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LA DEMOCRACIA POPULAR DE CHINA: TOTALITARISMO CAMUFLADO

Hace unos días Xavi Hernández, ex futbolista del F.C.Barcelona, dijo que Qatar no es
democrático, pero que el sistema funciona mejor que en España. Debemos tener cuidado con
tal afirmación, ya que dicha crítica a la democracia pretende reducir libertades para aumentar
la seguridad (y el control sobre la ciudadanía). Éste pensamiento es ampliamente conocido en
China, país donde sus ciudadanos han ido perdiendo gradualmente libertades básicas (libertad
de expresión, brutalmente reprimida en Hong Kong por parte del gobierno chino ante las
manifestaciones pacíficas, la libertad de pensamiento, el derecho a votar, el derecho a la
privacidad…) a costa de mejorar su seguridad. La población está sumida en un gran
adoctrinamiento, por lo que llegan a defender dichas decisiones gubernamentales
argumentando que su nivel de vida ha mejorado considerablemente en los últimos años.

Ya lo dijo Orwell en 1984: “Hasta que no tomen conciencia no se rebelaran, y sin rebelarse, no
podrán tomar conciencia”. Con una población sumisa y adoctrinada, China está abocada al más
absoluto totalitarismo comunista en los próximos años. Ni en el peor de los casos el escritor
contempló una situación tan preocupante como la que ya está pasando en China.

Para controlar aún más a la población el gobierno está desarrollando un sofisticado programa
de crédito social, donde se pueden conseguir puntos en función de la actividad en la red.
Cuantos más puntos se consiguen más ventajas se obtienen. Según Shazeda Ahmed,
investigadora de la Universidad de California, si alguien se desvía: «Incluye no poder solicitar
puestos de trabajo en el gobierno, no ser elegible para enviar a sus hijos a escuelas privadas y
verse impedidos de comprar billetes para viajar en tren o avión».

Además, gracias a su liderazgo en inteligencia artificial, el gobierno cuenta con programas de


última generación capaces de encontrar a cualquier persona, a través de la geolocalización y
escáneres biométricos, faciales y de voz. De esta forma es prácticamente imposible cualquier
forma de oposición al régimen, ya que los ciudadanos corren el grave riesgo de quedar
excluidos de la sociedad.

El gran problema de esto es el más que posible contagio al resto del mundo. Vivimos una
nueva guerra fría, pero en vez de carrera espacial y armamentística en forma de guerra
comercial y liderazgo del 5G. Hay dos bloques que en vez de representar el capitalismo y el
comunismo representan la democracia y el totalitarismo respectivamente, y debemos
proteger la democracia (de ataques como los de Xavi Hernández, entre otras cosas) para
preservar nuestras libertades.

MIGUEL ALEGRETE

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