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Derechos de los pueblos

El Arco Iris en el Cielo Mexicano: los pueblos


indígenas 1

La Telaraña

Bebeagua, sacerdote de los Sioux, soñó que seres jamás


vistos tejían una inmensa telaraña alrededor de su
pueblo. Despertó sabiendo que así sería, y dijo a los
suyos: Cuando esa extraña raza termine su telaraña, nos
encerrarán en casas grises y cuadradas, sobre tierra
estéril, y en esas casas moriremos de hambre.
2
Eduardo Galeano

La invisibilidad del otro

El problema indígena en México y otros países del continente ha sido y es una


cuestión de justicia. En él están en juego derechos eonómicos, derechos sociales,
derechos culturales y derechos políticos, todos expresiones del derecho a la
existencia. Hoy, los indígenas se encuentran en tal condición de desventaja que
mueve a muchos a la caridad o al desdén cuando basta que reciban, como cualquier
ser humano, respeto y apoyo. 3

El experto argentino, Bernardo Kliksberg, coordinador general del Instituto


Interamericano de Desarrollo Social (organismo creado por el Banco Interamericano
de Desarrollo, el BID) advirtió en diciembre de 1995 que América Latina es la región
del mundo que presenta mayor desigualdad: la pobreza es la principal causa de
muerte de 1,5 millones de personas al año, 44% de la población (unas 455,2 millones
de personas) padece algún grado de desnutrición, '40 millones de indígenas viven por
debajo de la linea de la miseria'. 4 Una vez más se reconoce que los primeros pueblos
de América son los pobres entre los pobres. En palabras de Pronasol 'las zonas
rurales del país acusan una situación aún más preocupante que la de las zonas
marginales urbanas ... las regiones indígenas son las más afectadas ...' 5

La injusticia social hacia los indígenas no se expresa únicamente en cifras (por crudas
que sean) ni en variables económicas. La historia demuestra que el desarrollo
económico y el desarrollo cultural son complementarios. Las civilizaciones con una
sólida base económica están en aptitud de difundir su lengua, sus creencias, sus
costumbres y sus conceptos sobre la verdad, la moral y la belleza hasta hacerlos

1
Recopilación de Frans Limpens (1996) de información básicamente del INI, para la Antología de
Derechos Humanos utilizada en el tronco común de la Universidad Autónoma de Puebla. El título
parafrasea 'Cinco siglos de prohibición del arco iris en el cielo americano', título de un artículo
periodístico de Eduardo Galeano.
2
Galeano, Eduardo. Memoria del Fuego. I. Los nacimientos. México - España, Siglo XXI, 1982, p. 48.
3
Ovalle Fernández, Ignacio, De la aldea al mundo en INSTITUTO NACIONAL INDIGENISTA, INI 40
años, México, 1988, p.41- 80.
4
La Jornada, viernes 15 de diciembre, 1995, p. 68 y 60.
5
La Jornada, La Jornada del Campo, martes 27 de octubre de 1992, p. 7.

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parecer de validez universal. Igualmente, sólidos elementos de identidad en una
comunidad humana, por su fuerza cohesionante, pueden contribuir a la eficiencia y
crecimiento de un sistema económico. Desarrollo económico y desarrollo cultural se
refuerzan recíprocamente.

Sin embargo, para mucha gente las penurias de los indígenas se originan en sus
creencias 'retrasadas' y costumbres 'inferiores'. Para otros, las diferencias de culturas
son un estorbo para la lucha unificadora contra las injusticias sociales. Como puede
apreciarse, es realmente severo el asedio a que están sometidas las culturas
indígenas. De una parte, la realidad económica les niega oxígeno para desenvolverse
y, por la otra, muchos de quienes buscan cambiar las cosas para mejorar la condición
del indígena lo primero que proponen es que el indígena desaparezca. 6

En nuestras sociedades modernizantes el indígena parece un anácronismo, realmente


está fuera de lugar y se vuelve invisible. Cuando mucho aparece como inadaptado que
debe integrarse lo antes posible al modelo occidental de desarrollo tecnológico de la
'gente de razón'.

Algunos románticos ven en el indígena el 'salvaje auténtico y puro'. Los ecologistas lo


admiran por 'guardián de la naturaleza'. Pero normalmente le negamos su identidad y
complejidad como 'otro'. Nos incomodamos ante sus ideas, valores y prioridades
diferentes, cuestionando nuestras seguridades y los axiomas y fundamentos de
nuestra cultura.

No nos gusta vernos cuestionados. Es más cómodo cerrarnos los ojos y volver
'invisible' al otro. Es muy facil taparnos los oídos y pretender que no hay interlocutor.
Sin embargo, el 'otro' México existe. No sólo uno, ... hay muchos Méxicos. Nuestro
país es uno de los países más polifacéticos que puedan encontrarse tanto en lo
geográfico como en lo que respecta a su complejidad étnica y cultural. Existen en
México 56 grupos indígenas (entre 7 y 8 % de la población total del país) distinguibles
por la lengua que hablan, además del grupo mestizo, que se expresa en español y el
mazcogo, grupo negroide que vive en el municipio de Muzquiz, Coahuila. 7

Aún cuando compartimos raíces nos son desconocidos los nombres de los pueblos
indígenas, su pasado, su ubicación y su cultura: Tan desconocidos como pueden
sernos los Saami ('lapones') y quizas más que los Inuit ('esquimales'), sobre los cuales
algo hemos oído o leído. No pocas veces utilizamos nombres ofensivos ('esquimales',
por ejemplo) o ajenos a los mismos pueblos. El Instituto Nacional Indígenista sigue
hablando de Tarascos (Purepecha), Otomíes (Ñahñú) o Tarahumaras (Rarámuri).

En anexo presentamos los nombres de los 56 pueblos indígenas de México (anexo 1),
con una estimación de su ubicación geográfica e importancia demográfica por entidad
federal (anexo 2).

6
Ovalle Fernández, Ignacio, o.c., p. 42-43.
7
Instituto Nacional Indigenista, Grupos étnicos de México, Tomo II., México, D.F., 1982, sp.

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Otros grupos étnicos

No existe un consenso general sobre el número de grupos indígenas que pueblan


México. Algunos autores, con base en criterios personales tales como la filiación
lingüistica, la descendencia de etnias que en el pasado tuvieron una relativa
importancia, la persistencia en éstas de ciertos rasgos culturales tradicionales y la
actitud de la población con la que conviven, que continúa considerándolos como
'inditos', agregan a los 56 grupos reconocidos oficialmente, algunos más.

Otros investigadores, en cambio, estiman que dichas etnias han desaparecido


tomando en cuenta que han perdido casi por completo o en forma total la lengua nativa
y su alto grado de aculturación, considerándolos como parte de alguno de los grupos
reconocidos.

Tal es el caso de los ópatas (en la época prehispánica uno de los grupos étnicos más
numerosos del actual estado de Sonora), jovas (considerados por algunos cronistas de
la conquista como parte de los ópatas), tepecanos (considerados generalmente como
parte de los tepehuanes del sur), tlahuicas (emparentados con los nahuas en el estado
de México) y tacuates (habitan en el suroeste de Oaxaca, en la Mixteca de la Costa).

Por otra parte, desde hace algunas décadas se ha producido una fuerte emigración de
indígenas refugiados (kanjobales, ixiles, kekchi, quichés y cackchiquiles) de
Guatemala, cuyo número es dificil precisar. 8

Cuatro pueblos indígenas del Estado de Puebla

En este breve artículo haremos un esfuerzo para acercarnos un poco más a cuatro
culturas indígenas presentes en el Estado de Puebla : los Chochos, los Nahuas de la
Sierra Norte de Puebla, los Ñahñús del Altiplano y los Totonacas. No hablamos de los
Mixtecos.

Chochos

Son muy escasos los datos históricos que se tienen de códices y escritos de los
conquistadores (Pedro de Alvarado y Francisco de Orozco, hacia 1522) acerca de los
chochos como grupo étnico independiente. La evangelización por parte de los
dominicos fracasó en el primer intento, consumándola fray Jerónimo Abrego. Durante
la Colonia los indígenas mixtecos y chochos fueron relegados a las partes más
abruptas y tuvieron que sufrir la explotación de los encomenderos, disminuyendo
sensiblemente su número.

Los chochos habitan en la zona norte de la 'Mixteca Alta', región sumamente


accidentada, conformada por parte de las sierras de Teposcolula y Tamazulapa con
alturas de 2,000 a 2,700 metros sobre el nivel del mar, y pequeñas superficies planas y
suelos fuertemente erosionados con gran pobreza de material orgánico. Se presentan

8
Bazua, Silvia, Otros grupos étnicos. en Instituto Nacional Indigenista, Grupos étnicos de México,
Tomo II., México, D.F., 1982, sp.

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temperaturas muy bajas en invierno y cálidas en el verano. Las lluvias son poco
frecuentes pero de carácter torrencial cuando se presentan. La flora (mezquite, cactos)
es muy pobre y la fauna (conejo, liebre, tuza, tlacuache) raquítica.

La actual indumentaria (de confección industrial hechos de telas corrientes) de


hombres y mujeres nada tiene que la distingue de la que usan los campesinos de la
región. Normalmente los chochos viven en poblados congregados en casas con
paredes hechas de quiote (tallo de maguey) y de sotol (especie de agave) y techo de
cuatro aguas de palma o pencas de maguey, que con frecuencia tienen la llamada
oreja popoloca, o sea una especie de orificio orientado hacia la dirección del viento
predominante, que corre a lo largo de la casa y permite la ventilación. Son de piso de
tierra y constan de un solo cuarto sin ventana y una puerta hecha de otate, lo que
permite que el cuarto tenga algo de iluminación en el día. La cocina puede quedar
dentro del propio cuarto o consituir un anexo.

El mobiliario consiste en petates o colchones de fibra llamados cuascles, una mesa,


troncos de maguey usados como bancos rústicos, chiquihuites y canastas de carrizo
para guardar cosas. Los utensilios de cocina son metates, molcajetes y comales,
cazuelas y jarros de barro, cucharas, molinillos y bateas de madera.

La actividad económica fundamental es el tejido del sombrero (antes con palma, ahora
con fibras sintéticas), con ingresos raquíticos a pesar de tener buena aceptación,
debido al acaparamiento de los intermediarios que reciben el producto sin terminar
para darle la forma y el acabado final en las 'planchadurías'. Muchos hombres se ven
en la necesidad de emigrar temporal o definitivamente a Oaxaca, Tehuacán, Puebla,
Córdoba, Orizaba o la ciudad de México. La tenencia de la tierra comprende
predominantemente la pequeña propiedad.

Hay un fuerte sentido patriarcal y gran respeto para los ancianos. Los pueblos están
divididos en barrios, los cuales llevan normalmente el nombre del santo patrón. El
matrimonio tiene lugar a una edad relativamente avanzada (18 a 20 años para ambos
sexos). Cuando los novios están de acuerdo en caserse, el joven lo comunica a su
padre, quien busca al tunishano para que lo acompañe como su representante a
solicitar a la muchacha ante sus padres durante cuatro a seis visitas (madrugadas),
llevándose en cada una de ellas algunos alimentos y bebidas como regalo. Al lograrse
la aceptación los novios intercambian prendas de vestir.

La boda se celebra en una ceremonia católica e implica fuertes gastos cubiertos por el
novio. La noche anterior hay un pequeño festejo en la casa de los padrinos con motivo
de la peinadura de la novia, en la cual la madrina hace el tradicional arreglo de su pelo.
En este festejo se visten a una gallina y a un gallo, que representan a los novios, con
los atavíos correspondientes. Después del casamiento, los esposos pasan a vivir con
los padres del varón hasta que tienen su propio hogar.

Sólo el padrinazgo y compadrazgo de bautizo y matrimonio tienen verdadero


importancia como señal de amistad, estableciéndose nuevos vínculos de solidaridad y
ayuda mutua entre los compadres y entre el padrino y el ahijado.

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Derechos de los pueblos
En algunos lugares aún existen, como único vestigio del gobierno tradicional, los
llamados principales, personas ancianas que son sumamente respetadas debido a que
han desempeñado cargos civiles o religiosos, pero su poder actualmente se ha
debilitado en gran medida.

De la organización religiosa nativa persiste tan sólo la cofradía, cuyos integrantes


cuidan la imagen del santo patrón y organizan su fiesta. La cofradía comprende un
sistema de cargos desde topiles hasta el mayordomo. Hoy muchas veces son las
autoridades civiles que asumen la responsabilidad de organizar la fiesta (por su
elevado costo) con la colaboración económica de toda la población. En la fiesta toca la
banda del lugar, hay mucha comida y bebida y en ocasiones tiene lugar la pelota
mixteca, competencia con pelota de hule, muy dura, la cual se golpea a mano limpia.

En algunos lugares sobreviven ceremonias de carácter prehispánico a la 'madre tierra',


la luna, el dios del viento, de la lluvia y de la montaña y 'los señores de los ojos de
agua', el 'señor del cerro' y el 'dueño del lugar', ya que de su buena voluntad depende
que no se pierdan las cosechas y conservar la salud. Para las enfermedades se
recurre a los brujos y curanderos. También se utiliza el temazcal (baño de vapor) con
fines curativos, sobre todo en cuanto a las parturientas. 9

Nahuas de la Sierra Norte de Puebla

Algunos grupos nahuas, huyendo de la carestía que azotó a Tenochtitlán en 1454 y de


las guerras de connquista se asentsaron en la Sierra Norte de Puebla. La primera
corriente migratoria se asentó en la zona de Huauchinango y Zacatlán y la segunda se
desplazó hacia Cuetzalan. A inicios del siglo XVII, al consolidarse la administración
colonial, se comenzó a ejercer un verdadero control sobre la zona, intensificado
después, debido al impulso que se dió a la producción de cerámica vidriada y objetos
de hierro y bronce, actividades para las cuales se requería mano de obra indígena y el
consumo de carbón en grandes cantidades, lo que generó la desforestación y el
despojo de tierras. Esto propició el hambre y el descontento de los indígenas, quienes
se amotinaron en repetidas ocasiones. Los nahuas de Zacapoaxtla son famosos por
su participación en la Batalla de Puebla.

La Sierra Norte forma parte de la Sierra Madre Oriental. El grupo nahua habita en una
zona comprendida entre los 1000 y 2500 metros sobre el nivel del mar. El clima es de
pradera, con invierno seco, no riguroso y de bosque, con temperaturas frías y gran
humedad en las partes altas, donde además es frecuente la neblina. En las partes más
altas, como Teziutlán, llueve casi todo el año. La fertilidad de la tierra disminuye a
medida que se asciende el macizo, dado su origen volcánico.

El índice global de analfabetismo de los municipios de Zacapoaxtla, Cuetzalan,


Huauchinango, Tetela, Teziutlán y Huitzilan, alcanzaba el 42.20 % de la población
mayor de 10 años.

9
Wence, Jorge, Los Chochos en Instituto Nacional Indigenista, Grupos étnicos de México, Tomo II.,
México, D.F., 1982, sp.

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Derechos de los pueblos
El vestido indígena en muchos lugares ha desaparecido, sobre todo en lo que respecta
al hombre. La mujer por el contrario ha conservado el ropaje regional y lo usa con
frecuencia. En Cuetzalan lleva un enredo de lana negra que acompaña de una faja
cuyo color hace distintivo el lugar de su procedencia, así como un tocado (maxtahual)
formado con unos veinte cordones enrollados en el cabello y extendidos a lo largo de
la cabeza, sobre el cual se coloca, como protección, un delicado quechquémitl,
además del que es utilizado sobre la blusa, hecho de gasa. Como adorno suele lucir
collares de papel y arracadas en las orejas.

Los poblados son del estilo semicongregado, que se distingue por la existencia de una
plaza con un núcleo pequeño de casas en cuyos alrededores se distribuyen, de
manera dispersa, un cierto número de viviendas. Predomina la construcción simple de
dos piezas, el fogón en la principal. Los materiales de construcción pueden ser el
tablón, el carrizo, la lámina y el adobe. El grano se almacena dentro de la vivienda, en
tapancos. Junto a la casa se encuentra tradicionalmente el temascal, de forma
rectangular.

La Sierra es región agrícola por excelencia, cuyos cultivos principales son el café, el
maíz, el frijol y los frutales. El destino del café es su venta en el mercado internacional,
razón por la cual su precio fluctúa de tal forma que hace posible el abuso constante de
los especuladores que lo compran a la población indígena. Otro producto es la caña de
azúcar con la cual se elabora el refino (bebida alcohólica) y la panela, sustituto del
azúcar en la alimentación indígena. Los ingresos obtenidos por el indígena mediante la
venta de café, caña de azúcar o frutales, sirven para el sostenimiento de
actividades`políticas y religiosas de las comunidades. Estos ingresos son utilizados,
además, para pagar la renta de las parcelas que necesitan para sembrar el maíz que
consumirán durante el año.

La región enfrenta graves problemas: la compra a precios muy bajos de los productos
indígenas, la pobreza del suelo, sometido durante siglos al mismo tipo de cultivo, el
fraccionamiento de la propiedad privada (en algunas regiones cada familia posee para
el cultivo media hectárea) y la topografía de la región, que impide la utilización de
extensas superficies.

Los nahuas han desarrollado una importante producción artesanal con fines
comerciales, algunas veces elaborada por la familia y en otros por especialistas de
tiempo limitado. Se elaboran huacales, mecapales, chiquihuites, canastas, redes,
güiros, objetos de madera tallada, etc. Se sigue utilizando el telar de cintura para la
confección de vestidos. La mujere hace el quechquémitl, el paltel (bolsa de mano
tejida) el mamal para cargar a los bebés y el xochipayo (faja de lujo para hombre).
Destacan los rebozos (antes de lana y con colorizantes naturales) con motivos
multicolores de Hueyapan.

El parentesco está íntimamente ligado a las unidades de producción: El cultivo de maíz


requiere de la participación de equipos de trabajo en mano vuelta : grupos de
indígenas (padre, hermanos, primos y recientemente amigos) donde cada uno de ellos
trabaja en las tierras de losa demás con la condición del comportamiento recíproco
para el trabajo de su propia parcela. La figura jerárquica de mayor importancia en la

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Derechos de los pueblos
unidad familiar es el padre, quien organiza y controla los grupos de trabajo. A su
muerte es el hijo mayor quien lo sustituye en dichas funciones.

En algunas localidades la autoridad reside en los principales, tiaxcas o ancianos. Estas


personas son prominentes porque durante su vida han ido desempeñando funciones
políticas y religiosas, aunque el escalafón socio-religioso clásico, en el cual los cargos
civiles y religiosos eran determinados rigurosamente, ha desaparecido. En estas
comunidades la elección de la junta auxiliar es fundamental, ya que es ésta la que
toma las desiciones más importantes. En muchas ocasiones se necesita de mestizos
en los cargos políticos para posibilitar las relaciones con los funcionarios estatales.

Dentro de las comunidades los cargos religiosos los ejercen los ancianos
tradicionalistas. Debido a los gastos que implican los cargos más importantes están
vedados a los hombres que no tienen recursos económicos. El número de
mayordomos varía de lugar a lugar, oscilando de doce a cincuenta.

Es importante la creencia en fenómenos sobrenaturales como los nahuales, individuos


capaces de convertirse en animales feroces y dañinos y en brujos y brujas, que se
transforman por la noche en pájaros que chupan la sangre de la gente o en bolas de
lumbre y que pueden causar enfermedades; en la tona o doble invisible de las
personas, en los aires, en los espíritus de los cerros, de las cuevas, de los ríos, de las
montañas y de las lluvias, mismos que pueden ser benéficos o maléficos.

La conjunción de elementos prehispánicos y coloniales se hace evidente en las


diferentes danzas (los Voladores, los Quetzales) y en las actividades que las rodean,
donde a través de unmarcado simbolismo se expresa la cosmogonía nahua. Sucede lo
mismo en el caso de la de los Santiagos, en la cual se utiliza caballo blanco de madera
que es 'alimentado' con maíz durante todo el año para que no escape. 10

Los Ñahñús del Altiplano

El término otomí fue aplicado genéricamente por los aztecas a varios grupos étnicos a
los que se consideraban inferiores y bárbaros, la palabra ñahñú significa 'quienes
hablan la lengua nativa'. El área ñahñú fue diferenciada culturalmente por los
conquistadores en otomíes montaraces (Valle del Mezquital, Querétaro) que tenían
elementos de los cazadores-recolectores del norte y otomíes mansos del sur, que
participaban en la cultura meso-americana, con una base económica agrícola
sedentaria.

Las humillaciones de que fueron objeto los ñahñús por parte de los aztecas, así como
los fuertes tributos que les impusieron, originaron que se convertieran, en su afán de
liberación, en fieles aliados en la conquista de Tenochtitlan y después de ella. Un
ñahñú (Conín) fue gobernador de Querétaro y contribuyó al descubrimiento de las
minas de San Luís Potosí.

10
RUIZ GONZALEZ, María Teresa, Los Nahuas de la Sierra Norte de Puebla. en Instituto Nacional
Indigenista, Grupos étnicos de México, Tomo II., México, D.F., 1982, sp.

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Derechos de los pueblos

Poco tiempo duró la alianza ñahñús-españoles. Con la introducción de la encomienda


y posteriormente de la hacienda, los indígenas fueron despojados de sus mejores
tierras, obligados a prestar servicios personales y a pagar tributos, situación que
perduró hasta el porfiriato. Con la Revolución algunos ñahñús han sido beneficiados
con dotaciones ejidales, pero en su mayoría, las mismas comprendieron terreros poco
aptos para las labores agro-pecuarias.

La presente distribución del grupo ñahñú abarca la región noroeste del estado de
México, gran parte del de Hidalgo y proporciones de Guanajuato, Querétaro,
Michoacán, Puebla, Veracruz, Morelos y Tlaxcala.

La indumentaria cambia de una región a otra, sobre todo en la mujer, pudiéndose


distinguir por ella la procedencia de una persona. Muchas mujeres, actualmente, llevan
vestidos adquiridos en los comercios, delantal y rebozo. La indumentaria masculina
corresponde a la del campesino de la región usándose tan sólo, como elementos
característicos, un jorongo de lana, algodón o fibra de ixtle de color obscuro y el
sombrero, en la zona del Valle del Mezquital.

En la mayor parte del Altiplano predomina la casa de adobe, de uno o dos cuartos, con
techo de dos aguas, el cual puede ser de teja, de láminas de cartón, de asbesto o
metálico. El piso es de tierra y como anexos se cuenta con un granero interior y, en
ocasiones, un baño de temascal hecho de piedras. En las zonas boscosas las paredes
están hechas de tablones de madera y el techo es de tejamanil o paja. Curiosamente,
en la mayoría de los casos, la casa carece de chimenea y el humo escapa por los
pequeños agujeros o troneras en las paredes. Hoy en día las casas de ladrillo son
cada vez más numerosas. El reducido y rústico mobiliario consta de ollas y comales de
barro, utensilios de madera como cucharas, bancos y cajones para guardar la ropa.
Para dormir se utilizan el petate y camas de tablas.

La artesanía es muy variada, predominando los textiles (indumentaria feminina,


jorongos, sarapes). La alfarería es rudimentaria y poco difundida, practicándose sobre
todo en Alfajayucan, en donde también se elaboran los sombreros llamados 'de vuelta
y vuelta'. Se producen además, artículos de ixtle, madera y cuero, juguetes diversos,
principalmente muñecas de tela.

En la mayor parte del área, las tierras son más o menos pobres, de temporal y la
parcela muy reducida, con dos hectáreas en promedio. Los cultivos principales son el
maíz, el frijol y el chile. Las técnicas agrícolas son primitivas, utilizándfose la coa para
sembrar y la yunta de bueyes para roturar la tierra. En las partes áridas su economia
se sustenta en el maguey, el cual proporciona materiales para la construcción de la
casa, para el vestido, para la fabricación de artículos artesanales y del cual se extrae
el aguamiel que, al fermentarse, produce el pulque. La ganadería es secundaria ya
que solamente se poseen pequeños hatos de ovejas y cabras y algunos cerdos. La
tenencia de la tierra es de carácter ejidal o privada. Un ñha-ñhú puede tener, muchas
veces, los dos tipos de tenencia a la vez.

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Derechos de los pueblos
La unidad social básica es la familia nuclear, aun cuando es frecuente que el hijo
mayor, al casarse, vaya a vivir temporalmente con sus padres en tanto nace el primer
hijo, al nacer éste se forma un nuevo hogar. Antes, el matrimonio era concertado entre
los padres de los contrayentes y era de carácter endogámico, es decir, entre jóvenes
de una misma localidad. Empero, la emigración intensiva de los ñahñús hace que es
cada vez más frecuente el matrimonio entre personas de diferentes pueblos y por
elección propia. Cuando ocurre dentro de la localidad es usual que el novio preste
servicio prematrimonial en la casa de los futuros suegros por un determinado período.
En caso de separación, los hijos normalmente quedan a cargo de la madre, la cual
regresa al hogar paterno.

Los compadres más importantes son los de bautizo. Para compadres se eligen
principalmente a personas de edad que hayan desempeñado un cargo civil o religioso.
Las relaciones mutuas son de profundo respeto pero guardan cierta asimetría, ya que
el padre del niño mantiene una mayor deferencia hacia el padrino del mismo. Este no
está obligado más que a comprar la ropa del niño, corriendo los gastos de la fiesta a
cargo del padre.

En muchos lugares sobrevive una débil organización cívico-religiosa tradicional que


asume diversas modalidades. Normalmente la autoridad más importante es el Juez
Auxiliar, persona de edad que ha desempeñado algún cargo religioso y es eligida
democráticamente, aunque debe ser propuesta a la Presidencia Municipal (mestizos),
para su aceptación, la que es otorgada casi siempre. Al Juez lo auxilian algunos
topiles, celadores o varistas cuyo número varía de acuerdo a la categroría del lugar.
Los cargos son desempeñados de manera gratuita y duran un año. En algunas partes
existen los Representantes (categoría superior a la del Juez) o Jueces Conciliadores
(Valle del Mezquital).

Subsiste en algunas localidades aisladas un substrato mágico-religioso de origen


prehispánico, sobre todo en lo que se refiere a la asociación de las deidades nativas
con las cristianas; al culto a los muertos; a la creencia en el nagualismo y a la
causalidad de las enfermedades y su curación.

La jerarquía de los cargos religiosos se ha vuelto más flexible, concretándose a los de


fiscales, cargueros, rezanderos, cantores y otros con funciones similares que consisten
en el cuidado de la iglesia, la recaudación de fondos, lass procesiones, etc. También
hay mayordomos quienes cubren en gran parte los costos de la fiesta del santo patrón
o de otro santo. El desempeño de este cargo continúa dando prestigio a su titular.
Cada pueblo celebra a su zindahmu (santo) propio. Durante las fiestas hay bailes,
juegos pirotécnicos y danzas como la de los 'Arrieros', la de los 'Cinco Locos', la de los
'Concheros' y la de 'San Garabatito', procesiones y colocación de ofrendas,
particularmente velas ornamentadas a las que se conoce como 'florecitas' o
'promisitas'. 11

Los Totonacas

11
Vázquez Mendoza, Heriberto, Los Otomíes del Altiplano. en Instituto Nacional Indigenista, Grupos
étnicos de México, Tomo II., México, D.F., 1982, sp.

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Derechos de los pueblos

El espacio geográfico que ocupan los totonacas es parte del antiguo Totonacapan,
habitado desde épocas bastante remotas. No hay datos suficientes para asegurar
quienes fueron los primeros pobladores (¿olmecas?) quienes edificaron hacia el año
600 D.C. la famosa pirámide del Tajín, cercana a Papantla.

Se cree que los toltecas sometieron a los totonacas después de enconadas luchas por
el siglo XII, obligando a que muchos de ellos se refugiaran en la sierra. A fines del siglo
XIV la región fue dominada por los mexicas. Finalmente los españoles conquistaron
Totonacapan por el año de 1522 y establecieron el sistema de encomienda,
reducciones y congregaciones, aunque respetaron, en algunos casos, los cacicazgos
indígenas existentes a fin de ejercer un mejor control y doblegar a los totonacas.

Sin embargo el espíritu de rebeldía permaneció latente manifestándose en la adhesión


de los indígenas de Noalinco, Papantla, Misantla y Zacatlán al movimiento insurgente
bajo el mando del totonaca Serafín Olarte. La consumación de la Independencia
empeoró las condiciones de vida de los indígenas, por lo que Mariano Olarte (hijo de
Serafín) continuó luchando por su causa, tomando la ciudad de Papantla en 1836,
siendo derrotado poco después. Después de la Revolución, al concederse las
dotaciones ejidales que les aseguraban la posesión de los terrenos que ocupaban los
indígenas, la zona entra en un período de relativa tranquilidad que perdura hasta la
fecha.

El territorio totonaca comprende desde el río Cazones, al norte, hasta Jalancingo en el


sur y desde Xicotepec de Juárez y Zacatlán, Puebla, hasta las costas del Golfo,
existiendo además un pequeño grupo totonaca en los alrededores de Jalpa y Misantla,
Veracruz. Se distinguen dos regiones: la de la sierra y la planicie costera. En la
primera el clima es templado o frío, con frecuentes neblinas y lluvias abundantes, sin
una estación de secas bien definida. La vegetación predominante es la de coníferas y
los cultivos principales son el maíz, el frijol y en ciertos lugares el café. La fauna, de
pequeños mamíferos, es escasa.

El idioma totonaca tiene varias formas dialectales, siendo en ocasiones casi


ininteligibles una de otra. Las diferencias linguísticas no tienen relación con las
distancias existentes entre los pueblos. Así lugares lejanos pueden entenderse sin
gran dificultad y, en cambio, no lo logran miembros de comunidades cercanas.

El vestido tradicional de la mujer consiste en enagua blanca de algodón, blusa bordada


con motivos zoomorfos y quexquemitl de lana tejida y bordada, pañoleta o rebozo y
faja ancha de vivos colores. El pelo se lleva en trenzas bien sea colgantes o anudadas
en la cabeza. El traje masculino consta de camisa y calzón de manta o popelina
blanca, sombrero y huaraches. En la parte fría se usa un cotón de lana oscura.

La choza totonaca es rectangular o cuadrada. Las paredes se construyen de otate o


de tablas de madera. Constan de un sólo cuarto que sirve al mismo tiempo de
estancia, comedor, cocina y dormitorio, destinándose con frecuencia un lugar para el
altar familiar o pus santo. Se usan pequeños asientos de madera o sillas bajas con
asiento de hule y palma, o largas bancas también de madera. para dormir se utiliza el

81
Derechos de los pueblos
petate. Como enseres de cocina se cuenta con tinajas y vasijas de barro, cazuelas,
suspendidas de las vigas, el fogón de tres piedras y el metate. Como anexos se tiene
el temazcal o baño de vapor, rectangular, la porquería y el granero. Hoy se ven más y
más casas de paredes de adobe o ladrillo y techos de teja, y artículos de peltre y
plástico en la cocina.

En la sierra los terrenos aptos para la agricultura y la ganadería son muy reducidos,
destinándose, sobre todo, a los cultivos de subsistencia. No hay una explotación
comercial de la madera. La baja productividad y la escasez de tierras obligan a los
indígenas a emigrar periódicamente a otros lugares en busca de trabajo asalariado.

La tenencia de la tierra es diversificada, pero en la sierra la mayor superficie de los


terrenos indígenas es de carácter ejidal, pero debido a la alta densidad de la población
y lo reducido de las áreas cultivables muchos totonacas se ven obligados a rentar
terrenos pagando el alquiler con una parte de la cosecha o bien en dinero o con un
determinado número de días de trabajo para el arrendador.

La célula de la organización es la familia nuclear. El matrimonio se lleva a cabo entre


miembros del mismo grupo, aun cuando son frecuentes los casamientos entre
totonacas y tepehuas y muy rara vez con nahuas y ñahñus. En virtud de que son muy
pocos los sacerdotes católicos que viven en la sierra, normalmente la unión es libre o
el matrimonio se realiza por lo civil. Las tradiciones de petición de la novia y el regalo a
los padres han caído en desuso. Las fiestas de matrimonio y bautizo son suntuosas,
con grandes gastos en comida y bebida.

En la sierra se dice que el niño nace bajo la protección de una estrella, de la cual
depende su destino y, como cada estrella está asociada a un determinado animal, ésta
vendrá a su tona o animal compañero.

Dada la convivencia en las comunidades totonacas de indígenas y mestizos se ha


demarcado en ellas una cierta estratificación social. Están, por una parte, los mestizos
ricos (muy buscados como padrinos de bautizo o matrimonio), que habitan
generalmente el 'centro' del poblado, la clase media, que comprende a mestizos y
algunos indígenas, aunque sólo los primeros pueden aspirar a pasar al estrato superior
y la clase baja, constituida en su mayor parte por los indígenas y algunos mestizos
pobres, los cuales no llegan a mezclarse.

Los artículos artesanales que se fabrican son casi siempre para el uso familiar o
ceremonial. Se elaboran cestos, vasijas, juguetes o incensarios de barro, muy toscos;
artículos de madera entre los que destacan las máscaras que se utilizan en las
festividades, ornamentos de palma, así como la faja, la blusa y el quexquémitl.

En la mayoría de los municipios son los miembros de algunas pocas familias mestizas,
que ejercen cacicazgos locales, los que ocupan los cargos, a pesar de que la
población indígena es mayoritaria. En algunos municipios, como San Pedro Petlacotla,
Puebla, el poder municipal ha estado siempre en manos de los indígenas, quedando
excluidos de cualquier cargo, los mestizos. Las personas que desempeñan algún papel
en el culto, tradicional o católico, no tienen mayor ingerencia en asuntos municipales.

82
Derechos de los pueblos

En la sierra norte de Puebla se conservan muchas creencias y ceremonias


prehispánicas, asociadas a ciertos ritos del catolicismo. Las principales divinidades son
los Padres, las Madres, el Sol (Dueño del maíz) y San Juan (Señor del agua y del
trueno). Las divinidades secundarias se asocian a los astros y los elementos naturales,
tales como la Luna, Venus, las Estrellas, los Vientos, la Tierra, el Fuego y el Monte.
Algunas de estas deidades son de carácter maléfico como las estrellas del oeste, entre
las que destacan Venus y la Luna identificados con el diablo (Qotiti), cuyo dominio es
la profundidad de la tierra, lugar de los muertos. Son numerosas las imágenes
prehispánicas y católicas (crucifijos y santos) con que cuenta cada poblado.

A pesar de la preservación de una cosmogonía nativa y un ritual muy elaborado, tanto


para los aspectos agrarios como del ciclo de la vida, no existe propiamente una
organización religiosa tradicional. Quienes ofician en las ceremonias no católicas son
los curanderos, ya que la religión, la magia y la medicina se encuentran íntimamente
relacionadas. Al curandero se le atribuyen facultades sobrenaturales y es el
intermediario ante las deidades nativas; puede curar pero también puede asumir el
papel de brujo y causar la enfermedad.

En la sierra el cargo católico de mayor jerarquía es el de fiscal (piskal), que es


nombrado por su predecesor entre las personas que han desempeñado cargos
inferiores (topiles) y cuyo mandato dura un año. Es el guardián de la iglesia y, como
símbolo de su poder, se le adjudica una vara de mando. Existen además los tekles
(mayordomos) que deben hacer los gastos de la comida y la bebida durante las
celebraciones de los santos tutelares.

La celebración de las festividades correspondientes al calendario agrícola tradicional


se ha vinculado con el santoral católico. Así, la fiesta de la Santa Cruz (3 de mayo)
coincide con la santificación de la tierra y de las semillas para las próximas siembras y
el 'levantamieno de manos' de los curanderos; la fiesta de San Antonio de Padua (13
de junio) con el inicio de las siembras de temporal y la de San Juan Bautista (24 de
junio) con la apertura de la estación de lluvias.

En las fiestas se bailan diversas danzas, entre las más conocidas es la del Volador,
netamente indígena. Otras danzas, de origen hispánico, son los Santiagueros y la de
los Moros y Cristianos que están íntimamente relacionadas; la de los Tocotines, a
punto de desaparecer; la de los Negritos; la de los Tambulares, la de los Tejoneros; la
de los Pastores y las danzas de Carnaval, tales como la de los Huehues (Viejos) y la
de los Mulatos. 12

Derecho a la modernidad

Las diferencias enriquecen un nuevo diseño para una nación fraternal, justa y
moderna. Retomamos las palabras de un líder indígena, Genaro Domínguez, Nahua

12
Tovar de Garibay, Ma. Fernanda, Los Totonacas. en Instituto Nacional Indigenista, Grupos étnicos
de México, Tomo II., México, D.F., 1982, sp.

83
Derechos de los pueblos
de los Tuxtlas, Veracruz, Los nativos de América pugnamos porque se nos respete,
que se nos deje llegar a la modernidad con nuestras costumbres y hábitos de vida. Las
culturas indias, su concepción del mundo, tienen una presencia diferente, ni atrasada
ni sesgada: únicamente diferente. La preservación de las naciones indias es posible
aun incorporando las innovaciones y los avances de la sociedad contemporánea. La
modernidad no está reñida con la indianidad. 13

13
Instituto Nacional Indigenista, INI 40 años, México, 1988, p.164.

84
Derechos de los pueblos

14
Anexo 1: Grupos Indígenas en México

1. Kumiai 19. Mixteco 38. Huasteco


2. Cucapa 20. Cuicateco 39. Maya Penínsular
3. Paipai 21. Trique 40. Lacandon
4. Cochimi 22. Amuzgo 41. Chontal
5. Kiliwa 23. Chatino 42. Chol
6. Seri 24. Zapoteco 43. Tzeltal
7. Tequistlateco Chontal 25. Chinanteco 44. Tzotzil
de Oaxaca 26. Huave 45. Tojolabal
8. Tlapaneco 27. Papago 46. Chuj
9. Pame 28. Pima Alto 47. Jacalteco
10. Chichimeco Jonaz 29. Pima Bajo 48. Mayo
11. Ñahñú 30. Tepehuano 49. Motozintleco
12. Mazahua 31. Yaqui 50. Mixe
13. Matlatzinca 32. Mwayo 51. Populuca
14. Oculteco 33. Rarámuri 52. Zoque
15. Mazateco 34. Guarijo 53. Totonaca
16. Popolaca 35. Cora 54. Tepehua
17. Ixcateco 36. Huichol 55. Purepecha
18. Chocho-Popolaca 37. Nahua 56. Kikapu

14
Ib., p. 587.

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