Análisis ético del reportaje “Fueron los federales”

Alumno: Ignacio David Santos Orellana

“Fueron los federales” es un reportaje escrito por la periodista Laura Castellanos, quien se
dio a la tarea de investigar la matanza perpetrada por agentes policiales en contra de
manifestantes y civiles en Apatzingán, estado de Michoacán, México. El suceso fue
encubierto por las autoridades, quienes señalaron como “versión oficial” que las muertes se
habían dado producto de “fuego cruzado” entre ambos bandos. Sin embargo, la periodista
logró desmontar dicha explicación gracias a su investigación, revelando que los federales
ejecutaron a mansalva -y con armamento militar- a decenas de personas, muchas de ellas
desarmadas. El reportaje, que fue publicado en el sitio Aristegui Noticias, ganó el Premio
Latinoamericano de Periodismo de Investigación en su edición 2015-16.

Como primer punto a analizar, es innegable el imperativo ético desde el que surge esta
investigación. La injusticia y abuso de poder de cuerpos policiales motivaron a la periodista
a desentrañar en este cruento episodio ocurrido en enero de 2015. El hecho de que los
federales quedaran impunes respecto a los delitos cometidos contra ciudadanos inocentes
representó una situación que debía ser expuesta, aun cuando aquello significara un riesgo
para el trabajo de la periodista. Y para su vida, inclusive.

Por tanto, y aunque parezca obvio señalarlo, el reportaje nace desde un imperativo ético,
una necesidad de revelar un aspecto oculto, de desbaratar una mentira, en pos de justicia.

Ahora bien, respecto a asuntos éticos presentes en el reportaje, Laura Castellanos deja de
manifiesto la asimetría de poder presente en la matanza de Apatzingán. Gracias a su
extenso reporteo y recabo de testimonios, pudo reconstruir el suceso tal cual fue, dando
cuenta de lo distante que éste era respecto de la verdad oficial dada por Alfredo Castillo,
comisionado del estado de Michoacán. La policía, haciendo uso de arsenal de guerra, había
disparado en contra de personas indefensas, en donde algunas de ellas solo llevaban como
“armas” palos y ramas de limonero. Esto, sumado al encubrimiento de las autoridades,
configura los excesos cometidos por aquellos que tienen poder.

Otro asunto ético es el del interés público, que claramente se encuentra presente en el
texto: el reportaje esclarece lo que realmente ocurrió aquel día, en un suceso que acaparó
la atención de la sociedad mexicana, aun cuando solo haya afectado directamente a un
número reducido de personas (víctimas fatales, heridos y sus respectivas familias). Los
delitos de lesa humanidad son un tema que no pueden dejarse pasar por alto y que
concitan el interés de todos.

Respecto a los asuntos éticos del otro y la otredad, el reportaje de la periodista lo hace
bien en cuanto a la exposición de los hechos y relatos de las víctimas y testigos de aquel
fatídico día. Sin embargo, pienso que faltó conocer más de la otra cara de la moneda, de
quienes cometieron la masacre. No digo que se debería tener las dos versiones del suceso,
la voz de los federales para dar un tono de “imparcialidad” a la investigación. Me refiero a
que el reportaje hubiese sido aún más esclarecedor si nos presentara el mundo de los
federales: ¿Cómo son sus relaciones? ¿Por qué actuaron así? ¿Qué los movió? ¿Había,
quizá, algunos policías que no querían ejecutar a los civiles? ¿Cuál es la cultura al interior
de su organización? Cosas como estas podrían haber aportado aún más a la investigación,
enriqueciendo el contexto en el que se enmarcó el acontecimiento.

A propósito de contexto, y como crítica, considero que habría sido pertinente explicar de
forma concisa algunas cuestiones y conceptos propios de la sociedad mexicana. que a ojos
de los extranjeros son desconocidas y obligan a investigar para poder entender mejor el
relato. Por ejemplo, se habla de los Templarios. Para alguien ajeno a México, este término
puede resultar algo confuso, pues podría asociarse a aquella orden militar cristiana de la
Edad Media, y no al Cártel de los Caballeros Templarios, que es al que se hacía referencia.
Los mismo ocurre con Fuerza Rural, o grupo G250. Haber explicado estas cuestiones -en
forma breve, reitero- habría sido más aclaratorio, permitiendo tener un mejor panorama de
la situación.

Como última cuestión a analizar, quisiera hablar sobre un punto que puede concitar cierta
polémica en esta investigación: el uso de fotografías explícitas de los cuerpos sin vida
tirados en el suelo tras la masacre. Particularmente, considero que, dado el umbral de
tolerancia de la sociedad mexicana respecto a este tipo de archivos, no resulta terrible que
se exhiban en el reportaje (siempre y cuando se cuente con la autorización de sus familias).
México es un país en el que, lamentablemente, la violencia es frecuente, en donde las
personas están “acostumbradas” a ver imágenes y videos de alto calibre. Por tanto, y
tomando en cuenta este contexto, considero que es correcto su uso, pues sirve como
evidencia para corroborar lo que se cuenta en la investigación y graficar los excesos de los
agentes policiales. Ahora bien, creo que la periodista debió haber sido más enfática en dar
una advertencia antes de presentar las fotografías, porque el reportaje podría ser leído por
personas de otros países, que no acostumbran a ver ese tipo de imágenes, y que sí pueden
verse un tanto afectadas por ellas.

En líneas generales, “Fueron los federales” es un excelente reportaje (por algo se hizo
acreedor del premio). Si pasara por mí, solo habría hecho distinto aquellas cosas que ya
mencioné anteriormente: brindar mayor contexto, profundizar un poco más en el
otro/otredad y advertir dentro del reportaje sobre las fotografías utilizadas.

El tema investigado por Castellanos tiene, indudablemente, un valor público inmenso,

pues permite introducir nuevos asuntos en la agenda: ¿Existen otros sucesos parecidos a
este que hayan sido encubiertos por autoridades? ¿Qué otros ilícitos envuelven a agentes
federales? ¿Qué otras esferas de poder se ven inmersos en episodios como estos? ¿La
policía mexicana está mal preparada en cuanto a su formación profesional, y
principalmente, ética? El reportaje, además de escudriñar en un hecho puntual, se
constituye como un generador de debate y discusión, propiciando nuevas interrogantes
relacionadas al tema que son dignas de ser investigadas.