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tar previamente con la autorización expresa y por escrito del titular, en términos de la Ley
Federal de Derechos de Autor, y en su caso, de los tratados internacionales aplicables. La
persona que infrinja esta disposición, se hará acreedora a las sanciones legales correspon-
dientes.
PRESENTACIÓN ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ ○ 9
LA PRENSA EN EL PORFIRIATO
PRENSA Y DIPLOMACIA
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DEL PORFIRIATO A LA REVOLUCIÓN MADERISTA.
UNA MIRADA A TRAVÉS DE LAS PÁGINAS DE EL FARO, 1885-1913
Introducción
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1
La categoría de “campo religioso” es desarrollada por Pierre Bourdieu. Ésta constituye el
espacio que permite observar los valores transmitidos por un cierto grupo de individuos que
luchan entre ellos mismos y con el clero católico por la competencia y por el ejercicio del
poder simbólico, espacio que además da margen a cierto tipo de relaciones entre las iglesias
protestantes y el poder político. En él se normalizaron las relaciones sociales de las institu-
ciones en términos de lo sagrado, no es un espacio lineal ya que estuvo condicionado por
tensiones político religiosas que generaron episodios de confrontación donde se vieron
involucradas las iglesias protestantes. BORDIEU, “Génesis y estructura”, pp. 29-83.
2
MARTÍNEZ LÓPEZ, Orígenes del presbiterianismo, pp. 4-6. Sobre el presbiterianismo en Mi-
choacán, MENDOZA GARCÍA, Protestantismo liberal en Michoacán, 2011.
3
El de Zacatecas (1883), el de Tamaulipas (1884), el de la Ciudad de México (1885) y final-
mente el presbiterio del Golfo en Tabasco (1896). MARTÍNEZ LÓPEZ, Orígenes del presbiteria-
nismo, p. 5.
4
Libro conmemorativo, pp. 93-95.
5
Desde 1872 hasta 1903 se habían publicado en México los siguientes periódicos: El Abo-
gado Cristiano, El Amigo de la Verdad, El Atalaya, El Católico Convertido, El Defensor del
Hogar, El Escolar Metodista, El Esforzador Mexicano, El Evangelista Mexicano, El expositor
bíblico, El heraldo, El Heraldo Evangélico, El Intransigente – La Propaganda, El Investigador,
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10
El Faro, Ciudad de México, 1 de enero de 1886, pp. 1-2. El Faro, Ciudad de México, 7 de
enero de 1910, pp. 7-9. El Faro salió de circulación ante las disposiciones contenidas en el
Plan de Cincinnati de 1914, en que se trató de crear una prensa protestante unida, sin em-
bargo debido al fracaso del plan El Faro se volvió a editar a partir de 1919.
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11
El Faro, Ciudad de México, 1 de enero de 1885, p. 6.
12
El Faro, Ciudad de México, 1 de febrero de 1886, p. 22.
13
El Faro, Ciudad de México, 1 junio de 1887, p. 87.
14
El Faro, Ciudad de México, 1 de enero de 1889, pp. 6-7.
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15
El Faro, Ciudad de México, 1 de abril de 1892, pp. 54-55. El Faro, Ciudad de México, 1 de
agosto de 1888, pp. 118-119. El Faro, Ciudad de México, 15 de diciembre de 1892, pp. 188-
189.
16
GUERRA, México: del antiguo régimen, t. 2, p. 14-15.
17
GUERRA, México: del antiguo régimen, t. 2, p. 11.
18
Los puntos esenciales del Grupo reformista fueron: vigilar el cumplimiento estricto de las
Leyes de reforma y denunciar las violaciones de parte del clero católico; proclamar y soste-
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ner los principios de la Constitución de 1857 y venerar el recuerdo de los héroes liberales.
CORTÉS CUESTA, “El periodismo como recurso de presión política: el Grupo Reformista y Cons-
titucional de la ciudad de México, 1895-1896”, en http://laconvencionsinaloa.blogspot.mx/
2009/11/el-periodismo-como-recurso-de-presion_08.html.
19
BASTIAN, Los disidentes, pp. 210-211. El Continente Americano, 7 de mayo de 1896, p. 4.
La Voz de México, 7 de mayo de 1896, p. 5.
20
El Faro, Ciudad de México, 15 de septiembre de 1897, pp. 137-138.
21
El Faro, Ciudad de México, 15 de septiembre de 1897, pp. 137-138.
22
El Faro, Ciudad de México, 15 de septiembre de 1897, pp. 137-138.
23
El Faro, Ciudad de México, 15 de septiembre de 1898, p. 138.
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Desde 1880 la prensa de oposición había levantado la voz en contra de la reforma consti-
tucional que permitía las reelecciones consecutivas de manera indefinida. Un año después a
través del Grupo Liberal Reformista apoyaron algunas protestas estudiantiles. CORTÉS CUES-
TA, “El periodismo como recurso de presión política: el Grupo Reformista y Constitucional de
la ciudad de México, 1895-1896”, en http://laconvencionsinaloa.blogspot.mx/2009/11/el-
periodismo-como-recurso-de-presion_08.html.
25
El Congreso de San Luis estuvo marcado por un evidente anticlericalismo de sus miem-
bros quienes atacaron a “la prensa, el pulpito, el inmortal confesionario” y a la “figura de la
mujer católica” educada en los conventos, desde donde “el soplo del fanatismo penetra en
el hogar”. Para contrarrestar la presencia del clero, impedir a toda costa la infracción de las
Leyes de Reforma y dar a conocer sus abusos, se propuso la formación de clubes liberales en
todas las ciudades los cuales debían estar relacionados entre sí. Como segunda tarea, se
pidió a los clubes nombrar delegados al Congreso de San Luis Potosí, en el cuál se discutirían
los medios para lograr la unificación del Partido Liberal, que sería el garante de hacer cum-
plir las Leyes de Reforma y actuaría en contra del clero. GUERRA, México: del antiguo régi-
men, t. 2, p. 17. “Invitación al Partido Liberal”, en línea:ttp://www.antorcha.net/
biblioteca_virtual/historia/programa/3.html.
26
El Faro, Ciudad de México, 1 de octubre de 1901, p. 146.
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peridad” y otros que señalaban que Díaz prefería retirarse “sin fa-
tigas, rodeado del respeto y consideración nacional que justamen-
te merece”. En el contexto político se hablaba —además de algunos
otros— de dos posibles candidatos, uno de ellos era el licenciado
José Yves Limantour, secretario de hacienda, y el segundo era el
general Bernardo Reyes, ministro de guerra. El Faro se mostró tran-
quilo puesto que cualquiera que fuera la situación política y el re-
sultado de ésta, lo cierto era que Porfirio Díaz seguiría influyendo
para que “la paz no se interrumpa”, por lo tanto “no habrá razón
para inquietarnos por el porvenir” puesto que “si como es de es-
perarse el caudillo de la paz vive y goza de buena salud, ninguno se
acordará de otra persona… en las próximas elecciones”.27 Desea-
ron larga vida a Díaz para seguir dirigiendo a la nación mexicana y
“cimentar sobre bases duraderas la magnífica obra que ha llevado
adelante durante tantos años en bien de México”.28
Las elecciones federales dieron el triunfo a Porfirio Díaz, quien
tomó el cargo de presidente de México en la que sería su quinta
reelección para el periodo 1904-1910. En medio de un sentimien-
to de malestar creciente que se dejaba sentir en los sectores me-
dios de la sociedad, quienes se quejaban de los defectos de la
prosperidad y el orden porfirista,29 El Faro emitió un sentido dis-
curso en el cual señaló estar haciendo
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La expulsión fue para contener sus discursos “de carácter subversivo”. La actividad perio-
dística incluyó demandas de carácter social con base en ideas apegadas al anarquismo. En
abril de 1903 el grupo lanzó una campaña antireeleccionista a través del periódico El Demófilo,
que les costaría el cierre de los diarios de oposición y la prisión de algunos de los dirigentes
de los clubes de México, además del exilio hacia los Estados Unidos de los líderes más im-
portantes, cerrando así una primera época de oposición al Porfiriato. GUERRA, México, del
antiguo régimen, t. 2, pp. 30-31.
32
GONZÁLEZ, “El liberalismo triunfante”, pp. 970-979.
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33
Laurel y Olivo, Zitácuaro, 8 de diciembre de 1901, p. 10; Laurel y Olivo, Zitácuaro, 16 de
febrero de 1902, p. 9. Laurel y Olivo, Zitácuaro, 23 de marzo de 1902, p. 4; GUERRA, México:
del antiguo régimen, t. 2, pp.13-25. Sobre la actitud de los presbiterianos de Michoacán
durante el Porfiriato véase MENDOZA GARCÍA, Protestantismo liberal en Michoacán, 2011.
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El movimiento maderista
34
El Faro, Ciudad de México, 1 de enero de 1904, p. 3. El Faro, Ciudad de México, 1 de julio
de 1904, p. 99.
35
El Faro, Ciudad de México, 1 de octubre de 1909, p. 628. El Faro, Ciudad de México, 5 de
noviembre de 1909, p. 708.
36
El Faro, Ciudad de México,, 15 de abril de 1904, pp. 61-62. El Faro, Ciudad de México, 15
de septiembre de 1907, pp. 140-141. El Faro, Ciudad de México, 15 de enero de 1908, p. 10.
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Cananea que fue reprimida con mano dura. Además de esto, entre
1905 y 1909 se desataron una serie de crisis agrícolas que llevaron
a la consiguiente elevación del precio del maíz y del frijol como
derivación de las malas cosechas; y por si fuera poco, las comuni-
dades indígenas perdieron las tierras comunales que aún poseían
en beneficio de los hacendados. Finalmente vemos cómo debido a
la marginación de ciertos sectores sociales que no alcanzaron la
modernidad porfirista, éstos se unieron a las filas del bandoleris-
mo que resurgió con gran fuerza.37
En este contexto, de manera conveniente el hacendado Fran-
cisco I. Madero —aunque representando a los intereses de las cla-
ses medias— unificó los descontentos sociales existentes bajo la
idea de que el pueblo debería luchar por sus derechos. Cuando en
1908 publicó La Sucesión Presidencial Madero logró agrupar en
torno suyo a los sectores resentidos que ansiaban mejores condi-
ciones de vida y a ciertos grupos con ideales antireeleccionistas,
quienes decidieron apoyar la idea de un cambio por la vía electoral
pacífica. De esta forma un año más tarde nacería el primer orga-
nismo político de oposición al porfirismo con el nombre de Club
Central Antireeleccionista bajo el lema “Sufragio efectivo. No re-
elección” del que Madero fue vicepresidente y del que más tarde
saldría el Partido Nacional Antireeleccionista que lo llevaría a la
presidencia de la República.
A pesar de los acontecimientos políticos y de que la prensa de
México dio amplia difusión a la entrevista de Díaz con el periodista
Creelman, El Faro no abordó el tema y decidió mantenerse a la
expectativa de las circunstancias. Todavía para el mes de septiem-
bre de 1909 el periódico seguía dando cuenta de las fiestas patrió-
ticas llevadas a cabo en sus colegios, en una de estas fiestas
declaraba que los “jóvenes del Colegio Seminario de Coyoacán”
habían celebrado el 15 de septiembre una fiesta patriótica en la
cual habían colgado los retratos de los héroes de la patria, entre
ellos el del “Héroe actual de la Paz Gral. Don Porfirio Díaz”. Pocos
días después publicaron en su portada dos enormes retratos de los
presidentes de México Porfirio Díaz y de Estados Unidos William
37
GUERRA, México: del antiguo régimen, t.1, pp. 235-262.
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Howard Taft exaltando los vínculos de amistad entre las dos nacio-
nes, aunque sin dar más detalles al respecto.38
En víspera de las elecciones, en el mes de abril de 1910 el Parti-
do Nacional Antireeleccionista propuso a Francisco I. Madero como
candidato a la presidencia del país y a Francisco Vázquez Gómez
como vicepresidente, en contra de la formula oficial de Porfirio
Díaz y Ramón Corral. Sin embargo, en una de las giras de propa-
ganda política Madero fue arrestado en Monterrey en junio de 1910
acusado de sedición y trasladado a San Luis de donde quedó en
libertad un mes después. A pesar del aparente buen recibimiento
de la propuesta política de Francisco I. Madero, convenientemen-
te las elecciones de 1910 volvieron a dar el triunfo a Porfirio Díaz
como presidente y a Ramón Corral como vicepresidente, situación
que dio paso a los primeros levantamientos armados. Más tarde
los líderes de estas insurrecciones se reagruparon en torno al Plan
de San Luis pronunciado por Madero el 5 de octubre, en el que
declaró nulas las elecciones llamando a la lucha armada el 20 de
noviembre. Así dio inicio la Revolución maderista que llevaría a la
renuncia de Porfirio Díaz el 25 de mayo de 1911.
Uno de los primeros levantamientos fue el ocurrido en Vallado-
lid, Mérida en junio de 1910, en donde un grupo de mayas
inconformes denunciaron el monopolio económico y político del
clan Olegario Molina y Enrique Muñoz Arístegui. Las causas del le-
vantamiento fueron para protestar por la persecución iniciada en
contra de los opositores políticos del gobernador porfirista Arístegui
—José María Pino Suarez del Partido Antireeleccionista y Delio
Moreno Cantón del Partido Liberal Independiente—, además para
protestar en contra del grupo oligárquico de Olegario Molina que
dominaba la industria henequenera. Es interesante hacer notar que
El Faro vio a dicho levantamiento no como una muestra de la in-
conformidad de la sociedad en contra de la crisis que estaba vi-
viendo, sino como “una situación difícil” que estaba enfrentando
el gobierno mexicano la cual debía ser sofocada a toda costa. Ha-
blaba de la sublevación de los indios mayas como algo “repentino”
38
El Faro, Ciudad de México, 1 de octubre de 1909, p. 631. El Faro, Ciudad de México, 22 de
octubre de 1909, pp. 673-674.
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Los recientes sucesos de Yucatán y otros puntos del país, con sus co-
rrespondientes alarmas y comentarios, en su mayoría exagerados hasta
lo risible, han puesto en moda repentinamente la fatídica palabra ¡RE-
VOLUCIÓN! en todos los labios. Dice un viejo refrán que “hay un mun-
do para todo” y nunca como en este caso se ha palpado la verdad del
dicho, pues son los incontables los que se sienten ya el fuego del com-
bate y el frío de la sepultura. Hay viejos que llevando en la sangre el
39
El Faro, Ciudad de México, 17 de junio de 1910, p. 376.
40
Guerra, México: del antiguo régimen, 2003, pp. 262-265.
41
GUERRA, México: del antiguo régimen, 2003, pp. 262-265.
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ardor de las pasadas luchas, ven en el espejo sus canas y dicen suspi-
rando con desaliento: ¡Ya es tarde para mí! ¡Ah! ¡Si los jóvenes quisie-
ran!... ¡pero ni modo los jóvenes de hoy tienen carne de gallina! Las
mujeres con más o menos discreción hacen preparativos teóricos y
prácticos cuando llegue el caso. Los muchachitos juegan a la guerra
por patios, calles y jardines, con gran disgusto de mamás, gendarmes
y propietarios. El caso es que todos se ocupan de la revolución, como
de una fiesta, de un mal necesario o de una enorme desgracia indivi-
dual y social. Se pretende olvidar que hay un gobierno que ha hecho
inmensos sacrificios por conservar la paz y un país que los ha hecho
más grandes todavía que el gobierno; se pretende olvidar que si nues-
tros gobernantes actuales fueran impotentes para evitar un desastre,
hay algo que ahogará en su cuna cualquier trastorno político y ese
algo es el buen sentido del pueblo mexicano, ya que no quiere más
luchas que las del trabajo y el talento. Con esto no se crea que nos
dejaríamos quemar una mano respondiendo de la moralidad de nues-
tra administración, pues aquí lo mismo que en todas partes del mun-
do a pesar de la sabiduría de las leyes y el tacto de los jefes de estado,
no se ha dicho la última palabra en materia de honradez administrati-
va. No hay país en el mundo donde no haya hoy día grandes abusos
de parte de algunos funcionarios públicos, pero el remedio a seme-
jante mal no está en las revueltas y crímenes espantosos, sino en la
educación del pueblo. De conformidad con esta idea los evangélicos
hemos sido los colaboradores más idóneos del pueblo sensato y del
buen gobierno, abriendo centros de educación popular, nosotros en
condiciones muy desventajosas y haciendo grandes esfuerzos hemos
convencido a los patriotas que siempre el mejor ciudadano es el que a
una sana instrucción une la honradez del carácter moral. ¡He aquí la
evolución! ¡Vivan los evolucionarios!42
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44
El Faro, Ciudad de México, 14 de octubre de 1910, p. 652.
45
El Faro, Ciudad de México, 25 de noviembre de 1910, p. 752.
46
El Faro, Ciudad de México, 25 de noviembre de 1910, p. 752.
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El Faro, Ciudad de México, 23 de diciembre de 1910, p. 812. El Faro, Ciudad de México,
20 de enero de 1911, p. 39.
48
El Faro, Ciudad de México, 3 de febrero de 1911, p. 75.
49
El Faro, Ciudad de México, 13 de enero de 1911, p. 27.
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52
El Faro, Ciudad de México, 11 de agosto de 1911, p. 504.
53
El Faro, Ciudad de México, 11 de agosto de 1911, p. 504. Una nota interesante salió
publicada por El Faro de Zimapan, señalaba que las publicaciones evangélicas en ninguna
parte de la república habían tomado parte en la política, por lo tanto no eran periódicos
calumniadores, engañosos, rastreros o aduladores. Argumentaba que no eran parciales a
ningún tipo de política a diferencia de los católicos. “Correspondencia”, El Faro, Ciudad de
México, 1 de septiembre de 1911, p. 550.
54
El Faro, Ciudad de México, 9 de junio de 1911, p. 363.
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El Faro, Ciudad de México, 9 de junio de 1911, p. 363.
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...más de una vez empuñamos nuestra débil pluma más llena de bue-
nos deseos que de aptitudes para dirigirnos a nuestros compatrio-
tas… atrayéndolos al convencimiento de su locura al seguir
desangrando a la patria con el desenfreno de sus pasiones en luchas
fratricidas… y otras tantas las hemos dejado caer desalentados, teme-
rosos de apurar el incendio… (esperando que los individuos) recobren
su buen juicio y depongan las armas.59
56
El Faro, Ciudad de México, 29 de septiembre de 1911, p. 617.
57
El Faro, Ciudad de México, 8 de septiembre de 1911, p. 564.
58
El Faro, Ciudad de México, 8 de septiembre de 1911, p. 564.
59
El Faro, Ciudad de México, 8 de septiembre de 1911, p. 564. El Faro se refería a individuos
presbiterianos que de manera particular se habían unido a los revolucionarios en la campa-
ña de Bernardo Reyes para las elecciones de 1910, abrazando la causa revolucionaria en
defensa de sus intereses económicos y del ideal anticlerical. Sobre los protestantes
involucrados en la Revolución nos hablan FUENTES BAZÁN, “Los estudiantes del Instituto
Metodista”, 1999. BASTIAN, “Las sociedades protestantes”, pp. 498-453.
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El Faro, Ciudad de México, 8 de septiembre de 1911, p. 564.
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El Faro, Ciudad de México, 10 de noviembre de 1911, p. 709, 711, 717.
67
Los presidentes de México, discursos políticos, pp. 146-147, 189.
68
El Faro, Ciudad de México, 19 de enero de 1912, pp. 40-41.
69
El Faro, Ciudad de México, 19 de enero de 1912, pp. 40-41, El Bautista, 25 de enero de
1912, p. 54, Central Conference of the Mexican Mission, 1912, p. 25.
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70
El Faro, Ciudad de México, 22 de enero de 1912, p. 53.
71
El Faro, Ciudad de México, 1 de diciembre de 1911, p. 756 El Faro, Ciudad de México, 1
de diciembre de 1911, p. 756.
72
El Faro, Ciudad de México, El Faro, 1 de diciembre de 1911, p. 756. El Faro, Ciudad de
México, 1 de diciembre de 1911, p. 756. El Faro, Ciudad de México, 5 de enero de 1912,
p. 12.
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Durante la Revolución mexicana la Iglesia Metodista Episcopal del Sur resaltó la ayuda
que habían recibido del general Pascual Orozco, en el Norte, quien es “un firme amigo, ya
que él es protestante y su esposa es un miembro de nuestra escuela dominical y de la socie-
dad misionera… (además de que) tres de sus hijos están estudiando en nuestra escuela y
otro fue recientemente bautizado…”. Central Conference of the Mexican Mission, 1912, pp.
25-28, 150-151.
74
El Faro, Ciudad de México, 25 de octubre de 1912, p. 670.
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Conclusiones
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Fuentes
Hemerografía
El Faro
El Continente Americano
Laurel y Olivo
La Antorcha Evangélica
La Voz de México
Bibliografía
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