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ITEC

FORMACIÓN DE PROFESORES DE EDUCACIÓN BÁSICA


DOCTORADO EN EDUCACIÓN

Catedrático: Dr. Víctor Manuel Ponce Grima

Prof. Gonzalo Salvador Medel Silva

Ayer
Sentí la misma preocupación natural que genera la incertidumbre. La palabra
“escuela” empezó a instalarse en mi cerebro como una idea vaga, ajena a la vida
de un niño de seis años. Mi mamá me dijo que iría a inscribirme al kínder.
Recuerdo que era viernes. Vi que mi mamá se alejaba, enseguida corté una rama
de algún árbol y me dispuse a trazar sobre la tierra algunos círculos. Dibujé a mi
familia, mi casa, a mis amigos. Pensaba que en la escuela me preguntarían
acerca de los temas que delineaba en la tierra.

Cuando llegó el lunes, mi mamá señaló desde la puerta de la escuela mi salón y


caminé hasta llegar a 1° A. Me senté en la primera banca, vi a mi mamá alejarse y
noté que la maestra entraba al aula. Nos dio la bienvenida y nos pidió que
dibujáramos a nuestra familia. Los trazos los pude elaborar sin muchos problemas
porque eso mismo había hecho sobre la carpeta de tierra.

Los jubilados

En un año de servicio frente a grupo observé que la escuela tanto en el aspecto


material como en el plano de las ideas se había avejentado. A los docentes se les
escuchaba hablar de su pronta jubilación, de los trámites que deberían realizar
ante la DRSE, entre otras cosas relacionadas con su futuro inmediato. Presencié
algunas despedidas de docentes que habían cumplido treinta años de servicio.
Alguien declamó una poesía despidiendo al docente, luego sobrevenía un convivio
en el que también formaban parte los jubilados. En los primeros meses los
docentes que se iban regresaban para visitar a sus amigos más cercanos, pero al
paso del tiempo, poco a poco se fue espaciando más la visita hasta dejar de venir.
No los volví a ver más. Se había terminado un ciclo y empezaba otro. “¡Qué Dios
te bendiga compañero, te sacaste la lotería!”, me dijo un maestro sonriendo.

Hace treinta años

Para llegar a la Secundaria era una auténtica Odisea. Los estudiantes


arribábamos en “combis” que prestaban su servicio desde alguna parte del centro
de la ciudad, se detenían en Plaza del Sol y de este sitio se trasladaban a la
Secundaria. No sé cuántos estudiantes íbamos a bordo, pero no cabía ni un alfiler
siquiera luego que cerraban la puerta. Algunas veces nos sentábamos atrás y con
las manos sosteníamos la portezuela posterior. ¡Ríos de alumnos debíamos estar
antes de las siete de la mañana!

La persona que me mostró el camino fue mi mamá. Dos semanas me acompañó y


casualmente encontró a una amiga que vivía por El Colli, en una extensión de
tierra considerable tenía algunas vacas que ordeñaban todas las mañanas; en
consecuencia, mi mamá supuso que la leche me haría bien para el estudio y las
dos semanas completas me sirvieron un enorme vaso con leche recién ordeñada.
A los doce años siempre obedecía.

Los alumnos que asistíamos éramos pobres o tuve siempre la idea de que
éramos; sin embargo, no se notaba porque todos vestíamos igual y nadie dejaba
ver su uniforme raído. En la entrada había uno o dos prefectos que nos decían si
podíamos entrar o no. “El pelo no está cortado”, “El suéter no es el del uniforme”,
“Sus zapatos están sucios”. Estoy seguro de que todos los alumnos que estuvimos
en esa época comprendimos que a pesar de que la Secundaria estaba rodeada de
fango en el tiempo de lluvias había que tener mucho cuidado con nuestra
presentación. Antes de entrar pisábamos con cuidado, poníamos ladrillos que
servían de puentes, hacíamos rodeos para sortear el agua que apenas había
caído. No teníamos más que un uniforme, pero lo cuidábamos como si fuera el
único que había en el mundo; en ocasiones, cuando llovía, lo secábamos con
ventilador o si no había esta alternativa nos lo poníamos húmedo y que el aire
hiciera las veces de ventilador.

La organización escolar era muy buena porque cada espacio de la Secundaria se


usaba para los fines propuestos, por ejemplo, el salón de clases, lógicamente, se
utilizaba sólo para estudiar; nadie osaba comer dentro del salón durante la clase o
en el receso. Los salones se mantenían abiertos todo el tiempo y cuando
reanudábamos la clase las cosas permanecían como las habíamos dejado.

En cualquier salón había orden, nadie levantaba la voz, nadie gritaba en presencia
de un maestro, cuando alguien cometía una falta de indisciplina se le citaba en el
mismo momento y un docente asignado lo convencía de la importancia de
portarse bien, y enseguida le comunicaba la sanción. El ambiente escolar
garantizaba el aprendizaje. Problemas siempre los había, pero se les daba una
pronta solución de parte de los docentes porque el Director nunca habló con
nosotros, eran los docentes quienes atendían los asuntos que impactaban al
interior o fuera de sus aulas.

Treinta años después

Después de treinta años volvía a la escuela secundaria en donde fui alumno,


ahora laborando como docente frente a grupo en la asignatura de español. Pude,
todavía, saludar e intercambiar puntos de vista con profesores que habían sido
mis maestros años atrás. Durante los recesos me percaté que prefería las
jardineras de la escuela en lugar de las sillas de la sala de maestros. Observé que
la secundaria tenía aulas nuevas que contrastan con los salones desgastadas por
el paso del tiempo y la aparición de una fina película de polvo en su estructura.

Miré con atención que había docentes que trataban de aislarse o por lo menos esa
era mi impresión ya que una profesora bajaba sillas de su auto e imaginaba yo
que desde las alturas podría apreciarse los distintos lugares en los que el docente
compartía con otros la comida de la tarde o una anécdota.

Por lo que respecta a mi persona, el primer año decidí observar y estudiar el


fenómeno que se había gestado en la escuela. “Entre unos y otros maestros ya no
se hablan”, me dijo un maestro. “Antes era distinto, la unidad del colectivo docente
se perdió”, sentenció el docente. Mi “diagnóstico” iba por la misma observación.

Ingresé hace dos años a la docencia en la Secundaria 50. Las condiciones


sociales del país habían cambiado y al interior del centro escolar era evidente el
impacto del abandono en que se encontraba la población estudiantil. Abandono de
parte de las autoridades de la SEP, del gobierno federal y de todo gobierno local o
municipal. He escuchado y leído que la escuela secundaria debe cambiar,
transformarse en una instancia que cumpla con una función distinta. Estoy de
acuerdo en parte ya que la función social que tenía antes, desde el gobierno
federal y de forma intencional, se ha desdibujado. Durante el par de años que
relato hubo déficit de personal en todas las áreas. La inversión para mejorar las
aulas con el equipamiento adecuado ha sido mínima. Sin recursos, sin personal y
con una campaña permanente en los medios de comunicación el tejido social de la
comunidad escolar se ha roto. Los alumnos perciben que nadie se preocupa por
ellos, que las actividades del centro escolar se reducen a una especie de modorra,
la rutina aparece a diario, el trabajo transformador de la consciencia está
configurado en retazos de buenas intenciones o en prolongados periodos de
ocurrencias. En las conversaciones entre docentes los alumnos y los padres de
familia son el origen de los males.

Las anécdotas de los alumnos se multiplican contra los docentes. Un alumno me


confió que años atrás había rayado el carro de un maestro que se cambió de
escuela. “Nunca supieron que fui yo”, sonrió orgulloso. Otros más narran que
durante el receso dejaron encerrado a un maestro y que a este mismo docente le
pusieron tachuelas o una aguja en su silla. En los Consejos Técnicos de Escuela
se escucha que los docentes escapan de la escuela trepando un muro que va a
dar a una escuela primaria, se sabe que un padre de familia llegó a la escuela
para saber de su hija y la autoridad tuvo que decirle que se había escapado de la
escuela. Los docentes y autoridades que atendieron al padre de familia cuentan
que estaba histérico. No era para menos.
Una de las apreciaciones que tengo es pensar que todos los males sociales
pueden apreciarse en un aula. El origen de la descomposición social está en los
niveles de pobreza que tiene el país. Los resultados que dio a conocer el Instituto
Nacional para la Evaluación Educativa son alarmantes 1 si se toma en cuenta que
la Reforma Educativa cumplirá cuatro años de haberse implementado. Es muy
probable que los defensores de la Reforma consideren que cuatro años desde la
entrada en vigor de la Ley no son suficientes para que los estudiantes presenten
todas las habilidades para la siguiente reunión. En resumen: el salón de clases es
un pequeño laboratorio social.

¿En dónde estamos parados?

El docente debería hacerse esta simple pregunta y lo que va a encontrar como


respuesta es la realidad inmediata, aquella que no necesita ninguna demostración
porque es el saber de lo que es. La “certeza sensible”,2 según Hegel. El
conocimiento de esta realidad se presenta como el más verdadero. El filósofo
alemán señala: “La cosa es y es solamente porque es”. El docente arguye que el
estudiante se comporta mal porque en su familia lo han educado así. De los
valores se dice que no le han sido inculcados. De su forma de hablar con
improperios y maledicencias, se fustiga, se ironiza y se presenta como causa de la
problemática al lugar en el que vive. “Esos son los estudiantes que tenemos, ni
modo”, “Lo bueno que los de tercero ya se van”, “Los de 2°A vienen terribles”, son
algunas frases que he escuchado de los docentes para dar cuenta de nuestros
alumnos.

- ¿Por qué no has venido?, le pregunté a una alumna en uno de los patios
mientras sus compañeros jugaban fútbol.
- Estuve hospitalizada profe, aquí tengo todavía el piquete del suero que me
pusieron.
- Pero vas a seguir viniendo.

1
En el área de Lenguaje y Comunicación
2
En La Fenomenología del Espíritu en el capítulo de La Conciencia, Hegel dedica un aparatado a La Certeza
sensible o El esto y La suposición en la que explica el proceso de la realidad inmediata y la forma en que la
conciencia supera este primer saber.
- No sé profe, es que mi hermana mató a una mujer y no sé si nos vamos a
cambiar de casa.

Posteriormente, Hegel (2003) enuncia refiriéndose tanto al sujeto como al objeto:


Y si nosotros reflexionamos acerca de esta diferencia, vemos que ni el uno ni lo
otro son en la certeza sensible como algo inmediato, sino, al mismo tiempo, como
algo mediado; yo tengo la certeza por medio de un otro, que es precisamente la
cosa; y ésta, a su vez, es en la certeza por medio de un otro, que es precisamente
el yo (p.72).

La realidad inmediata cede ante la comprensión de la relación entre el docente y el


alumno, esta certeza mediada significa que entre el sujeto y el objeto existe un
conocimiento en el mismo horizonte de la vida. Esta nueva relación es la que debe
ser estudiada. Imposible que la Secundaria de la que hablo vuelva a ser lo que
fue; sin embargo, el surgimiento de lo nuevo, la construcción colectiva de la
empatía, la regeneración de una nueva actitud escolar debe venir de la
participación y la praxis3 reflexiva del núcleo docente.

En una conversación de Ricardo Mazzeo con Zygmunt Bauman (2016), se


menciona la contribución de Bateson4 para distinguir tres niveles de educación y
que para nuestra exposición es necesario citar. El más básico “sería la mera
transferencia de información para ser memorizada”. El segundo nivel es el llamado
“deuteroaprendizaje”, que consistiría en dominar un determinado “marco
cognitivo”, es decir, la información obtenida puede ser usada en el futuro. El
tercero, consiste en enseñar aptitudes para el análisis y estructura del marco
cognitivo predominante, es decir, desarmar y armar o desechar algo y no
reemplazarlo. Este último nivel, según Bauman, el autor de Espíritu y Naturaleza lo
consideraba contraeducacional porque empataría con un modelo de despilfarro,
de liquidez en el mismo sentido que le otorga Bauman: “Todo lo que brota o se

3
Prefiero usar este término y no “práctica” por la misma razón que ofrece Adolfo Sánchez Vázquez en la
Introducción de su libro Filosofía de la praxis. Se trata de elaborar un concepto filosófico de la actividad
práctica.
4
Gregory Bateson fue un antropólogo, científico social, lingüista y estudioso de la cibernética nacido en
Grantchester, Reino Unido el 9 de mayo de 1904. Murió en San Francisco, Estados Unidos, el 4 de julio de
1980.
hace, sea o no humano, es desechable y existe sólo hasta próximo aviso”. Y es lo
que se está viviendo en la Secundaria, la percepción del estudiante es que los
conocimientos y por lo tanto aprender carece de sentido porque lo que hoy da
respuesta a algo, el día de mañana no tendrá ya la fuerza de buscar un lugar en el
mundo. La educación forma parte de este mundo que puede ser remplazable y los
conocimientos se desdeñan o se desechan. Una enseñanza de calidad requerirá
siempre de propiciar y propagar una mente abierta, y no lo contrario, su cerrazón.

- Maestro, no creo eso que nos está diciendo, supongo que la gente de antes lo
creía. ¿Usted se ha comunicado con una ballena? ¿Cómo, entonces, sabe que las
ballenas se comunican mediante el sonido que emiten?

Los padres de familia y la escuela

Ricardo Mazzeo abre la conversación del capítulo 5 titulado: “Robles y bellotas


absurdamente diminutas”, y señala que Bauman había dicho en el Festival de
Economía de Trento que ante un mundo dislocado los padres han compensado la
falta de atención o cuidados de sus hijos comprándoles artículos de alta calidad.
Son los padres quienes han favorecido la multifuncionalidad de internet. “Estos
padres no comprenden que una relación amorosa requiere tiempo, cuidado y
flexibilidad, y por ello prefieren romper sus matrimonios antes que cuidarlos como
uno cuida una planta, regándola con un poco de agua cada día” (p. 81). Si los
padres de familia han perdido el sentido crítico ante determinada problemática,
¿cómo los adolescentes de nivel de Secundaria van a desarrollar este modo
crítico ante la vida? ¿Qué es lo que los jóvenes ven alrededor? Violencia,
desenfreno, inconsecuencia, desorden, intolerancia.

Hace unos años se tenía la idea de que el teléfono celular podría contribuir a la
educación de los estudiantes. Más de algún padre de familia compró a su hijo un
móvil para las tareas o por lo menos el hijo vio esta posibilidad; sin embargo, el
cumplimiento de tareas continúa siendo un dolor de cabeza para docentes y
padres. Los productores de este tipo de tecnología fueron los únicos ganadores,
ahora sus inventos gozan de buena aceptación dentro del salón de clases. El
estudiante, con el paso del tiempo, ha aprendido con suficiencia lo que es el
consumismo de teléfonos celulares. Las tareas escolares forman parte de un tema
que tendrá que esperar una solución.

Por último, Bauman estima que la salida a este mundo dislocado es promover una
revolución cultural que emerja de la escuela por tener un poder transformador, aún
con todos los avatares por los que pasa siempre deberá estimarse que en la vida
existen riesgos y oportunidades. La esperanza en que sean los jóvenes quienes
transformen el mundo a pesar de todas las adversidades sitúa nuevamente a la
escuela como un espacio que habrá que recuperar para las causas nobles.

- Le compré el celular para que lo usara correctamente, le dije que no se lo trajera;


como yo soy madre y padre debo también estar comunicado con él, pero llegando
a la casa vamos a hablar muy seriamente sobre ese celular.

Hacia la comprensión de la lectura

De acuerdo con María Eugenia Dubois 5 en los últimos cincuenta años los trabajos
que han aparecido acerca de la lectura se apoyan en tres concepciones:

1.- La lectura como un conjunto de habilidades: Hasta más o menos los años
sesenta.

La preocupación de los estudiosos consistió en describir las etapas por las que
debía atravesar el niño y las destrezas que tenía que adquirir en cada una de ellas
para alcanzar el dominio del proceso.

El esquema clásico proponía el “reconocimiento de las palabras” como el


primer nivel de la lectura, seguido de “la comprensión”, de “la reacción o
respuesta emocional” en tercer lugar y de “la asimilación o evaluación” como
último nivel.

De acuerdo con esta concepción se dice que el lector comprende un texto cuando
es capaz de extraer el significado que el mismo texto le ofrece. Desde esta
perspectiva el lector desempeña una función receptiva.

5
Socióloga y Profesora en Filosofía y Ciencias de la Educación por la Universidad de la Plata en Argentina.
2.- La lectura es el producto de la interacción entre pensamiento y lenguaje.
(proceso interactivo): Décadas del sesenta y setenta.

La psicología psicolingüística y la psicología cognoscitiva cuestionan la lectura


como conjunto de habilidades. De esta crítica surgen dos modelos:

a) Modelo psicolingüístico: Kenneth Goodman. Se vale de los siguientes


supuestos:
 La lectura es un proceso del lenguaje.
 Los usuarios son usuarios del lenguaje.
 Los conceptos y métodos lingüísticos pueden explicar la lectura.
 Nada de lo que hacen los lectores es accidental, todo es el resultado
de la interacción con el texto.

Este enfoque afirma que el sentido del texto no está en las palabras u oraciones
que componen el mensaje escrito, sino en la mente del autor y en la del lector
cuando reconstruye el texto en forma significativa para él.

El significado es aquello con lo cual el autor comienza cuando escribe y es lo que


el lector debe reconstruir cuando lee. La construcción la hace el lector por medio
de la información grafónica, sintáctica y semántica que el texto le ofrece. En este
enfoque se destaca el papel activo que cumple el lector en el proceso de la
lectura.

Resumiendo:

*La lectura es un proceso global e indivisible

*El sentido del mensaje escrito no está en el texto sino en la mente del autor y del
lector.

*El lector construye el sentido a través de la interacción con el texto.

*La experiencia previa del lector juega un papel fundamental en la construcción del
sentido del texto.
3.- Lo más reciente: La lectura como un proceso de transacción entre el
lector y el texto.

Louise Rosenblatt escribe en 1978: The reader, the text, the Poem, bajo el nombre
de “Teoría transaccional”. El lector y texto son mutuamente dependientes y de su
interpenetración recíproca surge el sentido de la lectura.

Este enfoque no se opone al interactivo sino que va más allá. Enfatiza la dinámica
del proceso en el cual lector y texto se confunden en un tiempo único y surgen del
mismo transformados.

Goodman (1984), dice que el lector construye un texto paralelo y estrechamente


relacionado con el texto editado, pero no idéntico al que el autor tenía en su mente
antes de expresarlo por escrito. En el proceso de la lectura se da un proceso de
transacción a través del cual ambos se transforman.

El hacer notar que el lector escoge una determinada postura ante el texto, en
virtud de la cual se activarán algunos estados internos y se subordinarán otros, es
quizá el aporte más importante realizado por Louise Rosenblatt.

Resumen:

*El texto es menos un objeto que un potencial que es actualizado durante el acto
de la lectura.

*La comprensión surge de la compenetración de lector y texto y es así algo único


a ese evento.

*El texto es un sistema abierto y por lo tanto la variación en la interpretación es la


respuesta esperada.

La lectura integral

Según Goodman,6 la lectura despliega el siguiente mecanismo: el escritor y el


lector construyen un texto distinto, pero en un momento uno y otro se reúnen,
dialogan transformando el acontecimiento en un hecho significativo. Cada uno de

6
Las citas son tomadas del libro: Sobre el lenguaje de la editorial Paidós
los lectores junto con el autor utiliza sus propios valores, conocimientos y
experiencias.

El lector construye un texto paralelo en su mente (cada uno construye su texto). El


significado en uno y otro lector produce significados distintos. Los significados del
lector no concuerdan perfectamente con el significado del escritor.

Es en el significado en donde se construye un texto que puede ser interpretado,


por lo menos potencialmente. “El sentido que se le da a un texto depende del
sentido que el lector aporta a él”. Los errores de la lectura consisten en que se
debería empezar por examinar la lectura en el mundo real. La lectura es como un
proceso de construir significado desde los impresos.

Goodman considera que el lenguaje escrito es una extensión del desarrollo del
lenguaje humano que se presenta cuando el sujeto lo necesita. Señala que en
cuestión de lectoescritura se tenía la concepción de esta habilidad comienza
cuando los niños ingresan a la escuela.

Asimismo, Goodman observa que los padres y otras personas fuera de la escuela
enseñan a los niños, aunque esta acción no sea explícitamente intencional. El
lenguaje humano presenta dos enfoques que se oponen: el “natural” y el
“inducido”. La comprensión del primero parte de que el lenguaje se considera
como innato: no es algo que se aprende, por el contrario, se adquiere al armonizar
el lenguaje universal con el lenguaje específico de la comunidad en el que nace el
infante.

El punto de vista “inducido” es un enfoque conductista en el que el lenguaje se


aprende a través de alguna clase de condicionamiento operante. El estímulo del
ambiente requiere respuestas, y de alguna manera esto va a desembocar en la
formación del lenguaje.

El autor texano considera el lenguaje humano, incluyendo el aprendizaje del


lenguaje, como un proceso de invención. “Los seres humanos construyen
socialmente el lenguaje para comunicarse entre ellos, para aprender y para
pensar. El lenguaje es entonces una invención social” (p. 206). Por otra parte, el
lenguaje se considera una invención individual si observamos que la sociedad está
compuesta por personas.

El autor de la teoría de la lectura integral propone que ante el descubrimiento de


que al leer y escribir se construye sentido a través de la transacción con el texto,
en consecuencia, ¿qué es los que los niños deben aprender a hacer? El autor se
contesta: “Esencialmente, deben desarrollar estrategias y aprender a emplear
claves textuales para darle sentido al texto, o lo que es lo mismo, construir
significado” (p. 208). No obstante, esto será posible sólo cuando los niños
interactúan con textos reales, auténticos. Recomienda: “Los niños necesitan
aprender a muestrear selectivamente lo impreso, a predecir, a inferir, y a
autocorregirse cuando sea necesario, con la finalidad de darle sentido o
significado a lo escrito” (p. 208).

Asimismo, el estudiante debe sentirse seguro en el juego de la adivinación


psicolingüística, es decir, la construcción de significado debe realizarse con el
mínimo esfuerzo e información.

Datos del Centro de Trabajo en relación con la Comprensión de la Lectura

La prueba PLANEA 2017 fue aplicada en la Escuela Secundaria a 64 alumnos de


Tercer Grado. Los resultados son los siguientes:

Porcentaje de alumnos en cada Nivel de Logro


  año I II III IV Total**
2015 38 55 5 2 100
Mi Escuela
2017 47 38 6 9 100
2015 30 50 15 5 100
Escuelas parecidas a la nuestra*:
2017 35 43 17 5 100
2015 29 46 18 6 100
Todas las escuelas de México
2017 34 40 18 8 10
85% de los estudiantes evaluados se encuentran entre el Nivel I y II
Datos nacionales en Comprensión de la lectura

Agrego a continuación los descriptores de logro empleados en la prueba PLANEA


2017.

El 25 de enero de del presente año, los Consejeros de la Junta de Gobierno del


Instituto Nacional para la Evaluación Educativa (INEE) dieron a conocer los
resultados del Plan Nacional para la Evaluación de los Aprendizajes (Planea)
2017.
El presidente del INEE, Eduardo Backhoff Escudero, señaló que “la pobreza y la
desigualdad son factores cada vez más relevantes en el resultado de los
aprendizajes educativos”. De acuerdo con los resultados nacionales el 33.8 por
ciento de los alumnos sólo alcanza un dominio insuficiente en Lenguaje y
Comunicación, cifra que se eleva en la asignatura de Matemáticas; aunque si se
considera la escuela según su origen, los planteles comunitarios y los que se
encuentran en zonas rurales y de alta marginación, alcanzan los más bajos
resultados.

El titular de la Unidad de Evaluación del Sistema Educativo Nacional del INEE,


Jorge Hernández, mencionó que la educación “no está alcanzando su cometido de
romper la transmisión intergeneracional de la pobreza”.

Finalmente, en el informe que dio a conocer el INEE se dice que sólo 8.3 por
ciento de los alumnos de Tercero de Secundaria alcanzan un dominio
sobresaliente en Lenguaje y Comunicación y de 5.1 por ciento para matemáticas.

El dominio satisfactorio de los aprendizajes clave en Lenguaje y Comunicación,


sólo representan el 17.9 por ciento, y el 8.6 por ciento en matemáticas. Asimismo,
el 40 por ciento de los alumnos alcanza los aprendizajes en un nivel básico y el
21.7 por ciento en Matemáticas.

¿Qué hacer?

Como resultado de la Tercera Sesión del Consejo Técnico Escolar, la Academia


de Español de la E.S.T. 50, signó un acuerdo para que los docentes pudieran
observarse entre sí, con la finalidad de mejorar la práctica docente. En la reunión
del CTE entre escuelas se propuso cumplir con el material para ser presentado
ante el colectivo docente.

El primer formato que se utilizará para observar lo que hace el docente es una
Guía de Observación para registrar aquellas acciones que hizo el docente,
asimismo se abordará al profesor para que describa lo qué hizo, ¿cómo lo hizo?,
además de expresar ¿para qué los hizo?
Entre los tres docentes que integramos la Academia de Español, hablamos y
tomamos acuerdos para ordenar nuestra participación en el desarrollo de
estrategias. A continuación, anexo el formato “Guía de observación”.

E.S.T. 50
GUÍA DE OBSERVACIÓN DOCENTE

¿Qué es lo que hacemos?


Se describe las acciones que realiza el
docente

Narración de lo que hace el docente en clase


El docente cuenta lo que hizo, cómo lo hizo,
la intención de su intervención

Valoración de las acciones del docente


Observación de la coherencia, intención
pedagógica, resultados del aprendizaje, el
colectivo docente recupera los logros

Retroalimentación
Se menciona las áreas de mejora del docente
Bibliografía: Schön, Donald. El profesional reflexivo

Posteriormente, dos docentes, integrantes de la Academia de Español, asistieron


al grupo de 3°A Turno vespertino para hacer los registros correspondientes a mi
estrategia que abonen a la mejora de los aprendizajes en el área de la
Comprensión Lectora:

E.S.T. 50
GUÍA DE OBSERVACIÓN DOCENTE
- Saludó al grupo.
- Presentó a los compañeros maestros
¿Qué es lo que hacemos? observadores.
Se describen las acciones que - Creó un ambiente adecuado pese a
realiza el docente las distracciones externas.
- Los sentó en binas para trabajar.
- Dio indicaciones del trabajo a realizar.
- Atrajo la atención de los estudiantes
con una experiencia, parte real, parte
ficticia.
- Repartió unas tarjetas con imágenes
(7 por bina) para que los alumnos le
dieran un orden y luego escribieran al
menos 5 oraciones dándole
coherencia y sentido a esas
imágenes.
- Puso un audio con una grabación que
contaba la historia de las mismas
tarjetas entregadas.
- Los alumnos conforme escuchaban la
grabación volvían a acomodar las
tarjetas según el audio.
- Terminada la grabación preguntó a
los alumnos su parecer del cuento
escuchado para luego proseguir con
unas preguntas que ayudaban a
hacer un comentario crítico como:
Identifica la idea principal, ¿el
protagonista era convincente?,
redacta algo breve sobre el cuento
narrado.
- Socializaron las preguntas.

- La actividad fue planeada con una


Narración de lo que hace el intencionalidad.
docente en clase. - Se siguió la estructura de una clase.
Partió de una experiencia real,
El docente cuenta lo que hizo, (recuperación de saberes), pasando a
cómo lo hizo, la intención de su lo ficticio mediante las fichas con el fin
intervención. de jalar la atención de los alumnos, lo
cual implicaba un reto. (reto
cognitivo).
- Solicitó que anotaran en su cuaderno
para tener una evidencia del sentido
de la historieta para después
escuchar mediante la socialización del
texto.
- Se puso el audio para que los
alumnos escucharan la historieta y
dieran un orden a las tarjetas
entregadas. El audio logró captar la
atención. (Audio: “La verdad sobre el
caso del sr. Valdemar. Edgar Allan
Poe. Por Alberto Laiseca).
- Se hicieron algunas preguntas como
el parecer del cuento y además 5
preguntas relacionadas con el
comentario crítico y personal del
texto: idea central, si las razones
puestas por el autor fueron suficientes
para el alumno y lo convencieron,
vivencias similares, redactar algo
breve qué recuperar.
- Se socializaron las respuestas.
- La intención del docente es que el
alumno identificara la idea central del
texto por medio de la observación y la
escucha y conocer la opinión de ellos.
- El resultado fue que los alumnos no
creían en el cuento y se les preguntó
el porqué de ello.
Valoración de las acciones del - Sí se alcanzó el objetivo porque los
docente. alumnos llegaron a una opinión crítica
Observación de la coherencia, del texto.
intención pedagógica, resultados - Se atendieron los tres canales de
del aprendizaje, el colectivo aprendizaje.
docente recupera los logros. - Logró captar el interés de los alumnos
y mantenerlos en ello.
- Hubo una intención clara y directa del
docente donde él dirige.

- Hubo mucho distractor externo (ruido


por la fotografía de cada grupo) que
Retroalimentación. no favoreció del todo la actividad.
Se menciona las áreas de
mejora del docente

El material visual de la sesión que se observó reúne fotografía y video,


seleccionando de la estructura de una clase, el reto cognitivo.
El video se puede observar dando doble click al siguiente vínculo:

Video de la clase.mp4

Conclusiones
La reflexión de la praxis implica la coordinación de muchas voluntades. El
colectivo docente no puede seguir inmerso en una dinámica verticalista desde la
Federación para la resolución de la problemática por la que atraviesa la escuela
secundaria en cuestión. Pero los distintos casos que se han descrito no son, ni por
mucho, los que he presenciado en otros centros educativos. En la E.S.T. 170 una
pandilla forcejeó con los docentes en una posada de los estudiantes porque
querían tomar parte del festejo; en la escuela secundaria de Buenavista; Jalisco, vi
cómo algunos adolescentes corrían histéricos porque un hombre armado trepó por
una pared de la escuela mientras caminaba como si nada pasara por la azotea de
un salón de clases.

Tanto el aspecto social como el educativo deben responder a una estrategia global
de solución. Los números no mienten. Los esfuerzos aislados no tienen ningún
impacto en el desarrollo del aprendizaje del adolescente. La educación -y el
profesionista lo sabe- es de nueva cuenta el espacio privilegiado para el cambio
social. El futuro no puede venir de otra parte.

BIBLIOGRAFÍA

Goodman, K. (2006). Sobre la lectura. México: Paidós.

Grima, V. M. (2009). Reflexividad de la práctica en la formación docente: Estudio de caso. México:


Amate.

Vázquez, A. S. (2003). Filosofía de la praxis. México: Siglo XXI.

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