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El Beato Manuel González,

Centenario en Huelva.
Ildefonso Fernández Caballero
El 30 de noviembre de 1908 se cumplían 75 años de la capitalidad de la ciudad de Huelva
sobre la provincia. D. Manuel Gonzalez vivió el día de la celebración de aquel septuagésimo
quinto aniversario en la todavía pequeña capital de 30.000 habitantes, que iba creciendo
lentamente.

Durante todo ese año la actividad pastoral del Arcipreste fue especialmente intensa y
fructífera. El 25 de enero, el Arzobispo de Sevilla D. Enrique Almaraz y Santos bendijo la
Escuelas del Sagrado Corazón, anejas a la iglesia de San Francisco. La alegría de D. Manuel
González, la mañana que abrió la colmena nueva para el bullicioso enjambre de los chiquillos
del barrio, estuvo mezclada con la angustia de no tener maestros para dar cauce al torrente
desbordado que se le venía encima.
Un siglo después, las Escuelas del Sagrado Corazón de Jesús, con más de mil alumnos en del
ciclo completo de enseñanza, están instaladas en el actual edificio del Seminario Diocesano,
recogiendo la herencia del espíritu y de la pedagogía de aquellas que puso en marcha el Beato
Arcipreste. Un cartel, que recubre todo el flanco de una de las altas torres del Seminario de
Hueva, recuerda que estamos celebrando el centenario de las Escuelas.

La amargura por la falta de maestros, que empañaba el alma de D. Manuel González el día
mismo de la inauguración, se le volvió paz cuando D. Manuel Siurot, abogado joven, ya con
prestigio, se convirtió en maestro de niños desarrapados. Mientras los chiquillos corrían de un
lado para otro curioseando las clases que iban a ser las suyas al día siguiente, el fundador de
las Escuelas hizo un aparte con Siurot. Le susurró al oído: "Donde están los maestros, Dios
mío? ¿qué sabe usted de maestros? Siurot respondió enseguida, porque se tenía pensado ya
más de dos veces que los niños pobres lo esperaban, repreguntando al Arcipreste: ¿me quiere
usted aceptar como maestro? El día de la Conversión de San Pablo de 1908, apareció en el
horizonte de Huelva una nueva estrella de la pedagogía con brillo propio y universal.

Apenas inauguradas las Escuelas en el barrio de San Francisco, relativamente céntrico, D.


Manuel González extendió su acción misionera al barrio periférico del Polvorín. Allí empezó
por poner primero una cabeza de puente para el que iba a ser su posterior pacífico
desembarco apostólico. Con la ayuda de seglares de la Parroquia de San Pedro comenzó la
actividad misional en unas habitaciones prestadas. Poco después alquiló unos almacenes que
habilitó para escuela y capilla, ya de forma más estable. Y el día 11 de julio de 1908,
quedaron bendecidos e inaugurados sagrario, capilla y escuelas. Comenzó así la historia de la
que hoy es populosa Parroquia del Sagrado Corazón de Jesús, tercera en la historia de las
parroquias de Huelva y matriz de otras nuevas y del que es hoy colegio de las Teresianas de
San Enrique de Ossó.

En la prolongación de la calle de San Sebastían, pasada le ermita donde se veneraba entonces


la imagen de este santo Patrono de la ciudad, ésta se abría, entre los cabezos, a cultivos de
huertas de la población dedicada a la agricultura. Ofrecieron a D. Manuel en
arrendamiento,por aquel sector, 11 fanegas de tierra. Todavía hoy, el día de la procesión del
santo, en la calle compiten los antiguos vecinos con exhibición de palmitos y productos
hortofrutículas. El primer viernes del mes de octubre D. Manuel inauguró la Granja Agrícola
del Sagrado Corazón en la parcela alquilada. "Soñaba con dar a nuestros niños -escribe-un
campo para ellos en donde sin temor a los municipales que los apunten ni a malos ejemplos
que los perviertan, saltaran, corrieran, hicieran la instrucción, dieran clase, aprendieran a
labrar la tierra..."

En la bendición e inauguración de la Granja pudo ya intervenir una de las tres bandas


infantiles de música que alegraban las Escuelas abiertas al comienzo del año. Resonaron por
las huertas los ecos del alma musical del "seise" sevillano y seminarista del acordeón

También en 1908 comenzó el que fuera gran sueño de D. Manuel: "ha sonado la hora, dice,
de empezar otra nueva obra: la de las Vocaciones Sacerdotales...Huelva, ciudad de treinta mil
almas, sólo tiene dos seminaristas; las vocaciones están hoy en la espantosa proporción de
¡uno por quince mil!.....Un dato para cuando se escriba la historia de esta obra; el local en
donde actualmente se desarrolla ésta, es el cuarto de las campanas de la torre de San Pedro,
sitio el más tranquilo y aislado que han descubierto maestro y discípulos para los estudios
preparatorios".

Con el mismo sueño de Huelva llegó D. Manuel, ya bien despierto, a Málaga: "Por eso me
metí en la locura (así la llamaban no pocos amigos cuerdos) de levantar lo que, mientras fue
mi sueño, llamé "Mi Seminario", y cuando fue realidad, "El Seminario del Corazón
Eucarístico de Jesús", cuya primera piedra se colocó solemnemente el 16 de Mayo de 1920,
en unos montes cercanos a la ciudad, con arquitectura `a la andaluzá, puesto que para
Andalucía es, con mucho aire, sol, cal blanca, azulejos y sobre todo mucho gráfico. Que,
desde el primer grano de tierra de la puerta hasta el remate de la veleta, todo enseñe
gráficamente a conocer y amar a Jesús Sacramentado". Desde el cuarto de las campanas de
San Pedro, don Manuel llevaba fraguando el sueño del Seminario de Málaga en el
pensamiento y en el corazón.

El 16 de noviembre del mismo año se celebró en Sevilla la III Semana Social Española.
Participó don Manuel Gonzales en ella con una ponencia titulada La acción social del
párroco. Desde que llegó a Huelva sintió como exigencia de su apostolado eucarístico la de
encarnarse entre los más pobres, acercarse a sus problemas y sufrimientos, sintonizar con sus
angustias, traducir al lenguaje de ellos el mensaje evangélico, elevarlos y dignificarlos con la
difusión de la cultura, hacerlos protagonistas de su propia liberación, desencadenar en la
ciudad movimientos de solaridad para con ellos. Volcó en el texto de la ponencia todas sus
ideas, sus inquietudes sociales y las experiencias de los tres primeros años en la parroquia de
San Pedro."Huelva...
-dijo-¿Podéis explicarme cómo en poco más de tres años se fundan y sostienen un Centro
Católico con más de quinientos obreros, con su Caja de Ahorros y Monte de Piedad; escuelas
gratuitas para mil, entre niños y adultos de uno y otro sexo; un barrio obrero, una panadería
económica, una bilioteca ambulante, obras de Catecismo, dos talleres de ropa para los pobres,
una Granja Agrícola Escolar, dos iglesias en barrios extremos, obras moralizadoras de los
presos, Secretariados del pueblo...?"
Desde aquel día, D. Manuel fue conocido en toda España como "El Arcipreste de Huelva"

Recorriendo la trayectoria de D. Manuel en 1908, al finalizar el año 2008, ¿cuáles serían sus
orientaciónes pastorales para los cristianos de Huelva? Por hoy bastan sólo algunas,
relacionadas con su actividad de aquel año:
-La misa es "la acción por antonomasia, la que con toda razón y justicia puede llamarse la
única acción esencial y vivificadora de la iglesia católica y con respecto a la cual todas las
demás acciones del sacerdocio, de la jerarquía y de la liturgia universal tienen razón
secundaria y subordinada, de preparación medio o efecto".
-"La primera necesidad en todas las obras sociales católicas es la enseñanza del
Catecismo...que aspira a ocupar la memoria, el entendimiento y la voluntad".
-"Creo en el sacerdote que cumple con su deber. ¡Ese es el Sacerdote-Evangelio, el
Sacerdote-Eucaristía".

-"Pobrecillos los pobres,¡despiertan tan poco interés a su paso por el mundo!". "...Sigo
creyendo que mientras no llevemos nuestro amor al Corazón de Jesús y a los prójimos por él
hasta la chifladura, o llámese con nombre más serio o técnico lo que eso representa, esa pobre
cuestión social no la resuelva nadie. ¡Nadie!..."

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