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Originales Revista de Logopedia, Foniatría y Audiología

2007, Vol. 27, No. 3, 140-152


Copyright 2007 AELFA y
Grupo Ars XXI de Comunicación, S.L.
ISSN: 0214-4603

1
M. Fernández Vázquez Medidas del desarrollo típico de la
2
G. Aguado Alonso
morfosintaxis para la evaluación del lenguaje
espontáneo de niños hispanohablantes
1
Escuela Infantil Valle de Egüés,
Gorraiz (Navarra)
2
Departamento de Educación,
Universidad de Navarra

Resumen Palabras clave: Desarrollo típico, lenguaje espontáneo, formas verbales, ora-
ciones subordinadas, longitud media de enunciado, índice de complejidad
sintáctica
Las muestras de lenguaje obtenidas en situaciones
naturales es uno de los instrumentos de evaluación a
los que con frecuencia más valor se ha dado, por su Measures of typical morphosyntax
carácter espontáneo y por estar libre de las restric- development for evaluating language
ciones impuestas por los tests estandarizados. Sin in natural settings of Spanish-speaking
embargo, la mayor parte de las veces el análisis que children
se hace de las muestras de lenguaje espontáneo es
intuitivo e impresionista. Uno de los impedimentos Language samples obtained in natural settings are one
para que estos análisis sean rigurosos y aceptable- of the instruments of assessment which has often
mente útiles es la ausencia de secuencias de desarro- been greatly valued, because it is spontaneous lan-
llo típico en nuestra lengua. En este trabajo se ofre- guage, free of restrictions imposed by standardized
cen datos acerca del desarrollo de la morfosintaxis tests. Nevertheless, most of the time, the analysis of
en español. Se presentan de manera que su uso en el those samples of spontaneous language is intuitive
análisis del lenguaje espontáneo resulte lo más fácil and impressionist. One factor which impedes a thor-
posible. ough and useful analysis is the lack of sequences of
Se ha analizado el lenguaje de 50 niños en tres typical development in Spanish. In this work data
situaciones distintas (juego con adulto, juego con about development of Spanish morphosyntax are
niño y narración), y en tres momentos distintos (3;0, shown. These are shown so that their use for analysis
3;6 y 4;0). Las transcripciones y algunos cálculos se of spontaneous language would be as easy as possible.
realizaron con las herramientas del proyecto CHIL- Language of 50 children in 3 different settings (play
DES. with an adult, play with another child and narrative
En relación al uso de formas verbales y oraciones task), at 3 different times (3;0, 3;6 and 4;0) were
subordinadas se ofrece el porcentaje de niños que analysed. Transcriptions and some analyses were made
producen cada una de ellas. Y en relación a la longi- with tools of CHILDES Project.
tud media de enunciado, longitud de los cinco enun- Regarding use of verb forms, and subordinate clauses,
ciados más largos e índice de complejidad sintáctica the percentage of children using each of them is
se muestran los resultados en gráficas que facilitan shown. Regarding mean length of utterance, mean
la valoración de esas medidas tomadas en niños con- length of 5 longest utterances and syntactic complexity
cretos. Se muestran las correlaciones entre estas index, results are shown in graphics, so that assessment
medidas, y se trata de explicar cómo y en función de of these measures obtained from specific children is
qué características de los niños se produce su easier. Correlations between these measures are calcu-
aumento. lated, and there is an attempt to explain how and
according to which characteristics of children the
increase of these measures occurs.
Correspondencia: 31080 Pamplona
Departamento de Educación Correo electrónico: Key words: Typical development, spontaneous language, verbs, subordinate
Universidad de Navarra gaguado@unav.es sentences, mean length of utterance, syntactic complexity index

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FERNÁNDEZ VÁZQUEZ Y MEDIDAS DEL DESARROLLO TÍPICO DE LA MORFOSINTAXIS PARA LA EVALUACIÓN DEL LENGUAJE ESPONTÁNEO
AGUADO ALONSO DE NIÑOS HISPANOHABLANTES

Introducción estandarizadas es ciertamente inadecuado. Es no


considerar al niño como un sujeto activo que trata de
Para la evaluación del lenguaje de los niños exis- resolver, y que lo consigue la mayor parte de las
ten pruebas estandarizadas que permiten conocer veces, las dificultades y las demandas comunicativas
cómo se encuentra el lenguaje de un niño concreto utilizando de manera «creativa» su herramienta lin-
respecto a una muestra normativa. Algunas de esas güística deficitaria. Desconocer esta habilidad del
pruebas estandarizadas exploran el conocimiento que niño es despilfarrar sus habilidades comunicativas.
todo hablante posee de su lengua, y otras exploran En relación con las condiciones exigidas para que el
los procesos implicados en la comprensión y produc- análisis del lenguaje espontáneo se convierta en un ins-
ción del lenguaje. Sin embargo, se ha criticado, a trumento eficaz para la evaluación y la intervención
veces sin mucho fundamento, el uso de este tipo de logopédicas, se pueden considerar las cuatro siguientes:
pruebas por su carácter descontextualizado. Se
arguye que, ya que el niño aprende a hablar con otros a) Es necesario disponer de una secuencia de desarro-
con el objetivo de regular su conducta, informar, etc., llo típico del lenguaje con la que comparar los
la mejor manera de explorar el lenguaje es analizando datos recogidos de la muestra de lenguaje de un
este habla espontánea en contextos naturales. niño determinado. Sin embargo, en el caso de la
Pero, desde una perspectiva estrictamente logopé- morfosintaxis, sólo se dispone en español de algu-
dica, dejando de lado objetivos experimentales, este nos datos fragmentarios y reducidos a una edad o
tipo de exploración tiene algunas desventajas, y exige a una forma determinada (ver, p. ej., Serra, Serrat,
una serie de condiciones para que, a partir de ella, se Solé, Bel y Aparici, 2000; Aguado, 1995), lo que no
pueda informar con precisión y fiabilidad del estado ocurre con la evolución de la fonología que puede
del lenguaje de un niño determinado, y para que este considerarse ya totalmente descrita (Bosch, 1983,
informe proporcione bases seguras a las estrategias 1984; Aguilar y Serra, 2003).
que se programen para una eventual intervención. b) Se debe dar por supuesto que en todos los niños el
Entre las limitaciones, la más evidente es el tiempo lenguaje se desarrolla siguiendo las mismas pautas
y el esfuerzo que exige esta forma de explorar el len- y los mismos patrones. Este supuesto ha sido
guaje: recogida de la muestra de habla, transcripción, tomado tradicionalmente como una condición
descripción concomitante del contexto en que se pro- bien asentada, y más en el caso de la dimensión
duce la interacción comunicativa, recuento de las for- morfosintáctica; sin embargo, sobre él se podrían
mas morfosintácticas, piezas léxicas, errores fonológi- realizar abundantes comentarios y plantear dudas
cos, etc. sobre los que se hayan planteado hipótesis. bien fundamentadas, especialmente desde las
Otra limitación menos trabajosa, pero de mayor diversas ópticas de los sistemas dinámicos y del
calado metodológico, es el tipo de información apor- emergentismo (ver, por ejemplo, Tomasello, 2003),
tado por esta exploración. En efecto, el cuadro que se o desde una visión lexicalista (Ninio, 2006).
obtiene es una descripción del lenguaje del niño, pero c) Se debe dar también por supuesto que la muestra
que, en el caso de que sea deficitario, no proporciona de lenguaje que se ha obtenido en el momento de Rev Logop Fon Audiol 2007, Vol. 27, No. 3, 140-152
explicaciones de ese déficit (también es cierto que no la evaluación es representativa del lenguaje ordina-
resulta fácil explicar buena parte de los déficit lingüís- rio del niño. En algunas o en muchas ocasiones no
ticos), y, sobre todo, no nos informa respecto de cómo parece conveniente dar por válido este supuesto. Si
ha transcurrido la evolución del déficit, ni respecto de se pide a los padres que jueguen con sus hijos
qué debe intervenirse; es decir, con una exploración delante de una cámara, nos podemos encontrar
del lenguaje espontáneo no sabemos qué procesos con que los padres hayan jugado poco con su hijo
psicolingüísticos son los responsables de ese lenguaje y, por tanto, no se desenvuelvan con la deseada
descrito como deficitario, y, por tanto, la intervención naturalidad durante la grabación; y al propio niño
logopédica puede resultar menos eficaz. le puede pasar algo similar. Hay alguna medida que
Sin embargo, se considera absolutamente impres- se puede adoptar para confirmar este supuesto;
cindible que el logopeda o el psicólogo que hace la por ejemplo, se puede pedir a los padres que gra-
exploración analice muestras de lenguaje suficiente- ben algunas interacciones (baño, comida, juego
mente representativas, ya que intentar establecer con hermanos, etc.) en casa, o se les puede dar la
unos objetivos logopédicos sólo a partir de pruebas grabación realizada con el logopeda para que, tras
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verla, puedan decir si el lenguaje del niño grabado vector ineludible inherente en todo hablante, sí al
puede considerarse representativo. menos bien asentada en unas prácticas comunicati-
d) Finalmente, debe tenerse en cuenta que los niños vas iguales y que los hablantes aprenden por su utili-
con trastorno de lenguaje van desarrollando a lo dad para considerarse miembros activos de una
largo del tiempo estrategias compensatorias que comunidad y de una cultura determinadas.
les permiten resolver los problemas comunicativos Así pues, la búsqueda de satisfacción de la condi-
y responder a las demandas lingüísticas plantea- ción a) está totalmente justificada. Y desde luego lo
das en las interacciones comunicativas más fre- está como instrumento imprescindible para el análisis
cuentemente vividas; y esas estrategias se pueden del lenguaje espontáneo del niño. Esta condición, no
salir en mayor o menor medida de lo que es típico obstante, necesita datos obtenidos de la investigación
en el desarrollo. Como se trata de tomar una mues- llevada a cabo sobre el español.
tra del lenguaje espontáneo del niño en situacio- Y éste es el objetivo de este trabajo: ofrecer datos
nes naturales, es muy probable que dicha muestra sobre la evolución de la morfosintaxis procedentes de
tenga las características del lenguaje empleado en una investigación llevada a cabo con una muestra
las interacciones más frecuentes, en las que preci- suficientemente grande de niños hispanohablantes,
samente ese niño despliega más formas lingüísticas para su utilización en el análisis del lenguaje espontá-
compensatorias por ser más fácilmente compren- neo de los niños con dificultades de lenguaje. (Para
didas y aceptadas por los interlocutores; incluso se una información completa sobre toda la investiga-
han podido convertir en rutinas comunicativas ción, ver Fernández, 2002.)
muy eficaces. Y resulta ingenuo esperar que estas
estrategias se produzcan en cualquier situación. Es
evidente que el niño utilizará ésas y, en realidad
cualquier forma lingüística (esto nos lleva a la con- MÉTODO
dición b), en las situaciones en las que se han mos-
trado eficaces comunicativamente hablando. Participantes

De entre estas condiciones, la c) y la d) deberán ser Se grabó el lenguaje espontáneo de 50 participan-


evaluadas por el logopeda o el psicólogo del lenguaje tes (23 niñas y 27 niños) de tres años escolarizados en
que haga el análisis de la muestra de lenguaje espon- las escuelas infantiles dependientes de Bienestar
táneo, cuya validez aumentará en la medida en que el Social del Gobierno de Navarra, del Patronato Muni-
evaluador y los padres se transmitan fluidamente una cipal del Ayuntamiento de Pamplona y del colegio
información fiable acerca del lenguaje del niño exa- Santa María la Real, que fueron seguidos durante un
minado. año (hasta que cumplieron 4 años) cada 6 meses, es
En relación a la condición b), debe dejarse en prin- decir, en tres ocasiones.
cipio en el nivel de la discusión teórica, aunque su Los criterios de inclusión fueron:
importancia puede ser determinante en la acción
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logopédica. Por ejemplo, ¿es necesario plantear obje- • Fecha de nacimiento (± 1 mes).
tivos de intervención logopédica a partir de una • Desarrollo aparentemente normal del lenguaje. Los
secuencia de desarrollo típico que presuntamente se niños además no debían presentar problemas
da en todos los niños?, o bien ¿no estará más respal- visuales, auditivos ni motores.
dada por la teoría del desarrollo del lenguaje una • Niños cuya lengua materna fuera el castellano. Sin
estrategia basada en la resolución de demandas embargo, entre los 50 niños de la muestra, dos eran
comunicativas concretas en situaciones y con interlo- bilingües vasco-castellano y cuatro presentaron
cutores concretos? Sin embargo, es cierto que los bilingüismo imperfecto (tres vasco-castellano y
niños de una comunidad determinada adquieren su uno inglés-castellano), es decir, a veces uno de sus
lenguaje en unas condiciones sociales y por medio progenitores le hablaba en otra lengua.
de unas prácticas comunicativas (que las hacen posi-
bles y a las que dan forma) similares. Y este hecho La primera grabación se realizó cuando estos suje-
permite considerar la existencia de una secuencia tos tenían 3;0 (± 1 mes), la segunda a los 3;6, y la
típica de desarrollo, si no basada en una especie de última a los 4;0. Dichas grabaciones se componen de
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tres partes: juego con un adulto (20’), juego con otro En segundo lugar, las narraciones infantiles se
niño (15’) y situación de narración a partir de cuentos desarrollaron a partir de dos cuentos y dos series de
y fichas con un adulto (10’). Por lo tanto, cada niño fichas, cada una de ellas compuestas por cuatro dibu-
cuenta con nueve grabaciones (tres situaciones por jos. La primera serie representa a un niño que sale a
cada tramo de edad: 3;0, 3;6 y 4;0). jugar con un patinete y termina cayendo sobre un
En las dos situaciones en las que participaba un charco de agua. La otra serie trata sobre unos niños
adulto, éste fue el padre o la madre, excepto en que van al colegio. Los cuentos tratan dos situaciones
alguna ocasión en que tuvo que ser la investigadora. cotidianas y atrayentes en la vida de un niño2.
En la situación de juego niño-niño, a los 3;0 los 50 Finalmente, para la situación de interacción lúdica
niños se emparejaron entre ellos. Por lo tanto, lo entre dos niños se utilizó el barco pirata de Fisher-
hicieron con niños de edades similares. Sin embargo, Price3, con los accesorios necesarios para montarlo:
debido a que fue necesario llevar a cabo las grabacio- barca salvavidas, mástiles, arpón, cañón, etc.
nes en los domicilios de los niños en 37 casos, a los Las tres situaciones fueron grabadas con videocá-
3;6 y a los 4;0 sólo 23 participantes interactuaron con mara Sony CCD-V100E con trípode y un micrófono de
otro niño de igual edad. Los demás lo hicieron con pinza con cable largo para colocarlo lo más cerca
niños de edades considerablemente mayores (± 6 posible del niño. Posteriormente los datos se codifica-
años) o menores, hermanos sobre todo, y primos. ron y analizaron siguiendo el proyecto CHILDES pro-
Algo más de la tercera parte de los niños (36%) puesto por MacWhinney (1995) y con las especifica-
asistía a una escuela infantil desde antes del año; el ciones de Snow y Sokolov (1994).
42% inició su escolarización entre 1 y 2 años, y el
resto (22%) lo hizo en el tercer año de vida.
El 16% de estos niños eran hijos únicos, el 58% Procedimiento
tenían un hermano y el 26% tenían dos hermanos. De
los que tenían hermanos (84%), el 20% de los partici- Tras obtener los permisos oportunos se fue esta-
pantes en este estudio ocupaban el primer lugar, el bleciendo contacto telefónico con cada uno de los
8% estaban en el puesto intermedio, y el 56% eran padres para explicarles el proyecto. Una vez aceptado,
los pequeños. se les citaba para describirles cómo se iban a desarro-
El 48% de los padres de estos niños (46% de los llar las grabaciones (situación de juego libre). En la
padres y 50% de las madres) poseían estudios universi- entrevista se les aclaraba que se pretendía recoger el
tarios frente a un 36% (32% de los padres y 40% de las lenguaje de su hijo por mostrar un desarrollo típico,
madres) que había cursado estudios secundarios (bachi- puesto que el fin era describir su evolución entre los 3
ller o formación profesional), y a un 16% (22% de los y los 4 años. Se les indicaba que debían jugar con el
padres y 10% de las madres) que tenía los primarios. niño tal como lo hacen normalmente. Se les solici-
Lo ocupación de los padres era alta: en 44 de los casos taba que les instaran a hablar y que no les interrum-
trabajaban los dos padres, y en los seis restantes trabajaba pieran. Se les advertía para que evitaran hacer pre-
sólo el padre. Y su media de edad era de 37 años (rango: guntas cerradas que pudieran llevar a respuestas Rev Logop Fon Audiol 2007, Vol. 27, No. 3, 140-152
27-59) con una desviación estándar de 4 años. escuetas del tipo sí y no, ya que se pretendía describir
la riqueza lingüística de cada niño.
Todos los sujetos fueron grabados a los 3;0 en los
Material centros en los que se hallaban matriculados. A 13
niños se les pudo seguir grabando en sus colegios a
Se manipularon tres tipos de materiales depen- los 3;6 y a los 4;0. A los otros 37 se les tuvo que gra-
diendo, en cada situación de investigación, de los bar en sus casas en esas edades, lo que complicó un
objetivos propuestos.
En primer lugar, para la situación de interacción
1
comunicativa a través del juego entre el adulto y el © 1970, 1981 Fisher-Price Toys. Division of the Quarter Oats Company
3599, Daulille, Bélgica. *Trademarks of the Quaker Oats Company Fisher-
niño, se empleó la casa de Frisher-Price1, compuesta Price Toys licensed user.
por una vivienda de tipo rural de dos plantas con 2
Lissón, A.: Buenos días. Barcelona: La Galera; Pichel, R.: Fiesta en la
garaje; a la granja la acompaña diversos accesorios: nieve. Madrid: Hemma.
coche, columpio, etc. 3
©1995, Fisher-Price, Inc., East Aurora, New York.
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poco encontrar un niño de su misma edad para la tanto, en este trabajo se ha adoptado la guía de Siguán,
interacción niño-niño. Colomina y Vila (1990), junto a criterios gramaticales a
Todas las grabaciones fueron realizadas por la pri- partir de la acción observada en el niño. Es decir, la divi-
mera autora, que, para evitar ser un factor de distrac- sión del discurso oral en enunciados (cualquier produc-
ción, se colocó siempre tras la cámara interviniendo ción verbal con significado) se lleva a cabo por medio
en las conversaciones sólo cuando ello fue imprescin- de las pausas que el hablante hace entre ellos. Estas
dible, excepto en aquellos casos en los que tuvo que pausas, que deben ser apreciables, no supondrán divi-
ser ella la pareja del niño. Cuando éste se mostró sión de enunciados diferentes si están motivadas por la
especialmente tímido la investigadora salió de la sala. espera del niño a acompasar su acción a su habla, por
Posteriormente, todas las grabaciones tomadas se búsquedas activas de palabras, etc. Y para que esta divi-
transcribieron en formato CHAT, siguiendo el pro- sión se corresponda lo más exactamente posible a la
yecto CHILDES (Sokolov y Snow, 1994; MacWhinney, realidad, se debe ser exquisito en la observación de toda
1995; Díez-Itza, Snow y MacWhinney, 1999). Las la acción desplegada en las videograbaciones. Además,
transcripciones de todos los niños están disponibles no se consideran enunciados las repeticiones, las imita-
en la base de datos de CHILDES con el nombre de ciones exactas de un enunciado del interlocutor, las
FernAguado.zip (http://childes.psy.cmu.edu/data/Ro- interjecciones no lexicalizadas, las rutinas (canciones,
mance/Spanish). etc.). Las secuencias de nombres con continuidad
Una vez realizada la transcripción del lenguaje semántica se consideran un solo enunciado.
del niño y de sus interlocutores, se procedió al análi- Ya que estos criterios se prestan a un cierto nivel
sis de su dimensión morfosintáctica a partir de los de subjetividad, se seleccionaron al azar 4.413 enun-
siguientes componentes, en función de la edad y de ciados del total de las muestras para que fueran anali-
la situación de grabación (interacción con un adulto, zados por un profesional experto en lenguaje espon-
interacción con un niño, narración con un adulto): táneo, no implicado en esta investigación. El grado de
acuerdo entre los dos recuentos, expresado por el coe-
• El número total de enunciados. ficiente de correlación de Spearman, fue r = 0,998.
• El número total de verbos y su clasificación en fun- En relación a las medidas, la LME es una de las más
ción del tiempo verbal. conocidas y empleadas para el análisis de compleji-
• El número total de perífrasis verbales. dad tanto sintáctica como semántica (para más infor-
• El número total de oraciones subordinadas y su mación, ver Aguado, 1995; Serra y cols., 2000). Pro-
clasificación. porciona importantes datos en las primeras etapas de
la adquisición y el desarrollo del lenguaje. Sin em-
Los índices LME (longitud media del enunciado en bargo, no se halla exenta de problemas. El primero se
palabras), L-MÁX (longitud media de los cinco enun- refiere a su naturaleza cuantitativa. De este dato
ciados más largos) e ICS (índice de complejidad sin- numérico no se deriva, de un modo directo, informa-
táctica). ción cualitativa que refleje la riqueza lingüística del
La extracción de los datos se efectuó mediante sujeto, puesto que existen múltiples variables —inteli-
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los siguientes programas de CLAN del proyecto CHIL- gencia y afectividad, entre otras— que ejercen una
DES: KWAL, GEM, MLU y FREQ. marcada influencia. Del mismo modo, la utilidad de
Para hallar los índices mencionados es necesario esta medida sufre un valor techo. A partir de un índice
conocer el número de enunciados emitidos por los igual a cuatro, el aumento de palabras no implica
niños y sus interlocutores. Sin embargo, la identifica- necesariamente un incremento de la complejidad gra-
ción de los enunciados no está exenta de problemas: matical. Un número elevado de palabras —o morfe-
¿se toman en cuenta sólo las pausas como límites de los mas— no siempre refleja mayor complejidad que
enunciados?, ¿se adopta un criterio gramatical? En la menos palabras —o morfemas— estructuradas grama-
toma de muestras de lenguaje espontáneo de niños de ticalmente de un modo más complejo4. Sin embargo, a
2;6 o más se ha observado que el niño puede interrum-
pir su locución, por ejemplo, porque está esperando a 4
Por ejemplo la oración: La casa que tiene mi abuela es grande es gra-
que algo que está haciendo con el juguete produzca el maticalmente más compleja (puesto que implica una subordinada de
efecto deseado; y sería un error considerar las dos par- relativo) que la oración: Ésta es la casa de mi abuela María, que es
tes de esa locución como dos enunciados distintos. Por una oración simple, aunque ambas tengan ocho palabras.
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pesar de las críticas que recibe, es preciso tener en Tabla 1 Porcentajes de sujetos que emplea cada
cuenta que la LME es uno de los mejores indicadores tiempo verbal según la edad
del desarrollo estructural; y, aunque su valor predic-
tivo disminuye, sigue teniendo utilidad para otros
Tiempos y modos verbales 3;0 3;6 4;0
aspectos como son el emparejamiento de sujetos, la
comparación de dos o más grupos de aprendices, las Presente de indicativo 100 100 100
interacciones verbales de adultos y niños o de niños de Imperativo 100 100 100
diferentes edades, entre otros (Rondal y Ling, 2000).
Una variante de la LME es la L-MÁX, que simplifica Infinitivo 98 98 100
mucho el cálculo, puede calcularse sin necesidad de Pretérito perfecto compuesto
transcribir la muestra, y parece ser una medida sen- indicativo 98 (100) 96 (98) 100
sible al aumento de la complejidad morfosintáctica y Gerundio 82 (96) 94 (96) 100
del vocabulario.
El ICS se calcula dividiendo el número de oracio- Pretérito imperfecto
nes subordinadas más el número de formas compues- indicativo 72 (86) 90 (98) 94 (100)
tas del verbo (incluyendo las perífrasis) entre el Participio 54 (68) 66 (82) 78 (92)
número de enunciados (Siguán y cols.,1990; Rondal
Presente subjuntivo 54 (74) 66 (82) 84 (96)
y Ling, 2000; Aguado, 1995).
Pretérito perfecto simple 34 (54) 68 (84) 90 (96)
Futuro 26 (50) 38 (60) 46 (64)

DISEÑO Pretérito pluscuamperfecto


indicativo 0 0 (12) 12 (24)
Este trabajo puede definirse como un estudio des- Condicional simple 0 (4) 0 (0) 4 (14)
criptivo observacional longitudinal. Es decir, se basa Pretérito imperfecto
en la descripción del lenguaje oral espontáneo infan- subjuntivo 0 (2) 0 2 (14)
til a partir de su observación en una situación natural
a lo largo del crecimiento de los sujetos. Pretérito pluscuamperfecto
No pretende explicar el desarrollo lingüístico del subjuntivo 0 2 0 (2)
niño, sino describir cómo se produce entre los 3 y los Los porcentajes libres señalan el % de niños que los emplean dos
4 años, en intervalos de 6 meses. veces o más en enunciados diferentes.
Los porcentajes entre paréntesis señalan el % de niños que los
Se ha optado por la observación porque es el método
emplean sólo una vez.
científico más adecuado para la obtención de informa-
ción acerca de un determinado acontecimiento, tal y
como éste se produce (Behar, 1991; Rodríguez, Gil y Gar-
cía, 1996). Su aplicación se realiza dentro del contexto todos los demás cálculos estadísticos que han hecho
posible la construcción de dichas tablas y gráficas.
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usual en el que surgen los fenómenos de interés para el
investigador, que es un mero espectador de la situación,
puesto que no interviene (León y Montero, 1997).
Verbos

En la tabla 1 se muestra el porcentaje de niños en


RESULTADOS los que se ha observado la producción de las distin-
tas formas verbales.
Se muestran sólo los datos referidos al lenguaje de El uso de los tiempos verbales se incrementa,
los niños. A partir de ellos se han confeccionado tablas especialmente los referidos al pasado (pretérito per-
y gráficas que permitan comparar directamente el fecto compuesto, pretérito imperfecto y pretérito
lenguaje del niño, y obtener una valoración cuantita- perfecto simple) y a las formas no personales (infini-
tiva y cualitativa del momento evolutivo de la morfo- tivo, gerundio y participio). En menor medida tam-
sintaxis de ese niño concreto. Por ello, se han omitido bién aumentan los tiempos de futuro y del modo sub-
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juntivo. Es decir, si hasta los 2;6 el niño se comunica Tabla 2 Porcentajes de sujetos que construye
principalmente a través del presente, entre los 3;0 y oraciones subordinadas por edades
los 4;0 desarrolla sobre todo los tiempos de pasado y
las formas no personales del verbo. Oraciones subordinadas 3;0 3;6 4;0
En cuanto a estas últimas, es importante señalar
Circunstancial de causa 68 (86) 88 (94) 98 (100)
que su aumento se debe, en parte, al uso cada vez
mayor de las perífrasis verbales en el lenguaje oral. De Circunstancial final 64 (90) 76 (92) 86 (98)
hecho, doblan prácticamente su número durante el Sustantiva de objeto directo 60 (84) 76 (92) 86 (96)
año estudiado: 1.249 a los 3;0, 1.811 a los 3;6 y 2.277
a los 4;0. Además de ser más numerosas en cantidad, Adjetiva 58 (86) 72 (94) 74 (90)
se construyen con los tiempos de presente, pasado y Circunstancial de modo 22 (46) 50 (62) 52 (80)
futuro. Las primeras son las únicas que aparecen en el
Circunstancial de lugar 4 (24) 28 (48) 34 (52)
lenguaje del niño de 2;6, mientras que los otros dos
tipos surgen entre los 3;0 y los 4;0. Por otro lado, el Circunstancial de tiempo 16 (28) 22 (48) 22 (46)
incremento de las perífrasis se relaciona con la expre- Circunstancial de condición 10 (36) 18 (34) 24 (56)
sión de la intencionalidad. Parece ser que el niño de
Sustantiva interrogativa
4;0 es capaz de precisarla a través de la expresión de
adverbial 2 (8) 8 (30) 16 (30)
su actitud proposicional.
En relación con la situación (juego o narración) Circunstancial concesiva-
existen diferencias en las formas verbales empleadas. consecutiva 0 (6) 6 (16) 10 (42)
Concretamente, en la narración, por sus propias Sustantiva interrogativa
características, se dan más formas del pasado (preté- con si 6 (26) 8 (28) 4 (34)
rito perfecto simple a los 3;0, éste y pretérito imperfec-
Sustantiva de sujeto 4 (12) 8 (14) 2 (16)
to indicativo a los 3;6, y a los 4;0); el pretérito per-
fecto compuesto se da desde los 2;6 en cualquier Sustantiva interrogativa
situación como expresión del pasado reciente. En con qué 2 (12) 6 (20) 4 (12)
la situación de juego también aumentan los verbos Circunstancial comparativa 0 (8) 0 (4) 0 (12)
en pasado, pero en menor proporción que en la na-
Los porcentajes libres señalan el % de niños que las emplean dos
rración. También se observa en ésta una mayor utili- veces o más.
zación del gerundio, en perífrasis que expresan conti- Los porcentajes entre paréntesis señalan el % de niños que las
nuidad, y del participio en las que expresan el aspecto emplean sólo una vez.
perfectivo.

Oraciones subordinadas una subordinada), al contrario de lo que ocurría a los


2;6, edad en la que las oraciones subordinadas eran
Rev Logop Fon Audiol 2007, Vol. 27, No. 3, 140-152

Existen pocos trabajos dedicados a la evolución parte de las emisiones del adulto (excepto las sustan-
de la subordinación a partir del estudio longitudi- tivas y las adjetivas).
nal de muestras espontáneas de habla, tanto en len- En la tabla 2 se muestra el porcentaje de niños que
gua inglesa como española, y, además, la mayor produce las distintas oraciones subordinadas observa-
parte de la investigación se centra en las primeras das en las muestras de lenguaje.
fases del proceso de adquisición del lenguaje (los Durante el año estudiado, el total de oraciones
trabajos contenidos en Bloom, 1991; Serra y cols., subordinadas se incrementa con la edad. Según la
2000; Pérez-Leroux, 2001; Aparici, Serrat, Capdevila prueba t de Student, dicho aumento es significativo
y Serra, 2001). cada 6 meses en el total de oraciones subordinadas
A partir de los 3;0 la confección de diversos tipos (3;0-3;6: t = - 3,868, p = 0,000; 3;6-4;0: t = - 2,815,
de subordinación, que irá perfeccionándose paulati- p = 0,007). Sin embargo, no aparecen más tipos de
namente, se hace más frecuente. En este momento oraciones, sino que aumenta su frecuencia de uso,
los niños componen la mayor parte de las oraciones reflejándose la tendencia a utilizarse con la misma
subordinadas ellos solos (con una oración principal y proporción las distintas clases de subordinadas. Así, la
146 56
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AGUADO ALONSO DE NIÑOS HISPANOHABLANTES

subordinación supone el 5,92% de los enunciados a 14


los 3;0, el 8,16% a los 3;6, y el 10% a los 4;0. 12,47
12
En relación con la situación, se observa que el uso
11,07 10,56
de las oraciones adjetivas se da prácticamente sólo 10
9,62
durante la narración desde los 3;0, lo mismo que las 9,07 8,65
circunstanciales de tiempo desde los 3;6. Este dato 8 +1 d.e.

L-MÁX
7,51 media
resulta interesante para la programación de la inter- 7,07
6 –1 d.e.
vención en morfosintaxis. A los 4;0, de la mano de 5,4
un mayor dominio de la técnica narrativa, aparecen 4
otras oraciones en la narración: interrogativas con
2
«qué» y finales con el verbo en subjuntivo.
0
3;0 3;6 4;0
LME EDAD

Figura 2 Evolución de la longitud media de los cinco


Para el cálculo de la LME, además de tener en enunciados más largos.
cuenta los criterios señalados más arriba, se elimina-
ron aquellas emisiones compuestas tan sólo por sí, no
o vale.
En la figura 1 se muestran los valores de la LME en 4,669, p = 0,000; 3;6-4;0: t = - 6,223, p = 0,000). Es
función de la edad. Para dar a este gráfico un mayor decir, la LME crece significativamente con la edad
alcance se le ha añadido la LME observada en una del niño.
muestra de 35 niños de 2;6. Esta LME se ha extraído No obstante, en los niños que a los 3;0 mostraron
del estudio de Aguado (1995); para su cálculo y para una LME más alta (4.º cuartil) no se encontró una dife-
la identificación de los enunciados se tuvieron en rencia significativa entre su LME a los 3;0 y la de los
cuenta los mismos criterios que los utilizados en la 4;0, según la prueba de Wilcoxon (T13 = -1,804, ns).
presente investigación.
A partir de los datos presentados en la figura 1,
se observa un aumento de la LME con la edad, así L-MÁX
como un ligero descenso de la desviación estándar.
Se ha calculado la t de Student para muestras rela- La longitud media de los cinco enunciados más lar-
cionadas en las edades 3;0, 3;6 y 4;0, y existen dife- gos también aumenta linealmente con la edad (fig. 2).
rencias significativas cada 6 meses (3;0-3;6: t = - Y en este caso, también las diferencias, calculadas por
medio de la t de Student, entre la L-MÁX de distin-
tas edades son significativas (3;0-3;6: t = -4,788,
5
p = 0,000; 3;6-4;0: t = -5,493, p = 0,000).
4,5 4,45
Rev Logop Fon Audiol 2007, Vol. 27, No. 3, 140-152

4 4,07
Además, los sujetos con puntuación más alta a los
3,91
3,5 3,57
3,77 3;0 en la L-MÁX la incrementan significativamente a
3,5 3,37
3 3,11 +1 d.e. los 4;0, según la prueba de Wilcoxon (T13 = -2,761,
2,87 2,93
p < 0,01), lo que no ocurría con la LME, como ya se ha
LME

2,5 2,45 media


2 2,17 señalado. También se ha encontrado que este índice
–1 d.e.
1,5 es mayor en la situación de juego con el adulto que
1 en las otras situaciones a los 3;0 y a los 4;0.
0,5
0
2;6 3;0 3;6 4;0 ICS
EDAD

Figura 1 Evolución de la longitud media de En la figura 3 se muestra la evolución del índice de


enunciado. complejidad sintáctica. Para dar a este gráfico un
mayor alcance se le ha añadido el ICS observado en
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AGUADO ALONSO DE NIÑOS HISPANOHABLANTES

0,4
Tabla 3 Correlación entre las medidas en función de
0,35 0,36 la edad
0,32
0,3
0,28 L- L- L-
0,27 LME LME ICS ICS ICS
0,25 MÁX MÁX MÁX
0,23 +1 d.e. 3;6 4;0 3;0 3;6 4;0
0,2 0,2 media 3;0 3;6 4;0
ICS

0,18 –1 d.e.
0,15
0,16 LME 0,573 0,585 0,842 0,456 0,480 0,925 0,374 0,499
0,14 3;0 0,000 0,000 0,000 0,001 0,000 0,000 0,009 0,000
0,1 0,11
0,09 LME 0,663 0,405 0,760 0,506 0,573 0,849 0,538
0,05 0,05 3;6 0,000 0,004 0,000 0,000 0,000 0,000 0,000
0 LME 0,359 0,441 0,720 0,582 0,557 0,880
2;6 3;0 3;6 4;0 4;0 0,011 0,002 0,000 0,000 0,000 0,000
EDAD ICS 0,400 0,306 0,760 0,329 0,330
3;0 0,005 0,033 0,000 0,022 0,020
ICS 0,387 0,421 0,711 0,365
Figura 3 Evolución del índice de complejidad
3;6 0,007 0,003 0,000 0,012
sintáctica.
ICS 0,435 0,392 0,625
4;0 0,002 0,006 0,000
L-
0,443 0,535
una muestra de 35 niños de 2;6. Este ICS se ha MÁX
0,002 0,000
extraído del estudio de Aguado (1995); para su 3;0
cálculo y para la identificación de los enunciados se L-
0,519
tuvieron en cuenta los mismos criterios que los utili- MÁX
0,000
3;6
zados en la presente investigación.
En cuanto a la evolución del ICS con la edad, se En cada cuadro el primer número corresponde a la correlación
de Pearson y el segundo a la significación.
constata, por medio de la t de Student, que aumenta
significativamente entre los 3;0 y los 4;0 cada 6
meses (3;0-3;6: t = - 3,292, p = 0,002; 3;6-4;0:
t = 3,461, p = 0,001). Sin embargo, como en la LME, morfosintáctica (Díez-Itza y Pérez Toral, 1993). En
el aumento del ICS entre los 3;0 y los 4;0 no es signi- este momento el niño se halla escolarizado y se
ficativo en los niños que a los 3;0 se encontraban en somete al cambio que supone su paso del primero al
el 4.º cuartil (prueba de Wilcoxon: T13 = -0,784, ns). segundo ciclo de la Educación Infantil. De ello se
deriva el interés por conocer cuál es su grado de
desarrollo lingüístico y cómo transcurre a través del
Relación entre LME, L-MÁX e ICS tiempo.
Por otro lado, se hace necesario identificar crite-
Las tres medidas correlacionan significativamente
Rev Logop Fon Audiol 2007, Vol. 27, No. 3, 140-152

rios de normalidad en el desarrollo del lenguaje en


entre ellas en todos los tramos de edad (tabla 3). Los función de la edad para poder valorar los posibles
coeficientes de correlación van desde r = 0,306, retrasos o trastornos; y, tal como se señala en la intro-
p = 0,033 entre el ICS a los 3;0 y el ICS a los 4;0, hasta ducción, ése es el objetivo de este trabajo.
r = 0,925, p = 0,000 entre L-MÁX a los 3;0 y LME a los Verbos. El verbo como núcleo oracional es de
3;0. suma importancia en todas las lenguas. En español,
además, es esencial por la información que aporta
—persona, número, tiempo, aspecto, modo y conju-
gación— y su complejidad implícita, puesto que esta
DISCUSIÓN lengua se caracteriza por la riqueza de su sistema
verbal y su capacidad de síntesis flexiva (Johnson,
El período de edad que discurre entre los 3 y los 4 1996; Mueller Gathercole, Sebastián y Soto, 1999).
años es especialmente importante en el lenguaje Así pues, la morfología que lo acompaña en espa-
infantil porque abarca una etapa de gran eclosión ñol hace que el estudio de su adquisición sea una
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tarea imprescindible para explicar cómo llegan los ocurre en el estudio de Aparici y cols. (2001). En
niños al dominio del sistema gramatical de su len- dicho trabajo aparece como la primera oración sub-
gua (Aguado, 1995). ordinada la compuesta por una forma conjugada
La secuencia que se muestra en la tabla 1 es la de un verbo (el más frecuente es el verbo «querer»)
misma que se ha encontrado en otros estudios. Las seguida de un infinitivo. En nuestro estudio la cons-
primeras formas ya se encuentran plenamente esta- trucción «querer + infinitivo» ha sido considerada
blecidas entre los 2;6 y los 3;0 (Hernández Pina, 1984; como perífrasis, en la que la acción verbal (del verbo
Aguado, 1988, 1995; Cortès y Vila, 1991; Serrat y en infinitivo) adopta un aspecto modal de volun-
Serra, 1996). tad. Quizás sea el verbo «querer» el que menos se
A partir de 3;0 y hasta 4;0, los cambios evolutivos gramaticaliza hasta convertirse en semiauxiliar, pero
observados en el estudio de Johnson (1996) acerca de el carácter de fórmula, y, por tanto, de su aprendi-
la evolución del tiempo y el aspecto muestran que la zaje como unidad, de esta expresión permite consi-
variabilidad semántica es limitada con respecto al derarlo como perífrasis. En cualquier caso, en este
tiempo verbal en las emisiones infantiles, como ya lo estudio también se constata que este tipo de cons-
era a los 2;6 años (Aguado, 1995). Es decir, las for- trucción es el más empleado.
mas verbales progresivas se asocian casi exclusiva- Las circunstanciales de modo, lugar, tiempo y con-
mente con verbos de actividad sin fin inherente, dición también tienen una presencia notable, sobre
mientras que los tiempos de pretérito perfecto simple todo a partir de 3;6. Estas mismas construcciones,
y compuesto se encuentran relacionados con sucesos excepto la de lugar, son las que empezarían a apare-
télico-puntuales. cer en la segunda etapa de Aparici y cols. (2001) a
Dicha correlación, entre morfología temporal y partir de 2;10.
semántica del verbo, provoca que los niños hagan LME. En relación con la LME tradicionalmente se
conjeturas acerca del significado de los verbos basán- ha considerado que sufre un efecto techo. Es decir,
dose en su estructura sintáctica (Naigles y Hoff-Gins- deja de ser una buena medida de desarrollo gramati-
berg, 1998). Entre los 2 y los 4 años emplean la sin- cal hacia los 3 años aproximadamente, que es la edad
taxis para ampliar el significado de los verbos aproximada en la que Sarah y Adam (dos de los tres
familiares. De este modo, forman enunciados que niños de Harvard, del clásico estudio de Brown, Caz-
contienen dichos verbos familiares presentados en den y Bellugi, 1969) alcanzaban el estadio V de su
estructuras nuevas o gramaticalmente incorrectas secuencia del desarrollo gramatical. En la misma
para un adulto (Naigles y Kako, 1993). Sin embargo, línea, existen estudios (Bloom, Miller y Hood, 1975;
se debe ser crítico en la aplicación de los datos obte- Scarborough, Rescorla, Tager-Flusberg, Fowler y Sud-
nidos en inglés al lenguaje de niños hispanohablan- halter, 1991) que muestran que la LME correlaciona
tes. En efecto, mientras los hablantes ingleses presen- más débilmente cuando excede los 3 o 4 morfemas,
tan dificultades hasta muy tarde en la adquisición de que durante los estadios más tempranos del desarro-
las reglas morfológicas, en español se emplean más llo del lenguaje.
tempranamente y rara vez se oyen formas no marca- No obstante, nuestro trabajo muestra que la LME Rev Logop Fon Audiol 2007, Vol. 27, No. 3, 140-152
das en el input, lo que proporciona al niño una mayor aumenta cada 6 meses entre los 3;0 y los 4;0. De
experiencia con la variación flexiva (Bedore y Leo- hecho, dicho crecimiento, aunque es relativamente
nard, 2000). pequeño, ya que no supone, referido a la media, ni
Oraciones subordinadas. En relación con estas siquiera el aumento de una palabra, e incluso podría
oraciones, como entre las formas verbales, existe decirse que no tiene significación práctica, se apoya
una estrecha relación entre orden de aparición y también en un estudio que se ha realizado con 25 de
frecuencia de uso. Las cuatro primeras formas de los 50 niños de nuestra muestra (Pascual, Aguado,
oración compleja son las mismas que las observadas Sotillo y Masdeu, 2007), en el que se comprueba que
por Aparici y cols. (2001) en su muestra de 10 niños entre los 4;0 y los 5;0 sigue aumentando la LME.
en la que estos autores llaman primera etapa, y las De acuerdo, pues, con los datos presentados en el
mismas que el 50% de los 35 niños de 2;6 (Aguado, presente trabajo, la LME aumenta entre los 3;0 y los
1995, p. 242) ya utilizaban. Si se sumaran a las ora- 4;0, para la mayoría de los sujetos (75%). Además,
ciones de objeto directo las interrogativas indirectas junto al aumento de la LME se da un aumento en el
con «si» y con «qué» sería la más frecuente, como resto de los demás índices. El lenguaje del niño se
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AGUADO ALONSO DE NIÑOS HISPANOHABLANTES

hace más complejo con el tiempo y sus enunciados CONCLUSIONES


más largos. Todavía a los 3;0 y a los 4;0 más canti-
dad se corresponde con mayor complejidad lingüís- Los datos que se presentan en este trabajo, en
tica. forma de tablas y gráficos, muestran la evolución de
Sin embargo, el hecho de que los niños con mayor la dimensión morfosintáctica del lenguaje de niños
LME a los 3;0 no mostraran un aumento significativo hispanohablantes con desarrollo típico, en una edad
de esta medida entre los 3;0 y los 4;0 abonaría en (2;6 y 3;0 hasta 4;0) de notable crecimiento en esta
alguna medida, la hipótesis del efecto techo de esta dimensión. De hecho, este crecimiento es significativo
medida a partir de aproximadamente cuatro pala- de 6 en 6 meses. La aplicación de estos datos al análi-
bras por enunciado. sis de muestras de lenguaje espontáneo, que es para
L-MÁX. Mientras la LME «como promedio del lo que se presentan en este trabajo, exige, no obs-
enunciado, tiene una fuerte tendencia central, el tante, algunas precisiones.
cálculo de L-MÁX puede ofrecer una visión comple- La primera es que parece evidente que estos datos
mentaria de la dispersión de la longitud de los enun- sólo son aplicables cuando la muestra de lenguaje ha
ciados» (Siguán y cols., 1990: 57). Como afirman estos sido tomada en las tres condiciones descritas: juego
autores, con su cálculo se obtiene una idea más pre- con adulto, juego con otro niño y narración con ayuda
cisa de la variación existente en la complejidad y en la de imágenes. A pesar de que estas situaciones abarcan
longitud de los enunciados. De hecho, en los resulta- una buena parte de la actividad del niño, hay otras
dos presentados se observa que el incremento cada 6 formas de recoger muestras de lenguaje espontáneo
meses de la L-MÁX es mayor que en la LME. Es decir, como el recontado (Maggiolo, Pavez y Coloma, 2003),
los enunciados más largos del niño siguen aumen- las preguntas a partir de la intervención del niño
tando en función de la edad. Y además, ninguno de (Moreno, 2003), la entrevista guiada (Serra, Aguilar y
los grupos de niños, divididos en función de su L-MÁX Sanz, 2002), los protocolos, como el AREL (Giró, López
a los 3;0, muestra un efecto techo en esta medida. y Pérez, 2003). El empleo de unas u otras formas y
ICS. El ICS puede considerarse la mejor medida de construcciones morfosintácticas no es independiente
la complejidad sintáctica. En español el elemento de la situación. Ya se han señalado en los resultados
esencial de todo enunciado es el verbo, no sólo por- estas diferencias. Por tanto, será necesario disponer de
que es el que hace que una emisión tenga carácter de muestras del lenguaje del niño, cuyo lenguaje se vaya
oración, sino porque aporta mucha información gra- a analizar, en las tres situaciones descritas.
matical como el género, el número, el aspecto, el La segunda precisión tiene que ver con qué se
tiempo y el modo. Además, dentro de las oraciones, considera típico, con cuáles son los criterios que
aquéllas que responden a la complejidad de la len- hagan que el logopeda deba tomar una decisión en el
gua son las subordinadas porque favorecen la unión sentido de intervenir, de «esperar y ver», de no inter-
entre varias oraciones, así como el dominio de cier- venir y evaluar más adelante, etc. No es fácil respon-
tos tiempos verbales y de las conjunciones. El número der a esta cuestión. Ya que las formas verbales y las
de enunciados aporta valiosa información acerca de oraciones subordinadas se agrupan con claridad en
Rev Logop Fon Audiol 2007, Vol. 27, No. 3, 140-152

la cantidad de habla. Y todos estos elementos son conjuntos relativamente homogéneos en función de
recogidos en la fórmula del ICS, aportando por tanto la frecuenbcia de uso, se puede sugerir, como princi-
en una sola medida una gran cantidad de informa- pio general, que se considere como típico el lenguaje
ción. de un niño cuyas construcciones son las que el 50% o
El hecho de que, lo mismo que en la LME, el grupo más de los niños (de la edad de que se trate) de la
con un mayor ICS a los 3;0 no muestre un aumento muestra emplean al menos dos veces (porcentajes
significativo entre los 3;0 y los 4;0 parece indicar que libres de las tablas 1 y 2), y, por otra parte, cuyos índi-
el desarrollo de la morfosintaxis se ralentiza proba- ces están en la media o por encima de ella en los grá-
blemente como consecuencia de la satisfacción de las ficos 1, 2 y 3. Con los niños cuyas construcciones ver-
demandas planteadas en las interacciones comuni- bales y oracionales sean menos que las consideradas
cativas. Entonces, son los niños con menos desarrollo típicas deberá plantearse si se espera un tiempo para
los que muestren un aumento significativo de la volver a evaluar, tras la introducción de alguna modi-
complejidad sintáctica para lograr ese éxito comuni- ficación en su entorno significativo, en el caso en que
cativo. esa menor frecuencia sea moderada, o se programa
150 60
FERNÁNDEZ VÁZQUEZ Y MEDIDAS DEL DESARROLLO TÍPICO DE LA MORFOSINTAXIS PARA LA EVALUACIÓN DEL LENGUAJE ESPONTÁNEO
AGUADO ALONSO DE NIÑOS HISPANOHABLANTES

una intervención más específica, en el caso en que las Díez-Itza, E. y Pérez Toral, M. (1993). Adquisición de las catego-
construcciones constatadas sean realmente muy rías morfosintácticas del español. Aula abierta, 61, 79-102.
Díez-Itza, E., Snow, C. y MacWhinney, B. (1999). La metodolo-
pocas. En relación con los índices, la decisión de gía RETHAME y el proyecto CHILDES: breviario para la
«esperar y ver», con modificaciones en las prácticas codificación y análisis del lenguaje infantil. Psicothema,
comunicativas del entorno significativo, se adoptaría 11, 517-530.
cuando dichos índices están entre la media y –1d.e., y Fernández, M. (2002). El desarrollo morfosintáctico de los tres
a los cuatro años: un estudio longitudinal. Tesis doctoral,
la intervención debería programarse cuando dichos Universidad de Navarra.
índices están por debajo de –1d.e. Giró, M., López, C. y Pérez, E. (2003). Intervención en un caso
En la mayoría de los casos, el análisis de muestras con trastorno específico del lenguaje. Revista de Logope-
dia, Foniatría y Audiología, 23, 223-230.
de lenguaje espontáneo se hará a niños con alguna Hernández-Pina, F. (1984). Teorías psicosociolingüísticas y su
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los datos presentados en este trabajo será suficiente Johnson, C.M. (1996). Desarrollo morfosemántico del verbo
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