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EUCARISTÍA DOMINICAL

Domingo 2º de Navidad
Monición de entrada
Damos gracias a Dios en esta eucaristía porque su hijo ha
querido ser semejante a nosotros. Por eso decimos que Dios no nos
salva desde lejos sino que se hace compañero de camino. Tampoco
nos salva sacándonos de nuestro entorno vital. Nos salva en este
mundo y en esta historia. Así nuestra historia se convierte en
historia de salvación. Nuestro Dios es el de Jesús de Nazaret.
Con alegría y paz empezamos nuestra celebración.

1ª Lectura: Libro del Sirácida

La sabiduría se alaba a sí misma y se gloría en medio de los suyos.


En la asamblea del altísimo abre su boca y se gloría en presencia de su
corte celestial: Entonces me ordenó el creador de todas las cosas, mi
hacedor fijó el lugar de mi habitación, y me dijo: «Pon tu tienda en
Jacob, y en Israel ten tu heredad». Desde el principio y antes de los
siglos me creó, y existiré eternamente. En su santa tienda, en su
presencia, ejercí el ministerio, y así en Sión me instalé.
En la ciudad amada establecí mi residencia, y en Jerusalén tuve la sede
de mi imperio. En el pueblo glorioso eché raíces, en la porción del
Señor, en su heredad.
Salmo 147
Glorifiquemos al Señor, Jerusalén;
Alabemos a nuestro Dios. ¡Aleluya!
El Señor nos bendice como a sus hijos,
hace reinar la paz entre nosotros.
El Señor nos sacia con la flor del trigo;
nos alimenta con su palabra
y su palabra es eficaz;
El Señor habla a su pueblo,
nos hace descubrir su voluntad.
Nos da a conocer sus mandamientos.

2ª Lectura: Carta de S. Pablo a los Efesios


Bendito sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos ha
bendecido en la persona de Cristo con toda clase de bendiciones
espirituales y celestiales.
Él nos ha elegido en Cristo antes de crear el mundo, para que
fuésemos santos e irreprochables ante él por el amor. Por puro amor
nos ha predestinado a ser sus hijos adoptivos, por medio de Jesucristo
y conforme al beneplácito de su voluntad, para hacer resplandecer la
gracia maravillosa
que nos ha concedido por medio de su querido Hijo.
Por este Hijo, por su sangre, hemos recibido la redención, el perdón de
los pecados. El tesoro de su gracia, sabiduría y prudencia ha sido un
derroche para con nosotros, dándonos a conocer el misterio de su
voluntad. Este es el plan que había proyectado realizar en Cristo
cuando llegase el momento culminante: Recapitular todas las cosas en
Cristo, del cielo y de la tierra.

Evangelio según S. Juan 1, 1-18

En el principio ya existía la Palabra, y la Palabra estaba junto a Dios y la


Palabra era Dios. La Palabra estaba en el principio en Dios. Por medio
de la Palabra todo fue hecho y sin ella no se hizo nada de los que se ha
hecho.
En la Palabra había vida, y la vida era la luz de los hombres; la luz brilla
en las tinieblas y las tinieblas no la recibieron. La Palabra era la luz
verdadera, que ilumina a todo hombre. Al mundo vino y en el mundo
estaba; el mundo fue hecho por ella, y el mundo no la conoció. Vino a
los suyos, y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, que
creen en su nombre, les da el poder para ser hijos de Dios; Éstos no
han nacido ni de sangre ni de amor carnal, ni de amor humano sino de
Dios. Y la Palabra se hizo carne, y habitó entre nosotros, y hemos
contemplado su gloria, gloria propia del Hijo único del Padre, lleno de
gracia y de verdad. De su plenitud todos nosotros hemos recibido gracia
tras gracia. Porque la ley fue dada por Moisés, pero la gracia y la
fidelidad vinieron por Cristo Jesús. A Dios nadie lo ha visto jamás; el
Hijo único, que está en el Padre, es quien lo ha dado a conocer.

Es el prólogo teológico de Juan. Se hace una reflexión sobre la identidad de Jesús. El


evangelista se pregunta ¿Quién es Jesús de Nazaret? Y responde diciendo que: Jesús
pertenece a la esfera de lo divino. Es “la Palabra” de Dios. Sabiduría, ciencia,
conocimiento, gnosis de Dios. Que existía en Dios antes de existir el mundo, que es
la causa de la creación del mundo, que se ha “encarnado” en el mundo para salvarlo,
para traerle luz, vida y verdad. Es una explicacion sobre Jesús con las categorías
griegas filosóficas de la época.Es el prólogo teológico de Juan. Se hace una reflexión
sobre la identidad de Jesús. El evangelista se pregunta ¿Quién es Jesús de Nazaret? Y
responde diciendo que: Jesús pertenece a la esfera de lo divino. Es “la Palabra” de
Dios. Sabiduría, ciencia, conocimiento, gnosis de Dios. Que existía en Dios antes de
existir el mundo, que es la causa de la creación del mundo, que se ha “encarnado” en
el mundo para salvarlo, para traerle luz, vida y verdad. Es una explicación sobre Jesús
con las categorías griegas filosóficas de la época.

Envió a su hijo para dar luz al mundo

ORACION DE LOS FIELES

1. Por toda la Iglesia, para que al celebrar estos días de Navidad, renazca a
una vida de justicia y de paz. Roguemos al Señor.
2. Por todas las naciones del mundo para que reine en ellas la paz, el
espíritu de servicio y haya justicia social. Roguemos la Señor.
3. Por los pobres y los enfermos, los refugiados e inmigrantes, los que sufren
la guerra, para que les llegue la paz de Dios. Roguemos al Señor.
4. Por nosotros, para que vivamos estos días el gozo y la paz por la
presencia de Jesús que ha nacido. Roguemos al Señor.

ACCION DE GRACIAS

Te damos gracias, Señor porque eres la fuente de todos nosotros, porque


nos das tu bendición. Protégenos durante todo este año, mantennos en tu
fe, en medio de las dificultades, y que perseveremos en la caridad. Te
damos gracias, Señor, por tu hijo Jesús, nacido entre nosotros, nuestro
salvador y liberador. Gracias, Dios, Padre nuestro.

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