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P P CARMELITAS DESCALZOS
CON APROBACIÓN
'REDACCIÓN Y ADMINISTRACIÓN
Calle d.e D o n E v a r i s t o , 33.-va.wa., 1 9 .
MADRID
A NUESTROS SUBSCRIPTORES
M a d r i d , 1902.— I m p r e n t a d e L. Aguado.-Pont^os.
MIM. . . . i . .i. "*lff$&ljífe Y*••'••• -'.WJ."<rjaw!^-.'.|.|j.if>.'.'.'...!¿v'-1--.-.-'.-'.••.••'••.•••.•.•.•lvL-.->A^Mfc.-.a
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PROPÓSITOS
SñLilDAS DE PfíSCUfíS
A LA VIRGEN SANTÍSIMA
(Continuación.)
(i) §i.
FR. JERÓNIMO DE SAN JÓSE
(i) §2-
io E L MONTE CARMELO
Vi) §3y4-
(2) Discurso de recepción en la Real Academia Española.
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Los p a d r e s .
una noche, tal vez para algunas horas. Lo que buscaba, como lo
manifestó al punto, era un abrigo, una cuna donde dormir tranquilo
entre el silencio y la paz de aquella profunda soledad, para desper-
t a r en los cielos.
«Joven amable, le dijo el respetable religioso, ¿habéis hecho
«studio de latinidad?» Y, al responderle negativamente, «Lo siento,
le replicó el anciano, hijo mío, porque es una condición indispensa-
b l e p a r a ser admitido en nuestra comunidad; empero no desmayéis,
volved á vuestro país, trabajad con decisión, y después os recibire-
mos con los brazos abiertos».
Nuestro viajero, todo desconcertado, emprendió de nuevo la
vuelta hacia su patria, como si para él fuera el camino del destie-
rro. Sin embargo, en vista de tal decepción, concibió la idea de que
Dios le tenía reservado otro porvenir no menos agradable á sus
divinos ojos.
Algunos años más t a r d e , en la misma villa de Alencon, una pia-
dosa joven, Zelia Guerin, se presentaba, acompañada de su madre,
en el Hospital servido por las Hijas de San Vicente de Paúl, pidiendo
con firme resolución formar parte de la comunidad; empero la Ma-
dre Superiora, no sin especial inspiración divina, la dijo que no era
tal la voluntad del Altísimo. Zelia volvió al seno de su familia, com-
puesta de sus padres, una hermana de más edad que ella (que con
el tiempo fué religiosa de gran virtud en el monasterio de la Visita-
ción de Mans), y de un hermano más joven, que figurará más de
una vez en el'transcurso de esta narración.
Nuestra piadosa joven, después de su infructuosa petición, dirigió
á Dios esta ferviente súplica: «Dios mío: ya que yo no soy digna,
como mi hermana, de ser vuestra esposa, tomaré el estado de casa-
da; mas os suplico que me concedáis muchos hijos y que todos se con-
sagren á Vos».
Dios, en sus misericordiosos é inescrutables designios, reservaba
para esta alma escogida el joven de quien acabamos de hablar; y,
por un concurso de circunstancias verdaderamente providencial, el
12 de Julio de 1858 se celebraba en la iglesia de Nuestra Señora
de Alencon el bendito matrimonio^
Las preces de la esposa no remontaron en vano al cielo. Apenas
había transcurrido una docena de años de esta bendita unión,
cuando ya contaban los dichosos esposos con nueve retoños, que
fueron consagrados todos desde la cuna á la Reina Inmaculada. He
aquí los nombres de los nueve:
María Luisa, María Paulina, María Leonina, María Elena, Ma-
14 EL MONTE CARMELO
ría José, María José (ambos varones), María Celina, María Teresa
y María Francisca Teresa.
La augusta Patrona de esta bendita familia se llevó al cíela
cuatro tiernos pimpollos: María Elena, María Teresa y los dos va-
rones, con el nombre de María José. Ambos fueron obtenidos del
cielo por la oración y las lágrimas. Después de haber venido al
mundo las cuatro primeras hijas, los piadosos esposos pidieron á
Dios, poniendo como intermediario á San José, un pequeño misionero,
y no tardó en aparecer, rebosando de gracias y sonrisas, el primer
María José. Empero á los cinco meses voló al santuario del cielo.
No por eso desistieron; después de nuevas y reiteradas preces viene
al mundo un nuevo Josefito, y apenas habían transcurrido nueve
meses cuando voló á unirse con su hermano en los eternos taber-
náculos.
Desde este momento ya no pidieron más misioneros. Conformes
en todo con la voluntad de Dios, resolvieron en lo sucesivo dedi-
carse á la cristiana educación de las niñas que les quedaban, al pro-
pio tiempo que cuidaban de su comercio.
Comprendiendo que el ejemplo de Tos padres es más persuasivo
que las palabras, se propusieron ser un modelo acabado de verda-
deros padres cristianos.
El reposo del domingo y días festivos era en el padre la virtud
dominante. Jamás consentía que en dichos días permaneciese ni un
momento abierto su almacén de joyería, no obstante que sus ami-
gos le advertían que con dicha táctica perdía innumerables sumas,
pues hacía más mella en su corazón de cristiano esta divina pro-
mesa: «Buscad primero el Reino do Dios, y todo lo demás seos dará
por añadidura», que todas las reconvenciones de sus íntimos.
Y como las divinas promesas no pueden menos de cumplirse,
desde el año 1871 pudo abandonar su casa de comercio y retirarse
tranquilo á una nueva morada. No era posible que se ocupase en el
comercio de alhajas y piedras preciosas de la tierra en el momento
que el Señor de todo lo criado se proponía labrarle una más preciosa
que todos los diamantes de este planeta, para colocarla en el joyero
del cielo.
Y ahora invitamos á nuestros lectores á recrearse aspirando el
perfume virginal de una bella flor, ó sea la vida de una alma escrita
por ella misma.
?r.€.S.F. ,
{Se continuará).
EL CATOLICISMO EN LAS BELLAS ARTES
las ramas del tronco del árbol, como brotan las flores del tallo que las
sustenta, empujadas por la savia de la primavera, vivificadas por el calor
del sol. Es uno de ios modos con que ha manifestado el espíritu cris-
tiano y la Iglesia de Jesús ha desarrollado la exuberancia de su vida.
La Sagrada Familia.
(Rafael.)
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DAD A DIOS LO QUE ES DE DIOS
Y AL CÉSAR LO QUE ES DEL CÉSAR
f r. €. S. ?.
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SECCIÓN CANÓNIC0-L1TÚRG1CA
(Continuación.)
santo que cada una se propone, de la les prescriba la Santa Sede, en espe-
aprobación que merecieron de la San- cial las que se relacionan con su erec-
ta Sede y de los tesoros de indulgen- ción canónica y su dirección, porque
cias con que las han enriquecido los algunas de ellas están prescritas süb
Sumos Pontífices. Pero es indispen- pcena nulitatis, y sería muy triste que
sable , para que puedan gozar de t o - por su ignorancia ó inobservancia se
dos estos bienes del Cielo, que se su- privara á todos los fieles en ellas ins-
jeten fielmente á las disposiciones que critos de 'tantas gracias espirituales.
(Se concluirá.)
BIBLIOGRAFÍA
FloreciUas del Carmelo, por el Pa- dido algún tanto su hermosura; pero,
dre Plácido María del Pilar.—En estos aun así, no creo que hayan perdida
tiempos de novelas y cuentos porno- toda su fragancia.
gráficos, en que autores, sin más mo- »En este ramillete encontrarás el
ral que el placer, sin más ley que el lu- encendido color del celo de Elias por
cro, atentan contra la pureza del co- la gloria de Dios; la hermosa y ad-
razón de los jóvenes, santa empresa es mirable obediencia y fidelidad de Elí-
la de los que con narraciones intere- seo; el cariño entrañable de una Ma-
santes y sanas contrarrestan los per- dre, la Virgen Santísima, para con sus
niciosos efectos de las lecturas inmo- hijos los carmelitas; verás también la
rales. Por esto es digno de todo elogio solicitud de María en defender á sus hi-
el Rdo. P. Plácido María del Pilar, que- jos de sus enemigos, y cómo les viste
rido compañero nuestro de redacción, de una coraza más fuerte que de acero,
al publicar el libro que anunciamos, para que ni el mundo ni el demonio
que es una colección de historias car- puedan contra ellos; te complacerás
melitanas, en que palpita piadoso in- en admirar los místicos arrobos de dos
terés y tienen la fuerza de un atracti- serafines revestidos de carne mortal;
vo santo. Una narración ingenua, y la los sufrimientos y resignación de un
sencillez de lenguaje propia de estos gran Santo en la cárcel; «1 valor y en-
escritos, dan á este libro un carác- tereza de una Santa en la casa de los
ter peculiar en armonía con el título estudiantes; los fervores de un Santo
de FloreciUas con que le apellida su en las fiestas de Navidad; el poder de
autor, quien con pluma fácil traza en la oración de un alma enamorada de
la Carta-Prólogo el cuadro que va á Dios, en el milagro de la gran Santa
describir en su libro. «Sin entretener- Teresa de Jesús, al librar á sus hijas
me demasiado — dice, — en un paseo de la miseria; admirarás el heroísmo
que he dado por la hermosa y fértil de un mártir en la peregrinación del
montaña del Carmelo, he recogido al- venerable P. Gracián; la hermosura de
gunas; no son todas ellas las más b o - unas vírgenes, puras como el cáliz de
nitas , pero tampoco son feas; si las en- las flores, sencillas como palomas y
cuentras algo ajadas, será porque, al fuertes como los robustos cedros del
pasar por mis rústicas manos, han per- Líbano, al caminar con paso firme,
28 EL MONTE CARMELO
rostro alegre y aire como de triunfa- Lean estas historias nuestros ami-
dor, á recoger la palma del martirio; y, gos; recréense con estas Florecillas;
por último, las bondades de una reina apliquen á su espíritu su celestial per-
en su viaje triunfal, y los milagros de fume , que yo les aseguro sentirán sa-
la gracia en la conversión de un ju- brosos efectos de paz inefable y d i -
dío. chosa ventura, harto más apetecible
»He añadido al fin otra historieta: que esos alborotos de las pasiones y
El Escapulario de una modista; no exaltación inquieta de la fantasía, que
la he hecho yo: sin saber cómo ha ve- deja tras de sí la lectura de las nove-
nido á mis manos; pero, como es del las modernistas.
santo Escapulario del Carmen, y r e - Florecillas del Carmelo, impresa
vela tan claramente la verdad de la con esmero y buen gusto, en excelente
promesa de la Virgen, que no se con- papel y elegantes cubiertas, y ador-
denará el que muera con el santo Esca- nada con preciosos grabados, véndese
pulario, no he querido privarte de su en esta Administración, y en las li-
lectura, que no dudo alentará en gran brerías católicas, al precio de dos
manera tu corazón para esperar en p e s e t a s el ejemplar.
la promesa de tan cariñosa Madre.»
fr. J?. ja.
fí^TOLiOGÍñ
La R o e a
Furiosa la ola del mar,
Contra la roca al chocar,
Decía á la roca así:
— ¿Por qué, cuando vengo á ti,
Siempre en ti me he de estrellar?
Y dijo la roca:—A fe
Que no te maltrataré,
Si vienes mansa á ceñirme;
Mas si vienes á escupirme,
Siempre te rechazaré.
Así es la verdad. Si ante ella,
Como ante la roca aquélla,
La torpe razón avanza
Y llega humilde, la alcanza;
Si llega altiva, se estrella.
Jian¡ de Víu.
B O C E T O S
LA M U Ñ E C A
El escaparate Vino al fin la noche,
loca la tenía: muy negra, muy fría;
¡ qué hermosa muñeca, con dolor la nena
qué rubia, qué linda! se fué á su guardilla;
Cerraba los ojos, temblando de frío
los brazos abría se echó en su camita,
y volvía loca con aquellas cosas y, siempre anhelando la hermosa mu-
á la pobre niña. se quedó dormida. [ñeca,
Si desde la tienda Después, muy contenta
fuera á su guardilla, soñaba y reía:
¡qué lindo vestido la rubia muñeca
de seda le haría con ella tenía...
con muchos adornos, ya no siente frío,
con muchas puntillas!... ya no está aterida...
¡ No tener dinero, no poder comprarla! ¡Parece un manojo de flores rosadas
¡si ella fuera rica! su cara encendida!
Pero era muy pobre, ¡Qué gusto tenerla!
¡muy pobre!; sentía Pero ¡cuánta dicha!
los pies ateridos, La muñeca ríe,
las piernas muy frías, la muñeca chilla
porque iba descalza... y extiende los brazos...
arrebujadita ¡cuánta monería!
en los pliegues rotos, sucios y mu- ¡qué linda, qué rubia con tantos ador-
[grientos contantas puntillas! [nos,
de aquella toquilla...
¡Con qué ansia miraba Contenta y riendo
la aterida niña! despertó la niña;
Los limpios cristales no vio la muñeca...
de aliento cubría, la buscó en seguida,
que luego limpiaba y al ver que no estaba,
con sus manecitas... dos lágrimas vivas
Aquella muñeca con tantos primores surcaron temblando su cara de rosa...
loca la tenía! ¡ Si ella fuera rica!
José Jl/Tontero.
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LA SAGRADA FAMILIA
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LECHO DE AMOR
DÜIiCiSimñ PñHHB^ñ
(CONTINUACIóN)
(1) § 5 .
(2) Flavio Dextro fué hijo Je San Paciano, Obispo de Barcelona, quien
en HU juventud había contraído matrimonio, otorgándole el cielo tan glorio-
sa paternidad. Llegó á ser Dextro prefecto del Pretorio; fué muy docto en.
Historia y escribió en estilo elegante, muy parecido al de Cicerón, en cuya
lectura estaba muy versado. Entabló amistad muy cordial con San Jeró-
nimo á quién instó para que escribiese la obra de viris illustribus. Dedicó su
trabajo histórico, escrito en Barcelona, á su pariente Pablo Orosio, por haber
muerto ya el Doctor Máximo. Casi por once siglos estuvo perdido, cuando
á fines del siglo XVI se encontró en Alemania. Divulgó esta grata noticia v
el docto jesuíta toledano, don Jerónimo Román de la Higuera.
#R. JERÓNIMO DE S. JOSÉ' 66
¿TiTii . - —— •• •n
de reinos, ciudades, comunidades ó casas religiosas, elogios y apo-
logías de las cosas de España, llenando todos sus escritos de
autoridades de Dextro.
Cita luego Fr. Jerónimo, si bien es corto en su elogio, á don
Rodrigo Jiménez de Rada, omitiendo á su contemporáneo don
Lucas de Tuy, y aunque comprendo su silencio con respecto á otros,
por no ser pertinente á su objeto más larga noticia histórica, me
complazco en decir con don Vicente de La Fuente que se llega
"época por época y siglo por siglo hasta fines del siglo XIII por una
serie no interrumpida de Obispos, á quienes la nación española
debe su historia. Desde Idacio en el siglo IV y San Isidoro en el
VII, hasta don Prudencio Sandoval, en el siglo XVII, encontramos
en cada siglo uno ó dos Obispos, por lo común tan ilustrados como
santos, trasmitiendo á los venideros los hechos gloriosos de nuestro
pais, y no aventuramos nada en decir, que, á no ser por el clero,
y en especial por el Episcopado español, España sería un país sin
historia, pues la historia sin escribir no es historia,,. (1)
II
Primeras notas de un cántico de amor.—El corazón de una madre.—Re-
cuerdos desde la edad de dos á cuatro años.
(1) Esta preciosa estatua, bien que de ningún valor artístico, se reanimó
dos veces nara ilustrar y consolar, en circunstancias graves, á la madre de la
angelical Teresa. Ella misma recibió por mediación de esta bendita estatua
gracias muy singulares, como veremos más adelante.
(2) Mar. 3.
SiYít TERESA DE JESTJg 57
los que al parecer son dignos, sino á los que á El le place, según San
Pablo: «Me compadeceré de aquel de quien me compadezco; y haré mi-
sericordia á aquel de quien me compadeciere. Luego no es del que quiere
ni del que corre, sino de Dios que tiene misericordia. > (1)
Durante mucho tiempo me he preguntado por qué Dios abriga
preferencias y por qué no reciben todas las almas las mismas gra-
cias. Me admiraba de ver que el Señor prodiga favores extraordina-
rios á grandes pecadores, como San Pablo, San Agustíu, la Magdale-
na y otros muchos, á quienes infundía, como por fuerza, sus gracias;
y no menos me sorprendía ver que ese mismo Señor acaricia desde
la cuna hasta el sepulcro á ciertas almas privilegiadas, sin que per-
mita tropiecen con el menor obstáculo que les impida remontarse
hasta El; esto es, preservándolas de todo pecado que pudiera empa-
ñar su ioocencia bautismal. Así mismo, no dejaba de sorprenderme
al considerar el gran número de salvajes que mueren sin haber oido
hablar de Dios.
Jesús se ha dignado instruirme sobre este misterio. Ha puesto
ante mis ojos el libro de la naturaleza, y he comprendido que todas
las flores creadas por El son bellas; que el brillo d é l a rosa y la
blancura de la flor de lis no roban á la humilde violeta su perfume,
ni á la margarita su encantadora simplicidad. No puedo menos de
comprender que si todas las flores fuesen rosas, la naturaleza perde-
ría sus encantos primaverales, y los campos no se verían esmaltados
de innumerables florecitas.
Otro tanto sucede en el mundo Me las almas, jardín viviente .del
Señor. Juzgó conveniente crear los grandes santos que pueden com-
pararse á los lirios y á las rosas; empero, creó otras fiorecitas, como
las margaritas, ó sencillas violetas destinadas á vegetar entre las
yerbas y ocultas á las profanas miradas de los hombres.
Otra cosa me dio á comprender el Señor: y es que su amor divino
lo mismo se comunica á las almas sencillas, que no resisten á sus
gracias, que á las más sublimes. En efecto: siendo una de las propie-
dades del amor el abajarse, si todas las almas fuesen como las de los
Doctores que han ilustrado á la Iglesia, parece que Dios no se aba-
jaría lo suficiente al descender á dichas almas. Mas El ha creado el
niño que no sabe hacer otra cosa que mamar, reir y llorar; creó
también el salvaje que no tiene para regirse otra luz que la de la ley
natural, ¡y sin embargo se digna comunicarse á sus corazones!
Estas son flores del campo cuya simplicidad le arrebata; y, preci-
samente en esta misma acción de abajarse tanto, nos dá una prueba
evidente de su grandeza infinita. A la manera que el sol material
ilumina á la vez los cedros y las florecitas, así el Astro diviuo ilumi-
na particularmente cada una de k s almas, sea grande sea pequeña,
y todo redunda en su mayor gloria.
Sin duda alguna, madre mía, V. R. me preguntará, que á dónde
voy á parar con tamo preámbulo; pues es muy cierto que hasta el
presente nada he dicho que tenga la menor relación con mi vida,
(1) lKom. 9.
58 Él MONTE CARMELO
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Evangélicos, diciéndole en la
s | | | IENDó las Ordenes Terceras persona del joven que nos relata
« # u n a emanación de las diver- el Evangelio si quieres ser per-
sas Ordenes religiosas,, antes de fecto, renuncia cuanto posees,
tratar del origen y excelencia ven, sigúeme y alcanzarás en el
de esta V. O. T. "para mayor Cielo un tesoro que no sufrirá
claridad, nos ha parecido opor- menoscabo. Estas palabras ex-
tuno poner este primer artículo citaron en la humanidad un vivo
que, á manera de prólogo dé á deseo de mayor perfecciona-
conocer el origen divino de los miento, y produjeron la más
consejos Evangélicos,*báse del asombrosa revolución en el Uni-
edificio religioso. verso. Personas de ambos sexos
I menosprecian el fausto y pompa
del mundo; delicados jóvenes y
Dios, que por la manifestación tiernas doncellas abandonando
de sus infinitos atributos, ha las delicias del hogar doméstico,
querido darnos á conocer la vo- corren á ocultarse de las mira-
luntad que tiene de salvar á das del sigla, que les ofrece
todos los hombres y que todos encantos sin medida: puéblanse
lleguen al conocimiento de la los desiertos de penitentes ana-
verdad, para dar cumplida sa- coretas, los monasterios sellenan
tisfacción al apetito ingénito del y reverdece el jardín ameno de
corazón humano que, sin cesar, la Religión, ofreciendo á la vista
ansia y busca la felicidad, pre- un aspecto encantador.
ceptuóle la guarda de los Man- Pudiéramos tratar de injusto
damientos, por la queleprometía á Dios, si después de llamar á
la vida eterna, la dicha, la felici- muchas almas á vida más per-
dad, la satisfacción desusdeseos. fecta, no les hubiera proporcio-
Siendo tan diversos los grados nado suficientes medios para la
de felicidad, aún en el mismo consecución de tan noble ideal.
Cielo donde los bienaventurados Dios empero, Creador potentí-
han de resplandecer unos con la simo del Universo, que había
claridad del Sol, con la de la hecho b r o t a r de la nada el
Luna otros y algunos con la de admirable conjunto de seres que
las Estrellas, y estando vincu- adorna el Cielo y engalana la
lada esta felicidad al mayor ó tierra y llena los mares, for-
menor grado deperfección, para mando la más grata armonía,
su consecución p r e s c r í b i l e l a y pregonando con i n s p i r a d o
o b s e r v a n c i a de los consejos acento la gloria de su Hacedor,
V. 0. T. DEL CARMEN 63
había dispuesto todas las cosas, piraciones; pero como este medió
como sapientísimo Gobernador no es proporcionado á muchas
de la Creación, con orden y almas, que obligadas á vivir en
concierto, trazando á cada una el mundo por causas quizá aje-
la órbita que le era permitido rias á su voluntad y que sienten
recorrer y la esfera dentro de deseos contrarios a él y aspiran
cuyo centro debía ejercer todas á observar una vida ajustada,
sus funciones. según la compatibilidad de sus
El estado religioso, la vida deberes, á los Consejos Evan-
claustral, es sin duda ninguna, gélicos, proveyóles Dios por
el medio más apto para la ad- medio de las Ordenes Terceras,
quisición de la perfección, puesto que no son otra cosa, que la
que apartando las a l m a s del práctica de la vida religiosa
bullicio del mundo, las une más acomodada á la condición se-
á Dios, centro de todas las as- glar.
Fr. Anastasio déla Sgtla. Familia
(Se continuará)
* -.J*
CARROZA REAL DEL REY DE OUILON
LA IGLESIA Y LA
II
E L primer encuentro que se tenga perpetuamente la unidad
notó desde el principio y se nota de las voluntades y un magiste-
en la actualidad entre la Iglesia rio que con su autoridad dirija á
católica y la Revolución, consis- sus miembros á la perfección fi-
te en la significación del nombre nal de la gloria. Todo lo cumple
con que una y otra se han dado perfectamente la Iglesia católica
á conocer. Trátase de que nues- con su fé, con sus sacramentos y
tros lectores sepan quiénes son con su cuerpo autoritativó y do-
estas dos enlidades,tan distintas cente, compuesto de sus pasto-
entre sí como contrarias en sus res y doctores, y principalmente
planes; y como la lus, según del maestro de todos, el Romano
dice el Apóstol; Efe. c. V. 13 es Pontífice.
quien todo lo aclara; es necesa- Pero por lo mismo que la Igle-
rio presentarlas ante los ojos de sia se ha manifestado á los hom-
todos con el resplandor que nos bres con tanta claridad,han pro-
ofrece su propia denominación. curado sus enemigos desfigurar
La Iglesia, que, á imitación su definición, motejando y obs-
de su divino Maestro siempre ha cureciendo todo lo posible su
hablado en público, de manera ser y sus empresas; porque sien-
que todos la entiendan, en todos do la claridad el signo más pro-
tiempos se ha denominado y pio de su vida perpetua y divi-
continuará denominándose la na, debía ser al propio tiempo la
congregación de los fieles cris- pesadilla sempiterna conque se
tianos unidos entre sí con los destruirían los maquiavélicos
vínculos de una misma fe, man- . planes de todos sus enemigos.
tenidos en la unidad con la par- Los Pelagianos y Novacianos en
ticipación de unos mismos sa- los primeros siglos de su funda-
cramentos y gobernados por la ción, para desmembrarla lo po-
misma autoridad suprema; pues sible, se atrevieron á decir que
siéndola Iglesia en sí misma una la Iglesia era una congregación
sociedad perfecta, religiosa y de justos y de hombres que nun-
visible, para manifestarse á los ca habían estado apartados de
hombres como es, debe presen- la confesión de la fe'. Los Wicle-
tarse ante sus ojos con un lazo fistas y Luteranos de los siglos
que insolublemente únalas inte- medios, para destruirla, llevan-
ligencias., un ministerio que man- do más adelante su osadía, dije-
¿A IGLESIA t U RE'tfoLÚCTo'lí 6'é
ron que la Iglesia era la congre- no lo está, rotas todas las espe-
gación de los predestinados, y ranzas, no queda más que el
de los hombres que obedecen á desbordamiento y los excesos.
Cristo; y los Ateos,- Panteistas, De aquí, sin duda, viene el lema
Racionalistas y Liberales de los tan decantado de la protesta:
siglos modernos, después de pu- cree mucho y peca más; y de
blicar pro aris et focis que ya ser, finalmente, una congrega-
estaba dado el último golpe con- ción de ultramontanos (entién-
tra la Iglesia, han dicho que es dase necios en la acepción en
una congregación de ultramon- que toman esta palabia los de-
tanos, neos, obscurantistas y tractores de la Iglesia Católica)
clericales. neos, obscurantistas y clericales
Nada más á propósito que se- ¿por qué tanto afán en perse-
mejantes definiciones para con- guirla, insultarla y motejarla?
cluir en breve con la Iglesia ca- Al necio le deja en paz cualquie-
tólica; porque, ¿qué suerte la hu- ra hombre de bien, al neo única-
biera cabido si en sus albores no mente pueden insultar los trua-
fuera más que una congregación nes, al obscurantista sólo pueden
de justos? ¿Cuántos hubieran seguir los tahúres Por tanto, ó
sido sus miembros si, desde su los que tratan de motejar á la
cuna únicamente, hubiera admi- Iglesia con estos nombres, han
tido en su seno maternal á los perdido hasta el último rastro
que nunca habían estado apar- de bondad, ó la Iglesia Católica
tados de la fé? De ser la Iglesia es, como dice el Apóstol I ad
lo que decían sus enemigos de Tim. III. 15, "/a columna y el
los primeros siglos, no hubiera fundamento de la verdad» con-
sido San Pedro el primer Vica- tra la que se han estrellado y
rio de Cristo, ni contaría á San seguirán estrellándose los es-
Pablo entre sus apóstoles ni ten- fuerzos del error.
dría entre sus filósofos y docto- De manera muy distinta han
res á eminencias tan salientes presentado los enemigos de la
como San Justino, Atenágoras y Iglesia Católica á la Revolución
San Agustín De ser lo que pre- que los engendró; porque no pu-
tenden los de los siglos medios dendo manifestar de cuerpo en-
¿dónde estaría la santidad de su tero á tan perversa madre, por
doctrina y la pureza de sus cos- un rastro de conveniencia pudo-
tumbres? Una sociedad de pre- rosa que, no es fácil quitar aun
destinados, como quieren hacer de los hijos más perversos y de-
de la Iglesia los Protestantes y generados, le han procurado
Calvinistas, no puede menos de propinar todos los apelativos
abrir la puerta ala licencia más más pomposos, aunque impro-
desenfrenada del humano cora- pios todos, que han encontrado
zón, porque, dándole/una segu- en los diccionarios de las len-
ridad absoluta, como es la de la guas; porque creyendo que la
Predestinación, de la felicidad Revolución era la panacea de
del cielo, no sé que pueda hallar- todos los cataclismos modernos,
se fren o posible para que el hom- emprendieron la tarea funesta
bre que se crea estar dentro ó de su propagación mintiendo y
fuera de la Iglesia, no procure corrompiendo la verdad.
serlo temporalmente por toda Todos los nombres con que,
clase de medios que se pudiera especialmente de tres siglos á
agenciar; puesto que si está en esta parte, se han querido ocul-
su seno, de ningún modo puede tar sus maldades y velar sus
perder su predestinación, y si crímenes ¿le convienen por ven-
éé É t SíONfE CAVLÜtítÓ
SECCIÓN CANONICO-LITÚRGICA
LA COFRADÍA DEL CARMEN
(CONTINUACIóN)
tar primero con el Obispo á quien, gara á su Vicario General, por esta
por derecho ordinario, le corresponde delegación quedaría autorizado el
esto (1). Porque siendo la erección Vicario para todo lo que correspon-
de lana Cofradía un acto de la auto- de, por derecho ordinario, al Obispa.
ridad de la Iglesia que decide y de- Esta delegación no es de las que
fine.el carácter eclesiástico que le deben hacerse en todos los casos, como
corresponde, concediéndole además se dice en derecho, sino que basta se
personalidad jurídica, sólo puedo haga una vez para tiempre. (1)
hacerla quien tenga jurisdicción or- Decimos en todo lo que pertenece
dinaria en el foro externo. al Obispo por derecho ordinario, por-
Hablando en general, para que que hay que tener presente que en
una Cofradía esté canónicamente las Cofradías que, por privilegio es-
establecida, no se necesita la confir- pecial de la Santa Sede, están reser-
mación apostólica. (2) vadas á los Superiores Generales de
Según esta doctrina tenemos: las Ordenes Religiosas, no puede el
1.° La erección de una Cofradía Obispo delegar á su Vicario Geno-
hecha con solo la autoridad del ral. Para ello es preciso: 1.°, que el
Obispo, debe considerarse como ca- Obispo haya obtenido de la Sagrada
nónica y no necesita la confirmación Congregación la debida autorización
apostólica. (3) para poder él fundar dichas Cofra-
2.° Para la erección de cualquier días; y 2.°, que en el mismo rescripto
Cofradía que se haya de establecer se le autorice también para poder
en la Iglesia Catedral, además de la delegar á su Vicario General. (2)
licencia del Obispo, se necesita tam- 5." El Vicario General, cuando
bién el consentimiento del Cabildo, obra por delegación del Obispo, debe
según declaración de la Sagrada hacer mención especial do esta dele-
Congregación de Ritos en su decre- gación en todos sus documentos. (3)
t } de 19 de septiembre de 1710. (4)
3.° El Vicario General nada pue- (1) Decr. 16 de Nobre. 1888. Esta
de hacer, respecto á la erección de doctrina está sacada de Beringer,
tomo II, pag.'9 (donde cita una res-
las Cofradías, sin especial mandato puesta de la S. Congregación de in-
ó delegación del Obispo. Sin esto dulgencias del 16 de Nobre. de 1888
mandato ó delegación no puede eri- y quo nosotros ponemos á continua-
gir ninguna Cofradía, aprobar ó mo- ción.
dificar sus estatutos, ni dar el con- Supuesta la especial delegación
que necesitan los Vicarios Generales
sentimiento y testimoniales que, se- para quo puedan erigir Cofradías se
gún Clemente VIH, se necesita para preguntó á la S. Congregación.
la Agregación de las Cofradías. (5) Vtrum necessaria sit hcec specialis
4.° En caso que el Obispo dele- delegatio, quando vigore ipsaram lit-
terarum Vicariatus, ipsi Vicarii Gene-
rales deputati sant non solum ad gene-
ralia, sed etiam ad specialia loco Epis-
(1) Gardellini N.° 548: Decr. auth copiperagendat
N.° 420. La S. Congregación respondió: Ne-
(2) E . P . Ángel Carm. Desc. Juris gative, dummdo tamen non agatur de
Canon. Eegul. N.° 1000 ad 2.m erectione confraternitatum cumrespec-
(3) R. P . Teodoro Carm. Desc. tivis indulgentiis, proqua erectione
párt. I l . p á g . 118. Episcopus speciali indiget Apostolieo
(4) Decr. 28 de Agost. 1752 N.° rescripto.
195. (2) Decr 18 Agosto 1868 ad. l.m
(5) Decr. 18 de Agost. de 1686 (3) Decr. 2 Agosto 1888: cf. Nouv.
Rev. Theol. tom. XX pag. 469.
SECCIÓN CANdNICC-LITtfRGTCA 69
6." Supuesta, pues, la delegación do todas las erecciones de las Cofra-
del Obispo, puede el Vicario General días, aprobaciones de sus estatutos y
eregir cualesquiera Cofradía, apro- agregaciones que so hayan hecho por
bar ó modificar sus estatutos y dar los Vicarios Generales hasta el día
las testimoniales y consentimiento 18 de Agosto do 1868. (1)
1
para cualquier agregación, como se En cuanto al Vicario Capitular, se
colige de los preámbulos á los decro- consultó á la Sagrada Congregación
tos de la Sagrada Congregación de de Indulgencias: «Si podia erigir Co-
18 de Agosto de 1868 y de 23 de No- fradías, aprobar ó enmendar sus esta-
viembre de 1878. Pero para las Co- tutos, etc. etc.» A l o que contestóla
fradías que, por especial privilegio Sagrada Congregación diciendo: Que
apostólico están reservadas á alguna el Vicario Capitular se abstuviera de
Orden regular se necesita una dele- hacer estas cosas. (2)
gación especialísima porque no es de De manera que según esto el Vica-
jurisdicción ordinaria de los Obis- rio Capitular debe abstenerse:
pos. Para la erección de la Cofradía 1." De erigir ó autorizar la e r e c
del Carmen, por ejemplo, no basta ción de alguna Cofradía, aun de las
que el Vicario General esté delegado que, por derecho ordinario, pertenecen
por el Obispo para la erección de al Obispo.
cualquiera Cofradía en general, sino 2.° Do aprobar ó modificar los es-
que, como ya hemos dicho, se nece- tatutos de dichas Cofradías.
sita que el Obispo haya obtenido de 3." De autorizar ó dar las testi-
la Santa Sede la facultad para dele- moniales y consentimiento necesa.
garle y que de hecho le delegue. (1) rios para las agregaciones de las
7.* Entre los hechos que se atri- mismas Cofradías.
buyen á la benignidad del inmortal
Pío IX, se halla el de haber subsana-
(1) Docr. auth. 420.
(2) Decr. 23 de Nobre. 1878 N.°
(1) Dscr. auth. -N.° 321 A 420 et 438 Acta S. Sedis vol. XI pag. 353
ad. l.° Do¿r. 16 Xobre. 1888. et. seq.
(Se continuará)
~ ^ °
SUBSCRIPCIÓN Á FAVOR DEL R. P. MARTÍN,
V I C A R I O O E N E R A L DE «UILÓN
Pesetas.
Suma anterior 1.765'07
Dos personas de Villafranca (Navarra), por conducto
del P. Justo 7
Don José María Balcells, Salamanca ' 4
„ Juan Zamorano I
„ Bartolomé Sola 0'30
„ Fermín Aznares 2'50
„ Tomás Silvestre 1
Doña Pura Anchoriz 1
„ Valeriana Miranda 10
„ Carmen Vázquez, Santander 10'60
„ Casilda Tómente, idem 10'60
„ Adela Peña, idem 1
„ María Urigoitia, Mundaca 2
Una persona devota, idem 0'75
Doña Visitación Basabe, idem 3
„ Carmen Villa Inguanzo, Santander 2
„ María Huidobro, idem 5
Don Marcos Martínez, Pbro 0,30
„ Ildefonso Azagra 0,30
Diña Benita Lahiguera y doña Juana Jiménez 0,60
Una persona piadosa 25
Las Carmelitas Descalzas de Santa Ana (Tarazona)... 25
El señor Capellán de dicha Comunidad 7'50
Una persona piadosa 10
Don Segundo Ariz 10
Doña fosefa Biurrun '.' 5
Viuda de don Pedro Ariz 2
Doña Juana Ariz 2
„ Marca Ariz 2
Don Sandalio Astrain 2
Doña Luisa Arraiza 2
„ Ramona Cendegui •• 2'50
„ Hilaria Morea.." 1'50
Suma v sigue 1.924*52
MISIONES CARMELITANA9
Pesetas,
ir
NUESTROS AMIGOS Y SUSCRIPTORES DE MADRID.—Habiéndonos sido impo-
'siblo despedirnos personalmente de nuestros amigos de Madrid por la
premura del tiempo para la traslación déla Revista, enviamos desde estas
columnas la más afectuosa despedida, y el testimonio de la más sincera
gratitud, por las pruebas de consideración y afecto con que nos han
favorecido. En Santander como en la' Corte, nos consideraremos muy
honrados en cumplir sus órdenes y estar en un todo á su disposición.
Y á nuestros numerosos suscriptores de Madrid rogamos se dirijan para
renovar la suscripción del año que ha comenzado, ó bien á nosotros direc-
tamente, por medio del Giro Mutuo ó de letras de fácil cobro, ó bien á la
residencia de PP. Carmelitas de Madrid, calle de don Evaristo, número 1P,
ó 4 las librerías de don Gregorio del Amo ó de don Enrique Hernández,
calle de la Paz, 6, pidiendo á la vez que renuevan la suscripción el libro
que regalamos á los suscriptores.
MUCHAS GRACIAS.—A la prensa católica de Santander devolvemos el
cariñoso saludo que nos ha dirigido, y á la vez las más expresivas gracias
por las frases de benevolencia y de inmerecido elogio quo dedica á nuestra
modesta Revista.
DEL MONTE CARMELO.—Rvdo. P . Director de EL MONTE CARMELO.—Tengo
el gusto de comunicarle una noticia que ha de ser grata á V. R. como á
tollos los lectores d é l a Provista, amantes de nuestra cariñosa Madre l a .
Virgen del Carmen y de su Santo Escapulario.
Aquí donde la historia, la tradición y los monumentos nos hablan tan
claro como elocuente do la hermandad de la Virgen Santísima, con los
Carmelitas, cuando con afecto maternal les visitaba viniendo desde Naza-
ret, no podía faltar la Cofradía del Carmen; pensamiento que hace años
acariciaban los Padres de aquí, pero que por las circunstancias de este país
encontraba dificultades que hasta el presente no se han podido vencer-
La actividad y celo del Rvdo. P . Romualdo que es el encargado do la
Parroquia latina de Caifa, ha sabido allanar todos los obstáculos para ver
instituida canónicamente en su Parroquia, la única latina de la ciudad, la
Cofradía del Santo Escapulario de la Virgen del Carmen.
Como estas pobres gentes no tienen grande instrucción forman mejur ó
(JftdNICA CARMELITÍNÁ ÍS
peor concepto de los actos, según se les presentan con algunas formas 6
con cierta solemnidad, y por eso se pensó dar la mayor solemnidad posible
al primer acto de la Cofradía para ganarles de esta manera para tan santa y
provechosa institución.
El día señalado era la tercera Dominica de Adviento, á las tres de la
tarde, y, á dicha hora, estaba ya llena la Iglesia y el espacioso atrio. Lati-
nos y griegos, morovitas y armenios luciendo sus hermosos trajes
orientales acudían á nuestra porroquia deseando presenciar una función
que nunca habían visto. A la hora indicada, salieron al Presbiterio, siete
niños vestidos de Angeles, otros ocho con cota y roquete llevando faroles
para ir á los lados de la Virgen, varios sacerdotes de diforentes ritos,
algunos P P . del Carmelo y el Preste con sus ministros. Para llevar la capa
pluvial fué invitado el Superior dol Monte Carmelo Rvdo. P . Francisco M. a
del Sagrado Corazón, que acudió gustoso á la invitación, tratándose de dar
culto y honor á la que es señora del Carmelo y Madre cariñosa y adorada de
nuestros corazones.
Así preparados se comenzó cantando el Ave Maris stella acompañando la
banda de música, y luego las letanías de la Virgen organizándose la
procesión en la forma siguiente: la Cruz, detrás un coro de niños de seis á
ocho años que llevaban en medio y sobre bonitas andas una imagen del
Niño Jesús de Praga, seguía un coro de niñas dirigidas por las religiosas
de la Caridad, otro coro con "in estandarte de la Virgen acompañado por las
religiosas de San Carlos Borromeo, detrás los hermanos de las Escuelas
Cristianas con unos doscientos niños y otras tantas niñas, luego los faroles
detrás siete niños vestidos de ángeles llevándolas cintas que bajaban de
las andas de la Virgen y últimamente la hermosa imagen de la Virgen quo
era llevada por cuatro jóvenes de los más distinguidos de la ciudad y detrás
el Preste con los ministros. Cuando la imagen de la Virgen se dejó ver
fuera de la Iglesia fué saludada por la banda de música con la marcha real.
La impresión que hizo en aquella multitud de diferentes ritos y sectas, no
se puede describir; millares de personas seguían á la Virgen, se arrodillaban
y hacian mil demostraciones de agrado, de simpatía y devoción porque
nunca en estas tierras han visto procesiones llevando imágenes de los San-
tos, ó do la Virgen.
Luego quo recorrióla procesión algunas calles ejecutando la banda do
música algunas piezas muy bonitas volvió á la Iglesia. Entonces se predicó
un sermón en árabe exponiendo el origen de la Orden Carmelita y del Santo
Escapulario y las prorrogativas tan singulares y extraordinarias que lleva
éste. Inmediatamente se expuso S. D. M., ge cantaron algunas letrillas y
terminó la función con la bendición del Santísimo Sacramento.
Mil parabienes al Rdo. P. Romualdo quo llevado do su devoción y tierno
amor á auostra amantísima Madre, trabaja incansable para que sea conocida
y amada de sus feligreses, la que desea reinar en todos los corazones para
llenarlos de las riquezas espirituales de que es principio su santo amor.
Fr.V.
DESDE CHILE.—Rdo. P. Director.—Aunque llegue esta algo tarde por loa
miles de leguas que nos separan no quiero privar á los lectores del E L
MONTE CARMELO del gusto que tendrán sin duda al conocer la solemnidad y
H Ét fóOftTÉ CÁBÍÍfitÓ
MABIA ENCARNACIóN DE JESúH, (Corista) que el día 20 del mes pasado, entregó
su alma en manos de su Criador. Preciosa ha sido su muerte en la presencia
del Señor.
Venía nuestra querida hermana padeciendo desde hace mucho tiempo
grave afección al pecho y constantes achaques que iban labrando la corona
de sus virtudes; pero de mes y medio >á esta parte se han ido agravando en
tales proporciones, que han precipitado su muerte.
Siempre dio nuestra querida hermana pruebas inequívocas de sus sóli*
das virtudes, pero su virtud favorita, entre las muchas que le adornaban,
era la resignación y paciencia en sus continuos sufrimiento. Con muéhas
virtudes por nosotras ignoradas, ha bajado al sepulcro nuestra Hermana
MARIV ENCARNACIóN DE JESúS. SU muerto ha sido la muerta del justo, pues
rodeada de toda la Comunulad, después de habor recibido todos los auxilios
de la Religión y en medio de fervientes jaculatorias que repetía sin cesar
voló su alma al cielo. Ella nos amparo desde aquellas regiones etornales.
Era nuestra hermana natural de Munitiva (Vizcaya.) Nació el año
1843 y tomó el Santo Hábito de Ntra. Sagrada Orden el día 25 de Septiembre
del año 18G4. '
Suplico á V. R. dé cuonta do esta defunción en su Revista, para que los
lectores apliquen alguna plegaria por el alma de la finada.
Y sabe V. R. que es suya aftua. hermana en Cristo. - Biisilia de San
Agustín, Priora.
EN VITORIA.—Después do larga y panosa enfermedad, ha fallecido en
nuestro Convento de Vitoria su fundador y bienhechor singular don Eulogio
Ángulo, á los 72 años de edad.
Don Eulogio Ángulo y su consorte doña Jacoba Aberásturi con un des-
prendimiento digno de los tiempos Apostólicos, se concretaron á vivir en
un angosto aposento de su hermosa casa para dar lo restante á los Carme-
litas descalzos qne la habitaron desde el año 1890 hasta el de 1900
Poco tiempo disfruió doña Jacoba Aberásturi de tan dulce compañía de
los Carmelitas á quienes miraba como hijos muy amados, pues á los 3 años
de la fundación la llevó el Señor al cielo con una muerte edificante.
Don Eulogio, conociendo luego que para su tranquilidad y sosiego no
podía hallar compañía mejor que la Comunidad por quien se había sacri-
ficado pidió, y le fué concedido ser admitido á vivir en el Convento. Su
trato llano, jovial y piadoso le hicieron tan amado de los religiosos que se
consideraban todos muy honrados con servirle y tratarle. Una parálisis
maligna lo puso á las puertr.s del sepulcro el año 97; pero, Dios que sin
duda quería probar más y más su virtud, le ha conservado casi cinco años,
en los cuales se han observado en él, rquellas jovialidades santas con que
los espíritus cristianos saben disimular sus penas, hasta que el día 29 de
Diciembre, después de recibir fervorosamente los Santos Sacramentos
entregó su alma al Criador.
A la conducción del cadáver asistió toda la Comunidad de los P P . Car-
melitas do Vitoria.
Eo MONTE CARMELO suplica á sus lectores una plegaria por el alma del
finado y una oración por su descansolada hija Sor Maria Mercedes de Santa
Clara, á quién envía el más sentido pésame.
En Tarragona ha fallecido también el señor don J u a n Lindema, suscrip.
Jor nuestro, cuya alma encomendamos á Dios,— R, 1, P ,
-, AIJABRAS DE LEóN XIII.—El dia23 de Diciembre recibió Su Santidad
al Sacro Colegio que, conforme costumbre de todos los años, iba á
presentar sus felicitaciones de Pascuas al Soberano Pontífice.
León X I I I dirigió la palabra á la Corte Pontificia, diciendo que la Iglesia
católica atraviesa un período de dificultades.
Se trata—dijo—de hacer á las masas enemigas de la Iglesia - se persiguen
á las Ordenes religiosas y se hacen leyes en oposición á las que son eternas.
Alude al socialismo, que amenaza á l a organización social, y para com-
batirle, dice que sólo los católicos pueden hacerlo, siguiendo las instruc-
ciones de la Iglesia, único medio también de aliviar á las clases populares.
Nuevamente condenó el divorcio 3* recomendó la unión de los católicos
. para contrarrestar el creciente progreso del socialismo.
L A SAGRADA CONGREGACIóN DE RITOS.—Se ha reunido en el Palacio Vati-
cano para deliberar sobre las materias siguientes:
1. a Introducción de la causa de beatificación y canonización de la sierva
de Dios María Dionisia del Verbo Encarnado, Capuchina profesa en el
monasterio de Fanane, en la Archidiócesis de Módena.
2. a Aprobación y concesión de los Oficios y Misas en honor de algunos
santos de Escocia, así como los elogios que deben figurar en el apéndice del
Martirologio de aquellos santos.
8. a Aprobación y concesión del Oficio y Misa en honor de los bienaven-
turados mártires Francisco, Isidoro Gagelín y José Marchand, do la Socie-
dad de Misiones extranjeras, domiciliada en París.
4. a Aprobación y concesión á la Orden de San J u a n de Dios de la
secuencia para la Misa de su santo fundador.
5. a Reconocimiento y estudio de la nueva edición, corregida y aumen-
tada, del Misal ambrosiano.
EN LAS ANTíPODAS.—De una carta del R. P . Yardin, misionero Marista,
tomamos lo siguiente, rolacionado con Francia pero que muy bien podemos
aplicarlo á nuestra pobre España. Dice así:
Méancé, en la Nueva Zelandia: Noviembre 1901.
~-«Acabo de saber cosas increíbles de vuestra república, cuya divisa es
libertad, igualdad y fraternidad. El culto público es ultrajado, las procesiones
prohibidas, los religiosos despojados y expulsados de sus conventos, y esto
no es más que el preámbulo. de otras y mayores maniobras para arruinar
él catolicismo y la religión en Francia. Aquí, aunque bajo un régimen mo-
nárquico, somos más republicanos que on esa. A posar de ser protestantes en
la mayoría, gozamos de la más entera libertad civil y religiosa. Tomamos
parte en las elecciones y hablamos clara y públicamente en favor de nues-
tros candidatos».
«Nuestros colegios son dirigidos por Hermanos y religiosas; tenemos
irocesiones hasta en las mayores poblaciones con motivo del Jubileo. La
Íey es la misma par» todps y la autoridad es por todos respetadas sin excep.
CRÓNICA G¿NRAt 77
EL 12 DE FEBRERO DE 1901
(CONTINUACIóN).
V i í I I I I ¡ V i I I I I I I"I I í I I I I I'I I I I I : 7 Í Y Í T f ñ T i i i i i i i i í
III
tierra, sino los del cielo, y beber con Jesús el misterioso vino á que
aludía en su última cena. La tierna ceremonia de la Extrema-Un-
ción quedó impresa de una manera indeleble en mi alma. Paréceme
ver ahora mismo el sitio donde me arrodillé, y oír los sollozos de mi
padre.
Mi madre abandonó este lugar de destierro el 28 de Agosto de
1877, á la edad de 46 años. Al siguiente día de su muerte, mi padre
me tomó entre sus brazos diciéndome: «Ven á dnr el último beso á
tu rnadrecita.> Y yo, sin pronunciar una palabra estampé mis labios
en la glacial frente de mi querida madre.
Me acuerdo haber llorado muy poco. A nadie participé los sen-
timientos profundos de mi corazón; tan solo escuchaba y miraba en
silencio cuanto tenía lugar á mi alrededor. Veía muchas cosas que
en vano trataba de ocultármelas. Como era tan niña, levantaba la
cabeza para ver mejor el féretro donde reposaban los restos mortalos
de mi pobre madre; jamás había visto tan triste espectáculo, sin em-
bargo ¡nada escapaba á mi tierna penetración!. Quince años más
tarde, mo encontraba delante de otro féretro, el de nuestra santa
madre Genoveva, (1) y entonces me sentí trasportada á los primeros
días de mi infancia. Era la misma Teresa la que miraba tan triste
espectáculo, pero hecha una mujer, y en vez de levantar la cabeza
hacia el ataúd, la dirigía hacia el cielo, radiante de gozo, porque las
tribulacionesy pruebas á que la sometió el Señor de tal modo for-
talecieron su alma que nada de la tierra era capaz de acongojarla.
El día en el que la Iglesia bendijo los despojos mortales de mi
madre, Dios no me dejó totalmente huérfana de madre; me dio otra
madre para cuya elección me dejó en omnímoda libertad. Estába-
mos reunidas las cinco hermanas, mirándonos simultáneamente con
profunda tristeza, cuando nuestra niñera, dirigiéndose á Celina y á
mí, nos dice: «¡Pobres niñas, ya no tenéis madre!» De pronto Celina
se arroja en los brazos do María exclamando al mismo tiempo: «Pues
bien, tú serás nuestra madre en lo sucesivo!» Yo que estaba habi-
tuada á seguir á Celina en todas sus acciones, debiera de haberla
imitado; empero juzgué que Paulina recibiría un bochorno, y mi-
rándola con ternura, al propio tiempo que aproximaba mi cabecita
á su corazón, la dije á mi vez: «¡Para mi, será Paulina mi madre!»
Desde esta fecha entré en el segundo período de mi vida, por
cierto la más dolorosa, sobre todo después que la seiunda madre
elegida por mí, vistió el hábito del Carmelo reformado. Este período
abraza desde los cuatro años y medio de edad hasta los catorce.
Preciso es que os diga, madre mía, que después de la muerte de mi
madre natural, mi carácter cambió radicalmente. Yo, que era tan
viva y espansiva, comencé á ser tímida, dulce y sensible hasta el ex-
ceso: una mirada bastaba á veces para hacerme derramar un torrente
XI
necesario que admita todas las consecuencias, hasta las más extra-
vagantes, si es que están legítimamente deducidas. ¿Puede hacerlo
el Realismo? Los hechos prácticos nos demostrarán bien á las cla-
ras que no. Venga para este fin el pintor más hábil de la escuela
realista y póngase á pintar la realidad objetiva del firmamento,
todo el firmamento, tal como es, sin añadir ni qtlitaf nada, sin
aumentar ni disminuir un solo centímetro. Para este fin necesita
contar una por una todas las estrellas, medir su extensión y sus
distancias. Hecho esto, prepare un lienzo tan ancho como el mismo
firmamento, un caballete tan alto como elastro más elevado y des-
pués de todo traslade el firmamento á aquel lienzo. ¿Será posible
semejante extravagancia? El Realismo nos contestará que no admi-
te tales extremos. Estamos conformes en ello; pero también esta-
mos conformes y no podemos menos de afirmarlo que estos extre-
mos son consecuencias legítimamente deducidas de aquellos
principios, y es necesario atenerse á una de dos: ó admitir todas
las consecuencias, ó negar los principios, ó, por lo menos, expli-
carlos.
Pero bajémonos del firmamento y tomemos las cosas más en
serio. En estos momentos estamos mirando.á lá hermosa Catedral
de esta ciudad de Burgos, y nos vienen ganas de invitar al hábil
pintor anterior á que nos pinte el magnífico edificio gótico que
estamos viendo. Prepare un lienzo y un caballete tan altos como
aquellas torres, tan anchos como las dimensiones del edificio;
cuente todos sus chapiteles, sus aberturas y sus distancias sin que
se le aumente ni se le disminuya nada; enumere también uno por
uno todos sus sillares, y sobre todo ármese de la paciencia de un
chino y de la cachaza de un braman y empiece su ardua tarea, y
no cese hasta que traslade al lienzo el gran monumeiito bürgalés.
Llegará un día en que podamos decir que la obra está concluida?
De seguro que se habrá agotado toda la paciencia del mundo y la
obra estará por empezar. ¿Por qué? Porque es imposible trasladar
al lienzo todas las realidades, tal como-isbñ en' sí mismas, sin añadir
ó disminuir algo. . ' lVv
Bien pudiéramos trasladar 'á nuestro'1 pintor realista á otro
escenario y colocarle ante objetos ¿fué entran más de lleno en el
dominio de su arte: un paisaje cualquiera, menos aún, uñ árbol
frondoso, son con frecuencia objetó» sirripáticos para Jos pintores.
Pongámosle, no obstante, al pintor mtls hábil ante un árbol cual-
quiera y mandémosle que le traslade al lienzo con todo su grueso
tronco, con sus intrincados ramajes y Sus innumerables hojas sin
que falte Una sola de éstas. ¿Sería tarea fácil de realizar? Nos pa-
rece que le sucedería lo mismo que al pintor de la Catedral. Si
pues un objeto que tan adecuadamente entra en él dominio de la
EL CATOLICISMO EÑ LAS ¿ELLAS ARTES Í0Í
11 1. 0. T. OIL OJJUUI
II
SU EXCELENCIA
III
SU ORIGEN
(Se continuará)
~nr
EL CANTO GREGORIANO EN ROMA
SECCIÓN CANONICO-LITURGICA
familias y á los pueblos; debe levantar su voz para decir con lleno y ro-
busto acenio; state in fide; permaneced en la fé: no queráis creer á toio
espíritu, mas probad si el espíritu que os habla, es ó no de Dios.
Do esta manera, mi amado padre, so equilibran las fuerzas; las del bien
y las del mal; las de la mentira y las del error; las de Belial y las de
Cristo. Do esta manera se robustece y fortalece la fé de los pueblos, dignos
de mejor suerte. Aquí si que pudiéramos decir... ¡oh, quám speciosi pedes
evagelizantium pacem, evagelizantium bona».
Dignas, por este-motivo, de todo encomio y alabanza son las muy piado-
sas damas santiaguinas que, llevadas del celo de la gloria de Dios, han
formado un Centro Apostólico, en la misma capital de la República. Tiene
por ñn esto Centro allegar recursos para enviar Misioneros á todas las pro-
vincias de la República para que con su palabra y buen ejemplo regeneren
los puoblos haciéndoles caminar con pasos agigantados por los caminos de
la verdadera civilización, de la virtud y de la verdad. Aun hay fé en
Israel!
Otras muchas cosas querría yo decir á V. R. pero la carta va siendo
demasiado larga. No quiero probar más su paciencia. Do Valdivia, á donde
nuestro amable Padre Visitador me ha destinado, escribiré á V. R. para
dar cuenta de las cosas notables que allí sucedieren. Mo ha cabido ia suerte
de ser uno de los fundadores de esta nueva casa que en dicha ciudad se
ha fundado. Sea para gloria de Dios y de los santos Reformadores del Car-
melo, Teresa do Jesús y Juan do la Cruz. '
Sin más por hoy, rociba un tierno abrazo de este su menor hermano y
amigo, Fr. Mauricio de Santa Teresa,
dicha de habitar durante siete años la misma vivienda que albergó á nues-
tro Patrono y quo aún se conserva.
Describió admirablemente las maravillas naturales de aquellos países en
su topografía, fauna y flora; clima, población, costumbres, carácter, idioma,
razas y castas que lo habitan, rolato^quo interesó vivamente al auditorio.
Luego entró de lleno en la enumeración de los principales dioses, li-
turgia y culto de estos haciendo notar la perniciosa influencia que la his-
toria de tales deidades ejerce sobre la vida y costumbres de aquellas so-
ciedades que por eso son anémicas, impotentes para tener vida propia, para
apreciar las bellezas de la cultura cristiana ó imitar un solo rasgo de nues-
tros pueblos viriles.
A grandes rasgos trazó la historia y vicisitudes del cristianismo en Ma-
labar; los trabajos apostólicos de los Carmelitas descalzos en aquellas cos-
tas y los grandes resultados de su celo y obra de amor.
Detalló las grandes necesidades de recursos materiales para que aque-
llos varones apostólicos puedan continnar su obra de santa propaganda, di-
ciendo que son numerosísimos los indígenas quo han sido iniciados en les
misterios de nfuestra sacrosanta religión, pero son también muchos los mi-
llares de indios que reclaman con vehementes desoos recibir las aguas del
bcutismo.
El celoso apóstol torrninó su notable sermón pidiendo una oración y una
limosna, pues que bien han menester dichos misioneros del apoyo de los
pueblos católicos, para llevar adelanto su obra regeneradora en pueblos sal-
vajes como aquél.
Terminó la solemne función á las seis y media de la tarde entonándose
el Tantum Ergo y la Salve.
PROFESIONES RELIGIOSAS.—En (Cuenca). En el Cen vento de Carmelitas
Descalzas de esta ciudad ha hecho su profesión religiosa la H . a Rosario de
Sta. Ana á los 19 años de edad, llamada en el siglo Srta. Juana Sáiz Valiente
En la solemne ceremonia de la imposición de velo, predicó el R. P. Supe-
rior do los Rodentoristas de aquella capital.
En Badajoz. El día 17 de Diciembre pasado profesó solemnemente en
las Carmelitas Descalzas do Badajoz la joven y fervorosa religiosa H . a Vi-
sitación de San José recibiendo el velo de mano de su hermano el Presbí-
tero don Antonio García, mientras otra hermana suya, religiosa en el
mismo Convento, H . a Beatriz de Jesús, entonaba en el solemne acto senti-
dos endochas y sublimes arias cantando el amor casto del Cordero para con
su amada esposa que en dicho día se le consagraba. En la misa de profesión
predicó un notable discurso el Profesor del Seminario don José Antonio
Hernández do la Barrera demostrando lo insensato de los impíos de Jos
presentes tiempos al despreciar al alma que so consagra á Dios y el heroís-
mo do la Religiosa que arrostrando esos desprecios con fortaleza que su-
pera su odad da un mentís al mundo con la abnegada resolución y grandeza
sublimo de su alma.
En el mismo Convento ha tomado el hábito de novicia la Srta. Carmen
Cuenda, llamándose en la Religión H. a Carmen de San Elias.
En Castellón de la Plana. Ha ingresado en ol Convento de MM. Car-
melitas de esta ciudad la joven y virtuosa señorita Carmen Belliure, hoy
H . a Teresa del Carmen, en cuyo solemne acto, predicó el R. P . Salvador do
114 ' Í¡L : AÍONTÉ CASÜBÍO
^T
'A. IGLESIA Y EL DIVORCIO BN ITALIA—El Episcopado de varias provin-
gcv->cias de Italia ha tomado ya posiciones contra ol proyecto de ley so"
bro el divorcio, sometido al Sonado y á la Cámara de diputados italianos.
Su eminencia el Cardenal Parochi, Vicecanciller de la Santa Iglesia y
Secretario de la Santa Inquisición universal romana, ha dirigido, en nom-
bre do los Cardenales que componen aquella Sagrada Congregación ro-
mana, de la cual el Papa es ol Prefocto, una carta á todos los Arzobispos y
Obispos de Italia.
En ella el Cardenal Parochi empieza por recordar la alocución de Su
Santidad pronunciada en el Consistorio de 16 de Diciembre y refiriéndose
á las tristes consecuencias que resultarían si so votase ese proyecto de l e y
El Cardonal, pide al Episcopado que recuerde al pueblo cristiano la
alocución de referencia y se le exponga la 'doctrina cristiana sobre el ma-
trimonio, demostrándole la santidad de él, del cual hizo Nuestro Señor Jo"
sucristo un Sacramento.
Añade que estas enseñanzas deben de ser esparcidas en las iglesias, en
los Catecismos, por medio de la prensa en los periódicooa y en los opúscu-
los.
Además, dice que es preciso citaf al pueblo la sección XIV del Concilio
de Trento referente al matrimonio, así como los ejemplos históricos que
demuestran que la Iglesia ha negado siempre el divorcio.
Finalmente, aconseja que se combatan los pretextos especiosos invoca-
dos en favor del divorcio, y declara que la Santa Sede se ha opuesto siem-
pre á él, y si á veces sus protestas se han adaptado á los tiempos y á las
circunstancias, esto sólo hace el elogio de la prudencia de la Iglesia, que
no ha dejado jamás de protestar.
E L JUBILEO PONTIFICIO.—El día 20 de Febrero próximo se abre el Jubileo
pontificio con motivo de entrar León X I I I en el vigésimoquinto aniversario
do su elevación al Trono Pontificio. Con tan fausto motivo, sólo celebrado
otra vez en los anales del Pontificado, se están organizando grandes
fiestas, que servirán para atestiguar la adhesión de los católicos al Vicario
de Jesucristo,
i 1(3 ÉL MOKTÉ CÁRSlEtd
J U A sesión había sido muy borras- simo del ejército católico, atendía
cosa. los pareceres de los generales sin
Reunidos los generales en la tien- saber qué partido tomar, p o r q u o
da de campaña do Maximiliano Du- obrar contra lo que dictaba la pru-
que de Baviera, estaban conformes dencia y táctica militar de los gene-
en que debían evitar á todo tranco la rales no era prudente, emprender la
catástrofe que venía sobre ellos, es- retirada no era digno; pero sobre
tando á la vista de los enemigos; todo sabía que no cabían dilaciones,
pero no convenían on la manera y pues el enemigo que conocía la ven-
era diferente la opinión de cada uno taja de su posición y la mayoría del
respecto de lo que se debía hacer en número estaba impaciento por coro-
los primeros momentos. narse con el lauro de la victoria.
Unos pensaban que sería menos Hall abaso presente en la reunión
vorgonzoso para el ejército tomar la ol P. Domingo Ruzola.
retirada que exponerse á una derrota Era éste religioso Carmelita Des-
segura, porque era superior en fuer- calzo español, que después de haber
zas y ocupaba posiciones más venta- llenado la España con la fama de
josas el ejército enemigo del impío santidad por los muchos milagros
Elector Palatino del Reino, q u e que obraba, y atendidas su pruden-
aliado con otros Príncipes herejos, cia y sabiduría fué llamado á Roma,
quería dominar el imperio alemán y donde le eligieron General de la
acabar con la casa de Austria é im- Orden, Confesor del Papa Paulo V,
plantar la horojía on ol reino; otros Director espiritual de muchos Car-
que no era noble ni digno para el denales y Consultor de varias Con-
ejército retroceder á la vista del gregaciones
contrario dejándole dueño del cam- Cuando el Emporador Fernando I I
po, y por lo tanto era mejor esperar de Alemania tuvo quo emprender la
si acaso les venía algún refuerzo, guerra contra el intruso Elector Pa-
estando siempre á la defensiva, poro latino, suplicó al Sumo Pontífice
no atacar; otros juzgaban que ora que ya que se trataba de la causa do
mejor atacar y luego simular una la Religión, le enviase al P. Fr. Do-
retirada para conducir al enemigo mingo do quien había oido grandes
fuera de BU ventajosa posición y allí cosas.
medir sus armas. El Pontífice, sintiendo mucho so-
El Duque Maximiliano, Generalí- pararse de varón tan benemérito, le
SOLACES í ENTRETENIMIENTOS 110
manifestó los deseos del piadoso de más cerca el gran poder y venta-
Emperador, diciéndole que ora la josa posición de los enemigos, no pu-
causa de Dios. dieron disimular la turbación que
A lo cual contestó el Venerable se apoderó de ellos, y viendo el ries-
Padre: Vuestra Santidad es quien go que corrían el Imperio, la Ale-
ha de resolver lo que más convenga, mania, la Casa de Austria y la Igle-
pues por lo que á mí toca se me hará sia Católica, procuraron llevar el des-
corta cualquiera distancia; ni para aliento á todos los jefes á ñn de que
dejar de ejecutar las órdenes do se revocase la determinación quo
Vuestra Santidad y aumentar la glo- habían tomado do pelear, diciendo
ria de Dios nuostro Señor me acobar- al Duque de Baviera que aplazase ol
darán los peligros que puedan ofre- combate hasta tener mejor ocasión y
cerse on esta empresa. Y cogiendo más probabilidad de buen éxito, y de-
el Santo Cristo que llevaba en el jando al enemigo en sus trincheras
pecho añadió: Con este caudillo me se asentase el ejército católico en.
esforzaré en el campo, de modo que los contornos de Praga.
persuadiendo A los católicos á la Nuestro venerable Padre al ver el
causa de Dios con la ruina de los temor y dudas de los jefes tomando
rebeldes de la Santa Iglesia se pro- en las manos el Santo Cristo y mos-
metan muy cierta victoria. trando la tablilla de la Virgen que
Este venerable religioso se halla- llovaba colgada del pecho, sacrile-
ba, como hemos dicho, en la J u n t a gamente profanada por los herejos,
de los generales y sin pronunciar les alentó diciendo: ¡Hijos católicos
palabra oía las razones que aquellos de la Iglesia! es tiempo de consultas,
veteranos exponían, muy conformes de pareceres ó de dudas? Ahora que
con la prudencia humana y la tácti- ol Señor de los ejércitos ha puesto
ca militar; pero cuando Maximiliano en vuestras manos á vuestros ene-
quiso saber lo que opinaba el Vene- migos ytque os asegura una muy
rable Padre en aquella ocasión, ins- gloriosa victoria, dudáis y OB mos-
pirado por Dios, nuestro Señor y ha- tráis temerosos de atacarlo? ¡ Oh felix
biendo tenido revelación de la glo- pugna in qua Deus est. causal Esta es
riosa victoria que el ejército católico causa inmediata de Dios, vamos to-
había de conseguir, se levantó y dijo: dos á defenderla con generoso do-
Mi general, no es tiempo de dis- nuedo, que El nos dará la deseada
cutir cuando el honor de Dios y de victoria.
su Madre Santísima nos llaman á la Confien sus enemigos en el nú-
batalla; no importa que sean más en mero y on su soberbia, que nosotros
número, no importa que ocupen me- esperamos on la piedad de Dios y en
jor posición, nosotros peleamos en la intercesión do su Santísima Ma-
nombre del Señor de los ejércitos dre.
que vence lo mismo á pocos que á Y mostrando nuevamente la pro-
muchos; por lo tanto no hay que per- fanada imagen añadió: Vivid segu-
der tiempo que la victoria es nues- ros quo Esta nos amparará y quo su
tra. Hijo en este conflicto vengará sus
La expresión del Venerable Padre, injurias.
el tono de convicción conque habla- Había un general que fiando más
ba y la fama que tenía de ser un en su ciencia que en las palabras del
hombre lleno del espíritu do Dios y Padre, dijo que él no quería expo-
obrador de tantos milagros, reanimó ner su gente en la evidencia do una
algún tanto el Animo decaido de los derrota.
generales y determinó al Generalí- Mi general, dijo el Padre, ni uno
simo á atacar al enemigo. solo de sus soldados perecerá en la
Al día siguiente 8 de Noviembre batalla; como en efecto sucedió.
de 1620 en los primeros albores de Quedaron convencidos los gonera-
la mañana avanzó el ejército católico; los y convinieron on dar la batalla
el Duquo de Baviera ordenó que se prometiendo todos morir ó vencer.
ocupase ol llano y desde allí se pro- El venerablo Padre hizo que vis-
vocase al enemigo. tieran todos el Escapulario do la
El Conde la Torre y el Principo Virgen del Carmen, dándoles ejem-
Analtino, generales del ejército he- plo el generalísimo Duque do Bavie-
reje, eligieron otro llano. Cuando los ra arengándoles con entusiasmo,
generales dol ejército católico vieron prometiéndoles la victoria, so lanza-
120 EL MONTE CARMBLO
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EL ESTUDIO DE LA RELIGIÓN
IV
Obligación de b a s c a r y a b r a z a r la Verdadera
Religión
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A LA VIRGEN
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I I I I I I 1 I I ! I I I í I I I I I I I I l í l I I I ! I I l i I I I i I I I I l.i I I I 1
III
Muerte de su madre—Amor paternal.—Primera confesión—Vision profética
(CONTINUACIóN)
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-ySSfttr ¿J,\~iW¿' JSí/¿¡JT¡1' jíWKsvjf' iiU£íirt<í" ü'Ji/iyitf 1 Sí\3??fl?' SySSiB'.
.f/i,<SV^r .f/Vtetijr .fiVigü'/ir ,»j»j; .fiViaVAg .f/Vifeyi:- .i-ilv/icrér .f/j.<s:VA?.
U 9 ~%i/<» IX 9
IV
SU ORIGEN
(Se continuará)
"5T
EL CANTO GREGORIANO EN ROMA
(CONTINUACIóN)
[¡AS este avance del verdadero canto litúrgico en la ciudad do los Pa-
> pas, no está limitado á los seminarios y alguna que otra comunidad
religiosa, si no quo ya ha tomado carta de naturaleza en iglesias como la
do 8. Pedro, 8. J u a n de Letrán y otras.
Dice la Voce: «por voluntad expresa de Su Eminencia el Cardenal Vica-
rio que quiso dar ejemplo á las Iglesias do Roma, la capilla completa de
San J u a n de Letrán, dirigida por el eminente compositor y organista de la
misma Iglesia, Felippo Cappocoi fué á realzar con sxis cantos la solemnidad
do la fiesta que S. E. celebrada con ocasión del Año Santo, en su título de
los Cuatro Coronados. Después de Tertia, el Cardenal revestido de pontifical,
descendió de su trono rodeado de todo su clero con casullas y dalmáticas, y
del lugar reservado á los cantores elevóse la voz de loa infantes entonando
ol introito Intret. Sacerdotes y fieles todos seguían el canto en su Liber
usualis y Paroissien romain respectivamente; y cómo no?... es el canto tra-
dicional de San Grogorio Magno.
Todo lo demás fué ejecutado del mismo modo; y, cosa notable quo se
reproduce en Roma cada vez que se oye el canto-llano gregoriano, no se
oye entre los asistentes una palabra, ni una rospiraeión: es canto que hace
orar. Para cualquiera que conozca el aspecto habitual de las funciones sa-
gradas en Italia, ese es un indicio de soberana importancia y que por sí
solo bastaría para probar que el verdadero canto de la Iglesia es este que nos
han proporcionado los antiguos manuscritos, porque solo él lleva á la ora-
ción y al recogimiento.»
En la misma gran Basílica de San J u a n de Letrán, madre y maestra de
todas las Iglesias, se canta segúa la edición benedictina: es más, nunca se
usó la pretendida edición oficial de Ratisbona.
El joven y ya tan célebre maestro Porosi, director perpetuo de la capilla
de S. S. León X I I I en el Vaticano, no Conoce otra edición quo la benedictina,
especialmente desde que visitó las grandes abadías de San Pedro y Santa
Cecilia de Solesmes,
áÉCCiON ¡küSÍCAt iií
(1) El P . De Santi decía con mucha agudeza que la capilla sixtina de-
fendía sus tradiciones, para conservar el recuerdo de lo que fué la armonía
antes
antea de ser un arte, •
nn arte.
íiú EL MONTE CáEMELO
SECCIÓN CANONICO-LITÚRGICA
(Se continuará)
*v^t fsj/» *X* TsJ/t ivj/i r^it r^l/t *X* '•X* 'sj--' *L" *X/» "X* *\L1' *\£" *-X* -\j^- '•X'* *X" -X" t
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BIBLIOORAFIA
Triunfos del amor de Dios, obra les por uno de los m i s suaves y re-
provechosísima para toda suerte de galados prosistas castellanos, cuya
personas, particularmente para las oración es río de leche y miel. Con-
que, por medio do la contemplación, fieso que es uno de mis autores pre-
desean xmirse á Dios; compuesta por dilectos ; no os posible leerle sin
el P. Fr. J u a n de los Angeles, predi- amarle y sin dejarse arrebatar por
cador de la provincia de Han José su maravillosa dulzura, tan angélica
de los Descalzos. como su nombre.
Reimpresión tomada de la edición Es en verdad, dice el P. Mir, dul-
de Medina del Campo del año 1590. císimo deleite para el entendimiento
—Librería Católica de Gregorio del y para el corazón la lectura de este
Amo. Librero Editor, calle de la Paz escritor maravilloso.
6, Madrid. Un hermoso tomo en 8.° prolonga-
Siendo ya bastante conocido el do, impreso sobre papel Vergé, do
autor del presente libro por su obra 600 piginas. Precio: 3 pesetas en rús-
Diálogos de la Conquista del Reino de tica, y 4 en pasta, imitación anti-
Dios, huelgan recomendaciones que gua.
el curioso hallará, en la erudita y
galana introducción que puso en la Devociones Josefinas.—Con este tí-
mentada obra el P . M. Mir. tulo hemos recibido un precioso li-
El título lo explica el autor en su bro escrito por el Dr. José Sanchis y
prólogo; y, quien lea todo el tratado, Sivera, Canónigo de Segorve, y que
podrá reconocer la propiedad y exac- acaba de publicar el conocido -libre-
titud con que lo bautizó. En efecto: ro de Valencia don Ang d Aguilar.
si el P. Granada merece nuestro Dicho libro contiene: Ejercicio de
aprecio porque, tratando de seme- los Siete Domingos. — Ejercicio del mes
jante materia, nos descubrió los be- dt Marzo.—Duodenario ó Ejercicio pa-
neficios de Dios, y nos incitó á co- ra el 19 de cada mes.—Novena.—Tri-
rresponderá; si Fonseca examinó y duo. —Felicitación.—Gozos. —Letanía
aquilató la distinción de amores pa- - Corona de los Siete Dolaren y Gozos —
ra enamorarnos de nuestro Criador; Oraciones para la Misa—Meditnciones
si el P. Meremberg escudriñó to- pira antes y después de la Comunión.
das las razones de amabilidad que Dada la importancia que en nues-
se hallan en el sumo Bien; sí San tros días tienen todas las prácticas
Francisco de Sales nos encanta al que á San José se refieren, el inte-
describirnos la esencia, goneracióu rés extraordinario que en recomen-
é historia del amor de Dios, y el de- darlas ha tomado 8. S. León XIII,- y
voto San Ligorio nos enciende en el Ins gracias que continuamente con-
cariño de Jesús, pintando los carac- code eí Santo Patriarca á todos los
teres y reseñas de su ternura; entro que á él acuden, creemos que la pu-
todos estos cantores del Amor Divi- blicación que nos ocupa viene á lle-
no merece Fr. J u a n de los Angole3 nar un gran vacío y á contribuir en
su puesto de honor, ya que tiene el gran manera á que la devoción al
mérito especial de haber visto áDios Santo Patriarca se extienda por to-
luchando en el campo do este mundo das partes.
por conquistar el amor de sus cria- El libro está escrito con extraor-
turas y descubrir á éstas la admira- dinario cariño y de manera que los
ble estrategia que deben usar para devotos josefinos puedan sacar el
vencer al Omnipatente en este due- mejor provecho espiritual. Las medi-
lo cariñoso. taciones, oraciones,ejemplos, etc., se
También se dan la mano esta obra apartan de las rutinas hasta aquí
y los Diálogos de la Conquista; y aun usadas y constituyen un verdadero .
sospechamos quo los escribió como devocionario josefino.
para enseñar el Camino que guía á Devociones jóse finan forma un vo-.
esta santa y regia ciudad del Amor lumen de 224 páginas en 12.°, lujo-
que describo en este tratado. samente encuadernado en tela, con
A lo dicho sólo añadiremos quo el dorados sobre las tapas, y se vende
erudito señor Menéndez l'elayo, en al precio de setenta y cinco céntimos
su Historia de las ideas estéticas de Es- de peseta.
paña, juzga á Fr. J u a n de los A n a -
NUESTROS susCRlPTOREs DE MADRíD.-—Les rogamos que para renovar
"la suscripción para el presente año do 1902, se dirijan a l a Residencia
de P P . Carmelitas ó á las Librerías Católicas de don Gregorio del Amo ó
de don Enrique Hernández, callo de la Paz, 6.
COLECCIONES DE E L MONTE¡CARMELO.—Se han encuadernado las coleccio-
nes del 1.° y del 2° año do nuestra Rovista, y véndense así encuadernadas
la colección dol primer año á 6 pesetas y la del segundo á 8 pesetas.
OREMOS.—N. M. R. P . Provincial ha dirigido a las Comunidades do su
provincia una circular en quo, considerando quo «on las circunstancias que
actualmente atravesamos on España, necesitamos más que nunca la protec-
ción del cielo» y que «el plazo señalado por el Decreto del señor González,
ministro de la Gobernación, termina precisamente el día del Gloriosísimo
Patriarca San José, Patrón de la Iglesia y de nuestra Sagrada Orden», do
quien puede confiarse que si imploramos su protección «no ha de permitir
que se ejocute el mencionado Decreto, ni que sus hijos soan perseguidos
ni expulsados de sus Conventos», nos exhorta encarecidamente á todos los
Religiosos que para merecer el valioso patrocinio do esto Santo glorioso,
que siempre ha protegido á nuestra Santa Orden, practiquemos el piadoso
ejercicio do los Siete Domingos de San José, rogando en ellos por la conti-
nuación y prosperidad de las Ordenes religiosas en España y on la Iglesia.
Con idéntico motivo é iguales fines ha publicado otra circular análoga
el señor Obispo de Salamanca, cuya parto dispositiva es como sigue;
ioi Üi M0Ñ*E CARM^tÓ
• • • • • . •
Se limita á 5.000 almas el número máximo de las que han de formar las
secciones encargadas de los preliminares del reemplazo.
Las exclusiones del servicio militar se clasifican en totales y temporales,
se suprimen las exclusionos por cortos de talla, LA DE RELIGIOSOS PROFESOS
Y NOVICIOS DE LAS ORDENES RELIGIOSAS y por servicios prestados un las mi-
nas de azogue.
Desaparece la excepción que gozaban los colonos agrícolas, y se conce-
den determinadas condiciones á los mozos que mantengan á su padre ó
padrastro pobres, y á los huérfanos acogidos en la niñez que se encuontren
en igual caso.
Se fija hasta primero de Agosto la fecha de ingreso en caja, para que so
considere cumplida la edad del que produce la excepción.
Se aclara lo ya indicado en la ley que no produce excepción el matri-
monio de un hermano, celebrado después del día del sorteo.
Se proponen que sean secretarios de las comisiones mixtas, los jefes del
ejército que desempeñen los cargos de oficiales mayores, quedando éstos
suprimidos.
Se establece el padrón militar, cuyo trabajo se encomienda á las comi-
siones mixtas.
Se concede derecho de alzada respecto de los acuerdos de las comisio-
nes mixtas en los casos de enfermedad ó defectos físicos.
A los redimidos á metálico se les conserva en las mismas condiciones
que los demás mozos de su reemplazo; en caso de una guerra ó de grave
alteración del orden público serán llamados á las armas.
Se dan felicidades para prorrogar el ingreso de el servicio activo á los
mozos que se hallen en determinadas condiciones, teniendo que contribuir
para ello con un impuesto proporcional á la fortuna que ellos ó sus padres
posean.
Se establece la cuota militar que han de satisfacer los mozos de licencia
ilimitada no llamados á filas; los excluidos ó exceptuados del servicio acti-
vo, y los padres ó tutores de los declarados prófugos.
Con los arbitrios é impuestos por prórrogas, cuotas ó multas se consti-
tuye un fondo especial, llamado Tesoro de guerra, que se destinará á la
compra de armamento y material de guerra y gastos para instrucción.
Los reclutas con licencia '^ilimitada por exceso de cupo [serán desti-
nados á los cuerpos armados; pero permanecerán en sus casas sin goce de
haber.
Recibirán instrucción militar y cubrirán las bajas naturales que en pe-
ríodo de paz ocurran en sus cuerpos.
Se reforma, por último, el cuadro de inutilidades físicas, dividiéndolas
en cinco clases: la 1.", que determina la exclusión definitiva del servicio;
la 2. a , que la'declaración de la inutilidad lo haga la comisión mixta; la 3. a ,
las que han de preceder al reconocimiento y observación facultativa: la 4. a ,
exclusión temporal, que determinan las comisiones mixtas, y la 5. a , la que
resulte del conocimiento y observación facultativa.
ESPUÉS de la devoción á
¡Jesús y María, ninguna
otra hay tan cristiana,
ninguna otra tan simpáti-
ca, ninguna tan popular y—¿por
qué no decirlo si decimos verdad?
—ninguna tan española como la
devoción al glorioso Patriarca San
José. No hay una sola Iglesia en
todo el mundo católico que no le
Año I l l - f l ú m . 41 consagre un altar, y allí El escu-
cha las oraciones de los fieles y allí
1 de Marzo de 1902 El les dispensa favores y bendicio-
Q>T<S" nes del cielo Junto con los dulcísi-
mos nombres de Jesús y de María
162 EL MONTE CAfiMÜLO
•••*»':
•J
EL PATRIARCA SAN JOSÉ (escultura de Tena)
f R. ^fi&DO.
11 n i u 1111111fi1111 ti 1111 ii 111M1111111 M Ti ¡ni i m 11 u 11 f 1111 n 11 nfl ii 11111 n 11111 11 il 11111111
TEORÍA
SOBRE LA GRADUACIÓN DE LAS INTELIGENCIAS
' afg afr ifr ^f/ .<fc afe ate at¿ ate A <lr \fa *tf si/. A . 3Í¿ ate -i/. •Sr ^ Ji» A ifr \tf -.t/ Jg \fr \f/ ^ ^lf <V <!/ \1r \t/ «il» ^fr
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JESÚS
Jesús, que con lo que ella dice que vuestra merced haga,
yo quedaré contenta.
De esta casa de San Josef de Avila, á 15 de diciem-
bre, ano de 1581.
De vuestra merced sierva,
3thMa, oU Iciúi,
MT\;.: *•*;/->, ;
iiffe'W<*í*/'¡-¿y*-' '-"¡¿''j: .'.. .,." \.\.~'. ~ -' í*-*' ,••
S^^^^^M^^^
SECCIÓN CANONICO-LITURGICA
165 165
0RDIN1S CARMELITARUM OISCALCEATORUM DE LA ORDEN DE CARMELITAS DESCALZOS
rencia de'lo que sucede con los bienes de la Iglesia cedidos al Estado
eu virtud del convenio adicional al Concordato vigente.
Verdad es que la Real Cédula auxiliatoría de veiutiocho de Mayo
de 1881 aprueba el arreglo parroquial y el arancel de derechos pa-
rroquiales de la diócesis de Vitoria, pero téngase presente que la
aprobación real no da al arancel más extensión que la que en sí tiene;
y el arancel dé Vitoria, como el de otras muchas diócesis de España,
señala varios derechos que sólo se pueden devengar en el caso de
que los fieles quieran voluntariamente enonrgar la función ó la cere-
monia religiosa á que se refieren en los puntos respectivos. Así las
Vísperas solemnes de devoción, Misa votiva cantada y la purifica-
ción de las mujeres post partum tienen sefialados los derechos parro •
quiales, no porque sean cargos privativos de los señores Párrocos,
sino para norma de los mismos al percibir los derechos de estas fun-
ciones, cuando por encargo de los fieles las hacen en sus iglesias; y de
esta clase son los aniversarios. ¿Quién negará que las Comunidades
Religiosas pueden cantar Vísperas en sus iglesias por encargo de una
persona particular? Y sin embargo á las Vísperas solemnes de devo-
ción se señalan derechos en el arancel, para que el señor Párroco
sepa cuanto puede recibir por ellas; y lo mismo exactamente sucede
con los aniversarios.
No importa que por el Ritual Romano se disponga la liturgia
qu3 debe observarte en toda clase de -oficios fúnebres, y por consi-
guiente de aniversarios. Repetimos que esto no es bastante para
deducir que los aniversarios deben considerarse como complemento
del funeral. En el Ritual Romano se prescribe la liturgia que debe
observarse no solo en los aniversarios sino también en la simples
honras, y sin embargo á nadie se le ha ocurrido que éstas sean com-
plemento del funeral, y, como tal, de derecho pairoquial. Llegados á
este razonamiento, si no se nos acusara de curiosos, preguntaríamos
cuál de los aniversarios es de derecho parroquial; es decir, si es solo
el primer aniversario, ó también los sucesivos y aun perpetuos. Lo
primero no puede decirse, porque la liturgia es la misma en todos
ellos; y si se admite lo segundo, largos deberán de ser los funerales de
algunos difuntos, y mal paradas quedarán la costumbre y la piedad
de los que fundan aniversarios perpetuos en los Monasterios.
Hay, no obstante, una dificultad en que se ha apoyado hasta la
fecha la opinión contraria, y la que uo debemos pasar eu silencio. Ea
la sentencia del Supremo Tribunal de la Rota Matritense, fecha cua-
tro de Julio de 1382, y ejecutoria déla Nunciatura, fecha veinte de
Febrero de 1883, en la causa seguida entre los señores Párrocos de
Barcelona y la ilustre Abadesa y Comunidad del Real Monasterio de
San Antón y Santa Clara de la misma ciudad sobre la celebración de
exequias y funerales. Declaró expresamente el respetabilísimo Tri-
bunal que los oficios correspondientes á los días 3.°, 7.°, 30. y aniver-
sario eran complemento del funeral, y por consiguiente el derecho
privativo de hacerlos pertenecía á los señores Párrocos de Barce'ona.
Este argumento pierde toda su fuerza desde el momento que la
Sgda. Congregación do Ritos ha declarado lo contrario, y así debe-
mos atenernos en un todo á su explícita resolución.
196 4t ídoNTÉ CASMÉLÓ
Sin enbargo, aun prescindiendo del Decreto de la Sagd. Congre-
gación, que no deja lugar á duda, nos vamos á permitir hacer algunas
observaciones sobre la sentencia del Supremo Tribunal de la Rota,
para que se vea que no tienen la fuerza que algunos le han querido
atribuir.
La Comunidad de San Antón y Santa Clara disputó á los señores
Párrocos de Barcelona el derecho de hacer funerales, jus funerandi,
como consta de la sentencia del señor Provisor de Barcelona, y reco-
noce el primer turno de la Rota en su quinto y último considerando.
Por consiguiente, el mencionado Tribunal dio sentencia sobre los
funerales; y habló de los aniversarios, no como de cuestión principal
y fallando sobre ellos, sino incidentalmente y como de paso; y bien
sabido es que en toda clase de tribunales la3 sentencias no deben
de recaer sobre las palabras incidentales, sino sobre el asunto princi-
pal, objeto del litigio.
Además, la sentencia del Supremo Tribunal de la Rota versó,
como todas las de su género, sobre un hecho particular, no pudiendo
hacer jurisprudencia en casos análogos, según enseñan todos los ca-
nonistae, y sí solo obligar á las partes litigantes. Y por respetable que
sea y digna de toda veneración, mal se puede aducir para resolver
otras cuestiones, como cosa ya juzgada.
RESUMEN
De todo lo dicho en esta disertación se desprende clarísimamente:
1.° Que en materia de sufragios por los difuntos, solamente el
entierro y las primeras exequias son de derecho parroquial, los cua-
les no pueden celebrarse fuera de la parroquia á que perteneció el
feligrés á no ser que él mismo hayajelegido sepultura en una iglesia
determinada ó tener sepulcro gentilicio fuera de ella, en cuyo caso se
debe satisfacer la cuarta funeral al Párroco del difunto.
2." Que la misa del entierro no forma parte del funeral, pudién-
dosela celebrar en cualquiera iglesia, aún de Regulares, después que
se haya cantado el funeral en la Parroquia; lo cual es lícito, aunque
el difunto no hubiese elegido sepultura particular.
3.° Que los señores Párrocos no tienen derecho alguno á los
oficios que se celebren en los días 3.°, 7.°, 30." y aniversario,' los
cuales, como de libre disposición se pueden cautar en las iglesias de
Regulares, sin violar en nada las prerrogativas parroquiales.
JJN CARMELITA DESCALZO,
K
-~nfc~é.
LA VIRGEN DEL CARMEN DE TARRAGONA
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V I C A R I O G E N E R A L DE QUILÓN
Pesetas.
Suma anterior 2.120'12
estando el sermón á cargo del señor don Francisco Borras. Las dos fun-
ciones se celebraron con toda solemnidad. Clon el ingreso de estas cuatro
jóvenes la Comunidad de Castellón consta ya de quince Religiosas; y es de
esperar que en breve se complete el número total. Muy de alabar á Dios es
en estos tiempos de persecución y guerra contra las Ordenes Religiosas ver
la intrepidez de estas jóvenes cristianas que abandonando las comodidades
de su casa por seguir la voz de Dios, se encierran oh esos austeros' claustros
tan odiados de la Revolución.
En el mismo Convento do Castellón se celebró el día quince del pasado
el primer aniversario de su fundación, predicando un elocuente sermón el
soíior don José Tárrega, y cantándoso al fin un solemnísimo Té' Deum.
PROFESIóN RELIGIOSA.—En el Con ventó de'MM. Carmelitas Descalzas de
Málaga ha hecho su profesión Religiosa la hermana Pilar del Carmelo el
día diecisiete de Febrero; fecha célebre en los anales de aquella Comunidad,
pues en igual día y mes del año 1585 N. P . íían Juan de la Cruz fué á aquella
ciudad y fundó este Convento bajo la advocación do N. P . San José.
Han apadrinado á la nueva profesa nuestros apreciables suscriptores
y fervientes bienhechores de t o d a l a oíden'Carmelitana don Crescencio So-
brado y su señora doña Ana María Pascual de Sobrado; y predicó en la ce-
remonia de la imposición del velo el señor Vice-Reotor del Seminario, ha-
blando de la felicidad de los Religiosos en la práctica de sus tres votos de
obediencia, castidad y pobreza en oposición al mundo siguiendo el impulso
de sus pasiones y el grito do sus apetitos. '••*
Reciba nuestra enhorabuena la nueva profesa, la Comunidad y sus
padrinos.
SANTAS MISIONES.—Recibimos noticias de muchos puntos de España en
que están predicando nuestros Padres con mucho celo y frutos ejercicios y
misiones. En esta Diócesis de Santander los Padres de esta Residencia y
los del Soto se han ofrecido al Excelentísimo señor Obispo para predicar
triduos, ejercicios y misiones en cualquier punto del Obispado, y ayudar á
los Párrocos en el ministerio del confesonario, por lo cual S. E. ha hecho
constar en el «Boletín Eclesiástico» el agrado con que ha visto este ofreci-
miento.
NECROLOGíA.—Ha fallecido en el Convento de MM. Carmelitas de Bada-
joz la H. a Beatriz de San José, á la avanzada edad de 92 años, siendo su
larga vida una cadena de virtudes y méritos.
En Córdoba ha entregado su alma á Dios la H. a Antonia de la Concep-
ción, á los 70 años de edad y 49 de religión siendo asistida en su última
hora por nuestros Padres do aquella ciudad.
En Puebla de Lillo ha fallecido el Presbítero don Darío Rodríguez Fer-
nández, suscriptor de nuestra Revista.
Que el señor en su misericordia acoja las almas de los fieles difuntos,
Amen.
C f t p N Í C A • • • • <
• • • • •
(1) El señor Nocedal había dicho pocos momentos antes: «Yo vengo
aquí como diputado de la nación; yo soy aquí representante de la nación;
y vengo aquí á decirle al Gobierno que los electores que aquí me han en-
viado quieren que S. 8. no exija concesiones al Papa, ni k los Obispos.'sino
quo los dé todo lo que les corresponde, y no les aflija con sus pretensiones
liberales y aun progresistas, y restablezca todos los principios católicos
en las leyes españolas. Yo aquí soy uno de los poderes del Estado; yo re-
presento aquí a la nación, y singularmente á mis . electores, que son cató»
ÚQÍ ti ttofóft (SAAÜíÍLó
E L DÍA A DA NOCHE
CARTA
E L DíA
lieos, que quieren la unidad católica con todas sus consecuencias, y rio
quieren que yo consionta sin protesta que el Gobierno entable^negociacio-
nes para mermar un átomo lo que aun nos queda de política católica, ni so
entablen tratos con el Papa para pedirle concesiones, sino al contrario, para
concederle todo lo que él pide, que es el retorno absoluto de los principios
católicos y el restablecimiento en toda su integridad de la política católica.
Eso pido como ciudadano, eso como diputado de la nación y eso como r e -
presentante de los electores que aquí me han enviado.»
EL PARLERO
DOCTORES NOMINADOS
R NUESTROS HÉCTORES
A Slf ítff ^f *Jf llf llí ifr ^ 'jf 'iV ^ff Uí *fr df Sfr* ^ *\V ^tf -fc \|t ib- -fe J f ^f. *fc Jf <tf V[¿ J¡» A Vfr J t Vb; •Sf ife
CONSUMMATUM E8T
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A - ¡ ^ $ £ T ¡ í i t f " S í , A T & f ~ S r t i c ^ ^ i i t ^ f i l f j 3 t T ! í ' i t U f d f ^ t r T J T ^ * • * ' • * » t / A < t , - > v ^ \ t > > v ^ \ t / A ^ J g
COMPASIÓN DE MARÍA
JU IkliUil
•*^*-<
iffiTi i I í I I 11 iTíi'i 1111 ii iiiifiiiiifiiiniiiiiHlMiiiiiniiiiiiiiiiiiiiiMiiitiiiiiiiiiiiiiiiiiMiTliiiniiiiiiiiiiiiiiiii'ni'liiHiiiiiiiiiiiM
MEDITACIÓN BÍBLICA
REFLEXIONES
i i i M i i i i i !i i ¡i i ; M M i i ii i i i i ! i i i i i i i i i i l i i i ii i i
III
(CONTINUACIóN)
DcaucnuiitHtN i a Uc L H urwZ
yyyyvyy y w y y f y y y y y y Y * ^ W | | W W * * W y | i W * ¿ W i * W W
v * S > « í T * V ! \ í ~ t r ^ t • ? • » t ^ j S " T * V * p * v T ^ » • ' f * V p t ^ w í Ñ i " v " p t ^ é í ^ « " P p > v + \ , i í l f ^ j " ' v + *
LA VERDAD DE LA MUERTE
i II
La muerte.... ¡Cuando por vez
Desconocida doncella, primera le vi á mi lado,
que os habéis de mí acordado tenía el rostro tan feo
y por carta de ese amigo que me dio horror el mirarlo!
que os sirve de intermediario • Una hermana tan hermcsa
me pedísteis que os hiciera como un capullo temprano
favor tan recio y extraño que competía conmigo
á vuestra edad y en los tiempos sus juegos y sus halagos,
frivolos que atravesamos, cierta noche húmeda y fría
yo adivino que tenéis
de Febrero, que me callo
el alma hermosa en tal yrado
porque al recordarla trae
que su hermosura aventaja
siempreámi cuerpo un espasmo,
á la del rostro, aun pensando
que será grande en extremo tendida estaba en su cama;
la que á Dios le plugo daros; vestida estaba de blanco;
porque pedir á un artista con sus pestañas inmóviles
en vez de versos profanos y con sus ojos cerrados;
que halaguen vuestro amor pro- con una sonrisa helada
y un crucifijo en las manos,
(pio me partía el corazón.
y alaben vuestros encantos, y aunque niño, fui pencando
unos versos á la muerte, que no era todo en la vida
asunto tan serio y vasto risas, placeres y cantos.
cuyo recuerdo tan solo Después... mi madre!... una ma-
causa horror á los mundanos,
denota una alma tan firme (dre
y pensamientos tan altos, sabéis lo que es?... demasiado
que os coloca por encima lo sabéis si la perdisteis
de vuestro sexo, hoy pagado y hablar más de ello es en vano;
más que de grandes ideas, si no la hubieseis perdido
de incienso, flores y trapos. también con razón me callo;
que os desgarraría el alma,
solamente de pensarlo.
(Se continuará.)
j _ . J^AM DE yiu.
IMItlIlllllllllIIIIIIIIIIMIIIHIIIIIIIIIIIIIIMIIIIIIIIIIIIIIinilllMllllllllItlllllllllllllllllllllllMIUIIlllllllllIlllilllllllllllllMIII
^ S Í ^»T TR^^S?^ T ^ K S ? ^TF^P^ T r ^ ^ o TS^*^T^ * ^ 5 « ? " T ^ S ^ ? ^ T í F ? ^ ^ vrK£5?^ ^r?5^iT T ^ Z ^ T "
iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiMiHiiiiiiiniiiiiiiiiiiiiiiMiiiiiiiiiiiiiiiiiiiniiiiiiiiiiiiiiiiiMiiiiiiiniiiitiiiiiiiiiiiiiiiniiiiiiiiiiiiiMii
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' ** "^T*fc'T**<^T>4 ' *T^ **T** •p* *s
XII
JESÚS EN EL SEPULCRO
É 4- ^ 4'- ¿íí ¿te. ^ ^ ^ tfc ¿&z l& &. fifi sfc ibí tfc £&• ífe j5fe.*i* ?ii ^
III
VIDA DE SAN JUAN DE LA CRUZ
(1), ¡Qué descripción tati viva y enérgica -del Profeta Elias! ¡No puedo
darse en breves palabras más cumplido retrato! Si paroce que estamos vien-
do al Profeta tal y como le han trazado la Historia y la tradición.
ÍR. JERÓNIMO DE SAN J081Í 23á
(Se continuará)
(1) Capítulo 1.
PUBLICACIÓN RECOMENDABLE
buena religiosa y devota, y acabará por no gustarle otra; esto es, si parte
dol pueblo se inclina por la música non sancta, es por culpa, más 6 menos
grave ó directa, de los músicos y de los que debiendo prohibirla, no solo no
la prohiben sino que la toleran y... aplauden.
Aun suponiendo que la existencia de la música en el templo no tuviere
otro motivo que la costumbre inveterada con fuerza de ley, no se librarían
de culpa los que tantas profanaciones permiten en la casa del Señor, porque
sería hacer poco honor á la Iglesia, acusándola de inspiradora y fautora de
instituciones á la cuenta inútiles y costosas, y sería sobre todo desconocer
enteramente su fin. Y aun cuan lo fuera una mera costumbre, debemos creer
que la costumbre sería de ejecutar música cual corresponde al significado
¿el texto, y no costumbre de oir música pésima, ohavaoana, de mal gusto y
sin ningún sabor á devoción y piedad.
Hay música para ser aplaudida con guantes de cabretilla; música pura-
mente recreativa, de solaz y entretenimiento, música popular y callejera;
música de estudio, y música para pagar á Dios el tributo de adoración que
todos le debemos, música para orar. Ahora bien, si en el concierto, en el
café, en la plaza, so desecha la música religiosa, ¿por qué en la Iglesia ha
de tener cabida la música que solo á esos lugares correspondí3? ¡5e»nosdirá
que también en el teatro se 03-0 alguna vez música roligiosa, Cinrt•) es, p ro
se ha de notar quo cuaudo esto sucede, es decir, cuando se quiere ejecutar
música religiosa, tienen buen cuida lo lo3 oomp >sit irjs de reemplazar la
orquesta por el órgano, quo es el rey de los instrumentos, y hacernos oir
salmos y melodías apropiados, siquiera soan protestan tes, como en los Hu-
gonotes de Meyerbeor. Mas en la Iglei-ia, dond*; nunca hace falta y siem-
pre estorba el género profano, con frecuencia se oye música que no cor-
responde al decoro y grave lad de la Casa de Dios, música que no tiene
de religiosa nada más que la letra, y á veces, ni esto, pjr las mil y mil
repeticiones, por el trastrueque de las palabras y otros abusos que la
quitan todo buen sentido; letra que, si la viéramos en los libros litúr-
gicos ó dovosionarios tal cual apireoe en las obras musicales, merecería la
mayor reprobación, aún de aquellos que no ti n m inoonvon'ente de oiría
puesta en música. Véase lo que dice el prospecto del RRPBKTOIXIO SAORO MU-
SICAL, cuya publicación ha motivado estas cuartillas... «Nuestras aspiracio-
nes son siempre las mismas: dar á los centr s dichos,sin 511*' nos mueva nint/una
idea de lucro material, las obras de música religiosa, que más generalmontj so
usan, y desterrar en lo posible de la cusa de Dios la multitu l de obras munteales
insulsas, de pésima factura y (}e muy dudoso sabor religioso (cuando no de entera-
mente profano), que, desgraciadamente y por unas ú otras causas, se ejecutan con
excesiva frecuencia.» ¿Quo cuáles son estas causas y como se remedian? la ín-
dole de lina bibliografía no nos permiten entrar de lleno en tan delicada
materia, si bien j a hemos apuntado algo, mas, con el favor de Dios, no de-
jaremos de contestar en otra ocasión, desde estas mismas columnas de E L
MONTE CARMELO, Basta por hoy, para nuestro intento, recomendar la pro.
tección de las buenas obras religiosas nvusicales, t ú como el REPERTORIO
SACRO-MUSICAL; publicación mensual que, bajo la dirección de don Antonio
Lozano y de don Miguel Amandas, dignísimos maestros de capilla de los
santos Templos Metropolitanos del Pilar y el Salvador (La Seo) de Zara*
goza respectivamente, vo la luz pública en dicha capital. Está ya en el se-
gún lo año de su existencia, habiendo publícalo en el primer año catorce
238 flt ÍÍOKÍfc CARMfiLÓ
obras para voces j órgano, y cuatro para solo órgano; algunas de ellas, debi-
das á los señores maestros Lozano, Arnaudas, Agüeras, Mocoroa, Chulvi y
Borobia
Esta publicación ha sido recomendada en los Boletines eclesiásticos do
varias diócesis; entre otras, las de Huesca, Barbastro, Bidajoz, Zaragoza,
Salamanca, Pamplona, Las Palmas y Calahorra, por sus respectivos Ilustrí-
simos señores Obispos y Vicarios Capitulares.
Otra de las buenas condiciones de la publicación es, que el aumento de
abonados ha de redundar en beneficio de los mismos, to la voz que, á sus
fundadores no les mueve ninguna idea de litera; los beneficios so invertirán
en mejorar la publicación, ora del papel ora en el número de páginas men-
suales, sin alterar el precio de subsirip úón, que son diez pesetas anuales-
En Alemania, Francia é Italia so cuentan por docenas las suscripciones
de música religiosa; y en nuestra querida España, ¿cuántas tenemos?... No
deja de ser este un dato parala historia de la música española.
Convengamos todos, finalmente, en la verdadera importancia de la bue-
na música religiosa en las funciones del culto católico. Cuando monos, y no
es poco, sirve como de r e d i m o que conduce á los fieles al templo del Señor,
y sobre toáo, para excitarlos más y mis en el amor de Dios, para conservar-
les y aumentarles la alegría, para llevarles á orar á Dios y oxaltarle, y para
moverlos hacia el origen ¡ m u r t a l de toda ballozi y de todo bien, Dios, iiey
et .•rao do cielos y tierra.
f R. JA, J, f<to.
."\ <!>/?.
NUESTROS SUSCRIPTO RES DE MADRID.—Les rogamos que para renovar la
Í2ji£ suscripción para el presente año de 1902, se dirijan á la Residencia
de P P . Carmelitas ó á las librerías Católicas de don Gregorio del Amo
ó de don Enrique Hernández, calle de la Paz, 6.
COLECCIONES DE « E L MONTE CARMELO».—Se han encuadernado las colec-
ciones del primero y del segundo año do nuestra Revista y véndense así
encuadernadas la coloc^ióu del primer año & 6 pesetas y la del segundo á
8 pesetas.
SOLEMSK CONSAGRACIóN DE LA NIñEZ AL DIVINO REDENTOR.—Las noticias
que del Homenaje y Consagración de los niños al Divino Rodentor se
reciben á diario, son cada voz m i s consoladoras. Nada podemos detallar
en el presento número, pues excederíamos los límites que nos hemos pro-
puesto, contentándonos tan sólo con comunicar á nuestros lectores al-
guno que otro dato suficiente para que formen idea del desarrollo de
obra tan simpática como la denomina el Congreso de Tarento. Como las
listas van cubriéndose en su mayoría, si bien todavía no hayan sido remiti-
das á sus respectivos Cantros, hoy indicar irnos tan sólo el movimiento da-
do con esto motivo á la Consagración de los niños en todo el mundo. Cata-
rina («Sicilia) ha sabido en osaooasión desplegar el mayor esplendor en los
cultos de la Consagraron, durando éstos cuatro días consecutivos, en los
que al incansable celo del canónigo djn José Ciíf, iniciador con el P. fio-
240 ELMONTB CAEMáLO
das las miradas de las almas ñeles que le pedían no las desampararse en
medio de la tempestad de este nubloso mundo con quien tienen que luchar
en la fatigosa carrera de la vida; cerrando la procesión iban de ministro los
Rvdos. Padres Bernardo de Santa María, Bernabé de la Virgen del Carmen
y Constancio de San José. De este modo las calles de la Habana ofrecían
por primera vez paso franco al tierno Infante que entre el entusiasmo ge-
neral y los acordes de la música que amenizaba la función recorrió, varias
de ellas, recibiendo lluvias de flores que le arrojaban de los balcones, en
medio del más religioso silencio.
J^R. pONSTANCIO DE £ . ¡TOSE <
• • • ' • •
cambios políticos de importancia; pero ahora parece cosa tan decidida que
el gabinete continúe hasta Mayo, que nadie cree en la probabilidad de la
crisis. Lo que no quiere decir que, por lo menos parcial, no se verifique uno
de estos días, aunque no sea más que para substituir antes del 19 a don Al-
fonso González, que continúa enfermo, según se dice y al Ministro do Ha-
cienda.quo ya ha presentado su dimisión.
Reunidos los Ministros en Consejo, el martes, día 11, acordaron mante-
ner el dictamen de la comisión sobre el proyecto de circulación fiduciaria,
y en su consecuencia suspender las sesiones de Cortes en la presente legis-
latura, como se verificó por la tarde, leyendo en el Congreso el Decreto de
suspensión. Este mismo día presentó el señor Urzáiz, Ministro de Hacien-
da, su dimisión con carácter irrevocable.
Algunos periódicos extranjeros han echado á volarla especie de que se
piensa constituir un Consejo íntimo ó privado que ayude al rey D. Alfon-
so X I I I en los primeros años de su gobierno, y hasta se ha indicado que lo
compondrían los presidentes del Senado y del Congreso, el Arzobispo de
Toledo, capitanes generales, etc.
Es verosímil, sin embargo, que estos rumores no estén del todo despro-
vistos de fundamento, y que respondan, si no á un proyecto formalmente
sostenido, á las preocupaciones que los amantes de la persona ó institución
real no pueden por menos que sentir al considerar cuan incompatibles sue-
len resultar on la práctica los cortos años con los cuidados graves.
Ya va siendo conocida de todos la conducta que ha de seguir el Gobier-
no on el asunto de la» Asociaciones religiosas al expirar dentro de unos días
el plazo del desdichado Decreto del señor Ministro de la Gobernación. Este
Decreto no lo ha de cumplir ahora el Gobierno, no por falta de ganas, sino
por compromisos más altos que quiere cumplir con la esperanza de lograr
concesiones que le corren prisa. El sistema, pues, del Gobierno con respecto
á las Asociaciones religiosas consiste en aplazar el golpe no por benevolen-
cia álos religiosos, sino por conveniencia propia. Y en esto so funda la creen-
cia de que el señor González saldrá pronto del Ministerio... por decoro, más
que por su enfermedad. Y créese por lo mismo que se susponderán las sesio-
nes de las Cortes, para rehuir el Gobierno los ataques de los radicales. Pe-
ro si los radicales no atacan en las Cortes, de temer es que ataquen fuera, y
empiece de nuevo la serie de manifestaciones y algaradas antireligiosas, y
que la prensa culpe á los frailes de ello por no haber cumplido el Decreto, y
que el Gobierno, por poner paz en los espíritus salga con otro Decreto peor
que el de marras.
Pero Dios sobre todo.
Y que San José proteja á la Iglesia, á las órdenes Religiosas y á España-
JESÚS EN ALMONEDA
EL BUEN PASTOR
HONRADEZ... AL USO
IV
El colegio.—Dolorosa separación.—Enfermedad extraña.—Curación mila-
grosa.—Visible sonrisa de la Reina del Cielo.
nes, alivió mi corazón dando rienda suelta á mis lágrimas. ¡Ah! en-
tonces ignoraba lo que es el sacrificio; y como que era débil conside-
raba como una gracia especial el sobrevivir á una prueba, al parecer
superior á mis fuerzas. •
Nunca se borrará de mi memoria la ternura con que me consoló
mi buena hermana Paulina, la que como he dicho, miraba como una
segunda madre. Me explicó minuciosamente lo que es la vida del
claustro, en especial del claustro Carmelitano; y desde entonces com-
prendí que Dios me llamaba para ser una de tantas palomas como
anidan en los palomarcitos de la gran Teresa de Jesús. De tal modo
se gravó en mi espíritu esta idea, que nadie ni nada de este mundo
podía desvanecérmela, por más que se empeñaron en hacerme creer
que era un sueño infantil, y no un sincero llamamiento divino.
Llegó por fin el 2 de Octubre, día de lágrimas y de bendiciones,
día en el que Jesús cogió la mejor de las flores. Mientras que mi pa-
dre, acompañado de mi tío, dirigían sus pasos hacia el Carmelo para
oírecer el primer sacrificio, mi tía me llevó con mis restantes herma-
nas y mis primas á oír la santa Misi. Todas nos derretíamos en lá-
grimas, llamando visiblemente la atención de las personas que en-
contrábamos á nuestro paso.
Tal vez crea V7. R. madre mía, que exagero mi pena. Confieso que
no debiera de haberme afligido de una manera tan extremada, mas
atribuyalo V. R. á que mi alma aun no estaba bien sazonada; y era
preciso que yo pasase por muchas y escabrosas hondonadas antes de
llegar al tranquilo prado de la paz.
La tarde de dicho 2 de Octubre de 1882, vi á mi querida Paulina
tras de las rejas del Carmelo, convertida en Sor Inés de Jesús.
¡Oh es indecible lo que yo he sufrido en ese locutorio! Las angus-
tias que soportó mi corazón al tiempo de separarme de mi hermana,
fueron una sombra si se compara con las que después me agobiaron
Yo que estaba habituada á conversar con Paulina horas muertas co-
municándonos mutuamente los sentimientos más íntimos y recóndi-
tos de nuestros corazones, después de su entrada en el claustro ape-
nas tenía consuelo, y las horas transcurrían para mí derramando mu-
chas lágrimas, y al fin tenía que retirarme con el corazón desgarrado!
Mi egoísmo infantil me cegaba hasta el punto de no comprender
que era primero mi padre y mi hermana María antes que yo, y esto
me hacía exclamar del fondo de mi corazón: ¡Paulina se ha perdido
para mí! Fué tan profunda la impresión que esto causó á mi espíritu,
que al fin concluí por caer enferma.
Nadie me podrá convencer de que la causa principal de mi enfer-
medad no fué la envidia del demonio, quien, furioso de que mi her-
mana, dando un adiós solemne al mundo, á sus pompas y vanida-
des, voló al retiro del Carmelo, quería vengar en mí todos los agra-
vios que en lo sucesivo había de recibir de parte de mi familia; pues
no dejaba de prever que no sería la última paloma que, rompiendo
sus lazos infernales, volaría al plácido y tranquilo palomarcito de
Sta. Teresa. Empero, ignoraba el espíritu maligno que la Reina del
cielo' velaba sin cesar sobre su florecita, que desde el trono adonde
ella habita la sonreía cariñosamente y que estaba dispuesta á desva*
258 EL MONTB CARMELO
(1) Esta escena debió tener lugar fuera de clausura, antes de la toma de
hábito; esto es, después de haber transcurrido los dos meses de prueba' que
suelen tener lugar en algunos convenios de N. 0. de Francia. N. del T,
BOR THRB8A DEL Nlffo JESÚS 259
XIII
^zk"-é^~-j
FR. JERÓNIMO DE SAN JOSÉ
ESTU DIO C R Í T I C O - L I T E R A R I O
(1) Capítulo V.
é?0 EL JÍOSTE CARM'átO
vados en la tierra, y el corazón en el cielo, edificando á todos con
su exterior compostura. Asistía á las conclusiones, defendíalas y
argüía en ellas, no con fuerza de voces, sino de razones; no con-
tendiendo, sino disputando en seguimiento siempre de la verdad,
no de su apasionado parecer, ó por salir (como dicen) con la suya,
y así cuando la veía en la razón. contraria, dejando luego las ar-
mas y cruzadas las manos se rendía á ella, reputando por victoria
propia el triunfo de la verdad, en donde quiera que venciese. De
aquí le nació la quietud y paz con que argüía, y con que después
quedaba siempre sereno.,, (1)
Temeroso Fr. fuan de ofender al Señor, pues la vida religiosa
que había profesado no le impedía del todo el trato y comunicación
con las criaturas, deseaba vivir en perenne desasimiento y olvido
de ellas, y así mantener la paz y sosiego de su corazón, único me-
dio de entablar unión más estrecha con Dios. Parecióle, pues, lo
más seguro abrazar una Orden que respondiera á sus secretísi-
mos anhelos de vida silenciosa y retirada: de ahí sus deseos de ha-
cerse cartujo, donde ese silencio y retiro se guardan hasta el gra-
do máximo, y de vestir por ende el hábito de San Bruno, con cuya
fisonomía moral mucho simpatizaba, de ese sapientísimo doctor y
gran maestro de la vida solitaria, gloria de la Iglesia, timbre del
mcnacato y honor, al través de los siglos, del Ascetismo cris-
tiano. (2)
jlosé JGN. V A L E N T í .
(Se continuará)
^C
(1) Capítulo.VI.
(2) Vid. mi obra San Bruno y la Orden de los Cartujos. Dionisio el Cartu-
jano y los nuevos edictores de sus obra (Valencia, imp. de Domeneoh; 1898.)
Página 5.
LA TONALIDAD Y EL RITMO DEL CANTO GREGORIANO
oratorios las melodías gregorianas, y del ¡ngenio con que sabe com-
binar estas cantinelas de la Iglesia, sencillas pero extensas, con la
harmonía más escogida y refinada de la música moderna. Es como
un tiibuto de justo reconocimiento que el arte contemporáneo rinde
al cristianismo, que ha sido en todos tiempos el protector de las ar-
tes y principalmente de Ja música sagrada que desde las primeras
edades fué admitida á contribuir de una manera particular y privi-
legiada al culto divino.
Esta unidad de principio puede demostrarse por el sistema tonal
propio de los dos génoros de música. Los elementos constitutivos son
en gran parte los mismos. Encontramos los mismos intervalos, la
misma sucesión de intervalos y á menudo la misma formación de
melodías incluso las modulaciones á las escalas inmediatas, principio
que ha sido la base fundamental de la armonía polífona. Cuanto má3
nos aproximamos al tiempo en que el canto gregoriano ejercía toda-
vía su influencia universal, mayor es esta semejanza y más notable
esta eficacia. Así las armonías maravillosas de Palestrina y de su
tiempo están más cerca de su manantial que la polifonía sorprenden-
te de S. Bach. Las primeras, que están basadas sobre las escalas ecle-
siásticas, conservan en los intervalos las particularidades principales
de los modos tradicionales, y sin enbargo son una transición, una
preparación de la dominación exclusiva de los dos hexacordbs mayor
y menor. La sucesión de las notas do re mi fa sonacontienen los tres
géneros de tetracordos. El tetracordó mayor, de do á fa, que es la
base de varios otros modos eclesiásticos, ha venido á serla base fun-
damental del modo mayor. El tetracordo menor, de re á sol, que es la
base de varios otros modos eclesiásticos, ha venido á ser la base
fundamental del modo menor. El tetracordo mixto, de miá la, que
comienza por el semitono mi fa, ha servido para la formación de las
más hermosas melodías gregorianas, llamadas phygias.
Sobre esta última escala se canta el Credo del cuarto modo, que
es ya el canto popular del símbolo de nuestra fe, con preferencia á
otras melodías. Este tercer tetracordo ha dejado de ser escala propia
en la música polífona; está mezclada de los otros dos géneros, mayor
(Se continuará.)
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BIBLIOGRAFíA
^r
LISIóN DE PáMANBS.—Reverendo Padre Director de E L MONTE CARMELO
—Copiosa ha sido, gracias á Dios, la cosecha espiritual recogida en la san-
ta Misión que acaban de dar en esta Parroquia de Pámanes los RR. Padres
Carmelitas Descalzos, y de la cual envió á V. R. la siguiente sencilla re-
seña que le agradecería diera cabida en su hermosa Revista Carmelitana.
Eran las cuatro de la tarde dol día veintiocho do Febrero del corriente
año, cuando un repique general de campanas anunciaba á los vecinos de
este pueblo que se acercaba la feliz hora en que los RR. Misioneros Padres
Carmelitas, Fr. Pedro Tomás de Santa Teresa y Fr. Anastasio de la Sa-
grada Familia, llegaban 4 este término acompañados desde Solares del
M. I. señor Arcipreste de la Metropolitana de Burgos don Luís Cano Quin-
tanilla, digno hijo de este pueblo, y del señor don Joaquín Gr. López, pá-
rroco de Liérganes, y Arciproste de Cudeyo.
A la entrada del pueblo salí á recibirlos con capa pluvial y un Crucifijo,
(dándoles la paz, saludo cristiano) asistido del párroco de Cabárceno y
Penagos, también hijos de este pueblo, y acompañados por varios sacerdo-
tes, la Corporación del Ayuntamiento, las escuelas de ambos sexos con su
Maestro y Maestra á la cabeza, todos en solemne procesión; y una gran
parte de pneblo que seguía en pelotón detrís de nosotros. ¡El corazón latía
de contento al ver llegar á los P P . Misioneros! ¡Qué espectáculo más gran-
dioso á la vista los anos de los otros! ¡El júbilo y el ontusiasmo se retrata-
ban en todos los semblantes! Así unidos, y cantando la letrilla «Venid
pecadores, venid á porfía, que á misión nos llama, la Virgen María,» La
CRÓNÍCA CARMELITANA 281
si digo que en eBte día había más de siete mil almas. Nunca he visto tanta
gento reunida, El efecto fué maravilloso, y el acendrado cariño que ya
tantas veces, y por tantos modos, habían manifestado 4 los Misioneros, lle-
gó á su colmo; y como el río que detenido ante una soberbia y olevadísima
presa cuando esta es vencida, se precipita más impetuoso, tal sucedió en
Pámanes, donde la urbanidad y el respeto habían contenido las emociones
del corazón, cuando estas rompieron los moldes se desbordaron con lágri-
mas de dolor en atronadores vivas y prolongadas aclamaciones. El cariño
hacia los Padres rayó en delirio! De vuelta de la procesión subió al pulpito
el P. Pedro Tomás, y después de haber pronunciado un sentido y cariñoso
discurso sobre aquellas palabras de San J u a n Pax vovis lleno de paternales
y saludables consejos encaminados á conservar el fruto de la Misión, dio
la Bendión papal, y con esto quedó cerrada la Santa Misión.
Al día siguiente se cantó una "Vigilia y Misa de réquiem, y volvió á dejar
oir su. autorizada palabra el P. Podro: Santa ergo et salubris est cogitatio de-
funtis exorare, ut á peccatis salvantur, fueron las palabras que le sirvieron
de texto.
Muchos y muy copiosos han sido los frutos de la Misión en Pámanes.
Díganlo las mil trescientas sesenta y seis comuniones que se han repartido,
los dos mil escapularios del Carmen que se han impuesto, y las noventa y
nueve jóvenes que se han alistado en la Congregación do «Hijas de María.»
De lo dicho hasta aquí, pxiede juzgarse que la Misión de Pámanes, ha
sido una Misión verdad; de triunfo completo, y de entusiasmo general. Así
lo han confesado los muchos Sacerdotes que á diario han asistido. Uno de
ellos decía. «He asistido á diez ó doce misiones de distintas órdenes Reli-
giosas, dos dadas en mis parroquias y ninguna me ha gxistado tanto como
la de Pámanes.» Así lo han publicado todos y cada uno de mis feligreses
que entusiasmados dicen á caso, y por todas partes: «No hemos visto Mi-
sión mejor que la de nuestro pueblo.» Y, por último así lo creían aquellos
seiscientos hombres, mineros en su mayor parte, que después del trabajo
del día acudían por la noche á las conferencias que les daba el P . Pedro
Tomás, y que oían con un silencio, devoción y compostura que se echa de
menos en personas piadosas. «No nos cansaríamos, decían estos pacientes
obreros, de asistir un mes seguido.» ¡qué bien lo hace!
No debo pasar en silencio que el día cuarto de la Misión llegó el Reve-
rendo Padre Constancio, el cual predicó siete veces durante ios tres días
qu.e tuvimos la honra de contarlo entre nosotros. Predicó á los niños, dio á
las mujeres una conferencia sobre el tema «La mujer en la sociedad» de
que he hablado arriba; dos á los trabajadores, una sobre «Las causas de la
incredulidad» y otra sobre «La Blasfemia», y en la Misión general d é l a
tarde dirigió tres veces su arrebatadora palabra. Si digo qúo el P . Cons-
tancio instruyo, deleita y conmueve á cuantos le escuchan, no me equivoco.
Y ya que apunté algunas de las verdades predicadas por los Misioneros,
quiero que V. R. tenga conocimiento de todas las demás que han sido obje-
to de sus discursos.
El Sacramento de la Penitencia, condiciones de una buena confesión y
días festivos han sido la materia do las pláticas doctrinales. El fin del
hombre, corto número de los escogidos, Pecado y su malicia, Blasfemia
Muerte, Juicio, Infierno ó Hijo pródigo, la de los sermones morales. Y las,
Conferencias han versado sobre los puntos siguientes: Existencia de Píos,
éíttíNlCA CARMELITANA 2£8
~^r
• • • • •
loneses, Lerroux, á que les pague á los obreros de Madrid el mucho dinero
que les quedó á deber con motivo de la publicación de El Progreso. Y el
compañero Adrados, que encabeza las firmas, pone una lista muy bochor-
nosa de deudas de Lerroux, de papel, á los cajistas, á los albañiles, etcéte-
ra, etc., y añade: «Estas deudas estarán expuestas en el Centro Obrero de
la calle de la Montera, para los obreros que quieran verlas y no gusten de
ser engañados por semejante diputado de los obreros.»
RESUMEN POLíTICO.—Cuando poníamos el número pasado en el correo so-
brevino la crisis total del Ministerio del señor Sagasta. Esta crisis ha sido
muy laboriosa y difícil, habiendo fracasado el proyecto de formar un gabi-
nete de concentración. La misma causa que motivó la crisis, la cuestión
religiosa más que ninguna otra, ha sido la que ha dificultado la solución.
Por fin se constituyó el Gabinete de este modo:
Presidencia, Sagasta.—Estado, duque de Almodóvar.—Gracia y Justi-
cia, Montilla.—Gobernación, Moret.— Hacienla, Rodrigáñez.—Guerra,
Weyler.—Marina, duque de Veragua.—Instrucción pública, Romanónos.—
Agricultura, Canalejas.
Por la significación de algunos de los personajes que han entrado en el
Ministerio, resulta éste de taños muy avanzados y democráticos.
Se ha hablado que para aceptar la cartera algunos ministros han exigi-
do algo así como una especie de compromiso de sus compañeros, para lo
cual 8 3 ha relactado un programa á que ha de sujetar sus actos el nuevo
Gobierno.
Oficialmente no se ha dado á conocer osto documento; pero según las
versiones' oficiosas de los periódicos, cómprenle tras partes: una sobre po-
lítica religiosa, otra sobre la cuestión social, y la tercera sobre puntos con-
cretamente políticos. Las bases acordadas sobre la primera parte, son:
«Primera. Que no sea derogado el decreto do don Alfonso González,
fecha 19 de Septiembre último.
»^ue por los Ministerios de Gracia y Justicia y Gobernación se proceda
inmediatamente á la formación de una lista en que se consigne el número
de Asociaciones y Ordenes religiosas existentes, con su clasificación.
«Segunda. Que se establezca, para sus efectos, entro las Ordenes reli-
giosas, la siguiente división:
A. Ordenes concordadas, es decir, las tres, de todos conocidas, que se
consignan en el Concordato.
»B. Ordenes toleradas, que son todas las restantes.
»C Respecto á las Ordenes toleradas dedicadas á la vida contemplati-
va, se adoptarán las disposiciones emanadas del decreto de 19 de Sep-
tiembre.
«Tercera. Presentación á las Cortes de un proyecto de ley regulando
la vida jurídica, económica y social de las Asociaciones no concordadas.
«Cuarta. Afianzamiento de la libertad de conciencia, conforme á la en-
mienda que los señores Sagasta, Balaguer, Romero Ortíz y otros diputados
presentaron y apoyaron en las Cortes del 76.
«Quinta. Entablar una negociación con el Vaticano, relacionada con lo
que atañe á las Asociaciones y Ordenes religiosas.
»Y, por último, medidas de previsión en ei caso de que sobreviniera un
conflicto como consecuencia del cumplimiento del programa de Gobierno
en lo que se relaciona con el problema religioso.»
¿DE QUIEN ES LA CULPA?
^É"""§fe^
_^^,^»^Wff!f*!^^
¡L criterio de la fe es claro,
¡luminoso; el de la duda es
perturbador y estéril: son
la luz y la sombra.
Es necesario que haya dudas
para extirparlas, y que nuestro en-
tendimiento no se adormezca con
la posesión de la verdad.
La fe, como todo don, exige sa-
crificios, aun después de poseído.
¡Ah, ciegos, ciegos, ciegos! ¡No hay Dios, y no hay salvación para
vosotros, ni para la sociedad que formasteis á vuestra imagen y se-
mejanza.
*
He leído la historia, y he visto pueblos, he visto monarquías,
imperios y repúblicas que se apartan de los caminos de la verdad, y
hacen escarnio de la virtud, y apostatan de la Religión, y reniegan
de su Dios; y he visto que á esos pueblos renegados, apóstatas y
blasfemos, los visita Dios con tremendas revoluciones y con catás-
trofes pavorosas; yo he seguido con el pensamiento los procesos de
esas crisis supremas, solemnísimas, que más ó menos han padecido
todos los pueblos, y veo que cuando á pesar de los avisos de la Pro-
videncia se obstinan en sus errores y torpezas, llega un día, y la ira
de Dios los alcanza: entonces se derrumban los imperios, y las mo-
narquías, y las repúblicas, y acaban sus errores, y sus torpezas, y
sus blasfemias, y sus apostasías, y su historia, y hasta su nombre. Y
cuando esto veo, pienso en España, en esta España sin ventura,
cada día más apartada de los caminos del bien, apóstata de su Reli-
gión, blasfema de su Dios... y viendo las ruinas y viendo las ver-
güenzas que en estos últimos tiempos han llovido sobre ella, y vis-
lumbrando la gran conflagración que se avecina, me pregunto lleno
de asombro y de tristeza si las catástrofes de ahcra serán el toque
de atención que nos da la Providencia, y las catástrofes que vemos
en puerta abrirán la fosa donde quedarán eternamente sepultados
los errores, las apostasías, las blasfemias, los escándalos, y la histo-
ria, y hasta el nombre de España...
¡Ay! La verdad es amarga, pero la verdad es que no vemos en lo
humano una solución salvadora para la tremenda crisis en que
estamos metidos. Pero aun no viendo en lo humano una solución
salvadora, nosotros que somos creyentes no debemos desesperar.
Levantemos al cielo nuestra esperanza. Y ¿á quién invocaremos en
el cielo más oportunamente sino al Glorioso San José, que fué en la
tierra el Salvador del Salvador del mundo, y es en el cielo el Protector
do la Cristiandad? Pues á rogar á San José; á San José que, como
decía Santa Teresa de Jesús, socorre en todas las necesidades. El Jefe
de la Sagrada Familia en la tierra continúa ejerciendo su autoridad
soberana en el cielo. Roguemos á San José, al Abogado del mundo
ante Dios, al Padre y Protector de todos los hombres; á San José nues-
tros corazones, á San José nuestros suspiros, á San José nuestras
súplicas, por la salvación de España, por el triunfo de la Iglesia
Católica, por la salvación del mundo entero.
¡Santísimo José, Padre de Jesús, Esposo de María, Abogado del
¿
M EL MONÍÉ CARÍÍÉÍ.6
L A V E R D A D DE L A MUERTE
(CONTINUACIóN)
LA CUESTIÓN SOCIAL
dido mutuamente... En este día feliz no solo fué nua mirada lo que
tuvo lugar entre los dos, sino más bien una fusión. Ya no éramos dos:
Teresa había desaparecido como la gota de agua en el océano. Jesús
estaba sólo: ¡El era el Maestro y el Rey! ¿Acaso no le había pedido
Teresa que le quitara su libertad? Esta libertad le imponía miedo:
¡se sentía tan frágil, que deseaba unirse para siempre á Aquel que es
la misma Fortaleza!.
Y he aquí que su gozo fué tan grande, tan profundo, que no le
fué posible contenerlo sin que transcendiese al exterior; y dulces
lágrimas se deslizaron suavemente por sus mejillas con gran admira-
ción de sus compañeras que más tarde se preguntaban unas á otras:
«¿por qué lloraba? ¿sería la causa alguna inquietud de su conciencia?»
«No, decían otras, lo más probable es que en aquellos momentos pen-
sara en su madre ó en su hermana carmelita que tanto ama!»
Empero, ninguna acertaba la causa de mis deliciosas lágrimas.
La ausencia de mi madre no podía ser motivo de pena en el día
de mi primera comunión. Al recibir la visita de Jesús, no podía
menos de visitarme también mi madre querida... Tampoco lloraba
la ausencia de Paulina; en aquellos momentos estábamos íntima-
mente unidas. Lo diré ingenuamente, una alegría celestial .inefable,
profunda, inundaba mi corazón de tal modo, que, no pudiéndola so-
portar, se desabogaba, brotando de mis ojos dulces y copiosas
lágrimas.
Por la tarde pronuncié en nombre de mis compañeras el acto de
Consagración á la Santísima Virgen. Mis maestras me eligieron sin
duda alguna, porque me vi desde muy niña huérfana de mi madre
terrena.
¡Ah! ¡Cuan de corazón me consagré á la Virgen Santísima y le
pedí que velase continuamente por mí! Me parece que mira á su
floréala con amor y que aún le sonríe. En aquellos momentos me
acordaba de la visible sonrisa que tanto influyó en mi salud corporal
y espiritual.
La tarde de este hermoso día, mi padre, tomando de la mano á
su reinecita se dirigió hacia el Carmelo; y yo vi á mi Paulina conver-
tida en esposa de Jesús: la vi con su velo blanco y su corona de
rosas como yo. Mi dicha fué grande al verla, peusando que algún
día me uniría á ella, y juntas nos labraríamos la corona inmarcesible
de la gloria.
Pero ¡cuan cierto es que no hay felicidad duradera en este valle
de destierro! Al siguiente día se apoderó de mi espíritu cierta especie
de inexplicable melancolía.
Los bellos adornos y regalos, que recibí para mi primera comu-
nión, no llenaban los profundos senos de mi corazón! En lo sucesivo,
solo Jesús podía satisfacer mis deseos, recibiéndole con frecuencia
en el Sacramento de su s mor. Mi segunda comunión tuvo lugar el
día de la Ascensión, y en compañía de mi padre y de mi hermana
María. Mis ojos destilaron de nuevo dulces lágrimas; me acordaba
y repetía con fruición aquellas palabras de San Pablo: «¡ Ya no vivo
yot vive en mí Cristo Jesúsl Desde esta segunda visita que Jesús se
dignó hacer á mi corazón, no aspira á otra cosa que a recibirle.
SOR TERESA DEL KIÑO JESÚS 303
Mas ¡ah! que las fiestas, á mi parecer se alejan demasiado unas
de otras.
La? vísperas de estos dichosos días María me preparaba con el
mismo interés que para mi primera comunión-. Me acuerdo que uu
día, hablándome de los sufrimientos, me dijo que el Seflor en vez
de llevarme por este camino tan penoso, me trataría siempre, sin
duda alguna, como á una niña mimada. Estas palabras resonaron en
mi espíritu después de la comunión del día siguiente, y mi corazón se
inflamó de un gran deseo de sufrir: pues vivía en la persuasión de
que el buen Jesús me reservaba un gran número de cruces. Enton-
ces mi alma se sintió inundada de tales consuelos* que jamás en el
transcurso de mi vida los he tenido iguales
f*.£.p.f.
(Continuará)
con Dios, tan lejos del siglo, que sus profesores parecen (y en la
conversación y trato lo son ya) ciudadanos del cielo. Por donde se
ve la estima grande que Dios puso en el corazón de nuestro Beato
Padre de aquella estrecha y santa vida. Y cierto que si pudiera
añadirse á esta ilustrísima Religión calificación alguna, más de la
que por sí tiene (que es suma y sumamente debida á su grandeza),
no fuera pequeña la que le podía resultar del afecto que tuvo á
su Instituto un tan gran Padre y Maestro de perfección, Capitán y
Guía de nuestra Reforma Descalza,,.
No logró Fr Juan satisfacer su piadoso intento, hubo de ceder
á las cariñosas indicaciones de Sta. Teresa de que no importaba ir
á la Cartuja para cumplir sus deseos; bastaba con que le ayudara
á la reforma de Descalzos Carmelitas, y en los conventos ya re-
formados, aquella vocación de vida penitente y recogida quedaría
harto satisfecha y colmada. Antes de hablar con Fr. Juan, ya tuvo
noticia la Santa de quién era por relación del Maestro Fr. Pedro de
Orozco, y comprendió era el varón que el cielo k destinaba para
ayudarla en aquella empresa. "Alborozada con tales nuevas—dice
Fr. Jerónimo—se le asentó en el corazón era este el religioso que
ella tanto deseaba. Habiendo hallado, pues, la margarita preciosa
que buscaba (S. Mat. XIII), no faltaba á esta celestial negociadora
sino dar todo cuanto tenía por ella. Así lo hizo, y acudiendo á Dios
en la oración, se ofreció mil veces, toda en sacrificio y como en
en precio de tan rica joya, pidiéndole á Su Majestad esta piedra
preciosa, para que fuese la primera y fundamental del edificio y
espiritual fábrica de su Reforma de Descalzos. (1)
Refiere Fr. Jerónimo, con singular encanto y gracia en la na-
rración, la manera cómo Fr. Juan dispuso la primera casa de la
Reforma en Duruelo; describe minuciosamente sus austeridades y
estrecheces y celebra con elocuente frase su magisterio. "Habíale
dotado el Señor—dice el ilustre panegirista—de tal magisterio,
discreción y capacidad, que entonces con la voz, y después con la
pluma, llenó su Religión y las demás de Angeles contemplativos.
Su compostura exterior, nacida de la presencia continua de Dios,
casi visible á los demás, su silencio humilde, su alegría modesta,
afabilidad caritativa y cortés le granjeaban la común estimación.
Atendiendo á lo más propio de su oficio, no era menos de notar la
prudencia, temple y apacibilidad con que recibía los novicios y en-
caminaba en su vocación. Penetraba primero las fuerzas y natu-
rales, para medir con las unas el trabajo y dirigir los otros, quitán-
doles los resabios é inclinaciones con que venían del siglo,,... de esa
manera "mortificadas las pasiones y apetitos, quedaba la tierra de
sus corazones dispuesta pare, la semilla del cielo.„
Hablando del magisterio que como con^sor. ejercía en el mo-
(1) CapítuloVH.
306 EL MONIS- CARMELO
(Se continuará)
~^r
^-_--r. „ 'V>J Miriam* - -
DESDE MALABAR
¡Sea Dios bendito, y cuánto tiempo sin decir una media palabra
á nuestros caros lectores' Mejor pusiera «sin poder decir» Esta, en
efecto, es la realidad y verdad; que deseos vivos, ya supondrán ellos
que no faltan. Lo que nos falta en extremo es. tiempo, algún ratito
libre que poder dedicar á nuestros amigos interesados en la marcha
y vicisitudes de la Misión y deseosos de enterarse de cosas y por-
menores, estado, trabajos, dificultades ó progresos de esta obra
divina por excelencia. Comprendido: estamos en el deber de satis-
facer ese justísimo interés.
Pero, comprendedlo también: nos hallamos en situación de no
poder ni aún lo que debemos, con perdón sea dicho del sentencioso
«nemo tenetnrad impossibile» de los teólogos. Si ocasión fuera de
contender, digérales que hay imposibles de imperiosa necesidad é
imprescindible obligación, y es cuando esta nace de cierta ley cuya
fuerza y exigencias no alcanza á medir la teología, como no sea la
mística. Dejémonos de escolasticismos al tratar de vínculos de amor
y de gratitud, que obligan ¡y tanto como obligan! aún á lo imposible.
Verdad es que, en este supuesto, el decir que no podemos, sería
confesar que no amamos, y aquel, «no podemos lo que debemos»
equivaldría á «no queremos lo que debemos» Y heme aquí metido
en UD callejón sin escape, prendido por mi pasado silencio en
aquello mismo que objetaba á la escolástica. Me queda un recurso,
y más seguro pero es el mejor de pedir á mis lectores que su bondad
grande supla y dispense mi poca diligencia, manifestada por mutis-
mo tan largo: tal al menos me lo parece.
310 Ét MONTE CARMELó
(CONTINUACIóN)
(1) 1,52.
(2) Véase la interesante publicación dol R. P. Parisot, O. S. B. (Rela-
ción de un viaje a Siria.) París, Ernost Leroux, 1899.
(3) I,p.6iJ.
éECCIÓtt MUSICAL Slá
reliano, monje de Roma, que, en el siglo IX, nos dice que según la
institución de los Santos Padres se cantaba día y noche en la Igle-
sia, y que la Iglesia, por esta manera de cantar, ha imitado lo que
se practicaba en el templo de Jerusalen... ¿Quién podrá ver en estas
palabras una prueba de que el cauto gregoriano es idéntico al canto
de los Hebreos? Una página más adelante, el autor nos enseña que
la regla benedictina demuestra la existencia de una «disciplina mu-
ísical, que obligaba á los monjes al canto del Gloria in ezcelsis (sic),
»del Credo (sic), etc., que todo esto se encuentra en ella y que las re-
jglas para cantar bien no han perdido nada de su pureza, aún des-
»pués de catorce siglos (1).» ¡No podía esperarse un descubrimiento
tan precioso á propósito del Gloria in excelsis y del Credo; los rubri-
quistas se alegraráu y agradecerán mucho esta nueva! ¿Quién, puede
dudar de que no se hab'ase del canto gregoriauo antes de San Gre-
gorio?
Y sin embargo, los escritores que tratan de la música, como
Boecio (5<524), no conocen más que la música griega; y éste, ya debió
de conocer la música cantada en las iglesias de su tiempo: y todos
los demás autores, hasta Alcuino, no han conocido otra teoría que la
de los griegos ¿Cuáles son los autores que hablan de la música
hebrea? El mismo R. Padre admite que las escalas diatónicas de los
antiguos griegos son las mismas que los modos llamados gregorianos.
«El uso del canto en las iglesias era hasta entonces obra de tradición
«más que de ley ú orden superior (2).»
Sea, pero ¿dónde están los documentos que nos hagan ver que
los cantos de los primeros siglos descienden directamente de la Siua-
goga, mientras que, por el contrario, todos los testimonios de los
contemporáneos, así como la comparación'de.las melodías, nos de-
mueetran que existe un parentesco muy próximo entre la música
litúrgica de las iglesias y la música profana de la época?
Sería también de desear más crítica histórica en lo concerniente
á la influencia de San Gregorio. Si el R. P. Dechevrens dice que este
santo Papa «debió hacer una elección entre los cantos usados en las
«iglesias, componer su Antifonario, etc. (3)», estamos tan poco
satisfechos de lo que se relaciona con esta cuestión tan discutida
durante estos últimos años, como sobre otros muchos puntos, tanto
históricos como técnicos, sobre los que el autor nos prometía ple-
na luz.
«Si estoy en lo cierto, si la teoría que expongo, si las aplicaciones
»que de ella hago, son de tal naturaleza que resuelvan la cuestión de
»los modos, dando luz sobre los puntos hasta aquí oscuros, no hay
»para todo el conjunto de cantos sagrados más que un solo sistema
»de modos, no el de los Griegos, sino el de la nación santa de los
»Hebreos (4).»
Así termina el primer volumen. Por nuestra parte, creemos que
el R. Padre partió de una idea preconcebida, considerando todos los
(1) P. 56.
(2) P. 68.
(8) P. 69.
(4) P.479.
316 i i MOMé CAíMELó
(1) L. 451.
A XÍfíK C**ÜZ
LA IGLESIA Y LA
IV
f a l e n c i a 16 de Marzo de 1902.
Rdo. P . Director de E L MONTE CARMELO.'
Como suseriptor de la revista y Carmelita de corazón voy á darle cuenta
de una función carmelitana, como pocas veces se ven, para solaz do los lec-
tores y gloria de nuestra Madre la Virgen del Carmen.
La profesión religiosa es siempre un acto tierno y conmovedor porque
refleja la alegría y satisfacción de un ser débil cuando se impone el mayor
de los sacrificios, consiguiendo sin ningún artificio ganarse los corazones y
llevarlos tras sí al elevarse á otro mundo superior, pero á veces roune el
acto circunstancias que lo hacen más patético, más tierno y conmovedor,
como se ha visto en la última profesión que se ha hecho en el convento do
San José de Valencia.
Era precisamente los días en que más se manifestaba la ansiedad y con-
goja de todos los católicos por la suerte nada alagüeña que esperaba á los
religiosos al cumplirse en breves días el plazo del decreto impío de Gon-
zález, cuando el telégrafo nos comunicaba que en pleno consejo se abogaba
por su cumplimiento, en esos días se preparaba la solemao función para
hacer la profesión religiosa la hermana Carmen del Smo. Sacramento.
El día catorce, á las nueve y media de la mañana, comenzaba la función.
La bonita iglesia de San José profusamente iluminada y adornada como en
los días más solemnes daba á entender que se celebraba allí algún aconteci-
miento. La comunidad de Padres Carmelitas en número de treinta y cuatro
asistía con sus capas blancas en bancos preparados en el centro de la igle-
sia; los religiosos estudiantes cantaron con mucha afinación una hermosa
misa de Santisteban á coros y á voces.
Era celebrante, y delegado del M. Iltre. Sr, Visitador para imponer
el velo, el R. P . Provincial Fr. Esteban del Sgdo. C. de J . acompañado de
los ministros P P . Telasforo y Romeo y el Rdo. P. Pascual, Definidor, que
llevaba la capa de honor: fueron padrinos la señora doña Pepita Fernández
Olmos y don Eduardo Prats Pastor. La cátedra del Espíritu Santo la ocupó
el Rdo. P. Fr. Plácido M. a del P., Redactor de la importante revista E L
MONTE CARMELO, venido exprofeso desde Santander para ello. La circuns-
tancia de ser hermanos de la profesa, el t Provincial celebrante, el padrino y
el P . Plácido, dio á este motivo para hacer un exordio de circunstancias
muy á propósito al acto. Comenzó luego á desarrollar su tema probando que
su hermana había escogido la mejor parte. Primero por entrar en el claus-
tro, en segundo lugar por vestir el hábito del Carmen y últimamente por
escoger la orden predilecta de María. Con palabra fácil, estilo claro y ra-
zones convincentes que apoyaba con autoridades de los Santos Padres
probó muy bien la primera y segunda parte del discurso; pero en la tercera
parte al hablar de la Orden del Carmen como orden predilecta i e María
abrió las válvulas de su corazón y se manifestó el fuego tan encendido
que le abrasa en amor á la Virgen, que llamaba su cariñosa Madre. Hizo
una relación sucinta de la historia de ,1a Orden, probando que se fundó
para servir á María y demostrando las relaciones de mutuo carillo que han
tenido 1» Virgen y los Carmelitas. El discurso del P. Plácido hizo derramar
CRÓNICA CARMELITANA 323
~^T"
C í ? O K í C A ••••<
• • • • • (5&H&RAL
NUEVA ENCíCLICA DE Su SANTíDAD.—Con motivo do su Jubileo pontificio
Su Santidad León X I I I ha publicado u n a extensa Encíclica, quo viene a
ser su testamento. La carta ostá fechada el 19 de Marzo, día del Patrón uni-
versal de la Iglesia.
En ella da gracias á Dios por haberle prolongado la existencia; renueva
sus enseñanzas á los católicos; lamenta los ataques dirigidos contra la
Iglesia y los nuevos errores acogidos por la sociedad moderna, entre ellos
ol divorcio; traza u n cuadro del mundo actual, quo ha llegado al estado
anárquico, y le invita á volver á Jesucristo y al Pontífice, únicas fuentes
que pueden procurarle la paz y la salvación; y finalmente alienta á los
sacerdotes á la acción inmediata y hace un llamamiento al concurso de
los legos.
E L P A P A Y EL EMBAJADOR EXTRAORDINARIO DE ALEMANIA.—Ha tenido
gran importancia la recepción que se dignó conceder Su Santidad á la Em-
bajada extraordinaria enviada por el Emperador de Alemania para felici-
tar á León X I I I con motivo de su Jubileo Pontificio.
El discurso del Embajador extraordinario ha sido muy comentado, pues,
entre otros, hay el siguiente significativo párrafo.
«Ruego, pues, á Vuestra Santidad que acepte estos regalos como prenda
de amistad de SOBERANO A SOBERANO y como prueba de la veneración
que el Emperador profesa al Jefe de la Iglesia católica.»
L A EMBAJADA NORTEAMERICANA.—Mr. Roosevelt ha enviado también una
Embajada extraordinaria al Vaticano. Y si bien es verdad que el principal
objeto de esa misión diplomática es la de arreglar definitivamente los asun-
tos religiosos de Filipinas, no es menos cierto que lleva también el encargo
de expresar á Su Santidad, en nombre del Presidente de la «Casa Blanca»
y del pueblo norteamericano sus proftmdos sentimientos de admiración y
afecto, inspirados por" la sabiduría y las virtudes del venerable anciano,
asi como también sus felicitaciones más expresivas con motivo del fausto
acontecimiento que celebra en estos días el mundo civilizado.
Por primera vez ofrecen los Estados Unidos un hecho semejante. Por
primera vez reconoce oficialmente la República, por modo tan ostensible,
la autoridad divina y la soberanía del Vicario de Jesucristo.
Más que u n triunfo del Pontificado, es u n verdadero acontecimiento,
que sin duda alguna será punto de partida de un serie de actos gloriosos
para la Iglesia y provechosísimos para el pueblo norteamericano, cada vez
más afecto á la única y verdadera Religión.
L A PEREGRINACIóN VASCONGADA.—El día 1.° llegó á Barcelona la peregri-
nación organizada por el Círculo de Obreros de Bilbao y que se dirige á
CRÓNICA GENERAL 325
SOLACES Y ENTRETENIMIENTOS
APÓLOGO CHISTOSO
¿s£ ABIBNDO un día convocado Sata- que éstos hacen es nada en compara-
nás su consejo, compuesto de todos ción del que yo suelo hacer. De esos
los ministros del infierno, antes de corrígense todos, pero del mío nin-
tomar asiento tuvieron, una disputa uno se libra. Ellos pierden los in-
sobre la cuestión de preferencia.
—A mí derecha el más digno, gri-
f ividuos, yo pierdo los imperios: ellos
enseñan el vicio y yo destruyo la
tó Satanás. virtud. A causa mía muere el entu-
La lujuria defendió sus derechos, siasmo, sucumbe la justicia, la vir-
la mentira hizo valer sus títulos, y tud tiene miedo, y el deber se aver-
el orgullo ponderó sus méritos. güenza.
; Satanás escuchaba indeciso la dis- —Ven y siéntate á mi lado dijo
cusión, cuando el Sarcasmo dejó oir entonces Satanás terminando la dis-
una carcajada y dijo: ninguno es cusión.
más digno que yo, Satanás; el mal
R E C E T A S
Tomar raíces de Fe, frescas hojas za, bien cerrado con la cobertura del
do Esperanza, Rosas de Caridad, silencio. Déjalo por la noche al se-
Violetas de Humildad, Lirios de reno dé la meditación.
Pureza, Agenjo de Contrición, Mirra Toma mañana y tarde una taza de
de Mortificación y Leño de la Cruz. ésto, y así gozarás de buena salud.
Ata todo esto en un fardito, con el Hallarás todo esto en la botica
hilo de la resignación, pónlo/á her- t a n acreditada d e l amorosísimo
vir on el fuego del amor, dentro dol Corazón de Jesús y en la droguería
vaso do la oración con vino do santa do la misericordiosísima Virgen Ma-
alegría, y agua mineral de templan- ría.
H I S T Ó R I C O
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LA PRIMAVERA
XIV
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V
(CONTINUACIóN)
para mí. Yo buscaba con interés los pobres pajaritos que caían
muertos debajo.de los árboles, y á todos le? daba sepultura honrosa
en un mismo cementerio á la sombra del mismo césped. Otras veces
recitaba historias, y con frecuencia formaban parte de mi auditorio
cierto número de las mayores y más adelantadas en los estudios;
empero, mi maestra me prohibió con mucho acierto que continuara
en el cargo de oradora, prefiriendo vernos correr y no discurrir. Por
este tiempo escogí como compañeras dos ñiflas de mi edad; ¡pero
cuan pequeño es el corazón do las criaturas! Una de las dos fué á su
casa por algunos meses; durante su ausencia traté de no relegarla al
olvido, y á su regreso le di muestras de alegría por verla de nuevo.
Mas ¡ay de mí! no obtuve de ella otra cosa que una mirada glacial!
Todo lo comprendí al momento, y en lo sucesivo no traté de mendi-
gar una afección tan inconstante. Sin embargo, Dios me ha otorgado
un corazón tan fiel, que cuando amo á una criatura, la amo siempre,
por lo mismo no ceso de rogar por ella aún al presente.
Hubiera yo deseado imitar á varias de mis condiscípulas que se
unían con estrecha amistad á una de mis maestras, pero no me fué
posible conseguirlo. ¡Oh dichosa impotencia! de cuántos peligros
me has librado! ¡Cuántas gracias doy al Sefior por haber dispuesto
que mis amistades terrenas no se vieran exentas de amargura! De
otro modo, un corazón como el mío, se hubiera dejado prender y
cortar las alas; y entonces, ¿cómo me hubiera sido posible volar y
reposar en Dios? ¡Ah! sin duda alguna, el Señor, al verme tan débil,
no quiso exponerme á la tentación.
Durante los ejercicios espirituales de mi segunda comunión me
vi acometida de terribles escrúpulos. Sólo el que ha sufrido este
martirio, puede tener una idea de lo que es. Me es imposible descri-
bir debidamente lo que sufrí por espacio de dos años. Los pensa-
mientos más inocentes y las acciones más simples eran para mí ob-
jeto de turbación y de angustia. Mi espíritu no se tranquilizaba sino
después de confiarlo todo á mi hermana María; cosa que me costaba
un triunfo, porque me creía en el deber de descubrirle hasta los
pensamientos más extravagantes. En el momento que lo descargaba
todo, me quedaba tranquila y en paz; mas esta paz se desvanecía
como un relámpago, y iuego comenzaba de nuevo el martirio. ¡Dios
mío, cuántos actos de paciencia practicó mi querida hermana á
causa de mis impertinencias! A tal extremo llegaron mis escrúpulos,
que caí enferma, y me sacaron del colegio á la edad de trece años.
Para terminar mi educación mi padre me llevaba,algunos días de
la semana á casa de una señora que se ocupaba en darme lecciones
que al propio tiempo que me instruían, me daban á conocer el
mundo hasta entonces para mí desconocido. En su habitación amue-
blada á la antigua, asistía yo con frecuencia á numerosas visi-
tas. La madre de mi institutriz hacía el gasto de la conversación;
y á decir verdad, en estos días no era gran cosa lo que aprendía.
Aunque tenía clavada mi vista en el libro, no por eso perdía nada
de cuanto se hahlaba, aun aquello que hubiera sido más ventajoso
para mí no oirlo. Una señora decía que yo tenía hermosos cabellos,
Otra al despedirse, preguntó que ¿de quién era esa niña tan bonita?
340 EL MONTE CARMELO
armados con su figura. Y así, dejándola ellos del todo libre, pudo
volver en sí, y bañada en lágrimas, y cubierta de su antigua ver-
güenza, se arrojó á los pies del varón santo, pidiéndole perdón y
que se le alcanzase de Dios, y reconciliase con él, dándole la peni-
tencia que quisiese. Gonsolóla el piadoso Padre, y confirmándola en
su ya buen propósito, la despidió para que se volviese á su casa,
saliendo de la del siervo de Dios hecha un ángel la que había en-
trado poco antes un demonio. „ (1)
En la visita que hizo San Juan'de la Cruz al convento de la villa
de Veas, después de haber salido libre de la cárcel, gracias á la
protección de la Virgen, hizo el relato, saboreándose con singular
gusto en él, de los dolores y persecuciones que había sufrido, y
como oyese después una letrilla en loor de los trabajos que una re-
ligiosa cantó por orden de la priora, que lo era á la sazón la vene-
rable Ana de Jesús, tuvo allí un admirable éxtasis, el cual refiere
y celebra Fr. Jerónimo con imponderable elocuencia y brío. ¡Y
cómo ese relato adquiere singular realce y brillo con tales resplan-
dores de doctrina y gracias de estilo!„ A estos ecos—dice el clásico
biógrafo—aquellabendita alma, enamorada de los trabajos y penas,
de tal manera se suspendió, que comenzó á desamparar los senti-
dos, y aunque previniéndolo, hizo señal á la Religiosa (por no po-
der ya hablar), para que cesase, nada bastó, porque la moción fué
tan eficaz, que asiéndose con ambas manos de la reja para que el
cuerpo no se levantase en alto, asido en ella se quedó en éxtasis
por espacio de una hora... Admiraron todas (las religiosas) no tan-
to el efecto, como su causa; porque suspenderse el alma cuando
Dios se le descubre, cuando le revela sus secretos, cuando le hace
plato de los bienes de la gloria, es ordinario; pero que oyendo la
voz de penas y de trabajos, de cuyos ecos nuestro natural tanto se
asusta, se alboroce el corazón, y por alcanzarlos el alma se eleve
y lleve tras sí el cuerpo, que la agrava, si no es de este insigne
amador de la Cruz Juan, ni lo habernos visto ni leído. Á San
Agustín sacó lágrimas la suave melodía del canto y voces de la
Iglesia; á Saúl suspendió el harpa de David; á Eliseo disponía la
música para profetizar: toda esa armonía era de dulzura y aun no
arrebataba del todo á sus oyentes; pero consonancia de trabajos
cuyo solo eco amarga los oídos, suspender dulcemente una alma,
gran fuerza es de amor al padecer. Séame lícito, oh lector, excla-
mar aquí con San Bernardo (hablando del esfuerzo de San Andrés)
y preguntar: ¿Quién es éste que al sonido de los trabajos se albo-
roza? Es hombre? ó por ventura ángel? ó alguna nueva criatura,
pues tan nuevos y celestiales son sus sentimientos? Pero hombre
es, sin duda, pasible y semejante á nosotros, que los mismos traba-
jos padecidos con cuya memoria se alegra, lo demuestran.,,
CARTA DE MALABAR
Quilón 10 Marzo 1902.
Muy Rvdo. y estimado P. Martín:
La adjunta carta habla por sí misma y nadie como V. R. puede
comprender su contenido.
Trabaje, por Dios, con celo, para encontrar almas piadosas que
tomen con solicitud la obra santa de aumentar y sostener el número
de los ministros de Dios en estos países idólatras
De V. R. affmo. en Jesucristo
f Fr. Luis Benziger de Sta. María, Obispo de Tabe
Auxiliar do Quilón.
Por la copia,
f~R, ^ V I A R T I N DE LA ^AGRADA ^AMILIA,
~^T
•T» V|V¡ - ""v*»¡~ t / l 5 » - VTsT"" iJísT" » ^ * "i?T^"~vT^ « ' t í * **T¡r" «*Tv*" «í-JC" '¡/"\T" *ls» ^ •'TV" " ^ * í ^ V ^ •'p*
KL ESTUDIO DE LA RELIGIÓN
v
Lia n e c e s i d a d de la Religión
inos que atrae la religión sobre el individuo, no sólo hay. que aten-
der á los resultados positivos, sino también negativos, como vamos á
verlo enseguida
Quitemos, pues, al individuo la religión. ¿Quién sujetará a ese
león, nacido sin garras entre los fúlgidos albores de la civilización?
Ya no hay cielo que esperar, ni infierno que temer, ni juicio que
aguardar para recibir premios ó castigos. En tal supuesto ¿quién
mandará, y en virtud de qué derecho? ¿Quién obedecerá}' en nom-
bre de qué ley? ¿Quién respetará .lo ajeno, perdonará las injurias y
. sobre todo, quién será casto?
Si no hay religión, no bajo la cabeza delante de ninguna majes-
tad, porque yo soy hombre como los demás. No creo ningún dogma,
ni me sujeto á ningún precepto, ni cumplo la más pequeña obli-'
gación.
¿En quién crees, preguntaron á uno? En mi mismo, respondió
con serenidad estoica. ¿A quién adoras? le preguntaron á otro. A mi
espada contestó. Otros hubieran contestado.—A mi dama, á mi di-
nero, ó á ini vientre.— Quorum deus venter est.
¡Terrible lógica la de los hombres sin religión, que obliga á de-
vorar á la razón tan aterradoras consecuencias.
También el hombre considerado como parte de la familia, recla-
ma altamente la necesidad de la religión. Lo que se ha dicho del in-
dividuo sin religión, hay que aplicar en mayor escala y con más ne-
gros colores, á la familia. Para pintar los males de una familia sin
religión, es decir, atea, para bosquejar nada más los horrores de la
dictadura que sufre bajo el imperio de Satanás esa sociedad pequeña,
donde no reina Dios, no hay palabras en ninguna lengua humana.
Han intentado hacerlo los PP. Ráulica, Ravignáu, Lacordaire y Fé-
lix, esos cuatro Démostenos de la tribuna sagrada en el último siglo,
y por cierto su oratoria sublime há ?abido trazar para la posteridad
pinceladas inmortales. Pero no alcanzan ni con mucho á lo aterrador
y trágico de la realidad. Más vale decir con Lamennais, aunque sea
atrevida la frase: Para saber lo que es una familia sin religión hay
que bajar al infierno.
Sin religión no hay honradez en el esposo, ni fidelidad en la es-
posa, ni obediencia en los hijos, ni pudor en las hijas, ni lealtad en
los criados. ¿Qué fueron las familias de Roma, Atenas, Esparta y
Cartngo, las mejores repúblicas del mundo pagano, pero privadas de
loa beneficios de la verdadera religión? Estaban basadas en la fuerza
material de las armas, ó cuando más en el temor de los dioses, y pa-
ra un hombre había otro hombre, para un valiente otro más valiente,
de donde resultaban tremendos conflictos en las familias, que no des-
352 EL MONTE CARMELO
^'fWW'rW
VI
SU RÁPIDA PROPAGACIÓN
(Se continuara)
tusxcpm
LA TONALIDAD Y EL RITMO DEL CANTO GREGORIANO
(CONTINUACIóN)
II
SONETO
Afligido mortal, la raza humana
no es sierva irredimible de las penas:
por muy grandes que sean tus cadenas
es más grande tu fuerza soberana.
Del hoy que forjes nacerá el mañana;
la vida es copa que tu mismo llenas.
'¡Cuántas veces impío la envenenas!
¡Cuántas veces por tí se queda vana!
Aunque el ciego le niegue el sol fulgura,
¿Duelos inacabables imaginas?
Para quien la conoce aquí ha.y ventura.
Cuando crees que rosas peregrinas
nos arrancan los vientos de la altura,
nos arrancan quizás muchas espinas.
ANTONIO G. DE QUEVEDO.
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•'•$$&.&tií'fp*** %••
362 ÉL JfoírítB.áAfcJdbio
E L MONTB CARMELO se congratula de esta solemne inauguración y se
complace en elevar Sus cariñosas y sinceras felicitaciones y enhorabuenas
á nuestros Superiores do Boma, especialmente á N. P. General, que con su
inteligente actividad ha logrado llevar á cabo las obras de este grandioso
templo toresiano que viene á aumentar las glorias artístico-religiosas de la
Orden Carmelitana.
NUHVO OBISPO CARMELITA.—El R. P. Alejandro de Santa Teresa, Defini-
dor provincial de la provincia Romana ha sido nombrado por el Padre San-
to Obispo de Téramo. Enviamos nuestra religiosa felicitación á nuestro
querido hermano de hábito, hoy elevado á la alta dignidad de Pastor de la
Iglesia por sus muchos méritos, y rogamos á Dios le comunique sus celes-
tiales gracias para el fiel desempeño de su difícil y elevada misión.
D E CHILE.—Tomamos de un periódico chileno.—«Propagandaprotestante.—
Persona que nos merece absoluta confianza, ha tenido la amabilidad de en-
viarnos una carta.en la que nos detalla una misión que dieron en Nanca-
gua los RR. PPp. Carmelitas, y el estado en que se encuentra la propaganda
luterana,en aquel pueblecito.
»Los detalles de la misión, pertenecen al amigo, quien nos dice:
»Como remate de la misión, que dieron los Padres Carmelitas, colocaron
una gran cruz conmemorativa, de seis metros de altura, en la cima del cerro
de Puquillay—que desde la elevación de 200 metros domina una planicie
inmensa,—organizando para el caso una Romería que resultó brillante, por
el número de romeros que ascendió casi á tres mil, por el entusiasmo que
fué indecible, y por su objeto que fué hacer pública confesión de la Pe Ca-
tólica, contra la propaganda protestante, llevada á cabo en el mismo Nan-
cagua, días antes de empezar la misión.
»De Nancagua, al sitio donde quedó enclavada la cruz, hay más de cinco
kilómetros. En este largo trayecto fueron colocados once bonitos arcos y
otros caprichosos adornos. La cruz fué conducida en una carreta lindamente
adornada con ramaje, flores y banderas. Calcúlase hasta mil el número de
jinetes, nueve coches y veinticinco carretas atestadas do gente. El golpe de
vista que ofrecía el camino y sobre todo la cumbre del cerro, donde se si-
tuó la mayoría de los asistentes, era en verdad sorprendente. En hombros
de unos treinta (l)huasos ayudados de dos jinetes que tiraban con sus la-
zos, fué subida la enorme cruz. Colocada que fué y bendecida, pronunció el
Padre Ernesto de Jesús, un breve discurso alusivo al acto y á continuación
se quemó un número crecido de Biblias protestantes y gran cantidad do
papeluchos del mismo jaez, que á ruego del mismo Padre fueron entregan-
do los buenos hijos de aquella comarca.
»Creemos que este acto fué el sermón más elocuente, persuasivo y eficaz
para preservar á las gentes sencillas y creyentes de nuestro pueblo, de las
seducciones y propaganda protestantes.
»En toda esta brillante Romería tomaron parte muy activa las autori-
dades Civiles y Militares.
»La muchedumbre gritaba »¡Fuego para los protestantes!»
»Nos agrega el amigo, autor de las precedentes líneas, que, cuando los
Padres estaban por llegar al pueblo, arribaron unos cuantos propagandistas
luteranos, portadores de una verdadera biblioteca consistente en Biblias sin
• • • • •
SOLACES Y ENTRETENIMIENTOS
H Á G A S E TU VOLUNTAD
Jgjobal era un sabio. mente decía: cuando Dios lo permite,
Eva más que un sabio, era un hom- pira mí bien será. Dios es justo. To-
bro j usto. do lo hace para mejor fin.
Había sido rico como Job; pero Un día se extravió en el desierto.
como Job había sufrido, sin quejar- Anduvo todo el día sin encontrar
se, la perdida de sus bienes, y como alma viviente ni huella humana.
aquél decía: El Señor lo dio el se- No se desesperó.—Dios es justo,
ñor lo quitó: sea su nombre bendito se dijo, y sabe lo que me conviene.
y alabado. Anochecía, cuando divisó las ca-
Cuan !o le sucedía una desgracia sas de un pueblo.
ó un contratiempo, exclamaba: Dios —Gracias á Dios, exclamó; dor-
es justo; es que oslo me conviene, miré cubierto.
todo o que, Dios haco, lo hace para
mejo fin: cúmplase su voluntad. —¡Fuera el forastero!... ¡Fuera!—
gritaron los vecinos cuando lo vie-
Así vivía Sobal alegro y contento, ron en el puoblo y les pedía aloja-
siempre conforme con la voluntad miento—¡Fuera ó te matamos!
de Dios.
No le quedó de sus numerosos Sobal lanzó un gemido, bajó la
bienes, más que tres cosas; un asno, cabeza resignado; pero pronto se
un gallo y una lámpara; el asno pa- repuso de su abatimiento.
ra que le llevase sobre su lomo; el —JDios es justo, se dijo. El sabe
gallo para que le despertase al ama- lo que mo conviene: todo lo hace
necer y la lámpara para leer de no- para mejor fin.
che las Sagradas Escrituras. Salió del pueblo. No lejos encon-
Vivía contento y resignado con tró un bosque, y á su abrigo decidió
estas tres cosas, restos de su for- pasar la noche.
tuna. Sentóse; encendió la lámpara, acu-
Perseguido en su país, porque era rrucó al gallo, ató en un árbol ol
mejor que sus convecinos, abandonó, asno, y se puso á leer las Santas Es-
como otro Abraham, su tierra nati- crituras.
ya. no se lo oyó una queja, única- Pero yino una ráfaga de viendo
368 BL MOSÍB CAtlMÉLO
"5T
£<& HaS2Sf&2B2
(CARTA TERESIANA)
^^^^^^^^^^i^i^i^i^ti^^iJ^i^^^i^ki^^t^t^t^JL^Mt^tJL^i^M,^,^,
VI
(se continuara)
"-mtumÉ?F-J
1
J ^ " ^ .
RSEBWüS.
DESDE MALABAR
La visita Pastoral.—índole de los habitantes.—Condición de las iglesias.—
Los Arzobispos de Verápoly.—Diferencia de Europa.
Quiero referir hoy á nuestros devotos lectores los ejercicios de
fervor edificante de nuestros piadosos cristianos; es decir, uno de los
muchos, á cual más satisfactorios, que aquí practican los pueblos de
fe, en especial por este tiempo cuadragesimal y más particularmen-
te este año, con motivo de la visita pastoral de nuestro incansable
celosísimo señor Arzobispo (¡que Dios nos lo conserve por luengos
años!)
Su Excelencia va recorriendo una por una todas las iglesias,
practicando detenida y minuciosa visita, visita verdaderamente pas-
toral, de la que no pueden teuer idea los católicos de España, ú otras
similares regiones, por lo que ven á sus Diocesanos hacer en pue-
blos de muy diverso carácter y eu parroquias constituidas de modo
completamente distinto.
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LA CARIDAD
IV
"Yo soy la bendecida Pobreza y desventura
virtud que da consuelo me prestan doble encanto,
sin reservarse un átomo corona con sus lágrimas
que calme su ansiedad. ciñéndome á la sien.
Mi vida es otra vida; Y al ver que mi hermosura
mi patria está en el cielo; cubrí con denso manto
mi trono aquí fué el Gólgota: la admiran más expléndida
yo soy la Caridad. los ojos que me ven
V
II Ni guardo en la memoria
Por mí, celeste esencia los dones que he esparcido,
llenaba el Paraíso; ni espero por mis dádivas
por mí, divino oráculo aplauso ni favor:
vibró en el Sinaí. Llevar sólo es mi gloria
Por mí, con su presencia amparo al desvalido,
salvar al hombre quiso amor de madre al huérfano
el Dios que mundos y ángeles y al frío hogar calor.
creó sólo por mí. VI
III ¡Naciones apartadas,
unios á mi aliento!
Yo borro los estragos Eternos son mis vínculos,
del fuego y la metralla, inmensa mi bondad:
del irritado piélago, ¡Incendien mis miradas
del rápido aquilón; la tierra, el mar y el viento!
y, siempre con aciagos ¡Yo soy de Dios espíritu!
destinos en batalla, ¡Yo soy la Caridad!,,
evito que hallen víctimas
la muerte y la aflicción. ^ N T O N I O p . DE QUEYEDO
<^**
'~)p3*
-s<
(CONTINUACIóN)
nueva) las indicaciones para los más sutiles matices, tantas cosas,
que ni una partitura moderna sería capaz de darnos tal riqueza
de detalles. Admitido esto, todo el mundo comprende enseguida que
las ediciones modernas, y principalmente el «liber Gradualis», deben
ser muy defectuosas* Esto es mucho decir. Nadie negará que pueda
haber todavía, aun en el «liber Gradualis», pasos que deberán cor-
regirse, pero declararse á .sí mismo infalible y dar sus propias opi-
niones como la sola verdad, es razón para ponernos en guardia con-
tra una decepción.
A nuestro parecer, el libro de M. Houdard está muy lejos de traer
un nuevo elemento serio en la cuestión del canto gregoriano. Es un
ataque injusto á la restauración que no está apoyado por ningúu ar-
gumento histórico ni estético. Son asertos sin fuudameuto. Citemos
algunos ejemplos: «En esta obra no se encontrarán ni disertaciones
«inútiles sobre los hechos históricos conocidos que precedieron á los
«primeros ensayos de canto gregoriano.» (Advertencia, p. V.) ¿Cuá-
les son esos hechos históricos conocidos? ¿Hace relación al libro de
M. Gevaert sobre la «Melopea antigua»? Se trata de las «inconsecuen-
cias de la teoría actual.» «Después de haber derribado el edificio que
»actualmente se bambolea (!) nos debemos la construcción de otro
«nuevo que justificará por su solidez la obra de destrucción llevada
»á cabo anteriormente.» Ya pueden tranquilizarse los aficionados al
arte litúrgico, porque el peligro que nos amenaza no es tan inminen-
te ni mucho menos.
Nuestro destructor continúa su obra de demolición del modo si-
guiente: «Tomar como punto de partida una transformación cual-
«quiera de la edad media—para remontarse al origen común, es una
utopia.» Y sin embargo (p. 133) leemos: «San Galo nos parece ser
»el centro hacia el que se dirigían las miradas de todas las escuelas
»de cauto. Los manuscritos de San Galo son los úniecs que nos dan
»una melodía perfectamente sólida técnicamente; fuera de allí se
«encuentra incoherencia y hasta se entrevé claramente la ruina fu-
«tura del canto.» ¿No conoce el autor la prueba evidente, hecha por
la Paleografía musical, de que centenares de manuscritos recogidos
en diferentes puntos de Europa, nos dan absolutamente la misma
versión, y no solamente en la misma época, sino en épocas muy di-
ferentes, hasta los siglos más próximos á nosotros ?
Se lee más adelante: «¿No estamos autorizados (por qué docu-
»mentos?) para ver naturalmente 6u los manuscritos de San Galo la
«copia de la versión primitiva, romana, auténtica de los siglos VI,
»VII y VIII, llegada á su apogeo de perfección artística y piadosa -
»mente conservada en Sau Galo, último asilo de tradición pura?»
392 EL MOKTE CARMELO
de la palabra, esto es, á la sílaba acentuada como á las otras dos, una
negra, y diremos do-ini-nus, en vez de domi-nus.
Hasta aquí todavía podría aceptarse el descubrimiento de
M. Houdard. La dificultad y la contradicióu se encuentran en los
neumas compuestos. Los más sencillos son el podatus y la clivis. El
podatus se forma de dos notas, de las cuales la segunda es siempre
más alta que la primera; en la clivis sucede lo contrario. Según
M. Houdard, las dos notas, que forman el podatus ó la clivis, son
un solo y mismo diseño metódico y un solo «tiempo rítmico.» Como
adoptamos por «tiempo rítmico» la negra, forzosamente el podatus
y la clivis se componen de dos corcheas, para igualar en valor y du-
ración á la negra. ¿Con qué derecho? ¿Por qué razón intrínseca? El
autor no nos lo dice; afirma simplemente.
Continúa afirmando que todos los demás neumas compuestos, to-
das las transformaciones por adición, del grupo—raíz, en todos sus
derivados, directos, indirectos y subderivados, representan, cada uno
eu sí, un «tiempo rítmico» preciso. Un grupo de 3, 4, 5 notas no for-
ma más que un solo «tiempo rítmico» no vale más, no dura más que
una negra, valor de la virga ó del punto. He ahí la esencia de la
teoría rítmica del canto gregoriano. Según esta teoría, que pretende
ser la sola verdadera, tendríamos en los cantos más ó menos silábi-
cos una sucesión de notas iguales, y en los trozos más variados ó
agrupados un ritmo tan raro que jamás ha tenido semejante en la
música de ningún pueblo civilizado. Una sucesión de notas rápidas
(casi siempre semicorcheas), entrecortadas de vez en cuando por al-
gunas corcheas y muy pocas negras. ¿Se puede imaginar un coro
numeroso cantando una melodía de esta especie, si es que puede
darse este nombre á una serie de notas sin orden y sin separación
jógica?
(Se continuará)
iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiitiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiriiiiiiiiiiiMiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiriiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiniiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiii
¥¥¥^¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥$¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥¥
SECCIÓN CANONICO-LITÚRGICA
LA COFRADÍA DEL CARMEN
(CONTINUACIóN)
envolvían como entre gasas de nubes á la heroica señorita y que nos quedá-
bamos como viviendo en dos mundos distintos.
»En la puerta que conduce á la clausura fué recibida por un coro de jó-
venes religiosas, las que en medio de los acordes sublimes de los cánticos
más tiernos, dieron el parabién á su nueva compañera.
KLa elegante joven cambió en un momento su vistoso traje de seda en
hábito sencillo de la hija de Santa Teresa, y la señorita María Josefa Díaz
y Gil de Reboleño quedó transformada en la hermana María Jesús de San
José. • •
«Descansa tranquila, hija de la heroica Teresa. Desde hoy dirigirás tus
cantares al único esposo que nunca te faltará, tus perfumes serán para la
eternidad y tus suspiros para el cielo.
NUEVO SACERDOTE.—En las próximas témporas de la Santísima Trinidad
recibirá la Sagrada orden del Presbiterado, nuestro querido colaborador
Fr. Florencio del Niño Jesús (Florián del Carmelo Teresiano) Carmelita
Descalzo cuyas preciosas é inspiradas poesías honran frecuentemente nues-
tras columnas, y que actualmento se halla en Salamanca terminando la ca-
rrera de Teología.
H A FALLECIDO en Sanlucar de Barrameda la H.* Teresa de J . M. y J . de
velo negro, que durante una enfermedad de más de veinte años ha mostra-
do una paciencia heroica, y cuya muerte ha sido dulce, apacible y amorosa.
Descanse en paz la virtuosa hermana, y encomiéndenla nuestros lectores á
Dios.
• • • • 4
han servido cargos palatinos durante la Regencia, entre otros los títulos de
Condes de Grove y de Arber á los señores Loriga y Castejón respectiva-
mente, profesores que han sido del Rey.
La infanta Isabel ha dejado sus habitaciones de Palacio, donde ha vivi-
do desde 1875, que volvió á España con su hermano don Alfonso XII, mu-
dándose á un hotel ó palacio de la calle de Quintana. Se dice que poco
después de tomar el Rey posesión de su cargo, la Reina regente hará un
viaje á Austria, y quizá por varios países de Europa, pasando el verano pró-
ximo en San Sebastián, cuyo palacio de Miramar es de su propiedad par-
ticular.
A JÍÜESTROS SUSCRIPTORES
Son muchos los suscriptores que nos reclaman el libro que da-
ntos de regalo, pero que no han pagado aun la suscripción de este
afio; á lus cuales JIOS permitimos recordarles que solo hemos pro-
metido este libro á los suscriptores que renueven y paguen por
adelantado el año de suscripción.
Con este motivo, rogamos á la vez á los suscriptores que estén
en descubierto se pongan cuanto antes al corriente de sus pagos,
pues de los retrasos se originan grandes perjuicios á la Adminis-
tración.
Los suscriptores de Madrid pueden renovar la suscripción en la
Residencia de PP. Carmelitas, ó en las librerías de don Gregorio
del Amo ó don Enrique Hernández, Paz 6.
EJEMPLO MORAL
LABíA una vez una pastorcita tan caros, Madre mía, un vestido nuevol-:
buena, tan bonita y tan cristiana, Y la pastorcita, no pudiendo Ijacer
que era un hechizo. Guardando un otra cosa, se puso á limpiar el nicho'
dia sus ovejas por unos parajes muy lo rodeó con guirnaldas que hizo con
solitarios y desiertos, llegó á un va- las fiorecitas del campo; y todos los
llecito fresco y verde como una ma- días, mientras sus ovejitas pastaban,
ceta de albabaca. En medio de mu- ella hacía guirnaldas frescas para
chas fiorecitas silvestres notó unas adornar el nicho de Virgen, y ense-
ruinas cuyos paredones estaban tan ñaba á los corderitos á doblar las ro-
tristes, como el que no puede ni vi- dillas ante la Imagen.
vir ni morir. En aquel que más des- Una noche oyeron unos cabreros
collaba y aún se mantenía entero, que pasaron por allí, gemidos: se
gracias á un ciprés que había creci- acercaron y vieron que salían do una
do á sus espaldas como para soste- chocita que estaba entre las ruinas.
nerlo, vio en un nicho á una Imagen Entraron y vieron á la pastorcita
de la Señora, sus vestidos, que ha-s •tendida-sobre la paja mojada porque
bían sacudido los vientop y empapa-;? hübía llovido; su cabecita caía sobre
do los aguaceros, estaban descolorí-^ láHiérra húmeda y dura; ella era la
dos y hechos girones. Nada adornaba ,qde se quejaba y llamaba k María
al nicho sino unos pabellones de te- 'en^auxilio suyo.
larañas, j ' una rama de yedra que Al verla tan enferma corrieron los
entreponía sus hojitas entre el tem- cabreros á un convento cercano á dar
poral y la Santa Imagen como para aviso,y salieron al punto dos religio-
guarecerla. sos á socorrer y auxiliar á la pastor-
Entonces la pastorcita se puso á cita.
llorar amargamente, diciendo: Cuando se acercaron k la choza
¡Ay, Madre mía! ¡Madre mía! qué vieron una claridad muy grande y
sola y qué abandonada estás! ¡qué se figuraron que estaba ardiendo,por
dolor, qué dolor de que la Reina de lo cual aprosuraron el paso; pero
los cielos esté tan desatendida en la cuando entraron en ella, no vieron
tierra! ¡Quién fuera rica para volver fuego, sino unos mancebos cuyas tú-
k levantar esta capilla y restablecer nicas blancas resplandecían tanto,
en ella tu culto! ¡Quién tuviera si- que causaban aquella claridad. Cer-
quiera lo que se necesitase para mar- ca de la pastorcita estaba una Seño-
SOLACES Y EHTBETENIMIENTOS 407
ra muy hermosa reclinando la cabe- aún muerta conservaba su sonrisa,
za de aquella sobre su pecho, y cuan- y se la llevaron al cielo, porque
do se acercaron vieron á la pastorei- aquellos mancebos eran ángeles, y
ta sonreír, suspirar y morir. Enton- la Señora, la Virgen do las ruinas; y
ces la Señora hizo seña á los bellos ésta se volvió á su nicho para ganar
mancebos, que se acercaron y toma- más almas al cielo.—Fernán Caba-
ron en sus brazos á la pastoroita, que llero.
HISTÓRICO
«A un joven muy conocido por sus un minuto.—No son caras, dijo; se
ideas antirreligiosas, se le encontró puede emp9irar el t amino con ellas;
hace poco tiempo en las cercanías de —y las col )có debajo de las ruedas
Melle tendido, sin conocimiento y del coche de su amigo. Este salvó el
en medio de un gran charco de san- obstáculo, diciendo:—La santa Vir-
gre; fué arrojado leí charabán que gen na la malo me ha hecho.—Y se
guiaba, produciéndose heridas gra- alejó. Nuevas blasfemias fueron la
ves en la mano y en la cabeza. respuesta á tan prudente contesta-
El 21 de Abril dicho joven condu- ción.
ela por el mismo camino su carruaje Cogió las estatuas, las colocó por
y se encontró a u n amigo que iba sí mismo debajo de las ruedas de su
también en coche. Detuvieron los coche, y pasando sobre elLs, las hi-
caballos para hablar y en aquellos zo mil pedazos.
momentos se presentó un van le lor Cinio mases después caía bajo las
ambulante que llevaba pequeüas es- ruedas que habían aplastado las
tatuas de la Virgen Santísima imágenes santas. Este accidente ha
A vista de la imagen santa el jo- parecido á todos sus convecinos un
ven se enfureció; bajar del coche y verdadero castigo del cielo.
comprar las estatuas, fué negocio de
LAS FLORES
Desde los primeros días de Mayo los árboles y los lirios llevan sus co-
comenzaron á llegar de no sé dónde. rolas sedientas del calor de los ra-
Fueron llegando como en procesión yos solares. Las exhuberantes peo-
y se han colocado en valles, monta- nías han roto su cáliz estrecho para
fias y jardines; adornan la tierra y la contener la riqueza de sus pétalos, y
llenan de aromas gratos y pene- los renundos muestran en sus ater-
trantes. ciopeladas hojas sus delicados mati-
Rompieron la marcha las violetas ces sanguíneos y sus primor osas
con sus modestos trajes morados, formas.
luego los jacintos y primaveras de Las lilas graciosamente agrupadas
color más pálido, á los que siguieron se balancean en los arbustos y las
los soberbios tulipanes, pajizos y ro- margaritas pintan sotos y praderas
jos. Las blancas flores precursoras de estrellas blancas de todos los co-
del fruto han invadido las ramas de lores.
Todos conocen los nombres de las Las hay como las lilas de jardín,
flores de los jardines; son la aristo- pero más finas y menudas.
cracia de las flores. ¿Cómo se llaman Hay otras en forma de torre, blan-
las plebeyas del campo? cas, azules, amarillas y moradas.
Qué finas son y qué aromáticas. Rosas, claveles y violetas silves-
Coloccdas en jarrones viven mu- tres, blancas, azules, rojas, anaran-
chos días sin marchitarse. jadas; ¿cómo se llaman?
;Qué variedad de colores, matices
y formas! F. S.
408 ÉL MONTE CARMELO
NOTA FINAL
A MARÍA
ÜN CANTOR DE LA EUCARISTÍA
-*<~-M^>+-
RO M A N C E
Un montañés tan hidalgo Que la na ve de Dios sola
Que á naide paga ni pecha, Nunca llegó á nuestra lengua.
Porque es su casa real Hizo mil suplicaciones,
Libre por naturaleza, Y pareciéndole buenas
Sin tener necesidad, Hizo á la Iglesia ¡a salva
Etaciéndole el amor fuerza, Por ser de su Reino Reina.
Sin dejar su casa misma Aquestas suplicaciones
Vino á vivir á la nuestra. Son clamorosas trompetas,
Para ganar de comer Pregoneras de sus obras
De comer puso una tienda, Y música de sus guerras.
Haciendo dulces barquillos, Son cerbatanas por donde
Suplicaciones y obleas. Habla á su Esposa la Iglesia,
Hfzolos sin yerro alguno, Arcaduces de su gloria
Por milagrosa manera, Y de su cuerpo las venas.
Dando á las almas sustento Su dulce y ferviente amor
Y á la fe dichosa prenda. Le quiso de mil maneras,
Aquestos son los barquillos Pues por juntarle á las almas
Trocados eD carabelas Le hizo hostia y oblea.
Que acuden en sus peligros Con esta hostia divina
A la nave de la Iglesia. Todas las cartas se cierran,
Con estos pequeños barcos Que envía á las almas Dios
Sacó Dios su pan á tierra, Y que le responden ellas.
DEL SSMO. SACRAMENTO 4ío
VILLANCICO
OTRO A LO MISMO
El Dios poderoso y fuerte Se empeña y es menester
Que á su mesa nos convida, Que ande á sombra de tejado;
Funda casa en pan de vida Mas fué venturosa suerte,
Por dar vida á nuestra muerte. Pues que Dios por su querida
Ha dado el amor un corte Funda casa en pan de vida
En tan grande maravilla, Por dar vida á nuestra muerte.
Que Dios se queda en la villa Aunqueencuerposehaquedado,
Y no sale de su corte. Porque el alma se aficione,
El negocio es de tal suerte La capa blanca se pone
Que el eterno y sin medida Que es disfraz de su brocado;
Funda casa en pan de vida El alma á comer despierte,
Por dar vida á nuestra muerte. Porque Dios que la convida
En la tierra avecindado Funda casa en pan de vida
Por dar vida á nuestra muerte.
Dios para darse á comer,
41(5 Kt MoJiíÉ CARMELO
OTRA GLOSA
Si muchos Dioses hubiera, Que es lo mismo que decir
y Dios á Dios convidara, Y Dios á Dios convidara.
Dios sin duda á Dios hartara
Preguntamos, pues, si hiciera
Si aqueste manjar le diera.
Un convite señalado,
Según la esencia y deidad Qué platos en él sirviera
Ser uno conviene á Dios, O qué comida pusiera
Mas guardada esta verdad, Para hartar al convidado.
Pide luego la bondad
Que esté en tres, más que en dos. Está la respuesta clara:
Digo que pudiera dar
Siempre la unidad entera,
Cosa, que á Dios le llenara,
Porque si no fuera uno,
Pues dándose á sí en manjar
Dios sin duda Dios no fuera,
Dios sin duda á Dios hartara.
Y no hubiera Dios alguno
Si muchos Dioses hubiera. Por que si el manjar es Dios,
Y aunque aquesto no es posi- Es Criador y no criatura,
ble, Es Hacddor y no hechura,
Como todos confesamos, En fin, iguales los dos,
Será bien que supongamos Y uno á otro diera hartura.
Alguna cosa imposible Dando este plato diera harto,
Por la cual nos entendamos. Y más que él dar no pudiera,
Y así podemos fingir Con él su fiu consiguiera,
Qun un Dios con el otro hablara Pues que dejara á Dios harto
Y á su mesa le sentara, Si aqueste manjar le diera.
VI
(CONTINUACIóN)
veía libre de toda nube. Al cuarto día, que era sábado, fui á ver á
mi tío. ¡Cuál no serla mi sorpresa, al verle cambiado radicalmente!
i>e buenas á primeras, como suele decirse, me toma de la mano y
me entra en su despacho, y una vez allí, después de haberme reñido
con dulzura'acerca de mi modo de proceder para con él, me dijo, que
el milagro ya no era necesario; pues habiendo pedido á Dios le cam-
biase su modo de pensar, acababa de obtener esta gracia. En efecto,
iui tío estaba completamente trasformado, me abrazó con la ternura
de un padre, diciéndqme al mismo tiempo, todo emocionado: «Vete
en paz, mi querida hija; tú eres una florecita privilegiada que el Se-
ñor quiere coger; no quiero oponerme á sus designios divinas.»
¡Con qué alegría volví á emprender el camino de las Búisson-
nets bajo un hermoto cielo cuyas nubes se habían disipado comphta-
mente! También en mi alma había desaparecido la tenebrosa noche.
Jesús, al despertarse, me devolvió mi prístino júbilo y ya no perci-
bía el ruido de las furiosas olas: en lugar del viento de la contradic-
ción, una suave brisa impulsaba mi frágil barquilla, y me acercaba
al puerto de salvación. Mas ¡ah! que antes de llegar á él tenía que
luchar con otras tempestades no menos poderosas que las ante-
riores.
Después de haber obtenido el asentimiento de mi tío, supe por
boca de V. R., Madre mía, que el Superior de los Carmelitas no me
permitía tomar el hábito hasta !a edad de 21 años. Ninguno pensó
en f sta oposición tan grave y la más insuperable de todas.
No obstante, sin perder las esperanzas, fui con mi padre á expo-
nerle mis piadosos deseos. Me recibió con mucha frialdad y no hubo
medio de hacerle cambiar de parecer, viéndonos en la precisión de
retirarnos con un no á secas: «Sin omhargo, añadió al propio tiem-
po, yo no soy más que el delegado de Monseignor; si Su Ilustrísima
os otorga el permiso, nada tengo que objetar á su decisión.» Al
salir comenzó á diluviar; ¡ah! también cubrían el firmamento de mi
alma nubes bien obscuras! Mi padre no hallaba medios de consolar-
me. Me prometió llevarme á Bayenx, (al obispo) si lo deseaba, pro-
mesa que yo acepté con gratitud suma.
r*. p- ?. f.
(Se continuara)
-H+f®-H-
EL CATOLICISMO EN LAS BELLAS ARTES
xv
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LA VERDAD DE LA MUERTE
(CONTINUACIóN)
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II
(CONTINUACIÓN)
4*
4*
4*
4*
4*
4*
4*
4*
4*
4*
4*
NUESTRASSEÑÚKA DE LASjIMSERICORDIAS
-'ivifiirA' JiVí-aww-* JIM'Xííí'V- J-M^íW" •-•íMfw-*- -iv.fA'.T-w- j^.ity^^ --Mffrr^r
LA IGLESIA Y LA
ciones debidas con las cosas ilu- en lo que toca á las causas par-
minadas, porque entonces el en- ticulares como respecto de la
tendimiento ve la verdad, así causa universal; pero siempre
como los ojos á medio día ven que la naturaleza (1) de la causa
la luz en su plenitud y apogeo. exceda la naturaleza de quien
Además, aun cuando el enten- trata de conocerla, quedará sin
dimiento sepa perfectamente, y, descubrir plenamente sus gran-
de¡>pués de completar el movi- dezas al hombre investigador,
miento de estas relaciones, des- sin la ayuda de un agente que le
canse con la pacífica posesión de haga accesible tan refulgente
la verdad;' para penetrar en el claridad; porque ningún objeto
orden divino en la región donde (2) cualquiera que sea, puede ser
sempiternamente brillan los ra- conocido sino por un sujeto pro-
diantes fulgores del saber, es ne- porcionado.
cesario conocer los principios Para esta dificultad insupera-
supremos de un modo peculiar, ble, Dios, suprema verdad, ha
especialmente el primero entre provisto que una luz superior,
los supremos; puesto caso que que es la fe, ilumine al hom-
él virtual y eminente los con- bre en esta vida, mientras que en
tiene todos, les da el ser que la otra robustece su potencia na-
tienen, yde él solamente reciban tural con la luz de la gloria, te-
las relaciones mutuas con que niendo en cuenta que el primer
maravillosamente se enlazan, y principio excede infinitamente
el impulso con que incesante- á cuantos le tratan de conocer.
mente caminan á su término De estos principios tan claros
final; porque si únicamente es como indispensables para ver
feliz, científicamente hablando, quién es la autoridad docente, á
el que ha llegado á conocer las quien debe rendirse toda huma-
causas, únicamente llegará en el na inteligencia, y el maestro
orden divino á colocar su trono con cuyas enseñanzas puede el
en la región del saber, centro hombre llegar á la región del
feliz de la inteligencia, quien saber; se deducen, á nuestro
conozca el principio supremo, la modo de apreciar las cosas, es-
primera causa, Dios. Con razón tas preguntas: ¿qué son la Igle-
dijo Santo Tomás, (1) que el sia y la Revolución ante los res-
nombre de sabio únicamente plandores de la ciencia?¿Cuál de
pertenece á aquel, cuya conside- estas dos entidades, que rápida-
ración se ordena al fin del uni- mente marchan por distintos ca-
verso que es principio de todas minos, que continuamente han
las cosas. de estar en oposición, abre las
Pero ¿quién es el hombre feliz puertas de ese cielo esmaltado
que llega á conocer la verdad que llaman ciencia, y, con sus
en sus primeros principios, en principios y maestros crea los
su primera causa? ¿Quién, some- verdaderos sabios? La respues-
tido á las influencias de un cuer- ta, después de lo que hemos
po material, conoce esencialmen- apuntado no ofrece dificultad;
te en esta vida caduca al prime- porque la Iglesia, apenas empie-
ro de todos los principios, á za á ejercer su divina misión
Dios? La* inteligencia humana entre los hombres, no se conten-
(2) siente naturalmente irresisti- ta con decir, creo, sino que, ele-
ble tendencia á averiguar la vando su majestuosa voz hasta
causa, una vez observado el la cumbre donde está sentado el
efecto, y esto se verifica tanto Señor de las ciencias, añade creo
(i) S. Thom, oontr. gent. 1. 1. (1) I. i\. XII. a. 4
(2) S. Thom. I. q. X I I a. 1. (2) Idenfq. X I I . a. 5
439 LA IGLESIA Y LA REVOLUCIÓN
(Se continuará)
i
CRÓNICA CARMELITANA 443
por alguna pena y con instaneia y urgencia suplica que ló busquen ense-
guida un padre que le confiese, que lo traigan un Santo Cristo, que le digan
palabras del cielo, y aquel hombre que poco antes causaba horror por las
blasfemias y la inmunda baba que salía de su boca, se encuentra ahora
humilde, arrepentido, llama al confesor y pide los Sacramentos.
Admirable prodigio obrado por el Santo Escapulario del Carmen!
Salió el hermano de prisa á buscar el confesor y para que pudiera entrar
en casa sin que le viera el padre del enfermo, le llamaron á almorzar, en-
treteniéndole bastante en el comedor, hasta que el Padre concluyó su mi-
nisterio con toda -satisfacción. El enfermo pedía el "Viático y como su padre
no lo hubiera permitido, se pensó traérselo ocultamente sin ninguna luz ni
acompañamiento. Para ello se pidió permiso al señor Arzobispo que al co-
nocer la situación del enfermo, lo concedió gustoso.
Cogió el Padre el Santísimo Viático y envuelto entre corporales lo ocul-
tó en su seno, marchó á la casa del enfermo y se ocultó en un cuarto que le
indicaron. Llamaron entonces al padre del enfermo á otra habitación
para buscar una receta, y mientras tanto entró el sacerdote, preguntó al en-
fermo si quería recibir al Señor, si tenía alguna falta que confesar y si pe-
día perdón á todos, y obtenidas las respuestas convenientes le dio el Santí-
simo Viático. Apenas hubo concluido entró en la habitación el padre del
enfermo, y al ver allí un sacerdote le puso la mano en el hombro y le dijo :
Vd. nada tiene que hacer aquí; márchese Vd. enseguida, que en mi casa no
quiero ver ningún cura. El sacerdote se marchó dejando arreglado al en-
fermo, y éste reprendió á su padre porque había despachado al sacerdote
diciéndole que leÉ había traído la paz del corazón, el consuelo de su alma
la alegría del espíritu y la amistad y gracia con Dios. T repitiendo jacula-
torias, besando el Santo Cristo é invocando los nombres de Jesús y María y
apretando el Santo Eseapulario sobre el corazón, murió en la paz del Señor
como un ángel, el que poco antes era peor que un demonio.
Este prodigio obrado por virtud del Sto. Escapulario no es nuevo en la
historia. Innumerables son los milagros y las maravillas que en todas par-
tes ha obrado esta prenda de María que revela el poder, la bondad y mise-
ricordia de aquella Divina Señora, Madre nuestra tan cariñosa que solícita
siempre por nuestro bien nos ha traído del Cielo ese vestido de virtud y
fortaleza para distinguir á sus hijos más amados los Carmelitas y para que
todos hallen en él una señal de salud en los peligros, una alianza de paz
con Dios y una esperanza firme y consoladora de salvación eterna.
Espero de V. R., amado P. Ángel, dé cuenta de este suceso prodigioso en
nuestra Revista Carmelitana, para que sus lectores se enciendan más y más
en el amor de María y devoción de su Escapulario. .
Suyo affmo. h.°— Fr. Plácido M.a del Pilar.
•t-HO-H-1*-
CtfQKíCA • • • • •
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SOLACES Y ENTRETENIMIENTOS
LA LAMPARA EUCARISTICA
En el ángulo de una habitación ¡Dios mío! ¡Dios mío! gritó la mu-
pobre y pequeña sollozaba él, mudo, jer aplicando sus ardientes labios á
lívido... La pequeña lámpara sus- la pálida y fría cabecita de la niña...
pendida de una viga que había en el y quedaron las dos en silencio.
techo daba una luz mortecina q u e ' La niña estaba fría como la muer-
hacia oscilar en las paredes de la te. El hombre la acarició con la ás-
habitación la sombra de una cuna y pera mano de un cazador.
la de una mujor maltrecha, como Y aquel frío do la muerte le paro-
una visión aterradora. cía que le penetraba el corazón como
Por fuera soplaba el vionto de urna espada: después de un momento
mar dejando oír tristes y prolonga- sin decir palabra y como fuera do sí
dos gemidos. abrió la puerta y desapareció.
¡Miguel! gritó la mujer.
¡Miguel! repitió el eco de los bos-
Bajo la blanca colcha que cubría ques.
la cuna so oyó un pequeño gemido. *
¡Ha muerto! gritó él en un arran- * *
que de desesperación.
Y desde el ángulo oscuro de la A lo lejos se oía redoblar el tam-
pieza se arrojó á la cuna parí), ver á bor; tocaban la marcha, la antigua
la niña. marcha de Castilla. ITn rumor con-
SOLACES Y ENTRETENIMIENTOS 447
fuso de tropas y de artillería venía Antes de una hora iba á dospuntar
del camino de los Pirineos. La cla- el alba.
ridad de la luna permitía ver una La luna hermosa en medio dol ció-
nube de polvo y se distinguían las lo ontrando por la ventana daba so-
banderas carlistas que pasaban aque- bre la humilde y blanca cama de la
lla noche. niña, iluminando un gracioso vesti-
¡Miguel! gritó de nuevo la mujer do blanco, símbolo de inocencia.
saliendo á la puerta de casa. La niña lo besó derramando una
¡Miguel! parece que repetía el re- lágrima...
doble del tambor. Era la última vez que se lo ponía.
Al día siguiente debía cumplir
* trece años; un día después sería ya
La mujer tendió * * una mirada por una moza que debía frecuentar algu-
el valle: los viejos y añosos castaños na fábrica de Vizcaya, vistiendo tra-
parecían moverse al compás de la lo- je oscuro y confundiéndose con tan-
jana música... tas jóvenes y tantas máquinas que
Levantó la vista para mirar los le hacían miedo.
montes de Vizcaya... *
Los cipreses del cementerio incli- * *
nados por la fuerza del viento pare- Aún no despuntaba el alba. La lu-
cía que lloraban á los muertos: un na, dominando en el firmamento co-
poco más allá reflejaba la luna en los mo el rey do la noche, iluminaba la
blancos muros do la poqueña iglesia: blanca y hermosa figura de una niña
la lámpara del Santuario había ilu- que, como ligero fantasma, discurría
minado con más viveza las vidrieras entre los lirios.
de las ventanas comunicándoles un Hacía años que los había plantado
resplandor rogizo como de fuego... y los cultivaba ella misma, y cada
poco después quedó apagada. año, en la última noche del mes de
Y la desgraciada mujer en un Mayo, iba ella á cogerlos para lle-
arranque supremo de angustia, di- varlos á la poqueña iglesia á los pies
rigiendo los brazos á Jesús que vela- de Jesús, según había prometido su
ba en el Tabernáculo gritó: ¡Dios madre.
mío! ¡Dios mío! Yo la vestiré siom-
pre de blanco, y mientras sea joven
os traerá rosas y lirios á vuestro al- Solas, con ol fresco de la noche se-
tar y tendrá siempre el cuidado de guían ellas su camino. Rezando las
vuestra lámpara... ¿La salvaréis? oraciones de la mañana iba la una
Y ol eco repitió «¿la salvaréis? detrás do la otra por la estrechita
* senda.
** La niña so mostraba triste porque
Bajo de las tiendas de campaña ya no debía vestir ol blanco velo do
que ocupaba el ejército carlista can- la inocencia, de aquella inocencia
taban los guerrilleros himnos nacio- que íanto agradaba á Jesús.
nales, saboreando vasos de sidra y ¡Oti!,no sería mejor que aquel buen
de chacolí. Se olvidaban en aquellos Jesús que la había salvado, la lla-
ratos de descanso y alegría de los mase ahora con los lirios en las ma-
peligros de la guerra, de las embos- nos y en el corazón? Es verdad que
cadas, de las guerrilla?, de las heri- no podría toner cuidado de la lám-
das recibidas, de la sangre y de las para del tabernáculo, pero se acor-
lágrimas. daría desdo el cielo...
Pero había uno entre eilos que no De pronto -se paran... La madre
hacía coro á la gritería de sus ca- quiere llorar, la niña escucha.
maradas: siempre triste, siempre
solo, parecía que buscaba solamente
la muerte, y en el descanso de las A lo lejos se oía el redobla de un
marchas le dominaba la melancolía tambor que indicaba la retirada. Sol-
y el silencio.
dados y acémilas, cansados y en des-
. ** orden, se veía á cierta distancia que
¡Pronto, Mana, que luego vieno el huían hacia la frontera.
alba!
La niña removió un poco la cabeza *
sobre la blanca almohada, abrió sus * *
bellos ojos azules, envió una sonri- ¿Por qué llora usted madre? pre-
sa á su madre y se tiró á tierra. guntó la niña, ¿q uienes eran aque-
llos?-
448 BL MONTB CARMELO
•-*~*f©-H-*-
—&—®--&~^^&—<&-'®~-^—3><£—£>• €"3-—-S><5—
MIRANDO AL CIELO
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****************»*«*#^# t ^ ^ * ^ * ^ * ^ * ^ i ^ ^ * ^ * * * * ^ * * * ^ » ^ ^ ^
CONGRESO INTERNACIONAL
DE FRIBURGO (SUIZA)
EN HONOR DE LA SANTÍSIMA VÍRGEN
D E L 18 A L 21 D E A Q O S T O D E 1 9 0 2
BAJO LOS AUSPICIOS
Los últimos años del siglo XIX vieron celebrarse muchos congresos en
honor de la Santísima Virgen: en Liorna (1806), en Florencia (1897), en Tu-
rín (1898) y en Lyon (1900). La piedad de los católicos ha creído que el
siglo XX, en sus comienzos, debe ofrecer también á Ntra. Señora el home-
nage de su respeto, de su fidelidad y de su amor, en una asamblea interna-
cional, en donde sean proclamadas y honradas con solemnidades religiosas
las prerrogativas de la Virgen, á quien tanto nos importa conocer y reve-
renciar en nuestro tiempo. Todos los años nos invita el romano Pontífice,
y cada vez con más apremiante insistencia, á recurrir á María. Para que
llegue el reinado de Jesús, es preciso que antes se establezca y se extien-
da el de su divina Madre; y para que Ntra. Señora venga en ayuda del
mundo, contra el cual multiplica el infierno sus ataques, necesario es que
por euantos medios estén á nuestro alcance, procuremos nosotros glorificar
á la Reina del Cielo, á la Madie de Dios, á esa gran Señora que tan á me-
n udo desbarata los esfuerzos de los enemigos de la Iglesia. Fuera de ella no
hay salvación. Jamás se opondrá un dique sólido á las perversas doctrinas
que hoy se inventan y á la audacia de los errores antiguos que hoy vuelven
á aparecer, mientras la Virgen no se digne confundir con su mano podero-
sa el orgullo del espíritu humano en rebeldía contra Dios. La Sociedad con-
movida en sus mismos cimientos, no recobrará ni el orden ni la paz hasta
que Ntra. Señora no ocupe en el mundo, en la vida de los pueblos, de las
familias y de los individnos, el sitio inmediato al de su divino Hijo, que la
teología católica le reconoce. Así lo pide la economía del orden sobrena-
tural establecido por el mismo Dios.
Por eso juzgan muchos que es muy oportuno excitar á los católicos de
todos los países para que celebren un Congreso internacional, que será el
primero que en honor de la Santísima Virgen se reúna en el siglo XX. Su
carácter universal, el estudio que en él se ha de hacer de las necesidades
de nuestra época, la gravedad de los múltiples daños que nos amenazan, las
esperanzas cuya realización conviene asegurar, y el mismo esplendor de
las fiestas que se preparan, son otras tantas razones que nos fuerzan k
creer que este solemne homenage rendido á María producirá los más felices
CONGRESO INTERNACIONAL 457
P R O G R A M A D E ESTUDIOS
r
SECCIÓN PEIMERA ' ° susceptible de una definición
dogmática, desde el punto de vista
CUESTIONES DOGMÁTICAS teológico.
1.—La Santísima Virgen según 3.—El dogma de lá Inmaculada
las encíclicas de León X I I I . Concepción. Su i m p o r t a n c i a en
2,—La Asunción de María, miste- nuestra época,
458 EL MONTE CARMELO
Al R. P. D. Renaudin, O. S. B.
Friburgo (Suiza) 1.° de Marzo do 1902.
Muy Reverendo Padre:
He tenido el honor de comunicar al Señor Obispo de Lau¡>ana-Ginebra
el programa del Congreso mariano con la elocuente invitación de que le
habéis hecho proceder. Su Grandeza aprueba en un todo vuestro proyecto,
os felicita y os da las gracias por vuestro celo en favor de la Reina de los
cielos, en viéndoos al mismo tiempo las más cordiales bendiciones.
Dignaos, M. R. Padre, aceptar el homonago respetuoso que en Jesús y
María os ofrece.
L, Currat.-Secretario.
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VI
(CONTINUACIÓN)
nos sacerdotes, por una galería; de pronto advertí que el señor Obispo
y el Vicario general, después de cambiar algunas palabras, venían
ambos hacia donde estábamos mi padre y yo.
Al ver entrar á Su Ilustrísima, mi padre se arrodilló á mi lado pa-
ra recibir la bendición, después Su Ilustrísima nos mandó sentar. El
señor Révérony me ofreció el sillón del medio, yo lo rehusé con hu-
mildad; insistió de nuevo, dándome á entender que era primero la
obediencia. En vista de lo cual no tuve más remedio que sentarme
en un sillón donde cabían cuatro con mucha holgura, mientras que,
para confusión mía, él tomaba asiento en una silla. Yo esperaba que
mi padre hablase por mí, pero me dijo que explicase yo misma el
objeto de nuestra visita. Yo lo hice con toda la elocuencia que me
fué posible, sin perder de vista que una sola palabra del Superior me
hubiese prestado mayoies servicios que todas mis razones.
Su Ilustrísima me preguntó si databa de mucho tiempo mi voca-
ción de Carmelita.
— ¡Ohl sí, hace ya mucho tiempo, limo, señor!
—Vamos, replicó sonriendose el señor Révérony, su vocación no
puede datar más allá de quince añosl
—Es cierto, le respondí; pero también es cierto que á la edad de
tres años ya deseaba entregarme al servicio de Dios.
Su Ilustrísima creyendo agradar á mi padre, me dio á comprender
que era muy natural viviera algunos años más á su lado ¡Cuál no
sería la sorpresa de Su Ilustrísima al oir á mi padre hablar en pro de
mi causa, diciendo que habíamos determinado formar paite de la
peregrinación diocesana á Roma, y que yo estaba dispuesta á hablar
sobre el asunto á Su Santidad, si hasta entonces no había obtenido
la licencia tan deseada.
Por fin decidieron que antes de dar uua contestación definitiva,
conferenciaría Su Ilustrísima con el Superior de los Carmelitas. Co-
nociendo la oposición de este señor, semejante determinación no
pudo menos de causarme gran sentimiento.
Así es que haciendo caso omiso de la advertencia del señor Révé-
rony, no solo enseñé diamantes á Su Ilustrísima, sino que se los dala.
Mis lágrimas le conmovieron hasta el punto de hacerme caricias"cual
jamás las hiciera á ninguna otra niña.
«No está perdido todo, mi hijita, me dijo; pero me complazco en
que acompañes á tu padre en la peregrinación á Roma: de este modo
se consolidará tu vocación. En vez de llorar debieras de regocijarte.
Además, la semana próxima iré á Lisieux; hablaré sobre el asunto
al Superior de los Carmelitas, y sabrás mi resolución en Italia.»
El señor Vicario general nos acompañó hasta la puerta, diciendo-
nos, que jamás se había visto cosa semejante: un padre ansioso de
dar su hija á Dios y ésta de ofrecerse de una manera Un decidida á
su divino servicio
Fuónos preciso tomar de nuevo el camino de Lisieux sin haber
obtenido uua respuesta favorable. Parecíame que todo estaba perdido
en vista de tantos entorpecimientos como hallaba en mi camino.
Sin embargo, no perdí la paz interior, puesto que no buscaba otra
cosa que la voluntad de Dios.
(Se continuará}
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.i-iSaVAr .r/li';sfe- .í-wattir .wasrfe .filisy¿g .f/Vima- .f'Uggft? .í-aticVA? ,
ARMONÍAS DE LA CREACIÓN
LA CUESTIÓN SOCIAL
II
'j??¿*
fíEÉW^S.
DESDE MALABAR
Una hermosa Misión.—En Ernáculam.—Primera Comunión de 400 niños-
Distribución de recuerdos.
UBBE de hacer ya como un mes que ofrecí á los caros lectores na-
rrarles un espectáculo religioso verdaderamente edificante y alta-
mente consolador. Voy á ver si lo cumplo.
Nada me parece más consolador, en verdad, que ver y palpar y
sentir y gustar los frutos de salud producidos en un campo, objeto
de incesantes afanes, continuos sacrificios y desvelos apostólicos.
Los presentes tenemos el placer de recoger y saborear los ricos re-
sultados del celo y laboriosidad de nuestros beneméritos antepasa-
dos. Esta tierra absorvió su sudor, y es para alabar á Dios la co-
secha producida por tan generoso riego, A través de los años.
Cúpome el gozo de preseuciar poco há una prueba bien patética
y hermosa de estos frutos dé gracia obtenidos por una labor de si-
glos y siglos, cosa que, si siempre y donde quiera infunde grata sa-
tisfacción y nuevos alientos, mucho más en medio de las densas ti-
nieblas del gentilismo. Ello fué á mediados de Marzo en una de
nuestras iglesias de esta localidad.
Creo les he dicho que nuestro Excmo. señor Arzobispo se hallaba
ocupado en girar Visita Pastoral á las iglesias de esta cristiandad,
como así mismo el grandísimo trabajo que esto implica para
S. E. Una de las iglesias, cuyas ovejas el celoso Pastor había de vi-
sitar, era la de Ernáculam.
No recuerdo haberles referido, y por eso vuelvo á indicar, que
á la llegada del Prelado suele preceder una Misión—que aquí llaman
meditación—dada por predicadores escogidos para el caso y que
dura de diez á veinte días, según el número de la feligresía. Esta
470 Ü ilOtiTÉ CÁRMÍLÓ
cen, ni pueden conocerla, que es más. Sus almas son luz diáfana,
blancura nivea, cariño puro, ternura inocente, la sencillez misma, la
misma dulzura, sin gota de acíbar, sin pliegue alguno, sin rencor
posible: una miniatura de los habitantes del cielo, donde sólo los
niños tienen entrada. Tanto los quiere Jesucristo, que sólo á ellos
los quiere. El que no sea ó no se haga niño, no piense reinar con los
ángeles.
Cuatrocientos de estos angelitos se acercaron por vez primera á
hospedar en sus inmaculados pechos al Cordero sin mancha, que con
amor infinito y ternura indecible vino á tomar posesión y recostarse
blandamente en corazoncitos encantadores, el día 15 de Marzo.
Reunidos á primera hora de la mañana, y pasado buen rato en
recitar oraciones convenientes, formáronse en procesión lucidísima.
Estamos en el Oriente, y la imaginación asiática no había de desde-
cir de su fama. Es costumbre que todos, niños y niñas, lleguen á la
primera Comunión oronados de flores, naturales ó artificiales. Fi-
gúrense, pues, mis lectores el efecto de una procesión tan verdadera-
mente florida: llegaba al corazón. Sobre todo, era conmovedora su
religiosidad; con las manitas juntas al pecho, los ojos fijos en la tie-
rra, balbuceando preciosas plegarias,... sin duda, Jesús, niño por
amor nuestro, los veía acercarse, así como el momento de abrazarlos
dejándose abrazar de ellos, y repetía desde el tabernáculo: Dejad á
mis niños, dejadlos venir, dejadme juntar mi corazón con su corazón.
Y ¿qué dirían los ángeles, sobre todo los custodios, de tantos y tan
envidiables compañeros?... sin duda, enmudecían de pasmo y de
gozo.
De preparación en preparación llegó la hora del gran acto, y
nuestros felices niños primero y nuestras candidas niñas después, or-
denados en paralelas filas á lo largo de la iglesia, que ni aún así bas-
taba, con admirable compostura y recogimiento daban amorosa en-
trada en sus pechos y generosa posesión de sus almas al Divino
Amante, que desde la mano del sacerdote saltaba á abrazarse (si pasa
la frase, aunque todavía no encarece lo bastante) y se lanzaba en bra-
zos de sus nuevos queridos amiguitos.
Una mirada retrospectiva, caros lectores, una pequeña pausa y
un recuerdo santo de nuestra lelicidad en análogo momento de anta-
ño, y también una reflexioncita de lo que éramos entonces y ahora
somos
a§4@_.J&Jái
tt&Cpil
LA TONALIDAD Y EL RITMO DEL CANTO GREGORIANO: i 1
(CONCLUSIóN)
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i i i i i i i i i i i i i i.
SECCIÓN CANONICO-LITÚRGICA
VI
CONDICIONES Q U E D E B E N OBSERVARSE EN LA AGREGACIÓN D E L A S COFRADÍAS
(Se continuará)
NOTICIAS DEL MONTE CARMELO.—El día 25 de Abril se celebró en nuestra
Parroquia de Caifa una primera Comunión muy numerosa de niños y niñas,
pontiñ jando en la misa el señor Obispo maronita. Por la tarde subieron
todos los niños en procesión al Santuario del Monte Carmelo, llevando en
andas al Niño Jesús de Praga, y acompañándoles toda la población Cató-
lica de Caifa: allí se les predicó en Árabe sobre el Santo Escapu'ario del
Carmen, que recibieron de manos del P. Romualdo todos los niños de pri-
mera Comunión; y después de renovar solemnemente las promesas del San-
to bautismo y recibir la bendición del Stmo., se dispuso la vuelta de la pro-
cesión á Caifa donde se dio fin á la función de aquel día.
—El día 8 de Mayo tuvo lugar en el Convento del Monte Carmelo la Pro-
fesión solemne d e l H . Aureliano de 8 t i . Teresa, religioso de la Provincia
de Navarra. Como rarísima vez se celebra esta ceremonia en el Carmelo (
excitó la curiosidad de mucha gente que acudió á presenciarla, asistiendo
también el Cónsul francés con toda la aristocracia católica do Caifa. El ser-
món fué en italiano sobre la felicidad dol alma religiosa. Verificada la ce-
remonia según las rúbricas del Ritual Carmelitano, se dio á los fieles la
bendición con el SSmo.; cantando algunos motetes la capilla de música de
la parroquia de Caifa.—El Corresponsal.
A MALABAR —El día 18 se embarcarán en Gréftova con rumbo al Indos-
tán los P P . Plácido M. a del Pilar, Julián de San José y Ángel de la Virgen,
que se han ofrecido espontáneamente á ir á las Misiones de Malabar.
El Padre Plácido ha pertenecido h a s t i ahora & la Redacción de E L MONTE
CARMELO, y su inteligente y valiosa cooperación se ha manifestado en pre-
ciosos é interesantes artículos y trabajos que figuran en la colección do
nuestra Revista. Pero su celo incansable ha creído que era estrecho el
campo de la prensa para desplegar sus alas, y va en busca de nuevos y más
vastos espacios, convirtiéndose en apóstol, y dispuesto á sacrificar sus más
caras afecciones, su comodidad, su reposo, sus fuerzas, hasta su vida, por el
alma de los indios. Al dar al P. Plácido nuestro adiós de despedida, admi-
rados de su heroica resolución, no podemos menos de expresar nuestro sen-
timiento por vernos privados de su grata compañía, si bien esperamos que
desde su Misión de Malabar no dejará de enviarnos relaciones y otros es-
critos que aumenten cada día el interés de la, sección de «Misiones Carme-
litanas.»
480 EL SONTB CARMELO
«-^§$g^-
4
C f l O H Í C A • • • •
• • • • •
A flÜEST^OS SÜSCRIPTORES
Siendo aún muchos- los que este año están en descubierto con esta
Administración, les rogamos se pongan cuanto antes al corriente de sus
pagos para evitar entorpecimientos, pues de lo contrario nos veremos
precisados á suprimirles el envío de la Revista.
Los suscriptores de Madrid ó de provincias que durante la tempo •
rada de verano deseen se les envíe la Revista á otropunto, pueden avisar
á esta Administración para que se mude la dirección.
ir
EL CIEGO DEL SANTÍSIMO SACRAMENTO
surcadas de dulces lágrimas, no hu- sia sin entrar en ella y adorar por
bo en la iglesia quién no se conmo- un rato al Dios escondido; asimismo
viera al ver tanta fe y tanto fervor como él hicieron parte de la llamada
del angelical cieguito. Guardia de Honor del Divinísimo en
En ese día todos sus compañeros, las procesiones solemnes.
inspirándose en su ejemplo, procu- Porque Tomás, aunque privado de
raron imitarlo tanto como les fué la vista, por nada en el mundo hu-
posible, y el señor cura decía muy biera dejado de participar en esas
satisfecho:—Es la mejor primera Co- grandiosas manifestaciones de la pie-
munión que he tenido en los largos dad católica.—La fe en la divina
años de mi ministerio pastoral. El Eucaristía había crecido en él con
cieguito ve más claro que los demás. los años.—El seguía, pues, esas pro-
¡Qué fe tan admirable! ¡Bendita ce- cesiones. En efecto, él no veía en
guera que derramas una luz tan ra- ellas nada de lo que para muchos
diante! otros ¡ayl forma su único atractivo,
como por ejemplo, los vistosos estan-
Y llegóse el tiempo en que, por dartes, los arcos de triunfo, los ves-
ser ya demasiado grande, hubo To- tidos blancos de las niñas, las flores,
más de renunciar á la sotana y so- los altares, la custodia deslumbran-
brepelliz de monaguillo; así y todo, te, etc., etc. De toda está pompa ex-
él siguió ocupando su puesto en el terior, debida sin embargo al Dios
presbiterio. Tal particularidad no hecho hombre, él no podía formarse
excitaba la envidia de nadie. Pues ni siquiera una idea. Mas, cuando
¿quién sería tan desnaturalizado que concluida la procesión, se aventuraba
le tendría onvidia á un pobre ciego? alguien á decirle:¡Pobre Tomás! ¡qué
Algunas veces sí, se preguntaba la espectáculo has perdido! él se con-
gente en voz baja: ¿Por qué el señor tentaba con responder: Lo más her-
cura se empeña en tenerle tan cerca moso de todo eso era el Santísimo
del sagrario? Mas muy pronto quedó Sacramento. Y yo le he visto tanto
satisfecha esta laudable curiosidad, como se le puede ver aquí abajo.
al par que se llevó á cabo el piadoso ¡Creer es ver, creer es ver!
designio que concibiera el ministro
del Señor. ¡Bella lección para aquellos cuya
fe es débil, y que tal vez en la pro-
En efecto, poco tiempo después, el cesión del día de Corpus no buscan
celoso párroco llamó á su casa una sino la satisfacción de su vanidad ó
media docena de jóvenes. Todos te- de su curiosidad!
nían casi la misma edad de Tomás; De aquí que le quedó á Tomás el
pero Tomás no estaba con ellos. Sin gracioso apodo de El Ciego del Santí-
necesidad de hablarles por largo simo Sacramento. Contaba tan sólo
tiempo, su plática consistió en pro- treinta y cinco años cuando Dios le
ponerles el ejemplo'del ciego.—¿Por llamó do este destierro á los goces
qué no deberían ellos también ocu- sin término de la patria celestial. Al
par un puesto cerca del altar, duran- momento de recibir el Santo Viático
te la Misa iriayor, y llevar ellos tam- su semblante, ya abatido por la en-
bién en la mano una vola encendida fermedad, se iluminó de repente: se
on obsequio del Dios Eucarístico? Y hubiera dicho que sus ojos querían
éste fué en aquella parroquia el ori- abrirse para ver la Hostia 8anta.
gen de la Cofradía del Stmo. Sacra- Luego se abismó en la adoración y
mento. en la oración, y por fin, casi sin ago-
Como Tomás, todos esos jóvenes nía, exhaló su postrer aliento.
comenzaron muy pronto á comulgar Hasta el día de hoy la parroquia
sin respeto humano en los días seña- de X... gracias al ejemplo y plegarias
lados por el reglamento: como él del ciego Tomás, ha conservado viva
contrajeron también el hábito de é intacta una devoción excepcional
nunca pasar por delante de la igle- al augusto Sacramento del altar.
l_A^g|§Nv-»
BEATAM ME DICENT OMNES GENERATIOHES
PENSAMIENTOS
L espíritu de la Virgen
Santísima ocultándose en
las profundidades de su
humildad al oir las ala-
banzas de su prima Santa Isabel,
fué trasportado por la virtud divi-
na, en cuyas alas recordó todos los
tiempos que habían de sucederse
hasta el fin del mundo: y abiertos
sus ojos con luz profética vio todas
las gentes postradas ante sus alta-
ftfioHlHflúm. 49 res en actitud de adoración; y sus
oídos fueron regalados con los
1.° de Julio de 1902 cánticos de amor y alabanza de
todas las gentes: beaíam me dicem
omnes generationes.
490 EL MONTÉ ÚARMÜtÓ
LA VISITACIÓN DE LA VIRGEN
«»7** «-T"* ***>» "1** «'T* íTM ••'TN» VTN vIS» - tsfvT **Tu wTS *qÑ¡ VJNí •'f't í'ÑT" *-f*" " V T » " «ít\iT " »jR» «T**_ •'T'a *fl\i «Ta
UNA VISITA
wjíl Ué universales son las visitas! ¡qué necesarias para el pobre co-
t í ^ razón del mortal! ¡qué hermosas llegarían á ser, si siempre tu-
vieran un modelo cabal que les sirviera de norma! Son muy univer-
sales las visitas, porque las hay en la tierra, en el purgatorio y en el
cielo; son muy necesarias, porque sin ellas es inexplicable la ley de
sociabilidad divinamente grabada en lo más profundo del corazón; y
serían muy hermosas, dirigidas por un modelo cabal, porque llega-
rían á ser un elemento de educación, llenando todas las necesidades
de la vida.
Los que tienen abiertas las puertas de la esperanza, los que en
lontananza descubren aquel día grande que ha de cortarlas comuni-
caciones del tiempo, ¿siguen imperturbablemente en las visitas el ca-
mino que les impone la conveniencia ó necesidad de ellas? No hay
comunicación necesaria, conveniente ó perniciosa que DO se lleve á
cabo en una visita; pero tampoco hay visita donde los hombres no
fomenten las necesidades que tienen, ó adelanten algunos pasos ha-
cia su propia felicidad; porque se comunican los buenos en una vi-
sita y salen mejores, pues estuvo fundada en la conveniencia ó en la
necesidad; tuvo por asunto la honestidad y decoro, y las palabras
que la animaron, fueron como alas que elevaron á los comunicantes
á la región de la inmortalidad. Comunícanse los malos, pero de'sus
visitas salen confirmados en la maldad, porque están fundadas en el
viejo, tienen por blanco la inmoralidad y las palabras de los comuni-
cantes son inmunda lava que los sepulta en el fango de todas las
abominaciones.
La mejor historia que han conocido los siglos, nos refiere detalla-
damente la visita de la Virgen María á su prima Santa Isabel que,
por las causas que la motivaron, por los asuntos tratados entre tan
preclaras comunicantes, y por las incomparables palabras con que
mutuamente manifestaron los divinos sentimientos de sus corazones,
es modelo de visitas, dechado de cortesía, y flor de cuantos en la vi-
sita traten de recoger frutos inenarrables de perfección y santidad.
UNA VISITA 4H3
1T
. ük £&• & xfc. ¿te. fa&í&^&xfc&&:^&^&úz^$zik.i&.'tte.
É UahUJ-u^J-l^ >—.—í— = 1 - 3 = - B , i| .
^ A ^ ^ ^ ^ /}\ /jv Á A Á Á
La vida temporal
A tí, oh vida eterna comparada,
E s tanto desigual,
Q u e puede ser llamada,
No vida, sino m u e r t e m u y pesada.
¡Oh vida breve y dura,
Quién se viese d e tí y a despojado!
¡Oh estrecha sepultura,
Cuándo seré sacado
De tí para m i esposo deseado!
¡Oh Dios, y quién se viese
E n vuestro santo amor todo abrasado!
¡Ay de mí! ¡Quién pudiese
Dejar esto criado,
Y en gloria ser con Vos ya trasladado!
¡Oh! ¿Cuándo? ¡Oh Amor, oh! ¿Cuándo?
¿Cuándo tengo de verme en tanta gloria?
¿Cuándo será este cuándo?
¿Cuándo de aquesta escoria
Saliendo, alcanzaré tan gran victoria?
¿Cuándo m e veré unido
A Tí, mi buen J e s ú s , de a m o r t a n fuerte,
Que no baste el ladrido
|444$4.$4|4|4£44$4|4^
VII
(CONTINUACIÓN)
sobre la que está escrito un nombre nuevo que nadie conoce, fuera
del que la reciba.» (1) Es por lo tanto en el cielo donde sabremos
nuestros títulos de nobleza. Entonces cada uno recibirá de Dios la
alabanza que merece, (2) y el que en la tierra escogió ser el más pobre,
el más desconocido por amor de Nuestro Señor, será en el cielo el
primero, el más noble y el más rico.
También pude ver más de cerca los sacerdotes. Hasta entonces
no pude comprender uno de los principales fines, por no decir el pri-
mero, de nuestra Reforma; el rogar por los pecadores me encantaba,
empero, rogar por los sacerdotes, cuyas almas me parecían más pu-
ras que el cristal, esto es lo que yo no me explicaba, ¡Ahí yo compren-
dí mi vocación en Italia.
Durante un mes tropecé con sacerdotes santos; y también be po-
dido experimentar que, si su dignidad es superior á la de los Angeles,
sin embargo no dejan de tener sus debilidades y flaquezas. Luego,
si hay santos sacerdotes á quienes Jesús llama en su Evangelio: la sal
de la tierra, y no obstante necesitan de nuestras oraciones, ¿que será
de los tibio-? El mismo Jesús dijo: (3) «¿Si la sal se desazDna, con
qué se sazonará?»
¡Oh Madre mía cuan bella es nuestra vocación! ¡A nosotras nos
toca el conservar la sal de la tierra! Nosotros ofrecemos nuestras
oraciones y nuestros sacrificios por los apóstoles del Señor, mientras
que ellos por su palabra y sus ejemplos evangelizan á nuestros her-
manos. ¡Qué misión tan noble es la nuestra! Mas basta sobre el par-
ticular; porque no acabaría si diera curso libre á la pluma.
Voy á daros algunos detalles de mi viaje.
El cuatro de Noviembre á las tres de la mañana, atravesamos la
villa de Lisieux, cuando auu se hallaba envuelta en las tinieblas de
la noche. Tan prouto como llegamos á París, nuestro padre nos en-
señó todas las maravillas que en él se encierran; por mi parte no me
llamó la atenc:ón otra maravilla que la de Nuestra Señora de las Vic-
torias. Me es de todo-punto imposible expresar con palabras lo que
en aquel bendito templo sintió mi alma. Las gracias que allí recibí
pueden compararse con las que el Señor me regaló el día de mi pri-
mera comunión: mi corazón rebosaba de paz y de dicha. Allí,
mi Madre, la Virgen Santísima, me manifestó bien á las claras que
ella misma era la que tr.e sonrió y me curó. ¡Con qué fervor la su-
pliqué que me guardase y me acogiese siempre bajo su manto ma-
ternal; y que se realizase cuanto antes mi sueño dorado! Tambiéu le
pedí que me preservase de pecado mortal durante toda mi vida.
No dudo que durante mi viaje tuvieron lugar muchos sucesos
propios para turbar mi espíritu; como el mal era para mi completa-
mente desconocido, temía yo descubrirlo. No tenía experiencia de
que todo es puro para los puros (4) que una alma simple y recta en
ninguna parte descubre malicia, ya que el mal solo tiene asiento
en los corazones impuros, y no en los objetos insensibles. También
(1) Apoo II.
(2) 1. Cor., IV.
(3) Matth. 5.
(4) Rom, XIV
SOR TERESA Í»EL NIÑO JESlí'S 5ül
"•••'•• :-•-•-•:••—-*.•
rogué á S. José que me acogiese bajo su.poderosa prolección; desde
mi infancia mi devoción hacia este santo bendito corría parejas y
se confundía en cierto modo con el amor y devoción á la Virgeu San-
tísima. De este modo estaba bien protegida y al abrigo de todo pe-
ligro.
Después de habernos consagrado al Sacratísimo Corazón de Je-
sús en la basílica de Montmartre, salimos de París el siete de No-
viembre.
El abate Révérony examinaba cuidadosamente todas mis accio-
nes; pude notar que me observaba desde lejos. Cuando en la mesa
no se hallaba frente a mí, trataba con disimulo de verme y oirme.
Creo que debió satisfacerle su examen, porque al fin del viaje me
pareció que estaba animado de muy buenas disposiciones hacia mí.
Digo al fin de mi viaje, porque en Roma estuvo muy lejos de servir-
me de abogado, como luego diré.
Sin embargo, supongo que obraba así con el fin laudable de pro-
bar mi vocación.
Antes de llegar al fin de nuestro viaje, atravesamos la Suiza con
sus elevadas montañas, cuya nevada cima se pierde en las nubes;
sus cascadas, sus profundos valles cubiertos de gigantescos árboles
y de rosados brezos.
¡Ah! Madre mía, cuánto bien han hecho á mi alma todas esas
bellezas de la naturaleza esparcidas por doquiera con profusión!
¡Cómo la elevaban hacia Aquel que se ha complacido en espar-
cir semejantes obras de arte sobre una tierra, lugar de destierro de
un día. A veces nos veíamos en la cumbre de una montaña: á nues-
tros pies, precipicios, cuya profundidad no se podía sondear á pri-
mera vista, parecía querernos tragar. Más tarde atravesamos una
preciosa villa con su iglesia y su gracioso campanario, encima del
cual se balanceaban ligeras nubes. Aquí, era un extenso lago con sus
puras y tranquilas aguas, cuyo color azulado se mezclaba con los ar-
dorosos rayos del sol al ocultarse allá en el occidente.
¿Cómo podré explicar las impresiones que dejaba en mi espíritu
un espectáculo tan poético y grandioso? Las maravillas celestes se
representaban á mi espíritu... La vida religiosa se me ofrecía tal
como es en sí, con sus mortificaciones y pequeños sacrificios hechos
á la sombra.
Entonces comprendía cuan fácil es olvidar el sublime fin de la
vocación; y me decía á mi misma.—Más tarde, cuando llegue la
hora de la prueba, cuando prisionera en el Carmelo, podré ver tan
sólo una pequeña parte del hermoso cielo estrellado, entonces me
acordaré de estos momentos; me remontaré con el raudo vuelo de
mi imaginación á la contemplación de la grandeza divina; trataré
de amar á mi Dios con todas las fuerzas de mi corazón, y haré
caso omiso de las cosas de la tierra, considerando que no son capa-
ces de satisfacer los insanciables deseos del hombre, creado única y
exclusivamente para gozar del sumo bien.
La primera población de Italia que visitamos fué Milán. Su cate-
dral de marmol blanco, con su infinidad de estatuas, fué para mí
objeto de estudio particular, Dejando atrás á las tímidas damas, Ce-
502 í t kobfcfc <3AkMiL6
cilia y yo seguimos a los más atrevidos peregrinos y subimos hasta
lo más elevado del edificio, desde donde pudimos contemplar á nues-
tros pies la villa de Milán, cuyos habitantes nos parecían hormi-
guitas.
El Campo Santo nos llenó de admiración. Es encantador el con-
templar sus estatuas de marmol blanco, que á primera vista parecen
animadas por el cincel de un genio artista, y que son verdaderas
obras de arte. Aquí se ve un nifio que deposita flores en el sepulcro
de su padre; más allá viudas de todas edades que llorau sin consuelo
la pérdida de sus consortes. En fin, por doquiera tropezábamos con
mil objetos de admiración; cuando un señor francés, ya de una edad
bastante avanzada, y que nos seguía sin dejarnos un momento, dijo,
no de muy buen humor: «¡Ah! los franceses son muy entusiastas.» A
mi parecer, este buen señor mejor hubiera hecho con no salir de
casa. A cada instante se le oía murmurar: estaba descontento de las
villas, de los hoteles, de las personas, en una palabra, de todo.
Mi buen padre, que en todas partes se hallaba bien, con su ca-
rácter diametralmente opuesto al de dicho señor, trataba de alegrarle;
y unas veces le ofrecía el sitio que ocupaba en la diligencia, por pa-
recerle más cómodo, otras veces entablaba conversacióu con él para
distraer su mal humor, pero todo era inútil. ¡Ah! ¡Cuánta diferencia
hay de unos personajes á otros! ¡Y qué interesante es el estudio del
mundo, cuando uno está en vísperas de darle el eterno «adiós.»
Ya nos encontramos en Loreto. (1) No me sorprende que la Virgen
Santísima haya escogido este sitio para depositar su bendita Casa.
Allí todo inspira pobreza, sencillez y antigüedad: las mujeres con-
servan los graciosos y tradicionales vestidos italianos, y á diferen-
cia de otras poblaciones, han estado muy lejos de adoptar las ridi-
culas modas de París.
¿Qué es lo que podré decir de la santa Casa? Mi emoción fué
muy profunda al verme bajo el mismo techo donde habitó la Sa-
grada Familia, al besar los muros en los que tantas veces se fijaron
los ojos de Nuestro Señor, al pisar el suelo que S. José regó con el
sudor de su rostro, y donde la Virgon Santísima llevó en sus bra-
zos á Jesús, después de haberle llevado durante nueve meses en su
purísimo y virginal seno. Vi la habitación donde tuvo lugar el ine-
fable misterio de la Encarnación. Introduje mi rosario en la escudilla
del Niño JesÚ3,
¡Qué recuerdos tan agradable"!
Empero, nuestro mayor consuelo fué el de recibir á Jesús en su
misma casa, en el mismo lugar que El santificó con su divina pre-
sencia. Según la liturgia romana, la sagrada Eucaristía sólo se con-
serva en uu altar de cada templo, desde donde se dá á los fieles» En
Loreto este altar se halla en la basílica que encierra la santa Casa,
como un diamante precioso en un estuche de mármol blanco. Esto
no nos complació mucho que digamos. Nuestro deseo hubiera sido de
(1) Antes de llegar á esta bendita población, hace una descripción de-
tallada de su estancia en Venecia y Padua, que por carecer de interés para
nuestros lectores me ha parecido oportuno suprimirla.—N. del T,
SOÍt TERESA DEL NIÑO JESÚS 503
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(1) Debe aludir á algún piadoso robo, que hieioron las dos hermanas en
los muros jle la santa Casa, con el fin de llevarse algún recuerdo.
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LA IGLESIA Y LA REVOLUCIÓN
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U VERDAD DE LA MUERTE
(CONTINUACIóN)
III
SECCIÓN CANONICO-LITÚPvGICA
BIBLIOQRAFIA
" - ^ • • • • É ^
C t f Ó H Í C A • • • • <
• • • • •
Hé aquí un caso entre mil. Hace algunos meses fué enviado un recauda-
dor de impuestos á una población de la Drome. El favorecido tenía antece-
dentes inmejorables; poro era católico, creía tener el derecho de ir á Misa
cuando le parecía bien, y educaba a 8us hijos cristianamente, mandando los
niños á un Colegio de Hermanos y las niñas á un Colegio de Hermanas.
Esto no debía importar á nadie desde el momento en que el recaudador
cumplía concienzudamente sus obligaciones de tal, y sin embargo, se for-
mularon cargos contra él porque asistía á la iglesia y por la manera como
hacia educar á sus hijos. «
En aquella poblaiión los protestantes están en mayoría y hacen sentir
esta superioridad numérica á sus ciudadanos católicos, y viendo que el re-
caudador era católico, le advirtieron que si quería que le dejasen tranquilo
era necesario que se abstuviese de toda manifestación de su fe, y sobre todo
que quitase á sus hijos de las escuelas á que los había mandado, haciéndo-
les en cambio asistir á las públicas, casi todas dirigidas en aquella comar-
ca por protestantes. *
No querienjo renunciar á su libertad ni á su derecho, el recaulador se
negó á estas pretensiones, por lo cual poco tiempo después se le declaró
cesante y se nombró para reemplazarle á un protestante que frecuentaba
su propio culto, lo cual no se considera delito, como se consideró cuando
hacía lo propio un católico.
Este hecho demuestra bien cómo se persigue en Francia al catolicismo
on las personas católicas en nombre de una libertad que no se ve por parte
alguna. Tal estado de cosas debe constituir el bello ideal de nuestros polí-
ticos liberales, pues á uno semejante se nos quisiera llevar.
Lo primero para esto es perseguir á las Ordenes religiosas, y ya se ha
iniciado con la cuestión de las Asociaciones; tras de lo que hoy se hace se
pedirá su expulsión y después vendrá la persecución á los católicos como
se hace en la republicana Framcia, donde todos gozan de libertad y de pro-
tección menos los católicos, perseguidos por el enorme delito de serlo.
LAS ORDENES RELIGIOSAS Y EL GOBIERNO E S P A ñ O L — E n un Consejo de
Ministros ha dado cuenta el señor Moret del resultado de su Real Orden de
9 de Abril en que se ordenaba la inscripción de las Asociaciones religiosas,
y al efecto ha presentado la estadística de las Asociaciones inscritas, pero
sobre cuyos datos, que andan en los periódicos tomados de la nota oficiosa
proporcionada por el Gobierne, hay que advertir que vienen confundidas
las Asociaciones de religiosos con las de las personas seglares, y que puede
dar lugar á que alguien erróneamente piense que el número de religiosos
en España es excesivamente mayor de lo que en realidad es. Estos datos los
presentará el Gobierno al Vaticano con el fin de conseguir las reformas
que desea en cuanto á la limitación do Comunidades religiosas en España.
r-^@J^w—i
LOS PAJARILLOS DE SANTA ANA
afán con que los padres iban y ve- Joaquín á Sekoris, y allí darás á luz
nían llevándoles la comida, arrullán- una niña, á la que pondrás por nom-
dolos con sus dulces gorjeos y rozan- bre María. Esta niña n a c e r á sin
do con sus alas los cabellos de la an- mancha de pecado original; será san-
ciana, que miraba «embelesada su ta entre todas las Santas, y llena de
raudo y caprichoso vuelo. todas las gracias.
—¡Ah! ¡Cuan felices son estas ave- Dicho esto, desapareció. Las flores
cillas, exclamó Ana sin poder conte- volvieron á su sitio, y los pajarillos
ner sus lágrimas. ¡Cu&n felices pues á sus cantos.
tienen hijos de que cuidar! Si yo
hubiera tenido esa misma dicha, |Con
cuánto amor, con cuánto esmero los —¡Gracias, Dios mío! exclamó Ana
cuidaría, cuan poco envidiaría la con la más profunda emoción. ¿Qué
dicha de esas avecillas! ¿En qué, viste en mí para que así me bendi-
Señor te ofendí para que así me cas- gas?
tigaras? dijo la anciana; y cubrién- Momentos después entraba en la
dose el rostro con las manos, sollozó casa Joaquín, c-1 cual había tenido
amargamente. una revelación semejante.
Al día siguiente emprendieron am-
bos esposos «1 camino de Bekoris. y
á los nueve meses do su llegada na-
Ocurrió entonces que los pajari- ció una niña hermosa como la luna,
llos se refugiaron en el nido, empe- escogida como el 30I. de dulce y pura
zando á cantar con armoniosos y sonrisa, á quien pusieron por nom-
dulces trinos; replegáronse las rosas bre María.
formando artístico grupo, y de entre En el momento de nacer esta ben-
ollas surgió la hermosa figura de un dita y excelsa niña, cuenta la leyen-
mancebo de sonrosada tez blondos da que aquellos mismos paj arillos
cabellos y azules ojos, en la mano del jardín vinieron á posarse en el
derecha llevaba una vara de azuce- tajado de la casa, rompieron en ale-
nas, tenía puesta la izquierda sobre gres y dulcísimos trinos; y el puoblo
su pecho, y un nimbo de hermosa luz Sekoris que, como todos los pueblos,
rodeaba su blanca vestidura. tendría tiernos sentimientos había
—No llores, Ana, dijo dirigiéndose al par que ideas muy poéticas, y que
A la anciana con voz dulcísima; no declarado Santos a Joaquín y
llores que Dios ha escuchado tus Ana mucho mucho antes de que la
ruegos. Soy el arcángel Gabriel, y Iglesia lo hiciera, llamó desde en-
vengo á decirte que es la voluntad tonces á aquellas avecillas «Los pa-
del Altísimo regreses con tu esposo jarillos de Santa Ana »
PLEGARIA DE SAN SIMÓN STOCK
©
^fCos gtarmeCi, §fCor 6eC ^armeCo,
"ágHfis ^Cortgera ~%?i& ruíncuttca,
§>pZen&ox coeCt, c^um&re ÓeC cteCo,
liPtrgo puérpera l^traen fecunóa
gímcjuCaris. g r e s sin p a r .
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^ « V » ^ j o .
— 534 •
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^ S | ¡ | L Monte Carmelo, memorable por sus bellezas, que
•tSfsTtantas veces evocaron vates del pueblo de Dios;
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• 537-
¡AN llegado los hermosos días en que los devotos
jos de la Virgen del Carmen esteriorizau con
grandes solemnidades los amores, más grandes
aún, que abrigan en su corazón hacia su Madre
dulcísima; y vemos muchedumbres sin número
agruparse al pie de los altares de la Virgen Santísima
del Carmen y elevar al Cielo plegarias fervorosas, pues-
tas en tierra las rodillas y los ojos puestos en su Madre;
y vemos á la Virgen del Carmen, entre miles de luces,
entre esencias de flores y nubes de incienso, bellísima y
graciosísima, con el tierno amor pintado en sus ojos, con
la dulce sonrisa flotando en sus labios que sonríe á sus
hijos predilectísimos en los cuales ha puesto Ella sus
más gratas complacencias.
¡Espectáculo consolador que hace brillar en nuestro
pecho la luz de la esperanza! La sociedad ha pecado gra-
vísimamente contra su Dios. ¿Y sabéis por qué Dios no
ha vibrado ya contra nosotros los rayos de su justi-
cia suprema? Porque aun hay más de diez justos en la
ciudad, porque hay más de trescientos profetas que no
han humillado su cerviz ante los falsos dioses, porque
hay un pueblo, pueblo numerosísimo, pueblo escogido
como era escogido el pueblo de Dios, que guarda el de-
pósito santo de la fe en su alma, que se sostiene con la
— 538 —
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MUESTRA SEÑORA DEL CARMEN, PATRONA JURADA DE LA REPÚBLICA DE CHILE
t SUS EJÉRCITOS
esperanza de bienes inmortales, que alimenta el sagrado
fuego de la caridad en su pecho; ese es el pueblo que
acude hoy reverente á nuestros templos, el pueblo que
reza con fervor, el pueblo que se postra ante los altares
de la Virgen del Carmen, el pueblo que la llama Madre
de Amor y Reina soberana, y como á Reina y como á
Madre la ha jurado amor eterno y fidelidad inquebranta-
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NUESTROS PADRES
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A . OD)S los amantes de María, cuando intentaron pu-
:í( - • ^ ^ blicar el afecto con que la amaba su corazón, bus-
caron, los nombres más significativos, y los títulos
mis preclaros, para ensa zar sus inenarrables
perfecciones: y seria miy difícil encontrar entre sus
innumerables devotos, uno solo que no se haya valido,
para significar los homenajes que á la Reina de los cie-
los tributaba su alma, de las cosas más hermosas y sig-
nificativas de la naturaleza.
La Iglesia Católica, conociendo perfectamente las
^ansias con que los hombres esperan la luz en una noche
penosa y desventurada, la llama aurora. San Bernardo
deteniéndose en el aprecio con que el avaro mira los
negocios importantes y los tesoros escondidos, la distin-
gue con los títulos admirables de (l) negocio de los siglos
y (2) tesoro de Dios. San Ambrosio, mirando que lo
principal de un edificio, por magnífico que sea, es la
puerta, y el principio de todos los frutos es la planta
que engendra la flor, la llama (3) puerta oriental y (4)
vara que germinó la más preciosa flor. San Ildefonso
de Toledo, viendo que la hermosura, la sabiduría y la
vida atraen con dulce violencia á todos los corazones (5),
hermosura de las mujeres, cabeza de las vírgenes y
(1) Ser. 2. de Penteo.
(2) Ser. 3. in Anunoiat.
(3) Epis. 62.
(4) De Virginit lib. un. cap V.
(5) Serm. 4. de Assumpt.
-546-
entrada de la vida. San Cirilo de jerusálén, creyendo
que rio hay nombre mejor que el de tálamo para indicar
el amor y felicidad de los desposados, tálamo ae la di-
vinidad. San Simón Stok, reconociendo en la flor el prin-
cipio inmediato de todos los frutos, y que entre las flores,
las de los montes exhalan un aroma especial, flor del
. Carmelo.
Estos nombres y otros muchos con que los santos han
manifestado al mundo el amor que tenían á María, son
indudablemente gloriosos timbres que le pertenecen
con toda propiedad: ¿no le han de convenir habiéndole
sido impuestos por quienes tan perfectamente la cono-
cían y tan entrañablemente la amaban?... Pero, aún
cuando estos títulos, y otros muchos que se omiten, le
convengan con propiedad, en el de flor del Carmelo
encuentra estos días la mente cosas tan particulares, que
no puede menos de trasladar algunas al papel.
Tres cosas hacen recomendable á una fior: la hermo-
sura, el aroma y la esperanza del fruto. Una flor sin
ífüermosura sería repulsiva á la vista, sin aroma un fra-
gas© para quien se prendara de su color, y sin esperanza
•),r.' *Áuto, un ser sin atractivo de ningún género para el
jardinero; pero cuando la flor es hermosa, atrae á sí las
miradas de todos; cuando á la hermosura une el aroma,
no hay apetito por extragado que esté que no la quiera
gustar; y, cuando á la hermosura y al aroma está vincu-
lada la esperanza de fruto, para ella son todos los afa-
nes de quien desea respirar en el jardín.
María es una flor, y una flor tan llena de hermosura
que, por donde quiera que se la mire, excede infinita-
mente á todas las flores. ¿Qué flor podrá haber en la
tierra ni en los cielos que con María tenga comparación?
María es tan hermosa que infinitamente resalta sobre
las obras más proporcionadas, más bellas y más subli-
mes del Criador; porque es la perla preciosa que coro-
na todos los edificios, todos los vergeles y todos los
jardines de la creación. María supera en suave fragan-
cia á todos los aromas, porque á su singular hermosura
une un aroma tan fragante que ni el unamomo, ni el bál-
samo, ni la mirra puede con ella competir. Y María ha
-547-
dado frutos tan divinos, é infunde esperanzas tales de
llegarlos á conseguir, que los frutos de todas las flores
son verdadera esterilidad si con ellos se quieren compa-
rar; porque los frutos de María, poseídos ó esperados,
son frutos de bendición. Todo es recomendable en Ma-
ría, la hermosura, el aroma y el fruto.
Pero su recomendación sube de punto, cuando se la
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HISTORIA DE UN ESCAPULARIO
C O N T A D A POR EL MISMO
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— 554-
Flores fueron sü ataúd: be peregrinos aíiaf et¡,
Y fué su blanco sudario Uno de los mis cantares
Salvador escapulario: Vino al punto á mi memoria.
Y le hace sombra la cruz.
Y cuando un sol y otro sol Hay una Virgen del Carmen
Bañe con su luz la fosa Con cetro y Escapulario,
Dirá el cielo: «¡Aquí reposa Para salud de los buenos
El buen soldado español!»— Y gobierno de los malos.
CONCLUSIÓN
Cuando yo escuché esta histo-
F E ; '•foióiji^ÉDKL C A R M E L O T E R E S I A N O
Sóñ —
LA SALVE
.22.
'W^STA hermosa y piadosísima plegaria que, testigo
V el Apóstol de las Cruzadas, no puede recitarse con
atención sin verter devotas lágrimas, es de origen es-
pañol.—Compúsola el célebre Abad de Nuestra Señora
u
f~"
&
1IIIIMIIIHIIIHIIIIIH
• 557 -
Elias bajó súbitamente fuego del cielo, y.devoró y con-
sumió el buey y el altar de leña y el. agua con que le
había rociado y había derramado alrededor.
Al ver esta maravilla, el pueblo, con el rey á la ca-
beza, levantó él grito y explamó: "¡El Señor es el Dios,
el Señor es el Dios!,,
i.; ;•
W®@^
-558-
rio.,
EL SACRIFICIO DE ELÍAS
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SECCIÓN CANÓNICOLITÜRGICA
vil
LOS ESTATUTOS DBT UNA COFRADÍA
r&&2m*
cias, son medios para el buen régimen y recta administración de las
Cofradías. (1).
Pueden darse, sin embargo, algunos artículos de los estatu-
tos de alguna Cofradía cuyo cumplimiento sea necesario, no
para la validez de su erección, sino para que los fieles en ella
inscriptos puedan ganar las indulgencias. Como tales deben
considerarse todos aquellos artículos on los que se propone á
los cofrades alguna obra piadosa cuyo cumplimiento está pros-
cripto por los SSmos. Pontífices como condición necesaria para
ganar las indulgencias. Estos artículos no solamente son nece-
sarios y hasta esenciales para ganar las indulgencias, sino que
de ninguna manera se puoden variar, y los obispos k quienes
so les concede la facultad do poder corregir, modificar y hasta
aumentar los estatutos de las cofradías según lo croan más
conveniente para el buen régimen y administración de las mis-
mas, deben resp3tar todos estos artículos en los que se prescribe
á los cofrades alguna condición necesaria para ganar las indul-
gencias, y en manera alguna pueden variarlos ni modificarlos,
á menos que para ello hayan obtenido especial permiso de la
Sagrada Congregación ó esté delegado por la S. Rede. Asi lo de-
claró la misma S. Congregación en su decrato de 12 de Mayo
de 1843 donde además de decir q i n la variedad parcial y
aún la general de los estatutos, que los Ordinarios, en sus res-
¡IB) pectivos lugares, de'ien acomodar según la diversidad de los tiempos
ERM y circunstancias, no obsta ni impido el que sé ganen las indul-
gencias concedidas por los SS. Pontífices, añade: «Qnodsinonnul-
li statutorum articuli aliqua pera/jenda opera sodalibus proponant,
guai ex Pontificia concessione ditata sint indulgentiis. ipsi tamquam
essentiales habendi «Ií.Ií, utnullo modo' variar i possint, ne tali spiri-
tuali emolumento sodales sint fraudati.» (2)
Aunque con todo lo dicho hasta aquí se vé bien claro que los
estatutos de una cofradía no son necesarios ni para la validez
de su fundación ni para ganar las indulgencias que le han sido
concedidas por la S. Sede, sin embargo h°mos de confesar, por-
que así nos lo enseña la experiencia, que son tan útiles y hasta
casi necesarios para la buena dirección de los cofrades y racta
administración de sus bienes, si los tuviera, que, en la práctica,
apenas hay cofradía, por insignificante que sea, que no tenga
sus estatutos, porque en ellos se indica el fin particular de la
cofradía, se proponen los medios más aptos para conseguirlo, se
establecen ciertas roglas para la acertada elección de la junta
T^
SOLACES Y ENTRETENIMIENTOS
- 567 - .
ZüZ¿/\ des en íorma do cruz, hombros eü cuyos cuerpos estaban
enroscadas multitud de serpientes. Alrededor de una mesa
estaban sentadas seis mujeres viejas en forma horripilante,
cada una de ellas tenía en su muñeca una víbora por pulsera;
encima de la mesa se veía un plato grande, en el plato una
serpiente muerta, y sobre la serpiente un crucifijo. Aquellas
viejas estaban picando el crucifijo con las puntas de sus agujas.
Pranchi no pudo sufrir aquella escena, y después que echó
todas sus -porras y toda su letanía de interjecciones cuarteleras,
apuntó el rowolver á la más vieja de ellas casi á bocajarro, y
la dejó muerta en el acto. La bala le entró por la sien izquierda
y le salió por la oreja derecha. Nuestra pluma se resiste á des-
cribir la escena que á continuación so desarrolló. Baste decir
que aquello era no una semejanza del infierno sino el infierno
mismo. Voces, gritos y blasfemias, todo se oía en aquel lugar
espantoso; pero al poco tiempo todo quedó oscuro y tenebroso
como un calabozo y creyó Pranchi que podía descansar.
No fué así; sino que entonces empezó la más terrible escena.
En medio de aquella oscuridad apareció un fantasma formida-
ble que dejó á Pranchi sin una gota de sangre en todo su cuer-
po y casi petrificado. El fantasma se dirigió á Pranchi con ac-
titud feroz, pero no había llegado todavía el momento de que
desfalleciera el valiente capitán de Dima.
En el momento en que el fantasma parecía iba á devorar á
Pranchi, este le apuntó el rewolver á la cara y le disparó los
cuatro tiros que le quedaban; pero el fantasma recibió los cua-
tro proyectiles dulcemente en sus labios, los cogió con la mano
y los arrojó al suelo.
¡Porra! exclamó Pranchi asombrado, soy perdido pero sin
desfallecer de ánimo cogió con presteza el enorme cuchillo que
tenía en la faja, le agarró con las dos manos y con toda la furia
de su alma, fué á clavarle en el vientre de aquella horripilante
figura que tenía delante, pero el fantasma tocó con la punta de
su dedo la punta del cuchillo y éste cayó al suelo hecho cinco
pedazos.
¡Porra! exclamó Pranchi y dio un salto hacia atrás...
No sabía qué hacerse. Le vino á la memoria que tenía en el
bolsillo un pequeño crucifijo que nunca le había separado de sí;
lo cogió y se lo arrojó al fantasma; e3te desapareció con ruido
espantoso, pero volvió á aparecer inmediatamente. ¿Qué iba á
hacer Pranchi? ¡Ah! entonces le vino á la memoria que todavía
tenía consigo la más poderosa de sus armas. Era el escapulario
de la Virgen del Carmen. So lo quitó de su cuello y se lo arrojó
á la cara del fantasma el cual quedó prendido en el cuello do
este.
El fantasma hizo grandes esfuerzos para arrancárselo, pero
hubo un momento en que el fantasma levantó sus ojos al cielo,
otro momento en que aparecieron dos chorros de lágrimas en
aquellos ojos y otro momento en que cayó muerto al suelo. No
era más que un hombre como otro cualquiera. Pranchi al ver
delante de sí un cadáver, cayó también desmayado, pero durante
su desmayo tuvo lugar una visión. Se le apareció un alma, que
le habló de este modo: Soy el alma que ammió el cadáver que
tienes delante. Fui un espiritista, mi vida ha sido un tejido de
crímenes, y aún á tí mismo quise desesperarte y conducirte &
-568 —
los infiernos, pero desde el momento que sentí sobre mis opals-
das el escapulario del Carmen so me ahrieron Jos ojos y vi la
horribilidad de mis crímenes y la grandeza de la misericordia
de Dios. Entonces levanté mis ojos al cielo, y4quellas lágri-
mas que viste correr por mis ojos eran lágrimas del dolor que
me ha quitado la vida. Estoy en camino de s^taeción, pero des-
tinado al purgatorio hasta el primer sábado'•Sabe que te en-
cuentras fuera de tu tierra, pues estas en Baltimore ciudad de
los Estados Unidos: Preséntate al cónsul español que es don
Tomás Zumalacárregui, sobrino del general carlista de este
nombre; él te pagará el viaje para España y publica las gran-
dezas del escapulario del Carmen.
Pranchi volvió en sí, y vio que todo era cierto. Salió á la
calle y veía unos hombres altos y rubios que cortesmente le
saludaban diciendo: Good nurning. Pranchi, no sabía lo que le
decían pero respondía: Buenos días. Preguntó á un yankee
dónde estaba el consulado español, y le respondió: Henry Clay
Street; y ¿dónde está Henry Clay Street? pregunto Pranchi; en-
tonces el yankee le acompañó hasta el consulado y ie presentó
al cónsul.
Pranchi contó al cónsul lo ocurrido, este le recibió cortes-
mente y le pagó el viaje para España.
Pero antes de embarcarse para su tierra Pranchi tuvo el
cuidado de volver á donde estaba el cadáver del fantasma,
arrancarle el escapulario y ponérsele á sí mismo.
Lo que ocurrió con aquel escapulario durante la navega-
ción, sobre todo durante la formidable tempestad que tuvo lu-
gar, no se puede contar esta vez: lo referiremos otro día.
NOTA. Quizás este relato parezca poco verosímil aún en
'<TERM el terreno de la novela por lo extraordinario que á primera vis-
ta se presenta. Sin embargo no lo es, ni en el terreno de la no-
vela ni en el de la historia. Es verdad que el hecho no ha tenido
lugar con Pranchi que es personaje imaginario, ni en Dima que
nada tiene que ver con nuestra historia, pero túvolo hace cin-
cuenta años en una aldea de París, donde cierto personaje, des-
pués de haber pasado una noche semejante á la que acabamos
de mencionar, el día siguiente se encontró en Moscou según
refirió un periódico de aquol tiempo, y no hace mucho lo hemos
visto reproducido en una revista Norte-Americana. Así que en
este relato, no se ha hecho sino convertir el nombre del perso-
naje de la aldea de París, en Pranchi, el de Moscou en Balti-
more y la misma aldea de París en Dima, sin entrar en averi-
guaciones de si el hecho que se refiere es una superchería ó una
realidad.
F R . S. S. T.
4*~-x
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CRÓNICA CARMELITANA
CARTA DE BUENOS AlRES
— 570-
és una ciudad donde hay mucha míes y pocos operarios; pues
para treinta mil habitantes solo hay un cura y un teniente.
Además, es un punto estratégico con cinco vías férreas, situa-
do entro Buenos Aires y Córdoba y cerca del Rosario que es
una ciudad importantísima de ciento catorce mil habitantes.
En vista de todas estas circunstancias, esperamos que aquella
fundación redundará en mucha gloria de Dios y bien de las
almas.
En 11 de Mayo partimos para otra misión que se iba á dar
en San Nicolás, ciudad de veinticinco mil habitantes. El tren
que parte de Buenos Aires para aquel punto después de reco-
rrer un trecho por la orilla del Río de la ; Plata empieza un gran
trayecto aéreo, pasando por encima de los bosques y paseos de
Palermo, con la particularidad de que tiene tres estaciones á
la misma altura. La vista panorámica que se ofrece al viajero
mientras el tren vuela por encima de las copas de los frondosos
y variados árboles es fantástica. Después de recorrer cincuen-
ta leguas en seis horas llegamos á San Nicolás, pintoresca ciu-
dad colocada en una loma bañada por el río Paraná que alegra
la vista con sus grandes y verdes islas cuajadas de árboles.
Al quinto día de la Misión llegó el incansable señor Obispo
de lá Plata permaneciendo seis días entre nosotros. No es po-
sible describir el entusiasmo que allí produjo el hábito de la
Virgen del Carmen desconocido para ellos. No podía salir de la
iglesia á la casa parroquial ó viceversa sin ser objeto de una
persecución feroz de parte do las gentes que me rodeaban impi-
diéndome dar un paso. Cuanto más les increpaba era peor.
Los siete sacerdotes no eran suficientes para oir las confe-
siones de las personas que desde muy temprano acudían á lim-
piar sus almas en el sacramento de la Penitencia. He visto á
mis pies personas que hacía treinta y cuarenta años que no
se confesaban y caballeros que alejados por completo de la re-
ligión y entregados á toda clase de vicios se confesaron con
tanto dolor de sus pecados que han tenido que suspender la re-
lación para dar rienda suelta á las lágrimas y sollozos causados
por el profundo pesar de su vida licenciosa. ¡Hermoso espectá-
culo que consuela y conforta el corazón del misionero en medio
de sus fatigas, el ver estos triunfos de la gracia sobre corazones
empedernidos y esclavos de Satanás!
Concluida la Misión y á indicación del señor Obispo tuve
que permanecer unos días más para seguir predicando y confe-
sando. La misma mañana de mi salida para Buenos Aires se
me presentaron entre muchas personas dos hombres que de-
seaban confesarse. El uno no se había confesado nunca y el
-571-
otro no se había acercado al tribunal de la Peniíencía en trein-
ta años.
Todo sea para mayor gloria de Dios y honra de Nuestra Ma-
dre SSma. del Carmen cuyo escapulario ha despertado tanto
entusiasmo entre aquellas gentes.
De V. E. indigno h.° en Jesús,
F R . BONIFACIO DB LA SODA FAMILIA.
— 572-
%m^:
por el negro manto de la profesa y arrodillándose delante do
cada una, abrazó conmovida y radiante de placer á sus nuevas
hermanas.
Fué madrina en dicho acto, la virtuosa señora doña Justina
Perrín tía de la profesa.
Nosotros, que ligados á esta por estrechísimos vínculos de
familia sentimos con su clausura un vacío inmenso á nuestro
lado, no podemos menos de celebrar su heroica resolución y
felicitarnos ante su dicha, comprendiendo que el Señor ha ve-
nido á honrar nuestra familia eligiendo entre ella como esposa,
á quien un día se llamó en el mundo Victoria Gutiérrez, nues-
tra querida hermana.—T. G. P.
CONSAGRACIóN DE UN OBISPO.—En nuestra Iglesia de la Vic-
toria, en Roma ha sido consagrado el nuevo Obispo de Téramo
Mons. Alejandro de Santa Teresa, Carmelita Descalzo, por Su
Eminencia el Cardenal Gotti, con asistencia de Mons. Constan-
tino Limosnero secreto del Padre Santo, y de Mons. Dionisio
Ex-Vicario General de la Orden.
Era conmovedor ver en el altar tres Obispos do la Orden.
Asistía la representación de la Orden Carmelitana y de varias
otras Ordenes é Institutos, la de la diócesis de Téramo, y gran
concurso de fieles.
41 día siguiente fué recibido por el Sumo Pontífice el nue-
vo Obispo, oyendo de los augustos labios do León X I I I conse •
jos y palabras de aliento para el desempeño del difícil cargo
pastoral, y recibiendo de sus manos como regalo, una hermosa
cruz pectoral.
TOMAS DE HáBITO.—En el nuevo Convento de Alcibar (Az-
coitia) ha tenido lugar la entrática de las señoritas Luisa Urro-
ta y Josefa Antonia Larrañaga, de Idiazabal y Azpeitia respec-
tivamente.
La función resultó muy conmovedora asistiendo gran con-
currencia de fieles principalmente de Zumaya, donde residían
las novicias.
Ocupó la Sagrada cátedra el sabio baskófilo don Domingo
Aguirre quien tomando por tema las palabras del Psalmo «Audi
filia et vide,» pronunció un hermoso sermón en estilo elegante
y dicción clarísima que tuvo agradablemente suspendida la
atención de los oyentes todo el tiempo que duró.
Entre la numerosa concurrencia contó, quien nos comunica
estas noticias, 28 sacerdotes.
Son ya 14 las monjas que hay en dicho convento.
Las obras de construcción de la Iglesia han empezado ya y
puede decirse que dentro de poco so organizarán edificios y
— 573-
comunidad gracias á la activa cooperación de la católica Azcoi-
tia y no menos de la j u n t a organizadora.
—También ha tomado el hábito en el Convento de Madre»
Carmelitas Descalzas de Corella la señorita plácida Leyún, na-
&t'\
tural de Moain.
La nueva religiosa llevaba un rico traje de brocatel blanco
y en dicho acto predicó el R. P. Jacinto, religioso carmelita del
convento de dicha ciudad, el cual ensalzó de un modo admira-
ble la vida del claustro.
l& Dicha religiosa se llamará en religión Sor Plácida Teresa
de Jesús.
A dicho acto asistieron los padres de la novicia, así como
también un numeroso concurso de amigos de la familia.
A las nuevas novicias y á sus familias damos nuestra enho-
rabuena.
n \ ®\
NECROLOGíA.—Ha fallecido en Granada, en el Convento de
Santa María Egipciaca, de las Carmelitas Terceras de Santa
wm Teresa, la Hermana Fernanda de la Asunción. Era la finada
hermana de nuestro querido y R. P . Bonifacio de la Sagrada
Familia Superior de los Carmelitas Descalzos en Buenos Aires,
y del M. R. P. Antonio de la Asunción, religioso Trinitario.
mí Su carrera en la vida ha sido sumamente breve, pero bien
puede decirse de ella, que en poco tiempo adquirió grandes
tesoros de virtudes y méritos para la vida eterna.
Damos nuestro más sentido pésame á los padres Bonifacio
y Antonio, á sus afligidos padres y demás familia.
—En Huesca ha fallecido la señora doña Isabel Solana, viu-
da do Orús, bienhechora do la Orden.—R. I. P.
M /P
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[^
574-
CRÓNICA GENERAL
-575 —
NOVENA DEL APóSTOL SANTIAGO.—En la Novena del Apóstol
Santiago que se celebrará en Compostela el mes de Julio, al
mismo tiempo que el Congreso Católico, predicarán nueve Pre-
lados sobre los siguientes temas:
Día 15. «Generosa prontitud de Santiago para seguir á
Jesucristo», por el limo, señor Obispo de Astorga.
Día 1.6. «Encendidísima caridad y celo del santo Apóstol,
por los que mereció le llamase Hijo del Trueno su divino
Maestro», por el limo, señor Obispo do Osma.
Día 17. «Fidelidad del Apóstol Santiago en corresponder
á los favores del Todopoderoso Jesús, por la que se hizo digno
de sus íntimas confianzas», por el limo, señor Obispo do Pam-
plona.
Día 18. «Predilección do nuostro Señor Jesucristo para
con el Apóstol, manifestada en el acto do su gloriosa transfigu-
ración», por el Excmo. señor Obispo de Lugo.
Día 19. € Ternura del amor do Jesús para con su glorioso
discípulo rovelada en G-etsemaní», por el Excmo. señor Obispo
de Sión.
Día 20. «Fortaleza del Hijo del Trueno al hacer frente á
la.judáica perfidia y al someter nuestra España al suave yugo
de la divina Ley», por el limo, señor Obispo de Jaén.
Día l /il. «Incomparable honor dispensado al Apóstol por la
Santísima Virgen al encargarle la erección en Zaragoza del
primer templo consagrado en el mundo á su veneración y cul-
to», por el Excmo. señor Arzobispo de Zaragoza.
Día 22. «Ejemplar constancia del Apóstol al derramar su
: sangre el primero entre sus colegas por Jesucristo», por el ex-
celentísimo señor Obispo de Madrid-Alcalá.
Día 23. «Singular amor del santo Patrono de España, de-
\K> mostrado en haberla engendrado á la fe do Jesucristo y rega-
¡ lándola con el tesoro de su glorioso Cuerpo y constante proteo-
j ción», por el Exorno, señor Obispo de Salamanca.
PEREGRINACIóN ESPAñOLA á ROMA.—Para solemnizar el he-
cho de ser León XIII, entre más de 200 Pontífices, el tercero
do los que han alcanzado el 25' año de Pontificado, saldrá de
Barcelona en ol próximo Octubre u n a peregrinación que en
tren especial invertirá treinta y cinco horas en el viaje hasta
Roma, donde estará nueve días. El billete de ida y vuelta cos-
tará 250 pesetas en primera clase, 170 en segunda y 105 en ter-
cera. Es de esperar que sean muchos los fieles que se adhieran
ra á esta hermosa peregrinación.
U N CASO úNICO BK EL PONTIFICADO.—Lo es, en efecto, el del
número de Cardonales fallecidos durante los veinticuatro años
( y tres meses del Pontificado de León XIII, que asciende á 140,
y como el Sacro Colegio consta á lo sumo dé 70 Cardenales;
i supone aquella cifra la renovación por dos veces del Colegio
Cardenalicio. Pío IX, durante su Pontificado de treinta y dos
!
años, sólo vio morir'á 123. Pero como todavía quedan tres Car-
denales creados por aquel Pontífice, aún no puede decir p e ó n
X I I I como Urbano VIII, que vio desaparecer todos los Carde-
nales creados por su predecesor: Non vos me,elegutit\sed ego
;
elegiavos. . ,. . , , . . i 'i
-'V.'J
— 576 —
Filii tui jdo longo va
nicnt.
ISAíAS (¡0. 4.
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VII
(CONTINUACIÓN)
irlT^ODÜCCIÓH
(1) Fr. F. de 8. T., son iniciales que indigno que sobre todo al principio
podrían ser de los nombres v.gr. Fran- de la Reforma ponían al pie de su
cisco de Sto. Tomás, Felipe de Santa firma los Carmelitas Descalzos.
Teresa etc. La I , es inicial do
E t ItOÑTB CARMELO 68d
I
EN EL ESCORIAL
{Se continuará.)
Chengalam.—Un acontecimiento.—La nueva iglesia.—La campana.—Fiesta
infernal.—Toma de posesión.- De cotarro en cotarro.—Una indicación.
--Conjuro.
Sin poderlo remediar se han ido deslizando uno tras otro más
días de los que yo habría querido que pasasen sin contar á los lec-
tores algunos pormenores, de igual interés que novedad, acaecidos
en Chengalam, centro de Misión situado dentro del Distrito y no
lejos de la ciudad de Cottayam, cabeza de circunscripción en lo civil
y religioso, sin distinción de sectas, supersticiones y cismas: todos
tienen en ella sus principales focos de acción. Allí pusimos también
nosotros el pie pocos años há, y, gracias al cielo, vamos poco a poco
adquiriendo vida y extendiendo los pasos de evaugelización.
Uno de los buenos puntos de nuestros afanes es Chengalam,
donde nos ha cabido la gracia de recoger hermosa cosecha, que pro-
mete ir en progresivo aumento si no escasean medios y obras de
diligente cultivo.
Entre tales obras ninguna más urgente y precisa que proveer de
un templo á aquella edificante cristiandad recién nacida. Ya tuve el
honor y gusto de referirles cómo se arregló allí una especie de Belén
—en verdad que ello no pasaba de una choza pobrísima—y la nece-
sidad nos obligó á trocarlo en casa de Dios y asilo de las almas re-
cien convertidas.
Asimismo saben los lectores, porque se lo conté, que el día 25 de
Agosto del año próximo pasado se colocó solemnemente la primera
piedra de la definitiva iglesia sobre aquella graciosa colina semicir-
cular. Conque vamos á describir los hechos hasta el término de su
primera etapa que cierra un acontecimiento, la inauguración de una
parte de dicha iglesia.
Y digo acontecimiento, porque, en efecto, lo fué para allí por par-
ticulares circunstancias. Y aun sin estas ¿qué suceso más digno de
atención, de solemnidad y toda suerte de honores, que la erección
592 EL MONTÉ CARMELO
que ella sola no puede descubrir casi ninguna verdad sin el auxilio
de la revelación ó uso de la palabra.
Entre estos extremos la Iglesia sigue un término medio, ense-
ñando que hay verdades asequibles á la razón humana, y otras
sobrenaturales que nunca alcanzaría sin el auxilio de la revelación.
Pero es preciso tener en cuenta una distinción importantísima,
para no padecer lamentables equivocaciones: las verdades de la
fe son sobre la razón, pero no contra la razón, como los objetos
colocados á grandes distancias son sobre la vista, mas no contra
la vista.
De los errores y desaciertos en que incurren hasta los primeros
ingenios abandonados á sí mismos, se deduce, pues, la necesidad
de la religión en la sociedad, la cual, como estrella polar del mun-
do, marca alas inteligencias los caminos de la verdad, consuela á
los hombres en las desgracias de la vida, los bendice en la muerte
y los conduce á las soberanas y eternas felicidades del cielc.
'***"'' i> JTJ Jp-f,
ttSXCgfó
SECCIÓN CANONICO-LITÚRGICA
IMPORTANTíSIMO DECRETO
-^IflMiiWKr-
|ARTA DE CHILE.—R. P . Director de EL.MONTE CARMELO.
Tenemos una religiosa Carmelita más, Sta. Teresa otra hija, émula de su
heroísmo, Jesús otra Esposa, consuelo de su apenado Corazón y el mundo
otro ejemplar que imitar y un pararrayos más que le ponga á resguardo de
las iras divinas en estos tiempos de los desbordamientos de las pasiones y
podredumbres humanas.
Esta Carmelita, hija de Teresa, Esposa do Jesús, ejemplar y pararrayos
del mundo es la H . a Ana de Josús, en el siglo Srta. Ana Herreros y Ortu-
zar, que el día de Jueves Sto. 27 de Marzo, hizo la Profesión Religiosa en el
observantísicno monasterio de las Carmelitas Descalzas de esta ciudad do
Santiago con indecible júbilo de su alma, satisfacción do la Comunidad y
edificación de cuantos la conocieron.
No es pequeño el consuelo y ánimo que el alma siente, en medio de la
feroz persecución de que vienen siendo víctimas las Ordenes religiosas, al
ver jóvenes, de alta alcurnia, como la señorita Ana, renunciarlo todo, por
conseguir la.dicha suprema de ser inscriptas en el glorioso catálogo de
esos Institutos tan inicua y ferozmente perseguidos.
El Señor vela por ellos, y nos ha dado una prueba más y un gran con-
suelo en el heroico sacrificio do la recién profesa, 4 quien nada pudo dete-
ner por más tiempo entre las encrucijadas y peligros del mundo. Ni el amor
de sus padres, don Agustín Herreros y Rodríguez y doña Carmela Ortuzar
y Ovalle, que, como hija única, vivían solo para ella; ni su elevada posición
social que, además de poner en sus manos cientos de corazones, la hacia
columbrar un porvenir sin nubes é impregnado do suaves sonrisas; ni los
seductores encantos de un casto himeneo, tan naturales al hombre en la
ñor de sus años; ni los regalos y nvúltiples comodidades que rodearon y
mecieron blandamente su cuna, y la prodigaban sus seductoras caricias; ni
los salones espléndidos, ni las galas fascinadoras; ni los recreos embriaga-
dores con que el mundo unco al yugo de su tiranía á nuestra desventurada
juventud; ¡nada! Resonó en el fondo de su corazón la voz del Rey del amor,
brilló en el sereno cielo de su alma la estrella de la vocación religiosa, y sin
tropiezo y con generosidad edificante buscó en los austeros claustros de la
sin par Teresa de Jesús al que tan dulcemente la llamaba como único ob-
jeto de su amor.
El gran mundo, y sobre todo la alta sociedad santiaguina, puede con-
templarla entre los angostos y severos paredones del Convento, vestida de
burdo sayal, rodeada de humildad, pobreza y mortificación, acortando las
608 EL MONTE CARMELO
horas del sueüo por dárselas á la oración y trato familiar con Dios, comien-
do pobremente, ayunando más de siete mases del año, guardando vigilia
perpetua, siguiendo á Cristo, en fin, por el camino de la abnegación, del
sacrificio y de la renuncia de todos sus quereres, y muy posible es que,
entre tantas austeridades y encerramiento tanto, vean rebosando en sus
labios la folicidad de su corazón desborlándose con frecuencia en esta sen-
tida letrilla:
¡Oh, dichosa soledad
donde el alma retirada
vive con Dios olvidada
del mundo y su vanidad.
Mo afirmo con la seguridad del que lo oyó que la oirían exclamar: «Soy
feliz porque hinche mi corazón la felicidad del amor de mi Jesús.»
EL domingo de Resurrección recibió el Santo Velo después de la Misa
que cantó el muy venerable y muy querido amigo nuestro señor Capellán
de la Comunidad don Manuel Gil Rojas.
Predicó en esta ceremonia el R P . Atanasio del Corazón de Jesús, quien
en párrafos verdaderamente esculturales y llenos de profundo sentido', teo-
lógico describió la resurrección del alma por la Profesión Religiosa á una
vida de alta unión é intimidad con Dios, como copia fiel y animada de la
resurrección de Jesús.
Los padres de la relien profesa y demás familia quisieron aumentar la
gloria y alegría de su hija, uniéndose á ella con los vínculos estrechísimos
do la Comunión. ¡Benditos sean!
A todos enviamos un saludo y damos la más cordial onhorabuena.
Continúan haciéndose los preparativos para'la solemne fiesta religiosa
que se llevará á cabo el 8 de Junio próximo, y que consistirá en la inaugu-
ración y bendición por el ilustrísimo y revorendísimo soñor arzobispo de la
iglesia del Carmen, hecha construir rn la avenida de las Delicias por las
religiosas Carmelitas Dasealzas.
La iglesia es de una sola nave, y aunque de pequeñas dimensiones, es de
muy buen gusto. Como en todas las obras del constructor don Nicanor Ma-
rambio, en ésta se nota sencillez y elegancia, pues ahí no ss ve derrocho de
lujo; no obstante, el golpe de vista que presenta es hermoso.
El altar mayor es de mármol, y sobre él, en artístico pedestal, tiene su
trono la VirgeD del Carmen, presidiendo como patrona.
En los costados del presbiterio hay dos grandes estatuas colocadas sobre
pedestales: una del Sagrado Corazón de JesÚ3 y la otra de San José.
En el centro de la nive, en cxda, costado, e3tán dos altares con mesas de
marmol, dedicados uno á Santa Teresa de Jesús y el otro á San Juan de la
Cruz, reformadores de la orden carmelitana.
El coro corresponde á las dimensiones de la capilla.
La inauguración consistirá en un triduo, que durará los días 8, 9 y 10.
El primor día dirá la misa mayor el prebendado don Ildefonso Saavedra,
acompañado del Gobernador eclesiástico y del cura de los doce Apóstoles,
señor García ííuidobro. El ilustrísimo soñor arzobispo pontifijará.
Los sermones de los tres días,han sido encomendados á los reverendos
padres Carmelitas Descalzos, quienes tendrán además á su cargo el ¿oro de
cantores. La capilla será bendecida el día 7.
De V. mi R. P . afmo. 8. S. Q. S. M. B-Baiut.
Santiago y Mayo de 1902.
CRÓNICA CA HMELITANA tíÜíi
Reciban las nuevas novicias y sus respetables familias nuestra más cor-
dial y sincera enhorabuena.
NUEVO SACERDOTE.—Ha sido ordenado de sacerdote, á los 68 años de
odad el P . Gregorio Neira, que hace un año trocó el honroso uniforme de
Coronel de Estado Mayor de nuestro Ejército, por el no menos honroso há-
bito de Carmelita. Cantó la primera Misa en el convento de Carmelitas de
Santa Teresa, de Madrid, en el que tiene una hija y una hermana monjas.
El acto fué verdaderamente solemne y conmovedor, recibiendo del nue-
vo sacerdote Carmelitano el Pan Eucarístico sus tres hijos, don Santiago,
que vestía el uniforme de capitán del arma á que perteneció su padre; don
Eugenio y don Joaquín, con sus respectivas señoras é hijos, primer Sacra-
mento que ha administrado el P . Gregorio del Inmaculado Corazón de Ma-
ría, al que dio brillante realce una magnífica, orquesta y una oración sagrada
alusiva al acto, quo desde la cátedra del Espíritu Santo dijo un Padre
Carmelita, que conmovió á todos los concurrentes.
Nuestra enhorabuena al nuevo Ministro del Señor y á toda su familia,
haciendo votos porque sus sucesores sean nuevos y dignos vastagos de la
milicia de nuestra santa Iglesia, para que den opimos frutos en la viña del
Señor.
LAS FIESTAS DEL CARMEN.—Paroce que cada año son más solemnes y en-
tusiastas los cultos que durante el mes que acaba de pasar se dedican á
Nuestra Madre Santísima del Carmen. Tonemos á la vista interesantes re-
señas que nos han enviado de muchas poblaciones; pero para darlas cabida
en nuestra Revista necesitaríamos dedicar á eso todo un número, y claro
que esto no nos es posible. No debemos dejar sin embargo de mencionarlos
solemnísimos Novenarios celebrados en Burgos, Valladolid y Vitoria, por
la extraordinaria esplendidez que han revestido; llamado singularmente la
atención en Burgos la magnífica carroza que lució la Virgen en la proce-
sión que rrecorrió las principales calles do la ciudad; y habiendo merecido
dignos elogios los notables sermones que prodicó en Valladolid el R. P . Es-
tanislao de la Virgen del Carmen, sobre la sociedad en general y la domés-
tica en particular.
NECROLOGíA.—Encomendamos á las oraciones de nuestros lectores el
alma de la señorita Matilde Saldías Yñarrea que falleció en la ciudad de
Pamplona el día 20 de Julio á los 20 años de edad, después de recibir los
Santos Sacramentos. Pertenecía esta joven á una de las familias más dis-
tinguidas de la ciudad. A los 14 años entró como educanda en el Convento
de Madres Dominicas de dicha ciudad, donde sintió la voz de Dios que la
llamaba al estado religioso, pero no logró ver cumplidos sus deseos porque
la muerte la arrebató en la flor de sus días dando grande ejemplo de resig-
nación con la voluntad divina que así lo disponía, durante seis meseB que
estuvo postrada en cama. A imitación de Santa Tere3a do Jesús, cnya silla
iba á ocupar en el Convento de Madres Carmelitas de Murguía (Álava) si la
muerte no la hubiera sorprendido, pedía continuamente al Señor la enviase
muchos trabajos. No dudamos de que descansará ya en paz la que tan vivos
deseos tenía de juntarse con su Dios.
Ha fallecido también en Pamplona la señora doña Prisca María de Goro-
sabel y Sagasti, viuda de Vidarte.—R. I. P .
C R ó K X C A •••••
II
de paño fino eon tirantes al estilo sajeros. Todo esto, unido á aquellos
Yanckee, levita muy justa, camisa arcos de estilo románico, á aquellas
blanca, corbata negra y sombrero columnas esbeltas y paredes donde
hongo. tan al vivo estaba imitado el már-
Después de todo Pranehi fué pre- mol, traían absorto,á Pranehi.
sentado ante un grande espejo, pero Así pasó aquel día nuestro héroe,
¡qué sorpresa' ¡Porra! exclama el hé- comiendo bien y bebiendo mejor, sin
roe de Dima, ¿pero soy yo ese hom- que ocurriera ninguna novedad. Co-
bre que está detrás de ese cristal mo el dia siguiente, 4 las diez, tenía
grande? Estuvo contemplándose du- que arrancar el Cincinati del puerto
rante un corto rato, y volvió á excla- de New York, desde las seis de la
mar en voz bajita ¡porra, si me vie- mañana empezaron á llegar los pa-
ra mi mujer! sajeros. Respetables caballeros y
Prepararlo Pranehi de esta mane- elegantes damas iban pasando sin
ra, tomó el día siguiente el tren pa- cesar desde el muelle á bordo, muy
ra New Yorck, donde debía embar- pocos con cara alegre, muchos llo-
carse para España en el vapor Cinci- rando y la mayoría con cara soria.
nati á cuyo bordo debía salir el día No hay escena más triste que la
10 de Julio y llegar el dia 18 á Li- escena de un embarque; en ella está
verpool. Se despidió del cónsul espa- representada la tristeza de las des-
ñol y en poco tiempo llegó á New pedidas con los más vivos coloros,
Yorck precisamente la víspera de en su más lúgubre realidad. Allí so
embarcarse. despiden, quizás para no verse más,
Pranehi no fué á ninguna fonda. los padres de sus hijos, los hermanos
¿Para qué había de ir, si nadie le de sus hermanas, las madres de sus
entondía su lenguaje? En cambio se hijas y unos amigos de otros amigos,
presentó acto seguido en la casa y no hay puerto en el mundo que no
consignataria do Willian Seot and esté regado con tristes lágrimas,
Brothers. Presentó sus documontos, quizás tanto como con las olas de la
tomó pasaje do segunda claso y so mar que lo rodea
fué directamente al Cincinati, que El único que en aquellos momen-
so hallaba atracado en el muelle de tos no estaba ni alegro ni triste ni
Willian Scot. sorio, era Pranehi. Tenía en cambio
Según iba acercándose Pranehi al dos aspiraciones con más vehemen-
vapor le parecía que éste se hacía cia que cualquiera de los que allí se
más grande. Cuando se acercó á presentaban; la esperanza y el deseo;
la oséala, quedó admirado de las la esperanza de llegar felizmente á
grandes dimensiones del Cincinati, Dima, y el deseo de ver á sus com-
y lo venían á la mente miles de pañeros de Ventachuri y sobre todo
ideas. Pensó si aquel vapor sería á su mujer; ambas aspiraciones muy
mayor que la iglesia de su pueblo, lícitas y que las puede tener la per-
aquellos palos más altos que la torre sona más decente del mundo.
de Dima, y así le venían otra infini- Sin embargo, también se cansó
dad do comparaciones, sin poder de aquella contemplación monótona
acertar ó formar idea fija de lo que que nada le agradaba y se puso á
veía. mirar á la mar que le ofrecía moti-
Pero su admiración llegó al col- vos de distracción más entretenida.
mo, cuando de un golpe de vista vio Se. acercó á la barandilla del vapor,
el salón de recreo, el elegante come- cogió con la mano una de las jarcias,
dor y aquellos corredores que pare- que sostienen el mástil de proa y fi-
cían calles estrechas cubiertas de fi- jó su atención en unos remolinos
nísimas alfombras. que formaba en el agua un enorme
El Cincinati era, á la verdad, uno tiburón que estaba esperando á que
de los más magníficos vapores quo cayera del vapor algo que pudiera
visitaban el puerto de New Yorck. servirle de almuerzo de aquel día.
Medía 120 metros de proa á popa; 16 Pranehi se fijó en el voraz cetáceo
de babor á estribor, con un andar de y se encargó con gusto de darle algo
15 millas por hSra, que para aquel que comer. Cogió un pedazo de saco
tiempo era un prodigio. Sus dos altas que estaba tirado por el suelo, hizo
chimeneas, robusta arboladura, sóli- una bola con él, y se lo arrojó, como
do velamen y la gran potencia de su si fuera una exquisita torta; el tibu-
máquina, hacían del Cincinati un rón se lanzó sobre ella y se la tragó
vapor de toda confianza para los pa- de un bocado.
SOLACES Y ENTRETENIMIENTOS 61o
¡Porra! exclamó Pranohi, ¡qué h&m • cual largo era sobre una silla de ex-
bre tiene ese animal! continuó di- tensión qlie encontró desocupada;
ciendo con aquel lenguaje que le era pero al ver que todos se despedían,
natural, y por cierto no ora do lo más tambiéa hizo un ademin de despe-
selecto. dida diciendo con voz fuerte y pe-
Apenas.pronunció aquellas pala- netrante:- \ Adiós, hasta la vueltn del
bras cuando se le acercó un hombre humo,\ y con cara rebosando satisfac-
que parecía un caballero, aunque ción volvió á ocharse en su sillón.
muy lejos estaba de serlo, y trabó Pranchi no hubiera creído que ya
con el héroe arratiano una corta con- estaba caminando, hasta que se fijó
versación que por aquel momento no que los buques fondeados en la bahía
tuvo ninguna consecuencia. Pranchi Habían tomado otra posición y que
creía que en el Gincinati no había los palacios que estaban al lado iz-
nadie que pudiera entender su len- quierdo de Pranchi so habían que-
gua, pero sucede en los vapores que dado á sus espaldas y que los mon-
siempre hay alguien que nos entien- tes iban huyendo aprisa como fugi-
da por más que nos parezca que ha- tivos, las casas parecían cada vez
blamos el lenguaje más extraño. más pequeñas al poco tiempo no se
Manuel Carbó, que así se llamaba veían más que las puntas de las to-
el personaje que se acercó á Pran- rres y chimeneas de las fábricas, y
chi tan pronto como éste pronunció últimamente no se veían sino agua
la primera palabra en castellano, era y nubes del cielo.
un comisionista que se dedicaba á El Cincinati tomaba cada vez más
vender paraguas. En sus largos via- velocidad é iba alejándose, imper-
jes había ganado unas cuantas pe- ceptiblemente al parecer; pero al
setas, pero había perdido por com- salir de bahía había tomado ol mo-
pleto la religión, como por lo gene- vimiento de proa á popa que es el
ral sucede á todos aquellos que van tormento de los pasajeros, sobro
á las Américas: vuelven con unos todo de aquellos que son propensos
cuantos reales de más y la religión al mareo, y desde un principio se
de menos. preparaban las cosas para lo que los
Carbó era uno de esos seres que, marineros llaman cambio de peseta,
metido enteramente on el alma dei que consiste en arrojar todo cuanto
negocio, había olvidado por comple- uno tiene dentro, excepto los intes-
to el negocio del alma. tinos.
Tan pronto como oyó hablar en En conversación más ó menos ani-
castellano se acercó á Pranchi como mada estaban ocupados los pasaje-
& su paisano; éste le recibió con ros, cuando uno tras otro empezaron
aquella franqueza que le era conna- á retirarse con cara seria y pálida y
tural, y se trabó entre ambos aquella terribles ansias y doloroso malestar,
conversación que siempre suelo ser así como si so sintieran acometidos
interesante entre dos paisanos, am- por los síntomas de pulmonía ó tifus,
bos lejos de su tierra. Más tarde les ó cólera morbo asiático.
veremos á ambos defender con tena- Pranchi no sabía lo que significaba
cidad cada uno sus creencias. aquello, ni siquiera había oído ha-
Habían dado en aquel momento blar del mareo, pero viendo que al
las diez de la mañana y habían dado retirarse la gente quedaba desocu-
orden de levar anclas. Ya se habían pada la sobrecubierta, se puso á pa-
concluido las despedidas, los besos, sear; pero Pranchi no era tampoco
los abrazos, las lágrimas y suspiros; de los excluidos del mareo por la
la hélice sacudía las aguas con vio- Providencia y le era necesario cam-
lencia, haciéndolas espumosas y re- biar la peseta lo mismo que todos los
volviendo el fango d<3 la bahía de demás. Las pruebas fueroD bien pa-
New York, dejóse oir un fuerte es- tentes. Apenas habían pasado cinco
tampido de cañón y el Cincinati em- minutos desde que se puso á pasear,
pezó á andar. Toda la andanada do cuando sintió un gran malestar y
estribor estabí atestada de pasaje- cansancio. ¿Qué será esto, que me
ros que se despedían de los que que- siento mal? se preguntaba Pranohi;
daban en tierra, haoi endo señas con parece que estoy enfermo.
la mano, con los sombreros y sacu- Así estaba hablando dentro de sí
diendo los pañuelo s blancos en el mismo cuando se sintió con ansias
aire. do vomitar, no hizO sino acercarse á
Pranchi estaba tranquilo echado la barandilla, cuando on un momen-
616 EL MiSTE CARMELO
to salió por aquella boca cuanto ha- se hasta que ss concluyora la misa.
bía comido on cincuenta afios. ¡qué Así lo hizo, aunque á duras ponas
gritos! parecía que se ahogaba, daba pudo resistir hasta su terminación.
compasión verle. Parecía que por Oída la misa, Pranchi fué á desa-
aquella boca salía todo, los intesti- yunar, tomó café con leche con man-
nos, los hígados, la hiél, los pulmo- tequilla, que á la verdad no le supo
nes... mal, y subió á sobrecubierta con el
Quiso meterse en la cama, paro objeto de tomar el aire y contemplar
apenas acertaba á andar; al querer la inmensidad de los mares. Allí se
entrar por la puerta del salón, dio sentó en la primera silla de extensión
con la cabeza contra el marco, en que encontró, sin atender de quién
las escaleras volvió a vomitar, y on era. ni á quién pertenecía, dispuesto
medio de los pasillos dio un torrible á desocuparla tan pronto como su
grito de angustia y echó una porción dueño ss la pidiese.
de porras que hicieron reír á los ma- Según iba pisando ol tiempo iban
rineros. subiendo poco á poco los pasajeros
Sin embargo, tan pronto como so rofiriondo cada uno el mal rato que
acostó, parece que se calmó algún la tarde anterior había pasado con el
tanto su malestar, y aunque nada mareo; también había subido el ami-
había comido aquel día, pasó bien la go de Pranchi, ol comisionista en pa-
noche; y el día siguiente, ;ah! el día raguas Carbó.y so sentó junto al hé-
siguiente era otra cosa. Aquel día roe de Dima; aquí fué donde Pran-
amaneció hermoso, el cielo apareció chi se vio frente á frente de un ene-
bellísimamente azul y la mar suma- migo que nunca se había figurado,
mente tranquila. Pranohi estaba ob- y preoisamonte ese enemigo le iba
servando desde su litera las subidas a atacar por la parte más sensible
y bajadas del vapor sobre las olas, y y q u i Prj,n ihi más había estimado,
parecía que nada le inquietaba, muy el escapulario del Carmen.
al contrario, prometíase un día feliz. Pero si atrevido fuá el desatento
Eran las seis próximamente de la comisionista, cara pagó su osadía,
mañana cuando oyó el sonido de una pues Pranchi supo defender sus
pequeña campanilla, so levantó de creencias con denodado heroísmo, lo
su litera y salió de su camarote con mismo que on los campos de batalla
ol objeto de ver lo que significaba había defendido palmo á palmo las
aquel sonido;pero apañas anduvo al- p isiciones que se le habían señalado.
gunos pasos, cuando se encontró en Pocis voces se había oido en los va-
medio de una sala, no muy extensa, pores cantar las glorias del escapu-
donde se levantaba un altar, y el ca- lario Carmelitano con tan fogosa
pellán del barco preparándose pira energía, como esta vez las había can-
celebrar la misa. tado Pranchi con los dos puños ce-
La patrona del vapor era la Virgen rrados, dispuesto á romperlos en la
del Carmen, y tan pronto como la cabeza de quien le rebatiese. Pero
vio Pranchi se arrodilló ante ella dejemos para otra vez la descripción
con firme resolución de no levantar- do esto acto.
r*. ?. P. T.
(Se continuará.)
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LA ASUNCIÓN DE MAMA
a ;-.'.fe!.-SJ:..-í>vV",.,.-< 'V',-y-í-'i
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III
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A LA SANTÍSIMA VIRGEN
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VII
(CONTTNtTAÜIÓN)
r*. P. ?. F.
[Se continuará.)
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^-^ffe-'-á^
EL EJEMPLARISMO DIVINO PERFECCIONA LA MÚSICA
iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiin
del ritmo; y el orden de combinar los sonidos, que consiste sobre todo en
harmonizarlos con el pensamiento ó idea que se pretende expresar.
La música se divide en tres órdenes, pues, si se considera en la tonalidad
de la melodía, se subdivide en diatónica y cromática; si se considera en su
fin é idea espiritual, es sagrada ó profana; en fin, si se la considera en su
ejecución, es vocal ó instrumental.
*
* *
2.* El Ejemplarismo divino propone á Cristo como primer autor y Ejem-
plar de los músicos en su arle.
La música, en efecto, es el arte ó manera de ordenar hábilmente los so-
nidos para expresar las ideas y sentimientos del alma. Este arte, esta ma-
nera, tienen su origen en el Verbo de Dios.
En efecto, el Verbo es el Arte eterno, del cual la inteligencia del Padre
saca la hermosura y la harmonía de todas las cosas y de los sonidos, hermo-
sura y harmonía según las cuales ordena todas sus obras por la voluntad ó
el amor del Espíritu Santo.
El Verbo encarnado es l a obra maestra del Artista Supremo, la Trini-
dad, y como instrumento de música animado por el soplo del Espíritu
Santo. Él nos expresa de un modo sensible y harmonioso los conceptos y
sentimientos divinos, á fin de que formemos los nuestros.
Por lo que Clemente de Alejandría, en su exhortación á los Gentiles,
o. I., nos muestra el Verbo encarnado como el primer centro do la harmo-
nía Universal. Estas son sus palabras: «El Verbo de Dios, nacido de David,
fué antes que este Profeta una lira y una cítara. Lleno de menosprecio por
los.instrumentos sin vida, llena al mundo y al hombre de su soplo divino,
oste mundo en pequeño formado con su alma y cuerpo. Y, sobre este ins-
trumento de voces sin nombre, canta: «Tú eres mi cítara, mi trompeta y mi
templo:» cítara por la harmonía, trompeta por el soplo, templo por el Ver-
bo, á fin de que esta cítara resuene, que esta trompeta retumbe, que este
templo contenga al Señor. Y no solamente el Señor ha hecho al hombre
instrumento harmonioso y vivo á su imagen, sino que El mismo, sabiduría
sobrenatural y Verbo celestial, es el instrumento de Dios, dotado de toda
harmonía, de todo resplandor y de toda santidad.»
De este modo, la harmonía de los hombres con Dios, consiste en la se-
mejanza con Cristo, que les habla en estos términos, en el mismo pasaje de
Clemente: «Yo llamo á mí á todo el género humano, cuyo Autor soy por la
voluntad de mi Padre. Venid á mí y agrupaos bajo un sólo Dios y bajo el
Verbo único do Dios. Yo os doy en abundancia el Verbo, es decir, el cono-
cimiento de Dios; y yo mismo me doy todo entero. Soy tal, cual es la Vo-
luntad del Padre: he aquí la sinfonía, he aquí la harmonía del Padre, la del
Hijo, la del Verbo de Dios. So han sacado imágones de estos originales,
pero no se parecían todas.
Por eso quiero corregiros según el ejemplar primitivo, á fin de que todos
seáis iguales á mí.»
f*. ¥• P.
f&e continuará.)
ifiíílmffiííiiTimiHinTniíiiiiin^
N U * X « K L » » X » » S L « * X * * 1 » * s l * . ^ ^ . * 1 * * 1 * » X * * X * » A * « 1 » s L * * L » « X » * « 1 * « X * » X * « • ! » « A » » X *
SECCIÓN CANONICO-LITÚRGICA
BREVE DE SU SANTIDAD
concediendo á las Carmelitas Descalzas quo puedan hacer el
Via Crucis en la celda.
-^3$*«4^-
m * * + m m m m á m m m m m m m K m m m • " * — - • • * • •
BIBLIOGRA FIA
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NUEVO PREFECTO DE PROPAGANDA FIDE.—El Soberano Pontífice ha de-
signado al Eminentísimo Cardenal Jerónimo María Gotti como sucesor del
finado Cardonal Ledochowski en la Prefectura de la Propaganda. El nuevo
Prefecto es una verdadera gloria de nuestra Sagrada Orden, en la cual
desempeñó los más importantes cargos, incluso el Generalato. Fué nombra-
do Arzobispo titular de Pettra por el actual Pontífice y delegado apostólico
en el Brasil; finalmente fué agraciado con la sagrada púrpura cardenalicia
el año 1895. En la Propaganda tendrá como colega al Eminentísimo Carde-
nal Agliardi, Nuncio que ha sido en Viena, ol cual se encargará de la Ad-
ministración del Economato.
El Cardenal Di Pietro pasa de la Prefectura de la Congregación del
Concilio, en la que ha sido reemplazado por el Cardenal Vannutelli, á la de
Obispos y regulares.
El Cardenal Forrata, antiguo Nuncio en París, ha sido nombrado pro-
tector de la Academia do Nobles eclesiásticos.
CARTA DEL MONTE CARMELO.—Santo Monte Carmelo, 22 de Julio de 1902.
—M. R. P. Director de la revista E L MONTE CARMELO: DOS grandes solemni-
dades han tenido lugar en estos últimos dias; la festividad de Nuestra San-
tísima Madre de! Carmen, y la do Nuestro Padre San Elias.
La primera fué precedida de un Novenario solemnísimo, durante el
cual se expuso Su Divina Majestad todos los dias, seguía a l a Exposición
una lectura sobre las excelencias de María y su Santo Escapulario, letanía,
cantada, y se terminaba con el «Tantum ergo» y bendición del Santísimo.
El día de la fiesta principal, se dijo á las siete Misa de Comunión Gene-
ral; á las ocho y media Misa solemne y Sermón en Árabe. La Misa fué eje-
cutada por los KR. PP. Franciscanos, que todos los años vienen de Nazaret
para este efecto. Por la tarde á las tres Exposición, motetes, letanía cantada
á varias voces, Bendición con el Santísimo y Reserva.
A todos estos actos como todos los años, ha asistido el señor Cónsul de
Francia y toda la población católica de Caifa.
- Los mismos Ejercicios han tenido lugar en el Convento de las Madres
Carmelitas.
El día de Nuestro Padre San Elias tiene lugar en el Carmelo la pere-
grinación más solemne de todas las que so verifican en Tierra Santa. Tres
646 EL MONTE CARMELO
días antes comienzan á llegar las gentas de todos los lugares para ir aco-
modándose en los arbolados; el día de la vigilia es verdaderamente sorpren-
dente el contemplar las caravanas de 50, do 100 y de 200 personas que conti-
nuamente van llegando.por los tres caminos que conducen al Carmelo. El
mismo día de tres á seis de la tarde, está abierta la puerta del Santuario
para que los peregrinos puedan ofrecer los dones que llevan á San Elias, y
todos, hombres, mujeres, niños y niñas, grandes y pequeños suben al altar
del Santo, y unos tocan sus pañuelos, otros sus gorras ó turbantes, otros sus
sayos.
Después de este acto tiene lugar la corrida de caballos, la cual es
verdaderamente sorprendente para un europeo: los árabes van á caballo
con la velocidad de un rayo, y con la misma tranquilidad que si estuvie-
ran sentados en una silla. A esta corrida asisten toda la Colonia Europea
de Caifa y muchos Cónsules. Por la noche hay cánticos y danzas que se
prolongan durante toda ella, no bajarán de tres mil las gentes de todas las
razas que interviene en esta juerga y bailoteo, con que, figúrese V. R. el
ruido tan infernal que armarán con sus gritos, pues además se tiene como
un dogma entre los árabes y tur JOS la creencia de que aquel es más dicho-
so y feliz que mis desaforadamente grita. El día de San Elias asisten á la
misa conventual los cristianos tanto latinos como griegos; para mantener
el orden entre gentes de tantas creencias hay guardia de soldados turcos,
y los mantienen á las mil maravillas, pues ostan bien pagados y bien comi-
dos á cuenta del Convento.
Durante toda la mañana se hace la oferta de los niños enfermos á San
Elias, con la ceremonia de cortarles el cabello, con algunas oraciones y
dando una limosna al Santo.
En este mismo día hubo ocho bautismos; cinco griegos católicos, dos ma-
ronitas y uno latino; los griegos fueron bautizados por un sacerdote griego,
los latinos y maronitas por un Padre del Carmalo, previo el permiso de sus
respectivos Párrocos.
Por la tarde, á las tres, hubo Exposición de S. D. M. se cantó la letanía,
el «Tantum ergo» y se terminaron estes cultos con la Bendición del Santí-
simo.
Terminada la fiesta se vuelven á sus tierras los peregrinos, y el Carmelo
queda como un desierto.
¡Tenga el Santo compasión de estas pobres gentes!
Da V. R. menor hermano.—Fr. Adrián de la Santísima Trinidad.
FIESTAS DELCAUMH* E S ROMA.—Los cultos tributados á la Virgen San-
tísima del Carmc-n en el p ipular barrio del Transtevere de Roma, han sido
este año solemnísimos.
En Roma y especialmente en el Transtevere, es tradicional la devoción
que inspira la Santísima Virgen do aquel nombra. Antes de 1870 era célebre
la procesión de la Virgen del Carmen en aquella populosa parte de la ciu-
dad. Después de la ocupación de Roma por las armas del rey Víctor Manuel,
dicha procesión fué prohibida. Durante mucho tiempo, el aíto de ser trans-
portada todos los años la prodigiosa y bolla imagen de Nuestra Señora del
Carmen, con ocasión de su festividad, desde la pequeña iglesia de San
J u a n á la grandiosa y próxima Basílica de San Crisógono, tuvo que veri-
ficarse, por orden del Gobierno, de noche ó al amanecer, sin pompa alguna
y como si se tratase de un hecho puramente privado. E l año último la PQ-
CRÓNICA CARMELITANA 647
mos la obligación develar por los intereses morales de las madres de familia
pobres. A nosotras la ley no nos alcanza. Con nuestro dinero podemos edu-
car á nuestros hijos dónde, cómo y por quien nos plazca, y es una irritante
monstruosa é inmoral desigualdad privar de ese derecho á las madres po-
bres sólo porque no tienen nuestra fortuna.»
Ese es un género de argumento ad feminam, pudiera decirse, que produ-
ce gran efecto en el pueblo de París, muy vanidoso en cuestiones. de
igualdad.
CONGRESO EUCARíSTICO DE LUGO.—Con el mayor entusiasmo han cele-
brado los adoradores de toda España una Asamblea Eucarística en la
insigne ciudad del Santísimo Sacramento. Han concurrido á ella represen-
tantes de todas las agrupaciones eucarísticas, aun de las regiones más
apartadas, como las Baleares, pues en todas partes florece cada día con ma-
yor fervor la devoción á Jesús Sacramentado.
Muchos de los congresistas de Santiago acudieron á Lugo deseosos de
rendir testimonio de adoración á la sagra la Eucaristía, patente día y noche
por especial favor del cielo en la Basílica lucense desde hace muchos
siglos.
• Pasan de ciento los delegados de las agrupacionos eucarísticas que con-
currieron á la Asamblea, la cual ha llevado á Lugo más de cinco mil fo-
rasteros.
La lámpara votiva, obra del insigne escultor don Manuel Garnelo, fundi-
da por Masriera y Campins, es una verdadera maravilla artística.
E s t i inspirada en las famosas coronas votivas do Guarrazar, y es de una
esbeltez y elegancia admirables.
En la gran faja que la circuye aparecen simbolizadas por sus escudos
todas las provincias españolas, y en el centro campea con sin igual gallar-
día una arqueta bellísima, quo ha de contener las cenizas de los millares de
hojas de suscripción que han acudido á este gran llamamiento de la devo-
ción eucarística de nuestra Patria.
La lámpara votiva, destinada á lucir perpátuamento anto el trono del
amor divino, será siempre público testimonio de la fe del pueblo español y
del valor de nuestro moderno arte religioso, tan menospreciado por los quo
sólo conocen las baratijas do las ferias.
PEREGRINACIóN CATALANA á ROMA.—So está organizando en Barcelona
una brillante peregrinación que vaya á Roma para solemnizar el Jubileo
pontificio de Su Santidad, la cual saldrá de Barcelona por tren en la maña-
na del 16 de Octubre próximo para llegar á Roma el 17 por la larde.
Permanecerá en Roma nueve días, saliendo de regreso en la mañana del
lunes, 27 de Octubre, para llegar á Barcelona el 28 por la tarde,
Aun cuando no de modo definitivo, el precio del viaje de ida y vuelta
de Barcelona á Roma será:
Doscientas cincuenta pesetas en primera clase, 170 en segunda y 105 en
tercera.
Además, y si se retine número suficiente para un coche, habrá asientos
de sleeping car, ó sea coche cama, con un sobreprecio de 140 pesetas desde
Cervére á Roma y viceversa.
So estudia el medio de combinar que los peregrinos visiten la Santa
Casa de Loreto.
Los peregrinos llevarán como distintivo Una medalla oon el escudo da
Nuestra Señora de la Merced.
é52 ÉL MONTÉ CARMEÍÓ
(CONTINUACIóN)
III
no creer en ninguna religión, pues piación del crimen? Pues, supon que
precisamente (para enriquecerse con tú robas un millón de duros y que
malas artes, era necesario no creer aquel á quien.has robado haya que-
en ninguna. dado en la miseria con todos sus hi-
—Eso podrá usted decir de otros, jos y que mientras tá gozas de ellos,
replicó Carbó; pero si se trata de mi expías tu crimen con el remordi-
persona, es necesario retire usted la miento de Ja conciencia, pero nadan-
pilabr.i, pues siempre he sido hon- do en placeres ¿Sería una expiación
rado, tengo mis manos limpian, a (IíL'TIH? pues ahí te las den todas.
nadie debo nada y mi con hi-la es Carbó no pu lo tampoco contestar
intachable. á osta ohjeucion de Pranchi. y se re-
—No sé qué motivos pue la haber tiró del combato, diciendo que no
p i r a e x ' c p t i n r á usted, continuó qu ría díe utir con tontos; pero esta
J'ranclii, ni so cómo pu-'de ser hon- ú tima pa'abra lo dijo con voz m m
rado un hombre que niega: el honor baja, pu s si la hubiese oido Pranchi,
A, DíOB. Es mentira ¡porra! (]ue pue* no sabemos Jo que hubiera pasado.
da .sor honrado con los hombres Durante la discusión do Pranchi
quien no lo es con Dios, ni quepuo- y de Carbó s- había reunido en de-
IIH respetar el honor humano qui.'n rro 'or de éstos un gran número de
desprecia el honor divino. Quien no personas, atraídas por la importan-
tiene rolig : ón, no honra ni resp-ti, cia do la discusión, quo s"gún los
ni A Dios, ni ¡i los hombres. ¿Estamos gritos quedaban, parecía muy inte-
ó no ostamof?. resante; poro como sucede en tales
—¡Qué Dios, ni quá camrio! res- CIPOS en los vapores, todos allí reu-
pondió con furia Carbó Yo no re- n dos escindí ib-n la discusión, pero
conozco ningún Dios que se meta nadie profería una sola palabra; sin
en esas pequeneces. h¡ á ex;e:ir del embargo, hubo una señora que dijo
hombre lo que no no •-••sita. Yo sólo que el mis viejo tenía la razón.
reconozco ó creo en un Serj Supremo No o'^taiito todo lo pasarlo, toda-
que dejándose ''o peqm ñ 'oes, de vía f.iltaba la parte principal del
adoraciones do los hombres y de eso combate, pues el ineródnlo Carbó. si
fárrago de religiones, deja á cada bien.quedó humillado ante Pranchi,
uno en su libertad do hacer lo que no quedó lnriiil le ni convertido, y
lo da la gana. /umqne so retiró, quedó muy cerca,
— ,Bien por el vm leilor de para- p ra po 1er lanzaren su hora alguna
guas! ¿Con.quo tan sólo crees en un punt ida contra las creencias de su
Ner Supr-mo q u - t i deje en libertad p j leroso rival.
de ven. 'cr, p >r ejomplo. un paragü is Pranchi ten'a o mita la historia de
do cu tro p'»s't ís, en tres ó cuntió los fucesos que lo habían obligado á
durof-? Pan sólo crees en un Ser Su navegar y A cobicarso en aquellas
premo que te p >rmit i r il»tr l o q u e cir uní-taneans. Nunca habla pensado
te dé Ja gana? ¡Qué buen Dios sería revelar los aeont •cimientos que rao-
ese p . r a Jos comorc'a'.tes. y sobre 1:vnro'n ni translaeión desde Dimaá
todo p i n los vendedores do pira- B.ltiiuoru y des le esta parte A su
guas? Pero erees en un Ser Supre- p u n t i de partida, ni tonía pensa-
mo y no crees en D <>s: dime: ¿En mientos do revelárselos á nadie bas-
qu4 i-e distinguen? Carbó no supo t í que llegara A su pueblo: v hasta
qué contestarlo, pero cont'nuo Prau- procuraba hacer cuantos, esfuerzos
chi habiéndole más pregunt >s. ]>n liera p ira no dar una sola mues-
— Dime: si. Dios no se met- en tra de.aí'e t ición.
nnestr ¡s pequ *fte 'os. ¿pue 'o no obs- Pero en aquel momento so v!ó tan
tante aprobar lo malo y dejar de re- ex'.ita l" n causxi de las expresiones
compensar al bueno? de C irbi, tan insolentemente se ha-
A esto contestó Carbó que tanto el bía expresado ésto, que Pranchi ore-
bueno como el malo llevaban el cas- j ó quo no di.-bía c u i t a r nada de lo
tigo ó la recompensa en su con den- qne lo había ocurrido.
cia, en el remordimiento ó la tran- Entonces refirió toda la historia de
quilidad de la conciencia. su viaje sobre todo lo ocurrido con el
—Pero acaso tenéis conciencia vos- escapulario del Carmen, con tales
otros, los indianos? replicó con pres- señales do emoción que hizo derra-
teza Pranchi. Con que ¿en él remor- mar tiernas lágrimas á todos los cir-
dimiento de la conciencia está» la ex- cunstantes , menos á Carbó quien
SOLACES Y ENTRETENIMIENTOS 655
con u n cinismo e s t ú p i d o dijo en voz —Así se p o r t a n los v a l i e n t e s ¡po-
i n t e l i g i b l e , q u e los t o n t o s s i e m p r e r r a ! decía P r a n c h i ; n o como vosotros
están p e n s a n d o en b r u j a s , e s c a p u l a - m i s e r a b l e s , q u e e s t á i s llenos de v i -
rios y p e d a z o s de t r a p o . cios y de e n f e r m e d a d e s v e r g o n z o s a s
U n a bomba q u e h u b i e s e e s t a l l a d o q u e os m u e s t r a n en la c a r a lo quo
n o le h u b i e s e hecho l e v a n t a r á sois; raquíticos, flacos y descoloridos.
P r a n c h i con m á s p r o s t e z i ; m i s q u e Ni en vez de v i s i t a r lo q u e yo m e sé,
u n h o m b r e de e d a d a v a n z a d a pa- f u e r a i s á v i s i t a r á la Virgen del
rocia u n vigoroso a t l e t a q u u s e a p r e s - C a r m e n , no os p a s a r í a n esas cosas.
t a b a :il c o m b a t e , y se careó con Gar- E n t é r m i n s tan claros habló P r a n -
bo, como si ó=te l'iieri ol e n e m i g o chi q u e propasó los l í m i t e s do la do-
m i s peligroso q u e h u b i e s e conocido cencia, j ' e r o lo peor de t o l o , o r a .
en su v i d a . q u é c u a n t o decía P r a n c h i e r a v e r -
— ¿Con q u o , ol e s c a p u l a r i o es u n dad, y que Carbó no podía o c u l t a r l o ,
trapu? Si n o f u e r a p >r la r e l i g i ó n q u e y fué a q u í t a n g r a n d e su vert;ü m z i
t e n g o , a h o r a mismo te p l a n t a b a de q u e n o se a t r e v i ó 4 p r o n u n c i a r u n a
p a t a s en el a ? n a y t e i b i s á h a c e r sola p a l a b r a , so r e t i r ó de la r e u n i ó n ,
c o m p a ñ í a á los p :ces ó á e s c o n d e r t e y n o se le volvió á v e r na;ís.
en el e s t ó m a g o de u n t i b u r ó n . Loa P e r o u n p e r s o n a j o misterioso apa-
i n d i a n o s no sabéis sino lo q u e es ol reció a q u e l día on la escena. A ios
dinero, el oro, la plata, la m e n t i r a , la t r e s días de la n a v e g a c i ó n se vio su-
t r a i c i ó n y el robo. bir á sobre c u b ' c r t a u n a j o v e n seño-
S e ñ o r p a r a g ü e r o , ol o s c a p u l a r i o no r i t a , quo desde ol m o m e n t o de su
es u n trapo, p o r q u e no es u;: t r a p o aparición llamó grandemente la
lo q u e h a n vestiilo lus royes y los a t e n c i ó n do los p a s a j e r o s .
papas., los g e n e r a l e s y los a b o g a d o s , Sus pomposos t r o j e s q u e c a m b i a b a
y v a l i e n t e s ho v i s t o q u e e n t r o >d cinco veces al día, los i n n u m e r a b l e s
r u i d o do las b a l a s , m á s h a n c o n í i i d o b r i l l a n t e s do quo l l e v a b a c u b i e r t o s
en el o s c a p u l a r i o del C a r m e n , quo su cuollo. pecho y m u ñ e c a s , la es-
en la fuerza y p o t e n c i a do s u s l'uai- boltez do su t a l l e , la e l e g a n c i a
l o s . Mi goneral Zumalaeárregui de su aspecto y expresión do sus
n u n c a dejó el e s c a p u l a r i o d e l C a r - ojos, su s e r v i d u m b r o m o d o do via-
m e n , n i o m i t i ó u n solo dia ol r e z a r j a r en primera de p>rfWcncin daban
á la V i r g e n del Carmen, y bien sabe á e n t e n d e r q u e e r a pájara de cu nía.
aísted q u e mi g e n e r a l Z u m a l a o á r r : - ¿Cómo no se la h a b í a visto h a s t a
g"ui n o os u n t o n t o n i u n c o b a r d e , a q u e l día? Posible e r a q u e h u b i e s e
como' a m b a s c o s i s es u s t e d . e s t a d o m a r c a d a y no hubiese salido
P r a n c h i no se c o n t e n t ó con solas de su l i t e r a . ¿De d ó n d e v e n í a y á
p i l a b r a s 3' r a z o n e s , sino p ira p o d e r d ó n d e iba? Quien h u b i e s e q u e r i d o
d e m o s t r a r mejor con o b r a s los pro- s a b e r estas y o t r a s c u r i o s i d a d e s , no
digios o b r a d o s por ol e s c a p u l a r i o en t e n í a quo p r e g u n t a r A. olla, p u e s t o
los m u c h o s c o m b a t e s 4 ' q u e h a b í a <jue n o h a b l a b a ni q u e r í a h a b l a r con
a s i s t i d o al l a d o de su G e n e r a l , d e s - n a d i e , sino ora con sus s i r v i e n t a s .
abrochó la levita, el chaleco y la ca- ¿Era s o l t e r a ó casada? ¿ A l g u n a in-
misa, y dejó v e r un pecho p e l u d o co- glesa ó y a n k o c ? e s t a s e r a n las pre-
mo d e ' o r a n g u t á n , y d i j o d i r i g i é n d o s e g u n t a s q u e h a c í a n , sobro todo la
A Carbó; mira, estos b a l a z i s pasaron g e n t e j o v ^ n q u e n o sabía en qué
por e s t e pecho sin h a c e r m e .más da- o c u p a r la v i d a ociosa del vapor.
ño q u e e s t a s r a s p a d u r a s . H u b o quienes quisieron trabar
E n efecto, h a c i a los costados so c o n v e r s a c i ó n con olla, p j r o no e r a
m a n i f e s t a b a n a l g u n o s r a s g ó n >s co- p isible. p u e s t o quo h u í a Kkonpro do
mo de bala q u e p i s a r a t o c a n d o tan c o m u n i c a r s e con n a d i e , y no respon-
sólo la superficie. d í a o t r a cosa quo sí y n ó á secas á
A ñ a d í a P r a n c h i quo en l a s esp 1- los q u e algo le p r e g u n t a b a n .
das t e n í a u n sablazo, dos b a y o n e t a C isi s i e m p r e e s t a b a l e y e n d o al-
zos en la i n g l e , u n a c u c h i l l a d a en el g ú n libro, ó le leía a l g u n a s de s u s
muslo y u n a p u ñ a l a d a en u n a do s i r v i e n t a s . C u a n d o on l a m a r a p a r e -
las n a l g a s . cía a l g ú n fenómeno e x t r a o r d i n a r i o ,
P o c o h u b i e r a costado á P r a n c h i ella sacaba su a n t e o j o de l a r g a vista,
m a n i f e s t a r l o todo, pero h a b í a allí o b s e r v a b a el fenómeno, lo a p u n t a -
m u c h a s s e ñ o r a s , y c r e y ó m á s opor- b a e n s u libro d e v i a j e y v o l v í a á
t u n o c o n t e n t a r s e con sólo sus afir- s u s l e c t u r a s o r d i n a r i a s . Se le oyó
maciones. h a b l a r con s u s s i r v i e n t a s en e s p a ñ o l
656 EL MONTE CÁEMELO
bastante correcto, con acento ex- aunque no fuese más que una corta
tranjero, mas se conocía que su len- conversación con ella; y si por aquel
gua nativa era la inglesa, pero de devocionario no averiguaron toda la
cierto no se sabía nada. historia de La Miste, iosa, encontra-
Pero una cosa rara pasa en los va- ron, no obstante, un punto fijo don-
pores. Cuando so ignora la historia de apoyar sus averiguaciones.
de la vida de algún pasajero, se la EL titulo del devocionario estaba
inventa, y si no se sabe el nombre se en inglés y decía: Lutheran Vevotio-
le pone, quizás un nombre más ade- nary (devocionario luterano); dentro
cuado que aquel que le pusieron en del devocionario había dos tarjetas
el santo bautismo. Así sucedió con que servían de registros, y en ellas
la joven en cuestión. Empezaron á escrito el nombre de «Dinora Copin-
llamarla La Misteriosa, y .en adelan- ger.»
te conservó este nombre hasta que Dos secretos fueron descubiertos
se supo el verdadero. por los curiosos en aquel momento:
Un día, ó mejor dicho, una noche que La Misteriosa se llamaba Dinora
en que los pasajeros bajaron á tomar Copinger, y que pertenecía á la
el té para retirarse á descansar, La secta luterana de los protestantes.
Misteriosa entró en elsalón do recreo, La noticia se extendió por el vapor
se sentó en el piano y se puso á to- con la velocidad de un rayo, y cada
car «Semiramis» de Rossini, lo eje- uno hacía sus comentarios y nuevas
cutaba con tal perfección que los pa- preguntas de si sería la hija del cé-
sajeros que desde el comedor la es- lebre general Copinger, de si sería
cuchaban, apenas podían fijarse en alguna otra, de si serían tales ó cuá-
la taza del té que tenían delante. les los motivos que la llevaban á
Concluyó la pieza, y se puso á can- Europa, pero todavía todo quedaba
tar el Espirito Gentil de «La Favori- oscuro.
ta», los pasajeros no pudieron conte- Pranchi fué el único que dijo que
nerse por más tiempo y subieron al si era protestante era necesario con-
salón á enterarse de la artista. Ape- vertirla y que él mismo se encarga-
nas notó La Misteriosa que los curio- ba de todo ello, porque no se podia
sos venían á curiosear, cerró el pia- permitir que hubiese protestantes
no, salió á sobrecubierta y se sentó en el mundo. A la verdad, Pranchi
en una mecedora. creía muy fácil la empresa, pero DO
Pero como sucede en tales cas s, sabía que en este punto iba á encon-
con la prisa de salirse del salón, se trarse con la horma de su zapato, y
olvidó de recoger un librito que ha- que si hizo callar á Carbó, en el se-
bía dejado sobre el piano. El librito gundo combate no brillaría tanto
era un devocionario con tapa de piel como el primero. Sin embargo Pran-
de Rusia. Los curiosos so lo cogieron chi propuso su plan y solo faltaba
con el afán de ver lo que era y con ponerlo en práctica, diera ó no el
el gusto que pensaban tener al pre- resultado que esperaba.
sentársele y trabar con este motivo
f R. P. DE p. T.
(Se continuará'.)
ECO el primer hombre, y
al mismo tiempo que el
^ ^ ^ ^ Dios Justo fulminaba la
-^ maldición más tremenda
contra el culpable y le cerraba las
puertas del Paraíso, el Dios mise-
ricordioso le abría los brazos de su
amor y le anunciaba el nacimiento
de una mujer que había de traer la
bendición más copiosa sobre el
mundo.
Añoin-fiám. 53 Por espacio de cuatro mil años
hubo de gemir la humanidad bajo
l.° de Setiembre de 1902 el peso, de la maldición de Dios, y
envuelta en las tinieblas de una no-
e)T6~* che tristísima. Pero á la noche más
658 EL MONTE CARMELO
•¿^f- r'-**, -JM^ásáü. ..¿v-.-:. ^¿. ^tó:2¿íi. -£fe££=í¿- ~¿s£¿.z¿tz* ,¿^;£y¿. • ¿ ^ . v ^ -¿^'sáü. ¿¿fcZiííi- -¿^á^ü. -ifeíSáíS-
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VIII
II
(Se continuará.)
EL CATOLICISMO EN LAS BELLAS ARTES
XVII
(Se continuará.)
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674 EL MONTE CARMELO
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LA IGLESIA Y LA
iiiiiiiiiiiniiiiiiiiiii
VII
con los demás y para levantarse lizan las cosas, llega á conocer
de la tosquedad de los sentidos la verdad.
á la espiritualidad de la inteli- Muy puesto en razón estará,
gencia; porque sin esto no se si al tratar de la extensión de la
concibe razonablemente el nom- palabra decimos que es tan pro-
bre del saber. digiosa y grande que no nos es
Pero la palabra no es el prin- posible figurarle límite alguno.
cipal factor de la ciencia, y, ape- Si la palabra es la mensajera del
sar de ser indispensable para pensamiento, la expresión for-
que los seres inteligentes entren mal y sensible de un entendi-
á percibir los resplandores de la miento más ordenador que el del
verdad, presupone que la pa- hombre, ¿quién alcanzará sus li-
labra salga de su mera posibili- mites, ó será capaz de descu-
dad á la esfera de acción, que brir un lugar donde la palabra
desempeña en orden á la verdad, no haga sentir su prodigiosa ac-
porque, "si los hombres tuvieron tividad? La palabra, no sólo es
necesidad de la palabra para indispensable para activar las
aprender á pensar, más necesi- facultades intelectuales, sino que
dad tuvieron todavía de saber lo es además para que la verdad
pensar para inventar el arte de preste sus servicios en toda su
la palabra,, (1) "Es preciso saber infinita jurisdicción á cuantos los
pensar para poder hablar, y en necesiten. Para la p a l a b r a se
suma, los primeros que habla- abren al ángel y al nombre ple-
ron, si fueron realmente los in- na y patentemente las puertas
ventores de la palabra, solo pu- de todo lo conocible, y sometién-
dieron serlo con el auxilio y á dose á cuanto la palabra les dice,
impulso del pensamiento. Esto conocen perfectamente lo que es
es incontestable.,, (2) Además, si posible conocer de Dios, del
la palabra presupone el pensa- mundo y de sí mismos; es decir,
miento, el hombre no puede ser que así como sin la palabra ja-
el inventor de la palabra; porque más se comunicaría la inteligen-
¿cómo es posible que invente la cia con la verdad, por ella pue-
palabra aquel cuyas fuerzas se de dominarla completamente,
hallan, cuando de ella carece, y colocar su trono en la cum-
sumergidas en la tosquedad de pre de tan preclaras regiones.
los sentidos, si no en las condi- Ante la palabra, por fin, des-
ciones de la materia? El hombre, aparecen los misterios en la na-
para entender, empieza, no por turaleza, en la gracia, en el cie-
el pensamiento, pues su mirada lo, en la tierra y en los abismos;
intelectual no es intuitiva; no es- porque su significación ni es, ni
tá completamente desligada de puede ser otra cosa que la expre-
toda materialidad, y sus poten- sión de la divinidad, la cual pro-
cias intelectuales están encerra- yectando sus rayos infinitos, pri-
das en los envoltoriosdelcuerpo; mero hacia las jerarquíasycoros
sino que en sus procesos intelec- angélicos, y después hacia todas
tuales^ principia por los sentidos, las inteligencias, capaces de co-
(3) de los cuales se sirve para nocer la verdad, abre todos los
percibir las cosas verdaderas; y, misterios, descubre todos los se-
por una serie de procedimientos cretos y profundiza todos los
admirables con que el sentido y abismos,para que nada se oculte
la facultad intelectiva espiritua- á los que someten la inteligencia
á las luces de la revelación.
(1) J . J. Roseau. Pero en vano se atribuiría á la
(2) Augusto Nicolás, Estudios, palabra el valor, la importancia
cap'talo V. y la extensión que acabamos de
(3) S. Thom 2. a 2,»e q . VIII a. 3. indicar, si la hiciéramos nacer
LA IULESíA * 1,A REVOLUCIóN 681
de un entendimiento criado, aun- do, dice Platón, (1) de que es ne-
que fuera el de un Querubín ¿Có- cesario no desconocer esta fuer-
mo, en efecto, podríamos formar za verdaderamente divina... es-
una idea de lo que vale la pala- te genio creador de las naciones.
bra, dándole por padre á una Este genio creador puede salvar
simple criatura? ¿Cuándo hubie- la barrera prescrita al resto de
ra llegado á ser la expresión for- los mortales; y aunque es impo-
mal de la verdad sino procediera sible trazar su carrera, no es por
originariamente de la boca de esto menos manifiesta su presen-
Dios5 ¿Cómo abriría con sus lla- cia vivificante. Antes de prescin-
ves las puertas de todos los mis- dir del influjo de esta causa po-
terios, guiaría la inteligencia por derosa y primera..., abrazaría
todos los mundos conocibles y yo el parecer de aquellos que
entronizaría la inteligencia so- atribuyen el origen de las len-
bre todas las cosas verdaderas, guas á una revelación inmediata
sin ser la manifestación, la reve- de la divinidad,, "Estas cosas se
lación de una sabiduría infinita? aprenden fácil y perfectamente,
La criatura no puede dar á las si alguno nos las enseña; pero
cosas más valor que el suyo pro- nadie es capazde enseñárnoslas,
pio, y el propio valor de las cria- á no ser que Dios le indique el
turas como limitado, fínico y de- camino.,, (2) "Me hallo perplejo
terminado á cierta esfera de á cada paso, decía Malebranche,
acción, es deficiente para aquila- siempre que intento filosofar sin
tar la palabra. La criatura tam- el auxilio de la fe. Ella es la que
poco puede hacer que la palabra * me guía y me sostiene en la in-
sea expresión de la verdad; por- dagación de las verdades que
que para serlo, sería preciso, tienen alguna relación con la
como veremos más adelante, divinidad.,, Téngase en cuenta,
que fuera, á un mismo tiempo, que no puede haber verdad ni
criatura y criador. La criatura, relacionarse con ella, y sacare-
en una palabra, es impotente pa- mos por conclusión, que el que
ra darle la extensión propia y ha de llegar a! conocimiento de
peculiar que la caracteriza, por- la verdad, necesita someterse á
que, siendo limitada y finita, no la Divina revelación.
puede tener en sus manos la lla-
ve de todos los secretos, de todos (1) Conversación nona sobre la
los misterios y de todas las pro- metafísica.
fundidades. (2) Memorias de la roal Acade-
"Estoy íntimamente convenci- mia de Berlín.
BIBLIOGRAFÍA
m ^
Verápoly, Julio de 1902.
al cochero que fuera por las principales calles de la ciudad para que pudie-
ra ver alguna cosa. El día 10 á>las nueve de la noche tomamos en Bomhay
el tren exprés que debía conducirnos en 34 horas á Madras, adonde llega-
mos el dta 12 por la mañana, y nos dirigimos al Arzobispo Católico para que
nos enseñara el camino que debíamos hacer para ir á Verápoly. Supe que
hablaba un poco el francés y le pedí que nos recibiera por caridad aquel
día hasta que fuera hora de tren. Nos sentó á su mesa, mandó un telegrama
al P . J u a n Vicente á Ernáculam y nos pagó los carruajes para ir á la esta-
ción mandando á su Secretario que nos acompañase y nos sacase los bi-
lletes.
El día 18 á las once llegamos á Shoranur y con grandísima alegría de
nuestro corazón vimos un Padre misionero que nos esperaba, bajamos pre-
cipitadamente y le abrazamos con efusión; era el P. León, italiano, que re-
side en la misión de Trjchur, y había recibido un telegrama del Arzobispo
P . Bernardo diciéndolc que saliera á recibirnos. ¡Ya estábamos entro nues-
tros hermanos! En dos carros nos condujo á Trichur y encontramos ya pre-
parada en su casa una excelente comida como puede darla un pobre misio-
nero, pero á nosotros nos sabía mejor que las ricas comidas de las fondas.
Después de comer dimos un paseo por la población y luogo que volvimos á
casa se nos presentó el P . J u a n Vicente. Entonces fué mayor nuestro rego-
cijo porque veíamos un Padre que conocíamos y hablábamos nuestra len-
gua. En amena conversación estuvimos hasta muy entrada la noche. Al
día siguiente después de celebrar, partimos para Ernáculam que es la mi-
sión del P . J u a n Vicente. Aquí comimos, visitamos á los P P . Conventuales,
vimos el nuevo convento que han levantado, el orfanotrofio que dirije el
P . J u a n Vicente, con las dependencias de carpintería, imprenta y demás
oficios, y avisados que nos esperábala barca de nuestro Arzobispo, embarca-'
mos en el río Perillar con rumbo á Verápoly. Seis negros católicos casi en-
teramente desnudos, como es costumbre en este país, remaban la barca, y con
gritos, como aullidos de fiera, manifestaban la satisfacción y alegría que
tenían porque conducían cuatro misioneros, según nos explicó el P. J u a n
Vicente. A mitad de camino se acercó la barca á la orilla y salimos para
presentarnos y saludar á nuestro Arzobispo P. Bernardo que se encontraba
por algunos días en Cháttiatto, lugar donde se encuentra la primera iglesia
que se fundó en la misión de Verápoly. El P. Juan Vicente nos presentó al
señor Arzobispo, y éste con amabilidad y muestras de alegría y satisfacción
nos preguntó cómo había sido nuestro viaje, y luego hablamos largo rato
de las cosas de España. Nos despedimos de él y tomamos de nuevo la barca
hasta Verápoly. Aquí nos esperaba en la orilla del río el R. P . Vicario Pro-
vincial y el P . Eliseo júnior con una multitud de católicos del pueblo que
salían á recibir & los nuevos misioneros. Enseguida que llegamos entramos
en la iglesia á dar gracias á Dios y á la Virgen nuestra buena Madre por-
que nos había conducido sin contratiempo alguno hasta el término de nues-
tro viaje. El siguiente día, acompañados del P. J u a n Vicente tomamos de
nuevo la barca y fuimosá visitar nuestro Seminario de Puttempally que
está á la orilla del río y en medio de un grandioso bosque de cocoteros.
Este Seminario que tiene 60 colegiales, está dirigido por cuatro Padres
nuestros que publican además una revista en latín y en inglés titulada el
Sacerdote y la Eucaristía. Del Seminario fuimos á visitar un Convento de
Carmelitas Terciarios latinos, y también hay varios de Sirianos, y por la
tarde volvimos á Verápoly.
CRÓNICA CARMttLlTANA 685
Jesús Sacramentado las esforzó entonces para arrostrar todos los sacri-
ficios inherentss á la erección de un Monasterio, y El mismo ha coronado
hoy la obra de su amor, permitiendo que en la Octava de Corpus Christi se
bendijera la capilla de este Monastsrio que ha sido el complemento do su
fundación.
Trece años han trascurrido desde que la Comunidad comenzó su carrera
con la única riqueza de la santa pobreza. Con ella, y sin Dios, nada se pue-
de hacer; pero pobres y con la ayuda de Dios, todo se ha hecho.
Una respetable señora de Valparaíso, doña Juana Ross de Edwards, no-
table por su caridad y que ha favorecido á su patria empleando su cuantiosa
fortuna en procurar la fundación de instituciones para bien y remedio de
todas las necesidades, timbién ha tenido un recuerdo de caridad para erl
Carmelo; y, después de proporcionar á sus semejantes los medios materiales
de subsistencia, ha contribuido á la prosperidad de la Orden Carmelitana,
donde se suministrará al pueblo de Valparaíso el bien incomparable de
tener quien ore por él al Señor, de día y de noche, á la sombra del santuario
edificado por su mano bienhechora,
El Í5 de Octubre de 1893, al comínzar el edificio de este Monasterio, se
colocó también la primera piedra de la Capilla, construyendo por entonces
las murallas del presbiterio, y dejando A la Divina Providencia la conti-
nuación de la obra que, por falta de recursos, no so podía seguir en esa
época. Pasaron los años,.y Dios sabe cuantas plegarias de las religiosas lle-
garon hasta su truno en demanda de la gracia de poder adorar á su Augus-
ta Majestad en un templo mis digno que la humilde Capilla en que habi-'
taba. Entretanto, El movía el corazón caritativo quo dobía servir de ins-
trumento á-su amorosa Providencia para la realización do sus designios; y
en una do osas horas de angustia en quo no hay otro refugio que Dios y su
Madre Santísima, ese corazón se dirigió á la Reina del Carmelo ofrecién-
dole su fortuna para levantar un templo en su honor si Ella hacía desapa-
recer los pesares que la agoviaban. No se hizo esparar nuestra dulcísima
Madre y luego acudió en auxilio de quien con tanto amor la llamaba. María
había hecho su obra de misericordia; y el corazón agradecido, objeto
de sus bondades, sintió la necesidad de corresponder cuanto antes á sus be-
neficios. Se encaminó al Monasterio de: Carmelitas Descalzas, manifestó a
la R. Madro Priora su pensamiento de edificar la Capilla de la Santísima
Virgen del Carmen, y, ante tan señalado favor, la agradecida Carmelita no
tuvo en sus labios sino palabras de gratitud para con Dios y para con su
noble bienhechora.
Pronto se iniciaron los trabajos y en año y medio quedó terminado el
edificio de la hermosa Capilla de estilo bizantino, donde se ve .armoniza-
do el buen gusto con la sencillez religiosa. En el altar mayor domina la
Reina del Carmelo con su precioso Hijo en sus brazos, y en las columnas
que separan el presbiterio del resto de la Capilla, se ven las estatuas del
Sagrado Corazón de Jesús y del Glorioso Patriarca San José colocadas en
peanas do madera tallada! Los dos altares laterales están dedicados á los
Santos Fundadores de la Descalcez Carmelittna, Santa Teresa y San Juan
de la Cruz.
Como se ha dicho, en la Octava de Corpus el delegado del I. y R. señor
Arzobispo de Santiago y Gobernador Eclesiástico de Valparaíso, Presbítero
don Luis Enrique Izquierdo, bendijo el nuevo templo, reservando las fies-
CRÓNICA CARMELITANA 687
«¡Insensatos! Así piensan los mundanos! ¿No sabéis que en esos montes
«consiste nuestra fuerza, se acrecientan nuestras riquezas y que de ellas
»bajan las corrientes que fertilizan nuestro suelo? La vida cristiana, dijo,
«es vida de misterios; so oculta y se fomenta en el silencio, en la oración y
»en el retiro, y de ahí brQtan los manantiales fecundos que dan vida á muchas
«obras. ¿Qué vemos en la robusta y misteriosa encina que desafía los hura-
«canes y las tempestades? Toda su fuerza está oculta en la raíz, arrancadla,
«y ya no extenderá su verde follaje al caminante que busca á su sombra
«bienhechora un reposo y un descanso.—Bendecid al Señor que os presenta
«este pequeño claustro formado de miembros de nuestros primeros hogares,
«que oran incesantemente por todos interesándose en vuestras necesidades.
«Aquí encontraréis quien comparta con vosotros vuestras penas y dolores;
»y en las calamidades públicas estas almas unirán su sangre inocente á la
«SaDgre divina que corre por la Cruz, pidiendo misericordia y perdón.» Así
terminó el Prelado su tierna alocución, y en seguida entonó el Te Deum quo
fué proseguido por el coro; y con él se dio fin á las solemnidades de aqxiella
hermosa fiesta religiosa.
A las cuatro P . M. del mismo día, la campana de las Carmelitas anun-
ciaba nuevos obsequios al Dios de la Eucaristía. A esa hora se dio principio
á la distribución de la tarde con la recitación del Santo Rosario y letanía
cantada. Concluida ésta, el R. P . Vicario Provincial de los Carmelitas Des-
calzos, Fray Atanasio del Corazón de Jesús predicó un hermosísimo sermón
del Sagrado Corazón. Empezó por referir con palabras llenas de fuego y de
amor la manifestación de este Divino Señor á la humilde Hija de la Visita-
ción, la B. Margarita María, agregando quo esto Amante Soberano no había
podido contener la fuerza del amor que encerraba en sí á tal punto quo el
fuego que lo consumía le obligó á abrir su Corazón y decir á su Esposa:
«Ved ahí ese Corazón que tanto ha amado á los hombres y quo no recibe
»en correspondencia s'no el olvido y el desprecio.»
En seguida probó la grandeza del amor de Jesús hacia los hombres, re-
cordando su heroico sacrificio, el «Ecce venio» que dijo á su Padre Eterno
en el momento de su Encarnación, que reconcentraba todos los tormentos
que debía soportar desde Belén hasta el Calvario, donde daría al hombre
hasta la última gota de su sangre.
Por último, después de haber manifestado los excesos del amor de Jesús
en un arranque de su ardiente corazÓD, dijo que aun en el tremendo juicio,
cuando le fuera preciso apartar de sí á loa precitos, de su Corazón brotaría
un rayo de misericordia, pues los condenaría á penas inferiores á las que
ellos merecían.
Después del serm5n se expuso solemnemente el Santísimo Sacramento y
se cantaron hermosísimos cánticos en su honor; on seguida so hizo la reser-
va de S. D. Majestad precedida del Tamtum ergo. Terminada la bendición
del SS. nuestros P P . Carmelitas cantaron la Salve á cuatro voces del
Maestro Eslava, y sus melodías celestiales recrearon sin duda á la Reina
del Carmelo, como arrebataron á sus desterrados hijos do la tierra.
En ol segundo día del triduo ol R. P. Epifanio de la Purificación, Vica-
rio de los Carmelitas Descalzos de Valparaíso, cantó la Misa Solemne á las
ocho y media A. M., y el Coro de nuestros P P . Carmelitas al cantar la Misa
del P. Hermán, supo interpretar admirablemente los sentimientos de su
autor qué, á sus dotes musicales, unía la inspiración del contemplativo
Carmelita Descalzo.
CRÓNICA CARMELITANA 089
• • • • •
17
'—^•'"^I^
PENSAMIENTOS
A idea de la inmortalidad
¡^dignifica al hombre y le
l ^ ^ h a c e fuerte contra las ad-
versidades, heroico para
las virtudes y venturoso en medio
de sus penas. Inventad otra idea
que obre milagros semejantes.
Cuanto la fe es más pura, más
ligera es la carga de la vida.
La naturaleza está sometida á la
fe: es ley del que la formó.
AñoIII«flám. 5 4
Innata es la fe en el hombre, y
nó la duda; y muere como la ino-
cencia, herida por la maldad.
15 de Setiembre de 1902 La fe es un talismán con el que
j
Q>T<D" todo se consigue.
l
698 EL M0N1E CARMELO
i_v^g|(2^-
^t^^i^i^T^T^i^tBsttsTterist
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> 1 1 1 1 1 M i l i i i r i M I 111 r M i i i 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 n 11 r 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 T i i 11 M 1 1 1 1 1 1 f i r r 1 1 1 1 j i r i r I I 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 1 • 1 1 1 1 1 1 • • 11
LOS DOS O R D E N E S
HISTORIA PRIMITIVA
III
Efl Af*Gfí|VmsiLiLifl
(Se continuará.)
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VIII
(CONTINUACIóN}
(1) Sap.III.
(2) Hasta la muerte tuvo el cuidado de adorar esta estatua del Niño
Jesús.
708 BL MONTE CARMELO
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(CONTINUACIóN)
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EN VALPARAÍSO
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LA IGLESIA Y LA REVOLI
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VII
(CONTINUACIóN)
LA VERDAD DE LA MUERTE
(CONTINUACIóN)
3." El Ejemplarismo divino enseña que existe una analogía secreta entre los
sonidos, los pensamientos y los sentimientos del alma.
Oigamos á Santo Tomás en el prefacio de su segunda exposición sobro
el Cantar de los Cantares: «Así como de Us locuciones exteriores, dispues-
tas según la armonía y la proporción, resulta el canto sensible, así también
d e las locuciones y sentimientos interiores, dispuestos según la proporción
y el orden dirigidos hacia Dios voluntariamente, resulta cierta melodía
espiritual y como un canto del espíritu. No debemos, en efecto, ajustar el
nombre de canto á sólo los acentos sensibles. Boecio, en su libro I sobre la
música, demuestra que la proporción musical se vuolve á encontrar en
cierta medida en todas las cosas, en este sentido todas las cosas han sido
criadas según un plan armoniosamente proporcionado.»
*
* *
4. El ejemplarismo divino prefiere el canto gregoriano á la música figurada
en el culto divino.
En efecto, enseña que, en todos los artes, la forma sensible debe estar
subordinada á la forma espiritual ó á la idea y fin que el artista se propone.
Además, en la música sagrada, se obtiene esta subordinación, mucho
mejor con el canto gregoriano que con la música figurada. Pues la forma
espiritual ó idea está constituida en la música sagrada por medio de pen-
samientos y sentimientos santos y piadosos que debe expresar el com-
positor.
El fin que se propone es la edificación de los fieles y la gloria do Dios
la forma sensible de su obra reside en el modo y el orden de los sonidos.
Pero ya puede verse que la melodía grave, sencilla y,'sin embargo, va-
riada del canto gregoriano, que no impide oir las palabras cantadas y que
no tiene otro ritmo que la piedad del cantor, expresa mucho mejor la idea
de la música sagrada de que hemos hablado, y atañe más directamente á
su fin que la música figurada. En esta última la armonía polífona que
ahoga las palabras y su ritmo determinado por una medida ó compás arti-
ficial, son más bien ordenadas para halagar el oído y conmover las pasiones
naturales del alma, que para instruir el espíritu y perfeccionar la volun-
tad. Por todas estas razones el Ejemplarismo divino profiere el canto gre-
goriano á la música figurada en el culto divino, y coopera asi á la perfec-
SECCIÓN MUSICAL Í2i
Pasaron fugaces las hermosas tardes del Novenario, y lució con dora-
dos rayos el Sol del día 16: en este día más de mil personas se acercaron á
recibir la Sagrada Hostia en el banquete Eucaristico, y á las diez a. ra.
tuvo lugar una misa solemne oficiada por el R. P. Salvador, Prior de Santo
Domingo.
La orquesta interpretó la misa del R. P. Ricardo de San José Carmelita
Descalzo.
El ya mencionado P . Bonifacio de la Sagrada Familia ocupó la Sagrada
Cátedra, y una vez más entonó un canto melodioso, engrandeciendo á la
Santísima Virgen del Carmen; fué en verdad su discurso como un himno de
alabanzas que vino á coronar todos l#s discursos de los días anteriores.
A las cuatro y media p. m. se rezó la novena, despiiés de la cual se veri-
ficó una solemne procesión con la hermosísima imagen de Ja Virgen del
Carmen, regiamente adornada. Desde la puertade la Iglesia escoltó á la Vir-
gen, un destacamento del cuerpo de bomberos con arma al brazo y bayoneta
calada; las calles principales de Córdoba estaban adornadas con infinidad
de banderas; y de las casas y terrados caía una verdadera lluvia de ñores y
guirnaldas sobre la Virgen. Concluida la procesión que fué amenizada por
una nutrida banda de música, subió el R. P . Bonifacio al pulpito dirigiendo
por última vez su elocuente palabra al auditorio que llenaba en apretado
haz las naves del templo, el atrio y la calle hasta la acera de enfrente; en
una fervorosa improvisación expresó su gratitud á Córdoba, ciudad, dijo,
que ha demostrado ser eminentemente carmelitana; luego dio las más ex-
presivas gracias por la devoción, cultura, atención y fervor que había ob-
servado la concurrencia durante el novenario, pidiendo á su Madre Santí-
sima del Carmen que bendijera á todas las familias con abundantes bendi-
ciones del cielo, cobijándolas bajo su capa blanca y librándolas de todos los
peligros espirituales y temporales. Nosotros también levantamos nuestra
cabeza diendo: ¡Honor y gratitud al R. P . Bonifacio y á la venerablo Co-
munidad de Carmelitas Descalzos!
Terminó la fiesta con la bendición Papal dada por el Reverendísimo
P. Fernando que se ha captado tantas simpatías en esta ciudad con su trato
fino y carácter bondadoso.
Dispense P. Director, estat. mal trazadas líneas que solo reflejan débil-
mente las grandiosas fiestas que se han celebrado en honor de la Augusta
Madre del Carmen en la Ciudad de Córdoba Argentina.
Su afmo. s. s. q. b. s. m.
JJN ARGENTINO
R lStUeSTÍ?OS S U S C I R I P T O ^ E S
todo presagiaba una terrible tor- hasta los cielos como bajaba hasta
menta. los infiernos, tan pronto se inclinaba
No tardó mucho en aparecer lo á un lado como á otro. No quedó ni
que se temía. ¡Qué terrible aspecto un plato ni un vaso entero. Hasta
presentaba el cielo! Los truenos, ó, las ollas de la cocina andaban ro-
mejor dicho un trueno continuado dando por el suelo.
hacía retemblar á todo el vapor y pa- Excusado es decir quo á los pasa-
lidecer á todos los navegantes. Los jeros les tocaría la peor parte.
relámpagos no cesaban uu solo mo- Cuanto pudiera figurarse la imagi-
mento; á cada instaate se veían des- nación más fogosa sería mucho me-
prender exhalaciones En los para- nos de la realidad. Casi todas las
rrayos del Cincinati cayeron cinco señoras católicas estaban delante do
durante un cuarto de hora. La lluvia la imagen de la Virgen del Carmen,
era tan torrencial, que más bien que no de rodillas, porque no permitía el
lluvia, ó, más bien aún que un dilu- movimiento del vapor, pero sí en
vio, parecía una niebla espesa de actitud de elevar tiernas pleglarias
agua, lo que hizo necesario que la si- á la que es Consuelo de aflijidos.
rena se pusiera á dar sus terribles Entre los protestantes había algunos
silbidos, ó rugidos, ó lamentos, que que blasfemaban, otros callaban,
no sabemos cómo calificarlos, pero otros se metieron en los camarotes
que dejaban sin aliento ni alma á los esperando el desenlace del terrible
pobr.es pasajeros. ¡Señor, exclamaba drama, pero ninguno de ellos se
tina buena señora ¿están tocando á acordaba de Dios. En la palidez de
la agonía del Cincinati y sus tripu- las caras se notaba la impresión que
lantes? á todos causaba la cercanía del nau-
En esto mandó el capit'm qu-5 to- fragio. ;Ay mis hijos, ay mis, padres
dos los pasajeros se retirason al in- ay mis hermanos! todo era un conti-
terior del vapor. La orden se cum- nuo ¡ay! lastimero.
plió al momento. L i s puertas y ven- Pranchi era el único que no so
tanas se cerraron de modo que no apuraba, porque decía que el mismo
puliera penetrar ni una gota do día de la Virgen del Carmen no po-
agua. ¿En qué iban á parar todos día haber naufragio, ni podía aho-
aquellos preparativos? ¡Qué situa- garse nadie, ni podía haber desgra-
ción tan terrible! Un momento des- cia de ninguna clase. Aquí tengo yo,
pués una furiosa ola barría la cubier- decía mostrando el santo escapula-
ta del vapor, arrastrando en su ím- rio, aquí tengo yo la defensa. Cuan-
patu novecientas gallinas,, quinien- do yo quiera lo tiro al agua y cesará
tos pavos y dos vacas que estaban la tempestad.
destinadas para el consumo de los En aquel momento se encontraba
pasajeros. Pranchi en primera clase, por más que
Lo más triste del caso fué que ade- su billete era tan solo para segunda.
más de las aves y animales cayeron Así eran las cosas de 'Pranchi. Al
al agua el, grumete y dos marineros. bajar las escaloras que conducen del
Se les quiso socorrer, arrojando al comedor á los camarotes, se encuen-
agua algún bote salvavidas, pero era tra al lado izquierdo un magnífico
imposible, pues el ímpetu de las olas sofá; allí se sentó el héroe de Di-
era tan poderoso que seguramente ma y se puso á cantar con su hermo-
hubiera arrastrado al marinero más sa voz de tenor el célebre adiós de
fuerte que se hubiera atrevido á su- Iparraguirre en bascuence:
bir sobre cubierta. ¡Qué espectácu-
lo tan desgarrador! El grumete deja- Jangoicuac berac nai du
ba en la miseria á cuatro niños pe- Ni urás juatia,
queños y á su esposa. ¿Ama, cerataraco da
Negar eguitia?
Los dos marineros eran solteros,
poro con su jornal mantenían á sus Algunos creyeron que estaba loco;
ancianos padres. Durante un cuarto pero sea lo que fuere,'aquel cantar
do hoi-a, se les vio luchar con las olas daba animación á los cobardes y los
pidiendo socorro en vano. ontretuvo por algún rato. Pregunta-
Mientras tanto el Cincinati baila- ron algunos en quo lengua cantaba,
ba y saltaba sobre las olas como una y fueles respondido que parecía ser
cascara de nuez, los golpes de la que en ru30 ó en chino ó en alguna
mar sacudían y barrían sin cesar su otra parecida. A la verdad, Pranchi
casco; tan pronto parecía que subía no tenía trazas de sor ni ruso ni chi-
S01A0ES Y ENTRETENIMIENTOS 735
no, pero la cosa era hablar algo, para parte era muy difícil averiguar su
poder .dvidar algún tanto las penas. entrada como qus con el movimien-
En esta situación se encontraban to del vapor el agua corría hacia to.
las cosas cuando se sintió que la das las partes.
tempestad arreciaba de una manera Por fin los mismos marineros se
espantosa, un fuerte golpe de olas daban por perdidos. El capitán, re-
derribó una de las chimeneas, que Volver en mano, recorría el vapor
cayó sobre la cubierta estrepitosa- por si acaso alguien se insubordina-
mente ¿Qué es esto, ó qué nos viene ba, pero nadie hacía caso de nadie.
encima? gritaron todos á una voz. El que más gritaba era el más va-
Hubo momentos en que el vapor se liente. Oíanse elevar tiernas plega-
Sumergía por completo en las aguas rias á la Virgen del Carmen y tristes
y pasaban ratos en que los pasajeros despedidas para los ausentes. ¡Adiós
creían estar en el fondo del mar. mi madre! exclamaban unos, ¡Adiós
¡Dios mió, qué chillidos y qué gri- mis hijos! decían otros, ¡adiós mi
tería! novia! dijo alguien. También se oye-
Sin embargo el capitán abrigaba ron horribles blasfemias contra Dios
todavía esperanzas de salvar el va- y los Santos con la diferencia que
por. Lo que le hizo perder las espe- los protestantes blasfemaban y los
ranzas y la cachaza Yankee fué otra católicos en su mayoría se confor-
cosa. El mal ha de venir siempre por maban con la voluntad do Dios.
las mujeres y las curiosidades mu- También se volvió á oír por segunda
jeriles se pagan siempre muy caras, ó quinta vez el enérgico cantar de
pero más caras que nunca se paga- Jangoicuac ber¿ic nai dn
roD en el vapor Cincinnti. Ni urás juatia,
Ya hemos dicho que Dinora Co- ¿Ama cetaraco da
pinger viajaba en primera de pre- Negar eguitia?
ferencia juntamente con sus dos En Troya. Roma ni Pompeya no
sirvientas y como facilmonto se deja so desarrolló jamás drama semejan-
comprender durante toda la tempes- te; y nuestra pluma se resiste á des-
tad se hallaban encorradas en su cribir una escena que es imposiblo
camarote. En uno de los momentos de ser descrita con apropiados colo-
en que creían que ya estaban en el res. Se oyó de repetí te una terrible
fondo del abismo, se les ocurrió lo detonación que en un vapor cerrado
que sólo puede ocurrírsole á unas parecía el estampido de un cañón.
Tankees. Dijeronse unas á otras, va- Era un tiro de revólver que se dis-
mos á abrir esta ventana y conven, paró un protestante; la bala entró
cernos de si estaraos perdidas ó no por una sien derecha y salió por la
y acto seguido cojieron entre las izquierda dejándole muerto en el ac-
tres ol tornillo de la ventana y se la to. Al poco tiempo en uno de los pa-
abrieron. sillos se veía un cadáver con dos
¡Santo Dios! era lo único que fal- chorros de sangre que salían de su
taba. Por aquella ventana entró el cabeza.
agua tan á torrentes que dejó á las La gente protestante hubiera he-
tres mujeres mojadas de pies á ca- cho reir A cualquiera que hubieso
beza, y aquí fué Troya. Salieron to- estado en otra situación. Unos po-
das tres dando chillidos tan estri- dían ron para emborracharse, otros
dentes por los corredores y pasillos cognac, otros ginebra, otros veneno,
que acabaron de alborotar á toda la otros un puñal para metérselo on ol
tripulación y á todos los pasajeros. pecho. Hubo, sin embargo, uno que
No hacían sino gritar, llorar y co- lleno de fervor estaba repitiendo las
rrer. Lo peor era que tras ellas iba primeras palabras del oficio de di-
el agua en mucha abundancia y esto funtos de la secta protestante pres-
último era más serio que los chilli- biteriana Nearer by Theo, my Ood.
dos de las tres mujeres. ¿Por dónde Pranchi no perdió todavía su cal-
entraba aquella agua'? Nadie lo sabía ma ni su humor, tanto fué así que
Sabíanlo las tres Yank°es, pero es- una de las veces que por, centésima
tas si*bien chillaban por cien, no vez pasaba por su lado Dinora Co-
decían nada sobre su origen. Corrían pinger, tuvo aquel humor para decir-
los marineros de una parte A otra la: Oiga usted doña Dinora, enco-
en busca del punto fijo por donde miéndese usted á SanLuteriS virgen
entraba aquel torrente, pero lo que y mártir.
menos les ocurrió fué entrar en el
departamento de Dinora. Por otra La Yankee no hizo caso, lo mismo
la importaba que la dijera una cosa
736 EL MONTE CARMELO
que otra, una alabanza que un insul- mi alma. Dasde la cuna de mi infan-
to, pues despreciaba todo, como que cia invoqué tu nombre santo. Las
iba 4 perder la vida. brisas de las montañas de mi patria
•\ Oyóse otra detonación. Era un ju- murmuraron en mi oído la historia
dío francés que se pegó otro tiro, de tus bondades, y desde los años
este no murió al menos por entonces primeros de mi ser juré servirte sin
pero se rompió el cráneo levantán- cesar, pero así como te ofrecí mi pri-
dose la tapa de los sesos. Cayó al mer quejido entro sollozos te ofrezco
suelo envuelto en sangre y agua, los m i último suspiro entre horrores.
sesos se le estaban saliendo, y se en- H o y concluiría mi. vida, si tú, Vir-
comendaba á Abraham y al Mesías gen Madre del Redentor, no conser-
futuro, mientras tanto que á gritos vas en tu ser á tu hijo desgra-
pedía una botella de ron. ciado. No me importa por mí, dulce
Aquí fué donde Pranclli se vio encanto de mi alma. Siento penas
hondamente conmovido. No pudo indecibles por estos desgraciados
sufrir el espectáculo de aquellos dos que no tienen la dicha do amar y de
^-«•¿cadáveres, ciegas ahjiflsí creía ó supo- conocer á tu Hijo ni de amar y cono-
nía estarían pensando en el infierno. cer á tí.
d~ ¡Dios mío! ¿qué es esto? ¿íqué estre- Levantóse Pranchi con presteza,
ñios les ha traído á estos misorables se puso en pie levantó sus dos brazos
su falsa religión y sus fanáticas y continuó su plegaria con voz pe-
creencias! ¡Dios mío! yo os ofrezco netrantísima que se oía en todo el
todas las obras do mi vida por la sal- vapor.
vación de oste judío que está aquí Oíd, católicos y protestantes, oíd
murié>idose. De los ojos de Pranchi j udíos é incrédulos, oíd españoles y
salían dos chorros de lágrimas. Ja- amoricanos, oye sobre to&o tú, estre-
más en su vida se sintió tan emocio- lla de los mares. Es;uoha la plega-
nado ni sentimientos más dolorosos ria de un náufrago y te conozcan los
habían afectado su corazón. Los cho- que no te conocen, para que te amen
rros de sangro que salían do la ca- los que no te aman. Este escapula-
beza perforada de los dos cadáveres rio será la señal de tu poder, esta
habían enrojecido el agua que cada insignia la muestra de tu bondad.
momento tomabamás espantosas pro- Ahí lo arrojo al agua y hágase tu vo-
porciones. Se acordó <le que era ol luntad. t
día de la Virgen del Carenen, vinie- . Hay un momento do suspensión...
ron á su mente miles de ideas tristes. Después de ese momento el capitán
También se acordó de que aquel día grita en.su lengua: «Wg are free.
todos los años se confesaba, y comul- ¡Hurra por Pranchi. Estamos libres.
."•i'n en el convento de Carmelitas Hurra por Pranchi...Han pasado cin-
de Larrea... co minutos Durante osos cinco mi-
Pero ya no pudo resistir más; se nutos Di nora Coppinger se ha subi-
arrodilló en me lio del agua delante do al altar y se ha agarrado fuerte-
de todos los -pasajeros, sacó con mente á la imagen de la Virgen del
fuerza el escapulario milagroso que Carmen á quien da centenares do be-
lo había arrancado al cadáver del es- sos. Las dos criadas están de rodillas
piritista de Baltiraore y que le lleva- delante del aLtar, y diciendo á gritos
ba al pecho, le cogió con la mano de- que quieren hacerse católicas. Car-
rechaylevantándolo«n alto dirigió á bí con lágrimas en los ojos pido
la Virgen del Carmen esta ferviente perdón á Dios y á Pranchi, católicos
y hermosa plegaria salida espontá- y protestantes aclaman á la Virgen
neamente del fondo de su corazón del Carmen protectora de los mares,
enternecido, plegaria digna de ser la mar se ha tranquilizado y el cielo
repotida continuamente por todos se despeja poco á poco, el judío sui-
los cristianos. cida pide el bautismo y en todo el
vapor no se oye sino el nombre de
Virgen de mis amores primeros; Pranchi.
tú sabes que te he dedicado los sus-
piros más nobles que han brotado de t
f*. ? ^ A . J.
(Se continuará.)
\¡ .-,••..• •.'..'.•.'•'i1, '.'•' •'•.•.',•'•••• -.y!i
INVOCACIÓN CARMELITANA'
^
rj), IENE Santa Teresa de Jesús el privilegio de ser en
todas partes la Santa simpática por excelencia. Quizás,
y sin quizás, no ha habido en el Cristianismo otra Santa
más popular, ni más umversalmente querida; y es que
hay tanta belleza en su carácter, tantos y tan irresisti-
bles encantos en su alma nobilísima y grande, que desr
pierta las simpatías de cuantos se paran á mirarla: los
unos la celebran por su santidad, los otros por su sabi-
duría, aquí la aclaman escritora insigne, allí reforma-
dora incomparable; y ello es lo cierto que Santa Teresa
de Jesús es todas estas cosas á la vez: prodigio de san-
tidad, portento de sabiduría, escritora incomparable y
reformadora sin igual. ¿Y no es en verdad cosa admi-
rable que en el siglo en que vivieron San Juan de la
Cruz, San Pedro de Alcántara, San Ignacio de Lp3rola,
San Francisco de Javier y San Francisco de Borja,
brillase Santa Teresa de Jesús como un prodigio de
santidad; y que en el siglo de Cervantes, de los Luises
de León y de Granada, brillase Santa Teresa de Jesús
como reina de la literatura española; y que cuando el
mundo escuchaba lleno de asombro las conquistas cuasi
fabulosas de Hernán-Cortés en Méjico, las victorias
gloriosísimas de Gonzalo de Córdoba en Italia, del Du-
que de Alba en Flandes, de Juan de Austria en Lepanto,
mereciese Santa Teresa de Jesús renombre de valiente
?tó EL MOUíECARMBLO
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JARRA Y LIBRO DE SANTA TERESA !
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IV
Efl SEVlIiHH
(Se continuará.)
IIIIIIIIIII11IIIIIIIIIIIIIIIIIIMIIIIIIIIIII1IIIIII11IIIIHIII1IIIIIIIIIIIIIIIII1IIIIIMI1IIIIIIIIIII11IIIIIMIIIIIIIIIIIII1IIIIIIIIMIMII1IIII
1
V T * * « " T V « T * i / p * • / { * • n T " * » - T M I - ^ * ' 4 ^ Í S « - T S í » - T « i P R v T « » « " T - * í ^ i • ' f v t « " T * • T * ' * - 1 \ t » - T - i * ^ S i « ^ N » f T ~ * ^ ^ ~
todo se cumpla vuestra santa voluntad, sin que jamás puedan las
criaturas ser obstáculo para ella!»
¡La Natividad de María! ¡qué día tan hermoso para transformar-
me eu esposa de Jesús! En este día, aparte de las inmensas gracias
que yo recibí, una paz y una alegría inexplicables reinaban en mi
corazón, y por la noche, al contemplar las estrellas del firmamento,
pensaba que prouto volaría por aquellos espacios para unirme con mi
divino Esposo, y gozar de otra paz y de otra alegría eternas. ^ ¿^v
¿Y qué os diré al presente, Madre mía? Entre vuestras manos me
entregué á Jesús; vos me conocéis desde mi infancia, y uo necesito
descubriros mis secretos. ¡Ahi.yo os lo suplico, perdonadme si abre-
vio la historia de mi vida religiosa.
f*. JS. ¡s. f.
(Se continuará)
LA VISIÓN DE UN APÓSTOL
t m y ^ S a f a ¿ tabeldad
SANTA TERESA DE JESÚS
te :^v tie. tte. ¿te tb. .-&.
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*T» ' f f v ' ~!KTJ «^N' " v ^ ¿T^ «Tv *sr~* * ' í * "T" "*^T^ ^f*" «-T"» »-1K Pfí- 4 * ^ " vTs» ¿*-n *^i" «-T\t " 5 ^ " ""tífs¡T" «¡T¡ ?FS~
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SECCIÓN CANONICO-LITÚRGICA
BIBLIOGRAFíA
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Alvay, Agosto 1902.
REVERENDO Y AMADO P. DIRECTOR:
Extrañaría V. R. que en mi anterior, escrita la víspera de Ntra. M. San-
tísima del Carmen, que fué nuestra llegada, nada le dijera de esta festivi-
dad, que con tanto entusiasmo celebra nuestra Orden en todas partes, como
prueba de gratitud y correspondencia al afecto, del todo particular, que
María nos profesa, y en conmemoración de la dádiva inapreciable del San-
to Escapulario, que nos distingue y ennoblece. Pero de propósito no quise
entonces decir nada sobre el particular, porque no se celebraba la fiesta,
pues debido á las grandes lluvias é inundaciones que todos los años vienen
en el mes de Julio, es ya costumbre que la fiesta del Carmen se celebre el
día 15 de agosto. Voy pues á describirle una elección y una fiesta, elección
que por las muchas ceremonias de su ritual cualquiera creería que se trata
de elegir un Presidente de los Estados Unidos, ó un Jefe de gobierno de
otra poderosa nación, y es ¡pásmese! la elección de Presidente do la Cofra-
día del Carmen.
Invitado por N. Rvdo. P . Vicario Provincial Fr. Policarpo, fui desdo
Alvay, mi residencia, á Verápoly para celebrar la fiesta, y con objeto de
descansar un poco del pesado estudio de la lengua malayal ó malavar, anti-
cipé algunos días mi viaje. Fué esto una buena determinación, porque si
hubiera ido la víspera de la fiesta, como hicieron los otros misioneros, no
hubiera podido presenciar lo que le había de escribir.
Para el día 7 que había de comenzar la novena, estaba ya nuestra Igle-
sia de Verápoly adornada elegantemente, y, como dicen los del pais, como en
ninguna parte. Las paredes cubiertas con grandes cuadros de colores, pinta-
dos á brocha gorda sobre papel, representando los principales pasages del
Génesis, desde la creación del hombre. Y en verdad que simulaban hermo-
sos tapices, pero habían de ser mirados á un kilómetro de distancia, pues
de cerca hacían reir é impedían el recogimiento y gravedad propios del lu-
gar, á nosotros los europeos, no á los del país que lo aprecian y se enorgu-
llecen porque otras iglesias no lo tienen. Había bastantes arañas de cristal
y otras para vasitos de aceite, con un buen número de fanales y más de
treinta ángeles con cara y manos de cera, vestidos de papel de diferentes
colores; en fin la Iglesia se vestía dé gala y sonreía á todos llamándolos á
celebrar la gran festividad.
766 . EL MONTE CARMELO
El día 7 á las seis de la tarde se dio principio á las funciones del nove-
nario con la bendición de la bandera de la Virgen del Carmen, que hace
el P. Misionero con toda solemnidad, revestido de capa pluvial y en presen-
cia del pueblo, cantando el Liudate Dominum omnes gentes al izarla en la
torre; comienzan ya los toque3 de campanas, tambores y gaitas sucesiva-
mente repitiéndose tres veces, para llamar la gente á la novena. Esta con-
sistía en rosario rezado, letanías cantadas á toda orquesta, (del país) ó sea
condos violines, un bombo, hierrillos y tres voces; seguía la Salve que ento-
naba el Preste con capa pluvial, entre dos hileras de Cofrades con su uni-
forme y velas encendidas; concluida la Salve cantaban el Ape María Stella,
todo con la orquesta antes indicada, sin pipóles y sin batuta. Me acordaba
yo de los solemnes novenarios que se hacen en nuestros conventos de Espa-
ña, y, he de confesar mi flaqueza, sentí ap3naio el corazón, pero cuando
echaba de menos la pompa, majestad y lujo de las funciones de ahí, me con-
solaba contemplando la fe y entusiasmo de estas gentes con la sencillez y
naturalidad que se revelan en todos sus actos! Cuántos cristianos viejos do
Europa podrían aprender la compostura y atención en el templo de estos
nuevos cristianos! A las 8 de la tarde concluía la novena y muchos de los
cofrades y otras personas tenían que volver de noche á sus respectivos pue-
blos ó bosques, hasta dos horas de distancia, navegando por los ríos en pe-
queñas barcas, porque en esta misión de Verápoly no se puede hacer un
viaje que no tenga que navegar poco ó mucho por los ríos ¿No es/verdad que
esto revela fe y entusiasmo en estos cristianos?
He dicho antes que los Cofrades asistían con su uniforme y casi me
sabe mal haberlo insinuado, porque de explicarlo es fácil que los Cofrades
y Terceros de España tengan envidia á los de aquí, pero no; saben muy
bien que no es el hábito el que hace al monje y que solamente el Escapu-
lario es el que tiene la virtud de hacernos hijos especiales do María y co-
municarnos sus gracias.
Consiste, pues, el uniforme de los Cofrades de aquí en un Escapulario
grande como el que llevamos los religiosos, pero blanco, unido á una
capa blanca y grande como la nuestra, encima una muceta encarnada, como
los Doctores, y sobrepuesto un pequeño Escapulario. En sí es bonito el
uniforme y cuando se reúnen muchos en alguna función ó procesión, le da
mucho realce y solemnidad, pero se hace raro para nosotros verlos tan ele-
gantemente vestidos y que llevan las piernas y pies desnudos y negros.
Esta Cofradía de Verápody es muy floreciente, sin duda porque es la
más antigua y hay más medios en esta iglesia por sor la casa matriz de la
misión. Y aunque aquí todos los cristianos visten el Santo Escapulario y
por lo tanto pertenecen á la Cofradía, esta Asociación ó grupo de que me
ocupo es como una selección de la misma Cofradía que tiene sus estatutos
especiales para su gobierno: los hombres que se inscriben han de ser fervo-
rosos cristianos y cuya conversión venga lo menos de la quinta generación,
las mujeres son admitidas también, pero no tienen ningún distintivo, par-
ticipan de sus gracias y contribuyen con su óbolo al sostenimiento de la
misma y á las funciones que celebra.
Como en este país no se puede prescindir de las castas hasta en los ac-
tos religiosos, porque es una convicción que llevan con la sangre, y tan
sagrada para ellos, casi me atrevo á decir como la misma fe, la J u n t a de
la Cofradía debe constar de miembros de todas las castas, ó por lo menos
CRÓNICA CARMELITANA • 767
de los que cuenten con 'número considerable en la Cofradía. Así por ejem-
plo la casta de los Parranquis lia de tener tres miembros en la J u n t a porque
son bastante numerosos por lo mismo que dista este lugar tan poco de
Coehín donde hay tanto elemento portugués. Porque hay que saber que los
Parranquis vienen, según ellos dicen, de los primeros siervos que tomaron
los portugueses cuando se establecieron en Coehín, aunque lo más seguro
es, según otros, qne son mulatos de los portugueses y forma la casta lla-
mada Parranquis que luego se subdivide en otras tres, la de los sietecien-
tos ó sea de los que servían á la mesa á los portugueses, la de los quinien-
tos ó sea de los que trabajaban los jardines y la de los trescientos ó sea la
de los que llevaban el paranchino; pero esto no viene ya al caso; vamos á la
elección.
El sexto día del novenario debe renovarse todos los años la J u n t a de la
Cofradía. Para dicho acto se reúnen todos los cofrades en nuestra casa
misión. El P. Misionero está en un cuarto y van entrando uno después de
otro los Cofrades y le indican el candidato que quieren elegir, y de esta
manera el que ha reunido mayoría de votos es nombrado Presidente; luego
se eligen en la misma forma los cargos de la Junta. Concluida la elección
se da á conocer el Presidente á los Cofrades y se les invita para Ja procla-
mación y coronación (sic) del Presidente al siguiente día.
Séptimo día de la Novena, después de rezado el losario y cantadas las
letanías, sale al altar el P. Misionero vestido de capa pluvial y hace la
proclamación del Presidente y de la Junta; acto seguido les dirige una plá-
tica y concluida esta viono la coronación. Arrodillados los de la Junta, en
las gradas del altar con el Presidente en el medio, les va colocando el Pa-
dre en la cabeza un a pequeña corona, la cual, por ser para la fórmula y la
mismo para todos, es sustituida enseguida por otra de cartón que llevan
ellos preparada, adornada con flores de papel de oro, luego les echa agua
bendita y se canta el Te Deum al mismo tiempo que tocan todas las cam-
panas, tambores, violines y bombo, cantando el Te Deum se lleva al Presi-
dente en procesión en medio de todos los Cofrades . y seguido del Preste y
do todo el pueblo un buen trecho por fuera de la iglesia. Luego que regre-
san concluye el himno de acción de gracias y termina la función. Enton-
ces el P. Misionero, depuestos los ornamentos sagrados, acompaña al Pre-
sidente un largo trecho fuera de la iglesia con el estruendo de tambores,
gaitas, violines y bombo; y congregado todo el pueblo le felicita y se rotira.
Entonces comienzan las salutaciones, alabanzas y gritos del pueblo. Este
día y el siguiente adorna el Presidente su casa con gallardetes y bando-
rolas y se disparan muchos morteretes que hacen la salva al Presidente.
El día de la fiesta del Carmen hace un convite en su casa, pero este año por
caer en Viernes se anticipó dos días (1) Para este convite invita el Presi-
dente á todos los Cofrades y á los amigos y conocidos de los pueblos del
rededor, este año asistían á comer unos mil hombres, mujer no asiste nin-
guna, pero es ley que todo invitado después de comer tiene que depositar
una cantidad (estaño está determinada) en una caja á manera de cepillo,
que es para el Presidente. De donde resulta que algunas veces el que ha
invitado paga todos los gastos con lo que ha recogido en el cepillo y queda
aun con superávit. La comida consiste en una vaca con arroz. Primero
tas esta mañana menos para mí qu? me esperaba un consuelo muy grande
el día siguiente.
En efecto, Ntro. P . Vicario Provincial Fr. Policarpo tan amable y con-
descendiente con nosotros, me indicó si quería bautizar ocho infieles con-
vertidos, que estaban preparados para entrar en la Iglesia, invitación que
yo acepté con graniísimo consuelo de mi alma, pues si no eran convertidos
por mí, era yo el quo le3 introducía en la Iglesia, lavaba sus almas con las
aguas del bautismo, rompía las cadenas con que les tenía esclavizados Sa-
tanás y los presentaba á Dios como ovejas perdidas qne volvían al redil de
su Sagrado Corazón. Eran cinco hombres y tres mujeres de edad de 25,
á 50 años. Después do bautizarles les impuse el Santo Escapulario para que
al mismo tiempo que les hacía hijos de Dios fueran también hijos especia-
les de la Virgen del Carmen.
Comprendo, P . Director, que me he alargado más de lo que pensaba y
acaso más de lo conveniente, pero la culpa la tienen los lectores de E L MON-
TE CARMELO, pues por el deseo de darles un rato de solaz con las noticias
de este país me he extendido en pormenores que hubiera podido omitir, y
así siendo ellos la causa, espero la indulgencia y perdón.
Queda siempre do V. R. afmo. hermano,
F R . PLáCIDO M. a DEL PILAR.
C D. Mis. Apost.
CARTA DEL MONTE CARMELO.—M. R. P. Director de E L MONTE CARMELO:
Esta vez voy á mandarle á V. ñ. la reseña de una función religiosa que tu-
vo lugar el día 7 de Septiembre en nuestro Convento de Monjas Carmelitas,
con motivo de la toma del Santo Hábito de dos novicias. Nada tiene de par-
ticular, al parecer, el que se haya verificado una función religiosa de este
género, pero la circunstancia de ser las novicias españolas (navarras) esto
sí que es extraño y pocas veces visto en estos países.
Las dos jóvenes vestidas de blanco y con hermosas guirnaldas de flores
en la cabeza se dirigieron á la Iglesia acompañadas por el señor Cónsul Es-
pañol y su señora que apadrinaron á las novicias. Comenzó la ceremonia
con las preguntas que se acostumbran hacer á las postulantas sobre su vo-
cación y los motivos que les mueven á abandonar el mundo y abrazar el
estado religioso; luego se cantó en castellano—la primera vez que se ha
cantado en Caiffa en esta lengua—el himno Bendita sea tu pureza, y acto
continuo el R. P . Vicario del Monte Carmelo dirigió á las dos novicias
una elocuente y fervorosa exhortación á las prácticas de la vida religiosa
«por medio de las cuales las esposas regaladas de Cristo se unen en amor á
su celestial Esposo»; hizo resaltar las tres cualidades que adornan á Jesús
y que le hacen el mis amable de los esposos, á sabor: «que es hermosísimo,
riquísimo y fidelísimo». Concluida la plática, se ordenó la procesión, á la
que asistieron, la Comunidad del Carmelo con capas blancas, los señores
Cónsules de España y Francia, con sus respectivas familias, la familia del
Cónsul de Italia, el Comandante del vapor que conduce á la peregrinación
francesa y toda la población católica de Caiffa; llegada la procesión á la
puerta reglar entraron al Convento las novicias que fueron recibidas por la
Comunidad allí reunida con capas y velas encendidas. Terminó el acto con
la Bendición con el Santísimo Sacramento..—El Corresponsal.
Santo. Monte Carmelo, 9 de Septiembre de 1902.
C t f O N Í C A • • • • «
• • • • •
VI
nieran deseos de visitar el sepulcro ceres. ¿Por cuál de los dos extremos
donde yace el cuerpo incorrupto de se decidirá la heroína americana?
la Santa española. En medio de aquella agitación é
incertidumbre en que se encontraba
Lo qtie pasó en el corazón de Di- la joven señorita, la gracia consiguió
nora en los momentos que estuvo el triunfo y se llevó la palma. Los
ante el célebre sepulcro, no es difí- ojos de Dinora se convirtieron en
cil adivinar, porque la escena nada dos chorros de lágrimas y cayó de
tuvo de oculto. La misma Dinora no golpe sobre sus rodillas y allí, apo-
sabía lo q'ue la pasaba, pero lo cier- yada de codos en la verja del pres-
to es que según iba renovando en biterio y ante el sepulcro de Santa
su memoria todo cuanto había leído Teresa, cogida la cabeza entre sus
en Santa Teresa, se iba transforman- manos dirigió á Dios esta hermosa
do todo su ser en otra cosa distinta plegaria.
que ella misma no sabía explicar.
¡Qué terrible impresión le hacía el «Dios de mi infancia y de mi vida
recuerdo de aquellas palabras de la toda, Tu que ves correr lágrimas de
Santa hablando de los luteranos, compunción de los ojos de esta in-
fique querían ecliar á Dios fuera de su feliz criatura, ilumina mi mente y
casa, que Santa Teresa se había movido conforta mi corazón, para que deci-
á hacer sus fundaciones en cambio de da del porvenir de mi vida antes
las muchas iglesias que los luteranos que me levante de este lugar sagra-
derribaban.» Dinora se contaba en- do. Mis sueños se desvanecieron,
tre aquellos luteranos á quienes mis ilusiones huyeron como sombras.
Santa Teresa condenaba. Por otra Riquezas y comodidades no las quie-
parte vela! aprobadas por el mismo ro, adoraciones y rendimentos los
Dios todas las afirmaciones de la detesto. Como espuma de las olas
Santa con la incorrupción de su van desapareciendo mis días y como
cuerpo ¿en qué lugar quedaba Dino- hoja arrebatada por el torrente de
ra en el concepto de Santa Teresa? la vida voy caminando al sepulcro!
Dios mío, antes que se marchite esta
Es verdad que acababa de abjurar flor, antes que se seque mi espíritu,
y de reprobar sus errores, pero todo antes que cese rni aliento, antes que
el tiempo que permaneció en ellos expiren mis días, en estos mismos
¿en qué situación se encontraba su momentos, desde este mismo lugar,
alma? Ideas terroríficas cruzaban me despido de cuanto he amado en
por su mente, angustias de muerte la tierra. Ya no más vanidades ni
envolvían su espíritu, enérgicos lati- ilusiones, no más rendimientos ni
dos sacudían su corazón. También se mentiras. Adiós mis galas y entrete-
ponían ante sus ojos dulces perspec- nimientos, adiós mis planes y pro-
tivas de un porvenir, si bien incierto, yectos, adiós mis amigos, adiós mis
fundado, empero en la esperanza de hermanos y queridísimas hermanas,
emplearlo en una santa e irrepren- adiós mi padre, adiós...» pero aquí se
sible vida. ¿Cómo lo llevaría á cabo? cortó la voz de Dinora; iba á despe-
¡Angustiosa situación! Toda su per- dirse ó iba á decir el último adiós á
sona temblaba de pies á cabeza, sus su madre, no p'ido pronunciar la pa-
ojos no acertaban á ver los objetos labra y cayó al suelo desmayada.
que tenía delante, su lengua no po-
día articular palabra. Ella tenía de- Cinco minutos duró el desmayo.
seos de vivir una vida santa en el Durante aquellos cinco minutos se
seno del Catolicismo, pero sus pa- realizó en Dinora una transforma-
dres y numerosos parientes se opon- ción maravillosa. ¿Fuéle revelado al-
drían á aquel plan, y pondrían ante gún secreto en aquel estado? Obró
sus pasos cuantos obstáculos fueran Dios algún prodigio con su sierva?
imaginables. Todo ha sido un misterio, pero las
obras de la joven han mostrado quo
Crítica situación, á la que había algo de grande pasó por su alma.
de seguirse una resolución que había Pero sea esto lo que fuere, lo cierto
de decidir su presente y futura suer- es, que de aquel desmayo se levantó
te. Dios la llamaba por una parte con firme resolución de ser religiosa
con voz penetrante, Santa Teresa la carmelita hija de Santa Teresa, y do
reprendía por otra, el mundo la pre- ser ella misma fundadora de un con-
sentaba encantos con brillantes co- vento de Carmelitas Descalzáis en su
lores, el cielo la abría sus puertas y país. Sin embargo por aquel enton-
el mundo la convidaba con sus pla- ces no se supo nada de esto, pues
SOLACES Y ENTRETENIMIENTOS 775
veía sin duda que su proyecto no de- mucho y hasta querían desheredar*
jaría de presentar graves dificulta- la, por lo que ellas llamaban el horri-
des y quería realizar su plan despa- ble crimen de abrazar el catolicismo.
cio y con mucha prudencia y sobre Pero en medio de todo alzó su voz
todo con mucho secreto. el general Coppinger y habló como
No dejó, con todo, de escribir y no- se supone que hablaría un militar
tificar á su familia el cambio que ha- yankee. Dijo que en la libre Amé-
bía hecho de religión, su abjuración rica no se podía castigar á nadie
del protestantismo y su entrada en por cambios de religión, porque, se-
el seno de la Iglesia católica. «Mis gún decía, todas las religiones eran
queridos padres, escribía desde Alba buenas, aunque á uhos les gustan
de Tormes el día doce de Agosto, ra- unas y á otros les gustan otras, y
zones poderosísimas y pruebas evi- aunque realmente unas son mejores
dentes de la verdad más clara me que otras. El general Coppinger
han obligado á cambiar de religión. quiso explicar su pensamiento con
Me hallo íntimamente convencida comparaciones, á fin de que nadie
de que todas nuestras sectas son fal- quedara en ayunas, por no haber
sas y que sola la religión católica os comprendido aquellas sublimes ra-
la única verdadera y por lo tanto la zones.
única que nos puede conducir á la Decía que entre veinte cañones
felicidad suprema. buenos unos son mejores que otros,
«Siento en toda mi alma el tener' pero que mientras todos eran buenos
que dar á ustedes un disgusto, pero no se podía castigar á un general
sentiría aun mucho más si ustedes no que escogiese uno mediano dejando
siguiesen mi conducta. Puesta la ver- otros mejores. Así habló como un
dad ante los ojos, no hay remedio general; pero no se contentó con ha-
sino aceptarla, no vale cerrar los blar como general, sino también
ojos á la luz, pues esta será siempre quiso hablar como soldado, y pu8o
luz, por más que los ojos se resistan otra comparación que solo en un sol-
á mirarla. La luz verdadera es Jesu- dado podía pasar. Dijo que entre
cristo y la religión de éste es la ca- veinte mujeres hermosas, unas son
tólica. Lo que siento es el no haber- más hermosas que otras, pero quo
la conocido antes. Me dispensarán no se le podía castigar al que qui-
pues, el que haya cedido tan sólo á la siera casarse con la más fea, porque
luz do la verdad, sin que en mi de- aquella le puede gustar más que las
terminación haya tenido lugar nin- otras, ¿y por qué se lo ha de quitar
guna pasión humana ni motivo al- aquel gusto? Yo tengo una esposa
guno terreno». muy fea. decía, pero esa es la que
Creyó Dinora que al recibir sus más mo gusta, ¿por qué me habéis de
padres esta carta, se alborotarían de castigar vosotros porque yo me casé
suerte que no la dejarían en paz con ella? Así sucede con las religio-
un solo momento, en tanto que esta- nes, decía el general yankeeí unas
ba decidida á no volverse á su país, son mejores que otras; la luterana
si es que notaba algún resentimien- es la mejor, pero también la católi-
to en su familia, y determinó irse á ca es buena; por lo tanto, si nuestra
París á esperar la contestación. hija quiere ser católica, dejémosla
Recibió, en efecto, la contestación con su gusto.
en París, pero esta no fué tan dura Todo aquel razonamiento, y toda
como esperaba; muy al contrario, la aquella retahila de disparates po-
daba á entender que no habían visto dría convencerá cualquiera menos al
su resolución con malos ojos. EL pa- que tuviera dos onzas de seso on su
dre do Dinora, el General Comppin- cabeza. Pero que tuvieran ó no tu-
gor, como militar, poco se inmutaba vieran seso en su cabeza las muje-
de los cambios do religión que sus res con quienes hablaba el general,
hijos pudieran hacer. Aunque su hi- ello es que quedaron convencidas
ja cambiara de religiones como de por la fuerza de aquellos sublimes
trajes, lo tenia sin cuidado. Otro disparates y raciocinios soldadescos,
tanto sucedía con los tíos de Dinora, y escribieron á su hija que si bien
pues como buenos banqueros Yan- hubiera estado más acertada en per-
kees se impresionaban por los cam- manecer luterana, sin embargo la
bios de la bolsa, no tanto de los cam- perdonaban su ligereza en haberse he-
bios de religión. Las mujeres ó sea cho católica.
su madre y sus tías so incomodaron Cuando Dinora recibió aquella
776 EL MONTE CARMELO
JMOTA FIflHLt
A SANTA TERESA
f-P.
v
-*»fe~stes~-'
SANTA TERESA DE JESÚS
IUJER i n c o m p a r a b l e ,
(santa encumbradísima,
|los más ilustrados sa-
I^S^^Tbios y elocuentes ora-
¥
" dores han querido ha-
blar de ella, y no la han podido
describir; los más renombrados
artistas han querido trasladar su
figura al lienzo ó al mármol, y no
la han podido retratar.
Un Dominico, contemporáneo
de ella, decía que Santa Teresa
no era mujer, que era hombre y
el más hombre de cuantos él ha-
bía conocido: era hófñW^e pn la
valentía, en los alientos esforza-
dos, en las empresas gigantescas
que acometía y llevaba á cabo.
19 Pero era también mujer: y la
más mujer de cuántas han exis-
Q) tido: era mujer-por el amor, por
ai mu muí mi immin nimmmiiiimiiiiimnimmiiiiiimimiimmnmimimniiimimnm
-iiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiHiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiMiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiiMiimiiiimiiimi*
SANTA. TERESA DB JESÚS 779
'^t^MÉsCM^irr^ H^'
EN LA PILA BAUTISMAL
iiiiiniiiiiiiiiiiiiiiii
HÜ|W0RIS|W0 TBfiESIRHO
Yo real santa,
Por eso, buen caballero,
Tan apriesa
En la Iglesia meter quiero
A vuestra ahijada Teresa
Ya de cristianar al ángel
Formó la intención, al fin,
Y entonces creyóle arcángel,
Querubín y serafín:
Todo junto
Vio en ella punto por punto,
Y así, al hacerla cristiana:
—"Serafín en carne humana—
Prorrumpió,—yo te bautizo...
Y si á vos
Dios en esta forma os hizo,
Allá Dios:
No le usurpo su derecho»—
Tal se expresa
El ministro satisfecho
Al bautizar á Teresa.
J^R. fLORlÍN DEL p*RMELO TERESIANO,
TERESA DE CEPEDA Y TERESA DE JESÚS
PRIMERAS VÍSPERAS
LOS DESPOSORIOS
Cuanto en ellas se contiene ha de extrañar el ardor de este
lleva la marca y recuerda la celo cuyo origen nos indica lue-
idea de estar á todas luces con- go la feliz desposada, diciendo
sagradas a celebrar los místicos que su corazón ha sido atrave-
desposorios de Teresa con el di- sado con el dardo del amor di-
vino Esposo. vino: Vulnerasti cor meum, Do-
Primera antífona.—Al modo mine, ardenti cúspide charita-
que la desposada va por delante tis tuw. En su amor á fesús, ar-
en el cortejo nupcial, atrayendo de en deseos de trabajar por su
á sí las miradas y llamando la gloria, ya que el celo es fruto
atención de los espectadores natural y necesario del amor di-
por la riqueza de los atavíos y vino, como la envidia es insepa-
por la deslumbrante blancura rable compañera del amor pro-
del ropaje, así nos presentan á fano.
Teresa, la dichosa prometida de Tercera antífona.—En la ter-
Cristo, ó más bien ella misma se cera antífona invítanos Teresa
nos presenta la primera, y con á admirar los ricos presentes
mucha gloria por cierto en la que le ha hecho Nuestro Señor
expresión Zelo selata sum. con ocasión de los esponsales,
La gloria de Teresa, su obra comenzando por el clavo de su
principal es la Reforma del Car- mano derecha que le dio por
men, su nombre está íntimamen- anillo: Clavo dexterae tuae sit-
te unido al de Reformadora: el barrhasti me, Domine, y conti-
uno llama al otro en el espíritu, nuando por Id corona que le pu-
y aun por eso aparece como Re- so sobre la frente, et tanquam
formadora desde la primera pa- sponsam decorasti me corona:
labra del Oficio. Digna hija del doble visión que nos refiere la
glorioso Profeta cuya obra vie- misma Santa en su Vida.
ne á restaurar, consumida de un Cuarta artífona. — Con tan
solo deseo, la honra del divino preciosos favores y tan peregri-
Esposo, como Elias, no tiene otra nas señales de ternura ha subi-
pasión que la gloria de Jehová, do tan de punto el amor, que,
toma de él su divisa, y de su co- sintiéndose desfallecer y próxi-
razón abrasado brota, á modo de ma á sucumbir á la violencia de
salutación, la palabra de fuego sus ardores, pide gracia y so-
nacida del ardiente corazón del corro: Fulcite me floribus, sti-
santo Patriarca, Padre y Funda- pate me malis, quia amore lan-
dor de su Orden: Zelo selata sum gueo. Sostenedme con flores,
pro honore Sponsi mei Jesu fortalecedme con frutos odorí-
Christi qui dixti mihi: Ut vera feros, porque languidesco de
sponsa meum selabis honorem. amor. No satisfacen su celo los
Segunda antífona. -- Ni nos buenos deseos de santidad per
ENSAYO LITÚRGICO 7P3
sonal: Fulcite mefloribus, nece- en su comparación he reputado
sita obrar y padecer porque su por nada las riquezas. Optavi et
Esposo sea conocido y amado: datus est mihi sensus, et invn-
stipate me malis. O padecer, ó cavi et venit in me spíritus sa-
morir: amore tangueo. pientice, et praeposui Mam, rg~
Quinta antífona.—-Mas no nos gms et sedibus, et divitias nihil
engañamos con esto, puesto que esse duxi in comparatione tllius
no son los preciosos presentes Tras esta luminosa explica-
que, como testimonio del amor ción ya no nos sorprende una
del divino Esposo recibió la des- elección tan contraria á los ojos
posada, la causa del encendido de la carne, pero de nuestros
deseo que ella tiene de unirse á corazones agradecidos sube á
Él Ni los favores espirituales, los labios el cántico de acción
visiones, éxtasis, etc., ni la glo- de gracias: Conflteor tibi Pater,
ria que de ahí se le sigue es lo Domine coeli et terrae, quia abs-
que ella busca en las relaciones condtsti haec á sapientibus et
y en el trato con Jesús, no: Mihi prudentibus et revelasti ea par-
absit gloriari: lo que ama en vulis. Glorificóte, Padre, Señor
•Jesús es á Tesús mismo, su amor de cielo y tierra, porque ocul-
á la humanidad manifestado por taste estas cosas á los sabios y
la pasión y muerte de cruz. Ama prudentes del siglo, y revelas-
á Aquél que padeció y murió telas á los pequeñuelos.
por ella, y como el amor tiende Hasta aquí hemos contempla-
á la unión, para más asemejár- do holgada y amorosamente á
sele, toda su ambición es pade- la despósala, á quien ya cono-
cer con Él y por Él: nisi in crucecemos, dado que ella propia se
Domininostri Jesu Christi. No ha dignado hacernos leer en su
son los placeres del mundo lo corazón la grandeza, lá natura-
que desea, sino los desprecios, leza y los motivos de su amor.
las humillaciones y los padeci- Procedería ahora, conforme el
mientos que fueron él patrimo- uso recibido, que se nos presen-
nio de su Amado: Per quem tase al Esposo. Mas ¿á qué fin?
mihi mundus crucifixus est ct ¿No dice el Apóstol: Si quis non
ego mundo. amat Dominum nostrum Jesum
CAPíTULO.—No cjeben de exci- Christum, sit anathemalSi algu-
tar nuestro asombro y admira- no no ama á nuestro Señor Je-
ción estos sentimientos tan di- sucristo, sea anatema?—Pasare-
ferentes de los que la naturaleza mos, pues, sin demora á las con-
inspira, sobre todo á los jóve- diciones del contrato de espon-
nes, ya que el secreto de ellos sales, y á los motivos que han
nos lo revela Teresa en las pa- guiado la elección del celestial
labras del Capítulo: "Deseé,— Esposo, con el versículo del him-
dice—, la inteligencia, y fuéme no y la antífona del Magníficat.
dada; pedílo, y vino á mí el es- V.° y R.0.—Condición indis-
píritu de sabiduría. Lo he pre- pensable para llegar á la unión
ferido á los reinos y tronos, y divina es la renuncia de todo
794 EL MONTE CARMELO
"-w^P"*-1
AMA TERESA JESÜSENARI
""SSSHí^ ¿^
ESPERANZA
• • • • •
Q&He^Aí.
CIRCULAR IMPURTANTE.— Nuestro amadísimo Prelado ha dirigido una her-
mosísima carta circular & los fióles do su Diócesis, proponiéndoles la devo-
ción del Santísimo Rosario como remedio para los males que aquejan á la so-
ciedad; de olla copiamos el siguiente parrafito, cuya oportunidad no puede
ser mayor: «Es evidente -dice-que nuestra profesión de cristianos nos obli-
ga á pelear sin tregua contra los enemigos de Cristo. Por tanto, ahora que
ellos nos provocan no rehusemos el combate: eso sería vergonzoso: preparé-
monos, y corramos & la lucha allí donde se nos llama, y provistos de la misma
clase de armas. Ellos han elegido como objeto preferente de sus ataques las
escuelas ó Institutos religiosos: pues defendamos nosotros con denuedo osos
baluartes do la fe: amparemos á los niños para preservarlos de la perversión
y procuremos mantener y fomentar la enseñanza de la doctrina cristiana.—
Los enemigos so vilen do la prensa, del parlamento, de los mitins para des-
cristianizir al pueblo: pues nosotros, unidos estrechamente con espíritu do
fe y de obediencia, opongamos periódicos á periódicos, diputados á dipu-
tados, reuniones á reuniones. Ellos, en una palabra, se proponen, como lo
han proclamado con increible audacia, destruir la Iglesia Católica, anonadar
la Eeligión, implantar el ateísmo: pues nosotros esforcémonos á lograr por
todos los medios lícitos, que Jesucristo sea honrado y bendecido en todas
partes, y su reino se extienda y afiance desde un extremo hasta el otro de
la tierra.—Pelear hasta morir por esa causa sería la muerte más gloriosa;
porque no hay causa que merezca el sacrificio de la vida, como la causa del
honor de Dios, do la salud eterna del alma, y la verdadera felicidad de la
familia y de la patria »
ULTIMA HORA
Hecho ya el ajuste del presente número, recibimos una carta de
nuestro querido Padre Juan Vicente, Misionero Apostólico de Verá-
poli, con el relato de una horrorosa catástrofe ferroviaria ocurrida
en Madras (India) en la que el tren que conducía á Europa á los
Ilustrísimos y Reverendísimos Arzobispo de nuestra Misión de
Verápoli, y Obispo auxiliar de Quilón, y á otros Misioneros carme-
litas, cayó á un caudaloso río, pereciendo casi todos los viajeros y
habiéndose librado de una muerte segura, milagrosamente, nues-
tros amantísimos Prelados. En el próximo número publicaremos ín-
tegra la carta del Padre Juan Vicente.
UN VALIENTE, UN FANTASMA Y UN ESCAPULARIO.
iiiimiiiiiiiiiiiiiiiimiiiiiiMii
fK. £ DE,p. J.
(Se continuará.)
ii J. _ !•.' '..*TTZÍrr**Trm!!^&''l'!'J'**T1
1.1..... • • u.'l
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.í-;:::-,,;.^¿:ÍJí
Bis.
IX
(CONTINUACIóN)
más enfermas; la muerte había exteüdido sus negras alas por todos
nuestros claustros, y apenas una hermana había exhalado el último
suspiro, era precisó ¡qué dolor! abandonarla iál punto.
El día que cumplí 19 años murió la Madre Supriora; yo la asistí
en su agonía,con la hermana enfermera. Pronto la siguieron otras dos.
Una mañana, apenas tocaron las tablillas, mó levanté como de cos-
tumbre, pero con el presentimiento de que la hermana Magdalena ha-
bía muerto. El claustro se hallaba completamente á obscuras; nadie
salía de las celdas. No obstante, yo me decidí á penetrar en la de la
hermana Magdalena, la que vi, en efecto, vestida y recostada sobre
su jergón, pero sin vida. No me causó la menor impresión: fui á la sa-
cristía,, traje una vela encendida y la puse en la cabeza una corona
de rosas. En medio de este abandono, veía yo la mano de Dios que
nos pretegía y su corazón que velaba por nosotros.
Nuestras queridas hermanas pasaban á mejor vida sin esfuerzo
alguno; en sus rostros se dibujaba una sonrisa celestial; y más pa-
recían entregadas á un dulce y tranquilo sueño que en brazos de la
muerte.
Durante estas largas semanas de duras pruebas tuve el inefable
consuelo d& recibir todos los días la comunión. Ah! ¡qué generoso
ha sido Jesús para ccnmigo! Sin que yo lo pidiese, se me otorgó el
privilegio de unirme todos los días á mi Tierno Amado, aun después
que desapareció la gripe.
También tenía la dicha de tocar los vasos sagrados y de preparar
los corporales destinados á recibir á Jesús; y, como nobleza obliga,
yo procuraba enfervorizarme todo lo posible, teniendo presente lo
que se dijo á un santo diácono: Procura ser santo, tú que manejas los
vasos del Señor.»
El Señor, Madre mía, no. me lleva por el camino del temor. Sin
embargo, un día sentí cierta turbación al acercarme á recibir la san-
ta comunión. Por falta de formas el sacerdote se veía en la necesi-
dad de partir las últimas, y yo recibía al Señor en una parte muy
pequeña; y, como esto se venía repitiendo algunos días, me hice estu
reflexión: Jesús viene, á mi pecho con desagrado. Mas ¡oh dicha! el
sacerdote, en vez de una partecita, me dio dos hostiasl ¿No era esto
una tierna respuesta á mi tímida pregunta? ¡Ah! ¡Cuánto tengo que
agradecer á Dios!—Quiero contaros otra cosa:
El Señor ha sido muy complaciente conmigo. Ha satisfecho no
\ sólo mis deseos de perfección, sino también aquellos que no estaban
exentos de vanidad, aunque yo lo ignoraba. Viendo que una her-
mana pintaba bellas miniaturas y componía versos, entró en deseos
de imitarla. Sin embargo, no me hubiera propasado á pedir estos
dones naturales, y mis deseos permanecían ocultos allá en el fondo
de mi corazón. Jesús accedió á mis caprichos, y con admiración de
la comunidad, conseguí concluir algunos trabajos de pintura y com-
poner algunas poesías/" Pero así eomoSalomón, mirawcZo las obras de
COfiGIiÜSIÓfi
ENSAYO LITÚRGICO
SOBRÉ EL OFICIO DE
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mente á ellas, era llevado por impetuosa corriente, sus pies no ha-
llaban suelo, sus brazos desfallecían, todo era negras nieblas, lluvia
torrencial, truenos espantosos, relámpagos deslumbradores, ruido
abismal el caos... . Más de una milla fué así arrebatado nuestro
amado Prelado, cuando su pie tocó tierra ¡feliz momento en que
S. E. Vióse salido de las fauces aterradoras de una trágica muerte!
Allí se hizo fuerte y sosteniendo hincada eri el arenal una estaca,
mantúvose quieto resistiendo á los más furibundos elementos hasta
que la ansiada aurora vino á dar aliento y guía á lo s que luchaban
en desesperada agonía. Creyó entonces que su compañero el Obispo
debió de haber sido arrebatado río abajo, y se arriesga á ir en su
busca, y va como puede, hasta que se ve comprometido nuevamente
entre lodazales de donde no había fuerza para salir. En fin, después
de tamaños peligros, angustias y agonías, y contra todo presagio y
esperanza, gracias á una serie de favores del cielo, S. E. acabó por
salir ileso, enteramente ileso, dadas las doce del medio día. ¡Sea Dios
alabado! Retiróse S. E. á Madras de donde ha podido volver á con-
tinuar el día 16 su ruta á Italia y España. ¡Concédale la Virgen San-
tísima seguro arribo á esos puertos! En Madras proveyóse S. E. de
algo de ropa, etc., pues ni qué decir tiene quo. en el desastre desapa-
recieron la cruz pectoral, el báculo pastoral y cuantos aderezos epis-
copales llevaba para presentarse en Roma; pero ya le dispensarán
allí, si so ve obligado á ir cual pobre peregrino, tal vez usando som-
brero de corcho: tal era el que pudo adquirir en Madras.
El Obispo Coadjutor de Quilón.—Su Señoría Ilustrísima pasó por
trances parecidos y las mismas angustias que el Excmo. señor Ar-
zobispo. Asió lo primero que encontró y fué un almohadón, sin otra
salvaguardia se mantuvo sobrenadando gran rato; al cabo pudo coger
una tabla y con ella siguió hasta quo alcanzó á fijar pie. Con el
agua á la ciutura y lloviendo á chorros, esperó el amanecer. Merced
á la luz del día, logró evadir peligros y volver á la línea férrea, des-
pués de haber sido arrastrado larguísimo trayecto por la vehemen-
cia de las corrientes.
Los PP. Bernardo y León.—Estos dos Padres italianos que acom-
pañaban á los Monseñores, están refugiados en el hospital de Ma-
dras, el uno por haber quedado con una pierna cogida entre dos le-
ños del asiento del tren, que le tuvieron preso y víctima durante
cuatro hon s con el agua hasta el cuello; el segundo, que resultó ile-
so y no sufrió arrastre, permaneció cuatro días en el sitio, trabajan-
do sin descanso en recojer y sepultar cadáveres y proveer á otras
necesidades, sin apenas comer ni dormir, padeciendo lúgubres impre*
siones, cuyo resultado ha sjdo una intensísima fiebre. Con todo,
842 EL M'>NTK CARMELO
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LA YERDAD DE LA MUERTE
(CONCLUSIóN)
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BIBLIOGRAFÍA
BIBLIOTECA BLANCA. Con este tí- hermoso ornato de sus casas. El im-
tulo ha publicado la acreditada casa porte de cada tomo son dos pesetas.
editorial pontificia de L. González y — E L TROVADOR DE SANTA TERESA.
Compañía de Barcelona, cuatro to- —El conocido escritor y poeta tei'e-
mos lujosísimos con ilustraciones siano don Juan B. Altes y Alabart,
modernistas y muy esmerada impre- ha publicado una segunda edición
sión; los dos primeros, La Reja del de este su ramillete de composicio-
arado, es una colección de narracio- nes líricas y narrativas sobre puntos
nes preciosísimas del célebre litera,- relacionados con la devoción de San-
to Pierre L'Ermite, y los otros dos , ta Teresa y hechos más gloriosos de
tomos contienen respectivamente su vida.
dos novelas interesantísimas: El gri- —NUEVO MéTODO DE PRACTICAR LA
llo del hogar, por Carlos Dickens y DEVOCIóN DB LOS SIETE DOMINGOS DE
El Músico ciego, por W. Korolenko, SAN JOSé—Repetidas veces ha re-
seguida esta última de tres narra- comendado Su Santidad León XIII
ciones: El ahorcado, Los poemas de mi la devoción y culto del Patriarca
mujfr y La voz del viento. Varias ve- San José como remedio eficacisimo
ces hemos tenido ocasión de reco- contra los males que aquejan al pue-
mendar los trabajos de los señores blo cristiano. A propagar más esa
L. González y Compañía por el ex- devoción y culto tiende el precioso
celente criterio católico que preside librito compuesto por un sacerdote
á la elección de las obras que edi- devoto del Santo Patriarca, en el
tan y por las admirables condiciones cual, con la exposición de los pasa-
que reúne la impresión. Las obras jes Evangélicos que dicen relación
que acaba de publicar son una nue- á los dolores y gozos de San José,
va recomendación de tan excelentes se dan á conocer las virtudes y pro-
Editores. rrogativas del casto Esposo de la
De una manera particular reco- Santísima Virgen María. Su precio
mendamos á los padres y madres de en tela con bonita plancha y corte re-
familia L A BIBLIOTECA BLANCA, ya dondo es 1'25 pesetas, en cartón 1.00.
que á ellos les incumbe el deber sa- Para los pedidos dirigirse al Admi-
cratísimo de velar por la inocencia nistrador de El Adalid Seráfico, Con-
de sus hijos é hijas que es el más vento de Capuchinos, Sevilla.
CARTA DEL MONTE CARMELO.
Santo Monte Carmelo, 5 de Octubre de 1902.
M. B. P. Director.—El día 28 del mes de Septiembre próximo pasado
llegó á este santuario del Monte Carmelo una muy lucida peregrinación
italiana, compuesta del Eminentísimo señor Cardonal de Milán, dos Mon-
señores, Secretario uno de ellos de Nuestro Santísimo Padre el Papa León
XIII, ciento quince sacerdotes, y señoras y caballeros hasta el número de
doscientos veinte. En Caifa fueron recibidos por todas las autoridades ecle-
siásticas y civiles, luego visitaron en procesión la parroquia latina, propie-
dad del Monte Carmelo, y durante la misma la banda tocaba escogidas pie-
zis de su repertorio. El encargado de dar la bienvenida á la peregrinación
fué el limo, señor Obispo greco-unido de San J u a n de Acre, al que contestó
en nombro de toda la peregrinación el Eminentísimo Cardonal. En diferen-
tes carrozas subieron al Santo Monte Carmelo, donde la Reverenda Comu-
nidad les recibió con capas blancas y con las ceremonias del Eitual. Ense-
guida se comenzaron á celebrar las Misas en catorce altares, preparados de
antemano, para que los señores Sacerdotes pudiesen satisfacer su devoción
celebrando la Misa votiva de Nuestra Santísima Madre la Virgen del Car-
men; el señor Cardenal dijo la Misa de Comunión general á las ocho.
La comida fué á las once, que fué servida en el palacio propiedad del
convento; dista de éste unos cuarenta pasos, y tiene un salón en el que pue-
den comer doscientas cincuenta personas con toda comodidad. Terminada
la comida se hizo una solemne función en la Iglesia con S. D. M. de mani-
fiesto, se cantaron motetes alusivos al acto y finalmente ge dio la Bendición
& los peregrinos con el Santísimo Sacramento. De aquí partieron los pere-
grinos para Nazaret, Tabor, Tiberiades, etc.
En tres años que cuento de residencia en este Santo Monte Carmelo éste
ha sido visitado por 8 Obispos, 2 Arzobispos, 2 patriarcas, y ahora por un
Cardenal, el primero que ha venido después de la restauración del Carmelo
por los Carmelitas descalzos hace cerca de tres años. Suyo afmo.—El Co-
rresponsal.
REPúBLICA ARGENTINA.—UNA MISIóN. R. P. Director de EL MONTE
CARMELO.
Voy k darle cuenta de una misión que llamó mucho la atención aquí,
por haber sido promovida por una familia protestante, La misión so dio en
?46 EL MONTE CARMELO
to no habla otro medio que tomar una volanta con caballos ligaros y reco-
rrer las casas esparcidas por toda la estancia. A todo se prestó gustoso nues-
tro mister, acompañándonos él mismo, y, convirtiéndose en verdadero misio-
nero, iba exhortando a todos los hombres a que se aprovecharan de la santa
misión.
Como aquel territorio está situado entre Buenos Aires y Santa Fé, había
que entenderse con los dos obispos respectivos para los bautizos y matri-
monios, y por esa razón tuvo que ausentarse el otro misionero que era el
P. Mendiondo, vasco-francés. Yo empleó el día siguiente en limpiar y arre-
glar u n gran galpón que nos debía servir de Iglesia. Seis guachos, como los
llaman aquí, hombres fornidos, armados con sus enormes facas, tenia á mi
disposición en esta tarea. Por fin, se aderezó lo mejor que se pudo aquel
l ortal de Belén, que así lo parecía en la pobreza y en los pesebres.
Al día siguiente se abrió la misión, y cuál sería nuestra sorpresa viendo
que nuestro ancho galpón se había llenado do familias que venían Atrasu-
c íar la palabra de Dios atravesando muchas leguas. Les hablé de la impor-
tancia de la salvación y que Dios es un Padre que nos ama entrañablemente
á todos; lo mismo á los blancos que á los negros, á los ricos y á los pobres, y
que para todos tiene preparado un lugar en el cielo, si cumplimos nuestros
deberes de católicos.
Por algunos días tuvimos que trasladarnos á otro lugar que distaba una
legua, donde había más viviendas: allí se prepararon cuarenta niños, algunos
de ellos de diez y ocho años para la primera comunión. Muchas peripecias
nos pasaron en esta misión que no las refiero por no alargarme demasiado.
Se hicieron treinta y siete bautismos, veinticuatro matrimonios, y comul-
garon doscientas quince personas que es bastante para aquellos campos des-
poblados.—De V. R. ind. hermano F R . BONIFACIO DE LA SAGRADA. FAMILIA.
drina en aquel acto; hízjle las preguntas que prescribe nuestro Ritual
Carmelitano, y segui lamente pronunció la oración sagrada que fué un dis-
curso maestro, lien • de enseñanzas cristianas, demostrando con vi r l a d e r a
sencillez y elegancia los sacrificios que impono la vida religiosa y recom-
pensas que el Divino Esposo promoto a las que con intención pura y recta
abrazan este estado.
Acto seguido la novicia hizo su entrada en la clausura acompañada do
toda la comunidad. H a tomado el nombre de Hormana Adoración Gertru-
dis del Niño Jesús. Mil plácemes y mil enhorabuenas á la nuova novicia,
á su dist'nguida familia, y á la Reverenda Comunidad.
E s iioson DE SANTA TERESA DE J E S ú S . — A última hora recibimos varíes
reseñas de las grandes solemnidades celebradas en honor de Nuestra Será-
fica Madro Santa Teresa de Josas. Con extraordinario entusiasmo so han
celebrado la Novena y el día de su íiosta, prueba evidente de que la devo-
ción á tan simpática Santa va siendo cada año y aun cada día más papular
y más ferviente en el verdadero pueblo español.—Por estar ya muy ade-
lantada la impresión del presente número, no nos es posible dar cabida en
el mismo á ias dichas reseñas, y lo sentimos, pero debemos hacer constar
aquí nuestro profundo agradecimiento por los trabajos que nos han enriado
nuestros queridos corresponsales.
• • • • •
VIII
¿Qué escenas tenían lugar en Di- remiraron, tampoco estaba en la igle-
ma desde la misteriosa desaparición sia ni en la sacristía. Segundo sus-
de Pranchi? Como fácilmente se deja to.—Vamos á Sorguineche, que era la
comprender, sus compañeros de Ven- casa fatídica. Llegaron á Sorguine-
tachuri estuvieron esperando toda che á las doce en punto, hora, según
la mañana del día de San Pedro, es decían, en que las brujas solían es-
decir, el día siguiente á la noche en tar peinándose; poro en Sorguineche
que tenía que dormir en Sorguineche, no encontraron ni brujas peinándo-
á que llegara Pranchi, vivo ó muer- se, ni Pranchi durmiendo. Torcer
to, á disfrutar del sabor de las diez susto. ¿Dónde estará Pranchi? .
azumbres de chacolí, sea que él tu- De seguro que los duendes le han
viera que pagar su importe por ha- llevado á la cueva de Balsola, se di-
ber perdido la apuesta ó que deli- jeron los cuatro compañeros;—pues
ciosamente disfrutara de las venta- vamos á la cueva de Balsola: é inme-
as, por haberla ganado. diatamente se pusieron en camino
Pero en vano esperaron hasta las para ella. Esta cuera es la cosa más
diez de la mañana y algo más. Pran- admirable y digna de verse que hay
chi no aparecía ni antes ni después. en Dima y quizás en toda Vizcaya.
¿Qué le habrá pasado á Pranchi? es- Por masque se la examina, nunca lle-
tará dormido en su casa? le habrán ga uno á verla por completo, por los
llevado los duendes? dónde estará? muchos vericuetos, grandes callejo-
Nadie sabia, nada.—Vamos á ver si nes y estrechos pasillos que en ella
está en su casa, dicen los cuatro com- se encuentran j siempre llega la no-
pañeros; y en efecto fueron á su ca- che antes de poderla examinar mi-
sa; pero en vano; les respondió su nuciosamente.
mujer que estaba con pona porque Para examinar bien esta cueva, loa
aquella noche no había dormido en compañeros de Pranchi hicieron una
casa, que sólo sabía que la noche an- buena provisión de fósforos, de acei-
terior había salido de casa con el re- te en curzulu, de manojos de paja, á
vólver y un cuchillo grande. fin de poder ver con claridad los agu-
Primer susto para los cuatro ami- jeros más estrechos, y los pasillos
gos. - Pues vamos á ver si está en la más impenetrables, pero por más que
iglesia; pero por más que miraron y •xaminaron cuanto pudieron hasta
SOLACES Y ENTRETENIMIENTO 853
gastar los fósfon s, el aceite y ma- del Carmen que allí se venera, el
nojos da paja, no aparecía ni Pranchi favor que tanto deseaban.
ni las brujas.—¡Caracho! decía Perú El plan fué formado de este modo.
¿dónde está Pranchi? ¡caracho! le han Habían de ir b s cuatro solos. Se ha-
llevado las brujas, ¡caracho!.. No hay bían de levantar á las cuatro de la
remedio, hay que hacer una novena mañana, llegar á Larrea á las seis,
á la Virgen del Carmen yendo á pie media hora que duraría la misa, las
hasta Larrea—Tienes razón, Perú, di- seis y media; dos horas que tardarían
jeron & una voz sus tres amigos, tie- en volver, eran las ocho y media, y á
nes razón. Mañana mismo. Ahora va- esta hora podían empezar sus traba-
mos al pueblo, es decir á Dima. jos de labranza. El resto del pueblo
Llegaron los cuatro amigos á Di- había de hacer la novena á la Virgen
ma y contaron lo que les pasaba con del Carmen, pero en Dima.
Pranchi, la apuesta que el día ante-
rior habían hecho, cómo se fué á Sor- ¡Magnífico plan! el día siguiente
guineeke y cómo no aparecía. La cosa se dio principio i, la empresa; y allí
era seria y merecia tomarla en con- iban los fervososos labradores todos
sideración. Fueron también á con- los días con una puntualidad y exac-
sultar el caso con Fr. Agustín, res- titud admirables. Aquellos cuatro
petable párroco de Dima en aquel hombres parecían la fe en cuatro pe-
entonces. Fray Agustín tomó tam- dazos, aquella fe que si no trasladaba
bién en consideración el asunto, pe- los montes de Dima, era porque no
ro no dio crédito al relato hasta que había necesidad de tales traslacio-
pasados varios días se cercioró de nes. ¡Qué piedad tan sólida y tan
que Pranchi había desaparecido: ¿a tierna á la vez movía aquellos cora-
dónde? cómo? vivía ó había muerto? zones sencillos y abnegados!
nada podía saberse con seguridad. Decía Perú que estaba seguro da
Sin embargo también Fray Agus- que antes de concluir la novena apa-
tín era de parecer que se hiciera la recer Pranchi, aunque fuera salien-
novena a l a Virgen del Carmen, como do del infierno, seguro, muy segu-
quería Perú: pero dio francamente ro, y más seguro que de tener diez
su parecer de que primero se hicie- dedos en sus manos;--¿no crees tú así
ran otras novenas en el pueblo, co- Antón? le preguntaba á uno de sus
mo que Larrea estaba lejos, y la épo- compañeros, y Antón respondía quo
ca era de mucho trabajo, y antes de sí, con la misma fe que Perú.
decidirse á ir á allí se hicieran nove- Ahora bien, preguntamos á nues-
nas en todas las ermitas .de Dima. tros lectores: ¿Cómo premió la Vir-
Primeramente en la parroquia a gen del Carmen aquella fe tan
San Podro, después á San Roque en sencilla como sincera? cuál fué el
Olazabal, á Santa Aguoda en Vicá- resaltado de la novena? cuál el efec-
rregui, á San Millán en Biteriño y á to de aquella perseverancia y la re-
San Antolfn en Ova, y si todavía no compensa do aquella abnegación?
aparecía Pranchi, so podría ir á La- Con una sola palabra contestaremos:
rrea, pues entonces estarían muy el quinto día de la novena llenó
adelantados los trabajos do recole- Pranchi á Dima y tocó la puerta de
ción del trigo, y todo podría hacerse su casa.
perfectamente. ¡Virgen Santísima, qué escena! Su
A esta propuesta calló Perú, y los misma mujer fué la que salió á abrir
demás se conformaron. Se hicieron la puerta, pero ésta que vé delante
en efecto las novenas, pero se con- á su marido, por quien lloraba du-
cluyeron las cinco de las cinco er- rante mes y medio, ¿creen nuestros
mitas, y Pranchi no aparecía. lectores quo dio crédito á lo quo
—Ya dije yo que había que ir á La- veía? ¿pero cómo? decía la mujer, ¿es
rrea, dijo con enfado Perú, hay que este mi marido? pero, y esa traje?
ir á Larrea y hacor allí la novena á Creyó que soñaba hasta que Pranchi
la Virgen del Carmen.-Pues vamos á se echó á reir, después la habló en
Larrea, vamos, se dijeron los cuatro vascuence, y enseguida so echó á llo-
á una voz. Pusieron su pensamiento rar. Entonces le conoció á Pranchi
en conocimiento del párroco, éste su mujer, y exclamó como es de su-
aprobó la idea, y ya tenemos á los poner con un chillido de inmenso go-
cuatro arratianos dispuestos á ir á zo: ¡Ay ene gure Pranchi!
Larrea todos los días desde Dima, No podemos dar ni la más remota
con el fin de alcanzar de la Virgen idea de lo que fué aquella escena.
854 Í¡L MONTE CRAMfiLÓ
T-
(Se continuará.)
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^-^""á^
LA POESÍA DE SAN JUAN DE LA CRUZ
Pero aun hay una poesía más angélica, celestial y divina, que
ya no parece de este mundo, ni es posible medirla con criterios li-
terarios, y eso que es más ardiente de pasión que ninguna poesía
profana, y tan elegante y exquisita en la forma y tan plástica y figu-
rativa como los más sabrosos frutos del renacimiento. Son las Can-
ciones espirituales de San Juan de la Cruz, la Subida del Monte Car-
melo, la Noche obscura del alma. Confieso que me infunden religioso
teiror al tocarlas. Por allí ha pasado el espíritu de Dios, hermoseán-
dolo y santificándolo todo:
«Mil gracias derramando,
Pasó por estos sotos con presura,
Y yéndolos mirando,
Con sola su figura
Vestidos los dejó de su hermosura.»
(1) R u t 1,111,7.
.^^^¡¿^¿¡¡¿^fiddxEtí&S^^&dSt
4íTSí " IíTV «-T-* i/f* vT"* «T^* 4í^ i-T* i-*^ Ií-TNI t-Ts. *-TN»" u f ^ v-ISt ií^S» ?TT~^t?rí »•']% P^¡ t*T>» t»T^ i/T-i f-TÑí »Jfr« '
ENSAYO LITÚRGICO
SOBRÉ EL OFICIO DE
CATOLICISMO Y RACIONALISMO
tos históricos del Evangelio los miró como una colección de mi-
tos y leyendas "productos de la ficción sencilla de las primeras
edades del cristianismo. „
Apenas pudieran creerse tan estupendas aberraciones del en-
tendimiento humano, sino estuviesen consignadas en letras de mol-
de en las obras del mismo Strauss titulada Ensayos de historia re-
ligiosa.
Por fortuna, los sabios del catolicismo np se han quedado atrás,
antes bien, estimulados por las mismas negaciones del racionalis-
mo se han dedicado á laboriosas investigaciones científicas. La
filosofía, las ciencias experimentales, la crítica histórica, el estu-
dio de los diversos cultos con que la humanidad ha rendido á Dios
el homenaje de la adoración, ó, como hoy se dice, la ciencia de
las Religiones, en una palabra, las frases todas de la apologética
contemporánea han sido objeto de profundos estudios para vindi-
car á Jesucristo en su Persona, en sus milagros y éh su Iglesia.
fR. TjKOTUS.
(Se continuará)
cido por lo bien que había sido acogida en todas partes, y por los plácemes
y enhorabuenas que 1<5 han dado por tan acertado como oportuno nombra-
miento.
Cuando á los pocos días de celebrada la audiencia participaron al R. P .
J u a n su elección para Arzobispo de Bagdad, dijo el humilde Carmelita:—
«Lejos de esperar esta dignidad, cuando fui llamado á Roma por mis Supe-
riores, pensé que se me llamaba para darme alguna reprensión por des-
aciertos que pudiese haber cometido on los trabajos de mi misión.»
En breve tendrá lugar la consagración del nuevo Arzobispo en nuestra
Iglesia Generalicia de Eoma, actuando de consagrante el Eminentísimo
Cardenal Gotti, y de asistentes un Arzobispo y un Obispo, los tres Carme-
litas.
E L MONTE CARMELO felicita afectuosamente al nuevo Prelado y hace vo-
tos al Señor para que le conceda muchos años prósperos y felices en su
Pontificado.
¡Feliz eres Teresa de Jesús; felices son tus padres, el señor don Carlos
Ortuzar y Montt y la señora doña Tránsito Ovalle; felices todos los que han
tomado parte en tu sacrificio!...
¡Dichosas las almas que en stis juveniles años, después de contemplar el
mundo, la cruz y el cielo, desprecian el primero, y abrazan la segunda, sin»
tiendo con esto anticipados goces celestiales, cuya posesión real tienen .de-
recho á esperar con la seguridad que es posiblo teuer en esta tierra!...
Para concluir Rdo. Padre, estas ideas que Je escribo bajo la. impresión
que producen estas ceremonias diré á V. R. que la solemnidad del acto co-
rrespondía á él, y que el Rdo. Padre Ernesto de Jesús, Superior de los Car-
melitas Descalzos, fué el elegido para vestir el Santo Hábito, un año atrás
á Teresa de Jesús, é imponer el Velo santo en el día que dejo indicado, di-
rigiendo el mismo Rdo. Padre su elocuente palabra á la fervorosa, novicia.
UNA OHILES-A.
—En el breve tiempo de diez días han tenido lugar tres profesiones re-
ligiosas en el Convento de Carmelitas Descalzas de Zumaya. (Guipúzcoa).
121 día 11 del próximo pasado Octubre fue la profesión de la Hermana Ma-
ría Josefa del Carmen, habiéndola impuesto el sagrado Velo el Presbítero
señor don Vicente Guinea, y predicando en tan solemne acto una fervorosa
plática el R. P. Máximo de la Inmaculada Concepción, Prior de los Carme-
litas descalzos de Corella. Fueron padrinos el señor don Eugenio Barbior
que fué representado por don Ramón Azpizua, Presbítero, y la señora doña
Brígida Ángulo de Barbier.
Él día 13 tuvo lugar la profesión de la Hermana María Teresa del Niño
Jesús de Praga y hubo en ella la coincidencia de que en la misma Misa so-
lemne de la profesión hizo su primera comunión una hermanita d é l a no;
CRÓNICA CARMELITANA &85
que Había muerto por nosotios; enseguida con breves razones les preparó
para recibir la sagrada comunión, que con tantas ansias esperaban hacer. Muy
breve fué N. P. pero lo hizo con t a n t a elocuencia, con tanto ardor y #con
tanto entusiasmo, que todo é los que le oímos, confesamos que como esta
vez nunca había pre dicado y que nunca había hecho derramar tantas lágri-
mas como hacía derr amar ahora; terminado BU discurso se oyeron vivas en.
tusiastas á la Orden Carmelitana, á la Santa y á N. P . Provincial, Inmedia-
tamente entraron todos en la Basílica y oyeron la misa de un P. Capuchino
mientras otro P. les predicaba explanando las palabras del M. R. Sebastián j
les enfervorizaba para recibir á Jesús Sacramentado; al fin de la misa varios
sacerdotes en diversos altares dieron la comunión, á pesar de ser más de
las nueve, 4 unos 900 terciarios y devotos de la Santa, durante la comunión
el notabilísimo e-incomparable contralto de Salamanca, que ha pasado casi
toda la novena entre nosotros, cantó preciosísimos motetes alusivos al acto.
A las diez y media empezó la misa solemne, que celebró el dignísimo se-
ñor Párroco de la villa' y la capilla de P^P. Carmelitas, señorees albenses,
en unión con varios seminaristas y con dicho eminente contralto señor La-
rrarte, interpretó á maravilla la grandiosa misa de bajos en mí bemol del
inspirado señor don Hilarión Eslava, El señor'Doctor don Santiago Pas-
tor estuvo en el panegéríco de esto día como en los anteriores tan elocuente
y original qué supera á todo lo que se puede decir, gustando muchísimo á
cuantos tuvieron la satisfacción y el consuelo de oírle.
La, función de la tarde empezó á las tres en punto con exposición, rosa-
rio y sermón á cargo de un P. Capuchino, notabilísimo orador, que expo-
niendo los errores modernos y rebatiendo el liberalismo, animó al numeroso
auditorio á que su conducta f'aera como debe ser la de los discípulos del
Señor, y á que no se avergonzaran de ser católicos delante de los que, para
su desgracia, aborrecen y detestan la enseñanza de la Iglesia fundada sobre
los hombros del humilde Pescador,
Acto .continuo se verificó la imponente y grandiosa procesión en la que
,ib*n los, mil seiscientos peregrinos y muchísima gente de Alba y de los pue-
blos cercanos, todos devotísimos y diohosos por acompañar á Teresa de Jesús-
Durante, 1A. procesión toda la gente iba^ cantando un himno A San Francisco
.de ASíS, acompañándola banda del Hospicio Salmantino;, de vez en cuando
los Carmelitas Descalzos entonábamos enternecidos el ¡O charitatis víctima,
del precioso y bolljsimo cántico que la Iglesia dedica á nuestra dulcísima y
santa madre. ¡Qué armonía, tan sublime formaban los hijos de Francisco y
los hijos del Carmelo! La procesión entró en el convento de las moni as. Isa-
beles, y las religiosas honraron á la Santa con un bonito himno; al llegar, á
la plaza mayor se oyeron vivas á la Iglesia católica, al R. Pontífice, al se-
ñor Obispo de Salamanca, á San Francisco, á Santa Teresa de Jesús y á los
religiosos Capuchinos y Carmelitas, vivas que fueron contestados con .va-
lentía y.entusiasmo por.un inmenso gentío; una pobre mujer, no sabiendo
lo que decir, gritó con energía ¡Viva Dios!, todos contestamos ¡viva! ¡viva
Dios! Al entrar.la imagen en la Basílica, la banda tocó admirablemente la
«March,a Real,» enseguida se despidieron de la Santa los Salmantinos, diri-
giéndoles breves palabras el sabio P. Fr. Antonio Guernica, superior de los
Capuchinos do Salamanca. La gente que-hoy ha habido,en .Alba, ha sido
tanta queche, oido á varios señores ancianos, que ni en el centenario de la
CRóNICA CARMELITANA 889
Santa vino tanta gente; los católicos no podemos menos de exclamar al ver y
oir estas cosas: ¡adhuo est fides in Israel! ¡todavía hay fe en Israel! ¡todavía
en España hay verdaderos católicos! ¡Quiera Dios conservarlos!
Temiendo ser pesado, R. P . termino con el día 22, octava de la Santa; á
las cinco el toqne de diana, las campanas y los cohetes anunciaban la fiesta
del dia y se despedían los devotos teresianos, hasta otro año, si Dios les daba
salud.
Numerosísimas comuniones, como todos los días de la novena, se hicieron
en las parroquias é iglesias de P P . y MM. Carmelitas por numerosos fieles do-
votos de la glosiosa Santa; á las diez, misa solemne con exposición, oficiando
nuestro amadísimo P. Prior Padre Alberto de San José y cantando este día
los mismos músicos que los anteriores, la preciosa misa á cuatro voces del
conocido y delicado compositor señor Gorriti, sobresaliendo notablemente
hoy y toda la novena los señores Larrarte (D. Justo), Borrego, Blazquez,
Arroyo, Larrarte (D. José), Rodríguez (D. Julián y D. Pelayo), Pérez, Ma-
teos, varios seminaristas y algunos religiosos Carmelitas: la dirección de
todo ha estado á cargó del joven organista de los P P . de esta Comunidad;
el panegírico le pronunció el Doctor don Santiago Pastor considerando á la
Santa como Doctora insigne y maestra sapientísima de celeste doctrina;
haciendo parangón entre la autoridad de Santo Tomás y San Agustín y )a
autoridad de Santa Teresa, resultó admirable, ganándose las simpatías de
todos el virtuoso y sabio señor Pastor. Por la tarde después de rezar el rosa-
rio y cantarse la letanía subió al pulpito el elocuentísimo y nunca bien
ponderado P. Estanislao de la Virgen del Carmen, Carmelita Descalzo, y
recopilando todo lo que dicho señor Pastor había predicado sobre el «Exerce
te ad pietatem» del Apóstol San Pablo, hizo un hermosísimo discurso; ter-
minó diciendo que todos los católicos nos debíamos de unir con nuestros
Prelados, y estos á su vez con el Pontífice Romano, para así unidos poder
presentar la batalla á todos los que rehusen militar.bajo el sacrosanto lá-
baro izado en la montaña del sufrimiento, en la cima del Calvario.
Terminado ol sermón so verificó la tradicional procesión que no tiene
más objeto que volver á la bendita Madre á su morada dichosa, para que
así con la tranquilidad que inspiran las paredes del claustro, recuerde ¡feliz
recuerdo! los cultos y homenajes que le hemos tributado durante el nove-
nario, los que tenemos ol orgullo y la dicha incomparable de habitar aquí
cabe su bendito corazón.
Suyo afmo., hermano en Jesucristo,
Fr. Salvador de la Inmaculada Concepción.
Alba de Tormes, fiesta de todos los Santos.
¡SEA BIEN VENIDO!.—Ha regresado á España de su larga expedición á
las repúblicas Sub-Americanas, el M. R. P. Atanasio del Sagrado Corazón
de Jesús, segundo Definidor de los Carmelitas Descalzos de la provincia
de San Joaquín de Navarra, que había ido á aquellas apartadas regiones
con el cargo de Visitador Provincial, en cuyo ejercicio ha dado larga mues-
tra de su táctica prudentísima y de las relevantes dotes de gobierno que
distinguen á tan benemérito Padre.
El R. P . Atanasio vuelve complacidísimo por el estado floreciente de
nuestra Orden en la America del Sur, hace grandes y muy merecidos elo-
gios de la religiosidad y ejemplar observancia de aquellas Comunidades
carmelitanas tanto de religiosos como de religiosas.
8f>0 EL MONTE CARMELO
Que sea bien venido nuestro querido Padre Atanasio, y viva muchos
años para bien y prosperidad de nuestra honorable Provincia de San Joa-
quín de Navarra.
QUE TENGAN BUEN VIAJE.—Con el propósito de hacer una fundación de
nuestra Orden en la República de Bolivia, se embarcarán en este puerto el
día 19 del corriente con rumbo á América, los Reverendos Padres Ludovico
de los SS. Corazones, primer Definidor de los Carmelitas Descalzos de la
Provincia de Aragón y Valencia, Ezequiel de la Virgen del Carmen y el
Hermano Bernardo del Sagrado Corazón de Jesús, religioso también de la
misma Provincia.
Dios les acompaña á nuestros buenos hermanos, y haga que prosperen
tan generosos propósitos para bien de nuestra Religión santa.
BODAS DE OEO.—Nos comunican de nuestro Convento de Marquina
(Vizcaya), que el día 5 del actual cumplió los cincuenta años de vida re-
ligiosa el virtuoso Hermano Donado, José Luis de Jesús María, celebrando
Jas bodas de oro con santo regocijo toda la Comunidad. El Hermano José
Luis que cuenta la edad de 76 años, entre otras muchas virtudes que le dis-
tinguen, goza siempre de una paz y alegría inalterables que eonmnica tam-
bién á cuantos le tratan, y posee, además del castellano, el francés, el vas-
cuence y el latín. Enviárnosle la más cumplida enhorabuena por sus bodas
de oro, y pedimos á Dios que en premio de tan larga vida religiosa, le con-
ceda el celebrar las bodas eternas en la Gloria de los Santos.
NECROLOGíA.—En nuestro Convento de Madres Carmelitas Descalzas de
Marquina (Vizcaya) ha fallecido la ejemplarísima Madre Pascuala d é l a
Santísima Trinidad, expriora y Maestra de Novicias, siendo muy sentida su
muerte no solo en la Comunidad sino en toda la Villa.
A los 38 años de edad, de los cuales pasó 14 en Religión, falleció santa-
mente en el Colegio de Carmelitas Terciarias claustrales de Zaragoza, la
virtuosísima Hermana Sor Jacinta del Patrocinio de Nuestra Señora,
religiosa corista; fué religiosa de mucha virtud y santidad, y se distinguía
particularmente en la Caridad, y en la exacta observancia de las Reglas.
—En Burgos ha fallecido nuestro buen amigo el señor don Daniel Diez
de la Lastra, hermano de las Hermanas María Elisa y María Josefa, Car-
melitas Descalzas en Consuegra.—R. I. P .
4> • • •
C f t O H l C A •
• • • • •
<3&N£^AÍ>
E L QUINCUAGéSIMO ANIVERSARIO DE LA PROCLAMACIóN DEL DOGMA DE LA
PURíSIMA CONCEPCIóN.—En el año de 1904 ¡en el que se cumplirán los cin-
cuenta, desde la proclamación del dogma de la Purísima Concepción, ten-
drán lugar en Eoma solemnes fiestas para celebrar aquel acontecimiento
del Pontificado de Pío I X .
A propósito de dicho aniversario dijo León XIII recientemente á los
peregrinos franceses: Yo espero para esas fiestas el triunfo de la Iglesia, y
desearía quepara asistir á ellas vinieran á Eoma peregrinos de todo el orbe ca-
tólico.
L A LIBERTAD RELIGIOSA BIT ALEMANIA.—El centro católico alemán lia
presentado la siguiente proposición de ley que ha sido votada por el Reichs-
tag prusiano: «Todo subdito del Imperio tiene derecho á disfrutar de la
plena y omnímoda libertad de su fe religiosa; á formar parte de las Comu-
nidades religiosas, y á reunirse con otras para la práctica de ejercicios re-
ligiosos en común, ya sea privada, ya públicamente.» Esto ocurre en la
Alemania protestante; los católicos españoles ¡ay! no somos tan afortu-
nados.
E L DEBATE POLíTICO.—Ha sido esto el gran acontecimiento de la quin-
cena; lo inició el elocuente diputado católico señor Nocedal, quien levan-
tándose sobre las minucias de la política chica á la altura de los principios,
abrió un debate general, verdaderamente grande y amplio, especie de lla-
mada ajuicio de todos los ministros para que ante el Congreso y ante la
nación entera diesen estrechísima cuenta de sus actos, y habiéndolos en-
contrado dignos de reprobación, condenarlos en nombre de España por sus
torpezas, por sus errores y sus desaciertos. Los cargos gravísimos, las acu-
saciones tremendas que con palabra valiente y con elocuencia soberana di-
rigió el diputado integrista á nuestros gobernantes quedaron incontestados,
ó mejor dicho, quedaron agravados con las contestaciones del señor Presi-
dente dol Consejo de Ministros y del señor General Weyler. Maravillosos,
elocuentísimos han sido los discursos pronunciados por el señor Nocedal
y, sin embargo, ésto ha sido lo de menos; lo de más ha sido aquella finísima
intención, aquella ironía sangrienta, aquella lógica vigorosísima conque
hirió de muerte al Gohierno del señor Sagasta y, finalmente, su habilidad
parlamentaria por la que hizo interviniesen los jefes de las minorías, quie-
nes, como el señor Canalejas, el señor Maura y el señor Silvela acabaron
de rematar la obra del señor Nocedal, haciendo una crítica severísima de
los actos del Gobierno.
Este no ha podido resistir al empuje de la discusión, y quebrantado y
deshecho hubo de presentar a l u n a n t e su Majestad la dimisión total del
ministerio.
P02 EL MONTE CARMEL»
Con este incidente, qu"5 ya se veía venir como inevitable desde un prin-
cipio, el debate político ha quedado sin concluir, pues estaba anunciado que
habían de intervenir aun el señor Romero Robledo y el señor Muro,
éste en nombre de la minoría republicana.
En el curso de este debate s» han realizado además dos actos de
gran importancia; la alianza de los señores Maura y Silvela, y la excisión
del señor Canalejas, á quien el señor Sagasta públicamente excomulgó y
arrojó de su partido; de está manera mientras se agrandan y robustecen las
filas conservadoras con los amigos del señor Maura, ha sufrido gravísimo
quebranto la mayoría liberal con la apostasía de los diputados adictos á la
política del señor Canalejas.
Hablase de un acercamiento del señor Romero Robledo hacia los cam-
pos del fusionismo; esto regocija al señor Sagasta, el cual piensa compen-
sarse de este modo de las fuerzas restadas á su partido con la última ex-
cisión.
A la hora en que escribimos estas lineas la crisis parece que tiende á re-
solverse en el sentido de la continuación del señor Sagasta con la coopera-
ción del señor Romero Robledo quien desempeñará una de las carteras.
IX
Llegó el domingo señalado por lla alegría santa con qne es necesa-
Pranchi y por Perú. Era el día ca- rio mezclar las tristezas de esta vida,
torce de Agosto, y algo de grande llamaron al famoso chistulari de Ar-
parecía que se verificaba en Dima. taun con su correspondiente redo-
Las campanas repicaban desde el blante ó tambor, para que fuera la
amanecer con la misma alegría y fiesta más alegre, más animada y aun
animación que si fnera un Sábado de más santa.
Gloria; las gentes bullían por las ca- El día aparecía también magnífico,
lles y por la plaza, como en un gran- el sol arrojaba sus brillantes rayos
de día de fiesta; los mozos, con sus como madejas de inquieta luz que
fajas encarnadas y boinas azules; las doraba de simpático fuego los altos
mozas, con sus pañuelos rojos y picos de las rocas y las sombrías
blancos y de todos colores, sayas de hondonadas de los valles, despidien-
merino azul celeste y zapatitos de do en todas direcciones raudales do
charol; los VíPJOS, con sus abarca- poesía engendradora de fé, vida, pla-
mantas, grandes y anchos sombre- cer y juventud.
ros, pantalón estrecho, chaleco abior- En esto, mientras los viejos arro-
to de que colgaban botones movibles jaban el humo azul de sus pipas al
de plata, y chaqueta colgada del través de la transparente atmósfera
hombro izquierdo, juntamente con arratiana. dieron las seis de la ma-
las insustituibles pipas y tabaco en ñana en el reloj de la iglesia parro-
rama, estaban preparándose para uno quial. Al mismo tiempo arrojaba al
de esos viajes que se hacen pocas aire RUS brillantes notas el chistulari
veces en vida de Artaun, el tambor hacía escuchar
Allí estaba cada familia preparan- su monótona nota de bajo profundo
do su convoy de viaje, con enormes y.... ¡á Larrea! se dijeron todos á una
tortillas de cuarenta y de cincuenta voz ¡A Larrea chicos y chicas!
huevos, bacalao frito en abundancia, Primeramente fueron á la iglesia,
buenas botas de vino riojano y abun- allí se les unió Fr. Agustín que iba
dante pan que cada uno había cocido de sobrepelliz, con cruz y ciriales, y
la víspera en la fábrica de su casa. el P. Carmelita de la exclaustración
A fin de quo nada faltase á la so- conocido con el nombre de Fraille-
lemnidad del viaje, ni siquiera aque- chiqui que estaba de coadjutor en
894 EL MONTE CARMELO
Dima y que debía predicar aquel día da que Dios ha dado á esos pueblos
en Larrea. para contener sus iras, ¡ay de aquel
La armonía, mutua unión, la cari- que da lugar al desbordamiento del
dad, el amor, la alegría y el buen furor popular.
humor brillaron en aquel viaje ó A los dos meses justamente Apraiz
procesión, lo mismo que los rayos del aparecía en medio de uno de los
sol de aquel día, lo mismo que el claustros del convento bañado en su
recogimiento, la devoción y la com- propia sangre y con la cabeza
postura. destrozada, no á espada ni á sa-
Lo más edificante del acto fué que ble ni á : machete, sino á trancazo
iban en ayunas, como que tenían que vivo. ¿Cómo se realizó el terrorífico
comulgar aquel día después de una drama? ¿Quién fué, ó quiénes fueron
caminata de dos leguas, los autores? ¿Cómo penetraron en el
A las nueve en punto llegó la pro- convento? Todavía después de cin-
cesión á Larrea. Los de Zornoza ya cuenta años este es un misterio que
estaban allí; un cuarto de hora más á nadie se ha revelado á pesar de to-
tarde llegaron los de Turre y los de dos los empeños del gobierno en des-
Lemóna, cubrir los autores. Más aún, á los
" Pero aquí es necesario hacer una pocos días se oían unas voces que
triste parada. En aquel tiempo no nadie las pronunciaba, y sin embargo
había Carmelitas en Larrea; habían de que nadie las pronunciaba, se
sido expulsados por el gobierno, el oían muy claras, y decían muy claro
convento incautado, y los antiguos y repetían aún más claro, que quien
Padres que le habitaron, so encon- quisiera sustituir á Apraiz y tomar
traban dispersos en diferentes pun- su oficio, mirara bien el camino que
tos. éste había llevado, y temiera por si
Pero con el fin de que el convento acaso llegara el momento de que la
tuviera alguien que cuidara de su cabeza le oliera á trancazo.
conservación, el gobierno tuvo la En aquel tiempo fué cuando don
maliciosa ocurrencia de colocar Diego Olaeta reclamó el derecho de
como guarda del edificio á un hom- propiedad de aquel edificio y llevó á
bre infame, digno del gobierno que ocuparle á los Carmelitas que por
regía los destinos de España. Este aquellos pueblos estaban dispersos.
hombre so llamaba Apraiz, bien co- ¿Pero qué pasó con la función de
nocido en el pueblo de Zorzona por la procesión de Dima? Una cosa muy
sus indignas fechorías y su trágica sencilla. Los pueblos se cansaron de
muerte. Lo que este hombre hizo esperar á Apraiz, mandaron traer
aquel día era digno de un lincha- una palanca para derribar la puerta,
miento, si la ley de Linch pudiera y con ella un joven forzudo de Lo-
tener lugar alguna vez. Sin embargo, mona, llamado Antonio Eguidazu,
nada extrañó el hecho, pues ya otras dio tan tremendos golpes contra la
veces había hecho otro tanto. barra de la llave, que en menos de
Ocurriósele, pues, á este hombre cinco minutos las puertas estaban
frustrar todo el esplendor de la so- abiertas de par en par.
lemnidad ¿y para eso qué les parece Pero por más que penetraron en la
á nuestros lectores que le ocurrió? Iglesia, ésta no era bastante capaz
Pues nada; desde la mañana muy para tanta gente. Entonces les ocu-
temprano cerró todas las puertas y rrió una idea, que era, colocar un
ventanas del convento y de la igle- altar en medio de la iglesia muy
sia, se cogió las llaves y se marchó iróximo á la puerta de entrada, ce-
con ellas al monte. En vano se lla- Íebrar allí la misa y que el pueblo la
maba en todas las puertas; Apraiz oyera desde fuera. Así se hizo todo.
no respondía. Se le buscó por todas Lo más admirable fué el sermón
partes; pero Apraiz no aparecía. de Fraillechiqui. Para esto se impro-
Mientras tanto cuatro pueblos esta- visó en la hermosa campa que está
ban esperando á que se abriera la en fronte de la .Iglesia un pulpito
puerta. Mas nunca se juega impune- muy original que consistía en un
mente con los pueblos. Quien abusa carro ordinario, encima del carro
de la paciencia de un pueblo, tarde pusieron dos cestos boca abajo, en-
ó temprano pagará muy caro el abu- cima de los cestos colocaron cuatro
so que ha hecho, y si el castigo tarda tablas y encima de las tablas se su-
algún tiempo, él llegará infalible- bió Fraillechiqui á decir un sermón
mente, pues cuando ,rebosa la medi- que fué una continua conmovedor
SOLACES Y ENTRETENIMIENTOS 895
alabanza y patético -elogio de la no había otro hombre más grande
Virgen del Carmen y de su poder; y que Pranchi, ni pueblo mejor que
con su palabra rebosante de tierna Dima, ni bueyes como los suyos, ni
unción tuvo el Fraillechiqui absor- santo como la Virgen del Carmen.
tos a cuatro pueblos durante una Cuando estaban en la mitad de la
hora y al fin de todo preguntó el cuesta que conduce de Zornoza á
orador ¿guardaréis un recuerdo eter- Pagochueta, Perú se adelantó un
no de oste día? seréis siempre agra- poco, se subió á una piedra grande y
decidos á la Virgen del Carmen? sí, les dijo en castellano en voz clara
contestaron los pueblo.—¿Procura- que todos podían oir: Pagochueta lle-
réis con vuestro ejemplo ser hijos gar, aurrecu haser.
dignos de la Virgen del Carmen? sí Pagochueta es una llanura ó ex-
sí.— Pues ella os recompensará y os planada pequeña que se encuentra
conducirá un día al cielo que á todos en la cumbre de la montaña que hay
os deseo.-Así soa, contestaron todos. que atíavesar para ir de Zornoza á
En la misa comulgaron má3 de dos- Dima. En aquella explanada se on-
cientas personas, que, por ser ya las cuentranveintiun hayas gigantescas
once y haber venido dos leguas á pie, que dan una sombra hermosa y agra-
merece ser considerado como un ac- dable, y tiene además la ventaja do
to heroico. que de aquella altura se ven una
Así terminó la misa, se dieron porción de pueblos y caseríos y es el
racias después de la comunión, y último punto de donde se puede ver
f espués á abrir las maletas y bo-
tas y á comer bajo la sombra hermo-
el convento de Larrea.
En este punto era donde Perú
sa de aquellos árboles frondosos. Ca- quería hacer el aurrescu. Por si aca-
da familia formaba un círculo sopa- so no saben nuestros lectores lo que
rado, sirviendo el suelo de mesas, de es el aurrescu, les diremos que es un
sillas y de bancos. baile propio de los bascongados y el
No hay que decir si durante la co- más decente do cuantos se han in-
mida reinó la animación y entusias- ventado sobre la tierra, pero que en
mo santos, como no podía menos de cambio necesita una agilidad y ener-
esperarse de los sentimientos reli- gía muy grandes. Lo ejecuta siem-
giosos que animabaa á aquellos fer- pre uno Solo ó una sola.
vorosos cristianos. Casi no se habló En un acto pues, tan decente no se
de otro asunto que de la» cosas que le podía negar á Perú el gusto de
había dicho Fraillechiqui en su ser- echar unos pocos brincos al aire, an-
món, y de la devoción que procura- tes bien los mismos sacerdotes que
rían tener en adelante á la Virgen les acompañaban tenían gusto en
del Carmen. ello ó mostraron tenerle.
A las tres de la tarde en punto se Llegaron á Pagochueta, y vod á
levantaron de la mesa, es decir, del Teru organizando el mivrescu; tú ve-
suelo, y ejnpezaron k formarse ó á nir aquí, ustet ir alli, rhistu, tocar arri-
prepararse para la vuelta de cada ba, eran las palabras que se le oían á
uno á su pueblo. El chisíulari toca la Peiu, y fueran ó no fueran elocuen-
marcha de San Ignacio, cada joven, tes sus expresiones, ello es que el
es decir cada chico y cada chica, echó aurrescu pe organizó. Por lo menos
al aire un santzo y siguieron su ca- cien hombres formaban la gran cuer-
mino con agilidad asombrosa hasta da, cogido cada uno de la mano do
llegar á Pagochueta. su prójimo, y en uno de los extremos
Perú estaba alegre, algo más ale- de aquella cuerda estaba Perú dande
gre que lo ordinario, el licor riojano rada brinco que si los vecinos no
empezaba á funcionar, y si Pera no tenían cuidado de separarse, podría
había perdido*'nada de su conoci- llegar el caso de dar á cualquiera de
miento, en cambio multiplicaba los ellos en las narices con la punta de
objetos de una manera prodigiosa. las alboreas.
En cada árbol veía dos; si en cada En el otro extremo estaba Pran-
hombre no veía tres, no faltaba más chi, grave, aunque afablp, ocupando
que uno para completar ese número. aquel puesto más por compromiso
Pero sobro todo, el licor riojano le que por gusto. Ambos cumplieron
comunicó una elocuencia asombrosa. con su oficio á satisfacción de todos.
Hablaba más que todos los demás Después con la misma animación se
juntos, casi á todos dejó con dolores bailó la jota, claro está, colocando
de vientre á fuerza de r«ir. Para él entre ellos y ellas una distancia de
896 EL MONTA CARMELO
media legua. Perú bailó con Lusichu va Pranchi! JViva! fué la última
que era la estrella más brillante contestación.
de la reunión, y preferida además Ahora ch'stu marcha San Ignacio
por sor hija de Pranchi, héroe do la tocar, mandó Perú. En efecto el chis-
jornada. tu tocó la marcha de San Ignacio j
Terminado el baile, Perú levantó empezaron á andar.
los brazos como imponiendo silen- Llegaron á Dima sin novedad y
cio á todos y en actitud do querer cada uno se despidió en el pórtico
hablar. Callaron, en efecto, y dijo de la iglesia para ir á su casa.
Perú: Ahora tirar un ¡Viva! al Vri- Aquí dejaremos á Pranchi duran-
¡jen del Carmen, ¡bien, muy bien! te una buena temporada haciendo
exclamaron los concurrentes ¡Vjv» una vida edificante y ya volvere-
el Vrigen del Carmen! ¡Viva! contes- mos á ocuparnos de él cuando lle-
taron todos. ¡Viva Dima! ¡Viva! ¡Vi- gue el día do su santa muerte.
f R. £. DE £, J .
HABILIDAD DE UN ALDEANO
Un aldeano fué á Madrid y á los —Ya lo creo.
pocos días tenía el bolsillo comple- —¿Cuánto apostamos á que nó?
tamente vacío. A las fuertes con- —No tengo dinero; pero si pierdo
tracciones' dol estómago se añadió consiento que me saquen una muela.
un dolor de muelas. Contemplaba —Convenido.
un día el escaparate de una reposte- Púsose á comer, y cuando ya sin-
ría, cuando un gomoso, que conoció tió satisfecha el hambre dijo: Señor,
por los gestos su triste situación, he perdido; que me saquen esta
para tentarle le dijo: muala. Así se hizo; y de este modo
—¿Se atrevería Vd. con cien pas- mató el hambre y el dolor de mue-
teles? las.
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¡Mr' i t j t i [ t < t j f c j [ ] l { j j J t 3 l t A J t ) k i f i t ilt áíáí'itf!$f.'títit$tít'ií$i}tt'i(ti¡f ^V Jt i\tf ato ate ^(fr
A MARÍA INMACULADA
IHIIIIIIIIIIIIIIIIIIIII
son misterios por la esencia misma de la razón natural que aun con
todas sus fuerzas y luces no llegaría á comprenderlos.
Otra luz necesitan que la q:ie despide de sí la naturaleza. La luz
de la gracia, la luz de la fe, la luz de la revelación divina que es
reflejo de la sabiduría de Dios.
De dos modos se ha revelado Dios al hombre, por medio de las
criaturas y por medio de su Verbo; por medio de la razón natural,
luz que ilumina á todo hombre que viene á este mundo y de la cual
dijo el Salmista: impreso nos has, Señor, en nuestra frente la luz de tu
rostro; y por medio de la fe divina, «participación de nuestro enten-
dimieu en la luz esencial en que se baña la Divinidad, asimilación
inefable con aquella palabra eterna y subsistente conque Dios se ha-
bla y conoce á sí mismo (1)'.»
Conforme á esta doble revelación y doble luz y, por decirlo así,
doble potencia cognoscitiva, se dan des órdenes de verdades, natu-
rales y sobrenaturales. Aquéllas nos parecen más claras; pero no os
que en sí lo sean, porque todo lo sobrenatural, como que recibe de
más cerca la iluminación de Dios, mucho más claro y radiante es que
lo natural, siuo que hiriendo la débil pupila de nuestra mente con
el resplandor de su luz, nos ofusca y nos hace como cerrar los ojos
y quedar en tinieblas, cuando realmente estamos bailados de cla-
ridad.
Las verdades que nos descubre la fe son de tal naturaleza que
pueden saciar toda el ansia de saber que atormenta á la mente hu-
mana, todas las aspiraciones que agitan el humano corazón; en ellas
está la solución de todos los enigmas en que á ratos se nos ofreca
envuelta la vida del hombre sobre la tierra; ellas irradian resplandor
clarísimo sobre nuestro origen, sobre nuestro destino, sobre nuestro
ser, sobre este ser tan contradictorio á veces, tan paradógico, tan
lleno de anomalías.
¡Infelices incrédulos! por no haber aprendido á hablar este len
guaje de la fe, ó, por mejor decir, por no responder á la amorosa in-
vitación de Dios que les invita á esta íntina y secretísima uonversa-
cióu, cruzan por este mundo con mil nubes en el alma, siu que á
BUS ojos llegue un rayo de luz, con mortal hambre que les va consu-
miendo y agotaudo, porque no se acercan á la mesa de la Iglesia á
alimentarse del pan sano y sustancioso de la fe cristiana.
«Alimentémonos de la fe, dice San Anselmo de Oantorbery, y
adquiriremos riquezas intelectuales en proporción de nuestra dili-
gencia » (2)
IX
(CONTINUACIóN)
I
Bajo las altas bóvedas del templo,
en la espaciosa nave
de sólidas columnas
y atrevidas ventanas ojivales,
en las que poí los vidrios de colores
entra el sol en fantásticos cambiantes,
allí donde no llega
del mundo miserable
el fragor de la lucha por la vida
que empeñan los mortales,
donde las luces tienen
destellos semejantes
á los que en clara noche de verano
ostentan los celestes luminares,
del órgano sagrado
á los acordes graves
nace rumor confuso
que flota en los espacios un instante,
y entre nubes de incienso
por el templo elevándose
en alas de la fe que nos inflama,
ó á impulsos del dolor que nos abate,
hasta el trono se eleva
de la Madre de Dios y nuestra Madre
ese poema hermoso
que empieza cDios te salve.»
II
Ya es súplica angustiosa del que pide
remedio pronto á sus terribles males,
ya amoroso coloquio
de alma que se complace,
t>IOS *E SALVE 011
y en ellas la armonía
emana por raudales,
y son maná dulcísimo que el alma
paladea con ansias insaciables.
Deja, Virgen María,
que al llegar el instante
en que libre mi espíritu se vea
del barro de su cárcel,
que la última palabra que á mis labios
pueda llevar la voz al apagarse,
sea el cantar más bello
de todos los cantares,
dulcísimo poema
que empieza «Dios te Salve.»
p . ^ARO Y pANO.
(Se continuará)
-:
in gi n r 11 >••••••••••• '••'• '- -~- —im_
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V T N í ~ V 1 > » ' V ' J V t I í T S í ' ' • • T M « / T S j f ^ N » " • • ' T " ^ * " • ' Y * • " T * « " t ^ * v T V ' • ' I » • p » * * • ] " • « i / T \ » • * T « * ' v T > * I - T N I • • ' Y * * f T > * x T » » T »
XIX
<-^9$&*-'
-S*i3 jar., i "i a i <§;;-. i 'tü'- iiu@;:.( -^
SECCIÓN CANONICO-LITÚRGICA
fllHS S0B1*E I i ñ m ü s i c ñ
El canto eclesiástico ha sido siem- toda aquella que no se ordene á ex-
pre una de las partes más principa- citar en los fieles la devoción y ele-
les de la liturgia sagrada, y des- var al hombre á la consideración de
de el origen del cristianismo fué ad- las grandezas de nuestro Dios. Mu-
mitido en los divinos oficios por cho se ha disputado, sin embargo,
Nuestra Madre la Iglesia, recordan- aun en nuestros días, sobre la apre-
do con sus agradables variaciones ciación del canto litúrgico, ignoran-
los cánticos de los ángeles en el do tal vez, en todo, ó en parte, los
cielo. El canto litúrgico, qne así po- DecreWs que de la Sagrada Congre-
demos llamar al canto llano, tiene gación han emanado, inclinándose
sus bajas y subidas, sus melodías unos á que dobe preferirso la cos-
tristes como el Dies ir e; alegres co- tumbre immemorial do las iglesias;
mo los himnos del tiempo Pascual; mientras que otros, sostienen que
majestuosas como el Lauda Sion, y se deben rechazar por completo las
tiernas como los trenos ó lamenta- costumbres no introducidas legíti-
ciones del Profeta Jeremías. mamente, ordenando que se siga
San Agustín refiere en el libro de en un todo el Misal puramente Ro-
sus confesiones la impresión que hi- mano.
cieron sobre él los cánticos y salmos ¿A cuál de estas dos sentencias
que oyó cantar en la Iglesia de Mi- nos inclinaremos? Los Decretos de
lán, cuando dice:«¡Cuántas lágrimas la Sagrada Congregación son dema-
derramé, Señor, por la fuerte emo- siado claros para poder elegir á nues-
ción que experimentó al asistirá estos tro arbitrio cualquiera de estas dos
himnos y cánticos en vuestra ala- sentencias. Repetí das veces ha decla-
banza!» rado que se destierren de las Igle-
Mas, dejando á un lado estas con- sias todos los cantos tradicionales y
sideraciones, puede preguntarse, variables á capricho de cada uno y
qué canto debe usarse en las igle- que en ninguna parte se hallan es-
sias? Sabido es de todos que la critos, mandando seguir en todo las
Iglesia ha rechazado siempre de sus ediciones aprobadas por la Sagrada
templos la música teatral y profana, Congregación, (i)
BIBLIOGRAFÍA
Todo esto, como bien so deja entender, tiene algo de excepcional, algo
singularísimo que honra este din inemorablo y do gloriosa recordación para
todo aquel que sienta algún entusiasmo par las glorias carmelitanas.
A las ocho dol precitado día, dio comienzo al imponente acto Su Emi-
nencia el Cardonal Gotti, Prefecto de la sagrada Congregación de la Pro-
paganda, con los dos consagrantes Mons. Dionisio, Arzobispo de Damasco y
Mons. Alejandro, Obispo de Téramo, asistidos por los maestros de ceremo-
nias Mons. Morzolini y Mons Respighi y por los jóvenes escolares de nues-
tro Colegio Internacional, quienes ejecutaron perfectamente y con gran
exactitud el complicadísimo ceremonial de la Consagración é interpretaron
con inimitable maestría la parte musical de la fiesta.
Representaban la orden del Carmen Descalzo N. M. R. P . General,
los RR. P P . Definidores Generales, N. R. P. Procarador General y los Pro-
vinciales de las provincias de Aviñón, Aquitania y Roma.
Hallábanse presentes también S. E. el Barón d' Erp, ministro de Bélgica,
el Secretario de la Embajada Francesa cerca de la Santa Sede, M. Savelli
Spinola, Secretario de la 8. Congregación de la Propaganda, M. Rolleri
y M. Salvi, los representantes de muchas Ordenes y Congregaciones reli-
giosas, el Rector del Colegio Urbano con algunos alumnos que perteno-
cipntes á la Diócesis de Bagdad están completando sus estudios en Roma,
M. Philibert, canónigo do Autún, y otros muchísimos que honraron con su
presencia al nuevo Arzobispo y en él á la religión Carmelitana.
La ceremonia de la consagración resultó brillantísima Al finalizarse, el
consagrado dio la bendición al pueblo que se despidió profundamente con-
movido.
Así terminó este memorable acontecimiento que quedará grabado inde-
leblemente en la memoria de los que tuvimos la suerte de presenciarlo.
Suyo afectísimo,
El Corresponsal.
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C ftóNíCA • • • • «
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El día 24 de Agosto llegó Dinora que bullían por dentro. Inefable ale-
á New Yorck á bordo del vapor fran- gría mostraba la cara, pero inefable
cés Sainie Nazaire que fondeó en amargura en su corazón.
aquella hermosa bahía á las cuatro ¡Cómo ha de ser! este mundo es un
de la tarde. El elegante remoldador continuo carnaval, siempre mostra-
de la casa Schtley estaba preparado mos cara que no es nuestra: y no
para conducir la familia Coppinger puedo ser de otro modo. Nunca ma-
al Sainte Nazaire á recibir á Dinora nifiesta nuestro semblante toda la
y volverla á su. casa con los honores historia de nuestro corazón; el rostro
correspondientes á la interesante jo- es una mentira del alma. ¡Cuántas
ven. veces está el alma luchando con una
Desde luogo se deja comprender deshecha tempestad, de desgracias,
el regocijo de toda aquella gente al de penas, de desolaciones, y casi al
ver á Dinora do regreso después de punto de sucumbir, y sin embargo el
tan largo viaje; y está demás decir semblante anuncia completa calma!
que las muestras de amor, afecto y ¡Cuántas veces tras una cara risueña,
carino de que le dieroa pruebas ine- se devoran amarguras sin cuento!
quívocas, eran tales, cuales pueden Un esposo y una esposa se pasean
mostrar los padres y los parientes en un magnífico coche abierto, allí
cariñosos á una hija ó á una parien- todo es sonrisas, parece que aquella
ta amada. pequeña barca navega feliz empuja-
Dinora les recibió con semblante da por las brisas del amor al través
alegre y complaciente, como en tales de los azulados mares de la vida.
actos sabía mostrar, mucho más en Pero ¡ay! si en aquellas caras se de-
aquel momento que le convenía ma- jaran traslucir los terribles sinsabo-
nifestarse más complacida que nun- res que amargan como ajenjo! aque-
ca; así que Dinora parecía la mujer llas dos vidas, tendríamos mil razo-
más feliz del mundo, por más que nes para exclamar: el hombre es una
muy distintos eran los pensamientos continua mentira, y nada exagerada
tener otro testigo que tus ojos que la Priora de las Carmelitas de París
todo lo escudriñan. y puso manos á la obra para llevar
Inmediatamente escribió Dinora á á efecto la fundación do Bostón.
f R. £. DE ¡S„ j .
(Se continuará)
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AL PORTAL DE BELÉN
EL NIÑO JESÚS
EL NACIMIENTO DE JESÚS
io^óónaj^^í pittu.^
Tambor, sonajas y pitos que Santa Teresa solía tocar en las fiestas de Navidad
para alegrar á sus Hermanas de Avila,
Cuando el sol de la fé arroja desde su fulgurante trono de fuego
un rayo de luz sobre nuestra mente y disipa con sus irradiaciones
nuestras tinieblas, entonces nada se nos hace incomprensible; ó sea
que lo comprendamos, ó sea que lo creamos, estamos convencidos
de ello, y ni siquiera nos ocurre ponerlo en duda. Las interioridades
de nuestra alma quedan inundadas de luz y los afectos de nuestro
corazón son el efecto de aquellas iluminaciones que del seno de
Dios descienden hasta lo más íntimo del alma humana.
Así es el tierno misterio que hoy se presenta á nuestros ojos y
á los ojos de todo el mundo. El nacimiento de Jesús, ó la encarna-
EL NACIMIENTO DE JESÚS 943
ción del Hijo de Dios, es la última palabra del plan divino que une
todos los seres en conjunto perfecto y fija la relación exacta entre
Dios y el hombre, uniéndolos sin confundirles, distinguiéndolos sin
separarlos, lo que en el transcurso de los tiempos había de venir á
ser el gran problema de las religiones y de los sistemas filosóficos.
El misterio del Nacimiento de Jesús es el más tierno y el más
sublime ala vez de cuantos la religión, presenta á las afectuosas
expansiones de nuestra consideración. El Mesías, el objeto de los
deseos del mundo, el suspirado de los Patriarcas y el anunciado
por los Profetas, envuelto en pobres pañales y acostado en un pe-
sebre, y la Reina del cielo sin tener nada más que un establo que
sirva de lecho al dar al mundo al Criador de todos los mundos....
¡Qué objeto tan tierno y tan terrible á la vez!
¡Inexcrutables juicios de Dios! El Dios de las misericordias tie-
ne armas incrustadas en oro para los Césares, colchas de Egipto
recamadas en plata para el hijo de Herodes, estancias perfumadas
con aromas de Arabia y criados con librea para las emperatrices
del mundo, y sin embargo permite que la reina de las madres dé á
luz en un establo. El hebreo que espera un conquistador rodeado
de pompa, al ver una mujer y un niño tiritando de frío en un pe-
sebre, ¿no despreciará al Hijo y á la madre?
No obstante, por más que la miseria del pesebre repugne á la sa-
biduría del mundo, esa es la señal de la redención anunciada por
el ángel á los pastores. El hombre había pecado por soberbia, y
por lo tanto Dios debía redimirle por la humillación. Para refor-
mar al hombre soberbio, ambicioso, sensual, ningún medio más
adecuado que el cuadro de infinita humildad, de pobreza sin lími-
tes, de mortificación extrema, de Belén. Sí, el Dios anonadado del
pesebre será la eterna condenación del espíritu de rebeldía y
emancipación de los hombres que, fajados cuando niños en una
cuna, sujetos en el hogar á la autoridad paterna, precisados á acep-
tar en la sociedad las leyes y los derechos preexistentes, siempre
dependientes bajo el aspecto social como políticos, lanzan sin em-
bargo de continuo el grito de una libertad imposible y de una re-
beldía insolente.
Es necesario, pues, secundar los planes salvadores del Niño
Dios incribiéndose cada cual en las filas 3e la justicia y de la rec-
titud. Es necesario aprender á humillarse y á sujetarse ante ese
niño que, pudiendo haber nacido en dorado palacio, entre perfu-
madas sábanas, nace éntrela paja y elheno, y en estos días, mien-
tras los pastores le ofrecen sencillos dones, y los reyes el incienso
de Arabia y la mirra de Oriente, nosotros le ofreceremos la ple-
garia que penetra el cielo.
F R , pAMOEL DE /3TA. TERESA,
fti^iáfe^a)feí^^9s^SS^®&^e5S^SS^afe^35i'^e5fe^a)fe^3S^e)®^e)fe^a
$$$$$$$ <$$$$|$$^¥t9$9$|;i;
H^3>^W(g51 <aSTOJ£2L
desdichado que por abandono, por mal negociante, solo atesoró para
el infierno, para el demonio, enemigo del amo y sefíor que nos dio
tales dones y talentos!
¿Qué has hecho--nos dirá el día de la rigurosa cuenta Dios
Nuestro Señor—qué has hecho de esas tres ricas potencias de tu
alma? ¿en qué las has empleado?
¿Has empleado tu memoria en recordar los inmensos beneficios
de criarte, redimirte y conservarte, para darme gracias por tantos
bienes? ¿La has empleado en recordar mis mandamisntos y tener
presentes mis consejos para cumplirlos y seguirlos?
¿Qué has hecho de tu entendimiento, de esa centella divina que
encendí en tu frente para que me conocieras? ¿Le has empleado en
admirar las grandezas de que te he rodeado en cuanto á la naturale-
za y en cuanto á la gracia? ¿Le has empleado en considerar mi bon-
dad, mi poder, mi sabiduría y el fin para que te he criado?
¿Qué has hecho de tu voluntad, de ese fuego que en tu pecho
avivé á fin de que sólo amases lo grande, lo bello, lo digno del su-
blime destino para que te di el ser?
¿Qué has hecho de tus preciosos sentidos corporales? ¿En qué
los has empleado?
¿Qué has hecho de tantas gracias y auxilios, de tantas inspira-
ciones interiores, de tantos buenos ejemplos que puse ante tus ojos,
de tantas amonestaciones que te di por medio de mis ministros?...
¿Qué has hecho, en fin, de la sangre preciosísima de mi unigé-
nito Hijo? Respóndeme de los talentos que te he dado; respóndeme
de la sangre de mi Hijo. Preséntame tu balance general; ¡hoy es el
día de la liquidación definitiva! A ver: suma todos tus pensamientos,
palabras, obras y deseos; dame estrecha cuenta; no puedes engañar-
me. ¿Qué arroja ese balance general: eterna gloria ó eterno infierno?
¿Para siempre, siempre feliz, ó para siempre, siempre desgraciado
por eternidad de eternidades?
ENSAYO LITÚRGICO
SOBRÉ EL OFICIO DE
ejemplo, harto más eficaz que piedad de los fieles? Las demos-
la de las palabras; por lo que á traciones de todo género á que
sus títulos de Reformadora y de esta fiesta de familia dio lugar,
Santa puede con legítimo orgu- la diligencia de todo el catolicis-
llo añadir el no menos glorioso mo en tomar parte en ella, el
de Madre de ferviente y nume- tesoro de las indulgencias abier-
rosa posteridad. to con tanta liberalidad por el
soberano Pontífice, el entusias-
TERCERA PARTE mo, en una palabra, que por do-
quiera reinó con tal ocasión ¿no
IiH. ]WñDl*E
es elocuente respuesta del mun-
Cuarta antífona.—Antes de do católico proclamando con to-
su dichoso tránsito, Teresa tuvo da la espontaneidad de su fe y
el consuelo de ver establecida y la sinceridad de su agradeci-
floreciente la descalcez en trein- miento que al cabo de tres siglos
ta y dos conventos de la Orden, el nombre de Teresa no ha per-
diecisiete de monjas y quince de dido punto de su imperio sobre
frailes, que por su fervor y vir- los corazones, oleum effusum
tudes heroicas son, sin duda al- nomen tuum,y que los hijos, he-
guna, las flores más lindas de la rederos de su nombre, lo son
cocona de la Santa. Caso prodi- asimismo de su espíritu y virtu-
gioso es este que aún presencia- des?
mos hoy, ni más ni menos que Quinta antífona.-Peroración
en tiempo de la Santa Reforma- —Regocíjate, pues, ¡oh Teresa!
dora, no ya en España sola- en Dios tu Criador y coopera-
mente, sino en Francia, Bélgica, dor en todas tus obras, Lcetare,
Italia, en el mundo entero, en Teresi a, in eo qui te fecit. Las
los centenares de mancebos y bendiciones de que te colmó se
millares de tiernas doncellas que perpetúan en tu familia, quia be-
llaman á las puertas del Carme- nedixit Dominus filiis tuis. Y
lo reformado, repitiendo ellos en cuanto á tí, Aquél á quien
también como sus antepasados: tanto amaste y por quien tanto
Trahe me post te, curremus in suspiraste en la tierra, sacia
odorem unguentorum tuorum, ahora el hambre y la sed que de
olcum effusum nomen tuum: Tú Él tuviste, dándosete, no ya ocul-
nos atraes en pos de tí, le dicen, to bajo los velos del Sacramento,
y nosotros corremos al olor de como la harina bajo la cascara
tus ungüentos: como bálsamo del grano, que la encierra, sino
derramado es dulce tu nombre. al descubierto con toda la gracia
—¿Qué p r u e b a más evidente de su inenarrable hermosura: et
queremos de la vitalidad de la adipe frumenti satiat te.
obra de Teresa que la de estos Versículo. —En las fiestas de
últimos años, cuando sus hijos, beatificación ó canonización
para solemnizar con más brillo acostúmbrase en Roma colocar,
el tercer centenario de la muer- en lu¿<ar donde pueda ser bien
te de su Madre, apelaron á la visto de todos, un magnífico cua-
ENSAYO LITÚRGICO 951.
dro, generalmente obra de algún tendrán fin ni alteración, non
maestro, que representa al Bien- commovebitur.
aventurado en actitud de volar Antífona del Benedictus.-Ala.
al cielo y ornado de atributos glo- vista de tan consoladora 'apari-
riosos, cuya vista contribuye á ción, instintivamente caemos de
excitar la piedad de los asisten- hinojos, y bajo el peso de la más
tes hacia el nuevo canonizado. deliciosa emoción, no tanto con
Algo análogo á esta ceremonia los labios cuanto con el corazón,
tenemos en las dos breves líneas exclamamos: Sancta Mater Te-
de este versículo, ya que ellas resta: acuérdate de n o s o t r o s ,
nos hacen asistir, si me es per- santa madre Teresa, en esa
mitido hablar de este modo, á la mansión de gloria en que con
apoteosis, á la glorificación de tanto gusto y santo orgullo te
Teresa. El velo que oculta á contemplamos; míranos desde lo
nuestros ojos la ciudad de los alto de ese cielo, réspice de ccelo
escogidos, cae, por decirlo así, et vide: visita con tus bendicio-
de súbito, dejando ver á Teresa nes y con tu intercesión en fa-
en la gloria viendo á Dios cara vor nuestro á esta porción de la
á cara, en el puro resplandor de viña que plantaste, y dale la per-
la visión beatífica. Adjuvabit fección que debe tener para res-
eatn Deus vultu suo; su inteli- ponder á tus deseos y merecer
gencia fortificada y dilatada por agradarte, Et visita vineamis-
la luz de la gloria, comprende á tatn, et per fice eam quamplanta-
Dios, le posee, en algún modo, vit dexlera tua.— Pocos planes
como ella e s t á en Él poseída,
de panegírico suministran, á mi
Deus in medio ejus: visión y po-
parecer, tan numerosos y varia-
sesión, manantiales de incom-
dos materiales, ni de tan fácil
prensibles delicias, que jamás
desenvolvimiento.
f R. f. DE j . m.
(Se continuará)
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JRiflSg-
La Virgen del Carmen que se venera en S. Luis de Potosí.
VILLANCICOS
PARA DESPERTAR LA MAÑANA DE NAVIDAD
I II
Despertad, oh carmelitas, Acudid con altos fines,
Con campanitas, Carmelitas querubines,
Venid á Belén, Corred al coro,
Veréis un chiquito, Que empieza el preste con lloro,
Que es Dios infinito, Y cantan los serafines;
Llorando por vuestro bien. Corred, que ya está vestido
Despertad, bellos zagales, De nuestra naturaleza
Corred apriesa al poital, El preste, y llorando empieza
Veréis al mayor zagal El oficio, á que ha venido;
Envuelto en pobres paQales; Oid su tierno[gemido
Y á los coros celestiales Y con flores y jazmines
Dándole gloria también: Corred al coro,
Venid á Belén etc. Que empieza el preste, etc*
Veréis un niño de perlas Los cantores celestiales
Que por sus ojos las vierte, Ya han dicho el invitatorio,
Porque con dichosa suerte Y esperan al responsorio -
Podamos todos cojerla?; Las voces de los mortales:
No se pierdan por no verlas Dejad el sueño, zagales,
O por verlas con desdén: Y con fervorosos fines,
Venid á Belén etc. Corred al coro,
Venid y veréis al sol Que empieza el preste, etc.
Nacido en brazos del alba, El himno han cantado ya
Esperando vuestra salva Haciendo lúcido alarde,
A la luz de su arrebol; Corred presto que ya es tarde
Vaya adelante el farol * Y el coro parado está;
De la fe que alumbra bien: Id que os esperan allá
Venid á Belén etc. Angeles y querubines,
954 EL MONl'lü U IHIIKLO
W&M
vado á la cárcel donde estuve casi dos días, y nuestra casa por espa-
cio de 24 horas estuvo cerrada y sellada. Poro por mediación del se-
ñor Darell, comerciante inglés, que residía aquí, á los pocos días
por un nuevo decreto del gobernador se nos restituyó nuestra casa
y nos fué confirmada su posesión. Para deshacer esta injusta acusa-
ción los católicos tuvieron que dar al gobernador 25.000 dineros, yo
otros-684.»
Así y todo no concluyó con esto la persecución, porque en 1740,
un nuevo Carmelita, el P. Fray Fidel de Santa Teresa escribe lo si-
guiente en el registro del Convento/
«El día 22 de Diciembre del año del Señor de 1740, se celebró
un nuevo contrato entre nuestro Cristianísimo Rey Luís, que Dios
guarde muchos años, y Mahmoad Primero, Soberano del Imperio
Otomano, por el cual con universal alegría de los cristianos, nuestra
iglesia del título de Santo Tomás Apóstol, que hacía más de dos años
estaba cerrada con perjuicio de loa cristianos, y gran tristeza de los
misioneros se abrió de nuevo, con la ayuda de Dios N. S.—Fr. Fi-
del de Sta. Teresa, Vicario de esta Misión.»
Se deduce de lo quo acabamos de leer, que el Gobernador se
tragó el dinero y dejó la iglesia cerrada desde 1737 hasta 1740.
1741.—Para poner coto á tanta injusticia, el P. Fr. Manuel es-
cribió al Embajador de Francia en Constantinopla, quien de orden
del Rey, nombró á este Padre Cónsul de Francia en Bagdad, y es-
cribió al Gobernador recomendándole protegiera nuestra misión
«con lo cual pudimos gozar de tranquilidad y paz por algún tiempo»
añade el historiador.
1742.—Este año fué glorioso para nuestra misión por la elección
del P. Fr. Manuel de San Alberto á la- Sede Babilonense.
• El mismo nos cuenta el acontecimiento:
«En el año del Señor de 1742 habiendo vacado la Sede de Ba-
bilonia por la muerte de Domingo María Varlet, que estaba prófu-
go en Holanda por causa del Jansenismo, la S. C. de Propaganda
me designó en lugar del muerto á fines del mes de Junio del mismo
año. Recibidas las Letras Pontificias, no pudiendo ir á Ispahan á
ser consagrado por causa de la guerra, me dirigí al Obispo de Malta,
como el más cercano del Oriente, y de él recibí la consagración.»
1743—Conversión de un diácono nestoriano en Bagdad.—El día
16 de Junio del año del Señor 1743, estando enfermo Issa diácono
y procurador de la iglesia nestoriaua, abjuró su herejía', y abrazó, la
fe católica en la cual murió.»
1744.—Nueva persecución de los herejes.— «El día 23 de Julio
del año del Señor 1744, habiéndosenos vuelto á acusar, ante el Go-
958 üL MONTE CAKMELO
(COTINUACIóN) (O
de que los sabios se ocupen de él en una ú otra forma según, sus afi-
ciones y circunstancias. En efecto, recordemos en prueba de ello la
parte que cupo al canto gregoriano de Solesmes en el segundo «Con-
greso de Arqueología cristiana» celebrada en Roma.
En la cuarta sección de este Congreso, cuyo objeto era la liturgia,
se presentaron varios trabajos importantes sobre las cuestiones
del canto litúrgico. Era presidente de esta sección el M. R. P. Am-
brosio Amelli, benemérito prior y archivero de la abadía do Monte
Casino; vice-presidente el R. P. Germán Morín de la abadía de Mared-
sous; secretario el limo, y Rmo. monseñor Carlos Respighi maes-
tro de ceremonias pontificio y secretario de la S. Congregación del
Ceremonial.
El presidente, Fr. Ambrosio Amelli, presentó un estudio sobre la
música de los hebreos comparada con la música actual: y el Reve-
rendo Padre de Santi, S. J., tomando ocasión de este estudio mostró
las comparaciones que se pueden establecer entre las frases de las
melodías gregorianas y las de las obras del célebre compositor y
maestro Perosi, y cómo las melodías antiguas se encuentran repro-
ducidas en las tan aplaudidas composiciones de este eminente autor.
Demostró también que el canto gregoriano no ha sido solamente el
canto de una época, al cual se puede oponer la perfección de la mú-
sica moderna, sino un canto con elementos y vida propia, capaz de
producir hoy como ayer los mejores efectos. Por esta razón, el canto
gregoriano es el canto propio, exclusivo y verdadero de la Iglesia, y
la Iglesia no es solamente de ayer, sino de hoy, de mañana y de to-
dos loa tiempos.
El R. P. Agustín Latil, de Monte Casino, trató del Proeconium
Faschale ó Exultet del Sábado Santo. Estudió su origen y también
las variaciones que sufrieron el texto y la melodía, variantes encon-
tradas en antiguos manuscritos conservados en la abadía de Monte
Casino, adornados de muy bellas viñetas.
El presidente comunicó dos votos que el R. P. Grisar, S. J., muy
conocido por sus trabajos históricos, no pudiendo asistir á la sesión,
quería someter á la aprobación de esta sección, y fueron estos:
1.° «Considerando la importancia siugular del estudio arqueoló-
gico del Canto gregoriano, para conocer la influencia de la antigua
música griega y latina sobre el canto de la Edad Media, el Congreso
recomienda mucho los estudios del género de los Benedictinos de So-
lesmes en su muy importante Paleografía musical, y recomienda
además el estudio práctico del canto gregoriano.»
2.° «Al aproximarse el solemne centenario conmemorativo de la
muerte de San Gregorio el Grande (604-1904), considerado como
SECCIóN MUSICAL 961
•Asi' ' "*T-i vTSi »/|N» •í^ST" •'T"* *•*<* «^T» •'Ni •''tv» •'T* ^ » i-TS< i^Tv «J]v* v'TS» JT«¡ i-T* *^« i-T-» «7TC IíT^
SECCIÓN CANONICO-LITÚRGICA
IIIIIIIIIIIIIIIIIIIMIII
habiendo tomado nada más que un conseguir el fin para que el hombre
litro de ron, se le había trastornado ha sido criado.
un poco la cabeza. Después dirán los Ya hemos dicho que Dinora de-
incrédulos que ahora no hay mila- seaba ser religiosa carmelita descal-
gros. ¿Qué más milagros se quieren za, que habló de este proyecto con
que tomar un litro de ron y no tras- la Priora de las Carmelitas de París,
tornárselos nada mes que un poco los y que ambas quedaron conformes en
sesos? hacer una fundación en Boston.
Pues, si vamos al modo cómo fu- También hemos presenciado las
ma el yankee, al ver su enorme pipa, escenas que tuvieron lugar en New-
no menor que una de nuestras ordi- York el día siguiente de la llegada
narias tazas de café, nos parecerá de Dinora á aquella ciudad.
seguramente que aquel á quien te- Pues bien; la hija del general Cop-
nemos delante, es más bien uca pinger no se durmió sobre sus lau-
chimenea de Filadelfia, que un ser reles. Aquel mÍ3tno día, en presen-
racional. cia do toda aquella reunión, con
¡Lástima que á los Estados Unidos semblante decidido, frente serena,
de la América se parecen muchos corazón intrépido y valentía más que
estados desunidos de Europa, y éstos de mujer, manifestó que queria sor
y aquéllos y muchos más, dan prue- monja, hacer eíla misma el conven-
bas claras del alto dominio que en el to, metorse dentro y vivir allí sin
hombre ejerce el poder y el instinto sa'ir jamás.
de la bestia humana! Aunque Dinora hubiese aplicado
Sin embargo, después de todo, y la mecha á una bomba de dinamita,
en lo que cabe fuera de los defectos no hubiera producido en la reunión
enumerados, los yankeesposeen cier- un sobresalto como el que produje-
ta natural honradez, son gonerosos, ron aquellas palabras. Algunas mu-
no conservan rencor á nadie, no blas- jeres soltaron la carcajada como si
feman, son hospitalarios y sobre to- se tratara de un proyecto imposible.
do no insultan á nadie en las calles, Fabius Coppinger al oir expresarse
por más que por las calles de New- de aquella manera á su hija, se que-
York, Washington, Boston y Balti- dó sin saber qué hacerse en un prin-
more transitan individuos de todas cipio, pero después que reflexionó
las naciones del mundo, de todas las un poco, dijo para sus adentros con
religiones falsas y sectas extrafala- cachaza yankee; en la libre américa
rias que han inventado los hombres; hay que respetar la libertad del indivi-
y están presenciando continuamente duo.
sus extravagantes ritos religiosos en ¿Pero y las mujeres, sobre todo las
las asambleas de los quakeros y de tres mencionadas amigas de Dinora?
los budistas. ¡Ah! Aquí fué donde se formó una
Pero entre tantas cosas grandes co- tempestad más terrible que la del
mo poseen los Estados Unidos, tie- Cincinali, con la circunstancia de
nen una amplia libertad, la más am- que en esta no se encontraba Pran-
plia del mundo. Alli hay libertad chi para apaciguarla con su escapu-
para todo; casi la misms para el co- lario. Lo que hablaron aquellas mu-
legio de los anarquistas de .Tefferson jeres no cabe en un libro entero ni
como para las numerosas iglesias de en mil. ¡Qué crueldad la de Dinora,
New-York, y con el mismo respeto repetían todas al unísono, qué ingra-
se trata á los extrafalarios é impú- titud, abandonar á sus padresá aque-
dicos mormones de Utah, como á lla edad! El crimen de infidelidad á
los respetables sabios de la estudio- su prometido, quien tan buenas
sa asamblea de Boston. pruebas lo había dado hasta aquel
A causa, pues, de esa libertad qué mismo día, le sería imperdonable
concede el país, permite el Gobier- ¿qué diría él cuando llegara á tener
no, y no desagrada al individuo, na- noticia de la determinación de su
da extraño es que á Dinora Coppin- prometida? se pegaría un tiro, se ti-
ger se le facilitaran todos los me- raría á un río. se pondría loco, se
dios para abrazar la religión que desesperaría. ¡Santo cielo! terribles
fuera de su agrado ó de la obliga- días de luto nos vienen encima. Su
ción impuesta por su cincienoin, y padre moriría do sentimiento, su
tuviera en su mano las oportunida- madre dejará de existir hoy mismo,
des necesarias para vivir dentro de sus hermanos serán capaces de hacer,
esa roligión de la manera mejor para un disparate.
SOLACES t ENTRETENIMIENTOS 969
Ahora que el mundo le brinda eon néis que objetar contra ella si yo la
sus sonrisas, ahora que su juventud abrazo?
os el encanto de cuantos la conocon, —Será verdad que tu religión te
ella que a donde quiera que vaya aconsoja la vida religiosa, pero no
cautiva todas las voluntades, y es hay obligación de cumplir los con-
amada, y apreciada y adorada de sejos, respondió Lucrecia haciendo
cuantos la ven, ¿por qué quiere de teóloga. Además, en t u edad no
abandonar á sus padres, á sus her- conviene encerrarse en ningún con-
manos, á sus amistades y á sus co- vento.
modidades? ¿no podría vivir santa- —¿Por qué, preguntó Dinora con
mente en su casa?, ¿no ejercitaría la energía.
caridad con los pobres de igual ma- —Porque en la juventud es nece-
nera ó mejor que estando dentro de sario gozar de la vida, respondió Lu-
un convento? Ya decíamos nosotros crecia.
que la religión católica es la peor y —Así se expresan los protestantes,
la más cruel de todas, pues tales sa- que tan sólo se ocupan de la vida
crificios exige de aquellos que la presente, dijo lamentándose Dinora.
abrazan. ¡Ay, mi querida Lucrecia, cuando
Hasta esto momento guardó si- miro lo que es este mundo y lo que
lencio la señorita Coppinger, y con es el cielo, lo que es la gloria vana y
ánimo imperturbable veía caer aque- lo que es la gloria divina, ¡qué dife-
lla granizada sobre sus espaldas. No rentes ideas vienen á mi mente!
dejaban de hacerla alguna sensa- La vida no es sino un paso de la
ción las palabras de sus amigas, pe- cuna á la tumba, de los brazos de
ro la determinación estaba tomada y nuestras madres á la obscuridad de
había que llevarla á cabo, así se un sepulcro. La vida verdadera no
hundiera el mundo ó se despedazara se goza sino ante aquel Dios que en
la tierra ó se deshiciera cuanto exis- su trono de estrellas fulgura Omni-
te. Por otra parte no podía pasar sin potente ante aquel hermoso sol que
corrección aquello de que la religión destella en el Edén sacrosanto. Este
católica era la peor y la más cruel de sérquesientoen míyquepiensaenmí
todas. ¿qué otra cosa es sino mi alma que
Tomó, pues, Dinora la palabra, con cual nave perdida en aguas brama-
serenidad varonil como buena nor- doras, sin rumbo, sin timón, sin ri-
teamericana, habló en tales térmi- bera, entre olas de sangre envene-
nos y tal elocuencia que deshizo en nada, camina con paso incierto ha-
un momento toda aquella palabrería cia fines que desconoce?
sin fundamento é hizo variar en su ¡Ah! sola en los mundos de una
modo de pensar á todos los allí re- edad primera ¿á dónde voy?, ¿á dón-
unidos. de vas tú en alas fogosas de tu va-
—No me extraña nada vuestro mo- nidad? Fascinados tus sentidos en
do de expresaros, dijo Dinora con perfumados salones y entre ríos de
dulzura, vuestro modo de pensar es armón) a no tienes aliento, te faltan
ese, y por lo tanto ese debe ser el alas para llevarte á las altas regio-
modo que tenéis de expresaros. De nes del espíritu. Hojas arrastradas
la abundancia del corazón habla la por el torrente de la vida sois todas;
lengua, y vuestro corazón pide esa sin energías para despreciar lo vil,
lengua; pero j o que no tengo ni esas pegadas á las fangueras de la vida,
ideas ni ese corazón, es decir, no con un inmenso vacío en el fondo de
pienso así ni amo asf, mi lengua se nuestra alma, y sin grandezas que
expresará en otro sentido. desciendan desde el cielo para llenar
Ya os dije que la única religión esos vacíos que continuamente es-
verdadera es la católica, la mía; no tán amargando los días de nuestra
pudisteis responder una sola pala- permanencia sobre la tierra.
bra á lo que yo os proponía, ¿por qué Son falsos y cerrados vuestros ca-
venís ahora con que la religión ca- minos, como la religión á que estáis
tólica es la peor? Si es la única ver- abrazados; vanos y ligeros son vues-
dadera, es la mejor, es la única bue- tros pensamientos como las plumas
na y todo lo que ella enseña es bue- de vuestros sombreros; p a s a j e r a
no, todo lo que ella manda es nece- vuestra hermosura, corruptible vues-
sario cumplir y lo que ella aconseja tro cuerpo, vergonzosa vuestra vani-
es bueno que se cumpla. Mi religión dad, de pocos días vuestra exis-
aconseja la vida religiosa ¿qué te- tencia.
970 KL MONTE CARMELO
¡Ah! ¿y por unos pocos días de tris- nunciadas por Dinora con tal emo-
te vivir, por unos momentos de pla- ción que no pudo contener sus lá-
cer fugitivo arriesgaré mi porvenir grimas, cubrió la cara con un pa-
eterno y haré que desaparezcan en ñuelo y cayó en un sofá casi sin sen-
el aire mis inmortales esperanzas? tido.
No; desdo hoy mismo doy principio Pero aquellas lágrimas arrancaron
á mis proyectos, desde hoy quiero otras lágrimas y aquellas ideas pro-
asegurar mi salvacióa, esta es mi dujeron otras ideas muy del agrado
fe, esta es la verdad. Lo que os su- de Dinora. El general Coppínger se
plico con toda la efusión de mi al- retiró sin saber qué hacer ni qué
ma, lo que os pido desde lo íntimo pensar, cabizbajo y pensativo; su
de mi corazón, es que abandonéis los esposa hecha un mar de lágrimas,
errores del protestantismo y vengáis los parientes sin saber á qué atener-
conmigo al seno de la luz. Si que- se; las tres amigas como viendo vi-
réis hacerlo así, me tendréis de vues- siones y la reunión se vio disuelta
tro lado, si no queréis hacerlo llora- de la manera más dramática. Entre
ré mientras duren mis días, vuestra tanto, Dinora dijo para sí: «La se-
ceguedad y extravío. milla está sembrada, no falta sino
Estas últimas palabras fueron pro- que fructifique.
f H. ¿5. DE p . J.
(Se continuará)
PENSAMIENTOS
El liberalismo católico niega que la potestad civil pueda ser cristiana
yo niego que pueda impunemente no serlo y que impunemente nos podamos
dispensar de hacer cuanto la Religión manda y aprueba, para mantenorla
cristiana ú obligarla á que lo sea.
Procurar establecer un gobierno ateo por principio; consagrar esta cosa
vil y absurda, sería indudablemente hacer traición al género humano. La
humanidad nos pediría cuentas delante de Dios. Nos acusaría de tener apa-
gada la luz, y de haber sido cómplices de las tinieblas.
Luis VEUILLOT.
BIBLIOGRAFÍA
^
C f f Ó H Í C A • • • • «
• • • • • •
»Jesús, Eey de los reyes y Señor de los que dominan: he aquí a vuestro
pueblo objeto de vuestra predilección y de vuestra paternal solicitud, que
lleno de gratitud por vuestras bondades y por la especial protección con
que le,habéis distinguido, viene hoy a rendiros el homenaje de amor y de
adoración que os es justamente'debido.
«Nosotros, animados del espíritu cristiano de nuestra Constituyen, ijue
reconoce á. la santa Religión católica como fundamento esencialísimo del
orden social, venimos hoy, en nombre del pueblo colombiano, á consagrar-
nos, por medio de un voto explícito, á vuestro Corazón adorable.
> Dignaos recibir, santísimo Corazón este voto nacional como uh home-
naje de amor y de reconocimiento de la nación colombiana; recibid á ésta
bajo vuestra especialísima protección: inspirad sus leyes, regulad su políti-
ca, sostened sus cristianas instituciones, á fin de que lleguemos á disfrutar
del don precioso de la paz social. No permitáis que los colombianos se apar-
ten nunca de Vos, ni dejen u n momento de confesaros á Vos ante los hom-
bres, para que Vos no os desdeñéis de reconocerlos á ellos delante de vues-
tro Eterno Padre.
«Bendecid á nuestro pueblo, á nuestra república y á sus mandatarios, á
nuestra Iglesia y á sus pastores, a la Iglesia universal y & su Jerarca su-
premo, y apresurad el advenimiento del día de vuestro triunfo sobre todas
las naciones, para mayor gloria de vuestro divino Corazón.»
Hermosísimo ejemplo ha dado al mundo cristiano la República de Co-
lombia, que encierra una lección elocuentísima para las naciones que vuel-
ven á la barbarie por haberse apartado del Sagrado Corazón de Jesús.
LAS ÓRDENES RELIGIOSAS EN FRANCIA.—A pesar del discurso que M. Val-
deck Rousseau pronunció en el Senado francés el día 13 de Junio de 1901,
en el cual prometía que las Cámaras concederían las autorizaciones á las
órdenes religiosas que lo solicitaran, sin ningún prejuicio en contra, siem-
pre que se sometieran á su examen, estatutos sinceros y claros que procla-
maran en alta voz sus aspiraciones filosóficas, filantrópicas ó sociales, las
cosas han sucedido de muy distinta manera.
Han solicitado la autorización de que hablaba la ley de Waldeck-Rous-
seau 61 congregaciones de hombres, con cerca de 2.000 casas abiertas en
Francia, y las Cámaras solo se la han concedido á cinco, denegándosela,
por lo tanto, á 56 con 1.917 casas.
Las cinco órdenes admitidas son las siguientes: Los Hermanos de San
J u a n de Dios, con 10 casas; los Cistercienses de la Inmaculada Concepción
de Lerins; los Trapenses de Citeaux, con 23 casas; los Padres do las Misio-
nes Africanas de Lyon, con cinco casas, y los llamados Padres Blancos de
Argelia con 6 casas.
E L Eco FRANCISCANO.—Esta importante Revista religiosa que publican
los P P . Franciscanos de Santiago saldrá con algunas mejoras desde el 1.°
de Enero próximo publicándose quincenalmente en cuadernos de 82 pági-
nas; constará de Sección de actualidad religiosa, doctrinal, moral, apologé-
tica, histórica, científica, antoniana, litúrgica, bibliográfica y de noticias.
Nos congratulamos por estas mejoras y damos la enhorabuena á nuestro
colega en la prensa.
HERMOSO Y CONMOVEDOR ESPECTáCULO.—En Bonaine, Diócesis de Lyón,
ha tenido lugar el siguiente conmovedor espectáculo; dos octogenarios ce-
976 EL MONTE CARMELO
Artículos de fondo
Págs.
A nuestros subscriptores 2
En el primer día del año, por Sor Aurora 8
Fr. Jerónimo de San José, por José Ignacio Valentí 8, 51, 89,
mr, 267/305, 341
Sor Teresa del Niño Jesús, por Fr. E. S. F 12, 56, 94, 223, 256,
298, 338, 379, 422, 461, 499, 584, 629, 660, 706, 750, 823 907
El Catolicismo y las Bellas Artes, por Fr. Samuel de Sta. Teresa .. 15,
99, 131, 227, 263, 334, 426, 504, 667, 833 916
Dad á Dios lo que es de Dios y al César lo que es del César, por Fr.
E. S. F , 19
A orillas del mar, (saludo) por la Redacción 14
La Sagrada Familia, por Fr. E. S. F 44
La V. O. T. del Carmen, por Fr. Anastasio de la Sagrada Familia
62, 102, 138, 276 354
La Iglesia y la Revolución, por Fr. Pedro Tomás de Santa Teresa
64, 135, 317, 436, 510, 677 717
Humildad y Gloria, por Fr. Amado 81
El 12 de Febrero de 1901, por Fr. A. M 85
Palabras de vida, por Fr. Amado 121
El estudio de la Religión, por Fr. Eusebio de la AsunciÓD... 125, 350, 597
Mes de San José, por Fr. Amado 161
A Santo Tomás de Aquino, por Fr. Ángel María. 166
Teoría sobre la graduación de las inteligencias, por Fr. Marcelo del
Niño Jesús 168
Carta de Sta. Teresa de Jesús á su sobrino don Lorenzo de Cespeda,
en Quito • 177
Crucifixus est... por Fr. Amado 209
Consummatum est, por Sor Aurora 214
Compasión de Maria, por Fr. Plácido María del Pilar 216
Meditación Bíblica, por Fr. Ángel María 220
Triunfo de Jesús, por Fr. Amado 249
Honradez al uso, por Mariano Labroda y Villoque 253
¡Oremus!, por Fr. Amado 292
La cuestión social, por Fr. V. P. C. X. 295, 465
La más hermosa, por Fr. Amado 329
¡Santo, Santo, Santo!, por Fr. Amado ' 369
Símbolo Teresiano de la Fe Católica, por F r . Ángel María de Santa
Teresa^ 373
Un libro funesto 886
Un cantor de la Eucaristía, por F r Ángel Maria de Sta. Teresa 409
Viva Jesús Sacramentado, por Fr. Anastasio de la Sagrada Familia... 420
Fr. Jerónimo de S. José por Fr. Ángel María 449
Mirando al cielo, por Fr. Amado 453
Congreso internacional mariano, por Fr. A. M 455
Beatam me dicont omnes generationes, por Fr. Ángel María 489
Una visita, por Fr. P . T . . . . . ' . • 492
La nuvecilla misteriosa, por el limo, señor Obispo de Sajitandor 530
Fugaces recuerdos, por P. S. Camporredondo 535
Nos autem populus ejus, por Fr. Amado 538
María y el Carmelo, por J. I. Valentí 545
La flor del Carmelo, por Fr. P. T 546
La Salve, por C. D .... 556
973 EL MOHTE CARMELO
P&gs.
España y América 92 5
Tapices Viejos 97 1
Crónica Carmelitana
Profesión Religiosa 31
Desde Toro _ 32
Función Religiosa,—Necrología 34
A nuestros amigos y subscriptores de Madrid.—Muchas gracias.—Del
Monte Carmelo 72
Desde Chile 73
En Vitoria.—El Monte [Carmelo 75
A nuestros subscriptores de Madrid.—Nueva fundación Valdivia
(Chile) 107
Chanaval Alto 110
El R. P . Martín en Pamplona 112
Profesiones Religiosas 113
Nueva Revista Carmelitana.—A nuestras MM. Carmelitas de España.
—Necrología 114
A nuestros subscriptores de Madrid.—Colecciones del Monte Carme-
lo.—Oremos 153
Colecciones de E L MONTE CARMELO.—Del Monte Carmelo.—Nuevas
Religiosas 199
Profesión Religiosa.—Santas Misiones.—Necrología 200
Solemne Consagración de la niñez al Divino Redentor ¿ 239
Habana Católipa 241
Primera Misa.—El R. P . Martín.—En honor de Sto. Tomás.—Necro-
logía 243
Misión de Pámames 280
La fiesta de Sto. Tomás de Aquino en Alba de Tormes 283
Nueva Iglesia en Roma.—El R. P. Martin en Sailtander, 321
Una profesión Religiosa. 322
Toma de hábito.—Necrología 323
La nueva iglesia de la casa generalicia on Roma 359
Nuevo Obispo Carmelita.—De Chile 362
Primera Misa. —Santas Misiones.—Solemne Consagración de los ni-
ños al Redentor 363
Necrología 364 397
Corresponsal.—A nuestros bubscriplores 365
A Ultramar 397
Tomas de hábitos •. 899
Nuevo sacerdote.—Ha fallecido 402
De la República Argentina 440
Buen viaje.—Profesión Religiosa 441
Noticias del Monte Carmelo.— A Malabar 480 \
Consagración de los niños al Divino Redentor.—Profesión Religiosa.
—De viaje.—Toma de habito 480
Necrología.—Libros recibidos 481
La Fiesta del Corpus en Caifa 520
De Roma 521
Necrología 523
Carta de Buenos Aires 570
Una Profesión 572
Necrología 574
Carta de Chile • 607
Nuevo sacerdote.—Las Fiestas del Carmen.—Necrología. 610
Nuevo Prefecto de Propaganda Fide—Carta del Monte Carmelo 645
Fiestas del Carmen en Roma 646
Carta de Malabar 647
Un prodigio del Sto. Escapulario.—Ordenes Sagradas y Profesiones... 648
Solemnes fiestas en Rioseco.—Profesiones Religiosas—Necrología... 649
Carta de Verápoly 683
íNDICE DEL TOMO I I I 981
Págs.
Páss.
Altar mayor del Monte Carmelo 541
Milagrosa Virgen del Carmen (Burgos) 518
Altar mayor de Valencia 550
liUgar del sacrificio (Monte Carmelo) 558
L > Virgen del Carmen entregando al Santo Escapulario á San Simón
Stock (Font) . . . .... ."..:..- 530
Ror Teresa del Niño JesÚ3 a los 15 años y su padre 5S7
Grupo de Leñadores indios(Malabar) 51)5
San Joaquín padre de Nuestra Señora (Romero Tena) 019
La Santísima Virgen del Carmen que se venera en Cuzco (Perú) 032
Cardenal Gotti, Carmelita Descalzo 071
Fabricación de aceitj ( Malabar) 073
San Miguel (Rimero Tena) 700
Fachada de la Iglesia de Car.nelitis Ü3 3jalzn (Valpu'a's >) 71.0
Interior idem idem .. 7 LS
Santa Teresa de Jesús que se venera en la residencia d > Santander 742
J a r r a y libro del abecedario qui usaba S mta Teros i de Jjsús 742
Santo Cristo que lie v iba Santa Teresa en las fundiciones 750
Imagen de Santa Teresa que se venera e n S a n t i a j p de O'.iile (pre-
miada por el Papa León X I I I 778
Sepulcro de Santa Teresa de Jesús 78L
.El P. Gracián de la Madre de Dios 783
Corazón de Santa Teresa de Jesús . . . . 788
Claustro interior, j a r ü n do la Encarnación de Avila, frente á la cel-
da donde fué transverberada Santa Teresa 7!>0
Rigando por el soldadito. • ... 81!'
La Virgen del Cirmen y los Santos de la Orden 82G
San Juan de la Cruz en Sogovia 859
San J u a n de la Cruz en la cárcel de Toledo (cuadro de Fr. Roque de
San José, (Carmelita Descalzo) 805
La Purísima. 890
La Madre Santísima de la Luz (Méjico) 912
El Niño Jesús 989
Tambor, sonajas y pito quo usaba Santa Teresa, on Navidad, Avila.. T42
IIIIIIIIIIIIMIIIIIIIIIIIIIIII