surge de estar con ese
desconocido. Ante este Otro, donde ahí uno no puede distinguir con precisión qué otro es, ¿qué me quiere, que
quiere de mí? que quiere de mí en términos de qué desea de mí y que soy yo como objeto para ese Otro, hay
angustia y el modo de tramitar esa angustia tiene esas dos soluciones que Lacan ubica del lado histérico o del lado
obsesivo.
Del lado OBSESIVO, es OBTURAR ESA FALTA DEL OTRO, a través de sus distintas variantes. Lo que hace es o
denunciar la falta del otro o ponerse a trabajar para ese otro o obturar esa falta. ¿Cómo? a través de transformar
ese deseo en una demanda, ese ENIGMA DEL OTRO ES SUSTITUIDO POR UNA DEMANDA DEL OTRO; el otro quiere
esto de mí, y en tanto quiere eso de mí, entonces me pongo a trabajar para el otro, en tanto el otro aparece fallado
se convierten en esos justicieros de la calle, tratándole de dar ciertas garantías del otro que carece de garantía,
trabajando infinitamente para el otro, para cubrir la falta y siempre siendo recompensado por la insatisfacción del
otro.
En todos los obsesivos encontramos cómo sus SÍNTOMAS responden a esto, a obturar la falla en el Otro; a no poder
soportar a que al Otro le falte algo, a complementar al Otro y hacer que a ese Otro no le falte nada.
En cambio la VERTIENTE HISTÉRICA es otra. Empieza por la SUPOSICIÓN DE QUE EL OTRO ES COMPLETO, que al
Otro no le falta, y en tanto el Otro es completo, su trabajo va a ser justamente descompletarlo, causar una falta en
el Otro, hacer que el otro sea deseante. En ese momento que encuentra ese objetivo que es causar esa falta en el
Otro aparece como síntoma, la respuesta para esa falta también es un síntoma, porque el síntoma histérico, es la
pelea, es el vómito, es la nausea, es la descompostura, justo en ese momento en que se pudo producir esa falta, esa
barradura en el Otro.
COLETTE SOLER UBICA COMO ELECCIÓN DE LA NEUROSIS A LAS DIFERENTES POSICIONES QUE LOS NEURÓTICOS
TIENEN ANTE EL ENCUENTRO CON LA FALTA EN EL OTRO, O BIEN DE UN LADO OBTURÁNDOLA O BIEN DEL OTRO
LADO CAUSÁNDOLA.
LACAN dice que es EL ENIGMA DEL DESEO DEL OTRO LA CAUSA DE LO TRAUMÁTICO. Todo esto para Lacan va a
tener un recorrido, que va a llevar a que lo inquietante, lo angustiante, lo real no va a ser el enigma del deseo del
Otro sino algo mucho más traumático para el ser hablante que es no hay relación sexual. Ante no hay relación
sexual también la respuesta sigue teniendo esta misma forma. La histerica la suple a su manera con la insatisfacción.
El obsesivo suple la no relación sexual con ese trabajo extenuante para el Otro.
HOMBRE DE LAS RATAS: cómo interviene la elección del posicionamiento del sujeto en la producción o
mantenimiento de su síntoma: Podríamos decir en principio de la historia infantil: ¿cuál fue su respuesta al enigma
de la sexualidad o de la diferencia de los sexos? Ya casi de manera compulsiva viendo las intimidades de su
gobernanta, ahí ya vemos un modo de respuesta subjetiva y una elección en el sentido de quiero ver y quiero ver
más.
El otro punto que a mí me parece que es muy interesante para releer desde este punto de vista, de la ELECCIÓN DEL
SUJETO, de lo que se llamó el ocasionamiento de la enfermedad. Lo que generó el gran temor obsesivo, que fue el
encuentro con el llamado capitán cruel. Se puede decir que después del encuentro con ese goce que se representó
en la cabeza de este ser cuasi virginal de unas ratas penetrando por ciertos lados en un a situación de tormento, lo
que desencadenó la enfermedad: es decir la representación traumática del goce del torturador y del sufrimiento del
torturado. Entonces ese sujeto llega después de la construcción de ese gran temor. Sin embargo, leyendo con
detenimiento el texto es interesante como él se topó con este relato, y como él se topó con este relato interviene
cierto acto sintomático que podemos atribuir justamente a cierta elección del sujeto, en primer lugar una posición
de rivalidad que él tenía con los oficiales de carrera, él siendo obligatoriamente un oficial de reserva, ahí ya abría una
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cuestión de demostración que él tenía que demostrarles a los oficiales de carrera, el acto sintomático siguiente es
perder los anteojitos, anteojitos cuyo nombre es pellizcar, atenazar, en nota al pie de página es que el nombre en
alemán de ese tipo de anteojos justamente implica algo del orden de la tortura, el pellizco, entonces ya es bastante
sugestivo que haya perdido ese tipo de lentes, pero también dice que si él se hubiera quedado en la zona donde los
perdió, seguramente los hubiera encontrado pero para no tener que ser menos con los oficiales de carrera, dice
vamos, vamos, seguimos adelante, y simplemente recurre a pedir por correo un par de anteojos de reempl azo. Acá
viene la parte interesante, en un alto en estas maniobras él se sienta a almorzar, a comer, a descansar, no recuerdo
que era lo que pasaba, al lado de este que fue el capitán cruel en el relato, pero lo interesante que dice el texto es
que él ya había discutido varias veces con este tipo, porque este tipo era un amante de la tortura y él que era un
estudiante de derecho estaba en contra de la tortura corporal. Así que fíjense que este es un detalle nada menor, el
hecho de que él se va a sentar al lado de un tipo con el que él no está de acuerdo, con el que ya había discutido
varias veces. Entonces uno se podría preguntar, en el marco de unas maniobras militares, no había otro arbolito para
sentarse para comer un sándwich, tenía que sentarse justamente al lado de ese que a él le resultaba repugnante
porque estaba de acuerdo con las torturas y justamente sentarse al lado para sacar el mismo tema que el tipo viene
dándole letra, trata esta tortura maravillosa que es lo que lo va a desencadenar, ese punt o me parece que es
bastante ilustrativo de que las contingencias a veces son contingencias y a veces uno va en busca de esa
contingencia, no es casual que se haya encontrado con ese relato, él se acercó al relato, se acercó a seguir la
polémica esta de si tortura sí o tortura no, y es en ese marco en que el tipo le da la letra, le da el argumento para
algo que va a suceder inmediatamente y que en el libro dice de golpe lo asaltó la representación que eso le sucedía a
un ser querido. El otro dio la letra, dio el argumento, el libreto, pero ese libreto fue tomado, tamizado por el
inconsciente y dice de golpe lo asaltó la representación de que esa tortura le era aplicada a su ser querido, que
después resultó que eran dos de los seres queridos, su padre y su amada. Es decir, el argumento vino de afuera,
pero el inconsciente de este muchachito es el que produjo, armó la representación que a él lo sacudió, ¿ cuál la
representación que a él lo sacudió? la de las ratas entrando en el ano de su padre y de su amada. Ent onces, no es
que a él lo desencadenó el relato, a él lo que lo desencadena es esta irrupción de esta representación traumática,
irrupción de una representación que no es la que le dijo el capitán cruel. Pero ¿cómo es la participación del sujeto
en la producción de su síntoma y en el mantenimiento de su síntoma? Le pasó esto, pero le pasó en el marco donde
él buscó que le pase algo con este tipo. Por lo tanto, cuando yo digo el llamado capitán cruel no me refiero a la
metáfora de este nombre, sino que me parece que es mucho más importante la crueldad del propio Hombre de las
ratas que la crueldad del capitán, porque esa es la que lo sacudió, no fue el relato, no fue en el momento del relato
que él se desencadenó, fue cuando a él le vino esa representación.
El otro punto que cabe destacar es la ELECCIÓN DE FREUD COMO ANALISTA y cómo también este rasgo de la
criminalidad, de la tortura está marcada en la elección de Freud como analista. Ustedes saben que hay varios puntos
que podrían leer como se va armando la transferencia con Freud, en primer lugar una transferencia vinculada al
saber, porque él había ojeado unas páginas de un libro de Freud, que fue la Psicopatología de la vida cotidiana,
entonces él comenta en la primera entrevista que lo que lo llevó a Freud fue este lugar de atribuirle a Freud un cierto
saber, pero cuando se termina de esclarecer todo el relato del gran temor obsesivo, todos esos avatares, ese fracaso
de pagar la deuda, hasta el final que se encuentra con el amigo, con el amigo redescubre qu e en realidad no es el
teniente A, sino que es la secretaria del correo, va y le paga a la secretaria del correo la deuda, sin embargo le quedó
un resto de todo esto, que es que como no le debía a A y en un momento creyó que le debía a B porque alguien le
dijo: no esa plata se la debés al teniente B y después encontró la desmentida de eso, para cumplir el pago él le tenía
que pedir al teniente B que le reciba el pago para dárselo al teniente A o algo por el estilo, es decir que tenía que
hacer todo un ritual de que esa plata se la reciba otro para que ese otro se la pudiera dar y que finalmente él pueda
cumplir ese pago imposible. Freud entra en la transferencia como aquel que le iba a dar un certificado para que el
teniente B se preste a esta pantomima del pago, para que el paciente pueda pagar la deuda. Freud lo dice con estos
términos, la consulta al médico se había entretejido en el delirio, es decir que el analista o el médico en ese caso
quedó entretejido en la trama de cómo pagar la deuda a través de un certificado. Esto es muy interesante porque
ustedes van a recibir en la consulta mucha gente que va a venir a pedirles certificados, y uno cree que el certificado
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tiene un fin de salud, o un fin institucional, o para una licencia, o para una obra social o lo que sea, me parece muy
interesante reparar en este punto en el que Freud dice que este pedido de certificado ya era un modo en que el
analista estaba entretejido en el síntoma. Pero el tercer elemento que termina de anudar al analista y que
solamente ustedes lo pueden encontrar en los apuntes originales, al final del volumen, es que en un momento
confiesa que él supuso, que Freud tenía un familiar, en un país cercano, que había sido un criminal, que había
asesinado o que era buscado como asesino. Es decir, él estaba seguro que Freud tenía un familiar que era asesino, es
decir que el orden de la criminalidad fue también un rasgo que llevó a la elección de Freud como analista, no
solamente porque era un hombre de saber, supuesto saber podríamos decir, si no articulado en la transferencia en el
síntoma y articulado en esta puesta en acto de la realidad textual del inconsciente de tener un analista criminal,
criminal en el sentido de la criminalidad que va recorriendo, si la pregunta que él se hace, le hace a su amigo, si él es
un buen hombre o un criminal, a quién va a elegir como analista?, a un criminal.
Se puede decir que Freud es determinista, según como se lo lea, pero también da lugar a todos estos
pensamientos respecto de la elección, él es el que escribe un artículo que se llama la Elección de la neurosis, y que
todos los mecanismos freudianos: represión, desestimación, son todos mecanismos de RESPUESTAS DEL SUJETO
ante lo que para Freud es la angustia de castración. Ante la ANGUSTIA DE CASTRACIÓN, UNIVERSAL PARA TODOS,
(ENCUENTRO CON LA FALTA EN EL OTRO) ANTE ESE PUNTO DE LA ANGUSTIA DE CASTRACIÓN, EL SUJETO
RESPONDE ELECTIVAMENTE. Entonces hay una parte que no se elige, no elegimos la angustia de castración, no
elegimos la falta del Otro, eso nos viene del Otro, pero cómo respondemos, respondemos de una manera singular,
no elegimos el trauma, pero sí una respuesta frente a lo traumático. Todos los mecanismos freudianos son
mecanismos no determinados, no está determinado que vos respondas con una repre sión o respondas con una
desestimación; no está predeterminado que vos respondas de una manera o de la otra, ahí hay una respuesta del
sujeto. Cuál es el modo de satisfacción, eso no está predeterminado, es decir que eso es electivo. Freud dice el yo
puede consentir o puede no consentir. Hay una ARTICULACIÓN DE LOS DOS MECANISMOS, un mecanismo que es la
predeterminación, la determinación inconsciente, y otra cuestión que podemos leer en términos de elección del
sujeto.

Teórico 7 Vanina Muraro


Unidad IV – Fantasía, realidad, real
Vamos a hacer una suerte de introducción al Fantasma, vamos a pensar cuál es la necesariedad con la que arma
Freud pensar el CONCEPTO DE FANTASÍA y qué va a tomar Lacan en él, y en el tiempo siguiente, seguramente
retomaremos algunas cuestiones pero vamos a dejar para esa reunión la Conferencia de Colette Soler que se llama
El Trauma, que tiene cierta relación con qué sería aquello que filtra el fantasma, pero esto lo dejamos para la
siguiente.
Por un lado podemos pensar que en toda la obra de Freud hay momentos en los que verificamos cómo él se
adelanta a su época de producción, y esto tiene que ver con el desplazamiento que hace Freud, pensemos que es un
autor que nace dentro de lo que es el positivismo, el desplazamiento que hace Freud entre la verdad, la verdad
verdadera y la realmente acontecida, la realidad compartida por todos, comprobable a lo que nosotros podemos
decir que lo que importa es la realidad psíquica pero ese movimiento que va de lo verdadero a lo verosímil, en todo
caso, o aquello que tiene valor de verdad, que es lo más conocido de ese movimiento es la famosa carta 69 donde
Freud le dice a Fliess mis histéricas me mienten. Piensen que ahí todavía hay una idea de una realidad que no tiene
nada que ver con la realidad psíquica, la realidad acontecida, comprobable por todos. ¿Por qué las histéricas le
mienten?, porque todas hacen referencia a alguna escena de seducción por parte de un adulto, por parte de algún
hombre de la familia y Freud empieza a colegir, bueno esto no puede ser cierto. Este es un ejemplo, donde se
verifica este movimiento que hace Freud, porque Freud puede decir bueno, no me dedico más a las histéricas
porque son todas unas mentirosas, y que es de hecho lo que creía la medicina, aunque a veces si gue creyendo la
medicina. Si no que se dedica a la clínica, su clínica es una clínica atravesada. Este es un ejemplo claro de cómo él va
a pasar de esto vivenciado a la fantasía, a esto que de algún modo tiene valor de verdad para un sujeto en

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particular, no importa si aconteció, ya no nos importa tanto comprobar cuál fue la escena exacta, sino cuál es la
escena fantaseada.
Bueno, otro caso muy claro de esto es el caso del Hombre de los Lobos, pero en el caso del Hombre de los Lobos,
Freud está muy preocupado por encontrar la amenaza de castración, la escena de seducción o el coito parental, la
escena primaria, cuando no surge ese material, lo que hace, ese material, es construirlo, esa es una idea distinta de
la realidad, hay una realidad que podría ser construida. Colocamos las marcas de dónde hemos hecho nosotros ese
aporte, se le debe imponer cierta diferencia entre lo recordado y lo construido. Pero en el Hombre de los Lobos él
piensa de esta manera, hay un límite al recuerdo, que tiene que ver con esta idea de las histéricas me mienten, o
que hay recuerdos falsos, podemos decir entre comillas, mentirosos, fantasiosos. Freud, que tenía este método de
hacer consciente lo inconsciente, va a llegar que no todo lo inconsciente puede devenir consciente. “Hay cosas que
no se pueden recordar porque nunca se olvidaron, nunca se olvidó porque nunca fue consciente , pero es
inconsciente ahora, evidentemente hay algo reprimido, pero no es el reprimido al que estamos acostumbrados, que
aparece rápidamente en el olvido, en el lapsus, en muchos textos lo van a encontrar, en Fantasías histéricas, cuando
la hace la mención a las distintas fases de formación del síntoma, en Pegan a un niño cuando hace mención a ese
segundo tiempo que no puede ser recordado, que se construye. Pero lo que no puede ser recordado porque se
olvidó es distinto, en Conclusiones del psicoanálisis, dice que hay una pieza a la que no se puede acceder entonces
se construye, pero van a ver que se trata de un pasaje, de una realidad material a una realidad que tiene que ver con
cierta realidad lógica, podríamos decir para ese sujeto en particular, que tiene valor de verdad para alguien, en la
Conferencia XXIII de las conferencias de introducción al psicoanálisis. Y Freud va a colocar un pequeño texto, en que
él trabajó eso que no puede ser recordado porque no fue olvidado, se trata de la FANTASÍA DE LA NEUROSIS, hay
una cierta ACTUACIÓN. Y ya no interesa tanto si esto fue vivenciado o no fue vivenciado, por que fue traumático
para el sujeto, estas escenas tienen VALOR TRAUMÁTICO, se sigue pensando todavía la idea del trauma. Hay una
primera escena, ahora podríamos agregar fantaseada o vivenciada ya no nos importa, y una vivencia posterior,
accidental o traumática que revive la escena y la torna eficaz y ahí tenemos toda la estructura del trauma a la que
estamos ya familiarizado. Lo que importa es el valor de verdad.
Freud en distintos textos, en Mis Tesis, es un texto un poquito posterior a Tres ensayos, un texto sobre el papel de la
sexualidad en la etiología de la neurosis, él vuelve a ligar, así contundentemente siempre sí o sí LA CAUSA ES SEXUAL,
yo al principio decía no será que estoy privilegiando un factor de contracción de la neurosis por sobre otros y
después va llegando a la conclusión, diciendo que quien tiene una vida sexual normal no hay neurosis, llega a decir,
uno podría decir en general la amenaza de castración es la que él ubica ya sea para la neurosis como para la fobia, la
escena de seducción es la que el ubica para la histeria, pero podrían darse cualquiera de las tres y en general todas
estas, podemos decir, que la amenaza de castración implica un límite, una separación que viene dado por un adulto
a ese goce incestuoso, a ese goce en general masturbatorio. Si se fijan en los historiales en general está ligado a la
masturbación, el niño se toca y el adulto le dice: “los niños que se tocan recibe una herida aquí”, si se fijan en la letra
chica está ligado a la masturbación. En la escena de seducción podríamos decir que algo de la iniciativa viene del
otro, viene del otro la iniciativa de la sexual para la cual el sujeto no se encuentra preparado. Y la escena primaria,
que sitúa por un lado el origen de los niños implica siempre estar excluido del goce de los padres, queda por fuera
de algún modo. Sin embargo aunque parezca no sea tan fácil entenderlo a primera vista las tres corresponden de
cierta prematuración del sujeto a la sexualidad.
Lacan cuando retomando el caso Juanito en el Seminario IV dice que lo que es disruptivo para Juanito no es tanto la
amenaza de castración por parte de la madre, que la madre tenga. Que el propio nene ha desafiado las leyes de
gravedad, la irrupción del goce en el cuerpo propio, algo de eso que es propio que a la vez es ajeno, es lo que
también resulta como viniendo del otro podríamos decir, Lacan dice desafía la gravedad y él no sabe que hacer con
eso, ... para la madre ... y situó ahí el origen de la cosa, acá tenemos las tres escenas, las tres comparten ese carácter
traumático, las tres se dan prematuramente en el sujeto antes que esté preparado para ejercer la sexualidad,
podríamos pensarlo también en el contexto de extimidad de Lacan, no sé si saben lo que es lo ÉXTIMO, ustedes
tienen la figura de una goma, de una rueda y se paran en el centro, el agujero, s ería como un todo, están en el
centro pero están afuera, es como quien está excluido pero en el centro de esa escena, a partir de esto podríamos
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decir no nos interesa más si es o no vivenciado, como un patrimonio filogenético, como algo que es la estructur a
basal en la neurosis, inclusive, puede ser un dato diagnóstico, para hacer un diagnóstico diferencial, a ver si no
encuentro ni un síntoma contundente para hacer un diagnóstico por el síntoma que sería un dato seguro pero si
encuentro datos de la sexualidad infantil, el padre interdictor, el padre que se opone al goce masturbatorio, uno
podría decir orientándose en el diagnóstico de neurosis, porque es cierto que el diagnóstico se hace por el síntoma,
pero cuando el síntoma se hace por lo que se tiene, en esto que es la incomodidad de trabajar sin diagnóstico.
Todas estas operaciones, que yo les decía de la conceptualización de estas fantasías, tiene que ver con este agujero
con el que se enfrenta Freud, con este agujero que no adviene al recuerdo, que podríamos nosotros teorizarlos, el
límite, como la represión primaria, esto que no va a venir al recuerdo, entonces ahí se sitúa esta fantasía, Lacan va a
decir: LO REAL NO PUEDE SER SIMBOLIZADO, otro modo de pensar la represión primaria, ahí en ese punto
irreducible de lo real, en ese corazón nos encontramos estas fantasías, que tiene que ver con algo sexual, eficaz y
traumático. Esto nos conduce justamente al corazón del que es el papel de la sexualidad en la etiología de la
neurosis. Y todos estos textos comparten este ítem, el valor que tiene la sexualidad como elemento en la etiología
de la neurosis.
La elaboración de la sexualidad misma, que se comporta como un límite y nos volvemos a encontrar ese límite en el
análisis, pero no al modo del recuerdo, al modo de esta reelaboración de fantasías originarias, y es justamente en
este punto donde Freud va a decir ahí hay una RECONSTRUCCIÓN . La diferencia podríamos decir con la clínica
Lacaniana y la Freudiana, les habrán dicho que Freud construía él, ahí donde había un vacío, el proponía una de
esas escenas, la clínica Lacaniana no propone que construya el analista, sino que construya el paciente .
Por qué les parece esto, alguna idea deben tener de por qué no construye el analista, no insertar un sentido propio.
Otro texto que vamos a trabajar es “Fantasías histéricas y su relación con la bisexualidad” , un texto que les
recomiendo no solo para este tema, sino para el síntoma, tienen descrito una serie de funciones de síntoma
histéricos, está buenísimo cuando vayan a rendir el examen. Nosotros nos vamos a servir de la otra parte, de la parte
inicial del texto, ahí Freud va a hacer una operación, como la que hicimos nosotros acá, este es el trauma, en vez de
decir que tiene etiología traumática, vamos a decir que LA ETIOLOGÍA ES FANTASIOSA, la etiología tiene que ver con
la fantasía con un estado de la fantasía, y sitúa ahí tres momentos distintos, un momento autoerótico, ni siquiera
dice de masturbación, porque la masturbación siempre apela a una fantasía, no es solamente el acto mecánico, es
también la fantasía anudada al momento mecánico, un primer momento autoerótico, donde no hay fantasía, ni
siquiera lo llama sexual, porque esto dice que es autoerotismo. un segundo momento donde la masturbación se
anuda a una fantasía y un tercer momento donde se resigna la masturbación y queda la fantasía, el problema es
que la fantasía queda como no ligada, si la fantasía no se anuda a otro modo de satisfacción, con el tiempo deviene
inconsciente y Freud dice ahí están las condiciones dadas para la formación del síntoma, es la etiología de la
fantasía. Ahora, no de la traumática exactamente o podríamos decir como si la fantasía fuera traumática, y también
nos habla, produce varias cosas novedosas, en primer lugar no es la masturbación la que causa la neurosis
evidentemente, pareciera ser que la masturbación nos mantiene a salvo de la neurosis , eso es muy original para ese
tiempo también, fíjense cómo le indicó a Dora para que Dora confiese que se masturba por ejemplo, es uno de los
motivos por los que Dora se va definitivamente, estaba harta ya que le insista con el Sr. K y la masturbación, y
encuentra todo el tiempo la confirmación de que se masturba, porque trae la cartera, porque saca el dedo, porque
pone el dedo, es el peligro de buscar muy convencido lo que va a encontrar. Ahí Freud es genial a su época, no es la
masturbación lo que causa la neurosis, al contrario, es cesar esta práctica y que una fantasía no se anude , porque
bien se podría anudar a la vida sexual entre comillas digamos normal, la fantasía que antes se ligaba a la
masturbación, el otro elemento que introduce, que es muy interesante, es un cuerpo claramente recortado por el
significante, un cuerpo que a partir de los significantes que se ponen en escena de la fantasía se erotiza, esto es
muy sencillo, hay números de celular manda 2020 a caliente, y les mandan un texto y ese texto produce una
erotización en el cuerpo. Ese texto, hay un texto y ese texto tiene un efecto en el cuerpo, eso quiere decir que el
cuerpo está marcado libidinalmente, que tiene una relación libidinal en relación al significante, hay determinados
significantes que encienden el cuerpo, no será lo mismo para cada uno, habrá que ver cómo se juega esto en qué
contexto, de qué modo, pero no es un cuerpo cualquiera.
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Lo central entonces es, tener en cuenta que se trata justamente en esta fantasías que van a quedar inconscientes y
desanudar algún tipo de satisfacción, podemos decir sexual o... podemos pensar en orden algo más como la
sublimación, aunque Freud dice que la sublimación es para algunos pocos, hay alguna insistencia en la sublimación,
hubo una época en que mandábamos a todos a pintar, Freud dice la sublimación es para algunos poquitos. No es el
autoerotismo el que queda, como causación de la neurosis sino esta FANTASÍA NO LIGADA, estas fantasías
originarias que quedan ahí flotando Freud los va a llamar NÓDULOS, es como el nódulo ahí de la neurosis, podemos
pensar en relación a lo que va a introducir después Lacan con el FANTASMA, seguramente ya saben que fantasma y
fantasía en realidad son la misma palabra que es un problema de traducción el que tenemos nosotros, porque acá
tenemos el fantasma de la Ópera, entonces utilizamos fantasma y fantasía pero en francés es la misma palabra
fantasma y fantasía, aunque a mí no me gusta fantasma y fantasía es lo mismo porque en realidad es Lacan el que
utiliza fantasma y no es lo mismo que la fantasía freudiana, pero es lo que viene de la misma raíz, es importante
conservar esto que viene de la misma raíz, en esta fórmula que va a dibujar para el fantasma, en este matema, ha
como un oxímoron, esa figura retórica como ardiente oscuridad, es ardiente o oscuridad, inquietante calma, o
inquietante o calma, esos puntos de solución de lenguaje, acá está junto con este losange el sujeto y el objeto que es
lo más disjunto que hay, o estamos en el terreno del sujeto o estamos en el terreno del objeto, pero por esta juntura
queda como anudado, uno podría pensar que tiene distintas caras el fantasma, ahora vamos a ver, una cara que
tiene que ver más con lo simbólico, una cara que tiene más que ver con lo imaginario y una cara que tiene que ver
más con lo real, si pensamos en LO IMAGINARIO pensamos en lo que Lacan llama una selva fantasmática y pensamos
que todas esas fantasías que con más de una vergüenza podemos confesar, esta es la selva fantasmática, todas estas
fantasías las podemos ubicar en torno al fantasma, la fantasía que acompaña a la masturbación, los sueños diurnos,
podemos pensar siempre como dice, bueno todas estas elucubraciones que se comportan al modo en que se
comportan en este lugar, en el terreno de la ensoñación, en el terreno de la fantasía y la ensoñación es como si uno
tuviera todas estas especies que crecen en una reserva ecológica, crecen ahí porque es una reserva ecológica, si
estuvieran todos en el medio de la ciudad sería un desastre, pero en la reserva puede ser, en la selva fantasmática
crecen todas estas ideas alocadas, que son siempre que obedecen en ese sentido a modos de convertir el goce en
placer, el fantasma es una gran máquina de convertir el goce en placer, una fábrica perfecta de convertir el goce en
placer, aunque tenga los contenidos más extraños, a veces nos vamos a encontrar con que tienen ... masoquistas,
siempre se encuentra en las fantasías que va a recoger Lacan, que llama fantasía de la hazaña en la obsesión, por
ejemplo en el Hombre de las Ratas, él estaba muy enamorado de su amada no de la otra, pero que no parecía que
esta le otorgaba gran importancia al dinero, entonces él fantaseaba cuando ella se casaba con él, iba a progresar
hasta ser el gerente y cuando él cometiese una bajeza, con el marido, él está ahí para decirle, quédate tranquilo yo
hice todo este progreso en esta empresa para liberar al marido de esta culpa y el renuncia, es una fantasía medio
rara, como el Llanero solitario, no es que se queda con la amada, no se sabe muy bien cuál es el beneficio que
obtiene, esta es la fantasía de la hazaña en la obsesión, es perfecta para vérselas con la prima y no vérselas con la
dama, la dama sigue siendo imposible, y como esta todas estas que encontramos en la selva fantasmáticas, que
serían formas de la vergüenza, porque en realidad la fantasía se confiesa con vergüenza, pero que son asequibles a la
consciencia.
Alguna fantasía que insiste y esta fantasía que insiste tiene esta declinación, podemos pensar que es con tres
declinaciones, la primera sería un padre pega a un niño odiado por mí, que puede ser un hermanito, un rival, una
prima, la segunda yo soy azotado por mi padre y hay satisfacción ahí, hay satisfacción sexual y la tercera es una
variación de la segunda, adultos golpean a niños y yo posiblemente estoy mirando, el niño es reemplazado por los
niños y el padre es reemplazado por otros educadores. Yo soy azotado por mi padre y algo de la satisfacción hay
ahí, masoquista, como el axioma del fantasma, la podríamos pensar en este lugar, donde el sujeto queda a merced
del padre en tanto que, en tanto ser azotado, ser pegado, es un modo distinto de esta variación de ser satisfecho
sexualmente por el padre, y de algún modo entrega eso que tiene el fantasma, que yo soy azotado, soy un pegado.
Dora está del lado de ser chupada, como se ve, cierto lugar siempre en voz pasiva, donde él sitúa como objeto para
el otro, qué me quiere mi padre, pegarme, que sea pegado, ahora por qué dijimos axioma del fantasma, es un
término que toma una expresión de Lacan, ustedes saben que cuando hay un teorema, los teoremas tienen axiomas
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y esas axiomas no se discuten y a partir del axioma uno hace el desarrollo lógico del teorema, todo este desarrollo
tiene que ser impecable o tiene que ser lógico o si no se puede impugnar ese teorema, ahora ese axioma no se
discute, eso es así, es un axioma. Entonces lo que dice Miller es que acá se sitúa el fantasma y acá se sitúa la
neurosis, que EL FANTASMA INAUGURA LA NEUROSIS, da origen de toda la neurosis pero no tiene que ver con la
neurosis, incluso no tiene lógica para la neurosis, está en contradicción, se lleva mal con esa neurosis , uno puede
encontrar ahí cosas muy extrañas, como podríamos decir una ceniza de fantasma de ser golpeada, porque
justamente se lleva mal, es una contradicción, hay alguien que podemos decir que lo que significa muy bien es una
división, división subjetiva, que no es ni lo uno ni lo otro, la división que pensamos en Dora no es la cómplice ni la
víctima, está en ese entre, uno se equivoca si la coge como víctima o plantea si la contabiliza como cómplice, habita
entre esos dos lugares.

Pregunta de alumno no se escucha

Lo que se, podríamos decir, lo que se ve muy claro es que ese fantasma es inconfesable, para uno mismo, hay que
construirlo, porque es completamente contradictorio a la neurosis, ya no forma más parte de la selva fantasmática,
es una cara mucho más real, de articulación de una frase mínima como la que nos arma Freud que tiene una cifra de
goce, fíjense que inconfesable sería, gozo siendo pegado por mi padre que es un subrogado de ser satisfecho
sexualmente por mi padre, eso no se puede decir, ustedes piensen los diez mandamientos, el incesto no está ahí,
porque no se puede denunciar.

Pregunta: Vos dijiste que el fantasma tenía un aspecto simbólico y habías puesto en la selva fantasmática lo
imaginario lo que estás diciendo ahora sería el fantasma como real.

Esta cara, la más imaginaria, puede querer cobrar una cara simbólica pero que toma una cara más real, por eso
Freud dice no se puede decir, hay que construirla, uno podría decir la vamos a construir siempre deficientemente , si
intentamos completarle los brazos a la Venus de Milo, no van a ser exactamente los brazos como los hizo el escultor,
pero se construirá, porque es el único modo de acceder a ella.

Pregunta: Si separamos el fantasma del desarrollo de la neurosis, esto tiene que ver con lo simbólico ?

Es un simbólico muy raro, porque el axioma no responde a las leyes de lo simbólico, porque no se puede discutir, es
simbólico esto, se entiende lo que quiero transmitir, es un simbólico que cómo hace lo simbólico, uno dice algo,
entonces para aclarar dice otra cosa, y entonces tengo que decir una tercera cosa y me voy a pasar toda la noche
intentando precisarles lo que les quise decir metonímicamente y el axioma no es así, el axioma es eso, nos guste o
no nos guste ahí está cristalizado, por los siglos de los siglos, una línea tiene distintos puntos, entonces se acabó,
algo medio raro para pensarlo del lado de lo simbólico, tiene un vehículo la palabra, lo simbólico puede ser
engañoso, la palabra plena del psicótico, y eso que es, es simbólico, pero es el significante de lo real dice Lacan,
entonces no es exactamente lo simbólico, más bien lo que les quiero transmitir es que es algo de este orden. Que
no termina de ser simbólico aunque viene vehiculizado por estas calles, como diría Freud, siempre vamos a
encontrar en esa etapa al sujeto en una situación pasiva al otro, de algún modo.
El modo en el que es aprensible en la clínica, más fácilmente, está más ligado de otra respuesta que tenemos frente
al Otro que no es el fantasma pero que siempre está en consonancia con el fantasma; los ideales, los ideales son
qué me quiere?, me quiere mejor alumna, me quiere, ahí siempre hay como una dedicación al Otro de eso, me
quiere que me case, me quiere, podrían buscar ahí, pero siempre hay una dedicación al Otro, siempre es pasivo, que
es lo que sitúa Freud, la segunda fase es pasiva, es pasiva, masoquista y sexual . Es tan insoportable a la neurosis que
ni siquiera puede ser recordada, que nunca le dimos con los dientes, porque es tan refractaria a la neurosis, tan
refractaria al yo que nunca devino consciente. Acá es donde Freud dice que la fantasía del neurótico es perversa y
es un dato que conviene tener en cuenta al hacer un diagnóstico, la fantasía siempre nos da perversión cuando
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vamos a buscar, es siempre perversa y es siempre masoquista, lo que pasa es que más bien podríamos decir que en
muchas oportunidades el neurótico la padece un poco a esta fantasía.
Estas serían las frases gramaticales que se construyen en el análisis, la tercera fase, me parece que es más sencilla,
no un padre pega a un niño, sino la tercera que es una variación de la segunda es interesante, porque el sujeto se
corre del lugar de objeto y queda como deslocalizado, ¿por qué pegan a un niño?, y cuando Freud dice, dónde está
el fantaseador?, el fantaseador dice queda muy deslocalizado de la escena, el sujeto goza del padre pegando, del
maestro pegando a otros chicos y ésta sería la vía por la cual van a la consciencia, porque ésta es la vía del análisis, la
tercera, pero aparece siempre con vergüenza, con dificultad, había un texto que se llamaba Síntoma y Fantasma, el
sujeto entra al análisis por el síntoma y sale por el fantasma, se ve a la llegada a hablar del síntoma y finalmente
cuando se iba había atravesado, a mi me gusta la idea de travesía, atravesar es algo de agujerear, más bien cierto
rodeo, cierto vuelo por ahí, es interesante para pensar, no sé si es siempre así, recibimos pacientes que no vienen
con el síntoma construido, que vienen con un malestar o cierta fantasmática que produce mal estar. Pero es siempre
más fácil hablar del síntoma que del fantasma, nos permite quejarnos del síntoma.

Pregunta

En la primera no está como objeto, lo que dice Freud es que la primera no es sexual, es más del orden de la
ilegalidad, pero que todavía no es sexual. Ese contexto tiene un problema, es que todavía Freud no conceptualizó el
masoquismo primario, entonces qué pasa, concluye la segunda y tiene que ir a colocar una primera falta, porque
todavía no tiene pensado el masoquismo como primario, no sabe mos cómo sería si Freud se hubiera tomado el
trabajo de rescribírnoslo después que conceptualizó el masoquismo primario, quizás no sé siquiera cuál sería la
primera fase, no nos hizo ese trabajo, muchas veces hace ese trabajo, dice antes decía esto, ahora esta parte no
sirve, tenemos ese problema, una primera fase es no sexual, el padre pega al niño que yo odio.

Pregunta
En ese sentido Freud lo va a ver orientado, en la aparición del hermano, muy orientado en ese punto, y es una
orientación que no hay que perder en ese punto ver las grandes conmociones en ese niño, cuando el niño
reconstruye lo es aquí, la otra cosa que sitúa Lacan es cierta variedad del síntoma y cierta monotonía en el
fantasma, si bien nosotros podemos decir que el síntoma histérico adquiere cierta ... porque recorre una zona del
cuerpo, porque como hace a esa zona del cuerpo, porque tenemos la afonía, más el catarro vaginal que si bien está
en la vagina recoge un significante en la misma zona, tenemos todo esto, pero para el fantasma, el fantasma es
monótono, nos acompaña toda la vida, no nos libramos del fantasma a lo sumo estamos advertidos del fantasma.
Si uno agarra por ejemplo el Hombre de los lobos y va a buscar, qué síntomas tenía acá y que síntomas tiene muchos
años después, es algo distinto, qué rasgos de carácter tenía. A lo sumo el sujeto está más advertido del axioma que
lo determina, podrá ser menos fiel a ese axioma. ¿Por qué entonces decimos que el síntoma es más variable y el
fantasma más fijo?, el signo nuevo del síntoma y el nombre viejo de la fantasía, ese receptáculo formado por toda
esa imbricación de fantasías puede ser cambiada por un síntoma o por otro, que van a escenificar esta fantasía, tal
o cual síntoma, puede ser cualquiera puede ir variando, en general, toma una zona erógena y esa zona erógena la
encontramos una y otra vez, o toma un par de zonas erógenas, oralidad para la histérica, analidad escópico para la
neurosis obsesiva, en general, pero varía.
Otra cosa que sitúa Freud es que la fantasía no es una, por lo menos hay dos ahí, porque la masturbación hace de
hombre y de mujer, hay algo de las dos fantasías en juego sostenidas.
Todo el movimiento que hace Freud del trauma a la fantasía y en intento de encontrar el núcleo traumático. Que lo
va a ubicar entonces en un lugar de verdad histórica, del patrimonio filogenético, de este modo LA FANTASÍA SERÍA
UNA MARCA DE CIERTA AUSENCIA DE SABER SOBRE LA SEXUALIDAD, una marca de que la sexualidad siempre
llega prematuramente, nunca estamos preparados, siempre viene del Otro, del Otro del lenguaje incluso
podríamos decir. Ante esta cicatriz, el análisis se tratará de una ayuda por la vía de cierto asumir la castración, ahí
está toda DIFERENCIA ENTRE FREUD Y LACAN SI ES LA CASTRACIÓN PROPIA O LA CASTRACIÓN EN EL OTRO, desde
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Lacan podríamos decir, asumir que hay un no saber, que no todo puede saberse, que no todo puede ser dicho, que
está la falta, que esto no lo va a saber ni el paciente ni el analista ni hay ningún otro que de respuesta a esto,
podríamos decir, por ser hablante hay algo de la sexualidad que está ... llega siempre con el tiempo de la neurosis o
demasiado pronto para la histeria o demasiado tarde para la neurosis obsesiva. Entonces Freud hace un pasaje de la
idea, esto está en Tesis muy claramente, la idea de que el problema sería la sexualidad infantil, el problema es el
infantilismo de la sexualidad humana, ven la modificación, no se trata de la sexualidad infantil, como fue de
accidentada la sexualidad de cada uno, la sexualidad infantil siempre fue accidentada, si un lo ve a distancia esos
accidentes, el problema es que hay un infantilismo en la sexualidad humana, de ese modo es por estructura, ya no
es por los influjos accidentales y de ese modo cada vez se hace más borrosa la línea que marcaría la diferencia entre
la normalidad y está la neurosis, lo que pasa es que la sexualidad humana es infantil, más que el problema de la
experiencia infantil, está la condición del neurótico como una condición distinta del sujeto normal, se hace muy
borrosa, Freud va a decir en la página 271 de Mis Tesis, la condición del neurótico como estado no puede
distinguirse tajantemente de la salud, la contracción de la enfermedad es el resultado de una suma, suma de
condiciones etiológicas. Cuando lean la conferencia sobre El Trauma, Soler va a estar debatiendo con todas estas
teorías de la psicoprofilaxis del trauma.
Me parece que en ese sentido, la condición etiológica puede ser completada desde cualquier lado, (...) para el
trauma. La fantasía provoca, la fantasía en cierto estado podría ser la condición necesaria para formación de
síntoma. No vemos tanto la cara de pantalla que tiene el fantasma, la cara de preservar la angustia, la cara de velo
que tiene, ya que siempre como todo velo muestra y esconde, tiene algo del orden de lo que tapone pero a la vez
de lo que introduce.
En la clase que viene vamos a ver la FUNCIÓN DE VELO, y cómo esa función nos preserva de la angustia que nos
crea el deseo del Otro. Como respuesta frente a esto, el síntoma sería una respuesta cuando esa primer respuesta,
que es el fantasma ... El fantasma funcionando, taponando completamente, sería ese segundo momento en la
fantasía histérica, que la sitúa Freud, donde la masturbación queda anudada a una fantasía, imaginemos que toda
representación sexual debe situarse ahí, que todas las fantasías se agotan ahí y que no hay requerimiento de la vida
adulta que nos obliguen a ceder posiciones de goce, no hay requerimientos que nos oblig uen a abandonar esa
posición.

TEORICO 8 - VANINA MURARO – (EN REEMPLAZO DE FRYDMAN )

Vieron que la clase pasada les decía que trabajamos más bien la cara traumática de la fantasía, o dónde la fantasía
de algún modo antecede a la formación de síntoma, y que les había adelantado que íbamos a trabajar más bien la
cara de pantalla que tiene el fantasma. Vamos a trabajar entonces una dupla que es fantasma y trauma. Y para eso,
el texto que tienen en esta unidad, que me parece que es más indicado, es la conferencia de Colette Soler, que se
llama “El trauma”. Es una conferencia que dictó en el 98 Colette Soler en el hospital Álvarez. Parte de una pregunta,
la pregunta que ella se hace es por qué en la actualidad hay más traumatizados que antes. Entonces, ella se
pregunta si es que actualmente ha disminuido el umbral de lo traumático, y si es así a qué se debe.
Ustedes saben que el discurso del trauma nace con el psicoanálisis, o el psicoanálisis nace con el discurso del trauma,
no sé cuál será la verdad, lo que sé es que son contemporáneos indudablemente. De hecho, Freud trabaja con los
traumatizados de guerra. Sus primeras experiencias clínicas tienen que ver con estos soldados ex combatientes que
seguían soñando con ese horror de la guerra, que se retraumatizaban cada noche soñando con ese horror de la
guerra. Tiene varios desarrollos, pero en uno de los desarrollos lo que sitúa es cómo ese soldado que no recibió la
herida en el propio cuerpo, queda más traumatizado que aquél que recibió la herida en el cuerpo, es más
traumatizado el que quedó como espectador de esa escena.
Sin embargo, el discurso del trauma se extendió muchísimo. Yo soy docente de maestría, y un montón de
investigaciones que los alumnos quieren hacer tienen que ver con los cambios, las nuevas modalidades subjetivas,
los nuevos modos de síntomas, la modernidad. Uno podría decir, siempre que uno hace una definición de sujeto
parte de la base de que el sujeto se produce en el campo del otro, de acuerdo a este otro va a ser diferente el
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sujeto que tengamos, siempre va a implicar alguna variación. Una de las cosas que se pregunta Colette Soler es
por qué hay más sujetos traumatizables en la actualidad, va a decir, porque el Otro cambió, porque hay un otro
diferente. La idea es que hay un momento mítico en que el Otro está completo, en ese momento mítico el sujeto
está completo también, que cuando ve la barra en el Otro, el sujeto también queda barrado. Y queda como
residuo el a, y de este lado tienen ustedes entonces la fórmula del fantasma. Es un punto donde quedaría el sujeto
y del otro lado el resto inasimilable que es el objeto a.
Colette Soler va a decir, si hay ahora más sujetos traumatizados, tiene que ver con que EL OTRO CAMBIÓ. Vamos a
ver si podemos dar cuenta de esto, cómo es todo el desarrollo de ella.
Entonces, ella comenta esto, cómo se ha extendido este discurso que tiene que ver con la proliferación del
trauma, y cómo a pesar de que prolifera el término trauma, los psicoanalistas no hablamos tanto de trauma,
preferimos hablar de fantasía, de síntoma. ¿Y por qué eso? Ella da una respuesta primera, que me parece muy
interesante. Dice, ANTE EL TRAUMA NO HAY RESPONSABILIDAD SUBJETIVA, si no hay responsabilidad subjetiva no
tenemos mucho para hacer nosotros como psicoanalistas. Entonces, el discurso del trauma es un discurso que
“inocenta” a la víctima. Inocenta a la víctima y la deja justamente en una posición de víctima. Y ante una víctima, no
hay demasiado para hacer, uno podría intentar reparar eso que pasó, intentar compensar. Se abren otros discursos
que tendrían que ver con la solidaridad, la compensación, por esos distintos traumas, distintos modos de acercar
alguna reparación posible ante ese sufrimiento. Pero no hay mucho que hacer con el sujeto, en tanto sujeto.
Nos da entonces una primera definición de trauma. Es una definición, aunque toma términos de Lacan, es bastante
freudiana podríamos decir. “Hablamos de evento TRAUMÁTICO CUANDO HAY EFRACCIÓN DE UN REAL bajo el cual
cae el individuo, UN REAL IMPOSIBLE DE ANTICIPAR, Y A LA VEZ IMPOSIBLE DE EVITAR. Un real que parece excluir
la incidencia del inconsciente o del deseo propio del sujeto que padece el trauma. Entonces, hablamos del trauma
cuando hay efracción de dolor, de sufrimiento, del espanto, por la vía de un encuentro inesperado ”.
Entonces, dice, un real bajo el cual cae un individuo, imposible de anticipar. Imposible de anticipar, podríamos
completar nosotros, por la vía del fantasma, que es como ese gran colchón anti-impacto que tiene la neurosis, que
le amortigua cualquier cosa, porque cualquier cosa entra de algún modo a través de esa amortiguación en una
serie de repeticiones, de cliché, donde el neurótico es alguien que siempre se encuentra más bien con lo mismo,
no se sorprende muy seguido. No sería posible de anticipar, es sorpresiva, en general es súbita, tiene ese carácter
también de lo súbito, de lo sorprendente, de lo que no se anunció.
Dice, un real que parece excluir la incidencia del inconsciente. Parece excluir, dice ella, nos deja como un margen
ahí, del deseo y dice también que habría una efracción de dolor, de sufrimiento, de espanto por la vía de un
encuentro inesperado, un encuentro con lo real podríamos decir nosotros.
En Freud, las definiciones de trauma son definiciones en general económicas, que tienen que ver con una vivencia
que comporta un exceso tal que no es posible elaborarla sin un gasto extra del aparato psíquico. Ese gasto extra
hace que esa experiencia que se tenga que revivir, por la vía de la reminiscencia, se va desgastando y se puede
elaborar. Es una vivencia muy cargada que no puede elaborarse directamente, conlleva un gasto extra del
aparato.
Pero acá es interesante, porque en el caso del trauma lo que nos señala Colette Soler es, cuidado, porque en ese
gasto extra, en cada repetición, el sujeto se retraumatiza. No necesariamente se cura. Cada pesadilla deja una
marca mayor. Y acá ella se para en distintas vivencias traumáticas, va a hacer distintos grupos, va a decir, por un
lado están las guerras, el terrorismo, los atentados sexuales. Y por el otro, las catástrofes naturales.
Colette Soler es que uno podría suponer que algún otro saca ventaja de eso, algún otro que se beneficia. Si
perdemos la guerra, alguien la gana, podríamos decir. Si somos víctimas de un atentado sexual, alguien en ese goce
perverso que tendrá que ver con la violación, alguien saca alguna ventaja, medio extraña pero ventaja al fin. En
cambio, si todo se inunda, uno podría decir, “y esto qué sentido tiene, quién gana, cuál es el sentido”. Esas
preguntas que nos llevan al borde del horror, cuando vos decís, por qué sufren los niños, por qué, cómo puede ser,
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qué sentido tiene eso. Muy difícil encajarlo en cualquier sistema que nos brinde algún sentido. Frente a eso, hay me
parece lo que podemos ubicar como grandes sentidos absolutos. Pero a nosotros se nos escapa el sentido, pero eso
habla de nuestra pequeñez, de que el plan divino no sea justamente divino y perfecto.
En general, no tenemos un orden tan consistente, entonces somos sujetos traumatizables . Pero la diferencia sería
esa. En las catástrofes naturales, por ejemplo, las inundaciones, los terremotos, los volcanes, esto es como si fuese lo
más real de lo real, porque ahí uno dice, ¿cuál es la incidencia del otro, qué otro incidía, qué sentido tiene esto?
Y ante eso, ella se pregunta, qué pasa, hay más catástrofes naturales ahora, ¿por qué hay más traumas? ¿Por qué se
habla más del trauma? Les digo cómo se hace ella la pregunta, es la pregunta que comanda toda la conferencia,
“¿Será que hoy las causas del espanto se han multiplicado? Se puede evaluar esto, pero no es seguro. Quizá más
bien es que LOS RECURSOS DE LOS SUJETOS SE PRESENTAN AHORA MÁS DÉBILES, QUE LOS DISCURSOS QUE
REGULAN LOS LAZOS SOCIALES NO LOGRAN, COMO LOGRABAN ANTERIORMENTE, HACER DE PANTALLA A LO
REAL.” Como si dijera, es un Otro menos consistente, el discurso que siempre es algo que viene del Otro, no
permite dotar de sentido eso que pasa, y al tambalear ese discurso aparecen más traumas, se pierde el sentido.
Uno podría decir, de discursos tan sólidos como ha sido, por ejemplo, el discurso político en la Argenti na, donde la
gente decía “la vida por Perón”, a los discursos actuales donde más bien “no sé si lo voto, lo voto o no lo voto..., pero
bueno, qué voy a hacer”, donde se ve muy claro cómo se ha debilitado la figura del Otro. El Otro como
representante paterno, el Otro como regulador de los lazos.
Entonces, lo que ella dice es que cuando el Otro es más inconsistente, y no propone ya significaciones tan estables,
tan compartidas, que ordenen de algún modo los lazos entre los sujetos, y que queden de ese modo protegidos
frente a ese real que irrumpe, hay mayor cantidad de traumas.
Entonces, lo que nos dice ella, retomando un poco palabras que dice Lacan, que cuando el discurso pierde esa
consistencia, esa pantalla se agujerea, y ahí es lo que ella va a llamar “Trou-matisme” (trou = agujero), agujero-
matismo se produce. Juega con eso, y juega también con otro significante que es éste, “Trop-mautisme” que es
francés “trop”, quiere decir mucho, demasiado agujero, demasiado traumatismo, exceso de ese real amenazante.
Ejemplo de los terremotos como suerte de venganza divina. Ese sentido, de algún modo, aunque parezca un sentido
altamente inculpatorio, pacifica, tranquiliza, porque en algún sentido explica. La gente suele hacer como una suerte
de revestimiento de sentido de por qué pasó lo que pasó.
En la medicina actualmente dan un diagnóstico que es “sin motivo aparente”. Sin motivo aparente quiere decir que
la medicina es un Otro barrado. Porque si no, “usted no tiene nada” deja toda la responsabilidad ahí del lado no se
sabe de quién. Las ironías de la vida, los sinsentidos, son otros modos de presentificación de que el Otro no existe,
podríamos decir, de que el Otro está barrado, de que eso no tiene ningún sentido, y hay que soportarlo así,
podríamos decir defectuoso.
Las explicaciones haciendo casi una especie de causa-efecto entre una catástrofe y alguna acción humana, tienen un
modo tan directo, que se puede reponer así un sentido. Y ese sentido, aunque parezca inculpatorio, igual es
pacificante, porque nos daría ciertas coordenadas de lo que no se debe hacer y lo que sí.
Y ella va a tomar tres ejemplos en esta conferencia, de situaciones que uno podría pensar que serían altamente
traumatizantes que no producen trauma. El primero lo toma de Shakespeare, de Enrique V. Entonces, ella dice que
allí hay una arenga, la habrán leído, es preciosa, hay una arenga que Enrique les dirige a sus soldados, sus soldados
son menos y van a perder. Entonces, los está conduciendo a la muerte, pero lejos de darles un discurso que podría
ser mentiroso, un discurso que dijera vamos a ganar igual, porque vienen refuerzos, imaginémonos nosotros que
estamos más acostumbrados a un Otro engañador, un Otro que se lleva los fondos en dólares y nos los devuelve en
pesos. No tiene ninguna posibilidad de ganar, es una armada que está muy cansada, es una tropa muy pequeña, y lo
que hace es escribir una arenga vía el verbo, vía la palabra, donde logra superar la pulsión de muerte, y los
entusiasma a ir hacia la muerte. A veces, los textos, por ejemplo de los himnos, los textos patrios tienen algo de esto,
ustedes piensen que uno canta desde pequeñito “oh, juremos con gloria morir”, qué estoy diciendo, es muy fuerte

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eso. Y si no, que me maten. Como si les diese una arenga del goce de la muerte, de lo que vale morir ahí en ese
campo de batalla. Y eso de algún modo empuja hacia delante, a que eso se realice sin trauma. Entonces Colette
Soler relaciona esto con lo que sería los “locos de Dios”, la guerra santa, entonces dice, la guerra santa donde la
gente está dispuesta a llenarse de explosivos y explotarse en un aeropuerto tiene que ver con eso, tiene que ver con
que hay un Otro tan consistente, que eso tiene un sentido, y eso no va a morir ahí. Ser víctima, ya no es ser víctima
podríamos decir, es ser partícipe, ser activo en esa posición, aunque esa posición sea volarse, aunque esa posición
sea explotar las torres gemelas con el avión en el que uno va adentro. Habla del goce de la muerte en ese sentido.
Porque nunca se va a saber si uno va a ganar o perder una guerra, porque no se sabe cuánto goce de la muerte
tiene el enemigo. Yo no sé si será tan así, es bastante pesimista si uno se queda con esa idea, pero más allá de eso
uno podría pensar que evidentemente, por ejemplo, lo que pasó en las Torres Gemelas era impensable por fuera de
esa categoría, del goce de la muerte. Un atentado de ese modo, donde hubiese gente que se entregara a morir
arriba de un avión, a chocar directamente.
El segundo ejemplo que toma, es un ejemplo de un autor alemán, que se llama Ernest Jünger, que a los 18 años lo
mandan al frente para combatir en la guerra entre Francia y Alemania. Cuando él vuelve de la guerra, escribe un
libro que acá se tradujo algo así como “La guerra mi experiencia interior”. Primero ella nos dice q ue se tradujo como
“La guerra nuestra madre”, yo lo encontré como “La guerra como experiencia interior”, que es una traducción que
hace George Bataille. Entonces, ella sitúa que este Jünger era un intraumatizable, parece que este guerrero lo llaman
a la guerra y él va a la guerra, no se pregunta absolutamente nada, no se divide, no dice, justo ahora, quería o no
quería, pero todo lo que me va a quedar sin hacer. Marcha directamente. Podríamos decir, lo contrario al neurótico
en ese sentido, es un hombre de acción. El neurótico más bien es el que dice “lo hago o no lo hago, qué tengo en
pro, qué tengo en contra”, y siempre está ahí vacilando. Él va directamente, ni siquiera se lo cuestiona. Entonces,
ella dice que este personaje no es traumatizable porque tie ne, por un lado, una capacidad de sublimación más alta
que los demás, entonces alude a otra cuestión que hasta ahora yo no me había referido. Nos habíamos referido al
discurso, a la solidez de los discursos, y alude a la capacidad de sublimación. Entonces, señala que ni bien retorna
de la guerra, escribe esta novela donde de algún modo logra pensar todos los espantos que ha vivido, el sufrimiento,
como algo que tiene sentido en el porvenir, logra armarle un sentido para todas esas vivencias que de algún mod o
serían para otro del orden de lo real, lo inasimilable. Y la otra cuestión que sitúa es que del mismo modo que los
soldados que van a combatir junto con Enrique V, tiene un gran Erotísmo del horror, o goce de la muerte, que serían
los tres elementos que uno podría situar acá, que preservarían de esa irrupción de lo real.
El otro ejemplo que da es el ejemplo que podríamos decir más clásico, que es la descripción del apocalipsis que hace
la Biblia, dice, por qué toda esa descripción tan espantosa no es traumática, no causa tanto horror. Y va a decir, no
causa tanto horror porque está armada en un sistema donde hay un Otro que existe, al haber un Otro que existe, al
haber un discurso consistente, eso no resulta tan horroroso.
Y entonces va a decir, EL VERDADERO TRAUMA NO PUEDE APARECER CUANDO EL OTRO EXISTE. Cuando el Otro
existe, en un discurso que accede a asistir al otro al dolor, al sufrimiento posible, a la exterminación, hay todo el
espanto que quieran, pero tiene el sentido de la voluntad del Otro. Es cuando HAY EL AGUJERO QUE EL SUJETO SE
ENCUENTRA ENFRENTE DE UN REAL SIN SENTIDO, y en este caso sí encontramos la multiplicación del trauma. Es lo
que pasa ahora, nos falta el Otro, nos falta el Otro para hacer barrera a los eventos traumáticos. Y, por supuesto,
tenemos un discurso que intenta reponer un sentido. Nos falta el Otro, también podríamos decir es un Otro menos
consistente. No es exactamente que nos falte por completo el Otro. Es un sujeto, nos dice, no engañado del
discurso, que no cree más en que los semblantes que le permitían dar sentido a lo real. Y es por eso, va a decir ella,
que los sujetos son más traumatizables hoy que antes.
Entonces, concluye esta pregunta que se había hecho, no es que haya más irrupción de lo real, no es un problem a de
cantidad de traumas, de eventos traumáticos. Sí, hay más traumatizados. Me parece que esto introduce de algún
modo la otra cara, la cara donde el fantasma sería una protección frente a lo traumático, daría un sentido.

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Luego, Colette Soler toma otra vertiente que es muy interesante que es cómo el traumatizado nos enseña qué es la
memoria, acerca de la memoria, porque el traumatizado, dice algo que ya advirtió el mismo Freud, es alguien que
no puede olvidar. Es alguien que recuerda, rememora, sufre justamente de eso, de reminiscencias. Se lo ve muy
frecuentemente, por ejemplo, cuando uno recibe alguien que viene con ataque de pánico, y uno dice, a ver, cómo
es, y quizá tuvo un ataque de pánico, hace dos años, pero le da mucho miedo que esto vuelva a p asar. El punto de
fractura que produjo esa vivencia es como si tuviera miedo al miedo que sufrió podríamos decir. Entonces, va a decir
ella que estas reminiscencias que sufren, sufren de la memoria, sufren de ese inconsciente que recuerda, que
recuerda cuando se van a dormir. Es como si el olvido fuera imposible. Esto podríamos pensar que es como cuando
solemos decir, LO REAL ES AQUELLO QUE “NO CESA DE NO INSCRIBIRSE”.
El trauma, esa vivencia que no se puede asimilar, descargando esa carga excesiva, de ese demasiado. No se puede
inscribir como una vivencia cualquiera, porque tiene un exceso, pero no cesa de no inscribirse, insiste en no
inscribirse. No es que queda por fuera de la memoria, más bien no cesa, vuelve una y otra vez a intentar inscribirse,
sin lograr inscribirse, fallidamente. Entonces, nos dice que es un olvido imposible del traumatizado, es un retorno
permanente de algo en el cual el sujeto no se reconoce, no se ubica, queda como perdido frente a eso.
Rabinovich decía, frente al trauma el sujeto se ha quedado sin coordenadas, por ejemplo. Por fuera de coordenadas
que le permitan saber de qué se trata. Por eso, va a decir que el retorno del trauma es en si mismo traumatizante. Y
los grandes traumatizados se retraumatizan noche tras noche. Y ahí dice algo interesante, que ya lo había pensado
Freud, que de algún modo el trauma tiene cierta analogía con la alucinación. ¿En qué sentido tiene una analogía con
la alucinación? En que tienen estructuras forclusivas también. La alucinación es de algún modo esto que aparece
desde lo real, no se puede anudar a nada, retorna una y otra vez, y el sujeto no sabe qué hacer con eso . Le viene del
Otro, solemos decir. Cuando hablamos de la psicosis, que decimos la iniciativa viene del Otro. Pero no se sabe de
qué se trata esa iniciativa. Simplemente, viene del Otro. Ya cuando hay un trabajo, podríamos pensar de elaboración
del delirio, es un modo de meterlo dentro de algún sentido a eso que tiene que ver con lo alucinatorio. Se logró
meter adentro de un sentido eso que viene del Otro. Ya se sabe que algo quiere decir, qué quiere decir, qué sentido
tiene, ahí podría ser más soportable. Por eso Freud habla del delirio como un inten to de restitución o de curación.
Pero sitúa de este modo, entonces, una analogía entre trauma y alucinación. Por qué?, porque quedaría algo real
forcluido que existe, y sobre todo porque no hay atribución subjetiva, el sujeto no se reconoce ahí como implicado,
no tiene nada que ver con eso, es víctima, no toma ninguna parte.
El neurótico ¿es un traumatizado de origen? Más allá de la vivencia que podríamos decir que sufra, ¿es siempre un
traumatizado? ¿O no?
Alumna: Podría ser desde el lenguaje que viene del Otro. Que nos preexiste.
Por ejemplo, qué les parece. ¿Podría haber un neurótico que no haya sufrido trauma, sin trauma? Porque por suerte
no todos hemos estado ni en catástrofes naturales, ni hemos sido víctimas de agresiones sexuales, ¿podríamos estar
sin trauma? No. Por qué no.
R: porque la division subjetiva es un trauma estructural...
Se acuerdan que veíamos la clase pasada las distintas proto-fantasías, las fantasías primordiales de la neurosis,
estamos traumatizados por esas proto-fantasías. Más Lacanianamente la compañera me contesta, ya no desde
Freud sino desde Lacan, bueno, el lenguaje que nos preexiste nos traumatiza. Sería otra respuesta de algún modo de
lo mismo, algo del lenguaje que nos precede, que nos hace nacer de algún modo en ese mundo donde hay un
resto no asimilado, donde solo devenimos como sujetos, en tanto sujetos divididos, que tenemos algún lugar en
ese deseo del Otro, también dividido. Entonces, todos de algún modo partimos de esa base, TODOS SOMOS
TRAUMATIZADOS DE ORIGEN.
Ahora, qué podría hacer el psicoanálisis frente a eso entonces. Porque como les decía en el comienzo, el trauma
inocenta al sujeto. No se trata tampoco de culpabilizarlo de eso que no tuvo nada que ve r.
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Colette Soler, responde con Freud, dice: el trauma tiene dos patas, que es por un lado es exceso, y por otro lado la
capacidad del sujeto para soportarlo, o para elaborar ese exceso. Divide el trauma, lo divide de algún modo en
ELEMENTO TRAUMÁTICO y en la SECUELA TRAUMÁTICA. De ese modo entonces dice, el evento traumático, ahí no
hay nada que hacer, toca lo que toca, el sujeto es inocente, no hay sujeto podríamos decir, hay víctima. Después
están las secuelas, y eso tiene que ver con cada sujeto. La secuela tiene que ver con el sujeto, porque va a tener que
ver con la capacidad de asimilación de eso de cada uno. Y ese es el resquicio, el bordecito por el cual el psicoanálisis
podría trabajar con el trauma. Ese borde que sí tendría que ver con el sujeto. En clínica de adultos, nuestro UBACYT
actual, proyecto de investigación, se llama algo así como “La complicidad del sujeto con el trauma”. La complicidad
del neurótico del trauma, lo tíquico (sic), la complicidad del sujeto con lo tiquico (¿?), el trauma, algo así. Que tendría
que ver con este punto, el punto donde el sujeto podría tener alguna complicidad con lo traumático, ya sea con la
secuela, ya sea, como les decía la vez pasada, el hombre de las ratas que va y se sienta al ladito del capitan cruel,
para escuchar, para prestar la oreja a ese relato infeccioso. Infeccioso para él, que según decía no le gustaba,
entonces, trabajamos esa idea, cuál sería la complicidad que podría tener el sujeto con el trauma. Y la complicidad
está siempre del lado de la secuela.
Es como si aplicásemos el mismo razonamiento que aplica Freud a Dora. Se acuerdan de Dora. Dora va casi como
una traumatizada a verlo a Freud. Qué hace, va y le dice, bueno, a mí, mire yo le voy a hablar de lo que pasa, a mí me
pasa esto, esto y aquello, soy objeto de un odioso cambalache, etc., etc. Larga toda su versión, que es como una
versión bastante paranoica dentro de una neurosis, de me quieren ofertar, me intercambian, cambian un objeto por
otro. Larga todo eso, y le dice, y usted qué va a hacer, esto es una realidad, qué puede hacer usted con eso si esta es
la verdad. Entonces, la traducción que nosotros tenemos de esa intervención es algo así como “cuál es tu parte en el
desorden del cual te quejas”. No es exactamente eso lo que le dice Freud a Dora, Freud le dice a Dora, a un reproche
semejante suele corresponderle un autorreproche. Es mucho más alusivo Freud. Es muy interesante que siempre la
interpretación tenga ese carácter alusivo, de verdad a medias, de medio decir. Más o menos le pregunta cuál es tu
participación, ¿habrá alguna participación tuya? Y ahí Dora se implica, dice, “en realidad yo le cuidaba los chicos al
señor K y a la señora K, así mi papá y la señora K podían estar solos”. Y ahí esa intervención reintroduce al sujeto.
No se trata de que le digamos “hacete cargo”, al paciente. Que sería altamente inculpatorio, sino que de algún
modo despleguemos algún punto donde pueda haber tenido alguna participación, aunque sea en la secuela. En
general, sobre todo en la secuela, en cómo vivió ese horror que le tocó en suerte, que puede tener que ver
simplemente con el azar, no con ninguna participación voluntaria. Ni voluntari a ni inconsciente, porque a veces
decimos no hubo ninguna participación voluntaria, pero sí inconsciente. Si uno sale de acá, y se toma un colectivo y
lo roban, no tiene ninguna participación ni voluntaria ni inconsciente. Es una víctima y punto, porque si no el
psicoanálisis puede ser un discurso culpabilizador superyoico.
Se ven distintas respuestas subjetivas frente a un mismo real. Tendría que ver con qué Otro se tiene. Cada uno
cómo despliega sus recursos. Y ahí se ven posiciones, tomas de posición de los sujetos muy diferentes. Lo
interesante de la secuela también es que lejos de masificar, diferencia cada sujeto. Porque el discurso de la víctima
aplana cualquier subjetividad, uniformiza, y con LAS SECUELAS, se ve que cada uno responde con su subjetividad. Y
aparece lo más preciado, que es ese uno por uno de cada sujeto, cómo respondió desde sus coordenadas, de qué
Otro se puede agarrar cada uno.
De ese modo, se REINTRODUCE LO SUBJETIVO, me parece que es allí donde podemos trabajar, si no, podríamos
consolar a la víctima. Entonces, ella va a trabajar en ese sentido ante qué, cuál sería ese peligro excesivo, ese peligro
real. Y retoma esto que define como un exceso de excitación. Y va trabajando esa angustia o búsqueda de
castración como la trabaja Lacan que es por la VÍA DE LA ANGUSTIA DE DESAMPARO. Desamparo sería este punto de
falta de recursos, estar “sin coordenadas”, estaba perdido, estar desamparado frente a esa cantidad de excitación,
sin tener fuerza para repartirla de algún modo, soportarla, canalizarla. Ella dice que de algún modo la palabra
desamparo introduce lo que sería un rasgo, un factor común. Porque EN CADA SITUACIÓN TRAUMÁTICA LO QUE
PODEMOS REENCONTRAR ES UNA SITUACIÓN DE DESAMPARO.

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Frente a la amenaza de castración, frente a la escena de seducción, frente al coito parental o la escena primaria,
frente al volcán, frente... y así seguir la lista, lo que reencontramos es ese desamparo, ese sentimiento de
desamparo. Por eso, lo que dice Freud, le está contestando a Otto Rank que tenía la idea de que había una angustia
de nacimiento, dice, bueno, finalmente toda angustia es angustia de castración, se trate o no se trate de la amenaza
de castración. Lo que acá va a trabajar es esa idea de algún modo que puede ser todas esas angustias
fenomenológicamente distintas, pero todas remiten al desamparo.
Y acá ella vuelve sobre este punto que recién conversábamos, de si ES EL INCONSCIENTE O LA NEUROSIS LO QUE ES
TRAUMÁTICO. No sé si han visto en algún momento de la carrera en el Seminario 4, los 3 tiempos del Edipo. Cómo
ahí, por ejemplo, Lacan plantea esos tres tiempos y va a decir que el Edipo es normativizador, porque si se hace ese
pasaje por el tiempo 1, el tiempo 2, el tiempo 3, él lo que dice en ese texto es, se ac cede, se hace un Edipo
correspondiente al sexo biológico, se sale de ahí neurótico. Pero a la vez, dice que esa norma, esa normalización,
también tiene algo de que deja una marca, deja una señal. No se sale de ahí sin marca podría decir uno, se sale
marcado. Me parece que eso sería la idea de cierto trauma que tiene ese pasaje por los tres tiempos del Edipo. Eso
es lo que les decía la vez pasada, que a veces cuando uno busca en un paciente que no sabe muy bien el diagnóstico,
dice, a ver, me voy a fijar qué marcas le dejó el Edipo, para “desambiguar” si estoy frente a una neurosis a una
psicosis, a una perversión, quiero ver qué secuelas le dejó e Edipo, porque si salió de ahí no puede haber salido
indemne, no puede haber salido sin ninguna cicatriz. Porque el Edipo siempre deja alguna marca. Y la marca sería
como ese trauma de origen. Eso traumático que está en el origen de la constitución subjetiva, y como decía la
compañera, está de algún modo dentro del lenguaje que nos preexiste, que viene del Otro, que fuerza a lo que deja
por fuera, con eso además que sabemos que lo que deja por fuera se sale de intentar inscribirse fallidamente.
Entonces, ella se detiene a pensar cómo es que un sujeto percibe su propio inconsciente, percibe de algún modo, a
veces bajo la forma de la división. Un caso muy clásico es el de la neurosis obsesiva, el hombre que lee y dice, “yo me
reconocí ahí”, no hace falta que lea a Freud, el neurótico obsesivo es alguien que sabe que está dividido. Por qué,
porque conversa permanentemente, conversan esas dos voces permanentemente. Ceder a una compulsión o no
ceder. Ese tironeo. No hace falta ir a análisis para tener cierta experiencia del inconsciente, porque por más
consistente que sea un fantasma, es muy difícil reintroducir todo en ese sentido. La gente que va a análisis escucha
de otro modo, sobre todo en sesión, y tiene todo el tiempo esa vivencia de que es hablado por el Otro, de que dice
mucho más de lo que quiere decir, y ese sentido siempre disruptivo, va como en contra del fantasma.
Acá ella hace todo un pasaje por algo que me parece que no tiene mucho sentido volver, porque lo vimos la vez
pasada, que tiene que ver con los traumatismos originarios, los restos de lo visto y oído, sí por ahí les podría decir
que en alemán, por ejemplo, existe una palabra que no existe en español, que muestra muy bien esa primera
estructura del fantasma que es esto de el resto de lo visto y lo oído con cierto carácter ominoso, que transmitiría
algo de lo sexual.
Podríamos decir que a partir de esos 3 tiempos del Edipo el sujeto con su inconsciente a cuestas, fue traumatizado
y también fue vacunado contra los traumatismos. Sale de ahí traumatizado, normativizado pero a la vez menos
endeble. Con su fantasma que lo va a preservar de los distintos embates de lo real. Por eso, el neurótico no es un
sujeto tan traumatizable como otro. No es un sujeto tan traumatizable porque está muy presto a seguir durmiendo,
podríamos decir, está muy presto a meter eso dentro de algún sentido que le permita seguir adelante .
Ese sería entonces el VALOR QUE TIENE EL FANTASMA, EL VALOR DE PANTALLA. En una época, me parece que
ahora ya no se suele decir, se decía “vaciló el fantasma”, no sé si ahora se habla de una vacilación fantasmal.
Entonces, si el FANTASMA ERA UNA RESPUESTA FRENTE A LA CASTRACIÓN DEL OTRO, cuando se producía cierto
padecimiento que no tenía que ver con una presentación más sintomática, se decía, “hubo una vacilación
fantasmática”, una idea de que algo de esto se movió y hay una filtración de angustia. Nosotros observamos muchas
veces, por ejemplo, en Avellaneda, en el Servicio, hicimos en la investigación pasada una investigación, una
cuantificación, acerca de cuántos casos llegan... Los casos que llegan, qué los empuja a la consulta, a lo que Freud se
refiere como causa eficiente, qué vivencia es lo que los decide a decir, bueno, voy a un analista, a dar ese paso, a
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cruzar ese umbral. Más allá de si después se analizan, no se analizan, hacen una experiencia concreta o no. Pero
como estábamos investigando los momentos electivos, nos interesaba pensar qué empujó a esa elección, entonces
habíamos encontrado que dentro de las causas eficientes había una que tenía que ver con la sintomática , aparecía
un síntoma que podría ser, me acuerdo un caso particular de una alumna de la facultad, que no podía rendir finales,
padecía muchísimo toda una sintomatología angustiosa, sudoración, toda una situación muy fea en los orales, y
entonces una fecha de examen no puede rendir ninguna de las materias en que se había anotado. Entonces, ahí dice,
bueno, voy. Más bien por la vía de que en el síntoma hubo un recrudecimiento sintomático, y ahí dijo basta, con esto
no se puede más. Como si esa vía que tiene el síntoma de negociación, es como si el neurótico dijese, “ si doy dos,
voy, no voy, me la banco”, y ahí negocia con el síntoma, negocia para seguir reteniendo el síntoma podríamos decir,
eso retrasa muchísimas veces la consulta, y da muchas vueltas hasta llegar. Algo de eso hacia eclosión, entonces un
porcentaje llegaba por la vía del síntoma diciendo “no se pudo más”. Y otro porcentaje decían algo muy curioso, “yo
creía que estaba todo bien, venía bien, estaba en un momento maravilloso, y de golpe otra cosa”, como si hubiese
una iluminación sobre esa misma escena que hacía que toda esa escena se leyera diferente. Entonces, era muy
curioso porque decía “yo estaba bien, y de golpe me di cuenta que yo soy una tarada, porque yo creía...” y era como
si se despertaran de una situación fantasmática estable, era muy contrastante. Había alguna vivencia, algún tropiezo,
alguna cuestión que hacía que releyeran esa coordenada en la que estaban. La releían de un modo totalmente
distinto. En ese momento de relectura quedaban desorientados, porque todo lo que se habían explicado de un
modo u otro ya no respondía más a ese esquema. A esa segunda la podríamos pensar que tiene que ver con esta
vacilación fantasmática. Había como una explicación frente a ciertas coordenadas, y de golpe algo que a veces no
era una vivencia muy contundente, no importa muy bien qué fuese, no e ra necesariamente una vivencia traumática,
pero era algo que iluminaba todo eso bajo otra luz, y ya no podían explicarlo con ese sentido que es el fantasma. Eso
producía angustia, y en esa situación llegaban. Decía que era más bien como la gota que rebalsó el vaso, la del
síntoma, se torna agravamiento del síntoma y esta tenía más que ver con la vacilación fantasmática.
Uno podría decir, son distintos modos, tanto el síntoma como el fantasma, de respuesta frente a la angustia del
Otro, a la falta en el Otro, a la barra del Otro, al deseo del Otro, como lo quieran leer. Son distintos modos de
respuesta. En un caso lo que fracasaba era esa respuesta sintomática y en el otro caso esa respuesta más por la vía
del fantasma.
Hay otra respuesta, podríamos pensar, que no son ni fantasmática, ni somática, ahí Colette Soler dice, estaría el
guerrero aplicado, el guerrero aplicado responde vía la sublimación, vía la acción.
¿Ya empezaron a ver psicosis en las comisiones, o todavía no?
Lo que sí les puedo adelantar es que en el caso de la psicosis, LA ESTRUCTURA FANTASMÁTICA NO TIENE ESTA
FIRMEZA QUE TIENE EN LA NEUROSIS. Entonces, el psicótico siempre es alguien que se encuentra más abierto al
encuentro con lo real, a la sorpresa, siempre es un sujeto que se sorprende más. Lacan pensaba, al comienzo de su
obra, más al sujeto psicótico por la vía del déficit. No tiene la metáfora paterna, no tiene esa estabilidad significante,
esa estabilidad de correspondencia entre significante y significado, que tiene la neurosis. Co n el correr de su obra, va
pensando también a la psicosis como cierto plus, como cierta libertad que no tiene el neurótico . De ese modo
podríamos decir, al no tener la anteojera del fantasma, que hace que el neurótico encuentra una y otra vez lo
mismo, eso que se repite, exactamente igual, siempre es o el perjudicado, o el que más trabaja en la oficina, o el que
nunca lo quieren como se merece, se encuentra una y otra vez, lo que Freud llama neurótico y destino. El psicótico
es alguien con mayor libertad, encuentra cosas distintas y también puede hacer de eso algo distinto. Pero Lacan va
pensando a la psicosis más por una vía de cierto plus, de ciertas herramientas que tendría de su lado, que tienen que
ver con esa posibilidad de sorprenderse.
Finalmente, entonces esto es como la conclusión a la que ella llega, que EL TRAUMATISMO EN SU IMPACTO, LO
REAL, EL PURO REAL, NO TIENE NADA QUE VER CON EL SUJETO, AHÍ NO ES LA ATRIBUCIÓN SUBJETIVA, PERO QUE
LAS SECUELAS SON SIEMPRE DEL SUJETO. Y nos dice, “y con esto entendemos que los psicoanalistas tienen algo
para decir en el problema de los tratamientos de los traumatizados, incluso cuando no se trata de traumatizados del
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inconsciente, cuando se trata de los traumatizados por los traumatismos que enumeré al principi o”. Y ahí hace como
una especie de arenga, donde dice, creo que es muy importante que nos digamos algo, esto tiene que ver con que
ha florecido este discurso de la profilaxis traumática, y ella dice, es muy importante que digamos algo acerca del
tratamiento en relación a la secuela.
Creo que les comentaba la vez pasada, esta conferencia hace sobre todo referencias a traumas gigantes, estuvimos
hablando de violaciones, de terremotos, volcanes, un montón de cosas terribles. A veces, el trauma es una escena
muchísimo más nimia, no hace falta que sea una escena tan dramática, puede ser una pequeña cuestión que padece
el sujeto. Recuerden el hombre de los lobos, cuyo trauma es un sueño, un sueño que si ustedes van al texto del
sueño, uno dice, y esto por qué es traumático, la ventana se abre, los lobos están arriba de la ventana y lo miran
fijamente, nada más. Y ese sueño es traumático. Hay que ver en esas coordenadas por qué eso fue un exceso para
un sujeto. No siempre uno puede partir de la idea de qué es traumático como si uno pusiera un termómetro a la
vivencia y dijera un robo es traumático per se. No. No necesariamente. A veces un sueño puede tener carácter
traumático.
Entonces, cuando escuchen a sus pacientes, es importante ir a buscar a veces la pequeña vivencia que tuvo efecto
traumático para cada uno, y no quedar fascinado por este discurso de lo terrible . Porque a veces alguien viene a
contar, me acuerdo del caso que cita Lacan varias veces del conductor de tranvías, no sé si lo han leído, había sufrido
un gran accidente en el tranvía, pero el trauma tenía que ver con todas las revisaciones médicas de las que había
sido objeto. A veces, el trauma es confuso, porque tras la vivencia más llamativa, más ruidosa, uno podría quedar
fascinado o capturado, no esconde el trauma. Se esconde detrás de alguna vivencia aledaña a esa.
Para eso hay que no quedarse, no comprender, no adelantarse a comprender, y como dice Lacan, cuando
comprendan se equivocan, si comprenden se equivocan, más bien escuchar ahí eso que ti ene que ver con el
entendimiento del uno por uno.
Teórico 9

Unidad 5. Cuestión de diagnóstico ¿Para qué diagnosticar?

Abrí la lógica del MÉTODO CLÍNICO QUE ES QUE A PARTIR DEL DIAGNÓSTICO SE DEDUCE EL TRATAMIENTO. Es algo
fácil de imaginar en toda práctica clínica más allá de la psicológica. En nuestro caso no solamente vamos a deducir un
tratamiento a partir del diagnostico sino que hay un término que es la de la APTITUD DEL PACIENTE para el
tratamiento. Hay una aptitud que si bien suena muy elitista: ¿cómo es qué el paciente debería ser apto para el
tratamiento y no preguntarnos si nosotros deberíamos ser aptos para tratarlo? Tal vez estén en juego las dos cosas
pero hay una cuestión de aptitud a diagnosticar y la aptitud fundamentalmente es que el síntoma sea asequible a
los medios de los que nosotros disponemos. Quiero decir que ese padecimiento sea asequible a alguna
intervención que se haga por vía de la palabra. Es decir que para estar al frente de una cura, de un tratamiento,
sostener algún tipo de intervención, tenemos que en principio hacer una evaluación de que ese padecimiento
efectivamente pueda ser tocado, pueda ser alcanzado por nuestro instrumento y nuestra clínica que es una clínica
que se basa fundamentalmente en la palabra. Es decir que hay algo que debería ser del mismo orden entre ese
padecimiento y la intervención del psicólogo o del psicoanalista porque entendemos que esa intervención siempre
pasa por el orden de lo discursivo. Entonces vamos a poder definir si efectivamente ese padecimiento sea neurosis,
sea perversión, sea un fenómeno psicosomático es una afección que está determinada por el significante cuya
causalidad es una causalidad significante. Entonces ahí si vamos a poder decir que vale la pena nuestra intervención
y que ese síntoma es apunto para un tratamiento que nosotros dirigimos. Aun así una vez que hemos definido en esa
vastedad de campos que yo dije de neurosis, perversión, psicosis, fenómenos psicosomáticos y otros síntomas que
ahora están muy de moda y se habla de los síntomas de la contemporaneidad, dentro de esos síntomas si bien
podemos articularlos a la dimensión traumática del significante hay modos de estructuración en la causalidad
misma del síntoma que determinan intervenciones diferentes. Quiero decir que no es equivalente la intervención

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que uno se puede proponer en el campo de la neurosis, es decir cuál es la dirección de la cura en la neurosis que cual
es la dirección de la cura en una psicosis o como dirigir la cura cuando viene un paciente angustiado .
Por ejemplo a hora que están de moda esos llamados ataques de pánico, que corresponden casi punto por punto a
las llamadas neurosis de angustia freudianas y en las cuales uno puede hacer un intento de decir bueno asocie
libremente y el paciente dice no puedo asociar nada porque no me viene de nada, estaba lo más bien y de repente
me empecé a sentir angustiado, cada vez más y es en ese punto donde uno podría decir que la asociación libre
fracasa, patina y no habría desde este lugar sin embargo el desafío es en tanto entendemos que la angustia ya es una
defensa. Lo vamos a ver en el texto de Inhibición Síntoma y Angustia en tanto ya la angustia implica una cierta
producción subjetiva, entonces entendemos que esa manifestación, esa angustia automática o como señal está
determinada desde algo que es del orden de lo traumático y fundamentalmente lo traumático va a tener que ver
con lo Simbólico como lo significante en términos de algo no ordenado pero que produce esos efectos traumáticos
en la constitución del sujeto. Entonces es fundamental el diagnóstico en el comienzo del tratamiento, es
fundamental antes de empezar a tratar a alguien y decirle bueno hable, diga lo que se le ocurra, poder hacer esa
operación en la cual uno sitúa con precisión que su tratamiento tendrá algún tipo de eficacia. Freud en el caso de la
psicosis era bastante escéptico. En el texto de Iniciación del tratamiento, Freud dice que no vale la pena embarcar a
un paciente psicótico en un tratamiento analítico porque necesariamente uno lo va a hacer incurrir en gastos
inútiles, no va a ser eficaz y además desprestigia el método. Es decir que el razonamiento freudiano era múltiple. Es
decir lo abarcaba desde distintos puntos de vista, y uno de los puntos de vista era el prestigio profesional.
Por eso Freud dice en Iniciación del tratamiento que “el analista debe ser capaz de concluir algo de manera previa,
no es suficiente pero es un recaudo que hay que tomar. Más vale saberlo antes ”. Y a lo que se está refiriendo esa
una frase de Lacan “no hay nada más parecido a un neurótico que un psicótico aun no desencadenado”. Es decir que
entre un neurótico y una psicosis sin desencadenar hay una semejanza en su presentación y Freud dice más vale
saberlo antes, más vale tomar la precaución al comienzo del tratamiento, cuando llega el paciente, cuando uno aun
no tiene los datos suficientes y se maneja con un diagnóstico hipotético, lo que se llama un diagnóstico presuntivo.
Ustedes saben que así como la clínica, es una clínica bajo transferencia, una clínica en transferencia, es
fundamental en la clínica analítica, es decir la relación del sujeto con el otro. Del mismo modo se habla del
diagnóstico y la transferencia. Es necesario ver como se despliega en transferencia la relación del sujeto con el otro
para poder concluir en un diagnóstico, pero a veces hay que darle tiempo. Y en las entrevistas preliminares, o en la
entrevista de admisión, cuando algunos de nuestros colegas le toca estar en los equipos de admisión tiene que
recibir los pacientes y en una o dos entrevistas hay que concluir respecto de una hipótesis diagnóstica para hacer la
derivación y ya para plantearle al futuro profesional que lo va a tratar que diagnostico supone la admisora . A veces
coincide la misma persona, como en el caso del consultori o donde ustedes van a recibir a un paciente y hacen de
admisor y de próximo tratante. Entonces previamente hay que tomar una decisión diagnóstica.
Ahora bien, el diagnóstico ustedes saben que consiste en poner un rótulo, poner una marca, hacer esa suposición
aun cuando sea una suposición diagnóstica. Hay un nexo muy íntimo entre diagnosticar y clasificar. Es decir, en
relación a un conjunto de clases prefiguradas diagnosticar puede ser poner dentro de una de esas clases que están
prefiguradas. (Diagnosticar poner al paciente dentro de esos cajoncitos preestablecidos del armarito).
Esta es la práctica clínica de la medicina y de la psiquiatría y hay un cierto borde en el cual el diagnóstico
psicoanalítico también roza tangencialmente esta determinación o e sta práctica clasificatoria. Decir que alguien es
un neurótico o es un psicótico ya es operar con el par neurosis-psicosis y dentro de estos dos cajoncitos poner al
paciente en uno o en otro. Y si uno tiene alguna estructura un poquito más amplia como la freudiana que decían
neurosis, psicosis y perversión ya tenemos 3 cajoncitos y si a eso le agregamos las neurosis actuales que Freud
distinguía en el campo de las neurosis: psiconeurosis o neurosis de transferencia y las neurosis actuales ya tenemos
esa subdivisión en el campo de la neurosis en 2, es decir que una neurosis puede ser de transferencia o neurosis
actual. Y todo el campo de las neurosis actuales para Freud tenía una importancia fundamental porque el resultado
de la aplicación del método analítico no era equivalente en el casos de la neurosis actuales, neurosis de angustia y la
neurastenia, la hipocondría, todas ellas la aplicación no mostraba el nivel de eficacia que mostraba en la n eurosis de
transferencia, por eso unas eran neurosis de transferencia y las otras no lo eran. Es decir que el concepto, la idea de
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la transferencia hacía del elemento que permitía separar y armar este tipo de clases. Pero hay algo en lo f iccional en
la clasificación que muchos autores se dedicaron a tratar de estable cer y de identificar y es que para clasificar
previamente hay que hacer esta operación de la distinción de clases al menos en un par : blancos/negros,
neuróticos/psicóticos, hombres/mujeres, mínimamente tenemos un par presentes/ausentes podríamos decir en
éste marco donde uno dice frente a estos 2 empiezo a clasificar pongo en unos o en otros. Pero este par es un par
significante, es un artilugio simbólico, no existe en la naturaleza los presentes y los ausentes. En la naturaleza
podríamos decir está la gente, los vivientes, los alumnos que van a un lugar que se llama Facultad de Psicología. Pero
para distinguir entre presentes y ausentes es necesaria la aplicación de un semblante simbólico que implica la
división 2, los presentes y los ausentes. Entonces en ese punto tenemos que hay un simbólico que aplasta la realidad
viviente. Y todo lo viviente que podríamos decir que está en esta aula, toda esa fuente de pulsión, esa inteligencia,
ideas, imaginario todo eso queda aplastado simplemente en una estadística diciendo en el ultimo teórico hubo
mucho más ausentes que previamente entonces todo lo viviente queda aplastado en la clasificación. Y lo mismo
sucede cuando vamos al diagnóstico en el campo que a nosotros nos implica, que nos interesa, cuando decimos tal
es un neurótico, hemos aplastado con ese rótulo todo lo que es del orden de lo viviente y todo lo que es del orden
de la singularidad de ese viviente. Decir de alguien que es un neurótico obsesivo por supuesto que debe cumplir con
ciertos parámetros pero en ese punto en lo cual lo hemos clasificado, en esa operación queda aplastado toda la
dimensión de singularidad de ese paciente. Y Uds. saben que por cuestiones de estadística, de facturación o de
epidemiología Uds. van a tener que diagnosticar, ya sea en las instituciones en las que trabajen, en los hospitales, en
las prepagas, etc van a tener que siempre llenar un casillero que es el casillero del diagnóstico, en la historia clínica
es uno de los casilleros fundamentales. Es decir que no solamente va a implicar el reconocimiento de aquello que el
paciente padece sino de cómo ese padecimiento reducirlo y meterlo dentro de este binomio o ese aparato
simbólico que permite meter en los casilleros. El DSM es una grilla clasificatoria, es una grilla que se h a
universalizado que Uds. van a tener que poner a que código pertenece el paciente, ubicando dentro de todos los
términos que esa grilla tiene donde ubican Uds. al paciente. Entonces lo importante de la clasificación es esta
relación entre lo simbólico y lo del orden de la naturaleza, lo viviente, el goce que queda absolutamente
aplastado, velado en tanto uno hace esa operación de clasificación.
Freud diagnosticaba a partir de los términos de la nosología psiquiátrica fue tomando de Kraepelin la paranoia, de
Bleuler la esquizofrenia de Krafft-Ebing la perversión, de Charcot la histeria, él creó la categoría de la Neurosis
obsesiva y fundamentalmente se basó en esa tripartición que hemos mencionado: N eurosis, Perversión y Psicosis.
Pero esta clasificación es una clasificación que es anterior a la clínica analítica. Es decir que él toma casilleros que ya
venían formulados desde la clínica psiquiátrica. A partir de la clínica analítica aparece como elemento propio que
incluye sobre la construcción de la nosografía que es la NOCIÓN DE TRANSFERENCIA. A partir de la noción de
transferencia, uno de los primeros grupos que fue el de la psiconeurosis que por un lado conjugaba ciertos cuadros
que hoy llamaríamos de psicosis y otros cuadros de neurosis, pero a partir de la noción de la posibilidad de la
instauración de la transferencia se divide claramente en neurosis y psicosis en Freud. Y luego esta misma noción de
transferencia es lo que lleva a dividir las neurosis de transferencia de las neurosis actuales. Es decir neurosis donde
si se podía establecer la transferencia había una dirección al otro, un llamado al Otro, había una pregunta que se
dirige al Otro y las neurosis actuales que no presentaban ninguna pregunta que se dirige al Otro. Entonces digamos
que DIAGNOSTICAR ES HACER ENTRAR EL CASO SINGULAR EN UNA ESPECIE SINGULAR, es decir tenemos un caso que
es un caso singular y el tema es cómo hacerlo entrar en una especie general, es decir en un universo. Dentro de un
universo vamos a distinguir ciertas particularidades, un universo puede ser un grupo, una clase, entonces podemos
poner las clases de la neurosis o las clases de la histeria dentro de la neurosis, la clase de la fobia, la clase de la
neurosis obsesiva. Entonces podríamos manejarnos con esas categorías que ya habíamos introducido en otra clase,
que es cuando Lacan responde respecto de la cuestión de la asociación libre y podríamos tener la diferencia de lo
que es lo universal, de lo que es el particular diferente de lo que es el singular. Podríamos entonces decir que a
partir de esta lógica que distingue lo particular, de lo singular en contraposición a una lógica que solamente distingue
lo universal de lo particular, que todos los pacientes o cada uno de los pacientes, cada uno de los elementos que uno
va a clasificar son singulares. Lo singular es tan singular que no entra en ningún conjunto, no hay un conjunto que lo
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identifique. En cambio lo particular siempre forma parte de un universo. Por ejemplo dentro de la n eurosis obsesiva
podemos poner infinidad de particulares que en cuyo caso podríamos identificar con la neurosis obsesiva cada uno
sería distinto de los otros pero cada uno de ellos se refieren sin lugar a dudas a la clase de la n eurosis obsesiva como
universo, cada uno de ellos sería un particular, pero dentro de estas particularidades, cuando la sacamos del
conjunto de la neurosis obsesiva este particular excluido, sacado por afuera es un caso que es absolutamente
singular y esta singularidad permite adjudicarle un nombre propio. “Estos son todos neuróticos obsesivos” porque
pertenecen a la clase de los neuróticos obsesivos. ¿Qué nombre tienen? Tienen el nombre de neurótico obsesivo.
Este extraído del campo de la neurosis obsesiva puede ser el hombre de las ratas. El hombre de las ratas es un
neurótico obsesivo pero en una singularidad tal que solamente lo identifica el nombre, el nombre en tanto su
padecimiento, la plasticidad de su estructura psíquica, la determinación de su neurosis está caracterizada por un
elemento singular que es la rata. La rata como aquello que Freud aíslo en relación a cierto goce del paciente. Pero no
todos los neuróticos obsesivos serán hombres de las ratas. De ahí que está ésta premisa que por más que nosotros
estudiemos en su singularidad diversos casos ese saber que adquirimos respecto de los distintos casos no nos
permite hacer un saber universal respecto de ellos mismos. Es decir que si bien del hombre de las ratas se deduce se
extrae como dice Lacan lo fundamental que sabemos de la neurosis obsesiva por más que estudiemos 1000 años el
hombre de las ratas no vamos a poder atender a otro neurótico obsesivo según los patrones, según las
interpretaciones o según la construcción freudiana que se ha hecho de ese paciente llamado el hombre de las ratas.
Es decir que ESTA LÓGICA QUE ES UNA LÓGICA DE TRES TÉRMINOS QUE NO ES LA DE DOS TÉRMINOS INTRODUCE EN
ESTA DIMENSIÓN DE LA SINGULARIDAD, a partir de esta dimensión de la singularidad esa ESPECIFICIDAD DE LA
CLÍNICA ANALÍTICA por la cual no podemos extraer, no podemos plantearnos ni recetas para atender a los
neuróticos obsesivos ni protocolos para atender psicóticos porque nos vamos a encontrar con una SINGULARIDAD
DEL CASO. Sin bien la singularidad del caso no va a excluir la aspiración a la construcción de un saber universal, nos
ubica en un punto preciso que en relación a esa universalidad lo que va a valer y va a ser posible la intervención del
psicólogo es tocar esos puntos de la singularidad. Ninguno de nosotros que tenemos algún mínimo conocimiento de
los síntomas que nos afectan nos podemos curar leyendo los libros del psicoanálisis. Uds. deben haber hecho la
experiencia cada uno desde su punto de padecimiento de cir “y a ver que dicen los libros respecto de esto…obtendré
una referencia que toque mi goce en ese punto donde me pueda curar a través de un saber, ya sea universal o sea
particular?” Creo que todos de los que han hecho esa experiencia, o de los que yo me he enterado, siempre han
visto que hay algo de esa construcción de saber que está en el orden de lo uni versal y de lo particular que deja
afuera una singularidad por la cual uno no se puede autocurar leyendo libros de psicoanálisis y tampoco leyendo
libros de autoayuda.
Entonces, el tema de la clasificación es que tenemos la clase hasta aquí. La clase es un nombre que identifica a un
conjunto y que dentro de ese conjunto uno pone a todos los elementos que están determinados por la
caracterización de ese nombre o por las características que este nombre va a darle a este borde que es la clase
misma. Es decir que TODA CLASIFICACIÓN NECESARIAMENTE DEJA AFUERA LA SINGULARIDAD PORQUE SINO NO
SE PODRÍA CLASIFICAR DE NINGUNA MANERA. Y también es necesario tener en cuenta la relación de ficción
simbólica de la clasificación. Es decir cuando uno dice “tenemos los mamíferos y tenemos los otros animales, los
ovíparos” uno podría decir “existe la clase de los mamíferos o es un invento por lo cual los científicos optaron para
dividir a los animales y dicen la mama es el elemento crucial por la cual yo voy a separar todo un conjunto de seres
vivientes por su identificación a la mama”. No sabemos si efectivamente es así, lo que sabemos es que es una ficción
simbólica haber hecho de la relación con la mama ese elemento principal por la cual un grupo bastante importante
de los seres viviente han quedado identificados por su relación con ella, pero también podrían ser identificados por
los que tienen cola doble, triple, cola cortita o larga vaya a saber lo que hubiera sido más operativo. Pero
fundamentalmente lo que tenemos que entender es que toda clase no es algo que de por sí identifica al sujeto, es
decir, que el hecho de que Uds. sean mamíferos o hayan nacido de un huevo no cambia nada el hecho de su
singularidad de goce. En este sentido hay algo que tenemos que denunciar, denunciarnos a nosotros mismos, no
denunciar a los otros, y es que esta lógica de lo universal y lo particular determina una razón que es el “para todos”.
Para todos aquellos que en su cuadro predomine la duda, la postergación, una lógica del todo o nada, la
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construcción de pensamientos que están regidos por el silogismo si tal cosa… entonces tal otra…., que tengan
rituales entendiendo a rituales por ceremoniales que evitan la angustia, etc., etc., podríamos hacer todo un listado y
para todos aquellos que padezcan esto, como dice el DSM al menos 3 de este listado diremos que son neuróticos
obsesivos. Pero la singularidad no entra dentro de la lógica del para todos justamente como su nombre lo indica, la
singularidad y el nombre propio lleva a otra lógica que es una lógica que es del 1 por 1. Es decir que tenemos una
lógica que es del para todos y una lógica del 1 por 1 y cuando entramos en este punto de la necesidad de tener un
diagnóstico al principio, que este diagnóstico puede ser presuntivo, pero que no es e l diagnóstico final del
paciente, porque su estructura es una estructura que se verificará en transferencia y que aquello que pasa al
principio que uno dice parece un neurótico obsesivo, parece una histeria, parece un psicótico estamos en el orden
de una lógica del para todos pero después en el desarrollo del caso se nos verifica con cierto rasgo de singularidad
que nos extrae de esa lógica del para todos y terminamos diciendo “ bueno pero nos falló” creíamos que era un
neurótico y terminó siendo un psicótico, creíamos que era un psicótico y terminó siendo un neurótico. Entonces,
LOS PSICOANALISTAS EN SU OPERACIÓN DIAGNÓSTICA PENDULAN ENTRE ESA LÓGICA DEL PARA TODOS ES DECIR
QUE VA DE LO UNIVERSAL Y LO PARTICULAR A UNA LÓGICA DEL 1 POR 1 y cuando Uds. entonces atinan o quieren
esbozar una hipótesis diagnóstica, siempre viene un psicoanalista con el comodín del 1 por 1 en la mano (comodín
porque uno lo coloca como mejor le viene), ah pero en el 1 por 1 se verifica otra cosa entonces uno siempre queda
descolocado. No tenemos que ser ni fanáticos de una lógica clasificatoria de un para todos ni hacernos fanáticos de
la lógica del 1 por 1, porque justamente lo que se trata es de soportar ese movimiento pendular que va de un lado
al otro y que es el título de uno de los libros que publicó la cátedra que es el MOVIMIENTO DE LO SINGULAR A LO
PARTICULAR Y NUEVAMENTE A LO SINGULAR, PORQUE SE DA ESTE MOVIMIENTO Y ES NECESARIO SALIR DEL
CAMPO DE LO UNIVERSAL, DEL PARA TODOS, PARA PODER RECONOCER ESA SINGULARIDAD DEL PACIENTE QUE
NOS PERMITE INTERVENIR MÁS ALLÁ DEL TIPO CLÍNICO AL QUE PERTENEZCA, PODER INTERVENIR CON CIERTA
EFICACIA SOBRE SU SINGULARIDAD.
Este problema lo describe con suma claridad el prólogo del DSM fíjense que el DSM que se postula como una grilla
clasificatoria, a-teórica, ¿por qué se propone como a-teórica? Porque es justamente es un manual que se pretende
por un lado poder hacer estadística, es un manual de estadística, pero también es un manual que se pretende clínico
en el sentido de generar un discurso común en la babel discursiva de todos los practicantes de la salud mental.
Entonces esta babel discursiva como está regida por la diversidad de causalidades o de posiciones teóricas lo que el
comité organizador del DSM ha resuelto, es decir vamos a hacer una grilla clasificatoria pero que deje de lado todas
aquellas clases que se sustenten en una cierta causalidad. Es decir, vamos a poner nada más lo que aparezca, lo que
se manifiesta, sin importar cuál es la causalidad. Por ejemplo así como nosotros decíamos como le sirvió a Freud la
transferencia o no la transferencia para armar clases, ellos van a decir dejemos de lado la transferencia o no la
transferencia, tomemos la manifestación de los padecimientos y hagamos clases a partir de la manifestación de
estos padecimientos. Entonces el DSM, la unidad, en lugar de llamarla clase, la unidad que ellos van a utilizar es el
llamado trastorno mental. Es una grilla que enumera una gran cantidad de trastornos mentales ¿Qué es un trastorno
mental? Un trastorno mental es un síndrome o patrón comportamental o psicológico de significación clínica.
Entonces tiene que ver con los comportamientos o tiene que ver con ciertas manifestaciones clínicas no
comportamentales pero que deben que tener una significación clíni ca. Es decir que si tienen una manifestación
clínica se manifiestan que no sean de un origen cultural, es decir que si en un determinado lugar habría ciertos
rasgos que uno podría identificar como de origen cultural ellos no lo pondrían dentro del orden de l trastorno. Y esa
significación clínica implica que esté asociado a un malestar, a una discapacidad, a un riesgo de morir, de sufrir dolor
o de pérdida de la libertad, eso quiere decir que un trastorno tenga significación clínica. Para ubicar a alguien dentro
del trastorno Uds. tiene que identificar los rasgos y entonces los miembros que entran dentro de una clase dentro de
un trastorno tienen que cumplir 3 requisitos:
-Todos tienen que ser homogéneos, es decir que tiene que haber homogeneidad entre los e lementos
- Tiene que haber límites claros entre las clases (los circulitos se distinguen claramente entre las crucecitas).
- Las clases entre si (clase A y B) tienen que ser mutuamente excluyente (si vos sos crucecita no podes ser circulito al
mismo tiempo y viceversa).
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¿Qué les pasó con esto? Les pasó lo mismo que con los sexos si uno dijera masculino y femenino sería un problema
dividir en 2, en términos de una homogeneidad de elementos dentro de cada una de las clases, de límites claros
entre una clase y otra, y que además sean mutuamente excluyentes una clase de la otra. Basta pensar la cuestión
sexual para darse cuenta que en un conjunto de 2 elementos el lío que se arma. Los autores dicen del DSM, que hay
una cierta cantidad de limitaciones que tiene este modelo. La limitación es, si la premisa dice que una clase tiene
que ser homogénea, la limitación es que no se asume que cada categoría sea una entidad separada, no se asume
que las crucecitas estén netamente separadas de los circulitos. Además dicen que tampoco hay certeza que todos
los individuos que padezcan un mismo trastorno sean iguales, es decir que a lo mejor el trastorno que padecen las
crucecitas es igual al trastorno que padecen los circulitos así que en esta clase de las crucecitas podríamos meter
algunos circulitos por lo cual ya se nos arma el lío respecto de la clase correspondiente. Por último dice que el clínico
que maneje el DSM debe considerar muy probable que personas con el mismo diagnóstico sean heterogéneas
incluso respecto de los rasgos definitorios del diagnóstico y que los casos límites son difíciles de diagnosticar como
no sea en forma probabilística. Concluyen en que partimos de un modo que es la clasificación categorial, luego de
que partimos de ese modo de clasificación categorial, tenemos que asumir que no podemos estar seguros que esta
categoría(x) esté netamente separada de esta otra (o), que tampoco hay certeza que todos los individuos de acá, si
esta fuera una categoría, un trastorno del DSM, sean todos homogéneos y por último que pueden haber
heterogeneidades, y heterogeneidades respecto de los rasgos definitorios del diagnóstico y pasa que hay un montón
de casos límites que se sitúan en la periferia y esos casos límites hay que terminarlos, diagnosticando p or estadística,
por probabilidad, es probable que los que tengan algunas característica de x y algunas características de o entonces
sean x cosa por probabilidad refieran a los cuadraditos. En 1968, el DSM tenía 182 categorías, en el año 1994, tenía
392 categorías. Se produce este estallido de las categorías donde cada vez se manifiesta la singularidad hace que
difícilmente cada uno de los dichos que somos en tanto seres hablantes no nos es fácil ubicarnos dentro de una clase
porque siempre hay un punto donde terminamos saliendo de la clase. Es decir que la característica del ser hablante
en última instancia en esa singularidad que tiene es no dejarse clasificar, no dejarse incluir nítidamente dentro de
una de las clases.
En una de las bibliografías que Uds. tienen un proyecto de investigación que llevó adelante la cátedra y que se
refería precisamente al diagnóstico. En ese proyecto se definía al diagnóstico como un proceso diagnóstico, ¿qué
quería decir proceso? En principio, que no se trataba de la conclusión, sino que el énfasis estaba puesto en el
recorrido, en el camino de ese proceso. Y una de las cuestiones que destaca ese proyecto es que el diagnóstico no es
una mera ubicación clasificatoria. No es una mera ubicación clasificatoria hay que entende rlo también por el lado
del no es, de la negación, es una ubicación clasificatoria pero no es una mera ubicación clasificatoria. Es decir no es
exclusivamente una ubicación clasificatoria en un lado o en otro. Se trata como proceso diagnóstico de algo más.
¿Qué es ese proceso? ESE PROCESO ES QUE EL ANALISTA SE UBICA EN EL CAMPO TRANSFERENCIAL DEL PACIENTE,
PARA SER POSIBLE DESDE ALLÍ UNA MANIFESTACIÓN MÁS NÍTIDA DEL SÍNTOMA Y ANTE ESA MANIFESTACIÓN MÁS
NÍTIDA DEL SÍNTOMA SE PRODUCE UN CAMBIO DE ACTITUD DEL PACIENTE ANTE SU PROPIO PADECIMIENTO.
Entonces los elementos que incluyen esta definición del proceso, es decir una vez que dice no es una mera ubicación
clasificatoria, implica la localización del analista en relación al padecimiento. La localización del analista no como
aquel que tiene el saber, sino como aquel que se ubica en el campo transferencial a los fines que a partir de ese
campo transferencial se presenten con mayor nitidez las manifestaciones sintomáticas del paciente . Y no se trata
solamente de que se manifieste en ese campo transferencial como lo planteaba Freud, es decir, como ese campo de
batalla, como la palestra, como poner el síntoma en presente, en presencia. No se trata solo de hacerlo presente,
sino de hacerlo presente para que el paciente pueda cambiar su actitud ante el síntoma, tomar otra posición ante
el síntoma. Porque lo más probable es que nos encontremos al principio con un pacie nte que directamente no sepa
cuál es su síntoma, pacientes que van a declarar que sufren, que padecen pero no saben cuál es su propio síntoma.
Están afectados de algo pero no saben de qué. Y no es causal, es decir, es absolutamente estructural que no sepan
de qué, porque como bien dice Freud mantienen respecto del síntoma una actitud correspondiente a aquello que
produjo el síntoma que es la represión. El no querer saber nada del síntoma, el no saber del síntoma. Entonces, hay
producción del síntoma a partir de la represión, pero a partir de ese producto constituido que es el síntoma prosigue
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la represión y esta prosigue a través de un no querer saber respecto del síntoma mismo. Uds. se van a confrontar
con pacientes que les cuesta muchísimo decir de qué padecen, se sienten mal, están trabados, les van mal las cosas
en la vida, perdieron trabajos, están perdiendo una pareja… pero ¿cómo llegaron a esa situación o como se produjo
eso? no tienen la menor idea. Y menos aun ¿qué participación tienen ellos en eso que les pasó?, si es que tienen
alguna suposición o alguna idea. Por eso pareciera que los pacientes, por lo menos en el campo de la neurosis, llegan
en esa posición de pacientes de la astrología, se le acomodaron o se les desacomodaron los astros de tal manera de
que todo le está saliendo mal. ¿De qué manera uno podría intervenir en ese caso? Si el problema fuera astrológico
estamos fritos cómo podríamos hacer para acomodarles los astros a los pacientes. Es deci r que hay que cambiar ese
orden de causalidad que para el paciente implica “me va mal y no se por qué”, hay una sucesión indefinida de
elementos desgraciados que al paciente le suceden y en función de eso, cambiar su posición en términos de ¿qué
relación tienen ellos con ese padecimiento? ¿Cómo han llegado ellos a esa situación de padecimiento? Y si es que
eventualmente hay algo en el cual ellos han participado directamente y han dado lugar a esa producción
sintomática o al mantenimiento de ese síntoma. Entonces no se trata solamente de hacer más nítida la producción
del síntoma sino que se trata también de que el paciente en ese proceso cambie su l ugar en relación al síntoma.
En ese sentido, que el paciente cambie la actitud ante el padecer, permite ubicar la participación inconsciente del
sujeto en la creación y el sostén de su síntoma. Entonces se trata también de ubicar la participación inconsciente
del sujeto en la creación y sostén de su síntoma. Es decir aquello que es posible de ser recorrido tanto en los
artículos de las vías de formación del síntoma de Freud como lo que Freud postula en relación a la lucha defensiva
contra el síntoma y las ventajas secundarias del síntoma. Todas ellas manifiestan cómo el sujeto tiene lugar en la
participación tanto en la creación como en el mantenimiento del síntoma. En ese sentido es necesario precisar que
hablar de sujeto como sujeto dividido es mencionar que ese sujeto no es un individuo, no es un yo, sino que es un
efecto de división que el lenguaje produce entre la determinación inconciente de cada uno de nosotros respecto
de un saber que desconocemos y por otro lado la respuesta que hemos producido ante ese saber que nos separa y
que permitiría responsabilizarnos de nuestra posición. Es decir que cuando se menciona sujeto dividido, es una
división aplacada por un lado a que hay una determinación, hay algo que nos determina, marcas inconscientes,
huellas inconscientes, pero por otro lado la posibilidad de separarnos, una respuesta que nos permite separar de
esa determinación a través de responsabilizarnos de nuestra posición.
Entonces culminemos diciendo que EL PROCESO DIAGNÓSTICO, SU RESULTADO NO ES MERAMENTE UNA
ETIQUETA: es un neurótico obsesivo, no es un código sino que IMPLICA UNA PUESTA EN FORMA DEL SÍNTOMA. En
un vínculo transferencial que supone al menos una experiencia del inconsciente . Entonces no es una etiqueta, es
una puesta en forma del síntoma es decir ya la adquisición de un saber por parte del hablante respecto de su
síntoma, en un cierto marco que es un vínculo transferencial y que supone al menos una experiencia del
inconsciente. Esto surge a partir del inconsciente no surge de atender más al padecimiento de uno, sino que se da en
el marco de una experiencia del inconsciente que surge ese nombre “de la rata” que eso que sería un nombre
propio. Es necesario una experiencia del inconsciente para que uno sepa alguna singularidad o pueda ubicar,
reconocer alguna singularidad del síntoma de cada uno, más allá de las características particulares de nuestro
síntoma que seguramente entran bien dentro del rótulo neurosis obsesiva, histeria o fobia.

Teorico 10 Clase 11-6 Arturo Frydman

Vamos a seguir con el tema el diagnóstico y del tipo clínico, y los tipos clínicos cómo entran en el diagnóstico
psicoanalítico. Vamos a empezar por lo más fácil que es un artículo de Gabriel Lombardi que figura en un libro que
se llama Singular, particular singular.
Primero evocar las categorías de estas lógicas que habíamos tomado la vez pasada, es decir la lógica aristotélica que
diferencia lo universal y lo particular, es decir que una serie de particulares puede formar un universo en tanto vía un
nombre, una nominación, se los puede incluir a una serie de particulares dentro de una clase, por ejemplo en este
momento y circunstancialmente ustedes son los alumnos que integran el auditorio del teórico de los lunes a las 18
horas, es decir que el teórico de los lunes a las 18 hs. está integrado por una serie de particulares que integramos
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todos nosotros, aún cuando cada uno tenga sus respectivas diferencias, sin embargo podemos armar la clase del
teórico de los lunes a las 18 hs. lo que no quiere decir que la semana pasada también hubo teórico del lunes a las 18
horas sin embargo los particulares que lo integraban eran otros y menos, entonces tenemos un conjunto de
elementos que integran una clase y ¿qué es una clase?, es un conjunto armado a partir de una definición. Ahora en
este punto, cada uno de ustedes pierde individualidad, pierde su singularidad porque cada uno de ustedes se
convierte en uno de los elementos que integra ese conjunto, ahora si yo quisiera hablar de Juan, de Pedro, de María,
de Raquel o de quién sea tendría que ya extraerlos del conjunto ese, arbitrario, como cualquier otro conjunto que
podríamos construir con ustedes y sacarlo, extraerlo y entonces Juan no tendría ninguna propiedad que remitiría a
ninguna clase, Juan sería Juan en su pura singularidad, en su pura singularidad de sueños, de deseos, de goce, de lo
que puede, es decir, que más allá de la lógica binaria, la lógica de lo universal y lo particular en lo cual hay una
relación, porque todo particular es particular de un universal, uno no puede hablar de un particular que no refiera a
un universal, por fuera de esa lógica queda elementos, uno podría llegar a extraer de él esos mismos elementos y
hacerlos singulares porque un elemento singular no reporta, no remite, no tiene su referencia e n relación a un
universal. Esto es muy claro, lo habíamos dicho la vez pasada, cuando uno podría decir neurosis obsesiva, dentro de
neurosis obsesiva todos los individuos caracterizados por algunos signos, rasgos, síntomas típicos de la neurosis
obsesiva pero podríamos extraer algún elemento y poner en su singularidad por ejemplo algún neurótico obsesivo ,
cualquiera de los aquí presentes o el Hombre de las Ratas, por ejemplo que en su singularidad no se identifica a
todos los otros neuróticos obsesivos, es decir que en su obsesión es absolutamente singular, sin embargo eso no
quiere decir que a partir de la singularidad del caso de la neurosis obsesiva de ese paciente Freud no haya extraído
consecuencias y saberes que le permiten construir y definir características del síntoma obsesivo, la relación del
obsesivo con sus dudas, con sus postergaciones, la posición del obsesivo en la cura y en última instancia la posición
del obsesivo en la transferencia y del modo particular en que su goce se desplegó a lo largo de la cura, es decir lo
particular neurosis de transferencia, entonces es en este movimiento que va de una lógica binaria, donde
solamente hay clases y sus particulares, sus elementos, a una lógica que incluya una terceridad que es la
singularidad, que fue lo que conversamos la vez pasada en relación a ese movimiento que escuchan en el discurrir
de los analistas que van de los intentos de universalización es decir de hacer paradigmas, paradigmas de las neurosis
obsesivas o paradigmas de alguna dimensión de la práctica clínica a de repente tener que salir del paradigma, y decir
bueno eso es a verificar uno por uno, pero ese uno por uno también va a entrar dentro del paradigma , pero
destruyéndolo y teniéndolo que reformular al paradigma como universal, y así estamos permanentemente en este
movimiento de pendularidad, y este movimiento de pendularidad es el que ustedes tienen tanto en el título del
libro como en el artículo de Lombardi que tiene este título que es Singular, particular singular, como un
movimiento que se le presenta al clínico en su atención de los pacientes, es decir, el paciente presentándose en
primer lugar en su dimensión de absoluta singularidad, muchas veces desconociendo cuál es el síntoma que lo
aqueja, es decir, vamos a ver una frase de Freud, un pequeño parrafito de Recordar, repetir reelaborar, donde Freud
plantea que el paciente desconoce el síntoma que lo trae al tratamiento, sabe que está mal, sabe que padece, pero
no suele saber de qué, porque sobre el mismo síntoma sigue operando l a represión, entonces no hay otra cosa que
operar defensivamente frente a ese síntoma desconociéndolo, y desconociéndolo por eso Freud la frase que utiliza,
el aparato psíquico continuó en relación de su padecimiento aplicando la misma política del avestru z, es decir de no
querer saber nada, por eso cuando viene al tratamiento no sabe, sabe que está mal, sabe que le falta algo, sabe que
le sobra alguna otra cosa, una idea que le reverbera y le mole sta y no puede hacer nada con eso, sabe que le falta
alguno de los elementos ideales que la gente aspira tener y vaya a saber por qué cosa particular no logra tener,
amores, desarrollo personal en algún campo, un mayor talento, el mejor desempeño dentro de sus actividades, pero
en su singularidad, conocer finamente cuál es el síntoma, lo desconoce, dice Freud, en la página 154 del tomo XII,
“la introducción del tratamiento conlleva particularmente que el enfermo cambie su actitud frente a la
enfermedad”, podríamos traducir para estar más actualizados que lo que Freud llama actitud podríamos decir la
posición del sujeto ante el síntoma, queda mejor, queda más Lacanés, y pueden sacar una mejor nota, que decir
cambiar la actitud consciente, decir, cambiar la posición subjetiva, aunque vamos a ver que el sujeto no tiene nada
que ver con la consciencia, dice, por lo común se ha conformado con lamentarse de la enfermedad, despreciarla
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como algo sin sentido, menospreciarla en su valor, pero en lo demás ha prolongado frente a sus exteriorizaciones la
conducta represora, la política del avestruz que practicó contra los orígenes de ella. Sigue Freud, “puede suceder que
no tenga noticias formal sobre las condiciones de su fobia, que no escuche el texto correcto de sus ideas obsesivas” ,
escuchar el texto correcto de las ideas obsesivas es, en el Hombre de las Ratas por ejemplo, la relación que hay entre
el ritual y algún deseo, es decir que uno se puede encontrar en general con pacientes que le cuentan a uno, ya sea
rituales, postergaciones, las llamadas procastinaciones o diversos rituales de verificación o lavarse infinitamente las
manos de una manera u otra, pero no sabe qué es lo que lo empuja a ese acto y ese acto y ese acto está empujado
por algún deseo, del mismo modo la sucesión de ideas catastróficas que pueden tener los ne uróticos obsesivos están
encadenados también con algún deseo, como en el caso del Hombre de las Ratas, donde esto sí aflora de entrada “si
veo mujeres desnudas algo grave le va a pasar a mi padre” por ejemplo, entonces el temor terrible de que le pase
algo a su padre es subsidiario de un deseo, que es el deseo de ver mujeres desnudas, entonces uno lo que siempre
se encuentra, casi siempre con la segunda parte, “tengo miedo que a mi familia le pase algo terrible”, vivo con
miedo, vivo con angustia, no puede evitar hacer este ritual o hacer otro ritual, pero todos estos son subsidiarios de
una lógica que tiene que ver con conocer, como dice Freud, “escuchar el texto correcto de las ideas obsesivas o
aprender el genuino propósito de su impulso obsesivo”, saco la piedra, pongo la piedra, la pongo de un lado, la saco
del otro, cuál es el genuino propósito de andar poniendo la piedra y sacando la piedra, entonces frente a este no
saber, nos encontramos entonces con un paciente que no sabe lo que le pasa, sabe que no puede salir, sabe que
tiene una fobia, sabe que repite interminablemente cosas obsesivas, sabe que le viene ideas obsesivas a la cabeza,
pero no sabe de dónde le viene y Freud dice, “para la cura desde luego, es preciso que el paciente cobre el coraje
de ocupar su atención en los fenómenos de su enfermedad y cobrar coraje, sacar la cabeza de abajo de la tierra, es
la política del avestruz”, y lo pone en términos de cobrar coraje, ya no hubiera admitido considerarlo algo
despreciable, más bien será un digno oponente un fragmento de su ser que se nutre de buenos motivos y que deberá
... algo valioso para su vida posterior, y luego dice, en virtud de esta nueva relación con la enfermedad se agudizan
conflictos y resaltan a primer plano unos síntomas que antes eran casi imperceptibles”, es decir que a partir de que
sucede esto, en lo cual habría un cambio de posición del paciente en función de obtener una puesta en forma más
nítida del síntoma como decíamos la vez pasada, es hace aparecer síntomas que antes no eran evidentes, porque
quedaban velados en esa trama de la generalización, del estoy mal, del no puedo, del tengo miedo, del no me
animo, en el pierdo tiempo, esto que es para Freud de aparecen nuevos síntomas, podríamos entenderlo en
términos de que aparecen con mayor nitidez del síntoma que el paciente nos va presentando.
Volvamos al artículo de LOMBARDI, tenemos ya en el título ese movimiento que va de singular a particular y
después vuelve a singular. Tomando una referencia a Colette Soler, si bien por axioma decimos que lo singular es
aquello que no pertenece a ningún universal, ninguna clase , tomando una ironía de Colette Soler se puede decir que
lo singular es lo más universalmente universalizable porque todos somos singulares, es decir que si habíamo s dicho
que universal y particular determinaban una lógica del para todos, en cambio lo singular es aquello que se menciona
bajo el sintagma del uno por uno, del mismo modo podríamos decir que todo el universo es singular, que todos
pertenecemos a la clase de lo singular, de lo cual sería lógicamente un absurdo, por qué, porque justamente se
inventa esta categoría de lo singular para sacar de la lógica del para todos, pero es cierto que uno podría decir pero
al final, todos somos singulares, con lo cual reconstruimos ese para todos, en el sentido de que, hay una singularidad
que implica al todos, todos somos singulares, nadie estaría por fuera del conjunto de los singulares, si haríamos un
conjunto y le pusiéramos como clase el rótulo de los singulares, ahí entrarían todos, nadie podría decir, yo no soy
singular, cada uno en alguna parte tendría ese rasgo que lo determinaría como singular, en ese sentido Lombardi
dice, el para todos puede ser tranquilizador, efectivamente uno suele escuchar cómo alguna vez los pacientes
preguntan, pero esto le pasa también a otros, esto que me pasa a mí, y uno sospecha que esa pregunta aspira a
cierto punto de tranquilizarse, es decir en el sentido que si le pasa a otros entonces bueno, no estoy tan pirado, está
bien, no soy una singularidad, es decir que hay un punto donde la singularidad podría llevarlo a uno a confrontar
con la máxima extrañeza y pedir que de la singularidad de uno sea traducida en términos de lo particular pueda
producir esa tranquilidad, ese apaciguamiento, es verdad que también hoy día los pacientes vienen
autodiagnosticándose, vienen los pacientes y dicen que vienen “porque tuve un ataque de pánico”, es decir ya no
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comentan la crisis de angustia y qué pasó en la crisis de angustia sino que vienen con el rótulo es decir dentro del
conjunto del universal del ataque de pánico, yo soy un particular porque tengo ataque de pánico. En cierto sentido el
para todos es tranquilizador, experiencias que no pasan por el diagnóstico, ser invitados a una reunión donde to dos
van vestidos de una determinada manera y uno no haber sido anoticiado con bermudas, ser un singular de ese para
todos produce una cierta inquietud y uno quisiera en ese momento entrar como uno más con la ropa que se usa, es
decir todos buscamos por lo menos en el campo de los neuróticos, el neurótico busca de algún modo ser un
particular, estar en un campo del todos. No va a ser que uno quede como un bicho extraño, como un singular.
Lombardi lo que hace es un movimiento donde plantea que en la psicosis, esa excepcionalidad, particularmente
habla de la paranoia, el paranoico es el que se siente excepcional, ante un otro que por su excepcionalidad lo tiene
identificado, lo mira lo persigue o tiene alguna intencionalidad de goce con él. Entonces esa excepcionalidad, ser una
excepción lleva un punto de cosificació. Sabemos que en el punto donde uno se siente excepcional, si eso no está
investido de un halo narcisista es una excepción devastadora y cosificadora porque soy una basura en relación a
todos los demás, es decir que esta relación del uno por uno, en relación al todo, según si esto es investido
narcisísticamente o idealizado, puede ser algo devastador o por el contrario ser lo más sublime que a uno le pueda
pasar, ser una excepción así sería absolutamente satisfactorio, al menos en este caso, pero hay otras excepciones
que ustedes saben que lleva a sufrir a la gente y que es motivo de consulta y venir a la consulta y decir que todos
pueden hacer algo y uno no puede, uno no puede engancharse, es su motivo de padecimiento el no poder
engancharse en la lógica de ese todos. ¿Cómo zafa el neurótico de esa excepcionalidad? Lombardi lo plantea más
bien del lado de la psicosis, ZAFA A TRAVÉS DE LA FUNCIÓN PADRE, la función paterna en términos de lo que Lacan
ha planteado en cómo que es el padre que encarna la excepción, y como el padre encarna la excepción alivia de la
singularidad. Es el padre la excepción, él está por fuera de esa excepción y a uno lo alivia de la singularidad. Y lo
que plantea es que EN LA NEUROSIS LO QUE INCOMODA ES LA PARTICULARIDAD, es pertenecer a una determinada
clase, por lo tanto el trabajo tiene que pasar de esa singularidad que uno reconoce en sí mismo, a reconocer de que
hay una clase de que uno tiene un nombre, de que hay un nombre, esta función del padre cómo se reconoce, como
funcionaría, en términos de que hay una clase, hay un modo de pasar de lo singular a lo universal que es por vía de
lo particular, entonces comienzo siendo un singular ante el otro, un otro que me va a evocar s iempre en la
dimension de qué me quiere, en tanto ese qué me quiere que está velado, está regulado por la función paterna , eso
posibilita pasar a integrar una clase no sin sufrimiento, porque también tenemos que reconocer que el neurótico
pretende, lucha denodadamente por ser siempre una excepción, por un lado tenemos este doble movimiento, que
no quiere ser distinto, no queremos ser distintos que los demás, queremos ser cómo los demás, que nos vaya como
a los demás, identificarnos a los demás y que esa identificación nos funcione. A los que les va bien, a los que hacen
las cosas que quieren, a los que pueden poner en acto sus deseos, por un lado entonces siempre queremos estar en
este campo de para todos, pero al mismo tiempo que queremos estar en el campo del para todos, como qué,
como una excepción. Let it be decían los Beatles, es decir todos los discursos que llevan a dejar que cada uno viva su
vida singular, pero sin embargo, es una vida singular que siempre se hace en referencia a ser reconocido como un
singular en ese campo del todos. Lombardi dice en la página 20 de ese artículo, “por eso, para situar el síntoma
neurótico no podemos conformarnos con la singularidad del caso, con las asociaciones peculiares las combinaciones
inéditas de la historia, debemos además pasar por los enunciados particulares y debemos volver a algunas
categorías freudianas, histeria, neurosis obsesiva, fobia, paranoia, etc. que interrogan seriamente por fuera de las
modas lo que del síntoma y su historia parecía singular” se entiende esto, dice Lombardi: el paciente se presenta en
su singularidad, pero no podemos conformarnos con eso, es necesario dice llevarlo a que el paciente conozca, o
entienda que de algún modo su síntoma también se ubica, se aloja en un campo, dentro de una particularidad. Hay
ciertas máscaras de moda, que hacen que las histéricas de entonces cubrieran su síntoma con esa máscara de moda,
que tiempo después, en la actualidad podríamos decir que hay otras máscaras de moda, es decir las histerias y los
neuróticos obsesivos no tienen siempre la misma máscara, entonces cómo pensar en alguna nosología si las
máscaras de moda van cambiando con los tiempos, entonces tenemos que encontrar cuáles son las coordenadas
propias de la histeria más allá de la máscara de moda, sin embargo esas coordenadas de la histeria están referidas a
ciertos enunciados particulares, es decir ciertos modos en que se presenta la histérica en relación al Otro, en
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relación al Otro donde uno podría más allá de la máscara de moda poder seguir diciendo que eso se trata de una
histeria, y dónde aparece ese rasgo de el modo en que el sujeto pone en juego su goce ante el Otro, en la
transferencia, es en la transferencia donde se verifica ese tipo clínico. Una de las máscaras de moda de la histeria es
la contractura, y están tan mal que necesitan que alguien les haga un masaje, han proliferado las contracturas como
peste histérica, del mismo modo que el ataque de pánico, cualquier angustia es un ataque de pánico, entonces todo
el mundo está panicoso, atacado de pánico, es decir, el Otro da ciertas configuraciones, presta ciertas
configuraciones a los síntomas, por los cuales en una época se dan las modas, pero lo que Lombardi está planteando
es que MÁS ALLÁ DE LAS MÁSCARAS DE MODA, UNO TIENE QUE HALLAR EL ENUNCIADO PARTICULAR QUE
IMPLIQUE QUÉ PARTICULARIDAD RESPONDE ESA MANIFESTACIÓN SINGULAR DEL PACIENTE. Se trata que el
síntoma en su manifestación más nítida, esa particularidad del síntoma sea histérico, sea obsesivo, a los fines de
volver a encontrar ese nudo, ese punto crucial, ese punto de goce que es el síntoma. Pero el síntoma en su más
estricta singularidad, el síntoma tal vez en ese punto que pareciera no avanzarse más porque ya no es el síntoma que
está moldeado por el Otro, tomado por el otro, sino que es ese punto de goce que tocó en algún momento cierto
lugar del cuerpo y a partir de eso quedó ese cuerpo marcado y marcado en ese modo de goce que es absolutamente
repetitivo y sintomático. Entonces Lombardi lo que justamente nos plantea es este MOVIMIENTO DE SINGULAR
LLEGAR A PARTICULAR PARA VOLVER A SINGULAR PERO QUE NO ES LA MISMA SINGULARIDAD DEL PRINCIPIO
SINO QUE ES UN PUNTO DONDE EL SÍNTOMA EN SU SINGULARIDAD LLEGA A ESE PUNTO CUASI DE LO
INATRAVESABLE, O LO INCURABLE QUE HA MARCADO EL CUERPO.
Tienen en la bibliografía, una clase del Seminario XII, la clase del 5 de mayo del 65, porque está esta clase en este
lugar, en esta clase Lacan da una serie de definiciones que le permiten llegar a pensar al síntoma en su dimensión
más singular, como significante, en relación a la estructura significante y en relación a que todo síntoma es
síntoma para nosotros, para los psicoanalistas, es decir en la práctica analítica, en tanto tenga una cierta indicación
de saber, es decir una relación con el saber, que quiere decir esto, que es un saber, un saber es una articulación de
significantes, entonces, todo síntoma, síntoma al cual un analista puede tener acceso, puede tener llegada, es un
síntoma que en sí puede ser reducido a un significante, llevado a ser un significante y un significante que remite a
qué, a un saber que es un saber inconsciente. Entonces, lo que Lacan va a decir es que todo síntoma torna una
indicación de saber, si un síntoma es lo podemos reducir a un significante uno, para nosotros tiene una cierta
relevancia si remite a un S2 que no es un significante sino que es el modo de nombrar al saber, saber como
conjunto de significados. Si entramos en una cierta ubicación del síntoma es en función de un elemento que tiene
alguna indicación de saber. Lacan empieza diciendo que ser psicoanalista es estar en una posición responsable, la
más responsable de todas, en tanto el psicoanalista es aquel a quien es confiada la operación de una conversión
ética radical, a aquella que INTRODUCE AL SUJETO EN EL ORDEN DEL DESEO. Entonces, primero, relación del
psicoanalista con la responsabilidad de su tarea, por qué responsabilidad de su tarea, no por una cuestión de salud
enfermedad, sino porque la gente que se confía en y lo que implica o lo que el analista puede acompañarlo, es
llevarlo a una conversión ética radical, modificación ética en relación a qué, a la ética que se espera de un analista
que es una ÉTICA DEL DESEO. Freud siempre a todas las formaciones del inconsciente las analizaba en términos de
deseo, desde el sueño que es una satisfacción de deseo, también el acto fallido, pero también los síntomas, ahora
por qué un síntoma es ese modo padeciente, es el único modo a través del cual el neurótico se posibilita la
realización de su deseo, por qué no lograr que ese deseo que se realiza vía el síntoma no se realice de otra manera,
no de un modo sintomático, no de un modo sufriente, en ese sentido se habla de conversión ética radical , es decir
que el síntoma, si el síntoma implica una realización de deseo, por qué no realizar el deseo de cada uno por una vía
por la que no sea exclusivamente esa vía sintomática. Para lograr esto, desde qué nivel, o en qué nivel opera el
analista, un analista opera a nivel de la palabra, a nivel de una práctica que implica un despliegue de un discurso
de un paciente, y en un marco que es un marco discursivo que Freud ha caracterizado como el del discurso
analítico. ¿Qué tiene que saber el psicoanalista? Lo que tiene que saber no es un saber de clasificación, no es un
saber de médico, lo que tiene que saber se define, dice, por un nivel primordial en el que el sujeto se confronta al
surgimiento de lo que se articula como yo no sabía, es decir que ese saber es un saber que está bajo la manga, yo
no sabía que este síntoma, porque está definido en este punto alguna barra de represión, que este síntoma es
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sostenido, soportado por ese saber, puedo sospechar que este síntoma quiere decir algo, pero lo cierto es que lo
que hay que llevar al paciente a confrontarse con lo que ese síntoma está articulado en un yo no sabía, y yo no
sabía qué cosa, no sabía que ese significante, que está allí, que reconozco ahora estaba allí donde yo estaba como
sujeto, no sabía que ese significante que era el significante de mi síntoma me representaba como sujeto para este
otro significante y aquí es donde va a recurrir Lacan a la DIFERENCIA ENTRE LO QUE ES UN SIGNO Y LO QUE ES UN
SIGNIFICANTE, tabulas que ustedes deben saber y que ya les habrán martillado la cabeza lo suficiente, UN SIGNO ES
LO QUE REPRESENTA ALGO PARA ALGUIEN, UN SIGNIFICANTE REPRESENTA UN SUJETO PARA OTRO SIGNIFICANTE
QUE HAY QUE PONERLO ENTRE PARÉNTESIS PORQUE ESTÁ EN FALTA, tuve un acto fallido, este acto fallido como
un significante me representa como sujeto ante algo que quiere decir que está en falta, no sé qué quiere decir mi
acto fallido, entonces me representa este significante como sujeto para otro significante que está en falta, pues
bien me pongo asociar libremente para tratar de llenar y encontrar este significante que está en falta, produzco
otro significante que a su vez me representará como sujeto para otro significante que está en falta y esta cadena
infinita es la que ubica o le da una cierta lógica a la formulación de la represión primaria freudiana, hay algo que
está reprimido y por más que yo asocie y meta significantes en este lugar siempre se va a desplazar a otro lugar,
siempre va a ser una falta que aparece por delante, en cambio un signo que representaría perfectamente la
dimensión del síntoma médico.
“cuándo estamos en el campo de los signos y cuándo estamos en el campo del significante”, la teoría de Lacan es
que para nosotros SIEMPRE ESTAMOS EN EL CAMPO DEL SIGNIFICANTE, que no hay signos, no hay un signo
paradigmático si este paciente duda eso representa seguramente algo que nos lleva a un diagnóstico de neurosis
obsesiva, siempre frente a eso que se presenta estamos en el campo del significante y lo ilustra con una especie de
acertijo, esto es una ventana, esto es una cortina, no sé de dónde sacó Lacan esta ilustración pero dice esto podría
ser la clave para anunciarle, una dama a su amante, a través de la ventana, cuando no había celulares, estoy sola a
las 5, si la cortina estuviera corrida o si la cortina estuviera a la derecha indicaría otra cosa, este sola a las 5 es un
código, sí, es un código, pero para entender este código es necesario traducirlo en palabras, esta cortina no es
cortina sino que es sola, y sola a las 5, pero sigamos con la cuestión, sola a las 5 qué quiere decir, no sabemos si
estoy sola a las 5 no me jodas, no se te vaya a ocurrir tocar el timbre o si te espero adelante a las 5 porque estoy
sola, o vení a las 5 que te digo que estoy sola pero es mentira va a llegar mi marido y te va a matar a palos y me va a
matar a mí, es decir que la ambigüedad del significante también recorre cualquier tipo de código que uno quiera
hacer en términos de signos. Todos estos signos siempre están marcados por el significante, y qué quiere decir que
están marcados por el significante, esto lo podríamos llevar a plantear en términos de S1 y S2 un significante primero
y un significante segundo, la ambigüedad del significante hace que en el intervalo hay una dimensión del sujeto,
en el intervalo entre S1 y S2 donde se presenta no solamente la dimensión de lo subjetivo sino también del deseo,.
No estamos casi nunca a nivel del ser hablante en el campo de los signos que representa algo para alguien, sino que
estamos a NIVEL DE LOS SIGNIFICANTES QUE REPRESENTAN SUJETOS PARA OTROS SIGNIFICANTES, es aquí con esta
operación que Lacan va a intentar PLANTEAR UN ESTATUTO SIGNIFICANTE DEL SÍNTOMA. y por ejemplo va a decir
que la afonía de Dora representa al sujeto, a un sujeto x para otro significante que es el sola con ella, se acuerdan
que la afonía le llegaba a Dora en el preciso momento en que el Sr. K se iba de viaje, cómo lo interpretaba Freud, en
su vía de la heterosexualidad que el amor de Dora era el Sr. K lo interpretaba como la añoranza que tenía el sujeto
frente a la partida de él, y Lacan lo que propone traducirl o a un término de esta afonía lo que implicaba como
síntoma es el encuentro con un sola con ella, porque parece ser que las dos mujeres, Dora y la Sra. K parloteaban a
piachere mientras el estaba, cuando él no estaba a ella se le empezaba a trabar la voz, por lo tanto esa afonía tiene
toda otra dimensión sintomática si esta relación con este significante 2 que es sola con ella que si fuera afonía
representa al sujeto por extrañar al Sr. K, es una interpretación, en este significante 2 estamos en el campo de la
interpretación y el otro ejemplo que es la tos, la tos también en este lugar tendríamos que ponerla a la tos como
significante, como síntoma, llevado a la dimensión de significante que representa a un sujeto para un padre que
tiene impotencia, entonces un síntoma que representa a un sujeto para otro significante que es la impotencia del
padre, y es en este punto, después también menciona la compulsión de adelgazar del Hombre de las Ratas, que
representa a un sujeto para quién, para el primo Dick, el equívoco significante donde Dick es gordo y los celos que se
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le armaban con su amada, es decir que da tres ejemplos, y aquí es donde dice que hay siempre en el síntoma la
indicación de que el síntoma es cuestión de saber, y esto es muy importante porque, porque en definitiva decimos
que esa es la dimensión de la interpretación, esto es lo que nos permite poder intervenir sobre el síntoma, es decir
que para que el análisis alcance al síntoma este tiene que estar articulado a un saber, tiene que estar articulado a un
lenguaje. Poder recoger, llegar a una lógica de qué tiene el síntoma de articulado al significante es fundamental para
poder justificar toda la intervención posible que un psicólogo puede hacer respecto de un síntoma, sino no habría
justificación alguna, y entonces determina esto el campo de lo analizable, es precisamente que el síntoma tenga esa
indicación de saber y por lo tanto va a decir que es necesario el síntoma definirlo como alguna cosa que se señala
como un saber, para un sujeto que sabe que eso le concierne pero no sabe lo que eso es, sabe que ese significante
le concierne, sabe que esa tos que aparece en determinado momento le concierne a partir del momento en que se
pregunta pero eso qué quiere decir por qué cada vez que me pongo en esta circunstancia toso, o por qué me agarra
la afonía en cierto momento, eso quiere decir algo, entonces es necesario que este sujeto que sabe que ese
significante le concierne pero no sabe lo que esto que llega hasta aquí tiene una mitad del síntoma, es necesario
que recobre la otra mitad del síntoma y es en la otra mitad del síntoma donde puede intervenir el analista por eso
va a decir LACAN en algún lugar de esta clase, que el paciente lo que tiene es sólo una mitad del síntoma, la mitad
del síntoma en tanto uno de los significantes que representan al sujeto, pero para llegar a la otra mitad se
requiere ese trabajo analítico, y luego va a presentar, para terminar, tres variantes posibles en relación a las
estructuras de la neurosis, de la psicosis y de la perversión.
En relación a la NEUROSIS va a decir que el SUJETO NO LLEGA A SABER, sabe que hay algo cifrado, algo oculto, algo
enigmático, pero él no tiene la clave de ese desciframiento, por eso tiene que recurrir a otro en ese lugar, en esa
FUNCIÓN DE SUJETO SUPUESTO SABER para llegar a saber, entonces hay una indicación de saber, sabe que eso
quiere decir algo pero él no puede llegar a saber solo justamente por lo que mencionábamos en términos de
represión uno no puede llegar a saber solo y necesita la función del sujeto supuesto saber para poder llegar a
descifrar algo de su síntoma.
Luego va a decir de la PARANOIA que eso que ustedes han aprendido, de que EN LA PSICOSIS LOS SIGNOS, EL
SIGNIFICANTE PARECE HACERLE SIGNO AL SUJETO, algo le hace signo de qué, de qué le hace signo, no solamente le
hace signo de que eso le concierne, porque que eso le concierne sería para las tres estructuras, sino que LE
PRODUCE CERTEZA y la certeza de qué, CERTEZA de que en alguna parte se sabe lo que quieren decir esos signos,
él no tiene el saber, pero ese otro, ese otro de la psicosis es el que sabe en alguna parte dónde está, ese otro se
sabe qué quieren decir estos signos, ese otro que arma la dimensión del complot, de la estructura persecutoria.
Por último, en relación a la PERVERSIÓN, dice que el síntoma es algo que se sabe. Un modo de gozar pero no se
puede hacer saber, es decir que no es transmisible ese hacer gozar, dice el deseo se supera en la dimensión de un
secreto poseído y como tal se desarrolla en la dimensión de su goce. Entonces es un secreto que tiene el perverso,
un secreto de cómo hacer gozar pero no es un secreto que le pueda transmitir al otro para que el otro también goce,
sino que el otro siempre va a estar en lugar de ser su objeto de goce, porque es algo que él tiene y el otro no puede
acceder a ese secreto.
Estas tres formas, HAY UN SABER QUE HAY QUE DESCIFRARLO, hay un saber que tiene el otro (neurosis), yo no
puedo acceder al saber (psicosis,) y hay un secreto pero un secreto que no se puede saber (perversión), son las tres
formas en que Lacan plantea la indicación de saber en qué habría en cada uno de los síntomas, los síntomas mejor
dicho de cada uno de estas estructuras.

Teórico 11

Unidad 6. Momentos decisivos de la cura analítica.


Son momentos decisivos porque son momentos fundamentales, son momentos cruciales pero también momentos
decisivos porque implican decisiones, implican cierta toma de posición del sujeto en esos momentos decisivos y
también cierta toma de posición del analista o del practicante en dichos momentos. Esos momentos decisivos por
excelencia, son dos el de empezar un tratamiento y el momento decisivo de terminarlo. Aunque uno crea que
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corresponde a la naturaleza de las cosas, comenzar un tratamiento no es algo que sea natural sino que implica una
toma de decisión y es una oportunidad que tiene un sujeto de que su vida cambie en algún momento . La
terminación de un tratamiento también responde a una toma de decisión que corresponde a las dos partes en juego
al que trata al paciente y al mismo paciente. Es decir que no responde a las normas que puede establecer un pre -
pago o el plan médico obligatorio de tener 30 sesiones al año, ni un hospital que resuelve atender a los pacientes
durante 6 meses. Esas son pautas y plazos prefijados que no siempre, o más bien muy pocas veces pueden acordar
con el momento de la conclusión de un tratamiento. A veces las conclusiones son mucho más apresuradas de lo que
uno cree y a veces las conclusiones de los tratamientos van mucho más allá. Tenemos que señalar como momentos
decisivos estos 2 pero luego en el mismo tratamiento se presentan muchas otras instancias que en principio
podríamos ubicar como correspondiendo a esas manifestaciones vinculadas al acto: pasajes al acto, acting out, en
los cuales también hay una toma de decisión tanto del paciente en términos de sujeto como también del analista al
respecto en cuanto al manejo de la transferencia, manejar su posición para hacer que el tratamiento siga su curso .
Es decir que, podemos señalar que hay varias situaciones a lo largo de los tratamientos en los que podríamos decir
que más allá de ese automaton, que es que el paciente vaya a una sesión y cumpla con los requisitos que se le
plantean hay algo claramente que es del ORDEN DE LA DECISIÓN. Entonces vamos a empezar con las llamadas
entrevistas preliminares que suponen la toma de decisión de alguien de comenzar un tratamiento.
¿Qué implica y qué nos plantea Freud en el texto de la Iniciación del tratamiento? Nos plantea que la iniciación ya
supone una lógica temporal que va a comenzar a partir de ese punto que el paciente llega al tratamiento. Lógica
temporal en el sentido que hay algo que comienza y a lo largo de todo el recorrido ese algo que comienza es algo
que tiene que concluir. Pero esta lógica del comienzo y de conclusión no es algo que suceda entre el comienzo de
un tratamiento y el final de un tratamiento, sino que esta misma lógica se repite sesión tras sesión. Una sesión
comienza y también tiene que concluir en determinado momento. Y este movimiento, digamos esta lógica temporal
que va de un comienzo a un final seguramente podríamos articularla con la temporalidad lógica de Lacan en
términos de que hay un momento en que se trata de VER, un instante de ver, algo para captar, un tiempo de
COMPRENDER y un momento de CONCLUIR. Esta lógica de la temporalidad que Lacan desarrolla también la
podemos aplicar a la analogía freudiana que hace con el juego del ajedrez, como todo juego también tiene un
comienzo, un desarrollo y un final. Freud plantea que pareciera que fuese mucho más fácil elaborar saberes respecto
de los comienzos y de los finales que respecto del medio juego. Está mucho más estudiada la iniciación del juego en
el ajedrez y la conclusión que ese tiempo medio que es el tiempo del desarrollo del juego.
Entonces, podríamos decir que estos 3 tiempos de Freud lo podríamos articular con esas 3 escansiones temporales
de Lacan (ese ver, tiempo de comprender, momento de concluir).
¿De qué se trata las entrevistas de comienzo? Claramente signados bajo ésta lógica tendríamos que decir que es el
tiempo en el que Uds. tienen que ver, comprender y concluir algo. ¿Qué es lo que tienen qué ver? Hay que ver qué le
pasa al paciente, tienen un gran capítulo, que es el capítulo del diagnóstico. Es decir, va a venir alguien movido por
algún tipo de padecimiento pero hay que poder ver qué padecimiento es, más allá de eso que dice o eso que dice
velado por las formas de su presentación. Ahora, no se trata solamente del padecimiento que tiene esa persona,
sino también cual es la posición subjetiva que tiene esa persona ante ese padecimiento.
¿Dónde se sitúa el padecimiento? ¿Cuál es el lugar y la caracterización precisa del padecimiento? Por ejemplo,
cuando alguien te dice “vengo a consultar porque mi mujer está loca” donde se sitúa el padecimiento a nivel de la
locura de esta mujer? A nivel de sobrellevar la locura de la esposa? A nivel de esperar un cierto aval para poder
separarse? Entonces uno no tiene claro. Para localizar el padecimiento tenemos que ubicar cual es el síntoma, pero
además tenemos que preguntarnos de quién es el síntoma por lo cual se presenta alguien? Entonces ese de quien
no necesariamente coincide con la figura corporal que entra en el consultorio de Uds. y que entra y toma la palabra .
Pero el quién del padecimiento puede ser otro. VER en principio consiste en ver cuál es el síntoma, es decir del
padecimiento planteado, enunciado y también de quién es el síntoma. ¿Quién se hace cargo de ese síntoma? Es
decir, LOCALIZAR LA POSICIÓN DEL SUJETO ANTE ESE SUPUESTO PADECIMIENTO es una tarea que hacemos en las
entrevistas iniciales. Pero hablar de posición subjetiva es hablar también de qué relación tiene el sujeto con su
padecimiento y ver si esa persona puede estar en cierta disposición a hacer algo con ese padecimiento. No
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necesariamente consultar implica querer hacer algo con el padecimiento de uno. Entre el que consulta y el hecho de
que haya un paciente hay un camino largo. Primer tiempo, alguien que realiza una llamada para pedir una entrevista
o solicita un turno en el hospital. En el segundo tiempo donde hay un paciente, hay una brecha o abismo temporal
entre ese primer tiempo y segundo tiempo. Durante esa brecha está el trabajo de lo que va a suceder en las
entrevistas preliminares. Es hacer de un sujeto/consultante, un paciente.
Entonces primer tiempo ver, SEGUNDO TIEMPO COMPRENDER PARA LLEGAR A UNA CONCLUSIÓN. La conclusión es
la entrada o no del tratamiento. Tal vez suene un poco pedante, un poco pretencioso aceptar o no un tratamiento
pero hay determinadas situaciones también de idealización, de fascinación “vengo porque me hablaron tan bien de
ud.” Es algo que se agota en 2 o 3 entrevistas porque no sirve de nada una idealización para sostener un
tratamiento. Hace falta como dice Freud, como MOTOR DE LA CURA UN DESEO DE SANAR, que surge del
padecimiento sintomático. Es decir que el sufrimiento, EL PADECIMIENTO SINTOMÁTICO EMANA Y AL MISMO
TIEMPO PRODUCE UN CIERTO DESEO DE SANAR, deseo de curarse. No toda persona está plenamente decidida en
ese momento de la consulta a sacarse de encima ese padecimiento. Es en ese sentido que Freud utiliza un término
que también suena fuerte y elitista, Freud no habla de entrevistas preliminares sino habla de tratamiento de ensayo
pero la función es equivalente. Y Freud dice que estos tienen por finalidad resolver si el paciente es apto para el
tratamiento, habla de un paciente apto para el tratamiento. Que quiere decir si el paciente es apto para el
psicoanálisis? Lo dice en la página 126, habla de los pacientes y dice “he tomado la costumbre de aceptarlos
primero solo provisionalmente por una semana o dos, si uno interrumpe dentro de ese lapso le ahorra al enfermo
la impresión penosa de un intento de curación importunado. Uno solo ha emprendido un sondeo a fin de tomar
conocimiento del caso y decidir si es apto para el psicoanálisis. No se dispone de otra modalidad para este ensayo
de puesta a prueba, como sustituto no valdrían pláticas ni inquisiciones en la hora de la sesión por más que se las
prolongase”. Es decir que para Freud la cuestión es ¿determinar si el paciente es apto y ¿qué quiere decir que sea
apto para el psicoanálisis? En principio ver si ese padecimiento ES UN PADECIMIENTO TRAMITABLE POR VÍA DE LA
PALABRA, si hay un punto en común entre el síntoma y NUESTRA HERRAMIENTA DE INTERVENIR QUE ES LA
INTERPRETACIÓN. La interpretación es un acto motorizado por palabras, sobrellevado por significantes. Si hay este
cruce, esta intersección entonces podemos sospechar que el síntoma también está articulado con el significante y
que por eso puede haber una incidencia de la interpretación sobre el síntoma. Es decir, que lo primero que tenemos
que ver es eso, que no sea un trastorno de tipo orgánico, que no sea un trastorno constitucional, que no sea un
trastorno metabólico sino que este síntoma es un síntoma que está articulado al significante. En la conferencia de
Yale, Lacan dice que el síntoma y la intervención del analista sean del mismo orden. Esto conduce a un segundo paso
y es que se pueda instalar la suposición del inconsciente. De que ese síntoma tiene una causa y que esa causa es
inconsciente. Lacan dice en el seminario Real Simbólico Imaginario “el que viene a presentarnos su síntoma es
porque cree. Si demanda nuestra ayuda es porque eso quiere decir algo y sólo hace falta descifrarlo”. Que tiene una
causa y que es inconsciente implica que eso en términos de síntoma “quiere decir”. Que esto que me pasa quiere
decir algo, que tiene una intencionalidad. El síntoma está ahí articulado a la palabra de significante. Es lo mismo que
plantea Freud en términos de suponer que los síntomas tienen un sentido y que está reprimido . Hay ciertos
enunciados que son inconscientes y son los que sostienen ese síntoma. Freud plantea en la Conferencia 17 que hay
una relación de mutua exclusión entre este sentido inconsciente del síntoma y la existencia del síntoma pero si ese
sentido se hace consciente inmediatamente el síntoma podría desaparecer. Es necesario que esté esta causa
inconsciente, este enunciado reprimido, y ese enunciado reprimido Lacan lo traduce en términos de “eso quiere
decir”, esto quiere decir que hay un saber, un saber a ser producido. Lacan lo decía en términos de “solo hace falta
descifrarlo”. Es decir que dentro de las condiciones de aptitud a evaluar, también tenemos que evaluar la posibilidad
del paciente de producir ese saber inconsciente. Freud se pregunta creo que en la Conferencia 6 como hacerle decir
a un paciente un saber inconsciente, un saber que no sabe, vía la asociación libre . Es decir el paciente tiene que ser
capaz de proveer el texto a ser descifrado, a ser interpretado. Y el sujeto lo puede producir si no retrocede ante la
barbaridad de asociar libremente. En este sentido las entrevistas preliminares van a implicar que el sujeto cambie
su relación con su decir (salir del decir cotidiano). Freud dice que la asociación libre no es una conversación
cotidiana. ¿Qué es esta nueva relación del sujeto con su decir? Justamente no la búsqueda de la satisfacción
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inmediata que da la conversación sino del punto de disgusto que a uno le da decir lo que uno no se atrevería a decir
en otros medios. Freud nos alerta en el texto de Recordar, repetir, relaborar de que el paciente no sabe de que
padece y es necesario cambiar la actitud consciente del padecimiento, que era empezar a enterarse a través del
decir, a través de la descripción, a través de volver a dar vuelas una y otra vez sobre lo mismo cu ál es la materialidad
del síntoma, la materialidad en términos de palabra, Freud decía tomar noti cia formal de la fobia o de las
condiciones que lo llevan a uno a repetir un acto obsesivo. ¿Cuál es la formalización y formalización en términos de
palabra? Es decir que uno pueda darle esa consistencia de palabra. Cambiar su actitud frente al síntoma, adquirir
noticias formales, escuchar, aprender son todos los términos que utiliza Freud en esa frase. Ya no es solamente una
nueva relación con el decir, que cambie la posición del sujeto con su palabra sino también que cambia la relación
del sujeto con su padecer.
En ese ver, comprender y concluir va cambiando la relación del sujeto con su palabra y con su padecimiento y va
cambiando la posición del sujeto ante la misma asociación libre. (Ejemplo del paciente que dice que no tiene nada
para decir y ejemplos en relación a las defensas ante ese tener que decir de otra manera cuando el paciente prepara
lo que va a decir en sesión o conversa con otros los temas previamente).
Estamos en este punto donde lo que se trata es de PRODUCIR UNA MODIFICACIÓN EN EL PACIENTE, una
trasformación que NOS PERMITA LLEVARLO AL ESTATUTO DE “PACIENTE” es decir en términos freudianos “ese que
está animado por su deseo de sanar” y en Lacan es “aquel que está animado por una demanda de verdad, la
demanda de desembarazarse de su síntoma”.
Si funciona el análisis se pone a hablar de algo que no tiene que ver con los intereses de la ciudad, con los intereses
sociales ¿de qué se pone a hablar cada vez más polarizadamente el paciente? Se pone a hablar sobre su familia
particular. La gente le atribuye al psicoanálisis como defecto el que va a hurgar en la historia de los pacientes, que un
tratamiento no es válido si un paciente no rastrea, no hurga su historia y esto hace que algunos pacientes se
presenten al tratamiento con una restricción y es que “yo no quiero hablar de mi pasado”. Pero Lacan lo que está
planteando es que esto es una cuestión estructural, esto es algo raro, uno le dice al paciente asocie libremente, y
todos se van a caer al mismo pozo que es el pozo del papá y la mamá. Con lo cual es interesante para pensar esta
polarización, como esa palabra que tiene que llevar a la causa, a esa causa inconsciente, a ese “eso quiere decir”,
quiere decir en términos de un deseo, un deseo que anima mi síntoma, ese es un deseo que en cuanto me pongo a
hablar termina en mi infancia y en mi relación de deseo o como he sido deseado por aquellos que hicieron mi
historia infantil.
Entonces, UN COMIENZO DE TRATAMIENTO EN RELACIÓN A UNA INICIACIÓN DE UN ANÁLISIS DIFIERE BASTANTE. Lo
que se trata en este recorrido de las entrevistas preliminares o el tratamiento de ensayo es que se instale un espacio
que permite que el síntoma sobre el que se apoya la queja o el padecimiento se aloje en un nuevo espacio subjetivo.
Lo que pretendemos es que ese padecimiento que se apoya sobre un síntoma se aloje en un nuevo espacio
subjetivo. “Me pasa esto pero no sé qué es” aquí hay un sujeto que sostiene a este síntoma, que el síntoma se aloje
en una dimensión subjetiva es que el sujeto esté implicado en su síntoma. Es que “si eso quiere decir…” es porque
está articulado ese nuevo espacio subjetivo, y ese espacio subjetivo está determinado por la función del lenguaje, al
campo de la palabra. Este nuevo espacio es que “ese síntoma quiere decir”. ¿Qué quiere decir que esté articulado al
campo de la palabra? No es solamente que debe haber alguna relación entre el síntoma y la intervención del analista
sino que esto se verifica en términos de LA APARICIÓN DE UNA VERDAD.
Colette Soler creo que en artículo del Acting out en la cura, plantea que si el saber inconsciente es un saber que se
descifra a partir de los síntomas, ¿qué es lo que nos garantiza que ese saber no sea un delirio del analista o del
paciente? Lo único que garantiza que no sea un delirio es que toque un punto de verdad, es una verdad subjetiva,
que produce efectos en el sujeto, que tenga un punto de eficacia.
Podemos decir que SE ENTRA EN EL TRATAMIENTO CUANDO LA VERDAD SE PONE EN JUEGO EN LA RELACIÓN QUE
CADA UNO MANTIENE CON EL ORDEN SIMBÓLICO A TRAVÉS DE SUS SÍNTOMAS.
(Ejemplo de diferencia entre lo simbólico del síntoma y lo simbólico religioso o de los astros, síntoma s sociales
respecto de la presión que ejerce el otro ante la exigencia de cumplir con ciertos ideales. Ejemplo de una paciente
con cuadro de psicosis que comenta que había tratado su síntoma porque era un problema espiritual y no
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psicológico y lo había tratado con ayuno y oración porque tenía el diablo adentro. Ella venía a tratamiento para
tratar su angustia que era un problema psicológico, pero no se iba a tratar de su síntoma psicótico porque eso tenía
que ver con lo religioso).
Entonces se trata de que hay en el síntoma una causa y que se trata de esa verdad que aparece que se puede extraer
del síntoma. Hablamos de síntomas no solamente en términos de formas del padecimiento, sino también que
estas formas van a tener siempre algún punto de entronque con el cuerpo, porque si hablamos del síntoma es
satisfacción sustitutiva, hablamos de libido y hablamos de goce, entonces el síntoma siempre tiene alguna
articulación corporal. Entonces esos síntomas analíticos que tiene una cara de goce, esa cara de goce tiene que
tocar el cuerpo.
Ahora como obtener del paciente el pasaje de que de su síntoma, él consienta a hacerlo algo que “quiere decir”,
tiene que haber un consentimiento de parte del paciente a que eso tiene una causa inconsciente , que eso quiere
decir, que él tiene que brindar ese saber a través de la asociación libre, y que finalmente eso lo va a confrontar con
una verdad (propia de él). Hay dos versiones en relación a cómo obtener el consentimiento del paciente.
-Una versión es la de la “ALIANZA TERAPÉUTICA”, el yo sano del paciente tiene que hacer alianza con el analista y
juntos vamos a emprender la lucha denodada contra el síntoma. Freud dice que los síntomas que han sido superados
bajo el efecto de la transferencia positiva siempre son susceptibles de ser sugestivos , que la cura sea sugestiva, y que
bastará que aparezca una pequeña pisca de transferencia negativa para que esa curación, esos efectos sugestivos,
sean barridos como briznas al viento. Si acá los efectos se pueden barrer de un día para el otro, no pasamos por este
capítulo de la verdad, hay algo de una verdad que aun no le llegó. Podemos sospechar que la alianza terapéutic a no
funcione, esto es por la transferencia, porque la transferencia no es algo entre 2, como dice Lacan en la dirección de
la cura, es algo que ya sucede entre 4, porque justamente la transferencia lo que objeta es la noción de
intersubjetividad, no un hay entre 2. Cuando el paciente les hable a uds. le está hablando al Otro de la transferencia,
es a un Otro que se dirige, no es en el campo del yo a yo. Se puede decir que su síntoma tiene alianza con un objeto
que no es el yo del analista, es otra clase de objeto.
- la otra vertiente es la PRODUCCIÓN DE UN SUJETO VINCULADO A UNA CAUSA. Que se produzca en ese hablar un
SUJETO DIVIDIDO que está vinculado a una causa que es ese objeto a. Esto es verificable a través de esta verdad
que venimos diciendo que habla a través del síntoma. Y esa verdad que habla es una verdad que manifiesta una cara
de goce. Esa verdad es verdadera si articula a un goce, si articula lo simbólico con lo real y esto es lo que puede
implicar al sujeto. Por lo tanto en la experiencia analítica el sujeto se implica por el lazo de la verdad y el goce.
Ejemplo del caso del Hombre de las ratas, cuando el chico comenta su vida sexual poco afortunada, Freud que
estaba a la búsqueda de una causa sexual no le pregunta más datos sobre su vida sexu al, sino que le pregunta por
qué habla de esto, por qué pone en primer lugar los datos sobre su vida sexu al? y el paciente responde que Él sabía
que eso era lo que a Freud le interesaba porque había ojeado un libro de Freud y que sabía que el tema de la
sexualidad era un tema privilegiado para Freud. Esta respuesta revela todo un orden transferencial que subyace al
decir de un paciente. En términos de Lacan del Seminario 8 dice que Habla en realidad que quiere ser amado por su
analista, reconocido por su analista, que quiere ser el mejor paciente, el más avanzado, por eso viene con la lección
aprendida.
En este punto decir que el paciente se implica es porque en un tratamiento hay algo de un orden de una verdad
pero una verdad donde está implicado el goce del sujeto. Este ser amado en la transferencia no es algo sin el goce.
“Ser el mejor paciente”, como si le hubiera servido el mejor manjar a Freud, pero esto es algo preparado y ya
revelaba una verdad y una verdad articulada a un goce, el goce de ser el me jor.
En esas entrevistas que se revele para el paciente que más allá de lo que el paciente ubica como padecimiento hay
algo del soporte de una verdad, y una verdad articulada a un modo de gozar que se va a manifestar en el
tratamiento bajo la forma transferencial.
Este goce que en principio es ser amado por el analista, después va a seguir en términos de “ser pegado”, “ser
maltratado” y todos los modos de sufrimiento que aparecen en el Hombre de las ratas imaginarizados en la
transferencia por su analista Freud.

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Pregunta de una alumna en relación al tiempo de comprender… en las entrevistas el tiempo de comprender tiene
que ver con COMPRENDER LA POSICIÓN TRANSFERENCIAL que tiene y que va a terminar en un momento donde se
concluyen las entrevistas preliminares para dar comienzo al tratamiento.
Pregunta: Por qué pensar en el caso del Hombre de las ratas que ese material que ofrece es para ganarse el amor de
Freud y no que sirve para su propia cura para que lo ayude ?
Entendemos que no hay una objetividad para el ser hablante sino lo que nos interesa es la subjetividad o el sujeto, la
operación subjetiva que se hace sobre el objetivo del síntoma. El manejo la posición subjetiva respecto del
inconsciente, a partir de un síntoma. Lo único que te puedo decir es que eso no hubiera surgido de no mediar la
pregunta de Freud. No es como cuando vos llegas a tu cardiólogo y le mostras los estudios que trajiste. Eso era algo
que se mantenía guardado. Si el camino al infierno está tapizado por las buenas intenciones, los pacientes que
tienen las mejores intensiones son los que más resisten. Es como que alguien que empiece a tratarse comience
contando todos los recuerdos infantiles, esto no sirve para nada, porque esos recuerdos infantiles adquieren su
significado según el momento en el que advienen a la asociación. Como vimos con Lacan que inexorablemente vas a
terminar hablado de tu papá o tu mamá y entonces vamos al grano y hablas de tu infancia, Freud dice que eso no
sirve para nada porque adquiere su valor en el momento en el que advienen a la asociación.

TEORICO 12 – FRYDMAN (2012)

Estamos en la unidad 6 de Momentos decisivos en la cura analítica. Vamos al tema de la DEMANDA – hay una
noción general de demanda y es que por el hecho de hablar, hay demanda.
Demanda significa pedir, preguntar, en una significación más francesa, en nuestra lengua está más relacionado con
pedir y exigir.
En lo que respecta a la clínica es importante que veamos este tema. Y dijimos que en una noción general, y es que
siempre hay demanda, por el hecho de hablar, porque no hay palabra que se emita que no esté dirigida a otro. Por
ej. Cuando vemos x la calle a una persona hablando sola, sin importar a qué tipo clínico pertenezca, y no importa si
tiene un manos libre en la cintura, siempre esta hablándole a otro. Cuando estamos en esos momentos de
ensoñación, y vamos peleándonos en la calle con alguien que no está, hablando solos; no hablamos solos, le
hablamos a otros. Es decir que no hay palabra que no aluda al Otro, un destinatario de la palabra que además pueda
responder, si no pudiera responder, no se dirigiría a ese Otro.
Entonces la palabra DEMANDA, en una dimensión general, amplio, en Lacan es la 1º versión simbólica que
encontramos en Lacan respecto de la transferencia, porque es la dirección de la palaba a Otro, un Otro que puede
o no responder, según su arbitrariedad y su capricho. Esa versión simbólica de la transferencia, que es poner como
pivote al Sujeto Supuesto Saber, que es subsidiaria, es posterior a esta 1º noción que es la demanda que ya implica
una teoría simbólica de la Transferencia. El que habla, pide. Por el mero hecho de hablar estoy pidiéndoles que me
escuchen, que me entiendan, que intervengan, pregunten. Siempre que alguien habla, pide. Entonces u stedes
recibirán pacientes, que vienen a hablar, y están pidiendo.
Entonces ya en esa dimensión de la palabra, que lleva colada la dimensión de la demanda, hay Otro que puede
contestar o no y que aun esa no-respuesta es una respuesta, porque uno le empieza a dar valor y significación a
esa no-respuesta que empieza a ser respuesta.
Esta dimensión general de la demanda, lo lleva a Lacan a decir, en “La orientación de la cura”, que “el sujeto no ha
podido vivir sin pedir”, es decir que su misma constitución está articulada a la demanda. Demanda cuando llora,
demanda cuando pide, cuando hace monerías, siempre está la dimensión de la demanda. Para Lacan la constitución
del sujeto implica demanda.
En este sentido ¿Qué quiere decir demandar? Quiere decir pedir. ¿Qué demanda? Que haya un Otro. Que en el
horizonte haya Otro con el poder de contestar, de responder. Pero es un pedir que no está especificado. Uno tiene

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que pensar el por qué de ese circuito de “dame dame dame...” que es insaciable, y que termina en algo que es
sorpresivo, como una bofetada. Entonces esto quiere decir que ESA DEMANDA NO TIENE UN OBJETO
DETERMINADO, SINO QUE ESPERA UNA RESPUESTA DEL OTRO QUE NO ESTÁ ARTICULADA A UN OBJETO.
Si esto es así por principio, por definición, y lo aplicamos a la cura, y hay alguien que viene porque tiene un
padecimiento, es absolutamente necesario preguntarse ¿qué quiere? ¿Qué demanda? En principio podemos decir
que demanda que haya Otro, pero sabemos que no es Otro, ni por su existencia, ni por su presencia. En última
instancia es demanda de amor, la demanda siempre va a significar que el paciente se va a curar. Sabemos que le
paciente viene y demanda, pero no sabemos lo que quiere, y este es el punto donde aplicar la noción de demanda a
la cura le implica cierta restricción. Si bien ninguna demanda tiene un objeto determinado, porque siempre hay
demanda pero demanda de otra cosa, a nivel de la cura impone precisar qué es lo que demanda. En el texto de
Lacan de “Psicoanálisis y medicina” el plantea que hay una falla, una brecha entre lo que se pide y lo que se desea.
Es decir que no hay ninguna coincidencia entre lo que la persona dice y lo que quiere. En el grafico que hicimos la
ultima vez, habría que incluir en ese proceso, entre la llegada del paciente y poder sancionar u na iniciación de
tratamiento, una entrada en análisis, que efectivamente algo sucedió con esa demanda y que se transformo en
una demanda de desembarazarse del síntoma. A esta noción de desembarazarse del sujeto, de una manera
paradójica, Lacan le llama DEMANDA VERDADERA O DEMANDA DE ANÁLISIS en la Conferencia de Yale y en
Conferencia de Ginebra. Es una paradoja porque por definición la demanda no tiene un objeto determinado,
siempre es de otra cosa, es paradojal decir que hay demanda de algo, de análisis. Que finalmente, en el recorrido
uno pueda situar que esa demanda, que siempre es demanda de otra cosa, sea rectificada, puntualizada como
demanda de desembarazarse del síntoma, y que a eso le llamemos demanda verdadera o demanda de análisis, no
deja de hacer ruido porque no se lleva bien con la definición de demanda.
El que llega al tratamiento, día 1, y que en algún momento decimos que sale de las entrevistas preliminares, al cabo
de lo cual hay una entrada en análisis, algo de lo que pasó en una demanda X, y que no se qué quiere, ahora sé que
quiere, desembarazarse del síntoma.
Pero aun el que está enfermo, no siempre quiere desembarazarse del síntoma. Ya hemos recorrido la formación del
síntoma y cómo éste se convierte en un cuerpo extraño, vimos como hay operaciones psíquicas que incorporan al
síntoma dentro de la economía psíquica o sea que hay operaciones de ganancia de la enfermedad, todo eso lleva a
que no necesariamente el paciente quiera desembarazarse de su síntoma, y que haya una fuerte oposición a
desembarazarse del síntoma, que eso que ha conducido a su formación sigue operando y por lo tanto, no
fácilmente, eso consiente a desembarazarse del síntoma. En general hay fuerte resistencia, por la misma estructura
del sujeto, ya que es una satisfacción, aunque desconozco cuál es. Es una satisfacción que nos divide pero que al
mismo tiempo uno hace cosas para mantenerlo. Es decir que hay una posición del sujeto que lleva a mantener a su
síntoma. Lo vemos cuando Freud dice que el sujeto no se quiere saber nada de eso, del sentido, de la causación,
cuando mantiene la política del avestruz que mete la cabeza en la arena para no saber nada de sus síntomas, cuando
no conoce las condiciones de su fobia, desconoce las razones de sus acciones obsesivas, está diciendo eso, “no
quiero saber nada de esto que me pasa”. Ese querer saber llevaría a confrontarse con el síntoma, poder ubicarlo,
poder reconocer las coordenadas del síntoma a partir de lo cual surgiría esa demanda verdadera, demanda de
deshacerse de su síntoma. A esto LACAN, en la Conferencia de Yale, le llama “umbral”, lo que divide 2 espacios.
Cuando uno atraviesa el umbral pasa de un espacio a otro espacio diferente. Lo que caracteriza el pasaje por este
umbral es precisamente la localización de esta demanda especial que sí tendría un objeto, que es desembarazarse
del síntoma y que es equivalente a lo que en la Conferencia de Ginebra llama DEMANDA DE ANÁLISIS. No es la
pasión por el análisis lo que demanda, es demanda por desembarazarse del síntoma. En este umbral hay que
acentuar es la cuestión del síntoma, no del análisis. Digo esto porque tal vez ustedes hayan escuchado decir que a lo
largo de este recorrido el paciente “no manifestó ninguna demanda”, esto es un equívoco, porque siempre hay
demanda. Es diferente si decimos que se manifestó esta demanda verdadera, demanda de desembarazarse del
síntoma. Algunos dicen que esta “demanda verdadera” debería traducirse del francés como “demanda de verdad”,

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pero estaríamos en la misma situación, ya que se trataría de demandar algo preciso. En última instancia es demanda
de amor.
En ese recorrido, llega a un umbral, en el que LA DEMANDA SE TRANSFORMA EN UNA DEMANDA DE
DESEMBARAZARSE DEL SÍNTOMA, que es la demanda verdadera, demanda de análisis, es demanda de algo
preciso.
Entonces, en “Psicoanálisis y medicina”, Lacan plantea que hay una falla entre lo que se pide y lo que se desea. O
sea que uno siempre pide cosas pero desea otra cosa. Siempre. En la posición de atender a un paciente el analista
debe interrogarse sobre lo que le pide y sobre cuál es el deseo.
Entonces, podemos plantear que un paciente se presente al tratamiento y que pague por él, a los fines d e que el
otro lo avale como es, vienen a confrontar a través de la consulta, a que el analista sancione que es válido como ellos
son. También puede pedir que el otro lo restaure narcisísticamente, que haga confluir lo que es el sujeto con su Yo
Ideal. Que le dé el tratamiento aquello que le falta, (chispa, gracia, inteligencia, seducción, etc.) todo eso que le haría
ser la persona que quiere ser. Con esto también vemos que no tiene que ver con desembarazarse de un s íntoma. O
bien que el otro le provea un ideal al cual amar. Ideal que vía el otro se convierta en una pasión de una vida que está
marcada por cierto vacío.
En estos 3 ejemplos vemos q hay una variedad infinita de demandas, por eso decimos que la demanda no tiene
objeto determinado y cualquier objeto puede ser objeto de demanda y c/u puede querer cualquier cosa . También
están las personas con problemas familiares que vienen a que las avalemos en su decisión de por ejemplo:
Separarse. Es frecuente que satisfecha esa demanda, el tratamiento termine, porque no se baso en ese punto de
desembarazarse de su síntoma.
La demanda de verdad o demanda de análisis como DEMANDA DE DESEMBARAZARSE DEL SÍNTOMA, EN FREUD ES
DESEO DE SANAR, lo encuentran en “Iniciación del tratamiento”. Por eso Freud dice que es necesaria la
subsistencia del síntoma, es necesario cierto padecimiento sintomático para que se mantenga ese deseo de sanar
que sería como un correlato, como una cierta emanación que surge del padecimiento. Pero sabemos que del
padecimiento no siempre surge el deseo de sanar porque del padecimiento surgen diferentes satisfac ciones. Por
ejemplo, una necesidad masoquista de sufrir del ser hablante, de impedirle hacer cosas y que el sufrimiento a veces
viene a colmar excesivamente esta necesidad de sufrimiento y miseria.
En la pag.132 de “Iniciación del Tratamiento” Freud se pregunta qué hace el analista en este punto. Y dice “el
analista introduce un proceso”, la iniciación de un tratamiento introduce un proceso. Y este proceso lo supervisa lo
promueve y lo vicia. El analista introduce, en tanto su acto, un incentivo a que continúe el proceso, pero a su vez,
también es el que introduce los vicios y los obstáculos. Y esto nos hace pasar a otro tema dentro de los momentos
decisivos.
En los tratamientos tenemos que hablar no sólo de iniciaciones sino también de las INTERRUPCIONES. Así como los
tratamientos se inician, también se interrumpen, en el mejor de los casos, se interrumpen en un momento
conclusivo que puede ser sancionado tanto por el analista como por el paciente, cuando siente que con lo que ha
visto le alcanza para seguir viviendo, siente que es suficiente para él.. En una de las conferencias Freud dice que el
tratamiento tiene que durar hasta que el paciente diga que es suficiente. Y está bien que así sea.
El final que se espera de un alumno de análisis, cuando tiene fines didácticos con el objetivo de que alguien se
produzca como analista. Ya estaríamos en una clínica con fines didácticos del análisis.
En estos 2 grupos, en el punto donde hay un final sea porque es suficiente para el paciente en su recorrido, o sea
que quiere seguir mas allá de este final en que fue suficiente, a los fines de indagar mas, y poder llegar a su final
de análisis, (en uno es “llegue hasta acá, me alcanza” y en el otro es “quiero indagar mas, porque quiero ser
analista”). Entre estos 2 casos, hay cortes e interrupciones, más o menos abruptos y que básicamente las
caracterizamos dentro de 2 situaciones o coordenadas clínicas que son el Pasaje al Acto y el Acting Out. En estas 2

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situaciones, dentro de lo que es un tratamiento por la palabra, son momentos donde se rompe “la suave tersura” de
una persona que habla y otra que escucha, y aparece la dimensión del escandalete. Escandalete bajo diversas
modalidades: el paciente empieza a faltar o a llegar tarde, irrupción de transferencia negativa, protestas, berrinches,
y una a la que le debemos prestar especial atención: la Reacción Terapéutica Negativa RTN,
Reacción Terapéutica Negativa RTN: encuentran sus referencias en “El yo y el Ello”, cuando, a medida que progresa
el análisis, el paciente en vez de mejorar empeora. Freud no puede explicar bien estas reacciones, no las puede
explicar en términos de una reacción narcisista, de rivalidad con el analista, de enfrentamiento de yo a yo, y
finalmente, descartados los elementos transferenciales, descartados los efectos de la agresividad imaginaria, lo
que queda es un factor de sentimiento Inconsciente de culpabilidad que quiere gozar, y ese goce se logra a
expensas de aumentar el sufrimiento del paciente. Al decir el paciente que el tratamiento lo está empeorando, ese
decir es una manifestación de la pulsión de muerte que desde el Superyo lo lleva al sujeto a un sufrimiento cada
vez mayor. O sea que se produce algo más del orden de la exacerbación de la pulsión de muerte, el superyo
velando mucho más severamente y dramáticamente para el paciente, y lo que tenemos por resultado son
pacientes que van empeorando en la cura.
Las formas ruidosas de estos momentos decisivos en la cura son el Pasaje al acto y el Acting out.
1) ACTING OUT: su característica es que es un acto que se dirige al Otro, se muestra al Otro, es una mostración.
Lacan dice que es esencial reconocer qué es lo que se está mostrando y a quien se le está mostrando. ¿Qué
lugar encarna el analista que circunstancialmente ocupa ese lugar de Otro, y qué le está mostrando al analista?
En el Seminario 10, en el caso de la joven homosexual, ese Otro es el padre de la joven. Y aun cuando el analista
sea el receptor de ese pasaje al acto, este también viene a ocupar el lugar del padre. Y este es el punto en donde
Freud decide derivar a la joven a otro médico.
Entonces, hay algo que se muestra a alguien, el Otro, hay que identificar a quien se está mostrando. Y hay algo
que se muestra, Lacan dice que es el OBJETO A., ese resto. Por eso dirá que lo esencial no es la interpretación
sino ese resto que se le muestra al Otro.
El Acting Out busca reencontrar un punto de certeza en el Otro, y la dificultad es que apunta a buscar en otro
sin mentiras sin fraudes, a un Otro de la verdad, o sea otro que no la decepcione como fue decepcionada. Si hay
indicios que aquel que encarna ese Otro, no está jugado en la verdad de su deseo, prosigue el Acting Out y
fracasa todo tipo de acción, de límite que uno pueda ponerle. O sea que en una situación de Acting Out es uno
el que está siendo interpelado por el paciente y es uno el que tiene que responder por ese Acting Out. Dice
Lacan que el Acting Out, llama a la interpretación pero no es interpretable, no debe ser interpretado porque
no está subjetivado por el paciente. El paciente sabe que algo pasa, pero no está subjetivado como que le pasa
a él, porque no es que busca un saber sobre eso. Llama a la interpretación pero no hay que interpretarlo, pero
si hay que responder a ese Acting Out. De ahí que en muchos casos que pueden recibir, lo prioritario no será el
síntoma, la angustia, la inhibición, que el caso pueda mostrar, sino de entrada lo que está en juego, un sujeto en
Acting Out, un sujeto que está llamando a Otro.
Dora llega a Freud por esa carta de suicidio que deja en un cajón, llamada al Otro. Y cuando el padre encuentra
esa carta, la mandan a Freud, y cuando la mandan a Freud, se instala un proceso de reivindicación querellante,
ella quería una respuesta clara, y es que el padre se separe de la Señora K. No tenía ningún interés en su análisis.
Fue necesario algún trabajo de alojamiento de Freud, de recepción de este Acting Out para que se iniciara un
trabajo analítico, pero que ustedes ven en las primeras páginas del historial, como no hay ninguna voluntad de
poner en juego lo que a ella le pasaba. Hasta el punto en el que ella plantea “esto es así (la situación con Señora
K, padre y ella) Usted qué puede hacer?”, es decir que hay una formulación que se trata de algo que es y no de
algo que quiere decir. No es “me pasa esto y no sé porque me pasa”, sino que es “esto es así” y le tira al analista
qué puede hacer por ella. Se van a encontrar frecuentemente con esa situación de “esto es así” y “qué hago?”.
Ustedes ahí no están ubicados en ningún lugar de Supuesto Saber, sino que están en un lugar de Saber y desde

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ese lugar tendrían que decirle al paciente qué es lo que tiene que hacer. Esto también es un Acting Out, es algo
mostrativo que se dirige al Otro, Otro que tiene que dar una respuesta y este Otro lo que tiene que demostrar es
que no tiene ninguna herramienta para dar la respuesta. Lo que se pide es que haya un lugar de deseo, de
desear alojar a ese quejoso, a ese sufriente, a ver si pueden modificarse esas coordenadas .
Esto es muy frecuente en los chicos con problemas de conducta en la escuela, psicopedagogas, psicólogas, etc. la
familia no sabe qué hacer, y esto es un Acting Out, ya que es una conducta mostrativa que se dirige al Otro, y
cuando el Otro se ubica en el lugar del amo, el director, la maestra, la psicopedagoga, el asiste nte social, el
psicólogo, sigue clausurando ese espacio que el sujeto busca en el Otro y sigue remontando porque no hay
alojamiento a su deseo. Es probable que cuando alguien pueda alojarlo y a partir de ese alojamiento, baja la
intensidad del Acting Out, a partir de lo cual se puede empezar a trabajar con un paciente en el cual se puedan
ubicar sus síntomas, sus inhibiciones, y qué es lo que precipitó al Acting Out.
El Acting Out se dirige al Otro buscando una falta en el Otro que lo aloje, no un Otro petrificado. Acting Out “A
barrado” – se dirige al Otro en falta para que lo aloje...
2) En el PASAJE AL ACTO, dice Lacan implica un profundo golpe en el fantasma del
lado del sujeto. Una contingencia en la cual la estructura del fantasma que es la
PA $a
regulación del sujeto con un objeto, sufre un profundo golpe desde el lado
Fantasma = a
simbólico del fantasma. Y por eso dirá que el sujeto esta barrado al máximo, es el Ventana
momento de mayor embarazo. Y por lo tanto lo que queda de la estructura del
fantasma que es la articulación de estos 2 elementos, uno simbólico y otro más
articulado a lo real, a un goce pulsional, al ser golpeado el fantasma desde el lado
simbólico, lo que queda sobre la escena es el sujeto que es en tanto objeto, un
puro resto que buscara su destino reinstalándose en una ventana del fantasma.
La ubicación topológica del fantasma, es que el fantasma es una ventana a través de la cual uno ve pasar su
vida, la realidad, lo real de la vida. Cuando sucede esta contingencia en la que el fantasma es golpeado desde lo
simbólico, del lado del sujeto, el sujeto queda absolutamente identificado a ese lado objeto, va a buscar su
lugar en la ventana del fantasma. Y una ventana, tómenlo literalmente, para lo único que sirve es para pegar un
saltito a través de ella. es decir que no se sostiene en una ventana, sino que se arroja por la ventana. O sea, que
este objeto (sujeto) ya no se sostiene en Otro, cayó del lado del Otro, y el sujeto queda como puro objeto a. Y
se arroja por la ventana, se arroja a las vías del tren, se toma las pastillas, etc. En el texto está mencionado como
la súbita puesta en relación del sujeto con lo que él es como objeto a. Es una mierda, y esto no tiene otro
destino que saltar por la ventana o apretar el botón del baño y desaparecer por la cloaca.
Cuando el sujeto está en Pasaje Al Acto, hay una brutal exclusión/expulsión del sujeto, hay una identificación a
lo que él es como un deyecto y un deyecto que fue rechazado, cae de la escena.
Ejemplos: la joven homosexual, el dejarse caer, cuando se tira a las vías del tren, la bofetada de Dora al Sr K.
También en las desapariciones de los chicos y adolescentes, las fugas, momentos en los que sucede algo en la
familia y los chicos se fugan.
Se puede recibir pacientes que en general se trata de situaciones de pasaje al acto o de Acting Out intentos de
suicidios que en general son pasajes al acto. Uno puede pensar esto como interrupciones del tratamiento, pero
también pueden ser momentos de iniciar el tratamiento porque se tiene contacto con estos paciente s en estos
momentos de Pasaje al Acto o Acting Out y se trata de cómo rescatarlos y de cómo volver a construir un otro que
devenga vida a estos sujetos.
Pasemos a puntualizar el texto de Lombardi, por falta de tiempo no lo vemos en profundidad sino una l ógica de
lectura.“Rectificación y Destitución del Sujeto”, este artículo, además de muchas coordenadas clínicas muy
interesantes lo que tiende es a introducir un debate con, así como recién empezamos hablando con la cuestión de la
demanda y que muchas veces escuchamos que “no hay ninguna demanda del paciente” y sin embargo es un

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paciente que está viniendo, viniendo, viniendo… y entonces hay que reconocer que hay una demanda pero no será
tal vez aquella Demanda que hemos mencionado (Demanda de Verdad, Demanda Verdadera). De la misma manera
parece la RECTIFICACIÓN SUBJETIVA COMO EL PASO DE ENTRADA QUE LO UBICAMOS A LA ALTURA DE EL INICIO
DEL ANÁLISIS, debería ubicarse a esa altura para poder formalizar ese umbral que su atravesamiento da comienzo
a una iniciación de análisis.
El tema de la RECTIFICACIÓN SUBJETIVA Lacan lo menciona en la Dirección de la cura, como una RECTIFICACIÓN DE
LAS RELACIONES DE SUJETO CON LO REAL. En ese momento no es lo real que va a mencionar después, sino lo real de
la relación que tiene el sujeto con su síntoma y la RECTIFICACIÓN DEL SUJETO, de la posición que tiene el sujeto
ante lo real, es que el sujeto tenga alguna relación con la causa de su síntoma. De ahí que los dos ejemplos que
presenta en la Dirección de la cura, uno es el Dora que Lacan tradujo, porque en el historial de Freud no está así,
“que tienes que ver con aquello de lo que te pasa” y aparece que el sujeto tiene algo que ver con la construcción,
con la constitución y con el mantenimiento de su síntoma. Cosa que la transmisión, es decir de que se produzca una
rectificación subjetiva, que haya una pregunta por la causa pareciera que es algo así como una suerte de receta por
la cual cualquier paciente es interrogado respecto de que tiene que ver con eso que le pasa o i nstalar alguna
pregunta por la causa e ipso facto (por este hecho) produce unos efectos maravillosos y empiezan a caer del cielo
respuestas inenarrables, el paciente cae rendido por una verdad absoluta, que es la verdad de que él tiene que ver
con su síntoma. Y en realidad, en la vida cotidiana, nos encontramos con pacientes que dicen “porque yo sé que
tengo algo que ver con esto que me pasa”, pero eso que dice y que verdaderamente se produzca algún cambio en el
sujeto vemos que hay una distancia abismal. Lombardi menciona que es distinto declarar la implicación, que estoy
implicado en mi síntoma, con cumplir la regla analítica, porque lo que se manifiesta en el caso de Dora es que ella
comienza a asociar, no es que Dora dice “ahhh si, entonces yo tengo que ver algo” Sino que lo que produce la
intervención freudiana cuando le dice que “todo reproche incluye un autoreproche”, son asociaciones de Dora. No
es lo mismo declararme implicado que asociar en las vías de la implicación. Porque esta última es la que permite un
cambio de perspectiva, ¿Cuál es mi participación en mi síntoma?. No es absoluta, ni de un lado ni del otro. Ni es que
yo no tengo nada que ver en mi síntoma, ni es que tengo todo que ver en mi síntoma… no soy totalmente pasivo de
eso que me pasa pero no soy irresueltamente activo en eso que me pasa y de lo que me quejo. En este sentido, se
puede enunciar de otro modo la división del sujeto. Podemos dividir por un lado RESPONSABILIDAD, que el sujeto
se responsabilice; pero si esto lo planteamos en términos de relación de yo a yo “responsabilízate de lo que te
pasa”. Por otro lado las coordenadas habituales que usamos que son INOCENCIA Y CULPABILIDAD “yo soy inocente,
yo no hice nada, como es que a mí me viene a pasar esto, no sos vos, soy yo”. Hay que distinguir lo que es una
responsabilidad que puede surgir a partir de que uno lo verifique en las asociaciones del paciente, que lo que sería
una pura declaración de culpabilidad o de inocencia. En ese punto podemos hablar de una rectificación y que esta
debería sernos clara en la división del sujeto entre Consciente e Inconsciente, quiero decir que un sujeto que hace
todo bien y cumple con todos sus deberes y con sus consignas ideales y sociales puede estar atormentado por un
intenso sentimiento inconsciente de culpabilidad. Y al revés, alguien que conscientemente tiene una gran
culpabilidad, como el melancólico, a nivel inconsciente se siente inocente. Se trata de, en estas coordenadas que
Lombardi plantea, no ser muy chatos en la apreciación de qué sería esta cuestión de la implicación del sujeto.
Hay que diferenciar el rectificar como un “hacete cargo” que cae sobre la conciencia, porque cuando uno insiste en
el “hacete cargo” la respuesta que obtenemos frecuentemente es la del Acting Out. Es decir una respuesta
mostrativa del sujeto, una respuesta rectificatoria, pero en términos de “rectifica vos tu lugar, rectifica vos tu
posición” vos en términos del analista, el que conduce la cura.
Y esto lleva al otro punto, que es el punto de la DESTITUCIÓN DEL SUJETO, que está planteada en términos de
REQUISITO DE QUÉ POSICIÓN TIENE QUE TENER AQUEL QUE DIRIGE LA CURA. Y aquel que dirige la cura no puede
estar como competencia, como sujeto. Se plantea que la transferencia es una terrible objeción a la idea de la
intersubjetividad. No hay ninguna intersubjetividad en un tratamiento, no hay un entre dos. Y el analista ofrece su
persona para encarnar ese lugar de Otro, para encarnar todos los fenómenos de la transferencia, para encarnar el
lugar de una verdad posible, para encarnar el lugar de un objeto que va a ser el partenaire del sujeto en esta
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aventura que es la cura analítica. Por lo tanto, es la formación del terapeuta lo que lleva a ese lugar que le
posibilite destituirse subjetivamente y no competir como sujeto con el lugar del paciente. DESTITUIRSE COMO
SUJETO QUIERE DECIR PODER CEDER ESE LUGAR DE SUJETO, dejárselo al paciente y así encarnar todas las otras
variantes que la transferencia le van a ir planteando y justamente no generar es tos desórdenes en términos del
Acting Out como respuesta al analista, la resistencia como respuesta a Otro que está cerrado y que no da lugar para
que se despliegue el deseo del sujeto.
Por último que habría que mencionar es que a veces estas situaciones de Acting Out, pasajes al acto, angustias
extremas ameritan la intervención de colaboradores a nuestra práctica, y que en ciertas situaciones se requiere la
colaboración de la psicofarmacología, de la internación, de dispositivos de contención un poco más extremos como
puede ser el Hospital de Día, o algunos grupos como las comunidades de adictos que se llaman espacios d e
tratamientos monosintomáticos, en el punto en que a veces para que un paciente esté en condiciones de llegar a
este punto de querer desembarazarse de su síntoma, este espacio de las entrevistas preliminares puede ser mucho
más “cataclínico” del que suponemos de un paciente neurótico un poquito angustiado, sino que a veces ubicar su
síntoma puede requerir que uno le preste, sea necesario la ayuda de algún psicofármaco para que pueda iniciar un
trabajo terapéutico analítico. O que necesite el préstamo de un lugar, un espacio, a veces un paciente muy
desorganizado requiera de una internación, le presta un espacio, se le determina un espacio y este es el que
posibilita que aparezca el lugar del Otro y a partir de esto sea posible la iniciación de un tratamiento. El psicólogo no
trabaja en la soledad de su consultorio sino en múltiples instituciones . Espero que Uds. hayan podido conocer
algunas de estas instituciones y a partir de ahí todos estos conceptos que acabo de recorrer, si bien son iluminados
de la óptica psicoanalítica en realidad apunta a recorrer esas nociones básicas que permitan a un psicólogo
intervenir en muchas situaciones, en muchos lugares como la guardia, el consultorio, la interconsulta, en
comunidades, etc.
Preguntas
Alumna: ¿la rectificación subjetiva y lo que tiene que ver con las entrevistas preliminares se aplica de la misma
manera tanto en neurosis como en psicosis?
F: de ninguna manera se aplica, en principio porque aun en la neurosis, hay pacientes que no están dispuestos de
ninguna manera a rectificarse subjetivamente según los patrones que damos en eso de “que tienes tu que ver en eso
de lo que te quejas”. En el caso del psicótico mucho más, porque la inocencia, por ejemplo del paranoico que es
perseguido por otro decirle “y vos que tenés que ver”, decirle a Schreber “que le hiciste a Dios para que tenga esa
mala onda con vos?” seguramente no sería muy propicio y además no nos daría ni ngún dato suficiente para su
análisis pero le darían pistas claras al paciente de que somos cómplices de Dios porque estamos más del lado de Dios
que del lado de él. En este sentido el texto de Lombardi es bastante pacificador, en términos de que uno no ti ene
que tener una posición rectificativa a ultranza.
Y la otra cosa de la pregunta que vos me hacer, que me llevo a cortocircuitear una cosa que les quería decir, que así
como parece muy siemple decirle al otro “y vos que tienes que ver“ y el otro desembucha, más allá de que uno
conscientemente diga “yo sé que algo tengo que ver”, hasta que surge ese punto en el que verdaderamente hay una
asociación respecto del qué tiene que ver pasa mucho tiempo. ¿Por qué? Porque esa posición del alma es “bella”
que menciona Lacan en última instancia. Podríamos decir “a mí me iría bien si no fuera por culpa de Uds.”, “las
clases no fueron mejores por culpa de usted”, pero eso es una posición fantasmática, que el Otro me hace a mi
perder, que me hace mal. Y atravesar esa posición implica un atravesamiento fantasmático. Por eso es que en la
clínica no es tan fácil como Lacan lo leyó ahí en ese puntito de Dora. Es decir que implica un trabajo para que el
paciente pueda rectificar, si es que lo quiere. Pero mientras tanto se necesita que el analista este en ese lugar del
Otro que puede esperarlo hasta el momento en que el paciente decida si quiere rectificar su posición o si no
quiere, porque hay pacientes que no van a querer rectificar su posición y que sie mpre la culpa la va a tener el Otro.

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En el paciente psicótico, si hay un rechazo del Otro, por estructura porque ya no se inscribió el sig nificante Nombre
del Padre, ¿cómo vamos a incluirle ese significante diciendo “mira esto que a vos te pasa es porque”? la realidad se
le presenta a cielo abierto, “esa intencionalidad del Otro, yo no tengo nada que ver”. En estos casos de ninguna
manera hay que preguntarle eso. La posición del analista en la psicosis dice Lacan En la cuestión preliminar… la
posición es de una estricta sumisión a las posiciones subjetivas del paciente. El paciente va a poder largar su rollo si
uno está en estricta sumisión a las posiciones subjetivas del paciente. El paso lo marca el psicótico, hay que dejarse
llevar.
Alumna: Pregunta sobre finales de análisis. Usted mencionó que el paciente cuando toma la decisión de dejar el
análisis hay que retenerlo, y después mencionó como que en el final del análisis se produzca como analista……
F: Respecto de la primera versión, no es que uno no tiene que cuestionarle. Lacan abre a la posibilidad de pensar de
que el analista no tiene toda la verdad del análisis necesario para que alguien se sienta bien y es posible, verosímil
que un paciente diga “yo ya estoy bien, no quiero analizarme más” entonces no es que uno no le pueda cuestionar,
tiene su lógica de que uno diga hasta aquí llegué. La otra cuestión es llegar a ese momento en que está bien pero
puede querer decir “pero yo me quiero seguir analizando” y ya el análisis no tiene que ve r con desembarazarse de su
síntoma sino con lo que se da en llamar los fines didácticos del análisis, no los fines terapéuticos. Y la finalidad
didáctica del análisis, es la referida a, el mismo Freud lo dice, que para ser analista previamente hay que anal izarse.
Y Lacan lo preciso bien, en que hay algo que se llama deseo del analista. Ese deseo del analista, como deseo nuevo,
es algo que se produce en análisis, es decir que no es algo que es innato, no es una vocación, sino que es un deseo
nuevo que se produce a lo largo de un análisis. Y que Lacan ubica el final de análisis, justamente en el momento que
se produce el pasaje de uno que es analizante a ser analista. Es decir a poder permitir su deseo de analista, o cómo
en él se produjo el deseo del analista, es una dimensión más institucional del análisis y no la dimensión terapéutica.
Alumna: ¿qué pasa en el ejemplo del chico cuando la rectificación subjetiva no se da, como sigue el análisis?
F: El tema es que no es una condición necesaria, porque no siempre eso que uno podría pensar que es lo que habría
que rectificar es lo que lo trae al paciente al análisis. Entonces eso no es la condición para comenzar un análisis.
Dentro de las condiciones de empezar un análisis, ustedes tienen el Seminario X, que habla de un neurótico
obsesivo, es como además de la descripción del padecimiento, es necesario que aparezca la noción de causa, que
eso que a mí me pasa tiene una causa. Eso no implica una rectificación en términos de “que tengo que ver yo con
eso que me pasa”.
Otra pregunta acerca de RTN no es Acting Out sino que es una de las formas de interrupción, de tropiezo.

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