Sei sulla pagina 1di 4

De la complejidad de la mente a la simpleza del corazón

“Recuerda que donde esté tu corazón allí también estará tu tesoro.”

La única causa del sufrimiento humano es la no aceptación del momento presente.

Y esa no aceptación ocurre porque nos hemos identificado con un ego: cuerpo – personalidad – y
todo lo que creemos que nos protege, todo menos Dios –

Esto nos lleva a vivir en un estado de alerta, que de manera automática, usa el pasado, para
anticipar el futuro, para intentar protegernos de lo que no ha ocurrido ni podemos controlar

Es imposible que estés en presencia, y al tiempo te mantengas alerta por tu supervivencia.

Cualquier situación que estemos sufriendo, siempre que no estemos en paz, es porque estamos
rechazando el instante presente, y ahí está el regalo, no necesitas buscar en el pasado, todo lo que
percibes reflejará tus creencias.

Cuando estás presente, puedes entonces aceptarlas totalmente, o ser un esclavo de ellas.

Solo puedes hacerte consciente de tu capacidad de amar, de Ser, en el instante presente, cuando
confías profundamente en la Vida, en todo lo que trae, reconociendo que no controlas nada, que
la vida simplemente es, que hay tal perfección en la sincronía de la vida que no necesitas luchar,
nisiquiera resolver este momento.

Todas las creencias que sostienen mi percepción no se descartan haciendo cursos ni leyendo
libros.

La única forma de sanar mis creencias inconscientes, es viviendo el presente, asumirlo todo:

Enfermedad, miedo, dolor, conflicto, pérdidas, todo,

No desde la idea que tenemos de supervivencia, no desde la creencia de que todo me amenaza
sino como la oportunidad perfecta para observar mis creencias.

Y no se trata de disfrazar el miedo de confianza, o de fingir ni aparentar, esta es una práctica muy
habitual en los seres humanos, ignorar lo que sienten, distraerse de rumba, compras, con amigos,
y decir que todo está bien, aunque por dentro estén cayéndose a pedazos, aunque sientan un
conflicto interno

“La aprobación, el éxito, la alabanza, la valoración, son las drogas


con las que nos ha hecho drogadictos la sociedad, y al no tenerlas
siempre, el sufrimiento es terrible”.
Un curso de milagros dice que no necesitas ir en busca del amor sino de los obstáculos que has
puesto a su llegada.

Esos obstáculos son las creencias, pero estas creencias no se deshacen cognitivamente, para
desmemorizarlas es necesario abrirnos a sentir, a permitir el momento presente, y ser unos
observadores conscientes para darnos cuenta de todo aquello que nos está mostrando nuestras
creencias, pues no sería posible identificarnos con un yo personal con unas características X si no
fuera por nuestras creencias, y a su vez el reflejo de ellas manifestado en nuestro escenario de
vida perceptual, sería imposible sostener esta identidad personal que es la que nos impide
conectar con el Corazón.

Ahora bien este deshacimiento de capas y creencias no se hace con la mente que piensa, pues es
esa precisamente la que sostiene todo el entramado de historias que nos impiden conectar con el
corazón.

No es que la experiencia sea insuperable, es que piensas que es insuperable, ¿Cuántas veces
creíste que superar una ruptura de pareja era insoportable? Y lloraste amargamente pero no
sentías, porque la mente compleja y lora no te dejaba sentir.

Si cada vez que permites un pensamiento como este en tu mente, no lo cuestionas, no te abres a
vivir la experiencia sino que intentas protegerte de la situación a través del pensamiento, este
condicionará tus opiniones, acciones, creencias, sentimientos, conformando lo que llamas
personalidad – crees que lo que piensas es verdad, es la causa de la ansiedad, la depresión, y las
reacciones absurdas de los seres humanos, o en el mejor de los casos, se anclará en tu sistema de
pensamientos inconsciente proyectando en tu experiencia nuevas situaciones, que no son nuevas
porque el ego no es creativo, es esa repetición de lo no mirado, de manera que vivirás
circunstancias similares una y otra vez hasta que te detengas y estés dispuesto a sentirlas, a
asumirlas completamente.

No es que pensar este mal, el punto es quedarnos viviendo desde ahí, lo que se produce en
nosotros a partir de ser consciente de esto es la verdadera libertad, puesto que ahora puedes vivir
la vida que se te pone en frente, incluso sentir dolor si lo sientes, pero ya no como una victima del
dolor, ya sin miedo a sentir la tristeza, sino dispuesto a rendirte ante la experiencia reconociendo
la sabiduría que subyace a todo lo que sientes, y la paz que renace en la presencia.

Una de las grandes dificultades para vivir el presente, dentro de esta idea de sobrevivir, es la
búsqueda de ser bueno, de corregirnos constantemente porque nos sentimos erróneos, culpables,
y eminentemente amenazados por un Dios castigador proyectado en un mundo que nos ataca.

El Amor libera, porque es pura Luz, el Amor perfecto expulsa el miedo, Dios es como el sol, por
más que seas el mas malo de la película no hay forma de que te deje de amar. Eres un rayo de sol,
¿como podrías al tiempo ser oscuridad?

La gente va al sicologo no para ser libre sino para que le pinten las paredes de la celda –
 Tony de Mello: “La iluminación es: cooperación absoluta con lo
inevitable”.
El dolor existe. El dolor existe, y el sufrimiento sólo surge cuando te resistes al dolor. Si
tú aceptas el dolor, el sufrimiento no existe. El dolor no es inaguantable, porque tiene
un sentido comprensible en donde se remansa. Lo inaguantable es tener el cuerpo aquí y
la mente en el pasado o en el futuro.

No vivimos, no somos, todo el tiempo estamos interpretando, defendiendo nuestra identidad,


creencias, la cara de la inocencia, esto nos lleva a todo el tiempo opinar, juzgar, anticipar y
negarnos a la vida tal como se presenta ahora.

Es una vida comprimida, fragmentada, percibida con unas gafas cuyos condicionamientos te
impiden acceder a la visión real, entre mas ego mas creo tener la razón, mas lucho, mas sufro, mas
juzgo, mas me comparo, mas critico, mas envidio, mas me duelen las separaciones o lo que llamo
perdidas, y mas miedo siento frente a lo incierto. Porque me he identificado con una forma de
vida que creo que si es modificada, desapareceré, moriré… La cara de la inocencia, la necesidad de
parecer bueno. La necesidad de proteger mis cosas, mi dinero, mi pareja, mi mi, como si fuera
posible, y no desde la apertura a experimentar la vida, a vivir con un propósito trascendente que
es descubrir la consciencia de amor que eres. Imaginate estas definiéndote por todo tu pasado
mas todas las memorias inconscientes de ancestros, cultura, etc, y entonces crees que tienes que
resolverlo yendo allí, cuando en realidad, la respuesta está ahora, en este instante, porque en este
instante puedes experimentar tu unidad con Dios, y allí estás completamente a salvo, esta es la via
directa, no hay otro problema sino la creencia de que eres un yo individual, separado de tu Fuente
de Amor.

Cuando dejas de vivir la vida desde ese yo que necesita defenderse, cuando dejas de creer que
estás solo, que el universo funciona por casualidad, que algo que no debas experimentar podría
pasar, entonces te abres a vivir la experiencia desde la totalidad, desde la confianza y la certeza de
que suceda lo que suceda estás a salvo porque descansas en Dios. Entonces cada instante por
insignificante que parezca a los ojos de otros, pasa a ser un regalo, un instante de descubrimiento
(como un niño – reino de los cielos) el reino del corazón

Podrían ocurrir cambios que incluso desde tu yo personal antes juzgabas como negativos pero
ahora, al reconocer la inteligencia que subyace todos sucesos, al abrirte a la experiencia, se abre
un campo infinito de posibilidades, y permites espacio en tu vida. Ya no hay nada de que
protegerse, estamos abiertos a vivir.

Estás dispuesto a soltar esa identidad personal? A dejar de ser el personaje que has defendido
siempre? A dejar de creer que saber para abrirte a descubrir la verdadera sabiduría?

Instante a instante, simplemente pregúntate: ¿Dónde estoy? ¿en la mente o en el corazón?

Qué descubro aquí, que sentí, que creo que me define:


Ejercicio para atender el instante presente

Llevarse las manos al corazón y sentir

Yo siento

Reviso las carencias: me siento solo, tal vez siento miedo, al abandono, a sufrir, a la escasez

Potrebbero piacerti anche