Principio de la beneificiendia en enfermos terminales
Docente: Integrante: Dra. María Alejandra Alvarado 47. Ana Gabriel Piero Garcia 28.084.544
Desde mi perspectiva, preponderante se deben mencionar los principios en los
que se fundamenta la Bioética médica, los cuales son: No maleficencia: no se puede hacer mal a otro. Beneficencia: se ha de procurar el mayor bien del otro. Autonomía: se ha de respetar la libertad de las personas. Justicia: se ha de tratar a todos por igual
Ahora bien, en el cotidiano ejercicio de la profesión médica cuando se atiende a
una persona en situación de enfermedad terminal, no se debe olvidar que este tiene derecho a los cuatro principios anteriormente mencionados; sin embargo, el enfoque del presente ensayo se va a centrar en el principio de la beneficiencia, el cual se basado en un enfermo terminal, el cual se define como un paciente que, aunque no exista un tratamiento con la finalidad curativa, se intente dar una solución integral a sus problemas, tanto físicos como sicoemocionales, sociales y espirituales. Básicamente este principio alude a que el médico tratante debe tomar una decisión en cuestion a la vida del paciente pero sin contar con su consentimiento. Desde esta perspectiva, se puede observar que muchas personas estan en desacuerdo con este principio; un primer obstáculo al analizarlo, surge como consecuencia de que se desestima la opinión del paciente, siendo el primer involucrado y afectado por la situación, prescindiendo de su opinión debido a su falta de conocimientos médicos. No obstante, las preferencias individuales entre médicos y pacientes pueden discrepar respecto a las apreciaciones de qué es perjuicio y qué es beneficio en estos últimos. Por ello, es difícil defender la primacía de este principio, pues si se toman decisiones médicas desde éste, se dejan de lado otros principios válidos como la autonomía o la justicia. En correspondencia, la supuesta beneficencia del acto médico ante la enfermedad sin posibilidad de curación que progresa de forma irremediable a la muerte es muy relativa, ya que la lìnea que existente entre perjuicio y beneficio resulta de muy dificil discernimiento y muchas veces dependerá del propio criterio del enfermo, de su concepción de la vida, incluso, de los valores personales que le hayan inculcado en su hogar; aspectos que deben ser considerados por el personal asistencial; por ejemplo: ¿beneficia o perjudica la colocación de una sonda nasogástrica para nutrir a un enfermo en situación terminal?. No es posible dar una respuesta a esta pregunta si no se conoce la opinión del enfermo (de ahí la estrecha relación que hay entre los principios de beneficencia y autonomía) y si no se estudia el caso concreto detenidamente desde un punto de vista interdisciplinar. Sin embargo, ante una enfermedad con tratamiento curativo, este dilema no se puede plantear, o se plantea con mucha menor intensidad, ya que está más clara la frontera existente entre lo que beneficia y lo que perjudica al paciente. Ahora citando los derechos del enfermo terminal: Tiene derecho de ser tratado como un ser humano vivo hasta el momento de su muerte. Tiene el derecho de mantener una esperanza, cualquiera que sea ésta. Tiene el derecho de expresar a su manera sus sentimientos y sus emociones por lo que respecta al acercamiento de su muerte. Tiene el derecho de obtener la atención de médicos y enfermeras, incluso si los objetivos de curación deben ser cambiados por objetivos de confort. Tiene el derecho de no morir solo. Tiene el derecho de ser liberado del dolor. Tiene el derecho de obtener una respuesta honesta, cualquiera que sea su pregunta. Tiene el derecho de recibir ayuda de su familia y para su familia en la aceptación de su muerte. Tiene el derecho a morir en paz y con dignidad. Tiene el derecho a conservar su individualidad y de no ser juzgado por sus decisiones, que pueden ser contrarias a las creencias de otros. Tiene el derecho de ser cuidado por personas sensibles y competentes que van a intentar comprender sus necesidades y que serán capaces de encontrar algunas satisfacciones ayudándole a enfrentarse con la muerte. Tiene el derecho de que su cuerpo sea respetado después de su muerte. En éste orden de ideas, preponderantemente se debe citar la existencia de errores inevitables y evitables que cometen los médicos al momentos de tomar sus decisiones, como también del no cumplimiento de este principio. Los medicos se basan más que todo en razonamientos prácticos, se fundamentan en la deliberación y en la prudencia pero, en tanto, debe también fijarse en las percepciones del paciente, no siempre objetivables y, en base a éstos, tiene que tomar sus decisiones al momento de suministrar el tratamiento. Es preciso aceptar la posibilidad de error, dado el grado de incertidumbre en el que nos movemos al tomar decisiones médicas. Aprender de errores propios o ajenos, puede servir para evitar, en lo posible, su repetición futura. Entonces se puede acotar que los errores evitables son aquellos que tienen lugar al decidir por excesiva precipitación durante el acto médico, o por ausencia de formación continuada y menos frecuentes (aunque son los que más se descubren), por negligencia profesional. Tradicionalmente, se ha entendido que la beneficencia comenzaba por no hacer daño. En el momento actual, el cuerpo de conocimientos científico-técnicos, con sus riesgos de procedimientos invasivos, ha ampliado mucho el conocimiento de situaciones en la que se puede actuar causando mal, incluso sin pretenderlo. Así pues, el antiguo principio de beneficencia se complementa hoy con el de no- maleficencia. Habiendo mecionado esto, ya que todo influye al momento del médico aplicar el principio de Beneficiencia en enfermos terminales, basando tanto la cientifico como en lo moral, escuchando a su paciente en todas sus opiniones aunque estas no sean siempre cuerdas o no vayan con la etica y/o moral del médico. Se puede concluir que como futuros médicos debemos que tener en cuenta muchos aspectos para protegernos tanto a nosotros como a los pacientes que estaremos viendo, escuchándolos y respetando todas sus opiniones y puntos de vista, ya que estas son tan importamtes como las que los médicos puedan llegar a aportar. Practicar en buena forma los principios de la Bioética médica y siempre tener en cuenta los errores que se puden llegar a presentar.