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PIES DESCALZOS

INTRODUCCIÓN
Se sugiere comenzar con la siguiente anécdota:
La casa de subastas «Paris Drouot» no sale de su asombro. Este jueves sacó a
subasta unos zapatos de la princesa de Hungría, María Antonieta, de seda verde
y rosa, por los que apenas esperaba obtener unos 13.000 dólares. Sin embargo,
alguien, del que no se conoce su identidad, pujó por ellos vía telefónica y no cesó en
su empeño de conseguirlos hasta tal punto que ha pagado 65.000 dólares (50.000
euros) por ellos. (http://www.abc.es/20121019/cultura/abci-zapatos-maria-antonieta-
201210191957.html)
Los zapatos han tenido siempre una notable importancia para la protección de los
pies. Cuando andamos descalzos nos sentimos muy incómodos; sin embargo, hay
momentos y circunstancias en que es imperativo despojarnos del calzado, uno de
esos motivos para quitarnos el calzado es justamente la reverencia.
“Y dijo: No te acerques; quita tu calzado de tus pies, porque el lugar en que tú estás,
tierra santa es”. Éxodo 3:5
A través de la reverencia reconocemos que Dios es quien tiene la autoridad y
nosotros somos sus siervos. En la Biblia, encontramos un profundo significado
sobre lo que encierra el uso del calzado en las personas.
1. ¿Qué significa el uso de calzado para los hebreos?
Las historias y libros de la Biblia señalan numerosas veces en las que el calzado
está siempre relacionado con una posición de poder, a continuación se
mencionan algunos significados:
● Autoridad: los padres ordenaban a sus hijos ponerse calzado.
● Dominio y propiedad: el pueblo de Israel se sentía dueño de una tierra
cuando sus pies la pisaban.
● Pacto: el libro de Rut, relata cómo había una costumbre para esa época, en
la que los contratos se cerraban dando calzado al otro.
● Desprecio: la Biblia afirma que se debe sacudir el polvo del calzado en señal
de rechazo a cierto acto.
● Belleza: el libro de Cantares hace referencia a las sandalias como sinónimo
de hermosura a los pies
2. ¿Por qué quitar el calzado es señal de reverencia?
Los hebreos se quitaban el calzado antes de entrar a un recinto sagrado o al
estar en terreno santo.
“Y el Príncipe del ejército de Jehová respondió a Josué: Quita el calzado de tus
pies, porque el lugar donde estás es santo. Y Josué así lo hizo”. Josué 5:15
No eran usados por los sacerdotes en el servicio del templo. También debían ser
dejados en el atrio, pues cualquier partícula de polvo profanaba el lugar santo.
Tenían que lavarse las manos y los pies antes de servir en el tabernáculo o en el
altar.
Todo este significado nos lleva a preguntarnos qué quiere Dios de nosotros, si ahora
vivimos bajo la gracia de Cristo. Tal vez él no espera que nos quitemos el calzado
físicamente, pero a través de su Palabra nos enseña que la reverencia es una
actitud necesaria cuando se trata de servirle
3. Moisés: un siervo de pies descalzos
“Viendo Jehová que él iba a ver, lo llamó Dios de en medio de la zarza, y dijo:
Moisés, Moisés. Y él respondió: Heme aquí. Y dijo: No te acerques; quita tu calzado
de tus pies, porque el lugar en que tú estás, tierra santa es”. Éxodo 3:4-5
Moisés había sido escogido para que Dios hiciera milagros extraordinarios en el
pueblo de Israel, a través de él. Aquí, es necesario resaltar que Dios no nos escoge
por nuestras capacidades o aptitudes, sino que su amor es tan grande, que quiere
formarnos y dejarnos conocerle más por medio de esta excusa.
El Padre conoce todas nuestras debilidades, y errores, por eso es necesario que al
momento de servirle, reconozcamos que nada podemos ocultar ante él y guardemos
una actitud de reverencia, esta comienza, cuando permitimos que Cristo limpie
nuestras impurezas y nos lleve a experimentar la libertad de vivir en santidad.
Dios descendió a aquella zarza para comenzar algo extraordinario en la vida del
pueblo hebreo, a través de Moisés. Y eso es lo que sucede cada vez que Él
desciende en la vida de un joven como tú o yo, no es para resolver solo un
problema, sino para realizar lo imposible, en la vida de todos los que manifiesten la
fe en Él. De mi actitud, así como la de Moisés, depende qué tantos milagros y qué
tantos imposibles pueda ver y palpar.

APLICACIÓN TEOTERÁPICA
Vivimos bajo la gracia de Cristo, su palabra nos reitera que somos aceptados por
medio de su sangre, y que nada tenemos que hacer para merecer su amor. Sin
embargo, no debemos olvidar que ser escogidos por Dios es, ante todo, un
privilegio; por eso debemos presentar nuestra vida ante él cada día como sus hijos y
siervos. Solo una actitud humilde de quitar mi calzado en su presencia, me puede
llevar a servirle con altura, y sobretodo, con la santidad necesaria para ver los
imposibles. Si mi corazón no está preparado para ver la Gloria de Dios, él no dejará
de amarme, pero tampoco voy a permitir que se cumpla en mi vida lo que afirmaba
el Apóstol Pablo:
“Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en
corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman”.
1 Corintios 2:9
Vivir en santidad es un acto de amor, una actitud de agradecimiento por el privilegio
de servir a Dios.

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