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Asignatura:

Español 2
Tema:

Actividades Unidad 2

Facilitador:
José Hernández

Presentado Por:

Enyer Lora

Matricula:

2018-03835

Fecha:

26/04/19
Después de consultar la bibliografía recomendada sobre el tema,
se sugiere lo siguiente:

1-Elabora una definición de narración y determina su estructura.

Una narración es el relato de unos hechos reales o imaginarios que les suceden a
unos personajes en un lugar. Cuando contamos algo que nos ha sucedido o que
hemos soñado o cuando contamos un cuento, estamos haciendo una narración.

La narración tiene 2 tipos de estructuras.
Estructura externa  
Se refiere a la forma de presentar la obra: capítulos, libros, episodios. 

Estructura interna  
Se refiere a la ordenación y distribución de los hechos narrados.

La estructura interna de una narración la forman los apartados que haya en el


desarrollo de la trama, en su contenido. Estos elementos se organizan de forma
variada, aunque es frecuente una secuencia lineal (acción lineal). En este caso se
suele dar una estructura básica:

1) Planteamiento o introducción: Se presenta a los principales personajes y se


narra el acontecimiento inicial, el que origina el conflicto desarrollado en el nudo.

2) Nudo o conflicto: Son los hechos que viven y realizan los personajes.


Constituyen el eje de la trama.
3) Desenlace o final: Es la solución al conflicto propuesto en el planteamiento y
desarrollado en el nudo.
 

2-Selecciona un texto narrativo y realiza una sinopsis sobre su


contenido.

Esopo El caballo viejo”


 
Un caballo que ya estaba muy mayor fue vendido por su amo a un molinero que lo empleó
para que diera vueltas a la piedra de un viejo molino.

El caballo no hacía otra cosa desde la mañana a la noche que girar y girar alrededor de
aquella rueda, lo cual no sólo le cansaba mucho, sino que lo ponía muy triste.

Y es que el viejo caballo recordaba lo veloz y famoso que había sido en sus años de
juventud, en los que había vivido infinidad de aventuras y también cómo se burlaba de los
otros caballos que eran más viejos y lentos que él.

 Ahora viéndose en esta situación en la que pasaba sus días atado y dando vueltas dicho
molino, se arrepentía de aquella actitud que había tenido cuando era poderoso: “Después
de las grandiosas vueltas que en mi juventud di en las carreras, mira a que vueltas me
veo reducido ahora. Este es un justo castigo por burlarme de aquellos que veía más
débiles e inferiores"

Sinopsis:

Un caballo viejo fue vendido para darle vueltas a la piedra de un molino. Al verse atado a la piedra,
exclamó sollozando:- ¡Después de las vueltas de las carreras, he aquí a que vueltas me he reducido!
Moraleja: No presumáis de la fortaleza de la juventud. Para muchos, la vejez es un trabajo muy penoso.
3- Lee y analiza un texto narrativo y determina su estructura,
etapas, tipos de narradores y leyes de la narración.

Chito de José Rijo

A cada latigazo el cuerpecito de Chito culebreaba de dolor. La mano de Pancho castigaba


duro con una soga la carne del muchacho que, retorciéndose como un bicho, pedía perdón. Al fin se
vio libre y, lloroso, se arrinconó a gritar la segunda pela que por mentiroso le daba el
padre en ese día. En la boca de Chito cabían todas las mentiras y, no por eso dejaba de
ser simpático el chico aquél. Con sus ojos negros y vivaces, su cara ancha color de pan
tostado y su gorra, siempre rota y nunca bien puesta, encarnaba al rapaz campesino,
ladrón de nidos altos y de camarones en las cuevas del río. Nadie como él para tumbar
unos cocos o lazar un becerro. Hacía un momento que el padre le había ordenado amarrar unos
burros. Una, dos, tres veces repitió Pancho la orden y Chito seguía jugando. Entonces, soga en mano, lo
llamó.

¿Todavía no te ha ido?

Sí señor, pero toy aquí porque Teresa me dijo que fuera al río con ella.

¿E verda eso?

No era cierto y Chito se ganó la zurra.

¿Te dolió?
 
Dijo Teresa a su hermano cuando estuvieron solos.

Chip… va a dolé.
 
¿Si eh?, ¿y esa lágrima?
¿Eso?... de risa,
 
Contestó frescamente el muchacho limpiándose los ojos con el dorso de la mano.

Luego, se subió los calzones, que ya le quedaban por las corvas. Con el ripio que le
servía de cinturón se los amarró en la mitad de la barriga desnuda que, de puro sucia, parecía
berrenda. Cogió un lazo, y, después de enseñarle la lengua a su hermana en una mueca rápida, salió

.Iba tan contento como el carpintero que entre un chillido y otro fabricaba su nido en lo
alto de una palma. Lo vio Chito y le tiró una piedra. El pájaro, con un chillido más sonoro
que antes, casi burlón, abrió las alas y se perdió entre el verde de las ramazones.

Cantando así siguió el camino Chito:

“Yo soy americano
Que ando poraquí buscando
Quien me afeite
Del bozo la narí”.
 
 
El pájaro chillaba de nuevo en otra palma. Muchacho y carpintero eran iguales. En el
bohío, Teresa se le acercó al padre:

¿Me voy a baña, viejo?

Ve, pero, no te dilate, y llévate un calabazo pa que traiga agua. Se fue la muchacha, y Pancho
se quedó fumando su cachimbo, rumiando indeseables pensamientos. Estaba preocupado. En esos
días, una patrulla del ejército yanqui que invadía el país había caído sobre surancho con la
maldad del guaraguao sobre el nidal de la gallina recentina. Lo acusaron de ayudar a los gavilleros, como
llamaban los blancos a los dominicanos que por deber habían renunciado a la sombra del
bohío y prefirieron el sol sin piedad de las sabanas; y el agua fresca de las tinajas
hogareñas por la que en baches y huellas de animales les daba la manigua, teatro de
heroísmo patriótico unas veces, y otras tantas de salvaje defensa del pellejo. Pancho negó
la acusación y eso no bastó: una multa subida o contribución fue el castigo que le impusieron para
cuando volvieran.
La multa, la multa… Ese era el comienzo del pretexto que empleaba el blanco para manchar de rojo y
negro los
Caminos claros de esos campos de sol. Tal vez eran los 15 años de la muchacha, que
florecían en gracia y
Tentación… O el pardo de silla y carga que llevaba su estampa.
  Así pensaba cuando un grupo de uniformados manchó de amarillo el patio verde del
bohío. El corazón comenzóa galoparle dentro del pecho. Le pidieron el dinero, y él habló
largo y claro para que le concedieran una prórroga. El jefe le dejó hablar y, luego dijo:

Oh, ¿you no tener the money? Well


 
y se le fue acercando, poco a poco, sin calor en la sangre, con los ojos entrecerrados
de perversidad. Pecho
a pecho, la cara roja del blanco junto a la oscura del criollo, se medían… se medían.
 Pancho esponjó los brazos y el yanqui, de un empellón brutal lo arrinconó junto a una
tinaja. El caído se puso depie. La animalidad ancestral surgía detrás del hombre. No le
arredraba la pelea ni su resultado, pero ahí venía del río, con los cabellos chorreando
agua, y el cuerpo limpio y húmedo adivinándose a través del traje, la hija por quien debía
vivir.Traía el calabazo a la cabeza y en la cara morena la desconfianza ante la gente extraña. Pancho
hizo ademán deir a ella, y nuevos ultrajes se le hicieron. Con la soga que pegó a su hijo lo
amarraron. Mientras tanto, ahí estaba la muchacha como una fruta sin espinas, fácil
al querer del blanco. El coraje y la rabia nublaron de lágrimas el cielo lucio de los ojos de
Pancho. Su impotencia y el llanto de la hija daban blandura de dolor a aquel cuadro
endurecido por la crueldad fría del atropello. Una sierpe de lascivia se enroscaba en
Teresa que, sin poder, se defendía mientras el padre vuelto niño suplicaba:
 No por Dio… No me la toque. –
Y se retorcía corajudo y valiente.

 
Un ruido extraño atajó las intenciones del jefe. Eran como caballos que corrían lejanos, tropel de patas
que anulaban distancia. Atencionó un momento el hombre. Después abrió la puerta del
único aposento e hizo pasar sus hombres al interior. Desenfundó la pistola y, pegándole el cañón
a la muchacha sobre el seno ordenó:

Todo quien venga you decir no haber nadie, ¿you understand?


 
Llevándose consigo a Pancho se encerró aesperar.El frío del acero secó las lágrimas de
Teresa. La dejó alelada y útil para la celada a los posibles insurgentes. A la puerta del
bohío los pasos se apagaron y a los blancos les volvió el alma al cuerpo. Era Chito quien
llegaba. No bien hubo echado pie a tierra, Teresa sin saber lo que hacía, le repitió
lo mismo que le dijo el jefe:

 Aquí no hay nadie. Chito no comprendió y, como si a su vez le tocara decir algo, borbotó
limpiándose el sudor:

Concho, tuve que dale tuel galope a ese mañoso, porque porai ta Ramón Natera con lo gavillero, son ma
qui
Abeja… si pechan a lo blanco, lo pelan a tuitico.
 En el aposento los soldados comenzaron a inquietarse, tanto por el número que anunciaba el muchacho
como por el hombre que los mandaba: Ramón Natera: el azote del yanqui en la región del Este. En
menos tiempo del que se gasta en decirlo, mientras lo dejaba en libertad, el jefe silbó al
oído de Pancho:

Si you no decir a gavillero que blanco haber estado aquí, mi ser amigo tuyo
 
Y de una vez abrió la puerta trasera del bohío. Uno a uno se fueron tirando al monte,
rápidos, silenciosos, como guineas que presiente peligro. El miedo se los llevó. Pancho
salió. Tenía todavía la soga con que lo amarraron entre las manos y en el rostro la huella
de la incertidumbre.

¿Ande tan lo gavillero?


 
Interrogó. Chito, con la vista fija en la cuerda y atemorizado retrocedió hasta las faldas de
Teresa. Ni la hermana que lo protegía, ni el padre que seguía preguntando, comprendieron su
actitud, hasta que el muchacho con ganas de llorar musitó:
Perdóneme mi pay, era embute mío. Mientras los pechos vaciaban con lasitud la ansiedad
dominante, entre un chillido y otro, el carpintero martillaba de nuevo fabricando su nido en otra
palma

Estructura: Interna y externa

Etapa: introducción, desarrollo y desenlace

Tipos de narrador: cuento en primera persona

4- Redacta un texto narrativo tomando en cuenta los aspectos


esenciales de la narración

El gato maestro

Allá en tiempos muy remotos, un día de los más calurosos de semana santa, el Director de la


secundaria entró sorpresivamente al aula en que el gato daba a los Gatitos su clase sobre el
arte de maullar, precisamente en el momento de la exposición en que le explicaban que el
maullar del Gato era la mejor y la más bella entre todas los maullares pues se producía
mediante la Felicidad del gato ronroneará. Se siente seguro y es su forma de demostrarlo en
tanto que los gallos cantaban tan mal porque se empeñaban en hacerlo con la garganta,
evidentemente el órgano del cuerpo humano menos indicado para emitir sonidos dulces y
armoniosos. Al escuchar aquello, el director, que era un Gato muy viejo y muy sabio asintió
varias veces con la cabeza y se retiró, satisfecho de que en la Escuela todo siguió en sus
tiempos.

a) El narrador o persona que cuenta la historia. El autor


b) Los personajes. El gato y los gallos
c) La idea principal. Supervisar que todo marchaba bien, como anteriormente pasaba
d) La acción o serie de acontecimientos que se relatan. Supervisar la clase de canto
que daba el gato con la mejor de las voces.
e) El espacio y el tiempo en el que ocurren los acontecimientos. En un tiempo muy
remoto como en los viejos tiempos de antes.

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