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La Telaraña
La injusticia social hacia los indígenas no se expresa únicamente en cifras (por crudas
que sean) ni en variables económicas. La historia demuestra que el desarrollo
económico y el desarrollo cultural son complementarios. Las civilizaciones con una
sólida base económica están en aptitud de difundir su lengua, sus creencias, sus
costumbres y sus conceptos sobre la verdad, la moral y la belleza hasta hacerlos
1
Recopilación de Frans Limpens (1996) de información básicamente del INI, para la Antología de
Derechos Humanos utilizada en el tronco común de la Universidad Autónoma de Puebla. El título
parafrasea 'Cinco siglos de prohibición del arco iris en el cielo americano', título de un artículo
periodístico de Eduardo Galeano.
2
Galeano, Eduardo. Memoria del Fuego. I. Los nacimientos. México - España, Siglo XXI, 1982, p. 48.
3
Ovalle Fernández, Ignacio, De la aldea al mundo en INSTITUTO NACIONAL INDIGENISTA, INI 40
años, México, 1988, p.41- 80.
4
La Jornada, viernes 15 de diciembre, 1995, p. 68 y 60.
5
La Jornada, La Jornada del Campo, martes 27 de octubre de 1992, p. 7.
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parecer de validez universal. Igualmente, sólidos elementos de identidad en una
comunidad humana, por su fuerza cohesionante, pueden contribuir a la eficiencia y
crecimiento de un sistema económico. Desarrollo económico y desarrollo cultural se
refuerzan recíprocamente.
Sin embargo, para mucha gente las penurias de los indígenas se originan en sus
creencias 'retrasadas' y costumbres 'inferiores'. Para otros, las diferencias de culturas
son un estorbo para la lucha unificadora contra las injusticias sociales. Como puede
apreciarse, es realmente severo el asedio a que están sometidas las culturas
indígenas. De una parte, la realidad económica les niega oxígeno para desenvolverse
y, por la otra, muchos de quienes buscan cambiar las cosas para mejorar la condición
del indígena lo primero que proponen es que el indígena desaparezca. 6
No nos gusta vernos cuestionados. Es más cómodo cerrarnos los ojos y volver
'invisible' al otro. Es muy facil taparnos los oídos y pretender que no hay interlocutor.
Sin embargo, el 'otro' México existe. No sólo uno, ... hay muchos Méxicos. Nuestro
país es uno de los países más polifacéticos que puedan encontrarse tanto en lo
geográfico como en lo que respecta a su complejidad étnica y cultural. Existen en
México 56 grupos indígenas (entre 7 y 8 % de la población total del país) distinguibles
por la lengua que hablan, además del grupo mestizo, que se expresa en español y el
mazcogo, grupo negroide que vive en el municipio de Muzquiz, Coahuila. 7
Aún cuando compartimos raíces nos son desconocidos los nombres de los pueblos
indígenas, su pasado, su ubicación y su cultura: Tan desconocidos como pueden
sernos los Saami ('lapones') y quizas más que los Inuit ('esquimales'), sobre los cuales
algo hemos oído o leído. No pocas veces utilizamos nombres ofensivos ('esquimales',
por ejemplo) o ajenos a los mismos pueblos. El Instituto Nacional Indígenista sigue
hablando de Tarascos (Purepecha), Otomíes (Ñahñú) o Tarahumaras (Rarámuri).
En anexo presentamos los nombres de los 56 pueblos indígenas de México (anexo 1),
con una estimación de su ubicación geográfica e importancia demográfica por entidad
federal (anexo 2).
6
Ovalle Fernández, Ignacio, o.c., p. 42-43.
7
Instituto Nacional Indigenista, Grupos étnicos de México, Tomo II., México, D.F., 1982, sp.
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Derechos de los pueblos
Otros grupos étnicos
Tal es el caso de los ópatas (en la época prehispánica uno de los grupos étnicos más
numerosos del actual estado de Sonora), jovas (considerados por algunos cronistas de
la conquista como parte de los ópatas), tepecanos (considerados generalmente como
parte de los tepehuanes del sur), tlahuicas (emparentados con los nahuas en el estado
de México) y tacuates (habitan en el suroeste de Oaxaca, en la Mixteca de la Costa).
Por otra parte, desde hace algunas décadas se ha producido una fuerte emigración de
indígenas refugiados (kanjobales, ixiles, kekchi, quichés y cackchiquiles) de
Guatemala, cuyo número es dificil precisar. 8
En este breve artículo haremos un esfuerzo para acercarnos un poco más a cuatro
culturas indígenas presentes en el Estado de Puebla : los Chochos, los Nahuas de la
Sierra Norte de Puebla, los Ñahñús del Altiplano y los Totonacas. No hablamos de los
Mixtecos.
Chochos
Son muy escasos los datos históricos que se tienen de códices y escritos de los
conquistadores (Pedro de Alvarado y Francisco de Orozco, hacia 1522) acerca de los
chochos como grupo étnico independiente. La evangelización por parte de los
dominicos fracasó en el primer intento, consumándola fray Jerónimo Abrego. Durante
la Colonia los indígenas mixtecos y chochos fueron relegados a las partes más
abruptas y tuvieron que sufrir la explotación de los encomenderos, disminuyendo
sensiblemente su número.
8
Bazua, Silvia, Otros grupos étnicos. en Instituto Nacional Indigenista, Grupos étnicos de México,
Tomo II., México, D.F., 1982, sp.
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temperaturas muy bajas en invierno y cálidas en el verano. Las lluvias son poco
frecuentes pero de carácter torrencial cuando se presentan. La flora (mezquite, cactos)
es muy pobre y la fauna (conejo, liebre, tuza, tlacuache) raquítica.
La actividad económica fundamental es el tejido del sombrero (antes con palma, ahora
con fibras sintéticas), con ingresos raquíticos a pesar de tener buena aceptación,
debido al acaparamiento de los intermediarios que reciben el producto sin terminar
para darle la forma y el acabado final en las 'planchadurías'. Muchos hombres se ven
en la necesidad de emigrar temporal o definitivamente a Oaxaca, Tehuacán, Puebla,
Córdoba, Orizaba o la ciudad de México. La tenencia de la tierra comprende
predominantemente la pequeña propiedad.
Hay un fuerte sentido patriarcal y gran respeto para los ancianos. Los pueblos están
divididos en barrios, los cuales llevan normalmente el nombre del santo patrón. El
matrimonio tiene lugar a una edad relativamente avanzada (18 a 20 años para ambos
sexos). Cuando los novios están de acuerdo en caserse, el joven lo comunica a su
padre, quien busca al tunishano para que lo acompañe como su representante a
solicitar a la muchacha ante sus padres durante cuatro a seis visitas (madrugadas),
llevándose en cada una de ellas algunos alimentos y bebidas como regalo. Al lograrse
la aceptación los novios intercambian prendas de vestir.
La boda se celebra en una ceremonia católica e implica fuertes gastos cubiertos por el
novio. La noche anterior hay un pequeño festejo en la casa de los padrinos con motivo
de la peinadura de la novia, en la cual la madrina hace el tradicional arreglo de su pelo.
En este festejo se visten a una gallina y a un gallo, que representan a los novios, con
los atavíos correspondientes. Después del casamiento, los esposos pasan a vivir con
los padres del varón hasta que tienen su propio hogar.
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Derechos de los pueblos
En algunos lugares aún existen, como único vestigio del gobierno tradicional, los
llamados principales, personas ancianas que son sumamente respetadas debido a que
han desempeñado cargos civiles o religiosos, pero su poder actualmente se ha
debilitado en gran medida.
La Sierra Norte forma parte de la Sierra Madre Oriental. El grupo nahua habita en una
zona comprendida entre los 1000 y 2500 metros sobre el nivel del mar. El clima es de
pradera, con invierno seco, no riguroso y de bosque, con temperaturas frías y gran
humedad en las partes altas, donde además es frecuente la neblina. En las partes más
altas, como Teziutlán, llueve casi todo el año. La fertilidad de la tierra disminuye a
medida que se asciende el macizo, dado su origen volcánico.
9
Wence, Jorge, Los Chochos en Instituto Nacional Indigenista, Grupos étnicos de México, Tomo II.,
México, D.F., 1982, sp.
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El vestido indígena en muchos lugares ha desaparecido, sobre todo en lo que respecta
al hombre. La mujer por el contrario ha conservado el ropaje regional y lo usa con
frecuencia. En Cuetzalan lleva un enredo de lana negra que acompaña de una faja
cuyo color hace distintivo el lugar de su procedencia, así como un tocado (maxtahual)
formado con unos veinte cordones enrollados en el cabello y extendidos a lo largo de
la cabeza, sobre el cual se coloca, como protección, un delicado quechquémitl,
además del que es utilizado sobre la blusa, hecho de gasa. Como adorno suele lucir
collares de papel y arracadas en las orejas.
Los poblados son del estilo semicongregado, que se distingue por la existencia de una
plaza con un núcleo pequeño de casas en cuyos alrededores se distribuyen, de
manera dispersa, un cierto número de viviendas. Predomina la construcción simple de
dos piezas, el fogón en la principal. Los materiales de construcción pueden ser el
tablón, el carrizo, la lámina y el adobe. El grano se almacena dentro de la vivienda, en
tapancos. Junto a la casa se encuentra tradicionalmente el temascal, de forma
rectangular.
La Sierra es región agrícola por excelencia, cuyos cultivos principales son el café, el
maíz, el frijol y los frutales. El destino del café es su venta en el mercado internacional,
razón por la cual su precio fluctúa de tal forma que hace posible el abuso constante de
los especuladores que lo compran a la población indígena. Otro producto es la caña de
azúcar con la cual se elabora el refino (bebida alcohólica) y la panela, sustituto del
azúcar en la alimentación indígena. Los ingresos obtenidos por el indígena mediante la
venta de café, caña de azúcar o frutales, sirven para el sostenimiento de
actividades`políticas y religiosas de las comunidades. Estos ingresos son utilizados,
además, para pagar la renta de las parcelas que necesitan para sembrar el maíz que
consumirán durante el año.
La región enfrenta graves problemas: la compra a precios muy bajos de los productos
indígenas, la pobreza del suelo, sometido durante siglos al mismo tipo de cultivo, el
fraccionamiento de la propiedad privada (en algunas regiones cada familia posee para
el cultivo media hectárea) y la topografía de la región, que impide la utilización de
extensas superficies.
Los nahuas han desarrollado una importante producción artesanal con fines
comerciales, algunas veces elaborada por la familia y en otros por especialistas de
tiempo limitado. Se elaboran huacales, mecapales, chiquihuites, canastas, redes,
güiros, objetos de madera tallada, etc. Se sigue utilizando el telar de cintura para la
confección de vestidos. La mujere hace el quechquémitl, el paltel (bolsa de mano
tejida) el mamal para cargar a los bebés y el xochipayo (faja de lujo para hombre).
Destacan los rebozos (antes de lana y con colorizantes naturales) con motivos
multicolores de Hueyapan.
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unidad familiar es el padre, quien organiza y controla los grupos de trabajo. A su
muerte es el hijo mayor quien lo sustituye en dichas funciones.
Dentro de las comunidades los cargos religiosos los ejercen los ancianos
tradicionalistas. Debido a los gastos que implican los cargos más importantes están
vedados a los hombres que no tienen recursos económicos. El número de
mayordomos varía de lugar a lugar, oscilando de doce a cincuenta.
El término otomí fue aplicado genéricamente por los aztecas a varios grupos étnicos a
los que se consideraban inferiores y bárbaros, la palabra ñahñú significa 'quienes
hablan la lengua nativa'. El área ñahñú fue diferenciada culturalmente por los
conquistadores en otomíes montaraces (Valle del Mezquital, Querétaro) que tenían
elementos de los cazadores-recolectores del norte y otomíes mansos del sur, que
participaban en la cultura meso-americana, con una base económica agrícola
sedentaria.
Las humillaciones de que fueron objeto los ñahñús por parte de los aztecas, así como
los fuertes tributos que les impusieron, originaron que se convertieran, en su afán de
liberación, en fieles aliados en la conquista de Tenochtitlan y después de ella. Un
ñahñú (Conín) fue gobernador de Querétaro y contribuyó al descubrimiento de las
minas de San Luís Potosí.
10
RUIZ GONZALEZ, María Teresa, Los Nahuas de la Sierra Norte de Puebla. en Instituto Nacional
Indigenista, Grupos étnicos de México, Tomo II., México, D.F., 1982, sp.
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La presente distribución del grupo ñahñú abarca la región noroeste del estado de
México, gran parte del de Hidalgo y proporciones de Guanajuato, Querétaro,
Michoacán, Puebla, Veracruz, Morelos y Tlaxcala.
En la mayor parte del Altiplano predomina la casa de adobe, de uno o dos cuartos, con
techo de dos aguas, el cual puede ser de teja, de láminas de cartón, de asbesto o
metálico. El piso es de tierra y como anexos se cuenta con un granero interior y, en
ocasiones, un baño de temascal hecho de piedras. En las zonas boscosas las paredes
están hechas de tablones de madera y el techo es de tejamanil o paja. Curiosamente,
en la mayoría de los casos, la casa carece de chimenea y el humo escapa por los
pequeños agujeros o troneras en las paredes. Hoy en día las casas de ladrillo son
cada vez más numerosas. El reducido y rústico mobiliario consta de ollas y comales de
barro, utensilios de madera como cucharas, bancos y cajones para guardar la ropa.
Para dormir se utilizan el petate y camas de tablas.
En la mayor parte del área, las tierras son más o menos pobres, de temporal y la
parcela muy reducida, con dos hectáreas en promedio. Los cultivos principales son el
maíz, el frijol y el chile. Las técnicas agrícolas son primitivas, utilizándfose la coa para
sembrar y la yunta de bueyes para roturar la tierra. En las partes áridas su economia
se sustenta en el maguey, el cual proporciona materiales para la construcción de la
casa, para el vestido, para la fabricación de artículos artesanales y del cual se extrae
el aguamiel que, al fermentarse, produce el pulque. La ganadería es secundaria ya
que solamente se poseen pequeños hatos de ovejas y cabras y algunos cerdos. La
tenencia de la tierra es de carácter ejidal o privada. Un ñha-ñhú puede tener, muchas
veces, los dos tipos de tenencia a la vez.
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La unidad social básica es la familia nuclear, aun cuando es frecuente que el hijo
mayor, al casarse, vaya a vivir temporalmente con sus padres en tanto nace el primer
hijo, al nacer éste se forma un nuevo hogar. Antes, el matrimonio era concertado entre
los padres de los contrayentes y era de carácter endogámico, es decir, entre jóvenes
de una misma localidad. Empero, la emigración intensiva de los ñahñús hace que es
cada vez más frecuente el matrimonio entre personas de diferentes pueblos y por
elección propia. Cuando ocurre dentro de la localidad es usual que el novio preste
servicio prematrimonial en la casa de los futuros suegros por un determinado período.
En caso de separación, los hijos normalmente quedan a cargo de la madre, la cual
regresa al hogar paterno.
Los compadres más importantes son los de bautizo. Para compadres se eligen
principalmente a personas de edad que hayan desempeñado un cargo civil o religioso.
Las relaciones mutuas son de profundo respeto pero guardan cierta asimetría, ya que
el padre del niño mantiene una mayor deferencia hacia el padrino del mismo. Este no
está obligado más que a comprar la ropa del niño, corriendo los gastos de la fiesta a
cargo del padre.
Los Totonacas
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Vázquez Mendoza, Heriberto, Los Otomíes del Altiplano. en Instituto Nacional Indigenista, Grupos
étnicos de México, Tomo II., México, D.F., 1982, sp.
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El espacio geográfico que ocupan los totonacas es parte del antiguo Totonacapan,
habitado desde épocas bastante remotas. No hay datos suficientes para asegurar
quienes fueron los primeros pobladores (¿olmecas?) quienes edificaron hacia el año
600 D.C. la famosa pirámide del Tajín, cercana a Papantla.
Se cree que los toltecas sometieron a los totonacas después de enconadas luchas por
el siglo XII, obligando a que muchos de ellos se refugiaran en la sierra. A fines del siglo
XIV la región fue dominada por los mexicas. Finalmente los españoles conquistaron
Totonacapan por el año de 1522 y establecieron el sistema de encomienda,
reducciones y congregaciones, aunque respetaron, en algunos casos, los cacicazgos
indígenas existentes a fin de ejercer un mejor control y doblegar a los totonacas.
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Derechos de los pueblos
petate. Como enseres de cocina se cuenta con tinajas y vasijas de barro, cazuelas,
suspendidas de las vigas, el fogón de tres piedras y el metate. Como anexos se tiene
el temazcal o baño de vapor, rectangular, la porquería y el granero. Hoy se ven más y
más casas de paredes de adobe o ladrillo y techos de teja, y artículos de peltre y
plástico en la cocina.
En la sierra los terrenos aptos para la agricultura y la ganadería son muy reducidos,
destinándose, sobre todo, a los cultivos de subsistencia. No hay una explotación
comercial de la madera. La baja productividad y la escasez de tierras obligan a los
indígenas a emigrar periódicamente a otros lugares en busca de trabajo asalariado.
En la sierra se dice que el niño nace bajo la protección de una estrella, de la cual
depende su destino y, como cada estrella está asociada a un determinado animal, ésta
vendrá a su tona o animal compañero.
Los artículos artesanales que se fabrican son casi siempre para el uso familiar o
ceremonial. Se elaboran cestos, vasijas, juguetes o incensarios de barro, muy toscos;
artículos de madera entre los que destacan las máscaras que se utilizan en las
festividades, ornamentos de palma, así como la faja, la blusa y el quexquémitl.
En la mayoría de los municipios son los miembros de algunas pocas familias mestizas,
que ejercen cacicazgos locales, los que ocupan los cargos, a pesar de que la
población indígena es mayoritaria. En algunos municipios, como San Pedro Petlacotla,
Puebla, el poder municipal ha estado siempre en manos de los indígenas, quedando
excluidos de cualquier cargo, los mestizos. Las personas que desempeñan algún papel
en el culto, tradicional o católico, no tienen mayor ingerencia en asuntos municipales.
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En las fiestas se bailan diversas danzas, entre las más conocidas es la del Volador,
netamente indígena. Otras danzas, de origen hispánico, son los Santiagueros y la de
los Moros y Cristianos que están íntimamente relacionadas; la de los Tocotines, a
punto de desaparecer; la de los Negritos; la de los Tambulares, la de los Tejoneros; la
de los Pastores y las danzas de Carnaval, tales como la de los Huehues (Viejos) y la
de los Mulatos. 12
Derecho a la modernidad
Las diferencias enriquecen un nuevo diseño para una nación fraternal, justa y
moderna. Retomamos las palabras de un líder indígena, Genaro Domínguez, Nahua
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Tovar de Garibay, Ma. Fernanda, Los Totonacas. en Instituto Nacional Indigenista, Grupos étnicos
de México, Tomo II., México, D.F., 1982, sp.
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de los Tuxtlas, Veracruz, Los nativos de América pugnamos porque se nos respete,
que se nos deje llegar a la modernidad con nuestras costumbres y hábitos de vida. Las
culturas indias, su concepción del mundo, tienen una presencia diferente, ni atrasada
ni sesgada: únicamente diferente. La preservación de las naciones indias es posible
aun incorporando las innovaciones y los avances de la sociedad contemporánea. La
modernidad no está reñida con la indianidad. 13
13
Instituto Nacional Indigenista, INI 40 años, México, 1988, p.164.
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Anexo 1: Grupos Indígenas en México
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Ib., p. 587.
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